16 • Primera plana Martes. 10 de marzo de 2009 • LA RAZÓN GARZÓN, INVESTIGADO: UN JUEZ CONTROVERTIDO 4 016nac10fot1.jpg Ancho: 202.329 mm. Alto: 97.017 mm. Actuaciones 1/ MILITANTES DEL PP Han sido su último objetivo con la instrucción del «caso Gürtel». Finalmente decidió inhibirse en favor de los TSJ. 2/ DESAPARECIDOS Igual que en la supuesta trama, se inhibió en sus pesquisas sobre crímenes del franquismo en la Guerra Civil. 3/ ÁCIDO BÓRICO Tres imputados por falsedad, una lucha por la competencia en el informe que vinculaba ETA y 11-M y otra inhibición. 4/ ISLAMISTAS Juzgó a una treintena de islamistas por querer atentar contra la Audiencia. 24 fueron exculpados por falta de pruebas. El juez Garzón, durante una de las cacerías en las que participó junto al ya ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo Un cazador con mala puntería Sus últimas actuaciones y sumarios han vuelto a situar a Garzón en el centro de la polémica Su obsesión con los desaparecidos en la Guerra Civil, los militantes del PP o el ácido bórico concluyeron con su abandono Sus más de veinte años en la Audiencia le han convertido en un juez de éxitos, pero también de instrucciones polémicas. F. López MADRID- Durante los últimos meses, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha estado más en el punto de mira que a lo largo de toda su carrera. Las cacería con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, su «guerra» contra militantes populares o su enorme interés por investigar las muertes durante la Guerra Civil le han dado más de una primera página en la Prensa. Sin embargo, su carrera no ha pasado desapercibida y tiene en su haber gran cantidad de polémicas investigaciones y sumarios. Incluso la Audiencia le abrió un expediente por una falta leve, pues su incumplimiento de los plazos permitió que dos «narcos» turcos quedaran en libertad. Estas son algunas de las últimas actuaciones más destacadas y polémicas del magistrado: «Caso Gürtel» El juez se marcó el objetivo de desenmascarar una presunta trama de corrupción vinculada al PP. En esta operación, que arrancó con las elecciones vascas y gallegas muy cerca, fueron implicados, entre otros, el presidente valen- ciano Francisco Camps, el parlamentario autonómico Ricardo Costa o el secretario de Organización valenciano Rafael Bertoret, entre otros. Sin embargo, poco después de los comicios, y sin que estas implicaciones afectaran a los populares, Garzón decidió inhibirse en favor de los tribunales superiores de Madrid y Valencia, según reclamó la Fiscalía Anticorrupción. Cacería con Bermejo Fue una de las razones que moti- varon la salida del Gobierno del ministro de Justicia. Fue muy criticada esa «amistad» en plena instrucción de un sumario contra militantes populares y con las primeras detenciones. Memoria histórica En esta ocasión se inhibió cuando la Sala de lo Penal estaba a punto de declararle incompetente. Sin embargo, puso mucho empeño en exhumar fosas e investigar sobre los crímenes y desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo y numerosas iglesias, cementerios o ayuntamientos tuvieron que remitirle información sobre fallecidos y desaparecidos. Incluso llegó a pedir el certificado de defunción de Francisco Franco. Cobros en «negro» Si ayer se conocía que Garzón ocultó el cobro de 203.000 dólares tras unos cursos en NuevaYork, en 1999 el magistrado dio una conferencia en Pamplona sobre terrorismo y pidió cobrar en negro, según informa La Tribuna del Derecho. Él recibió un sobre con el dinero y ninguna factura, sin que se sepa si lo declaró o no. Ácido Bórico Fue otra de sus intervenciones más sonadas. Imputó a tres peritos de la Policía Científica por un informe que relacionaba a la banda terrorista ETA con los atentados de Atocha. Tras una larga lucha con el Poder Judicial sobre su supuesta competencia, volvió a inhibirse. Agustín J. PÉREZ-CRUZ MARTÍN-Catedrático de Derecho Procesal. Universidad La Coruña LA RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA DE JUECES Y MAGISTRADOS L a independencia, como nota esencial de la Jurisdicción y la actuación imparcial de jueces y magistrados constituyen notas esenciales para que pueda afirmarse que se administra verdadera justicia, consustancial con el Estado de Derecho; ambas notas son complementadas necesariamente con la eventual responsabilidad –civil, penal o disciplinaria– en que puede incurrir el personal jurisdiccional con ocasión de su actuación. En efecto, la imparcialidad y la honestidad son los principales atributos que, sobre cualquier otro, la sociedad exige al juez, debiéndose requerir a éste, en atención a la posición constitucional relevante que ostenta en un Estado de Derecho y a la función que tiene encomendada, no sólo un grado de cultura y preparación jurídica, sino un comportamiento recto y honesto. Es, sin duda, la omisión de dicho comportamiento el que hace dudar razonablemente de la actuación judicial del personal jurisdicente. Si la independencia e imparcial son, como se ha indicado, notas esenciales del juez constitucio- nal, la responsabilidad judicial se configura como corolario del estatuto jurídico del juez en un Estado social y democrático de Derecho. A diferencia de los otros poderes del Estado (Ejecutivo y Legislativo), la legitimidad democrático del juez requiere de éste la independencia, imparcialidad, responsabilidad y exclusivo sometimiento a la Ley. La exigencia de la responsabilidad judicial a jueces y magistrados, integrantes del Poder Judicial, no deja de ser una manifestación más del sometimiento de los poderes públicos al ordenamien- to jurídico y expresión de la declaración general de responsabilidad de los poderes públicos. A la luz de la lectura del auto del Tribunal Supremo conocido ayer surgen fundadas sospechas de que el magistrado Baltasar Garzón pudiera haber incurrido en un supuesto de responsabilidad disciplinaria, tipificada en el art. 417.11 de la Ley Órgánica del Poder Judicial, por omisión de determinadas percepciones económicas, no declaradas en los diversos escritos dirigidos al CGPJ con ocasión de su estancia en Nueva York.