CAPÍTULO 5. LA INTERVENCION PÚBLICA Introducción. Entre los objetivos que justifican la intervención pública se encuentra el de optimización macroeconómica. La optimización macroeconómica es un concepto algo más amplio que el del simple equilibrio macroeconómico ya que algunas variables macroeconómicas no sólo precisan de un equilibrio sino que, en ocasiones se busca una maximización o una minimización de algunas de ellas, en definitiva una optimización. A los únicos efectos de facilitar su exposición, porque, en la realidad están tan interrelacionados que es difícil, por no decir imposible, separarlos unos de otros, los objetivos de la intervención por causa de la optimización macroeconómica pueden subdividirse en tres: El equilibrio formal de la economía: Una economía desequilibrada difícilmente alcanzará niveles de producción aceptables por lo que su equilibrio constituye un paso previo a cualquier otra política macroeconómica El pleno empleo o el máximo nivel de empleo: Incluso en una economía equilibrada, al menos en el corto plazo, pueden existir situaciones de desempleo. Cuando el desempleo afecta a los individuos pueden surgir situaciones de inequidad y de conflicto que pueden considerarse inaceptables que, si el sector público puede, debería evitar. La promoción del crecimiento económico: Incluso en una situación de equilibrio no está garantizado el crecimiento económico, imprescindible para el empleo y el bienestar, por lo que este debe ser promovido mediante herramientas específicas. También otros aspectos circunstanciales pueden tener gran relevancia coyuntural porque produzcan importantes perturbaciones en el comportamiento económico general y recomienden otros tipos de intervención pública. por ejemplo: si un país está sometido a grandes perturbaciones cíclicas el tamaño de su estado deberá ser mayor para poder contrarrestarlas en alguna medida; en los países democráticos, la forma en que se configuran las mayorías políticas (socialdemócratas o liberales), también tienen influencia coyuntural en las políticas que se aplican e incluso pueden provocar el denominado “ciclo político o ciclo electoral”; los conflictos sociales o armados también distorsionan la actividad y el tamaño “normal” de los sectores públicos, etc. En la actualidad algunos autores (Boix, 1999) ponen especial énfasis en los retos de la denominada “globalización”. En el sentido de que la influencia de los procesos abiertos de globalización es todavía ambigua e incierta. Por un lado se asegura que los factores de producción se trasladarán hacia aquellos estados cuyos impuestos (y consecuentemente sus gastos) sean menores, lo que indicaría que el proceso de globalización tiende a reducir el peso e influencia de los Sectores Públicos Nacionales 1. Por otro lado se evidencia la necesidad de un gran sector público supranacional, cuando no global, que lidere la intervención en bienes públicos supranacionales como los de la seguridad global, las comunicaciones globales y también la eficiencia y equidad global. El sector público y los equilibrios macroeconómicos. En Economía, el concepto de equilibrio quizá sea uno de los más amplios y complejos. Una gran parte de los modelos y teorías están dedicados, directa o indirectamente, a buscar equilibrios entre distintas macromagnitudes. Se busca el equilibrio de prácticamente cualquier variable económica: los salarios, los mercados, los tipos de interés, la inflación, etc., pretendiéndose la construcción de un macro sistema teórico equilibrado cuya violación explique la existencia de desempleo o injusticias en esta tierra nuestra tan desequilibrada. En ocasiones algunos autores trasladan una excesiva visión del equilibrio en libros de texto y contagian a lectores y estudiantes que acaban confundiendo a la economía con teorías del equilibrio, cuando nuestra disciplina es justamente lo contrario, la forma de aprovechar el desequilibrio permanente que provoca constantemente la creativa sociedad humana2. 1 Lo cual no es del todo cierto porque los factores no tienen porqué desplazarse hacia donde los impuestos son menores sino hacia donde los sectores públicos son más eficientes. Incluso aunque sean mayores los gastos públicos. 2 La economía es la ciencia del excedente. Excedente de utilidad que sólo existe en la vida y la vida es desequilibrio permanente. Cuadro 1. Algunos tipos de equilibrio económico. Tipos de equilibrio Objetivo Los tipos de interés deben ser los suficientemente bajos Real para maximizar el nivel de empleo. El Sector Público debe gastar en función de sus Presupuestario ingresos. Minimizando el déficit. La cantidad de dinero debe coincidir con el tamaño de Monetario la economía. A largo plazo las exportaciones deben coincidir con las Balanza Comercial importaciones. La Economía del equilibrio puede considerarse desde varios puntos de vista: economía real, economía monetaria presupuesto y sector exterior, entre otros. Conseguir o procurar estos tipos de equilibrios no es, en principio, muy costoso ni requiere de muchos recursos. Para la mayor parte de los mismos lo único que se requiere es un organismo que estudie las macromagnitudes afectadas y ejecute los ajustes pertinentes. Así por ejemplo un Banco Central, una Central de Balances o una oficina de seguimiento presupuestario. Debido a