La teoría psicoanalítica y el psicoanálisis familiar * Roberto H. Losso El objeto del presente artículo es revisar en los textos freudianos, y de otros autores psicoanalíticos, los conceptos que nos permitan establecer una base desde el psicoanálisis, para encarar el estudio teórico y práctico (labor terapéutica) de la familia. El psicoanálisis, en los textos' de Freud, aparece, a primera vista, como una teoría del individuo, y no del grupo, en especial del grupo familiar. Tratareinos aquí de examinar esta "otra" dimensión del psicoanálisis. Más aun, diremos ya que creemos que el psicoanálisis es una teorta que trasciende la dicotomia entre lo individual y lo grupal familiar. La confusión posiblemente surja a partir de dos hechos: el primero, que el psicoanálisis nació como un método terapéutico individual; el segundo, que Freud elaboró la mayor parte de sus teorías en términos de estructuras intrapsíquicas. Pero no debemos olvidar que, en oposición a la psicología de la época, que consideraba al hombre aislado, el psicoanálisis fue el que descubrió y señaló, revolucionariamente, que el individuo no puede concebirse sin la existencia de los otros (Losso, 1984). Y estableció, por otro lado, que todo lo que le sucede a un sujeto tiene un sentido en la vida de ese individuo y su familia. Trataremos de rastrear, a partir de algunos textos de Freud, esa "dimensión familiar del psicoanálisis" (García Badaracco, 1989). Comenzaremos por los textos predominantemente clínicos para pasar luego al análisis de algunas formulaciones teóricas. Por último nos referiremos a algunas de las contribuciones más importantes, desde otros autores psicoanalíticos, a la comprensión de esta dimensión familiar del psicoanálisis. Así, el caso "princeps" de Elizabeth von R. (Freud,1895) nos muestra cómo síntomas somáticos de la paciente (astasia-abasia, dolor en muslo derecho) se vinculan con un trozo de historia familiar (ésa era la misma • Direcci6n: Laprida 1916, 5911, (1425) Capital Federal, R. Argentina. 924 Roberto H. Losso zona sobre la que había descansado "el padre de Elizabeth, enfermo gravemente, todas las mañanas, sus hinchadas piernas, mientras ella renovaba amorosamente sus vendajes"). Mientras, la madre de Elizabeth permanecía ausente, apartada, "enviaba" -podríamos decir- a su hija a cuidar al padre. El síntoma se vinculaba, pues, con una particular dinámica familiar. En otro trabajo (1898), Freud nos relata que trata a una pareja, favoreciendo la comunicación entre sus miembros, en relación con un síntoma de uno de ellos (neurastenia), que Freud vincula con un problema de pareja: la "manera no natural y nociva de ejercer el comercio sexual". Fue quizás ésta la primera psicoterapia de pareja. Otro descubrimiento trascendente del Freud de la época es el de la importancia de la violencia familiar traumática. En 1896, en "La etiología de la histeria", Freud se refiere a los "abusos sexuales de la infancia" y a que "sus causas han de buscarse las más de las veces en los parientes próximos de los enfermos", oponiéndose así a la teoría hereditaria en boga entonces. En 1905 Freud publica sus Tres ensayos de teoría sexual, donde nos señala que "la primera satisfacción sexual ['.. l tiene un objeto fuera del cuerpo propio: el pecho materno". Y sólo después pasa a ser autoerótica. y más adelante: "La madre ['..l despierta la pulsión sexual de su hijo [... l: enseña al niño a amar". Clara alusión de Freud a que el sujeto se va constituyendo desde la relación con los objetos primarios. En los mismos Tres ensayos Freud nos habla de la influencia parental para que los hijos contraigan una neurosis. "Los padres neuróticos -dice- tienen caminos más directos que el de la herencia para transferir sus perturbaciones a sus hijos". Y más adelante afirma que "desavenencias entre los padres, su vida conyugal desdichada, condicionan la más grave predisposición a un desarrollo sexual perturbado o a la contracción de una neurosis por los hijos". Se refiere también a los efectos negativos de la escasa atención que la madre prodiga a los hijos, y de la ausencia temprana de uno de los miembros de la pareja parental (en los casos