Una herramienta útil para ayudar a sanar patologías

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TIEMPOS DE HOY
Muchas terapias, como la de dejar de fumar, recurren a la hipnosis.
E
Por Verónica Gayá
l cine, la televisión y los espectáculos de pseudomagia han hecho un daño considerable a las
verdades de la hipnosis. Con la
hipnosis no se vuela, ni te conviertes en asesino, ni nadie te maneja. Aunque no todas
las definiciones navegan por los mismos parámetros, todas coinciden en que la hipnosis tiene que ver con un trabajo psicológico
de focalización de atención y de una reducción voluntaria de la capacidad analítica del sujeto, el uso de la sugestión, la disociación, la creación de expectativas, en la
que se crea una modificación en el modo en
que nuestro cerebro procesa la información.
La hipnosis no es ni una terapia y ni un espectáculo. Cuando en la mitad de un escenario vemos a supuestos espectadores invitados a realizar cualquier actividad contra
su voluntad, no es cierto; cuando dichas personas realizan súbitamente alguna destreza,
o incluso algún superpoder, como levitar, no
es cierto. Tampoco la hipnosis es la panacea
de ningún mal. Sirve de ayudante para al-
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11–17 de julio de 2016. nº 1163
Una herramienta útil para ayudar a sanar patologías
físicas y mentales
LA HIPNOSIS, ALGO
NATURAL
Personas que creen haber recordado otras vidas, que actúan contra su voluntad,
que se quedan enganchadas a una especie de trance, que no pueden mentir... Nada
de eso. En torno a la hipnosis hay tantos mitos, leyendas y engaños que no dejan
ver su verdadera esencia, lo que es y para lo que sirve.
gunos campos, especialmente lo relativo a
dolores crónicos, episodios de estrés, tabaquismo, colon irritable, asma, terapias ontológicas... pero por sí sola es incapaz de
aplacar males ni físicos ni psíquicos. También puede descubrir destrezas o habilidades, pero que ya existían en el hipnotizado.
La Asociación Española de Hipnosis y la
APA (American Psyatric Association) coinci-
den en que es un estado natural de concentración focal activa y atenta, unido a un estado de relativa desconexión de la atención
periférica, y dado que es una característica
normal y ampliamente distribuida, y que la
entrada en estado hipnótico se produce en
forma espontánea, se trata de un fenómeno
bastante frecuente. La hipnosis no es más que
un estado de concentración en algo en con-
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creto que nos hace desconectarnos del entorno. José Elías González Fernández, presidente de la Asociación Española de Hipnosis, en declaraciones a EL SIGLO, afirma que
“nosotros pasamos varias veces al día por el
estado hipnótico, absortos, por ejemplo cuando vamos conduciendo y funcionamos con
la parte automática. Es un estado muy parecido a la hipnosis en el que el consciente no
está al corriente de todo ello”. Este ejemplo
es especialmente relevante cuando vamos
conduciendo por una ruta muy frecuente y
prácticamente llegamos a nuestro destino sin
saber de qué manera lo hemos hecho.
Durante la hipnosis se activan en el cerebro zonas relacionadas con la atención y el
control congitivo y otras que se relacionan
con la producción de imágenes mentales.
La hipnosis es un estado natural, pero que
al ser inducido por técnicas concretas y en
torno a las cuales se ha fantaseado mucho,
puede resultar misterioso, aunque no lo es
tanto. Puede realizarse por uno mismo (autohipnosis), una técnica que requiere cierto entrenamiento, o por otra persona, en las
que el hipnólogo se comunica con la persona hipnotizada mediante frases concretas llamadas sugestiones y tan sólo funciona con la voluntad del hipnotizado de llevar a cabo el proceso. Todo el mundo puede ser hipnotizado. De hecho, el 80 por
ciento de las personas pueden serlo con relativa facilidad, un 10 por ciento con mucha facilidad y el otro 10 por ciento con
bastante dificultad.