su bajo coste y a sus altos resultados, en términos de demanda agregada, producción y empleo las políticas encaminadas a controlar y ejecutar la política macroeconómica deberían ser prioritarias para cualquier economía. El equilibrio macroeconómico, por su alta “rentabilidad” costebeneficio, debe considerarse como prioritario entre las políticas públicas. Sector Público y el equilibrio de la economía real. El equilibrio de la economía real se refiere, sobre todo a la búsqueda de un tipo de interés adecuado. Si el tipo de interés es demasiado bajo no habrá ahorro suficiente para atender las necesidades de inversión y aunque los recursos dedicarán al consumo, a largo plazo habrá problemas. Si el tipo es demasiado alto habrá un exceso de ahorro que no querrá absorber la inversión por lo que la economía se resentirá a corto plazo3. LA ECUACIÓN DE EQUILIBRIO DE LA ECONOMÍA (Suponiendo una economía cerrada: Nx=0) Y= C+I+G y la renta disponible: YD = Y – T Y como YD = C + S Sustituyendo y reordenando I = S + (T –G ) En equilibrio debe producirse la siguiente relación, I = S + (T - G) Inversión = ahorro privado + ahorro público Esta ecuación provoca el establecimiento de los tipos de interés. Estos se forman entre la interacción de los oferentes de saldos (los ahorradores) y los demandantes (los inversores). Tradicionalmente, cuando la moneda era moneda valor, el tipo de interés se formaba libremente en los mercados. Los mercados funcionan casi siempre razonablemente bien pero, en ocasiones errores en la información o apreciaciones interesadas pueden provocar ineficiencias, en forma de burbujas especulativas o derrumbes de precios que han perjudicado mucho a muchas economías. Actualmente, con una moneda fiduciaria, el Banco Central también tiene participación en el establecimiento de los tipos de interés Si los tipos de interés son adecuados se maximiza la demanda agregada, pero puede suceder que, si son demasiado bajos, también se desaliente el ahorro produciendo el desequilibrio. Dicho desequilibrio provocará el desinterés por el ahorro y la falta de 3 Obsérvese como el peligro de mantener un tipo de interés alto es a largo plazo y el de un tipo de interés bajo es a corto por lo que, cuando este se puede manipular (por el Banco Central) no es de extrañar que el político siempre prefiera equivocarse a largo plazo y no a corto plazo por lo que la tendencia normal es a mantener los tipos lo más bajos posible. capital productivo para inversiones. Por el contrario, si los tipos son demasiado altos 4 la consecuencia será un exceso de ahorro, sobre las cantidades que se demanda invertir así como una contracción del consumo, es decir, se incrementarán los fondos ociosos y se reducirá el nivel de producción de equilibrio. Esto implica que, mientras exista desempleo es probable que los tipos de interés sean lo más bajos posibles ya que, a corto plazo, se incrementa el nivel de producción y empleo. Sin embargo, si existe pleno empleo un descenso de los tipos de interés sólo provocará inflación debido a que tanto consumidores como inversores incrementan su demanda, provocando escasez y subidas de precios. Desde que la economía funciona con moneda fiduciaria, el Banco Central es la institución encargada de definir la política monetaria por la que controla los tipos de interés mediante las operaciones de mercado abierto o las subastas de líquido a los bancos comerciales. El Banco Central mantendrá los tipos de interés lo más bajo posible siempre que no ocurra alguna de las siguientes circunstancias: a) se produzca un repunte inflacionista. Las operaciones de mercado abierto suponen que el Banco Central compra títulos de deuda a particulares, normalmente en mercados secundarios, a cambio de un tipo de interés menor. Es decir inyecta dinero y retira bonos justo hasta el precio en que el tipo de interés desincentiva a los individuos a ahorrar y estos prefieren mantenerse en liquidez o consumir. El incremento de consumo sólo provocará incremento de producción si y sólo sí existe desempleo involuntario, de lo contrario el incremento de consumo provocará subidas de precios y tensiones inflacionistas. Los tipos de interés deberán subir cuando se produzcan tensiones inflacionistas provocadas por un incremento del consumo y/o la inversión. Este proceso se denomina recalentamiento de la economía. Se dice que una economía se está recalentando cuando, los bajos tipos de interés provocan un incremento de la demanda agregada que no se puede satisfacer por un incremento de la producción, por lo que se producen tensiones en los precios. La solución pasa entonces por elevar ligeramente los tipos de interés. 