UNIVERSIDAD CRISTIANA DEL SUR ESCUELA DE DERECHO BACHILLERATO EN DERECHO Tema: “La extinción de las Obligaciones” Curso: Derecho de Obligaciones II III Cuatrimestre Estudiantes: Henry Castro Mejia Uriel Villalobos Vega Irene Villalobos Vega Rafael Castillo Medina Mauricio Alvarado Sánchez Jorge Mora Profesor: María Victoria Salas San José Costa Rica 04 de mayo de 2011 1 Índice Introducción 1 Objetivos Específicos 2 Objetivo General 3 Extinción de las obligaciones 4 Modos de extinción de las obligaciones 4 Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos 4 Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor 5 Hechos que destruyen la fuente de la obligación 6 Causas por las cuales se extingue la obligación 6 El pago 7 La imposibilidad de cumplimiento 8 Prueba de la imposibilidad 13 Efectos de la imposibilidad 14 La Novación 15 Excepción de la novación 15 Requisitos 16 Diferentes clases de novación 16 Novación objetiva 17 Novación Subjetiva 18 Novación Mixta 19 Remisión o Condonación 20 Excepción de cesión de deudas 20 La compensación 21 Compensación voluntaria 24 Compensación facultativa 25 Compensación legal 25 Alegación de la Compensación 28 La confusión 29 Subrogación 30 Prescripción extintiva 31 Interrupción y suspensión de la prescripción extintiva 32 Vencimiento del plazo extintivo 33 Prescripción negativa 35 Suspensión e interrupción de la prescripción 35 Clasificación de las formas de extinción 39 3 INTRODUCCIÓN El vínculo obligacional, que nace en los derechos personales, entre un acreedor y un deudor comprometido al cumplimiento de una prestación, es temporal, y su modo natural de extinción es el pago, o sea cumplir con el objeto de la prestación, ya sea de dar, de hacer, o de no hacer. Sin embargo existen otros medios en que ese vínculo jurídico puede disolverse, y podemos clasificar esos modos de extinción según intervengan o no la voluntad de las partes. Resulta de gran importancia para nosotros como estudiantes de las Ciencias Jurídicas el conocer de manera completa y profunda todo lo relativo a la teoría de las obligaciones, ya que ellas constituyen la base de toda una gama de actuaciones jurídicas que se presenta en la práctica y en el que hacer jurídico del Abogado, porque los tribunales civiles están repletos de decisiones que deben ser fundamentadas. En este trabajo, presentamos una parte de esta gran teoría que respecta a las obligaciones, La Extinción de las Obligaciones, y conforme se dé su estudio, nos daremos cuenta de su importancia, ya que el Abogado que desconoce los modos, las causas y la clasificación que respecta a este tema, tendría una gran laguna para el ejercicio de la profesión. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Indicar los modos de extinción de las Obligaciones, según los hechos, ya sea los que satisfacen al acreedor, los que hacen perder al acreedor, y los que destruyen la fuente de la obligación. Desarrollar las causas por las cuales se extinguen las Obligaciones, entre ellas se encuentran el pago, imposibilidad de cumplimiento, la novación, la condonación, la compensación, la confusión, subrogación y la prescripción. Mostrar la clasificación de las formas de extinción de las obligaciones, en sus tres categorías. 5 OBJETIVO GENERAL Abarcar el tema del modo de extinción de una obligación y sus diferentes maneras, así como desarrollar las causas, y la clasificación que se presenta en la extinción. EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES MODOS DE EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES Son los hechos en virtud de los cuales la obligación deja de existir. En general estos hechos son, sin perjuicio de lo que pueda establecer cada legislación en particular, los siguientes: Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos: Compensación: extinción recíproca de dos deudas, en donde el acreedor es deudor y viceversa. Las obligaciones tienen que ser líquidas y exigibles. Confusión: en una misma persona se reúnen las cualidades de deudor y acreedor, para la misma deuda Novación: sustitución de una obligación por una nueva. Pago: satisfacción de la obligación mediante la ejecución de la prestación comprometida. 7 Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor. Condonación: renuncia voluntaria y gratuita que hace el acreedor de toda o una parte de la obligación (Remisión). Imprevisión: Posterior al establecimiento de una obligación, pueden suceder cambios totalmente ajenos al control del deudor, que hagan del cumplimiento de la obligación tal y como fue pactada en exceso gravosa. Ante tales situaciones, el derecho otorga la posibilidad de ajustar las condiciones de la obligación para que se asemejen a lo que fue pactado originalmente. Tal sería el caso de periodos supe inflacionarios, o de alguien que haya asumido una deuda en una moneda extranjera y posteriormente se produzca una periodo de devaluación excesiva de la moneda nacional. Muerte del deudor o del acreedor (excepcionalmente en los contratos celebrados intuito persona) Pérdida de la cosa debida Prescripción extintiva: extinción de una obligación por el transcurso de un determinado período de tiempo, sin que el acreedor haya exigido su cumplimiento. Vencimiento del plazo extintivo Hechos que destruyen la fuente de la obligación. Declaración de nulidad. Revocación: por voluntad de una de las partes, que retrae su voluntad (se arrepiente) la relación obligacional se extingue, operando para el futuro. Por ejemplo, la ley autoriza la revocación de la donación, por ingratitud del donatario. (en casos excepcionales, como en el Mandato) CAUSAS POR LAS CUALES SE EXTINGUE LA OBLIGACIÓN Conforme lo establece el Código Civil, “las obligaciones se extinguen: por el pago o cumplimiento, por la pérdida de la cosa debida, por la condonación de la deuda, por la confusión de derechos de acreedor y deudor, por la compensación y por la novación”. Las circunstancias o figuras enunciadas se conocen técnicamente con el nombre de causas de extinción de las obligaciones, en cuanto todas ellas determinan la extinción de la relación obligatoria. De todas ellas, la más importante, y frecuente, es el cumplimiento o pago. Junto con las causas enumeradas en el Código Civil existen causas particulares de extinción, aplicables a ciertas relaciones obligatorias y no a la generalidad de 9 las obligaciones. Así, por ejemplo, es obvio que la muerte del deudor en casos de obligaciones de hacer personalísimas determina la extinción de la obligación. EL PAGO Consiste en el cumplimiento de la prestación objeto de la obligación, tiene como características que es un modo voluntario de extinguir las obligaciones y es el modo natural ipso iure de extinguir las obligaciones. Con el pago se presentan ciertos problemas tales como quién debe hacer el pago, el cual en ciertas obligaciones debe ser hecho por el deudor exclusivamente. Sin embargo, cualquier extraño puede pagar por él. Cualquier persona que ejecute el pago, para que sea válido debe ser capaz de ejecutar la prestación, por lo tanto, si la obligación es de dar quien efectúa el pago debe ser propietario y capaz de enajenar. El pago debe hacerse, para que sea válido, al acreedor o su representante. El pago debe hacerse, de acuerdo a lo pactado por las partes en el momento de crear el contrato; si este acuerdo no se hace en el domicilio del deudor, salvo que