Ampliación 2

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Galaxias espirales
Unos dos tercios de todas las galaxias son espirales y de estas, más de dos tercios tienen una
estructura espiral regular, con dos brazos que pueden seguirse continuamente desde el centro de
la galaxia (el bulbo central) hasta los extremos del disco. Una descripción adecuada se consigue
en la mayoría de los casos a través de la teoría de ondas de densidad. Pero antes, para entender
estas galaxias, debemos estudiar la estabilidad gravitatoria de un disco galáctico y definir las
principales características de las órbitas de las estrellas en el disco (teoría de los epiciclos).
1. Dinámica estelar, estabilidad y órbitas
Dinámica estelar
El gas en una galaxia espiral tiene una masa como máximo del 10% de la galaxia. A efectos
prácticos, sólo la masa de las estrellas tiene importancia. Al estudiar las galaxias elípticas vimos
que el potencial gravitatorio de la galaxia podía expresarse como un potencial promedio, en donde
las atracciones de muchas estrellas a grandes distancias eran más importantes que las atracciones
de unas pocas estrellas a distancias pequeñas. Similarmente a como vimos para las galaxias
elípticas, los tiempos de relajación (trel) y de cruce (tcross) cumplen la relación:
 trel 
h N
h t 

 ≈
≈  rel 
 tcross esp R 8 ln N R  tcross elip
donde N ≈ 10
11
es el número de estrellas en la galaxia. Un valor típico entonces para la razón
anterior es trel/tcross ≈ 10 con tcross ≈ 10 años.
8
8
Al igual que ocurría con las galaxias elípticas, el tiempo de relajación por colisiones entre estrellas
de las galaxias espirales es mucho mayor que la edad del universo, por lo que las colisiones
pueden ser despreciadas. El conjunto de estrellas constituye un medio sin colisiones, cuyo estado
de equilibrio en un potencial dado viene gobernado por la ecuación de Vlasov.
Estabilidad
Una vez que se ha alcanzado un estado de equilibrio, no se mantendrá necesariamente en ese
estado. El ejemplo más sencillo es el de un disco frío (velocidades de dispersión pequeñas)
representando una galaxia espiral en equilibrio rotacional. Cada estrella se mueve en una órbita
circular con una velocidad angular tal que Ω = (1 r )(∂φ ∂r ) . Este sistema es violentamente
2
inestable y forma condensaciones: se necesita un cierto grado de dispersión de velocidades para
evitar la aparición de inestabilidades de Jeans. Este tipo de perturbaciones se llama
perturbaciones axisimétricas para distinguirlas de las inestabilidades en forma de barras o brazos
espirales, las cuales pueden ocurrir en un disco suficientemente caliente para evitar las
inestabilidades de Jeans.
Inestabilidades de Jeans
El método de Jeans para determinar el criterio de estabilidad ya fue descrito anteriormente.
Recordemos que este criterio asume un medio homogéneo e infinito en equilibrio. Desde el punto
de vista ondulatorio, el método consiste en perturbar ligeramente la densidad del sistema ρo
mediante una onda del tipo:
ρ1 = α e i ( kr −ωt )
y linealizar el sistema de ecuaciones para encontrar la relación de dispersión ω(k) de estas ondas.
El sistema es inestable cuando ω < 0, esto es, si existe una solución que aumenta
2
exponencialmente con el tiempo: e
−ω 2t
.
Para un fluido con una densidad ρo y presión Po = ρocs (cs la velocidad del sonido en el medio), el
2
criterio de Jeans establece que las perturbaciones con un tamaño mayor que la longitud λJ de
Jeans:
λ>
cs
= λJ
Gρ o
son inestables. Esto significa que el sistema es inestable para un tamaño λ si la onda de sonido no
tiene suficiente tiempo (r/cs) para cruzar esta región en el tiempo de caída libre (tiempo dinámico)
t ff = 1 Gρ . Por tanto, la fuerza debida a la presión es despreciable frente a la gravedad. Puede
usarse el método de Jeans para un sistema de estrellas linealizando las ecuaciones de Poisson y
de Vlasov, y considerando los movimientos aleatorios de las estrellas como una forma de presión.
Esta presión de las estrellas puede escribirse como ρoσ , donde σ es la velocidad de dispersión.
2
Entonces, cada elemento de masa de tamaño λ es inestable si el tiempo de cruce de este
elemento por una estrella es mayor que el tiempo dinámico correspondiente, esto es, si:
λ > λJ =
σ
.
Gρ o
Estabilidad debida a la rotación
La rotación de un disco galáctico permite la estabilidad en escalas grandes, en contrate con los
efectos de presión que se estabilizan en escalas pequeñas.
2
Consideremos una pequeña región de tamaño L en un disco de densidad superficial µ y de masa
µL , girando con una velocidad angular Ω, a una distancia d del centro. En el sistema de referencia
2
de esta región, las fuerzas presentes son la gravitatoria, centrífuga y de Coriolis. Imaginemos una
perturbación que aumenta localmente la densidad superficial en una cantidad µε. El resultado es
que un elemento de la periferia de esta región se acerca una distancia εL. El incremento en la
fuerza gravitatoria será:
[
]
GµL2 (L − εL ) − L−2 ≈ 2εGµ
−2
por unidad de masa.
Por la conservación del momento angular por unidad de masa, J = d Ω, la velocidad de rotación de
2
la región contraída aumentará también proporcionalmente a ε, debido a que:
∆J = 2Ωd ∆d + d 2 ∆Ω = 0
y
∆Ω − 2 ∆d 2εL
=
=
.
Ω
d
d
La fuerza centrífuga también aumenta en una cantidad ∆(Ω d) ≈ 3εLΩ . Si esta fuerza es suficiente
2
2
para mandar la masa a su posición inicial, el sistema será estable. De aquí se deduce que:
L > Lcrit =
2Gµ
.
3Ω 2
La rotación estabiliza pues a regiones grandes, al revés que la presión.
El orden de magnitud de Lcrit puede estimarse a partir de que Ω R = V /R ≈ GµR /R = Gµ, y por
2
2
2
2
tanto Lcrit ≈ R. Así, la rotación estabiliza estructuras con tamaños de la galaxia, en vez de
estructuras locales.
El criterio de estabilidad
Para garantizar la estabilidad en todas las escalas lo que se necesita es una velocidad de
dispersión mínima para hacer que la longitud de Jeans crítica sea igual a Lcrit. Calculemos la
longitud de Jeans para un disco delgado en función de la densidad superficial. Los tiempos de
caída libre y de cruce son, respectivamente:
t ff = L Gµ
t cross = L σ
3
donde σ es la velocidad de dispersión. Si igualamos estas dos escalas de tiempo obtenemos la
longitud de Jeans:
λJ =
σ2
.
