Síndrome de Joubert: a propósito de cuatro hermanos adultos

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NOTA CLÍNICA
Síndrome de Joubert: a propósito de cuatro hermanos
adultos afectados
José A. Angemi, Juan C. Zuccotti
Introducción. El síndrome de Joubert es una rara enfermedad de transmisión genética autosómica recesiva. Hasta el
momento se han descubierto 10 genes asociados. Todos ellos codifican para proteínas ciliares primarias, de ahí que se
considere al síndrome de Joubert dentro de las ‘ciliopatías’. Las cilias primarias están implicadas en la proliferación celular
neuronal y migración axonal en el cerebelo y el tallo cerebral, siendo indispensables para su correcto desarrollo. La primera descripción fue realizada por Joubert et al en 1968, comunicando cuatro casos de individuos con agenesia parcial o
total del vermis cerebeloso, síndrome de apnea-hiperapnea episódica neonatal, movimientos oculares anormales, ataxia
y retraso mental. Uno de ellos presentaba también meningoencefalocele occipital.
Casos clínicos. Se describen cuatro individuos adultos afectados por la enfermedad, hermanos biológicos entre sí, de 24 a
35 años de edad, presentando la evolución clínica y neuroimágenes con el ‘signo del molar’ del mesencéfalo, característico de la entidad, imagen formada por la agenesia o hipoplasia del vermis cerebeloso, pedúnculos cerebelosos superiores
estrechos, horizontalizados, engrosados y elongados con falta de decusación, y fosa interpeduncular profunda en los
istmos y puentes superiores.
Clínica Psiquiátrica San José.
Concordia, Entre Ríos, Argentina.
Correspondencia:
Dr. José Alberto Angemi.
Rivadavia, 547. 3200 Concordia,
Entre Ríos, Argentina.
Fax:
+54 3454226487.
E-mail:
[email protected]
Aceptado tras revisión externa:
02.04.12.
Conclusiones. Se pone de manifiesto la necesidad de un diagnóstico precoz de la enfermedad para lograr un correcto
seguimiento, abordaje terapéutico y consejo genético familiar, así como también el papel del cerebelo en funciones cognitivas y desarrollo de la inteligencia.
Cómo citar este artículo:
Angemi JA, Zuccotti JC. Síndrome
de Joubert: a propósito de cuatro
hermanos adultos afectados.
Rev Neurol 2012; 54: 609-12.
Palabras clave. Ciliopatías. Discapacidad intelectual. Neuroimágenes. Signo del molar. Síndrome de Joubert. Vermis cere­
beloso.
© 2012 Revista de Neurología
Introducción
En 1968, Joubert et al describieron cuatro casos de
individuos con agenesia parcial o total del vermis
cerebeloso, síndrome de apnea-hiperapnea episódica neonatal, movimientos oculares anormales, ataxia
y retraso mental. Uno de ellos presentaba también
meningoencefalocele occipital [1]. Otras características físicas descritas posteriormente fueron colobomas, tumores de lengua, presencia de frenillo
lingual, fibrosis hepática, alteraciones renales y polidactilia [2].
Actualmente se conoce al síndrome con la to­
ponimia de su descriptora, síndrome de Joubert,
(OMIM 213300), registrándose cerca de 200 notificaciones de caso en el ámbito mundial.
La prevalencia se calcula en 1/80.000 a 1/100.000
nacidos vivos, y se lo incluye dentro de los síndromes cerebelooculorrenales [3].
Se trata de una enfermedad de transmisión genética, autosómico recesiva, detectándose hasta hoy
10 localizaciones, a saber: una mutación en AHI 1
en 6q23 (Abelson helper integration site 1) [4] y deleción NPHP 1 en 2q13 (nephronophthisis 1) [5],
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CEP290 (NPHP6) en 12q21.32, TMEM67 en 8q21,
RPGRIP1L en 16q12.2 [6], y otros dos genes en 9q34
[7] y 11p12-q13.3 [8]. Todos los genes mencionados
codifican para proteínas ciliares primarias, de ahí
que se considere al síndrome de Joubert dentro de
las ‘ciliopatías’.
Las cilias primarias desempeñan un papel relevante en el funcionamiento y desarrollo de varios
tipos celulares, como los fotorreceptores retinianos,
neuronas, células del túbulo renal y de los conductos biliares [9]. Estas organelas están implicadas en
la proliferación celular neuronal y migración axonal
en el cerebelo y el tallo cerebral, siendo indispensables para su correcto desarrollo [10].
Casos clínicos
Concurren a consultorios externos de psiquiatría
cuatro pacientes, traídos a consulta por su madre,
todos hermanos biológicos entre sí. El motivo fue
establecer una causa que explicara por qué cuatro
de sus cinco hijos tenían dificultades visuales e intelectuales.
