UNIVERSIDAD CRISTIANA DEL SUR ESCUELA DE DERECHO

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UNIVERSIDAD CRISTIANA DEL SUR
ESCUELA DE DERECHO
BACHILLERATO EN DERECHO
Tema:
“La extinción de las Obligaciones”
Curso: Derecho de Obligaciones II
III Cuatrimestre
Estudiantes:
Henry Castro Mejia
Uriel Villalobos Vega
Irene Villalobos Vega
Rafael Castillo Medina
Mauricio Alvarado Sánchez
Jorge Mora
Profesor:
María Victoria Salas
San José Costa Rica
04 de mayo de 2011
1
Índice
Introducción
1
Objetivos Específicos
2
Objetivo General
3
Extinción de las obligaciones
4
Modos de extinción de las obligaciones
4
Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos
4
Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor
5
Hechos que destruyen la fuente de la obligación
6
Causas por las cuales se extingue la obligación
6
El pago
7
La imposibilidad de cumplimiento
8
Prueba de la imposibilidad
13
Efectos de la imposibilidad
14
La Novación
15
Excepción de la novación
15
Requisitos
16
Diferentes clases de novación
16
Novación objetiva
17
Novación Subjetiva
18
Novación Mixta
19
Remisión o Condonación
20
Excepción de cesión de deudas
20
La compensación
21
Compensación voluntaria
24
Compensación facultativa
25
Compensación legal
25
Alegación de la Compensación
28
La confusión
29
Subrogación
30
Prescripción extintiva
31
Interrupción y suspensión de la prescripción extintiva
32
Vencimiento del plazo extintivo
33
Prescripción negativa
35
Suspensión e interrupción de la prescripción
35
Clasificación de las formas de extinción
39
3
INTRODUCCIÓN
El vínculo obligacional, que nace en los derechos personales, entre un acreedor y
un deudor comprometido al cumplimiento de una prestación, es temporal, y su
modo natural de extinción es el pago, o sea cumplir con el objeto de la prestación,
ya sea de dar, de hacer, o de no hacer. Sin embargo existen otros medios en que
ese vínculo jurídico puede disolverse, y podemos clasificar esos modos de
extinción según intervengan o no la voluntad de las partes.
Resulta de gran importancia para nosotros como estudiantes
de las Ciencias
Jurídicas el conocer de manera completa y profunda todo lo relativo a la teoría de
las obligaciones, ya que ellas constituyen la base de toda una gama de
actuaciones jurídicas que se presenta en la práctica y en el que hacer jurídico del
Abogado, porque los tribunales civiles están repletos de decisiones que deben ser
fundamentadas.
En este trabajo, presentamos una parte de esta gran teoría que respecta a las
obligaciones, La Extinción de las Obligaciones, y conforme se dé su estudio, nos
daremos cuenta de su importancia, ya que el Abogado que desconoce los modos,
las causas y la clasificación que respecta a este tema, tendría una gran laguna
para el ejercicio de la profesión.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Indicar los modos de extinción de las Obligaciones, según los hechos, ya
sea los que satisfacen al acreedor, los que hacen perder al acreedor, y los
que destruyen la fuente de la obligación.

Desarrollar las causas por las cuales se extinguen las Obligaciones, entre
ellas se encuentran el pago, imposibilidad de cumplimiento, la novación, la
condonación, la compensación, la confusión, subrogación y la prescripción.

Mostrar la clasificación de las formas de extinción de las obligaciones, en
sus tres categorías.
5
OBJETIVO GENERAL
Abarcar el tema del modo de extinción de una obligación y sus diferentes
maneras, así como desarrollar las causas, y la clasificación que se presenta en la
extinción.
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
MODOS DE EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
Son los hechos en virtud de los cuales la obligación deja de existir. En general
estos hechos son, sin perjuicio de lo que pueda establecer cada legislación en
particular, los siguientes:
Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos:
Compensación: extinción recíproca de dos deudas, en donde el acreedor es
deudor y viceversa. Las obligaciones tienen que ser líquidas y exigibles.
Confusión: en una misma persona se reúnen las cualidades de deudor y
acreedor, para la misma deuda
Novación: sustitución de una obligación por una nueva.
Pago: satisfacción de la obligación mediante la ejecución de la prestación
comprometida.
7
Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor.
Condonación: renuncia voluntaria y gratuita que hace el acreedor de toda o una
parte de la obligación (Remisión).
Imprevisión:
Posterior al establecimiento de una obligación, pueden suceder
cambios totalmente ajenos al control del deudor, que hagan del cumplimiento de la
obligación tal y como fue pactada en exceso gravosa. Ante tales situaciones, el
derecho otorga la posibilidad de ajustar las condiciones de la obligación para que
se asemejen a lo que fue pactado originalmente. Tal sería el caso de periodos
supe inflacionarios, o de alguien que haya asumido una deuda en una moneda
extranjera y posteriormente se produzca una periodo de devaluación excesiva de
la moneda nacional.
Muerte del deudor o del acreedor (excepcionalmente en los contratos
celebrados intuito persona)
Pérdida de la cosa debida
Prescripción extintiva: extinción de una obligación por el transcurso de un
determinado período de tiempo, sin que el acreedor haya exigido su cumplimiento.
Vencimiento del plazo extintivo
Hechos que destruyen la fuente de la obligación.
Declaración de nulidad.
Revocación: por voluntad de una de las partes, que retrae su voluntad (se
arrepiente) la relación obligacional se extingue, operando para el futuro. Por
ejemplo, la ley autoriza la revocación de la donación, por ingratitud del donatario.
(en casos excepcionales, como en el Mandato)
CAUSAS POR LAS CUALES SE EXTINGUE LA OBLIGACIÓN
Conforme lo establece el Código Civil, “las obligaciones se extinguen: por el pago
o cumplimiento, por la pérdida de la cosa debida, por la condonación de la deuda,
por la confusión de derechos de acreedor y deudor, por la compensación y por la
novación”.
Las circunstancias o figuras enunciadas se conocen técnicamente con el nombre
de causas de extinción de las obligaciones, en cuanto todas ellas determinan la
extinción de la relación obligatoria. De todas ellas, la más importante, y frecuente,
es el cumplimiento o pago.
Junto con las causas enumeradas en el Código Civil existen causas particulares
de extinción, aplicables a ciertas relaciones obligatorias y no a la generalidad de
9
las obligaciones. Así, por ejemplo, es obvio que la muerte del deudor en casos de
obligaciones de hacer personalísimas determina la extinción de la obligación.
EL PAGO
Consiste en el cumplimiento de la prestación objeto de la obligación, tiene como
características que es un modo voluntario de extinguir las obligaciones y es el
modo natural ipso iure de extinguir las obligaciones.
Con el pago se presentan ciertos problemas tales como quién debe hacer el pago,
el cual en ciertas obligaciones debe ser hecho por el deudor exclusivamente. Sin
embargo, cualquier extraño puede pagar por él. Cualquier persona que ejecute el
pago, para que sea válido debe ser capaz de ejecutar la prestación, por lo tanto, si
la obligación es de dar quien efectúa el pago debe ser propietario y capaz de
enajenar.
El pago debe hacerse, para que sea válido, al acreedor o su representante.