Gµ
La estabilidad en todas las escalas se produce cuando λJ = Lcrit, o sea, cuando σ = Gµ/Ω. En
realidad se necesita un cálculo más riguroso para encontrar el factor numérico. Para un disco
infinitamente delgado, la velocidad de dispersión radial mínima σr = 3.36 Gµ/κ, donde κ es la
frecuencia epicíclica que calcularemos posteriormente. La razón entre la dispersión radial de
velocidades observada y la velocidad de dispersión crítica se denota como Q, por lo que la
estabilidad se obtiene cuando Q > 1. Este es el criterio de Toomre. En la vecindad solar, Q
adopta un valor entre 1 y 2. Las estrellas que nacen en el medio interestelar empiezan con una
velocidad de dispersión baja, del orden de la dispersión del gas (10 km/s). Esta baja dispersión
crea inestabilidades locales, que aumentan σ hasta un valor tal que Q > 1.
Órbitas estelares
Muchas veces, el comportamiento colectivo de las estrellas en una galaxia puede entenderse con
más claridad si conocemos las órbitas de las estrellas individuales o, al menos, los principales tipos
de órbitas periódicas. El cálculo orbital en un potencial promedio se justifica por el hecho de que
una galaxia constituye un medio sin colisiones.
Epiciclos
Consideremos un potencial gravitatorio axisimétrico y aplastado, correspondiente a una galaxia
espiral, de la forma U(r,z), con U(z) simétrico respecto al plano z = 0. Escogemos un sistema de
coordenadas cilíndricas (r,θ,z). Consideremos las órbitas más numerosas, que son casi circulares.
Llamemos x a la desviación radial con respecto al círculo de radio R e y a la desviación azimutal:
r = R+ x
θ = Ωt + y
donde Ω es la velocidad angular para una trayectoria circular:
Ω2 =
1 ∂U ( R,0)
.
R
∂r
En coordenadas cilíndricas, las ecuaciones de movimiento se escriben como:
4
∂U
,
∂r
rθ + 2rθ = 0,
∂U
.
z = −
∂z
r − θ
2
r=−
Desarrollando en series de Taylor el potencial U(r,z) en la vecindad de la trayectoria circular
obtenemos:
∂U ( R,0) ∂U
∂ 2U ( R,0)
∂ 2U ( R,0)
.
=
+x
+
z
∂r
∂r
∂r ∂z
∂r 2
El último término en la expresión anterior es igual a cero debido a la simetría de U(z). Linealizando
las ecuaciones de movimiento encontramos que en primer orden de aproximación:
∂ 2U ( R,0)
,
x − 2Ωy
R − Ω x = − x
∂r 2
Ry + 2 xΩ = 0,
∂ 2U ( R,0)
z = − z
.
∂z 2
2
Este resultado se conoce como aproximación epicíclica. Integrando la segunda ecuación del
movimiento obtenemos:
Ry + 2 xΩ = a ≡ constante,
e insertando esto en la primera ecuación:
∂ 2U ( R,0)
.
x − 2Ω( a − 2 xΩ) − Ω x = − x
∂r 2
2
Esta ecuación pude expresarse en la forma:
x + κ
2
( x − x0 ) = 0
y
y = −
2Ωx
,
R
con
∂ 2U ( R,0)
dΩ
κ =
+ 3Ω 2 = R
+ 4Ω 2 .
2
∂r
dR
2
5
Podemos tomar a = 0, de donde x0 = 0 (de otra manera las pequeñas oscilaciones ocurrirían
alrededor de otro punto de equilibrio, lo que alteraría las condiciones iniciales r = R). De esta
manera, x e y ejecutan movimientos oscilatorios con frecuencia epicíclica κ; de la misma forma, z
oscila con frecuencia νz, tal que ν z = ∂U ( R,0) ∂z .
2
2
La trayectoria de una estrella proyectada en el plano de la galaxia es el resultado de un círculo y de
un epiciclo (una pequeña elipse en el sistema de referencia en rotación), como se muestra en la
Figura 1: en general la forma es la de una roseta. La estrella se mueve a través del epiciclo en
dirección contraria al movimiento circular, siendo la razón entre los ejes κ/2Ω. La curva de rotación
de una galaxia espiral puede modelarse aproximadamente como una composición de:
1. Rotación fija cerca del centro, con Ω=Ω0 constante y V = Ω0r.
2. Rotación lejana, donde la rotación es diferencial con V = V0 constante y con Ω = V0/r.
En el primer caso, κ = 2Ω, y luego se hace κ =
2 Ω (véase Figura 2). Para potenciales reales, κ/Ω
toma valores entre 1 y 2. Se puede determinar entonces la forma de las rosetas, siendo el número
de lóbulos por revolución κ/Ω. Cuando κ = 2Ω, la órbita se cierra exactamente en una elipse, con
dos lóbulos por revolución.
Figura 1
Aproximación epicíclica
de primer orden. (a) Definición de
coordenadas. (b) La trayectoria epicíclica
en el plano xOy para una estrella; el
epiciclo viaja en sentido retrógrado. (c)
Caso en que κ = 2Ω; aquí la curva de
rotación es fija (V = Ω0r) o una órbita
resonante en el sistema de referencia en
rotación (Ωp = Ω - κ/2). (d) La órbita de la
estrella en un sistema en corrotación,
Ωp = Ω; la razón de los ejes epicíclicos es
κ/2Ω.
Hay exactamente tres constantes del movimiento: el momento angular Lz (que se conserva porque
˜U/˜θ
= 0), y la energía de dos osciladores, en la dirección z y epicíclica, dado que:
z 2 + ν z2 z 2
,
2
x2 +κ 2x2
Ex =
;
2
Ez =
otra constante posible es la energía total.
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Figura 2
Modelo simplificado de curva de
rotación galáctica. Región 1: rotación fija, v(r) = Ω0r.
Región 2: curva de rotación plana, v(r) = V0. La razón
κ/Ω está entre 1 y 2.
Resonancias de Lindblad y de corrotación
Tanto si existe una perturbación espiral con m brazos, una barra o incluso una galaxia compañera
en interacción, a menudo existe una velocidad angular privilegiada Ωp que juega un papel especial
para las estrellas. En le sistema de referencia en rotación con la perturbación, las estrellas giran
con una velocidad angular Ω' = Ω - Ωp. Hay entonces regiones de la galaxia en las que Ω' = κ/m, o
sea, regiones en las que las órbitas epicíclicas se cierran después de m lóbulos. Las estrellas en
estas órbitas se alinean con la perturbación y se mueven con ella. Al interactuar con la
perturbación siempre con el mismo signo, se ponen en resonancia. Estas son las resonancias de
Lindblad (Figura 3). El caso más común es m = 2. Otra resonancia es la de corrotación Ω(rCR) = Ωp
que ocurre en el radio de corrotación rCR. En el sistema de referencia en rotación, las órbitas en las
resonancias son periódicas.