respectivamente de "inversión" y de histeria). También en 1905, Freud publica su "caso Dora", donde nos dice que el psicoanálisis ha desplazado el interés de lo hereditario al "interés por las relaciones familiares de los enfermos; y no sólo por los antecedentes hereditarios, sino por otros vinculas, como se verá L..I" Yen su historial nos muestra cómo Dora está inmersa en una constelación familiar particular en que su lugar está determinado por la dinámica de su familia: "en acuerdo" con la familia K, "el padre entregaba a Dora a K como compensación de las relaciones con su mujer", nos dice Freud. Nos habla también de que Dora a su vez era cómplice de la relación padre - señora K; y también la madre de Dora, quien "hacía la vista gorda" a la situación. En este historial nos señala Freud el sentido intersubjetiuo de los síntomas: "La conducta de la señora K le había mostrado lo útil que en ciertos casos pueden ser las enfermedades [...l. Toda enfermedad es intencionada. Los estados patológicos aparecen dedicados regularmente La teorla psicoanalítica y el psicoanálisis familiar 925 a una persona determinada". Todo síntoma es pues expresión de una modalidad vincular particular. En 1909 Freud publica el historial de J uani tooEn este historial Freud, más allá de sus consideraciones teóricas, introduce la acción terapéutica a través de la familia, y en una ocasión realiza una sesión familiar, con Juanito y su padre. Freud nos muestra aquí cómo los síntomas de Juanito están relacionados con una madre que lo toma como objeto incestuoso y un padre que se aparta. Además Juanito "provoca" peleas entre sus padres. Freud se refiere también a la sobrestimulación sexual de Juanito por parte de la madre. "Para Juanito -dice Freud- fue muy provechoso producir esta fobia, puesto que así llamó la atención de sus padres [...] y porque aquella perturbación le valió el auxilio del padre". El síntoma aparece aquí también como mensaje y como denuncia: la fobia de Juanito expresaba, pues, no sólo un conflicto intrapsíquico, sino también denunciaba el conflicto familiar (y también se servía de él). Recordemos que los padres de Juanito terminan divorciándose. Ya hemos señalado que aquí Freud nos refiere lo que podríamos pensar fue la primera sesión de psicoanálisis familiar: la sesión de Juanito y su padre. En ella Freud aclara malentendidos entre ambos. Pudieron hablar de un episodio entre los dos, en que Juanito le había dado al padre un cabezazo en el vientre y el padre había reaccionado con un manotazo. Sólo se pudo hablar aquí de este episodio pues -comenta Freud- "el padre había excluido este detalle de la continuidad de la neurosis de su hijo", es decir lo había ocultado a Freud, y quizás a sí mismo. Aclara también los temores de Juanito respecto del amor o no de su padre hacia él. Seguramente gran parte del éxito terapéutico se debió al cambio de actitud del padre para con Juanito, al que comenzó a acercarse más y por el que se interesó más activamente. Así Freud realizó el primer tratamiento familiar. En 1910, el estudio sobre Leonardo lo llevó a centrarse nuevamente en la constelación familiar. Desarrolla allí su teoría acerca de la homosexualidad masculina, en la que describe "una fase muy intensa, pero también muy breve, de fijación a la madre", que "a la manera de todas las madres insatisfechas tomó a su pequeño hijo como sustituto de su marido", y la ausencia de un padre fuerte en los primeros años de la vida: el homosexual-dice Freud- "huye de las mujeres, que podrían hacerlo infiel, y por eso se dirige a los hombres". Y cita las palabras de Leonardo de que "la Naturaleza está llena de infinitas 'ragioni' que nunca estuvieron en la experiencia". Podríamos preguntarnos a la luz de lo que ahora conocemos, si esas "ragioni" no aluden a los mandatos transgeneracionales, "que nunca estuvieron en la experiencia". Por último, hacia el final, Freud parece perturbado ante la dimensión de sus propias comprobaciones, que evidentemente cuestionan el dogma de la sacralidad familiar. Y se pregunta: "¿No cabe escandalizarse por los resultados de una investigación que concede a las contingencias de la constelación parental