El santo Cerro en Santo Domingo

Anuncio
EL SANTO
CERRO
EN
SANTO DOMIJ\GO
EL SANTO CERRO
EN
SANTO
DOMINGO
POR
El Presbitero
BAr AEL CELEDON
PARIS
J.-ELlAS
GAUGUET, LIBRERO-EDITOR
36,
CALLE
DE SEI~E,
188S
36
EL SANTO CERRO
SANTO
DOMINGO
-.-.-. -Con este nombre
un San.tuario,
Colón
existe una colina,
en la hermosa
que se llamó
Ilispariola
isla predilecta
primero
Quisqueya,
de
1uégo
y por fin Santo Domingo.
La raturaleza
sus dones
y sobre ella
y la gl'acia rivalizan
en conceder
et Santo Cerro : aquélla lo hace bello;
ésta lo hace santo. Veamos <t6mo.
BELLEZA
DEL LUGAR.
Casi en el corazón de la isla, y en el centro de la
zona ùel Cibao se levanta la agraciada
lada y solitaria,
colina, ais-
entre las ùos Cordilleras
rallan el valle y van fi morir
la bahía de Samaná.
Tendida
oeste, y con tres grandes
el extenso horizonte
Ú
que amu-
un lado y otro de
de sudeste
poblaciones
á nor-
á la vista en
que domina (La Vega, Moca y
Ma<:oris), apenas tendrá la colina una legua de largo,
casi toda ella de terreno
cultivado,
de cultivo, en gran parte
y dando nacimiento
Ú
treinta
vertientes
-6-
<le agua, más ó meno~ candalosn~,
J)rJ)lr.s sipl11pre. NOlllhrarrrnos
Sa'ilta quP, naciendo,
s(')]o
srg,'m' deeircs
prro
pcrmn-
trl's
: Al/l/a
de la gente,
al pie del níspero de que formó Colón la Vera Cruz,
ùa ùe Lehel' il los innumerahles
vienen al Santuario;
la Isabela,
honor
reina
de la eatólica
para que el Almirante
asf nombrada
que ofreció
del mar
abrir un nuevo campo-medio
que
en
sus jOY3S
tenebroso pudiera
mundo -
á la Luz
y por fin Chancleta .. ,
del Evangelio,
«
peregrinos
Chanelela
que mejor fuera
Se hubiese
quedado
O con nombre
Con la virtud
anónima,
más de acuerdo
que atesora
De trocar en fina piedra
La superficie
que tata,
»
Al pie de Sanlo Cerro, y en dirección
oeste, se e\LÎende el espléndido
de éste á
valle que eautivó
por su belleza la mirada y el corazón del providencia Descubridor,
nombre,
Vega Real,
Imposible
perspeclh<l
y que recibió de su::; labios regio
es describir
la serena
de es le valle, ¿ Perspectiva
pectiYas, debo decir, porque
Ú
parte
y majestuosa
dije? 1'ersde las dife-
-7-
renles,
á cual más bclla, que se ofrecen por donde
quiera,
cada una de ellas es fuenle
de olras mu-
chas, segÚn la hora y circunstancias
en que se le
conlemple.
Además
de la lúnica
de verdor
que revisle en lodo tiempo,
vivo y, risueIÏo
liene esta reina de las
vegas, cuando menos un real manto de nubes para
estrenar
en cada dra del ailo : unas veces es de argasa, y en ocasiones
miÜo; otras de argenlada
se
arropa con el iris, pucs no es raro ver esle l{¡baro
del ciclo enarbolado
Fuera
sobre cI llano.
de los manlos
de neblina,
la cual es casi
diaria (debido á los vapores del mar que se entran
por el boquerón
caprichosos
ya en girones,
que la impelan;
yen
forma de las innumerables
lina gasa,
se improvisa
otros
con la lluvia que se ofrece á la lejos,
ya en un cuerpo,
los vientos
de Samaná),
se levantan
segÚn el vienlo
Ó
el verano se los
humaredas
que en azu-
de los desmonles
incen-
diados.
Por las noches semeja
ciclo
que
ha caído:
el valle á un pedazo de
eso parecen,
Santo Cerro, las incontables
en los bohíos, formando
á las del firmamento
vistas
desde
luces fijas que brillan
constelaciones
que emulan
i y las luces errantes
que, all1.
-8
mentadas por las .r;uabas (e,;pP('.ie de pino resino,;o;, centplll';IIl, tt manera de conw!as, ('hbporrotrarulo
;'t
YPCl'';,en manas (le los flue 'ïll1 y yienen
pOI' rI lahel'into de caminos y yereda,; (IUI~ cruzan
todo el yalle.
Cuatro do,; fertilizan rste ameno paraí,.;o : pl
Yuna, en parte navr~abll', el CamÚ, !lío Yl'rde y pl
Licri, ;'t lo,.;cuale,.; yau ;'t pagar pl trihulo (le sus e,;ca,;a,.; ondas yario,.; arroyurlos.