Figura 3
Resonancias de Lindblad. (a) Una representación de las órbitas resonantes en el
sistema de referencia en rotación con velocidad angular de la perturbación espiral, Ωp (Ωs en la
figura): la resonancia interna (Ωp = Ω - κ/2); la corrotación (Ωp = Ω); la resonancia externa
(Ωp = Ω + κ/2). (b) Las curvas de rotación Ω(r) y las curvas combinadas con la frecuencia epicíclica
Ωp = Ω ± κ/2 permiten determinar las resonancias de Lindblad.
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Imaginemos que la velocidad Ω - κ/2 fuese prácticamente constante para la mayoría de las
estrellas de la galaxia. En el sistema de referencia en rotación con una velocidad Ωp cualquier
estructura adoptada por las estrellas en un momento dado sería muy duradera, no deformándose
sino girando como un sólido rígido en el sistema de referencia fijo. Para nuestra galaxia, la curva
Ω - κ/2 determinada por observaciones permanece constante y cercana a Ωp a grandes distancias.
Ninguna otra curva Ω - κ/m cambia tan lentamente como Ω - κ/2. Este hecho ayuda a entender la
mayor cantidad de galaxias con dos brazos espirales.
2. La teoría de las ondas de densidad
La mayoría de las galaxias tienen estructura espiral, algunas sorprendentes por su simetría y
regularidad. Estas estructuras son elementos esenciales en la formación y evolución de estas
galaxias, ya que es en los brazos espirales donde se forman la mayoría de las estrellas,
particularmente las más masivas y luminosas. La espiral también es un medio de llevar momento
angular hacia el exterior, permitiendo la formación de barras y concentraciones en los centros
galácticos.
El problema de la estructura espiral
La existencia de la espiral es un gran problema teórico. Los brazos espirales no pueden cimentar
su estructura en la materia, ya que la rotación diferencial de la galaxia enrollaría los brazos y la
desharía. El centro de la galaxia puede haber dado mil revoluciones desde su formación, mientras
que las regiones externas apenas han completado unas decenas de órbitas.
Lindblad fue el primero en proponer en 1963 que los brazos espirales pueden ser una estructura
girando como un sólido rígido. En el centro de la galaxia, la materia gira más deprisa que la espiral,
mientras que las regiones externas lo hace más lentamente. En medio, hay una resonancia de
corrotación entre las estrellas y la espiral. Lindblad propuso que el mantenimiento de la estructura
puede ser un efecto debido a la autogravedad de las estrellas.
Estas ideas están detrás de la teoría de onda de densidad, desarrollada por Lin y Shu entre 1964 y
1970. Los brazos espirales son vistos como ondas que pueden propagarse en una galaxia. La
hipótesis de Lin y Shu es suponer la existencia de ondas estacionarias o cuasiestacionarias que
permiten la duración de la estructura espiral (un paquete de onda progresiva no se mantendría
mucho más tiempo que unos brazos de materia).
La relación de la onda de dispersión
El principal problema estriba en la coherencia de las ondas. Imaginemos una onda espiral en un
disco infinitamente delgado. La densidad superficial es:
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σ = σ 0 (r ) + σ 1 (r ,θ , t ) ,
donde σ0(r) es la densidad axisimétrica no perturbada y σ1 la perturbación.
Expandiendo la expresión anterior en series de Fourier, obtenemos:
σ 1 = σ 1 (r ) e im [θ −θ o ( r ) ]+iωt ,
que representa una onda espiral con m brazos y amplitud σ1(r). La forma de los brazos queda
determinada por la media de la función θ0(r). Sólo la parte real de la expresión tiene sentido físico.
En primera aproximación, se asume que la perturbación es sinusoidal, con ω/m la velocidad
angular de la onda. El número de onda correspondiente es k = dθ0(r)/dr. Se puede considerar
entonces dos casos:
1. k < 0: si los ángulos se miden positivamente en la dirección de rotación de la
materia (Ω), las partículas entran en los brazos por el lado cóncavo. La
estructura espiral se atrasa.
2. k > 0: las partículas entran en los brazos por el lado convexo. La estructura
espiral se adelanta. La forma de los brazos espirales viene dada por el ángulo
de inclinación i entre la tangente a la espiral y el círculo de radio r:
tg i =
1 dr
1
=
r dθ 0 kr
(para una espiral muy enrollada, kr >> 1).
Figura 4
Dirección en la que se
enrolla la onda espiral respecto al
sentido de rotación de la galaxia.
Cuando la materia cruza los brazos
desde el borde cóncavo (a), la onda se
retrasa; en (b) se adelanta. La dirección
depende del sigo del número de onda
k = dθ0/dr, donde θ0(r) determina la
forma geométrica de los brazos.
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Obtención de la relación de dispersión
La relación de dispersión de ondas se obtiene en tres pasos. En primer lugar, el potencial
gravitatorio creado por la distribución de masa σ1 puede calcularse a partir de la ecuación de
Poisson:
∆φ = 4πGρ ,
donde
ρ = σ (r )δ ( z ) .
En el caso de galaxias elíptica, calculábamos la respuesta de una estrella a cierto potencial en
función del estado del sistema descrito por la función de distribución f(r,v,t), tomado a partir de la
ecuación de Vlasov. Análogamente, Lin y Shu usaron la ecuación de Liouville para determinar la
N
probabilidad f (rn,vn) de encontrar un conjunto de N estrellas en el estado (rn,vn) por unidad de
volumen en el espacio de fase. Esta probabilidad se llama función de distribución de N partículas.
Con este segundo paso se puede obtener, integrando sobre las velocidades, la densidad de
estrellas en el disco.
El último paso consiste en identificar la distribución de estrellas obtenida anteriormente con la
distribución inicial, con el fin de asegurar la coherencia de la hipótesis. La ecuación resultante es la
relación de dispersión de las ondas. El cálculo analítico sólo es posible en la aproximación de
ondas de densidad muy enrolladas (la longitud de onda o distancia radial entre los brazos espirales
es pequeña comparada con el radio de la galaxia). Esta aproximación permite despreciar el
acoplamiento en gran escala, haciendo la ecuación local. De hecho, la densidad superficial oscila
rápidamente al alejarnos del punto de cálculo, asegurando la cancelación de las contribuciones
distantes al potencial perturbado. La aproximación de ondas de densidad muy enrolladas suele
llamarse WKB (Wentzel-Kramers-Brillouin) por su similitud a la aproximación del mismo nombre en
el contexto de mecánica cuántica.
En realidad, muchas galaxias no tienen una estructura espiral suficientemente enrollada para
justificar el uso de la aproximación WKB. En la mayoría de las galaxias, además, el potencial
espiral supone algo más que una pequeña perturbación, y la teoría lineal debe ser utilizada con
precaución. Aparte de estas limitaciones, la teoría de ondas WKB es una herramienta fundamental
para entender la naturaleza de las ondas espirales en galaxias.
