EL SANTO CERRO EN SANTO DOMIJ\GO EL SANTO CERRO EN SANTO DOMINGO POR El Presbitero BAr AEL CELEDON PARIS J.-ELlAS GAUGUET, LIBRERO-EDITOR 36, CALLE DE SEI~E, 188S 36 EL SANTO CERRO SANTO DOMINGO -.-.-. -Con este nombre un San.tuario, Colón existe una colina, en la hermosa que se llamó Ilispariola isla predilecta primero Quisqueya, de 1uégo y por fin Santo Domingo. La raturaleza sus dones y sobre ella y la gl'acia rivalizan en conceder et Santo Cerro : aquélla lo hace bello; ésta lo hace santo. Veamos <t6mo. BELLEZA DEL LUGAR. Casi en el corazón de la isla, y en el centro de la zona ùel Cibao se levanta la agraciada lada y solitaria, colina, ais- entre las ùos Cordilleras rallan el valle y van fi morir la bahía de Samaná. Tendida oeste, y con tres grandes el extenso horizonte Ú que amu- un lado y otro de de sudeste poblaciones á nor- á la vista en que domina (La Vega, Moca y Ma<:oris), apenas tendrá la colina una legua de largo, casi toda ella de terreno cultivado, de cultivo, en gran parte y dando nacimiento Ú treinta vertientes -6- <le agua, más ó meno~ candalosn~, J)rJ)lr.s sipl11pre. NOlllhrarrrnos Sa'ilta quP, naciendo, s(')]o srg,'m' deeircs prro pcrmn- trl's : Al/l/a de la gente, al pie del níspero de que formó Colón la Vera Cruz, ùa ùe Lehel' il los innumerahles vienen al Santuario; la Isabela, honor reina de la eatólica para que el Almirante asf nombrada que ofreció del mar abrir un nuevo campo-medio que en sus jOY3S tenebroso pudiera mundo - á la Luz y por fin Chancleta .. , del Evangelio, « peregrinos Chanelela que mejor fuera Se hubiese quedado O con nombre Con la virtud anónima, más de acuerdo que atesora De trocar en fina piedra La superficie que tata, » Al pie de Sanlo Cerro, y en dirección oeste, se e\LÎende el espléndido de éste á valle que eautivó por su belleza la mirada y el corazón del providencia Descubridor, nombre, Vega Real, Imposible perspeclh<l y que recibió de su::; labios regio es describir la serena de es le valle, ¿ Perspectiva pectiYas, debo decir, porque Ú parte y majestuosa dije? 1'ersde las dife- -7- renles, á cual más bclla, que se ofrecen por donde quiera, cada una de ellas es fuenle de olras mu- chas, segÚn la hora y circunstancias en que se le conlemple. Además de la lúnica de verdor que revisle en lodo tiempo, vivo y, risueIÏo liene esta reina de las vegas, cuando menos un real manto de nubes para estrenar en cada dra del ailo : unas veces es de argasa, y en ocasiones miÜo; otras de argenlada se arropa con el iris, pucs no es raro ver esle l{¡baro del ciclo enarbolado Fuera sobre cI llano. de los manlos de neblina, la cual es casi diaria (debido á los vapores del mar que se entran por el boquerón caprichosos ya en girones, que la impelan; yen forma de las innumerables lina gasa, se improvisa otros con la lluvia que se ofrece á la lejos, ya en un cuerpo, los vientos de Samaná), se levantan segÚn el vienlo Ó el verano se los humaredas que en azu- de los desmonles incen- diados. Por las noches semeja ciclo que ha caído: el valle á un pedazo de eso parecen, Santo Cerro, las incontables en los bohíos, formando á las del firmamento vistas desde luces fijas que brillan constelaciones que emulan i y las luces errantes que, all1. -8 mentadas por las .r;uabas (e,;pP('.ie de pino resino,;o;, centplll';IIl, tt manera de conw!as, ('hbporrotrarulo ;'t YPCl'';,en manas (le los flue 'ïll1 y yienen pOI' rI lahel'into de caminos y yereda,; (IUI~ cruzan todo el yalle. Cuatro do,; fertilizan rste ameno paraí,.;o : pl Yuna, en parte navr~abll', el CamÚ, !lío Yl'rde y pl Licri, ;'t lo,.;cuale,.; yau ;'t pagar pl trihulo (le sus e,;ca,;a,.; ondas yario,.; arroyurlos. La,.; do,.; l'oI'(lilll'ra,;, de no muy gl'allcle altura, quP g'llarnpCPlI las orillas de la Yrga fil'al. (]pjando do,; ,.;a1illas ]¡;lCia el mar por el (·,.;tey el oP;;t(', pl'l'sc~utall, ca,;i oícalla hora, difl'rI'IJtI~'; Lrllí,;illlo,; a,;ppdo,.;, ,;p~Ún la,; ]¡irre pl sol, ú las ,;ornlll'a,.; (lue proyeelau sohre ellas la,.; Huùes dl' hUlllo ó (le Yaporc,.; : ora Sl~ las yc de,;pejada,.; después (le un a~u;u'rI'O, compitiendo cu azul