El pago debe hacerse, de acuerdo a lo pactado por las partes en el momento de
crear el contrato; si este acuerdo no se hace en el domicilio del deudor, salvo que
se trate de una obligación de entregar cosas, pues estas se ejecutan donde ellas
se encuentren o deberían encontrarse, sin dolo del deudor.
El pago debe hacerse en términos generales, por la plena y exacta realización de
la prestación debida, el pago debe consistir en la ejecución completa de la
obligación
En términos generales por la plena y exacta realización de la prestación debida, el
pago debe consistir en la ejecución completa de la obligación, debe hacerse bajo
todos los respectos en conformidad con el tenor de esta.
Como efectos del pago, éste debidamente realizado extingue ipso jure la
obligación, con todos sus accesorios, especialmente las hipotecas y las fianzas.
En la prueba de pago, éste no se presume y debe ser probado x quién alega su
existencia. A fin de procurarse un medio de prueba el deudor puede negarse a
pagar si no se le entrega un recibo.
LA IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO
Este modo de extinguir obligaciones se fundamenta en el principio de que nadie
puede estar obligado a ejecutar cosas imposibles, lo que significa que desde el
momento en que la ejecución de la obligación se hace imposible, física o
jurídicamente, el deudor queda libre. En su nacimiento la obligación era realizable
pero mientras estaba pendiente su cumplimiento surgieron ciertas circunstancias
que le dieron el carácter de imposible.
La ley prevé que si la cosa debida se pierde o desaparece material o legalmente,
sin hecho o culpa del deudor, la obligación se extingue y el deudor queda libre de
su compromiso. Corresponde ello a la más estricta equidad porque no puede
hacerse responsable al deudor de los accidentes o hechos que le ocurran a la
cosa sin que él tenga los medios para prevenirlos o contrarrestarlos, y que por lo
mismo constituyen caso fortuito o fuerza mayor.
Este principio es general, es decir, se aplica a toda clase de obligaciones, sean
éstas de dar, de hacer o de no hacer una cosa, aunque la ley civil no hable sino de
las obligaciones de dar un cuerpo cierto. En la práctica, debe reconocerse, es en
esta clase de obligaciones en las que más tiene ocurrencia, pero como en seguida
se aprecia, no es exclusivo de ellas.
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Es de recordar, por lo demás, que las obligaciones de dar se descomponen en
obligaciones de hacer, en primer lugar, la obligación de entregar la cosa, que es
de hacer, para la cual lógicamente debe existir posibilidad física y jurídica. Si se
hace imposible hacer la entrega, la obligación quedará extinguida. En segundo
lugar, la obligación que conlleva otra, igualmente de hacer, que es la de emplear
en su custodia el debido cuidado. Por consiguiente si pesar de haberse empleado
el debido cuidado, perece la cosa, el deudor quedará libre.
Obligaciones a que se aplica la imposibilidad, establece que la obligación da dar
un cuerpo cierto se extingue cuando el cuerpo cierto perece, o se destruye, o deja
de estar en el comercio, o desaparece u se ignora si existe. No hay duda de que
cuando una obligación pierde su objeto necesariamente deja de existir. Sin
embargo, para que esto ocurra, la imposibilidad debe ser total y además debe ser
posterior a la celebración del contrato, porque si hubiese sido anterior, la
obligación nunca habría existido por carecer de objeto.
La imposibilidad puede presentarse también respecto de obligaciones que tiene
por objeto muchos cuerpos ciertos debidos alternativamente, o una cosa
comprendida en un nombre, en una cantidad o en una clase de cosas
determinadas, si todas las cosas perecen
Excepcionalmente, puede tener cabida en las obligaciones que tengan por objeto
una cosa de género. Se trata de aquellos géneros limitados, que pueden
desaparecer o extinguirse, o hacerse imposibles, como sería, por ejemplo, la
entrega de una arma de una clase determinada cuyo comercio es declarado
prohibido por la ley. Esta excepción no altera la regla general de que el género no
perece, y por tanto cuando se debe una cosa de género, la obligación no se
extingue por pérdida, porque puede liberarse el deudor entregando una cosa del
mismo género, cantidad y calidad.
Como quedó dicho, aunque el Código ha guardado silencio al respecto, la
imposibilidad puede presentarse también en las obligaciones de hacer. En efecto;
si el deudor de un hecho no puede ejecutarlo puede invocar esta imposibilidad
cuando se ha producido sin hecho o culpa suya y no está constituido en mora. En
nuestro Código Civil indica que si el objeto de la obligación es un hecho, es
necesario que sea física y moralmente posible; de no ser así, la obligación se
extinguiría.
Para que tenga lugar la extinción de una obligación de hacer por la imposibilidad
de ejecución, es necesario no sólo que le sea imposible al deudor la realización
del hecho; además que se trate de aquellos hechos que no pueden ser ejecutados
sino por el deudor intuto personae, porque de no ser así el hecho podría ser
realizado por un tercero, y no habría imposibilidad absoluta.
Principio que rige la materia.
Casos En Que No Se Aplica
El principio cardinal de la extinción de las obligaciones por imposibilidad es la
existencia del caso fortuito, que es el imprevisto a que no es posible resistir. Los
simples riesgos o peligros, aunque hagan más onerosa la prestación, no son
suficientes para eximir al deudor del cumplimiento de la obligación.
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La regla anterior no se aplica, y por tanto el deudor continúa obligado, en los
siguientes casos:
Cuando la cosa perece por hecho o culpa del deudor.
Para que la extinción de la cosa debida extinga la deuda es necesario que la
pérdida de la cosa ocurra sin hecho o culpa del deudor. Si el hecho o la culpa del
deudor es la causa de la pérdida de la cosa, la obligación no se extingue y el
deudor no queda libre: la obligación subsiste. Pero como su cumplimiento en la
forma convenida al contratar se ha hecho imposible, la obligación cambia de
objeto y debe ser cumplida por equivalente: el deudor es obligado a pagar al
acreedor el precio de la cosa, y a indemnizarle además los perjuicio.
El Código Civil, al referirse a esta materia habla de hecho o culpa del deudor; sin
embargo, estos dos términos no son sinónimos. El hecho del deudor comprende
todos los actos positivos ejecutados por éste que producen la destrucción de la
cosa. La culpa del deudor, por el contrario, hace referencia a la ausencia de
diligencia a omisiones, a la carencia del cuidado que el deudor debe emplear en la
conservación de la cosa, es decir, a haber obrado con tal falta de prudencia o de
pericia en la conservación de la cosa que ha producido su destrucción. En el
hecho hay responsabilidad in comittendo, y en la culpa hay responsabilidad in
omittiendo
La distinción entre hecho y culpa es tan clara que hasta sus consecuencias son
distintas: cuando la cosa perece por culpa del deudor, éste queda obligado al
precio de la cosa y a la indemnización de perjuicios, como lo dispone el
en cambio cuando perece por un hecho del deudor y éste sin culpa ignoraba la
obligación, prevé que se deberá solamente al precio sin otra indemnización de
perjuicios. Hay hecho del deudor que no importan su culpa, y por esto su
responsabilidad en es menor.