La relación de dispersión se muestra en la Figura 5: las curvas representan los valores absolutos
de la frecuencia local de las ondas de densidad en unidades de la frecuencia epicíclica, ν = m(ΩpΩ)/κ, en función de la longitud de onda λ/λcrit [en unidades de la longitud de onda crítica para la
inestabilidad de Jeans: λcrit = 4π Gµ(r)/κ (r)]. Las curvas representan el valor absoluto de ν, la
2
2
10
frecuencia a la que una estrella del disco se encuentra con la onda (ν = 0 para la corrotación. Las
curvas pueden extender por simetría respecto a la corrotación: ν = ±1 corresponde a las
resonancias externa e interna de Lindblad. En estos puntos, por ejemplo en una espiral con dos
brazos, Ωp = Ω ± κ/2, y en el sistema de referencia de las ondas las estrellas tienen órbitas elípticas
periódicas. Similarmente, solo se representan longitudes de onda positivas λ = 2π/k, que
corresponden a ondas retrasadas, pero las curvas se pueden generalizar a ondas adelantadas por
simetría para valores negativos de k.
Figura 5
Relación de dispersión para ondas WKB obtenida por Lin y Shu en 1964. En el eje
y se muestra la frecuencia de la onda ν = (ω-mΩ)/κ = m(Ωp-Ω)/κ, en unidades de la frecuencia
epicíclica κ. La velocidad angular de la onda es Ωp = ω/m. Debido a la simetría, sólo se muestran
los valores absolutos de ν y valores positivos de λ. Las curvas representan relaciones de
dispersión para varios valores de la velocidad de dispersión (Q). Para Q = 1 toda la región entre
ν = -1 y 1 (resonancias externa e interna de Lindblad) está permitida, pero para Q > 1 aparece una
región prohibida alrededor de la corrotación (ν = 0). Para una frecuencia dada, puede haber dos
soluciones en cada una de las ramas de onda (corta o larga).
Las diferentes curvas corresponden a distintos valores de Q (parámetro de estabilidad de Toomre).
Solamente se muestran curvas tales que Q > 1, para las que las velocidades de dispersión son
suficientemente grandes para que las inestabilidades de Jeans no fragmenten la galaxia. La curva
Q > 1 delimita dos regiones en el diagrama, correspondientes a las longitudes de onda corta y
larga. La aproximación WKB restringe la validez de los cálculos a las longitudes cortas, dado que
λcrit es del orden del radio de la galaxia. Sin embargo, las longitudes de onda largas son esenciales
para producir ondas espirales cuasiestacionarias, y los cálculos siempre acaban usándose en la
rama larga.
Otro resultado fundamental mostrado en la Figura 5 es la existencia de una región prohibida para
Q > 1 alrededor de la corrotación en el que las ondas son evanescentes (el número de onda k es
11
complejo). El área prohibida se amplía al aumentar Q (para estrellas con mayor velocidad de
dispersión).
Estos resultados pueden interpretarse fácilmente si recordamos la necesidad de ajustar los ritmos
de precesión Ω - κ/2 a las órbitas periódicas de las estrellas a grandes distancias para evitar la
deformación de la espiral formada por dichas órbitas en un momento dado. Cuando la
autogravedad es despreciable, el ritmo de precesión es exactamente Ω - κ/2, y la coincidencia sólo
se produce en las resonancias de Lindblad (ν = ±1). Esto se indica por la evolución de las curvas
como función de Q. Cuando Q tiende a infinito (la velocidad de dispersión hace despreciable la
autogravedad), la relación de dispersión tiende a una línea recta horizontal ν = 1, y las ondas se
restringen a la región de resonancia.
La autogravedad tiene el efecto de disminuir la frecuencia radial de oscilación de las estrellas de κ
a νκ. El nuevo ritmo de precesión de las órbitas periódicas se hace Ω - νκ/2. Este ajuste sólo
puede conseguirse variando la longitud de onda. En el caso límite Q = 1 (la autogravedad se
vuelve importante) las ondas pueden propagarse entre las dos resonancias de Lindblad al tomar ν
todos los valores posibles en la rama corta.
La relación de dispersión de las ondas permite calcular la forma de la espiral. Para una Ωp dada
obtenemos k(r) e integrando θ0(r) (ya que k = dθ0/dr), la forma geométrica del modo
correspondiente. Puede observarse, a partir de la evolución de la relación de dispersión en función
de Q, que para un sistema caliente (altas velocidades de dispersión) la espiral será más abierta
que para un sistema frío (Figura 6), para la rama corta. Lo contrario se cumple para la rama larga.
Como veremos más adelante, la onda de la rama larga tiene mayor amplitud en la amplificación,
las espirales abiertas indican sistemas fríos.
Figura 6
Forma geométrica de las ondas
deducida a partir de la relación de dispersión. Para
una cierta frecuencia, la longitud de onda es
proporcional a Q para la rama corta e inversamente
proporcional a Q para la rama larga. Esta última se
muestra en la figura para (a) un sistema de estrellas
frío y (b) un sistema caliente.
Dado que la relación de dispersión de la Figura 5 se refiere a ondas progresivas, éstas se moverán
a lo largo del disco de la galaxia y llevarán energía y momento angular. La velocidad con la que un
paquete de ondas se mueve es la velocidad de grupo, que en un medio dispersivo se escribe como
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vg = ˜vlκ)/˜k) = ˜ω/˜N. Esta velocidad tiene dirección radial y puede calcularse a partir de la
relación de dispersión. Toomre (1969) fue el primero en calcular la velocidad de grupo,
demostrando que el tiempo de propagación de la corrotación en la resonancia interna es muy
corto, del orden de unas pocas rotaciones de la galaxia, lo que crea el problema del mantenimiento
de las ondas si desaparecen en la resonancia interna.
Propagación de la onda
En las galaxias Q > 1. Las ondas no se pueden propagar entonces a través de la corrotación. Sin
embargo, se puede determinar el comportamiento del paquete de ondas entre las resonancias. La
Figura 7 indica la naturaleza de las ondas (atrasadas o adelantada, cortas o largar) y la dirección
de la velocidad de grupo en función de la posición en la galaxia. Obsérvese que en la vecindad del
área prohibida cerca del radio de corrotación, la velocidad de grupo cambia de signo. Esto puede
interpretarse como una reflexión del paquete de onda. Sigamos, por ejemplo, un paquete de onda
adelantado y muy enroscado (ondas cortas) cuando deja la resonancia interna de Lindblad. Se
propaga hacia el exterior, abriéndose progresivamente (λ aumenta). Cuando regresa, justo antes
de alcanzar la corrotación, está tan abierta que choca contra la rama de longitudes de onda largas.
Cuando la onda llegar a la resonancia interna de Lindblad, la teoría WKB no es apropiada, ya que
el número de onda k = 0 y la aproximación kr >> 1 no se satisface. Sin embargo, λcrit permanece
pequeña respecto al radio R, las ondas largas adelantadas se reflejarán en la resonancia interna
de Lindblad como ondas largas retrasadas. Después de reflejarse en la resonancia interna de
Lindblad el paquete de ondas retrasa, y se propaga hacia la corrotación intensificándose (λ
disminuye). Allí, de nuevo, se refleja y se dirige hacia el centro a lo largo de la rama corta. Estas
condiciones de frontera nos permiten imaginar la formación de ondas estacionarias.