La,.; do,.; l'oI'(lilll'ra,;, de no muy gl'allcle altura,
quP g'llarnpCPlI las orillas de la Yrga fil'al. (]pjando
do,; ,.;a1illas ]¡;lCia el mar por el (·,.;tey el oP;;t(', pl'l'sc~utall, ca,;i oícalla hora, difl'rI'IJtI~'; Lrllí,;illlo,; a,;ppdo,.;, ,;p~Ún la,; ]¡irre pl sol, ú las ,;ornlll'a,.; (lue
proyeelau sohre ellas la,.; Huùes dl' hUlllo ó (le Yaporc,.; : ora Sl~ las yc de,;pejada,.; después (le un
a~u;u'rI'O, compitiendo
cu azul l'ou el drl ciclo:
ora yrr(leando!:On tOllO mois suhido qlle el drlllano, y (l('jamlo di~tin~llir pu pl fundo cl(~ ,;u,; IllOIltlllha:; faldas ('1 r¡,;uI'Clo 1II0,;airo quI' ('ol'l1wn la"
I1lIllU'rO~a,; plantaciones III~maíz, ph! ano y caCia;
y con fl'('('lIpnl'ia SP ostantan cOl'ollad;¡,; de uuhr;;
qlle al imjlllbu de la ùrj,.;a se (',;caI'IIlPuan, 1'01'mando
caprichosa,.; figuras
encantado
obsen'ador
Ú
que la fanta,.;ía del
les halla el parecido, Y todo
-9-
esto bajo la cÚpula dr. un ciclo incomparable, orlado cn la maiHtna y por la tarde con encendidos
urrelJoles,
ó
con una luz que antieipa
ó
deja en pos
el sol, casi siempre de un color del mejor oriente
dc la perla, tan fresco, tan suave que, no es ilusión, á más de deleitar la vista, como que se transformel en blanùo céfiro ú qué se yo qué fluido mistcl'Îoso que trasciende hasta el alma y refrigera el
corazón.
llenunciamos
ft
describir
en delal la belleza
física de cada una de las pcqllcflllS heredades en
que está dividida esta esplénùida comarca, y la
bellcza moral que se anida en cada uno de los poéticos bohros, cuyas puertas, marcadas casi siempre
con insignias religiosas, cstÚn siempre abiertas
panl dar alhergue al peregrino. Daste decir con
rc"peclo á lo primero, que no hcmos visto nada
milS plácido y hermoso; y con respecto á lo segundo, que cada hogar de los campos del Cibao
evoca el recuerdo uc la vida patriarcal.
SANTIDAD
DEL
LUGAR.
Dejemos que hable el Conde Rosselly de Largues
en su Vida de Coldn :
«A
principios de abril de 1405 visiló Colón en la
-10-
E~paÎlola, por segunda
Ve,r¡a Real, donde,
,"ez la regia llanura
en el ailO anterior,
f'r, había de-
tenido ausorto
de admiraci6n,
camente
al frente de sus tropas,
{¡ Dios
bendiciendo
gmcias por ha}}erle descubierto
Sometido
Guarioncx,
el Almirante,
entre
comarca.
el ~igIlO de la Itedención
lencia, de tOlIlar veinle
carpinteros,
homljJ'es
una Cruz.
Ella podía
'veinte palmo;; (le altura.
puesta
tener
inmenso
horizonte,
magnífica
Aplicando
construcción
que
de la
de través,
diez y ocho ú
Esta gran Cmz fué plan-
soure una colina
mOlltaÙas, de~dc donde abrnzaua
aquella
árhol
El tronco,
formó el larguero
rama,
y
de marinos
un corpulento
Cruz, y !a mÚs gl'uesa
tada por el Almirante
encanta-
é ir con esta es-
principalmente
cuadrado,
formó los brnzo,;.
lugar
honrar
<le navío Alonso de Va-
hahía cscogi<lo para formar
pcrfedanwnte
á la entrada
Queriendo
en aquel
il derribar
obtuvo
de paz, la au-
una fortaleza
dor, dio orden al teniente
compuesta
y dándole
so}}erano del país,
de ¡HIUella magnífica
calta,
públi-
tal belleza.
las condiciones
tol'Ízación de construír
de la
el aspecto
;11
pic de las
la vbia, con un
más encantador
de
llanura,
su talento
innato
de una fortaleza
de ingeniero,
importante
á la
por el
-11-
aspc~to estratégico,
manccío
había
cuyo plan había
Colón algún ticmpo
creado,
en aquel lugar á que
dado el nombl'C de la Inmaculada
Durante
Concep-
y el país vecino fueron llamados
ción. La fortaleza
con el mismo
pcr-
nombre.
la ejecución
de sus trabajos
sacerdote,
ni había
no tenía
consigo
ningún
alll ninguna
Iglesia,
pero él hacía su oración diariamente
al pie
de a<:ruella Cruz. Reunía allí sus obreros y soldados
por la maÙana y por la tarde.
Era al pie de aquel
sagrü.do signo donde regularmente
ùivino.
afecto
El revelaùor
Ú
del globo
tenía
al Seflor y admirando
sus obras
venía allí
dad de las estrellas,
La vista
armoniosamente
Ú
en medio
de la
la dudosa
clari-
en inefables
de los astros
eIl el espacio,
de los coros celestiales.
la protección
se ensanchaba,
de aquel
con sineera piedad,
bido con agrado.
signo
contem-
que gravitaban
obraba
mente en su alma, como si escuchase
las cosas místicas
buscando
y al pie de la Cruz, símbolo
de la eterna vida, se absorbía
melodía
particular
aquella Cruz. Como el salmista,
nochc, con frecuencia
placiones.
rezaba el oficio
divina-
á la lejos la
Su intuición
sin duda,
que había
de
bajo
plantado
y que Dios parecía haber reci-
Parece
que iluminaciones
inte2
- 12-
riore~ {¡l\'orecían á C¡'ï,.;tóoal Colón en aquelluga¡',
pues
(~I permanecía
allí
con predilección,
que estaba como acampado
FuÓ allí donde ÓIimocó
Colón mismu
en plena guerra.