4 Por sus negativos resultados a corto plazo, esta segunda opción no es fácil que se produzca con una moneda fiduciaria controlada por el Banco Central. b) Que la diferencia entre el tipo de interés monetario y el tipo de interés real sea tan alto que se pierda el control del mercado monetario. Un exceso de subastas de líquido efectivo del Banco Central puede provocar que la economía caiga en la que se conoce como trampa de la liquidez. Si los bancos comerciales perciben que los tipos de interés reales (los que los inversores están dispuestos a pagar) son superiores a los que persigue el Banco Central, entonces pueden llegar a comprar demasiado dinero y que parte de este acabe en la economía real de forma desorganizada (produciendo burbujas especulativas, inflación, exceso de crédito…). Sector Público y equilibrio presupuestario. Este es quizá el más polémico y complicado de los equilibrios macroeconómicos. Consiste en defender que, a largo plazo los ingresos públicos deben coincidir con los gastos públicos, de forma que el déficit no tiene sentido a largo plazo e incluso debe minimizarse el volumen y el coste de la deuda pública Es sin embargo polémico porque, en algunos casos (corto plazo, existencia de desempleo y crisis de demanda) existen posturas políticas y teorías económicas alternativas que discrepan en los límites hasta los que debe ser aplicado este principio. Dado que el análisis de los efectos económicos de la financiación del Sector Público mediante impuestos o deuda constituyen gran parte del objetivo de este capítulo, el desarrollo teórico de este equilibrio se lleva a cabo en epígrafes siguientes (financiación mediante impuestos y financiación mediante deuda pública) El sector público y el equilibrio monetario de la economía Cuando el dinero era valor (base oro, plata,…) sólo existía un tipo de interés, el tipo real que se formaba en los mercados de ahorradores e inversores, sin embargo cuando este se convierte en fiduciario aparece un nuevo tipo de interés, el interés monetario que es el que los bancos están dispuestos a pagar por disponer de esos papeles pintados que son los billetes de banco. El tipo de interés real no es totalmente independiente del tipo de interés monetario sino que es necesario que ambos se mantengan relativamente correlacionados. Para mantener constante un tipo de interés monetario la oferta de dinero debe coincidir con la demanda. La demanda depende de los motivos clásicos (transacciones, precaución, especulación) y de la velocidad de rotación. La oferta depende de la oferta de base monetaria y del multiplicador del dinero bancario. La ecuación de cambio de Fisher (MV = PY) relaciona la cantidad del dinero con el nivel de precios. Esta permite hacer una interpretación general de la teoría cuantitativa y del mecanismo de transmisión monetaria, un incremento de la cantidad de dinero producirá incremento de la producción en la medida en que exista desempleo involuntario. Si este no existe un incremento de la cantidad de dinero en circulación sólo provoca incremento del nivel de precios. Por otra parte una reducción de la cantidad de dinero o un incremento por debajo de incremento potencial de la producción provocará mayor dificultad para cerrar algunas transacciones y se producirá una reducción del nivel de producción real. El sector Público y el equilibrio de la balanza comercial La balanza comercial tiene dos componentes que precisan de un análisis y tratamiento diferentes: equilibrio de la balanza por cuenta corriente y equilibrio de la balanza de capital. La teoría clásica supone que es imposible mantener indefinidamente un balanza comercial desfavorable o favorable ya que, si la moneda es valor (por ejemplo oro o plata) el incremento de metal o la disminución, provoca el incremento o disminución de precios de forma que el flujo de metal acabará invirtiéndose, si la moneda es fiduciaria, una moneda que sale vuelve a entrar en el país rápidamente porque no tiene ningún valor en el extranjero. Sin embargo, un caso particular es el de las monedas denominadas “refugio” que sí que se utilizan en el exterior del país, por ejemplo el dólar americano. En este caso el déficit exterior puede mantenerse en tanto la moneda se demande en el exterior (para transacciones, precaución o especulación). El actual déficit de muchos países de la UE puede tener también este origen. La economía que dispone de una moneda refugio tiene una ventaja cuando exporta ya que recibe bienes y servicios a cambio de nada (papeles pintados). Sin embargo si su moneda pierde credibilidad los extranjeros querrán devolver la moneda y entonces será esta economía la que sufriría problemas de desabastecimiento, inflación y desestabilización macroeconómica. Es decir, con una moneda refugio el equilibrio exterior no se consigue automáticamente, todo lo contrario, sin las contramedidas pertinentes del Banco Central, los desequilibrios podrían acabar afectando a la estructura de precios de la economía, en forma de consecutivos procesos deflacionarios e inflacionarios. Ilustración 1. Balanza por cuenta corriente (% GDP) EU, EEUU y Japón. Fuente: Eurostat. Incremento de la Producción y empleo de equilibrio por el lado de la Demanda A un nivel Macroeconómico tiene que cumplirse forzosamente que la producción sea igual al gasto, Y = DA, por lo que, en presencia de desempleo de trabajo y capital, incrementando la demanda agregada se incrementará el nivel de producción y el trabajo per cápita debiendo permitir el que algunos trabajadores desempleados encuentren trabajo. En presencia de desempleo y sólo en presencia de desempleo 5 tanto de capital como de trabajo6, un incremento de la DA (Demanda Agregada) proporciona un 5 Si no existe desempleo un incremento de la DA sólo producirá tensiones inflacionistas. superior nivel de producción de equilibrio con un mayor nivel de empleo 7. En presencia de desempleo el incremento del nivel de producción y renta de equilibrio puede