Uno de los problemas que las relaciones obtenidas hasta ahora dejan sin resolver es el
comportamiento de ondas retrasadas muy enroscadas en la resonancia interna de Lindblad. Varios
autores (Mark 1971; Lynden-Bell y Kalnajs 1972) han mostrado que las ondas se amortiguan en la
resonancia interna de Lindblad mediante un fenómeno similar al amortiguamiento de Landau: la
interacción entre las ondas y las partículas en la resonancia permite el intercambio de energía, las
estrellas se calientan con el debilitamiento de la onda. Sin embargo, si la función Q(r) crece
suficientemente hacia el centro (aunque no tanto como para violar la aproximación WKB), la teoría
predice que el paquete de onda se reflejará antes de alcanzar la resonancia interna. Un paquete de
ondas cortas retrasado se refleja como ondas largas. Estas reflexiones en la resonancia interna y
en la corrotación nos hace esperar una posible amplificación de las ondas.
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Figura 7
Otra forma de la relación de dispersión, mostrando el número de onda k (en el eje
X y en unidades del número crítico de onda kcrit = 2π/λcrit) en función del radio (en el eje Y y en
unidades del radio de corrotación rCR). Sólo se representa la región entre la resonancia interna de
Lindblad y la corrotación. El valor correspondiente de Q es 1.5. Las flechas indican la dirección de
la velocidad de grupo de los paquetes de onda correspondiente. De izquierda a derecha podemos
seguir la propagación de una onda corta adelantada: De A a B la onda se propaga hacia el exterior
y alcanza la corrotación C, abriéndose cada vez más. Se refleja, la velocidad de grupo cambia de
signo, y se propaga hacia el centro de la galaxia como una onda larga adelantada. En la
resonancia interna de Lindblad (E) las ondas adelantadas pueden reflejarse como ondas
retrasadas. La onda larga retrasada (F) se refleja otra vez en la corrotación y se convierte en una
onda corta retrasada (G) propagándose hacia la región interna.
Para confirmar e ilustrar la propagación del paquete de ondas en el esquema de la teoría WKB se
utiliza simulaciones numéricas como la de la Figura 8. La parte analítica de la teoría llega a su
límite de validez cuando aparecen ondas largas. La simulación, realizada por Toomre y Zang
(1981), calcula la evolución de un paquete de ondas adelantado y enroscado a partir de la teoría
de perturbaciones lineales. De esta manera se puede estudiar la propagación de ondas largas sin
necesidad de la aproximación kr >> 1. La Figura 8 muestra la transformación en la resonancia
interna del paquete inicial de ondas adelantado en un paquete retrasado. Para interpretar
intuitivamente la transformación adelantado-atrasado (y atrasado-adelantado) del paquete de
ondas en el centro de la galaxia, sigamos una onda retrasada a través de los puntos A, B y C en su
movimiento radial hacia el centro en el sistema de referencia en rotación con la onda. La última
posición de estos tres puntos puede dibujarse esquemáticamente (Figura 9). Puesto que la
velocidad de grupo es igual para todos los puntos de la onda, estos puntos habrán cubierto la
misma distancia, así que AA' = BB' = CC'. Puede verse fácilmente que la dirección de enroscado
del brazo espiral se invierte al pasar por el centro.
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Figura 8
La evolución de un paquete de onda adelantado enroscado, calculado a partir de
las simulaciones de Zang (Toomre 1981), en un disco de estrellas con parámetros Q = 1.5 y X = 2.
Las distintas etapas, de la 1 a la 9, están separadas por un intervalo de tiempo correspondiente a
la mitad del período de la espiral. Las posiciones de las resonancias se indican mediante círculos.
Esta simulación muestra la gran amplificación de oscilación de un paquete de onda retrasado
originado por un paquete de onda incidente adelantado.
Figura 9
El cambio en la dirección de
enrollado al pasar la onda por el centro de la galaxia.
En este esquema simplificado, los tres puntos de
referencia A, B y C de la onda retrasada incidente
alcanzan, después de un tiempo de propagación, las
posiciones A', B' y C' de manera tal que los caminos
recorridos son los mismos (la velocidad de grupo es
constante: AA' = BB' = CC'. Los puntos de referencia
A', B' y C' indican que la perturbación se ha
transformado en una onda adelantada.
15
Amplificación de oscilación
La simulación en la Figura 8 revela un fenómeno que en la teoría WKB no es evidente: la notable
amplificación de la amplitud de la onda original adelantada durante su transformación en una onda
retrasada. Cuando la onda retrasada se intensifica (etapa 9), es más intensa que la onda original
adelantada, pero la amplificación temporal como ondas abiertas retrasadas es considerable. Este
mecanismo, conocido como amplificación de oscilación (swing amplification), había sido ya
considerado por Goldreich y Lyden-Bell en 1965, pero se popularizó con el trabajo de Toomre en
1981. El principio puede entenderse a partir de la Figura 10. La amplificación tiene lugar cuando el
paquete abierto de ondas adelantadas se transforma en un paquete retrasado, debido a la rotación
diferencial. De esta manera el movimiento de la onda intermedia empieza a resonar a una
frecuencia κ, y durante su epiciclo cada estrella interactúa fuertemente con la onda debido a que la
sigue. La autogravedad lleva a la estrella más cerca, lo que amplifica la perturbación espiral que
están formando. Debido a que todo esto ocurre cuando la onda cambia de adelantada a atrasada,
Toomre habla de conspiración entre la cizalla de la rotación diferencia y la oscilación epicíclica. La
amplificación de la energía de la onda se obtiene en detrimento de la energía de rotación.
Figura 10
El principio de la amplificación de oscilación, que deriva de la cooperación entre la
rotación diferencial, oscilación epicíclica, y autogravedad. El diagrama representa el movimiento de
estrellas atrapadas en una región de brazo espiral (la zona punteada). La dirección x es radial,
hacia el exterior de la galaxia; la dirección y es tangencial, en la dirección de rotación. En (a) la
onda se adelanta; se abre en (b). En (c) y (d) se ha convertido en una onda retrasada debido a la
rotación diferencial. Durante este tiempo la autogravedad, que atrae las estrellas en el brazo, y los
movimientos epicíclicos conspiran para mantener las estrellas en el brazo y reforzar la amplitud de
la onda.
16
Varias simulaciones realizadas variando los parámetros, en especial la velocidad de dispersión y el
grado de apertura de la onda, han permitido determinar las condiciones favorables para la
amplificación de oscilación. Definamos el parámetro X como la razón entre la longitud de onda
proyectada (λ/sin i; de hecho suele considerarse la proyección k sin i del número de onda) y la
longitud crítica: X = λ/sin i/λcrit, donde i es el ángulo de inclinación de los brazos espirales.
