El asesinato de Alfaro ante la historia y la civilización

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ADVERTENCIA.
Nueetra empresa tiene el bOlror de ofrl'!cer 118telibro Ii 3\13cole¡;as dp.1
Ilel1odismo americano.
HClllo" querido coPecclonar en él las opiniones dominantes sobm el t()rrible proceso qua la prensa hispano-americana
ha formado al rededor dp.l
asesinato del General Alfaro y compañeros. Un sentimiento de justicia
v
de sanción nos gu[a: de justicia y en defensa de la humanidad lufamada;
r Chl sanción, á fin de que De sea el pueblo ocuatorlano sino los verdaderos
culpables 108 que reciban los epfteto'S lanzados por el ~llliYer!;oentero.
Para la próxIma cdlcl6n que está en prensa otrecemoll un etitl1dio dol
notRble jurisconsulto y estadista doctor Carlos A. Mendoza. nuestro Dirnctor PoHllco.
"El DiarIO de Panamá".
PRONOSTICO.
Mi¡;uel
Valverde.-
(Telegrama
d.~ Manta
á nahia.)
El hecho de haber caído prisiou<3ro¡; todos los ea:lrocillas úilt.á revelal'ldo que una justicia
superior
va á destruir
el mal de una manera
radical y
para siempre.
Le anticipo
mi abrazo
que se lo reuovaré
pronto.
L.
Plaza
G.
APROBACION.
(Conceptos
tomados
de "El
Globo"
de Bahía.)
Los diarios
chilen03
l.l.11;'entÍnos y p~ruanos
contienen
artículos
vio,len.
tos contra el pueblo ecuatoriano,
al que pint.an cual horda de caníbales.
con
motivo d(, la::; últimas
ejecuciones
populares
verifil:adas
en Guayaquil
y en
'luito.
y están
equivocados.
no porque el hombre,
llámese
mult.itud 6 lIáme::;e
individuo.
no sea en el Ecuador como en Siberia una bestia fer07. mal amanzada.. sino porr¡ue laB muchedumbre!>
de Quito y Guayaquil
hicieron
bien
eunndo dieron mnerte á Eloy AHal"o, :l. ¡,'lavio E. Alfaro y á Pedro .1.·Mon--
tero.
Miguel
(El
grande
Valverde.
hombre
del placillmo.)
INDICE,
Prólogo,
P{¡g. J.
La pren~a de \'arias Ilaciones
1.
La !Jrcnsa del PerÚ (Luis Ulloa.)
U,
La !lrp.nsa de Cuilc
G3.
La P¡'cnsa dc Colombia
G')
Acusación de
don Olmedo A¡faro
Opusculo escrito
en Quito
!JO
" 235.
EL ASESINATO
DE ALFARO
EN EL EXTRANJERO
El proponernos reunir en un libro todas las protestas que han provocado en el Mundo los asesinatos de Eloy Alfaro y compañeros, seria cosa
de nunca acabar y su edición comprendería muchos volumenes.
,Deseamos eso sí dejar constancia de la opinión dominante en IOI! pal,
Ges mas vinculados al Ecuador, de sus vecinos, de Colombia, Perú y Chile,
De los demas copiamos ligeramente algunos articulo s que casualmente nOR
han ,llegado l!.mano en el continuo comercio de las ideas .... pero ell08 baG~
tan para formarse opinl6n del clamor Univornal .•...
"Alfaro, se ha d'icho, sIn el honroso martirio del 28 de Enero de 191:>.,
acaso se habría confundido con otras celebridadel\ amerIcanas que á pesar
de sus méritos no han conseguido conquistarse la primera fila de la HiG'
torla de su país; pero los mismos que ansiaban exterminar al Reformador
y al Héroe, los mismos que profanaron su cadáver y lo redujeron á cenizas,
han contribuido efIcazmente á la inmortalidad del }<'undador del J...iberalillmo Ecuatoriano. Ellos, ellos son los obreros providenciales que han colocado la piedra angular sobre la que no muy tarde, se elevarán los monumentos, consagrados por la gratitud nacional á la memoria del Martir.
Ellos, ellos los que, lejos de haber logrado borrar con sangre Y horrores el
1I0mbre i1ustrp. de R10y Alfaro, lo han grabado en páginas más duraderas
Que el mármol y el bronce pues crImen tan enorme ha conmovIdo A toda:>:
las naciones y hecho que la fama pregonara do confin á oonfin loa mert'C1,mientas y virtudes de la víctima.
-ItLa maldieión universal contra los asesinos es la primera nota del him·
no perenne que la humanidad
entona en loor d'e sus ritártiretll y hoy 8.
(!sta probantlo que e~ duelo por la muerte de Ello)' Alfaro traspasa los llmi·
tes de su patria y halla eco,
condolencia en todas las Nacionell cirlllza.das y libres".
Nada, mas cierto. La exactitud do estas palabras se encontrarán
nifiesto en las páginas de este libro.
ds ma-
n
-,
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Pero el culpable no es el pueblo Ecuatoriano, el eplteto infamante qUQ
lanza la prensa mun~ial no es á él á quien corresponde. Lo8 autores y responsables del crfmen estan ya sindicados.
Véase c6mo se expresan los
posible manifestarse:
deudos de las victimas
que les ha .ido
"Por todos éstos acontecimientos y puesta la mano sobre la conciencia, yo acuso del salvaje asesinato perpetrado .en la persona de mi padrl3
I':n primer lugar el General Leonidas Plaza G., en segundo lugar al doctor
Carlos Freile Zaldumbide y en tercer lugar á los Ministros Octavio Draz,
Juan Francisco Navarro, Carlos R. Tobar y demás colegas ...
SI aun hay justicia en el Ecuador. los Beñalo ante ella y si no, la
toria será la única que recojerá el fallo severo de la opini6n ....
'¡e,'
his-
OLMEDO ALFARO
(hijo del Gral. Eloy Alfaro)
"Encontrándose el que os ha,bla en el puerto de Guayaquil acompafiando á. su suegro, (el cual desde alg1:in tiempo se encontraba imposibilitado
de parallslB} á bordo del buque inglÁs'''Quito'', apareció el oficial Juan 1,a5so, cuñado según supe del General Leonidas Plaza, quieJ;l se encontraba en
Guayaquil como Jef" del Eljército, con orden de conduclrlo preBO, y como el
Capitán de la nave se negase á permitlrlo; dicho oflcial pronto regres5
con una nueva orden y el General Medardo Alfaro fue reducido A prisión
á bordo y enviado á Quito donde fue asesinado. mutllado su cuerpo y arrastrado su cadáver por las calles de la ciudad y finalmente fue puesto en una
boguEll'a."
"El General Leonid.as Plaza, firmó una capitulación con garantia de los
Cónsules de Su, Majestad Británica y Estados Unidos de América en la que
consta que se darran amplias garantías á todos los personajes sindicadofl
de desafectos al Gobierno de Quito, tanto en sus vidas como en BUS bienes.
HAgol~s saber que mi: deudo, llegadO en ese vapor de Panamá. aún no pisaba tierras ecuatoriana cuau(iQ f1,1earrestado."
-·m"Acompatio á ustedes copia de dicha capitulación, la cual fue completamente violada por uno de los firmantcs, General Leonidas Plaza G., .Te·
fe del Ejército del Gobierno. Consistiendo el final de esta violación en el
asesinato en masa con la respectiva mutilación é incineración de los cadáveres ya desnudado s en las calles y plazas de '-'iuayaqull y de Quito."
"Tanto el General Plaza como el Gobierno, atribuyen estos hechos á
los pueblos de Guayaquil y Quito como consta en telegramas publicado~
por ellos. Pero tengo conocimiento de que ambas colectividades rechazan
tamafia acusación y ya señalan á los CUlpables; figurando ellos entre lo~
sindicados como responsables."