se trate de una obligación de entregar cosas, pues estas se ejecutan donde ellas se encuentren o deberían encontrarse, sin dolo del deudor. El pago debe hacerse en términos generales, por la plena y exacta realización de la prestación debida, el pago debe consistir en la ejecución completa de la obligación En términos generales por la plena y exacta realización de la prestación debida, el pago debe consistir en la ejecución completa de la obligación, debe hacerse bajo todos los respectos en conformidad con el tenor de esta. Como efectos del pago, éste debidamente realizado extingue ipso jure la obligación, con todos sus accesorios, especialmente las hipotecas y las fianzas. En la prueba de pago, éste no se presume y debe ser probado x quién alega su existencia. A fin de procurarse un medio de prueba el deudor puede negarse a pagar si no se le entrega un recibo. LA IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO Este modo de extinguir obligaciones se fundamenta en el principio de que nadie puede estar obligado a ejecutar cosas imposibles, lo que significa que desde el momento en que la ejecución de la obligación se hace imposible, física o jurídicamente, el deudor queda libre. En su nacimiento la obligación era realizable pero mientras estaba pendiente su cumplimiento surgieron ciertas circunstancias que le dieron el carácter de imposible. La ley prevé que si la cosa debida se pierde o desaparece material o legalmente, sin hecho o culpa del deudor, la obligación se extingue y el deudor queda libre de su compromiso. Corresponde ello a la más estricta equidad porque no puede hacerse responsable al deudor de los accidentes o hechos que le ocurran a la cosa sin que él tenga los medios para prevenirlos o contrarrestarlos, y que por lo mismo constituyen caso fortuito o fuerza mayor. Este principio es general, es decir, se aplica a toda clase de obligaciones, sean éstas de dar, de hacer o de no hacer una cosa, aunque la ley civil no hable sino de las obligaciones de dar un cuerpo cierto. En la práctica, debe reconocerse, es en esta clase de obligaciones en las que más tiene ocurrencia, pero como en seguida se aprecia, no es exclusivo de ellas. 11 Es de recordar, por lo demás, que las obligaciones de dar se descomponen en obligaciones de hacer, en primer lugar, la obligación de entregar la cosa, que es de hacer, para la cual lógicamente debe existir posibilidad física y jurídica. Si se hace imposible hacer la entrega, la obligación quedará extinguida. En segundo lugar, la obligación que conlleva otra, igualmente de hacer, que es la de emplear en su custodia el debido cuidado. Por consiguiente si pesar de haberse empleado el debido cuidado, perece la cosa, el deudor quedará libre. Obligaciones a que se aplica la imposibilidad, establece que la obligación da dar un cuerpo cierto se extingue cuando el cuerpo cierto perece, o se destruye, o deja de estar en el comercio, o desaparece u se ignora si existe. No hay duda de que cuando una obligación pierde su objeto necesariamente deja de existir. Sin embargo, para que esto ocurra, la imposibilidad debe ser total y además debe ser posterior a la celebración del contrato, porque si hubiese sido anterior, la obligación nunca habría existido por carecer de objeto. La imposibilidad puede presentarse también respecto de obligaciones que tiene por objeto muchos cuerpos ciertos debidos alternativamente, o una cosa comprendida en un nombre, en una cantidad o en una clase de cosas determinadas, si todas las cosas perecen Excepcionalmente, puede tener cabida en las obligaciones que tengan por objeto una cosa de género. Se trata de aquellos géneros limitados, que pueden desaparecer o extinguirse, o hacerse imposibles, como sería, por ejemplo, la entrega de una arma de una clase determinada cuyo comercio es declarado prohibido por la ley. Esta excepción no altera la regla general de que el género no perece, y por tanto cuando se debe una cosa de género, la obligación no se extingue por pérdida, porque puede liberarse el deudor entregando una cosa del mismo género, cantidad y calidad. Como quedó dicho, aunque el Código ha guardado silencio al respecto, la imposibilidad puede presentarse también en las obligaciones de hacer. En efecto; si el deudor de un hecho no puede ejecutarlo puede invocar esta imposibilidad cuando se ha producido sin hecho o culpa suya y no está constituido en mora. En nuestro Código Civil indica que si el objeto de la obligación es un hecho, es necesario que sea física y moralmente posible; de no ser así, la obligación se extinguiría. Para que tenga lugar la extinción de una obligación de hacer por la imposibilidad de ejecución, es necesario no sólo que le sea imposible al deudor la realización del hecho; además que se trate de aquellos hechos que no pueden ser ejecutados sino por el deudor intuto personae, porque de no ser así el hecho podría ser realizado por un tercero, y no habría imposibilidad absoluta. Principio que rige la materia. Casos En Que No Se Aplica El principio cardinal de la extinción de las obligaciones por imposibilidad es la existencia del caso fortuito, que es el imprevisto a que no es posible resistir. Los simples riesgos o peligros, aunque hagan más onerosa la prestación, no son suficientes para eximir al deudor del cumplimiento de la obligación. 13 La regla anterior no se aplica, y por tanto el deudor continúa obligado, en los siguientes casos: Cuando la cosa perece por hecho o culpa del deudor. Para que la extinción de la cosa debida extinga la deuda es necesario que la pérdida de la cosa ocurra sin hecho o culpa del deudor. Si el hecho o la culpa del deudor es la causa de la pérdida de la cosa, la obligación no se extingue y el deudor no queda libre: la obligación subsiste. Pero como su cumplimiento en la forma convenida al contratar se ha hecho imposible, la obligación cambia de objeto y debe ser cumplida por equivalente: el deudor es obligado a pagar al acreedor el precio de la cosa, y a indemnizarle además los perjuicio. El Código Civil, al referirse a esta materia habla de hecho o culpa del deudor; sin embargo, estos dos términos no son sinónimos. El hecho del deudor comprende todos los actos positivos ejecutados por éste que producen la destrucción de la cosa. La culpa del deudor, por el contrario, hace referencia a la ausencia de diligencia a omisiones, a la carencia del cuidado que el deudor debe emplear en la conservación de la cosa, es decir, a haber obrado con tal falta de prudencia o de pericia en la conservación de la cosa que ha producido su destrucción. En el hecho hay responsabilidad in comittendo, y en la culpa hay responsabilidad in omittiendo La distinción entre hecho y culpa es tan clara que hasta sus consecuencias son distintas: cuando la cosa perece por culpa del deudor, éste queda obligado al precio de la cosa y a la indemnización de perjuicios, como lo dispone el en cambio cuando perece por un hecho del deudor y éste sin culpa ignoraba la obligación, prevé que se deberá solamente al precio sin otra indemnización de perjuicios. Hay hecho del deudor que no importan su culpa, y por esto su responsabilidad en es menor. Cuando el deudor se encuentra en mora La constitución en mora resulta de la falta de cumplimiento de la obligación por parte del deudor. Como no se ha liberado de su obligación debe responder por la pérdida de la