Factores antropogénico y tenores de fuentes

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Factores antropogénicos y tenores de fuentes contaminantes de la Bahía de
Nipe, Cuba.
Gustavo Arencibia Carballo1, Mercedes Isla Molleda1, Antonio Alí Pérez Maya1,
Maria Caridad Carrodeguas Rodríguez, Daysi Castillo Espinosa 2.
1Centro
de Investigaciones Pesqueras. MIP. CUBA.
Ave. y 248. Jaimanitas, Ciudad de la Habana, C.P. 12200, Teléfono: (537)
297107.
5ta
2 Poblado
Central Guatemala, Holguín
Introducción
La Bahía de Nipe está ubicada en la costa nor-oriental de Cuba, provincia de
Holguín, a los 20º50’ de latitud norte y los 75º40’ de longitud oeste. Es una de
las mayores bahías de bolsa del mundo y la primera de nuestro territorio, con
una superficie de 220 Km2 y profundidades medias que oscilan entre 9 y 25
metros. Este inmenso acuatorio tiene un volumen de agua de 1700 millones de
metros cúbicos que se recambia en un tiempo aproximado de 10 a 15 días, con
una tasa media diaria de recambio del 10% (Romero y Suárez, 1993)(Fig. 1).
Fig. 1: Bahía de Nipe.
Esta bahía es un cuerpo de agua productivo, dinámico y saludable, sin
embargo presenta contaminación de origen orgánico y nutrientes en las áreas
costeras (Suárez et al., 1997 y Arencibia et al., 1999) cercanas al sector
industrial, deterioros en sus paisajes, en particular la degradación de la Playa
Juan Vicente, la coloración rojiza de las aguas, la disminución del área de
manglares y condiciones organolépticas no deseables en las áreas costeras de
los sectores urbano-industriales (Palacios y Beltrán, 1993). La misma
constituye un ecosistema muy sensible, de gran interés biológico y
socioeconómico, circunstancias que hacen especialmente grave la
continuación de la agresión medioambiental que viene sufriendo.
Dada la necesidad de mitigar y controlar el impacto de la contaminación originada
por las fuentes terrestres sobre los recursos costeros de la Bahía de Nipe, el
presente trabajo se propone el reconocimiento de las mismas y la identificación
del tipo y los niveles de contaminantes que son vertidos.
Materiales y métodos
Se realizó el inventario de las principales fuentes contaminantes de la Bahía de
Nipe. Los muestreos se llevaron a cabo entre enero de 1999 y mayo del 2000,
para lo cual se recolectaron muestras de los residuales vertidos por el
Complejo Agro-Industrial (CAI) Guatemala durante la zafra y el Matadero
Mártires del Corintio, que son los órganos contaminadores más significativos de
la bahía. En todos los casos se determinó: nitrito, amonio, fósforo y silicato con
el espectrofotómetro SQ-118, sólidos totales, demanda química de oxígeno
(DQO) por el método del dicromato de potasio y pH con un pHmetro portátil.
Los criterios utilizados para la calidad del agua en este trabajo corresponden a
los establecidos en las Normas Cubanas, 1987.
Resultados y discusión.
Los resultados obtenidos al analizar los residuales (Tabla 1) muestran la
elevada carga contaminante que aportan los efluentes de estos focos a la
bahía.
Tabla 1: Resultados obtenidos al analizar los residuales del matadero de
reses Mártires del Corintio y el CAI Guatemala.
Parámetros
Amonio (mg/L)
Nitrito (mg/L)
Fósforo (mg/L)
Silicato (mg/L)
DQO (mg/L)
Sólidos Totales
(mg/L)
PH
Matadero
(Pto 1)
Matadero
(Pto 2)
Matadero
(Pto 3)
CAI
Guatemala
3.0
2.0
0.5
30.0
70.0
682.0
13.0
0.06
50.0
50.0
450.0
1132.0
34.0
0.01
8.0
50.0
1100.0
1264.0
1.75
1.0
0.03
1.8
120.0
46866.0
8.08
8.08
8.00
-
Los valores de DQO obtenidos tanto para los residuales del matadero de reses
Mártires del Corintio, como para los del CAI Guatemala resultaron muy
inferiores a los reportados anteriormente (Palacios y Beltrán,1993) que fue del
orden de los 2500 mg/L para el primer caso y de 1947 mg/L para el segundo.