{¡
la Santbima
aquel
con la erecciÓn (Jc una iglesia en
la cual se celehraran
tre~ misas cada día:
mera en honra
de la Santísima
gurula en honur
de la lnmaculada
la pri-
Trinidad,
la se-
Concepción
del globo, en rccompen,;a
de s l!,; nuevo,; descuhrimientos,
gobierno,
y, cargado
EspaÎla, lo~ castellanos,
fue arra¡wado
de caùenas,
habituados
{¡
aquel
con fervorosa
individuos
lugar.
por solo su eonlacto.
enfermos,
Este prodigio
que también
vino que aquella
fueron
atrajo
fuel'on curado~.
Cruz fué llamada
pues ella se distinguía
hlilagros
hilO un milagro.
de la fiebre
á
llar stl ejem-
L'n día, implorada
devoción,
atacados
de
enviado
plo, á orar al pic de aquella Cruz, continuaron
niendo
y la
par lu,; licle..; difunto,.:.
Cuando el Ilevelador
su
Trinidad.
lo dice. Así (luiso consagrar
lugar prhilegiado
terrcm
bien
vi-
la Cruz
Varios
eurados
il otrO:5
De aquí
la Vera Cruz,
de las otras cruces por los
que efectuaba.
y las maravillas
El nomhre
f~spHrcieroJl
;Í
de la re¡'a Cruz se
la lejo,;. Los indio,;. oprimidos
por
-13 -
lo;;; c;;;pailole;;; COll el nuevo gobierno
y notando la ycneraeión
lJUtaLan
Ú
aqucl
AcercÜrome
de Bobadilla,
que sus domilladorc~s tri-
"igllo,
re~ol vieron
y ataron sólidas
dcs1ruírlo.
cuerdas
de bejucos
al1ronco de la Cruz, esforzÜndo;;;e en volcarla;
ni el númcro
ni los esfuerzos
La Cruz pcrmaneeiú
Humillados
dc~lruírla
inmóbil,
pudieron
log¡'arlo.
desafiando
su vigor.
los indios con el mal éxito, ensayaron
por el fuego. Recogen
ramas
dÓr.nl:1.con ellas, por la noche, hasta
altura y las encienden.
"bla
sccas,
tíes, se retiraron
La Cruz desapareeió
mrnte
de sus sacerdotes,
satisfechos.
conservada
de la
Lo;;;id6los Bohu-
Pero al siguiente
que la Cruz snbsistía
día
entera y perfecta-
r.nLre las cenizas humeantes.
sicJuiera su color natural
1'0-
considerahle
en medio de las llamas y del humo.
laVas acompafllldos
obsenaron
pero
había
perdido;
Ni
apenas
en el pie se notaba un poco negra como si le hubieran acercado
H.eprimidos
una hujía (1).
y atemorizados
poder,
huyeron
atraído
su indignación,
provenía
entonces
del cíelo.
(:) Oviedo y Valdés.
por aquel milagroso
con lemor
persuadidos
de haberse
de que aquello
-1'<-
Sin rmh;¡rgo,
hizu \'oh
CI' ¡'l
el dl';;prcho
de su" Bohulíes
lrs
la e:lJ'g-a, pa!'a lratar de cor'lal'la COll
y los cuchillos
sus ha(:has {k piedra
4u(' hahi{lIl
o!Jtenido en sus cambios con los Espailoles, Encontraron
en el madero
brada;
notaroll
una resistencia
no acostum-
que inmediatamente
que alTancay había
!Jan una astilla, el vacío se llenaba,
comenzar
miento
el tra!Jajo
nuevamente.
de su ohstinación
pam hacerla
Cristianos
lante
El encarniza-
cedió delante
nucyo prodigio. Recordando
sido impolente
que
de aquel
{lue su multitud
halJÍa
no solo para volcar la Cruz, sino
vacilar
siquipra,
yenera!Jan
se postraron
y vicndo
que los
a(IUel signo, de allí en adeellos tam!Jién
delante
de la
Crm: (1).
La relación de estos prodigios,
eion('s milagrosas
atraían
en peregrinaciones.
yel'ilir,ando
corlahan
la Cruz un gran con-
InvocÚ!Jase la Vera Cru:; y se iha
curso de colonos,
ú vbitarla
Ú
la yisla de cura-
~luchas
personas,
el ]JI'o(ligio de la renovación
partículas
de él. Coloc¡íbanse
y sc llevahan á
cula" de la Vera Cru::: en relicarios
los otros lugares
de la Espaflola,
;'\l1e\'o ~rundo y aun
(1) Oviedo y \'~Idés.
iÍ
CasUlla.
delleÜo,
estas partí-
Ú
las colonias del
-15
(t
-
Dios, pnra nntorizi1r y mostrat'
dable la piedad
de los fieles,
hcct.o para confundir
indios.
hizo la que había
la sacrílega
empresa
de los
l'or m¡ís que se cortú la Cruz por muchos
(1)
arIOS, ella no sc disminuyó
lJn
que le era agra·
milagro
numcrosas,
cepdún
tan
».
permanente,
una afluencia
curaciones
tan continua
tan
á la Con-
dicron á la fama de la Ve¡'a C¡'UZ una noto-
ricdad inmensa.
manifiesta
Pero como la hum:ma
dondc quiera quc hay hombrcs,
que ciertos
clérigos,
explotando
ficles, reeiIJían numerosas
parece
la piedad de los
ofrcndas
Vem Cruz; pero no las aplicahan
destinadas
Ú
quc las daban.
