Oficio 155-051654 de 5 de octubre de 2.004 Tema: Terminación de un acuerdo de reestructuración por mutuo acuerdo de los acreedores Me permito presentar respuesta a su comunicación radicada en este Despacho con el No. 2004-01-123611 de 30 de agosto de 2.004, mediante la cual formula una consulta en los siguientes términos: "(...) Por lo anterior expuesto, la sociedad, con la autorización del comité de vigilancia del acuerdo quiere proponer a sus acreedores la finalización del acuerdo existente y hacer una ‘ novación’ de las obligaciones establecidas en el acuerdo respetando la prelación de los pagos como está definido por la Ley 550/99 (trabajadores – DIAN – Tesorería Distrital – Acreedores 5ª clase) para lo cual la sociedad propondría para el pago de los impuestos facilidades de pago a la DIAN, a la Administración de Aduanas de Cartagena y a la Tesorería Distrital. "De ustedes, como órgano rector de los acuerdos de reestructuración esperamos se nos indique la pertinencia y el proceder de este tipo de acuerdos. En especial, cuáles pasos debemos adelantar en proceso de no menoscabar la posición de la DIAN y la Tesorería Distrital". Al respecto me permito manifestarle lo siguiente: 1. Un proceso concursal o concurso de acreedores es un proceso universal, promovido a instancia del deudor, por pedido de uno o más acreedores, o de oficio, que consiste, básicamente, en una ejecución colectiva de los acreedores contra su deudor común. Los principales objetivos que persigue un proceso concursal son: a. Garantizar que los bienes del deudor no sean dispersados a través de ejecuciones individuales de sus acreedores. b. Garantizar el pago, en el orden de prelación legal, de las acreencias a cargo del deudor, de manera que sea protegido el crédito. c. Brindar una ayuda al deudor insolvente para favorecer el mantenimiento de la empresa como unidad económica de explotación. 2. Los procesos concursales son, básicamente, de dos tipos: de reorganización y de liquidación o quiebra. Los procesos de reorganización están encaminados a lograr la recuperación o supervivencia del deudor insolvente, mientras que los de liquidación o quiebra están encaminados, como su nombre lo indica, a liquidar o ejecutar su patrimonio y a distribuir los bienes o el producto de los mismos a favor de sus acreedores. 3. Las liquidaciones obligatorias reguladas en la Ley 222 de 1.995 son procesos concursales y los acuerdos de reestructuración, si bien no son procesos sino contratos entre los acreedores internos y externos de las empresas en reestructuración, son asimilables a los procesos concursales, pues producen los mismos efectos. 4. Los principios de los procesos concursales, de conformidad con lo expuesto por la doctrina, pueden definirse así: Principio de universalidad: : "(...) alude a la necesidad de que la totalidad de los bienes del deudor se vinculen al concurso". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 357) Principio de la colectividad: "(...) alude a la necesidad de que la totalidad de los acreedores del deudor en crisis deben concurrir al proceso concursal" (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 359). Principio de igualdad: "(...) el principio de igualdad se expresa en la conocida máxima latina par conditio omnium creditorum que refleja la necesidad de que exista un tratamiento homogéneo para todos los acreedores que concurren al proceso". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 360). 5. Adicionalmente, es necesario anotar que el derecho concursal está caracterizado por su especial naturaleza, pues es concebido como una disciplina regida por normas autónomas de aplicación preferente. Sobre el particular, la doctrina estima que "(...) las disposiciones generales de derecho privado, deben, en múltiples ocasiones, ceder a las normas de orden público que gobiernan los trámites del concordato y la liquidación obligatoria. Estas máximas surgen de la consideración según la cual, las circunstancias extraordinarias de insolvencia del empresario deudor, impiden la aplicación de las disposiciones que orientan los procesos de ejecución coactiva de las obligaciones mediante procesos judiciales separados". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 355). 