un influjo tan decisivo sobre el destino de un hombre? [...] Naturalmente es mortificante pensar que un Dios justo, o Roberto H. Losso 926 una Providencia benévola, no nos protejan mejor de tales influencias en el período más indefenso de nuestras vidas". En la conferencia 28-· (Freud, 1916-17) se refiere a las "resistencias externas" en el tratamiento, diciendo que, "la intromisión de los parientes es un peligro, que no se sabe cómo remediarlo". "Los allegados al enfermo revelan a veces más interés en que él siga como hasta ahora, y que no sane. Y toda vez que la neurosis se entrama con conflictos entre los miembros de la familia, como es tan frecuente, el miembro sano [?] no vacila mucho entre su interés y el restablecimien to del enfermo". Aquí señala Freud, una vez más, el sentido familiar del síntoma, y agrega: "habíamos emprendido algo que era irrealizable en las condiciones existentes". * Es decir deja abierta la posibilidad de crear nuevas condiciones técnicas que permitan que ese algo que se ha emprendido pueda llevarse adelante. En esta misma conferencia cita el caso de una paciente que experimentaba intensos episodios de angustia, cuyo propósito era "retener prisionera a su madre e impedirle salir con su amante", aunque supuestamente la existencia de este amante era ignorada. Aparece aquí el problema de los secretos familiares, que tan constantemente se encuentran en las familias patológicas. Finalmente, en 1920, Freud publica su "Caso de homosexualidad femenina", sin duda el caso clínico en que Freud ofrece una visión más "familiar" de su génesis. No es esto casual, pues a esta altura ya había desarrollado su teoría del narcisismo, y publicará, pocotiempo después, Psicología de las masas y El yo y el ello. En este trabajo se explaya acerca de los casos de los padres que "demandan que se cure a su hijo, que es neurótico e indócil". Por hijo sano entienden ellos que no ocasionen dificultades a sus padres y no les provoquen sino contento. "El médico puede lograr. sí, el restablecimiento del hijo, pero tras la curación él emprende su propio camino más decididamente, y los padres pueden quedar más insatisfechos que antes [...]. O un marido que acude al médico y dice: 'Mi mujer es neurótica, por eso nos llevamos mal. Cúrela usted, para que podamos llevar de nuevo una vida matrimonial dichosa'. Pero con harta frecuencia resulta que un encargo así es incompatible. Vale decir que el médico no puede producir el resultado en vista del cual el marido deseaba el tratamiento. Tan pronto la mujer queda liberada de sus inhibiciones neuróticas, se impone la disolución del matrimonio, cuyo mantenimiento sólo era posible bajo premisa de la neurosis de ella". En este texto Freud muestra claramente cómo la neurosis tiene un sentido interpersonal y familiar y cómo las ligazones patológicas familiares están condicionando la presencia de sintomatología. Si esta sintomatología desaparece las ligazones también desaparecen. Se adelanta aquí Freud a las modernas ideas de la teoría sistémica sobre la homeostasis familiar y sobre el sentido familiar de los síntomas (Marcer, 1985). En el comentario del caso se puede ver cómo los síntomas están directamente relacionados con la dinámica familiar. Freud describe las * Las bastardillas son mías. La teoría psicoanalítica y el psicoanálisis familiar 927 condiciones del padre ("frío y severo"), de la madre ("no afectiva, narcisista") que vivía a la hija como competidora y cómo el síntoma de su paciente tenía significados de venganza del padre, por un lado, y evitar la competencia con la madre por otro ("le dejaba los hombres a la madre"). Freud comenta que "es asombroso que ambos progenitores se comportaron como si comprendieran la psicología secreta de la hija: la madre se mostraba tolerante como si viera una deferencia de su hija, y el padre rabiaba como si se diera cuenta del propósito de venganza". Muestra aquí Freud otra vez el sentido interpersonal del síntoma, y cómoéste es mantenido con la complicidad inconsciente de todo el grupo. Algunos puntos de la teoría psicoanalítica y su relación con la familia Ya me he referido a la teoría de la seducción de