Recordemos que toda perturbación mayor que λcrit = 4π Gµ/κ
2
2
es estable respecto a las
inestabilidades de Jeans debido a los efectos de rotación. La Figura 11 muestra los resultados para
X > 1. La amplificación máxima se alcanza para X =2 y decrece abruptamente hasta anularse en
X = 3. La autogravedad no es lo suficientemente fuerte como para aglomerar las partículas a
distancias mucho mayores que el tamaño de la inestabilidad crítica. Esto sucede cuando κ
aumenta, haciéndose los movimientos propios de dispersión más importantes, y también cuando m
es menor. De forma análoga, se entiende porqué el mecanismo es mucho más efectivo en un disco
frío donde la autogravedad es predominante
Figura 11
La variación del ritmo de la amplificación de oscilación en función de los
parámetros Q y X. La amplificación es mucho menos eficiente para un sistema caliente (Q grande);
por otra parte, el ritmo de amplificación es máximo para X = 2 y se anula en X = 3 (cuando la
autogravedad del disco se cancela por la acción, por ejemplo, de masa invisible con una
distribución esférica). Los tres sistemas de curvas comparan los resultados obtenidos por (a)
Goldreich y Lynden-Bell (1965, (b) Julian y Toomre (1966), y (c) Zang (1981).
Ondas de choque inducidas en el gas
Las finas líneas de polvo a lo largo de los brazos espirales y los rayones de polvo que cruzan las
barras de las galaxias SB sugieren la existencia de ondas de choque inducidas en el gas por la
perturbación gravitatoria de las ondas de densidad. La emisión en el radio continuo se ve
considerablemente amplificada en estas líneas, lo que confirma la compresión del gas interestelar
y del campo magnético, congelado en la materia.
17
En 1964 Lin y Shu se dieron cuenta de que el gas estaba mucho más frío que las estrellas (su
velocidad de dispersión es menor). La respuesta a las ondas de densidad debe ser mucho mayor
en el gas, por ser inversamente proporcional a la velocidad de dispersión. Puesto que el contraste
entre los brazos y las regiones que los separan debe exceder por mucho el de las estrellas, la
contribución a la perturbación gravitatoria de la propia onda debe ser substancial, a pesar de que el
gas raramente constituye más de un 10% de la masa total.
El medio interestelar continuo
Hasta finales de los años 70, el medio interestelar se modelaba como un medio continuo con dos
componentes. una componente fría, formada por nubes de hidrógeno atómico a una temperatura
4
de 100 K, y una componente caliente, gas ionizado a 10 K en la vecindad de estrellas jóvenes.
Como la mayor parte de la masa en el medio frío, el gas es muy sensible al pozo de potencial
gravitatorio de los brazos espirales. La energía potencial del pozo corresponde a una energía
cinética tal que la velocidad relativa del gas se hace supersónica: un onda tenue de choque se
produce cuando el gas entre en los brazos. El punto de entrada corresponde al lado cóncavo del
brazo si la estructura espiral se retrasa, y el radio de corrotación se localiza dentro de los límites
del disco visible.
La diferenciación de la estructura espiral se debe a estas ondas de choque y a la compresión del
gas al entrar en los brazos. La compresión del gas causa inestabilidades gravitatorias en las nubes
de gas, que estaban en equilibro antes de entrar en los brazos. Esto provoca colapsos que forman
estrellas o cúmulos de estrellas. Pueden formarse estrellas de cualquier masa, pero las
importantes desde el punto de vista de radiación son las más masivas. La luminosidad de una
estrella varía en proporción a la cuarta potencia de su masa (L ∝ M ), y aún tomando en cuenta el
4
espectro inicial de masa de las estrellas, las estrellas masivas dominan. La vida media de las
estrellas masivas es muy corta (varía como la razón M/L ∝ M ). La duración de las asociaciones
-3
7
OB es del orden de unos cuantos 10 años, que es del mismo orden que el tiempo medio que le
toma a la materia cruzar un brazo espiral. La mayoría de las estrellas masivas cuya formación se
desencadena a partir de la onda de choque dejan de brillar al salir del brazo espiral.
El estudio de la circulación del gas en una galaxia perturbada por una onda de densidad espiral fue
desarrollado en este contexto por Roberts en 1969. La idea de que la formación de estrellas
masivas se desencadena al cruzar el gas un brazo espiral, aún cuando no está completamente
desarrollada, ofrece muchas oportunidades de ser confirmada a partir de observaciones. Nos
permite explicar la presencia de regiones H II alineadas en los brazos espirales, el gran contraste
de la componente joven de la galaxia (gas interestelar, regiones ionizadas y estrellas jóvenes) en
los brazos comparado con las regiones que los separan, y la presencia de líneas de polvo. Esto
18
nos permite entender por qué los brazos espirales son muy luminosos aún cuando la perturbación
espiral es pequeña comparada con la masa total (menos que un 10%).
Figura 12
El comportamiento no lineal del
gas interestelar, considerado como un medio
continuo, en un potencial gravitatorio con forma
espiral. Las ondas de choque se forman cuando
el gas penetra el brazo espiral: el contraste entre
los brazos y las regiones que los separan es de
5 a 10. (a) La compresión del gas al entrar en el
brazo provoca inestabilidades de Jeans y la
formación de nuevas estrellas masivas. Estas
estrellas ionizan el gas que las rodea, lo que
explica la presencia de muchas regiones H II tras
la onda de choque (que está trazada por el
polvo). (b) Al cruzar el brazo el gas experimenta
grandes variaciones en su velocidad: se
producen desviaciones sistemáticas en la
trayectoria cuasicircular del gas.
Nubes interestelares y el medio templado
Los primeros modelos de la respuesta del gas a una onda de densidad espiral se basaban en una
visión excesivamente simplificada del medio interestelar, la cual sufrió revisiones muy importantes
en la década de los ochenta. Las observaciones de moléculas en el milimétrico pusieron de
manifiesto que la mayor parte de la masa del medio interestelar está contenida en nubes
moleculares densas, cuyo factor de llenado (filling factor) volumétrico es muy pequeño (f ≈ 3%).
Además, observaciones en rayos X y consideraciones teóricas (McKee y Ostriker 1977) revelaron
que las nubes interestelares están inmersas en un medio caliente y tenue, llamado medio coronal
6
-3
-3
por su semejanza con el gas de la corona solar (a temperatura 10 K y con densidad 10 cm ).
Este medio es el resultado de la superposición de burbujas de plasma alrededor de los remanentes
de supernova, y su factor de llenado volumétrico puede alcanzar el 80%. Este gas no responde al
potencial espiral, debido a su alta temperatura y su correspondiente velocidad, que es la del
2
sonido, vs (vs es mucho mayor que la energía del pozo de potencial espiral). Sólo las nubes
interestelares es sensible al potencial espiral.