cosa aunque ésta ocurra por caso fortuito. Cuando el cuerpo cierto no hubiere perecido de haber sido entregado oportunamente al acreedor, el deudor está obligado al precio de la cosa y a indemnizar los perjuicios que causó al acreedor con la mora. El hecho de haberse constituido en mora implica ya una culpa, que debe acarrear para el deudor la exigencia de reparar todo daño que sufra su acreedor. La ley es severa al respecto porque la mora del deudor es la circunstancia que hace que el caso fortuito pueda destruir la cosa. Si el cuerpo cierto hubiere perecido igualmente en manos del acreedor como consecuencia del caso fortuito, el deudor estará obligado sólo a la indemnización de perjuicios causados al acreedor por la mora. En este caso la obligación se extingue y el deudor queda libre de ella porque la cosa no ha perecido por ocasión de la mora, sino a causa del caso fortuito, que la ha hecho perecer en manos del deudor pero la habría hecho perecer igualmente en manos del acreedor. Así como la mora del deudor agrava su responsabilidad, la mora del acreedor en recibir, aminora la responsabilidad del deudor. Si el cuerpo cierto perece cuando el acreedor está en mora de recibir, el deudor sólo es responsable de su culpa grave o dolo. 15 Cuando por un pacto el deudor se ha constituido responsable si el deudor se ha constituido responsable de todo caso fortuito, o de alguno en particular , se observará lo pactado, La ley respeta la libertad que los particulares tienen para obligarse, dando a sus pactos y cláusulas la categoría de ley. Este pacto convierte al deudor en un asegurador, que toma para sí los riesgos que pueden sobrevenirle a la cosa. Cuando se ha hurtado o robado un cuerpo cierto, señala que al que ha hurtado o robado un cuerpo cierto, no le será permitido alegar que la cosa ha perecido por caso fortuito, aún de aquellos que habrían producido la destrucción o pérdida del cuerpo cierto en poder del acreedor. La ley agrava la responsabilidad del que indebidamente se ha apropiado de una cosa con el ánimo de lucrarse, pretendiendo además que tenga el castigo que merece. Por esta razón el deudor de una cosa hurtada está obligado a entregar al acreedor el precio de la cosa que no puede restituir porque se ha destruido debido al caso fortuito, sin perjuicio, por supuesto, de las indemnizaciones por los daños sufridos y de la responsabilidad penal que le quepa. Prueba de la imposibilidad Respecto del aspecto probatorio habrán de seguirse las siguientes reglas, que no son sino una aplicación de los principios generales de la prueba: Se presume que la cosa que perece en poder del deudor ha sido por hecho o culpa suya. Debe probar su prudencia y diligencia. El deudor es obligado a probar el caso fortuito que alega. Si estando en mora el deudor, pretende que el cuerpo cierto habría perecido igualmente en poder del acreedor, será también obligado a probarlo Efectos de la imposibilidad La imposibilidad produce los siguientes efectos: a. El efecto principal es la extinción de la obligación del deudor, con todos sus accesorios, prenda e hipotecas. El deudor queda liberado de toda responsabilidad salvo las excepciones. b. Puede ocurrir que considerado perdido el cuerpo cierto y por lo tanto extinguida la obligación del deudor, reaparezca la cosa debida cuya existencia se ignoraba. En éste caso se revive la obligación porque ha cesado la causa que le dio origen a la extinción; el deudor deberá entregar la cosa al acreedor y, para que no se produzca un enriquecimiento ilícito por parte del acreedor, éste debe restituir al deudor todo lo que recibió en razón de su precio. c. Cuando la cosa perece sin culpa del deudor, la ley no quiere perjudicar al deudor que ha obrado con prudencia y diligencia, pero tampoco quiere favorecerlo indebidamente a expensas del acreedor. Por esta razón, si la pérdida de la cosa es imputable a terceros y da origen a algún derecho o acción de resarcimiento de perjuicios, o como dice Pothier, se tienen derechos de indemnización, éstos derechos o acciones deben cederse al acreedor. 17 d. Cuando la cosa perece por hecho o culpa del deudor principal, o después de haberse constituido en mora, la obligación del precio de la cosa subsiste no sólo para él y sus herederos sino también para los fiadores y demás terceros que han accedido a la obligación. Los fiadores al obligarse se hacen también responsables de las obligaciones secundarias que se derivan de la obligación principal, como son la de conservar la cosa hasta la entrega y la de pagar el precio cuando el objeto de la obligación se ha transformado. e. Como es ya sabido, para que se produzca la extinción de la obligación la pérdida de la cosa debe ser total; cuando queda alguna parte de la cosa, la obligación subsiste en esa parte y el deudor está obligado a entregarla. LA NOVACIÓN Es el acto jurídico de negociar por virtud del cual se crea una obligación, la cual tiene que ser válida con el propósito de extinguir una obligación existente, también válida, lo cual nos da que se está produciendo un resultado mediante el cual se da un cambio del sujeto activo o del sujeto pasivo u objeto de las condiciones principales de la relación obligatoria preexistente. Según la Real Academia Española le da significado a la palabra “novar” que es: “sustituir una obligación, a otra otorgada anteriormente, la cual queda anulada en este acto”. Novación también significa: variación del objeto de la obligación o de sus condiciones principales, sustitución del deudor o subrogación del tercero en los derechos del acreedor. EXCEPCION DE LA NOVACION Esta excepción se invoca para señalar que se ha extinguido el derecho que se pretende reclamar. La novación se presenta cuando las partes interesadas en un contrato lo han alterado sustancialmente estableciendo una obligación nueva que substituye a la antigua. La novación extingue la obligación principal y las obligaciones accesorias. Al resultado de la novación se le considera como un nuevo contrato y está sujeto a las disposiciones generales que rigen los contratos. Es importante anotar que nunca se presume la novación, ha de constar expresamente. REQUISITOS 1-Debe existir la obligación válida, la cual se trata de extinguir mediante un negocio novatorial. 2-La creación de una obligación válida que sustituya a la obligación primitiva, para que la nueva obligación sea válida es necesario: a) que el acreedor y el deudor tengan capacidad para contraerla. b) que ambos den su consentimiento para crear la nueva obligación. Una voluntad orientada al propósito practico de extinguir una obligación mediante la creación de otra. Esta voluntad común ha de ser expresa o resultar con claridad del hecho de la incompatibilidad entre la obligación antigua y la nueva. Esta incompatibilidad se puede apreciar claramente en aquellas situaciones en que la relación obligatoria cambia de causa. Por ejemplo: la obligación de conservar una cosa determinada por causa de depósito puede ser sustituida por la obligación de 19 conservar la misma cosa por causa de comodato (Contrato por el cual se da o recibe prestada una cosa no fungible con la obligación de restituirla.). La novación se efectúa por cambio de objeto o por cambio de causa, esta se contrae con una nueva deuda en sustitución de la antigua, la cual queda extinguida y cuando el acreedor libra de su obligación