Freud, que, si bien fue luego modificada, nunca fue totalmente abandonada. Así en 1931 en "Sobre la sexualidad femenina" vuelve sobre el tema de la "seducción real" que deja -dice- "secuelas vastas y duraderas". En 1911, en una nota al pie de su trabajo "Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico" se refiere al infante diciendo "el infante siempre y cuando incluyamos en él los cuidados recibidos de la madre ..." Esta frase vuelve a la idea de que el niño es inconcebible fuera de su medio ambiente (Winnicott, 1958). En 1914 Freud publica su "Introducción del narcisismo", en la que se refiere al narcisismo infantil: "His majesty the Baby debe cumplir los sueños, los irrealizables deseos de los padres". El desarrollo de la teoría del narcisismo le permite a Freud introducir la intersubjetividad en su arsenal teórico. En la conferencia 23-· (Freud, 1916-17) desarrolla su "teoría de las series complementarias": en la primera serie complementaria aparece el factor "constitucional" (constitución sexual), y dice: "las disposiciones constitucionales son secuelas de vivencias de nuestros antepasados". Entre nosotros, ya Pichon-Riviére (1971) modificó parcialmente esta teoría, agregando una primera serie anterior a las otras, en que la interacción de lo congénito y las experiencias intrauterinas daba lugar a lo constitucional. Pichon ya introducía un hecho: la experiencia intrauterina, que actualmente numerosas investigaciones demuestran importante. Así Meltzer (1989) ha referido que en estudios ecográficos puede verse que, cuando la madre le habla al feto, éste responde con determinados movimientos, pero si se dirige a otra persona dichos movimientos no se producen. Y sus estudios con niños autistas muestran que estos chicos no eran hablados por sus madres durante la gestación. Pero, además, podríamos pensar que, aparte de las experiencias intrauterinas, lo constitucional (la "secuela de vivencias de 928 Roberto H. Losso nuestros antepasados") alude a lo transmitido transgeneracionalmente: los legados, mandatos que las generaciones anteriores transmiten al sujeto *. Lorenz (1983) ha señalado, desde la etología, que "herencia" (palabra que viene del derecho: ''herencia de bienes") no alude sólo a lo genético. Hay una forma de herencia a través de la transmisión cultural (pensamiento y lenguaje, consciente e inconsciente, incluyendo el lenguaje de los afectos). Esto -dice Lorenz- "hace posible la transmisión -no por vía genética- de las modalidades adquiridas por el organismo en el curso de la vida". De este modo "la transmisión cultural ejerce un rol similar a la transmisión de información genética". En cuanto a la segunda serie complementaria -disposición más vivenciar accidental (traumático)- el trabaj ocon familias nos muestra que este factor "accidental" o "traumático" actúa fundamentalmente en la vida del sujeto, no sólo como"desencadenante" de la patología, sino como condicionante permanente de la misma. La experiencia familiar permite valorar la importancia de las acciones reales y concretas que los objetos ejercen sobre los individuos, dentro de la trama intersubjetiva vincular familiar. De este modo la interacción con el grupo familiar mantiene el síntoma y le da un nuevo sentido en función del contexto (comoel mismo Freud señaló en los casos ya citados de Dora, Juanito, caso de homosexualidad femenina, etc.), La teoría de las fantasías originarias [Urphantasienl (Freud, 191617) alude a fantasías "transmitidas filogenéticamente". Con referencia a ellas, Freud llega a afirmar la preponderancia de la estructura presubjetiva sobre la experiencia individual (Laplanche y Pontalis, 1968). Mucho se ha discutido acerca de la transmisión hereditaria de estas fantasías por incurrirse en el error antes citado de confundir "hereditario" con "genético". Pero si pensamos lo "hereditario" en el sentido señalado anteriormente por Lorenz, podemos comprender estas "urphantasien" como transmisión colectiva transgeneracional, producto de la experiencia cultural. Serían fantasías destinadas a explicar los orígenes (del sujeto, de la sexualidad, de la diferencia de sexos, de las generaciones). Con lo cual