Cuando el deudor se encuentra en mora
La constitución en mora resulta de la falta de cumplimiento de la obligación por
parte del deudor. Como no se ha liberado de su obligación debe responder por la
pérdida de la cosa aunque ésta ocurra por caso fortuito.
Cuando el cuerpo cierto no hubiere perecido de haber sido entregado
oportunamente al acreedor, el deudor está obligado al precio de la cosa y a
indemnizar los perjuicios que causó al acreedor con la mora. El hecho de haberse
constituido en mora implica ya una culpa, que debe acarrear para el deudor la
exigencia de reparar todo daño que sufra su acreedor. La ley es severa al
respecto porque la mora del deudor es la circunstancia que hace que el caso
fortuito pueda destruir la cosa.
Si el cuerpo cierto hubiere perecido igualmente en manos del acreedor como
consecuencia del caso fortuito, el deudor estará obligado sólo a la indemnización
de perjuicios causados al acreedor por la mora. En este caso la obligación se
extingue y el deudor queda libre de ella porque la cosa no ha perecido por ocasión
de la mora, sino a causa del caso fortuito, que la ha hecho perecer en manos del
deudor pero la habría hecho perecer igualmente en manos del acreedor.
Así como la mora del deudor agrava su responsabilidad, la mora del acreedor en
recibir, aminora la responsabilidad del deudor. Si el cuerpo cierto perece cuando el
acreedor está en mora de recibir, el deudor sólo es responsable de su culpa grave
o dolo.
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Cuando por un pacto el deudor se ha constituido responsable si el deudor se ha
constituido responsable de todo caso fortuito, o de alguno en particular , se
observará lo pactado, La ley respeta la libertad que los particulares tienen para
obligarse, dando a sus pactos y cláusulas la categoría de ley. Este pacto convierte
al deudor en un asegurador, que toma para sí los riesgos que pueden sobrevenirle
a la cosa.
Cuando se ha hurtado o robado un cuerpo cierto, señala que al que ha hurtado o
robado un cuerpo cierto, no le será permitido alegar que la cosa ha perecido por
caso fortuito, aún de aquellos que habrían producido la destrucción o pérdida del
cuerpo cierto en poder del acreedor.
La ley agrava la responsabilidad del que indebidamente se ha apropiado de una
cosa con el ánimo de lucrarse, pretendiendo además que tenga el castigo que
merece. Por esta razón el deudor de una cosa hurtada está obligado a entregar al
acreedor el precio de la cosa que no puede restituir porque se ha destruido debido
al caso fortuito, sin perjuicio, por supuesto, de las indemnizaciones por los daños
sufridos y de la responsabilidad penal que le quepa.
Prueba de la imposibilidad
Respecto del aspecto probatorio habrán de seguirse las siguientes reglas, que no
son sino una aplicación de los principios generales de la prueba:
Se presume que la cosa que perece en poder del deudor ha sido por hecho o
culpa suya. Debe probar su prudencia y diligencia.
El deudor es obligado a probar el caso fortuito que alega.
Si estando en mora el deudor, pretende que el cuerpo cierto habría perecido
igualmente en poder del acreedor, será también obligado a probarlo Efectos de la
imposibilidad
La imposibilidad produce los siguientes efectos:
a. El efecto principal es la extinción de la obligación del deudor, con todos
sus accesorios, prenda e hipotecas. El deudor queda liberado de toda
responsabilidad salvo las excepciones.
b. Puede ocurrir que considerado perdido el cuerpo cierto y por lo tanto
extinguida la obligación del deudor, reaparezca la cosa debida cuya
existencia se ignoraba. En éste caso se revive la obligación porque ha
cesado la causa que le dio origen a la extinción; el deudor deberá entregar
la cosa al acreedor y, para que no se produzca un enriquecimiento ilícito
por parte del acreedor, éste debe restituir al deudor todo lo que recibió en
razón de su precio.
c. Cuando la cosa perece sin culpa del deudor, la ley no quiere perjudicar al
deudor que ha obrado con prudencia y diligencia, pero tampoco quiere
favorecerlo indebidamente a expensas del acreedor. Por esta razón, si la
pérdida de la cosa es imputable a terceros y da origen a algún derecho
o acción de resarcimiento de perjuicios, o como dice Pothier, se
tienen derechos de
indemnización,
éstos
derechos
o acciones deben
cederse al acreedor.
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d. Cuando la cosa perece por hecho o culpa del deudor principal, o después
de haberse constituido en mora, la obligación del
precio de la cosa subsiste no sólo para él y sus herederos sino también
para los fiadores y demás terceros que han accedido a la obligación. Los
fiadores al obligarse se hacen también responsables de las obligaciones
secundarias que se derivan de la obligación principal, como son la de
conservar la cosa hasta la entrega y la de pagar el precio cuando el objeto
de la obligación se ha transformado.
e. Como es ya sabido, para que se produzca la extinción de la obligación la
pérdida de la cosa debe ser total; cuando queda alguna parte de la cosa, la
obligación subsiste en esa parte y el deudor está obligado a entregarla.
LA NOVACIÓN
Es el acto jurídico de negociar por virtud del cual se crea una obligación, la cual
tiene que ser válida con el propósito de extinguir una obligación existente, también
válida, lo cual nos da que se está produciendo un resultado mediante el cual se da
un cambio del sujeto activo o del sujeto pasivo u objeto de las condiciones
principales de la relación obligatoria preexistente.
Según la Real Academia Española le da significado a la palabra “novar” que es:
“sustituir una obligación, a otra otorgada anteriormente, la cual queda anulada en
este acto”.
Novación también significa: variación del objeto de la obligación o de sus
condiciones principales, sustitución del deudor o subrogación del tercero en los
derechos del acreedor.
EXCEPCION DE LA NOVACION
Esta excepción se invoca para señalar que se ha extinguido el derecho que se
pretende reclamar. La novación se presenta cuando las partes interesadas en un
contrato lo han alterado sustancialmente estableciendo una obligación nueva que
substituye a la antigua. La novación extingue la obligación principal y las
obligaciones accesorias. Al resultado de la novación se le considera como un
nuevo contrato y está sujeto a las disposiciones generales que rigen los contratos.
Es importante anotar que nunca se presume la novación, ha de constar
expresamente.
REQUISITOS
1-Debe existir la obligación válida, la cual se trata de extinguir mediante un
negocio novatorial.
2-La creación de una obligación válida que sustituya a la obligación
primitiva, para que la nueva obligación sea válida es necesario:
a) que el acreedor y el deudor tengan capacidad para contraerla.
b) que ambos den su consentimiento para crear la nueva obligación.
Una voluntad orientada al propósito practico de extinguir una obligación mediante
la creación de otra. Esta voluntad común ha de ser expresa o resultar con claridad
del hecho de la incompatibilidad entre la obligación antigua y la nueva. Esta
incompatibilidad se puede apreciar claramente en aquellas situaciones en que la
relación obligatoria cambia de causa. Por ejemplo: la obligación de conservar una
cosa determinada por causa de depósito puede ser sustituida por la obligación de
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conservar la misma cosa por causa de comodato (Contrato por el cual se da o
recibe prestada una cosa no fungible con la obligación de restituirla.).