l'ou el drl ciclo: ora yrr(leando!:On tOllO mois suhido qlle el drlllano, y (l('jamlo di~tin~llir pu pl fundo cl(~ ,;u,; IllOIltlllha:; faldas ('1 r¡,;uI'Clo 1II0,;airo quI' ('ol'l1wn la" I1lIllU'rO~a,; plantaciones III~maíz, ph! ano y caCia; y con fl'('('lIpnl'ia SP ostantan cOl'ollad;¡,; de uuhr;; qlle al imjlllbu de la ùrj,.;a se (',;caI'IIlPuan, 1'01'mando caprichosa,.; figuras encantado obsen'ador Ú que la fanta,.;ía del les halla el parecido, Y todo -9- esto bajo la cÚpula dr. un ciclo incomparable, orlado cn la maiHtna y por la tarde con encendidos urrelJoles, ó con una luz que antieipa ó deja en pos el sol, casi siempre de un color del mejor oriente dc la perla, tan fresco, tan suave que, no es ilusión, á más de deleitar la vista, como que se transformel en blanùo céfiro ú qué se yo qué fluido mistcl'Îoso que trasciende hasta el alma y refrigera el corazón. llenunciamos ft describir en delal la belleza física de cada una de las pcqllcflllS heredades en que está dividida esta esplénùida comarca, y la bellcza moral que se anida en cada uno de los poéticos bohros, cuyas puertas, marcadas casi siempre con insignias religiosas, cstÚn siempre abiertas panl dar alhergue al peregrino. Daste decir con rc"peclo á lo primero, que no hcmos visto nada milS plácido y hermoso; y con respecto á lo segundo, que cada hogar de los campos del Cibao evoca el recuerdo uc la vida patriarcal. SANTIDAD DEL LUGAR. Dejemos que hable el Conde Rosselly de Largues en su Vida de Coldn : «A principios de abril de 1405 visiló Colón en la -10- E~paÎlola, por segunda Ve,r¡a Real, donde, ,"ez la regia llanura en el ailO anterior, f'r, había de- tenido ausorto de admiraci6n, camente al frente de sus tropas, {¡ Dios bendiciendo gmcias por ha}}erle descubierto Sometido Guarioncx, el Almirante, entre comarca. el ~igIlO de la Itedención lencia, de tOlIlar veinle carpinteros, homljJ'es una Cruz. Ella podía 'veinte palmo;; (le altura. puesta tener inmenso horizonte, magnífica Aplicando construcción que de la de través, diez y ocho ú Esta gran Cmz fué plan- soure una colina mOlltaÙas, de~dc donde abrnzaua aquella árhol El tronco, formó el larguero rama, y de marinos un corpulento Cruz, y !a mÚs gl'uesa tada por el Almirante encanta- é ir con esta es- principalmente cuadrado, formó los brnzo,;. lugar honrar <le navío Alonso de Va- hahía cscogi<lo para formar pcrfedanwnte á la entrada Queriendo en aquel il derribar obtuvo de paz, la au- una fortaleza dor, dio orden al teniente compuesta y dándole so}}erano del país, de ¡HIUella magnífica calta, públi- tal belleza. las condiciones tol'Ízación de construír de la el aspecto ;11 pic de las la vbia, con un más encantador de llanura, su talento innato de una fortaleza de ingeniero, importante á la por el -11- aspc~to estratégico, manccío había cuyo plan había Colón algún ticmpo creado, en aquel lugar á que dado el nombl'C de la Inmaculada Durante Concep- y el país vecino fueron llamados ción. La fortaleza con el mismo pcr- nombre. la ejecución de sus trabajos sacerdote, ni había no tenía consigo ningún alll ninguna Iglesia, pero él hacía su oración diariamente al pie de a<:ruella Cruz. Reunía allí sus obreros y soldados por la maÙana y por la tarde. Era al pie de aquel sagrü.do signo donde regularmente ùivino. afecto El revelaùor Ú del globo tenía al Seflor y admirando sus obras venía allí dad de las estrellas, La vista armoniosamente Ú en medio de la la dudosa clari- en inefables de los astros eIl el espacio, de los coros celestiales. la protección se ensanchaba, de aquel con sineera piedad, bido con agrado. signo contem- que gravitaban obraba mente en su alma, como si escuchase las cosas místicas buscando y al pie de la Cruz, símbolo de la eterna vida, se absorbía melodía particular aquella Cruz. Como el salmista, nochc, con frecuencia placiones. rezaba el oficio divina- á la lejos la Su intuición sin duda, que había de bajo plantado y que Dios parecía haber reci- Parece que iluminaciones inte2 - 12- riore~ {¡l\'orecían á C¡'ï,.;tóoal Colón en aquelluga¡', pues (~I permanecía allí con predilección, que estaba como