DESDE LA DECLARACION DE FOZ DE IGUAZU HASTA LAS SALVAGUARDIAS INTEGRADAS Elías Palacios Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares. ABACC. Presentación realizada en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. CARI. Buenos Aires, 28 de setiembre de 1999. Reseña histórica Argentina y Brasil transitaron la segunda mitad de este siglo con una ambición común: adquirir conocimientos y desarrollar la tecnología para alcanzar el dominio del ciclo de combustible nuclear. Ambos países no habían adherido plenamente al Tratado de Tlatelolco, y no habían firmado el Tratado de No Proliferación (TNP) como una forma de protegerse para el desarrollo de esa tecnología. El carácter discriminatorio del TNP fue el argumento para resistir a las presiones internacionales para su firma. Por otro lado, el texto del Tratado de Tlatelolco preveía inspecciones especiales a instalaciones no declaradas, lo que representaba una amenaza de espionaje industrial que Argentina y Brasil querían evitar. Esa posición mantenida durante casi dos décadas, los colocó frente a comunidad internacional como países que podrían estar compitiendo por una supremacía nuclear. En la práctica, el argumento de "desconfianza" era más ficticio que real, y era utilizado por los países desarrollados para obstaculizar la transferencia de tecnología nuclear. A partir de 1985 Argentina y Brasil, a través de declaraciones conjuntas, expresaron la decisión de dar transparencia a sus programas nucleares. Como resultado, asumieron diversos compromisos sobre el uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear y sus respectivos programas. Ese proceso de declaraciones conjuntas llevaron a la firma de un Acuerdo Bilateral sobre los Usos Exclusivamente Pacíficos de la Energía Nuclear en julio de 1991. Este acuerdo estableció formalmente el Sistema Común de Contabilidad y Control y creó la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares para implementar el sistema de verificación establecido. En ese momento se decidió, también, iniciar negociaciones con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para a alcanzar un acuerdo conjunto de salvaguardas que tenga como base el SCCC. En el momento de firmarse el Acuerdo Bilateral y crearse ABACC, Argentina y Brasil habían alcanzado un nivel de desarrollo tecnológico significativo y balanceado, donde cada uno tendía a enriquecerse con la experiencia del otro, dentro de un proceso político particularmente favorable. El enfoque de "vecino controlando al vecino" por sí solo no era suficiente para asegurar a la comunidad internacional que un sistema regional era capaz de garantir la no-proliferación nuclear. Era necesario que un sistema internacional de verificación se asociase al esquema regional definido en el Acuerdo Bilateral. Es por eso que los dos países, la ABACC y la OIEA firman el Acuerdo Cuatripartito (INFCIRC/435) en diciembre de 1991, el cual solo entró en vigor en marzo de 1994. Este Acuerdo determina que ABACC y la OIEA deben llevar a cabo sus actividades de verificación evitando la duplicación innecesaria de esfuerzos de salvaguardas, y al mismo tiempo, alcanzando conclusiones independientes. Posteriormente, Argentina firma el TNP en diciembre de 1994 entrando en vigor en febrero de 1995 Paralelamente, los dos países junto con Chile propusieron modificaciones al texto de Tlatelolco y en 1995, cuando el Tratado ya había sido modificado, Brasil y Argentina adhirieron plenamente al mismo. En el año 1998 Brasil adhiere al TNP entrando en vigor hacia fines de ese mismo año. Durante esos años se discutía en el marco de la OIEA el Programa 93+2, destinado a incrementar la eficiencia y eficacia de las salvaguardias. Como resultado se introdujeron nuevas medidas y tecnologías a las salvaguardias que se venían aplicando hasta ese momento. También se delinearon un conjunto de acciones para detectar materiales y actividades nucleares no declaradas que dieron lugar al Protocolo Adicional a los acuerdos entre los Estados y el OIEA (INFCIRC/540), aprobado por la Junta de Gobernadores de ese Organismo en el año 1997. El SCCC y el Acuerdo Bilateral La Declaración de Foz de Iguazú, de noviembre de 1990, aprueba las bases del Sistema Común de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares SCCC- a ser aplicado en ambos países, y establece un cronograma de actividades para ser cumplido en un plazo de 45 días. Las actividades más relevantes son: § Intercambio de las respectivas listas descriptivas de todas las instalaciones nucleares; § Intercambio de las declaraciones de inventario inicial de los materiales nucleares existentes