SALMO 76 Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel

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SALMO 76
Dios se manifiesta en Judá,
su fama es grande en Israel;
su tabernáculo está en Jerusalén,
su mirada en Sión.
Allí quebró los relámpagos del arco,
el escudo, la espada y la guerra.
Tú eres deslumbrante, magnífico,
con montones de botín conquistados.
Los valientes duermen su sueño,
y a los guerreros no les responden sus brazos.
Con un bramido, oh Dios de Jacob,
inmovilizaste carros y caballos.
Tú eres terrible:
¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira?
Desde el cielo proclamas la sentencia:
la tierra teme sobrecogida,
cuando Dios se pone en pie para juzgar,
para salvar a los humildes de la tierra.
La cólera humana tendrá que alabarte,
los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Haced votos al Señor y cumplidlos,
y traigan los vasallos tributo al Temible:
él deja sin aliento a los príncipes
y es temible para los reyes del orbe.
ESTRUTURA
1. Dios se manifiesfa en su puebla (2-3)
2 . Dios majestuoso en la guerra (4-7)
3. Dios temible en su juicio (8-13)
INTRODUCCIÓN
El salmo celebra el poder devastador que Yavé manifestó en el año 701
contra Senaquerib, rey de Asiria, que acababa de asediar la ciudad santa e
increpaba con desdén a todos sus habitantes a que cesaran de ofrecer una
resistencia inútil. ¿Qué puede hacer Yavé, Dios insignificante, contra él y
sus poderosos reyes triunfadores? Ezequías se vuelve confiadamente hacia
Dios e Isaías le comunica la seguridad de la salvación. "Senaquerib, rey de
Asiria, levantó el campamento y partió" (2 Re 19).
Ese recuerdo quedó grabado en la memoria del pueblo. Dios destruye a los
poderosos del mundo y salva a los pobres. Esta confianza de los pobres
subirá siempre desde lo profundo de la humanidad, como la protesta contra
el orgullo dominante, como un anuncio del juicio de Dios.
DESARROLLO
v 2-3. "Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel; su
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tabernáculo está en Jerusalén, su morada en Sión"
Dios ha escogido un centro geográfico para acercarse a los hombres, como
ha escogido un pueblo para penetrar en la hístoria. Desde ese centro, Dios se
revela: primero a su pueblo y, por él, a los enemigos de su pueblo, de ahí que
Israel haya sabido poner a Jerusalén en "la cumbre de sus alegrías".
v. 4. "Allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la
guerra"
"Allí". Según el profeta Ezequiel a la ciudad de Jerusalén se le va a dar un
bello nombre: "El Señor está aquí" (Ez 48,35). Dios es: el que está en esta
ciudad. Hasta ese punto se identifica Jerusalén con su Dios. Cada uno de
nosotros podemos contar también con un nombre parecido: el Emanuel, el
que está siempre con nosotros, el que nunca nos abandona. Él se hace uno a
nuestro lado.
El Dios que ha decidido habitar en Salén ha roto y seguirá rompiendo los
instrumentos de guerra, símbolos de la arrogancia humana. Es como la
coronación de sus conquistas, conquistas que llevan a la paz mesiánica, a la
paz definitiva.
El ser victorioso de Dios no es para la derrota del hombre, sino para la
obtención de un hombre salvado, donde todo lo humano puede crecer y
vivir.
v. 5-7. "Tú eres deslumbrante, magnífico, con montones de botín
conquistados. Los valientes duermen su sueño, y a los guerreros no les
responden sus brazos. Con un bramido, oh Dios de Jacob, inmovilizaste
carros y caballos"
Dios es el soberano que vuelve a su capital con un rico botín que ha quitado
a los guerreros más valientes.
Dios ha actuado y los enemigos no se han opuesto a esta acción: duermen su
sueño, no les responden sus brazos, quedan inmóviles, no resisten.
Toda la caballería queda paralizada al grito del Dios de Jacob, que es el grito
de guerra de Yavé.
"El triunfante ardor de aquellos enemigos fue paralizado por una fuerza
misteriosa: hombres y caballos cogidos por un invencible entorpecimiento
habían perdido en un solo instante, todas sus fuerzas. Incapaces de la más
pequeña acción" (L. Jacquet).
v. 8-10. "Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira?
Desde el cielo proclama la sentencia: la tierra teme sobrecogida, cuando
Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra"
Desde el cielo distante Dios domina el universo: es el terrible ante el cual
toda la tierra tiembla y se estremece. La ira de Dios ,e enciende contra el
pecador, sobre todo, contra el agresor injusto. Cuando Dios revela su ira en
acción aparece como terrible.
En todas las religiones existen las dos facetas de Dios: el .`rtme~iiio y el
fascinante. Aquí aparece como treinendo ante el cual uno queda
sobrecogido.
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Este aspecto se recoge también en el Corán: "Oh hombres, teman a su Señor
porque su hora será tremenda. Ese día verán a toda mujer que amamanta
olvidar su lactante y toda mujer embarazada dar a luz el fruto de su vientre
y los hombres parecer como ébrios sin serlo; entonces el castigo de Dios
aparecerá en toda su dureza" (Corán).
Esta acción de Dios es también obra salvadora. Los enemigos de Dios son
los enemigos de los pobres y oprimidos. Éstos, apenas ven levantarse a Dios,
saben que la historia está destinada a un cambio.
v 11. "La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al
castigo te rodearán"
Texto difícil. El P. Schókel da esta interpretación: "Del viejo Israel que un
día se partió en Judá e Israel, queda un resto el sagrado resto que
continuará la historia y será portador de salvación, sobreviviendo a tantas
agresiones y ahora concentrado en Judá".
Los violentos, con su fuerza, vuelven a levantarse contra el resto inerme.
Entonces Dios interviene. Celebra un juicio histórico, dicta sentencia y
castiga a los agresores derrotándolos. Los agresores acaban alabándole a su
pesar.
v 12. "Haced votos al Señor y cumplidlos, traigan los vasallos tributo al
Temible"
Contando con un defensor tan terrible e irresistible, dueño soberano del
destino e incluso de la vida de todos los soberanos de la tierra, los israelitas
pueden confiarse con seguridad a él con tal de que sepan agradecer su
solicitud mediante el voto de las ofrendas, de los sacrificios y oraciones.
Ésta es la misión de todos los que están a su alrededor: los sacerdotes y los
levitas que viven junto a él, en el templo.
Todos los demás pueblos, como vasallos, deberán pagarle tributo.
v. 13. "Él deja sin aliento a los príncipes, y es temible para los reyes del
orbe"
El hombre es su soplo de Dios (Gn 2,7). Cuando Dios retira ese soplo, el
hombre se hunde en la nada. El hilo de la vida está en manos de Dios. Para
los malvados es motivo de terror. Pero para los buenos es frente de serenidad
el poder abandonarse a esas manos divinas.
ENSEÑANZA FUNDAMENTAL DE ESTE SALMO
Hay que dejar a Dios ser Dios. Desde el principio de la creación el hombre
ha entrado en conflicto con Dios. El hombre no ha querido aceptar el rol de
criatura que le pertenecía. Y quiso ser como Dios: "conocedor del bien y el
mal".
Y en eso precisamente consiste el pecado: en no creerle a Dios capaz de
ennoblecernos, enriquecernos, hacernos plenamente felices.
El pecado consiste en que el hombre, con el uso y abuso de su libertad,
quiere ponerse en lugar de Dios, ocupar el puesto que sólo a Dios le
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pertenece.
Tener fe es aceptar a Dios como Dios y ponerlo en el centro de la vida.
Fiarse de que las cosas con Dios van muy bien: hay paz interior, coherencia,
transparencia, luz en el corazón.
El creyente aprende que, cuanto más absoluto y total es Dios, más hombre es
el hombre. La realidad plena de la persona humana está en su apertura a
Dios como el Absoluto.
Dios ha creado al hombre para volcarse en él, darle su propia vida. Si el
hombre se niega a recibir esta vida, poco a poco se va anulando, poco a poco
se va destruyendo hasta caer en el vacío total.
En la magistral parábola del Hijo Pródigo, el pecado esencial no está en
haber despilfarrado su fortuna con malas mujeres. Está en que ese hijo no le
creía a su padre capaz de hacerle feliz. Estaba en casa físicamente pero su
corazón estaba fuera. En realidad tuvo que encontrarse consigo mismo, tener
la valentía de regresar y quedar perplejo ante el derroche de cariño de su
padre. Por muchos años estuvo en casa sin haberlo conocido, incluso
teniéndolo como rival de su propia realización personal.
Cuando el hijo le dejó a Dios ser Dios, le dejó ser Dios-Padre y se dejó
querer por él, entonces se acabaron todas las dudas y fue feliz durante toda
su vida al poder expresarle su locura del pasado y su agradecimiento en el
futuro.
ORACIÓN
"Tú eres deslumbrante, magnífico"
Señor, me encanta ese lenguaje tan preciso y precioso que usan los salmistas
para hablar de ti. Para ellos eres magnífico, estupendo, maravilloso...
Si de lo que hay en el corazón habla la lengua, debemos deducir que
estos hombres estaban entusiasmados contigo, apasionadamente enamorados
de ti. Lamentablemente hoy no se habla de ti de esa manera. Y es que hay
demasiada rutina en nuestras vidas, demasiada vulgaridad, demasiada
superficialidad. Da la impresión de que hay poca gente que vibre ante tu
persona; que quede embobada ante las maravillosas acciones desplegadas en
la Creación y en la Historia.
Pero yo, Señor, no quiero ser uno de éstos. Quiero con el salmista gritar al
mundo y decirle que eres estupendo, magnífico, maravilloso.
"Él deja sin aliento a los príncipes"
Nosotros, Señor, somos barro con un soplo divino. Y tú no quitas nada de lo
que nos das. Tú eres el que alientas, el que animas, el que constantemente
impulsas a la vida. Pero hay personas que no quieren recibir tu aliento vital y
están condenadas al fracaso, a la frustración.
Sopla, Señor, con la fuerza de tu espíritu como soplaste un día sobre
aquel montón de huesos secos. Reanima en nosotros lo que está muerto
o a punto de fenecer. Que nunca nos abandone tu Santo Espíritu.
"Allí quebró el arco, el escudo, la espada y la guerra"
Qué bonita definición de ti da el salmista en este salmo: el quebrantador de
arcos y armas de guerra. Tú no dejaste que tu siervo David te construyera el
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gran Templo. Y diste esta razón: ha derramado mucha sangre.
Por otra parte, qué lindos tus sueños sobre el mundo: "Convertirán sus
espadas en arados y sus lanzas en podaderas. No alzará la espada nación
contra nación, ni se prepararán para la guerra" (Is 2,4).
Lamentablemente nunca se han cumplido estos sueños. Hoy las naciones
están en guerra. Tu misma nación de Israel está en guerra. Sé siempre el
Dios de la paz.
FRASES
Las montañas reciben los primeros rayos del sol para iluminar las llanuras;
así también los doctores reciben los primeros rayos de la sabiduría para
iluminar a los hombres". (Santo Tomás)
Para mí, Dios es verdad y amor. Dios es ética y moral; Dios es ;oraje. Dios
es la fuente de la luz, de la vida... es un Dios personal ; ara todos aquellos
que necesitan de su presencia personal. Es encarnado para todos los que
necesitan de su contacto... Es todas :as cosas para todos los hombres. Está en
nosotros y más allá y más arriba de nosotros. Es paciente pero también
terrible. Con él la :znorancia no es una excusa. Y, sin embargo, perdona
siempre porque siempre nos da la posibilidad de arrepentirnos". (Gandhi)
PREGUNTAS
1. En el salmo Dios aparece como el Temible. ¿Alguna vez le he tenido
miedo a Dios? ¿Cuándo?
I Dios aparece en el salmo como el quebrantador de arcos, espadas, e
instrumentos de guerra. En mi grupo, ¿sé destruir todo lo que de palabra u
obra atenta contra la paz y la unidad de la comunidad?
3. Con el testimonio de mi vida, ¿sé enfrentarme contra aquellas personas
que tienen recelos contra Dios?
SALMO 77
Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío,
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos, recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
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¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: - ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor,
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, oh Dios, haciendo maravillas
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, oh Dios te vio el mar
y tembló, las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban;
rodaba el estruendo de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida:
tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas;
mientras guiabas a tu pueblo como un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
ESTRUATURA
1. Lamento por el abandono de Dios (2-11)
2. Recuerdo de las actuaciones de Dios en el pasado (12-21)
INTRODUCCIÓN
En un momento de extrema aflicción para Israel, el salmista se interroga
angustiosamente sobre la desconcertante actitud del Señor que parece haber
rechazado para siempre a su pueblo.
A pesar de sus esfuerzos no alcanza a comprender los misteriosos caminos
de Dios, y sus preguntas quedan sin respuesta. Aunque se trata de una
súplica individual, en el salmista está simbolizado todo el pueblo. El rechazo
del pueblo es lo que aflige duramente al que ora.
El amor es la única característica que aparece como esencial en Dios en
todos los tiempos; pero ahora parece que Dios no actúa como le es propio.
Parece que Dios ha olvidado su rasgo característico.
Sin embargo, ¡aún hay esperanza! Dios ha actuado en el pasado un dejar
huellas. Así el salmista tiene razones para esperar que esta actuando de
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forma invisible en la actual situación.
DESARROLLO
v. 2-3. "Alzo mi voz a Dios gritando... En mi angustia te busco, Señor mío,
de noche extiendo las manos sin descanso, y mi alma rehúsa el consuelo"
El salmista grita desesperadamente con su voz. El grito pretende salvar la
inmensa distancia de la lejanía de Dios. La noche se vuelve símbolo de la
angustia interna sin luz, de la búsqueda inútil de Dios.
El orante no controla las manos. Las tiende hacia él como si le buscara a
tientas... Todo su ser experimenta una atracción tan fuerte hacia Dios que no
sería capaz de encontrar, fuera de él, el equilibrio y la paz. No hay criatura
en la tierra que pueda sustituir la desolación producida por la ausencia y
separación de Dios.
El salmista está en la oscuridad, en la noche, totalmente desorientado. Y esta
desorientación la está padeciendo todo el pueblo.
"La noche es imagen del período en que la nación estuvo sumida en la
noche durante el destierro (A. Cohen).
La oración en la noche se hace buscando una aurora de liberación: "el
salmista no se lamenta contra la muerte, sino contra la muerte de la
esperanza" (Parzzoli).
v. 4-5. "Cuando me acuerdo de Dios, gimo, y meditando me siento
desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos, y la agitación no me deja
hablar"
El recuerdo, la meditación deberían suscitar la fe y ahora le suscitan dudas.
El recuerdo de Dios que debería ser para él una fuente de consuelo le hace
más intenso el dolor. Precisamente ese recuerdo nostálgico de Dios lo
mantiene totalmente desvelado.
Hay que decir que existen dos tipos de recuerdos: uno positivo, como
veremos en la segunda parte del salmo, y otro negativo, propio de esta
primera parte. Quieren vivir de un pasado que les está haciendo daño. Se
está convirtiendo en una postura paralizante. A este recuerdo se refiere Isaías
cuando dice: "No recordéis lo de antaño. No penséis en lo antiguo"(Is
43,18)
La oración auténtica tiene que abrir brecha en el muro de la desesperanza.
"El corazón ya no puede vivir en paz. Se han acumulado las nubes. Pesa el
escudo, como antes de la batalla. Tu hora ha llegado. ¡Reza!" (A. A.
Block).
v. 7. "De noche lo pienso en mis adentros; y meditándolo me pregunto"
El problema que vive el salmista no le deja vivir ni descansar. Día y noche
viene a su mente como una especie de cantinela. En ella recuerda los
tiempos pasados. Esto lo hace no para distraerse, sino para lanzar
preguntas...
v.10. "¿Es que el Señor nos rechaza para siempre y ya no volverá a
favorecernos? ¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha terminado para
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siempre su promesa? ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad?"
La gran cantidad de preguntas manifiesta la trágica inquietud que produce la
ausencia de Dios. ¿Es que Yavé rechaza a Israel? Eso sería la ruina total del
pueblo. Este pueblo es pueblo en cuanto que es pueblo de Dios. Si este
pueblo no es de Dios ha dejado de ser pueblo.
Dios es el que escogió a su pueblo. ¿Ya ha terminado la elección? ¿No hay
esperanza de volver a ser pueblo de Dios? ¿Han fallado las promesas?
¿Acaso Dios puede olvidar?
El Dios entrañable, ¿ha podido olvidar su amor? ¿No va contra la misma
esencia de Dios? ¿Ha agotado todas sus riquezas de piedad y de amor
paternal?
Estas preguntas punzan y laceran el corazón del salmista representante de
todo el pueblo.
Es hermoso constatar la convicción de un pueblo que no sabe, no puede y no
quiere vivir sin Dios. Es como si le faltara el aire para respirar y el suelo en
donde apoyarse. Este pueblo puede vivir sin pan, sin agua, sin techo... pero
no puede vivir sin su Dios.
v.11. "Y me digo: ¡Qué pena la mía! ¡Se me ha cambiado la diestra del
Altísimo!"
Frase central del salmo. Hace de bisagra entre la primera y la segunda parte.
Se plantea el contraste entre el antes y el ahora de la actuación de Dios.
Antes, no eran así las cosas. La pena que siente es como si le perforaran por
dentro. Sin embargo, el salmo, en esta segunda parte, va a discurrir por
senderos distintos. Va a retomar el pasado no en sentido de nostalgia
paralizante, sino como punto de arranque para encarar el futuro. Ese Dios
que ha hecho tantas maravillas en otro tiempo nos impulsa a confiar en él.
Dios es mucho más grande que todos nosotros. Dios siempre tiene futuro y
lo mejor de Dios es lo que queda por decir y por hacer.
v. 12-13. "Recuerdo las proezas del Señor, sí, recuerdo tus antiguos
portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas"
Antes era el tiempo de las grandes hazañas y maravillas de Dios. Él
demostró, a la vista de todos, su poder y su fuerza en favor de su pueblo. Lo
que ha sido la acción de Dios en el pasado está sintetizado en el libro de la
Sabiduría:
"El Mar Rojo convertido en camino practicable y el violento oleaje
convertido en vega verde; por allí pasaron en formación compacta los que
iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos" (Sab
19,7s).
El horizonte sombrío comienza a verse iluminado en la reflexión - oración
del salmista. Hay un rescoldo en la fe del israelita. No puede abandonar esa
secular experiencia de Israel. La bondad y la misericordia con su pueblo es
eterna. ¿Cómo iba a cambiar el designio amoroso de Dios con su pueblo?
Sería una contradicción. Tan radicalmente fuerte es el amor de Dios al
hombre que no podrá arrepentirse de ello y cesar en su obra de amor. Las
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maravillas de Dios en la creación y en el éxodo las tiene que continuar.
"Mirad que realizo algo nuevo: ya está brotando, ¿no lo notáis?" (Is 43,18).
v. 14-16. "Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como
nuestro Dios?... Con tu brazo rescataste a tu pueblo"
En su obrar Dios ha manifestado su santidad, que el hombre ha de reconocer
sin discusiones, aunque las obras del Señor parezcan, a veces, enigmáticas.
Entre todas las obras del pasado merecen especial atención la redención del
pueblo.
v. 17-20. "Te vio el mar, oh Dios... las nubes descargaban sus aguas...
rodaba el estruendo de tu trueno... la tierra retembló... Tú te hiciste
camino por las aguas..."
El salmista se remonta hasta la gesta del Éxodo y la recrea con tintes casi
míticos: el mar tiembla, las nubes derraman el agua, truenos y rayos, la tierra
se estremece... Dios se abre camino a través de las aguas para que su pueblo
alcance la liberación.
v. 21. "Mientras guiabas a tu pueblo como a un rebaño, por la mano de
Moisés y de Aarón"
En la última fase del poema el panorama se serena: la imagen del Dios
pastor domina ahora. El pueblo, liberado y tranquilo, camina sin sobresaltos
bajo la guía de los lugartenientes de Dios: Moisés y Aarón.
"Dios sigue abriendo caminos sin dejar huellas. Hay que sentirlo presente
en la convulsión, en voces extrañas, en resplandores súbitos y nunca hay
que petrificar sus huellas" (P. Schókel).
ORACIÓN
"¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad?"
Señor, a veces, la vida se hace dura, demasiado dura para mucha gente. Su
peso los aplasta. Están al borde de la desesperación y se dicen: ¿vale la pena
vivir así? ¿No es esta vida una premonición de la muerte? Entonces se hace
difícil rezar. Muchas personas dudan hasta de tu bondad. ¿Qué hacer en esos
momentos? Y tú nos dices: »Tomad la Biblia en la mano, escuchad a mis
profetas: "¿Acaso una madre puede olvidarse del niño pequeño que lleva en
sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no me olvidaría de ti" (Is
49,15)«. Gracias, Señor, porque nos has dejado el don de tu palabra. Ella nos
serena, nos da paz, nos invita a caminar y a fiarnos de ti.
"Recuerdo tus antiguos portentos"
Sí, quiero recordar tantos favores y beneficios que me has hecho a lo largo
de mi vida. Era un niño y me rodeaste del cariño de mis padres. Fui joven y
tú, oh Cristo, llenabas mi corazón de alegría y de ilusiones. Me lanzabas
hacia nuevos horizontes. Eras mi líder, mi jefe, también mi amigo. En mi
vida adulta, tú me das madurez, serenidad, plenitud. Cuando ya sea viejo tú
serás mi apoyo. Y así, apoyado en ti, buen pastor, pasaré "por la cañada
oscura de la muerte". Gracias, Señor, porque mi vida ha sido una bonita
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historia de amor.
"Tú te abriste camino por las aguas"
Las aguas de las que habla el salmista no son las aguas serenas y tranquilas
de las que habla idílicamente el salmo 23. Son aguas mortíferas que arrastran
carros, caballos y jinetes del faraón de Egipto. Pero tú tienes dominio sobre
el mar. Sabías caminar tranquilo sobre el lago embravecido de Galilea y te
abrías camino por el Mar Rojo. Para ti no hay mar que se resista.
Yo quiero estar siempre contigo y no tener nunca miedo a navegar por el
mar de este mundo. Tú siempre abres caminos nuevos. Contigo uno nunca se
aburre ni envejece; nunca se cansa ni desmaya. En ti está el estreno, la
sorpresa, la novedad, la juventud, la vida. ¡Gracias Señor!
FRASES
Para un israelita, la memoria consiste en recordar en el presente ~-1 hecho
enterrado en el pasado". (A. Maillot)
"Aunque parezca que Dios no tiene compasión, sin embargo a él simempre
le vence la misericordia". (San Jerónimo)
“No has de ser como muchos ignorantes que piensan de Dios
superficialmente y creen que, cuando no lo entienden o no lo gustan ni
sienten, Dios está más lejos y más escondido". (San Juan de la Cruz)
El salmista se eleva por encima de sí mismo tomando como trampolín las
obras de Dios. Se lanza para elevarse por encima de las apreciaciones. No se
detiene en ninguna parte hasta arribar en Dios... (San Agustín)
PREGUNTAS
1.¿Qué hago cuando, sin culpa mía, siento que Dios está lejos de mí? ¿Le
dejo? ¿Le sigo buscando?
2. El salmista, en tiempos de angustia y sequedad interior, recuerda los
grandes acontecimientos de Dios obrados a favor de su pueblo. ¿Tiene mi
comunidad experiencias fuertes de Dios para los momentos de crisis? ¿Sabe
reactualizarlas?
3. Hay mucha gente que apoya su fe en visiones, apariciones o fenómenos
extraordinarios. ¿Sé ayudar a estas personas desde mi experiencia de fe
madura y adulta?
SALMO 78
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mí boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado.
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
no lo ocultaremos a sus hijos,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor,
su poder, las maravillas que realizó.
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Porque él estableció una norma para Jacob,
dio una ley a Israel:
él mandó a nuestros padres
Que lo enseñaran a sus hijos,
para que lo supiera la generación siguiente,
y los hijos que nacieran después.
Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios,
sino que guarden sus mandamientos;
para que no imiten a sus padres,
generación rebelde y pertinaz;
generación de corazón inconstante,
de espíritu infiel a Dios.
Los arqueros de la tribu de Efraín
volviendo la espalda en la batalla,
no guardaron la alianza de Dios,
se negaron a seguir su ley,
echando en olvido sus acciones,
las maravillas que les había mostrado,
cuando hizo portentos a vista de sus padres,
en el país de Egipto, en el campo de Soán:
hendió el mar para abrirles paso,
sujetando las aguas como muros;
los guiaba de día con una nube,
de noche, con el resplandor del fuego;
hendió la roca en el desierto,
y les dio a beber raudales de agua;
sacó arroyos de la peña,
hizo correr las aguas como ríos.
Pero volvieron a pecar contra él,
y se rebelaron en el desierto contra el Altísimo:
tentaron a Dios en sus corazones,
pidiendo una comida a su gusto;
hablaron contra Dios:
"¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?
El hirió la roca, brotó el agua
y desbordaron los torrentes;
pero ¿podrá también darnos pan,
proveer de carne a su pueblo?"
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Lo oyó el Señor, y se indignó,
un fuego se encendió contra Jacob,
hervía su cólera contra Israel
porque no tenían fe en su Dios
ni confiaban en su auxilio.
Pero dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná
y les dio un trigo celeste;
y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde el cielo el Levante,
y dirigió con su fuerza el viento Sur:
hizo llover carne como una polvareda,
y volátiles como arena del mar;
los hizo caer en mitad del campamento,
alrededor de sus tiendas.
Ellos comieron y se hartaron,
así él satisfizo su avidez;
pero con la avidez recién saciada,
con la comida aún en la boca,
la ira de Dios hirvió contra ellos:
mató a los más robustos,
doblegó a la flor de Israel.
Y con todo, volvieron a pecar
y no dieron fe a sus milagros:
entonces consumió sus días en un soplo,
sus años en un momento;
y cuando los hacía morir,
lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo, su redentor.
Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.
Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor;
acordándose de que eran de carne,
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un aliento fugaz que no torna.
¡Qué rebeldes fueron en el desierto,
enojando a Dios en la estepa!
Volvían a tentar a Dios,
a irritar al Santo de Israel, s
in acordarse de aquella mano
que un día los rescató de la opresión:
cuando hizo prodigios en Egipto,
portentos en el campo de Soán;
cuando convirtió en sangre los canales
y los arroyos, para que no bebieran;
cuando les mandó tábanos que les picasen,
y ranas que los hostigasen;
cuando entregó a la langosta sus cosechas,
y al saltamontes el fruto de sus sudores;
cuando aplastó con granizo sus viñedos,
y con escarcha sus higueras;
cuando entregó sus ganados al pedrisco,
y al rayo sus rebaños;
cuando lanzó contra ellos
el incendio de su ira,
su cólera, su furor, su indignación,
y despachando a los siniestros mensajeros,
dio curso libre a su ira:
no los salvó de la muerte,
entregó sus vidas a la peste;
cuando hirió a los primogénitos en Egipto,
a las primicias de la virilidad en las tiendas de Cam.
Sacó como un rebaño a su pueblo,
los guió como un hato por el desierto;
los condujo seguros, sin alarmas,
mientras el mar cubría a sus enemigos;
los hizo entrar por las santas fronteras
hasta el monte que su diestra había adquirido;
ante ellos rechazó a las naciones,
les asignó por suerte su heredad:
instaló en sus tiendas a las tribus de Israel.
Pero ellos tentaron a Dios Altísimo,
y se rebelaron negándose a guardar sus preceptos:
desertaron y traicionaron como sus padres,
fallaron como un arco engañoso;
Dios con sus altozanos lo irritaban,
con sus ídolos provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se indignó,
13
y rechazó totalmente a Israel:
abandonó su morada de Silo,
la tienda en que habitaba con los hombres;
abandonó sus valientes al cautiverio,
su orgullo, a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada,
encolerizado contra su heredad;
el fuego devoraba a los jóvenes,
y las novias ya no tenían cantos;
los sacerdotes caían a espada,
y sus viudas no los lloraban.
Pero el Señor se despertó como de un sueño
como un soldado vencido por el vino:
hirió al enemigo en la espalda,
infligiéndole una derrota perdurable.
Repudió las tiendas de José,
no escogió la tribu de Efraín:
escogió la tribu de Judá
y el monte Sión, su preferido.
Construyó su santuario como el cielo,
como la tierra lo cimentó para siempre.
Escogió a David su siervo
lo sacó de los apriscos del rebaño;
de andar tras las ovejas,
lo llevó a pastear a su pueblo,
Jacob, a Israel, su heredad.
Los pastoreó con corazón íntegro,
los guiaba con mano inteligente.
ESTRUCTURA
1. Introducción de estilo sapiencial (1-8)
2. Éxodo y desierto (9-33)
3. Recapitulación (34-39)
4. De Egipto de Canaán (40-64)
5. Elección de Judá y rechazo de Israel (6-72)
INTRODUCCIÓN
Esta larga meditación de estilo sapiencial evoca la historia de Israel, desde el
Éxodo hasta la institución de la monarquía davídica. El relato histórico sirve
de soporte a una enseñanza para el presente: en el recuerdo de su propio
pasado, Israel debe encontrar un motivo de gratitud y fidelidad al Dios de la
Alianza. Esta preocupación didáctica se manifiesta, sobre todo, en la
presentación de la historia como una permanente contraposición entre la
misericordia del Señor y las rebeldías de su pueblo.
14
Hay una especie de porfía entre la ingratitud del pueblo y la fi,:eiidad de
Dios. Éste triunfa al final, aunque estableciendo un nuevo punto de partida:
Con David comienza una nueva época. Hay una visión general de la historia
con propiedades pedagógicas. Yave para obrar de nuevo, repasará los
caminos de ayer. Relatará los hechos en cuanto puede extraer de ellos una
lección. Y precisamente a ese "sobrevolar los hechos se le llama filosofía de
la historia" (H.Schmidt).
DESARROLLO
v.1-8. Introducción de estilo sapiencial
Aquí se habla de la necesidad de instruir a los jóvenes. Es un deber de
conciencia. El padre debe repetir al niño sus costumbres, sus tradiciones
hasta que el niño llegue a retener.
El libro del Talmud nos dirá que la caída de Jerusalén se debe al descuido de
esta educación a los niños: “Jerusalén ha sido destruida porque los chicos
estaban desocupados en lugar de estudiar. No hay que descuidar los
estudios de los niños ni aún con la excusa de reedificar el Templo" (Talmud,
libro de los judíos).
"El mundo no subsiste sino gracias al soplo de los niños de la escuela"
(Maimónides).
En el v 2. se habla de los enigmas del pasado.
El P. Schókel nos dice: "En presencia de tantos prodigios, ¿no es
paradójica la desconfianza del pueblo? Después de tantos beneficios, ¿no es
paradójica la rebeldía? Que al terminar el largo y arduo camino hacia una
nueva patria se instaure la idolatría, ¿no resulta inexplicable?... Los que
están en el desierto, ¿cómo se olvidan de los recientes agotamientos de
Egipto? Llega al desierto donde la vida cuelga entera de Dios y lanza el
desafío de la desconfianza: a ver si puede, ¿a qué no puede? Llega a la
tierra donde la subsistencia está asegurada, y se dedica a provocar los celos
de Dios".
v. 9-33. Éxodo y desierto
"Los arqueros de la tribu de Efraín volvieron la espalda en la batalla"
El volver la espalda en la batalla se suele considerar como castigo más que
como pecado. Se puede interpretar como un castigo ejemplar.
"Echando en olvido sus acciones"
Este salmo es un memorial contra los desmemoriados. Olvidar es un delito.
Pero no basta el simple recuerdo. Los personajes que aparecen en el v. 20 se
acuerdan muy bien del don prodigioso del agua, pero en vez de fiarse de
Dios, le quieren someter a prueba. Sí, nos ha dado agua de una roca pero ¿ya
será capaz de darnos pan y carne? No basta acordarse. Hay que sacar las
consecuencias con vista a una conducta intachable. Hay que saber fiarse de
Dios. El que tiene poder para dar agua ¿no tendrá poder para dar pan?
"Colocan la insolencia hasta el sarcasmo; la exigencia hasta el desprecio de
que, en pleno desierto, Dios disponga de una mesa bien servida" (E.
Beauchamp).
15
“Hizo llover sobre ellos"
El maná es la excreción dulce que, por la picadura de la cochinilla, brota del
tamarisco mamífero, una planta silvestre que crece en el desierto. Tiene
aspecto entre amarillento y blanco y gotea bajo los rayos del sol, cayendo al
suelo y endureciéndose en él durante la noche.
A este pan Dios añade una abundante comida cuando les envía las nubes de
perdices. Muchos encuentran su justo castigo precisamente al hartarse de
estos alimentos tan solicitados.
v. 34-39. Recapitulación
El salmista analiza las cuatro frases que constituyen la vida religiosa del
pueblo: 1) Dios realiza prodigios que causan la sal\-ación. 2) Apenas se han
realizado dichos prodigios, se duda de Dios y de su poder. 3) Dios los
castiga; inmediatamente todos vuelven a él pero sólo de palabra. 4) A pesar
de todo, Dios perdona a esos hombres, débiles como un soplo.
"En verdad los hebreos se mostraban más sensibles a los golpes que a los
beneficios que recibían" (L. Desnoyers).
vv 40-64. De Egipto a Canaán
A pesar de estar revelándose continuamente, Dios lleva a su pueblo desde el
mar Rojo hasta la tierra prometida, lleva su benevolencia hasta poner en
juego su poder divino en la conquista de ese país que se ha reservado como
propiedad y patrimonio suyo; se lo arrebata a los ocupantes para confiárselo
a su hijo adoptivo, Israel.
"Contrariamente a los otros pueblos, Israel no tiene que orgullecerse de
habitar en un país autónomo. Lo posee porque Ya~-é antes lo había
desposeído a los indígenas... Sin Yavé serían un rebaño de esclavos que en
una tierra extraña trabajaba para sus maestros, los egipcios" (E.
Beauchamp).
Israel ante esta bondad divina no responde más que con una cruel ingratitud.
Habiéndose instalado en Palestina, rehúsa observar los mandatos del Señor.
Peor aún: de la misma manera que un arco estropeado ya no impulsa la
flecha a su término, así Israel ya no dirige a los hombres hacia Dios sino
hacia los ídolos, irritando de esta manera a su Dios celoso.
Yavé, irritado, termina por rechazar definitivamente a Israel - Efraín, lugar
que había elegido para vivir hasta este momento, ya que el arca, su trono
simbólico y lugar de su presencia misteriosa, había estado en Silo, en el
corazón de Efraín. Con el arca deja Dios la tienda sagrada de Silo y el
territorio de Efraín para marchar a la guerra contra los filisteos. Ya no
regresará nunca. Deja caer el arca (su fuerza, su esplendor) en manos de los
filisteos y deja perecer en la batalla a su pueblo con los sacerdotes Ofni y
Fines. Este desastre señala el derrumbamiento de Efraín. Las viudas ya no
tienen ni fuerza para llorar y las jóvenes no tienen ni posibilidad de casarse:
'Las novias ya no tenían cantos".
"¿Qué misterio de la historia quería proclamar el salmista? El salmo quiere
mostrar que Efraín estuvo siempre corrompido" (B. Duhm).
16
v 65-72. Elección de Judá y rechazo de Israel
Pero Dios no podía aceptar nunca el ser derrotado definitivamente. Deja a
los filisteos que castiguen a Israel; incluso les permite que capturen su arca
permaneciendo Dios casi como un héroe medio muerto. Pero, de pronto, sale
de su sueño, de su pasividad. Dios no volverá a Silo. Se instalará en el
territorio de Judá. Y elegirá a un hombre de Judá, como rey de todo el
pueblo. David, pastor de ovejas, se convierte en el pastor de todo Israel.
De esta manera concluye la primacía del fuerte pero infiel Efraín en
beneficio del humilde pero fiel Judá. Acontecimientos que están llenos de
lecciones ocultas.
¿Cumplirán David y su dinastía la función de representar debidamente al
Señor como pastor? ¿Habrá que esperar a un futuro sucesor de David, que
venga a colmar las exigencias de este pastoreo?
De momento quedarán: Una tribu, Judá; una ciudad, Sión; un rey, David. Y
un Templo, el gran templo de Jerusalén, imagen del cielo y la tierra.
"David es aquí Cristo, porque este salmo sigue siendo una parábola. Como
David fue pastor antes de ser rey, así es nuestro Salvador, rey de reyes...
Como el agua del mar refleja tantas luces cuantos son sus temblores, así el
salmo a ratos emite un centelleo deslumbrante, a ratos envuelve en sombra
la luz" (Casiodoro).
"Lo hemos visto en el Antiguo Testamento. Lo hemos conocido en el Nuevo,
cuando todo se ha cumplido en Cristo" (Casiodoro).
ORACIÓN
"Escucha, pueblo mío, mi enseñanza"
Señor, tú eres el mejor maestro y a ti te gusta enseñar. Nadie puede hacerlo
de una manera más fiel y competente que tú. Tú eres la misma sabiduría.
Pero, al mismo tiempo que te gusta enseñar te gusta también que tus
discípulos aprendan tus divinas enseñanzas. Y, para aprender, es necesario
escuchar. Tú has enseñado a tu pueblo a saber escuchar: "Escucha Israel".
Pero ¿cómo hay que escucharte? Con todo el corazón, con toda el alma y
con todas las fuerzas.
Reconozco que yo no te he escuchado así. A veces, cuando tú hablas, mi
corazón está lejos de ti. Te escucho sólo con el oído externo pero no con el
oído interior. A veces, cuando tú hablas, mi mente está distraída y mis
fuerzas dispersas. Dame la gracia de saber escucharte.
"Lo que nuestros padres nos contaron... lo contaremos"
Yo recuerdo con cariño aquellos años de mi infancia. No había TV ni
cocinas eléctricas, ni de butano. La cocina tenía sabor a hogar. Allí se
quemaban troncos de leña y, al rescoldo de aquel fuego, nuestros padres y
abuelos nos contaban sus viejas historias. Allí se reía, se lloraba, se cantaba
y se rezaba. Yo aprendí a rezar en las rodillas de mi madre y siempre al calor
de aquel fuego.