La carga expresada en DQO para el CAI Guatemala tiene un valor menos
elevado que los obtenidos en esta última década, en cuyo período la duración
promedio anual de zafra fue de 110,4 días. Esto se debe probablemente a una
disminución en sus producciones. Sin embargo, a pesar de este resultado, la
concentración de este parámetro continúa por encima de las permisibles
internacionalmente.
En Cuba se encuentran bahías con similares problemas de contaminación,
como es el caso de la Bahía de Cárdenas. En la tabla 2 se puede observar que
las concentraciones de DQO para estas industrias son muy superiores a las
encontradas en Bahía de Nipe, por lo que tanto el CAI Guatemala como el
matadero de reses Mártires del Corintio comparado con las industrias que
vierten a la Bahía de Cárdenas tienen un menor grado de agresividad en sus
residuales líquidos. La Bahía de Nipe con un área superficial mayor y una
menor industrialización del territorio presenta menores niveles de
contaminación que la Bahía de Cárdenas.
Los poblados de Guatemala, Antilla y Felton situados en el litoral de la bahía de
Nipe y con una población total aproximada de 25000 habitantes aportan en su
conjunto 306 t DBO/año a la bahía a través de sus drenajes y no cuentan con
sistemas de tratamiento para sus aguas servidas, ni poseen sistemas de
alcantarillado integrado. Alrededor del 20% de las aguas servidas del poblado
de Guatemala se descarga conjuntamente con las aguas residuales del CAI,
mientras que el resto es descargado directamente a la costa y a los bosques de
manglares, a través de drenajes y alcantarillas.
Tabla 2: Comparación con Bahía de Cárdenas.
Bahía
Entidad
Nipe
CAI Guatemala
Matadero de reses
Cárdenas
(Arencibia et al.,
1992)
CAI Smith Comas
Complejo Porcino Alderete
Multiplicador Porcino No. 2
DQO
(mg/L)
Q
(m3/h)
120.0
540.0
3958.3
2.1
6066.0
19 500.0
19 834.0
1820.0
600.0
52.0
El 20% de las aguas servidas del poblado de Antilla se descarga a pozos de
infiltración; el resto se descarga directamente en la costa a través de
numerosos conductos y zanjas que atraviesan la ciudad. La mayor parte de las
aguas servidas del poblado de Felton se descargan directamente a la costa y a
los bosques de manglares (Palacios y Beltrán, 1993).
La principal actividad en el territorio es la industria azucarera, pero también son
importantes la actividad pesquera, agrícola y minera. Esta última con una fuerte
influencia en la zona, aunque según se reporta por algunos autores (Arencibia
et al., 1999) no afecta de manera decisiva o notable a la bahía de Nipe, pero sí
a los ríos como el Mayarí y el arroyo Cajimaya que presentan aportes por esta
actividad industrial.
Las mayores actividades pesqueras que se ejercen en la bahía se realizan en
escamas y ostiones. Los productos son acopiados por la Organización
Económica Estatal Pesca Nipe, pero no se procesan en el establecimiento.
El CAI Guatemala, que fundamentalmente descarga sus aguas residuales sin
tratar a través de dos conductos, constituye la principal fuente de
contaminación orgánica y de nutrientes a la bahía y la causa de eutroficación
presente en la Ensenada del Cigarro. El CAI estará fuera de operación en la
zafra del próximo año, situación muy favorable para la recuperación del área
costera cercana al mismo caracterizada por un elevado deterioro ambiental.
Los residuales del matadero Mártires del Corintio se vierten a la bahía sin
tratamiento previo y aunque su carga contaminante es baja, el aporte de
residuos sólidos expresado como sólidos totales (682.0-1264.0 mg/L) y la
agresividad de su efluente líquido en valores de DQO (70.0-1100.0 mg/L) lo
convierten en una fuente a considerar en la gestión ambiental del territorio.
La afectación por hidrocarburos está limitada al área donde vierten sus
residuales el CAI Guatemala, que incluye los salideros del petróleo residual de
la antigua conductora de combustible. Se encuentran afectadas en menor
medida las áreas costeras cercanas a los poblados de Guatemala y Antilla
(Palacios y Beltrán, 1993). A poco más de 3 Km del extremo norte del Cayo
Cajimaya, donde radica el poblado de Felton se encuentra alistado el Campo
de Boyas de Felton que facilita el atraque y descarga de los supertanqueros
con el objetivo de suministrar combustible a la planta de Niquel de Nicaro y a la
Termoeléctrica de Felton. A pesar de todas las medidas que se toman para
evitar derrames accidentales, esta obra de por sí, constituye un peligro
potencial para el ecosistema de la bahía. Es oportuno señalar que se han
registrado varios derrames de petróleo en el Campo de Boyas de Felton, entre
ellos el reportado en diciembre de 1998 (Arencibia y Carrodeguas, 1999) que
afectó a Playa Melilla y Saetía. De forma general la Bahía de Nipe se encuentra
muy poco impactada por hidrocarburos.
