10410525 10/24/2004 EDITORIAL 11:22 p.m. Page 5 | LUNES 25 DE OCTUBRE DE 2004 | EL SIGLO DE DURANGO | 5A PEQUEÑECES Nadie puede escapar a su destino EMILIO HERRERA ues resulta que "el mejor de los mundos posibles", que dijera Voltaire, se ha venido poniendo cada día peor. Lo dijo por la gente que impaciente, con frecuencia decide por sí misma, no obstante saber que, si espera lo suficiente, morirá tarde o temprano. Por supuesto, hay quienes no lo dejarán, así duren mil años. Son aquellos que tienen con qué pasársela super bien y que, por lo mismo, efectivamente este mundo es el mejor de los que hubo, hay y esté por haber; pero no todos tienen esa oportunidad. Y ni siquiera es la simple pobreza la que hace renunciar P Y ni siquiera es la simple pobreza la que hace renunciar a la vida a aquellos que por sí mismos se la quitan. Lo que no soporta el hombre, o lo soporta hasta cierto límite, es el dolor. a la vida a aquellos que por sí mismos se la quitan. Lo que no soporta el hombre, o lo soporta hasta cierto límite, es el dolor. Frente al dolor es que algunos, levantando el rostro hacia donde le han dicho que está Dios, le dicen: "Ya está bien: ¿encima de la pobreza, la falta de educación y de oportunidades, este cúmulo de dolores? Como que no. Mejor me mato". Y se suicida. Pero, no por el hambre y ni siquiera por su mala suerte que le hace incapaz de pegarle a nada, ni siquiera al amor. Sencillamente por el dolor. Por el dolor, que es lo peor de todo. ¿Quién no daría la vida por no sufrir el dolor? Pues es al dolor, dolor físico o moral, al que tratan de escapar con su muerte los suicidas. Algo de eso supo Jesús, como hombre, cuando clavado en la cruz clamó: "Señor, Señor, ¿por qué me has abandonado?". En cierta manera ¿no es la muerte de Jesús una especie de suicidio en aras del amor hacia el ser humano, hacia su máxima creación a la que no podía liberar del dolor por otro camino que no fuera el de la muerte? "El temor a la muerte inspira con frecuencia a los hombres tal odio a la vida y al espectáculo de este mundo, que llegan a darse muerte en un acceso de desesperación, olvidando que el origen de sus males es precisamente el temor a morir", dijo Lucrecio. Pero, claro, el suicidio es un momento de locura y sole- dad inevitable, casi siempre. Que acaso pudo evitar un médico si hubiera dedicado al caso el tiempo necesario para recetar el medicamento exacto capaz de quitar o reducir al menos, los dolores que le hacen odiosa la vida a su paciente, pero que, por una cosa o por otra, no pudo encontrar entre sus muchas otras atenciones a otros dolientes. Por lo regular se suicidan sólo aquellos que no pueden mantener un contacto frecuente con los médicos, que pueden mante- ner sus esperanzas de sanar del todo o la disminución temporal de sus dolores. Es decir, que el dinero no deja de entrar en juego en esta situación en que la vida y la muerte se barajan, condición que deberían tener en cuenta los servicios sociales correspondientes antes de suspenderlos para apoyarse en ello y obtener mejoras salariales. Por otra parte, en fin, existe el destino y nadie puede escapar del suyo haga lo que haga y así muchos proclamen ser arquitectos del suyo propio, lo que no pasa de ser un decir como otro cualquiera. Amén. PLAZA PÚBLICA Leyes, mentira y video MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA l diputado local con licencia René Bejarano será desaforado después del Día de Muertos, el 4 de noviembre. Anteayer fue aprobado el dictamen en que la Sesión Instructora de la Cámara de Diputados propone privarlo de la inmunidad que le confirió su elección como miembro de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en julio de 2003, y que no había perdido al ausentarse de esa cámara en marzo pasado. De esa manera, Bejarano podrá ser consignado ante la justicia penal por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, que inició contra él averiguaciones previas por diversos delitos, de cuya probable comisión se tuvo publicada al ser exhibido un video donde Bejarano aparece recibiendo dinero de Carlos Ahumada. El desafuero era una decisión esperada, aun por el afectado, quien resintió como muestra de canibalismo político que la decisión incluyera el voto de Horacio Duarte, presidente de la Sección Instructora y miembro del PRD, al que aún pertenece el