considerarse como intrínsecamente bueno ya que permitirá que más individuos ofrezcan la cantidad de trabajo que desean y consuman la cantidad de bienes y servicios que desean. Un incremento de la Demanda Agregada provocará, de forma inmediata una reducción del contenido de los almacenes. Cuando existan capital y trabajo desempleado y en función de la fuerza de la demanda nuevos trabajadores y nuevo capital se introducirán en el proceso productivo para satisfacerla. La demanda agregada de la economía está compuesta por cuatro elementos Consumo (C), Inversión (I) Gasto Público (G) y Exportaciones Netas (Nx), por lo que la demanda agregada será: DA = C + I + G+ Nx DA1 DA DAo Yo 6 Y1 Y Desempleo de capital y trabajo puede producirse en la fase descendente de un ciclo. Hay que tener en cuenta que debe producirse desempleo de ambos porque si el desempleo es sólo de uno entonces no hay nada que hacer, dicho factor excedente debe emigrar o desaparecer. 7 El modelo Keynesiano, a muy corto plazo, supone que la economía no tiene porqué tender al pleno empleo, y que las crisis pueden ser persistentes. Ello es debido, fundamentalmente, a que algunos comportamientos semi-psicológicos como la propensión marginal al consumo, la trampa de la liquidez o las expectativas de los empresarios pueden anular el efecto de algunos estabilizadores automáticos de la economía. Por el contrario, ante una crisis el modelo neoclásico interpreta que cuando desciende el consumo, se incrementará el ahorro, lo que provocará la bajada de los tipos de interés y el incremento de la inversión que provocará el incremento del empleo y la salida automática de la crisis Si suponemos que la economía se encuentra en Yo, una situación equilibrada pero con desempleo. Sería ideal que el nivel de producción fuese Y1 ya que desaparecería el desempleo. El equilibrio en Y1, proporciona un nivel de producción y necesita de una cantidad de empleo superior a Yo. Puede incrementarse la DA incrementando el consumo, por ejemplo aumentando la propensión marginal a consumir, dando confianza a los consumidores, con mercados de seguros, con más información, con más transparencia y competencia en los mercados, etc. Puede incrementarse la DA incrementando la inversión, por ejemplo con bajos tipos de interés, ofreciendo buenas expectativas empresariales, ofreciendo un sistema de seguridad suficiente, de justicia suficiente, desarrollo normativo, estándares, etc. También puede incrementarse la DA incrementando la balanza comercial. Esta suele depender de los acuerdos internacionales que suelen proporcionar ventajas y obligaciones recíprocas.8 Sin embargo, salvo que se diga lo contrario, en el resto del epígrafe, consideraremos una economía cerrada en la que no existe sector exterior o, si se prefiere, una economía abierta en la que el saldo comercial, exportaciones menos importaciones, es nulo (Nx=0). Finalmente, también se puede incrementar la DA incrementando el gasto público (G). El estudio de las posibilidades y limitaciones es el objeto de estudio de este epígrafe y el objeto de gran parte de la teoría keynesiana y de la mayor parte de las teorías que estudian la intervención pública, ocupando un lugar cardinal en el pensamiento económico universal. Como se ha mencionado, en presencia de desempleo de todos los factores, el nivel de la demanda agregada determina el nivel de producción y empleo de la 8 En realidad, salvo que exista efecto monetario debido a que la moneda nacional de la economía importadora sea considerada como “moneda refugio”, es imposible mantener, a largo plazo, una balanza comercial siempre favorable o desfavorable ya que la inflación-deflación provocada por la entrada-salida de dinero provoca la menor o mayor competitividad de la economía respectivamente. economía por lo que un incremento del gasto público9 provocará, ceteris paribus, un incremento de la demanda agregada y del nivel de producción y empleo. Un incremento de gasto público (G), ceteris paribus, provoca un incremento de la demanda agregada per cápita y, por extensión, un incremento del nivel de producción per cápita, lo que provoca finalmente que el nivel de empleo que maximiza el excedente también aumente. Las políticas de gasto que puede emprender el sector público están limitadas por su capacidad de obtención de recursos. Recursos que puede obtener de múltiples fuentes de financiación. En este sentido, la clasificación económica de ingresos presupuestarios muestra un amplio abanico de posibilidades entre las que se encuentran la enajenación de activos, ingresos patrimoniales, etc. Coyunturalmente el volumen y la importancia formal de estos ingresos atípicos pueden ser muy relevantes, no obstante en lo que sigue se centra el interés en los ingresos más usuales. Existen cuatro instrumentos básicos para la financiación del sector público, que son: Impuestos, Transferencias, Deuda Pública y Monetización. Como los gastos tienen que se igual a los ingresos G = I, se puede decir que: G = T + TR + DP + (M/P) Si suponemos que los impuestos son un porcentaje constante de la producción. La recaudación será: T=tY Esta suposición implica que los impuestos no son ni regresivos ni progresivos, lo cual constituye una aproximación suficiente a la realidad. El resto de fuentes de 9 Respecto al gasto público, tenemos