Como parte de los planes de desarrollo turístico, la zona norte de la península
del Ramón contará con instalaciones con capacidad para 2000 habitaciones
(Arencibia y Carrodeguas, 1999), cifra que se incrementará hasta alcanzar las
5000 habitaciones en los próximos dos a tres años. De las zonas de playa que
inicialmente contempla estos planes, dos se encuentran dentro de la bahía.
Otro aspecto que merece ser mencionado es la construcción de un canal que
unirá la Bahía de Banes con la Bahía de Nipe. La comunicación de ambas
bahías traerá un flujo de transporte marítimo que puede ser desfavorable para
la pesca (Arencibia et al., 1999).
La Fábrica de Levaduras Torula que descargaba al mar un residual altamente
agresivo sin tratamiento alguno y que se encuentra desde hace cinco años
aproximadamente fuera de actividad, era una de las fuentes contaminantes
más significativas de afectación a la bahía.
A la bahía además descargan sus aguas tres ríos: el Mayarí, principal
aportador de agua dulce y materiales en suspensión a la bahía, con un gasto
aproximado de 12.18 m3/s y un aporte anual de cerca de 1.6x105 t de material
suspendido; el Nipe con 4.98 m3/s y el Tacajó con 4.34 m3/s. Estos últimos
arrastran aproximadamente la misma cantidad de material en suspensión que
el Mayarí. También vierten sus aguas a la bahía los arroyos: Centeno, Juan
Vicente, Cajimaya y Serones con un gasto de agua de 0.33, 0.19, 0.09 y 0.06
m3/s respectivamente. El Guaro es el otro estero que atraviesa la zona costera
de la bahía para vertir sus aguas en ella. En general, el escurrimiento
superficial de la región fluctúa entre 5 y 10 L/s Km2. En el período lluvioso
aumenta el aporte de agua a la bahía, así como el volumen de sedimentos y
material en suspensión (Piñeiro et al., 1992). Estos ríos clasifican como de
contaminación moderada atendiendo a su contenido de nutrientes y materia
orgánica, a excepción de los arroyos Cajimaya y Pontezuelo, este último es un
afluente del río Mayarí, cuyos niveles de contaminación son de media a fuerte.
Se está estudiando el represamiento del río Mayarí con fines de riego y como
trampa de sedimentos; sin embargo, y considerando que los ríos Nipe y Tacajó
están represados, la disminución del aporte de agua dulce a la bahía puede
provocar daños muy importantes a la biota del ecosistema de manglares que
son la fuente principal de energía y nutrientes.
El plan porcino Juan Vicente es una fuente indirecta a la bahía y vierte sus
residuales tratados al río Juan Vicente. Los resultados muestran que el sistema
de tratamiento de la instalación opera con baja eficiencia, por debajo de un 80 y
50% la reducción de materia orgánica y sólidos en suspensión
respectivamente, a causa de la inutilización de una laguna anaerobia por
roturas en la tubería de alimentación y un control deficiente de los flotantes y
hierbas que rodean el sistema de lagunas.
La degradación creciente del uso recreativo-paisajístico de la bahía es uno de
los problemas fundamentales que presenta el territorio, en particular el
deterioro observado en la Playa Juan Vicente en franco proceso de regresión
por el represamiento del río Nipe, lo que elimina así su fuente natural de
sedimentos terrígenos, la coloración rojiza de las aguas localizada en la
desembocadura del río Mayarí por la introducción de minerales lateríticos
(manganeso, hierro, cobalto y níquel) producto de los escurrimientos mineros,
la disminución del área de manglares que ha alcanzado un 17% en los últimos
años producto del represamiento de los ríos Tacajó y Nipe y la poda de
manglares para fines agrícolas del suelo, así como condiciones organolépticas
no deseables en las áreas costeras de los poblados de Guatemala, Antilla y
Felton y los sitios de descarga de los residuales líquidos del central azucarero
Guatemala y el Matadero de reses Mártires del Corintio (Palacios y Beltrán,
1993).