Carlos V de cste abuso, hizo ordenar
tesorero
del obispo de la Concepción
cuidado
de cmplcar
las sumas
la
según las inten-
cioncs de los pcrcgI'ÍI1os y enfcrmos
Informado
flaqueza se
al
que tuviera
o('rcndada~
á la
intcnción
de la Santísima
indicado,
pucs él sahía quc no se usaba dc ellas
Cru.::, segÚn su destino
dc e,;c modo.
En el afto 1525, CaI'los V para honrar
Santhima
Cruz,
ordcnó
cuatro afIos, una suma
monto ùe las multas
quc
á su vez la
sc sacara
durante
de 20,000 maravedíes
entradas
dcl
en caja á favor de la
(1) El p. Charlevoix.
2.
-16 -
CÚmara real,
ornato
para
del lugar
piarlo
mÚs al respeto
debidos
personalmente
al
Cruz, y apro-
y yeneración
que le eran
(1).
:\lultipliciíndose
Vera
contrilmír
de la Santísima
C¡'UZ
conmoyiúse
los
milagros
y haciéndose
cada
obrados
por
la
yez mÚs cdebre,
Espafla con pl'Odigios tan certificados.
El Emperador
suplicÚndole
escribió
sobre ello~ al Padre Santo,
que se dignase
inclulgencias
Ú
autorizar
la deyocil'JI1
CI'UZ, y otorgar
de los Heles il aquella
los que yinieran
algunas
allí en pcregrina-
ciÚu é hiciesen alguna ofrenda ii su inteneiÚn.
Pero
como el Heraldo de la CI'UZno rué nombrado
en el
despacho
impel'Îal,
COIllOél hablaba
solillnente
de
una Cruz que se había plan lado (qu'on ayait plantée) cerca de la Concepción,
el Soberano
en su prudeucia,
del Emperador.
La Santa Sede, y los teólogos
general,
no otorgan
¡"l
gran confianza
del se (on:, Esta potencia,
Ú
al \"oto
en
los prodigios
tan reconocida
cada por los filósofos alemanes
este se (on) que estmo
dderir
Pontílice
no se apresuró,
é invo-
y los racionalistas,
tan en !Joga entre los escri-
tCJl'l~";del siglo diez y ocho, no ha \euido aun Ú ser
una autoridad
(1) lIcrrcn.
para llama,
La Iglesia no reCOllOCC
-
los méritos
17-
del on, y no cree mucho
en milagros
hcr-hos por (~l plural.
En efecto, en la historia
del Antiguo
no vemos un solo milagro
sin Jlombre
Del mismo modo en la historia
y aun cuando,
por
resenadas
hombres
descomponerse
escogidos.
sielllpi'e
en los
el milagro se opere por
varios, jarnÚs es cosa oculta el nombre,
de aquellos
del Apos-
:múnimo.
causas
de la Providencia,
de autor.
primili\cl
tolado, no hay rastro de milagro
secretos
Tcstamento
la calidad
Su plural
en singulares
pucdc
distintos:
ya son 6 los hijos dc Aarón, 6 los Saccrdotcs,
Profetas,
Ú
los Apóstoles,
10", ú Corporacioncs
espiriLu;
(¡
religiosas
pero no el púhlico,
quien prc)(1ucr (~l milagro.
il la rcunión
grada
suplican
conficre
Dios
los Discípulos,
de su
la multitud,
el on
Cuanùo Dios, otorgando
Ú
los milagros
han vbto milagros
(lue le
se digna oír sus volos,
producidos
sin que ninguno
no !Jor
Seguramente
s(~
cn tal capilla,
pueda
atestiguar
causa. es decir, la ocasión personal,
ni saber
méritos
ese fa\'or.
de quien
no
al anónimo:
para ellos, pcro
medio (le ellos; tal es lo ordinario.
lai altar,
aquellos
pOI' ello un poder milagroso
]\;lCC
6 San-
herederas
de los fieles,
congregados,
6 los
se haya debido
en
su
Ú
los
No
-
obstanlp,
18-
por lo rp~ular
por mpllio (}p lino solo
PS
il \lIrios,
l:omo se obtiene el milagro llue apr'o\l'clla
y elon nada tiene que pretender
Cil ello,
Sea lo (¡¡w fllere, RaIlla, en su pruùcncia,
informes
mas
enl:argar
amplios;
acaso
espel'Ú
tamhiÓn
al tiempo que sirviera de piedra de toque
á aquellos
prodigios.
En los aflos siguientes,
mentll
quenía
descollocida
una
causa
completa-
hizo cesar pl prodigio
cIe la
rcnoyaCÍÚn (leI le,'lo de la Vera Cru::: (le la ConcppciÚn.
Sin ernhar~o,
grinos
su l'ontario
continuaua
quitÚnrlolc
nuía yisiiJlemente
día por día.
Par:l proteger
obispo
olH~raha aI'IU
y como la piallosa a,illez de los pere-
milagros;
pedazos,
la santa insignia
él dismi-
contra
de la Concep<:ÏÚn la hizo tr:lslatlar
sionalmente
Ú su catedral.
una capilla.