al deudor, y admite un nuevo deudor en reemplazo del anterior. (Artículo 814 del Código Civil). Esta no se presume, es preciso que la voluntad de hacerla resulte en los términos del nuevo contrato en el cual ambas partes tienen que estar de acuerdo. Una vez que se declare la nulidad de la nueva obligación, esta sustituirá a la obligación original. Una obligación rescindible o anulable es la que puede servir de objeto de novación, con tal que sea susceptible para ser confirmada y que el deudor tenga al verificar el cambio de objeto, conocimiento del vicio de que adolecía. (Artículo 817 del Código citado). DIFERENTES CLASES DE NOVACIÓN 1) La Novación Objetiva: Se da cuando la relación obligatoria se cambia su objeto, su causa o sus condiciones principales. Novación Por Cambio De Objeto Existe cuando se sustituye la prestación debida por otra diferente. Ejemplo: cuando se cambia entre los mismo sujetos las prestación de dar una cosa determinada por la prestación de dar una cantidad de dinero o cuando se sustituye una prestación de dar algo por una prestación de realizar un servicio. Novación Objetiva Por Cambio De Causa Este se produce cuando la prestación debida en razón de una determinada categoría contractual se extingue, sustituyéndose por otra prestación correspondiente a una categoría contractual distinta. Novación Por Cambio De Condiciones Principales Por cambio de condiciones en la relación obligatoria se suele entender el que afecta a aspectos cuantitativos o cualitativos de la prestación o a determinada circunstancia del cumplimiento. Ejemplo: Si la deuda de cantidad se reduce en un 20% a cambio de que el deudor pague en determinada fecha anterior a la del vencimiento, o si se conviene que cierta mercancía destinada a la exportación se entregue en determinado puerto marítimo en lugar de hacerse la entrega en una ciudad del interior del país como estaba previsto. Si no se constata la voluntad de las partes y el cambio se refiere al objeto mismo de la obligación, sino a sus condiciones objetivas. Se tendrá que determinar si tales condiciones son principales o accidentales para concluir que se trata de una novación o de una modificación. 2) La Novación Subjetiva 21 Se da, si la relación obligatoria primitiva y la nueva, teniendo un mismo objeto e iguales condiciones principales, se distinguen por tener un sujeto activo o pasivo diferente. Novación Subjetiva Por Cambio De Acreedor Supone la extinción de una relación obligatoria por la creación de otra que se establece entre un nuevo acreedor y el mismo deudor. Nuestro Código civil no regula este supuesto de novación, pero es evidente que es posible en base al principio de libertad de contratación. Son necesarias la voluntad del acreedor antiguo y del nuevo, y del deudor. Novación Subjetiva Por Cambio De Deudor Es la extinción de una relación obligatoria por otra que se crea entre el mismo acreedor y un nuevo deudor. Hay dos modalidades: 1. -La ex promisión: consiste en el acuerdo entre el acreedor y un tercero por cuya virtud adquiere éste la condición de deudor en la nueva obligación que se crea para sustituir a la antigua, quedando liberado el deudor primitivo. Si el acreedor acepta el nuevo deudor sin quedar liberado el antiguo, no se produce la novación, sino una acumulación de obligaciones, de las cuales sólo una deberá cumplirse. La ex promisión puede hacerse sin el conocimiento del deudor, pero no sin el del acreedor. 2. -La delegación es el convenio entre el deudor y un tercero en el que acuerdan la extinción de la obligación de aquél mediante la creación de otra en la que el tercero adquiere la condición de deudor, aceptándose el convenio por el acreedor, mediante consentimiento expreso o tácito. Puesto que la nueva obligación extingue la primitiva, desaparece todo vestigio de responsabilidad del deudor primitivo: éste no responde de la insolvencia del nuevo deudor, a menos que la insolvencia fuere anterior y pública o conocida del deudor al delegar su deuda. LA NOVACIÓN MIXTA Se da cuando la relación obligatoria que se extingue y la que se crea en su lugar se distingue no sólo por ser diferente su objeto o sus condiciones principales, sino también por ser diferente el sujeto activo o pasivo. REMISIÓN O CONDONACIÓN DE LA DEUDA Es una causa de extinción de las obligaciones en la que el acreedor renuncia de modo gratuito a su derecho de crédito, liberando así al deudor. También se puede decir que es el perdón de una culpa o condena que priva de libertad a una persona. Ejemplo: logró la remisión de la condena por su buen comportamiento. Remitir una deuda es renunciar a una obligación por parte de quien tenía derecho a exigir su cobro (el acreedor). Este tipo de obligación era aceptado desde las primeras épocas del Derecho Romano como modo de extinción de obligaciones por vía de excepción. Se puede decir que es una forma de extinción de las obligaciones que consiste en que cualquiera puede renunciar su derecho y remitir, en todo o en parte, las prestaciones que le son debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo prohíbe. La condonación de la deuda principal extingue las obligaciones accesorias, pero la de éstas deja subsistente la primera EXCEPCION DE CESION DE DEUDASEUDAS 23 En esta excepción perentoria el demandado arguye que ha dejado de tener la categoría de deudor que le atribuye el actor. La substitución de deudor requiere el consentimiento expreso o tácito del acreedor. Lo peligroso para el actor es que, existe ese consentimiento tácito. Se presume que el acreedor consiente en la substitución de deudor cuando permite que el substituto ejecute actos que debía ejecutar el deudor como pago de réditos, pagos parciales o periódicos, siempre que lo hago en nombre propio y no por cuenta del deudor primitivo. Naturaleza: negocio jurídico bilateral. Al principio se requirió la conformidad del deudor, primero a través de contratos y luego pudiéndose usar el simple pacto. En época de Justiniano, pudieron alegar el pacto para excepcionarse de pagar la deuda, no solo el deudor sino también sus herederos, los codeudores solidarios y el fiador de la obligación. Si la remisión se efectúa de manera expresa, se hace verbalmente, por escrito o por signos inequívocos, sin exigirse formalidades especiales. Es remisión tácita cuando en forma voluntaria el acreedor le entrega al deudor el documento de crédito original y sin intención de redimir la deuda o que no fue entregado por el mismo o por otro debidamente autorizado. (Artículo 822 del Código Civil). Reza el artículo 823 del Código Civil, que la devolución voluntaria que hace el acreedor de la cosa o bien recibido en prenda, importa la remisión del derecho de prenda, pero no de la deuda. CLASES a) Por su extensión, total o parcial, según alcance a toda la deuda o a parte de ella. b) Por su forma, expresa (cuando se manifiesta mediante una declaración de voluntad) o tácita (cuando se deriva de actos que inequívocamente implican la voluntad de acreedor de renunciar al crédito). LA COMPENSACIÓN Cuando dos personas son deudoras la una de la otra y en cuya virtud ambas deudas se extinguen hasta la concurrencia de la menor. En términos coloquiales, compensar equivale a nivelar o igualar el efecto de una cosa con el efecto opuesto de otra cosa contraria. Jurídicamente, sin embargo, se habla a veces de compensar, en sentido amplio, como equivalente de indemnizar o resarcir el daño o los perjuicios causados a cualquier persona. No es fácil dar una idea directa y precisa de la compensación, si bien a todos se les ocurre pensar en "comparación" y "nivelación", lo uno equivale a lo otro, lo uno por lo otro. No es, pues, ocioso acudir al Diccionario de la lengua española de la Real Academia: "Compensar, igualar en opuesto sentido el efecto de una cosa en el de otra". De compensación se trata en distintos sentidos y con diferentes alcances: de compensación de culpas, de compensativo lucro cum damno, y cuando se habla de la compensación como modo extintivo de las obligaciones, inmediatamente viene a la memoria la definición de MODESTINO: debiti et crediti Inter. Se contribuyó: imputación de un crédito al pago de una deuda. Como en la poesía: "nada me debes, nada te debo; vida, estamos en paz". 