pasan a ser teorías sobre los orígenes, compartidas por los sujetos de una cultura, y que en el nivel familiar funcionan como organizadores de la estructura familiar (Eiguer, 1987 a). La teoría de las identificaciones y la segunda tópica freudiana introducen el fundamental tema de la intersubjetividad, implicando una clara evolución desde sus primeras teorías centradas en el individuo (basadas en la teoría de las pulsiones, donde "la meta" era "lo más contingente"). Así, Psicología de las masas (Freud, 1921) implica un considerable salto epistemológico al afirmase allí que: • Corno dicen Laplanche y Pontalis (1968), "la sexualidad del niño viene estructurada por algo proc-edente del exterior: la relación entre los padres, el deseo de los padres, que es anterior al sujeto y le da forma". La teoría psicoanalüica y el psicoanálisis familiar 929 "El contraste entre la psicología individual y la psicología grupal o social, que a primera vista puede aparecer comolleno de significación, pierde gran parte de la misma cuando es examinado más atentamente. Es verdad que la psicología individual se refiere al hombre individual y explora los caminos mediante los cuales trata de encontrar satisfacción a sus impulsos, pero sólo raramente y bajo ciertas excepcionales circunstancias, la psicología individual está en una posición de dejar de lado la relación del individuo con los otros. En la vida mental del individuo alguien está invariablemente comprometido como modelo, objeto, ayudante u oponente, y así desde el mismo comienzo la psicología individual, en este sentido amplio enteramente justificado, es al mismo tiempo psicología social. * Las relaciones de un individuo con sus padres, con sus hermanos, con sus hermanas, con el objeto de su amor y con su médico, de hecho todas las relaciones que han sido hasta ahora el principal objetivo de la investigación psicoanalítica, pueden ser consideradas como fenómenos sociales". Creemos que éste es uno de los grandes descubrimientos del psicoanálisis. El individuo no es concebible sin el otro, y siempre está en relación con el otro. Así entonces, los demás, los otros, el grupo, están presentes en la vida psíquica del sujeto, y esta presencia es lo que lo califica precisamente como ser cultural, como hombre-cultura (Napolitani, 1980). El hombre-cultura es entonces un hombre dentro del cual se juegan relaciones, dentro del cual se desarrrollan dramas. Más aun, el mismo yo, que es el que le da sentido de identidad al sujeto, está originado en estas relaciones: las identificaciones. "La identificación aspira a conformar el propio yo análogamente al otro tomado como modelo" (Freud, 1921). Así, pues, a través del mecanismo de la identificación el objeto se erige en el yo. Esto es lo que Freud ha llamado identificaciones primarias, las que se producen "antes de toda relación de objeto", identificaciones que constituyen "la manifestación más temprana de la ligazón emocional con otra persona". Por otra parte, estas identificaciones implican la existencia de presencias intencionales, o dicho de otro modo: los deseos de los padres y otras figuras significativas para el sujeto se expresan a través de tales identificaciones primarias. Estos deseos siempre son contradictorios y conflictivos entre los padres, y también dentro de cada uno de los mismos (Losso, 1983). Las identificaciones primarias son el sello entonces de la presencia del otro expresada fundamentalmente por los deseos parentales. A tales identificaciones primarias se agregan más adelante las secundarias, con la resolución del complejo de Edipo y la constitución del superyó. En este sentido podemos comprender la idea de Freud de la identificación con el padre (o los padres, como dice en una nota al pie) de la prehistoria personal. El modo como se produzcan estas identificaciones condicionará en gran parte el destino del sujeto: habrá (García Ba• Las bastardillas son mías. 930 Roberto H. Losso daracco, 1985) identificaciones "normogénicas" o "tróficas", que permitan el desarrollo y la individuación del sujeto, pero también identificaciones "patógenas" o "alienantes". O como las hemos llamado nosotros (Losso, 