La novación se efectúa por cambio de objeto o por cambio de causa, esta se
contrae con una nueva deuda en sustitución de la antigua, la cual queda
extinguida y cuando el acreedor libra de su obligación al deudor, y admite un
nuevo deudor en reemplazo del anterior. (Artículo 814 del Código Civil).
Esta no se presume, es preciso que la voluntad de hacerla resulte en los términos
del nuevo contrato en el cual ambas partes tienen que estar de acuerdo. Una vez
que se declare la nulidad de la nueva obligación, esta sustituirá a la obligación
original.
Una obligación rescindible o anulable es la que puede servir de objeto de
novación, con tal que sea susceptible para ser confirmada y que el deudor tenga al
verificar el cambio de objeto, conocimiento del vicio de que adolecía. (Artículo 817
del Código citado).
DIFERENTES CLASES DE NOVACIÓN
1) La Novación Objetiva:
Se da cuando la relación obligatoria se cambia su objeto, su causa o sus
condiciones principales.
Novación Por Cambio De Objeto
Existe cuando se sustituye la prestación debida por otra diferente. Ejemplo:
cuando se cambia entre los mismo sujetos las prestación
de dar una cosa
determinada por la prestación de dar una cantidad de dinero o cuando se sustituye
una prestación de dar algo por una prestación de realizar un servicio.
Novación Objetiva Por Cambio De Causa
Este se produce cuando la prestación debida en razón de una determinada
categoría
contractual
se
extingue,
sustituyéndose
por
otra
prestación
correspondiente a una categoría contractual distinta.
Novación Por Cambio De Condiciones Principales
Por cambio de condiciones en la relación obligatoria se suele entender el que
afecta a aspectos cuantitativos o cualitativos de la prestación o a determinada
circunstancia del cumplimiento. Ejemplo: Si la deuda de cantidad se reduce en un
20% a cambio de que el deudor pague en determinada fecha anterior a la del
vencimiento, o si se conviene que cierta mercancía destinada a la exportación se
entregue en determinado puerto marítimo en lugar de hacerse la entrega en una
ciudad del interior del país como estaba previsto.
Si no se constata la voluntad de las partes y el cambio se refiere al objeto mismo
de la obligación, sino a sus condiciones objetivas. Se tendrá que determinar si
tales condiciones son principales o accidentales para concluir que se trata de una
novación o de una modificación.
2) La Novación Subjetiva
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Se da, si la relación obligatoria primitiva y la nueva, teniendo un mismo objeto e
iguales condiciones principales, se distinguen por tener un sujeto activo o pasivo
diferente.
Novación Subjetiva Por Cambio De Acreedor
Supone la extinción de una relación obligatoria por la creación de otra que se
establece entre un nuevo acreedor y el mismo deudor. Nuestro Código civil no
regula este supuesto de novación, pero es evidente que es posible en base al
principio de libertad de contratación. Son necesarias la voluntad del acreedor
antiguo y del nuevo, y del deudor.
Novación Subjetiva Por Cambio De Deudor
Es la extinción de una relación obligatoria por otra que se crea entre el mismo
acreedor y un nuevo deudor. Hay dos modalidades:
1. -La ex promisión: consiste en el acuerdo entre el acreedor y un tercero por cuya
virtud adquiere éste la condición de deudor en la nueva obligación que se crea
para sustituir a la antigua, quedando liberado el deudor primitivo. Si el acreedor
acepta el nuevo deudor sin quedar liberado el antiguo, no se produce la novación,
sino una acumulación de obligaciones, de las cuales sólo una deberá cumplirse.
La ex promisión puede hacerse sin el conocimiento del deudor, pero no sin el del
acreedor.
2. -La delegación es el convenio entre el deudor y un tercero en el que acuerdan la
extinción de la obligación de aquél mediante la creación de otra en la que el
tercero adquiere la condición de deudor, aceptándose el convenio por el acreedor,
mediante consentimiento expreso o tácito.
Puesto que la nueva obligación extingue la primitiva, desaparece todo vestigio de
responsabilidad del deudor primitivo: éste no responde de la insolvencia del nuevo
deudor, a menos que la insolvencia fuere anterior y pública o conocida del deudor
al delegar su deuda.
LA NOVACIÓN MIXTA
Se da cuando la relación obligatoria que se extingue y la que se crea en su lugar
se distingue no sólo por ser diferente su objeto o sus condiciones principales, sino
también por ser diferente el sujeto activo o pasivo.
REMISIÓN O CONDONACIÓN DE LA DEUDA
Es una causa de extinción de las obligaciones en la que el acreedor renuncia de
modo gratuito a su derecho de crédito, liberando así al deudor. También se puede
decir que es el perdón de una culpa o condena que priva de libertad a una
persona. Ejemplo: logró la remisión de la condena por su buen comportamiento.
Remitir una deuda es renunciar a una obligación por parte de quien tenía derecho
a exigir su cobro (el acreedor). Este tipo de obligación era aceptado desde las
primeras épocas del Derecho Romano como modo de extinción de obligaciones
por vía de excepción.
Se puede decir que es una forma de extinción de las obligaciones que consiste en
que cualquiera puede renunciar su derecho y remitir, en todo o en parte, las
prestaciones que le son debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo
prohíbe. La condonación de la deuda principal extingue las obligaciones
accesorias, pero la de éstas deja subsistente la primera
EXCEPCION DE CESION DE DEUDASEUDAS
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En esta excepción perentoria el demandado arguye que ha dejado de tener la
categoría de deudor que le atribuye el actor. La substitución de deudor requiere el
consentimiento expreso o tácito del acreedor. Lo peligroso para el actor es que,
existe ese consentimiento tácito. Se presume que el acreedor consiente en la
substitución de deudor cuando permite que el substituto ejecute actos que debía
ejecutar el deudor como pago de réditos, pagos parciales o periódicos, siempre
que lo hago en nombre propio y no por cuenta del deudor primitivo.
Naturaleza: negocio jurídico bilateral.
Al principio se requirió la conformidad del deudor, primero a través de contratos y
luego pudiéndose usar el simple pacto. En época de Justiniano, pudieron alegar el
pacto para excepcionarse de pagar la deuda, no solo el deudor sino también sus
herederos, los codeudores solidarios y el fiador de la obligación.
Si la remisión se efectúa de manera expresa, se hace verbalmente, por escrito o
por signos inequívocos, sin exigirse formalidades especiales. Es remisión tácita
cuando en forma voluntaria el acreedor le entrega al deudor el documento de
crédito original y sin intención de redimir la deuda o que no fue entregado por el
mismo o por otro debidamente autorizado. (Artículo 822 del Código Civil).
Reza el artículo 823 del Código Civil, que la devolución voluntaria que hace el
acreedor de la cosa o bien recibido en prenda, importa la remisión del derecho de
prenda, pero no de la deuda.
CLASES
a) Por su extensión, total o parcial, según alcance a toda la deuda o a parte de
ella.
b) Por su forma, expresa (cuando se manifiesta mediante una declaración de
voluntad) o tácita (cuando se deriva de actos que inequívocamente implican la
voluntad de acreedor de renunciar al crédito).