en cada país; § Llevar a cabo las primeras inspecciones recíprocas a los sistemas centralizados de registros; e § Iniciar las negociaciones con la OIEA para la celebración de un Acuerdo Conjunto de Salvaguardias que tenga como base el SCCC. En julio de 1991 se firma en Guadalajara, México, el “Acuerdo entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil para el uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear”. Este Acuerdo Bilateral establece como compromiso básico de los Estados Parte: 1 § Utilizar exclusivamente con fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares sometidas a su jurisdicción o control; § Prohibir e impedir en sus respectivos territorios, y abstenerse de realizar, fomentar o autorizar, directa o indirectamente, o de participar de cualquier manera: a) En el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por cualquier medio, de toda arma nuclear, y b) En el recibo, almacenamiento, instalación, emplazamiento o cualquier otra forma de posesión de cualquier arma nuclear. El Acuerdo establece también que el incumplimiento grave del mismo por alguna de las Partes, dará derecho a la otra a dar por terminado el Acuerdo o a suspender su aplicación total o parcialmente, lo que deberá ser notificado por esa parte al Secretario General de las Naciones Unidas y al Secretario General de la Organización de Estados Americanos. Este Acuerdo crea, también, la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares -ABACC- para implementar y administrar el SCCC. El SCCC fue concebido como un sistema “full scope” de salvaguardias, basado en la verificación del inventario físico de material nuclear y de las variaciones informadas por el operador, así como la re-verificación sistemática de la información de diseño. Adicionalmente tiene en cuenta la posibilidad de uso de material no declarado y el uso indebido de las instalaciones. La implementación y aplicación del SCCC requiere un esfuerzo conjunto de los operadores, las Autoridades Nacionales y ABACC. El SCCC está formado por Procedimientos Generales y Manuales de Aplicación para cada instalación. Los Procedimientos Generales contienen las directivas dadas en el SCCC. Los Manuales de Aplicación son negociados entre ABACC y el respectivo país para cada instalación. En ellos se define el nivel adecuado de contabilidad y control en cada instalación, teniendo en cuenta parámetros tales como: § § § Categoría del material nuclear; Tiempo de conversión; Inventario/flujo de material nuclear. Las instalaciones salvaguardadas por ABACC en Argentina y Brasil se indican en la Tabla I. 2 TABLA I. INSTALACIONESSALVAGUARDADAS POR LA ABACC TIPO Plantas de Conversión/Fabricación Plantas de Enriquecimiento Reactores de Potencia Reactores de Investigación Instalaciones de Invest. y Desarrollo Unidades Críticas y Subcríticas Depósitos LOFs (*) TOTAL ARGENTINA BRASIL TOTAL 11 1 2 6 1 -3 15 39 1 2 2 3 9 3 2 9 31 12 3 4 9 10 3 5 24 70 (*) LOCATION OUTSIDE FACILITIES – Cualquier lugar donde se usa o almacena el material nuclear en cantidades iguales o inferiores a 1Kg efectivo. ABACC La estructura de ABACC esta formada por un cuerpo directivo y un órgano ejecutivo. El cuerpo directivo, denominado Comisión, está integrado por cuatro miembros correspondiendo a cada Parte nombrar dos de ellos. El órgano ejecutivo, denominado Secretaría, está compuesto de 10 profesionales técnicos, 2 profesionales administrativos y 5 auxiliares. Los profesionales de mayor jerarquía de cada país cumplen las funciones de Secretario y Secretario Adjunto, alternándose anualmente en sus cargos. Adicionalmente, cada país pone a disposición de ABACC una lista de alrededor de 35 inspectores, la que debe ser aprobada por la Comisión. Las inspecciones son realizadas en Argentina con inspectores brasileños y viceversa. Los inspectores solo se incorporan a ABACC durante el tiempo asociado a una inspección reintegrándose a sus actividades de origen al cabo de la misma. El hecho que algunos inspectores provengan de los sistemas nacionales de salvaguardias y otros de las propias instalaciones, le permite a la Secretaria integrar equipos de inspectores de elevado nivel técnico. En efecto, esta es una de las principales ventajas que ofrece el sistema, de poder utilizar como inspectores especialistas en los procesos que se pretende inspeccionar. ABACC mantiene programas de capacitación que tienen en cuenta el diferente “background” de los inspectores, los cuales se revisan todos los años. Asimismo, los países ponen a disposición de ABACC varios laboratorios especializados. Las muestras obtenidas en instalaciones de Brasil son