"Sumido en la más completa desgracia prodUcida por estos hechos, csperaba p' ;"¡))O Sl'vero de la justicia. Mas, corno parte de los acusados con·t.in\lan al frente del Gobierno de aquel pats, hoy veo ya claramente que a·
quello no pasará de pura fórmula y con sorpresa he sabido que el mismo
General Plaza q~e figura como uno de los culpables, se encuentra más bien
como candidato á la Presidencia de la RepÚblica,"
.Adolfo Quintero.
(Hijo político de Medardo Alfaro,)
;.y no se pudo evitar qe los Alfaro fueran á Quito?
De ninguna manera. Estaban empeñados á conducirlos á. la muerte,
tanto Plaza como Freile y sus ministros. Todo el mundo prevela lo qUt!
iba á pasar y nadie daba un centavo por la vida de 105 presos, menos
llespu~s de lo acontecido con Montero. Todos los partidarios de Plaza, amotinados en Quito, pedlan la traslación de los presos y su castigo ejemplar
e Inex.orable. El Gobierno debió vel claro el peligro Inminente de SIlS víctimas y rodearlos de las garantías necesarias. Nada hizo. Todo lo contrario y el crImen se consumó. Hoyes inútil que esos hombres quIeran borrar de si la m~cha de sangre que los inmortaliza
.
AMERICO
DE
LA
GUARDIA.
(Sobrino del Gral. Etoy Alfaro.l
(Reportaje de "La Prensa", Panamá, tomado á su llegada de Guayaquil
de donde vino acompaflando A la familia del Gral. Alfaro, pQCO!! lilas despuéS de la cnt.astrofe.'
Programa
Todo esto queda confirmado
de eliminación.
con la muerte del General Jullo Andrade.
HUbo tRtnbl<'!n necesidad' de ellmlnllrlo y contra él se- fueron. Su hermano' l)Q,nlel Andrade los sindica tan claro COIJlO le permite la clrcunstan-
-IV-
cla de vivir en Quito, entrlil los propios asesinos constituidos ya en Gobier-
no.
"Se ban allanado, dice, el camino del poder pero encontrarán el 6011:>
''tInto en la sangre generosa, de un valiente y abnegado patriota, y esa
"noble vtctlma, fija siempre la mirada en su victimario, clamará venganza
"en todo tiempo".
Según opini6n pues, de los deudos del General Andrade al escalar Pla:
za el sollo. Presidencial para el que se ha allanado el camino lo encontrará.
tinto en sangre y la mirada de Julio Andrade fija siempre en su victimarl;:,
clamará venganza en todo tiempo.
Léase:
Contestación tí. un telegrama.
"Quito, Marzo 26 de 1912.
"Señores César l'Jspindola, Augusto del Hierro, Pedro Celestino Acosta, Ro"berto GrUava. José Eladio Acosta C., Nicanor Jaramlllo, Federico Mar·
"Unez Acostn¡ Nicolás Burbano. Comandante Euclldes A. Romo. Lul::l
"Burbano, y demás firmantes.
Tulcán.
"No he recibido el telegrama que me han dirigido el 7 del presente;
"lo he visto publicado en "El Ecuatoriano" del Sábado 23.
"Ustedes bravos y ll:ltlvos carcheneses, no pOdían ni debían quedarse en
"silencio sin protestar indignados contra el cobarde y alevoso asesinato
"perpetrado en el noble hijo del Carchi, General Julio Andrade, que signi"fica en verdad un golpe de muerte asestado en el corazón de la Repú··
"bllca. Lo sacríf1caron ciertos malvados que no tuvieron el valor y entere"Zll. suficientes
para. enfrentartle con él y que temblaban en su presencia
"como tiembla el criminal ante un juez severo é implacable. Se han alla"ado el camino del poder, pero encontrarán el solio tinto en la sangre ge"nerosa de un valiente y abnegado patriota, y esa noble víctima, fija siem·
"pre la mirada en su ,victimario, clamará venga~za en todo tiempo.
"Soy dI! usted paisano. y amigo afectísimo.
DANIEL
("El Ecuatoriano"
ANDRADE".
No. 2.039, Guayaquil).
y sin embarga esos degenerados que paga el placismo, 6 que espera a
4. él 81&111111. gracia hacen saber al que les presta aido, qUII Andrade murió
J&¡Ualmelilt~por obra de los conservadores.
Tambléa el jÓven hijo. de don Luciano Coral protesta
s4;uientlilB términos:
ell 1011
desde Guayaqu!t
-vMI PROTESTA.
"Yo, como ecuatoriano é hijo de una de las víctimaB, protesto del ase"s1nato verificado en Quito en la persona de mi señur padre, Coronel Lu"ciano Coral; quien por el hecho de no ser adicto al Gp.neral Plaza y el d~
"exponer por la prensa su modo de pensar, fué enviado á la Capital pal'<l.
"la premeditada massacre.
"La voz de los ecuatorianos que protestan, se perderá ea el espacio;
"más, ql,leda la constancia de no haber encubierto con su silencio, lo que
"ni los afios podrán hacer olvidar á sus deudos.
A
ZOROBABEL
CORAL."
28 «e Abril de 1912.
("El Tiempo" No. 4925,. l7uayaqull).
Al menos debemos reconocer en los deudos más cUllucilllil:'nto y sano
Interés en el asunto que cualesquier ser extrafio á las vfctimas, en quiene:;
puede tener más influencia el sentimiento partldarista que el amor al sac)';·
ficado, y la debida veneración á su memoria.
liJe
A LOS MAGISTRADOS
DE LA CORTE SUPREMA
un folleto.)
DE JUSTICIA
DEL
ECUADOR
Honorables
Jueces:
La prensa nacional y la extranjera han hecho luz suficiente sobrfl los
asesinatos de Enero y Marzo, )' la convicción del pÚbllco unánime designa á los responsables de esos crfmenes. Además, Olmedo Alfaro, hijo del
señor General Eloy Alfaro, ha publicado una acusación concreta, confirmada aún por las confesiones oficiales, en documentos oficiales, y en la cual
se los señala á los aCllsados por sus propios nombres y apelidos. Es llegada, pues, la hora de la actuacl6n de Uds; el Ecuador y el mundo-asr lo espE:'ran.
Que<lan ya. hoy establecidos
los puntos siguientp.R:
10. Que la prisión de los Generales asesinados Be efectu6 á traicIón,
mediante un Tratado de Paz firmado de maja fé, á ¡;ablehdas de la deB!l.l)rQl>aci61ldel Gobierno de Quito y de que no S~ cumpliría.
-VI20. Los Generales Plaza y Navarro, lo mismo que Freile y BUS MinIstros, teniaD completa seguridad de que serlan asesinados los prisioneros
si eran conducidos á Quito.
30. A pesar de esta convicción los miembros del GobIerno los pidle-·
ron á la Capital, para hacer un escarmiento, según declall y exterminar los
elementos rev.oluclonarios.
El sefior Leonldas Plaza G., General en Jefe y el Ministro de Guerra,
Navarro, que al principio afectaron oponerse á las órdenes mencIonadas,
recibieron luego otras en contrario y entonces, desobedeciendo las ílltimas
remltteron los priSioneros á Quito por propia iniciativa y confiaron la guardia al mismo Batallón "Marañón" que habla asesinado al General Pedro
Montero.40. El Gobierno mandó terminantemente
que los presos retrocedieran
de Huigra y permanecieran en Guayaquil y fue desobedecido por el Coronel Sierra y sus jefes Plaza y !\avarro.
Le' ordenó que los prisioneros hicieran su entrada por la noche y nI
Coronel Sierra los llevó al Panóptlco á las doce del dla para exponerlos 1
la cólera popular, excitada con la prensa oficial, que Insinuaba el asesl-nato. Ya sea que procediera por cuenta propia ó por órdenes superiore.'!,
esto acto sólo constituye premeditación y ale vos la en el deguello, descuar·
tizamlento y profanación de los seis cadáveres desnudos y mutilados.