La Vcra Cr/!::: i'e encontraua
gouernador
Santo Domingo, redactaba
procc-
;Hlonrlp fue colocada en
1;)3;), cuando el arquicronúgrafo
Valù(ís, entonces
esto, el
allí en
cspaflol Oyiedo y
de la ciudadela
de
en esta ciudad su tercer
libro de la llistoria 'natural de las Indias.
Pero
\"(~intinueYe ailos después,
horroroso
ciudad
terromoto
en l¡j;¡:l, un
destl'llYÚ casi enteramente
de la Concepción.
Todos los edificios
la
de
-19 -
piedra
fllcron
derribados,
con excepción
solo. La cat{~(]ral, edificada
de<:ploml) llajo la violencia
Sola una capilla resistió
que scrvía
también
para
de piedra
al fenómeno:
escombros
se
esta fue la
la Vera Cruz. Notóse
que de los habitantes
Cruz, aunque
tallada,
de los sawdimienLos.
conservar
casa ó en sus personas
de uno
que tenían en su
alguna partícula
pOI' un instante
de la Vera
sepuIlados
de su morada, ninguno
bajo los
recibió la menor
herida (1).
Cosa particular,
los primeros
amigos del Heraldo
de la Cruz, del que halJía plantado
lagroso -
los Franciscanos,
su iglesia
al momento
Pl'ecip~tados
contra
-
este signo mi-
se encontraban
en que estalló
el suelo,
volcados
levantaron
protegidos
invisible.
sin emhargo,
~inguno
Cosa igualmente
sobre
bajo el
ellos,
se
por un poder
había recihido la menor lesión.
notalJle,
la Única casa que per-
maneció
en pie,
convento
de San Francisco,
seían
el estrago.
abrumados
peso de los materiales
en
después
un fragmento
del terremoto,
fue el
cuyos religiosos
po-
de la Vera Cruz de la Con-
cepción.
Cuando el Padre Juan Bautista
(1) P. Chíl.rlevoix.
Le Pers tomaba,
- 20-
en el mismo lug-ar donde fur la ciudad, las notas
que sirvieron al Padre Charlevoix para escribir Sil
Historia de Santo Domingo, se veía aÚn solo, de
pie y en medio de las ruinas de la ciudad, ci monasterio sahado.
Después de aquel desastre, se dispersó la porción de habitantes que había sobrevhido; y los flue
eran mas afectos al lugar se fueron {¡fundar, al
sudeste de la Concepción, el pueblo de la Vega.
¿. Qué vino (l ser de la Vera Cruz drspll(~s de e~ta
emigración? Esto es la que nadie puede decir.
Pero la realidad de los milagros de la Vera
Cl'UZ
plantada en la Concepción no podría ponel'se en
duda ni un instante. Ella está llevada al m<Ís alla
grado de certidumbre histórica, y toca en una palpable evidencia.
No solamente los historiógra1'os oliciales refieren
los hechos, sino que ellos se apoyan en testimonios contempor{¡neos y en piezns auténticas. Las
(:onsecuencias de los milagros operados por la
virtud de esta Cruz vienen á ser objeto de una
correspondencia administrativa con las autoridades
de la Espaflola, y de Ulla comunicación del Emperador al Jefe de la Iglesia.
La notoriedad de eslos prodigios pasa el mar,
-
penetra en EspaÜa, ya
21Ú
esparcirse solJre todo el
Nuevo *[undo.
Otro ~estigo muy importante con respecto il esta
Cruz, es el mismo Crist6bal Col6n. En su testamento designa para construir una cnpilla, aquel
lugar en donde invocó tí la Santísima Trinidad; y
este lugar es tan familiarmente conocido de los
suyos, que él no lo distingue por su nombre par~
ticular. Limílase á recomendar que esta capilla,
bajo la imocacÏón de la Trinidad, sea, en la posil>le,
constr lída en el lugal' mismo dende él la invocó,
en el lugar llamado la Concepción. La iglesia que
proyecló Colón no pudo construÍrse.
»
Vamos ahora á complementar la que antecede,
con ddos que tal vez no llegaron á conocimiento
del i1Lstre historiador del Almirante del Océano, y
que hemos olJtenido, ùe oÍùas y de vista, en el espacio ùo ocho meses (de!) de febrero á 11 do julio de 1884, y de 10 de enero á Ü de alJril ùe ¡l;S:J),
tiempo en que, por dicha nuestra,
nistrado
Cerro.
espiritualmente
hemos adrni-'
el Santuario
de Santo
En el lugar donùe Colón plantó la Vera Cm::
(que e,.;una pequeÙél meseta (le la colina antes descrita, desde donde se domina todo el valle), existiÓ"
-
por largo
ticmpo,
22-
;;in quc sepamos
iglesia y un convcnlo
que eran emiaùos
según parece,
del cam-enta
que
de los Caballeros. Iglesia y con-
existía en Santiago
vcnto duraron
una
y techo de
<le mampo:;tcria
tejas, cn dOllde había lrcs religiosos,
Mercenarios
cuánto,
hasta el aÜo de 184:2 en que fueron
destruidos
por el terrible
á Santiago
en parle, y casi del todo á la ciuùad del
terremoto
que destruyó
Guarico, ó Cabo lIaitiano.
Luégo
:;0
cOllslruyó olra iglesia en el mismo
lu-
gai', de lIlellore,; proporcione,;,
y
blores,
pue:; fue casi des-
pero no do huracanes,
Ú
prueba de tem-
truida en su lIlayor parle, por uno (lue azoló aquella
comarca en
l~(j!). Quedó
de la iglesia el e,;qucleto,
ó al'llHlzt'l1lque 10da\Ía subsbtc,
tarde para cOllslruír
los inlllullcrahles
y
(IUC
senirá
ulla casa pam dar
más
posada
á
!lerl'gI'Íno,:.