LA COMPENSACIÓN
Cuando dos personas son deudoras la una de la otra y en cuya virtud ambas
deudas se extinguen hasta la concurrencia de la menor.
En términos coloquiales, compensar equivale a nivelar o igualar el efecto de una
cosa con el efecto opuesto de otra cosa contraria. Jurídicamente, sin embargo, se
habla a veces de compensar, en sentido amplio, como equivalente de indemnizar
o resarcir el daño o los perjuicios causados a cualquier persona.
No es fácil dar una idea directa y precisa de la compensación, si bien a todos se
les ocurre pensar en "comparación" y "nivelación", lo uno equivale a lo otro, lo uno
por lo otro. No es, pues, ocioso acudir al Diccionario de la lengua española de la
Real Academia: "Compensar, igualar en opuesto sentido el efecto de una cosa en
el de otra". De compensación se trata en distintos sentidos y con diferentes
alcances: de compensación de culpas, de compensativo lucro cum damno, y
cuando se habla de la compensación como modo extintivo de las obligaciones,
inmediatamente viene a la memoria la definición de MODESTINO: debiti et crediti
Inter. Se contribuyó: imputación de un crédito al pago de una deuda. Como en la
poesía: "nada me debes, nada te debo; vida, estamos en paz".
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La compensación consiste, en principio, en la extinción simultánea de varias
deudas
diferentes
cuando
las
partes
son
recíprocamente
deudoras.
Compensación quiere decir una confusión de obligaciones, no por el aspecto
subjetivo, como en la figura de la confusión propiamente dicha, sino en cuanto a
su objeto. Así "se evita doble pago, una doble entrega de capitales y ese modo se
simplifican las relaciones del acreedor y del deudor, a la vez que asegura la
igualdad entre las partes". Si yo soy deudor de alguien, que a su turno me debe a
mí de lo mismo, natural es la sugerencia de conjurar el doble riesgo y producir la
satisfacción de ambos sin desembolso alguno, restando la cantidad menor de la
mayor. Por ello se dice que es un modo "satisfactorio" de extinción de las
obligaciones, que "no implica la actuación de la relación jurídica, lo cual se traduce
en una garantía, ni la satisfacción del crédito, pero sí la del acreedor", y se agrega
que es un subrogado del pago; todo ello cualquiera que sea la fuente de las
obligaciones en juego. "la figura de la compensación presupone una realidad
económico-social caracterizada por una multiplicidad e intensidad de relaciones
obligatorias, en especial de las pecuniarias, tales, como para exigir una
simplificación de los hechos extintivos, de modo de eludir el doble pago".
En la compensación como modo extintivo, van juntos dos efectos: uno satisfactorio
del acreedor, otro liberatorio del deudor. Por el primer aspecto es incuestionable
que cada acreedor, indirectamente que sea, no sólo asegura el logro de su interés,
sino que lo alcanza, especialmente en la compensación legal, dada la exigencia
de las obligaciones compensadas tengan por objeto géneros homogéneos, al no
tener que hacer erogación alguna, o sea al conservarlos en su poder o no estar
compelido a conseguirlos. Hay allí una ventaja patrimonial cierta para él: no tener
que desembolsar nada, que se complemente con la seguridad de la apropiación
implícita o de la evitación de su pago, que se resalta al hablar de la garantía real
del crédito que acarrea la posibilidad de compensación. De ahí su aproximación
tradicional al pago: ficta solutio, por cierto confusa, pues en lo que se le asemeja
es tan sólo en el carácter satisfactorio. Y por el aspecto liberatorio, este efecto de
la figura significa un alivio definitivo para cada deudor, con la tranquilidad ya
anotada en cuanto hace a la eliminación del riesgo de su propio crédito.
Disciplina legal de la compensación:
Así se proyecto la institución en las codificaciones, luego de una práctica intensa
en las relaciones entre comerciantes, como un modo general de extinción de las
obligaciones: la compensación produce la eliminación de las varias deudas que
recíprocamente existen entre unas mismas personas, hasta concurrencia de la
menor, de modo de dejar pendiente tan sólo la diferencia a favor del titular del
crédito de cuantía superior. Sería antieconómico, a más de incomprensible, exigir
que, no obstante estar en presencia de acreedor y deudor recíprocos, de
obligaciones genéricas o dinerarias homogéneas y exigibles, necesariamente
hubiera de acudirse al pago para su extinción. Es más, la figura de las "casas de
compensación", para el cruce de cuentas entre los bancos en los que distintos
cuenta corrientitas han consignado cheques girados a su favor contra otros
bancos, y su empleo cotidiano, hace pensar en una compensación "forzosa". Una
vez determinados los contornos de la figura, se pasa a examinar sus rasgos en el
derecho contemporáneo, sus requisitos, su operatividad, sus efectos.
Compensación voluntaria:
Para comenzar ha de recalcarse que, aun cuando el ordenamiento nacional no la
previene expresamente, nada se opone a la presencia de la compensación
voluntaria de cualesquiera créditos y deudas (cash against documents): a su
discreción, las partes celebran el correspondiente negocio jurídico, con las solas
exigencias de su capacidad y, primordialmente, su poder de disposición: el que de
suyo tiene el titular del crédito o el que por acto de apoderamiento le hayan
27
conferido a un tercero aquel o la ley, por lo mismo que con la compensación cada
sujeto-parte, no sólo se libera de una obligación, sino que dispone de un crédito.
Dicha compensación puede describirse como figura autónoma, distinta, tanto del
pago como la remisión, si bien con análoga función extintiva, sea que las partes
obvien la intervención del juez mediante operación contable privada entre ellas
para liquidar obligaciones homogéneas, líquidas y exigibles; sea que eliminen, al
compensarlas, deudas que no reúnan estos caracteres.
Compensación facultativa:
Se habla, además, de una "compensación facultativa", como una figura intermedia
entre la compensación legal y la voluntaria, con caracteres de una y otra,
consistente en que "una de las partes renuncia unilateralmente a hacer valer un
obstáculo que impediría la ocurrencia de una compensación legal, como, p.ej., la
liquidez del crédito de la contraparte".
"Pactum de compensando":
Así mismo está la figura de la compensación convencional para el futuro o pactum
de compensando, prevenida en el codice civile: de su autonomía, dos sujetos, que
pueden ser ya recíprocamente acreedores y deudores o, simplemente, previendo
esa eventualidad, disponen de consuno la compensación futura de estas o
aquellas obligaciones con prescindencia de alguno o algunos de los requisitos de
ley. Si en la compensación voluntaria inmediata (actual) lo que las partes hacen es
eliminar los escollos que se oponen a una compensación legal y , en
consecuencia, realizarla directamente por propia mano, en la de futuro
reglamentan su proceder para entonces, sientan las pautas a las que habrán de
someterse, inclusive condicionalmente, como también se comprometen a hacerla.