La autohipnosis es una buena auxiliar de
la terapia psicológica, ya sea como forma de
automatizar los cambios de hábitos de conducta introducidos durante la terapia, como
para reforzar la determinación para combatir adicciones, o para elevar la autoestima en
trastornos relacionados con ella. Para lograr
llevar a cabo la autohipnosis basta con recibir unas sesiones de entrenamiento (en ocasiones basta con 10); existen diferentes técnicas, modos, cada persona suele funcionar
mejor con uno, pero, en general, todos tienen en común la relajación y la repetición
de unas pautas, especialmente sensoriales,
escuchar una música o unos audios preparados para el efecto, concentración en la respiración, en cada parte del cuerpo... También se puede utilizar el método condicionado o ancla, para lo que es conveniente
que previamente un hipnotizador trabaje con
la persona y estructure una sesión de autohipnosis. Una vez conseguido un estado
profundo nos introducirá un código, una palabra, un gesto, una imagen... algo pactado
que después nos bastará para entrar en este
estado.
Dejar de fumar, fobias, evitar comer por
ansiedad o el deporte de alto rendimiento
son áreas en las que se está trabajando cada vez más con la hipnosis. En el último caso se busca máxima concentración, visualización de objetivos, aumento de la autoestima y también mitigación del dolor y del
cansancio.
Muchas terapias, como la de dejar de fumar, se centran en la repetición de ciertos
nuevos hábitos, en conseguir automatismos
en la conducta que con la hipnosis, al trabajar con la parte inconsciente, pueden llegar de una forma mucho más rápida. “Nosotros buscamos a un nivel profundo que la
persona integre en su vida una forma de percibir la situación conflictiva de una forma diferente para que funcione bien”, explica Fernández González, “buscamos un aprendizaje para conseguir un bien”. En este caso
la persona no se acordaría de fumar por que
ha interiorizado que sin fumar se encuentra
bien.
A la hipnosis le queda el reto de superar
muchos mitos. Sin embargo, precisamente
gracias a ellos, gracias en gran parte a los espectáculos, ha conseguido interesar a mucha gente y ha permitido que sobreviva a lo
largo de la historia. En el presente, hipnosis
y terapia tienen mucho que demostrar, y ya
están empezando.
La hipnosis en la historia. Según la Sociedad
Catalana de Hipnosis Clínica y Psicoterapia,
los hombres primitivos ya experimentaban
con la hipnosis a base de cánticos, bailes rituales y palabras que utilizaban para mitigar
dolores, tener visiones, e incluso llegaban a
un estado cataléptico. A lo largo de la historia vuelve a haber claras menciones del uso
de la hipnosis en el Antiguo Egipto, Grecia,
la India, incluso desde el siglo XVIII en la Europa occidental, especialmente en París, con
el doctor Charcot, que impartió clases que el
mismo Freud también pudo presenciar, el
cual también estudió y practicó la hipnosis.
En España Ramón y Cajal fue uno de los grandes interesados e investigadores en esta materia. Sus dos últimos hijos, de hecho, llegaron a nacer con su madre hipnotizada, algo
que le valía para mitigar dolores y evitar un
parto más largo. Sus conclusiones al respecto fueron muy positivas. l
AL DÍA
Voy a saber
más
en cambiar las técnicas de hipnotismo aplicadas a la psicoterapia.
Hipnosis. Teoría y Práctica,
de Horacio Ruiz Iglesias, muestra ejercicios, técnicas y pautas e incluye un DVD con inducciones reales. El autor es el
presidente de la Asociación Española de Hipnosis Clásica y
Ericksoniana.
Algo aparentemente tan mágico y a la vez tan natural como la hipnosis merece la pena
un buen acercamiento. Esta semana te traemos algunos títulos de libros que quizás te interesen para probar un camino
con buenas expectativas.
Lo esencial de la hipnosis,
de Michael D. Yapko, un libro
claro, conciso y exhaustivo que
familiariza al lector con el complejo (y en constante cambio)
mundo de la hipnosis.
El libro de Yapko familiariza al lector
con la hipnosis.
Hipnosis según Erickson, de
François Paul-Cavallier, médico e hipnoterapeuta estadounidense, innovador y pionero
La hipnosis y el estrés, de
Peter Hawkins, es un libro para los más avanzados. El libro
presenta un enfoque práctico
para emplear la hipnosis con
pacientes que padezcan problemas vinculados al estrés.
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