Eso es loùo la que }lodl'lIIoS decir de la pasado;
(~Il cuan
lo
Ú
la presenle
podelllos
decir un poco
más.
~alllo Cerro e,: hoy, una pequeÙa población
liellc,
('(¡nla(lo,:,
('uarl'llla
bohío,:,
ordenados
que
ell
uni\ call1~cita que ocupa lodo el largo y el ancho de
Iii l'orla y l',:treehísima
gue
Ú
1:33 h;;bilanle,:,
mcseta,
y que dan alber-
Ulla parle
de ellos tullidos,
-
ciegos y ancianos
allí
Ú
yaletudinarios
que han
yenidû
rccibir el pan de cada día de manos
peregrinos
implorado
En el extremo
norte
2:i-
Ú
por el amor de Dios.
oriental
sur, se levanta
que, en construcción
no le faltaban,
Ú
majestuoso
apenas
hace cuatro
quedar
techado,
es de ladt'illos
de los ladrillos
vento;; y casas de la antigua
ción, destruida
el bello templo
aÙos, ya
hiladas
dc bóveda
la
y de azotea las laterales.
Todo el templo
principalmente
de la calle, y colocado de
mi salida, sino lás últimas
de la cÚpula para
nayc principal,
de los
¡cosa particular!
de la catedral,
ciudad
por el terremoto,
1G5:3,como equivocadamente
con-
de la Concep-
de lGG4 y no de
dice Hosselly de Lar-
gues.
Aquellos
materiales,
por trescientos
y más
para que se realice,
dato, la disposición
que
estuvieron
aftos, han venido
en parte,
testarnentat'ia
intactos
Ú
del Heraldo de
la Cruz; pero no con el oro de sus herederos,
i cosa admirable!
servir
el deseo, el mansino
con el óbolo que uno á uno y
casi sin intermisión
cae de los manos de los pere-
grinos
sí; en el hoyo que tal vez con
j
en un hoyo!
sus propias manos empezara
del templo,
á abrir Colón. D~ntro
en una capilla de bóveda que queda en
-
24-
IIledio (k Sil lado oriental y lIada afuf'!'a Ùl' la
nave, ~e COI1"el'\,l, J'odea(lo de veneración el hoyo
IlcJIHlc CÔlon plantÓ la Vera Cn/::, y que ~c llama
Smtlo Hoyo. Tendri'[ camu vara y media de hondo
y largo,
y una
de ancho, ceITado con lIaye por
aniba, enmezcladas las cuatro paredes laterales, y
I'n rstado natural el landa. Allí, sicmprr descalzos,
entran diariamente,
y sobre tOllo en los :,;[¡vados y
dumingoo:" innumerahles
prregrinos,
iÍ pedir la sa-
lIH1, Ó dar ~rarias Ú Dios por lo;.; hrnelicios recihidos, ofrendando en Illanos dd ~[ayordomo, un real
ljlle es la limosna acostumbrada,
COllla nwl se h;l
hecho, l'Tl sÓlo cualrü ailo:" la mayor parte del
magnífico lemplo que 10 cubre COll su sombra.
Entremos al Santo Hoyo, y Illcditemo,;. "j Oh
profundidad de las ri(lue'zas de' la sabiduría y de la
rienda <le Dios! i Cn(m incomprensilM,;
son sus
juicios, (; impcnetrallles sus ('aminos!
Col(JIl hu,;¡)
caha oro, mucho oro, no p:na sí. ni Hl familia, sino
para sali,;f'a('er un p'ancle y nobilísimo deseo: ¡el
de libertnr (le la,; manos dl'l ~[ahoJllrtano d sl'pulcm saerosanto de su Dios, dn Jesucristo ~ Esto no
cra realizal.Jle en los Ilr:,ignio:; (]e la di\ina Providencia; pero el deseo le cra aceptahle, y ('Il eambio
quiso Ella que el yoto del hombre de de:-;eos 110
- 25-
qucdal':l fru~trado
espccie de C:lhal'io,
del Sepulcro,
plegarbs
y rn este Cerro,
~ntcramenlr,
cl.crnizó
('n do¡¡(k
y sus
este lloyo,
vi¡¡icran
IÚgrimas
imagen
¡í delTamar
los amadorc:'i
sus
de
la
Cruz.
/, Pc!'o qué testimonios
hay de que ese hoyo sea
el mismo en donde Colón fij6 el <Íru(JI Redcntor?
-
El de esa corrientc,
grinos
lJue han
nunca
estado
espac:o de cuatro siglos,
d:índose la mano
exhausta,
entranrlo
de pere-
y saliendo
y que hall venido
para coni'crvnr
por
como
la tra(lici(¡r¡;
y
algo lllÚS. Así como Elisco heredó cun el manto (le
Elías su }loder de lw(:er milagros,
Sante. Hoyo ha heredado
tmo en él, la virtud
1',umcrosos
(le hacer milagros.
~Oll los (lue se ttH:ntan, de no remota
fechr., pl'c,.;enciados
pOI' personas
y qu~ podl'ian testiflcarlo,
dad rdcsiÚslica
fue milagro,
así I.amhién el
de In Vera Cru:: Ilue es-
que est<Ín vivas,
una vez que la autori-,
creyera esto oportuno.