inminente desaforado. Aunque es verdad que se antepuso su caso al de Ricardo Aldana y Fernando Espino Arévalo (cuyo procedimiento es tan antiguo que comenzó cuando él era diputado local ahora es federal), que envejecen en los archivos de la Cámara, lo cierto es que Duarte hubiera errado radicalmente si llevado por su bandería política (la pertenencia al mismo partido de que fue miembro Bejarano) se abstuviera o votara en contra: nadie le hubiera ahorrado al PRD la andanada de críticas por solapar las conductas probablemente delictuosas del ex líder de la Asamblea. Si bien es verdad que su situación se inserta en la fragorosa batalla entre las corrientes perredistas, una lucha impregnada de vulgaridad y de sectarismo que milita contra el interés general del partido y del segmento social que lo apoya a pesar de todo, Bejarano debe responder de sus actos ante un juez. Alvaro Elías Loredo, el panista que forma parte de la Instructora, había sostenido que Bejarano perdió el fuero a la hora de obtener licencia, y que por lo tanto era innecesario al ex Presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa. Pero no era sólo una discusión teórica la que planteaba. Su bancada anunció que en este mismo periodo iniciará una reforma constitucional que establezca con claridad ese punto, "con el fin de evitar que servidores públicos se beneficien de posibles interpretaciones de los textos constitucionales, para retar- E El juez rehusó esa medida con el argumento cierto de que Bejarano contaba con inmunidad no obstante gozar de licencia. En igual sentido había sentenciado la Suprema Corte de Justicia el caso de Carlos A. Madrazo, resuelto en definitiva en febrero de 1946. El juez de la causa seguida contra Madrazo (por un episodio que no es del caso ahora recordar) opinó lo mismo que el diputado Elías Loredo. Pero esa apreciación, dijo el máximo tribunal, "es inexacta", porque "la licencia es una simple autorización que cada Cámara otorga a sus miembros para que puedan estar ausentes de las sesiones...". La sentencia de la Corte rebatió la afirmación del juez federal que sostuvo que "el diputado Madrazo al solicitar y obtener licencia se desprendió, con anuencia de la propia Cámara, de su inmunidad parlamentaria". dar la acción de la justicia". Para el resto de los miembros de la Sección Instructora no había duda: Bejarano seguía teniendo fuero y era preciso desposeerlo de él. Duarte citó en abono de su posición la reciente negativa de arraigo a Bejarano, contra lo solicitado por la Procuraduría local. El juez rehusó esa medida con el argumento cierto de que Bejarano contaba con inmunidad no obstante gozar de licencia. En igual sentido había sentenciado la Suprema Corte de Justicia el caso de Carlos A. Madrazo, resuelto en definitiva en febrero de 1946. El juez de la causa seguida contra Madrazo (por un episodio que no es del caso ahora recordar) opinó lo mismo que el diputado Elías Loredo. Pero esa apreciación, dijo el máximo tribunal, "es inexacta", porque "la licencia es una simple autorización que cada Cámara otorga a sus miembros para que puedan estar ausentes de las sesiones...". La sentencia de la Corte rebatió la afirmación del juez federal que sostuvo que "el diputado Madrazo al solicitar y obtener licencia se desprendió, con anuencia de la propia Cámara, de su inmunidad parlamentaria". La Corte sostuvo que el fuero es "una prerrogativa esencial para la subsistencia misma del cuerpo en cuya garantía ha sido establecido". Por lo tanto, agregó, los diputados tienen fuero "no porque se concede particularmente a cada uno de ellos ninguna tutela". Como Vladimiro Montesinos, el tétrico personaje que asesoraba al presidente peruano Alberto Fujimiri, dado a grabar constancias de sus ilícitos arreglos, para contar con evidencia del dinero con que compraba, por ejemplo, la conciencia de opositores, Ahumada hizo instalar en su oficina del Grupo Quartz una cámara que captó la presencia de innumerables visitantes, muchos de los cuales no salieron de allí con las manos vacías. Bejarano acudió al domicilio de Quartz en más de una oportunidad. La constancia grabada de sus visitas, como las de otras personas, quedó al alcance de las autoridades cuando el Ministerio Público local cateó esas oficinas y halló una bien surtida videoteca. Entre las varias piezas que la componen , se