50. El Panóptlco no estuvo debidamente custodiado, ni se tomaron las
necesarias precauciones, y no hubo un 8010 contuso entre los asaltantes ni
entre 108 soldados que dehleron defenderlos. Muy Por el contrario, Eloy
Alfaro fuy muerto por bala de fusil del que usa solamente el Ejército; lo
mismo se puede decir de sus infortunados compafieros. La profanac\'ón duró dla y noche y las autoridades legales nada hicieron por impedlrlo. Las
fotograflas qUE!publican los diarios extranjeros demuestran que las tUl"
has profanadoras eran reducidas
y fáciles de dominar con sólo una es·
colta.
60. Los señores General" Serrano y Luclano Coral no" eran prisioneros
de "guerra. y fueron al sacrificio por venganza personal del General Plaza
~"sus amigos. sin causa ni motivo, y también el Gobierno presenció Impa·
sible esos actos de salvajismo que duraron muchas horas sin que la fuerza
armada ni la pollcla lo Impidieran.
70. La impunidad más completa fué concedida por el Gobierno á tales crlmenes, á pesar de afirmar él mismo en su manifiesto que eran cono.
cidos los autores é l11stlgad?res.
"La"p'rensa oficial preparó 1011I asesinatos" y la: Incineración
mas y la mltln:lll.prensa aplaudi6 y ju¡¡Uricó dichos el'rorell,
de las vlcH-
-111 --
80. El General Plaza tuvo un altercado con el General .Tulio Andrad!>,
el ¡; de Marzo, porque veta perdida el primero su candidatura y por la noche, siendo General en .Tefe del Ejército, traicionó y depuso el gObierno del
&eftor Freile Zaldumbide, al que estaba obligado á defender.
Esa noche. durante el cuartelazo dado por Plaza y Navarro. fué as\>sinado como única víctima escogida el General Julio Andrade, competidor
del General en Jefe Plaza. al que acababa de acusar como repsonsable d~
la sangro derramada en Enero_
Todos estos hechos constituyen crímenelS con las agravantes de premeditación. alevosia, ensañamiento y barbarie, traición á la Patria y á 'a
Carta Fundamental; y sus Sei'ior[as, los vocales de la Suprema Corte. están obligados á mandar, juzgar y castigar dichos crímenes, so pena de COIlvertirse en cómplices. y confirmar el desvantajoso concepto, que del Ecuador, á estas horas, tienen las demás naciones.
Es necesario que la justicia deje oír su voz y absuelva á los sindicados, si resultan inocentes, 6 los condene con toda severidad. si la universal acusación es fundada. Ajeno á la Polftlca partldarlsta de mi patria sólo deseo el éxito de la justicia.
San Salvador Marzo.-1912.
J. AUGUSTO ALFARO.
(Sobrino de los señores Alfaro)
(De una hOja suelta.)
Pero ya hoy después de habernos ofrecido la fiesta macabra de los
consabidos asesinos, se nos quiere obsequiar con la miseria humana en toda su desnudez. No contentos con haber cometido el crimen se quiere ocultar á los criminales. La prensa mercenaria defiende. aunque sin éxito. ai
Presidente electo del Ecuador y Leonidas Plaza Gutiérrez encuentra aliados
entre todos aquellos que algo esperan ó algo necesitan del encargado del
poder.
EL ASESINATO
DE ALr:ARO
~N EL. I!XTRANJERO
El proponernos reunir en un Ilbro todas laa protcstas que han provocado en el Mundo los asesInatos de Eloy Alfaro y compañeros, seria cosa
de nunca acabar y BU edición comprendería muchos volumenes_
Deseamos eso sr dejar conatancia de la opinión dominante en los paises mas vinculados al Ecuador, de sus vecinos, de Colombia, Perú y Chile.
De loa demas copiamos ligeramente algunos artículos que casualmente no"!
ban llegado li. mano en el contfnuo comercio de las Ideas .... pero ellos bastan para formarse oplnl6n del clamor UniversaL ....
I "Aliaro, se ha dicho, sin el honroso martirio del 28 de Enero de 1912,
acaso se habría confundido con otras celebridades americanas que á pesar
de sus méritos no ban conseguido conquistarse la primera fila de la Historia de su PlUS; pero los mismos que ansiaban exterminar al Reformador
y al Héroe, los mismos que profanaron su cadáver y lo redujeron á cenizas,
ban contribuido eficazmente !í. la inmortalidad del Fundador del Liberalismo Ecuatoriano. Ellos, ellos son los obreros providenciales que han colocado la piedra angular sobre la que no muy tarde, se elevarán los monumentos, consagrados por la gratitud nacional á la 'memoria del' Martlr.
Ellos, ellos los que, lejos de haber logrado borrar con sangre y horrores el
nombre ilustre de Eloy Alfaro. lo han grabado en páginas más duraderas
Que el mármol y el bronce pues crimen tan enorme ha conmovido á todas
las naciones y hecho que la fama pregonara de confin ?, collfin \ol? !ll.P.recimientol;l r virtu4el' de la vrctiW!l.
-II-
La maldición universal contra los asesinos es la primera nota del him·
no perenne que la humanidad
entona en loor de ¡¡US mártires y hoy S8
esta probando que el duelo por la muerte de Eloy Alfll.ro traspasa los Ifm!tes de su patria. y halla eco y condolencIa en todas lal!! Nacionel! chilizadas y libres".
Nada, mas cierto. La exactitud de estas pa.labras
nifiesto en las p:Iginas de este libro ..
S8
encontrarán
d. ma·
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Pero· el culpable no es el pueblo Ecuatoriano, el epiteto infamante qU'l
lanza la prensa mundial no es á él á quien corresponde. lAB autores y responsables del crimen eatan ya sindicados.
Véase cómo se expresan los
posible manifestarse:
deudos de las víctimas
que ies ha aido
"Por todos estos acontecimientos y puesta la mano sobre la conciencia, yo acuso del salvaje asesinato perpetrado en la persona de mi padre
en primer lugar el General Leonldas Plaza G., en segundo lugar al doctor
Carlos Freile Zaldumbide y en tercer lugar á los Ministros Octavio Dfaz,
Juan Francisco Navarro, Carlos R. Tobar y demás colegas ...
Si aun hay justicia en el Ecuador, los Ileñalo ante ella y si no, la
toria será la única que récojerá el fallo severo dé la opinión ....
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OLMEDO ALFARO
(hijo del Gral. Eloy Alfaro)
"Encontrándose el Que os habla en el puerto de Guayaquil acompalando á. su suegro, (ei cual desde alglín tiempo se encontraba imposibilitado
de paraliels) á bordo dél buque inglés "Quitó", apareCió el Oficial Juan Las60, cuñado segan supé del General Leoriidas Plaza, quien se encontraba
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Guayaquil como .Tl'f{~
del Ejército, con orden de conducirlo preso, y como el
CapitAh de la nave se negase lí permitirlo; dicho oficia.l pronto regresó
coil una llueva órden y el General Medardo Alfaro fue reducido á prlsióil
~ bt>rdó y e1'1viaaoá Quito donde fue asesinado, mutilado su. cuerpQ Y arrastJ'iliJo BU cadá.ver por las calles de la Ciudad y finalmente f\1~ puesto en uha
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"E:I' General Leoñidas Plaza. m-mó una capitulación con garantia de los
Cióll:sulesde Su Majestad Británica y Estados Unidos de América en la que
conáta. que se datrail amplias garantías á todos los personajes sindicados
de desafectos al Gooiérno dé Quito, tanto en sus vidas como en sus bienei>.
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l}úe mi deudo, negado en ese vapor de Panamá, il.t1n no t>isaba tierras ecuatoriana cuanc!o fl~~\l,rresta.dó."
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"Acompaño á ustedes copia de dicha capitulación, la cual fue ('.oll1ple.
·tamente violada por uno de los firmantes, General Leonidas Plaza a., .Tefe del Bjército del Gobierno. Consistiendo el final de esta violación en el
asesinato en masa con la respectiva mutilación é incineracIón de los cadlíveres ya desnudados en las calles y plazas de uuayaqu!l y de Quito."
"Tanto el General Pl,aza como el GobierllO, atribuyen estos hechos :i
los pueblos de Guayaquil y Quito como consta en telegramas publlcad08
por ellos. Pero tengo conocimiento de que ambas colectividades rechazan
tamaña acusación y ya señalan á los culpables; figurando ellos entre 10R
sindicados como responsables."