acampado FuÓ allí donde ÓIimocó Colón mismu en plena guerra. {¡ la Santbima aquel con la erecciÓn (Jc una iglesia en la cual se celehraran tre~ misas cada día: mera en honra de la Santísima gurula en honur de la lnmaculada la pri- Trinidad, la se- Concepción del globo, en rccompen,;a de s l!,; nuevo,; descuhrimientos, gobierno, y, cargado EspaÎla, lo~ castellanos, fue arra¡wado de caùenas, habituados {¡ aquel con fervorosa individuos lugar. por solo su eonlacto. enfermos, Este prodigio que también vino que aquella fueron atrajo fuel'on curado~. Cruz fué llamada pues ella se distinguía hlilagros hilO un milagro. de la fiebre á llar stl ejem- L'n día, implorada devoción, atacados de enviado plo, á orar al pic de aquella Cruz, continuaron niendo y la par lu,; licle..; difunto,.:. Cuando el Ilevelador su Trinidad. lo dice. Así (luiso consagrar lugar prhilegiado terrcm bien vi- la Cruz Varios eurados il otrO:5 De aquí la Vera Cruz, de las otras cruces por los que efectuaba. y las maravillas El nomhre f~spHrcieroJl ;Í de la re¡'a Cruz se la lejo,;. Los indio,;. oprimidos por -13 - lo;;; c;;;pailole;;; COll el nuevo gobierno y notando la ycneraeión lJUtaLan Ú aqucl AcercÜrome de Bobadilla, que sus domilladorc~s tri- "igllo, re~ol vieron y ataron sólidas dcs1ruírlo. cuerdas de bejucos al1ronco de la Cruz, esforzÜndo;;;e en volcarla; ni el númcro ni los esfuerzos La Cruz pcrmaneeiú Humillados dc~lruírla inmóbil, pudieron log¡'arlo. desafiando su vigor. los indios con el mal éxito, ensayaron por el fuego. Recogen ramas dÓr.nl:1.con ellas, por la noche, hasta altura y las encienden. "bla sccas, tíes, se retiraron La Cruz desapareeió mrnte de sus sacerdotes, satisfechos. conservada de la Lo;;;id6los Bohu- Pero al siguiente que la Cruz snbsistía día entera y perfecta- r.nLre las cenizas humeantes. sicJuiera su color natural 1'0- considerahle en medio de las llamas y del humo. laVas acompafllldos obsenaron pero había perdido; Ni apenas en el pie se notaba un poco negra como si le hubieran acercado H.eprimidos una hujía (1). y atemorizados poder, huyeron atraído su indignación, provenía entonces del cíelo. (:) Oviedo y Valdés. por aquel milagroso con lemor persuadidos de haberse de que aquello -1'<- Sin rmh;¡rgo, hizu \'oh CI' ¡'l el dl';;prcho de su" Bohulíes lrs la e:lJ'g-a, pa!'a lratar de cor'lal'la COll y los cuchillos sus ha(:has {k piedra 4u(' hahi{lIl o!Jtenido en sus cambios con los Espailoles, Encontraron en el madero brada; notaroll una resistencia no acostum- que inmediatamente que alTancay había !Jan una astilla, el vacío se llenaba, comenzar miento el tra!Jajo nuevamente. de su ohstinación pam hacerla Cristianos lante El encarniza- cedió delante nucyo prodigio. Recordando sido impolente que de aquel {lue su multitud halJÍa no solo para volcar la Cruz, sino vacilar siquipra, yenera!Jan se postraron y vicndo que los a(IUel signo, de allí en adeellos tam!Jién delante de la Crm: (1). La relación de estos prodigios, eion('s milagrosas atraían en peregrinaciones. yel'ilir,ando corlahan la Cruz un gran con- InvocÚ!Jase la Vera Cru:; y se iha curso de colonos, ú vbitarla Ú la yisla de cura- ~luchas personas, el ]JI'o(ligio de la renovación partículas de él. Coloc¡íbanse y sc llevahan á cula" de la Vera Cru::: en relicarios los otros lugares de la Espaflola, ;'\l1e\'o ~rundo y aun (1) Oviedo y \'~Idés. iÍ CasUlla. delleÜo, estas partí- Ú las colonias del -15 (t - Dios, pnra nntorizi1r y mostrat' dable la piedad de los fieles, hcct.o para confundir indios. hizo la que había la sacrílega empresa de los l'or m¡ís que se cortú la Cruz por muchos (1) arIOS, ella no sc disminuyó lJn que le era agra· milagro numcrosas, cepdún tan ». permanente, una afluencia curaciones tan continua tan á la Con- dicron á la fama de la Ve¡'a C¡'UZ una noto- ricdad inmensa. manifiesta Pero como la hum:ma dondc quiera quc hay hombrcs, que ciertos clérigos, explotando ficles, reeiIJían numerosas parece la piedad de los ofrcndas Vem Cruz; pero no las aplicahan destinadas Ú quc las daban. Carlos V de cste abuso, hizo ordenar tesorero del obispo de la Concepción cuidado de cmplcar las sumas la según las inten- cioncs de los pcrcgI'ÍI1os y enfcrmos Informado flaqueza se al que tuviera o('rcndada~ á la intcnción de la Santísima indicado, pucs él sahía quc no se usaba dc ellas Cru.::, segÚn su destino dc e,;c modo. En el afto 1525, CaI'los V para honrar Santhima Cruz, ordcnó cuatro afIos, una suma monto ùe las multas quc á su vez la sc sacara durante de 20,000 maravedíes entradas dcl en caja á favor de la (1) El p. Charlevoix. 