Conferencia, 120921, Asinja, Organización económica y

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Organización económica y jurídica en un marco socio-político sostenible
Gabriel M. Pérez Alcalá
Profesor de Política Económica.
Universidad Loyola Andalucía
1. Introducción.
El objeto de la ponencia es hacer un análisis de las condiciones económicas y políticas que
determinan la sostenibilidad o insostenibilidad del Sistema Tierra.
Para ello, la ponencia se articula en cuatro apartados:
1. Una definición básica del Sistema Tierra. Los subsistemas sociales y el sistema
físico.
2. El concepto de sostenibilidad.
3. Los subsistemas sociales como variables críticas en la sostenibilidad.
4. Las condiciones de sostenibilidad de los subsistemas sociales.
2. Una definición básica del Sistema Tierra. Los subsistemas sociales y el sistema físico.
Si llamamos sistema a un conjunto de elementos de la realidad (“el mundo” en el sentido de
Wittgenstein) que tienen relación entre ellos a lo largo del tiempo, podemos considerar que el
planeta Tierra es un sistema amplio, completo y abierto.
Sin entrar en la Teoría de Sistemas (que nos llevaría a considerar diferentes tipologías de
sistemas) y simplificando el análisis es posible considerar distintos subsistemas del Sistema
Tierra que, en sí mismos, son suficientemente complejos como para abordarlos separadamente y
cuyo conocimiento es relevante. Así, podemos considerar el subsistema social, que incluye
todas las interacciones (en el sentido de Weber, generalizado por Habermas) de todos los
individuos de la especie humana en un momento determinado, y el subsistema físico, que
incluye el conjunto de todos los elementos compuestos de materia (incluyendo al ser humano en
cuanto a tal). Ambos subsistemas se relacionan.
El (sub)sistema social es el conjunto de variables que reflejan el comportamiento humano en sus
roles sociales. De ahí que, distinguiendo en una persona distintos roles, sea posible, a su vez,
distinguir subsistemas de relaciones sociales más homogéneos en cuanto a las acciones: el
subsistema social, el subsistema político y el subsistema económico. Cada uno de estos
subsistemas es un plano en el que podemos considerar la realidad social. Tres subsistemas que
interactúan con el subsistema físico.
3. El concepto de sostenibilidad.
La sostenibilidad es una cualidad o característica que se predica de un sistema. Las condiciones
de sostenibilidad se pueden definir matemáticamente.
Decimos que un sistema es sostenible si el valor de sus variables se mantiene a lo largo del
tiempo en los intervalos (0, valores críticos) y no hay ninguna variable del sistema que pueda
hacer que alguna de ellas tome valores diferentes de los definidos en los intervalos. El sistema
es insostenible si alguna variable toma valores superiores a su valor crítico.
El concepto de sostenibilidad queda, pues, acotado por la definición de:
a. Intervalo de sostenibilidad.
b. Tiempo.
El grado de sostenibilidad de un sistema se puede medir en función del tiempo que, desde el
momento inicial, tiene para traspasar algunos de los valores críticos.
4. Los subsistemas sociales como variables críticas en la sostenibilidad del Sistema Tierra.
La sostenibilidad del Sistema Tierra (definida por la variable vida humana según condiciones
conocidas) depende del desempeño de los subsistemas sociales. Así, dado que el subsistema
físico es finito, el desempeño de los subsistemas sociales (demográfico-social, político y
económico) determina el ritmo de crecimiento o decrecimiento del grado de sostenibilidad.
En este sentido, el crecimiento demográfico, la expansión social de nuevas necesidades de
consumo entre la población, la tecnología disponible, el funcionamiento de los mercados y la
organización política determinan la cercanía del momento crítico de la insostenibilidad del
sistema por sobrepasar uno de estos dos límites, o los dos: el de las externalidades que impiden
la vida y el de los recursos naturales que impiden las condiciones conocidas en las que ésta se
desarrolla.
En nuestra ponencia nos centraremos en el análisis de los dos subsistemas sociales críticos para
determinar la sostenibilidad de Sistema Tierra: el sistema económico (la organización
económica) y el sistema político (la organización jurídica).