25 La compensación consiste, en principio, en la extinción simultánea de varias deudas diferentes cuando las partes son recíprocamente deudoras. Compensación quiere decir una confusión de obligaciones, no por el aspecto subjetivo, como en la figura de la confusión propiamente dicha, sino en cuanto a su objeto. Así "se evita doble pago, una doble entrega de capitales y ese modo se simplifican las relaciones del acreedor y del deudor, a la vez que asegura la igualdad entre las partes". Si yo soy deudor de alguien, que a su turno me debe a mí de lo mismo, natural es la sugerencia de conjurar el doble riesgo y producir la satisfacción de ambos sin desembolso alguno, restando la cantidad menor de la mayor. Por ello se dice que es un modo "satisfactorio" de extinción de las obligaciones, que "no implica la actuación de la relación jurídica, lo cual se traduce en una garantía, ni la satisfacción del crédito, pero sí la del acreedor", y se agrega que es un subrogado del pago; todo ello cualquiera que sea la fuente de las obligaciones en juego. "la figura de la compensación presupone una realidad económico-social caracterizada por una multiplicidad e intensidad de relaciones obligatorias, en especial de las pecuniarias, tales, como para exigir una simplificación de los hechos extintivos, de modo de eludir el doble pago". En la compensación como modo extintivo, van juntos dos efectos: uno satisfactorio del acreedor, otro liberatorio del deudor. Por el primer aspecto es incuestionable que cada acreedor, indirectamente que sea, no sólo asegura el logro de su interés, sino que lo alcanza, especialmente en la compensación legal, dada la exigencia de las obligaciones compensadas tengan por objeto géneros homogéneos, al no tener que hacer erogación alguna, o sea al conservarlos en su poder o no estar compelido a conseguirlos. Hay allí una ventaja patrimonial cierta para él: no tener que desembolsar nada, que se complemente con la seguridad de la apropiación implícita o de la evitación de su pago, que se resalta al hablar de la garantía real del crédito que acarrea la posibilidad de compensación. De ahí su aproximación tradicional al pago: ficta solutio, por cierto confusa, pues en lo que se le asemeja es tan sólo en el carácter satisfactorio. Y por el aspecto liberatorio, este efecto de la figura significa un alivio definitivo para cada deudor, con la tranquilidad ya anotada en cuanto hace a la eliminación del riesgo de su propio crédito. Disciplina legal de la compensación: Así se proyecto la institución en las codificaciones, luego de una práctica intensa en las relaciones entre comerciantes, como un modo general de extinción de las obligaciones: la compensación produce la eliminación de las varias deudas que recíprocamente existen entre unas mismas personas, hasta concurrencia de la menor, de modo de dejar pendiente tan sólo la diferencia a favor del titular del crédito de cuantía superior. Sería antieconómico, a más de incomprensible, exigir que, no obstante estar en presencia de acreedor y deudor recíprocos, de obligaciones genéricas o dinerarias homogéneas y exigibles, necesariamente hubiera de acudirse al pago para su extinción. Es más, la figura de las "casas de compensación", para el cruce de cuentas entre los bancos en los que distintos cuenta corrientitas han consignado cheques girados a su favor contra otros bancos, y su empleo cotidiano, hace pensar en una compensación "forzosa". Una vez determinados los contornos de la figura, se pasa a examinar sus rasgos en el derecho contemporáneo, sus requisitos, su operatividad, sus efectos. Compensación voluntaria: Para comenzar ha de recalcarse que, aun cuando el ordenamiento nacional no la previene expresamente, nada se opone a la presencia de la compensación voluntaria de cualesquiera créditos y deudas (cash against documents): a su discreción, las partes celebran el correspondiente negocio jurídico, con las solas exigencias de su capacidad y, primordialmente, su poder de disposición: el que de suyo tiene el titular del crédito o el que por acto de apoderamiento le hayan 27 conferido a un tercero aquel o la ley, por lo mismo que con la compensación cada sujeto-parte, no sólo se libera de una obligación, sino que dispone de un crédito. Dicha compensación puede describirse como figura autónoma, distinta, tanto del pago como la remisión, si bien con análoga función extintiva, sea que las partes obvien la intervención del juez mediante operación contable privada entre ellas para liquidar obligaciones homogéneas, líquidas y exigibles; sea que eliminen, al compensarlas, deudas que no reúnan estos caracteres. Compensación facultativa: Se habla, además, de una "compensación facultativa", como una figura intermedia entre la compensación legal y la voluntaria, con caracteres de una y otra, consistente en que "una de las partes renuncia unilateralmente a hacer valer un obstáculo que impediría la ocurrencia de una compensación legal, como, p.ej., la liquidez del crédito de la contraparte". "Pactum de compensando": Así mismo está la figura de la compensación convencional para el futuro o pactum de compensando, prevenida en el codice civile: de su autonomía, dos sujetos, que pueden ser ya recíprocamente acreedores y deudores o, simplemente, previendo esa eventualidad, disponen de consuno la compensación futura de estas o aquellas obligaciones con prescindencia de alguno o algunos de los requisitos de ley. Si en la compensación voluntaria inmediata (actual) lo que las partes hacen es eliminar los escollos que se oponen a una compensación legal y , en consecuencia, realizarla directamente por propia mano, en la de futuro reglamentan su proceder para entonces, sientan las pautas a las que habrán de someterse, inclusive condicionalmente, como también se comprometen a hacerla. Compensación legal: Ahora, en cuanto a la compensación legal, ocurre anotar ante todo que en el ordenamiento civil persiste la presencia de los dos asertos (aparentemente) contrastantes, que viene desde el derecho justinianeo: "la compensación se opera por el solo ministerio de la ley y aun sin conocimiento de los deudores" y "sin embargo de efectuarse la compensación por ministerio de la ley, el deudor que no la alegare conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios, prendas e hipotecas constituidas para su seguridad", que mucho han dado que hacer a los estudiosos desde los Glosadores. En efecto, es bien distinto, digiérase que hay incompatibilidad