2. -16 - CÚmara real, ornato para del lugar piarlo mÚs al respeto debidos personalmente al Cruz, y apro- y yeneración que le eran (1). :\lultipliciíndose Vera contrilmír de la Santísima C¡'UZ conmoyiúse los milagros y haciéndose cada obrados por la yez mÚs cdebre, Espafla con pl'Odigios tan certificados. El Emperador suplicÚndole escribió sobre ello~ al Padre Santo, que se dignase inclulgencias Ú autorizar la deyocil'JI1 CI'UZ, y otorgar de los Heles il aquella los que yinieran algunas allí en pcregrina- ciÚu é hiciesen alguna ofrenda ii su inteneiÚn. Pero como el Heraldo de la CI'UZno rué nombrado en el despacho impel'Îal, COIllOél hablaba solillnente de una Cruz que se había plan lado (qu'on ayait plantée) cerca de la Concepción, el Soberano en su prudeucia, del Emperador. La Santa Sede, y los teólogos general, no otorgan ¡"l gran confianza del se (on:, Esta potencia, Ú al \"oto en los prodigios tan reconocida cada por los filósofos alemanes este se (on) que estmo dderir Pontílice no se apresuró, é invo- y los racionalistas, tan en !Joga entre los escri- tCJl'l~";del siglo diez y ocho, no ha \euido aun Ú ser una autoridad (1) lIcrrcn. para llama, La Iglesia no reCOllOCC - los méritos 17- del on, y no cree mucho en milagros hcr-hos por (~l plural. En efecto, en la historia del Antiguo no vemos un solo milagro sin Jlombre Del mismo modo en la historia y aun cuando, por resenadas hombres descomponerse escogidos. sielllpi'e en los el milagro se opere por varios, jarnÚs es cosa oculta el nombre, de aquellos del Apos- :múnimo. causas de la Providencia, de autor. primili\cl tolado, no hay rastro de milagro secretos Tcstamento la calidad Su plural en singulares pucdc distintos: ya son 6 los hijos dc Aarón, 6 los Saccrdotcs, Profetas, Ú los Apóstoles, 10", ú Corporacioncs espiriLu; (¡ religiosas pero no el púhlico, quien prc)(1ucr (~l milagro. il la rcunión grada suplican conficre Dios los Discípulos, de su la multitud, el on Cuanùo Dios, otorgando Ú los milagros han vbto milagros (lue le se digna oír sus volos, producidos sin que ninguno no !Jor Seguramente s(~ cn tal capilla, pueda atestiguar causa. es decir, la ocasión personal, ni saber méritos ese fa\'or. de quien no al anónimo: para ellos, pcro medio (le ellos; tal es lo ordinario. lai altar, aquellos pOI' ello un poder milagroso ]\;lCC 6 San- herederas de los fieles, congregados, 6 los se haya debido en su Ú los No - obstanlp, 18- por lo rp~ular por mpllio (}p lino solo PS il \lIrios, l:omo se obtiene el milagro llue apr'o\l'clla y elon nada tiene que pretender Cil ello, Sea lo (¡¡w fllere, RaIlla, en su pruùcncia, informes mas enl:argar amplios; acaso espel'Ú tamhiÓn al tiempo que sirviera de piedra de toque á aquellos prodigios. En los aflos siguientes, mentll quenía descollocida una causa completa- hizo cesar pl prodigio cIe la rcnoyaCÍÚn (leI le,'lo de la Vera Cru::: (le la ConcppciÚn. Sin ernhar~o, grinos su l'ontario continuaua quitÚnrlolc nuía yisiiJlemente día por día. Par:l proteger obispo olH~raha aI'IU y como la piallosa a,illez de los pere- milagros; pedazos, la santa insignia él dismi- contra de la Concep<:ÏÚn la hizo tr:lslatlar sionalmente Ú su catedral. una capilla. La Vcra Cr/!::: i'e encontraua gouernador Santo Domingo, redactaba procc- ;Hlonrlp fue colocada en 1;)3;), cuando el arquicronúgrafo Valù(ís, entonces esto, el allí en cspaflol Oyiedo y de la ciudadela de en esta ciudad su tercer libro de la llistoria 'natural de las Indias. Pero \"(~intinueYe ailos después, horroroso ciudad terromoto en l¡j;¡:l, un destl'llYÚ casi enteramente de la Concepción. Todos los edificios la de -19 - piedra fllcron derribados, con excepción solo. La cat{~(]ral, edificada de<:ploml) llajo la violencia Sola una capilla resistió que scrvía también para de piedra al fenómeno: escombros se esta fue la la Vera Cruz. Notóse que de los habitantes Cruz, aunque tallada, de los sawdimienLos. conservar casa ó en sus personas de uno que tenían en su alguna partícula pOI' un instante de la Vera sepuIlados de su morada, ninguno bajo los recibió la menor herida (1). Cosa particular, los primeros amigos del Heraldo de la Cruz, del que halJía plantado lagroso - los Franciscanos, su iglesia al momento Pl'ecip~tados contra - este signo mi- se encontraban en que estalló el suelo, volcados levantaron protegidos invisible. sin emhargo, ~inguno Cosa igualmente sobre bajo el ellos, se por un poder había recihido la menor lesión. notalJle, la Única casa que per- maneció en pie, convento de San Francisco, seían el estrago. abrumados peso de los materiales en después un fragmento del terremoto, fue el cuyos religiosos po- de la Vera Cruz de la Con- cepción. Cuando el Padre Juan Bautista (1) P. Chíl.rlevoix. Le Pers tomaba, - 20- en el mismo lug-ar donde fur la ciudad, las notas que sirvieron al Padre Charlevoix para escribir Sil Historia de Santo Domingo, se veía aÚn solo, de pie y en medio de las ruinas de la ciudad, ci monasterio sahado. Después de aquel desastre, se dispersó la porción de habitantes que había sobrevhido; y los flue eran mas afectos al lugar se fueron {¡fundar, al sudeste de la Concepción, el pueblo de la Vega. ¿. Qué vino (l ser de la Vera Cruz drspll(~s de e~ta emigración? Esto es la que nadie puede decir. Pero la realidad de los milagros de la Vera Cl'UZ plantada en la Concepción no podría ponel'se en duda ni un instante. Ella está llevada al m<Ís alla grado de certidumbre histórica, y toca en una palpable evidencia. No solamente los historiógra1'os oliciales refieren los hechos, sino que ellos se apoyan en testimonios contempor{¡neos y en piezns auténticas. Las (:onsecuencias de los milagros operados por la virtud de esta Cruz vienen á ser objeto de una correspondencia administrativa con las autoridades de la Espaflola, y de Ulla comunicación del Emperador al Jefe de la Iglesia. La notoriedad de eslos prodigios pasa el mar, - penetra en EspaÜa, ya 21Ú esparcirse solJre todo el Nuevo *[undo. Otro ~estigo muy importante con respecto il esta Cruz, es el mismo Crist6bal Col6n. En su testamento designa para construir una cnpilla, aquel lugar en donde invocó tí la Santísima Trinidad; y este lugar es tan familiarmente conocido de los suyos, que él no lo distingue por su nombre par~ ticular. Limílase á recomendar que esta capilla, bajo la imocacÏón de la Trinidad, sea, en la posil>le, constr lída en el lugal' mismo dende él la invocó, en el lugar llamado la Concepción. La iglesia que proyecló Colón no pudo construÍrse. » Vamos ahora á complementar la que antecede, con ddos que tal vez no llegaron á conocimiento del i1Lstre historiador del Almirante del Océano, y que hemos olJtenido, ùe oÍùas y de vista, en el espacio ùo ocho meses (de!) de febrero á 11 do julio de 1884, y de 10 de enero á Ü de alJril ùe ¡l;S:J), tiempo en que, por dicha nuestra, nistrado Cerro. espiritualmente hemos adrni-' el Santuario de Santo En el lugar donùe Colón plantó la Vera Cm:: (que e,.;una pequeÙél meseta (le la colina antes descrita, desde donde se domina todo el valle), existiÓ" - por largo ticmpo, 22- ;;in quc sepamos iglesia y un convcnlo que eran emiaùos según parece, del cam-enta que de los Caballeros. Iglesia y con- existía en Santiago vcnto duraron una y techo de <le mampo:;tcria tejas, cn dOllde había lrcs religiosos, Mercenarios cuánto, hasta el aÜo de 184:2 en que fueron destruidos por el terrible á Santiago en parle, y casi del todo á la ciuùad del terremoto que destruyó Guarico, ó Cabo lIaitiano. Luégo :;0 cOllslruyó olra iglesia en el mismo lu- gai', de lIlellore,; proporcione,;, y blores, pue:; fue casi des- pero no do huracanes, Ú prueba de tem- truida en su lIlayor parle, por uno (lue azoló aquella comarca en l~(j!). Quedó de la iglesia