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J.A. Angemi, et al
Figura 1. Varón de 22 años. Signo del molar. Microoftalmia bilateral e
hipertelorismo.
No se registran otros antecedentes familiares, tanto paternos como maternos, en las últimas tres generaciones, de casos similares.
Como antecedentes patológicos de relevancia figuran alcoholismo en abuelo paterno y padre, y trastorno por dependencia a polisustancias en el hermano no afectado.
La madre es asmática. No hay consanguinidad.
Se detallan, a continuación, las características
clínicas de cada uno de los pacientes.
Caso 1
Figura 2. Mujer de 30 años. Signo del molar, producido por falta de decusación del pedúnculo cerebeloso superior, con ausencia del vermis cerebeloso y displasia del segmento ístmico del mesencéfalo.
Varón de 22 años. Nacido a término. Peso al nacer:
2.850 g. Episodios de apnea-hiperapnea que empiezan en el período neonatal y mejoran progresivamente. Hipertelorismo y microoftalmia bilateral. Retraso mental (cociente intelectual: 52). Movimientos
oculares anormales y ataxia con marcha autónoma.
Hipotonía en la primera infancia. Retraso en las pautas madurativas. Discinesia bucolinguofacial. Trastorno expresivo del lenguaje. En resonancia magnética (RM) se evidencia agenesia del vermis cerebeloso y signo del molar por falta de decusación del
pedúnculo cerebeloso superior. Configuración radial de la sustancia gris cerebelosa (Fig. 1).
Caso 2
Mujer de 30 años de edad. Nacida a término. Peso
al nacer: 2.900 g. No se registran episodios respiratorios. Retraso mental (cociente intelectual: 55). Estafiloma ocular bilateral. Movimientos oculares anormales y ataxia con marcha autónoma. Hipotonía en
la primera infancia. Retraso en el desarrollo psicomotor. Discinesia bucofacial. Trastorno expresivo
del lenguaje. En RM se evidencia signo del molar,
deformación cerebelosa con hemisferios de forma
lanceolada. Hiperintensidades aisladas yuxtaventriculares en el atrio izquierdo (Fig. 2).
Caso 3
Varón de 34 años de edad. Nacido a término. Peso
al nacer: 2.300 g. Graves dificultades respiratorias
en el período neonatal, con episodios de apnea-hiperapnea. Hipotonía. Actualmente asmático. Discinesia bucolinguofacial. Macroglosia. Movimientos
oculares anormales. Ataxia con marcha autónoma.
Retraso mental (cociente intelectual: 55). Retraso
en las pautas madurativas. Trastorno expresivo del
lenguaje. En RM se evidencia agenesia del vermis
cerebeloso y signo del molar. Apariencia del IV ventrículo en ‘alas de murciélago’.
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Caso 4
Figura 3. Mujer de 35 años de edad. Signo del molar y IV ventrículo con apariencia ‘en paraguas’.
Mujer de 35 años de edad. Nacida a término. Peso al
nacer: 2.850 g. Episodios de apnea-hiperapnea desde
el período neonatal, que mejoran progresivamente
hasta su desaparición. Retraso en las pautas madurativas. Retraso mental (cociente intelectual: 52). Microoftalmia bilateral. Movimientos oculares anormales. Ataxia con marcha autónoma y discinesia
bucolinguofacial. Hipotonía. Trastorno expresivo del
lenguaje. En RM se evidencia ausencia del vermis cerebeloso. Signo del molar. Displasia del segmento
ístmico del mesencéfalo y apariencia del IV ventrículo en ‘alas de murciélago’ o ‘paraguas’ (Fig. 3).
A todos los pacientes se les realizó ecografía renal y
hepática; laboratorio general (incluyendo creatinina, urea y hormona estimulante de la tiroides), arrojando valores normales en todas las determinaciones, lo mismo que en el electroencefalograma.
Los cuatro hermanos concurren a un hogar de
día para personas con discapacidad intelectual.
Discusión
El síndrome de Joubert es una entidad poco frecuente, aunque su prevalencia parece subestimarse [3].
Los cuatro casos descritos en este artículo –según nuestro conocimiento los únicos publicados
desde Argentina– pertenecen a una misma familia,
siendo hermanos biológicos entre sí. Se presentan
en una ciudad del interior del país, con una población aproximada de 150.000 habitantes, siendo diagnosticados en la edad adulta.