analizadas en laboratorios argentinos y viceversa. ABACC coordina anualmente diversos ejercicios de intercomparación de su red de laboratorios, con los principales laboratorios de salvaguardias reconocidos internacionalmente. Esto permite 3 garantizar un aceptable nivel de confianza de los resultados obtenidos por los laboratorios del sistema administrado por ABACC. Adicionalmente, los países asisten a ABACC con especialistas y equipos técnicos cada vez que se los requiere para representarla en reuniones técnicocientíficas o para desarrollar temas específicos asociados con la implementación de enfoques de salvaguardias. ABACC y la OIEA aplicando salvaguardias El Acuerdo entre Brasil, Argentina, ABACC y la OIEA para la aplicación de salvaguardias, conocido como Acuerdo Cuatripartito (INFCIRC/435), fue firmado en diciembre de 1991 y entró en vigor en marzo de 1994, después que los Congresos de ambos países lo ratificaran. Los compromisos básicos del Acuerdo Cuatripartito son: § Los Estados Parte se comprometen a la aplicación de salvaguardias a todos los materiales nucleares en todas las actividades nucleares realizadas dentro de sus territorios, bajo su jurisdicción o efectuadas bajo su control en cualquier lugar, a efectos de verificar que dichos materiales no se desvían hacia la fabricación de armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos. § La OIEA, en sus verificaciones, deberá tomar debida cuenta de la eficacia técnica del SCCC. § Los Estados Parte, ABACC y la OIEA deberán cooperar para facilitar la implementación de las salvaguardias estipuladas en el acuerdo. § ABACC y la OIEA deberán alcanzar conclusiones independientes evitando la duplicación innecesaria de actividades de salvaguardias. El mayor esfuerzo en los años siguientes a la entrada en vigor del Acuerdo Cuatripartito estuvo focalizado a coordinar las actividades con la OIEA. Esta coordinación no fue fácil y fue necesario un gran esfuerzo por parte de ambas agencias para resolver diferentes problemas, desde discrepancias de los inspectores en el campo, hasta arduas discusiones sobre la interpretación de criterios. Los hechos fundamentales para la coordinación de actividades de salvguardias con la OIEA fueron: la decisión de elevar el nivel del Comité de Enlace entre los Estados Parte, ABACC y la OIEA, tomada en 1996, y la aprobación de las “Guías para la coordinación de la inspecciones de rutina y adhoc entre la OIEA y ABACC” en 1997. 4 En los dos últimos años se dio alta prioridad a la negociación de procedimientos para el uso común de equipamiento dando un importante paso para evitar la duplicación innecesaria de esfuerzos. En el presente, prácticamente todo el equipamiento utilizado durante las inspecciones, tanto de contención y vigilancia como de medición, esta cubierto con procedimientos de uso común aprobados por ambas organizaciones. Además, la ABACC y el OIEA han coordinado sus actividades para un mejor aprovechamiento de los inspectores en el campo sin perjuicio de la ejecución de las tareas previstas. Se redujo el esfuerzo de inspección de acuerdo con lo establecido en el Sistema Común de Contabilidad y Control (SCCC) y en los criterios del OIEA, para las instalaciones clasificadas como “Otros Lugares”; se pasó de inspeccionar aproximadamente el 100% de esas instalaciones por año, a inspeccionar solo el 30 % de las mismas. Asimismo se acordó enviar - en esas y en otras instalaciones simples – un inspector de cada agencia en lugar de dos como se venía haciendo hasta ese momento. Los resultados se reflejan en las Figuras 1 a 3. Otra actividad que mereció especial atención fueron las transferencias de combustibles quemados hacia los silos en seco, en la Central Nuclear Embalse, en Argentina. Esta instalación absorbía el 47% del esfuerzo de inspección de la ABACC, prácticamente el mismo esfuerzo que el resto de todas las demás instalaciones de Argentina y Brasil. Con el objeto de racionalizar el esfuerzo de inspección necesario, se llevaron a cabo varios estudios y se negociaron procedimientos acordando finalmente, con el OIEA, la Autoridad Nacional Argentina y el Operador, la presencia en el campo de un solo inspector por agencia en lugar de dos como era la práctica corriente hasta ese momento, preservando el principio de alcanzar ambas agencias conclusiones independientes. Sin embargo, es importante tener presente que aún falta mucho por recorrer hasta alcanzar ese objetivo expresado en el Acuerdo Cuatripartito de “evitar la duplicación innecesaria de esfuerzos”. Se esta apenas comenzando con la realización de algunas inspecciones con un único inspector por agencia