De los contaminantes principales que entran en el medio costero, está
aumentando la preocupación con respecto a la entrada de los compuestos de
nitrógeno y fósforo. La descarga continua de estos nutrientes en áreas costeras
cerradas es una de las causas mayores de los fenómenos de eutroficación. Los
efectos ecológicos de estos fenómenos incluyen la proliferación de algas, los
cambios en la estructura de las comunidades acuáticas y la disminución del
oxígeno disuelto (Turner y Rabalais,1991) (Lowe et al., 1991) (Informe Técnico
del Pac, 1994).
Resulta importante observar que cuando ocurre la eutroficación en áreas
cercanas a las costas, se obstaculiza el uso recreativo y se altera la calidad
ecológica y estética del medio (Corredor et al., 1977) (Informe Técnico del Pac,
1994).
El enriquecimiento por nutrientes puede interactuar con otros contaminantes,
tales como los hidrocarburos del petróleo para producir una sutil, pero
importante alteración en la composición de los cultivos en pie de fitoplancton.
Este tipo de contaminación motiva un cambio en la abundancia relativa de
algas planctónicas y podría asimismo afectar las cadenas tróficas pelágicas y
de peces bentónicos (Parra, 1986) (Informe Tecnico del Pac, 1994).
Los impactos ambientales más perjudiciales a la bahía de acuerdo a sus usos
proceden de los residuales industriales del central azucarero y el matadero de
reses, las aguas servidas de los poblados de Guatemala, Antilla y Felton, la
escorrentía minera, el uso agrícola del suelo a expensas del área de
manglares, el represamiento de los ríos Tacajó y Nipe, y los problemas de
sobrepesca sustentados en la disminución en la talla de las capturas.
Dadas las características del territorio, eminentemente rural, con limitadas
disponibilidades financieras y una bahía productiva, dinámica y saludable
capaz de asimilar aportes controlados de nutrientes en forma de material
orgánico; una correcta gestión ambiental se sustenta en sistemas de
tratamientos a bajo costo, que permiten además, el manejo de las instalaciones
correctoras a un costo de explotación mínimo, y mayor seguridad ante puntas
de carga y limitaciones energéticas y materiales. Las soluciones ambientales
en el territorio consideran un plan inversionista para la depuración de los
residuales de las principales fuentes contaminantes y un conjunto de
soluciones relacionadas con el aprovechamiento económico de residuos, la
conservación de los bosques de manglares, la repoblación forestal, el
mantenimiento del gasto del río Mayarí y la ejecución de estudios
especializados para la recuperación del potencial pesquero y la playa Juan
Vicente.
Las principales fuentes contaminantes a considerar en el manejo ambiental de
la Bahía de Nipe corresponden al central azucarero Guatemala, el matadero de
reses, los drenajes de las poblaciones urbanas y la escorrentía minera.
El plan porcino Juan Vicente, actualmente fuera de operación, es la fuente
industrial indirecta de mayor incidencia en la calidad de las aguas de la bahía y
la puesta a punto de su sistema de tratamiento (lagunaje) antes del reinicio de
las operaciones, es un aspecto esencial en el manejo de los residuales líquidos
del ecosistema de la Bahía de Nipe.
En la actualidad los usos de la bahía se corresponden a los planteados por
Palacios y Beltrán en 1993, siendo los más importantes el uso pesquero,
industrial, marítimo-portuario, vías de comunicación, recreativo-paisajístico y
receptor de residuales líquidos; y de estos se encuentran visiblemente
afectados los usos pesquero, recreativo-paisajístico y vías de comunicación.
Las aguas residuales urbanas, pluviales e industriales de todas las poblaciones
ribereñas se descargan a la bahía sin depurar por diferentes puntos de vertido,
salvo una pequeña parte que recibe tratamiento primario. Aún a pesar de la
capacidad de dilución y autodepuración que tiene la bahía gracias al agua
oceánica limpia que las mareas aportan a su interior, existe un grave problema
de contaminación con efectos estéticos, malos olores, bioacumulación de
contaminantes en su importante comunidad biológica, disminución de oxigeno
disuelto, entre otras antes mencionadas.
Muchos de los contaminantes del agua pueden actualmente removerse, con
relativa facilidad, mediante la construcción de plantas de tratamiento de agua.