No diré que
pero sí Cjlle el :?l de maI'ZO de este
alio I'ntl'ó cn cI Santo Hoyo una nir'lil haiti:ma,
edall dc doœ ailOs, con una
que: ~ufl'ía, Sr.gÚIl testimonio
cspeeir. de pariÍlisis
eJe su padre, dc,,;(le la
clI:lllllc dos alÏos, y quedó instantáneamente
A mi salida
de Santo Cerro
de
quedó
todavía
sana.
allí,
- 26-
<tcaneando
agua de la fuente de Agua Santa, para el
t.rilhajo de la iglesia.
Pe¡'o ua sÓlo ha quedado
la s:mta huella
de la
Vaa Cn.!,:', en Santo Cerro, tambiéu
uua
de ella, en forma de cruz incrustada
en oro, como
de tres ó cuatro pulgadas
satisfacción
de largo,
de sacar en procesión
reliquia
la cual tuve la
el día :J de mayo
de 1881, en medio de un concurso
no menor
de
dos mil ilhnas.
La parte principal
ell la catedral
anotaeión
de la Vera Cruz se conserva
de Sauto Domingo.
Copiaré
que el Illrno Sellar :\lcrillo se di~nú po-
ner cn el manuscrito
bas en París:
«
que le dí [¡ leer estando
y <le ella se hicieron
una quedú cnla
cated¡\¡] conteni<la dentro
gran cruz de plata,
t rahajo
erigiÓ un altar principal
recha (mirando
um-
La Fera Cruz fué trasportada
Santo Domingo
La Santa
aqu\ la
de fili~rana,
que encaheza
del presbiterio
Cruz se conserva
il
tres partes:
<le una
y se le
la nave de-
á la puerta muyOl').
con gmn
veneración
bajo el título de la Santa Reliquia. En las prolony saca en rogación y es
gadas sequías
se descubre
de pÚblica
YOZ
y fama que el mismo día llueve. En
la catedral
de Santo Domingo
la Santa Cruz con su octava,
se celebra
teniendo
el día de
además
su
-
27-
noycn:lI'io. El altar ha estado sicmpre bajo el celo
í'Spí'(·j;¡1 del CalJiI(lo ceJesiCtstico. El nicho donde
se (:onserva la cruz est¡'l cerrado por tres llaves,
las cuales conserva hoy el prelado, pero antes esdistrihuídas así: una tenía éste, Otra el Cabildo y la otra ... no recuerdo ... Otra parte de la
L)han
Cruz fué llevada á Espaiia y depositada en la catedral de Sevilla, y la otra parte fue enviada ¡í
Roma. »
Con esto queda contestada la pregunta que hacía
el conde Il.osseJIy de Largues cuando dijo:
ha venido
iÍ
« ¿ Qué
ser de la Vera Cruz después de esta
emigración? »
Adem¡ís del Santo Hoyo y la reliquia de la Ve,'a
Cruz, se conserva en Santo Cerro el árbol de que
formó Colón la Cruz; y se conserva, no como
quiera, sino fl'Uctificando. Es un níspero, erguido
con orgullo en medio de una de las aceras de la
calle, y dando testimonio de sus ailos con su
aspecto. Basta vcr su grueso tronco, ya casi de la
consistencia del ébano y ahuecado y cavernoso,
par;) persuadirsc de sulongcyirlad. Con todo, aquel
árbol tiene la propiedad de rejuveneccrse:
cuando
parece fl'-.lC va Ú secarse enteramente, brota de en
medio de su carcomido tronco alguna nueva rama
-
28-
{lue crcc(', se re,,"iste de follaje y frudifica,
niendo
á la "ez con honor
la iùcntidad
srwlar
que dió material
tativas
se han hecho para ohtener
de su simientr
mantenido,
tpslifka
iÍ
{leI ¡'¡l'hol
para la Cm;:, Mucha,.; ten-
decano de la selnt, pero en
levantar
soste-
prole de este
no se ha logrado
\IWO:
un solo Ú!'lJol: ¡'~lse ha
Y¡l'gen. ¡, Y qui,:-n
su modo, siempre
{Ille de ese Úrbol sc f'ormÚ la J'era Cruz '!
Los mismos que dr'pollen en favor del Santo Hoyo:
la corriente
de perpgrino,.;
cúnclos(l ¡'i su trol\co
hojas
suyas,
qlle han estado
para
por espacio
tomar
accry
fragmentos
y que
ùe euatro siglos,
han yenido como dÚndose la mallO para consenar
pero algo mÚs preciso y e,,"idente po-
la tradieión;
dría obtenerse
mento
existen
á este respecto:
comparar
drl ÚrlJol con las reliquias
rn Santo Domingo
llrgari't el momento
un frag-
de la CrllZ que
y Santo Cerro. Till vez
en {lue la autoridad
edesi<ls~
tica la haga.
Casi siempre
que se trata
de di;;pensar
y
inteniene
; ('Ómo no:
si es ('lIa la tc;;ol'em y cli;;pensadora
de la gracia.
la augusta
dones
cspiritualP:.;
\ïrgen-;\Iaclre,
Así no es extraÙo, y antes
e;; muy
llano, que en los que se otorgan en el primer
tuario
san-
del Nuevo Mundo, haya tenido y tenga inter-
--
29 -
venCÎón. SegÚn tradición
apareciÓ la Reina
conservada
en el país, se
dr, los Ciclos sobre un brazo de
la Ver,t Cruz, cuando los Indios quisieron
y destruír
aparece
la insignia
redentora.
en la relación
de
Tal por lo menos,
Las cosas
«
derribar
López de !Y[esa habr;'l de pedir
(¡
que Pero
su Majestad
en
fayor de la ciudad de la ConcepciÚn de la isla ES]la~
Îlola para su pohlación.