Hoy, lamentablemente la TV ha roto todo diálogo familiar. Con todo, no
podemos renunciar a transmitir la fe como el mejor regalo, como la mejor
17
herencia que hemos podido recibir de nuestros mayores. Ojalá que, al
transmitir ideas sepamos también transmitir vivencias y sentimientos. Que
sepamos dar una fe viva y caliente, como aquellas que nos dejaron nuestros
padres al abrigo de unos leños encendidos.
¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?
Señor, cuando leo las cifras escandalosas de los niños que mueren de
hambre, me he hecho la pregunta del salmista: ¿Es que Dios no puede dar
pan para todos? ¿No puede impedir que mueran de hambre tantos niños?
¿No podrá poner una mesa grande y bien abastecida en el desierto del
mundo? En realidad, seguimos tentando a Dios como los israelitas. ¿Acaso
no hay en el mundo alimentos suficientes para todos? "El día en que todos
los hombres y mujeres del mundo nos demos la mano en el gran corro de la
fraternidad universal, ya no habrá manos pidiendo pan".
FRASES
Ésta puede ser la historia de Israel: "Dios da, el pueblo ingrato se rebela;
Dios castiga, el pueblo se arrepiente y suplica; Dios perdona, y todo vuelve a
comenzar. Así va la vida del hombre frente a Dios. Al misterio de nuestras
incansables infidelidades responde la loca bondad y el perdón incansable de
Dios. Esta historia continúa". (G. Garrone)
"Señor que nos habéis amasado de esta tierra, no os sorprendáis de que
seamos terrenos. Señor que nos habéis amasado con polvo, no os asombréis
de que seamos polvorientos. Señor que nos habéis amasado de esta humilde
miseria, no os sorprendáis de que seamos miserables". (Peguy)
Hay virtudes humanas, como la sed de justicia, el conocimiento y la
aceptación de sí, el sentido del Absoluto... sin las cuales la oración se presta
a ser una afición espiritual". (P. Garrido)
PREGUNTAS
1. El recuerdo de mi pasado, ¿me sirve para potenciar y superar el presente?
2. Mi grupo cristiano, mi comunidad, ha recibido del Señor inmensos
favores. ¿He sabido agradecerlos? ¿Han servido de ocasión para exigirle a
Dios nuevos beneficios?
3. Hay mucha gente que se olvida totalmente de Dios. ¿Cómo puedo
ayudarles eficazmente a encontrarse con el Señor?
SALMO 79
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado su santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas;
echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra.
Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
18
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como el fuego tu cólera?
Derrama tu furor sobre los pueblos
que no te reconocen,
sobre los reyes que no invocan tu nombre:
porque has devorado a Jacob,
han asolado sus casas.
No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.
Socórrenos. Dios salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu nombre.
¿Por qué han de decir los gentiles:
"Dónde está su Dios"?
Que a nuestra vista conozcan los gentiles la venganza
de la sangre de tus siervos derramada.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte;
y a nuestros vecinos págales
siete veces la afrenta con que te afrentaron, Señor.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre,
contaremos tus alabanzas de generación en generación.
ESTRUCTURA
1. Descripción de 1 situación (1-4)
2. Lamentación y súplica (5-12)
3. Acción de gracias (13)
INTRODUCCIÓN
El motivo de esta súplica nacional del salmo 79 es la deplorable situación en
que se encuentra Israel. Jerusalén, la ciudad santa, y su templo, la morada de
Dios entre los hombres han sido destruidos por los enemigos. Muchos fieles
han caído bajo la espada.
A los orantes les ha impresionado, de una manera especial, la sangre; la
sangre derramada de tantos hermanos que, desde la tierra, grita y exige
reparación plena y ;ompleta. Los pueblos vecinos celebran esa derrota.
Dios pastor no puede abandonar su rebaño. Si Dios se hace el sordo y no
19
escucha las voces desgarradas de su pueblo, los paganos pensarán que es
inútil servir al Señor y quedará comprometido el honor de su Nombre.
DESARROLLO
v. 1. "Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, han profanado tu
santo templo, han reducido Jerusalén a ruinas"
Aquí se trata de asunto de Dios: "tu heredad","tu templo". Alguien ha
atentado contra tus posesiones y tus súbditos. Profanar el santuario es delito
grave denunciado por los profetas (Jer 7,30). Ante este hecho tan lamentable
Dios no puede quedar indiferente.
La misma literatura antigua recoge este hecho con verdadero asombro: "Los
enemigos han entrado en tu santuario, en tu habitación sagrada; ellos la
han ensuciado. En tu santo lugar han colocado los pies y han destruido tu
morada".
v 2. "Echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo, y la
carne de tus fieles a las fieras de la tierra"
La batalla ha sido tan cruel que no ha quedado gente ni para enterrar a los
muertos. "Los muertos son tan numerosos y los hombres válidos tan pocos
que no hay quien los pueda enterrar" (E. Osty).
Dejar a una persona sin sepultura era la suprema desgracia para un judío, ya
que según ellos, el alma no desciende al lugar del descanso en el seol a no
ser que el cuerpo descienda también al lugar del descanso en la tumba.
Por otra parte se trata de una maldición: "Las aves y las fieras devorarán tu
cadáver sin que nadie las espante" (Dtn 28,26).
v. 3-4. "Derramaron su sangre como agua... y nadie la enterraba. Fuimos
el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos
rodean"
Derramar sangre es una forma técnica para hablar de homicidio. Pero esa
sangre hay que enterrarla o cubrirla para que no clame al cielo (Gn 4,10).
Son objeto de burla por parte de los enemigos. Es como si le dijeran a Dios:
"Nos has expuesto como materia al infinito de las risas burlonas; aquellos
que hacen círculos alrededor de nosotros para mirarnos" (P Claudel).
v. 5. "¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siempre enojado?"
Vivir en la pregunta. Ése es un buen modo de indicar la sana tensión en que
se mueve la fe. Quien en cuestiones de fe lo tiene todo claro, quien no tiene
fisura alguna en su sistema espiritual, tal vez esté indicando que su fe carece
de contenido. Los salmistas preguntan: ¿por qué? El mismo Jesucristo moría
preguntando: ¿por qué me has abandonado? Muchas preguntas acerca de la
fe provienen de un gran deseo de creer.
v. 6-7. "Derrama tu furor sobre los pueblos que no te reconocen... porque
han devorado a Jacob"
Los caminos de Yavé desorientan al salmista; en vez de castígar a los judíos
20
por sus debilidades, tenía que castigar más a los paganos, grandes
criminales, a causa de su ateísmo práctico y de los grandes sacrilegios
cometidos contra el pueblo y la casa de Dios.
v. 8-9. "No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que
tu compasión nos alcance pronto... Socórrenos por el honor de tu nombre"
El salmista le pide a Dios que su recuerdo sea para el bien y no para el mal.
Es verdad que Dios castiga las iniquidades de los padres hasta la tercera y
cuarta generación... pero no es menos verdad que su misericordia llega hasta
mil generaciones (Ex 20,5-6). No hay proporción entre el castigo y la
compasión. Dios es rico en misericordia.
v. 10. "¿Por qué han de decir los gentiles: Dónde está tu Dios? Que a
nuestra vista conozcan los gentiles la venganza de la sangre de sus siervos
derramada"
A los ojos de los judíos la derrota puede ser un castigo de Dios, pero a los
ojos de los paganos corre el riesgo de ser un signo de su impotencia para
proteger a Israel; o de despreocupación por el pueblo. ¡Cómo se reirán de
Israel y de su Dios al ver cómo se alarga la prueba! Por su propio honor,
Dios debe de actuar. Debe vengar a sus siervos que han sido asesinados. La
venganza contra los enemigos no es algo sorprendente en el Antiguo
Testamento.
"Él vengará la muerte de sus siervos, tomará venganza de sus enemigos y
perdonará a su país y a su pueblo" (Dtn 32,43).
Dios debe liberar de la muerte a sus siervos supervivientes y castigar según
estricta justicia la insolencia sacrílega de los paganos.
v.11. "Llegue a tu presencia el gemido del cautivo; con tu brazo poderoso
salva a los condenados a muerte"
Aquí se ora por los cautivos que se encuentran en el umbral de la muerte, es
decir, que pueden ser ejecutados en cualquier momento. Yavé debe
intervenir con brazo poderoso y preservar la vida de los que se hallan en
grave amenaza.
v.12. "Y a nuestros vecinos págales siete veces la afrenta con la que te
afrentaron, Señor"
El número siete indica perfección. Pide que la paga que se merecen sea
completa y total. La agresión de los enemigos ha alcanzado al mismo Dios.
Han afrentado al Señor. Y esto es lo que más le duele al salmista. Por eso
pide un escarmiento definitivo.
v. 13. "Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos
gracias siempre, cantaremos tus alabanzas de generación en generación"
Aquí se afirma la comunión indisoluble entre Yavé y su pueblo. Con el
motivo del pastor vuelve a sonar el motivo de la confianza. Bajo la guía y
dirección del pastor Yavé, Israel se siente protegido y salvo. La oración de
súplica se convierte ya en un cántico de acción de gracias y expresa la
21
certeza de que la oración va a ser escuchada.
De tal manera maneja Israel certezas de fe que puede terminar su oración
con una promesa de acción de gracias.
Aunque al salmista le parece la salvación muy lejana, él y la comunidad
quieren entonar ya su acción de gracias. Al fin y al cabo, por grande que sea
la calamidad y honda la crisis, el pueblo mantiene la certeza de que Dios le
guía y le protege como un pastor a su rebaño, de que su vida está en manos
de Dios.
El exilio arrasó el país y la fe de no pocos, pero también hizo fructificar y
sacar a flote las certezas más hondas, las convicciones más serias, las raíces
más profundas del resto espiritual de Israel.
Hoy estamos viviendo momentos difíciles, crisis profundas de fe. El
agnosticismo, la increencia se van extendiendo por el mundo occidental
como una marea negra. Hay gente que pasa olímpicamente de Dios. Ni lo
niega ni lo afirma. Simplemente lo aparca. No tiene ningún significado para
su vida.
Hay muchas personas de nuestro tiempo que han perdido el sentido de Dios.
No ha caído el Templo de la Jerusalén terrena.
Hay algo más serio: ha caído el templo vivo de la persona religiosa. Dios ya
no religa, no atrae, no interesa.
Para muchos ha muerto la pregunta sobre Dios. Y me vienen a la memoria
los versos de Antonio Machado:
"Bueno es saber que los vasos, nos sirven para beber; lo peor es que no
sabemos, para qué sirve la sed".
Hay personas de nuestro siglo que no saben para qué sirve la sed de verdad,
de felicidad, de infinito que Dios ha puesto en el corazón de cada persona.
¿Qué hacer? Como en el pueblo de Israel, hace falta un resto, un grupo de
personas que vivan la fe de una manera existencial. La fe como creencia se
debe convertir en fe como vivencia.
ORACIÓN
"¿Hasta cuándo, Señor?"
Tú me enseñas, Señor, a no guardar mi pena y mi dolor. Se pudrirían dentro
de mí y me harían mucho daño. Tú quieres que hable, que grite, que exprese
mis propios sentimientos. El salmista no encuentra soluciones a sus males y
pregunta:
¿Hasta cuándo? Tú también te morías preguntando: ¿Por qué tengo que
morir en una cruz? Tú tampoco tenías todo claro. Pero no te rebelabas.
Acogías en silencio el misterio y lo ponías en las anchas manos de tu Padre.
Yo no espero respuestas claras. Tampoco razones convincentes. Quiero
creer. Quiero fiarme plenamente de ti.
"Dios mío, han entrado en tu heredad"
Tu heredad es ese mundo externo tan bonito creado por ti. Tu heredad es,
sobre todo, el mundo interior, el maravilloso mundo del espíritu. Ahí, en lo
más íntimo, en el santuario más precioso de la persona donde estás tú, han
entrado los enemigos. Y pretenden ponerse en tu lugar, arrinconarte,
22
profanarte.
Ellos, con sus ideas racionalistas y ateas pretenden echarte fuera y ocupar tu
puesto. En estas circunstancias yo quiero afianzar mi fe inquebrantable.
Quiero que seas tú el único que ocupe el temp lo de mi corazón. Allí
levantaré un altar y te ofreceré mi vida en holocausto, el sacrificio que más
te agrada.
"Te damos gracias siempre"
Me gusta esta oración del salmista: quiere darte gracias siempre. Y no
digamos que las cosas le van demasiado bien. Todo lo contrario: han
saqueado la ciudad y profanado el templo. Pero, por encima del templo
material, estás tú. Tú eres la casa y la heredad. Tú eres el pastor invisible que
guía a tu pueblo. Por eso el salmista te da gracias siempre.
Tú eres el único que no engañas ni abandonas. En medio de todos los
desastres, aún estás tú: con tu poder, tu sabiduría, tu fidelidad y tu amor
entrañable. Yo, Señor, hoy quiero darte gracias por todo, pero especialmente
por ti.
SALMO 80
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines,
resplandece ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Despierta tu poder y ven a salvarnos:
oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los Ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Les diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos:
nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los Ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno, y echó raíces hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
23
y se la coman las alimañas?
Dios de los Ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre
Señor de los Ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
ESTRUCTURA
. Invocación inicial (2-4)
2. Lamentación (5-8)
3. Súplica (9-20)
INTRODUCCIÓN
Este salmo es una súplica que Israel dirige a su pastor en momentos de grave
necesidad. Se nombra a tribus del norte y no se hace ninguna alusión ni a
Judá, ni a Jerusalén, ni al templo.
"Todo hace pensar que el salmista es un israelita del norte que expone aquí
ante el Dios de todo Israel, su inquietud sobre la suerte de su pequeña
patria" (H. Gunkel).
El lirismo que caracteriza a todo el poema aparece con particular relieve en
los v. 9-12 donde Israel es presentado como una vid que el Señor sacó de
Egipto y plantó cuidadosamente en la tierra prometida. El recuerdo de
aquella solicitud hace más angustiosa la situación presente y confiere mayor
intensidad a la súplica de toda la comunidad expresada particularmente en el
estribillo.
DESARROLLO
v 2-4. "Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú
que te sientas sobre querubines, resplandece ante Efraín, Benjamín y
Manasés. Despierta tu poder y ven a salvarnos"
Se alude a las tribus del norte. José y Benjamín son los hijos de Raquel, y
Efraín y Manasés son los dos hijos de José adoptados como hijos por Jacob
(Gn 48).
Se alude al pastor de Israel. Para Israel, que antiguamente era un pueblo de
pastores nómadas, esta imagen recuerda la extrema solicitud y el amor tan
atento del nómada por su rebaño que, para él, es su principal riqueza y la
fuente de su subsistencia.
24
En otros tiempos Israel ha sido para Dios su riqueza y su tesoro, el encanto
de sus ojos y el objeto de su complacencia.
En esta negra noche de su desgracia pide con insistencia a Yave que reine en
la gloria del cielo, que disipe las tinieblas aqui en la tierra y que envíe un
rayo de su gloria divina, símbolo de la alegría, de la felicidad y de la
salvación para los que sufren.
Apela a Yavé, el Fuerte, para que vuelva a mostrar su poder y haga una de
las suyas, convirtiendo al pueblo pecador a su Dios y al pueblo desterrado a
su patria.
v. 5. "Señor, Dios de los Ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado?"
Es como si dijera: ¡basta ya de castigos!, el pueblo está ya cansado de sufrir
y de vivir en humillación. Esta situación tan grave y tan larga llega a
escandalizar a los mismos enemigos.
v. 6. "Les diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos"
Dos metáforas del dolor extremo. El pan y el agua, inseparables de la vida y
artículos de primera necesidad, los has convertido en el lote cotidiano de
intenso dolor: es un pan de aflicción y una bebida de lágrimas.
Adondequiera que vamos nos acompaña un trozo de pan negro y un trago de
agua amarga. Así de triste es nuestra existencia.
v. 9-12. "Sacaste una vid de Egipto... y la trasplantaste... echó raíces hasta
llenar el país; su sombra cubría montañas, y sus pámpanos los cedros
altísimos, extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes hasta el Gran
Río"
El pueblo de Israel es la viña de Yavé trasplantada de Egipto a Palestina
como una tierra nueva y fructífera. El salmista se detiene describiendo su
fecundidad. La cepa cubre de fronda todo el país, incluso las colinas. Toda
Palestina está bajo el follaje de la viña.
Llega hasta las montañas del Líbano donde crecen los altos cedros, árboles
extraordinarios que testimonian visiblemente el poder divino. Los
sarmientos llegan hasta las altas montañas. Toda Palestina está bajo la
sombra de esta vid.
"Cada viña lleva miles de sarmientos; cada sarmiento miles de racimos.
Cada racimo miles de granos y sólo un grano da 450 litros de vino"
(Apocalipsis Siriaca de Baruc).
La expansión de los sarmientos llega hasta los límites ideales para Palestina:
"Sus fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano y desde el río
Éufrates hasta el Mar Mediterráneo" (Dtn 11,24).
v. 13-14. "¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los
viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?"
Pero ahora parece que Dios se ha desentendido de la viña que con tanto
mimo ha cuidado en otro tiempo. Deja de preocuparse por ella y la entrega a
las incursiones y destrucciones de los enemigos.
25
"El jabalí es un animal inmundo y no sociable, que arrasa todo por donde
pasa' (A. Calmet). Israel no ha podido caer en mayor humillación.
v. 15-16. "Dios de los Ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo fíjate, ven a
visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa"
El grito desgarrador vuelve a surgir de las gargantas enronquecidas de los
fieles. ¡Ya es tiempo de que perdones y te vuelvas, y nos mires y nos
restaures! ¡Ven a visitar tu viña, la que tú planteaste y fortaleciste! Lo
mismo que, como pastor debes cuidar a tu rebaño, como viñador debes
ocuparte de la labranza y no dejarla abandonada u olvidada, a merced de las
fieras y de los transeúntes.
Notemos la fuerza que pone el salmista en los posesivos: tu viña, la que tu
diestra plantó, la que tú hiciste vigorosa.
No se trata de una viña cualquiera, sino la tuya. El salmista no se rinde ni se
cansa de pedir. Es algo suyo, es de su propiedad. No puede desentenderse.
Le pertenece.
El cristiano siempre es propiedad de Dios. Por el bautismo es hijo de Dios.
Esta marca no se puede borrar. Por eso, aunque haya cometido muchos
pecados, Dios no puede abandonar a aquel que es obra de sus manos.
Nosotros debemos orar con la misma confianza del salmista.
El salmista no se cansa de presentar a Dios el pasado glorioso de su pueblo
para moverle a compasión. Le recuerda aquellotiempos en los que el pueblo
era un proyecto acariciado por Dios.
"Voy a cantar, en nombre de mi amigo, un canto de amor dedicado a su
viña"... "La viña del Señor todopoderoso es t pueblo de Israel" (Is 1,7).
Qué imagen tan bella! Israel es un pueblo que ha sido objeto de un amor
especial de Dios. Este pueblo no sólo ha visto a Dios creando sino que ha
escuchado a Dios cantando. ¿Qué canta Dios? Sólo sabe cantar un tipo de
canciones: las canciones del amor. Y ¿a quien canta? A su pueblo, al pueblo
de sus amores. Ha sido como una madre que ha cantado sobre la cuna de su
niño una canción de cuna.
En Os 11,1-4 el amor de Dios por su pueblo Israel está envuelto en un amor
exquisito, rozando el idilio: "Cuando Israel era un niño yo le amé... Yo lo
llamé de Egipto... Yo enseñé a andar a Efraín y lo llevé en brazos... Era
para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas y se inclina hacia él
para darle de comer" (Os 11,1-4).
En estos momentos de sufrimiento y de dolor el salmista quiere pasarle a
Dios la película de la vida de su pueblo. Una película llena de cariño y de
ternura. ¿Acaso Dios va a olvidar tanto derroche, tanto despilfarro de amor?
v. 19. " No nos alejaremos de ti; danos vida para que invoquemos tu
nombre"
"No nos alejaremos de ti..." Esta es la respuesta del salmista ante la negativa
de Dios. Antes te cansarás tú de ocultarte que nosotros de buscarte. Tantas
experiencias tan ricas y emocionantes del pasado no las puedes tirar por la
borda.
26
Nosotros te necesitamos. Necesitamos verte con el rostro favornble.
Necesitamos que nos hables, que nos escuches, que nos atiendas, que nos
socorras. Somos tu pueblo, somos tus hijos y no puedes desentenderte de
nosotros.
Danos vida para que invoquemos tu nombre.
La ilusión nuestra es la de alabarte, bendecirte, glorificarte. No te pedimos
vida para nosotros, para nuestro provecho personal. No nos interesa vivir
sino para ti.
Si a ti te gusta cantar a tu viña, también a tu viña le gusta cantar a su
Viñador. No nos alargues la vida para seguir comiendo el pan amargo de las
lágrimas sino el pan dulce del amor y de la alabanza.
ORACIÓN
"Nos diste a comer llanto, a beber lágrimas amargas"
Señor, tú nos dijiste que comeríamos el pan con el sudor de nuestro rostro.
Pero ese pan conseguido con trabajo y esfuerzo es un pan tierno y blanco. Se
come con gozo y se saborea con placer. En cambio, el pan que le has dado
de comer al salmista es un pan duro y negro. Tú nos dijiste que comeríamos
el pan con el sudor de nuestra frente pero no con las lágrimas de nuestros
ojos.
Sabemos que este mundo es un valle de lagrimas. Así lo rezamos en la salve.
A veces lloramos tanto que alguna lágrima se cuela en nuestra boca. Su
sabor es salado y amargo. El salmísta ha tenido una experiencia más
dolorosa: sus lágrimas se han acumulado en tanta cantidad que tiene
necesidad de beberlas a tragos.
Yo me pregunto: ¿ Por qué sufre tanto el salmista? La respuesta es bien
sencilla: por Dios. Lo siente lejano y cree que le ha abandonado. Esas
lágrimas del salmista son perlas preciosas porque expresan el amor más puro
y exquisito del salmista por su Dios.
Señor, ¿cuándo aprenderé yo a no llorar por cualquier cosa? Enséñame a
llorar por tí, por tu ausencia sentida, por mi lejanía, por no ser tú ya el centro
de mi vida.
"Sacaste una vid de Egipto... y la trasplantaste"
Yo, Señor, soy esa vid arrancada de Egipto, es decir, del país de mis
esclavitudes y trasplantada por ti a la tierra de la libertad.
Hacer una persona libre es una obra de arte y tú, Señor, lo has. hecho
conmigo. No por mis méritos, ni por mis esfuerzos sino por puro amor tuyo
me has hecho libre. Tú eres mi libertad. Contigo he experimentado cómo
caían de mi corazón tantas cadenas que me tenían esclavizado y me has
puesto en el camino ancho de lalibertad.
Lo estrecho, lo angosto, me angustia, me ahoga. Lo ancho me invita a
respirar a mis anchas, a respirar en ti como un horizonte abierto de libertad.
Gracias, Señor, porque con tu muerte me has dado la posibilidad de ser libre
de verdad
FRASES
LA subida de la oración responde el descenso de la gracia". (L. Kóhler)
27
"Cuando se pasa por él se va y se viene con toda seguridad; si se encuentra
el redil se encuentran pastos en abundancia... Cuando w_ encuentra al
pastor, las ovejas se sienten con seguridad, apreta.ias unas contra otras, fuera
de la puerta del lobo... Fuera de Cris5o todo es falsa seguridad. No hay
verdadero pastor ni verdaderos pastos" (G. Gorrone)
“Haz brillar sobre nosotros tu rostro, la imagen que has impreso en nosotros
es necesario que no quede oscura. Envía un rayo de tu sabiduría para que
resplandezca en nosotros tu imagen. Que tu imagen sea visible en mí y, si yo
la deformo, refórmala tú que la has fororad”. (San Agustín)
PREGUNTAS
1. El salmista es un buscador de Dios. No puede vivir sin él. Cuando me
siento lejos de Dios, ¿le busco con fuerza, con insistencia, con tenacidad?
2. Israel es la viña mimada de Dios. Una viña que, en vez de uvas dulces, le
ha dado agrazones. ¿Qué cosas de mi grupo o de mi comunidad produce
amargura a Dios? ¿Cómo lo podemos
3. E1 salmista nos habla de una agua amarga y un pan de lágri--1as. ¿Sé
solidarizarme con mis hermanos que sufren? ¿Dónde? Cómo?
SALMO 81
Aclamad a Dios, nuestra fuerza,
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta:
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José,
al salir de la tierra de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
-Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío,
doy testimonio contra ti,
ojalá me escuchases, Israel:
«No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero,
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto.
Abre la boca que te la llene»
28
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
Ojalá me escuchase mi pueblo,
y caminase Israel por mi camino:
en un momento humilláría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel salivestre.
ESTRUCTURA
1. Invitación a la fiesta (2-6)
2. Oráculo divino con tono de reproche y de promesa (7-14)
INTRODUCCIÓN
El pueblo estalla en fiesta; celebran a Dios con cantos y música. Se oyen las
voces humanas acompañadas con instrumentos populares. El salmista invita
a todos y los anima a que participen de la fiesta. Ésta se halla en el momento
culminante. De repente resuena una voz majestuosa que enfría el entusias
mo porque desvela la falsedad de tanta celebración, tanto rito, tanta música.
Es Dios quien acusa a su pueblo.
La denuncia es grave: el pueblo que aclama y festeja a Dios no le escucha, ni
sigue su camino. Debería alabarlo pero cumpliendo su voluntad. Sólo se
queda en la alabanza.
En sus palabras el Señor recuerda los motivos por los que el pueblo debería
comportarse de otra forma: a él se le debe su nacimiento, su existencia como
pueblo, su supervivencia a lo largo de la historia, la liberación de la
servidumbre de Egipto, la revelación del Sinaí, la entrega de los
mandamientos. Con todo, ha sido un pueblo rebelde. Ahora vienen con
vítores y alabanzas ¿Acaso con ello pretenden amordazar a Dios?
DESARROLLO
v 2. "Aclamad a Dios nuestra fuerza, dad vítores al Dios de Jacob"
La fuerza desplegada por Dios, especialmente en la liberación de Egipto, es
motivo de aclamación. El dar vítores era la forma usual de invitación a la
alabanza. "Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al
hundir en el mar caballos y jinetes" (Ex 15,1).
v. 3-4. "Acompañad, tocad los panderos, las cítaras templadas, las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva, por la luna llena, que es nuestra
fiesta"
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El aire festivo del himno se consigue aquí literalmente por l,, evocación de
los cantos y la mención de los instrumentos musicales que suenan en las
fiestas: el tambor, la lira y el arpa, la trompeta que debe sonar en toda fiesta
(Num 10,10).
"El culto en Israel como en todo el oriente es muy ruidoso" (E. Osty). Hay
un rugido de trompetas, clamor de cantos, redoble de tambores, crujido de
arpas y laúdes. Todo bello y armonioso.
En estos versículos se quiere ver una alusión a la fiesta de los tabernáculos
"nuestra fiesta", en el plenilunio. Pero también se hace referencia al hodes
que es el novilunio (Num 18,11) y al Heseh que es el plenilunio (Prov 7,20).
"El día de la luna nueva es el día de los oráculos; del misterio de los
grandes dioses; el día 30 del mes es tu fiesta, un día de fiesta alegre para tu
divinidad" (Himno acadio).
v. 5. " Porque es una ley de Israel"
Esta celebración no sólo era necesaria para Judá sino también para Israel del
norte (Israel, Jacob, José) después del éxodo: "Este día será para vosotros
memorable y lo celebraréis solamente en honor de Yavé de generación en
generación; será una fiesta a perpetuidad" (Ex 12,14).
v. 6. "Oigo un lenguaje desconocido"
De repente, una voz desconocida (la voz del mismo Dios) resuena en el alma
del salmista de la misma manera que resonaba en el alma de los profetas.
Dios, por inspiración profética, le toma misteriosamente al salmista para
hacer de él su portavoz y hablar por su boca a todo el mundo.
"He aquí que, en medio de la liturgia acostumbrada, surge un inspirado"
(A. Maillot).
"Es más bien un profeta por vocación que habla y no un simple ministro de
culto improvisando una homilía litúrgica" (Kraus).
v. 7-8. "Retiré sus hombros de la carga y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción y te libré..."
Dios empieza por recordar su deseo de escuchar el llanto de Israel en Egipto
y de salvarle milagrosamente de la opresión; solicitud totalmente gratuita.
En el Sinaí reveló su terrible majestad al hablar en medio del fragor de la
tormenta; en Meribá manifestó su poder haciendo brotar agua de la roca.
"Que toda conciencia cristiana que ha atravesado devotamente el Mar Rojo
se reconozca aquí en este salmo... y se acuerde de que ha sido salvado en la
tribulación... Tú estás bautizado. Ayer tu conciencia estaba oprimida bajo
un gran peso. Hoy vive en la alegría. Acuérdate de tu tribulación pasada"
(San Agustín).
v. 9. "Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti, ojalá me escuchases,
Israel"
Se trata de la puesta en guarda contra toda relajación religiosa. Pero el que
habla no es un juez inflexible que juzga y condena. Es un padre descontento
y preocupado de sus hijos. Podríamos decir lo de Peguy a propósito de la
30
parábola del hijo pródigo: "El padre lloraba el que más de los dos".
Se trata de una exhortación. Exhortar, no imponer. El método que el salmista
utiliza para que el pueblo se anime a cumplir la alianza es la ferviente
exhortación, el levantar el ánimo hacia la confianza en Dios y su Palabra.
Éste es también el método que emplea Pablo. Debe ser siempre el método
cristiano. Exhortar es proponer a los demás eso que yo he experimentado
como bueno en el camino de la fe. Y lo que ha sido bueno para mí, quizás
sea bueno también para otro. Nada más lejos de los cristianos que el talante
impositivo.
v. 10-11. "No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero, yo
soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto. Abre la boca que
te la llene"
Israel debe abstenerse de toda idolatría. "No tengas otros dioses distintos de
mí" (Dtn 5,7). La primera exigencia que se impone es la absoluta fidelidad y
el abandono de cualquier otra divinidad. Sólo Yavé ha sido el que ha llenado
de beneficios en tiempos anteriores a Israel, entre los que destaca la
liberación de Egipto; y está dispuesto a llenarle de beneficios en el futuro en
la medida en que se abra a sus dones. "Ensancha tu boca y yo la llenaré".
v. 12. "Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer"
Y ésta es la amarga experiencia del pueblo. Dios se lamenta por medio de
sus profetas. "Vayan a Betel y a Guilgal; ¡pequen, aumenten sus rebeliones!
Lleven sus sacrificios por la mañana sus diezmos cada tercer día... ya que es
eso lo que les encanta" (Miq 4,4-5).
Dios se queja. Después de tan inmensos favores que ha derramado sobre su
pueblo, éste se ha ido a sacrificar a otros dioses. ¿Qué tendrán esos dioses?
Después de haber puesto Dios todo su encanto delante de sus ojos ¿qué les
puede encantar?
Sólo hay una palabra que define toda la historia: la de ellos y la nuestra:
Ingratitud.
"¡Oh alma ingrata, alma que existes por mí; alma que yo te he llamado,
alma que te he conducido a la esperanza, alma que te he purificado del
pecado! No hay más que ingratitud para aquel que les ha liberado"... (San
Agustín).
v. 13. "Los entregué a su corazón obstinado para que anduviesen según
sus antojos"
El castigo consiste en un abandono de Dios. No hay castigo más grave que el
ser abandonado por Dios a la obstinación del propio corazón.
"La más cruel guerra que Dios ha podido hacer a los hombres en esta vida
es la de dejarlo sin esta guerra que ha venido a traer" (Pascal).
No es que Dios quiera irse. Es el hombre el que se empecina en no querer
verlo ni escucharlo. Ésta es la tragedia de la libertad humana.
"Yo siento la mirada de Dios. Lo que pasa es que me coloco frente a él con
una grosera indiscreción. Yo blasfemaría si dijera: Dios no me mira nunca"
31
(Jean Paul Sartre).
v. 14. "Ojalá me escuchase mi pueblo, y caminase Israel por mi camino"
El castigo de Dios no es definitivo sino saludable para que el pueblo se
convierta. Dios sigue llamando e invitando a convertirse repitiendo las
bendiciones anejas al cumplimiento fiel de la alianza: bendiciones en la
agresión bélica y en la paz agrícola.
ORACIÓN
"Yo soy el Señor, Dios tuyo"
Tú, Señor, no quieres un pueblo que hable mucho sino que sepa escuchar.
Entre la gente hay muchas voces, mucho ruido, mucho ajetreo. La gente
habla mucho y escucha poco. Sobran palabras y falta silencio.
Tú quieres un pueblo silencioso, que sepa escucharte: no tanto con el oído
externo sino con el oído interior. Como Salomón te pido que me des: "Un
corazón que escuche".
"Yo soy el Señor, Dios tuyo"
Sí, Señor, tú eres mi Dios. Tú eres mi riqueza y mi tesoro. Tú eres mi bien
absoluto. Que otros busquen otros bienes, otras riquezas. Yo te prefiero a ti.
Los otros dioses son vaciedad y me dejan vacío por dentro. En cambio,
cuando tú estás dentro de mí me llenas de satisfacción y me produces una
gran alegría. Sé siempre mi Dios, mi único Dios.
"Abre la boca que te la llene"
Señor, cada día me gustan más tus palabras. Hoy me pides que abra la boca.
No para dejármela abierta sino para llenarla con tus dones.
Hoy quiero presentarte a muchos hermanos con las bocas abiertas.
Hay mucha gente que se muere de hambre porque no hay nadie que ponga
un bocado de pan en sus bocas. Tú das alimentos abundantes para todos,
pero hay muchos ricos que no quieren escuchar tu palabra. Tú nos hablas de
caridad y fraternidad, pero ellos no quieren escuchar. En su diccionario
doméstico no existe la palabra solidaridad.
Señor, mueve las voluntades de los ricos hacia los pobres. Abre sus
corazones al amor. Que en la gran casa del mundo se instale una gran mesa:
la mesa de la fraternidad universal.
Hoy quiero abrir mi boca para que me la llenes. Pero también quiero ayudar
a cerrar tantas bocas hambrientas pidiendo un pedazo de pan.
FRASES
Tal es el misterio de la libertad del hombre, dice Dios.
Si lo sostengo demasiado no es libre,
Si no lo sostengo bastante, cae.
Si lo sostengo demasiado expongo su libertad;
Si no lo sostengo bastante expongo su salvación.
Dos bienes, en un sentido, igualmente preciosos. Porque la salvación tiene
un precio infinito,
Pero ¿qué sería de la salvación si no fuera libre?" (Peguy, Misterio de la
32
libertad)
"Si no reconocemos nuestros pecados, Dios no nos reconoce. So~ ^los
extraños para él que es nuestro Salvador". (Barsotti)
"Si la casa de Israel transgrede la ley, las naciones reinarán sobre Ella; pero
si Israel cumple la ley será librada de todo duelo, aflicción Yy gemido".
(El Targúm)
"Si tú, Israel, observas una sola vez uno de mis mandamientos, el pecaado
será vencido, el mundo salvado'. (Talrnud)
1. Agradezco a Dios todos los beneficios queme ha dado a lo largo de mi
vida? ¿Cuándo? ¿Cómo?
2. En mi grupo o comunidad todos los días oramos y alabamos al Señor. Mi
vida de fraternidad y compromiso con los pobres, ¿está a la altura de mi
alabanza?
3, Qué va diciendo la gente de nosotros? ¿Que somos muy rezaiores? ¿Que
sólo atendemos las obras sociales? ¿O que hace-nos las dos cosas?
SALMO 82
Dios se levanta en la asamblea divina,
rodeado de ángeles juzga:
"¿Hasta cuándo daréis sentencia injusta
poniéndose de parte del culpable?
Proteged al desvalido y al huérfano,
haced justicia al humilde y al necesitado,
defended al pobre y al indigente,
sacándolos de las manos del culpable".
Ellos, ignorantes e insensatos,
caminan a oscuras,
mientras vacilan los cimientos del orbe.
Yo declaro: "Aunque seáis dioses
e hijos del Altísimo todos,
moriréis como cualquier hombre,
caeréis, príncipes, como uno de tantos".
Levántate, oh Dios,
juzga la tierra,
porque tú eres el dueño de todos los pueblos.
ESTRUCTURA
1. Introducciórn (1)
2. Oráculo de denuncia (2-5)
3. Castigo (6-7)
4. Aclamación final (8)
INTRODUCCIÓN
En una escena judicial solemne Dios se levanta para tomar declaración
33
pronunciar sentencia. Comienza dirigiéndose a los jueces inicuos que
corrompen la justicia.
Les exhorta a cumplir sus deberes especialmente en favor de aquellos que
sólo de los tribunales pueden esperar ayuda: los pobres, los desvalidos, los
indefensos.
Que sea precisamente en la sede de la justicia donde queden decepcionadas
sus esperanzas, es un grave delito. Hasta los cimientos de la tierra se
conmueven por la magnitud del pecado cometido.
El salmo se cierra con un grito final, expresión del deseo ardiente de justicia
de todos los pobres, hacia Dios que es el único que tiene dominio universal
sobre todos los pueblos y todos los jueces.
DESARROLLO
v 1. "Dios se levanta en la asamblea divina, rodeado de ángeles juzga"
El salmista, haciendo de profeta, anuncia que Dios va a empezar el proceso
de los jueces de Israel. ¿Cuál es el marco de este proceso? Para algunos el
cielo es "la asamblea de Dios con los ángeles". Para otros (y parece más
verosímil), es la "asamblea de Dios en la tierra", es decir, la asamblea de
Israel en el templo. en presencia de los jueces llamados dioses en cuanto
representantes de Dios. Por medio del salmista-profeta, Dios lanza su
acusación, cara a cara, a los jueces, en plena asamblea solemne.
