Compañeros… No se, si merece o no la pena, adquirir sabiduría. Si

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Compañeros…
No se, si merece o no la pena, adquirir sabiduría.
Si se emplea para destruir la vida
I
Toda la vida deseando adquirir conocimientos sabios, y contra mas te vas metiendo
en el mar de de los inteligentes súper sabios, vas descubriendo que esa sabiduría la
transforman en estiércol malvado, para ahogar a los humildes habitantes ingenuos
y nobles de la tierra dejando a la humanidad en soledad llorando
Me siento avergonzado, cuando mas voy descubriendo en los escritos de los súper
intelectos, lamento por querer adquirir sabiduría, si con ello conlleva la destrucción de
los humanos, lamentablemente la codiciosa avaricia, se come lo bueno de dicha
sabiduría, solo la emplean para maquinaciones sustantivas, para engrandecerse más
engordando el poder sobre el género humano y mas poder en la cúspide de su guarida.
Intentar adquirir riquezas con sabiduría mal empleada, me avergüenzo de abonar mi
tierra rustica y agreste, de haber indagado tanto, en la busca de la sabiduría, prefiero
gozar de la humilde sabiduría de la madre naturaleza bondadosa y permisiva
Su bondad es tan grande, que abraza a todos sus hijos. Hijos vegetales de la hermana
fronda, hijos de la comunidad animal e hijos humanos, a todos nos promociona
alimento sustancial, para crecer y desarrollarnos en nuestra avita natural.
Y una mayoría de los hombres, con toda su ingeniosidad de desarrollo futurista
Mecanizado, no nos damos cuenta que estamos asfixiando a la madre naturaleza.
El mal… ese maquiavélico mal que sale a cazar furtivo, escondido nos acecha, en un
descuido de nuestra debilidad nos atrapa, asediando nuestra fortaleza.
Ese disco duro del ordenador nuestra mente, que, como mosquito venenoso nos clava
el aguijón inyectándonos el virus indeseable maléfico destructivo para el género
humano, debilitando sus muros. Esos muros, con cimientos de bondad.
Pintando nuestras paredes inmaculadas con la pintura demoníaca, con aleaciones de
oscuridad infernal.
Una vez atrapados como marionetas de cartón huecos de corazón y alma, sumisos a
sus ordenes, moviéndonos de nuestros hilos nos incitan a devolverle a la madre
naturaleza ingratitud, prendiendo en distintos lugares varios focos de fuego para que
el inocente y puro viento lo propague calcinado a si a la tierra.
Retirándonos el sistema climatológico, la lluvia, esa bruma calida y húmeda, con su
delicada suavidad, venia a besar a esa verde fronda de la madre naturaleza.
II
Los incendios forestales propiciados de nuestras maquinaciones malignas de
destrucción, a esa vegetación que hace transportar a trabes de la atmósfera el agua
para calmar nuestra sed.
Y que poco a poco vamos dejando el cuerpo de nuestra madre, árido, agreste
Y resquebrajado por nuestras maldades, con nuestro infernó torramos la corteza de la
madre natura.
Enrabietándola, se a una, con la climatología universal, para provocar catástrofes
En tornados, terremotos, huracanes y maremotos, pagando seres inocentes que jamás
propagó el incendio del mal.
Contra más vas adquiriendo ese conocimiento del saber, mas te asquea la
podredumbre que va rotando en pro de quien la maneja y tienen los hilos del mundo,
quiero sabiduría para combatir al mal y fortalecer a los mas desprotegidos y débiles de
espíritu, si realmente impera en uno, la honradez y la dignidad honesta.
Contra más inunda a tu persona la sabiduría, mas vas descubriendo como el hombre es
el mayor animal depredador, que mata por dominar, no solo su territorio sacando ese
instinto animal, para proliferar la ambición avariciosa de pretender dominar todos los
territorios del mundo,
Todos los enfermos por la ambiciosa avaricia de acaparar mas bienes materiales para
engordar sus egos haciéndose notorios de sus ostentosidades para implantar el miedo
En el restos de los hombres buenos y humildes que son muchos mas, que los maléficos
satánicos, esos que clandestinamente maquina como barrer de la faz de la tierra a
medio mundo, quitándoles sus vienes y sus sueños, esos sueños, con nuevos
amaneceres, con un poco mas de abundancia básica para vivir.
Pero no como serpiente zalamera y engañosa sale de sus sombras a la caza furtiva de
débiles gentes acorralados por las necesidades primordiales para alimentar sus casas,
apoderándose de ellos, el malhechor inmundo, para hacerles dóciles perros guardianes
que defiendan los intereses de sus amos.
Los príncipes del mal que implantan semillas de nuevas sectas dominantes, vaciadoras
de cerebros, haciendo a las personas autómatas vivientes dirigibles para los amos
inhumanos
Esos… los que quieren pasar a la historia como dioses omnipotentes, acogiéndose a
Satán, la morada del maléfico mundo infernal.
29 de julio del 2013
www.el-obrero-poeta.blogspot.com
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