encuen- tra una que además de formar parte de indagaciones de la propia PGJDF fue producida y entregada a otras instancias que se ocupan de investigar la conducta de los protagonistas del encuentro videograbado el primero de agosto del 2003, como la Fiscalía Especial de Delitos Electorales, de la Procuraduría General de la República, y la Sección Instructora de la Cámara de Diputados. La cinta completa dura 105 minutos, la mayor parte de los cuales son confusos y aun ininteligibles. Pero la grabación es susceptible de limpieza que dejara en claro lo dicho por Ahumada y Bejarano, que aparecen y desaparecen de la escena. Con fines de difusión, la Procuraduría preparó una excerpta del video y la ofreció al público a través de los medios de información. No alteró la pieza de acusación que, en ese momento, el lunes por la noche, se utilizaba para reforzar la consignación de Carlos Ahumada a un juez penal, en busca de que se inicie un nuevo proceso en su contra. Al presentar una selección de momentos de la prolongada conversación a cargo del videograbador y el videograbado, la PGJDF perseguía un fin mediático, sin duda, pero sin perjuicio de los fines ministeriales que está obligada a procurar. Sería ilícito que la Procuraduría manipulara el video original, para alterar su contenido, para eliminar o agregar palabras o pasajes enteros, para poner en labios de uno de los parlamentos de otro, y con ello pretendiera engañar al juez. Nada de eso le ocurrió. Se atemperaron las confusiones sonoras y se ofreció la versión escrita de lo que se oía, a modo de subtítulos, para mejorar su comprensión por el público a que esta destinado el documento. Todo eso fue avisado explícitamente. La Procuraduría ofreció la información completa: dijo de qué se trataba, y entregó a los medios, abierta y públicamente, el resultado de ese trabajo, para establecer plena diferencia entre su conducta y el proceder de quienes grabaron, editaron y dieron publicidad a los videos en que figuraron Gustavo Ponce, Bejarano y Carlos Ímaz, que actuaron en la clandestinidad, tanto al deformar su producto como al difundirlo. No obstante ese abierto contraste, el secretario de Gobernación Santiago Creel descalificó el lance mediático de la Procuraduría (ilícito, reitero, porque no conlleva alteración en una pieza del proceso) como si se tratara de sólo un escándalo. El burro hablando de orejas: cuando más, el escándalo que efectivamente produjo el video de la PGJDF no es más que una respuesta, contundente si bien tardía, a los escándalos que deliberadamente quisieron causar ellos. Ellos, ese conjunto de voluntades de confines confusos pero eficaces, aparecieron de nuevo en un video, en boca de Ahumada. Lo habíamos visto y oído hablar de ellos en la grabación hecha conocer por autoridades cubanas ( minúscula muestra de cinco minutos, extraída de cuarenta horas ante la cámara, total que la renuencia de La Habana nos ha impedido conocer). Algunos de ellos fueron mencionados por Ahumada, quien dio sus nombres, en el encuentro con Bejarano el primero de agosto del año pasado. Ése es uno de los resultados políticos netos de la edición presentada por la Procuraduría local. El otro es que se demuestra la pertinaz negativa de Andrés Manuel López Obrador para recibir a Ahumada, o para favorecer sus intereses. Ninguna de las cuatro o cinco personas a que acudió Ahumada para que intermediaran ante el jefe de Gobierno fue eficaz en su gestión. El empresario quería que se desatoraran los pagos que delegaciones y oficinas del Gobierno capitalino le adeudaban. Pero a sabiendas de que la demora estaba causada por investigaciones de la Contraloría, debidas a irregularidades percibidas desde entonces, Ahumada quería contar con una palanca que removiera los obstáculos. No la consiguió y por ello, según su amenaza inequívoca, provocaría escándalos contra quienes lo dañaban de ese modo, no pagándole lo que no tenía derecho a cobrar. Carlos Salinas y Santiago Creel fueron los nombres de algunos de ellos. El ex Presidente no ha reaccionado ante la referencia a su nombre. Se encuentra en España, de donde participó en teleconferencia en un encuentro empresarial realizado en Trujillo, Perú. Se abs- tuvo de participar personalmente luego de que grupos de manifestantes se opusieron a que se le recibiera. Ahumada, sin embargo, pretendió