que recordar que el Sector Público opera económicamente mediante una herramienta denominada “Presupuesto”, que debemos conocer para deducir como puede maximizarse el gasto público en función de que puedan maximizarse los ingresos. financiación las consideraremos independientes del nivel de producción y renta10 de forma que podemos decir que: Go = TR + DP + (M/P) Por lo que podremos concluir diciendo que: G = Go + tY En función de la forma de financiación del gasto, el efecto sobre la economía puede ser distinto. A continuación estudiamos las consecuencias en la economía de la financiación del gasto público, en función de que este se realice mediante impuestos, transferencias, deuda o monetización. También se intentarán observar los límites del incremento de la financiación de cada una de las fuentes. Financiación del gasto con impuestos Para abordar el estudio de la influencia de la financiación del sector público con cargo a impuestos utilizaremos ampliamente el modelo Renta-Gasto. Supondremos dos escenarios básicos, uno a corto plazo, en el que la renta es fija y otro a largo plazo en el que la renta puede responder a variaciones en el tipo impositivo, es decir: Escenario I: la producción y la renta son independientes de los impuestos Escenario II: la producción y la renta dependen del tipo impositivo En este apartado, a fin de simplificar la explicación y aislar el efecto de la recaudación y el gasto público supondremos que, excepto las variables de interés, el resto de macromagnitudes o son cero o permanecen constantes, en particular, salvo que se indique lo contrario, consideramos que: DP = 0 TR = 0 (M/P) = 0 Nx = 0 10 Lo cual no es en absoluto cierto. La Deuda Pública puede emitirse en función del nivel de producción de la economía. Una economía más rica puede emitir mas deuda y viceversa. De lo contrario no podría atender las amortizaciones y nadie le prestaría. También, en una economía con más renta se puede imprimir y poner en circulación más numerario que en una economía más pobre y, a igual cantidad, sus efectos en la inflación serían menores. Finalmente la transferencias exteriores que puede recibir un país están, normalmente correlacionadas de forma inversa con su producto per cápita. Además definimos T como la recaudación neta, que será la recaudación impositiva total menos las transferencias a las familias (TF) , es decir: T = Recaudación bruta – TF Nota Metodológica: Es importante distinguir entre dos tipos de transferencias financieras que no tienen nada en común: a) las transferencias que el sector público recibe de otras administraciones y b) las transferencias que el sector público entrega a las familias. En este apartado nos hemos referido a ambas para decir que suponemos que pueden existir transferencias del exterior (en Go) pero que suponemos que las transferencias a las familias suponen una menor presión fiscal. Como si no existiese la Seguridad Social o como si la seguridad social y el resto de transferencias fuese un seguro sin efectos impositivos. Como si los individuos lo contrataran libremente. Esta consideración ayuda a aislar el efecto exclusivo del gasto público. Una parte del presupuesto no financiero del Sector público es gasto público y otra parte la constituyen las transferencias a las familias e instituciones. Las transferencias a las familias tienen un efecto macroeconómico teórico nulo, en realidad lo único que hace el Sector Público es actuar de intermediario entre familias e instituciones, por lo que podremos prescindir de ellas. No obstante, en la práctica, cuando las transferencias son grandes el efecto distorsionador de los impuestos puede provocar una reducción de la utilidad social e incluso una redistribución ineficiente o injusta. Para el alumno especialmente interesado en la función redistributiva de Sector público y en los efectos sobre la producción y la utilidad se le remite al estudio de la denominada Economía del Bienestar, concretamente al estudio del segundo teorema fundamental y a las teorías que estima el óptimo social (utilitarismo, igualitarismo, etc.). Por su parte la demostración teórica del efecto nulo de un incremento de las transferencias con cargo a impuestos en el nivel de producción figura en anexo. El corto plazo: la producción y la renta son independientes del tipo impositivo Un incremento de impuestos incrementa la recaudación pública y su gasto, pero los impuestos se recaudan del sector privado de la economía, reduciendo la renta de los consumidores y su consumo. Sabemos que: DA = C + G + I Si suponemos un presupuesto equilibrado en la que la única fuente de financiación son los impuestos y si suponemos que los impuestos son proporcionales al nivel de renta y producción, es decir la recaudación consiste en un porcentaje de la producción o renta de la economía y si denominamos t a dicho porcentaje que también se denomina “presión fiscal”, y denominamos c a la propensión marginal al consumo11, entonces: G=T=tY YD = Y - t Y = Y (1- t) C= Co + c ·YD = Co + c (1 - t ) Y Y la Demanda Agregada DA = Co + c (1 - t )Y + t Y + I = = Co + (c (1 - t )+ t )Y + I El nuevo equilibrio se alcanzará cuando la demanda agregada sea igual a la producción DA =Y =(c (1 - t )+ t )Y + Co + I Que reordenando queda12: 11 Schumpeter (Historia del pensamiento económico) definió