en lugar de dos como fue la practica corriente hasta ahora. La experiencia es muy positiva y, ciertamente, abre un camino para aplicar el mismo enfoque en prácticamente todas las inspecciones llevadas a cabo por la OIEA y ABACC. El próximo impulso estará dirigido a convencer al OIEA para realizar las inspecciones bajo el concepto de “one man one job”. Es una tarea ardua, que requerirá algún tiempo para concretarse, pero es esencial para alcanzar el mencionado objetivo. La introducción de nuevas tecnologías en el futuro próximo, incluyendo el monitoreo remoto de las instalaciones, permitirá futuras reducciones del esfuerzo de inspección, aumentando tanto la eficiencia como la eficacia de las salvaguardias. 5 El fortalecimiento de las salvaguardias La constatación de actividades nucleares no declaradas en Irak y los problemas asociados con la verificación del inventario de material nuclear en la República Democrática de Corea – ambos países firmantes de TNP- puso en evidencia la debilidad del sistema de salvaguardia internacional aplicado por el OIEA. Como consecuencia de ello, la Junta de Gobernadores de ese organismo le solicitó al Director General, en 1992, que presente una propuesta concreta de fortalecimiento de las salvaguardias mejorando su relación costo-beneficio. El fortalecimiento de las salvaguardias internacionales podría lograrse básicamente, aumentado la capacidad de detectar la diversión del material nuclear declarado y aumentando la capacidad de detectar actividades nucleares no declaradas, especialmente las relacionadas con la producción de plutonio (Pu) y el uranio altamente enriquecido (HUE). Cabe mencionar que las salvaguardias internacionales hasta ese momento, sólo se ocupaban de detectar la diversión de material nuclear y actividades nucleares declaradas. En respuesta a ese pedido, la Secretaría presentó en 1993 el llamado Programa 93+2, el cual preveía que en un plazo de 2 años, se evaluasen las técnicas, el financiamiento, y los aspectos legales de un conjunto de medidas para un sistema de salvaguardias fortalecido y más eficiente. Después de largas discusiones con los países miembros, la Secretaría presentó en 1995 a la Junta de Gobernadores una serie amplia de medidas de fortalecimiento de las salvaguardias, dividido en dos partes: la Parte I reuniendo las medidas que, en principio, podrían ser introducidas dentro del actual sistema legal y por lo tanto, de rápida implementación; y la Parte II, destinada a detectar actividades nucleares no declaradas, para lo cual se requerirían medidas legales adicionales. Es importante destacar que el SCCC fue creado en 1991 y a pesar de haber sido diseñado para aplicar salvaguardias convencionales, en ningún momento se excluye de su enfoque la posibilidad del uso de material o instalaciones no declaradas ni es uso indebido de instalaciones declaradas. La Parte II fue intensamente discutida transformándose en el “Protocolo Adicional a los acuerdos entre los Estados y el OIEA para la aplicación de salvaguardias (INFCIRC/540)”, aprobado por la Junta de Gobernadores de ese Organismo el 15 de mayo de 1997. En esa oportunidad se aprueba una serie de acciones tendientes a fortalecer las medidas de salvaguardias que se venían aplicando y, al mismo tiempo, incorporando otras tendientes a detectar material e instalaciones no declaradas. Un número significativo de países, entre los cuales se encuentran la Comunidad Europea, Estados Unidos y Japón ya han adherido a ese Protocolo. Argentina, Brasil, y ABACC –en paralelo a la Conferencia General que se esta celebrando durante esta semana en Viena- comunicaron al Director 6 General de ese Organismo que se encuentran listos para iniciar las conversaciones tendientes a la firma de dicho documento. Que se puede extrapolar de la experiencia de ABACC La creación de un sistema regional implica fundamentalmente una decisión política. En efecto, la creación de ABACC para administrar el SCCC fue una decisión política de Argentina y Brasil, tomada en 1991, para dar transparencia a sus programas nucleares creando un clima de confianza mutua. El objetivo de ese momento era atenuar las presiones internacionales sobre ambos países en el área nuclear. Como se mencionó anteriormente, Argentina y Brasil no habían firmado el TNP y no habían adherido plenamente al tratado de Tlatelolco. Los años que siguieron, por los motivos expuestos anteriormente, estuvieron marcados por la necesidad de fortalecer las salvaguardias internacionales. Fue a partir de aquí que la comunidad internacional comenzó valorar las posibilidades concretas que ofrecía un sistema regional en ese