Los que han recibido de Dios la misión de hacer justicia n, pueden
aprovecharse de su cargo para sus intereses personales. Los dones de Dios
son para los demás, especialmente para los pobres.
v.2. "¿Hasta cuándo daréis sentencia injusta poniéndoos de parte del
culpable?
¿Hasta cuándo? Es una especie de imprecación. Como diciendo: yo no
puedo tolerar ya por más tiempo vuestros abusos. Estoy ya cansado de
vuestra parcialidad. Si os ponéis de parte del culpable es porque éste es más
rico, más poderoso y puede reportarnos mayores beneficios. En los juicios
que hacéis no miráis los hechos con imparcialidad sino que vuestros ojos se
van detrás de los acusados que tienen más plata. ¡Y esto me resulta
intolerable!
v. 3-4. "Proteged al desvalido y al huérfano, haced justicia al humilde y al
necesitado. Defended al pobre y al indigente sacándolo de las manos del
culpable"
Precisamente los jueces han sido puestos en Israel para defensa de los que no
tienen plata para ir a los abogados. La corrupción de los jueces no es cosa
reciente. Viene ya de lejos y ha sido denunciada por los profetas: "¡Ay de
ustedes, que dictan leves injustas y publican decretos intolerables, que no
hacen justicia a los débiles ni reconocen los derechos de los pobres de mi
pueblo, que explotan a las viudas y roban a los huérfanos" Os 10,1-2).
En este texto de Isaías Dios cuida con especial cariño a los más
desprotegidos: las viudas y los huérfanos. Son precisamente éstos los que
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deberían tener mayor atención y ayuda. Son los pobres de mi pueblo.
"Cuando los jueces están a punto de hacer un juicio injusto, de dar un falso
veredicto, Dios retira la shekinak, es decir, su presencia" (Schechter).
v.5. "Ellos, ignorantes e insensatos, caminan a oscuras mientras vacilan
los cimientos del orbe"
Son unos ignorantes. Como si Dios no viera sus acciones... Un día le tendrán
que dar cuenta de sus actos. Su actitud es una ceguera incomprensible.
El salmista, en este versículo, nos da la verdadera visión de la
justicia y su alcance cósmico y teológico. Ir contra la justicia es
destruir la historia, volver al caos primordial, atentar contra la obra máxima
de Dios: la creación. Todo vuelve al caos y al desastre cuando la justicia no
está a favor del oprimido.
Por el contrario, hacer justicia es construir una sociedad equitativa. Es crear
unas relaciones nuevas entre los hombres de modo que puedan entenderse.
Donde no se practica la justicia las relaciones se deterioran en la sociedad y
al final todo es un caos.
Las injusticias llegan también a conmover los fundamentos de la tierra santa
y del pueblo de Dios establecido en esta tierra.
"Porque habéis devorado la viña (el pueblo de Israel). Porque habéis
aplastado a mi pueblo, y habéis machacado el rostro de los pobres" (Is
3,14-55).
v 6-7. "Yo declaro: 'Aunque seáis dioses e hijos del Altísimo todos,
moriréis como cualquier hombre, caeréis, príncipes, como uno de tantos"'
Precisamente ellos a quienes Dios había elegido y los había divinizado para
que ejercieran la propia misión de Dios...
Dios había soñado al elegirlos, que cumplirían la propia obra de Dios. Les
había dado la dignidad de dioses.
"Él pone su morada entre nosotros. Él nos revela su profundo misterio...
Por uno solo que fue constituido Hijo de Dios... llega a la humanidad su
dignidad de modo que por uno se cumple el oráculo: Yo os he dicho:
vosotros sois dioses e hijos del Dios Altísimo" (S. Cirilo de Jerusalén).
Pero esos jueces no estuvieron a la altura de su dignidad. Pecaron, se
esclavizaron, y quedaron reducidos a meros hombres mortales. Los que
hubieran tenido una larga vida, por su indignidad, conocerán una muerte
prematura.
Y es una historia que se repite en Israel. Dios, por encima del culto solemne
y del incienso agradable, ha pretendido la justicia y el derecho.
"Odio, aborrezco vuestras fiestas... si me ofrecéis holocaustos u ofrendas,
no las aceptaré... Aparta de mí el ruido de tus canciones. No quiero oír el
sonido de la lira. Quiero que el derecho fluya como el agua y la justicia
como torrente perenne" (Am 5,21-24).
Y el profeta Isaías tiene palabras muy duras contra aquellos que van al
templo y descuidan sus deberes de caridad y de justicia. Oigamos sus
palabras: "Cuando extendéis las manos aparto mis ojos de vosotros, aunque
35
multipliquéis vuestras plegarias, no las escucho. Vuestras manos están
llenas de sangre. Lavaos, purificaos, alejad vuestras malas acciones de mis
ojos, dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo que es
justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended a la viuda"
(Is 1,15-17).
v.8. "Levántate, oh Dios, y juzga la tierra, porque tú eres el dueño de todos
los pueblos"
Invocación al juicio universal de Dios, juez de todos los jueces del mundo.
Ya que sus enviados no cumplen fielmente su mandato, que venga Dios en
persona a ejercer su función de juez sobre la tierra, sobre su pueblo Israel, de
la misma manera que gobierna las naciones extranjeras sin recurrir a
delegados.
Sólo el recurso a Dios puede sacar al pueblo de esa situación de calamidad
en la que se halla sumido. Sólo el Dios que no se halla sometido a ninguna
otra autoridad puede ser capaz de reenderezar esta historia de opresión.
Y la única garantía de que Dios actuará de esta manera liberadora es el
señorío salvador de Dios sobre todos los pueblos.
No hay que alegar nada sino su ser salvador. No hay otro título por parte
hombre sino una necesidad vital de ser salvado.
Así hará Dios que la justicia se establezca en la tierra: siendo Dios justo, es
decir, siendo Dios.
Según este salmo Dios es el Dios de la justicia. Si no hay justicia no puede
ser el Dios verdadero.
El valor cristiano de la justicia se adquiere poniéndose decididamente a
favor de los pobres, es decir a favor de aquellos que son víctimas de las
injusticias.
ORACIÓN
"Defended al pobre y al indigente"
Señor, cada día se deteriora más la justicia. Muchos jueces no obran con
imparcialidad sino siguiendo un criterio, de interés personal. Parecen decir:
es un buen juicio aquel que lo gano y me reporta dinero aunque sea injusta la
sentencia. Es malo, aquel que lo pierdo y no saco ningún provecho de interés
personal.
El pueblo ya no cree en los jueces y los que salen perdiendo siempre son los
pobres, aquellos que no tienen dinero para defenderse. Señor, da a la
sociedad jueces justos, imparciales, insobornables.
"Morirán como cualquier hombre"
En Israel los jueces tenían título de dioses. Dios hacía justicia a través de
ellos. Pero éstos, lejos de obrar con lealtad y humildad, se endiosaron y
cometieron muchos atropellos, dando sentencias injustas. Que sepan que
ellos van a morir como cualquier hombre y se van a presentar delante de ti
con las manos manchadas.
Haz, Señor, que todos los jueces del mundo, si no obran por honradez y
amor a la verdad, al menos que obren justamente por el miedo a tener que
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presentarse un día ante ti, Juez Supremo y Universal.
"Levántate, oh Dios, y juzga la tierra"
Señor, tú eres un Dios soberano y estás sentado en tu trono. Desde esa gran
tribuna observas los comportamientos de los hombres.
A veces las injusticias humanas adquieren tales dimensiones que te obligan a
levantarte. Ya no puedes aguantar más. El gesto de levantarte indica que vas
a actuar, que vas a eliminar a tus colaboradores, aquellos que dictan
sentencias injustas en tu nombre y vas a ser tú mismo el que asumas
personalmente el derecho de juzgar.
Señor te doy gracias porque en el juicio final me vas a juzgar tú y no ningún
juez humano.
FRASES
La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene la otra. La
justicia sin misericordia es crueldad. Y la misericordia -:n la justicia es
ruina, destrucción". (Santo Tomás)
No hay ningún vestigio de justicia en aquel corazón donde habita la
avaricia” (San León Magno)
Cuanto más conocemos al hombre, tanto más se nos revela su pert,nalidad,
su carácter, su inteligencia y su corazón. Y tanto más nos ¿amos cuenta qué
quiere decir ser justos con él". (juan Pablo II)
PREGUNTAS
1. El amor de Dios y su cercanía, ¿está oscureciendo o anulando en mí el
sentido de justicia?
:.. ¿Vivo en mi grupo cristiano, en mi comunidad, situaciones de injusticia?
¿Me atrevo a plantearlas? ¿Estoy convencido(a) de que, al no resolverlas,
estoy frenando el crecimiento de mi comunidad?
1 Ante las flagrantes injusticias que descubro a mi alrededor, ,-qué postura
adopto? ¿Me callo? ¿Las sé denunciar de una manera concreta y eficaz?
SALMO 83
Señor, no te estés callado en silencio, inmóvil,
Dios mío mira que tus enemigos se agitan,
y los que te odian levantan la cabeza;
traman planes contra tu pueblo,
se conjuran contra tus protegidos.
Dicen: "Vamos a aniquilarlos como nación,
que el nombre de Israel no se pronuncie más".
Están de acuerdo en la conjura, y hacen liga contra ti:
los beduinos idumeos, ismaelitas,
moabitas y agarenos, Biblos, Amón,
Amalec los filisteos con los tirios;
también los asirios se aliaron con ellos
y prestaron refuerzos a los hijos de Lot.
37
Trátalos como a Madián como a Sisara,
como a Jabín, junto al torrente Quisón
que fueron aniquilados en Endor,
y sirvieron de estiércol para cl campo.
Trata a sus príncipes como al cuervo y al lobo,
a sus capitanes como a Zebá y a Salmaná, que arengaban:
"Conquistemos los territorios de Dios".
Dios mío, hazlos hojarasca, vilanos frente al vendaval.
Como fuego que prende en la maleza,
como incendio que abrasa los montes,
persíguelos así con tu tormenta,
atérralos con tu huracán.
Cúbreles el rostro de ignominia,
para que busquen tu nombre, Señor;
abrumados de vergüenza para siempre,
perezcan derrotados;
y reconozcan que tú solo, Señor,
eres excelso sobre toda la tierra.
ESTRUCTURA
1. Invocación (2)
2. Exposición de la situación (3-9)
3. Petición contra los enemigos (10-19)
INTRODUCCIÓN
Hay en el poema un relámpago de cólera que lo recorre de arriba abajo. El
vigor con que ha sido escrito nos hace pensar de que no se trata simplemente
de una lamentación colectiva sino que formaría parte de las "lamentaciones
sálmicas" esas que, según H. Gunkel, "constituyen un grito tan desgarrador
e insistente, que posiblemente no encuentra parangón en toda la literatura
universal".
En el destierro de Babilonia (587 a. C) el pueblo quedó deshecho y
rehecho... Deshecho políticamente de modo que, a pesar de que la
comunidad se restablece en Jerusalén, sin embargo siempre fue codiciada
por los pueblos vecinos al verse privada del poder militar para defenderse.
Pero queda rehecho espiritualmente ya que, después de la experiencia de
pobreza del Exilio, el pueblo ha aprendido a contar sólo con Dios como su
roca de salvación.
De esta total confianza del pueblo en Dios, a pesar de los terribles ataques de
todos los enemigos confabulados contra Israel, nos habla este salmo.
DESARROLLO
v 2. "Señor, no te estés callado, en silencio e inmóvil, Dios mío"
Apelación al Dios mudo. El silencio de Dios es interpretado por el pueblo
como inacción, ausencia, falta de dinamismo vital. Un Dios desconectado de
38
la historia concreta de su pueblo en el aquí y ahora.
El pueblo quiere un Dios activo: que hable, que actúe, que ejerza su poder
salvador manifestado en otros tiempos. Y así rompiendo su silencio, podrá
expresar eficazmente el amor a su pueblo. "Por amor de Sión no callaré, por
amor a Jerusalén no descansaré hasta que su liberación brille como luz y la
salvación llamee como antorcha" (Is 62,1).
La Encarnación fue para nosotros un gigantesco acto de amor. Dios rompió
su silencio y nos entregó su Palabra última y definitiva.
v.3. "Mira que tus enemigos se agitan, y los que te odian levantan la
cabeza"
"Mira". Se llama la atención sobre el peligro que se cierne. Parece que Dios
no se entera o está ocupado en otras cosas menos importantes.
El poeta observa el contraste entre el bullicio y la agitación de los pueblos
ocupantes y el aparente silencio de Dios. Y es que entonces como ahora el
mal tiene prisa, se mueve, hace mucho ruido, mientras que el bien obra en
silencio y espera su momento con una inmensa paz.
El gesto de levantar la cabeza es un signo de insolencia, de rebeldía y de
soberbia.
v. 4. "Traman planes contra tu pueblo"
Los enemigos no improvisan. Tienen un plan bien tramado contra el pueblo
de Dios. Han dedicado mucho tiempo para prepararlo. El pueblo de Dios son
los elegidos de Dios, los protegidos de Dios, el tesoro más precioso que Dios
tiene. Ir contra el pueblo de Dios es ir contra el mismo Dios y ahí radica toda
su malicia.
v. 5. "Dicen: Vamos a aniquilarlos como nación, que el nombre de Israel
no se pronuncie más"
Esto suena a declaración de guerra. Aniquilar a Israel para que su nombre
sea borrado de los anales de la historia supone una destrucción total del
pueblo de Dios con su pasado, su presente y su futuro. Los enemigos, en ese
torbellino de aniquilación y destrucción, quieren llevarse por delante al
mismo Dios. ¡Osada pretensión!
v. 6. "Están de acuerdo en la conjura y hacen liga contra ti"
En su ataque contra Dios se ponen todos de acuerdo, incluso los pueblos que
están peleando entre sí. Hoy como ayer hay muchas personas y pueblos que
sólo se ponen de acuerdo frente a un enemigo común. La escena de Pilatos y
Herodes se repite.
A partir de ahora, en los versículos 7-9, comienza a enumerar pueblos de la
coalición. Se hace una lista artificial de diez enemigos. Es el conjunto de los
pueblos que tradicionalmente han atacado a Israel, añadiendo algunas etnias
árabes para redondear la lista. Lo cual significa que no se pretende dar una
enumeración histórica sino mostrar una situación de extremo peligro.
Si tenemos en cuenta el gusto literario de querer señalar el último término de
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una enumeración, habrá que decir que se está apuntando a un enemigo
concreto: Asiria, el temible imperio de Nínive que acabó con el país del
Norte en el año 721.
San Agustín, comentando este salmo, pretende buscar el significado de
algunos de estos pueblos: Idumeos significa sanguinarios. Ismaelitas los que
se obedecen a si mismos y no a Dios. Agarenos son los prosélitos, es decir
los advenedizos, Gebal significa valle llano, es decir, falsamente humilde.
Amón pueblo turbulento, o pueblo apesadumbrado. Alienígenas extranjeros,
y por tanto, enemigos. El nombre de Tiro se traduce por angustia o
tribulación.
v. 10-19. Petición contra los enemigos
Aunque la petición de intervención divina lo que espera es una acción
salvadora de Dios, de hecho, en el poema todo se reduce a una serie de
imprecaciones contra los enemigos.
v. 10."Trátalos como a Madián, como a Sísara, como a Jabín junto al
torrente Quisón"
Los madianitas son los enemigos del tiempo de Gedeón, por lo cual la
mención a Madián parece desplazada, a no ser que se anteponga con valor
programático, como puede sugerir Is 9,3 "Porque como hiciste el día de
Madián, has roto el yugo que pesaba sobre ellos, la vara que castigaba sus
espaldas, el bastón opresor que los hería". El recuerdo de Sísara y Quisón
está vivo en el relato en prosa y en el poema de Jue 4 y 5 (Así opina el P.
Alonso Schókel).
v 11."Que fueron aniquilados en Endor, y sirvieron de estiércol para el
campo"
Alude a los cadáveres destinados a la terrible maldición de verse privados de
sepultura. Se refiere a 2 Re 9,37: aludiendo al cadáver de Jezabel: "Su
cadáver será como estiércol sobre el campo, hasta el punto que nadie podrá
reconocerla".
No puede darse mayor castigo: su cadáver se convierte en polvo
contaminado.
v.13. "Arengaban: Conquistemos los territorios de Dios"
Lo que pretenden estas fuerzas extranjeras es adueñarse de los dones de
Dios, de sus territorios y aniquilar el señorío de Yavé, destruir su país y
hacer que perezca el pueblo.
Algunos traducen "los territorios de Dios" por las vegas de Dios. Y vega es
la tierra regada, la tierra fecunda, la tierra mimada por Dios. Esas vegas tan
queridas por Dios, se las quieren arrebatar. En el terreno espiritual cada uno
de nosotros es una vega de Dios regada con mimo y con cariño. Dios no
puede permitir que le arrebaten algo tan querido por su corazón.
v. 14. "Dios mío, hazlos hojarasca, vilanos frente al vendaval"
Yavé debe hacer su aparición como guerrero y como juez. Los enemigos han
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de convertirse en abrojos. Es una planta silvestre, de la familia de la
alcachofa y que tiene forma de abrojos que en árabe se denomina ákkub.
Esta planta se desprende de la raíz, se enrolla en forma de espiral y corre por
los campos, empujada por el viento como si fuese una rueda (Kraus).
La metáfora de la paja arrastrada por el viento es muy utilizada en el
Antiguo Testamento. Quieren describir lo caduco, lo perecedero, lo no
consistente, lo que no es, frente a Dios que tiene todo el ser.
v. 15-16. "Como fuego que prende en la maleza, como incendio que
abrasa los montes... atérralos con tu huracán"
Con elementos propios de las viejas teofanías (fuego, tormenta, huracán) el
salmista anatematiza toda la trama de los conjurados. Son instrumentos y
signos de Dios que actúa con poder.
v. 17. "Cúbreles el rostro de ignominia, para que busquen tu nombre,
Señor"
El autor quiere que caiga sobre los enemigos toda serie de ignominias. Pero
esto tiene un fin: que el enemigo reconozca el. señorío de Dios. Al haberles
ocasionado la humillación de una dura derrota y de una huida tenebrosa,
Dios forzará a sus enemigos a buscar su nombre, a buscar al mismo Dios.
Con este cruel contratiempo los enemigos aprenderán que Yavé es el único
Dios que gobierna no sólo Israel sino también todos los pueblos.
La victoria de Dios hace que el enemigo reconozca su poder. Este
reconocimiento puede ser un comienzo de salvación, o puede convertirse en
el reconocimiento tardío de la derrota total.
Lutero condensa el mensaje del salmo 83 en las siguientes palabras: "Dios
debe ser conocido y honrado por todas las criaturas por gracia o -en contra
de la voluntad divina- por condenación... Es terrible caer en las manos del
Dios vivo".
ORACIÓN
"Señor, no estés callado, en silencio, e inmóvil"
Tú, Dios mío, eres un Dios activo. Has creado millones de astros en el cielo,
millones de peces en el mar, millones de flores y animales en la tierra. Tú
has guiado a los patriarcas y has infundido tu Espíritu a los jueces, reyes y
profetas de tu pueblo. Tú nos has hablado, especialmente, por medio de tu
Hijo Jesucristo.
Pero ahora te has quedado mudo. El mundo sigue su camino y ya no quiere
contar contigo. No habla de ti ni contra ti. Simplemente te ignora y prescinde
de ti. Para muchas personas de nuestro tiempo cuentas poco, muy poco. Yo
te pido que hables, que te hagas presente en este mundo; que el mundo
experimente la angustia de tu ausencia y goce de la luz de tu presencia.
"Arengaban: Conquistemos los territorios de Dios"
Tus terrenos, Señor, no son de un pueblo o nación. Tú tienes dominio
universal sobre todos los pueblos de la tierra. ¿Cómo puede haber gente tan
osada que quiera hacerte la guerra?
41
Además de los territorios materiales, tú tienes otros predios, otros campos,
otras vegas. Tú tienes dominio en el mundo del espíritu. Tú dominas los
corazones. Tú nos has comprado "no con oro ni plata sino con tu preciosa
sangre" (1 Pe 18-19). Has pagado por nosotros un precio muy alto.
Nosotros no queremos otros dueños ni otros señores. Queremos que seas tú
nuestra propiedad, nuestra mejor herencia.
"Que busquen tu nombre, Señor"
Buscarte, buscarte a ti, Señor, buscarte sólo a ti, ésa es la más bella y bonita
tarea de la vida. Eso han hecho tus santos. Han vivido haciendo de ti el único
centro de sus vidas, y han sido las personas que más han gozado en este
mundo.
Yo, Señor, quiero que todos los hombres y mujeres del mundo sean felices,
pero felices de verdad. Y, como estoy convencido de que no es posible la
auténtica felicidad fuera de ti, lo que hoy te pido es que todos te busquen. Y
si te buscan de verdad, con sinceridad de corazón, es porque de alguna
manera, ya te han encontrado.
FRASES
No calles. Calló cuando vino encubierto a ser juzgado; sin embarno no
callará cuando venga manifiestamente a juzgar". (S. Agustín)
El me ha garantizado su protección, no es en mis fuerzas donde me apoyo.
Tengo en mis manos su palabra escrita. Éste es mi báculo. Ésta es mi
seguridad; éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo
leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro y mi
defensa. ¿Qué es lo que ella me dice? Yo estaré siempre con vosotros hasta
el fin del mundo. Cristo está conmigo ¿qué puedo temer? Que vengan a
asaltarme las olas de1 mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa más
que una tela de araña". (San Juan Crisóstomo. Homilía antes de partir al
destíerro)
"La conciencia de nuestro abandono, de nuestra finitud no es una :raeba de
la existencia de Dios, pero puede producir la esperanza hay un Absoluto
positivo.
El salmo 83 busca una esperanza en ese Dios muchas veces misterioso e
irreductíble a un fácil esquema mental o teológico".
(M. Horkheimer, La nostalgia del totalmente otro)
PREGUNTAS
1- ¿Sé fiarme de Dios en los momentos en que me siento solo y perseguido y
todo parece hundirse ante mí?
CEstoy viviendo en mi grupo cristiano una fe rutinaria? ¿Está mi comunidad
abierta al Misterio de Dios? ¿Estamos dispuestos a superar esquemas de
Dios? ¿Es Dios para nosotros el Otro, el Distinto?
L- Sé presentar a los demás un Dios cada vez más nuevo, más inabarcable,
más misterioso, más seductor?
SALMO 84
¿Qué deseables son tus moradas,
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Señor de los Ejércitos!
Mi alma se consume
y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa,
y la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los Ejércitos, rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti
su fuerza al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los Ejércitos, escucha mi súplica,
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria.
El Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable
¡Señor de los Ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!
ESTRUCTURA
1. Himno de peregrinación (2-8)
2. Liturgia de acogida (9-10)
3. Conclusión hímnica (11-13)
INTRODUCCIÓN
El judío que habla en este vez desde la diáspora- anhela presencia de un
Dios vivo, capar vida en plenitud, de llenar de ser vida.
¿Qué es lo que desata en el tanto entusiasmo, tanta dulzura, tanto cariño? No
es simplemente el Templo. Sino Aquel que habita en el Templo. Con Dios
encontrará el secreto de su vida y una fuerza interior que le pt andar un
camino recto de acuerdo a la ley del Señor.
Como apunta el P. Alonso Schbkel, no se puede hablar aquí simplemente de
un salmo de peregrinación. Escuchando la exclamación inicial repentina, la
exposición del estado de ánimo del v. 3, la proyección sentimental en el ave
43
(v. 4) la elección gozosa del v. 11, son efusiones que rompen todo
encasillamiento.
El salmo 84 va contra la rutina en el trato con Dios. El salmista se siente
empujado, desde dentro, a gozar de la presencia de Dios y de su morada en
su Templo santo.
DESARROLLO
v 2. "Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos"
El salmo se abre con una exclamación. El salmista no puede expresar lo que
siente con unas meras palabras. Tal vez la admiración o el estupor para
hablar de Dios sea el hilo musical que ac todo el poema. El templo es
morada de Dios y refugio del hombre sin morada.
El deseo por las moradas de Dios ya es don de Dios. Dios dilata el deseo
para que crezca y crece para que alcance a Dios. Dios no ha de dar una
cosa pequeña al que desea... Dios no ha de dar algo de lo que hizo; se dará
a sí mismo que hizo todas las cosas ( Agustín).
v.3 "Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi
carne retozan por el Dios vivo"
Los atrios son los lugares donde se agolpan los peregrinos que esperan para
entrar en lo interior del Templo donde están los altares. El salmista nos
presenta una visión global del templo: de lo exterior a lo interior para
abarcarlo todo con una mirada amorosa. La mirada exterior va acompañada
de estremecimiento interior. "Se consume". Al pie de la letra sería desfallece.
Y, de nuevo, la sabrosa interpretación de San Agustín: "La uva prensada
desfallece, deja de ser uva, pero ¿por qué? Para convertirse en vino... para
ir al reposo de la bodega; para ser conservada en gran quietud. Aquí se
desea, allí se toma; aquí se suspira, allí se alegra; aquí se ora, allí se alaba;
aquí se gime, allí se goza".
El salmista se siente invadido de una sed casi física de Dios y de su vida (Jer
17,13). Él sabe que, sin ese Dios viviente, es como una tierra árida. Y es
precisamente hacia ese Dios viviente hacia donde tiende el hombre entero
con su corazón, su carne y su alma, es decir, su respiración más profunda.
Aquí no se habla de un Dios teórico sino de un Dios vivencial, que toca lo
más hondo de su ser. El que vive fuera de la esfera de este Dios se sitúa en el
no-ser.
v. 4 "Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido
donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, rey mío y
Dios mío"
La mirada del cantor, al mirar el recinto santo, se fija en los nidos que las
aves han fijado en los edificios o en los resquicios de los muros (aún hoy día
los tejados de la mezquita de Omar, que ocupa el lugar del antiguo templo de
Jerusalén, parece que alberga una cantidad grande de golondrinas).
Esas aves que anidan en el santuario son para el salmista un símbolo de la
protección y seguridad permanente que se disfruta en la cercanía de Dios.
44
Esos pajarillos son huéspedes acogidos por la `iospitalidad ancha y generosa
de Dios. Y es tan grande el fuego Jel amor por el templo que llega a envidiar
a los pájaros que tienen la suerte de poner su nido en él.
Y ese Dios tan maravilloso es mi rey. Ese Dios tan íntimo y persona1 es el
que rige la historia del mundo. Dios es esa compañía que no falla, el que me
arranca de mi soledad.
v 5-6. "Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempr, Dichosos los
que encuentran en ti su fuerza al preparar s peregrinación"
Estos versículos nos hablan de dos tipos de bienaventurados:
a) Los que viven en la casa del Señor. Son los sacerdotes y levita que, de día
y de noche, pueden gustar del esplendor y la dulzui de la comunión con
Dios, sobre todo a través de la experienci exaltante de la liturgia. Esta
convivencia con Dios en el templo e una anticipación terrestre de la
comunicación plena y total coi Dios. Es como un privilegio celeste.
b) Otros son dichosos porque pueden preparar su peregrinación a templo.
Estos se sienten fuertemente atraídos por Dios. El tema d la peregrinación es
una vía, un sendero que el hombre debe acoge en su corazón: la ley divina.
Ésta dará sentido a su ascensión a templo.
Son dos caminos, dos dimensiones del salmo: la vía y la meta. Lo dos
caminos han de hacerse con fe y amor.
"Si quieres el descanso y la felicidad, cree; si quieres ser discípulo de la
verdad, búscala" (P. Mauriac).
v. 7-8. "Cuando atraviesan áridos valles los convierten en oasis.. caminan
de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión"
Parece aludir a tres etapas dentro de la peregrinación. La primerí por el valle.
El valle de Baká evoca sufrimiento y lágrimas. Se supe ra por la esperanza
espiritual del alma del poeta. El valle oscuro, melancólico, con la lluvia, se
convierte en oasis. "Trasformaré e desierto en estanques y el yermo en
fuentes de agua" (Is 41,18).
La segunda etapa. Aquí se perfilan las murallas de la ciudad san ta. Se pasa
de baluarte en baluarte. El deseo y la ilusión por llega a la ciudad ya próxima
le renuevan las fuerzas. "Echan alas de águilas, corren sin cansarse,
marchan sin fatigarse" (Is 40,31).
En la tercera etapa se encuentran ya con Dios. Contemplan la glo ria del
Señor. Se trata de una visión espiritual, de una experienci, de Dios fuerte e
intensa.
v. 11. "Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa y prefiero e
umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados"
Es lo más válido del salmo. El rey hace una opción radical po Dios. Por Él
no sólo rompe con los dioses falsos sino con el mund, de los que no tienen
ley. Es la decisión de vivir según el espíritu de la Ley del Señor, de orientar
sus pasos y los del pueblo hacia Dios.
E1 salmista juzga con los términos un día y mil días. Mil días son los
nuestros. Un día es el de Dios. Los nuestros, sin Dios, son vacíos, ruedan sin
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consistencia, se esfuman sin sentido. La presencia de Dios es la que da valor
infinito a un solo día pasado con el Señor.
El instante pasado con Dios supera todo el tiempo y todas las limitaciones
numéricas de los años.
Un alto en el camino, en el Templo, le proporciona al salmista más alegría
que una estancia prolongada en el lugar más agradable tuera de él.
Aun en el caso de que Dios no lo admitiera en su íntima presencia en el
interior del templo, y le obligara a quedarse a la puerta como si fuera un
mendigo, el salmista recibiría de Dios, sólo por esto, más alegría que la que
pudiera encontrar como huésped de honor en los palacios de los pecadores.
San Pablo dará por perdido todo el tiempo vivido fuera de Cristo (Fil 3,7). Y
si tanto vale un solo día pasado con Dios en esta vida ¿qué será una
eternidad vivida junto a él, en la otra?
v. 12. "Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria. El
Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable"
Dios "como escudo" es muy frecuente en la Biblia. Dios es la protección
segura, la fortaleza, la defensa del que ha optado por Él.
-Más rara es la imagen de Dios como sol. Tal vez quiere el salmista
desmitificar al astro rey tenido como verdadero dios por otras culturas. El sol
sólo es una criatura de Dios que queda eclipsada totalmente con la aparición
de su Creador: "El sol no te dará luz durante el día, ni de noche te
alumbrará la luna, sino que tu luz perpetua será el Señor y tu Dios será tu
resplandor" (Is 60,19). Así el hombre queda envuelto en una cualidad de
Dios: su gracia y su gloria. Hombre divinizado.
Esta experiencia fuerte de Dios en el templo debe reflejarse en una vida
moral intachable. La ética no viene como un esfuerzo del hombre sino como
una consecuencia de su ser en Dios.
v. 13. "¡Señor de los Ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!"
El salmo se cierra con una exclamación. Es como un grito a ese Dios que
está en el templo pero trasciende el templo, está más allá... junto a los
ejércitos celestiales. Y una bienaventuranza para el hombre que se fía de ese
Dios tan maravilloso descrito a través del salmo. En él debe confiar.
ORACIÓN
"Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos"
Señor, vengo a decirte que allá donde tú pones tus huellas todo cambia, todo
se transforma. Todo me parece bonito. Y, como todo está lleno de tu
presencia, me encuentro feliz rezando en una Catedral gótica y en una
sencilla ermita de pueblo; me siento sobrecogido en una noche estrellada y
me quedo extasiado contemplando un bello atardecer. El día y la noche están
llenos de tu presencia y provocan en mí un acto de alabanza y adoración.
"Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo'
Mi carne, mi alma, mi corazón, es decir, todo mi ser vibra y se estremece
ante ti. Tú no eres para mí un Dios frío y lejano. Te siento vivo y palpitante
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dentro de mí. Tú eres mi padre, mi madre, mi hermano, mi amigo, mi
vecino. Tú eres mi mejor yo. Todo lo que de bueno y positivo hay en mí es
un regalo de tu amor.
Mis palabras más bonitas, mis pensamientos más altos, mis sentimientos
más profundos, caerían en la nada sin tu presencia ¿Qué sería de mí sin ti?
Me da miedo pensarlo.
En estos momentos de ateísmo e incredulidad, déjame decir desde el fondo
de mi ser: Vivo, luego tú existes. Mi mejor argumento para probar tu
existencia es el milagro de mi vida
"Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa"
Señor, cuando tú no estás, mi casa se queda fría, triste, vacía y sir. vida. Un
solo día se me hace eterno y aburrido; no lo aguanto. ¿Cómo podría soportar
mil días?
Tú llenas de alegría mis horas, minutos y segundos. Un solo instante vivido
intensamente contigo tiene un sabor a infinito.
¿Cómo hay gente que puede vivir sin ti? ¡No lo entiendo! Como no puedo
imaginarme un mar sin agua; una tierra sin sol; una atmósfera sin aire.
Llena, Señor, mis días de ti y quedarán llenos. Haz que no viva r un solo día
sin tu presencia.
FRASES
Perderse en el corazón de Cristo. Él es nuestro refugio, nuestroasilo; la casa
del pájaro, el nido de la paloma, la barca de Pedro para atravesar el mar
tempestuoso". (Carlos de Foucauld)
“¿Por qué mi corazón es así de impaciente? Aquel que vela sobre los
pájaros, sobre los animales y sobre los insectos, aquél que ha cuidado de ti
cuando todavía estabas en el seno materno ¿no te cuidará ahora que has
salido? ¡Oh corazón mío! ¿cómo puedes desatarte de la sonrisa de tu Dios y
vagar lejos de Él? (Kabir, poeta hindú, s.XV)
"'Por muchas cosas que hagan los herejes, si las hacen fuera de la Iglesia, no
colocan en el nido sus polluelos". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Intento llenar mis días de la presencia de Dios? ¿Doy por perdidos los
días en que Dios ha estado al margen de mi vida?
2. ¿Se valorar mi grupo cristiano como un nido donde viven felices los
polluelos? ¿Comienzo a sentirme más feliz fuera del nido?
3. ¿Se unir fe y ética? Mi encuentro sincero con Dios, ¿me lleva ;Omo de la
mano a un encuentro con mis hermanos?
SALMO 85
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
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has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro,
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón".
La salvación está ya cerca de sus fieles
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra
y la justicia mira desde el cielo.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
ESTRUCTURA
INTRODUCCIÓN
El salmo 85 comienza dando gracias a Dios por lo bien que ha tratado a su
pueblo. Tal vez refleja la situacicón espiritual de los que han pasado ia
prueba del destierro de Babilonia. La suerte de Israel ha cambiado. Y toda la
liberación ha ocurrido por pura gracia, por puro amor.
Con todo, todavía no se ha dado una restauración nacional El camino es
todavía largo y penoso. Es verdad que Dios está a favor del pueblo pero éste
debe responder con fidelidad.
El verbo clave es volver. Dios apartará para siempre su ira sa el pueblo se
aparta del pecado. Dios volverá a su pueblo pero el pueblo debe volver a su
Dios.
En la última parte aparece un Dios soñador. Sueña con su pueblo y se
complace contemplando lo maravilloso que sería todo si el pueblo quisiera...
Pero Dios nunca derribará la puerta de la libertad de Israel.
DESARROLLO
v. 2. "Señor, has sido bueno con tu tierra"
Mía es la tierra. Es una frase que se repite muchas veces ela Biblia. La tierra
se la ha dado Dios a Israel en usufruct, "Es la viña plantada por Dios con un
inmenso amor" (Is =
La tierra es sinónimo de Israel. Por eso tierra y pueblo, es
:
cio y tiempo se funden en una unidad: el amor.
92
48
;.
"Has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados"
Se hace mención al desastre nacional del exilio de Babilonia. El desierto ha
tenido un valor expiatorio. Ha sepultado la culpa colectiva del pueblo. Hay
que tener en cuenta el concepto de perdón de la Iglesia católica, fiel a la
Biblia. Los pecados Dios se los echa a la espalda para no verlos. Los sepulta.
Los arroja a lo profundo del mar. Dios no se vuelve a acordar más de ellos.
El perdón de los pecados es algo que Dios se ha tomado por su cuenta. No
ha contado con nadie. Él solo lo hace. "Soy yo, y sólo yo quien por mi cuenta
borro tus culpas, y dejo de recordar tus pecados" (Is 43,25).
Y_ 4. "Has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira"
La cólera y la ira de Dios es la reacción de Dios al pecado. Si se dejara llevar
por ellas sería como un incendio que devastaría todo: al hombre y al pueblo.
Pero esta cólera de Dios pasa pronto, dura un instante, no da tiempo a
incendiarse porque está frenada por su infinito y gran amor: "Por un breve
instante te abandoné, pero ahora te acojo con inmenso cariño. En un arrebato
de ira te oculté mi rostro por un momento, pero mi amor a ti es eterno (Is
54,7-8).
~ S. "Restáuranos, Dios salvador nuestro"
Nos choca este texto. Hace poco, en el v. 2 ha dicho "has restaurado". ¿Por
qué ahora dice: "restáuranos"? ¿Acaso Dios se ha arrepentido de su obra? El
P. Alonso Schókel nos da la respuesta: No faltan en el salterio casos en que
una salvación pretérita se usa como argumento para mox-er a Dios o como
base de confianza en el orante. Habría que traducir así: "Tú, que un día nos
restauraste, restáuranos ahora; tú, que un día apartaste la cólera, ¿hasta
cuándo seguirás airado?"
93
v. 6-7. "Vas a estar siempre enojado o a prolongar tu ira de edad en
edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre?"
El pueblo se encuentra, de nuevo, en desgracia. Ha sido arrastrado por la
fuerza del mal. El mal, heredado de nuestro primer padre Adán, tiene el
poder de un huracán que se lleva todo por delante: la cordura, la sensatez, la
paz del corazón, todos los bienes que lleva consigo una vida según Dios. Ese
huracán no sólo arrastra tras de sí los dones de Dios sino al mismo Dios de
los dones. Las consecuencias del pecado son el tedio, la tristeza, el vacío
interior, la muerte. Es Dios quien, de nuevo, nos tiene que dar la vida para
poder alegrarnos.