entre las dos posiciones, afirmar que el formular la "excepción de compensación" es un simple requisito formal, procesal, para que el juez declare una compensación que ya operó ipso iure u ope legis, desde cuando las respectivas obligaciones reunieron los requisitos de ley, a sostener que dicha oposición, cuya naturaleza jurídica de acto dispositivo de intereses es manifiesta, es un requisito constitutivo de la compensación y sus efectos. De ahí que el juez no pueda declararla oficialmente, por lo mismo que no puede suplantar a los particulares en el ejercicio de la autonomía privada de ellos, acá la decisión de no ejecutar la prestación debida, sino que le es propio atenderla por vía de acogimiento de la excepción de compensación. Y dentro del marco de compensación legal es menester incluir la figura de la compensación sin intervención judicial, directa por parte del banco, que se encuentra autorizado para "acreditar o debitar en la cuenta corriente de su titular el importante de las obligaciones exigibles de que sean recíprocamente deudores o 29 acreedores, salvo pacto en contrario", y que, siguiendo el principio general de la reciprocidad estricta, no opera "en tratándose de cuentas corrientes colectivas respecto de deudas que no corran a cargo de todos los titulares de la cuenta corriente" "Ipso iure", pero no "sine facto hominis": En la presentación y las explicaciones que la doctrina ha venido haciendo de la figura de la compensación desde su incorporación en el code civil francais, tomado por el señor BELLO para la redacción del código civil de Chile, ha sido un quebradero de cabeza esa antinomia entre la eficacia ipso iure y la necesidad de oposición de parte y pronunciamiento de juez. Los autores suelen detenerse a repetir que los Glosadores y Comentadores malentendieron los textos justinianeos, de lo cual resultó el embrollo que por la vía de POTHIER se trasladó al código. La compensación legal opera "per ministerium iudicis": La compensación legal, esto es, aquella que no practican y celebran las partes de común acuerdo, sino que propone u opone una de ellas a la otra, demanda, dentro del sistema nacional, un pronunciamiento judicial, en virtud de la interpretación de una excepción por el demandado o, eventualmente (como también corre en el caso de la prescripción), de la formulación de una demanda: el juez, es fuerza de la solicitud de una de las partes y dado el desacuerdo, o simplemente el no acuerdo de ellas, verifica la presencia de los varios requisitos de ley y, en consecuencia, declara la extinción de las deudas recíprocas en la medida que corresponda. Se trata, pues, de un mecanismo que exige alegación y decisión judicial opera ministerio iudicis. La exigencia de la oposición de la compensación es incuestionable: esta es un instrumento de tutela o defensa de los intereses de las partes, y cada cual es árbitro de los suyos; la alegación es una carga, y si el interesado no ejerce en tiempo el derecho, esto es, si no se ejecuta el "acto necesario", no se beneficiará del resultado benéfico. El juez no puede suplantar al interesado, a quien, por lo demás, la ley no le puede imponer una satisfacción mutua forzada, que tal es la compensación, figura ajena al orden público. Tiempo que le indicaba al juez el deber de reconocer la excepción perentoria, de oficio, "cuando hallara justificados los hechos constitutivos de ella", señalaba la salvedad de "la prescripción, que debe siempre proponerse o alegarse", y la jurisprudencia fue terminante en la agregación a esa salvedad de la compensación, precisamente con base en lo dispuesto. El código de procedimiento civil, en su art. 306, mantuvo aquel deber del juez de reconocer oficialmente toda excepción cuyos hechos constitutivos aparezcan probados, y al señalar las salvedades completo el elenco incluyendo, a mas de la prescripción, las excepciones de compensación y nulidad relativa, y fijo oportunidad perentoria para la invocación de todas ellas "la contestación de la demanda", en general y "dentro de los diez días siguientes a la notificación del mandamiento ejecutivo o a la del auto que resuelva sobre su reposición, confirmándolo o reformándolo. El ejercicio de la compensación legal es una declaración unilateral dirigida al juez, de ordinario por vía de excepción, pero que también puede ocurrir mediante demanda, y que tiene por destinatario al otro acreedor-deudor, por lo cual es esencialmente recepticia. Además, no es susceptible de condicionamiento. Quiere decir lo anterior, que si la persona aspirante a compensar no toma la iniciativa de impetrar declaración judicial a propósito y no alega la excepción 31 tempestivamente (art. 509 c. de p.c), pierde el derecho a la extinción de la deuda a su cargo por ese modo. Alegación de la compensación: Análoga a la estructura y el funcionamiento de la prescripción, no por acaso su disciplina procesal coincide (art. 306 c. de p.c.); el debate acá es antiguo y enconado, frente al cual es preciso distinguir la presencia de los requisitos objetivos de la figura, que la hacen viable o factible (compensabilidad, prescriptibilidad), de la ocurrencia misma de ella y su eficacia (deudas compensadas, deuda prescrita). Esto, como quiera que el acto correspondiente de cualquiera de los sujetos de las relaciones obligatorias (o del deudor en la prescripción) que la invoca no es un mero catalizador o impulsor, sino que es una verdadera disposición de intereses, ejercicio de un derecho potestativo, y el efecto (es satisfactorio y liberatorio) es resultado de él, sobre la base de la presencia de los restantes elementos del factum normativo. LA CONFUSION El Código Civil expresa que se dará la extinción de la obligación a causa “de la confusión de derechos” cuando “se reúnan en una misma persona los conceptos de acreedor y deudor” (artículo 826 Código Civil). La confusión consiste en la coincidencia de sujeto activo y pasivo de una relación obligación en una misma persona. Dado que es absurdo o inconcebible que una misma persona se pague a sí misma o se autoexija el cumplimiento de la prestación objeto de la relación obligatoria, el Código declara ipso iure o automáticamente, extinguida la obligación desde el momento en que acreedor y deudor “se confunden” en una misma persona. La coincidencia de la condición de acreedor y deudor puede deberse a circunstancias muy diversas, tanto inter vivos como mortis causa. Los extremos fundamentales en relación con la confusión son los siguientes: Aun siendo una misma persona acreedor y deudor, no se dará confusión en caso de patrimonios separados por disposición legal. De ahí que le Código establezca que la confusión no tendrá consecuencias extintivas para la relación obligatoria, en caso de herencia, cuando ésta haya sido aceptada a beneficio de inventario. En caso de existir obligaciones accesorias, la extinción de la obligación principal por confusión conlleva la extinción de aquéllas y no al revés. En el supuesto de existir pluralidad de sujetos acreedores y/o deudores y producirse la confusión parcial, deberán aplicarse las reglas propias de las obligaciones mancomunadas y solidarias. 