"Sumido en la más completa desgracia producida POI' estoR hecho!;, esporaba (', ""lIo \Cavero de la justicia. Mas, como parte de los acuRados con ..
tinúan al frente del Gobierno de aquel pais, hoy veo ya claramente que a.
quello no pasarA de pura fórmula y con sorpresa he sabido que el mismo
General Plaza que figura como uno de los culpables, se encuentra más bien
como candidato Ii la Presidencia de la Rep(lblica."
Adolfo Quintero,
(Hijo polftlco dp, Medardo AHaro.)
¡, y no se pudo evitar qe los Alfaro fueran á Quito?
De ninguna manera. Estaban empefiados á conducirlos á la muerte,
tanto Plaza como }o'reile y sus ministros. Todo el mundo preve[a lo qUt!
Iba á pasar y nadie daba un centavo por la vida de los presos, menol'l
después de lo acontecido con Montero. Todos los partidarIos de Plaza, amotinados en Quito, pedian la traslación de 108 presos y su castigo ejemplar
é Inexorable. El Gobierno debIó ve, claro el peligro inminente de sus vrctimas y rodearlos de las garantfas necesarias. Nada hizo. Todo lo contrario y el crímen se consumó. Hoyes inútil que esos hombres quieran borrar de si la mancha de sangre que los inmortaliza
.
AMERICO DE l.A GUARDIA.
(Sobrino del Gral. Eloy Alfaro.J
(Reportaje de "La Prensa", Panamá. tomado á su llegada de Guayaquil
de donde VillO acompafiandO á la familia del Gral. Alfaro, pocos d[as de3.
pUés de la catastrofe.)
Programa
Todo esto queda confirmado
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con la muerte del General Julio Anorada.
Hubo también necesidad de eliminarlo y contra .él se· fueron. Su her!llallO D~niel Andrade 108 sindica tan claro como .le permite la clrcunstau-
-IVcia de vivir en Quito, entre los propios asesin08 constituidos ya en Gobierno.
"Se han allanado, dice, el camino del poder pero encontrarán el 6oli~
''tinto en la sangre generosa, de un valiente y abnegado patriota, y esa
"noble víctima, fija siempre la mirada en su victimario, clamará. venganza
"en todo tiempo".
Según opinión pues, de los deudos del General Andrade al escalar Plaza el sollo Presidencial para el que se ha .allanado el camino 10 encontrará
Unto en sangre Y la mirada de Julio Andrade fija siempre en su victimarl;;¡
clamará venganza en todo tiempo.
Léatie:
C?ntestaci6n á un telegrama.
"Quito, Marzo 26 de 1912.
"Señores César Espindola, Augusto del Hierro, Pedro Celes tino Acosta, Ro"berto Grijava, José Eladio Acosta C.. Nicanor Jaramillo, Federico Mat··
"Unez Acosta, Nicolás Burbano, Comandante Euclides A. H.omo. Luill
"Burbano, Y demás firmantes.
Tulcé.n.
"No he recibido el telegrama que me han dirigido el 7 del presente;
"lo he visto publlcadO en "El Ecuatoriano" del Sábado 23.
"Ustedes bravos Y aitivos carcheneses, no podían ni deblan quedarse en
"Ililencio sin protestar indignados contra "'el cobarde y alevoso asesinato
"perpetra~o en el noble hijo del Carchl, General Jullo Andrade, que signi"fica e.ll. verdad un golpe de muerte asestado en el corazón de la Repú··
"blica. Lo sacrificaron ciertos malvados que no tuvieron el valor y entere"zd suficientes para enfrentarse con él Y que temblaban en su presencia
"como tiembla el criminal ante un juez severo é implacable. Se han allaI'ado el camino del poder, pero encontrarán el sollo tinto en la sangre ge"nerosa de un valiente y abnegado patriota, y esa noble víctima, fija slem·
"pre. la. mirada en su victimario, clamará venganza en todo tiempo.
"Soy de usted paisano y amigo afecUsimo.
DANIEL
ANDRADE".
("El EcuatOriano" No. 2.039, Guayaquil).
y sin embargo esos degenerados que paga el placismo, 6 que espera~
de él al¡una ~cia 'hacen saber al que les presta oldo, qUQ Andrademurió
~almeRtQ por obra de los conservad~res.
También el j6ven hijo de don Luciano Coral protesta
••.
1011
B1guiellt~ términos:
?esde Guayaquil
-vMI PROTESTA.
"Yo, CalDO ecuatoriano é hijo de una de las victimas, protesto del ase"sinato .verificado en Quito en la persona de mi señor padre, Coronel Lu"ciano Coral; quien por el hecho de no ser adicto al General Plaza y el d~
"exponer por la prensa su modo de pensar, fué enviado á la Capital para.
"la premeditada massacre.
"La voz de los ecuatorianos que protestan, se perderá ea el espacio:
"más, queda la constancia de no haber encubierto con su siloncio, lo que
"ni 108 años podrán hacer olvidar á sus deudos.
A
ZOROBABE:l..
CORAL."
28 de Abril de 1912. '
("El Tiempo" No. 4925, I.xuayaqull).
Al menos debemos reconocer en los deudos m<Ís conocimiento y sano
Interés en el asunto que cualesquier ser extraño á las víctimas, en qllionefl
puede tener más influencia el sentimiento partidarista que el amor al sacrificado, y.la debida veneración á su memoria.
(De un folleto.)
A L08
MAGISTRADOS
DE LA COR1'E SUPREMA
DE JUSTICIA
DEL.
ECUADOR
Honorables Jueces:
La prensa nacional y la extranjera han hecho luz suficiente sobre los
asesinatos de Enero y Marzo, y la convicción del públicO unánime designa á los responsables de esos crfmenes. Además, Olmedo Alfaro, hijo del
señor General Eloy Alfaro, ha publicado Ulla acusación concreta, confirmada aún por las confesiones oficiales, en documentos oficlales, y en la cual
se los sell.ala á 108 acusados por sus propios nombres y apelldos. Es lle/!;ada, pues, la hora de la actuaci6n de Uds; el Ecuador y el mundo"asi 10 ellpf:'ran.
Quedan ya hoy estll.blecidos los puntol;; siguientes:
10. Que la prisión de 108 Generales a.sesinadoB Be efectu6 ll. traición,
mediante un Tratado de Paz firmado de mala fé, á sablendas de la dell!.l·'
vrQl>ación del Gobierno de Quito y de que no SQcnmpllrfa.
-VI20. Los Gerrer;tles Plaza y Navarro, lo mismo que Prelle y sus Minls·
tros, tenfan completa seguridad de que Berfan asesinados los prisioneros
si e,l'an conducidos á Quito.
30. 11: pesar de esta convicción los miembros del Gobierno los pidle··
ron á. la Capital, para hacer un escarmiento, según decfan y exterminar los
elementos reypluclonarios.
El Ilellor Leonldas Plaza O., General en Jefe y el. Ministro de Guerra,
Navarro, que. al princlpio afectaron oponerse á. las órdenes mencionadas.
recibieron luego otras en contrario y entonces, desobedeciendo las últimas
remitl.eron los prisioneros á Quito por propia iniciativa y confiaron ia guaro
dia al mismo Batallón "Marafión" que habfa asesinado ai General Pedro
Montero.
40.. El Gobierno mandó terminantemente
que los presos retrocedieran
de Huigra y permanecIeran en Guayaquil y fue desobedecido por el Coro·
nel Siena y sus jefes Plaza y Navarro.
Le ordenó que 108 prisioneros hicieran su entrada por la noche y 01
Coronel Sierra los llevó al Panóptico á las doce del dfa para exponerlos "
la cólera popular, excitada con la prensa oficial. que insinuaba el asesi ..
nato. Ya sea <iue procediera por cuenta propia ó por órdenes superlorc.'!,
este acto .sólo constituye premeditación y alevosfa en el deguello, descuar·
tlzamiento y profanación de los seis cadáveres desnudos y mutilados.