"Esta es la condición del alma: su ser es infinito y su deseo también infinito
y no se llena nunca si no se une con el Infinito" (Santa Catalina de Siena).
v. 8. "Muéstranos, Señor tu misericordia y danos tu salvación"
"Muéstranos". Es una epifanía o gran manifestación de Dios lo que necesita
el hombre. Necesita, como Moisés, una inmensa hoguera de amor (Ex 3). No
bastan las pequeñas lamparitas de barro que alumbran en nuestra vida
espiritual. Hace falta que Dios se nos manifieste como una llamarada de
49
amor y nos purifique de nuestros instintos stendencias.
El salmista pide a Dios que se lo manifieste como "misericordia". Quiere un
Dios cercano, amigo, comprensivo. Que sepa poner su gran corazón sobre
tanta miseria humana.
v. 9. "Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios anuncia la paz"
"Voy a escuchar"... ¿A quién voy a escuchar? ¿A los hombres? El hombre
siempre cansa, aburre. Sólo hace repetir lo de siempre. El salmista no quiere
escuchar a los hombres. El salmista quiere escuchar a Dios. Él nunca se
repite. Siempre tiene algo nuevo que decirnos. Y si repite, siempre sabe a
nuevo lo que nos dice. ¿Qué nos habla Dios? ¿Qué nuevas tiene para
nosotros? Algo fantástico, maravilloso. Dios nos anuncia la paz. La paz no
es sólo ausencia de guerra, no es sólo tranquilidad, bienestar. La paz,
shalóm, es el conjunto de bienes mesiánicos: amor, unidad, alegría,
felicidad. Todos esos bienes nos quiere dar el Señor. Pero necesita un
corazón libre, un corazón limpio para poder derramarla. "Los malvados son
como mar agitada, que no puede calmarse, aguas que se mezclan con agua
y con lodo. No hay paz para los malvados dice mi Dios" (Is 57,20-21).
v. 10. "La salvación está ya cerca"
Escuchamos la bella explicación que nos hace Karl Barth a este versículo del
salmo: "Está cerca, es decir, no es como una teoría religiosa. . .No, la ayuda
de Dios es la praxis divina -que eso implica la palabra cerca- nos toca
nuestro cuerpo y entra en nuestra vida. La ayuda de Dios está cerca, es
decir, no es música del futuro para días mejores en los que todo vuela a ser
distinto... sino que la ayuda de Dios es un visitante excelso y extranjero pero
glorioso, que está llamando ya ahora y hoy a nuestra puerta y desea entrar
adonde estamos nosotros. Entendámoslo bien: la ayuda de Dios no es un
consuelo que nos haga pensar en la eternidad, sino que es como una
tormenta que llega desde la eternidad e irrumpe en nuestro tiempo. Están
cayendo va las primeras gotas de esa tormenta, que traen bendición v solaz.
La ayuda de Dios está cerca porque es una ayuda. La obra de Dios no se
detuvo hace dos mil años. La obra de Dios no ha enmudecido sino que en
Jesucristo precisamente es donde habla más alto".
v. 11. "La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se
besan"
El libro del Éxodo nos trae una de las definiciones más bellas de Dios: "El
Señor, un Dios clemente y compasivo; lle no de amor y fiel" (Ex 34,6). A
esta definición alude estt versículo del salmo. Un Dios, por una parte, lleno
de amoentrañable, nacido de las entrañas. Por otra parte es ur amor estable,
fiel; que permanece siempre aunque el hombre falle. Por eso nos podemos
fiar plenamente de él.
Por otra parte están la justicia y la paz. No son como dos vecinas que se ven
y se saludan, sino como dos hermanas que se abrazan y se besan. La justicia
y la paz son como dos vasos comunicantes. En la medida en que crece la paz
50
debe crecer, al mismo nivel, la justicia. Un crecimiento de la paz sin justicia
causaría un desajuste, un desequilibrio dejaría ya de ser paz.
Es un proyecto de armonía que había estado presente en la creación (Gn 2) y
que había sido recordado por los profetas (Is 11).
v. 12. "La fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo"
Una línea vertical entre el cielo y la tierra es unificada en un centro de
perfección y esplendor. Se dará el reino de la verdad, la justicia, el amor y la
paz.
"El hombre juzgará en el cielo y la tierra y el sol con la~ criaturas todas.
Todas las criaturas probarán un placer, un amor, un gozo lírico y reinarán
contigo y, a tu vuelta, reinarás con ellos" (Lutero).
v. 13. "El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto"
La lluvia, en tierra seca, siempre es fuente de vida. Baja del cielo como una
bendición de Dios. Y una vez fecundada la tierra ésta lanza al cielo el
germen de la vegetación. Se cierra así el ciclo de la gracia como estaba
anunciado por el profeta: "Como la lluvia y la nieve caen del cielo y sólo
vuelven allí después de haber empapado la tierra, de h. berla fecundado y
hecho germinar" (Is 55,10).
ORACIÓN
"Señor, has sido bueno con tu tierra"
Tu tierra, Señor, es el mundo tan fantástico creado por ti: un mundo de
flores, de frutos, de animales de toda especie. Un mundo lleno de luces y
colores.
Has sido bueno con esta tierra. Has derrochado sobre ella luz, hermosura,
solicitud y, sobre todo, fantasía. Pero todavía has sidel mejor con la tierra de
nuestro propio corazón: lo has rodeado de amor y fidelidad, es decir, de
amor entrañable y estable. A pesar de nuestros fallos e infidelidades, tú
nunca te cansas de amarnos. Por eso nos rehaces, nos rehabilitas, nos
restauras con tu perdón. ¡Gracias, Señor, por haber sido tan bueno con
nosotros!
"¿No vas a devolvernos la vida para que tu pueblo se alegre contigo?'
Todo lo que hay en el mundo, sin ti, es oscuridad y tiniebla; es miedo y
angustia; es la muerte. Por eso necesitamos que alargues tu mano poderosa
y, como a la hija de Jairo, nos devuelvas la vida. La vida auténtica, la vida
verdadera, la vida en plenitud. Nosotros necesitamos de ti para tener calidad
de vida. Sólo así podremos alegrarnos contigo. A ti te gusta la alegría, la
música y la fiesta. Tú pusiste al primer hombre en un paraíso de delicias. Ése
era tu proyecto original. Tú paseabas con el primer hombre, gozabas con él y
él disfrutaba contiga.
¡Qué hermoso debe ser eso de gozar contigo, danzar junto a ti y deleitarse en
tu presencia!
"Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios anuncia la paz"
Señor, en el mundo hay muchas palabras, mucho ruido y poco silencio. Por
51
eso es tan difícil escucharte. Tú hablas en el silencio del corazón. Tus
palabras son dulces, penetrantes, cautivadoras.
Yo quiero escucharte, necesito escucharte. ¿Qué me vas a decir? Tan sólo
una palabra que abarca todas las bondades de la vida: paz. No la paz del
mundo, sino tu paz, es decir, tu amor, tu calm tu sosiego, tu deliciosa
presencia que me lanza a ser bueno con ! demás.
FRASES
“Estamos perdiendo el poder de admiración, el poder de cantar". (Heschel)
`Libranos, Señor, de tanta devoción de santos con rostro triste". (Santa
Teresa)
"Nadie se halla distante de Dios por el espacio sino por el corazón. ¿Amas a
Dios? Estás cerca. ¿Le odias? Estás lejos. Estando en un aismo lugar, te
hallas cerca y lejos". (San Agustín)
1. ¿Sé juntar en mi vida práctica la paz con la justicia ¿Se da en mí el
contrasentido de hablar mucho de paz y obrar de una manera injusta?
2. ¿Sé da en mi grupo, en mi comunidad, un talante pacífico y perdonador?
¿Estoy convencido(a) de que no puedo dar paz a mi comunidad si antes yo
no estoy pacificado por dentro?
3. ¿Me dejo empapar por la Palabra de Dios para hacer más fecunda mi vida
en relación con los demás? Mi vida de fe, ¿está produciendo frutos de amor
y de justicia?
SALMO 86
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo,
salva a tu siervo que confía en ti;
tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica;
en el día del peligro te llamo,
porque tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses,
Señor, ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia,
Señor, bendecirán tu nombre:
"Grande eres tú, y haces maravillas,
tú eres el único Dios".
Enséñame, Señor, tu camino,
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para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del Abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí, da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava.
Dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
ESTRUCTURA
1. Súplica (1-7)
2. Evocación de la gloria de Dios (8-13)
3. Súplica final, llena de confianza
INTRODUCCIÓN
El salmo 86 carece de originalidad literaria. H. Gunkel dice de él que "hay
pocas cosas que llamen la atención". Y B. Duhm ha llegado a decir que "es
un conjunto de citas". Con todo se puede hablar muy bien de Dio,
apoyándose en la tradición.
El autor del salmo es un hombre muy piadoso. Comienza con una serie de
súplicas confiadas y, como sin darse cuenta, se siente fuertemente atraído
por Dios, como aquel que, bañándose a la orilla del mar, se sintiera seducido
para bucear aguas más lejanas y profundas. Allí no toca fondo. El salmísta se
siente inundado por el mar abismal de Dios. El salmista comienza a
olvidarse de sí mismo y a poner a Dios en el centro de su corazón.
A1 final acabará con una súplica, casi repitiendo las palabras del comienzo,
pero dándoles un nuevo contenido. Ha sido tocado por la novedad de Dios.
El salmo es un canto al amor entrañable de Dios. Y de ese Dios el salmista
se siente orgulloso.
DESARROLLO
v. 1. "Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy pobre desamparado"
El salmista pide a Dios que se abaje, que incline su oído hacía él. Él está
arriba y nosotros abajo. Él está en la altura y nosotros en nuestras bajezas.
Dios no inclina su oído al engreído fariseo pero sí al humilde publicano.
"Soy un pobre". Se trata de un pobre de Yavé, es decir, dt uno que no tiene
bienes materiales, es perseguido ínjustamente, no tiene amigos. En esas
53
circunstancias acude a Dios y pone en él toda su confianza. El pobre de
Yavé sólo tiene a Yavé. ¡Nada más!
Y.. ¡Nada menos!
v. 2. "Protege mi vida, que soy un fiel tuyo, salva a tu siervo que confía en
ti"
"Soy un fiel tuyo". No lo dice en plan de arrogancia. Ha sido fiel porque
Dios ha estado con él y le ha sostenido. Por puro don. Se lo recuerda a Dios
para agradecérselo.
"Tu siervo" está tomado en sentido de dedicación y amor a Dios. Quiero ser
como tu siervo Abraham, como tu siervo David, como tu siervo Moisés.
Quiero tener la confianza que ellos tuvieron contigo.
v. 3. "Tú eres mi Dios... a ti te estoy llamando todo el día"
El salmista no hace una afirmación racional: Dios existe. Afirma que Dios es
su Dios, el Dios de su vida, el Dios en quien ha puesto el corazón, el Dios
que es el centro de su ocupación y de su preocupación. Este Dios vivencial
es incompatible con otros dioses. Todo el día tiene puesto su pensamiento en
él. No hay fisuras ni grietas en su fe.
4. "Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti"
La alegría plena, la alegría verdadera a la que alude el salmo no se da a ras
de tierra. Dios está arriba y el alma debe elevarse por encima de la tierra
para conseguir esa alegría. El mundo produce placer pero no alegría;
produce prosperidad, pero no felicidad. Todos los días en Misa el sacerdote
nos invita a levantar el corazón. Sólo cuando lo tengamos levantado hacia el
Señor, no de palabra sino de obra y de verdad, seremos plenamente felices.
"Si amas a Dios estarás en el cielo estando en la tierra. No se eleva el
corazón como se eleva el cuerpo. Para elevarse el cuerpo es suficiente
cambiar de lugar; para elevarse el corazón hay que cambiar de querer" (San
Agustín).
v. 7. "En el día del peligro te llamo, porque tú me escuchas"
Hay una relación entre los verbos: llamar y escuchar. El hombre llama y
Dios escucha. Entre Dios y el hombre no hay un muro que los separa sino un
puente que los une. El puente es la oración. Por la oración el hombre se abre
a Dios y Dios baja hasta el corazón del hombre. Por la oración el hombre
está en hilo directo con Dios. Su vida es un diálogo, un coloquio, una
conversación con él. ¿Qué sería del hombre si Dios no le escuchara?
v 8-13. En el centro del poema se pone este himno de acción de gracias y no
es sino una contemplación de las obras que Dios despliega en el mundo y en
la historia.
v 8. "No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas"
El salmista sabe por propia experiencia lo que es Dios. Ha tenido quizás
experiencias negativas, momentos en que no ha estado del todo anclado en
Dios. Todos los demás dioses han sido ídolos de barro. Le han dejado triste
54
y vacío. Por eso puede poner en admiración ¡Eres genial! ¡Eres único!
¡Ninguno, ni todos los dioses juntos pueden compararse contigo'
Las obras realizadas por Dios responden a su categoría de ser el Dios de los
dioses.
"¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, sublime en
santidad, temible en proezas, autor de prodigios?" (Ex 15,11).
v. 9. "Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor,
bendecirán tu nombre"
Este versículo puede aludir a Is 2,2-3: "Hacia él afluirár todas las naciones,
vendrán pueblos numerosos. Dirár. Venid, subamos al monte del Señor".
La visión del profeta es majestuosa. Se imagina grandemasas de hombres
como ríos que suben hacia Jerusalér Los ríos siempre bajan. Aquí suben, van
contra corriente, arrastrados por una fuerza interior y superior. Todos irán a
adorar al Señor, a postrarse en su presencia. Gente que va contra la corriente
de sus instintos y pasiones, contra la tendencia a adorar ídolos.
v. 10. "Grande eres tú, y haces maravillas, tú eres el único Dios"
También este texto puede tener relación con Ex 15,11: "¿Quién como tú,
Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú sublime en santidad, temible en
proezas, autor de prodigios?"
El poeta abre el cántico con una profesión de fe según el monoteísmo
afectivo y piadoso más que teórico. No existen dioses ni obras como Yavé.
La unicidad divina es querida por judíos, cristianos y musulmanes.
"Ninguno es como tú... Nuestros hermanos los musulmanes han vuelto a
tomar esta profesión de fe como fundamento de su doctrina religiosa. Bajo
esta fórmula realiza Moisés el canto del Mar Rojo" (Emanuel, comentario
judío a los salmos).
Todos los pueblos lo reconocerán en esta triple fórmula: Verán al Creador en
Sión, sede de su presencia; se postrarán en adoración y proclamarán su fe
glorificando el Nombre Divino.
v. 11. "Mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre"
Los profetas han hablado muchas veces del corazón humano. Hay que
dárselo enteramente al Señor. Jeremías habla de una ley interior, escrita en el
corazón (Jer 31,33). Ezequiel pide poner un corazón nuevo. Cambiar el
corazón de piedra por un corazón de carne (Ez 36,26). Dios no acepta un
corazón partido, dividido. No puede ser de muchos dueños. Todo el corazón
debe ser para el Señor.
Así el hombre podrá cumplir el principal mandamiento de la ley: "Amar al
Señor con todo el corazón" (Dtn 6,5).
"'En el temor de tu nombre". El que ama a Dios con todo el corazón sólo
tiene un miedo: perder ese amor. El temor no nace del miedo a un castigo
sino del miedo a no amarle, del miedo a desilusionarle.
v.12. "Te alabaré de todo corazón, Dios mío, daré gloria a tu nombre por
55
siempre"
Una vez liberado el corazón de los ídolos y entregado del todo a Dios, el
salmista se dedica plenamente a la alabanza. Una alabanza perfecta porque
su corazón está todo lleno de amor.
Este deseo de alabar al Señor y bendecirle puede darse incluso en
condiciones adversas. Escuchamos una bonita plegaria de Bonhoeffer
estando en la cárcel: "Sea alabanza \gracia a ti por todo el bien y fidelidad
que me has mostrado. Me has dado muchos beneficios; deja que acepte
también de tu mano este peso. No me cargarás nunca más de lo que pueda
llevar. Tú haces que todas las cosas sirvan para bien de tus hijos".
v. 14. "Dios mío unos soberbios se levantan contra mí, una banda de
insolentes acechan contra mi vida"
Ahora el orante se siente encerrado como en una prisión. Alrededor tiene
una banda de enemigos. Dios no puede quedar indiferente allá en su cielo
dorado.
v. 15-16. "Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso... mírame, ten
compasión de mí"
El salmista acude al amor de Dios, no un amor cualquiera sino al amor
entrañable, al que toca su misma entraña de Padre. Tiene su mirada vuelta a
Dios y ésta le llena de paz y esperanza: "El Señor haga brillar su rostro
sobre ti y te conceda su favor; el Señor te muestre su rostro y te dé la paz"
(Num 6,25-26).
v. 17. "Dame una señal propicia, que la vean mis enemigos y se
avergüencen, porque tú, Señor me ayudas y consuelas"
El pedir una señal es normal en el Antiguo Testamento. Gedeón pedía una
señal que garantizase su misión (Jue 6,17).
Isaías invita al rey Acaz a pedir una señal (Is 7,11). También aquí el salmista
pide una señal a Dios. Una señal de doble efecto: que se avergüencen los
enemigos y que él reciba el consuelo y la ayuda que necesita. Y así, con ese
tono de confianza, termina el salmo.
ORACIÓN
"Mantén mi corazón entero"
Hoy, Señor, mi oración es más íntima, más profunda. Toca lo más nuclear de
mi ser: el corazón. No voy a pedirte por mis manos, mis pies, mi boca, mi
mente. Te pido por mi corazón. Te ruego que no lo tenga nunca partido,
dividido. Te suplico que lo mantengas siempre íntegro para ti.
Que pueda amarte, alabarte, adorarte con todo mi corazón. Que, desde él, se
eleve hacia ti mi mejor cántico, mi más dulce melodía, mi mejor concierto,
sin que exista ninguna nota discordante.
¡Qué hermoso poder decirte a boca llena: mi corazón es tuyo, todo tuyo,
todo entero para ti!
"Sin tenerte en cuenta a ti"
56
Hoy, desgraciadamente, hay muchas personas que organizan su vida, hacen
sus programas, realizan sus proyectos sin tenerte en cuenta a ti. Y me
pregunto ¿Qué pueden proyectar sin ti si tú eres el único horizonte de
nuestra vida?
Ilumínales, Señor, porque están ciegos. ¿Acaso por taparse los ojos dejará el
sol de existir? Dales tu luz y tu verdad. Que descubran en ti el único sentido
de sus vidas.
"Alegra el alma de tus siervos, pues levanto mi alma hacia ti"
Señor, cuando tú no estás a mi lado, cuando no estás presente en mi vida, mi
alma está triste, afligida. Mi alma está por los suelos. Es necesario que me
alces, que me levantes, para que yo, en ese mismo instante, levante mi
ánimo, mi ilusión, mi gozo, mis ganas de vivir.
Tú no eres para mí una vana ilusión, una bonita teoría. Eres el que me
arrastra, me llama, me empuja hacia una vida plenamente feliz.
Gracias, Señor, porque te experimento como mi Dios, el único capaz de
llenar plenamente ese deseo infinito de felicidad que has puesto en mi
corazón. Contigo, puedo afirmar con tu siervo Francisco: "Mi Dios y todas
las cosas".
FRASES
“La oración del salmo 86 no se confunde con cualquier grito de sufrimiento
ante una divinidad amiga. Se siente ya el anticipo y diá."):;o amoroso y
confiado del evangelio: Pedid y recibiréis". (E. Beauchamp)
'Las oleadas son numerosas y peligrosas las tempestades, pero no tememos
el naufragio: estamos consolidados sobre la roca. Aunque el mar se
enfurezca, no demolerá la roca. Aunque las olas se agiten No podrán hundir
la barca... Me importa poco cuanto el mundo considere como temible. Me
río de sus bienes. Ni temo la pobreza ni deseo la riqueza. Ni tengo miedo a
la muerte, ni deseo seguir viviendo, si no es para aprovechamiento
espiritual". (San Juan Crisóstomo)
'Ser feliz es tener el corazón abandonado en Dios y en su ley". (Watson)
PREGUNTAS
1. ¿Sé convertir mi situación de limitación y pobreza en ocasión para
afirmarme más en Dios?
2 En mi grupo cristiano, en mi comunidad, ¿hay lugar para la alabanza, la
adoración, la acción de gracias? ¿Sabemos compaginar la acción con la
contemplación?
3. Cuando amo a mis hermanos, cuando me entrego a los demás, ¿les doy un
corazón partido? ¿Y no será ésta la mejor prueba para saber que no estoy
amando a Dios con un corazón entero?
SALMO 87
Él la ha cimentado sobre el monte santo:
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
57
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
"Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí"
Se dirá de Sión: "Uno por uno todos han nacido en ella:
el Altísimo en persona la ha fundado".
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
"Éste ha nacido allí".
Y cantarán mientras danzan:
"Todas mis fuentes están en ti".
ESTRUCTURA
1. Sión Ciudad de Dios (1-3)
2. Sión, madre de todos lospueblos (4-7)
INTRODUCCIÓN
El Templo y el Sábado son dos instituciones fundamentales en Israel. A
través del Sábado el judío consagra el tiempo a Dios y, a través del Templo
consagra el espacio.
El salmo 83 es un canto del espacio de Dios. Es cierto que es suya toda la
tierra, pero hay un lugar, una ciudad a la que Dios ha escogido: es la ciudad
santa de Jerusalén, corazón de Israel. Y en la ciudad, el Templo.
Es probable que este salmo, en su forma original, estuviera dirigido a los
judíos de la diáspora que llegaban a Jerusalén en peregrinación. Con ellos se
formaba la gran familia de Israel.
Más tarde, por influencias de los profetas, el salmo fue releído en un
horizonte más universal: "Y muchos pueblos y naciones poderosas vendrán
a adorar al Señor todopoderoso en Jerusalén y a pedir su protección" (Zac
8,22).
Lo más curioso del caso es que, hasta los más acérrimos enemigo-Egipto,
Babilonia, Filistea, etc. - reconocieron al Dios de Israel hasta el punto de
considerarse conciudadanos de esta ciudad.
Al margen de lo sucedido en la historia, en este salmo corren aire> nuevos y
un soplo universalista pasa dulcemente por nuestra piel y recrea nuestros
oídos. Este pequeño poema nos lanza hacia una esperanza escatológica.
DESARROLLO
v. 1. "Él la ha cimentado sobre el monte santo: y el Señor prefiere las
puertas de Sión a todas las moradas de Jacob"
El salmista nos toma por sorpresa comenzando a hablar de un: ciudad dando
por supuesto que ya la conocemos. San Agustín se percató del caso y nos
dice: "Cimientos ¿de quién? No hay duda de que los cimientos,
especialmente en montes, pertenecen a una ciudad. Pues bien, este
ciudadano, lleno de Espíritu Santo, dándole muchas vueltas a su amor y
deseo por la ciudad, como habiendo meditado mucho por dentro, rompe a
hablar diciendo: Sus cimientos en montes santos; como si ya hubiese
hablado de ella. ¿Cómo no había hablado de ella quien mentalmente nunca
58
calló de ella?... En silencio consigo había concebido muchas cosas de
aquella ciudad, clamando a Dios; ahora rompe a hablar para que oigan los
hombres".
Cimentar equivale a fundamentar. Esta ciudad está bien fundada. El que ha
puesto los cimientos es el Señor. Él es el fundador de esta ciudad.
Y ama sus puertas. La puerta tiene un sentido simbólico. Todos sabemos lo
que significa cerrarnos la puerta o abrirla de par en par. El Señor ama esas
puertas que se van a abrir no sólo a los judíos sino a todos los pueblos. Dios
no cierra las puertas a nadie. Y goza viendo entrar por ellas no sólo a los
judíos sino a todos los hombres sin distinción de razas.
En este salmo el templo de Jerusalén es superior a las moradas de Jacob.
Quiere decir que es superior no sólo a los otros santuarios de otros dioses
sino incluso a los santuarios de los antiguos patriarcas.
"En la ciudad amada he hallado descanso, y en Jerusalén he asentado mi
poder" (Sir 24,11).
3. "¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Dios mismo se convierte en pregonero de su ciudad. De ella va a decir cosas
admirables:
"Levántate y brilla Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece
sobre ti" (Is 60,1).
El mismo Señor disfruta contando los metros que tiene su ciudad hace votos
de permanecer allí porque así le gusta.
"El perímetro medirá un total de nueve mil metros. Y desde aquel día el
nombre de la ciudad será: El Señor está aquí" (Ez 48,35).
En la visión del salmo, Jerusalén está destinada a ser la madre de todas las
naciones. Y ésta es la gloria de Dios. El orgullo de un Padre es poder ver a
todos sus hijos unidos en una sola ciudad, reunidos todos en la gran mesa de
la fraternidad universal.
v. 4 "Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y
etíopes han nacido allí"
Egipto y Babilonia han sido los grandes enemigos del pueblo es:ogido. Lo
mismo los enemigos históricos, los filisteos; los comerciantes de Tiro, los
remotos habitantes de Etiopía. Cada uno de estos nombres levanta oleadas
de recuerdos negativos y nefastopara el pueblo. Pues bien, ahora Jerusalén se
convierte en ciudaC universal. Él que llamó a Israel (Is 43,1) y después
llamó tambiér a Ciro (Is 45,3) está dispuesto a hacer otra llamada inaudita.
"En aquellos días diez extranjeros agarrarán a un judío por el manto y le
dirán; queremos ir con vosotros, porque hemos oído que Dios está con
vosotros" (Zac 8,23).
v 5. "Se dirá de Sión: uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en
persona la ha fundado"
Hay un nuevo orden de la tierra. Un mundo de paz y armonía rcdean a los
hijos de Sión. Zacarías había anunciado; "Aquel día --;e incorporarán al
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Señor muchos pueblos y serán pueblo mío" (Za; 2,15). En el salmo 87 se da
a cada uno el derecho de ciudadanía.
Esta ciudad encantada, compuesta por pueblos distintos, dispares y, en otro
tiempo, enemigos; esta ciudad de hermanos en la que todos llegan a
entenderse y amarse sólo puede tener un fundador: Dios en persona.
v. 6. "El Señor escribirá en el registro de los pueblos: Este ha nacido allí"
Una inscripción en el censo, en el libro de los vivos, o que vü,en en un lugar
es dato frecuente en la Biblia.
El profeta Ezequiel, hablando de los falsos profetas, nos dice "Castigaré a
los profetas que tienen visiones falsas y anuncian oráculos mentirosos; no
serán admitidos en el consejo de mi pueblo, no serán inscritos en el libro de
Israel..." (Ez 13,9).
El no ser admitidos en el libro de Israel era un castigo. Aquí en e: salmo el
ser inscritos en el registro de los pueblos aparece com, un privilegio.
Moisés en una oración osada pide al Señor que perdone los pecados de su
pueblo. De no hacerlo le suplica; "bórrame del libro donde tienes inscritos a
los tuyos" (Ex 32,32).
En el salmo, aunque son extranjeros, pasan por un nuevo nar_miento y
quedan inscritos como ciudadanos, con pleno derech, en esa ciudad
maravillosa que el Altísimo ha fundado.
v. 7. " Y cantarán mientras danzan: Todas mis fuentes están en ti"
Renace la alegría profetizada. Se cumplen las palabras de Jemías: "De nuevo
tomarás tus panderos y saldrás a bailar alegemente" (31,4).
"Entonces las doncellas danzarán alegres, junto con los jóvenes y los viejos.
Yo cambiaré su duelo en algazara, los consolaré, transformaré en alegría su
dolor (31,13).
Con cantos y con danzas. Así celebra el israelita la liturgia. Es posible que el
aburrimiento en nuestras liturgias sea síntoma de falta de fe. No se trata de
llenar la iglesia de ruidos. Se trata de ir a la celebración con un espíritu de
fiesta.
Una liturgia hecha desde el gozo y desde el gusto por la celebración es
vehículo de acercamiento a la fe. El gozo de la Resurrección de Cristo debe
impregnar nuestras celebraciones.
“Todas mis fuentes están en ti"
Probablemente se hace alusión al cap. 47 de Ezequiel. Un río que sale del
lado derecho del templo... Junto al torrente y en las dos orillas había muchos
árboles... El torrente es tan grande que desemboca en el Mar Muerto y las
aguas quedan saneadas. Allí acuden los pescadores a pescar por la
abundancia de peces...
Son aguas fecundas. Por donde pasan brota la vida vegetal y animal. El
hombre puede también alimentarse de la pesca.
En Sión se desarrolla una nueva creación fecunda, verdeante, gozosa y
bendita.
Allí no sólo está el pueblo judío sino todas las gentes.
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Cuando uno lee este salmo se pregunta: ¿No se realizarán en él los sueños de
los profetas? Los profetas son artistas, poetas soñadores. Saben levantar al
pueblo de la postración cuando las cosas le van mal. ¿Qué sueñan los
profetas?
"Convertirán sus espadas en arados, sus lanzas en podaderas. No alzará la
espada nación contra nación, no se prepararán ya más para la guerra" (Is
2,4). "Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con en
cabrito;
el ternero y el león pacerán juntos; un muchacho pequeño cuidará de ellos.
La vaca vivirá con el oso, sus crías se acostarán juntas; el león comerá
paja, como el buey. El niño de pecho jugará junto al escondrijo de la
serpiente, el recién destetado meterá la mano en la hura del áspid. Nadie
causará daño en mi monte santo" (Is 11,6-9).
En la idea del autor todos estos sueños se hacen realidad en este salmo.
ORACIÓN
"¡Qué pregón tan glorioso para ti ciudad de Dios!"
Hoy, Señor, las palabras se me quedan cortas, se me hacen pequeñas. Tengo
necesidad de gritar, de pregonar, de alzar mi voz para que todos se enteren.
¿Qué debo pregonar? Que la ciudad de Dios, la ciudad que él se ha elegido,
la ciudad de Jerusalén se ha convertido en una madre que acoge en su seno a
todos los pueblos. Hasta los pueblos más lejanos; hasta los más enemigos.
¿Se puede pregonar algo mejor? Se rompen todos los muros; se tiran abajo
todas las barreras que separaban a unos pueblos de otros. ¡Qué sermón tan
bonito!
"Se dirá se Sión: "Uno por uno todos han nacido en ella"
Ya no hay huéspedes, advenedizos ni extranjeros. La ciudad de Sión se ha
convertido en madre fecunda. Todos son hijos. Todos tiener derecho de
ciudadanía. Todos han sido inscritos en el libro de la vida el libro de los
vivientes. La hermandad ya ha dejado de ser una palabra bonita. Se ha
convertido en una espléndida realidad. Todos se dan la mano y se saludan
con cariño. Todos cantan y danzan felice, en una misma plaza, una plaza
grande, la plaza de todos los pueblos. Los adjetivos posesivos ya no se
declinan en singular; mi casa, tu plaza, mi pueblo sino en plural: nuestra
casa, nuestra ciudad, nuestro pueble,
Se acabaron las luchas y peleas; se acabaron los odios y rencores; se
acabaron todas las guerras. Revoloteando por encima de todas las
cabezas se alza en alto vuelo la paloma de la paz.
¿Qué es esto? ¿No es acaso el cielo? Sí, esto es el cielo, el proyecto de Dios
sobre los pueblos y las naciones; sobre las familias y los individuos. Pero,
decimos: esto no se ha dado jamás. Es cierto. Pero es el ideal de Dios, su
sueño preferido. ¿Acaso no puede Dios soñar'
"Todas mis fuentes están en ti"
Me miro por dentro y me veo con muchas fuentes: fuentes de deseeV, de
anhelos, de aspiraciones. Fuentes de felicidad. Y, sin embargo t-o no soy
feliz. ¿Por qué no soy feliz? ¿No habré errado el camino? E1 salmo nos dice
61
que "todas mis fuentes están en ti". Yo creía que eran mías y podía disfrutar
de ellas a mí antojo.
Yo, Señor, quiero poner todas mis fuentes en ti. Tú eres la única fuente
capaz de colmar las demás fuentes. Tú eres el único que tier capacidad de
saciar todo el hambre y sed de felicidad que hay en r Sí, todas mis fuentes
quiero que estén en tí.
FRASES
“Gran cosa es el amor, con tal de que recurra a su principio y onien, con tal
de que vuelva siempre a su fuente y sea una continua r-.nanación de la
misma". (San Bernardo)
"En aquella ciudad de la que se alegran no habrá llanto de los que anhelan
sino alegría de los que gozan. ¿Cómo seremos bienaventurados? ¿Poseyendo
oro, plata, numerosa servidumbre, hijos? 'Bie"\-enturados los que habitan en
tu casa; por los siglos te alabarán'. Con esta única y tranquila ocupación
seremos felices. Habrá un tal vegocijo que no lo conocemos aquí'. (San
Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Estoy atado a mi familia, a mi pueblo, a mi ciudad? ¿Me siento
ciudadano del mundo?
2. ¿Está mi comunidad abierta a otros grupos, a otras personas aunque no
sean de los nuestros?
3. Como cristiano católico, ¿doy muestras de cercanía con otros grupos?
¿Los acepto a gusto? ¿Sé convivir con ellos ensanchando el horizonte de la
fraternidad universal?
SALMO 88
Señor, Dios, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor
Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido,
tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro
de los cuales no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo.
Tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas:
has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
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encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla
o tu justicia en el país del olvido?
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?
Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:
me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una.
Alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.
ESTRUCTURA
1. Introducción (2-3)
2. Mirada a la situación (4-7)
3. Hostilidad de Dios, de la que cree ser objeto (8-10)
4. Llamada a Dios (10b-13)
5. Se espera un respuesta (14-17)
6. Conclusión (18-19)
INTRODUCCIÓN
El salmo 88 es la oración de un hombre enfermo y angustiado, sin
perspectivas del más allá. Aquí toca fondo la descripción de la situación
trágica de la vida humana. Los comentaristas abundan en adjetivos negativos
a la hora de definir el salmo: sombrío, tenebroso, desolado, desgarrador.
Es el lamento más triste de todo el salterio. En el Antiguo Testamento la
enfermedad es contemplada como un castigo de Dios por el pecado.
Pero, en este caso, no existe la más mínima alusión a la propía culpabilidad.
El salmista parece ser un inocente y, por tanto, no entiende el proceder de
Dios.
El salmo está muy emparentado con el libro de Job. Se trata de un ser
enfermo, solo y abandonado de Dios y de los hombres. Únicamente tiene las
tinieblas por compañía. Es más. El salmista cree que es Dios el que le olvida,
le atormenta y se ensaña contra él. Desde ese abismo de angustia vital el
salmista lanza una pregunta desgarradora: ¿Por qué? El misterio del mal se
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muestra con toda su fuerza y queda sin respuesta.
Sin embargo, leeríamos mal el salmo si no descubriéramos en él un aliento
de fe en la salvación de Dios. No entiende a Dios pero es su Dios (v. 2).
Deberían de pasar todavía muchos años para constatar que ese mismo grito
de dolor lo dirigiría Jesucristo a Dios antes de morir: "Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandona,” (Mt 27,46). Por un momento, Dios guardó
silencio. Después, habló bien alto, gritó bien fuerte resucitando a su Hijo de
entre los muertos. Solamente la Resurrección de Cristo da respuesta al
Misterio del dolor.
DESARROLLO
v. 2. "Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu
presencia"
La invocación no tiene tregua, abarca el arco entero del tiempo: día y noche.
Toda la vida está bajo el signo de la angustia. Hay que dar una gran
importancia a este "Dios mío", El orante no va a cortar el diálogo con su
Dios aunque éste no lo escuche. Es el único Dios que puede salvarle. A
través de este versículo va a filtrarse en el salmo un soplo de esperanza.
v. 3. "Llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor"
El salmista está convencido de que un grito lacerante puede penetrar los
cielos y abrirse el oído de Dios. El verbo inclinar denota cierta familiaridad.
El salmista parece pedirle a Dios que, como un padre bueno, se incline hacia
el hijo necesitado.
4-7. "Porque mi alma está colmada de desdichas... y ya me cuentan con
los que bajan a la fosa... tengo mi casa entre los muertos... de los cuales ya
no guardas memoria"
El salmista se siente trasladado al reino de los muertos: "El alma está
colmada de desdichas". En este mundo, no se sacia el ojo de ver; ni el oído
de oír; ni el rico de poseer; ni el libertino de placeres. Tampoco se sacia la
mente de pensar ni el corazón de amar. Y, sin embargo, este hombre del
salmo está harto, saciado de males, de desdichas.
Ya le cuentan con los que están en el Sheol. Allí los muertos existen, pero no
viven, no son miembros del pueblo escogido; ni participan en el culto de
Dios. Están dejados de la -nano de Dios. Dios los tiene olvidados.
Este pobre hombre no ha podido caer más bajo: al fondo de las tinieblas. El
poeta ve el Sheol como un inmenso reclusorio lejos del área de la vida, lejos
de todo diálogo, de toda comunicación con Dios y con los hombres. El grito
del orante está en la perspectiva del que no ve ni siente.
v 8. "Tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas sus olas"
La presencia de un Dios opresor todavía oprime más el alma angustiada del
salmista. Es Dios quien destruye la vida del salmista enviándole las olas
destructoras del Océano. Todos los males de la vida le han arrollado.
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v 9. "Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para
ellos; encerrado no puedo salir"
Por si fueran pocos los males aquí se añade otro: el de la soledad. Le han
dejado solo. Está abandonado de Dios i de los hombres. Es como un
apestado del cual todos huyen. Puede hacer suyas las mismas palabras de
Job "Mis hermanos se alejan de mí, mis conocidos me abandonan; mis
parientes y familiares han desaparecido... NI., aliento repele a mi mujer y a
mis hijos resulto repugnante' (Jer 19,13-17).