sentido. Se observó como ventajas el hecho de controlar un pequeño número de instalaciones y no estar obligado a seguir criterios y procedimientos de aplicación universal, como se le exigiría a un sistema internacional. Otro aspecto importante el hecho de poder integrar los equipos de inspección con especialistas en los procesos que se quiere controlar. Adicionalmente, un sistema regional posee una serie de canales -formales e informales- que le permiten acceder a mucha más información que la que los países estarían obligados a suministrar al OIEA. Sin embargo, un sistema regional tiene barreras internas que son necesarias vencer para alcanzar sus objetivos. La principal es alcanzar la voluntad de los Estados Parte en dar transparencia a sus programas nucleares, creando un clima de confianza mutua. Otro aspecto importante es hacer transcender ese clima de confianza a la comunidad internacional. El tercer punto es la credibilidad técnica del sistema que debe ser reconocido internacionalmente. Al analizar las posibilidades de extrapolar la experiencia de ABACC hacia otra áreas del planeta, es necesario ser cautos. En el caso de Argentina y Brasil, ayudó mucho para alcanzar ese clima de confianza mutua, el buen relacionamiento entre ambos países durante más de 100 años, donde el conflicto más serio se debió a la utilización de la cuenca del Plata, resuelta en la década del 70; esta situación es muy distinta entre India y Pakistán, en Oriente Medio o entre las dos Coreas. La trascendencia de ese clima hacia la comunidad internacional lo dio la firma del Acuerdo Cuatripartito y la adhesión plena de los dos países al Tratado de Tlatelolco. El reconocimiento de la credibilidad técnica del sistema regional requiere un cierto tiempo para ser alcanzado; en el caso de ABACC el apoyo recibido de ambos países, tanto en recursos humanos como financieros, fue fundamental para lograrlo en un plazo relativamente breve. 7 Las salvaguardias integradas La integración de los sistemas nacionales y regionales de salvaguardias con el sistema internacional del OIEA no es un hecho nuevo; el INFCIRC/153 y otros acuerdos comprehensivos como el Cuatripartito, incorporan los sistemas nacionales (SSAC) y regionales (RSAC) de contabilidad y control. Sin embargo, el sistema de salvaguardias de la OIEA poco se ha servido de esta situación y los criterios que aplica no han tenido prácticamente en cuenta las actividades realizadas por esos sistemas. Con la introducción del Protocolo Adicional, la necesidad de llevar a cabo una verdadera integración de todos los sistemas de salvaguardias ha ido ganando cuerpo. La necesidad de relacionar las actividades de OIEA con los SSAC y RSAC es una necesidad imperiosa para aumentar la eficiencia y la eficacia de las salvaguardias. La comunidad internacional esta reclamando una revisión amplia del sistema internacional de salvaguardias, a la luz de las nuevas medidas y la OIEA viene reuniendo diversos grupos de especialistas tratando de delinear las salvaguardias integradas. Las salvaguardias integradas deberían estar basadas en la existencia de sistemas nacionales o regionales de contabilidad y control de materiales nucleares que sean creíbles. La credibilidad debería fundamentarse en elementos objetivos y la participación de los SSAC y RSAC debería estar limitada a áreas específicas. Parecería razonable que en ese nuevo esquema las salvaguardias convencionales sean delegadas a los sistemas nacionales o regionales, con procedimientos de garantía de calidad adecuados, los cuales serían auditados por el OIEA, y el Organismo debería concentrarse en las medidas previstas en el Protocolo Adicional para la detección de materiales y actividades no declaradas, como el análisis de información, el monitoraje ambiental y el acceso complementario. REFERENCIAS “Acuerdo entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil para el uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear”. Guadalajara, Mexico. Julio 1991. “Agreement between the Republic of Argentina, the Federative Republic of Brazil, the Brazilian-Argentine Agency for Accounting and Control of Nuclear Materials and the International Atomic Energy Agency for the Application of Safeguards”. INFCIRC/435. IAEA, Vienna, March 1994. “Model Protocol Additional to the Agreement(s) between State(s) and the International Atomic Energy Agency for the Application of safeguards”INFCIRC/54o. Vienna, September, 1997. 8 “The structure and content of Agreements between the Agency and States required in connection with the Treaty on the Non-prolferation of Nuclear Weapons”. INFCIRC/153. Vienna, June 1972. 9