50. El Panóptico no estuvo debidamente custodiado, ni se tomaron las
necesarias precauciones, y no hubo un solo contuso 'entre los asaltantes. ni
entre los Boldados que debieron de!enderloB. Muy por el contrario. Eloy
Alfaro fuy muerto por bala de fusil del que usa solamente el Ejército; lo
mismo se puede decir de sus illfortunados compafieros. La profiUlación du1:6 dfa y noche y las autoridades legales nada hicieron por impedlrlo. La!:!
fotografias que publican los diarios extranjeros demuestran que las tUl"
bas profanado ras eran reducidas
y fáciles de dominar co'n sólo una
es·
colta.
60. Los señores General Serrano y Luciano Coral no eran priSioneros
de guerra, ~. fueron al sacrificio por venganza personal del General Plaza
y sus amigos, sin causa ni motivo, y también el Gobierno presenció impa·
sible esos actos de salvajismo que duraroll muchas horas sin que la fuerza
armada ni .la policfa lo impidieran.
70. La impunidad más completa fllé concedida por el Gobierno á ta·
les crfmenes, á. pesar de afirmar él mismo en su manifiesto que eran cono·
cldos los autores éi1lstigadores.
La prensa oficial preparó 101! asesinat01!l y ia incineración
maay la misma prensa aplaUdió y justificó dichos errores.
dI! lasvfcti-
- TU . 80. El General. Plaza tuvo un altercado con el General Julio Andradt',
el ¡¡ de Marzo, porque veta perdida el primero Sil candidatura y por la noche. siendo General en .Tefe del Ejército, traicionó y depuso el gobierno del
ileftor Freile Zaldumbide, al que estaba obligado á defender.
Esa noche, durante el cuartelazo dado por Plaza y Navarro, fué asl'sinado como única vfctima escogida el General Julio Andrade, competidor
del General en .Tefe Plaza, al que acababa de acusar como repsonsable d!'la sangre derramada en Enero.
Todos estos hechos constituyen crimen es con las agravantes de prp,.
meditación, alevosfa, ensañamiento y barbarie, traición á' la Patria y á 'a
Carta Fundamental;
y 811S Señorfas, los vocales de la Suprema Corte, están obligados á mandar, juzgar y castigar dichos crlmenes, so pena de convertirse en cómplices, y confirmar el desvantajoso concepto, que del Ecuador, a. estas horas, tienen las demás naciones.
Es necesario que la justicia deje ofr su voz y absuelva lÍ. los sindicados, si resultan Inocentes, 6 los condene con toda soveridad, si la unlver!lal acusación eil fundada. Ajeno á la Polftica partidarista de mi patria sólo deseo el éxito de la justicia.
San Salvador Marzo.-1912.
J. AUGUSTO
ALFARO.
(Sobrino
do
108
señores Alfaro)
(De una hoja suelta.)
Pero ya hoy después de habernos ofrecido la fiesta macabra de 108
consabidos asesinos, se nos quiere obsequiar con la miseria humana en toda eu desnudez. No contentos con haber cometido el crimen se quiere ocultar á los criminales. La prensa mercenaria <tefiende, aunque sin éxito. ai
Presidente electo del Ecuador y Leonidas Plaza Gutlérrez encuentra alladoo
entre todos aquellos que algo esperan ó algo necesitan del encargado del
poder.
General
Leonidas
Plaza
G. Electo
Presidente
del
Ecuador
después de ¡al:' sucesos que relacionamos en este libro.
LA PRENSA DE VARIAS NACIONES.
EL GENERAL
ELOY
ALFARO
Ex·Presider;te dE·IF:cua<!or E'xtrafdo de la cárcel de Quito y vilmente !luchado por la turba, junto con su hermano MEDARDO. su sobrino FLA VIO
y otros cornpafieros de causa el día 28 de F.llfH·O del corriente año.
C~moccn ya neustms I('etores muchos de los detallp.s del sangriento dra ..
ma que !la venido á (,(:1.31' 11Il!Jarrón en la historia del Ecuador, á arrojar una
airerJa :'i. ~U8 hermana,; óe la,; repÚblicas hispano-americanas y á constituir
un escarni". 1\0 decimos !Jara la América entera, sino para la misma Humanl·
dad.
Ln. preT1SÚdr: e~tl' hemisJ:m'io ha dejado oir, indignada. su protesta enérgica contra esos hec!;os bál'hal'Os. "Por el honor de la raza" titula nuestro ilustre colega "Sur America", !'~1actado en Bogotá por el notable jurisconsulto y poeta do('tor Adolfo León Gómez un valiente edit.orial condenando con
lujo de :;.rgumentús el hOJ'l'ipilante suceso.
Tenomos á la vista tambien el vigoroso Manifiesto lanzado por el señor
Olmedo A\fal'o , Ú f.U Ih·.¡;,,,la ú Panamá; es un terrible J'uccuse, contra los a·
8e6lno~ (le su unc;l;llo p<.drc, documento que encierra graves cargos contra
determinadú8 pel ;;ouujef; plJlítkos de la actualidad y que termina con este apóstrofe:
Por' todos estos acontecimientos y puesta la mano sobre la conciencia, yo
acuso del salvaje asesinato ¡;:erpretado en la persona de mi padre, en primer
lugar, al General Lec-n;das Plaza Gutiérrez; en segundo lugar, al Doctor Car-
-2405 Fraile Zaidumbidc :' en ~er'cer lugar á los Ministros
Francisco Navarro, Carlos Po. Tcbar, y demás colegas.
Si aún hay justicia
Octavio
Díaz,
en d Ecuador, los señalo ante ella y si nó, la
Juan
hlsto-
,rla será la única ql.e' recogerá en fallo severo de la opinión.
'OLMEDO ALFARO.
Panamít, Fehre',o ~ú de 1912.
(De fll "Boletín Mercantil" de Curazao.)
El cable ha'(~omullicado CO;l sus violentos pormenores el golpe de estado
Qcurrido en la capital del Ecuanor. La multitud enardecida por las pasiones
poUticas extermine; el linchamiento implacable las figuras más prominentes
del ¡¡asiJ.dngobi(:l'lloi e~¡¡at.o!,ja!1Oincluso el ex-Presidente general Eloy Alfa.
ro, quíeÚ f\w durallte largos años el á,rbitro de aquella República. A pesar de
sus gravp¡; errores, administrativos, frutos en su maJ'or parte de la sugestión
de sn¡;;n.Oli~'·jeros, el general A1faro fue un hombre de bien y es verdaderall1eo.te CO!lmOVedof]HJf'illjuslo )' por cruel el final de su existencia.
1
/
Este acontecimiento político ha conmovido, como e~ natural el pueblo y
la sociedad de Venezuela. ]lor !'cr únicos en su género los procedimientos adoptados como represalia entre combatientes pol!ticos.
(De "La Revista" de Caracas.)
LOS SUCESOS DEL ECUADOR
Los espantables sucesos que ha presenciado en eslos dfas la capital del JjJ.
(luador y :.lterru.imdo los :inimos en toda la república hermana. afectan sin
duda á 'lIl tiempo mis:no el coneepto de pueblo civilizado en que se tiene á
aquel pars, y el honor de todo Hispano-América, cuyas tradiciones, instituciones y costulll1)reR Hún análogas illas de la nación ecuatoriana.
Centra ERa explosión saIYli.Jf'de instintos carniceros, que no tardará. en
aprovechar, para afrentar la civilización de estas repúblicas, la ojeriza tradicional que determinada c1as~ de escritores de allende el Atlántico persistentemente les, profesan, es deber de los latinos-americanos y de todos sus
voceros' del periOdismo, protestar con firmeza y energía, á fin de que la
general condenación de los Inicuos atentados
consumados por la horda
bá.rbara de Quito nos ponga ti. salvo del cargo, por lo menos, de indiferencia ante aquel cuadro de profundo retroceso moral.