1990), identificaciones "triviales" *. Hablamos de "triviales" porque son identificaciones con aspectos esquemáticos y hasta "caricaturescos" de personajes de la mitología familiar. Consideramos fundamental el cambio teórico que hace Freud en El yo y el ello (1923), donde anuncia una modificación de su teoría del narcisismo, afirmado: "Muy al comienzo, toda la libido está acumulada en el ello, mientras el yo está aún en proceso de formación o es aún débil. El ello dirige parte de esta libido hacia afuera, hacia catexias de objeto, después de lo cual el yo, que ahora se ha fortalecido, trata de apoderarse de esta libido de objeto e imponerse al ello como objeto erótico. El narcisismo del yo es entonces un narcisismo secundario, que ha sido sustraído de los objetos". Es decir, el narcisismo es siempre secundario: el objeto está presente desde el mismo comienzo. Ya nos hemos referido, por otro lado, a la forma en que Freud considera al infante incluyendo en él "los cuidados recibidos de la madre" (Freud, 1911). A partir de estas formulaciones freudianas y de los desarrollos posteriores, podemos considerar el narcisismo "más como legado que como estructura o estado. Legado que producirá efectos estructurantes o alienantes ..." (Halac de Lifschitz y Packciarz de Losso, 1990). La teoría del aparato psíquico permite a Freud la inclusión de la dimensión transubjetiva (familiar) en el mundo interno de los individuos, a través de: 1J las identificaciones (constitutivas del yo), a las que ya nos hemos referido; 2] el superyó: el superyó es el representante del superyó de los padres, dice Freud, es decir un superyó transgeneracional. De este modo los mandatos, prohibiciones y legados transgeneracionales se transmiten a través del superyó. Es el vehículo de las "lealtades invisibles" (Boszormenyi-N agy y Spark, 1973) y "persiste a través de las generaciones" (Freud, 1933). Aquella parte del superyó que constituye .el ideal del yo representa entonces el ideal del yo familiar y forma parte de la mitología familiar. En la patología el ideal se "trivializa", se objetiviza, cuando el ideal coincide con un objeto concreto: "yo debo ser el duplicado de mi hermanito muerto" o "el que reivindique la figura del abuelo estafador", etc. El sujeto debe recorrer un camino ya recorrido por otro antes ("trivial", trillado) y no puede crearse su propio camino. Pues una cosa son los "mensajes simbólicos de los orígenes", que le dan al sujeto el soporte del grupo familiar plurigeneracional, y otra las "delegaciones abusivas alienantes" (Eiguer, 1987 b) que se instalarán como aspectos del superyó - ideal del yo. • Trivial: camino trillado o muy recorrido. La teoría psicoanalítica y el psicoanálisis familiar 931 El concepto de "pulsián de muerte" (Freud, 1920) puede ser también reexaminado a la luz de la visión familiar. Yen este sentido podría verse como la tendencia a la repetición de modelos familiares arcaicos, en que los modelos identificatorios se "trivializan". No hay lugar entonces para lo nuevo y para la creación personal. Estos modelos "triviales" forman parte de un narcisismo, como modelo vincular grupal indiferenciado. En esta misma línea podríamos entender la"compulsión a la repetición" (Freud, 1920): esta repetición se produce, no sólo, como dice Freud, a lo largo de la vida del sujeto sino que implica la repetición de modelos de funcionamiento familiar, transmitidos transgeneracionalmente. Habría, en este sentido, una compulsión a la repetición familiar, relacionada fundamentalmente con los mitos familiares *. La obra de Melanie Klein (1952), con su introducción del concepto de relación de objeto, y de fantasía inconsciente, permite una primera reformulación del psiquismo como un psiquismo relacional. Si bien Melanie Klein desarrolla una teoría "instintivo-céntrica", ya el concepto de fantasía inconsciente implica una dimensión vincular, lo que entre nosotros ha sido modificado por Pichon-Riviere (1971) con su teoría del vínculo, y los conceptos kleinianos han sido reformulados a la luz de las experiencias intersubjetivas. Así, el "instinto de vida" es reformulado como "vínculo bueno", originado en experiencias