el e,;qucleto, ó al'llHlzt'l1lque 10da\Ía subsbtc, tarde para cOllslruír los inlllullcrahles y (IUC senirá ulla casa pam dar más posada á !lerl'gI'Íno,:. Eso es loùo la que }lodl'lIIoS decir de la pasado; (~Il cuan lo Ú la presenle podelllos decir un poco más. ~alllo Cerro e,: hoy, una pequeÙa población liellc, ('(¡nla(lo,:, ('uarl'llla bohío,:, ordenados que ell uni\ call1~cita que ocupa lodo el largo y el ancho de Iii l'orla y l',:treehísima gue Ú 1:33 h;;bilanle,:, mcseta, y que dan alber- Ulla parle de ellos tullidos, - ciegos y ancianos allí Ú yaletudinarios que han yenidû rccibir el pan de cada día de manos peregrinos implorado En el extremo norte 2:i- Ú por el amor de Dios. oriental sur, se levanta que, en construcción no le faltaban, Ú majestuoso apenas hace cuatro quedar techado, es de ladt'illos de los ladrillos vento;; y casas de la antigua ción, destruida el bello templo aÙos, ya hiladas dc bóveda la y de azotea las laterales. Todo el templo principalmente de la calle, y colocado de mi salida, sino lás últimas de la cÚpula para nayc principal, de los ¡cosa particular! de la catedral, ciudad por el terremoto, 1G5:3,como equivocadamente con- de la Concep- de lGG4 y no de dice Hosselly de Lar- gues. Aquellos materiales, por trescientos y más para que se realice, dato, la disposición que estuvieron aftos, han venido en parte, testarnentat'ia intactos Ú del Heraldo de la Cruz; pero no con el oro de sus herederos, i cosa admirable! servir el deseo, el mansino con el óbolo que uno á uno y casi sin intermisión cae de los manos de los pere- grinos sí; en el hoyo que tal vez con j en un hoyo! sus propias manos empezara del templo, á abrir Colón. D~ntro en una capilla de bóveda que queda en - 24- IIledio (k Sil lado oriental y lIada afuf'!'a Ùl' la nave, ~e COI1"el'\,l, J'odea(lo de veneración el hoyo IlcJIHlc CÔlon plantÓ la Vera Cn/::, y que ~c llama Smtlo Hoyo. Tendri'[ camu vara y media de hondo y largo, y una de ancho, ceITado con lIaye por aniba, enmezcladas las cuatro paredes laterales, y I'n rstado natural el landa. Allí, sicmprr descalzos, entran diariamente, y sobre tOllo en los :,;[¡vados y dumingoo:" innumerahles prregrinos, iÍ pedir la sa- lIH1, Ó dar ~rarias Ú Dios por lo;.; hrnelicios recihidos, ofrendando en Illanos dd ~[ayordomo, un real ljlle es la limosna acostumbrada, COllla nwl se h;l hecho, l'Tl sÓlo cualrü ailo:" la mayor parte del magnífico lemplo que 10 cubre COll su sombra. Entremos al Santo Hoyo, y Illcditemo,;. "j Oh profundidad de las ri(lue'zas de' la sabiduría y de la rienda <le Dios! i Cn(m incomprensilM,; son sus juicios, (; impcnetrallles sus ('aminos! Col(JIl hu,;¡) caha oro, mucho oro, no p:na sí. ni Hl familia, sino para sali,;f'a('er un p'ancle y nobilísimo deseo: ¡el de libertnr (le la,; manos dl'l ~[ahoJllrtano d sl'pulcm saerosanto de su Dios, dn Jesucristo ~ Esto no cra realizal.Jle en los Ilr:,ignio:; (]e la di\ina Providencia; pero el deseo le cra aceptahle, y ('Il eambio quiso Ella que el yoto del hombre de de:-;eos 110 - 25- qucdal':l fru~trado espccie de C:lhal'io, del Sepulcro, plegarbs y rn este Cerro, ~ntcramenlr, cl.crnizó ('n do¡¡(k y sus este lloyo, vi¡¡icran IÚgrimas imagen ¡í delTamar los amadorc:'i sus de la Cruz. /, Pc!'o qué testimonios hay de que ese hoyo sea el mismo en donde Colón fij6 el <Íru(JI Redcntor? - El de esa corrientc, grinos lJue han nunca estado espac:o de cuatro siglos, d:índose la mano exhausta, entranrlo de pere- y saliendo y que hall venido para coni'crvnr por como la tra(lici(¡r¡; y algo lllÚS. Así como Elisco heredó cun el manto (le Elías su }loder de lw(:er milagros, Sante. Hoyo ha heredado tmo en él, la virtud 1',umcrosos (le hacer milagros. ~Oll los (lue se ttH:ntan, de no remota fechr., pl'c,.;enciados pOI' personas y qu~ podl'ian testiflcarlo, dad rdcsiÚslica fue milagro, así I.amhién el de In Vera Cru:: Ilue es- que est<Ín vivas, una vez que la autori-, creyera esto oportuno. No diré que pero sí Cjlle el :?l de maI'ZO de este alio I'ntl'ó cn cI Santo Hoyo una nir'lil haiti:ma, edall dc doœ ailOs, con una que: ~ufl'ía, Sr.gÚIl testimonio