Por fortuna el l:ecllo es <'Olnpletamente insólito en la historia de las repúblicas americanas. 1\unca, r.i a.úll en medio de las mayores turbulencias. ni
cuando las pasiones pOI!t1cas han sido ciegas y más crueles, ni estuvieron
--3m,í!l ellardf>eidos 105 eSl'lritus
ft01' el candfmte ardor de sang-rientas revolucione!!, dieron ~us pueblos el ulpectáculo inaudito (le cebarse
en la muerte a
munsulv¡J c1e inerl'lI.'8 t-t';,;iOll{~rOS
encarcelados, y llin sentir contra ellos tal
::lea d~ ir;iquidad. como c,;a d', la turba ljuitei'\a que la arrastró hasta el exceso de arrebatar a algulHls ¡¡ la justicia para victimarlos y ultrajar sus cadá-
<rerf\~.
y ni a(:ll así. eal.l' pens¡'.r lIue los .crímenes
qne justamente consternan
en estos momentos el f,cnti;'nic'lIto americano y ultrajan nuestra civilización
continental, hayan dejado de producir honda tribulaci6n en la generalida(l de
los ecnatorian08, que han constitnfdo y constitnyen evidentemente, una sociedad tlonuú la!>virtnd('s JJlíblícas y privadas y el honor de la patria tienen
culto -le Jl! efe;'f'n t0 n,': .:I'011C;a,
No <:olloee,"011sino \lor las someras noticias que antes hemos trasmitído
á los lectores, los últimos acontecimicntos pollticos del Ecuador, habiéndono3
pl'ivallo hasta aho,'(1.la distlllH:ia {L que estamos de aquella República, de 108
pOrlllenOl'éS ('e la reciente pertl.rbaciÓn nacional que la I\u conmovido; pero
baslan los ¡'.lIleCé(Wnte;;que poseemos para pOder asegnrar que en el partido
político q(le aei,(c:í h\ administración liberal de Alfaro. ha germinado
una
fracción fanáticamente apasionada .cuya feroz ilTuscibiliuau ha prOducido los
l:efanuos ficontecimientos de Quito: una minorfa ostensiblenlfmtc poseída de
vi:es instintos, des¡Jjchadá excepeión dentro de la masa pobladora y dentro
de las mismas agrupaciones poHticas contendoras, en una pat.ria que Alfar')
re(liplil; de la., i~lflr_elicias, afEes poderosas, que la mantentan en un conservati::m1<JI"EJr('grado. qUl' doté ccn leyes inspiradas en el prog-reso univerf\al do
las instituciones pollticas y civiles y que impuls6 á la prosperidad COIlobras
de prirrordial importancia l'conómica.
Dios no lo '¡uiera, pe:'o (-8 de temerse que la semilla semhrada por la pero
versi<.!arlde unos pocos, (:~HluJ.ca á nuestros hermanos del Ecuador á un período de gla\·e:; calalllldadt:s pÚblicas; porque no en balde se quebrantan los
principiOS r¡ue sin'en dp. fundamento al orden de las sociedades, ni se ría su
su~::te ¡í lal" cOll¡;ee:lPncins de la iniquidad de los hombres, Pero también se
ha de tene,' la esper>il1za áe que los magistrados en cuyas manos está. actualmente la din'cciún d.! aquella l'epública, ejercitarán sus sabIos aciertos
en
extirpar los elelnl ¡,tus corruptores que la amagan, salvándola
de una sangrienta anat'lluta Y redlmiéndola del baldón que malos hijos hall arrojado sobre su nombre esclareeido.
("El Universal"
L/\ TRAGEDIA
de Caracas.)
ECUTORIANA
¡QUE SAI.VAJISMO!
De una carta fechada en Quito el 6 de }<'ebrero del cOITlente aña, dirigida
('aballero (l.e esta ciudad, tomamos los siguientes párrafos qUQ
á tia estimable
-4-
con1irmall el l:orrol'(.so ase:;inato cometido en aquella capital por la chusma.
!e.natl'1;a.dacontra los generales Eloy, Flavio y Medardo Alfaro, Pedro liantero, Pá'lZ y 3erraño. Dicen asf: "Aquf estuvimos incomunicados con el mundo
durante un mes debido á la formIdable revolución que esta1l6 poten~e en Gua
yaqul! y do la ('ual el cable les habra dado cuenta. Después tuvimos cspectá·
culos :;angríentoil. horrorosos que llenan el alma de pavor, con el asesinato de
103 g<meral~By un ¡,eriudl¡;ta que los defendi6. Los generales eran don Eloy,
¡"lavio y Med.uuo Alfaro. Pe,dIO Montera, Páez y Serrano. DespuéS de asesinarI<)¡)lús <)rril.~t.rnr()lIJlor toñas las calles, apaleándolos y muUlándolos á balazos; los <:astrar0n y por ú;thnc: hicieron grandes é inmensas hogueras y 108
quemaron permalledendo le.:; cadáveres bajo las llamas desde las dos de la
tude hasta el ar.,anccer del liía siguiente. Actos verdaderamente
sal'l'ajes
que tienen cOIlE'ternad3.[¡ la parte sensata del país; sólo porque 10 he 'I'isto
COIlmis pr(\pi(l!\ ojos 1<' crl:o. Xo quiero darle más detalles de este asunto porque me da horror CI solo I'f;cordarlo."
Es en verdad horrible lo que ha sucedido en el Ecuador. Sólo en un pueblo de Balv!l.jespn",l ~l oculT;r Rquellos acontecimientos que revelan una fero<
cidad sin ltmit('s y digasl) lo quP se quiera. el Ecuador debe al general AlfaTú m:¡c)¡os beul'ficios C]uemaiiana, disipadas
las pasiones, tiene que reconoce:-Je.La Historia ~e OC\1IJarÍ\de ello. ¡Descanse en paz el invicto general AlfalO, inmolado hárharamentl) POl sus eonciudada,nos!
("La Opinión". Alajuela, C?sta Rica.)
ELOY ALFARO.
SeglÍn los últimos cables el Genera] don Eloy Alfaro ha sido 1inchadl)
por la muchedumbre i~nara, obedeciendo al mandato del fanatismo histérico. Eloy Alfaro no fué una palabra; tampoco fllé un Genio, pero si f.u~ un
patriota rebelde que supo colocar el pabellón libcral sobre la cumbre del
Chimborazo. 1<~ueel héroe endiosado de Juan Montalvo. de cuya pluma vibradora se desprendieron los epítetos más brillantes; relativos al primer
paladfn de los héroes Sliramericanos. La tiera ecuatoriana hoy debe est~l"
de luto (caso de ser cierta la funesta noticia del linchamifmto del General
Alfaro) por cuanto con él ha perdido á uno de sus más precIaros ciudadanos. á u~o de sus más hábiles mllitares y á uno de sus más enardecidos patriotas.
Los alajuelellses tenemos Ull Q]'gullo. cual ha sido el haber dado hospitalidad en nuestros lares al patriota Ecuatoriano, al liberal con'l'encído
quien no cejó un momento en la defensa de sus doctrinas laicas.
Si Eloy Alfaro ha muerto, el Un!\'crso no ha perdido un hombre, ha
perdido una figura que reaparecerá con los tiempos, gallarda y fúlgida en
las páginas de la Historia.
M. GONZALEZ
("La Opinión" .-Costa
Rica.'
S.
-5Las noticia ••()ue en Eneru llpdo. nos dió el cable, referente á los actos da
vundalajc comotido¡. el\ el Ecuador, son pálidas, extremadamente
pálidas,
comp~rlldal:l ton la realldaa de eBOS crímenes perpretados en Quito, en la persona ue Indefenlios fl'Ol:! poHtico~. si cabe llamar así al anciano Elo,. Alfuro y
compañeros cle infm'tunio.