33 “La confusión no extingue la deuda mancomunada sino en la porción correspondiente al acreedor o deudor en quien concurran los dos conceptos”. En el caso de las obligaciones solidarias habrá de remitirse a la regla establecidas, conforme al cual se produce la extinción de la relación obligatoria en su conjunto, aunque naturalmente ello no obsta a las consecuentes relaciones internas entre acreedores o deudores solidarios. SUBROGACIÓN Es otro modo de extinguir las obligaciones por medio del cual un tercero paga la deuda y se convierte en el nuevo acreedor. En este caso la obligación se extingue para el acreedor no así para el deudor. Sub-rogación en la posición del acreedor: Mediante un negocio jurídico, ya sea (por ejemplo, la compraventa o la donación) o mortis causa (por herencia), una persona adquiere la posición de acreedor en una deuda. Desde su comunicación al deudor, éste deberá pagar ahora a la persona que se ha sub-rogado en la posición de acreedor. Sub-rogación en la posición del deudor: Dado que el deudor es el obligado al cumplimiento, es necesaria la autorización del acreedor para una sub-rogación, dado que puede ocurrir que el nuevo deudor no tenga tantos bienes o esté suficientemente capacitado para cumplir la obligación. No es necesaria dicha autorización en caso de muerte del deudor, si la sub-rogación es por herencia. De forma más genérica, pero en el mismo sentido, una persona puede subrogarse en una posición contractual. En ese caso estaría asumiendo, a la vez, las posiciones deudora y acreedora (según cada cual) de todas las obligaciones que nacen de dicho contrato y que son aplicables a su recién adquirida posición en el contrato. PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA La extinción de una obligación por el transcurso de un determinado período de tiempo, sin que el acreedor haya exigido su cumplimiento. Se estima que se trata de una sanción que se impone al acreedor negligente que deja en suspenso mucho tiempo el ejercicio de sus acciones. Influyen dos elementos: →Transcurso del tiempo. →Inactividad del acreedor. INTERRUPCIÓN Y SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA Interrupción: tiene por objeto hacer perder el plazo transcurrido con anterioridad a la causa que la provoca y se produce en dos casos: Por acción judicial deducida en contra del deudor por el acreedor. Por reconocimiento expreso o tácito de los derechos del acreedor por parte del deudor. 35 Suspensión: tan solo detiene el curso de la prescripción mientras subsista la causa que la produce, de manera que una vez que esta desaparece la prescripción continúa corriendo. La ley prevé que si la cosa debida se pierde o desaparece material o legalmente, sin hecho o culpa del deudor, la obligación se extingue y el deudor queda libre de su compromiso. Corresponde ello a la más estricta equidad porque no puede hacerse responsable al deudor de los accidentes o hechos que le ocurran a la cosa sin que él tenga los medios para prevenirlos o contrarrestarlos, y que por lo mismo constituyen caso fortuito o fuerza mayor. También se precisa para que la pérdida de la cosa extinga la obligación que dicha pérdida ocurra sin hecho ni culpa del deudor y que el mismo no se encuentre en mora. Si la pérdida acontece por un hecho del deudor, en lugar de extinguirse la obligación se convierte en otra del precio de la cosa destruida; puesto que el deudor no puede con un hecho propio librarse ni privar al acreedor de su derecho. Si aconteciese la pérdida no precisamente por un hecho del deudor, sino por su culpa, por no haber cuidado la cosa como debiera, tampoco se extingue la deuda. Finalmente la pérdida de la cosa tampoco extingue la obligación, si se verifica después de que el deudor se encontrara en situación de mora. VENCIMIENTO DEL PLAZO EXTINTIVO Si el deudor cumple con su obligación antes de que ésta fuera exigible, conociendo que existía el plazo, y el acreedor lo acepta, no podrá solicitar que se le devuelva lo entregado, pues se entiende que renuncia al plazo; sin embargo, si tal pago anticipado se hace por error (al ignorar la existencia del plazo), si bien no puede reclamar la devolución, sí puede reclamar intereses o frutos de lo entregado anticipadamente. La pérdida de la cosa debida es una de las formas de extinción de las obligaciones del derecho romano. Para que la pérdida de la cosa debida diese lugar a la extinción de la obligación, era necesario el concurso de tres circunstancias: que la pérdida no fuese dolosa y que el deudor no se hubiese hecho responsable de la conservación de la cosa. La pérdida podía tener lugar por destrucción irreversible de la cosa; por cambio de su forma primitiva y por cambio de su condición jurídica. También se precisa para que la pérdida de la cosa extinga la obligación que dicha pérdida ocurra sin hecho ni culpa del deudor y que el mismo no se encuentre en mora. Si la pérdida acontece por un hecho del deudor, en lugar de extinguirse la obligación se convierte en otra del precio de la cosa destruida; puesto que el deudor no puede con un hecho propio librarse ni privar al acreedor de su derecho. Si aconteciese la pérdida no precisamente por un hecho del deudor, sino por su culpa, por no haber cuidado la cosa como debiera, tampoco se extingue la deuda. Finalmente la pérdida de la cosa tampoco extingue la obligación, si se verifica después de que el deudor se encontrara en situación de mora. Para que la obligación se extinga por pérdida de la cosa debida es necesario que el deudor se haya obligado a dar o entregar una especie o cuerpo cierto que no puede reemplazar por otra del mismo género. En consecuencia, la destrucción o el perecimiento de la especie por caso fortuito o fuerza mayor, en lo término del derecho romano, se entiende la obligación como extinta, el vínculo jurídico desaparece, porque ya no hay prestación, ya que no existe la cosa que se debe. 37 Por ejemplo, si un deudor promete un caballo, puede entregar cualquier caballo al acreedor; más si por el contrario, promete entregar el primer potro nacido entre la Yegua X y el Caballo Z, entonces deberá entregar única y exclusivamente tal espécimen; en consecuencia, si ese espécimen falleciera cumpliendo los preceptos anteriores entonces ocurriría la extinción de la obligación por pérdida de la cosa debida. En caso de extinción de una obligación por este concepto, la pérdida patrimonial será soportada por el acreedor, ya que no recibirá la cosa prometida y no tiene derecho a la prestación sustitutoria ni a una indemnización de perjuicios PRESCRIPCIÓN NEGATIVA Ten en cuenta que el derecho no ampara a los que pretenden abusar de él. Tiene su origen en el derecho romano. Justiniano fue el autor de esta unión para los inmuebles con un término de 10 a 20 años y el de la usucapión, para los muebles con un término de 3 años. Es la unión de dos instituciones conocidas en aquel derecho bajo el nombre de usucapión. Es un modo de adquirir la propiedad por la posesión prolongada y bajo determinadas condiciones señaladas por la ley y la praescriptio longi témporis la otra, que fue creada con el objeto de llenar las lagunas dejadas por la primera. La palabra prescripción, viene " de Praescribere" (escribir antes), que era una mención puesta al principio de la fórmula dirigida al Juez por el Pretor en el procedimiento formulario romano, que tenía como objeto restringir el proceso, dispensando al Juez de examinar el fondo del negocio de que se trataba. Antes no era un medio de adquirir o de perder derechos, sino tan sólo una especie de defensa mientras que hoy es