19
Los resultados de Roberts con un medio interestelar continuo podrían generalizarse fácilmente si
consideráramos el conjunto de nubes interestelares como un fluido, cuyas moléculas fueran las
nubes, y a una temperatura equivalente medida a través de la velocidad de dispersión entre nubes.
Sin embargo, el conjunto de nubes es solamente un fluido muy imperfecto, ya que el tiempo de
8
colisión tcol es del mismo orden de magnitud que el tiempo de cruce de un brazo espiral (tc = 10
años). La distribución del conjunto de nubes no tiene suficiente tiempo para alcanzar el equilibrio
en el tiempo dinámico, por lo que no podemos definir la temperatura equivalente. Esto implica que
las nubes se comporten como partículas balísticas en el potencial gravitatorio espiral, y estén
sujetas a colisiones.
Una solución simple de este problema puede obtenerse si la estructura espiral está fuertemente
enroscada (kr >> 1). En tal caso la perturbación espiral introduce únicamente fuerzas radiales de la
forma A sin(kr + mφ). Puesto que el movimiento azimutal de las partículas permanece constante,
podemos escribir φ = (Ω0-Ωp)t en el sistema de referencia en rotación a Ωp. De esta manera, el
problema se reduce a calcular el movimiento de N osciladores e una dimensión ( la radial) cuya
frecuencia propia es la frecuencia epicíclica κ y que está sujeta a una perturbación sinusoidal
A sin[kr + m(Ω0 - Ωp)t]. Este problema simple de mecánica clásica se muestra en la Figura 13,
donde puede verse claramente la acumulación de partículas en el pozo de potencial de la onda
progresiva.
Figura 13
El movimiento de nubes
moleculares en un potencial espiral, en
analogía con el problema clásico de N
osciladores
unidimensionales
con
frecuencia epicíclica κ. La perturbación
sinusoidal es de la forma A sin(kx - mΩ't).
El péndulo se acumula en el pozo de
potencial (a). Para perturbaciones más
fuertes pueden incluso producirse
colisiones entre los péndulos (b).
En planteamientos más realistas, se debe tener en cuenta las colisiones entre nubes que, si no son
elásticas, favorecen la acumulación de materia. Esperamos entonces que el contraste entre los
brazos y las regiones intermedias sea aún más pronunciado para las nubes masivas. Las
observaciones de nubes moleculares gigantes en galaxias cercanas confirman estas predicciones.
Todas las nubes en los modelos de medio interestelar continuo se acumulan en los brazos
espirales, sin la existencia de choques estrictamente, pero estiradas una distancia de unos pocos
caminos libres medios (1 kpc), que es el grosor típico de un brazo espiral. En el caso general, por
20
el contrario, no hay una secuencia bien definida entre el gas comprimido, la formación estelar, las
regiones ionizas y el gas atómico.
El amortiguamiento de las ondas
Gran parte de la energía de la onda se puede disipar bien por ondas de choques en un medio
continuo o por colisiones no elásticas de las nubes que proliferan en los brazos espirales. Por
ejemplo, en nuestra galaxia, hay una cantidad pequeña de estrellas con velocidades de dispersión
suficientemente bajas como para participar activamente en las ondas de densidad. Por tanto, casi
la mitad del potencial de onda se debe al medio gaseoso. A falta de un mecanismo que mantenga
indefinidamente las ondas, su tiempo de vida puede entonces estimarse de unas pocas rotaciones.
En conclusión, el problema del amortiguamiento de las ondas confirma lo que ya se había
mencionado cuando estudiamos el proceso de amplificación de oscilación: debemos abandonar la
explicación de la estructura espiral como ondas cuasipermanentes, con tiempo de vida similar a la
9
10
de la galaxia (varias decenas de rotaciones, entre 10 y 10
años). De hecho, los ejemplos más
espectaculares de ondas de densidad espirales se hallan claramente en galaxias en interacción
(M51 y NGC 5195; M81 y M82) o en galaxias barradas. En un tiempo muy corto después de su
formación, una galaxia espiral puede amplificar varios paquetes de onda provocados por una
perturbación externa, como la interacción de marea con una galaxia vecina.
3. Mecanismos de Generación de ondas espirales
Toda la exposición anterior sobre la dinámica y cinemática de las galaxias espirales deja muchos
problemas sin resolver. Entre ellos, cabe destacar el hecho de que las ondas de densidad espirales
se retrasan siempre que se han podido medir y el que la amplificación sea tan eficiente para ondas
retrasadas y no para las adelantadas. Hemos visto que la relación de dispersión para las ondas no
da una respuesta apropiada a estas preguntas. El número de onda siempre aparece elevado al
cuadrado, por lo que los dos tipos de onda podrían ser igualmente probables. Este comportamiento
debe estar asociado con el hecho de que si la galaxia se encuentra en estado estacionario y sólo
se tiene en cuenta las estrellas y las fuerzas gravitatorias, la simetría con respecto a una inversión
temporal asocia una solución adelantada con una retrasada. De acuerdo con esta simetría, la
morfología de la galaxia se mantiene pero las velocidades se invierten, así como la dirección de
rotación. Esta es la base del Teorema antiespiral de Lynden-Bell y Ostriker (1967).
Transferencia de momento angular
La existencia principalmente de ondas retrasadas puede explicarse por el papel que juegan las
ondas en la transferencia de momento angular desde el centro hasta el borde de la galaxia. Un
disco galáctico tiende a transferir su momento angular hacia el exterior para disminuir su energía
21
total. Las ondas retrasadas cumplen este cometido, mientras que las adelantadas llevan momento
desde el borde al centro.
La evolución natural de un sistema aislado es buscar estados de máxima entropía. En estos
estados la energía cinética asociada con movimientos desordenados es máxima. Para una galaxia
en estado estacionario satisfaciendo el teorema del virial, la energía total E (constante), la energía
cinética T y la potencial W cumplen:
E = W + T  W = 2 E
⇒
W + 2T = 0  T = − E
T puede descomponerse en la suma de las energías de rotación y aleatoria, T = Trot + Trand. Puesto
que T es constante, un aumento en Trand implica una disminución en Trot. Para encontrar la
tendencia correspondiente en la distribución del momento angular escribamos Trot como una
función de la distribución µ(j), con µ la masa cuyo momento angular j = rvθ se encuentra entre j y
j+dj. Trot se define como ½ ∫ j r µ(j) dj. Por tanto, una disminución de Trot implica que la masa debe
2 -2
moverse hacia el exterior llevando su momento, de manera tal que r aumenta. Debe haber alguna
compensación para que la energía potencial W también permanezca constante. W se balancea
gracias a la masa central. El resultado es que hay una transferencia de momento angular hacia las
regiones externas, que aumentan su tamaño, y hay una contracción pequeña de las regiones
interiores (lo que conserva W). Así, la evolución natural del sistema es hacia estados de mínima
energía, con aumento de la entropía.