lo que se conoce como vicio ricardiano a la costumbre de algunos economistas de llegar a importantes conclusiones cimentándose en hipótesis pequeñas o endebles. Le llamó vicio ricardiano porque identificó a David Ricardo como uno de los primeros y que más incurría en tal despropósito metodológico. También acusó a Keynes, a propósito de sus teorías de la propensión marginal al consumo de padecer dicho vicio, ya que sobre la misma Keynes monta gran parte de edificio metodológico (y después, Hicks todavía montará algo más con su modelo ISLM). El profesor Montalvo ((1997): Conocimiento económico y metodología. Tirant lo blanch.) en un magnifico texto no exento de grandes dosis de ironía y una pizca de partidismo, defiende que nuestra Ciencia habría ganado mucho si alguien también definiese los celos schumpeterianos como herramienta metodológica. Aunque está claro que no quedaría estético, cuando menos, montar una ciencia sobre tantos vicios, celos o pasiones. 12 Para algunos autores (Dornbusch, entre otros) el Gasto Público puede considerarse constante por lo que: DA Y C I G Nx . Y como, por un lado el consumo C = Co + cYD y por otro lado YD = Y – T = Y – tY. Reemplazando una ecuación en otra queda C = Co + Yc(1 – t) y la renta de equilibrio: 1 Co I G Nx Para nosotros, en esta asignatura, es fundamental profundizar en el Y 1 c( 1 t ) carácter del gasto público, sus limitaciones y consecuencias, por lo que consideramos que la aproximación anterior es insuficiente. Y 1 1 1 ( Co I ) ( Co I ) ( 1 ( c( 1 t ) t ) (1 c ) (1 t ) c es la propensión marginal a consumir privado, cuando no existe sector público o cuando este utiliza impuestos capitativos. Cuando el Sector Público utiliza impuestos proporcionales a la renta la nueva propensión marginal a consumir es (c (1 - t )+ t ) Esta es la suma de las propensiones marginal privada (c (1 - t)) y pública (t). En presencia de impuestos proporcionales la propensión marginal a consumir privada disminuye. Es decir teniendo en cuenta que 1 > c > 0 ; 1 > t >0 c (1 - t ) < c Pero la propensión marginal a consumir pública es del 100 de la recaudación con lo que finalmente la propensión marginal a consumir total es superior c (1 - t ) + t > c Demostración: c (1 – t ) + t – c = c – t c + t – c = t – t c > 0; 0< c , t <1 Por ejemplo, supóngase co = 0.75; to = 0 si ahora crecen los impuestos hasta t1 =0.2, entonces la nueva c1 (inclinación de la DA = tangente de la DA = c1 =0.75 · (1– 0.2) + 0.2 = 0.75 · 0.8 + 0.2 = 0.8 el antiguo multiplicador era: αo =1/(1 – 0.75) = 4 DA ) será: Y y el nuevo: α1 = 1/(1 – 0.75)(1 – 0.2)= 5 Lo que, gráficamente, implica que la pendiente de la curva de DA aumenta, la DA se hace más vertical. DA DA1 (con impuestos) DAo (sin impuestos) Y En conclusión, según esta teoría, cuanto mayor sea la presión fiscal (t), mayor será la demanda agregada y también mayor será el efecto multiplicador. En un extremo, si t = 1 el multiplicador es infinito y la renta de equilibrio también. Por lo que, en presencia de desempleo de capital y trabajo, tanto si los impuestos se obtienen mediante exacciones capitativas como si se obtienen mediante un porcentaje de la renta, un incremento de los impuestos y del gasto público incrementa la Demanda y producción de equilibrio en el importe de la recaudación. Si los impuestos son proporcionales a la renta también aumenta el multiplicador13. 13 Este hecho implica que, al tener más pendiente la DA el equilibrio puede ser un poco más inestable ya que pequeñas oscilaciones en cualquier otro componente autónomo de la DA (Gasto público autónomo, Consumo autónomo, inversión o exportaciones netas) incrementan y disminuyen más la renta de equilibrio. Esto implica que, si el objetivo del Sector Público es maximizar la DA, esta será la máxima posible cuando los impuestos son máximos. Es decir la DA será máxima en un estado totalitario que cobra toda la renta en impuestos y la distribuye en forma de gasto público. Esta última afirmación no parece práctica y ni tan siquiera intelectualmente correcto, ya que implica que siempre, cuanto mayores sean los impuestos (incluso del 100% de la renta), mayor será la DA, menor el desempleo y mayor y mayor el bienestar por lo que, a continuación, se trata de perfeccionar el modelo. Hay que tener en cuenta que el modelo desarrollado pertenece a un nivel de análisis a muy corto plazo, es decir antes que los agentes tengan tiempo de adaptarse a la nueva situación y para incrementos de impuestos moderados. En el próximo epígrafe estudiaremos la verdadera capacidad de influencia del sector público a largo plazo, cuando trabajadores, inversores adapten sus deseos de consumo y producción al tipo impositivo y el resto de circunstancias que impone el sector público. El largo plazo: la producción y la renta dependen del tipo impositivo En un modelo a largo plazo, en la que la demanda de inversión también sea variable el tipo impositivo óptimo, es decir el que maximiza el nivel de producción y empleo, depende de la forma de la función de producción. Imaginemos por ejemplo, que en una noche tonta, desaparece el sector público en una economía compleja como la española. Si no existe sector público mañana no acudirán los funcionarios al trabajo, esto incluye a jueces, policías, profesores, etc.; la moneda, que sólo tiene valor