Cortadas las relaciones que le unen a Dios y a los demás se siente
encarcelado dentro de sí mismo. Y sus cerrojos Sor tan fuertes que nadie los
puede romper. Me encuentro sisalida. Y ésta es la peor situación: no ver
salida a su situdción. Todas las puertas se le han cerrado.
v. 10a. "Y los ojos se me nublan de pesar"
Esos ojos que han sido creados por Dios para ver tantas y tan grandes
maravillas que ha obrado en la Creación y, la Historia ya no le sirven para
ver, ni para contemplar. Sus ojos sólo le sirven para llorar.
v. 10bc. "Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti"
Es admirable la fe del salmista. Está totalmente hundido, aplastado, solo,
abandonado. Y, sin embargo, sigue orando a Dios con sus manos levantadas.
Él es como un muerto, pero no ha muerto todavía. No ha bajado al sepulcro.
Todavía le quedan fuerzas para elevar una plegaria a Dios. Mientras tenga
un hálito de vida seguirá confiando en su Dios. Dios le ha dicho que no se
acuerda de él. Pues él sólo se acuerda de Dios. Su oración es de "todo el
día".
v. 11. "¿Harás tus maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sobras para
darte gracias?"
El argumento al que ahora alude el salmista ya ha salido en otros salmos. Es
muy bello: los muertos ya no pueden alabarte. Si yo me muero ¿qué ganas?
Pierdes un cantor ¿qué sería de Dios si nadie le alabara.
El salmista no le pide que le cure de sus dolencias. Pide que le prolongue su
existencia maltrecha y enfermiza para poder seguir alabándole. La alabanza
es la razón suprema del salmista. Él quiere vivir para alabar, para dar
gracias, para cantar las maravillas de Dios. Hay un olvido y una
despreocupación total de él. Sólo le interesa seguir viviendo para seguir
alabándole. Lo peor que le puede pasar no es morir, sino no poder alabar a
Dios. (Se parte del supuesto de que, en esa época, no se ha elaborado la
teología del más allá).
v. 14. "Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi
súplica"
La mañana es el momento estratégico de la plegaria. La salida del sol es
como una sonrisa de Dios. Esta fugaz referencia a la mañana es un momento
luminoso del salmo. Pero, enseguida, vuelve a experimentar la ausencia de
65
Dios.
Pero hay que decir: si aún le quedan fuerzas para esperar de nuevo, si cada
mañana encuentra motivos nuevos para la adhesión a Yavé, es que Dios
sigue animando esa vida por maltrecha que pueda parecer. "No me buscarías
si no me hubieras encontrado" (San Agustín).
v. 15. "¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?"
Todos los piadosos del Antiguo Testamento han buscado el rostro de Dios.
Ahora el salmista siente que Dios le oculta su rostro. ¿Cómo poder vivir sin
ese rostro favorable? No ver el rostro de Dios es sumergirse en la muerte.
v 16. "Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus
terrores"
El recuerdo se su infancia redobla su tristeza. Ha pasado por el mundo sin
tener un día bueno. Ha caído sobre él el peso de Dios. Y le ha doblado las
espaldas. No ha podido soportarlo.
v. 17-18. "Pasó sobre mí tu incendio... me rodean como las aguas todo el
día, me envuelven todos a una"
El fuego y el agua son símbolos de la desgracia que el salmista siente. Y los
siente como enviados de Dios. El salmo se cerrará sin que aparezca una
respuesta positiva de Dios a sus oraciones sinceras. El salmista queda
envuelto en las tinieblas.
En este salmo queda bien expuesto el problema del mal. Pero queda sin
solución. De ahí que este salmo ha inspirado a autores, incluso religiosos, a
descubrir la precariedad de la vida humana. Oímos unas palabras de un
místico judío del siglo XI:
"El hombre es como un feto informe semejante al gusano... Viene de las
tinieblas y va a las tinieblas. Vida y muerte son hermanas apegadas la una a
la otra; nunca se separan. Abrazadas forman las dos extremidades de un
puente fatal Y por ahí avanza la caravana del mundo. La entrada es la vida;
la salida la muerte. La vida construye, la muerte detruye. La vida siembra,
la muerte siega. La vida planta, la muerte arranca. La vida une, la muerte
separa" (Bahía Ibn Paguda).
Para otros la muerte es la única solución al problema de la vida: "La muerte
abre sus alas inmensas y traga por siempre en un eterno silencio el eterno
dolor" (Lamartine).
ORACIÓN
"Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo"
Señor, hay momentos en mi vida en que no veo la luz por ninguna parte;
todo me parece un túnel largo y oscuro. Me quedo desmotivado y nada tiene
sentido para mí. Me siento hundido en lo hondo de un oscuro pozo. Me
encierro en mí mismo y no puedo salir. LcK días se me hacen pesados y las
noches eternas. Todo me pesa y hasta yo soy una carga para mí mismo.
Otras personas me habían hablado de estas situaciones y yo no las
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comprendía. Ahora sí que las comprendo. Y me alivia el pensar que el autor
de este salmo también ha pasado por esta experiencia.
"¿Por qué me rechazas y me escondes tu rostro?"
Miro hacia el cielo y lo veo oscuro y plomizo. Tengo la sensación de que tú,
Señor, también te has alejado de mí. Recorro mi vida pasada y me muero de
nostalgia y añoranza. Tú estabas cerca. Te sentía, te palpaba. La oración era
mi gozo y alegría. No tenía miedo a la muerte.
Pero ahora has escondido tu rostro y no te veo ni te siento por ninguna parte.
Eres el gran ausente. Sin ti, todo en la vida suena a vacío y me atormenta la
sombra de la muerte.
Durante toda mi vida te he buscado incansablemente. Ésta ha sido mi tarea y
ocupación fundamental. Por eso ahora, desde el asombro y la sorpresa me
pregunto: ¿Por qué me escondes tu rostro?
"Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia"
Señor, mi oración es intensa y constante. No cesa ni de día ni de noche. Tú
eres mi Dios. Sabes que no tengo otros dioses en el corazón.
Mi grito de angustia quiero que penetre los cielos y llegue hasta ti. Busco
desesperadamente tu presencia, tu cercanía, tu conversación, tu amor de
antes.
¿Qué soy yo sin ti? Tengo miedo de mí mismo. Señor, escúchame. No te
hagas el sordo. Ven en mi ayuda. En el fondo siento una voz que me dice:
¿No soy yo el que te impulsa estos mismos sentimientos? ¿No provoco yo
mismo la búsqueda? ¿No estoy contigo cuando tú rezas?
FRASES
“Estas palabras del salmo 88 son las más sombrías que hay en todo el
Antiguo Testamento. Aquí se dice con palabras secas: con la muerte el
individuo sale de la esfera de las relaciones vitales con Dios; los muertos se
hallan al margen del ámbito en que se rinde culto a Yavé, ese culto que
vivifica y sana al hombre. Y en esto consiste la amargura más honda de la
muerte. Dios es un Dios de vivos". (G. von Rad)
“Son dignos, ciertamente, de alabanza los designios de Dios, que inflige a
los suyos castigos temporales para preservarlos de los eternos; que hunde
para elevar; que corta para curar; que humilla rara ensalzar". (San Pedro
Damián)
'Es mejor para mí, Señor, sufrir la tribulación, con tal de que tú estés
conmigo, que reinar sin ti, disfrutar sin ti, gloriarme sin ti. Es mejor para mí,
Señor, abrazarme a ti en al tribulación, tenerte conmigo en el horno de
fuego, que estar sin ti aunque fuese el mismo lo. ¿Qué me importa el cielo
sin ti? Y contigo, ¿qué me importa la tierra? (San Agustín)
PREGUNTAS
1. He tenido épocas en mi vida en que he sentido como un gran peso el
silencio de Dios? Ante esta situación, ¿he sabido adoptar una postura de fe?
2. En mi comunidad, en mi grupo cristiano, ¿sé encajar las tribulaciones, los
contratiempos, las adversidades... levantando mis manos a Dios aunque éste
67
se haga el sordo? Cuando no entendemos el proceder de Dios, ¿seguimos
fiándonos de él?
3. El silencio de Dios ante las injusticias humanas suele ser causa de
increencias en muchas personas de nuestro tiempo. ¿Vivo mi fe de una
manera profunda, íntima, convincente?
SALMO89
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad".
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades".
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos?
Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los Ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean.
Tú domeñas la soberbia del mar,
y amansas la hinchazón del oleaje;
tú traspasaste y destrozaste a Rahab,
tu brazo potente desbarató al enemigo;
tuyo es el cielo, tuya es la tierra,
tú cimentaste el orbe y cuanto contiene;
tú has creado el norte y el sur,
el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.
Tienes un brazo poderoso:
fuerte es tu izquierda y alta tu derecha.
Justicia y derecho sostienen tu trono,
Misericordia y fidelidad te preceden.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo
y el Santo de Israel, nuestro rey.
Un día hablaste en visión a tus amigos:
"He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo:
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encontré a David mi siervo
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso;
no lo engañará el enemigo
ni los malvados lo humillarán;
ante él desharé a sus adversarios
y heriré a los que lo odian.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder:
extenderé su izquierda hasta el mar
y su derecha hasta el Gran Río.
Él me invocará:
"Tú eres mi padre, mi Dios mi roca salvadora",
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.
le mantendré eternamente mi favor
mi alianza con él será estable;
le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo.
Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos,
castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas;
pero no les retiraré mi favor,
ni desmentiré mi fidelidad,
no violaré mi alianza ni cambiaré mis promesas
Una vez juré por mi santidad
no faltar a mi palabra con David;
su linaje será perpetuo
y su trono como el sol en mi presencia,
como la luna que siempre permanece:
su solio será más firme que el cielo".
Pero tú, encolerizado con tu Ungido,
lo has rechazado y desechado;
has roto la alianza con tu siervo
y has profanado hasta el suelo su corona;
has derribado sus murallas y derrocado sus fortalezas;
todo viandante la saquea,
y es la burla de sus vecinos;
has sostenido la diestra de tus enemigos
y has dado el triunfo a sus adversarios;
pero a él le has embotado la espada
y no lo has confortado en la pelea;
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has quebrado su cetro glorioso
y has derribado su trono
has cortado los días de su juventud
y lo has cubierto de ignominia.
¿Hasta cuándo, Señor, estarás escondido,
y arderá como fuego tu cólera?
Recuerda, Señor, lo corta que es mi vida
y lo caducos que has creado a los humanos.
¿Quién vivirá sin ver la muerte,
quién sustraerá su vida a la garra del Abismo?
¿Dónde está, Señor, tu antigua misericordia
que por tu fidelidad juraste a David?
Acuérdate, Señor, de la afrenta de sus siervos:
lo que tengo que aguantar de las naciones,
de cómo afrentan, Señor, tus enemigos,
de cómo afrentan las huellas de tu Ungido.
Bendito el Señor por siempre: amén, amén.
ESTRUCTURA
Según H. Guntel el salmo se divide en tres partes:
1. Himno a los favores de Dios (2-19)
2. Oráculo divino sobre David (20-38)
3. Lamentación por la decadencia del reino de David (39-52)
INTRODUCCIÓN
El salmo 89 se refiere a la dinastía davídica, y de un modo más concreto al
final de la soberanía de la casa de David sobre el reino de Judá. La promesa
que se le hizo a David en 2 Sam 7 da pie al salmísta para lamentar
destrucción que ha sorprendido al reino de Judá. El grito conmovedor ¿Hasta
cuándo, Señor, seguirás ocultándote? (v. 47) llama la atención sobre el
marcado contraste que existe entre la memoria que el salmista tiene de las
promesas de la alianza y la realidad del momento que vive.
El salmísta no cree que Dios sea incapaz de mantener estas promesas;
después de todo el salmista sabe que el Señor es el más poderoso de todos
los dioses. El Señor es el que aplastó las fuerzas del caos al crear los cielos y
la tierra.
El salmista pide con atrevimiento a Dios que dé cuentas de lo que parece una
falta de cumplimiento por parte de Dios, de las promesas hechas a David.
El que habla en el salmo 89 no encuentra una manera satisfactoria de
explicar la disparidad entre la alianza davídica y la realidad del exilio
babilónico. La comunidad del Nuevo Testamento supo salvar esa distancia al
proclamar que Jesús es el hijo de David en quien se cumplen las promesas
de Dios (Hc~ 13,23) (Comentario Bíblico Internacional).
DESARROLLO
70
v. 2-19. Himno a los favores de Dios
v. 2-5. El cántico de alabanza del salmista ha de resonar en todos los
tiempos. Se alaba la bondad y la fidelidad de Yavé. Al ser atributos divinos
tienen una duración y consistencia totales.
"Voy a recordar el amor del Señor y a cantar sus alabanzas. Todo lo que el
Señor ha hecho por nosotros, sus muchos beneficios a la casa de Israel; lo
que ha realizado su bondad y su amor sin medida" (Is 63,7). El profeta
insiste en el derroche de Dios en su amor.
v. 6-9. Cántico de alabanza del mundo celestial. Dios cabalga sobre las
nubes y nadie puede asemejarse a Él.
"Por eso tú eres grande, mi Dios y Señor, porque no hay nadie como tú ni
Dios fuera de ti, como hemos oído con nuestros propios oídos" (2 Sam
7,22).
v. 10-15. En la mitología oriental una divinidad alcanza su puesto más
elevado cuando ha vencido los oleajes del caos en los tiempos primitivos.
Pues bien, aquí aparece Yavé dominando el mar, esa fuerza hostil y rebelde.
Incluso derrotando a Rahab, el gran monstruo marino.
"¿Quién encerró con doble puerta el mar cuando salía a borbotones del
seno de la tierra... cuando le dije: no pasarás de aquí, aquí se romperá la
soberbia de tus olas? (Job 8-11).
Se habla de Norte y Sur como extremos que abarcan la totalidad.
Se nombran los montes Tabor y Hermón. El Tabor domina la llanura de
Galilea con sus 582 metros. Y está vinculado al culto cananeo. El Hermón
con sus 2750 m. es la cumbre meridional del Antilíbano que domina todo el
norte de Palestina. Son dos montañas vivientes en un cántico de alabanza.
Concluye el v. 15 con el trono del soberano. Está sostenido por la justicia y
el derecho. Y le acompaña la misericordia s - la fidelidad.
v 16.-19. Ahora el himno se fija en la elección de Israel. Y comienza con
una bienaventuranza "Dichoso el pueblo que conoce tus gritos (de
aclamación) porque caminará con tu luz".
Es una aclamación militar, marcial, litúrgica. Y se ensalza las dos
dimensiones del obrar de Dios: la cósmica y la histórica.
"Volverán los redimidos del Señor. Entrarán en Sión con gritos de júbilo;
una dicha eterna coronará sus cabezas; los acompañarán gozo y alegría,
pena y llanto se alejarán" (Is 51,11 ).
Este pueblo sabe cantar en alabanza pura su amor y fe en Dios y sabe
caminar a la luz de su rostro.
"El Señor haga brillar su rostro sobre ti y te conceda su favor" (Dtn 6,25).
v. 20-38. Oráculo
Una vez que ha celebrado el amor y la fidelidad de Yavé para con el
universo entero, el salmista recuerda el amor y la fidelidad juradas por él a
David en sus oráculos a Samuel y Natán.
"Cuando hayas llegado al fin de tu vida y descanses con tus antepasados,
71
mantendré después de ti el linaje salido de tus entrañas, y consolidaré su
reino... Seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace mal yo lo
castigaré... pero no le retiraré mi favor... tu dinastía y tu reino subsistirár
para siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre (2 Sam 7,12-16).
v 20-24. Según Samuel, Dios ha escogido y ungido a ese hi desconocido de
Isaí. Le ha salvado de las astucias de Sal de Absalón y de todos los
enemigos.
v. 25-30. Yavé le promete solemnemente amor paternal y fidelidad, en una
palabra, su constante misericordia. Ensalzará su "cuerno" o poder
extendiéndolo a toda Palestina imaginaria: desde el Mediterráneo hasta el
Éufrates.
Por los hechos, David reconocerá a Yavé como un padre y Yavé le hará su
hijo adoptivo, su primogénito, el más favorecido de todos los reyes de la
tierra, seguro de una alianza eterna con Dios y de una dinastía y un trono
eternos.
v. 31-38. Tan grande ha de ser la complacencia de Yavé por David que ni
siquiera las traiciones de sus sucesores conseguirán hacer desaparecer esas
promesas, esa alianza establecida con David y que será fuente de beneficios
para toda la descendencia. Al castigar esas traiciones, Dios permanece fiel y
misericordioso con la dinastía.
v. 39-52. Lamentación por la decadencia del reino de David.
De pronto, se produce un quiebro en el salmo. Una calamidad histórica pone
en cuestión ese amor fiel de Dios tan firmemente establecido y alabado hasta
este momento.
v. 39-46. ¡Qué contraste tan violento entre las bellas palabras pronunciadas
un poco antes y la situación actual! Dios, con esta reciente catástrofe, acaba
de repudiar brutalmente la dinastía y acaba de romper la alianza establecida
con David y sus sucesores. Acaba de echar por tierra la corona. Entrega su
ciudad al saqueo y pillaje. Deja al rey a merced de sus enemigos, rompiendo
su trono, su cetro, deshaciendo su juventud y su gloria. Y es Yavé el que ha
dirigido este drama tan terrible.
v. 47. "¿Hasta cuando?" Un dramático interrogante que brota del alma en el
momento de la prueba. ¿Es que Dios va a ocultar su rostro misericordioso?
¿Va a dejar que su ira consuma al rey y al pueblo?
v. 48-49. El salmista evoca bruscamente el fin terrible e inevitable que
espera a todo el hombre. La brevedad de la vida humana debe mover a Dios
a detener pronto su cólera.
v. 50-52. Cuán lejos se está de las primicias, de los primeros gestos de amor
de Dios en favor de la casa de David y cuán lejos de los favores concedidos
a David y Salomón.
72
Sin embargo Dios ha jurado fidelidad a la dinastía. Que se acuerde de los
oprobios ocasionados recientemente al re\, interviniendo urgentemente en su
favor. Así manifestará claramente la estabilidad de este amor y de su
fidelidad.
El Señor debe poner fin a este tormento espiritual que está padeciendo el
pueblo. Es una auténtica crisis de fe la que está sufriendo el pueblo de Israel.
El salmo sólo en el Nuevo Testamento encontrará respuesta. Ahí se nos dice
que Jesús es el descendiente de David, en quien se cumplen todas las
promesas de Dios (Hech 13,23).
En la Resurrección de Jesús se cumplieron las profecías vinculadas con
David en el Antiguo Testamento (Re 1,2). De ahí que el salmo haya que
leerlo en clave profética. Decía Lutero del salmo 89: "Este salmo es una
profecía de todo el reino de Cristo, es decir, una profecía sobre la Iglesia
desde el comienzo del mundo, pero es una profecía sobre la Iglesia
instituida por él y por los apóstoles".
Muchas cosas no las podremos entender si no es a la luz de la pascua. La
pascua arrojó una luz grande sobre la vida, pasión y muerte de Jesús y
seguirá también iluminando nuestras pobres y frágiles vidas.
Y hablando de este mismo salmo nos dirá A. Bentzen: "Experimentamos en
él algo de la tremenda tensión del drama cultual, de la angustia de la
realización de los ritos, una desesperación como la que se siente el viernes
santo, antes dt que la experiencia pascual de los apóstoles lo haya
transformado todo en certidumbre de victoria".
Al terminar este salmo debemos ser muy agradecidos a Dios por la suerte de
haber nacido después de Jesús, en el Nuevo Testamento, donde la luz de
pascua ilumina nuestro camino y nuestro futuro destino.
ORACIÓN
"Cantaré eternamente las misericordias del Señor"
¡Cantaré! Mi oficio, mi tarea, no es sólo hablar, trabajar, convivir. Lo mío es
cantar. ¿Qué he de cantar? Las misericordias del Señor. Cantaré lo bueno
que tú, Señor, has sido conmigo.
Yo te he abandonado muchas veces pero tú siempre me has abrazado con tu
perdón, Mi canto comienza en la tierra pero no termina aquí. Yo te cantaré,
Señor, después de mi muerte. Qué alegría siento al pensar que mi canto de
alabanza no se interrumpirá jamás.
"Dichoso el pueblo que sabe alabarte"
Un pueblo no es grande por su trabajo, su progreso, su historia pasada. Un
pueblo no es grande por su fuerza, su poder. Un pueblo es grande por su fe
en ti, Señor.
Un pueblo es grande cuando sabe alabarte, adorarte, aclamarte. Un pueblo es
grande cuando sabe contar contigo en todas decisiones.
Israel era un pueblo pequeño. Comparado con los pueblos vecinos,
insignificante. Pero fue grande por su fe. Supo alabarte, bendecirte,
glorificarte. Nosotros los cristianos tenemos mucho que aprender de él.
"¿Hasta cuándo, Señor, estarás escondido?"
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Verdaderamente, Señor, tú eres un Dios oculto. Incluso has quedado oculto
y escondido para tus santos, tus grandes amigos, esos que sólo pensaban en
buscarte, en poseerte.
La duda siempre nos acompaña. Dentro de nosotros mismos, en lo más
íntimo de nuestro corazón, siempre hay un Tomás incrédulo. Tú habías
hecho grandes promesas a David tu siervo y a todos sus descendientes. Y,
sin embargo, los hechos desmentían tus palabras.
Y, sin embargo, tu pueblo jamás dudó de tu existencia. Cuando no se
cumplían tus promesas las proyectaban hacia el futuro Mesías. Para
nosotros, los cristianos, tus promesas se han cumplido en Jesucristo. Y, no
obstante, seguimos dudando.
Señor, aumenta nuestra fe y nuestra esperanza en ti.
FRASES
"Prometiste todo aquello, hiciste lo contrario. ¿Dónde están las pro-nesas de
las que antes nos alegrábamos? Como si uno prometiera y el otro lo
volcara...
Yo afirmo que hizo aquello para confirmar la promesa... Anuló en David las
promesas para que, al ver que no se ha cumplido en él lo que tenía que
cumplirse, busquen a otro en que aparezca cumplido". (San Agustín)
Tú no desdeñas a los hombres que has creado con honor, que has creado a
imagen tuya. No los has creado en vano, para la nada; los has creado para la
grande esperanza puesta en ti, fundada en ti. No permitas que se pierda tu
obra, tu imagen. Y como los hombres no pueden rescatarse a sí mismos,
envía el Mesías y con él todos los bienes. Date prisa antes de que perezca la
humanidad entera. Manda al único que puede librar de la muerte a sí y a los
demás". (Eusebio)
PREGUNTAS
1. ¿Sé agradecer a Dios el haber nacido después de Jesucristo, quien con su
resurrección, nos ha dado una esperanza firme y segura?
2. A veces, en nuestros grupos cristianos quedamos sorprendidos por el
obrar de Dios. No nos parece razonable. Nuestra fe entra en crisis.
¿Sabemos, entonces, apoyarnos en la roca viva y firme de Cristo
Resucitado?
3. Muchas personas de nuestro tiempo, incluso las que vienen a la iglesia,
creen que todo termina con la muerte. ¿Vivo yo mi fe pascual de una manera
gozosa y entusiasta? ¿Sé dar, a todo el que me lo pide, razones de mi
esperanza?
SALMO 90
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes,
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:
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"Retornad, hijos de Adán".
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó,
una vela nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera,
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada.
Y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo;
danos alegría por los días que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
ESTRUCTURA
1. Introducción (1)
2. Meditación sobre la caducidad de la vida y la eternidad de Dios (2-11)
3. Súplica (12-17)
INTRODUCCIÓN
El salmo 90 es una meditación sapiencial sobre la caducidad y fragilidad de
la existencia humana. Hay un contraste entre el tiempo limitado del hombre
y la eternidad de Dios.
La vida humana es como un soplo, un sueño, una hierba que crece por la
mañana y se marchita al atardecer. A esta natural limitación de la existencia
hay que añadir una situación de pecado que provoca la ira de Dios y hunde
al hombre aún más en la nada.
Con todo, ¿acaso este salmo nos invita a la desesperación? ¡No! el hombre
pasa. Y abundan los verbos de paso: irse, marchitarse, volver al polvo. Pero
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Dios permanece. Dios puede llenar de sentido los cortos años de la vida.
Al hombre se le invita a la cordura, a la sensatez, a poner su confianza en
Dios. Él puede llenar el vaso de la vida que cada día se queda vacío. Él
puede poner música a esta frágil caña de la existencia. Él puede llenar de
amor y de esperanza este pequeño y menesteroso corazón humano.
DESARROLLO
v. 1-2 "Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Desde siempre y por siempre tú eres Dios"
El salmo se inicia y se termina con la palabra: Señor. Es el Señor de todas
las cosas y todo el salmo queda abrazado por él. Se busca en Dios una roca
estable, una residencia segura, mientras por fuera se desarrolla la tempestad
de la vida y el flujo de las generaciones se precipita como un torrente
impetuoso. La tierra tiene poder de engendrar y parir. Es una potencia
creadora de la que nacieron las montañas símbolo de lo firme y estable.
Pero, antes de que la tierra tuviera ese poder, estaba Dios. Dios ya era.
¿Dónde estabas tú cuando afiancé la tierra? Habla, si es que sabes tanto...
(Job 38,4).
v. 3-6. "Tú reduces el hombre a polvo... mil años en tu presencia son un
ayer que pasó... como hierba que se renueva: que florece... y por la tarde
la siegan y se seca"
Aquí aparecen claramente la fragilidad y brevedad de la vida humana. El
hombre formado del polvo es llamado por el Dios eterno para que retorne al
polvo. Por una poderosa palabra de Dios entramos en la escena de la vida. Y
por otra palabra, no menos poderosa, se baja el telón y somos arrojados al
polvo del sepulcro.
"La especie humana verdea en los niños; florece en los jóvenes; se llena de
vigor en la edad madura. Pero, de improviso, la cabeza se vuelve blanca, la
cara se arruga, la piel antes tersa se contrae y la persona se cambia en
otra" (San Jerónimo).
Esta especie de encogimiento de la vida humana se produce en presencia de
la eternidad de Dios, para quien "un día es como mil años y mil años como
un día" (2 Pe 3,8).
Yavé siembra a la gente. Hace que constantemente vaya brotando nueva
vida, lo mismo que la hierba crece continuamente. Pero la vida de las
personas es de corta duración. Brota al amanecer y al atardecer se marchita y
se seca.
En la oración de la comunidad hay una cosa que quiere quedar bien clara:
los seres humanos que comparecen aquí ante Yavé se hallan bajo el signo de
la muerte. Han de convertirse en polvo, marchitarse y secarse.
v. 7-9. "¡Cómo nos ha consumido tu cólera!... Pusiste nuestras culpas ante
ti... Y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera y nuestros años se
acabaron como un suspiro"
La cólera de Dios es la reacción, la respuesta de Dios ante la culpa del
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hombre. La ira es como el implacable sol de oriente que todo lo consume y
anonada.
"Pusiste nuestras culpas ante ti" Dios aparece como el gran inquisidor que
estructura el corazón y la conciencia. Nada se le oculta a sus ojos.
"¿Qué es el hombre... para que cada mañana lo inspecciones?... ¿Hasta
cuándo seguirás vigilándome? (Job 7,17-19).
La experiencia nos dice que muchos días están marcados por la huella del
pecado. Los días que han transcurrido bajo la cólera de Dios son días vacíos,
días sin sentido. Por eso los días se han ido como un suspiro.
"Ayer se fue, mañana no ha llegado hoy se está yendo sin parar un punto
Soy un fue y un seré y un es cansado" (Quevedo).
v.12. "Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un
corazón sensato"
El salmista pide cordura, sensatez. Pide aceptación de la vida como es: así de
frágil, así de limitada, así de finita. Pero sobre todo, pide una vida llena de
sentido, una vida anclada en Dios, libre de su ira. El salmista no pide que le
añadan años a la vida sino vida a los años.
La sensatez está en ponerse a bien con Dios. Al retorno del hombre a Dios se
le llama conversión. Y el retorno de Dios al hombre lleva el nombre de
gracia. El salmista quiere, de aquí en adelante, vivir en la esfera de la gracia.
"Después de esta petición, la compasión de Yavé se expresa en un cambio de
voluntad, pero este cambio no tiene lugar sino cuando la cólera de Yavé ha
dejado sentir ya sus efectos. Y, desde luego, este cambio de voluntad no sólo
aleja la cólera de Yavé, sino que se experimenta ya a diario con la bondad
divina y que llena de gozo" (Jeremías).
v. 14. "Por la mañana, sácianos de tu misericordia y toda nuestra vida
será alegría y júbilo"
La misericordia se opone a la cólera. La mejor manera de vaciarse de la
cólera divina es llenarse de su misericordia. Pero aquí el salmista no pide
sólo llenarse sino saciarse. El
salmista quiere rebosar de Dios, de su amor, de su misericordia. Y se lo pide
por la mañana en la hora propicia en que Dios escucha. Este saciarse de Dios
le proporciona una alegría tan grande que compensa la tristeza producida por
su cólera. El salmista está tan lleno de Dios que incluso ha llegado a olvidar
el tiempo de la ira. Si antes su situación era de sufrimiento y de dolor ahora
es de gozo y esperanza. Y puede decir con el poeta:
"Te conozco, Señor, por lo que siento que me sobra en deseo y afán:
porque el vacío de mi descontento tiene el tamaño de tu inmensidad"
(Pemán).
Sólo la inmensidad de la ternura y la bondad de Dios puede saciar con creces
el vacío inmenso que deja nuestra situación de pecado. Ahora sólo queda
una cosa: cantar las maravillas de Dios. Agradecer a Dios el don de una vida
plena en Dios.
Es necesario saber unir a Dios con el gozo y la alegría ¡en este mundo! Dios
no es sólo para el mas allá. Es también para el más acá.
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Somos muy proclives a vincular a Dios con el dolor, el sufrimiento y la
muerte. Y ése no es el verdadero rostro de Dios. Dios ha vencido la muerte
resucitando. Aquella radiante mañana de pascua disipa las tinieblas del
Viernes Santo.
Hay que tener experiencias fuertes de Dios. Y decir que con Dios se vive
infinitamente mejor ¡aquí! ¡en este mundo! é1 nos abre la puerta para una
esperanza cierta y definitiva.
"En este salmo se distingue la vida vieja y la nueva; la vida mortal y la
inmortal, es decir, la vida en la que se muere y la vida en la que se vive; los
años que son tenidos por nada y los días repletos de misericordia y de
verdadera alegría; es decir el castigo del primer hombre (Adán) y el reino
del segundo (Jesús)" (San Agustín).
v. 16-17. "Que tus siervos vean tu acción y tu hijos tu gloria.' Baje a
nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras
manos"
La vida del hombre es afán y tarea. Es un emprender y realizar. Como el
árbol no sólo ha de germinar y florecer sino ha de dar fruto.
Si la acción del hombre es estéril, la vida más larga queda frustrada. Si la
acción es fecunda, la vida es plena, gratificante.
Pero el hombre sabe que él solo no puede obrar. Necesita el apoyo y la
ayuda de Dios. En la persona humana van unidos el corazón y las manos.
Cuando Dios está en el corazón empuja al hombre a hacer el bien. Unas
manos llenas de buenas obras, de obras prósperas, son el resultado de un
corazón volcado sobre Dios.
Nuestro salmo no tiene todavía la perspectiva de una vida futura. Y, sin
embargo, quiere dar sentido a la vida presente, la única que él conoce.
Frente a la limitación y caducidad de todo lo presente, el salmista ha
descubierto que lo más sensato, lo más humano, es contar con Dios. Él
puede arrancarnos de nuestros vacíos y de nuestras frustraciones. Él puede
incluso llenar de alegría este pequeño recorrido de la existencia. Sólo st
puede ser feliz en este mundo contando siempre con Dios.
"Y si Dios da a cada hombre bienes y riquezas y le permite comer de ellas,
tomarse su parte y disfrutar de su trabajo, es también un don de Dios.
Porque no pensará mucho en la brevedad de su vida, si Dios le llena de
alegría el corazón" (Qoh 5,18-19).
Nos maravilla la fe de estos hombres que, sin tener esperanza de vida futura,
hayan llegado a elaborar esta teología.
ORACIÓN
"Tú reduces el hombre a polvo"
Hoy, Señor, quiero pensar a tu lado, sobre un aspecto importante de la vida:
su limitación, su fragilidad. Nosotros, cuando somos jóvenes, nos creemos
dueños del mundo. Y vemos a la muerte mu~ lejana. No pensamos en ella y,
lo que es peor, nos olvidamos de ti.
La muerte nos circunda por todas partes y nos topamos con ella a cada
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instante. Pero pensamos que eso siempre es cosa de otros. Sabemos que
tenemos que morir pero no lo creemos. Y seguimos siendo unos soberbios,
orgullosos, prepotentes. Pero llega un día en que tú reduces el hombre a
polvo. El hombre es barro con un soplo divino, cuando tú retiras tu aliento,
el hombre vuelve a la tierra de la que salió. Y esa tierra, ese barro, ese polvo
seré yo. Yo mismo y nadie más.
"Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón
sensato'
Señor, la muerte sorprende a la mayoría de las personas. Yo quiero ser
sensato; yo no quiero ser engañado por ella. Quiero llenar de sentido el
tiempo que tú quieras darme
Puesto que soy frágil y limitado quiero apoyarme totalmente en ti. Quiero
darte gusto, cumplir tu voluntad y vivir cada día como si fuera el último de
mi vida. Como el pájaro yo quiero morir cantando. Y, como la flor,
exhalando el último perfume. Dame sensatez para que la muerte sea la gran
maestra de mi vida.
"Por la mañana sácianos de tu misericordia y toda nuestra vida será alegría
y júbilo"
Señor, que sepa encontrarme contigo por la mañana. Que mi primera
ocupación del día sea el estar contigo, llenarme de ti, saciarme de tu espíritu.
Que sepa vivir todo el día de este encuentro.
Que descubra en ti la alegría de la vida: lo bello, lo hermoso, lo fantástico
que es vivir cuando tú estás dentro de mi vida. Haz sepa disfrutar contigo,
deleitarme en ti, gozar en tu presencia.
Dame la gracia de pre-gustar ya en esta vida un poco de la felicidad que me
tienes reservada en la otra.
FRASES
'Por la mañana nos hemos colmado de tu misericordia, nos alegramos y
gozamos todos nuestros días. Aquel día será un día sin fin.Todos los días
estarán juntos, por eso saciarán. No dan paso a los que suceden, pues no hay
algo que aún no sea, porque no ha llegado; ni deje de ser porque ya llegó.
Están todos juntos, porque es uno que está y no pasa: tal es la eternidad".
(San Agustín)
'Sólo quien ama en verdad a Dios no se acuerda de sí mismo". (San Gregorio
Magno)
'Vemos un árbol, cuanto más cargado de fruto se halla, más inclina hacia el
suelo sus ramas, cuanto mayor sea el número de nuestras buenas obras, más
reconocemos a Dios en nosotros, pobres instrumentos suyos".
(Santo Cura de Ars)
PREGUNTAS
1. ¿Sé aceptar la vida como es: con sus limitaciones, sus vacíos, sus
ignorancias? ¿Caigo en la cuenta de lo frágil que soy?
2. En mi comunidad hay fallos, debilidades, pecados. ¿Sabemos acudir a
Dios para que todo lo cubra con el manto de su misericordia?
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3. ¿Sé poner cordura, sensatez en tantas personas que yo conozco y que
arrastran una vida vacía, frustrada, sin horizonte?
SALMO 91
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti".
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás,
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en la tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha:
a ti no te alcanzará.
Nada más mirar con tus ojos,
verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspices y víboras,
pisotearás leones y dragones.
"Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación".
ESTRUCTURA
1. Presentación (1-2)
2. Exhortación a la confianza (3-13)
3. Oráculo divino (14-16)
INTRODUCCIÓN
El salmo 91 tiene una peculiaridad propia: aquí no es el salmista el que ora
sino el que invita a un fiel de Yavé a rezar, a poner toda su confianza en
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Dios. Y ésta es la idea que se repite a lo largo de todo el salmo.
El salmista que invita a la confianza, de ningún modo quiere hacer de Dios
un seguro contra todo riesgo. Él sabe que tiene los mismos problemas, las
mismas contrariedades, las mismas angustias que los demás hombres. El
mismo salmo nos pondrá una lista de dificultades.
Lo que nos asegura el salmista es que es feliz aquel que sabe confiar en
Dios; que sabe descargar en él todos los afanes y preocupaciones de cada
día. Por eso llamará a Dios Roca, Alcázar sRefugio.
El mejor resumenn del presente salmo nos lo hizo San. Pablo cuando
escribía: " ¿Qué más podemos añadir? Si Dios está con nosotros, ¿quién
estará contra nosotros? (Rom 8,31).
DESARROLLO
v. 1-2. "Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del
Omnipotente, di al Señor: Refugio mío, Dios mío, confío en ti"
En estos versículos se acumulan los cuatro nombres más importantes de
Dios: Elyon, Sadday, Yavé, Elohim. El que ora no es el salmista sino que
invita a orar a otra persona. Él quiere instruir y guiar.
No sólo narra lo que Yavé hizo en su caso, sino que lo quiere dar a conocer a
otras personas para que disfruten de la experiencia que él ha tenido.
La persona a quien instruye es un fiel de Yavé. Está acostumbrado a vivir a
la sombra de Dios. Es muy importante poner en común nuestra fe, nuestras
experiencias de Dios. No para alardear de nada sino para agradecer, como
hizo María, lo que Dios hace en nosotros. Los creyentes debemos ser
contagiadores de la fe.
Cuando el salmista habla de amparo y sombra de Dios compara la situación
del fiel con la del peregrino en medio del desierto. Si llega a encontrar
acogida junto a un poderoso jeque nómada, se beneficiará de su protección y
llegará a pasar en paz incluso la noche, normalmente tan fatal y peligrosa
para un hombre aislado.