Veamos los estados de mínima energía para un conjunto de dos partículas de masas m1 y m2,
momentos por unidad de masa j1 y j2, y energías por unidad de masa e1 y e2. La energía del
conjunto es m1e1 + m2e2. El momento debe permanecer constante: J = m1j1 + m2j2.
Llamemos ε(j) a la energía mínima por unidad de mas que puede tener una estrella con momento j.
Entonces:
 2
j2 
 vr + v z2 + 2 
r 
e=
+ U (r, z ) .
2
U(r,z) es mínima cuando z = 0, y el mínimo de e corresponde a una trayectoria circular con radio Rj
(donde vr = vz = 0). Rj queda definido por la relación:
de
j 2 ∂U
=0=− 3 +
= 0.
dr
r
∂r
22
Entonces, la mínima energía por unidad de masa es:
ε ( j) =
1 j2
+ U ( R j ,0) .
2 R 2j
La variación de la energía del conjunto resulta ser:
dE = m1 dj1 ε ′( j1 ) + m2 dj 2 ε ′( j2 ) ,
donde
ε ′( j ) =
dε
,
dj
y
m1 dj1 + m2 dj2 = 0 .
Calculando la derivada queda:

j ∂R j ∂  j 2
 = j = Ω( R j ) ,
ε ′( j ) = 2 +
+
U
2
2


∂j ∂R j  2 R j
Rj
 Rj
dE = m1 dj1 (ε ′( j1 ) − ε ′( j2 ) ) = m1 dj1 (Ω1 − Ω 2 ) < 0 .
Para que dE sea negativo, el cambio de momentos debe ocurrir en beneficio de la partícula con la
menor Ω. En el caso de una galaxia Ω disminuye desde el centro hacia el exterior. Por tanto, las
regiones externas deben absorber el momento angular.
Lynden-Bell y Kalnajs (1972) calcularon el momento de la fuerza ejercida por la perturbación
espiral. El resultado fundamental es que el signo de los momentos para espirales retrasadas y
adelantadas es opuesto. En el caso de ondas retrasadas, el momento ejercido en las regiones
externas por las regiones internas debido a la simetría axial es positivo. Además, si la onda es
cuasiestacionaria, los intercambios de momento angular entre las estrellas y la onda ocurren
solamente en las resonancias de Lindblad o de corrotación. Para una estrella que no esté en
resonancia, el promedio de las variaciones de momento angular debe cancelarse, ya que la estrella
interactúa con la onda en fases diferentes. Por el contrario, los efectos en las resonancias se
acumulan. Los cálculos de Lynden-Bell y Kalnajs muestran que las estrellas ceden momento
angular en la resonancia interna y lo absorben en la corrotación y en la resonancia externa. Por
tanto, sólo las ondas retrasadas pueden transferir j. Esto se ilustra en la Figura 14, donde se
muestran las fuerzas tangenciales debidas a la perturbación espiral. Estas fuerzas se cancelan por
simetría si la trayectoria es circular, pero se acumulan para una órbita elíptica resonante. En la
23
resonancia externa, la dirección de rotación se invierte, así como el sentido de los intercambios de
e y j.
Figura 14
Fuerzas ejercidas sobre las estrellas por
la perturbación espiral en la reonancia de Lindblad
interna. (a) El excedente de fuerzas radiales y la
deformación correspondiente de las órbitas circulares.
(b) El excedente de fuerzas tangenciales experimentado
por la órbita perturbada. Las fuerzas se dirigen siempre
en sentido opuesto al de movimiento de la estrella en su
órbita. Por tanto, la estrella pierde energía y momento
angular. Lo contrario sucede en la resonancia externa.
Excitación de las ondas espirales por una compañera
El paso de una compañera crea fuerzas de marea características. La fuerza de atracción
diferencial ejercida sobre las estrellas hace que el lado más cercano a la compañera sea atraído
con mayor fuerza que el más lejano, alargando la galaxia (Figura 15). La descomposición del
potencial de marea en series de Fourier tiene un término dominante en m = 2. Esta estimación sólo
es válida si las dos compañeras están suficientemente lejos. Para galaxias muy cercanas el
término dominante es m = 1.
Figura 15
Las fuerzas de marea ejercidas por una compañera C a una distancia
relativamente lejana del centro galáctico G produce un alargamiento en la dirección GC. Por lo
tanto, el paso de la compañera tiene como efecto excitar las oscilaciones epicíclicas de la partícula,
cuya órbita se hace elíptica y precesa a un ritmo Ω - κ/2.
24
Las simulaciones del encuentro de dos compañeras representadas por potenciales centrales y
partículas de prueba muestran como se desarrollan las perturbaciones en las regiones externas.
Dado que en estas simulaciones no se tiene en cuenta la autogravedad, el desarrollo de las ondas
es cinemático: la órbita circular de una estrella se hace elíptica por la elongación producida por las
fuerzas de marea, con el eje mayor alineado con la compañera. En otras palabras, la compañera
excita las oscilaciones epicíclicas. Las órbitas deformadas precesan a ritmos diferentes y se
enroscan formando una espiral. Sin embargo, esto no explica cómo la onda espiral interna se
prolonga hasta formar los brazos espirales externos. Tomemos el caso de M51. Su compañera
NGC 5195 puede dar origen a una gran onda espiral (las fuerzas de marea son nulas en el centro
2
de la galaxia y varían como r ). La onda debe excitarse dentro de los límites de la galaxia y
propagarse hacia el centro, pero el tiempo de propagación es relativamente largo (unas cuantas
rotaciones galácticas) y la compañera podría haber tenido tiempo de alejarse. Este problema
desaparece al tener en cuenta el mecanismo de amplificación de oscilación. Incluso una
perturbación de marea pequeña en el centro puede amplificarse y lo hará mucho más rápidamente
que en las regiones exteriores, ya que las causas de la amplificación (rotación diferencial y
epiciclos) varían rápidamente (ver Figura 2). El ciclo de amplificación es tan rápido en el centro que
una perturbación inicial muy débil puede desarrollar una amplitud mucho mayor que una
perturbación exterior muy fuerte. Esto sucede antes de que la onda se propague desde el centro al
borde de la galaxia (Figura 16, simulación de N-cuerpos de Zang y Toomre 1981).
Figura 16
La respuesta de un disco
uniforme de partículas a un impulso de marea
de la forma cos 2θ. En (a), (b) y (c) se tiene
en cuenta la gravedad. El tiempo de impulso
durante el cual las fuerzas de marea actúan
aumenta en razones 0.5, 1 y 2
respectivamente. La amplitud de la
perturbación es la misma (2%) en los tres
casos. En (d) se desprecia la autogravedad:
sólo se desarrollan ondas cinemáticas, y las
regiones internas de la galaxia apenas
muestran perturbación, aún cuando la
amplitud de las fuerzas de marea es el doble
(4%). La autogravedad, que permite la
amplificación de oscilación, es esencial para
que se desarrolle la onda de densidad espiral
en las regiones interiores.
25
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