Joyerías y Tiendas de Bisutería: ¿Quién debe cumplir las medidas del Reglamento de Seguridad Privada? Además de las obligaciones comunes a toda empresa, una joyería debe asumir la implantación las medidas de seguridad establecidas en el Reglamento de Seguridad Privada (Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre), por ser considerados este tipo de establecimientos como especialmente vulnerables, a efectos de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana (LO 1/1992, de 21 de febrero). Lo primero que destaca de la normativa de seguridad es que no establece obligaciones diferentes atendiendo a la ubicación de la joyería. Es decir, será independiente el lugar donde se encuentre el establecimiento. En todos los casos se tendrá que cumplir con todas y cada una de las obligaciones establecidas en el Reglamento de Seguridad Privada. Este Reglamento establece tanto medidas de seguridad de carácter general como específicas. Ambas serán exigibles a los diversos negocios que, por su vulnerabilidad y/o elevado valor de los artículos que comercializa, han de ser objeto de mayor protección. En dichos supuestos se encuentran, además de las joyerías, las sucursales bancarias, las farmacias, las administraciones de loterías y locales de juego, las gasolineras, entre otras. Entre las medidas de seguridad que, de forma específica, se exigen a las joyerías se encuentran las que a continuación se relacionan, debiendo estar todas ellas implantadas bajo comprobación de la autoridad competente, siempre con carácter previo a la apertura del establecimiento y con los requisitos técnicos establecidos en la Orden INT/317/2011. Concretamente: ü Puerta blindada con cerradura de seguridad. ü Conexión del sistema de seguridad con una central de alarmas. ü Cierres metálicos en el exterior, así como en pasadizos o huecos que den a patios y pasos interiores del inmueble. ü Cristales blindados en escaparates, cuando los artículos expuestos superen los 90.151,82 € de valor, así como en las ventanas y huecos que den al exterior de la tienda. ü Protección electrónica de los escaparates, ventanas, puertas y cierres de la tienda. ü Detectores sísmicos en paredes, techos y suelos de la estancia donde se ubique la caja fuerte o, si existe, de la cámara acorazada. ü Dispositivos de detección de intrusos en el interior. ü Pulsadores antiatraco en lugares estratégicos del establecimiento. ü Caja fuerte, con la posibilidad técnica de apertura retardada para su activación durante la apertura en horario comercial y bloqueo de puerta cuando dicho horario ha finalizado. ü Carteles anunciativos de la existencia de medidas de seguridad para su identificación desde el exterior. Por lo que se refiere en concreto a las joyerías, y dado que la implantación de estas medidas de seguridad supondrá un gasto relevante, lo primero que deberá identificar un comerciante es si su negocio ha de ser considerado realmente como una joyería, distinguiéndose de una mera tienda de bisutería. Aunque no existe una definición tasada legalmente de lo que se debe entender por uno y otro término, en el gremio de joyeros sí que se acepta la diferencia entre ambos en función de los materiales utilizados. Así, en la confección de la joyería se utilizan metales nobles como el oro, el platino o la plata y piedras preciosas, mientras que la bisutería se realiza con metales no preciosos como el acero y piedras sintéticas o de escaso valor. La consecuencia de ello no es baladí, ya que una tienda de bisutería no tendrá la obligación de implantar las medidas de seguridad arriba mencionadas. Dispensa en la implantación de las medidas de seguridad Aunque el régimen normativo establece sin distinción, la obligación respecto de todas las medidas de seguridad identificadas, en algunos casos se podrá solicitar la dispensa en la implantación de algunas de ellas, atendiendo a las circunstancias concretas del establecimiento. Podrá valorarse para ello cualquier tipo de circunstancias –el escaso valor de los artículos objeto de venta en el mismo o la concentración de clientes, por ejemplo– que hagan que dichas medidas se consideren desproporcionadas o innecesarias. Para solicitar la referida dispensa, será imprescindible que sea otorgada expresamente por el organismo competente, es decir, por la Delegación o Subdelegación de Gobierno, según corresponda en cada provincia. La dispensa, además deberá identificar claramente qué concretas medidas de seguridad quedan eximidas, a efectos de posterior acreditación si fuera necesario; en caso contrario, si no vienen eximidas de forma específica, la dispensa no servirá para evitar las responsabilidades por su no implantación (STSJM 820/1998) Un ejemplo típico que motiva la dispensa de medidas de seguridad se produce cuando la joyería se encuentra dentro de un Centro Comercial que dispone a su vez de sus propias medidas de seguridad. Los esfuerzos de seguridad del Centro Comercial deben redundar en beneficio de todos los establecimientos alojados en él, lo que incluye que alguna de sus medidas de seguridad tenga el mismo efecto que la concreta medida que tendría que implantar la joyería de forma individualizada, con el ahorro que ello supone. Los tribunales vienen manifestando que, con carácter general para todo el territorio español, se podrá dispensar de las medidas del dispositivo de bloqueo de la caja fuerte, la puerta blindada y los sensores sísmicos si la joyería está dentro de un Centro Comercial (STSJM 1743/1999). Por último, la responsabilidad por la inadecuada implantación de las medidas de seguridad que se establezcan como obligatorias (haya dispensa o no), recae sobre los titulares de las joyerías. Un eventual incumplimiento sobre este extremo está considerado como infracción grave (Art.23.ñ de la Ley de Seguridad Ciudadana), lo que podrá conllevar la imposición de una sanción de hasta 30.050,61 €. Diego Manuel López Gutiérrez Abogado-Dpto D. Administrativo Estudio Jurídico Ejaso