Debe sospecharse el síndrome en todo niño que
presente clínicamente hipotonía, movimientos oculares anormales (en particular apraxia oculomotora
o nistagmo) y dificultades en el patrón respiratorio
[9]. En esos casos, debemos solicitar RM y confirmar el criterio diagnóstico obligatorio, que es el llamado ‘signo del molar’ del mesencéfalo, imagen formada por la agenesia o hipoplasia del vermis cerebeloso (en ocasiones también de la parte superior de
los hemisferios), pedúnculos cerebelosos superiores
estrechos, horizontalizados, engrosados y elongados
con falta de decusación, y fosa interpeduncular profunda en los istmos y puentes superiores [11]. Todos
los pacientes de la serie lo presentan.
Otro signo radiológico frecuente es el IV ven­
trículo en ‘alas de murciélago o en paraguas’, descrito en dos de los cuatro casos [12].
En la clasificación actual del síndrome se tienen
en cuenta seis subgrupos. Todos los pacientes de la
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serie cumplen con las características del subtipo ‘síndrome de Joubert puro’, como es de esperar al ser
hermanos, Además del síndrome presentan hipotonía, ataxia y retraso en el desarrollo, irregularidades
en el patrón respiratorio, movimientos oculares anormales y discapacidad intelectual [9].
Los otros subgrupos son el síndrome de Joubert
con defectos oculares (distrofia retiniana), el síndrome de Joubert con defectos renales (no asociados a patología retiniana), el síndrome de Joubert
con defectos oculorrenales, el síndrome de Joubert con
defectos hepáticos y el síndrome de Joubert con defectos orofaciodigitales (por ejemplo, lengua bífida,
hamartomas múltiples, múltiples frenillos orales y
polidactilia). Puede presentarse hamartoma hipotalámico y ausencia congénita de glándula pituitaria)
[13,14]. Cada uno de ellos se asocia con alguna mutación genética, cuya descripción excede los límites
del presente trabajo.
Si bien tres de los casos presentan alteraciones
oculares (microoftalmia en dos y estafiloma en otro),
ninguno evidencia alteraciones retinianas.
Establecer el diagnóstico a temprana edad es
muy importante, por un lado, para realizar seguimiento detectando aquellas alteraciones que pueden presentarse en distintos órganos; por otro, por
la posibilidad de realizar consejo genético. Como
vimos, con la excepción de casos aislados relacionados con una herencia recesiva ligada al cromosoma X, la enfermedad es transmitida de forma autosómica recesiva, con un riesgo de expresión de un
25% cuando hay un hijo afectado [15].
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J.A. Angemi, et al
Todos los pacientes presentados fueron diagnosticados en edad adulta, lo que implicó una falta de
seguimiento adecuado, a pesar de lo cual tuvieron
todos muy buena evolución.
Es de destacar, en relación con lo anteriormente
dicho, que el motivo de consulta fue para ‘saber qué
tienen mis hijos, a todos les pasa lo mismo; esto
debe tener un nombre’.
Otro aspecto importante es la presencia de alteraciones en la morfología cerebelosa, con ausencia
de alteraciones cerebrales. Ello pone de manifiesto
la importancia del cerebelo en las funciones cognitivas y de inteligencia [16,17].
Sería interesante estudiar genéticamente a esta
familia para establecer alguna relación con el subtipo ‘síndrome de Joubert puro’, precisamente el que
no fue asociado a una localización genética específica, sino a mutaciones ocasionales [9]. Esto no es
posible en nuestro país, quedando como una materia pendiente para posterior estudio y publicación.
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Joubert syndrome: report of four adult siblings affected
Introduction. Joubert syndrome is a rare, autosomal recessive genetic transmission illness, with ten associated genes
discovered at the time. They code for primary ciliary proteins; that is why Joubert syndrome is considered a ‘ciliopathie’.
The primary cilia are involved in cell proliferation and neuronal migration in cerebellum and axonal brain, being essential
for their proper development. The first description was made in 1969 by Marie Joubert and colleagues. They reported
four cases with partial or total agenesis of the cerebellar vermis, apnea-hyperpnea neonatal episodic, abnormal eye
movements, ataxia and mental retardation. One of them also showed occipital meningoencephalocele.
Case reports. Four adult individuals affected by the disease are described. All of them biological siblings, within 24-35 years
old, and presenting the ‘sign of the molar’ midbrain in their clinical and neuroimaging. It is an entity characteristic, with the
image formed by agenesis or hypoplasia of the cerebellar vermis, superior cerebellar peduncle narrow, flatten, thickened
and elongated with a lack of decussation and deep interpeduncular fossa at the level of the isthmus and upper bridges.
Conclusions. This study shows the need for early disease diagnosis to ensure proper monitoring, therapeutic approach
and family genetic counseling, as well as the role of the cerebellum in cognitive functions and intelligence development.
Key words. Cerebellar vermis. Ciliopathies. Intellectual disabilities. Joubert syndrome. Molar tooth sign. Neuroimaging.
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