Compensación legal:
Ahora, en cuanto a la compensación legal, ocurre anotar ante todo que en el
ordenamiento civil persiste la presencia de los dos asertos (aparentemente)
contrastantes, que viene desde el derecho justinianeo: "la compensación se opera
por el solo ministerio de la ley y aun sin conocimiento de los deudores" y "sin
embargo de efectuarse la compensación por ministerio de la ley, el deudor que no
la alegare conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios, prendas e
hipotecas constituidas para su seguridad", que mucho han dado que hacer a los
estudiosos desde los Glosadores. En efecto, es bien distinto, digiérase que hay
incompatibilidad entre las dos posiciones, afirmar que el formular la "excepción de
compensación" es un simple requisito formal, procesal, para que el juez declare
una compensación que ya operó ipso iure u ope legis, desde cuando las
respectivas obligaciones reunieron los requisitos de ley, a sostener que dicha
oposición, cuya naturaleza jurídica de acto dispositivo de intereses es manifiesta,
es un requisito constitutivo de la compensación y sus efectos. De ahí que el juez
no pueda declararla oficialmente, por lo mismo que no puede suplantar a los
particulares en el ejercicio de la autonomía privada de ellos, acá la decisión de no
ejecutar la prestación debida, sino que le es propio atenderla por vía de
acogimiento de la excepción de compensación.
Y dentro del marco de compensación legal es menester incluir la figura de la
compensación sin intervención judicial, directa por parte del banco, que se
encuentra autorizado para "acreditar o debitar en la cuenta corriente de su titular el
importante de las obligaciones exigibles de que sean recíprocamente deudores o
29
acreedores, salvo pacto en contrario", y que, siguiendo el principio general de la
reciprocidad estricta, no opera "en tratándose de cuentas corrientes colectivas
respecto de deudas que no corran a cargo de todos los titulares de la cuenta
corriente"
"Ipso iure", pero no "sine facto hominis":
En la presentación y las explicaciones que la doctrina ha venido haciendo de la
figura de la compensación desde su incorporación en el code civil francais, tomado
por el señor BELLO para la redacción del código civil de Chile, ha sido un
quebradero de cabeza esa antinomia entre la eficacia ipso iure y la necesidad de
oposición de parte y pronunciamiento de juez. Los autores suelen detenerse a
repetir que
los
Glosadores
y Comentadores malentendieron
los
textos
justinianeos, de lo cual resultó el embrollo que por la vía de POTHIER se trasladó
al código.
La compensación legal opera "per ministerium iudicis":
La compensación legal, esto es, aquella que no practican y celebran las partes de
común acuerdo, sino que propone u opone una de ellas a la otra, demanda, dentro
del sistema nacional, un pronunciamiento judicial, en virtud de la interpretación de
una excepción por el demandado o, eventualmente (como también corre en el
caso de la prescripción), de la formulación de una demanda: el juez, es fuerza de
la solicitud de una de las partes y dado el desacuerdo, o simplemente el no
acuerdo de ellas, verifica la presencia de los varios requisitos de ley y, en
consecuencia, declara la extinción de las deudas recíprocas en la medida que
corresponda. Se trata, pues, de un mecanismo que exige alegación y decisión
judicial opera ministerio iudicis. La exigencia de la oposición de la compensación
es incuestionable: esta es un instrumento de tutela o defensa de los intereses de
las partes, y cada cual es árbitro de los suyos; la alegación es una carga, y si el
interesado no ejerce en tiempo el derecho, esto es, si no se ejecuta el "acto
necesario", no se beneficiará del resultado benéfico. El juez no puede suplantar al
interesado, a quien, por lo demás, la ley no le puede imponer una satisfacción
mutua forzada, que tal es la compensación, figura ajena al orden público.
Tiempo que le indicaba al juez el deber de reconocer la excepción perentoria, de
oficio, "cuando hallara justificados los hechos constitutivos de ella", señalaba la
salvedad de "la prescripción, que debe siempre proponerse o alegarse", y la
jurisprudencia fue terminante en la agregación a esa salvedad de la
compensación, precisamente con base en lo dispuesto. El código de
procedimiento civil, en su art. 306, mantuvo aquel deber del juez de reconocer
oficialmente toda excepción cuyos hechos constitutivos aparezcan probados, y al
señalar las salvedades completo el elenco incluyendo, a mas de la prescripción,
las excepciones de compensación y nulidad relativa, y fijo oportunidad perentoria
para la invocación de todas ellas "la contestación de la demanda", en general y
"dentro de los diez días siguientes a la notificación del mandamiento ejecutivo o a
la del auto que resuelva sobre su reposición, confirmándolo o reformándolo.
El ejercicio de la compensación legal es una declaración unilateral dirigida al juez,
de ordinario por vía de excepción, pero que también puede ocurrir mediante
demanda, y que tiene por destinatario al otro acreedor-deudor, por lo cual es
esencialmente recepticia. Además, no es susceptible de condicionamiento.
Quiere decir lo anterior, que si la persona aspirante a compensar no toma la
iniciativa de impetrar declaración judicial a propósito y no alega la excepción
31
tempestivamente (art. 509 c. de p.c), pierde el derecho a la extinción de la deuda a
su cargo por ese modo.
Alegación de la compensación:
Análoga a la estructura y el funcionamiento de la prescripción, no por acaso su
disciplina procesal coincide (art. 306 c. de p.c.); el debate acá es antiguo y
enconado, frente al cual es preciso distinguir la presencia de los requisitos
objetivos de la figura, que la hacen viable o factible (compensabilidad,
prescriptibilidad), de la ocurrencia misma de ella y su eficacia (deudas
compensadas, deuda prescrita).
Esto, como quiera que el acto correspondiente de cualquiera de los sujetos de las
relaciones obligatorias (o del deudor en la prescripción) que la invoca no es un
mero catalizador o impulsor, sino que es una verdadera disposición de intereses,
ejercicio de un derecho potestativo, y el efecto (es satisfactorio y liberatorio) es
resultado de él, sobre la base de la presencia de los restantes elementos del
factum normativo.
LA CONFUSION
El Código Civil expresa que se dará la extinción de la obligación a causa “de la
confusión de derechos” cuando “se reúnan en una misma persona los conceptos
de acreedor y deudor” (artículo 826 Código Civil). La confusión consiste en la
coincidencia de sujeto activo y pasivo de una relación obligación en una misma
persona.
Dado que es absurdo o inconcebible que una misma persona se pague a sí misma
o se autoexija el cumplimiento de la prestación objeto de la relación obligatoria, el
Código declara ipso iure o automáticamente, extinguida la obligación desde el
momento en que acreedor y deudor “se confunden” en una misma persona.
La coincidencia de la condición de acreedor y deudor puede deberse a
circunstancias muy diversas, tanto inter vivos como mortis causa.
Los extremos fundamentales en relación con la confusión son los siguientes:
Aun siendo una misma persona acreedor y deudor, no se dará confusión en
caso de patrimonios separados por disposición legal. De ahí que le Código
establezca que la confusión no tendrá consecuencias extintivas para la
relación obligatoria, en caso de herencia, cuando ésta haya sido aceptada a
beneficio de inventario.
En caso de existir obligaciones accesorias, la extinción de la obligación
principal por confusión conlleva la extinción de aquéllas y no al revés.
En el supuesto de existir pluralidad de sujetos acreedores y/o deudores y
producirse la confusión parcial, deberán aplicarse las reglas propias de las
obligaciones mancomunadas y solidarias.