»
(CoIeceiÚn de docurnen~
tos inl~ditos del neal Archivo de Indias,
piÍgina 161, Madrid, 18(H).
tad como
en esta
torno ¡rD,
lIacel' sahel' iÍ su Majes~
«
ciudad,
en un cerro que está
junto ,).ella, estel una Cruz que puso el Almirante
D. Cristóhal
é aquella
según
ColÚn al tiempo que polJló esta ciudad,
está tenida
en mucha
es pÚblico, alliempo
cantidad
de indios
tilIa, muy
que ~e puso,
mucha
6 no pudieron,
de la Cruz estaha
hermosa,
ella, Il ]lar la mucha
tenido
é que
que eran m¡ís de cinco ó seis
mil, fueron Ú la derrihar,
que eleima
devoción,
é tienen
que
no les dejaha
deyoción
los de la tierra,
campo, han sacado Il cortado
Ú
llegar
;'1
que en ella han
corno está en el
de1la tanta cantidad,
qne Sl~ cree, segÚn las muchas
hay é han lIeyado
Il dijeron
una mujer de Cas-
cru(leS que della
Castilla, que es JllÚS cantiùad
que toda la Cruz era al ticmpo
que alli se puso.
- ~oE que esto se tiene
por milagro
no la haber
acu-
hallo (1). ))
Cree el pueblo dominicano
la Santísima
que la aparición
de
Virgen fue uajo la ad vocación de Nues-
tra Sellora de las 1'lercedcs, y así se la ':enera
Santo Cerro con eÜraordinaria
allí,
sino
devoción, y no solo
en toda la HepÚblica,
concesión
de la Santidad
tanto,
tiesta de doule precepto
como lPatrona
á Nuestra
tora de cautivos y la circunstancia
que tiene
de la Na-,
Señora Redende que el escudo
de la nación lleva en lugar prominente
nos parecen
(lue por
de León XIII, su día es
ción. Este cuIlo nacional
la Crm,
en
el signo de
su origen
en las
gracias que han uajado de la alto á Santo Cerro.
A nuestra
doblemente
llegada
privilegiado
gracia, pensamos
Illás elocuente
histórico
santuario,
por la naturaleza
y por la
en tomar algÚn dato que reve-
lara su impOl'lancia
comuniones:
ti este
religiosa,
y nos pareciÓ que el
ser'ín la cifra á que alcanzan
tomilmos
que duró nuestra
las
este dato, y en ocho meses
administración
espiritual
comul-
garon :
(1) Tanto la citada nota como la rectificaciÓn de la reclha
ciel terremoto, la hemos tomado de una publicaciÓn del
senar Tejera.
-31. -
De 10 il 2\) de Febrero 1884..
~larzo .•...••.•..•......
Abril .••...•.•....••...
109 personas.
781
78a
Mayo ••••..•••.•..•.•.•
081
Junio .....•....•.......
G::l7
1/'2 Julio ••....•.......•
:¿lü
De 10 á 31 de Enero de 18~.
Febrero ..•..•..•.•....
Marzo.......•......•..•
~ d[as de Abril. ....•..•.
201
465
1.400
608
5.U97 personas.
Yeso en una población que no cuenta sino 135
hahitantes. Por el nÚmero de comuniones puede
juzgat'se cuM será la afluencia de peregrinos, pues
no son los mií!':, ~ino l()~menos los que \lm il confesarse y comulgar.
y esa muchedumbre de romeros tal vez se duplicariÍ dentro de poco, pues según el trazado hecho
para el ferrocarril que pal'te de Samanú, pasará
casi al pie de Santo Cerro aquel portentoso vch[culo llamaùo ií transformar, por el aspecto industrial, In. fecunùa y pintoresca comm'ca del Cibao.
Según se me ha informado, M. Bair, empresario
y propietario del ferrocarril, hizo una visita ~al
- 32-
Santo Cerro, y halJiéndole
manifestado
su hijo, que
padece de la vista, la Lien Ilue se había sentido de
su mal ell aquel sitio, dijo Ilue haría allí una casa
para imemar
con su familia.
il mi regreso
de Santiago,
D. Gregorio
IUvas,
Poeo días después,
me manifestó
agcnte
de la empresa,
M. Uair le había datlo órdenes
eonstruír
para que le hiciera
y aun p)'ohable, la ciudad
de Sallto Domingo (una vez
11u('
el debate aeerca de los gloriusos
haya triunfado
Cil
reslos mortales
de
Colón), cumple el deseo manifestado
de la Cruz,
de ser enterrado
Lances la importancia
inmensamente.
importancia
Ú
que
aquella casa.
y si como es posible,
crecerá
en la Vega
religiosa,
los altares
histórica
Y crecería
si llegara
aún
lugar
más
su
la Iglesia á elevar
el signo ltedentor,
en triunfo sobre la más hermosa
(lue yacía sumergida
-
de aquel
al (lue llevó por sobre las olas del
Océano tenebroso
Paris,
por el Heraldo
en Santo Cerro, en-
para plantarlo
mitad del mundo
en las tinieLlas.
Typ. ,\. p'\IŒNT,
A. DAVY, successeur,
r,Z, rue Maùame et rue Corneille,3.
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