Nr,¡,dase ha dicho de la ferocidad propia de cafres, de la turbamulta que
en la capital dJ la tierra dE:Olmedo y Mejta asaltó el Panóptíco para apoderarse de vlctimas cogidas en la red de la capitulación de Guayaquil, hábilmente tendida por el General Leonidas Plaza.
y 108 actos de barbarie tal cllal sucedieron COIltodos sus horrores y pro fa·
naciouNI de ('adán~l'('s, los ('alió el cable, quiZá temeroso de espantar al mun·
do elltero con po:men0fcs es!)elulOnantes, que ponen sobre relieve las prendas
altamente IHorales de los ITlH¡~adores de la chusma ecuatoriana, que para escarnio de 108 goblerl'o ••l,onrado5, manejan los destinos de la hermosa patria.
del insigne escritor Montalvo.
'(De "El Pacífico" de Costa Rica, número 2059,)
L.OS SUCESOS DEL ECUADOR.
RENUNCIA
DEI. CONSUL
GENERAL
EN MONTEVIDEO
Con motivo de los últimos sucesos poUticos desarrollados, primero el!.
la ciudad de Guayaquil, y dfas después en la capital de la República del
Ecuador, ha elevado al MJnisterio de Relaciones Exteriores de Quito -con
fecha 30 de Enero últimorenuncia Indeclinable del puesto de cónsul general del Ecuador en Montevideo, el señor Magln Pons. El texto de la misma, que reproducimos en seguida entera de las causas fundamentales do
dicha reuuncla, que no son otras que los sucesos de que ha sido teatro la
rept1bllca ecuatoriana con complicidad del gobierno provisional. En cart~
que nos dirige el señor Pons, agradece por Intermedio nuestro á todas aq\hlllas perl!lonail que ya en ¡¡U carácter oficial, 6 ya particularmente, han cooperado á hacer eficaces y agradables sus tareas en el c1escmpeño de s:¡
gestl6n consular. He aquf la renuncIa presentada por el referido C:lb:¡Jlerl),
que durante su estadfa frente al consulado que abandona se ha captado
generales Simpatías por su rectitud, Inteligencia y actividad:
Montevideo, Enero 30 de 1912..,.-Señor MinIstro: Tengo el honor de comunicar á V. S. que, por medio de esta not.a, elevo á ese despacho de Relaciones Exteriores mi renuncia Indeclinable del cargo de c6nsul general del
Ecuador en Montevideo, para cuyo desempei'ío fuera deSignado por el superior gobierno que presidiera entonces el señor general D. Eloy Alfaro.
Fundo mi determinación, Irrevocable, en las mismas causas con que la.
opinión' unAnime de la prensa americana ha anatematizado los Tergonzo-
--6--
sos crhl1enes que en esa capital se han cometido en la persona de inermes
prisioneros; si culpables de crrores Y extravfos poHticos quc cl fallo d.e la
jUE~icia se en'cargar[a de discernir, muy dignos de otra suerte por los ser
vicios importante::. qu') Íl la mayorfa de pllos debe, incuestionablernellte, la
re¡.oública.
Cosa de cOfl<:lÍencia,pues, que envuelve mi protesta de ameriCdM9 pOI
las v¡ctima~ sacrificadas en Quito á los bajos odios y apasionam'ou~~os po·
líticos mi actitud también obedece á noble COllsecnencia hacia el ilustre
ex-mandatario muerto, general Bloy Alfaro, cuyo programa de gobierno,
desarrollade
de acuerdo con las ideas liberales y progresistas de que fue,
liliempre, fiel sostenedor, defendf, más de ulla vez, en la prensa de ambas
capitales.
Por todo lo expu'3sto -y sin que mis consld(,racioncs anteriores inpliquen justificar el último movimiento revolucionario,
encabezado
por el
propio general' Altaro-he
juzgado obrar dentro de mis ideas presentando
á V. S. esta renuncia indeclinable.
Agradeciendo V. S. las atenciones recibidas de ese Ministerio, durante
el desempeño dc mi cargo, y aÚn mismo los aplausos prodigados en m:ás de
Ulla oportunidad por los proyectos de intercambio comercial sometidos [¡
EU consideración, me :>uscribo su atp.llto y seguro servidor, con votos sinceAl Excmo. Sr. Dr. Carlos R. Tobar, Ministro de Relaciones
de la República del Ecuador.
Exteriores
\ "La Razón" de Montevideo.)
ECUADOR
Pavorosa situación
o'
De trágicos sucesos revestidos de los más espeluznantes detalles deióarrollados en las ciudades de Guayaquil y Quito en los dfas veintiséis y
veintiocho del actual, nos ha venido inform'tndo detalladamente
los Últimos telegram;¡ts recibidos.
Seis generales, un cOI'Or(ely al/!;unos poUticos, han sido víctimas pro·
piciatorias de las furias epil¿pticas del "mnostnlO popular," el que cuando
su cólera estalla imponente y arrolladora, lanzando rugidos de indignación
como bestia hambrienta y desenfrenada, necesita encenagarse en llUmeallo
tes chuárquerOB de sangre fratricida para saciar el paroxismo de su vértigo
patrl6,ticoy brutal.
O
¡Estraña psicologfa la de las muchedumbres populares;! la mayor parte de esos individuos sacrificados hoy, fueron ayer fdolos admirados y obe·
-7decidas con amor por el pueblo, ellos por RUSintcligeucias, llor su valer,
por sUp excepcionales condiciones, se alzaron y brillaron sobre el nivel. co.
mún de sus conciudadanos;
sus nombr¡es fueron aclamados COll entusial::mo ardiente y llevados á ocupar 108' más altos puestos desde donde rlgk.
ron con el gencral beneplácito, 108 destinos de la nación, y hoy, ese mismc
pueblo con 'saña implacable, y rebosante de odio cruel, extiende sus zarpazo!.;la !:lestia y OE:l'g,lI'l'acon truisión los corazones y arranca las vidas df:
0;'.\8 anl :guos fdo!:):; (flI1tas Ve~('8 ap·'.au.Jidos ~. :1l:Hla deificados,
La revolución ecuatoriana sllI'gida á raiz de la llluerte del l'rc3HJ(.llte
Emilio Estrada ha sido breve en duración, pero su epílogo dejará ¡mborra.
bles recuerdos terrorHicos en la historia de aquel pafs, y si bien la calma
y el orden por ahora ha de quedar totalmente restablecida en la República, puesto que con esos hechos han desaparecido del escenario político todos los jefes revolucionarios, una nube de negra tristeza debe de cubrir el
cielo de aquella sociedad contristada por el recuerdo de tan nefandoR Cl';menes, conyi,'tiendo en sfmbolos de un ideal á un puñado (le hombres, cuyo;;
recuerdos no se extinguirán en el alma de otros. sino qlle vivirá latente pa.ra levantarse mañana airado y amenazador demandando venganza COIl ¡mpltu anol!ad();' ,. formidable.
Triste y luctuosa interinidad en el Poder ha sido la del señor Freile;
ella marcará un perfodo sangriento de la historia ecuatoriana, en el nll¿
después de concertada la paz á virtud de la int.()rvcncióll del Cuerpo áiplomAtico extranjero con el compromiso de los jefes del movimiento
revol,tcionario de abandonar el pafs, ha sido impotente la fuerza pública, primet'O
en Guayaquil para que el populacho asesinara al general Montera y comfl.tiera la salvajada de arrastrar su cadáver por las calles decapitándolo y
quemando 108 macabros restos en una hoguera en medio de la plaza plíblica, y después en la misma capital de' la República, donde las hordas no
pueden ser contenidas para forzar la cárcel, asesinar á mansalva y .arrastrar los cuerpos por las calles, hechos imposibles de comprender que e;
gobierno de una nación cIvilizada no impida su realización, puesto que ni
debe de carecer de elementos de fuerzas para ello, ni faltarle las neces".'
rias energfas en honor de su prestigio, de su autoridad y hasta de Sil eno;<
me responsabllidad moral.
Fln efecto, bien fundados vemos que eran eROSclamores contra la ~_
narqu1a, pues no otra cosa puede imperar en Ull pafs donde se llevan á cabo sucesos de la Ifndole de los oClirrIdos con espanto de la sociedad, en
Guayaquil y en Qliito, y ciertamente también, que un pueblo que cae en tan
funesto mal, la peor de las ti ranfas, tiene quP. ser ~ohernado por la férrea
mano de una dictadura á fin de que se cumpla por medio de la fuerza y p.1
terror con los deberes morales y poHticos, que dentro de los hermosos me.
dIos del derecho, la libertad y la jU8ticia no han Rabido cumplir.