una institución medular dentro del derecho civil. "El tiempo lleva a la consolidación de cierto derechos o a la pérdida de los mismos". Suspensión e interrupción de la prescripción: Cuando el procedimiento judicial se dirija contra el culpable la prescripción se interrumpe o se suspende, dependiendo de los países. La interrupción de la prescripción provoca la pérdida del tiempo transcurrido hasta ese día, y por lo tanto, se inicia un nuevo plazo desde cero a contar desde que se considere paralizado el procedimiento o se termine sin condena. Por el contrario en el caso de suspensión de la prescripción, al finalizar el tiempo de suspensión el reloj vuelve a contar desde donde se encontraba cuando se suspendió. Dentro de las formas de aplicar el derecho en los distintos países, se le han dado a la interrupción y la suspensión, distintas opciones, así la interrupción es la pérdida del tiempo ya transcurrido, y se inicia un nuevo tiempo, dentro del derecho en Costa Rica, este nuevo tiempo se reduce a la mitad y vuelve a correr de nuevo con lo que se persigue que la acción penal no sea retrasada injustamente, mientras que la suspensión es un tiempo en el cual no corre la prescripción por darse una situación específica determinada en el código, pero una vez dado el presupuesto que la 39 suspendía, vuelve a correr el tiempo tomándose en consideración el tiempo ya antes transcurrido. Por lo que los plazos de interrupción y suspensión son distintos. La prescripción es un instituto jurídico por el cual el transcurso del tiempo produce el efecto de consolidar las situaciones de hecho, permitiendo la extinción de los derechos o la adquisición de las cosas ajenas. En el derecho anglosajón se le conoce como statute of limitations. En muchas ocasiones la utilización de la palabra prescripción en derecho se limita a la acepción de prescripción extintiva o liberatoria, mediante la cual se pierde el derecho de ejercer una acción por el transcurso del tiempo. La usucapión también llamada prescripción adquisitiva o positiva es un modo de adquirir la propiedad de un bien. La prescripción adquisitiva compete a aquella persona que mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley ha poseído un bien inmueble, se ejerce contra quien aparezca como propietario de esos bienes en el Registro Público de la Propiedad, con el fin de que se declare que se ha consumado y que ha adquirido por prescripción la propiedad del inmueble reclamado. El fundamento de la usucapión, desde el punto de vista del sujeto activo, responde a la necesidad de poner fin a un estado de incertidumbre de derechos (los generados por la posesión apta para usucapir, y los de propiedad que le asisten al titular del dominio), en tanto que centrada la atención en el sujeto pasivo, la prescripción adquisitiva descansa en la inercia del auténtico propietario del bien, quien lo abandonó o dejó en manos de otro poseedor, inercia que da lugar a la usucapión, que constituirá la sanción impuesta al propietario negligente. Es claro que el fundamento de la usucapión no operaría, si en la prescripción adquisitiva se demandara a alguien que no fuera el verdadero propietario, porque el estado de incertidumbre aludido no cesaría, al no haber sido tomados en cuenta los derechos del auténtico dominador de la cosa; además, no tendría sentido atribuir el abandono del bien inmueble a quien no es realmente su dominador, tampoco sería lógico sancionar a quien no puede imputársele la calidad de “propietario negligente”, porque sólo su actitud de abandono y negligencia podrían constituir la causa para el acogimiento de la acción de prescripción. Tanto la doctrina clásica desde el derecho romano, como nuestra legislación, reconocen que sólo la posesión originaria, es decir, la que se tiene en concepto de dueño, puede producir el efecto de adquirir la propiedad mediante de la prescripción. Por ello, la posesión en concepto de propietario, es la primera condición necesaria para prescribir. La prescripción constituye una manifestación de la influencia que el tiempo tiene sobre las relaciones jurídicas y los derechos subjetivos. Éstos, a lo largo de aquél, nacen, se ejercitan y mueren. Aquí nos corresponde estudiar una de las causas que determinan la desaparición de aquéllos; la prescripción extintiva. Pero bajo el término prescripción se recogen dos instituciones esencialmente distintas entre sí: la prescripción adquisitiva o usucapión y la prescripción extintiva. A pesar de su misma denominación las diferencias entre ambas figuras son sustanciales. Brevemente diremos que la usucapión determina un efecto adquisitivo de un derecho real y que además con el tiempo juega el elemento fundamental de la posesión. En cambio la prescripción extintiva provoca 41 la desaparición de un derecho real o de crédito o de una acción, y se basa en un dato puramente negativo como es el no ejercicio de su derecho por el titular del mismo. Esta diferencia entre ambas figuras tiene la importante consecuencia práctica de impedir la aplicación analógica de las normas de ambas. Puede definirse la prescripción extintiva como el modo de extinguirse los derechos y las acciones por el mero hecho de no dar ellos adecuadas señales de vida durante el plazo fijado por la ley. Así se pone de relieve cómo junto con el transcurso del tiempo lo característico de la prescripción extintiva es la inacción del titular del derecho durante toda la extensión de aquél; es lo que se ha denominado con acierto como «el silencio de la relación jurídica». Cuestión tradicionalmente problemática al estudiar la prescripción ha sido la de determinar cuál sea su fundamento; pues en principio parece extraño que simplemente por el no uso pueda verse alguien privado de su derecho. Las justificaciones de la doctrina han sido muy diversas: se ha basado en la renuncia tácita del titular del derecho, en el mantenimiento del buen orden social, en el intento de evitar las dificultades en la prueba de las relaciones jurídicas que se prolongan indefinidamente en el tiempo (probatio diabolica), en la idea de sanción contra el propietario que actúa negligentemente con sus bienes, en la seguridad CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DE EXTINCIÓN Las causas que en general extinguen las obligaciones se distinguen en tres categorías: Está formada únicamente por el pago, es decir el modo normal de extinción de las obligaciones, puesto que consiste en el hecho de cumplir la prestación debida. La segunda comprende varios modos anormales de extinción, que tienen como carácter común el que el acreedor ha obtenido una satisfacción distinta de aquella a la cual tenía derecho: La novación, e la cual la obligación que se extingue es remplazada por otra La dación en pago, en la que el acreedor recibe un objeto distinto del debido La compensación y la confusión en las que el acreedor es satisfecho por la desaparición de la deuda que le incumbía. La tercera categoría, en la cual se colocan los modos anormales en los que la obligación se extingue, sin que el acreedor haya obtenido satisfacción, o sean: La remisión de deuda, en la que el acreedor renuncia a exigir el cumplimiento de la obligación La imposibilidad de ejecución El término extintivo La prescripción negativa o liberatoria, que es un modo de extinción de la obligación por el transcurso del tiempo fijado por ley. 43