Lo mismo ocurre a todo hombre que, durante el camino de su vida, busca
asilo en Dios. Pasa sin cuidado todas sus noches, es decir, los momentos más
peligrosos, sus pasos más difíciles. Al encontrar en Dios la paz y la
seguridad puede decir con una confianza y abandono total: "Tú eres mi
refugio y mi roca".
v. 4. "Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás, su brazo es
escudo y armadura"
Como una madre, a semejanza de un pájaro que ofrece a sus pequeños un
refugio dulce y caliente contra todas las amenazas, así también obra Dios
con su siervo fiel a quien se dedica con una solicitud maternal y calurosa.
Este texto del salmo nos pone en contacto con otro bello texto del
Deuteronomio:
"Como el águila que incita a su nidada y revolotea sobre sus polluelos, así
desplegó él sus alas y los tomó, llevándolos sobre sus plumas" (Dtn 32,11).
Además del cariño y la solicitud, el texto nos habla de revolotear es decir, de
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jugar con sus polluelos. Y Dios aparece como un padrazo que juega con
nosotros, sus pequeños. Incitar a la nidada da la impresión de enseñar a 1os
pequeños a volar. Bella imagen de Dios que nos invita a volar, a elevarnos
sobre nuestras pequeñas cosas, a vivir en libertad.
El salmista todavía nos habla de "escudo y armadura". Di(como madre, no
sólo nos ama y juega cariñosamente con nosotros, sino que nos cuida y
defiende del maligno.
"Te protegerá, es decir, te colocará delante de su pecho para protegerte con
sus alas. Reconoce ahora, como débil polluelo, tu flaqueza y huye a
esconderte debajo de lan. alas de la madre para que no te arrebate del
milano" (San Agustín).
v. 5-6. "No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni
la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que desgasta a
mediodía"
Cuatro peligros que amenazan día y noche. Poderes que se reparten el
tiempo de las tinieblas y el ardor cegador del mediodía.
El piadoso siervo de Dios no tiene por qué temer nada en ningún momento,
ni de día ni de noche. En todo instante, la vigilancia divina le salvará de
todas las amenazas, simbolízadas por la peste, plaga que se propaga por la
noche, y por la guerra que causa estragos durante el día.
v. 11-13. "Porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en
tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la
piedra; caminarás sobre áspides y víboras"
Dios garantiza esta total inmunidad contra todo peligro por medio de los
ángeles, cuya misión es guardar al fiel en todos sus caminos, llevarle en sus
manos durante su peregrínación por la tierra. Los que caminan con los pies
desnudos por esos caminos tan malos, corren el riesgo de herirse los pies a
causa de las agudas rocas del camino y de recibir mordeduras mortales; de la
misma manera el fiel, siempre vulnerable durante el camino de su vida,
continuamente está expuesto a herirse o a ser mordido y devorado. Gracias a
los ángeles, logra superar los obstáculos y se hace invulnerable a cualquier
ataque (Guichou).
El P. Alonso Schókel afirma acerca del v. 12: "Sospecho que este verso es el
origen de la expresión castellana "'llevar en palmitas"'.
Estos versículos del salmo son especialmente importantes por aludir a la
segunda tentación de Jesús en el pináculo del templo. El demonio le
propone: "Si eres hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito: "Dará
órdenes a sus ángeles para que te lleven en brazos, de modo que tu pie no
tropiece en piedra alguna" (Mt 4,5).
Jesús rechaza enérgicamente esta tentación de ostentación o
sensacionalismo. Jesús, a pesar de tener condición divina, quiso pasar "como
uno más, como un hombre cualquiera" (Fi12,7).
No quiso usar de privilegios. Como hijo de Papá - Dios, los ángeles, - si se
tiraba- lo hubieran podido llevar en palmitas. Pero se ajustó en todo al deseo
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y voluntad del Padre. Quiso ser hombre con todas sus consecuencias. Por
eso puede llamarse nuestro hermano.
v. 14. "Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi
nombre"
En este versículo hay que distinguir las acciones de Dios y la respuesta del
hombre. Las acciones de Dios son maravillosas: librarlo y protegerlo de todo
mal.
"Amplísima promesa y consuelo: no sólo estarás seguro sino que caminarás
con Dios y vencerás todos los males" (Lutero).
¿Cómo puede responder o corresponder el hombre con Dios? Conociendo su
nombre. Pero hay que dar al verbo conocer el significado de amor vivencial.
Es la raíz del verbo enamorarse. "Un hombre se enamora de una mujer" (Dt
21,11). El hombre responde a Dios enamorándose de él. No se trata de un
amor, frío, teórico, legalista. Se trata de un amor apasionado. Un amor que
ni "cansa ni se cansa" (Juan de la Cruz). Un amor que goza y se deleita en la
persona amada. Diríamos que se trata de un amor que hace las delicias de
Dios.
v. 16. "Lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación"
Lo propio de Dios no es sólo llenar sino saciar, es decir llenar hasta rebosar.
Ver, además de contemplar, es experimentar la salvación que realiza Dios.
El salmista ha contemplado a Dios, es decir, le ha mirado reposadamente, le
ha remirado, se ha dejado fascinar por su presencia. Y ha gustado, ha
saboreado la salvación. Se trata de una experiencia fuerte de Dios.
¿Qué alcance podían tener entonces las palabras: "lo saciaré de largos
días"? Probablemente, los largos años, la larga vida era una señal de la
bendición de Dios. El salmista no tenía otro horizonte. Pero, como ocurre en
otros salmos, a través de esa fuerte experiencia de Dios ha podido intuir que
su vida en Dios no puede desaparecer. Dios es el Dios de los vivos. Y una
persona que está anclada en el amor de Dios le deja a Dios su última palabra.
Y la última palabra de Dios es el amor.
Sabemos que los salmos están a medio llenar, a medio hacer. Todos se
llenan de sentido con la persona de Jesús. De ahí que muchos salmos
tuvieran una visión profética.
Así entendió este salmo San Agustín: "¿Cuál es la largura de los días? La
vida eterna. Le llenaré. No nos satisface lo que tiene fin por muy largo que
sea... ¿Deseas tesoros sin límites? Codicia la vida eterna sin fin. ¿No
quieres que desaparezca jamás tu posesión? Busca la eterna
bienaventuranza".
ORACIÓN
"Te llevarán en sus palmas"
Hoy, Señor, quiero darte gracias por tus ángeles. Los has creado para
ayudarnos, para protegernos. El camino es duro y, con frecuencia, nos
encontramos con piedras de tropiezo.
83
A veces, somos nosotros mismos los que nos ponemos zancadillas. Envíanos
a tus ángeles para que nos lleven en palmitas y no caigamos. Y, sobre todo,
haz que cada uno de nosotros nos convirtamos en un ángel para los demás.
"Lo protegeré porque conoce mi nombre"
Conocer, en la Biblia, es un verbo muy rico de contenido. Es hacer
experiencia del amor, es como enamorarse. Yo quiero conocerte, amarte,
hablar de tus cosas como si de ti estuviera enamorado.
Quita de mi predicación, de mis catequesis, las palabras vacías, la rutina, el
mero cumplimiento de un deber. Que yo nunca hable de ti por obligación.
Pon fuego y entusiasmo en mis palabras. Que sean palabras que quemen,
que convenzan a los que las oyen.
"Te cubrirá con sus plumas; bajo sus alas te refugiarás"
Señor, quiero meditar despacio, gustar, saborear estas dulces palabras del
salmo. En este mundo en que tanto abunda el frío del odio, la enemistad, los
rencores, las desavenencias entre los hombres yo quiero vivir arropado con
el calor de tus plumas.
Yo quiero poner cerca de ti, en tu mismo corazón, mi nido de amor. Desde
este nido yo irradiaré afecto, ternura y cariño a tantas personas que se
mueren de frío porque no son amadas por nadie.
También, Señor, quiero tener refugio bajo tus alas. Vivimos en un mundo de
sobresaltos, de inquietud, de inseguridad. Un mundo amenazado. Yo
necesito refugiarme en ti para perder el miedo.
FRASES
"¿Hay otro, entre todos los salmos, mejor adaptado para animar a los
timoratos, para amonestar a los negligentes y para instruir a quien se halla
lejos de la perfección de la fe?" (San Bernardo)
"Y le haré ver mi salvación". Nosotros tenemos los ojos del corazón, pero
aún vemos por la fe, no al descubierto. ¿Cuándo le veremos así? Cuando le
veamos cara a cara... y veremos el sublime espectáculo: Nuestro Señor
Jesucristo. Aquel que fue visto humilde será visto excelso y nos regocijará el
viaje". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Es Dios para mí el que me cubre con sus plumas, el que me protege con
sus alas, el que me cubre con su sombra? ¿Confío plenamente en Dios?
2. Dios ama la comunidad. La comunidad de la tierra es reflejo de la
comunidad trinitaria. Como comunidad cristiana, ¿estamos convencidos de
que "Dios nos lleva en palmitas"? ¿Estamos convencidos de la necesidad
que tiene la Iglesia de crear comunidades vivas de amor?
3. En este salmo el salmista invita a otro a rezar, a alabar a Dios. ¿Invito yo
también a otras personas a la oración, al diálogo con Dios?
SALMO 92
Es bueno dar gracias al Señor
y tañer para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
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y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas
y laúdes sobre arpegios de cítaras:
porque tus acciones, Señor, son mi alegría
y mi júbilo las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como palmera,
se alzará como cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso;
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi roca no existe la maldad.
ESTRUCTURA '
1. Himno de acción de gracias (2-6)
2. Reflexión de corte sapiencial (7-15)
3. Conclusión con el tema del himno (16)
INTRODUCCIÓN
El salmo 92 canta la alegría que se deriva de una vida estructurada para la
alabanza. El salmista plantea sus días a la vera del Santuario de Dios.
Aborda el tema de la justicia divina que premia el bien y castiga el mal,
según los esquemas tradicionales. La suerte reservada a los impíos y a los
justos revela la profundidad de los designios divinos que el insensato es
incapaz de comprender.
El impío crece como la hierba, sin consistencia; a diferencia de la solidez de
la palmera y el cedro, símbolos del fiel.
Sin plantear expresamente el problema, el salmo quiere dar una respuesta a
los interrogantes que suscita el aparente triunfo del mal.
DESARROLLO
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v. 2-3. "Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu nombre, oh
Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu
fidelidad"
Al cantor le agrada cantar y tocar instrumentos para alabar a Yavé. Dar
gracias a Dios, es para él una delicia. En esto consiste su bien. Y el bien
bíblico es exaltación del esplendor del ser. La bondad es belleza, suavidad,
justicia, verdad, gozo exultante.
Notemos que los salmistas han encontrado en la alabanza una fuente perenne
de gozo. Son felices haciendo feliz a Dios. Se realizan como personas dando
gracias a su Dios.
El salmista no invita a nadie a alabar. Él mismo saborea la alegría de la pura
alabanza.
Mañana y noche es una fórmula de totalidad, significa: todo el día, en sus 24
horas. La vida se organiza de tal manera que la alabanza no se interrumpa.
v. 4-5. "Con arpas de diez cuerdas y laúdes sobre arpegios de cítaras;
porque tus acciones, Señor, son mi alegría y mi júbilo las obras de tus
manos"
Y ahora nos deleitamos escuchando al gran San Agustín la explicación de
estos versos: "En el salterio de diez cuerdas están representados los
preceptos de la ley. Pero es necesario cantar con él, no llevarle únicamente.
Los judíos tienen la ley; llevan por tanto el salterio, pero no lo tocan.
¿Quiénes lo tocan? Los que obran. Pero esto es poco. Los que obran bien
con alegría. El júbilo es propio del canto. "Dios ama al que da con alegría"
(2 Cor 9,7). Cuanto hagas hazlo con regocijo; entonces obras el bien... con
cántico en la cítara, esto es, con la palabra y la obra. Si pronuncias sólo
palabras tienes el cántico pero te falta la cítara; si obras y callas, tendrás
sólo cítara. Por tanto, si quieres tener cántico con cítara, habla bien y obra
bien".
v. 6-7. "¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus
designios! El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta"
El salmista se queda admirado, sorprendido por la inmensidad de Dios.
Abarca las polaridades del ser: lo más alto de los cielos y lo más profundo de
la tierra.
El salmista contempla las obras más recientes de Dios interviniendo en favor
suyo. Los enemigos, momentáneamente, le habían vencido. A la luz de la fe
ve toda la trama íntima de los planes de Dios. El impío no puede comprender
porque no tiene fe.
¿Quién es el necio? ¿Quién el ignorante? Es el hombre en sus instintos
animales. Aquel que es insensible a los valores humanos y religiosos.
Hombres sin experiencia de fe, al margen de la historia de Dios. No
descifran el destino de su existencia. Creen que Dios no tiene proyectos
sobre la historia de la humanidad.
v. 8-10. "Aunque germinen como hierba los malvados y florezcan los
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malhechores, serán destruidos para siempre. Tú... eres excelso por los
siglos... tus enemigos, Señor, perecerán"
Si Dios ha querido conceder a los enemigos del salmista un triunfo tan
rápido y brillante, semejante al crecimiento xfloración de las plantas en
primavera, es para precipitarles enseguida en una ruina total. Yavé que es
excelso y dura para siempre no tiene por qué temer estos éxitos tan pasajeros
de sus enemigos.
v. 11. "Pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite
nuevo"
Se pensaba que el búfalo era un animal muy fuerte, casi invencible. De ahí
que, a veces, esa fuerza se la ha atribuido al mismo Dios: "Cuando los hizo
salir de Egipto, Dios se mostró fuerte como un búfalo" (Num 23,22).
Dar la fuerza del búfalo es como dar un poder divino.
El aceite nuevo, es el aceite reciente, el más perfumado, lo que daría una
idea de mayor fiesta.
Amasar con aceite era costumbre litúrgica: el pan sale más tierno y sabroso,
se conserva mejor. El orante siente, junto al vigor del búfalo, la flexibilidad
de los músculos con ese masaje precioso.
En muchas de nuestras celebraciones lítúrgícas el aceite sabe a rancio, a
viejo. Abunda la rutina, el costumbrismo, incluso la tristeza y aburrimiento.
Es necesario un aceite nuevo que dé frescura, asombro, novedad, alegría.
v. 13. "El justo crecerá como palmera, se alzará como cedro del Líbano"
Son árboles proverbiales por su ramaje majestuoso y su larga vida. Se alude
al hombre dichoso y feliz que sabe confiar en el Señor: "Será como un árbol
plantado junto al agua, que alarga hacia las corrientes sus raíces; nada
teme cuando llega el calor, su follaje se conserva verde; en año de sequía no
se inquieta ni deja de dar fruto" (Jer 17,18).
La palmera aparece como símbolo de crecida vigorosa y espléndida. El
cedro, vertical, con su majestuoso vigor.
v. 14. "Plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro
Dios"
Al leer "plantado" esperamos que hable de estar junto a un río o una acequia.
Sin embargo, el texto dice: "En la casa del Señor".
La grandeza y fecundidad de la palmera y el cedro han sido transplantados al
Templo. El recinto sagrado se ha convertido en una tierra paradisíaca. Se
alimenta de una fuente milagrosa (Ez 47). Allí disfrutan de una vitalidad y
lozanía que no cede a la vejez. Es como una nueva creación: "será joven
quien muera de cien años... no construirán para que habite otro, no
plantarán para que otro coma, pues mi pueblo vivirá tanto como los
árboles, y mis elegidos disfrutarán de la obra de sus manos" (Is 20,22).
La raíces del justo se hunden en Dios. Su cabellera se colma de frutos. Una
savia divina lo transforma en una realidad sagrada florecida.
El templo se convierte en territorio de comunión con Dios.
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'Esta es la vida del espíritu del hombre, su espiritualidad: salir de su
soledad y encontrar la calle hacia un tú. Pero el verdadero tú del hombre es
Dios"(Ebner).
v. 16. "Para proclamar que el Señor es justo, que en mi roca no existe la
maldad"
El salmo termina como había comenzado: con un canto de alabanza. Al
principio sólo había espera y pregunta. Ahora hay certeza y paz. A la oración
vamos con nuestros problemas, con nuestros interrogantes, con nuestras
inquietudes, con nuestras dudas.
Al final de la oración todo puede cambiar. Es Dios nuestra solución, nuestra
certeza, nuestra paz, nuestro gozo.
El salmo parece decirnos: esta vida sólo tiene una finalidad: la alabanza a
Dios. La alabanza a Yavé es la roca firme sobre la que se funda el templo. Y
la roca sobre la que se funda una auténtica vida religiosa.
El salmo suena como a principio y fundamento en los ejercicios de San
Ignacio: "El hombre ha nacido par adorar, alabar y bendecir a Dios y,
mediante esto, salvar su alma".
El salmista cierra el salmo proclamando que en Dios no hay nada inicuo, ni
torcido. Todo es recto, todo es justo. A veces somos nosotros los que, con
una mirada miope, vemos tortuosos los caminos del Señor. Pero una mirada
profunda de fe nos lleva a la convicción de que "Dios escribe derecho con
renglones torcidos". No podemos bajar a las profundidades de Dios. Tan
sólo se nos permite asomarnos un poco a través de la fe.
La aspiración del orante es ésta: dedicar la vida a la alabanza. Pero no
entenderíamos nada si la dedicación a la alabanza supusiera un
desentendernos de la vida y de los problemas humanos.
Hace ya muchos años que uno de los santos padres más famosos de la
antigüedad había dicho: "La gloria de Dios es que el hombre viva" (S.
Ireneo). Dios y el hombre nunca pueden estar en oposición. A mayor gloria
de Dios más realización de la persona.
El salmista, a través de su experiencia, nos está indicando otra cosa: que él
es feliz alabando a Dios. Que la alabanza a Dios en el templo es una
experiencia de gozo profundo, inefable, difícil de decir.
Devolver la alegría a la gente, es una hermosa tarea de los creyentes. Es uno
de los cometidos del orante que entona este himno. Por eso podemos afirmar
que quien devuelve la alegría contribuye a la alabanza.
ORACIÓN
"Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu nombre, oh Altísimo"
Hoy, Señor, tengo ganas de cantar. Nadie me lo manda. Nadie me lo
impone. Me brota de dentro un canto de alabanza para ti. El salmista
invitaba a cantar al arpa y la cítara. Yo invito a todos los instrumentos
musicales a despertar sus notas dormidas y entonar un himno en tu honor.
Y quisiera que se asociaran a este canto todos los pájaros del cielo y la
creación entera. Que todos, a su modo, te alaben y te glorifiquen.
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Yo quiero poner mi alma, mi inteligencia y mi voz humana a ese gran
concierto universal. Es bueno alabarte, bendecirte, darte gracias. Esa es la
tarea más bonita, el oficio que más me gusta.
"¡Qué profundos tus designios!"
Tus designios, Señor, son tus decretos, tus deseos, tu voluntad; todo lo que,
desde la eternidad, has determinado sobre el mundo, la historia y cada una
de las personas.
Tus designios nadie los conoce ni los comprende. Son insondables para
nosotros, tus criaturas, porque tu eres el Otro, el distinto, el inabarcable.
Yo, Señor, quiero ponerme de rodillas y adorar, en silencio, tu santa
voluntad. Lo que tú quieres es siempre lo mejor para mí.
Haz que yo no te pida razones para creer. Como María, tu madre, más que
entender quiero fiarme plenamente de ti.
"Me unges con aceite nuevo"
La unción es símbolo de celebración y de fiesta. En el Antiguo Testamento
se ungían a las personas más importantes: los profetas, los sacerdotes y los
reyes. Tú, Cristo, eres el Mesías, el ungido de Dios por el Espíritu.
Tú me unges con el aceite nuevo del amor. Unge, Señor mis manos para que
yo pueda obran siempre el bien.
Unge mis labios, para que pueda hablar bien de ti y de los demás.
Unge mis pies para que jamás se tuerzan ante el engaño, la mentira o el
error. Unge mi corazón para saber estrenar tu amor todos los días de mi vida.
FRASES
"La piedra no se calienta por su propia virtud sino por el sol o por el fuego y,
si la separas del calor, se enfría. Así también tú, si te separas de Dios, te
enfrías y, si te acercas a él, te calientas". (San Agustín)
"La contemplación es una cumbre en la cual Dios se comienza a comunicar
y manifestar al alma. Pero no acaba de manifestarse; sólo se asoma. Pues por
muy altas que sean las noticias que al alma se le dan de Dios en esta vida, no
son más que lejanas asomadas". (San Juan de la Cruz)
"Desde tiempo atrás nos atraía el Señor hacia la alabanza. Cuando,
finalmente, nos nacieron las alas de la virtud llegándose a nosotros poco a
poco, nos sacó de este domicilio y nos enseñó a volar más alto". (San Juan
Crisóstomo)
PREGUNTAS
1. ¿Hago, de vez en cuando, oración de alabanza, de acción de gracias, de
adoración? ¿He sentido, en este tipo de oración, una alegría especial?
2. En mi comunidad, ¿doy importancia al rezo de las horas, a la alabanza?
¿He descubierto el valor de la oración comunitaria?
3. La oración a fondo perdido, ¿me lleva a un amor gratuito y desinteresado?
SALMO 93
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
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así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros,
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
ESTRUCTURA
1 Dios, rey del mundo (1-2)
2. Triunfo sobre el caos (3-4)
3. Triunfo sobre el pecado (5)
INTRODUCCIÓN
El salmo 93 es un himno en el que se canta la grandiosidad de Dios como so
berano del universo. El lenguaje es so lemne, poético, con un estilo sonoro y
elocuente.
Las grandes aguas oceánicas, simbolo del caos, lanzan inutilmente, por tres
veces, un desafío a Dios. El rey celeste es más poderoso que su bramido y
rebelión. Desde su alto trono sujeta con firmeza al mundo, venciendo las
fuerzas oscuras y disgregadoras.
En la historia ocurre lo mismo que en la creación: los mandamientos de Dios
son firmes e inmutables; vencen el caos del pecado y la injusticia.
DESARROLLO
v. 1. "El Señor reina, vestido de majestad. El Señor, vestido y ceñido de
poder: así está firme el orbe y no vacila"
El salmo comienza con un grito de ovación al Soberano. El pueblo sencillo
aclama a Dios como rey. Ningún otro pueblo de la tierra puede gozar del
privilegio de tener por rey al creador del universo. La aclamación le sale de
una manera espontánea, más con el corazón que con los labios.
Y esta aclamación es una profesión de fe: se cree en el Dios a quien se
vitorea. Después de tantas experiencias negativas de los reyes de Israel, el
pueblo se vuelve a Yavé y pone su confianza en él y sólo en él. El Dios reina
del salmo hay que entenderlo enfáticamente: Yavé y nadie más es rey.
"Vestido de majestad..., ceñido de poder". Se trata del vestido regio y
guerrero. Como un oriental no se separa nunca de su cinturón, así Yavé
jamás abandonará su indumentaria real. De esta manera se hará siempre
justicia en Israel y los pobres serán defendidos.
"Así está firme el orbe y no vacila ". La concepción cosmogónica de los
israelitas primitivos y de otros pueblos del entorno era muy elemental: la
tierra era una gran meseta plana apoyada en unas columnas gigantes que
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hundían sus bases en los abismos. El cielo era como una inmensa bóveda.
Esta obra gigantesca sólo podía ser obra de Dios.
El piadoso israelita no razona sobre Dios. Ve a Dios en sus obras. Le admira,
le adora, le alaba y se entusiasma con él. La creación no es sólo objeto de
transformación sino también de contemplación.
v. 2. "Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno"
La firmeza del orbe es símbolo de la firmeza del trono divino. El trono lo
tiene en el cielo: "El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies" (Is
66,1).
Pero su trono también está en la tierra. Se pregunta San Agustín: "¿quieres
ser trono de Dios? Prepara en tu corazón un lugar en donde se siente. El
trono de Dios es el lugar donde habita Dios. ¿Y en dónde habita Dios sino
en su templo? ¿el construido con paredes?... No. El alma pacífica, el alma
justa; ella le lleva. ¿Sobre quien descansará mi espíritu? "Yo me fijo en el
humilde y abatido que tiembla ante mi palabra" (Is 66,2). ¿Eres humilde?
¿Eres pacífico? En ti habita Dios".
Dominando desde lo alto la tempestad de la historia Dios guía al mundo
asegurándole estabilidad.
Con la proclamación solemne del comienzo (v. 1-2) el autor quiere
representar visualmente, si ello fuera posible, los dominios de Yavé en el
espacio y el tiempo. Consecuencia de su dominio es la seguridad sobre la
que reposa el orbe: Yavé es su creador y ordenador. Sobre este orden
inconmovible de la naturaleza está establecido su trono desde siempre.
v. 3. "Levantan los ríos, Señor, levantan los ríos su voz, levantan los ríos
su fragor"
Hay que destacar la triple repetición de ríos y el verbo levantar. El salmista
alude a las aguas devastadoras que se alzan contra Dios en un desafío
orgulloso y arrogante.
"El Señor va a traer sobre ellos las aguas del Éufrates, impetuosas y
abundantes, es decir, al rey de Asiria con todo su poder" (Is 8,7).
El P Alonso Schókel nos habla de una lectura del salmo en clave histórica.
Para ello hay que partir del valor simbólico de las aguas oceánicas, que
representan el caos o las fuerzas destructivas.
Y lo explica así: en el mundo estelar y en nuestro minúsculo planeta, que es
nuestro hogar, contemplamos fuerzas que destruyen: estrellas que se apagan,
continentes que se rompen... terremotos, rayos que incendian bosques,
glaciares lentos, premiosos, bosques muertos y petrificados, animales
muertos convertidos en petróleo...
También el hombre puede desencadenar fuerzas que destruyen: guerras,
matanzas, explosiones nucleares, deforestación, lluvia ácida, contaminación.
El hombre es, a veces, satánicamente culpable.
v. 4. "Pero más que la voz de aguas caudalosas, más potente que el oleaje
del mar, más potente en el cielo es el Señor"
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Pero Yavé, en su trono es mucho más poderoso que estos ríos y este oleaje
humano, mucho más terrible que las desencadenadas aguas. Se levanta el
vencedor Yavé. Desde lo alto controla todas las operaciones bélicocósmicas.
"¿No temeréis por fin, oráculo del Señor, no temblaréis ante mí, que puse la
arena como límite al mar, barrera eterna infranqueable? El mar se agita
pero es impotente, sus olas braman, pero no pueden traspasarla" (Jer 5,22).
En realidad, Dios no tiene que luchar contra estas fuerzas, pues le están
sometidas. El poeta las evoca para hacer resaltar, por contraste, la grandeza
suprema de Yavé.
"¿Quién encerró con doble puerta el mar cuando salía a borbotones del
seno de la tierra, cuando le puse las nubes por vestido, y los nubarrones por
pañales; cuando le señalé un límite, le fijé puertas y cerrojos, y le dije: no
pasarás de aquí, aquí se romperá la soberbia de tus olas? (Job 38,8-11).
Dios crea su obra y la controla, la vigila. Así esta simple y elemental
descripción lleva al fiel a una serena contemplación del poderío de Dios,
poderío capaz de estar por encima de la historia y el tiempo. El salmista no
pretende tanto el suscitar la admiración sino provocar la confianza, llevar a
la fe.
v. 5. "Tus mandatos son fieles y seguros, la santidad es el adorno de tu
casa, Señor, por días sin término"
La conclusión del v. 5 es obra de una mano postexílica. Si Dios es la solidez
total, su ley es tan válida como para fundamentar una vida.
Esta ley está garantizada en el hoy concreto del creyente por la institución
del templo: ahí se aprende, se vive y se celebra la fortaleza del Dios único.
Al trono celeste responde en la tierra el templo que Dios ha escogido para
habitar.
Hay que saber asombrarse contemplando cómo el Dios soberano establece
sus leyes, su orden, sus mandamientos, derrotando una y otra vez al caos que
amenaza continuamente a su creación. Y hay que saber alabar a Dios por la
misteriosa y profunda solidaridad que lo une con sus criaturas.
Mientras Dios sea rey, podremos sentirnos seguros: el imperio del abismo no
reina sobre la tierra.
"Él lo creó todo para que subsistiese, y las criaturas del mundo son
saludables; no hay en ellas veneno de muerte, ni el imperio del abismo reina
sobre la tierra"
(Sab 1,14).
El P. Alonso Schókel dice que este versículo 5 hay que referirlo a los
decretos y disposiciones cósmicas. Dios asigna su función al sol y la luna; a
la lluvia y al mar.
"Así dice el Señor que establece el sol para iluminar el día, el ciclo de la
luna y las estrellas para iluminar la noche, que agita el mar y mugen sus
olas... (Jer 31,35-36).
Provocar la confianza es la meta de toda la actividad cristiana. Lo que el
salmista quiere hacer al escribir esta salmo no es deslumbrar al fiel que se
92
acerca al Templo del Señor sino provocar su confianza en Dios para que ésta
sea fuerte y perenne.
Nuestro apostolado, nuestra oración, nuestra predicación no puede tener
como meta el deslumbrar a nadie. Esto sería como un robo de la gloria que
solamente corresponde al Padre.
El fin de nuestra misión es reavivar la fe, la confianza; animar al hombre a
que se aproxime a ese Dios que es padre para él.
ORACIÓN
"Tu trono está firme desde siempre y tú eres eterno"
La historia nos dice que, en este mundo, han caído grandes imperios; en
cambio tu trono, Señor, está firme. Tú eres el único rey que vives desde
siempre y vivirás para siempre.
Yo te doy gracias por poder servir a un rey que no puede morir. Los dioses y
señores de este mundo fácilmente caen y se desvanecen. Yo quiero
apoyarme únicamente en ti. Tú eres mi roca, mi alcázar, mi baluarte.
Que sea tu fuerza y no la mía la que me haga fuerte. Que sea tu seguridad y
no la mía la que me haga sentirme seguro.
"Levantan los ríos su voz, levantan los ríos su fragor"
Qué espectáculo tan formidable e impresionante es el del mar enfurecido.
Sus olas se rompen contra las rocas y amenazan con devorar la tierra.
En este mundo, Señor, son muchos los ríos y mares que se alzan contra ti.
Ríos de orgullo y de soberbia; mares de egoísmo y violencia. Pero tú te alzas
por encima de las olas más encrespadas. Tú amainas el mar impetuoso; lo
dominas y lo pones a tus pies como un perro faldero. Tú solo domesticas lo
salvaje y bestial que hay en el corazón de las personas.
Haz que broten de nuestro corazón ríos de paz, de dulzura, de comprensión,
de afabilidad, de ternura y esperanza. Que esta tierra sea regada por estos
ríos y sea fecundada por estas aguas. Que todos nosotros seamos afluentes
del gran río de tu Espíritu.
"La santidad es el adorno de tu casa"
Muchas veces, Señor, he adornado tu templo con flores, con luces, con
bonitos vestidos, con vasos de oro y plata. Y no he caído en la cuenta de que
ésos no son los adornos que a ti te gustan.
Tú buscas el adorno de la santidad, es decir, el adorno de una vida entregada
a ti y a los demás. Una vida arraigada en la paz y la justicia; una vida
anclada en el amor.
FRASES
"Los ríos alzaron sus voces. ¿Cuáles son estos ríos?... El Espíritu Santo es el
gran río con el que llenó muchos ríos. Se formaron muchos ríos de perenne
caudal del seno de los discípulos al recibir el Espíritu Santo". (San Agustín)
"Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos
amenaza; sin embargo no tememos ser sumergidos porque permanecemos de
pie sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque
se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús". (San Juan
93
Crisóstoirzo)
PREGUNTAS
1. ¿Me siento seguro con la seguridad de Dios? ¿Me siento firme con la
firmeza de Dios? Y si Dios se va de mí, ¿cómo me siento?
2. En el grupo cristiano donde yo vivo, a veces, se levantan ríos de rivalidad,
de envidia, de protagonismo... En esos momentos, ¿sabemos apoyarnos en
Jesús como roca firme? ¿O intentamos solucionar los problemas de la
comunidad por nuestros propios medios?
3. ¿Sé convertir mi propia vida en un río de paz, de amor de esperanza para
mis hermanos?
SALMO 94
Dios de la venganza, Señor,
Dios de la venganza, resplandece.
Levántate, juzga la tierra,
paga su merecido a los soberbios.
¿Hasta cuándo, Señor, los culpables,
hasta cuándo triunfarán los culpables?
Discursean profiriendo insolencias,
se jactan los malhechores;
trituran, Señor, a tu pueblo,
oprimen tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos, y comentan:
"Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera".
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes. ¿cuándo discurriréis?
El que plantó el oído, ¿no va a oír?
El que formó el ojo, ¿no va a ver?
El que educa a los pueblos, ¿no va a castigar?
El que instruye al hombre, ¿no va a saber?
Sabe el Señor que los pensamientos del hombre son insustanciales.
Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros,
mientras al malvado le cavan la fosa;
porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón.
¿Quién se pone a mi favor contra los perversos,
quién se coloca a mi lado frente a los malhechores?
Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría yo habitando en el silencio.
94
Cuando me parece que voy a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostiene;
cuando se multiplican mis preocupaciones,
tus consuelos son mi delicia.
¿Podrá aliarse contigo un tribunal inicuo
que dicta injusticias en nombre de la ley?
Aunque atenten contra la vida del justo
y condenen a muerte al inocente,
el Señor será mi alcázar,
Dios será mi roca de refugio.
Él les pagará su iniquidad,
los destruirá por sus maldades,
los destruirá el Señor nuestro Dios.
ESTRUCTURA
1. Apelación de la justicia divina (1-7)
2. Enseñanza a los impíos (8-15)
3. Cántico de oración confiada en la justicia (16-23)
INTRODUCCIÓN
El salmo 94 está dominado por la esperanza en Dios vengador, es decir,
defensor de la justicia en favor de las víctimas del poder y la prevaricación.
Se trata de establecer el orden previamente violado. El Señor no puede
aliarse con los tribunales corruptos, es decir, no puede permanecer
indiferente cuando utiliza la ley divina para atropellar a la justicia. No se
puede amparar uno en el nombre de Dios para hacer daño a los hombres.
El salmo tiene también un cariz apologético respecto al aparente silencio de
Dios, considerado por los impíos como prueba de indiferencia o impotencia
en la historia.
El consejo para el creyente de todos los tiempos es el que nos dirá Pablo:
"No os toméis la justicia por vuestra mano, queridos míos, sino dejad que
Dios castigue, pues dice la Escritura: a mí me corresponde hacer justicia; yo
daré su merecido a cada uno. Esto es lo que dice el Señor" (Rom 12,19).
DESARROLLO
v. 1-6. "Dios de la venganza resplandece... levántate... trituran Señor, a tu
pueblo... asesinan a viudas y forasteros y degüellan a los huérfanos"
Dios de la venganza... Nos cuesta aceptar la idea de un Dios
vengativo. No se trata de una venganza humana, despiadada y desmedida. Se
trata de establecer el orden, el derecho y la justicia; se trata de poner límite
al mal que campea a sus anchas.
El salmista apremia a Dios a que se levante como fuerte guerrero y destruya
la insolencia de los soberbios; le pide que defienda los derechos de los más
vulnerables del pueblo: los huérfanos, las viudas y los forasteros. Éstos son
los predilectos de Dios y no hay quien los defienda.
Parece que Dios no cuida, no se preocupa y deja obrar impunemente a esos
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inicuos. ¿Es posible, oh Dios mío, que tú estés de acuerdo con esos
desgraciados?
v. 7. "Y comentan: 'Dios no lo ve, el Dios de Jacob no se entera`
Los enemigos aprovechan para lanzar un grito de ateísmo práctico: Dios no
ve, no se entera, no entiende; es incapaz de una reacción personal. Es como
una estatua fría.
Esta actitud de Dios siembra también la duda entre los creyentes. El Dios de
Jacob, es decir, el Dios de la Alianza, el Dios cercano y amigo es ahora el
gran ausente que no se preocupa del sufrimiento de Israel, su primogénito.
"Mi Dios, hemos dudado de ti... por haber soportado esta infamia hemos
sospechado de tu impotencia para impedirla... El mundo parece ser obra del
diablo más que tuya" (Bruckberger).
v. 8-11. "Enteraos... ignorantes... el que plantó el oído, ¿no va a oír? El
que formó el ojo, ¿no va a ver?... el que instruye al hombre, ¿no va a
saber? Sabe el Señor que los pensamientos del hombre son
insustanciales"
Es una lección sapiencial: Dios, como artesano, conoce plenamente su obra.
Nadie da lo que no tiene. Si Dios ha dado al hombre la capacidad de oír y de
ver es porque la tiene. "Oído que escucha, ojo que mira: ambas cosas las
hizo el Señor" (Pro 20,12).
Por otra parte Dios educa y reprende. La represión es parte integrante de la
educación. Dios educa al hombre a través de la conciencia "que es lámpara
del Señor" (Prov 20,27)
Si sus oyentes quieren comprender y aceptan un castigo correccional, no
incurrirán en el juicio. Si Dios tarda en intervenir no es porque esté sordo o
ciego sino porque quiere dar al pecador un tiempo para la conversión.
Los caminos andados de espaldas a Dios son días perdidos, trabajos inútiles.
v. 12-14. "Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros, mientras al malvado le cavan la
fosa; porque el Señor no rechaza a su pueblo ni abandona su heredad"
Después de haber recordado a los opresores las amenazas divinas que les
circundan, el salmista llama dichoso al hombre que tiene a Dios por maestro.
Él le educa a través de su ley, fuente de sabiduría y de vida.
Dios, mediante esta educación dispone a su fiel a gozar de una tranquila
felicidad, una vez que haya salido de su desgracia. En cambio al impío, antes
feliz, le cavan la fosa.
San Agustín, a propósito de esta frase, nos dirá que los hombres tienen prisa
en arrojar al hombre dentro de la fosa. "Se cava la fosa al pecador. Tú
quieres ya sepultarle. No pretendas enterrarle tan de prisa, aún se le está
cavando la fosa".