33
“La confusión no extingue la deuda mancomunada sino en la porción
correspondiente al acreedor o deudor en quien concurran los dos conceptos”. En
el caso de las obligaciones solidarias habrá de remitirse a la regla establecidas,
conforme al cual se produce la extinción de la relación obligatoria en su conjunto,
aunque naturalmente ello no obsta a las consecuentes relaciones internas entre
acreedores o deudores solidarios.
SUBROGACIÓN
Es otro modo de extinguir las obligaciones por medio del cual un tercero paga la
deuda y se convierte en el nuevo acreedor. En este caso la obligación se extingue
para el acreedor no así para el deudor.
Sub-rogación en la posición del acreedor: Mediante un negocio jurídico, ya sea
(por ejemplo, la compraventa o la donación) o mortis causa (por herencia), una
persona adquiere la posición de acreedor en una deuda. Desde su comunicación
al deudor, éste deberá pagar ahora a la persona que se ha sub-rogado en la
posición de acreedor.
Sub-rogación en la posición del deudor: Dado que el deudor es el obligado al
cumplimiento, es necesaria la autorización del acreedor para una sub-rogación,
dado que puede ocurrir que el nuevo deudor no tenga tantos bienes o esté
suficientemente capacitado para cumplir la obligación. No es necesaria dicha
autorización en caso de muerte del deudor, si la sub-rogación es por herencia.
De forma más genérica, pero en el mismo sentido, una persona puede subrogarse en una posición contractual. En ese caso estaría asumiendo, a la vez, las
posiciones deudora y acreedora (según cada cual) de todas las obligaciones que
nacen de dicho contrato y que son aplicables a su recién adquirida posición en el
contrato.
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
La extinción de una obligación por el transcurso de un determinado período de
tiempo, sin que el acreedor haya exigido su cumplimiento. Se estima que se trata
de una sanción que se impone al acreedor negligente que deja en suspenso
mucho tiempo el ejercicio de sus acciones. Influyen dos elementos:
→Transcurso del tiempo.
→Inactividad del acreedor.
INTERRUPCIÓN Y SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
Interrupción: tiene por objeto hacer perder el plazo transcurrido con anterioridad
a la causa que la provoca y se produce en dos casos:
Por acción judicial deducida en contra del deudor por el acreedor.
Por reconocimiento expreso o tácito de los derechos del acreedor por parte del
deudor.
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Suspensión: tan solo detiene el curso de la prescripción mientras subsista la
causa que la produce, de manera que una vez que esta desaparece la
prescripción continúa corriendo.
La ley prevé que si la cosa debida se pierde o desaparece material o legalmente,
sin hecho o culpa del deudor, la obligación se extingue y el deudor queda libre de
su compromiso. Corresponde ello a la más estricta equidad porque no puede
hacerse responsable al deudor de los accidentes o hechos que le ocurran a la
cosa sin que él tenga los medios para prevenirlos o contrarrestarlos, y que por lo
mismo constituyen caso fortuito o fuerza mayor. También se precisa para que la
pérdida de la cosa extinga la obligación que dicha pérdida ocurra sin hecho ni
culpa del deudor y que el mismo no se encuentre en mora.
Si la pérdida acontece por un hecho del deudor, en lugar de extinguirse la
obligación se convierte en otra del precio de la cosa destruida; puesto que el
deudor no puede con un hecho propio librarse ni privar al acreedor de su derecho.
Si aconteciese la pérdida no precisamente por un hecho del deudor, sino por su
culpa, por no haber cuidado la cosa como debiera, tampoco se extingue la deuda.
Finalmente la pérdida de la cosa tampoco extingue la obligación, si se verifica
después de que el deudor se encontrara en situación de mora.
VENCIMIENTO DEL PLAZO EXTINTIVO
Si el deudor cumple con su obligación antes de que ésta fuera exigible,
conociendo que existía el plazo, y el acreedor lo acepta, no podrá solicitar que se
le devuelva lo entregado, pues se entiende que renuncia al plazo; sin embargo, si
tal pago anticipado se hace por error (al ignorar la existencia del plazo), si bien no
puede reclamar la devolución, sí puede reclamar intereses o frutos de lo entregado
anticipadamente.
La pérdida de la cosa debida es una de las formas de extinción de las obligaciones
del derecho romano. Para que la pérdida de la cosa debida diese lugar a la
extinción de la obligación, era necesario el concurso de tres circunstancias: que la
pérdida no fuese dolosa y que el deudor no se hubiese hecho responsable de la
conservación de la cosa.
La pérdida podía tener lugar por destrucción irreversible de la cosa; por cambio de
su forma primitiva y por cambio de su condición jurídica. También se precisa para
que la pérdida de la cosa extinga la obligación que dicha pérdida ocurra sin hecho
ni culpa del deudor y que el mismo no se encuentre en mora.
Si la pérdida acontece por un hecho del deudor, en lugar de extinguirse la
obligación se convierte en otra del precio de la cosa destruida; puesto que el
deudor no puede con un hecho propio librarse ni privar al acreedor de su derecho.
Si aconteciese la pérdida no precisamente por un hecho del deudor, sino por su
culpa, por no haber cuidado la cosa como debiera, tampoco se extingue la deuda.
Finalmente la pérdida de la cosa tampoco extingue la obligación, si se verifica
después de que el deudor se encontrara en situación de mora.
Para que la obligación se extinga por pérdida de la cosa debida es necesario que
el deudor se haya obligado a dar o entregar una especie o cuerpo cierto que no
puede reemplazar por otra del mismo género. En consecuencia, la destrucción o el
perecimiento de la especie por caso fortuito o fuerza mayor, en lo término del
derecho romano, se entiende la obligación como extinta, el vínculo jurídico
desaparece, porque ya no hay prestación, ya que no existe la cosa que se debe.
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Por ejemplo, si un deudor promete un caballo, puede entregar cualquier caballo al
acreedor; más si por el contrario, promete entregar el primer potro nacido entre la
Yegua X y el Caballo Z, entonces deberá entregar única y exclusivamente tal
espécimen; en consecuencia, si ese espécimen falleciera cumpliendo los
preceptos anteriores entonces ocurriría la extinción de la obligación por pérdida de
la cosa debida.
En caso de extinción de una obligación por este concepto, la pérdida patrimonial
será soportada por el acreedor, ya que no recibirá la cosa prometida y no tiene
derecho a la prestación sustitutoria ni a una indemnización de perjuicios
PRESCRIPCIÓN NEGATIVA
Ten en cuenta que el derecho no ampara a los que pretenden abusar de él.
Tiene su origen en el derecho romano. Justiniano fue el autor de esta unión para
los inmuebles con un término de 10 a 20 años y el de la usucapión, para los
muebles con un término de 3 años.
Es la unión de dos instituciones conocidas en aquel derecho bajo el nombre de
usucapión. Es un modo de adquirir la propiedad por la posesión prolongada y bajo
determinadas condiciones señaladas por la ley y la praescriptio longi témporis la
otra, que fue creada con el objeto de llenar las lagunas dejadas por la primera.
La palabra prescripción, viene " de Praescribere" (escribir antes), que era una
mención puesta al principio de la fórmula dirigida al Juez por el Pretor en el
procedimiento formulario romano, que tenía como objeto restringir el proceso,
dispensando al Juez de examinar el fondo del negocio de que se trataba.