La calidad de la vida humana y de su entorno depende del adecuado control de
la contaminación de las fuentes de abastecimiento de agua.
Los costos asociados con el control de la contaminación, incluyendo los costos
de capital, mantenimiento, mano de obra, y disposición de residuos, se
incrementan rápidamente conforme se eleva la cantidad de residuos. Por otro
lado el daño causado por la contaminación disminuye en la medida que se
remuevan los contaminantes. El óptimo nivel de tratamiento debe corresponder
con el punto en el que tanto los costos del tratamiento, como los de daños al
ambiente son mínimos.
Cada día toma más fuerza el concepto de prevención de la contaminación
referido a la reducción de contaminantes en la fuente; la mejora de la eficiencia
en el uso de los recursos naturales y la reducción y/o eliminación de
substancias o actividades dañinas para el medio ambiente. El mismo concepto
de "prevención" ha evolucionado desde una interpretación antropocéntrica del
medio ambiente, donde se enfatizaban solo los aspectos relacionados con la
salud humana, hacia una interpretación mas sistémica que prioriza las
medidas de prevención y control, y toma en cuenta no solo la salud humana
sino el posible daño a la flora y fauna y a los diversos ecosistemas existentes
(Bustani, 1997).
El crecimiento económico constituye la prioridad principal y la mayor
preocupación de los Estados y Territorios de la región del Gran Caribe. La
actividad económica actual de la región se concentra en la expansión del
turismo, la agricultura y las industrias extractivas. Sólo se logrará elevar el
crecimiento económico a largo plazo a través de un proceso que esté basado
en los principios de un desarrollo sostenido. Por consiguiente se requiere
reducir al mínimo los costos resultantes de los impactos ambientales adversos
a través de una integración rigurosa de la planificación y la gestión tanto del
medio ambiente como del desarrollo.
Las consecuencias ambientales adversas que resultan de proyectos de
desarrollo mal concebidos adquieren importancia regional creciente. Los
fenómenos mundiales como los cambios climáticos que se anticipan, la
eliminación de desechos tóxicos y la deforestación así como la contaminación
marina, la erosión de las costas, la disminución de las especies y los derrames
de hidrocarburos son una preocupación especial para toda la región y subrayan
la necesidad de evaluaciones más rigurosas de los proyectos de desarrollo
antes de que se conceda la aprobación de su financiamiento. Debido a que las
economías de los Estados y Territorios de la región se basan por lo general en
los recursos marinos y costeros, esta preocupación debe traer como
consecuencia un aumento en la asignación de fondos procedentes de
organismos de financiamiento para el manejo efectivo de estos recursos que
son necesarios para el relanzamiento del crecimiento dentro de la región
(Informe Técnico del Pac, 1990).
Conclusiones
Los aportes de residuales a la Bahía de Nipe son significativos, aunque mucho
menor que en años anteriores, sin embargo se mantiene como el mayor
impacto por carga orgánica los aportes del CAI Guatemala.
Existe contaminación por residuos sólidos que se acumulan en la zona costera
de la bahía, siendo el medio marino de las costas cercanas al sector industrial,
entre Punta Tabaco y Punta Botija en la Ensenada del Cigarro, el que recibe la
mayor cantidad de cargas contaminantes.
El CAI Guatemala constituye durante la época de zafra la fuente industrial más
significativa de contaminación marina en la bahía, contribuyendo con
aproximadamente un 94.7 % de los residuales vertidos.
El impacto negativo de la materia orgánica y de la contaminación bacteriológica
sobre los ecosistemas costeros y el riesgo sobre la salud pública se incrementa
como resultado de la falta de sistemas adecuados para el tratamiento y el
control de aguas de los desechos domésticos.
Recomendaciones
Deben evaluarse con precisión las descargas a los ríos y al medio marino,
sobre todo por nutrientes y materia orgánica, pues deberán ser tomadas en
consideración al desarrollar los planes de acción para proteger los ecosistemas
costeros y marinos de la Bahia de Nipe.
Se deberán implementar actividades para monitorear la calidad del agua y las
cargas contaminantes de los ríos y de las fuentes no puntuales de
contaminación a la bahia, así como implementar medidas para producciones
limpias dentro de las empresas contaminadoras del medio acuático.
Agradecimientos
Este trabajo se realizo dentro del marco del proyecto Comunitario Bahía de
Nipe (1999-2001) auspiciado por el Centro Internacional de Investigaciones
para el Desarrollo (CIID) de Canadá.
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