fiduciario, perdería todo su valor; los derechos de propiedad, de las viviendas, locales o fábricas, etc. dejarían de estar protegidos y así sucesivamente. Toda esta cadena de acontecimiento provocaría que nadie pudiese comerciar con seguridad, que se multiplicasen los robos y los intercambios por trueque, en definitiva, el nivel de producción disminuiría. En el otro extremo imaginemos una economía en la que los individuos son privados del fruto de su trabajo que se les retira para ser gestionado centralizadamente por el Sector Público. Si la presión fiscal es demasiado alta las empresas cerrarán y los individuos pueden dejar de estar dispuestos a trabajar para que el Sector Público les retire toda su renta y probablemente prefieran (en una amplia mayoría o en un número insoportable) esperar a que el Sector Público les solucione sus problemas. Por otra parte, a igualdad de presión fiscal, podemos prever que si el Sector Público gasta el presupuesto en bienes y servicios necesarios, de forma eficiente solucionando las lagunas de producción de los mercados más imperfectos (por ejemplo proveyendo bienes preferentes y los bienes públicos sin mercados, como carreteras, seguridad, etc.), entonces el nivel de producción de la economía será más alto y, al contrario, si se utiliza la recaudación en otros fines distintos, en guerras inútiles o injustas, en corrupción, en gastos superfluos, etc. no incrementará el nivel de producción e incluso desanimará el pago de impuestos y el trabajo por lo que la producción disminuirá y la recaudación también. En definitiva, a través del mecanismo de ingresos y gasto público, habría dos variables que condicionarían la capacidad del sector público para influir en el nivel de producción y bienestar de una economía: la presión fiscal y la eficiencia en el gasto Si se define t como presión fiscal y n como externalidades, la forma de la función de producción Y debería tener una forma parecida a la siguiente: Ilustración 2. Función de producción con externalidades del Sector Público (Curva de Armey). En la Ilustración se ha supuesto la siguiente forma de la función de producción para valores de F(A,K.L) =1 y a=0.2. En el que a es un modificador que obliga a que la función alcance el óptimo antes (a>0) o después (a>0) de t=0.5. En el ejemplo lo alcanza un 20% antes, es decir en el 40% Un incremento de la presión fiscal implica un incremento del nivel de producción de equilibrio hasta un cierto punto traspasado el cual un incremento de la presión fiscal provoca una reducción del nivel de producción. Por su parte una mayor eficiencia en el gasto implica siempre un mayor nivel de producción. Curva de Laffer Un argumento similar subyace en la denominada curva de Laffer. Recaudación (T) Ilustración 3. La curva de Laffer Zona de sobreimposición 0% t* 100% Presión fiscal (t) Un incremento de la presión fiscal (t) incrementa la recaudación (T), pero si la presión fiscal supera un límite, un incremento de la misma puede reducir la producción privada reduciendo también la recaudación y las posibilidades de expansión del sector público y por extensión la expansión de la DA. La curva de Laffer14 y el sentido común nos dice que la recaudación depende de la presión fiscal y que renta y presión fiscal no son independientes. Que, si bien a un nivel impositivo bajo un incremento de la presión fiscal provoca un incremento de la recaudación, una vez que se sobrepasa una determinada presión fiscal se entra en una zona de sobre-imposición en la que incrementos sucesivos de presión fiscal conducen a disminuciones A. B. Laffer de la recaudación y viceversa. La Ilustración 4 muestra la relación entre ambas. A largo plazo la producción depende de tipo impositivo, lo que implica que las decisiones de consumo y producción individuales no son independientes de los impuestos que las graven. En el modelo a corto plazo se había supuesto que el nivel de producción Y es independiente del tipo impositivo t ( Y Y , t ), de forma que un incremento en el tipo impositivo no afectaba al nivel de producción. Era un modelo a corto plazo y para incrementos pequeños del tipo impositivo esta suposición puede ser formalmente correcta, pero, a largo plazo la hipótesis de independencia entre renta y presión fiscal es excesiva. La teoría subyacente en las curvas de Laffer y Armey implica que la producción Y y, por extensión, la recaudación T depende del tipo impositivo t es decir, Y = F(A, K, L, t) De forma que un incremento de la presión fiscal no siempre implica un incremento de la recaudación, de los ingresos del Sector público y del gasto público y de la DA. T = t ·Y ¿? 