6. PROMOCIONES INDUSTRIALES S.A. fue admitida el 4 de diciembre de 2.001, por la Superintendencia de Sociedades, a la negociación de un acuerdo de reestructuración, en los términos de la Ley 550 de 1.999. El acuerdo de reestructuración se celebró, en los términos del parágrafo del artículo 31 de la Ley 550 de 1.999, el 16 de agosto de 2.002. Fueron objeto de dicho acuerdo de reestructuración todas las obligaciones de la empresa causadas antes del 4 de diciembre de 2.001, mientras que las causadas con posterioridad a dicha fecha tiene el tratamiento descrito en el numeral 9º del artículo 334 de la Ley 550 de 1.999. 7. Con base en lo anterior, es claro que la admisión de PROMOCIONES INDUSTRIALES S.A. a la negociación de un acuerdo de reestructuración, tiene el efecto de sujetar su situación al régimen concursal establecido en la Ley 550 de 1.999. Por lo tanto, si la empresa desea dar por terminado el acuerdo de reestructuración celebrado el 16 de agosto de 2.002, es necesario que respete el régimen contenido en la Ley 550 de 1.999. 8. Las causales de terminación del acuerdo de reestructuración son las establecidas en el artículo 35 de la Ley 550 de 1.999. Las mismas pueden ser divididas, básicamente, en dos grupos: aquellas que atienden al cumplimiento del acuerdo de reestructuración y aquellas que atienden al incumplimiento del mismo. 9. Por lo tanto, estima este Despacho que al no estar incluída la terminación de mutuo acuerdo del acuerdo de reestructuración como una de las causales para dar lugar a la figura de terminación del acuerdo, es necesario acudir a las causales expresamente establecidas en la ley. En efecto, el artículo 31 del Código Civil es claro cuando dispone: "ARTÍCULO 31. Lo favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para ampliar o restringir su interpretación. La extensión que deba darse a toda ley se determinará por su genuino sentido, y según las reglas de interpretación precedentes". 10. Así, la única posibilidad que cabe, aparte de las establecidas en el artículo 35 de la Ley 550 de 1.999, para terminar un acuerdo de reestructuración, es que se convoque a una reforma del acuerdo de reestructuración, en los términos del parágrafo tercero del artículo 29 de la Ley 550 de 1.999, y todos y cada uno de los acreedores, de manera individual, es decir, el cien por ciento (100%) de los acreedores del acuerdo de reestructuración, decidan novar sus obligaciones. En efecto, la novación es uno de los modos de extinción de obligaciones, como claramente lo dispone el artículo 1.625 del Código Civil y la misma es definida como la "(...) sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida", según el artículo 1.687 del Código Civil. La novación tiene la virtud de ser al mismo tiempo un modo de extinción de obligaciones, pero también de nacimiento de las mismas. Así, PROMOCIONES INDUSTRIALES S.A. podría proponer fórmulas de modificación de las obligaciones que, de ser aceptadas, harían extinguir las obligaciones del acuerdo de reestructuración y harían nacer unas nuevas obligaciones en cabeza de la empresa. Los requisitos de la novación, según la doctrina1, son: a. b. c. d. e. Existencia de una obligación destinada a extinguirse Creación de una nueva obligación destinada a reemplazar a la antigua Diferencia entre ambas obligaciones Intención de novar Capacidad de las partes para novar. Igualmente, el doctor CUBIDES CAMACHO afirma que los casos en que puede producirse novación son2: a. b. c. d. 1. Cfr. Por cambio del objeto de la obligación Por cambio de deudor o acreedor Por cambio en el vínculo de la obligación Por cambio en dos o más elementos de la obligación CUBIDES CAMACHO, Jorge. Obligaciones. 2ª edición. Facultad de Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas. Pontificia Universidad Javeriana. Pág. 308 y ss. 2. Cfr. CUBIDES CAMACHO, Jorge. Obligaciones. 2ª edición. Facultad de Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas. Pontificia Universidad Javeriana. Pág. 312 y ss. 11. En consecuencia, este Despacho concluye que el acuerdo de reestructuración sólo puede terminarse por la configuración de cualquiera de las causales de terminación descritas en el artículo 35 de la Ley 550 de 1.999 o por novación del 100% de sus obligaciones. Cualquier otra hipótesis es inadmisible y, por lo tanto, la sociedad deberá seguir bajo el régimen de los acuerdos de reestructuración de la Ley 550 de 1.999.