gratificantes, y el "instinto de muerte" como "vínculo malo", originado en experiencias frustrantes. En la idea pichoniana ya hay alguien que desde fuera está determinando los contenidos psíquicos del sujeto. Pichon redefine la fantasía inconsciente como "la crónica que el selfrealiza acerca de sus vínculos a doble vía con objetos internos". Una idea importante de Pichon es la de grupo interno, modificación del concepto de mundo interno de Melanie Klein. Pichon da a la mente una dimensión grupal. El grupo interno, dice Pichon, se origina en el grupo externo modificado y distorsionado a partir de las necesidades del individuo. En las familias los grupos internos o "familias internas" de cada miembro interactúan con los grupos internos de los demás integrantes de la familia, configurando situaciones dramáticas (Losso y Packciarz, 1987). En una línea análoga está Winnicott (1958) cuando señala que "el bebé no existe". Dice Winnicott:"Al principio el individuo no constituye una unidad. Tal como se lo percibe desde el exterior, tal unidad es una organización formada por el medio y el individuo. El extraño sabe que la psique individual solamente puede empezar en un marco determinado". Yen otra parte agrega: "El término identificación primaria entraña un medio que todavía no se ha diferenciado de lo que será el individuo". Es decir, al sujeto nace en un contexto grupal (familiar) y ese contexto está definitivamente internalizado dentro de él. El individuo, pues, sólo puede desarrollarse a partir de la asistencia materna (García Badaracco, 1978). Primero está el grupo, la familia. En • El mito familiar es un fenómeno en parte explícito, en parte implícito, elaborado en el curso de varias generaciones, que implica una particular forma de lectura de la realidad (Nicoló-Corigliano, 1988). 932 Roberto H. Losso el "medio circundante facilitador" -que es básicamente el medio familiar- se desarrolla el psiquismo del sujeto. Lo intrapsíquico parte de lo interpsíquico a través de esta interacción entre el niño y el medio circundante, en que la madre es, en los primeros tiempos, el elemento más importante. Y la "preocupación maternal primaria" es decisiva en la evolución del sujeto. Siendo fundamental aquí el "papel de espejo de la madre", que le devuelve al niño su imagen, su noción de ser sí mismo, su esquema corporal (Winnicott, 1971). Por otro lado, Bion (1959), en sus excelentes trabajos sobre los grupos, mostró cómo los grupos funcionan a niveles que llama "primitivos", niveles en los cuales lo social cultural precede a lo individual. El individuo nace en una matriz social (familiar) que es lo que él ha llamado sistema protomental. Bion ha señalado también que Freud "no llegó a darse cuenta plenamente de la naturaleza de la revolución que él mismo provocó al buscar la explicación de los síntomas neuróticos, no en el individuo, sino en la relación del individuo con los objetos". El mismo Bion agrega más adelante que "la diferencia existente entre la psicología de grupo y la psicología individual es una ilusión producida por el hecho de que el grupo ofrece un campo de estudio inteligible para captar ciertos aspectos de la psicología individual, y de esta manera se ponen en evidencia fenómenos que parecen extraños para un observador no familiarizado con el grupo y lo ha sido siempre, aun cuando su participación en dicho grupo consista en comportarse de tal manera que parezca demostrarnos que no pertenece en absoluto a ningún grupo". También el narcisista está en un grupo. Sintetizando, consideramos que en la teoría psicoanalítica podemos encontrar el germen de la visión familiar. Quizá Freud osciló, durante gran parte de su obra, entre tratar de describir todo como surgiendo del individuo (teoría de las pulsiones: "la meta es lo más contingente") y comprenderlo como expresiones de la intersubjetividad. Esta última línea se consolida a partir de la introducción del concepto de narcisismo, de la teoría de las identificaciones y de sus ideas sobre psicología de las masas (teoría del enamoramiento y la hipnosis) y fue completada a partir de El yo y el ello con la reformulación del concepto de narcisismo como secundario. Y