14-c.qxd 14 7/20/02 9:39 PM Page 1 Interés general La Plata, domingo 21 de julio de 2002 Historias del Irízar Los protagonistas de un rescate que se abre camino entre el hielo antártico El rompehielos argentino Almirante Irízar se abre paso entre los mares helados y ya le marca el camino de regreso al buque alemán Magdalena Oldendorff. Por estos días, sus marinos protagonizan un rescate que quedará en la historia de la navegación nacional. Los secretos de la tripulación “Lo convocamos para el 25 de junio. Presentarse con 24 horas de anticipación. La tripulación del Rompehielos Almirante Irízar parte rumbo a la Antártida para socorrer al buque Magdalena Oldendorff que está atrapado en el hielo”. El mensaje fue breve. Pero conciso. De esta manera, 174 personas se enteraban que habían sido convocadas para una complicada misión. Quizás la más difícil que les toca sortear, en las gélidas aguas del fin del mundo. Allí están ahora, en un rescate que puede durar no menos de dos meses y, si el hielo se agranda -suele hacerlo hasta septiembre- la operación puede demorarse hasta los seis meses. Se trata quedará más remedio que posponer la fecha y colgar el vestido para lucirlo más adelante. El Irízar cuenta con 270 camas. Hay desde un cirujano hasta un peluquero, que es un suboficial segundo La misión del Irízar puede extenderse hasta septiembre en caso de surgir problemas de hombres argentinos preparados para sortear las inclemencias del frío y el mar. A ellos los acompaña una mujer, también de la tripulación. Los días a bordo del Irízar tienen momentos de alegría, soledad, ansiedad y melancolía. Cada uno de los actos que se realizan a bordo del rompehielos de la Armada Argentina están calculados de antemano. Pero los manuales no prevén algunos detalles: como que uno de los marinos corra el riesgo de no llegar a su fecha de casamiento, o que el hijo de otro no haya podido esperar para nacer. La vida de cualquier mortal puede desarrollarse sin contratiempos a bordo del Irízar. Y más allá de las clásicas dependencias de todo barco cuenta con guiendo de cerca la forma en la que el barco responde a la barrera de hielo con la que se topa. Es la mujer que más navegó en el Irízar y, de mediar con éxito esta operación, es decir, de lograr el objetivo en el menor tiempo posible, ya habrá cumplido más de un año de vida embarcada, con ocho campañas y una historia que transcurre entre su familia y la pasión por aquella geografía de superficies heladas. La primera campaña duró un mes, después vendrían otras siete no menos intensas, aunque claro que hubo una interrupción de años, obligada por el casamiento y el nacimiento de sus dos hijos: María Belén (20) y Fernando (15). La dama del barco Se llama Beatriz Lorenzo y cumple con su octava misión al continente blanco. Es glacióloga. Su relación con el Irízar nació en 1979, cuando el barco de origen finlandés se convirtió en argentino y partió hacia la Antártida en su viaje inaugural y de prueba. Su primera misión fue la de comprobar de qué manera el buque podía quebrar los pedazos de hielo. Hoy, la profesional sigue a bordo, haciendo estudios de meteorología y si- una capilla, lavandería, biblioteca, videoteca, gimnasio, sala de internación, consultorio odontológico, quirófano y hasta... ¡un sauna! Por supuesto, también hay una cantina, porque el tabaco y el buen alcohol están íntimamente ligados en cualquier aventura por el mar, y especialmente cuando las aguas que se surcan son las que bañan la Antártida. Por supuesto que no todo es diversión: el trabajo es intenso. Cada tripulante tiene su misión asignada, y lo que uno deja de hacer es difícil que otro lo pueda realizar. El crucero del amor Ser padre es algo muy fuerte. Y mucho más si el parto se vive desde muy lejos. Pero en vivo y en directo. Fue lo que le sucedió a uno de los tantos tripulantes del Irízar, quien siguió de cerca el nacimiento de su hijo por radio. El relator fue el médico, con el llanto del bebé que espera que vuelva su padre para recién ahí poder conocerlo. Otra de las historias que esconde el rompehielos es la de Ariel del Pino, quien se enteró que tenía que formar parte de la tripulación en plena luna de miel. Estaba en Bariloche, con todo preparado para seguir viaje hacia Mendoza. Pero el destino quiso que el recorrido terminara en Buenos Aires, desde donde zarpó hacia el Sur. Hay más. El teniente Recio tiene fecha de casamiento para el 21 de septiembre, pero si las cosas se alargan, algo que puede pasar, a la novia no le