El sistema económico mundial está constituido por el conjunto agregado e interrelacionado de
los mercados de bienes y servicios y de los mercados de factores de producción (recursos
naturales, capitales y mano de obra). Un sistema constituido, a su vez, por un número
determinado de mercados que funcionan con distintos grados de globalización. Así, existen
mercados muy globalizados como los mercados financieros internacionales hasta mercados
poco globalizados como los servicios personales.
El funcionamiento de los mercados (basados en el concepto de propiedad privada, transacciones
libres garantizadas y racionalidad maximizadora de preferencias de los agentes) puede producir,
incluso en los mercados llamados “perfectos”, resultados que comprometen la sostenibilidad.
Dos son los comportamientos que comprometen la sostenibilidad: el comportamiento de rebaño
(todos quieren lo mismo al mismo tiempo) y el comportamiento miope (el horizonte temporal
que se considera como racional es muy limitado). Analizaremos dos casos de insostenibilidad
de mercados ejemplos de estos comportamientos: las aglomeraciones urbanas y la explotación
de la selva.
Además, las “imperfecciones” de los mercados pueden dar lugar a comportamientos
insostenibles social y económicamente. La acentuación en la desigualdad en la distribución de la
renta, por ejemplo, genera comportamientos que aceleran la insostenibilidad del sistema.
Finalmente, la no consideración de los costes asociados a las externalidades lleva a acentuar la
insostenibilidad del sistema.
Por su parte, el sistema político, suma de fragmentos asimétricos de soberanía, funciona, desde
la perspectiva de la sostenibilidad, en un sentido contradictorio. Por una parte, existe un
discurso a favor de la sostenibilidad (no compartido por todos) que se sitúa en el plano del
derecho internacional; y, por otra parte, existe una realidad que no considera la sostenibilidad
sino que fomenta comportamientos limitados y cortoplacistas de crecimiento económico. La
política energética española o las regulaciones internacionales del mercado de CO2 serán
analizadas como ejemplos de estas típicas contradicciones.
5. Las condiciones de sostenibilidad de los subsistemas sociales. Propuestas para el
debate.
Teniendo en cuenta el análisis anterior, nos preguntaremos, finalmente, cuáles son las
condiciones socioeconómicas y políticas que permitirían alargar la sostenibilidad del Sistema
Tierra. Tres son los ejes para un debate viable:
1. El crecimiento demográfico y la distribución de la renta. Dado el sistema social y la
evolución demográfica, la cuestión de los límites del crecimiento demográfico debe
plantearse, especialmente como una estrategia para salir de círculos viciosos de pobreza
y dar sostenibilidad a algunos ecosistemas sociales frágiles, coadyuvando en la
sostenibilidad del sistema global. La articulación de estas políticas, de una forma
equilibrada y respetuosa con los derechos humanos y la dignidad de la persona, no es
una cuestión sin aristas. La educación y el empoderamiento de la mujer en los países
pobres son dos elementos a tener en cuenta. Mecanismos de redistribución de la renta
serían necesarios para hacer transiciones demográficas a niveles estables. El caso de
Brasil del último decenio y de Tanzania son paradigmáticos.
2. Las externalidades y la fiscalidad verde. Dado el sistema económico y político y los
diferentes intereses, los países con una opinión pública más concienciada pueden definir
las externalidades y asociar a ellas un coste. Así, el uso de materiales no reciclables, la
producción de contaminantes, etc., se incluiría en el precio y, al alterar el sistema de
precios relativos, minimizaría su uso. Este coste puede tener la forma de sistemas de
fiscalidad verde. Su efecto sobre el desarrollo de tecnologías limpias sería efectivo a
medio plazo y, a largo, cambiaría el stock de capital de la economía mundial. El caso
del precio de los carburantes en Europa en los 80 es ilustrativo.
3. La solidaridad bidireccional. Dado el sistema económico y político, definir políticas de
cooperación y desarrollo con condiciones de seguridad alimentaria y medioambientales
que transfieran recursos a los países pobres con potencial medioambiental elimina el
efecto perverso de los comportamientos de rebaño y miopes en el uso de estos recursos.
Una subvención por el mantenimiento de zonas protegidas del planeta (Biosfera) a
partir de fondos mundiales sería una forma efectiva de limitar los efectos perversos. El
caso de Costa Rica es un indicio a tener en cuenta.
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