Antes no era un medio de adquirir o de perder derechos, sino tan sólo una especie
de defensa mientras que hoy es una institución medular dentro del derecho civil.
"El tiempo lleva a la consolidación de cierto derechos o a la pérdida de los
mismos".
Suspensión e interrupción de la prescripción:
Cuando el procedimiento judicial se dirija contra el culpable la prescripción se
interrumpe o se suspende, dependiendo de los países. La interrupción de la
prescripción provoca la pérdida del tiempo transcurrido hasta ese día, y por lo
tanto, se inicia un nuevo plazo desde cero a contar desde que se considere
paralizado el procedimiento o se termine sin condena. Por el contrario en el caso
de suspensión de la prescripción, al finalizar el tiempo de suspensión el reloj
vuelve a contar desde donde se encontraba cuando se suspendió.
Dentro de las formas de aplicar el derecho en los distintos países, se le han dado
a la interrupción y la suspensión, distintas opciones, así la interrupción es la
pérdida del tiempo ya transcurrido, y se inicia un nuevo tiempo, dentro del derecho
en Costa Rica, este nuevo tiempo se reduce a la mitad y vuelve a correr de nuevo
con lo que se persigue que la acción penal no sea retrasada injustamente,
mientras que la suspensión es un tiempo en el cual no corre la prescripción por
darse una situación específica determinada en el código, pero una vez dado el
presupuesto que la
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suspendía, vuelve a correr el tiempo tomándose en consideración el tiempo ya
antes transcurrido. Por lo que los plazos de interrupción y suspensión son
distintos.
La prescripción es un instituto jurídico por el cual el transcurso del tiempo produce
el efecto de consolidar las situaciones de hecho, permitiendo la extinción de los
derechos o la adquisición de las cosas ajenas. En el derecho anglosajón se le
conoce como statute of limitations.
En muchas ocasiones la utilización de la palabra prescripción en derecho se limita
a la acepción de prescripción extintiva o liberatoria, mediante la cual se pierde
el derecho de ejercer una acción por el transcurso del tiempo.
La usucapión también llamada prescripción adquisitiva o positiva es un modo de
adquirir la propiedad de un bien.
La prescripción adquisitiva compete a aquella persona que mediante el transcurso
de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley ha poseído un bien
inmueble, se ejerce contra quien aparezca como propietario de esos bienes en el
Registro Público de la Propiedad, con el fin de que se declare que se ha
consumado y que ha adquirido por prescripción la propiedad del inmueble
reclamado.
El fundamento de la usucapión, desde el punto de vista del sujeto activo, responde
a la necesidad de poner fin a un estado de incertidumbre de derechos (los
generados por la posesión apta para usucapir, y los de propiedad que le asisten al
titular del dominio), en tanto que centrada la atención en el sujeto pasivo, la
prescripción adquisitiva descansa en la inercia del auténtico propietario del bien,
quien lo abandonó o dejó en manos de otro poseedor, inercia que da lugar a la
usucapión, que constituirá la sanción impuesta al propietario negligente.
Es claro que el fundamento de la usucapión no operaría, si en la prescripción
adquisitiva se demandara a alguien que no fuera el verdadero propietario, porque
el estado de incertidumbre aludido no cesaría, al no haber sido tomados en cuenta
los derechos del auténtico dominador de la cosa; además, no tendría sentido
atribuir el abandono del bien inmueble a quien no es realmente su dominador,
tampoco sería lógico sancionar a quien no puede imputársele la calidad de
“propietario negligente”, porque sólo su actitud de abandono y negligencia podrían
constituir la causa para el acogimiento de la acción de prescripción.
Tanto la doctrina clásica desde el derecho romano, como nuestra legislación,
reconocen que sólo la posesión originaria, es decir, la que se tiene en concepto de
dueño, puede producir el efecto de adquirir la propiedad mediante de la
prescripción. Por ello, la posesión en concepto de propietario, es la primera
condición necesaria para prescribir.
La prescripción constituye una manifestación de la influencia que el tiempo tiene
sobre las relaciones jurídicas y los derechos subjetivos. Éstos, a lo largo de aquél,
nacen, se ejercitan y mueren. Aquí nos corresponde estudiar una de las causas
que determinan la desaparición de aquéllos; la prescripción extintiva.
Pero bajo el término prescripción se recogen dos instituciones esencialmente
distintas
entre
sí:
la prescripción adquisitiva
o
usucapión
y
la
prescripción extintiva. A pesar de su misma denominación las diferencias entre
ambas figuras son sustanciales. Brevemente diremos que la usucapión determina
un efecto adquisitivo de un derecho real y que además con el tiempo juega el
elemento fundamental de la posesión. En cambio la prescripción extintiva provoca
41
la desaparición de un derecho real o de crédito o de una acción, y se basa en un
dato puramente negativo como es el no ejercicio de su derecho por el titular del
mismo. Esta diferencia entre ambas figuras tiene la importante consecuencia
práctica de impedir la aplicación analógica de las normas de ambas.
Puede definirse la prescripción extintiva como el modo de extinguirse los derechos
y las acciones por el mero hecho de no dar ellos adecuadas señales de vida
durante el plazo fijado por la ley. Así se pone de relieve cómo junto con el
transcurso del tiempo lo característico de la prescripción extintiva es la inacción
del titular del derecho durante toda la extensión de aquél; es lo que se ha
denominado con acierto como «el silencio de la relación jurídica».
Cuestión tradicionalmente problemática al estudiar la prescripción ha sido la de
determinar cuál sea su fundamento; pues en principio parece extraño que
simplemente por el no uso pueda verse alguien privado de su derecho. Las
justificaciones de la doctrina han sido muy diversas: se ha basado en la renuncia
tácita del titular del derecho, en el mantenimiento del buen orden social, en el
intento de evitar las dificultades en la prueba de las relaciones jurídicas que se
prolongan indefinidamente en el tiempo (probatio diabolica), en la idea de sanción
contra el propietario que actúa negligentemente con sus bienes, en la seguridad
CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DE EXTINCIÓN
Las causas que en general extinguen las obligaciones se distinguen en tres
categorías:

Está formada únicamente por el pago, es decir el modo normal de
extinción de las obligaciones, puesto que consiste en el hecho de
cumplir la prestación debida.
La segunda comprende varios modos anormales de extinción, que tienen como
carácter común el que el acreedor ha obtenido una satisfacción distinta de aquella
a la cual tenía derecho:
 La novación, e la cual la obligación que se extingue es remplazada por otra
 La dación en pago, en la que el acreedor recibe un objeto distinto del
debido
 La compensación y la confusión en las que el acreedor es satisfecho por la
desaparición de la deuda que le incumbía.
La tercera categoría, en la cual se colocan los modos anormales en los que la
obligación se extingue, sin que el acreedor haya obtenido satisfacción, o sean:
 La remisión de deuda, en la que el acreedor renuncia a exigir el
cumplimiento de la obligación
 La imposibilidad de ejecución
 El término extintivo
 La prescripción negativa o liberatoria, que es un modo de extinción de la
obligación por el transcurso del tiempo fijado por ley.
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