cspeeir. de pariÍlisis eJe su padre, dc,,;(le la clI:lllllc dos alÏos, y quedó instantáneamente A mi salida de Santo Cerro de quedó todavía sana. allí, - 26- <tcaneando agua de la fuente de Agua Santa, para el t.rilhajo de la iglesia. Pe¡'o ua sÓlo ha quedado la s:mta huella de la Vaa Cn.!,:', en Santo Cerro, tambiéu uua de ella, en forma de cruz incrustada en oro, como de tres ó cuatro pulgadas satisfacción de largo, de sacar en procesión reliquia la cual tuve la el día :J de mayo de 1881, en medio de un concurso no menor de dos mil ilhnas. La parte principal ell la catedral anotaeión de la Vera Cruz se conserva de Sauto Domingo. Copiaré que el Illrno Sellar :\lcrillo se di~nú po- ner cn el manuscrito bas en París: « que le dí [¡ leer estando y <le ella se hicieron una quedú cnla cated¡\¡] conteni<la dentro gran cruz de plata, t rahajo erigiÓ un altar principal recha (mirando um- La Fera Cruz fué trasportada Santo Domingo La Santa aqu\ la de fili~rana, que encaheza del presbiterio Cruz se conserva il tres partes: <le una y se le la nave de- á la puerta muyOl'). con gmn veneración bajo el título de la Santa Reliquia. En las prolony saca en rogación y es gadas sequías se descubre de pÚblica YOZ y fama que el mismo día llueve. En la catedral de Santo Domingo la Santa Cruz con su octava, se celebra teniendo el día de además su - 27- noycn:lI'io. El altar ha estado sicmpre bajo el celo í'Spí'(·j;¡1 del CalJiI(lo ceJesiCtstico. El nicho donde se (:onserva la cruz est¡'l cerrado por tres llaves, las cuales conserva hoy el prelado, pero antes esdistrihuídas así: una tenía éste, Otra el Cabildo y la otra ... no recuerdo ... Otra parte de la L)han Cruz fué llevada á Espaiia y depositada en la catedral de Sevilla, y la otra parte fue enviada ¡í Roma. » Con esto queda contestada la pregunta que hacía el conde Il.osseJIy de Largues cuando dijo: ha venido iÍ « ¿ Qué ser de la Vera Cruz después de esta emigración? » Adem¡ís del Santo Hoyo y la reliquia de la Ve,'a Cruz, se conserva en Santo Cerro el árbol de que formó Colón la Cruz; y se conserva, no como quiera, sino fl'Uctificando. Es un níspero, erguido con orgullo en medio de una de las aceras de la calle, y dando testimonio de sus ailos con su aspecto. Basta vcr su grueso tronco, ya casi de la consistencia del ébano y ahuecado y cavernoso, par;) persuadirsc de sulongcyirlad. Con todo, aquel árbol tiene la propiedad de rejuveneccrse: cuando parece fl'-.lC va Ú secarse enteramente, brota de en medio de su carcomido tronco alguna nueva rama - 28- {lue crcc(', se re,,"iste de follaje y frudifica, niendo á la "ez con honor la iùcntidad srwlar que dió material tativas se han hecho para ohtener de su simientr mantenido, tpslifka iÍ {leI ¡'¡l'hol para la Cm;:, Mucha,.; ten- decano de la selnt, pero en levantar soste- prole de este no se ha logrado \IWO: un solo Ú!'lJol: ¡'~lse ha Y¡l'gen. ¡, Y qui,:-n su modo, siempre {Ille de ese Úrbol sc f'ormÚ la J'era Cruz '! Los mismos que dr'pollen en favor del Santo Hoyo: la corriente de perpgrino,.; cúnclos(l ¡'i su trol\co hojas suyas, qlle han estado para por espacio tomar accry fragmentos y que ùe euatro siglos, han yenido como dÚndose la mallO para consenar pero algo mÚs preciso y e,,"idente po- la tradieión; dría obtenerse mento existen á este respecto: comparar drl ÚrlJol con las reliquias rn Santo Domingo llrgari't el momento un frag- de la CrllZ que y Santo Cerro. Till vez en {lue la autoridad edesi<ls~ tica la haga. Casi siempre que se trata de di;;pensar y inteniene ; ('Ómo no: si es ('lIa la tc;;ol'em y cli;;pensadora de la gracia. la augusta dones cspiritualP:.; \ïrgen-;\Iaclre, Así no es extraÙo, y antes e;; muy llano, que en los que se otorgan en el primer tuario san- del Nuevo Mundo, haya tenido y tenga inter- -- 29 - venCÎón. SegÚn tradición apareciÓ la Reina conservada en el país, se dr, los Ciclos sobre un brazo de la Ver,t Cruz, cuando los Indios quisieron y destruír aparece la insignia redentora. en la relación de Tal por lo menos, Las cosas « derribar López de !Y[esa habr;'l de pedir (¡ que Pero su Majestad en fayor de