14 Arthur B. Laffer es un economista norteamericano que pretendía influir sobre los asesores del presidente norteamericano R. Reagan para que redujeran los impuestos argumentando que una reducción de impuestos podría suponer un incremento de la recaudación. Se cuenta que la primera versión de la curva la escribió durante una discusión con un representante de la administración en una servilleta de un bar. A partir de un punto t* un incremento de la presión fiscal provoca una disminución en los deseos de producción de los individuos y el resultado es que la recaudación es menor y, sin embargo sí que continúa disminuyendo la renta disponible y el consumo, con lo que ya no se incrementará la DA porque disminuyen simultáneamente G y C. El problema está entonces en identificar cual debe ser el tipo impositivo adecuado para alcanzar la máxima DA. Ilustración 4. Relación entre la curva de Laffer y de Armey Es importante hacer notar que el tipo impositivo óptimo (que maximiza la DA) es sensiblemente inferior al punto de sobreimposición. Esto implica que, si el sector público desea incrementar la demanda agregada y el nivel de empleo de la economía no debe maximizar sus ingresos fiscales, sino que, incluso en presencia de un sector público eficiente, debe mantener sus ingresos fiscales muy por debajo de la zona de sobreimposición.15 Esto es debido a que el máximo de Y se alcanza antes que el máximo de T=Y·t =F(t)· t para cualquier función de producción Y. Es decir: 15 Este principio constituye un argumento en el sentido de que difícilmente ningún país desarrollado ha estado nunca en la zona de sobreimposición y en el sentido de que A. Laffer estaba equivocado y no debió argumentar que EEUU estaban en la zona de sobreimposición en la década de los 80. En definitiva, el argumento de Laffer es útil en la medida que nos permite relacionar tipo impositivo con nivel de producción, pero no en el sentido de que una economía pueda entrar en la zona de sobreimposición, ya que mucho antes y debido a la crisis que provocara la disminución del nivel de producción, caería el gobierno que lo propugnase. Si F (t ) 0; t F (t ) t 0; F (t ) t En definitiva, un incremento del gasto público financiado con impuestos provoca un incremento en el nivel de producción de equilibrio sólo mientras que no se alcance una presión fiscal determinada. Dicha presión fiscal y el incremento del nivel de equilibrio podrá ser mayor en la medida que el gasto público se utilice con mayor eficiencia (demostración en anexo), Es decir el sector público debe perseguir un doble objetivo: a) que el tipo impositivo (t) sea óptimo. b) que la eficiencia en el gasto sea máxima. De forma que, si suponemos que el tipo impositivo está optimizado, para incrementar la demanda agregada mediante un incremento del gasto público, sólo es posible incrementar la eficiencia en el gasto público. Con mayor eficiencia en el gasto público crecerá la producción y el empleo y crecerán la recaudación y, posiblemente, el tipo impositivo óptimo. Evidencia empírica El gráfico siguiente muestra la relación entre una medida gruesa de la presión fiscal (PIB/Gasto público) y el PIB per cápita de 209 países o áreas geográficas. Se observa como la producción por habitante crece hasta un punto determinado y posteriormente, si se continúa incrementando la presión fiscal, vuelve a disminuir. Ilustración 5. Relación presión fiscal – PIB per cápita en 2002 50000 45000 40000 35000 30000 25000 20000 15000 10000 5000 0 y = -108219x2 + 60932x + 436.2 R2 = 0.0411 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 Fuente: ONU database La ilustración siguiente muestra los mismos resultados pero con una muestra de los 50 países con mayor PIB per capita en 2002. Muestra la misma tendencia pero con un ajuste significativamente mejor. Ilustración 6. Relación presión fiscal – PIB per cápita en 2002. Muestra de 50 países más ricos 50000 45000 y = -236816x 2 + 118559x + 9556.4 R2 = 0.126 40000 35000 30000 25000 20000 15000 10000 5000 0 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 Fuente: ONU database Ilustración 7. Panel de datos: presion fiscal-Ln(producción per cápita). Países OCDE con más de 15 millones de habitantes. 11 usa usa usa usa japjap usa usa jap gerger ger jap jap japjap usa ger fra fra fraaus usa ger ausfra can can nel nel nel nel nel ger usa ger fra aus ger ger usa aus fra fra fra nel aus ger ger can can uk ita ita ita usa usa aus can uk itaaus fra franel ger nel aus uk gerger can fra usa itaitaitauk fra nel fra fra can usa ita uk can can nel fra ita ger aus usa can can uk nel nel i ta ger fra ita ita aus uk uk i ta usa can ita can ita aus ger ger aus fra ita aus can ger uk uk fra jap usa usa fra aus can ger f ra jap usa ita usa e sp aus can can jap ger fra e sp can ger ger uk fra ita esp ger aus ukfra uk ukukukuk ita aus esp aus ita esp ita aus ita ita ita esp uk aus esp uk uk esp esp uk esp esp uk uk esp esp uk esp esp esp esp esp esp esp esp esp esp esp 9 8 tur kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor kor korkor kor mex mex mex mex mex mex mex korkor mex mex mex mex mex mex mex mex mex tur mex mex kor tur tur tur tur mex mex tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur tur turtur polpol pol pol pol pol pol pol pol pol pol pol polpol pol pol pol pol polpolpol pol pol pol 7 lnkrgdp 10 jap jap jap jap jap jap jap jap jap .05 .1 .15 t* .2 .25 Fuentes: ONUBASE (Gasto); OCDE (Deuda); Estimaciones propias. Relación entre volumen relativo del gasto público y el logaritmo del nivel de producción per cápita. Países OCDE (1980-2003) 14 12 10 8 6 4 2 0 0 0.05 0.1 mod. 6 0.15 0.2 mod. 7 0.25 0.3 mod. 8 0.35 0.4 0.45 mod. 9 Relación entre volumen relativo del gasto público y el logaritmo del nivel de producción per cápita. Países América Latina (1989-2009) 12 12 10 10 8 8 6 6 4 4 2 2 0 0 0 4 8 12 16 Modelo No. 5A Modelo No. 7A 20 24 28 32 36 Modelo No. 6A Modelo No. 8A 40 0 4 8 12 16 20 24 28 32 36 Modelo No. 5B Modelo No. 6B Modelo No. 7B Modelo No. 8B 40