Tema 115 PITIRIASIS ROSADA

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Tema
115
PITIRIASIS ROSADA
Dr. L. Requena
DEFINICIÓN
La pitiriasis rosada de Gibert es una dermatosis
pápulo-escamosa autolimitada que se presenta generalmente en adolescentes o adultos jóvenes.
ETIOLOGÍA
Aunque se desconoce la etiología exacta de la
pitiriasis rosada de Gibert, se sospecha desde hace
años que debe ser una enfermedad infecciosa de
etiología vírica, porque muchos de los casos aparecen como pequeños brotes epidémicos en comunidades cerradas (internados de colegios, cuarteles, etc.), la mayoría de los casos se agrupan en
determinadas épocas del año y casi todos los
pacientes presentan un único brote sin recidivas
del proceso, sugiriendo que deja una inmunidad
permanente después del primer episodio. En los
últimos años, la atención se ha centrado en los
virus herpes humanos tipos 6 y 7 (HHV-6 y HHV7), aunque hasta la fecha no se ha conseguido
demostrar la presencia de DNA de estos virus ni en
la sangre periférica ni en las lesiones cutáneas de
pacientes con pitiriasis rosada de Gibert.
CLÍNICA
La mayoría de los casos ocurren en personas
jóvenes y sanas, con una máxima incidencia entre
los 10 y los 35 años. Es muy rara en recién nacidos
y ancianos y parece ser que es ligeramente más
frecuente en varones. En su forma típica, la erupción comienza por una lesión única con morfología de placa anular de borde descamativo que
asienta preferentemente en el tronco y puede
alcanzar varios cms de diámetro. Esta lesión inicial,
denominada placa heraldo o placa madre, va
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seguida en el plazo de unos pocos días de la erupción de múltiples máculo-pápulas, de coloración
rosada y tendencia a adoptar una morfología circular u ovalada que se distribuyen de manera simétrica por el tronco y raíces de los miembros (Figura
1). Habitualmente, la cara, las mucosas y las zonas
distales de las extremidades, incluyendo palmas y
plantas están respetadas. Estas lesiones múltiples
que aparecen después de la placa heraldo (Figura
2) salpicadas por el tronco suelen ser de menor
tamaño que la lesión inicial, pero también tienen
un fino collarete descamativo en su periferia. En
general, las lesiones tienen tendencia a distribuirse
siguiendo las líneas de tensión de la piel y la morfología general puede adoptar una distribución en
la espalda que se ha comparado con un árbol de
Navidad. La mayoría de los pacientes no presentan
ninguna sintomatología sistémica y las lesiones son
escasamente pruriginosas, aunque algunos pacientes pueden mostrar malestar general, cefaleas,
febrícula y artralgias durante los primeros días de
la evolución. Habitualmente la erupción dura entre
6 y 8 semanas y se resuelve espontáneamente sin
dejar ninguna lesión residual. De todas formas, se
han descrito también casos típicos de pitiriasis
rosada más duraderos, que han persistido hasta 5
meses antes de regresar.
El cuadro típico es muy característico y no se
presta a confusión con otras patologías. De todas
formas se han descrito también formas clínicas atípicas de pitiriasis rosada de Gibert. En estas formas
atípicas y debido a que no existe ninguna prueba
analítica que nos permita confirmar el diagnóstico,
el diagnóstico de pitiriasis rosada de Gibert siempre se establece con menos seguridad que en los
cuadros típicos. Se han descrito variantes urticariformes, purpúricas, vesiculosas, pustulosas, similares al eritema exudativo multiforme, invertidas
(con afectación preferente de los pliegues axilares
e inguinales) y pitiriasis rosada con afectación de
la cara o de la mucosa oral.
Pitiriasis rosada
Figura 1. Erupción de múltiples máculo-pápulas, de coloración
rosada y tendencia a adoptar una morfología circular u ovalada que se distribuyen de manera simétrica por el tronco y raíces
de los miembros.
Figura 2. Placa heraldo o placa madre, con morfología de lesión anular de collarete descamativo periférico. Habitualmente esta placa heraldo es la primera lesión
y va seguida en el plazo de unos pocos días del resto de la erupción.
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Dermatología: Correlación clínico-patológica
Figura 3. Dermatitis espongiótica con infiltrado perivascular superficial y profundo.
Figura 4. Detalle del foco de espongiosis, con exocitosis de linfocitos y paraqueratosis.
HISTOPATOLOGÍA
Los hallazgos histopatológicos en las lesiones
cutáneas de pitiriasis rosada son bastante inespecíficos y consisten en una dermatitis espongiótica
con exocitosis discreta de linfocitos salpicando las
áreas de espongiosis (Figura 3) y con focos de
paraqueratosis coincidiendo con estas áreas de
epidermis alterada (Figura 4). En la dermis papilar
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subyacente se observa un infiltrado linfo-histiocitario perivascular superficial. En casos de lesiones
muy agudas puede haber hematíes extravasados
salpicando la epidermis. También es muy característico que los pacientes de raza negra presentan
lesiones con mayor grado de espongiosis que puede llegar incluso a formar vesículas intraepidérmicas. En casos raros pueden observarse pústulas
intraepidérmicas.
Pitiriasis rosada
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Clásicamente, el diagnóstico diferencial de la
pitiriasis rosada se ha planteado con la roseola de
la sífilis secundaria. La presencia de condilomas
planos en región la genital o perianal, las lesiones
de la lengua o la mucosa bucal, la presencia de las
típicas pápulas de color eritematoso oscuro en palmas y plantas y la existencia de adenopatías son
hallazgos clínicos característicos de sífilis secundaria que no se presentan en la pitiriasis rosada de
Gibert. En caso de duda, los estudios de serología
luética resuelven el problema.
Se han descrito erupciones medicamentosas por
sales de oro, inhibidores del enzima conversor de
angiotensina, metronidazol, beta-bloqueantes, barbitúricos e isotretinoína que provocan una erupción muy similar a la pitiriasis rosada. Estos cuadros
de pitiriasis rosada medicamentosa se resuelven
más lentamente que los casos idiopáticos.
La lesión inicial de la placa heraldo debe diferenciarse de una tiña de piel lampiña y de una placa de eczema numular. En general la historia clínica sobre la evolución de las lesiones, así como la
presencia de un collarete descamativo periférico y
la distribución de las lesiones siguiendo las líneas
de tensión de la piel permiten establecer el diag-
nóstico de pitiriasis rosada y descartar la tiña y el
eczema numular. Las lesiones de psoriasis en gotas
suelen ser de menor tamaño y con hiperqueratosis
blanquecina más marcada que las de la pitiriasis
rosada. Finalmente, las pápulas de la pitiriasis
liquenoide también suelen ser menor tamaño y
muestran una morfología clínica más liquenoide
(poligonales, violáceas y de superficie brillante)
que las lesiones de pitiriasis rosada.
TRATAMIENTO
La pitiriasis rosada es un proceso autoinvolutivo
en el plazo de unas semanas y que causa poca sintomatología al paciente, por lo que en la mayor
parte de los casos no es necesario administrar ningún tratamiento. En pacientes con prurito se han
utilizado los corticoides tópicos, los antihistamínicos por vía oral e incluso la radiación ultravioleta
B, pero en la mayor parte de los casos sólo es
necesario explicar al paciente el carácter autolimitado de su dermatosis. Se han descrito casos raros
de pitiriasis rosada con más de un episodio, pero
algunos expertos opinan que, excepto en uno, en
el resto de los episodios de estas pitiriasis rosadas
recidivantes el diagnóstico fue erróneo.
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