Dios somete a pruebas a sus fieles, pero nunca los abandona. Siempre que
entra en juego la infidelidad de los hombres y la fidelidad de Dios, siempre
gana su fidelidad. "Los dones de Dios son irrevocables" (Rom 11,29).
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v. 17-19. "Si el Señor no me hubiera auxiliado, ya estaría yo habitando en
el silencio. Cuando me parece que voy a tropezar, tu misericordia, Señor,
me sostiene; cuando se multiplican mis preocupaciones, tus consuelos son
mi delicia"
Ahora el salmista nos abre el corazón y nos revela el gran secreto de su vida:
la deliciosa experiencia que tiene de Yavé como salvador misericordioso.
Sin Yavé, ya estaría habitando en el silencio y en las sombras de la muerte.
El salmista, de la tragedia evitada y recordada salta a un recuerdo íntimo y
gozoso. Hay que percibir bien los contrastes: mis preocupaciones, tus
consuelos. Es como si dijera: yo estoy lleno de preocupaciones, provocadas
desde fuera y crecidas dentro, como si yo las cultivara; en ese reducto íntimo
penetran consuelos que proceden de Dios y disipan toda la angustia. ¿Te
parecen poco los consuelos de Dios? (Job 20,11).
El P Alonso Schókel, al comentar este versículo 19, nos dic, que la raíz
hebrea del verbo significa: jugar acariciando, deleitar con ternura.
Y nos trae a la memoria a Jer 31,20: "Efraín es para mí un niño querido, un
niño predilecto, pues cada vez que lo amenaza vuelvo a pensar en él; mis
entrañas se conmueven, y me lleno, de ternura hacia él".
v. 20. "¿Podrá aliarse contigo un tribunal inicuo que dicta injusticias en
nombre de la ley?"
Ahora el salmista se encara abiertamente contra los juece> corruptos. ¿Cómo
es posible que un tribunal de crímene, pueda aliarse con el Dios justiciero?
¿Acaso puede compaginarse lo blanco con lo negro? Estos tribunales inicuos
tienen una tarea: elaborar desgracias indebidas, manipulando la let. Con la
ley en la mano pretenden aplastar a los pobres. Dio, no puede callar. Tiene
que actuar. "¡Ay de los que decretan decretos inicuos, de los registradores
que registran perjuicios!" (Is 10,10).
v. 21-22. "Aunque atenten contra la vida del justo y condenen a muerte al
inocente, el Señor será mi alcázar, Dios será mi roca de refugio"
La malicia humana no tiene límites. Los malvados son capaces de juzgar y
condenar a muerte corno malvado a un inocente. Y todo como fruto de una
complicidad bien calculada.
Pero, por encima de los juicios inicuos de los hombres, se alza el justo juicio
de Dios liberando y poniendo en seguro al inocente.
v. 23. "Él les pagará su iniquidad, los destruirá por sus maldades, los
destruirá el Señor nuestro Dios"
Dios ha dado tiempo a los malvados para que se arrepientan de sus crímenes.
Ellos no han querido convertirse. Al final, debe triunfar el juicio de Dios
dando a cada uno su merecido.
Certezas de siempre pero dichas con la novedad y la dureza de un
apasionado por Dios y de un cumplidor estricto de la ley.
El salmo nos invita a no colaborar nunca con las tiranías. Por supuesto con
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las tiranías sociales y políticas más llamativas. Eso no es cosa de cristianos.
Pero tampoco habrá que ser cómplices de ese modo de pensar y actuar que
suponen un peso y una opresión contra el hermano: ausencia de diálogo,
olvidos injustificados, postergaciones deliberadas. No colaborar con esta
clase de injusticia es tarea de quien sabe rezar con este salmo.
ORACIÓN
"Comentan: Dios no lo ve, el Dios de Jacob no se entera"
Hoy, Señor, quiero rezar por los que no rezan; quiero conocerte por los que
no te conocen; sobre todo, quiero amarte por los que no te aman.
En nuestro mundo actual son ya muchas las personas que no creen en ti.
Organizan su vida sin contar contigo. Otros dicen que eres un Dios frío e
indiferente: que no ves, que no te enteras de todo lo que acontece en nuestro
mundo. Estás sentado allá arriba en tu trono y no te importa nada de lo que
sucede aquí abajo.
Yo quisiera decirles con mis palabras y, sobre todo, con mi vida, que eso no
es verdad. Que tú estás en lo más íntimo de nuestro ser animando y
dirigiendo nuestros pasos hacia el bien, hacia nuestra propia realidad
personal, hacia nuestra plena felicidad.
"Dichoso el hombre a quien tú educas"
Yo, Señor, quiero aprender de ti. Tú no eres un maestro de física o
astrología. Tú eres un maestro de vida. Contigo se aprende a vivir. Contigo
se aprende a saborear lo bello, lo grande y hermoso de la vida. Yo quiero ser
tu alumno adelantado. Yo quiero aprender en cada uno de los
acontecimientos de la vida.
Yo quiero pasar por la vida con un libro en la mano: el libro de la
experiencia. Quiero aprender de ti y de mis hermanos los hombres. Quiero
aprender de ellos la lección de la sencillez, la humildad, la honradez, la
actitud de servicio, la capacidad de entrega y sacrificio.
Y quiero aprender una lección de fe de tantas viejecitas que, sin haber
estudiado la Biblia, la han vivido a lo largo de su vida. Ellas, como el
anciano Simeón, saben morir en paz. Dame la sabiduría de saber aprender de
ti y de los demás.
FRASES
"La experiencia del pasado da al autor del salmo 94 una confianza absoluta
en una intervención futura de Yavé. Aquel pie vacilante que ha estado a
punto de caer en la desgracia, Yavé lo ha sostenido". (Podechard)
"Las ideas fundamentales del salmo 94 no son extrañas al corazón y a los
labios de Jesús. la violación de la justicia divina en su pueblo lo ha
expresado profundamente y ha manifestado el dolor que le producía (Mt 23).
Y por eso la predicación de la justicia, en el evangelio está dotada de una
extraordinaria gravedad". (Deissler)
PREGUNTAS
1. En el mundo se cometen cada día fragrantes injusticias. ¿Qué hago ante
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esta situación? ¿Me inhibo? ¿Me lamento? ¿O me implico personalmente en
la defensa de los inocentes?
2. En el grupo cristiano al que pertenezco, ¿se dan injusticias? ¿Se da trato
igual a todas las personas? ¿Marginamos a algún miembro de la comunidad?
3. ¿Sé implicarme en los grupos que trabajan por conseguir un mundo más
justo, más fraterno?
SALMO 95
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
vitoreándolo al son de instrumentos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo;
la tierra firme, que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras".
Durante cuarenta años aquella generación me asqueó,
y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino:
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso".
ESTRUCTURA
1. Canto profesional de entrada jubilosa en el templo (1-7)
2. Oráculo del Señor (8-11)
INTRODUCCIÓN
El salmo 95 arranca con un himno gozoso y festivo a Dios como rey
soberano, por encima de todos los dioses y reyes del mundo. Después, el
salmista amonesta duramente a los fieles a no repetir la historia del pasado.
Lo típico de este salmo, dice el Padre Alonso Schókel, es este montaje de
dos piezas, a primera vista heterogéneas. Comienza con una procesión
festiva, con un himno alegre y comunitario. De repente se alza la voz de
Dios con una grave amonestación. Dios aparece como un verdadero
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aguafiestas: curioso modo de recibir un homenaje. Como si un hijo disoluto
y derrochador viniera a festejar al padre por su cumpleaños, con efusivas
muestras de cariño y el padre, en vez de recibirlas y agradecerlas, le soltase
una severa reprimenda... Ésta es la sensación que produce el salmo...
Si un rey recibe el homenaje de los súbditos, no menos exige obediencia.
Desde esta perspectiva el salmo es coherente y comprensible.
DESARROLLO
v. 1-2. "Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la roca que nos salva;
entremos... dándole gracias, vitoreándolo..."
Se hace presente la famosa Terúah judía, es decir, la aclamación festiva, el
grito marcial y litúrgico de exaltación al soberano victorioso.
Hay una invitación al festín del regocijo con Dios, no con el mundo sino con
Dios. Para el salmista el acercarse a Dios, el entrar a su presencia constituye
su gozo pleno. ¿En qué consiste el acercarse? Nos dirá San Agustín: "En un
mismo lugar, amando a Dios, te acercas a él; y, amando la iniquidad, te
alejas de él. Sin mover los pies puedes acercarte o separarte. Nuestros pies
son nuestros afectos. Según sea el afecto que tenga cada uno, conforme sea
su amor, así se acerca uno o se aleja de Dios".
v. 3-5. "Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los
montes ; suyo es el mar, porque él lo hizo; la tierra firme que modelaron
sus manos"
Ahora el salmista da la razón o el motivo de la alabanza: es Señor de todos
los señores de la tierra y es Dios de todos los dioses. No hay nadie en el
cielo y en la tierra que pueda hacerle sombra.
Es también el Creador. La mirada recorre el mundo creado abarcándolo en
su totalidad: verticalmente, con sus simas y crestas; horizontalmente: el mar
y al tierra firme.
"Que modelaron sus manos". Ahora el salmista pone un matiz precioso. Se
recuerda de la creación del primer hombre hecho por Dios como una obra de
artesanía: sus dedos lo modelaron. Y así salió de perfecto. Ahora el salmista
amplía ese taller de Dios para modelar no sólo al hombre sino a las
montañas, las estrellas, los mares y toda la creación. Todas las criaturas son
una preciosa obra de arte. Y esas manos que han creado las maravillas de la
naturaleza, ahora abrazan y sostienen a esa misma naturaleza.
v. 6. "Entrad postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador
nuestro"
El salmista invita a entrar en el templo y rendirse ante Yavé. La adoración es
una inclinación natural de la criatura ante el Creador; es el reconocimiento,
el estremecimiento siempre que la nada está ante el todo; lo finito ante lo
infinito. Es actitud propia de los seres libres e inteligentes que saben cómo
situarse ante el Absoluto.
La invitación del salmista a la adoración es amplia. Quisiera ver a todos los
pueblos de la tierra postrados ante el verdadero Dios. Ellos, al adorar dioses
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falsos, se han vaciado, se han frustrado. Ahora pueden realizarse plenamente
adorando al Dios verdadero.
El mismo Dios quiere ser adorado como Dios: "Por mí mismo lo juro, de mi
boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: ante mí se doblará toda
rodilla, por mi jurará toda lengua (Is 45,23).
v. 7. "Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él
guía. Ojalá escuchéis hoy su voz"
Un nuevo motivo para el reconocimiento de Yavé es la Alianza. Dios se ha
comprometido a ser su Dios. Pero el pueblo también se ha comprometido a
ser su pueblo. Dios guía, protege, cuida y ama a su pueblo. El pueblo le
reconoce como el único Dios, le adora, le bendice y le ama.
"Ojalá escuchéis hoy su voz". La palabra de Dios ha de actualizarse cada día.
Cada día debemos abrir el oído y escucharle. Hoy es siempre cada día. No
hay que dejar para mañana lo que podemos y debemos hacer hoy. Los
mandamientos del Señor no son de un día, son de todos los días. Es lo único
que asegura nuestra felicidad.
"Guarda sus leyes y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas
feliz tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en la tierra que el
Señor tu Dios te da para siempre" (Dtn 4,40).
v. 8-9. "No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá
en el desierto: cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me
tentaron, aunque habían visto mis obras"
En este versículo hay un cambio radical de tono. La palabra endurecimiento
no sólo aparece aquí sino también en el Nuevo Testamento (Mc 10,5). El
hombre tiene una especie de cardioesclerosis para recibir el mensaje de
Dios.
El salmista alude a los episodios de Masá y Meribá narrados en (Ex 17,1-7).
Los hebreos habían visto las obras y proezas que Yavé realizó en Egipto y
en el mar Rojo y, sin embargo, endurecieron su corazón, es decir, se cerraron
a Dios dudando de su presencia, su solicitud y le exigieron una nueva prueba
milagrosa.
Ahora el pueblo ya vive en la tierra prometida, tiene un templo, parece haber
llegado al término del reposo. Y, sin embargo, todos los días debe escuchar a
Dios. Hay peligro de rutina, de estancamiento espiritual, de tibieza, de
desamor.
v. 10. "Durante cuarenta años aquella generación me asqueó"
El endurecimiento por parte del pueblo no se limitó a un episodio, sino que
se extendió a todo el éxodo, causándole a Dios disgusto y repugnancia.
El molestar, el disgustar a Dios es una constante en la historia de los
hombres. Ya al principio el comportamiento de la humanidad causa tedio a
Dios, hasta el punto de decir que le penaba el haber creado al hombre: "Al
ver el Señor que crecía en la tierra la maldad del hombre y que todos sus
proyectos tendían siempre al mal, se arrepintió de haber creado al hombre
101
en la tierra" (Gn 6,5).
Y, al final de la historia de la salvación, en el libro del Apocalipsis, la
tibieza, la apatía de sus seguidores le produce náuseas: "Ojalá fueras frío o
caliente; pero eres sólo tibio; ni caliente ni frío. Por eso voy a vomitarte de
mi boca" (Ap 3,15-16).
El verbo que usa en el salmo es el de asquear. Quiere vomitar a su pueblo
pero no puede. Todo son arcadas.
De cualquier forma, nada más triste que escuchar de Dios estas palabras. El
Señor busca hombres y mujeres fieles a su alianza. Personas que hagan las
cosas por amor. Personas que busquen, en todo momento, cómo
complacerle. Personas que imiten a Jesucristo que "hacía siempre lo que al
Padre le agradaba" (Jn 8,29).
v. 11. "Por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso"
Los padres no entraron en la tierra prometida. Los que ya han entrado
pueden perder esa tierra ya entregada. Pero hay que tener presente que el
descanso en Dios es mucho más que una tierra o una posesión.
Se trata del descanso de Yavé, un bien salvífico que no es sólo material sino
personal, y que se halla enraizado y centrado en Dios mismo.
No entrar en el descanso de Dios es más que ser arrojado, como nuestros
primeros padres, del jardín, del paraíso. Es ser arrojados de Dios; de su
presencia, de su cercanía, de su persona. Es perder para siempre la
posibilidad de instalarse en el corazón de Dios.
Sólo aquel que ha descansado alguna vez en Dios, el que ha gustado algo de
su dulzura, el que ha experimentado lo suave y agradable que es Dios...
puede llegar a comprender lo que significa la ausencia de Dios.
El salmista nos invita a una vida en obediencia, a una vida de auténtica fe.
No se trata de algo ideológico ni tampoco de ascetismos heroicos. Se trata de
algo que afecta a lo más vivo de la persona, algo vivido en el secreto del
corazón pero también en lo práctico de la vida diaria.
ORACIÓN
"Venid aclamemos al Señor"
Señor, el salmista invita a todas tus criaturas a venir, a acercarse hacia ti. Y
me llena de gozo el poder contemplar esa inmensa caravana de criaturas:
desde la estrella más lejana a la hormiguita más cercana en esa gran
procesión cósmica. Todas las criaturas caminan hacia el lugar de la alabanza.
Yo, como criatura consciente y libre, quiero guiar a todas las criaturas hacia
ti. Quiero ser su palabra, su voz, su alma. Quiero que la creación entera, obra
de tus dedos, te ofrezca, por labios del hombre, una alabanza sonora,
vibrante hacia ti.
Y quiero que el sol, la luna y todas las estrellas hagan sus genuflexiones ante
ti. Que todos los animales se arrodillen. Y que todos los hombres caigan de
bruces para ofrecerte el homenaje de una adoración plena.
"Ojalá escuchéis hoy su voz"
Tu voz, Señor, es suave, dulce, penetrante. Se mete en lo íntimo del ser, en
102
el santuario más recóndito del corazón. Tu palabra siempre llama a vivir una
vida en plenitud.
Muchas veces he escuchado esa voz y he dado largas. Mis dilaciones han
sido la causa de mi tibieza, mi apatía, mi indiferencia. Mis dilaciones, Señor,
han provocado en ti la náusea. Perdón, Señor.
Yo quiero escuchar tu voz hoy y no mañana. Y quiero que ese hoy se
actualice a lo largo de toda mi vida. Mañana puede ser demasiado tarde.
Quiero convertirme hoy. Hoy quiero serte fiel. Hoy quiero ser todo tuyo.
Hoy quiero entregarme del todo.
FRASES
"Me encontraba en el estado de uno que está en la cama por la mañana. Le
dicen: Fuera, Agustín, levántate. Yo, a mi vez, decía: Sí, pero más tarde,
todavía un poquito. Finalmente, el Señor me dio un empujón, me echó
fuera"
Así, pues, no hay que decir: Sí, pero...; sí, pero más tarde. Hay que decir:
¡Señor, sí! ¡Ahora mismo! Esto es la fe. Responder generosamente al Señor.
Pero, ¿quién dice este sí? Quien es humilde y se fía plenamente de Dios".
(Juan Pablo 1)
"Yavé ha debido declararse vencido. No ha podido contar con el corazón de
su pueblo, como lo han subrayado Oseas y Jeremías. Los hebreos de Moisés
han quedado fuera de sus planes; no han conocido sus caminos. Yavé ha
cerrado la entrada de la tierra prometida, como lo hizo a Adán en el Edén".
(Beaucamp)
PREGUNTAS
1. ¿Tengo experiencia de haber disfrutado con Dios? ¿Acostumbro a
descubrir a Dios como fuente de alegría para mí?
2. En la comunidad donde yo vivo, o en el grupo cristiano al que pertenezco,
¿soy verdadero descanso para mis hermanos? ¿O tal vez les causo fastidio?
3. ¿Ayudo a la gente a encontrar en Dios el verdadero descanso? ¿Cómo?
¿Cuándo?
SALMO 96
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones:
porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad le preceden,
103
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad, en sus atrios trayéndole ofrendas;
postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: "El señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente".
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
ESTRUCTURA
1. Se invita a los creyentes a la alabanza (1-6)
2. Invitación a las naciones a bendecir al Creador (7-10)
3. Invitación a la naturaleza a alabar a quien gobierna tan sabiamente
(11-14)
INTRODUCCIÓN
Estamos ante un salmo antiguo que el pueblo cantaba en la celebración del
Señor Dios como Rey Universal. La proclamación de la realeza del Señor es
asociada a dos acontecimientos decisivos en la historia de la Salvación: la
creación y el juicio. La creación establece la Naturaleza, el orden querido
por Dios en su proyecto original (Gén 1-3). El juicio restablece en la historia
el orden quebrantado por la injusticia.
Ante la entrada del rey divino en la historia, el mundo estalla en un coro y
en una danza cósmica. Diez y siete veces, en trece versos, se invita a
alabar a Dios. La invitación va dirigida al pueblo, a todos los pueblos
y naciones, a toda la tierra, a la naturaleza entera; a los cielos, al mar
y sus criaturas; a los campos con sus frutos, a los árboles del bosque.
Estamos ante un himno de júbilo que arranca de lo más hondo
del corazón del hombre y se dirige al creador rey y juez supremo.
DESARROLLO
v. 1. "Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra"
El salmista nos invita a cantar un cántico nuevo. No se trata de una novedad
cronológica respecto del pasado. Es novedad cualitativa. Quiere expresar lo
inédito, lo irrepetible, lo nunca visto. Es una clara alusión al profeta Isaías:
"Y ahora te revelo cosas nuevas, secretos que tú no conoces. Son cosas de
hoy, no de ayer; hasta ahora no las escuchaste Así no podrás decir: ya me
las sé (Is 48,6-7).
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¿Quién será capaz de cantar este cántico nuevo? Sólo aquel que tenga un
corazón nuevo: "Amas y callas; pues bien, el amor es voz que se dirige a
Dios y el mismo amor es el cántico nuevo"(San Agustín).
"Toda la tierra". El salmo tiene la propiedad de la universalidad. Habla de
toda la tierra, todos los pueblos, todos los dioses, todos los árboles. Todo y
todos han de participar en la fiesta y en la alabanza.
v. 3. "Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones"
En los versículos anteriores el salmista ha invitado al pueblo a cantar. Ahora
le invita a contar. Hay que contar, narrar, proclamar a todos los pueblos los
portentos que Dios ha hecho en Israel. Este pueblo que ha tenido la suerte de
creer en Yavé no ha encerrado la fe en su corazón y la ha guardado bajo
llave. La ha afirmado con fervor a todas las naciones. Como María, la madre
de Jesús, proclamó a los cuatro vientos lo que Dios había hecho en ella.
v. 5-6. "Los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha
hecho el cielo; honor y majestad le preceden, fuerza y esplendor están en
su templo"
Los dioses son para el salmista ídolos sin poder y sin valor. El verdadero
Dios ha hecho los cielos mientras que los dioses son hechura humana. "Su
tierra está llena de ídolos: adoran a la obra de sus manos, a lo que hicieron
con sus dedos" (ls 2,8).
Como un soberano tiene escolta y corte. La escolta es su honor y majestad.
Su corte: la fuerza y el esplendor.
v. 7-8. "Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el
poder del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas"
El salmista invita a todos los pueblos a la alabanza del Señor. Israel es un
pueblo que ha gozado, ha disfrutado en la alabanza. Alabar a Dios ha sido su
hermosa tarea. Y siempre que el pueblo ha salido de sí mismo, de sus
intereses personales y materialistas, y se ha dedicado a Dios, ha
experimentado un gozo indescriptible. De ese gozo, de esa experiencia,
quiere hacer partícipes a todos los pueblos. La triple invocación del nombre
del Señor indica la urgencia de esta petición.
El hecho de traer ofrendas significa un acto de reconocimiento. Y nos
preguntamos ¿qué tipo de ofrendas agradarán a Yavé? A esta pregunta nos
contesta San Agustín: ""¿Qué cosa hay que llevar entrando en los santos
atrios? ¿llevaremos bueyes, cabras, ovejas? No, ciertamente. Pero como nos
recomienda el salmo 51 llevaremos un corazón humilde. Si entran llenos de
orgullo, entrarán vacíos".
Esta afluencia de paganos tributarios a Sión manifiesta el poder fascinante
que ejerce la presencia de Dios en su templo.
v. 9-10. "Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su
presencia la tierra toda. Decid a los pueblos: El Señor es rey, él afianzó el
orbe, y no se moverá: él gobierna a los pueblos rectamente"
El salmista no sólo invita a los pueblos a llevar ofrendas; incluso se atreve a
105
postrarse, a hincar las rodillas ante Yavé. Es el acto supremo de
reconocimiento como el verdadero Dios.
La alabanza, la glorificación, la adoración... son temas muy queridos por los
salmistas. Tal vez nosotros debamos recuperar esos grandes temas de la
honda espiritualidad veterotestamentaria. Temas que les hacían vibrar y
entusiasmarse.
El versículo 10 es una síntesis del salmo: la realeza del Señor, su acción
creadora y el gobierno justo universal.
v. 11-12. "Alégrense el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo
llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del
bosque"
Después de haber invitado a los pueblos y a sus familias, ahora el salmista
invita a todas las criaturas irracionales a cantar y alabar a Dios.
Invita al cielo, es decir, a todos los astros: el sol, la luna y las estrellas. Invita
a la tierra: con sus hierbas, sus flores, sus frutos.
'Retumbe el mar". El mugido del mar ¿es rebelde y amenazador, o es el
lenguaje propio del mar para expresar su entusiasmo en armonía con cielos y
tierra? El padre Luis Alonso Schókel dice que el contexto del salmo exige
una lectura festiva. Sería una especie de voz baja en un coro polifónico.
El salmista invita a cantar a la creación entera pero quiere que cada uno
cante según su voz, su estilo, su carisma propio. Todos se sienten
instrumentos en esta gran orquesta de la creación. Y todos al unísono,
bendicen y alaban a su Creador.
v. 13. "Delante del Señor que ya llega, ya llega a regir la tierra"
Las exhortaciones hímnicas dan paso al v. 13: ¡Yavé viene! Según el
contexto no ha de entenderse en sentido cultual sino en sentido escatológico.
La teofanía irrumpe en el mundo de las naciones, en nuestra propia historia.
Toda la Escritura piensa que el creyente tiene una gran labor que hacer ante
la parusía: no un simple aguardar que en el más allá se realice algún día lo
que dice la fe, sino que puede contribuir con su vida de justicia y fidelidad a
que en el más acá, en la historia, irrumpa cuanto antes el reino de Dios, el
orden nuevo, la sociedad sin clases, el día de todos.
Ésta es la colaboración que se le pide al creyente. Perder esta óptica cercana
de la parusía es quitar de nuestra fe ese aguijón que necesita para mantenerse
viva.
Es cierto que, a veces, nos desanimamos al no ver esa irrupción de Dios; esa
sociedad de amor, justicia y paz en este mundo.
"También será posible, que esa inmensa mañana ni tú ni yo ni el otro
la lleguemos a ver. Pero habrá que forzarla para que pueda ser" (Labordeta).
v. 14. "Regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad"
En este nuestro mundo lleno de odios, guerras, injusticias, enemistades... la
última palabra no la tendrá el enemigo. La última palabra se la reserva
siempre Dios.
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Dios tomará las riendas del poder y regirá el orbe con justicia. Llegará un día
en que desaparecerán los violentos, los corruptos, los indeseables.
Llegará un día en el que reine Dios con su fidelidad. En él hay siempre una
palabra que se cumple, que se hace realidad. El hombre es infiel a lo que
dice. Sus palabras son pajas que se lleva el viento. Pero en Dios la palabra es
más que palabra. Es suceso, es acontecimiento, es realidad.
Y porque Dios gobierna con fidelidad puede el hombre fiarse plenamente de
él.
ORACIÓN
"Cantad al Señor un cántico nuevo"
Señor, a ti te va lo nuevo. Nosotros los humanos, nos topamos cada día con
el muro de la vejez. Lo nuestro es lo cansado, lo aburrido, lo repetido. Lo
tuyo es el estreno, la sorpresa, la novedad.
Tu palabra nos habla de un vino nuevo (Mc 2,22), de un vestido nuevo (Lc
15,22), una masa nueva (1 Cor 5,7), una alianza nueva (2 Cor 3,6), una vida
nueva (Rom 6,4), un cántico nuevo (Ap 5,9).
Cantar un cántico nuevo significa vivir en el amor. Es el amor lo único que
no cansa, que no aburre, que no envejece. Se repiten las mismas palabras, se
cantan los mismos versos, pero el tono siempre es nuevo, siempre es
distinto.
"Alégrense el cielo, goce la tierra, retumbe el mar"
La alegría que canta el salmista comienza aquí en la tierra. De esta alegría
participan las hierbas, los árboles, las flores, los frutos. De esta alegría
participa el fuerte viento y la dulce brisa; el trueno y el relámpago; el
aguacero y la lluvia suave que empapa la tierra y la fecunda.
La alegría llega hasta el cielo. Alcanza al sol, la luna y una pléyade inmensa
de estrellas y galaxias.
El mar, que en otras ocasiones es causa de miedo y de terror, ahora se
estremece de júbilo.
Todas las criaturas cantan: las del cielo, las de la tierra y la de los abismos.
Pero cada uno tiene notas distintas. Entre todas se forma un concierto
inefable, una melodía maravillosa.
Y yo, criatura racional, ¿qué hago en medio de esa polifonía cósmica? Dejo
que la música penetre por todo mi ser; siento por dentro un estremecimiento
y me pongo a aplaudir. Esa en mi mejor oración.
"Delante del Señor, que ya llega"
Ven, Señor, y métete de lleno en nuestro mundo, en nuestra historia. Pon
dentro de nosotros la espiga de una inquietud, el aguijón de nuestro
compromiso.
FRASES
"La adoración es el acto por el que se dirige a Dios con el ánimo de
alabarte". (Orígenes)
"Vuestro corazón es pequeño pero la oración lo agranda y lo hace capaz de
amar a Dios. La oración es una degustación anticipada del cielo, es un
107
rebose del paraíso. Jamás nos deja sin alguna dulzura. Es una miel que
desciende sobre el alma y lo endulza todo. Las penas se deshacen ante una
oración bien hecha, como la nieve ante el sol". (Santo Cura de Ars)
"Cuando yo oro interiormente, todo el mundo aparece bajo un aspecto
maravilloso: árboles, hierbas, pájaros, tierra, aire, luz. Todas las cosas
testimonian el amor de Dios al hombre. Y todas las cosas invitan al hombre
a cantar la gloria del Señor". (El peregrino ruso)
PREGUNTAS
1. ¿Estoy dispuesto a cantar siempre el cántico nuevo del amor? ¿O tengo
todavía sin estrenar el mandamiento nuevo de Jesús?
2. En la creación todas las criaturas cantan al Señor con voces distintas. ¿Sé
respetar los distintos carismas de cada uno de los hermanos de mi grupo
cristiano?
3. Este salmo nos impulsa a invitar a los pueblos, a las naciones y a la
creación entera a la alabanza, a la adoración de Dios. ¿Sé yo contagiar a
otros este fervor y entusiasmo por Dios? Si no lo consigo, ¿a qué se debe?
SALMO 97
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
Justicia y Derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza Fuego
abrazando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y viéndolos, la tierra se estremece;
los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria;
los que adoran estatuas se sonrojan
y los que ponen su orgullo en los ídolos.
Ante él se postran todos los dioses:
lo oye Sión, y se alegra.
Se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
108
celebrad su santo nombre.
ESTRUCTURA
1. Invitatorio (1)
2. Aparición de Dios (2-5)
3. Reacciones diversas(6-9)
4. Reflexión (10-12)
INTRODUCCIÓN
El salmo 97 es un himno a la realeza de Dios. La aclamación inicial ¡El
Señor es rey! provoca el júbilo del salmista que, entusiasmado, invita a todos
los pueblos a que se unan a su gozo por la realeza universal de Dios.
El texto comienza con una teofanía en la que aparece el gran rey con sus
asistentes cósmicos (nubes, tinieblas, fuego, rayos) e históricos (juicio,
derecho, gloria). Ante esta teofanía se constatan dos reacciones: la de los
idólatras que se postran y quedan avergonzados y la de los fieles que se
llenan de luz y de alegría.
San Agustín comienza la explicación de este salmo con estas bellas palabras:
"Dios ofrece al corazón espectáculos tan estupendos que no pueden hallarse
más deleitables si existe un paladar creyente que perciba la miel de Dios".
Y dirige a Dios una oración por los creyentes: "Que él modere y adapte mi
sermón a vuestros corazones para que todo cuanto se regocija aquí en mi
corazón con tales espectáculos llegue a mi lengua, de mi lengua pase a
vuestros oídos y de ahí pase a vuestros corazones, y a vuestros hechos".
DESARROLLO
v. 1. "El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables"
El salmo se abre con una exclamación: "Dios reina". Y ésta se difunde por
todo como un toque de trompeta. Yavé no puede dejar de ser rey. Sin
embargo, su reino parece haber tenido un eclipse en la reciente historia: el de
la derrota y deportación de su pueblo a Babilonia. El Dios de Israel parecía
que había capitulado ante los dioses paganos. Pero es pura apariencia. Yavé
sigue reinando. "La tierra santa (símbolo del pueblo judío que la puebla) y
las islas innumerables (símbolo de los pueblos paganos dispersos), salten de
júbilo" (Guichou).
v. 2. "Tiniebla y nube lo rodean, justicia y Derecho sostienen su trono"
Yavé siempre permanece como el Dios misterioso, invisible, como si una
espesa nube le ocultara siempre a las miradas de los hombres. Pero ahora
manifiesta diversos aspectos de sí mismo: se manifiesta como rey justo y
recto. La justicia y el derecho vienen a ser las bases de su trono real, es
decir, los principales fundamentos de su reino.
v. 3-5. "Delante de él avanza Fuego... sus relámpagos deslumbran el
orbe... la tierra se estremece; los montes se derriten como cera ante el
dueño de toda la tierra"
109
Para los hebreos, la tormenta (con sus espesas nubes, el resplandor de los
relámpagos, el ruido de los truenos que hace temblar al tierra) viene a ser el
marco ideal para una teofanía o manifestación de Dios.
"Los montes se derriten como cera". No se trataría de fenómenos volcánicos,
como pretenden algunos. Es la impresión de los montes anegados por la
fuerte tormenta. La tormenta deshace las montañas, es decir, lo más
inquebrantable.
Todo sugiere el grandioso poder de Dios. Aunque no aparece su persona, sin
embargo estos fenómenos permiten a los pueblos ver su poder enorme en
acción.
Con todo, esta manifestación de Dios no es un simple signo de su poder para
dejar boquiabiertos a los hombres, sino que la manifestación de Dios sirve
también para desvelar el sentido de su presencia detrás de la realidad de las
cosas y de las personas. A esto se llama ver la realidad con ojos creyentes.
v. 6. "Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su
gloria"
Los cielos se hacen pregoneros del Señor. No sólo hablan sino que
proclaman, predican a gritos la justicia.
Los pueblos han reconocido su gloria. Dios reconocido, cantado y celebrado
por todos los pueblos: ésa era la aspiración religiosa de Israel que englobaba
a los otros deseos.
v. 7. "Los que adoran estatuas se sonrojan y los que ponen su orgullo en
los ídolos"
Los ídolos se llaman dioses, pero en realidad no son nada. No son, no
actúan, no salvan, no liberan, no existen. "Dicen a un madero: 'tú eres mi
padre' y a una piedra: 'tú me has dado la vida'. Ellos me dan la espalda no
la cara, pero cuando les acosa la desgracia, gritan: '¡Levántate, sálvanos!'
¿Dónde están los dioses que te has hecho? ¡Que vengan en tu ayuda cuando
te acosa la desgracia! (Jer 2,27-28).
v. 8. "Lo oye Sión y se alegra. Se regocijan las ciudades de Judá, por tus
sentencias, Señor"
Las relaciones son opuestas. Los idólatras quedan avergonzados en la
presencia del verdadero Dios. Los ídolos babilónicos, una vez vencidos por
Yavé, se han llegado a convencer de su impotencia y han tenido que
reconocer la soberanía del Dios de Israel.
Pero Sión, la ciudad escogida, y las demás ciudades de Judá, se alegran de
las sentencias del Señor. Todos los israelitas saltan de júbilo ante las
intervenciones victoriosas de su Dios.
v. 9. "Porque tú eres Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado
sobre todos los dioses"
Cielos y tierra son dos términos de comparación. La tierra está aquí abajo y
los cielos están allá, arriba. Los cielos son altos; pero Dios es altísimo, está
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más allá, más alto que los cielos.
Los dioses son ídolos de barro. Están a ese nivel: a la altura del barro. Pero
Dios está encumbrado por encima de todos.
v. 10. "El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y
los libra de los malvados"
El Señor ama. ¿A quiénes ama? "A los que aman y aguardan mis
mandamientos" (Ex 20,6). Los mandamientos van encaminados hacia el
bien. Los mandamientos son caminos que conducen al hombre a la
realización plena de sí mismo y a la felicidad. Lo contrario de los
mandamientos es el mal. Dios ama al que lo aborrece. El mal, el pecado, se
opone al plan de Dios, al proyecto de Dios, a los mandamientos, al Dios de
la alianza.
Dios protege la vida de sus fieles. En la Biblia es corriente la imagen de
Dios como un águila que cuida de sus polluelos y los protege. "Como el
águila que incita a su nidada y revolotea sobre sus polluelos, así desplegó él
sus alas y los tomó, llevándolo sobre sus plumas" (Dtn 32,11).
"Y los libra de los malvados". Aquí hay algo más que palabras. El éxodo es
un camino de liberación. Dios libró al pueblo de la esclavitud de Egipto para
que pudiera servirle por amor.
v. 11. "Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de
corazón"
Aquí la justicia hay que entenderla a la luz del profeta Isaías. Se trata de
vivir en el amor y realizar obras de misericordia: "Si repartes tu pan al
hambriento y satisfaces al desfallecido, entonces surgirá tu luz en las
tinieblas y tu oscuridad se volverá mediodía" (Is 58,10).
Los rectos de corazón son aquellos que dan su adhesión a la Alianza. Para
éstos también amanece la luz. "Brillará tu luz como la aurora... tu recto
proceder caminará ante ti y te seguirá la gloria del Señor" (ls 58,8).
v. 12. "Alegraos, justos con el Señor, celebrad su santo nombre"
Los que están con el Señor son hombres de gozo y dan gozo a los demás. La
raíz hebrea SMH nos habla de una alegría plena, hasta rebosar.
Las alegrías del mundo son tangenciales; apenas rozan la piel, y efímeras. La
alegría del Señor es profunda, abarca el cuerpo y el alma y duran siempre.
Los justos también celebran su fe. Están orgullosos de su fe y la festejan.
Nada más ajeno a una persona de fe que el olvido, la rutina, la tibieza, la
tristeza.
Dios, al exigirnos que le veneremos y lo celebremos no adopta una postura
egoista. Al contrario. La fe cristiana nos dice que cuanto más apreciamos a
Dios más apreciamos al hombre y cuanto menos valoramos y respetamos a
Dios menos valoramos y respetamos al hombre. Dios, al encarnarse, ha
asumido a toda la humanidad y se ha solidarizado con todos los hombres y
mujeres del mundo. El hombre y la mujer venerados, admirados, respetados,
ésa es la manera cristiana de vernos y de ver a los demás.
111
ORACIÓN
"El Señor reina, la tierra goza"
¡El Señor reina! Es una exclamación que brota de lo más íntimo de mi ser.
En este nuestro mundo en el que están mezclados el bien y el mal, la luz y
las tinieblas, la verdad y el error, a veces da la sensación de que el mal
triunfa sobre el bien y la luz es sofocada por las tinieblas. Pero esto es sólo
una apariencia. Tú has vencido la muerte y las fuerzas del mal tienen que
ceder. La tierra entera se estremece y se goza con tu presencia.
Esta tierra que tú conoces y que tú has pisado; esta tierra que te ha visto
nacer, crecer y morir hoy se llena de júbilo con el triunfo de la Resurrección.
El Padre Dios te ha exaltado en los cielos y te ha constituido rey y Señor del
Universo.