con la teoría del "aparato psíquico" (que puede comprenderse como internalización del grupo familiar actual y pretérito, modificado por los deseos y fantasías del individuo). La introducción del concepto de "fantasías originarias" y de la "herencia filogenética" nos permite comprender la pertenencia del sujeto humano a un orden socio-cultural que lo precede, y que es vehiculizado básicamente por la familia. La teoría freudiana, enriquecida con los aportes de los autores citados y de muchos otros, nos permite comprender que el yo primitivo es familiar, forma parte de un grupo indiferenciado, y sólo se diferencia a partir de la asistencia de los demás. Freud insistió mucho acerca del hecho de la marcada inmadurez con que nace el ser humano y su consecuencia inevitable: la prolongada y vital dependencia de los otros La teoria psicoanalítica y el psicoanálisis familiar 933 para satisfacer sus necesidades básicas, la que condicionará su supervivencia como individuo. La teoría psicoanalítica nos ofrece, pues, un fundamento válido y suficiente para el trabajo clínico con familias y parejas. A lo que habría que agregar el importante aporte de la teoría psicoanalítica de los grupos (Losso, 1984; Eiguer 1987 a), que no consideraremos en este trabajo. Ello no significa que además no pueda enriquecerse con aportes -que consideramos muy valiosos- de otras escuelas, como principalmente los de la teoría de la comunicación, teoría de los roles, y la teoría de los sistemas. Resumen El psicoanálisis, si bien aparece a primera vista como una teoría del individuo, incluye la dimensión grupal familiar. En la primera parte, se examinan algunos textos clínicos de Freud, en los que se subraya la cualidad intersubjetiva de los síntomas, su sentido comunicacional, y cómo éstos están mantenidos a menudo por la complicidad inconsciente de todo el grupo familiar. Se define también el "caso Juanito" como el primer caso clínico de enfoque terapéutico familiar. En la segunda parte, se analizan algunos desnrrollos teóricos freudianos, en especial la teoría del narcisismo, la de las identificaciones y la del aparato psíquico, considerando que representan conceptos que implican la presencia familiar en el sujeto. Se analizan otros aportes teóricos de autores psicoanalíticos que han contribuido al desarrollo de una teoría vincular. Consideramos, como conclusión, que la teoría psicoanalítica (enriquecida por los aportes de la teoría psicoanalítica de los grupos) ofrece un fundamento válido y suficiente para el trabajo clínico con familias y con parejas. Summary PSYCHOANALYTIC THEORY AND PSYCHOANALYSIS OF THE FAMILY Although psychoanalysis may seem to be a theory of the individual, it does include the dimension of the farnily group, The first part oí' this paper reviews sorne of Freud's clinical works, in which he emphasizes the intersubjective natura ofthe symptoms, their communicational meaning and the ways they are sustained by the unconscious complicity ofthe whole family group. The author also defines the case ol'''little Hans" as the first clinical case with a family therapy approach. The second part analyzes some aspects offreudian theory, especially the theories of narcissism, of'identification and ofthe psyche. The author' thesis is that these concepts imply the presence of the family in the individual. Theoretical contributions by other psychoanalytic authors, who have worked on relationship theory, are analyzed. In conclusion, the author considers that psychoana1ytic theory (enriched by contributions from the psychoanalitic group theory) provides a basis that is both valid and sufticient for clinical work with families and couples. 934 Roberto H. Losso Bibliografía Bion, W. R. (1959): Experiences in groups. Tavistock, Londres. (Trad. cast.:Experiencias en grupos, Paid6s. Buenos Aires, 1972.) Boszormenyi-Nagy, 1, y Spark, G. (1973): Invisible Loyalties. Harper Row. Nueva York. (Trad. cast.: Lealtades invisibles, Amorrortu, Buenos Aires, 1973.) Eiguer, A. (1987a): El parentesco [antasmático. Transferencia y contratransferencia en terapia familiar psicoanalítica. 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