la ciudad de la ConcepciÚn de la isla ES]la~ Îlola para su pohlación. » (CoIeceiÚn de docurnen~ tos inl~ditos del neal Archivo de Indias, piÍgina 161, Madrid, 18(H). tad como en esta torno ¡rD, lIacel' sahel' iÍ su Majes~ « ciudad, en un cerro que está junto ,).ella, estel una Cruz que puso el Almirante D. Cristóhal é aquella según ColÚn al tiempo que polJló esta ciudad, está tenida en mucha es pÚblico, alliempo cantidad de indios tilIa, muy que ~e puso, mucha 6 no pudieron, de la Cruz estaha hermosa, ella, Il ]lar la mucha tenido é que que eran m¡ís de cinco ó seis mil, fueron Ú la derrihar, que eleima devoción, é tienen que no les dejaha deyoción los de la tierra, campo, han sacado Il cortado Ú llegar ;'1 que en ella han corno está en el de1la tanta cantidad, qne Sl~ cree, segÚn las muchas hay é han lIeyado Il dijeron una mujer de Cas- cru(leS que della Castilla, que es JllÚS cantiùad que toda la Cruz era al ticmpo que alli se puso. - ~oE que esto se tiene por milagro no la haber acu- hallo (1). )) Cree el pueblo dominicano la Santísima que la aparición de Virgen fue uajo la ad vocación de Nues- tra Sellora de las 1'lercedcs, y así se la ':enera Santo Cerro con eÜraordinaria allí, sino devoción, y no solo en toda la HepÚblica, concesión de la Santidad tanto, tiesta de doule precepto como lPatrona á Nuestra tora de cautivos y la circunstancia que tiene de la Na-, Señora Redende que el escudo de la nación lleva en lugar prominente nos parecen (lue por de León XIII, su día es ción. Este cuIlo nacional la Crm, en el signo de su origen en las gracias que han uajado de la alto á Santo Cerro. A nuestra doblemente llegada privilegiado gracia, pensamos Illás elocuente histórico santuario, por la naturaleza y por la en tomar algÚn dato que reve- lara su impOl'lancia comuniones: ti este religiosa, y nos pareciÓ que el ser'ín la cifra á que alcanzan tomilmos que duró nuestra las este dato, y en ocho meses administración espiritual comul- garon : (1) Tanto la citada nota como la rectificaciÓn de la reclha ciel terremoto, la hemos tomado de una publicaciÓn del senar Tejera. -31. - De 10 il 2\) de Febrero 1884.. ~larzo .•...••.•..•...... Abril .••...•.•....••... 109 personas. 781 78a Mayo ••••..•••.•..•.•.• 081 Junio .....•....•....... G::l7 1/'2 Julio ••....•.......• :¿lü De 10 á 31 de Enero de 18~. Febrero ..•..•..•.•.... Marzo.......•......•..• ~ d[as de Abril. ....•..•. 201 465 1.400 608 5.U97 personas. Yeso en una población que no cuenta sino 135 hahitantes. Por el nÚmero de comuniones puede juzgat'se cuM será la afluencia de peregrinos, pues no son los mií!':, ~ino l()~menos los que \lm il confesarse y comulgar. y esa muchedumbre de romeros tal vez se duplicariÍ dentro de poco, pues según el trazado hecho para el ferrocarril que pal'te de Samanú, pasará casi al pie de Santo Cerro aquel portentoso vch[culo llamaùo ií transformar, por el aspecto industrial, In. fecunùa y pintoresca comm'ca del Cibao. Según se me ha informado, M. Bair, empresario y propietario del ferrocarril, hizo una visita ~al - 32- Santo Cerro, y halJiéndole manifestado su hijo, que padece de la vista, la Lien Ilue se había sentido de su mal ell aquel sitio, dijo Ilue haría allí una casa para imemar con su familia. il mi regreso de Santiago, D. Gregorio IUvas, Poeo días después, me manifestó agcnte de la empresa, M. Uair le había datlo órdenes eonstruír para que le hiciera y aun p)'ohable, la ciudad de Sallto Domingo (una vez 11u(' el debate aeerca de los gloriusos haya triunfado Cil reslos mortales de Colón), cumple el deseo manifestado de la Cruz, de ser enterrado Lances la importancia inmensamente. importancia Ú que aquella casa. y si como es posible, crecerá en la Vega religiosa, los altares histórica Y crecería si llegara aún lugar más su la Iglesia á elevar el signo ltedentor, en triunfo sobre la más hermosa (lue yacía sumergida - de aquel al (lue llevó por sobre las olas del Océano tenebroso Paris, por el Heraldo en Santo Cerro, en- para plantarlo mitad del mundo en las tinieLlas. Typ. ,\. p'\IŒNT, A. DAVY, successeur, r,Z, rue Maùame et rue Corneille,3.