"Tiniebla y nube lo rodean"
Tú, Señor, verdaderamente eres un Dios escondido. Apareces desapareces.
Te manifiestas y te ocultas. Tú eres el Otro, el distinto, el inalcanzable. Si te
pudiéramos retener, si te pidiéramos abarcar, serías un dios pequeño, hecho
a nuestra medida, pero tú eres un Dios grande, inmenso, sublime, inefable, el
único y verdadero Dios.
Haz que yo te acepte como tú eres: con tus epifanías ocultas; con tus
presencias y tus ausencias; con tus nubes y tus claros. Haz que yo sepa
acoger tu Misterio y cargar con él sin pretender entenderlo, abrirlo,
estropearlo. Haz que yo mida mis distancias y sepa asumir mi condición de
criatura y, desde ahí, pueda adorarte, alabarte, glorificarte.
"Alegraos, justos, con el Señor"
Hoy el salmista nos hace una bonita oferta: nos invita a la alegría, al gozo, a
la fiesta. Da la sensación de que el salmista sabe ya bastante de nuestras
penas, de nuestros sufrimientos, de nuestras miserias, de nuestras lágrimas.
Y quiere que nos alegremos, que disfrutemos de la vida. Pero él sabe que
esto sólo lo podemos conseguir si lo hacemos con el Señor: con la verdad
del Señor, con la belleza del Señor, con el amor del Señor, con el gozo del
Señor.
FRASES
"El guía y camino es para nosotros Jesucristo, el Hijo de Dios. Columna de
fuego porque es verdadero Dios; columna de nube porque es verdadero
hombre. El verdadero sol, fuente de toda luz, ha venido en la nube de la
carne". (Ruperto de Deutz)
"Los santos, mientras vivían en este mundo, estaban siempre alegres, como
si siempre estuvieran celebrando la pascua". (San Atanasio)
"La alegría espiritual es el principal remo en esta navegación nuestra". (San
Pedro de Alcántara)
PREGUNTAS
1. Muchas veces decimos: el Señor es rey. Pero, ¿dejamos que él nos
gobierne? ¿Le dejo a él las riendas de mi vida?
2. Vivo en una comunidad o grupo cristiano: ¿Percibimos y celebramos el
112
gozo de nuestra fe? ¿Nos comunicamos la fe que tenemos en común?
3. La gente de la calle, ¿nota que somos cristianos? ¿Somos personas más
alegres, más respetuosas, más complacientes?
SALMO 98
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo;
el Señor da a conocer su victoria
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel;
los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad:
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes
al Señor que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud.
ESTRUCTURA
1 Invitación a los fieles a la alabanza (1-3)
2. Nueva invitación universal (4-6)
3. La creación se asocia a esta fiesta (7-9)
INTRODUCCIÓN
El salmo 98 hace alusión a un contexto histórico bien concreto: Yavé ha
salvado a Israel liberándolo del destie rro de Babilonia. El Señor, Dios de
Israel, que parecía vencido por los dioses de Babilonia, ha conseguido una
victoria patente. Ahora viene como rey triunfante a tomar posesión de su
legítimo reino.
Con un estilo inspirado en Is 52,7-10, el salmista invita a Israel, a las
naciones paganas y a toda la naturaleza a ensalzar a Yavé.
El poema es como la explosión de cantos y ovaciones, de músicas armónicas
y aclamación festiva de Yavé como rey.
Quizás fuera la atmósfera de la entronización del rey o los tonos de una
fiesta cualquiera en el Templo de Yavé lo que prestó al poeta este lenguaje;
pero el salmista lo transformó en expresión de júbilo.
113
DESARROLLO
v. 1. "Cantad al Señor un cántico nuevo"
Si se habla de nuevo es porque existe un cántico viejo. ¿Cuál es éste? Es el
primer cántico de Moisés, registrado en Ex 15. Conmemora la victoria de
Dios sobre el Mar Rojo y el ejército egipcio. El segundo cántico es nuevo
porque celebra la victoria del Señor sobre Babilonia y es el cántico del
segundo éxodo.
De nuestros labios no debe caer nunca un cántico nuevo porque Dios está
siempre actuando sobre nuestro mundo y sobre nuestra historia. Aquellos
que saben mirar la historia con ojos de fe, saben estrenar siempre un nuevo
cántico.
v. 2. "Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo"
El brazo de Dios es la fuerza que actúa con poder irresistible: "Extendiste tu
diestra y se los tragó la tierra"(Ex 15,12).
Revela a las naciones su justicia... Revela a las naciones porque es una
victoria justa, es decir, va a salvar al pobre, al indefenso, al que no tiene
protección. Es ésta una lección propia del pueblo de Israel.
v. 3. "Se acordó de su misericordia y su fidelidad"
El recuerdo de Dios se hace presente en la liturgia. Y es creador, dinámico,
eficaz. ¿De qué se acuerda Dios? ¿De los pecados e infidelidades de los
hombres? No. Sólo se acuerda de las dos grandes virtudes de la Alianza: su
misericordia y su fidelidad.
La iniciativa siempre es de Dios. Es él quién nos sorprende con su amor
totalmente gratuito. Dios se acuerda se sí mismo, de lo grande que es
amando y perdonando. El amor de Yavé supera con creces todas la
infidelidades de la casa de Israel.
El Señor ha sido coherente consigo, ha tenido en cuenta sus compromisos,
ha mantenido su lealtad.
v. 4. "Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad"
A la proclamación del credo de Israel responde la aclamación de un coro
grandioso de voces. Los labios sellados de los pueblos se abren en una
alabanza al Señor.
San Agustín comenta la palabra regocijo. Según él regocijarse es gozar
hablando. Y dice: "Si al gozaros no podéis hablar, que no quede mudo
vuestro gozo. Que no calle el corazón a su Dios".
Nuestro gozo es el Señor. Nos gozamos aclamándole con palabras y también
con el silencio de nuestro corazón. En realidad es el corazón el que habla, el
que aclama, el que grita, el que vitorea. Solamente aquel que ama puede
aclamar.
v. 5-6. "Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con
clarines y al son de trompetas aclamad al Rey y Señor"
Se alude a los instrumentos que formaban la orquesta cuando se cantaba en
el Templo. Concretamente se hace referencia al Kinnor cítara-arpa Zimrah,
114
instrumento de cuerda. SBfar, el cucrno de cabra. Todo alude a un único
tema: la alabanza a Yavé
En Israel la alabanza ha sido parte esencial del culto. El pueblo de Dios ha
vibrado, se ha emocionado, se ha enternecido dando gloria y alabanza a
Dios. Con los mejores mentos y las voces más afinadas el pueblo de Dios ha
sabido componer una melodía maravillosa.
v. 7-8. "Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor que llega para regir la
tierra"
Ahora es la naturaleza la que es invitada a la alabanza. Es un coro con
acompañamiento similar a una marcha marcial. Y, en esa marcha, van
desfilando cuatro elementos: el mar, la tierra firme, los ríos y los montes.
EL MAR. Abre la escena con un mugido, digno de su furor primordial, y
que ahora alaba a Dios en armonía con la nueva creación.
LA TIERRA. En contraposición al mar está la tierra firme. Ella tiene la
suerte de sostener a cuantos la habitan: animales de distintas especies y,
sobre todo, al hombre. Éste es el verdadero cantor de toda la creación. Es un
ser inteligente puesto por Dios para recoger el canto silencioso e inanimado
de toda la creación y hacerlo consciente y libre. Y ahí está toda la grandeza
de la tierra: ella es la casa, la habitación del hombre, rey de todo el cosmos.
LOS RÍOS. Veamos la imagen tan atrevida del poeta. Los ríos son sonoros y
el salmista hubiera podido jugar con la imagen de sonoridad. Así lo hizo el
gran poeta español Gerardo Diego sobre el río Duero:
"Quién pudiera como tú a la vez quieto y en marcha cantar siempre el
mismo verso aunque con distinta agua".
Pero en el salmo el poeta ha querido usar una imagen más atrevida. Se
imagina a los ríos como grandes brazos del Mar poniéndose a aplaudir a
Dios con sus grandes manos.
Canto, vítores, aplausos... todo le parece poco al autor de este salmo para
alabar y glorificar a Dios.
LOS MONTES. A pesar de estables, pesados y consistentes, ellos también
se prestan a bailar de gozo delante del Señor.
No sólo los seres animados sino también los inanimados toman parte de este
concierto majestuoso.
v 9. "Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud"
La llegada de Yavé iniciada con el retorno de Babilonia se abre a un futuro
en el que reinará la justicia y la rectitud. Visión maravillosa ya que será
borrada de la tierra toda violencia. El orden cósmico descrito anteriormente
da lugar a un nuevo orden social. La utopía ha quedado sembrada como una
semilla que dará su fruto.
De la realidad al sueño. Éste es un poco el camino que sigue el orante de este
salmo. Quizás para las cosas de la vida y las cosas de la fe ése sea un camino
válido y realista: partir de lo que somos para ser lo que deseamos.
San Pablo nos dice que ya hemos sido salvados en esperanza (Rom 8,24).
115
Todos los que creemos en Jesús hacemos nuestras estas palabras del apóstol.
Jesús, resucitando de entre los muertos, nos ha abierto una puerta que ya
nadie puede cerrar (Ap 3,8).
Las criaturas no han sido abandonadas por su creador como restos de un
inmenso naufragio en la arena de la historia sino que han sido instaladas en
el mismo corazón de Cristo Resucitado.
"A1 afirmar de Cristo que sn reino no tendrá fin,... se está haciendo una
afirmación rigurosamente metafísica y antropológica. Lo que el credo
quiere decir es que la humanidad que el Verbo había asumido al
encarnarse, le pertenece ya para siempre, que existirá en ella eternamente,
que no la va a deponer como la gabardina de verano o el abrigo de
invierno que los mortales nos quitamos una vez que han pasado las
inclemencias del tiempo. La humanidad de Cristo, que es la misma que la
nuestra, le pertenece ya para siempre a Dios" (Olegario González de
Cardedal).
Si la esperanza desaparece de nuestro horizonte, nos vamos anulando poco a
poco. Ya no crecemos, ya no evolucionamcos, no nos enriquecemos.
Entramos en una especie de inmovilismo propio de las cosas. Nos
cosificamos. Una persona se muere cuando ya no espera nada de la vida. Y a
una tamos cuando ya no esperamos nada de ella.
Dante, en la Divina Comedia, puso esta frase en lainfierno: "Dejad toda
esperanza los que entrais aquí”
ORACIÓN
"Cantad al Señor un cántico nuevo"
Nosotros, Señor, sólo podemos cantar cánticos viejos. Todo lo que hay en
nosotros suena a cansado, a repetido, a aburrido. Volvemos constantemente
a los egoísmos de siempre, a las envidias de siempre, a los odios de siempre.
Pero tú, Señor, nunca te acabas, nunca te agotas. Siempre descubrimos en ti
caminos inexplorados, rutas sin pisar, veredas totalmente vírgenes. Tú eres
siempre nuevo para nosotros. Deja que cada día recibamos de ti un impacto
de novedad.
"Porque ha hecho maravillas"
Sí, Señor, tú has hecho cosas admirables. Unas visibles: los cielos, la tierra,
los mares. Otras invisibles: en el corazón de cada uno. Pero no por ser
invisibles son menos maravillosas. Tu gracia, tu perdón, tu bondad, tu
ternura hacia nosotros son regalos invisibles que tú dejas en nuestra alma.
Nosotros no losvemos pero los sentimos, los palpamos, los experimentamos.
Gracias, Señor, gracias por tanto derroche.
"Se acordó de su misericordia y su fidelidad"
A veces, Señor, eres un Dios olvidadizo. No te acuerdas de nuestros fallos,
de nuestros delitos, de nuestros pecados. Los has perdido de vista y los has
arrojado a lo profundo del mar. En cambio te acuerdas muy bien de tu
misericordia y tu fidelidad. Disfrutas recordándote a ti mismo que eres un
Dios amigo del perdón y de la compasión. Y esto lo haces desde la misma
exigencia de tu ser. No puedes ser desleal contigo mismo.
116
Haz, Señor, que yo no abuse de esta fidelidad tuya. Haz que responda con
amor al amor que tú me das. Haz que yo goce alabándote.
Haz que mis labios sólo sirvan para bendecirte; mis manos para aplaudirte;
mis rodillas para adorarte y mi corazón para amarte.
FRASES
"Esperar es llevar dentro de mí la seguridad de que, cualesquiera que puedan
ser las apariencias, la intolerable situación en la que ahora me encuentro, no
puede ser definitiva. Esto tiene que tener arreglo". (Marcel)
"Ahora amamos en esperanza... sin embargo, poseemos ya desde ahora las
primicias del Espíritu, que son como un acercamiento a aquel a quien
amamos, como una previa gustación, aunque tenue, de lo que más tarde
hemos de comer y beber ávidamente". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Sé estrenar cada mañana un cántico de amor al Señor? ¿Es mi oración
cansada, aburrida, rutinaria?
2. En mi comunidad, mi grupo cristiano, ¿estamos abiertos a la oración de
alabanza? ¿Recitamos los salmos con gozo? ¿Hacemos nuestro el canto de
toda la creación?
3. ¿Enseño a la gente a orar con la Naturaleza?
SALMO 99
El Señor reina,
tiemblen las naciones,
sentado sobre querubines,
vacile la tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
reconozcan tu nombre,
grande y terrible: "Él es santo".
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies: "Él es santo".
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube,
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
117
postraos ante su nombre santo:
"Santo es el Señor nuestro Dios"
"Santo es el Señor Dios".
ESTRUCTURA
1. Dios reina en Sión (1-3)
2. Justicia divina (4-5)
3. Revelación de Dios (6-9)
INTRODUCCIÓN
El salmo invita a todos los hombres a humillarse ante un rey cuya santidad
es abrumadora. La venida de Yavé como rey constituye una urgente llamada
no sólo a la alegría sino también a la adoración.
El salmo se caracteriza por la aparición, en lugares estratégicos, de tres
afirmaciones solemnes de la santidad que se repiten en los versículos 3, 5 y
9.
Como en los salmos anteriores el reinado de Yavé inaugura un nuevo orden
universal y definitivo. Gunkel dice que este salmo contiene un "alto grado de
seriedad moral". Algo muy importante en los tiempos posteriores al exilio
donde no sólo hace falta una restauración material, sino espiritual.
Este salmo es el último del grupo de himnos a la divina realeza de Yavé. En
él domina un sentimiento de respeto, de temor reverencial ante Dios grande
y santo.
DESARROLLO
v. 1-2. "El Señor reina, tiemblen las naciones, sentado sobre querubines,
vacile la tierra. El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los
pueblos"
¡Dios reina! Nunca ha dejado de reinar en el mundo ni menos en Israel. Sin
embargo, durante el destierro parece que, de alguna manera, rompe su
reinado sobre Israel al abandonar el templo. Volviendo a Jerusalén al frente
de los desterrados, Yavé vuelve a ocupar solemnemente su trono en el
templo, a la vez que vuelve a levantar su reino.
Los querubines eran como la cabalgadura de Dios sugiriendo así su señorío
cósmico y su presencia en el Templo. Los querubines expresan la excelsitud
de Dios. "El trono de los querubines, dado el contexto del salmo, debe
entenderse como el trono más alto del mundo" (H. Gunkel).
"El Señor es grande en Sión". Dios ha hecho de Sión una sucursal del trono
celeste, una prolongación de su sede divina. Es la entrada en escena de un
Dios grande que domina con su talla no sólo a los dioses sino a toda al tierra.
v. 3. "Reconocemos tu nombre, grande y terrible: Él es santo"
Él es el numinoso, el separado, el inaccesible, el intocable. "Quién como tú,
Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú sublime en santidad?" (Ex 15,11).
Ante esta presencia sublime y arrolladora de Dios en el templo, el hombre se
siente pequeño, queda sobrecogido y prorrumpe en un grito de aclamación
sumisa: "Santo". "La santidad de Dios no se deja domesticar ni manipular y
se presenta en polaridades: atrae y mantiene a distancia, castiga y perdona,
118
da órdenes y escucha súplicas; cuanto más se acerca más se hace sentir" (P.
Alonso Schcikel).
v. 4. "Reinas con poder y amas la justicia, tú has establecido la rectitud; tú
administras la justicia y el derecho"
La justicia y el derecho es inherente al ser de Dios. Si Dios no es justo deja
de ser Dios. El gesto de Dios de ponerse él mismo a administrar derecho es
insólito. La justicia la administraba normalmente el rey, el sucesor de David.
Y, mientras la administraba, le iba bien. "Tu padre comía y bebía, pero
practicaba el derecho y la justicia y todo le iba bien" (Jer 22,15). Pero aquí
se introduce el cambio: el poeta del postexilio ha visto que la administración
de la justicia por la institución real ha sido un fracaso que les ha llevado a la
ruina. Si Dios no se pone él mismo a administrar justicia nunca la habrá en
Israel.
v. 5. "Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus
pies"
Ahora el salmista invita al pueblo a tener una doble mirada: una alta, hacia el
cielo y otra baja, hacia la tierra. Con la mirada alta el pueblo descubre a
Dios, el excelso, el sublime, el que está más alto que las nubes. Con la
mirada baja el pueblo descubre al hombre: pequeño, indigno de mirar a
Dios. Su puesto, como criatura, es estar en lo más bajo, ante el estrado de sus
pies, y, estremecido ante tanta grandeza y majestad, caer de bruces en una
adoración sumisa. Nunca será el hombre más grande que estando de rodillas
ante Dios.
v. 6. "Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su
nombre, invocaban al Señor y él respondía"
Toda la teoría espiritual sobre el Dios que sustenta y promueve el derecho se
ilustra con una reflexión a partir de los personajes que la tradición
consideraba como los intercesores privilegiados y los cumplidores de la
Alianza: Moisés, Aarón y Samuel.
Efectivamente, tan árdua es la tarea del cumplimiento del derecho en Israel
que va a tener necesidad de los mejores intercesores. Moisés por su
liderazgo de legislador. Aarón por su mediación profesional del sacerdocio.
Y Samuel, que no era más que un simple fiel, pero especialista en invocar el
nombre del Señor.
Yavé se ha mostrado siempre condescendiente y afable con estos jueces
antiguos: con Moisés y Aarón, sus primeros sacerdotes; con Samuel, el juez
siempre fiel en acudir a Yavé en un tiempo de infidelidad.
v. 7. "Dios les hablaba desde la columna de nube, oyeron sus mandatos y
la ley que les dio"
La respuesta de Dios es oracular y puede abarcar cualquier situación. El
Dios santo se hace accesible a la llamada. Pero mantiene la distancia y el
misterio en la columna de nube o en su equivalente, la columna de incienso,
119
que intiman la presencia velada del Señor:
"Cuando Moisés subió al monte, la nube lo cubría y la gloria del Señor
descansaba sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió durante seis días... El
séptimo día llamó Dios a Moisés desde la nube. La gloria del Señor
apareció a los israelitas como fuego voraz sobre la cumbre del monte.
Moisés se adentró en la nube y subió al monte" (Ex 24,15-18).
El hablar de Dios consiste principalmente en la entrega de sus
mandamientos. La observancia de los mismos no es tarea exclusiva de los
tres elegidos. El verso está ensanchando su mirada a toda la comunidad de la
alianza.
Dios nos sigue hablando hoy a todos nosotros a través de la naturaleza y,
sobre todo, a través de su palabra. Escuchando su palabra tenemos a un Dios
amigo.
v. 8. "Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un
Dios de Perdón, y un Dios vengador de sus maldades"
"Tú les respondías". Sí, Dios no deja sin respuesta las súplicas y plegarias de
su pueblo. No es un Dios mudo. Sin embargo la condescendencia divina no
vino a ser debilidad bonachona. Yavé castiga también a los que aprecia. Que
los jefes religiosos, los sacerdotes que vienen del destierro saquen una
lección provechosa. Dios es un Dios de perdón y, a la vez, es un Dios
vengador. Ofrece y exige. Es santo y quiere levantar a su pueblo a la esfera
de la santidad.
El castigo de Dios siempre lleva consigo una llamada a la cordura, a la
sensatez, es decir, a dejar el pecado. Es más, el castigo, como aparece en el
salmo, quiere levantar al hombre caído y elevarlo a una esfera divina. Dios
no se conforma con perdonarnos. Quiere que seamos realmente santos
porque él es también Santo. Dios, que nos ha hecho a su imagen y
semejanza, goza cuando nosotros nos parecemos más a él.
v. 9. "Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante su monte santo"
A través del salmo Dios se ha ido acercando a los hombres cada vez más. Se
ha abierto al diálogo, ha respondido a las llamadas, ha reaccionado ante la
conducta de los suyos.
Al final, en este último verso, el salmista pide a todos los fieles unas
actitudes profundas ante Dios: la alabanza y la adoración.
La alabanza y la adoración son como dos notas distintas en una misma
melodía. La alabanza canta a Dios con una nota exultante, es decir, en tono
mayor. Expresa la alegría y el júbilo de descubrir a Dios tan bueno, tan justo,
tan santo.
La adoración reconoce la majestad y sublimidad de Dios y el hombre tiende
a esconderse, a retirarse... Dios es demasiado grande para él que es una
criatura. Por eso prefiere cantar en tono menor, es decir, desde la humildad,
desde el asombro, desde la admiración, desde el sobrecogimiento. El
hombre, ante un Dios tan alto, tan inmenso cae de bruces en el suelo.
Prefiere hincar las rodillas y adorar.
120
La alabanza y la adoración. Dos notas que no deben faltar en nuestro canto.
Dos actitudes que no deben faltar en nuestra vida religiosa, en nuestra vida
cristiana.
ORACIÓN
"Él es santo"
Sí, Señor, tú eres el santo, el puro, el limpio, el transparente. De tu pureza
hablan las fuentes cristalinas y las montañas con sus picachos llenos de
nieve.
Yo, en cambio, soy pecador. Estoy manchado. No sólo tengo mancillados
los labios, como Isaías, sino también la mente y el corazón. Todo lo que hay
en mí es barro, basura. Pero no me desanimo. Tu santidad me invita a
limpiarme, a purificarme. Es más, tu santidad ejerce sobre mí una enorme
fuerza de atracción. Me cautiva. Me seduce. Desde lo más alto de la
montaña escucho una voz que me grita: "Sé santo porque yo soy santo". Haz
que escuche esa voz.
"Invocaban al Señor y él respondía"
Muchas veces te invoco, Señor, y no respondes. Te suplico y te haces el
sordo. Te grito y no me haces caso. ¡Qué triste y qué duro es tener a un Dios
que no contesta! Tu silencio me abruma y cae sobre mí como pesada losa.
Hoy quiero dejarme penetrar por tu palabra: "Invocaban al Señor y él
respondía". Hoy quiero hacer mía esta bonita y gratificante experiencia del
salmista. Quiero oír tu voz. Quiero sentir tus pasos. Quiero gozar de tu
presencia.
"Postraos ante su monte santo"
Hoy necesito rezar de rodillas. Necesito hundirme en el polvo de la tierra y,
desde ahí, adorarte. Quiero percibir en mi oración ese escalofrío que se
siente siempre que lo pequeño se pone ante lo grande; lo finito ante lo
Infinito; lo limitado ante lo Inmenso. La nada ante el Todo.
Haz que, desde mi pequeñez, descubra mi grandeza. Desde mi finitud, mi
deseo de eternidad. Desde mis propias limitaciones, mis capacidades
infinitas.
Hoy quiero sentirme como la nada ante ti. Pero una nada querida por ti. Eso
quiero, Señor. ¡Nada más! y ¡nada menos!.
FRASES
"¿Qué es la santidad? Es precisamente la alegría de hacer la voluntad de
Dios". (Juan Pablo II)
"El puente de la santidad lo han pasado los mártires pero no sólo ellos. El
puente no se ha derrumbado después de haber pasado ellos; la fuente no se
ha secado después de haber bebido ellos. En el huerto del Señor no sólo
están las rocas de los mártires, sino también los lirios de las vírgenes y las
yedras de los casados, así como las violetas de las viudas. Ningún hombre,
cualquiera que sea su género de vida, ha de desestimar su vocación a la
santidad". (San Agustín)
121
PREGUNTAS
1. En este salmo Dios es "el Santo". ¿No siento vergüenza al verme tan lejos
de la santidad?
2. En mi grupo cristiano, en la comunidad en la que vivo se habla de todo:
de justicia, de libertad, de servicio, de realización personal... ¿Y de santidad?
¿No caemos en la cuenta de que los santos son los que viven a tope todos los
valores humanos?
3. Jesús, el Santo, es el hombre que más ha hecho por la humanidad. ¿Hasta
qué punto trato de imitarle?
SALMO 100
Aclamad al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
"El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades".
ESTRUCTURA
1. Invitaciónalabanza (1-3) ,
2. Nueva invitación universal (4-5)
INTRODUCCIÓN
El salmo 100 puede servir de conclusión a los salmos de Yavé-rey. Yavé
reina en el mundo y, de una manera especial, en Israel, su rebaño. Ésta es la
buena nueva que invita a la alabanza y la alegría. El salmo invita a Israel a
vivir en un eterno aleluya.
San Agustín comentaba: "Que la alabanza se convierta en vuestro alimento.
Alabando conseguiréis nuevas fuerzas, y aquel a quien alabaís os resultará
más dulce".
El autor pudo inspirarse en el esquema de una procesión festiva; pero el
esquema es sólo cauce para expresar las emociones internas.
Una procesión envuelta en alabanza y en la que toma parte "toda la tierra" es
la emoción que anida en el alma del poeta.
DESARROLLO
v. 1. "Aclamad al Señor, tierra entera"
122
San Agustín explica el término "aclamad" para designar un contenido
inefable, algo que no puede expresarse con las solas palabras. Dice así: "El
que aclama no pronuncia palabras... Es la voz de un ánimo dilatado por el
gozo, que expresa, en cuanto puede, el sentimiento sin entender su sentido.
El hombre se goza en su exultación; arrancando de palabras que no se
pueden pronunciar ni entender, prorrumpe en un grito de exultación sin
palabras. De este modo muestra en el grito su alegría; pero se ve que está
tan repleto de gozo, que no puede explicarlo con palabras... ¿Cuándo
aclamamos? Cuando alabamos lo que es inefable".
Los gozos humanos son tangenciales, apenas rozan la piel. Los gozos de
Dios son tan intensos que las palabras se quedan cortas. Rozan lo misterioso,
lo inefable, lo que no se puede contar. Y este gozo tiene su fundamentos en
la alabanza al Señor.
"Toda la tierra". El primer introito comienza con un preludio universal. En
consonancia con las tradiciones cultuales de Jerusalén Yavé es el Señor del
universo entero. A él debe alabarle toda la tierra. Luego la invitación se
dirige muy especialmente a la comunidad congregada para el culto y que
luego va a efectuar su entrada en el santuario.
v. 2. "Servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores"
El verbo servir debe tener unas resonancias especiales en el pueblo judío.
Recuerda la servidumbre y esclavitud en Egipto. Por experiencia sabe que
servir o ser esclavo es condición triste y dolorosa. Pero aquí se trata de servir
al Señor. Este servicio es causa de alegría. Un servicio hecho por necesidad,
por obligación, esclaviza. Pero un servicio hecho por amor nos hace libres y
es causa de gozo. También este aspecto lo comenta muy bien San Agustín:
"Toda esclavitud es amarga... Pero no temas la esclavitud de aquel Señor...
Gran dicha es ser siervo en esa gran casa... Junto al Señor la esclavitud es
libre, porque no sirve la necesidad sino la caridad... Que la caridad te haga
siervo, ya que la verdad te hizo libre".
v. 3. "Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su
pueblo y ovejas de su rebaño"
El sentido intensivo del verbo saber indica que esta sabiduría afecta no sólo
a la inteligencia de la person, sino también al corazón, a todo el hombre.
Saber que el Señor es Dios es experimentar el señorío de Dios sobre
nosotros. Es disfrutar, en medio de nuestra condición de criaturas, de ser
suyos, de pertenecerle con el cuerpo, con el alma y con el corazón.
Israel sabe que el mismo Dios que le ha creado es su padre, el cual le
envuelve con su ternura: " ¿No tenemos todos un mismo Padre?, ¿un solo
Dios que nos ha creado?" (Mal 2,10).
Dios creador nos ofrece su grandeza, su inmensidad... Dios Padre nos da la
intensidad de su amor. Y todo para nuestro provecho, para nuestro disfrute.
"Él nos hizo". ¿Se refiere a la creación del hombre en general o a la del
pueblo en especial? Por el contexto parece que se refiere al pueblo: "Ovejas
de su rebaño". Aún con esa limitación la frase es densa.
123
Y la comenta el P. Alonso Schókel de esta manera: "Nos ha hecho
políticamente haciendo de una masa de esclavos un pueblo libre, una nación
autónoma. Nos ha hecho religiosamente por la Alianza: "Seréis mi pueblo y
yo seré vuestro Dios".
La alabanza se hace incumplible sin esta cordial aceptación de la Alianza:
ser obra de Dios. Eso llevará a la aceptación de su señorío.
v. 4. "Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios
con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre"
En el v. 4 comienza el segundo introito. Nos imaginamos a los sacerdotes
animando a la alabanza a la comunidad que entraba procesionalmente en el
santuario. La acción de gracias y la postración ante Yavé: tal era la finalidad
de aquella entrada procesional. Hay que honrar y exaltar de todas maneras
posibles al rey de Israel.
En la espiritualidad del pueblo de Israel, los auténticos fieles han tenido una
profunda experiencia de Dios. Los salmistas han encontrado en la acción de
gracias, en la alabanza, una fuente secreta y perenne de júbilo. Ellos han
disfrutado, han sido felices glorificando a Dios. Viven para la alabanza y se
mueren con la pena de no poder alabarlo. "Los muertos no te alaban". La
convicción de no tener ya vida después de la muerte era como una losa
pesada que oprimía sus almas. Con todo, ellos se sentían felices de poder
alabar a Dios en el breve espacio de esta vida. Debemos imaginarnos la
inmensa alegría que ellos tendrían ahora después de la venida de Cristo y su
Resurrección.
¿De dónde brota el deseo de alabar a Dios y darle gracias? En el v. 3 hemos
hablado de la Alianza. Ahí está la clave.
Después de que Dios ha hecho Alianza con el hombre, éste queda capacitado
para la alabanza y la acción de gracias.
Hay una especie de juego maravilloso entre el amor (Alianza) y la fe. La fe
da y el amor recibe. Por el amor Dios favorece al hombre, le capacita, le
enriquece. Por la fe el hombre se deja favorecer, se deja enriquecer, se deja
querer. Por el amor Dios baja hasta el corazón del hombre. Por la fe el
hombre salta hasta el mismo corazón de Dios. Allí le alaba, le bendice, le da
gracias y le ama.
Cuando Dios se ofrece al hombre por amor y el hombre se entrega, se
abandona a Dios por la fe, ya no se obra por la fuerza de la ley ni por una
pesada obligación. Se obra por amor y sólo existe el deleite de agradar a
Dios.
De esta relación espontánea, libre, jubilosa, entre Dios y el hombre, brotará
el amor gratuito y desinteresado a los hermanos. Amar al hombre desde Dios
es la clave para una auténtica fraternidad.
v. 5. "El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas
las edades"
El pueblo termina con una aclamación a Dios. El salmo lo tiene claro: es el
pueblo el que alaba a Dios. Para todo creyente tendría que ser un gozo y una
124
aspiración el celebrar la fe con el pueblo. Israel siempre ha tenido un sentido
de pueblo, de asamblea, de comunidad.
¿Qué celebra el pueblo?
1. QUE DIOS ES BUENO
No celebra la bondad en abstracto. El pueblo ha experimentado que Dios ha
sido bueno con él. Dios le ha creado, le ha liberado, le ha salvado. El amor
se lo ha demostrado dentro de una historia concreta. Ha habido hechos y no
meras palabras.
2. QUE DIOS ES MISERICORDIOSO
Es otra cualidad de Dios que el pueblo celebra. El pueblo ha delinquido, ha
pecado, ha prevaricado muchas veces, pero Dios le ha perdonado. Muchas
veces el pueblo se ha sentido basura, miseria. Pero sobre esta miseria se ha
volcado el corazón de Dios. Y eso es precisamente la misericordia: el
corazón de Dios buscando nuestra miseria para acabar con ella.
3. QUE DIOS ES FIEL
Otra experiencia maravillosa que ha tenido el pueblo de Israel ha sido la
persistente constatación de un Dios fiel. Siempre que el pueblo ha hecho
pactos o alianzas con Dios, el que ha fallado ha sido el pueblo. Dios siempre
ha sido leal. Esta lealtad por parte de Dios ha servido para que el pueblo, aun
en las circunstancias más adversas, siguiera confiando en su Dios.
ORACIÓN
"Servid al Señor con alegría"
Señor en tu pueblo, en tu viña, en tu rebaño, hay muchas personas que te
sirven a la fuerza, de mala gana, por obligación o por rutina. Yo también,
Señor, he sido uno de ellos en otro tiempo.
Pero hoy quiero cambiar. Hoy quiero servirte por amor. El cumplimiento de
tus mandamientos no serán un peso o una carga para mí sino una
satisfacción, un gusto, una gozada. Y no sólo tus mandamientos sino tus
deseos, tus gustos personales, tu santa voluntad hallarán eco y acogida en mi
corazón.
Yo, como tu Hijo Jesús, haré siempre lo que a ti te agrada. Y en ese agrado,
en ese gusto, encontraré la raíz profunda de mi felicidad. Yo quiero ser feliz
sabiendo lo que a ti te agrada y poniéndolo en práctica. Yo quiero ser feliz
sabiendo que tú eres feliz conmigo.
"Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño"
Señor, me lleno de felicidad al saber que soy tuyo, totalmente tuyo. Yo no
me pertenezco, no soy dueño de mí mismo. Mi inteligencia, mi voluntad,
mis deseos, mis proyectos, mis emociones más profundas... todo es tuyo.
Todo te pertenece. Tú puedes disponer de mi tiempo, de mi trabajo, de mi
descanso, de mi salud, de mi vida entera. Y así, perdido en ti, es como yo me
encuentro.
Y al pertenecer del todo a ti, también pertenezco a tu pueblo. Yo quiero vivir
mi fe como a ti te gusta: de una manera comunitaria. Quiero ser una oveja
dentro de tu rebaño. Quiero apacentarme en tus prados, beber de tus fuentes,
125
sestear a tu sombra y ser guiado por tu cayado. Con tu rebaño quiero vivir y
con él quiero atravesar la cañada oscura de la muerte.
"Entrad por las puertas con acción de gracias"
Las puertas a las que hace referencia el salmista son las puertas del Templo.
Los que entran por ellas no van con las manos vacías. Llevan en sus labios y,
sobre todo, en el corazón, una alabanza, una acción de gracias. Orar no es
sólo pedir, es también agradecer. La alabanza, la adoración, la acción de
gracias es la oración que más le gusta a nuestro Dios. Y, ¿qué otra cosa es
orar sino agradar a Dios?
FRASES
"La oración de acción de gracias debe finalizar todos nuestros actos. 'Padre,
te doy gracias' (Jn 11,41). Éste es el canto que entonaba Jesús. Él quiere
escuchar su eco en mi alma. Esta alma viene a ser como una lira en las
manos de Dios y todos sus dones son como otras tantas cuerdas que vibran
para cantar, día y noche, la alabanza de su gloria".
(Sor Isabel de la Trinidad)
"La adoración es el último esfuerzo del alma plenamente saciada e incapaz
de poderse expresar". (Lacordiare)
"El que desea cantar salmos en la casa del Señor, no llora sus peligros, ni
apetece sus ganancias, sino que ama a aquel a quien desea cantar todos los
días de su vida. No sin motivo se alaba a aquel que vive y reina por los
siglos de los siglos".
PREGUNTAS
1. ¿Vivo mi fe con ilusión, con esperanza? El servicio que hago al Señor,
¿me esclaviza o me hace libre?, ¿me aburre o me hace gozar?
2. En mi grupo o comunidad, ¿me gusta hacer las cosas en común? ¿Me
alegro con el trabajo de los demás? ¿O voy buscando mi protagonismo
personal?
3. ¿Doy a.la gente un testimonio alegre y festivo de mi fe? ¿Demuestro a los
demás que el pertenecer a Dios produce felicidad?
ÍNDICE
Salmo 76: "Dios es grande en Israel" 11
Salmo 77: "Alzo mi voz a Dios gritando" 19
Salmo 78: "Pero ellos volvieron a pecar contra él"
29
Salmo 79: Lamentación del pueblo por la suerte de Jerusalén 41
Salmo 80: "Que brille tu rostro y nos salve"
51
Salmo 81: "Ojalá me escuchara mi pueblo" 59
Salmo 82: "Levántate, oh Dios, y juzga la tierra" 67
Salmo 83: "No te quedes inmóvil ni callado"
75
Salmo 84: "Hasta el gorrión ha encontrado una casa"
83
Salmo 85: "La salvación está cerca" 91
Salmo 86: "Porque tú Señor, me ayudas y consuelas"
101
Salmo 87: Canto a la ciudad de Sión 111
126
Salmo 88: "Mi vida está al borde del abismo"
119
Salmo 89: "¿Hasta cuándo, Señor, estarás escondido?" 129
Salmo 90: "Señor, tú has sido nuestro refugio"
141
Salmo 91: "Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás"
Salmo 92: "Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu nombre"
Salmo 93: "El Señor reina, vestido de majestad" 171
Salmo 94: "Dichoso el hombre a quien tú educas" 179
Salmo 95: "Venid, aclamemos al Señor"
189
Salmo 96: "Cantad al Señor un cántico nuevo"
199
Salmo 97: "El Señor reina, la tierra goza" 207
Salmo 98: "Retumbe el mar y cuanto continué" 215
Salmo 99: "El amor de Dios dura por siempre"
223
Salmo 100: "Servid al Señor con alegría" 231
127
1-51
161
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