desde la cárcel desvirtuar su propia referencia a Salinas, alegando que no lo conoce. En uno de los expedientes judiciales de que es protagonista consta lo contrario. Los guardias del empresario revelaron ante el Ministerio Público de varios encuentros entre Ahumada y Salinas, en el domicilio de este último. Y aunque no es claro el modo en que el ex Presidente se habría aliado al resto de ellos para patrocinar a Ahumada y dañar a López Obrador, lo cierto y objetivo es que Salinas se encuentra tan activo que se ha percatado de ello aun su antiguo rival Manuel Bartlett, y que el cuidado de sus intereses, móvil de sus acciones, lo fuerza a evitar que López Obrador contienda en los próximos comicios presidenciales, en que las encuestas de preferencias electorales le son sumamente favorables. Con ese mismo propósito, el PAN y algunos priistas no merman su asedio al Gobierno de la Ciudad de México. Como se avizora que el Senado por lo menos consultará antes de debatir la minuta con la edición al artículo 122 constitucional, cuya consumación depararía severos efectos adversos a la Ciudad de México, se ensayan otros dispositivos, en apariencia legales, para poner en jaque a su Gobierno. Se desmontó pronto la intentona de examinar la eventual remoción de López Obrador, conforme al ominoso mecanismo que la prevé por "causas graves que afectan las relaciones con los poderes de la Unión o el orden público en el Distrito Federal". Pero quizá a configurar esa causa grave se había orientado la indecorosa reprimenda al procurador Bátiz, proferida por el subsecretario de Gobierno Felipe González, en su infortunado debut como número dos de Gobernación. Sus reproches a la presentación del video fueron acompañados de una mentira: al pretender pasar como un acto de buena voluntad el perdonar a Bátiz, pues no se le removería como se dijo que podía hacer el Presidente, el ex Gobernador de Aguascalientes, quizá por su reciente incorporación al cargo ignoró que el Ejecutivo federal no puede por sí remover al procurador. El artículo 10 del estatuto de Gobierno del DF, muestra enojosa de la precariedad jurídica que padece la ciudad, establece que el procurador será "nombrado y removido por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, con la aprobación del Presidente de la República", o sea que no corresponde a éste la iniciativa de uno y otro actos. Para que la pinza apriete por todas partes, diputados panistas capitalinos denunciaron penalmente no la toma de la tribuna de San Lázaro por diputados locales y otras personas, que de eso se encargó (y con razón) la Mesa Directiva de la Cámara. No; los legisladores del PAN que no defendieron los intereses de la ciudad en la reforma al 122, sino que la promovieron con deslealtad a sus representados, imputan a funcionarios de la administración conspirar con asambleístas para organizar aquel embate. Basan su acusación en los telefonemas interceptados por quien sabe qué poder oscuro. A su vez los involucrados en las llamadas interferidas denunciaron ese delito federal. Quizá tengan mejor fortuna los acusadores panistas que los perredistas. Un antecedente autoriza a suponerlo así: transcurrió ya más de un año desde la difusión de muchos llamados telefónicos de y a aparatos en que respondía Elba Ester Gordillo. Uno de sus interlocutores de ese modo espiado, Jorge G. Castañeda, presentó denuncia formal del caso y la averiguación previa, si se realizo, no arrojó resultado público alguno. En esta feria de leyes, mentiras y videos no debe pasar inadvertido un positivo suceso legal, la sentencia definitiva sobre un caso que en su hora provocó sonorísimas condenas a López Obrador, por su pretendida renuncia salvaje a acatar la ley. El jefe de Gobierno defendió legalmente el derecho del Distrito Federal a no cumplir una sentencia que obligaba a pagar 176 millones de pesos de indemnización a quienes se ostentaron como propietarios del predio donde hoy se alza la Escuela Nacional de Antropología e Historia. El desenlace de ese procedimiento, plagado de regularidades, fue en efecto desacatado por López Obrador. Pero en marzo la Suprema Corte de Justicia declaró que ese desacato era excusable y obligó además a revisar la cifra a pagar. El 11 de octubre la jueza Silvia Cerón la estableció en 14 millones, 162 millones menos que la suma original.