("Diario de la Marina". Cuba, Febrero 10. de 1912.)
--8A lo que parece vuelve á predominar en el Ecuador el reinado del Corazóu de Jesús instituido por el sin ventura dictador Garcia Moreno. T ea
justamenle un BvlJrillo·nieto de éste, el que aspira A la nueva dictadura cat6líea.
Ent.rcl talll.o, en GlIap.llui j r en Quito pasan cosas horribles, denunciada.
con· viva indignación por la prensa nortea.mericana.
Publfeamol> en lJreve extr:..do, y para que no se nos tache de parciali1ad,
en vez de traducirlo nosotros. insertamos la traducción hecha por un estimado colega que liada tielle de r.uHcal y que es católico á macha.martillo:
En GUJ.yaQuil l:espu(>s de la ~aIljtulaci6n de las hienas revolucionarias,
el populacho. impulsado por determinados elementos poHticos (los ultramontanos). euemigos del n:ll(';llo 1"11·ti~oradical. dedicó,,! l. ¿>!lesinará los pre¡;-:.s.
El General Montero, presidenfe de la di~uelta junta revolucionaria,
sacado de la prisión y llevado á una plaza pública.
fue
ER ella, algunos desalmados habfan encendido una gran hOgUera.
El General Montero fue arrojado
en ella.
Su martirio duró más de uua hora.
Pero
J;,¡
sucedido en Quito ha sido mucho más espantoso todavia.
La multitud penelró en la careel y mató ferozmente, con un refinalJli8llto salvaje, á más .le cinco radicales detenidos por conspiradores.
Cuatro genera.le:; y el periodista Coral fueron llevados el Ejido.
y en é8te dt;¡;atro1l6se una escena aterradora.
Los verdugos comenzaron cortando la lengua á los cinco infelices.
Más tarde les cortan' n á hachazos, los pies y las manos.
Por último, les rociaron con petróleo y prendieron fuego á sus troncos ensangrentados.
La cabeza y el coral!.6n del general don Eloy Alfaro, ex·Presidente
RepÚblica, fuelon clavaclos ell picas y paseados por toda la.ciudad.
dlit
la.
El gobierno dejó hacer á los salvaj.es, 'que siguen gozando de la impunidad
más absoluta ..
Emigran por docenas los afiliados al vencido radicalismo
dades prenden á todos los que creen sospechosos.
(De "El Liberar', de Madrid.)
y las autori·
-9DETALLES
,.--
DE LOS ASESINATOS
Quito. Domingo. 28 de Enero de 1912.
Señor Director de "La EstreIla".
-Panamá.
El cielo encapotado tendía su manto de dolor sobre las víctimas
mes que venían al sacrificio.
Inel'
Las habían pedido con insistencia digna de mejor causa. el Gobierno.
oportunistas que ostentan indignos el título de liberales y la chusma
sangrienta que se revuelca siempre entre el fango. El clero y parte de la
milicia, no escondían la mano y atizaban la hoguera, m~entras la PrenSR
bastarda propagaba el incendio hora tras hora. día tras día en el cora7.ól:l.
de las turbas, que aullaban corno lobos olfateando la san!';re.
108
Los tpnerdles Eloy, Flavio y Medardo Alfaro. ·Ulpiano Páe7., Ya "tel
Serrano y el señor ["oc:u,o Coral. Direct~'r (jl' "El Tiempo", er'ln los l'risioneros confiados al Coronel Alejandro Sierra, á quien el General Pla7.u
le había dicho: "Usted me responde por la vida de los presos", El comisionado cumplió en efecto, con su palabra, y los entreg6 vivos en el pan6ptico
y para que nadie dude, 105 entregó á "medio día", á la hora en que no pudiesen escapar de las garras de la pantera que guardaba la fiesta del domingo y se calentaba al sol voluptuosamente, en acecho de la presa.
Un minuto después, el espectáculo más sangriento, feroz y salvaje que
registrarán los anales de la historia del Ecuador, embriagada de gozo ti
los chacales y pudimos contemplar sin careta también á los falsos liberali\ll, autores y cómplices del festín macabro.
Cinco Generales ecuatorianos y un escritor público, acababan de ser Inmolados en la católica ciudad de Quito. al flamear de banderas negras y
entre cantares báquicos: un bayonetazo, un tiro, una cuchillada. el insulto soez, el sarcasmo sangriento, la muerte alevosa con todos los detalles
de una agonfa prolongada ... por último, el gOlpe de grada, arrojándoleil
de los altos .del panóptlco sobre las piedras del piso bajo.
Las cuerdas, los cuchillos, las balas "constitucionalcs",
r;:acrlflclo. todo se habfa preparado con anticipación.
las piras del
Un minuto después se arrastraban
los cadá.veres por las calles: cadáTeres mutilados, desnudos. descuartlzados, sin manos, sin brazos, sin ple'!'nas, sIn cabezas .... y como se escucharan todavfa los ay es gemebundos
de los que arrastra.ban vivos y agonizaban aún, les ultimaron á balaZO:¡:1
más generoso con los vencIdos. ¿ Por qué no la despedazaron también estos caníbales? .. ¿ Para qué conservarla, si no se han de imitar las vlrtu
des del héroe del Pichincha'?".
-1~
Los cudáv()fc~~ rodaban en manos de la chusma, de soldados, de los
"juclRs y de multitud de "curuchupas" de tarro y levita. entre imprecado[¡es y blasfemias. Para mayor realce del cuadro espeluzn~nte. sayon'~s constitucionales azotaban con varas á los muertos.
A la cabeza de flse alud, de ese torbelino de imbécilfls, iba una bandeI'a negra preparada desde la antevispem. 8n medio de dos ecuatorianas.
¡As:! se Ilrofal¡a la bandera nacional á nombre de la patria. Así se pl'll'
tanan los cadáveres á nombre de Cristo! '" .. , .....
Minutos después, ardían en el Bgido. entre leña y petróleo, los restos
de IRs víctimas df'''pedazadas. Lo que no pudo consumi¡' el fuego, aIH se
quedó esparciendo el "grato perfumfl" del banquete. i Desgraciado. del que
pretendiera recoger sus cenizas!
.
Las lágrimas del ciclo cayeron sobre esos despojos, en forma de lluvia menuda; con los ojos inyectados rugian de coraje los verdaderos patriotas impontentc8 y desarmados; sollozos comprimidos y un inmenso:-"
prolongado lamento estremecía la ciudad. escapándose del interior de los
hogares, únicos dignos de llamarse cristianos. Las turbas católicas en tanto, danzaban en las calles y en lo!; balcones. apretaban los puños. se ufanaban de sus hazañas y gritaban i viva la Religión! ....
l..a santa Iglesia, modelo de caridad, no tuvo un doble de campanas para invitar á los fieles felinos á orar por los difuntos;
la milicia hidalg.t,
con el vencido en todo el mundo civilizado. no supo ni recoge¡; los restos
carbonizados de E;lISanti¡,"Uos jefes, de aquellos que lucharon heroicos en
cien combates glliándoles en 16 años de victoria. El gobi¡mlO escuchó compla.cido la retreta de esa noche. y se festejó con música y voces aguardentosas la carda del partido liberal como tendrá glle suceder si no somos
cuerdos,
Esto )' no otra cosa es la hermosa utopia de los gObiernos nacionalistas. en países que no han llegado [1 cierto grado de cultura: la roca Tarpeya. por donde hemos de rodal' todos los libflrales al abismo. como rodaron los girondinos al azar y capricho de las turbas famélIcas. No faltan 3ilIO dos víctimas. (¡ue han sido ya. señaladas en público. porque no mancharon SUB manos con sangre asesina.
La muerte desastrqsa de cinco Generalcs y un escritor público. en u:}
solo dJa. no es el estallido de venganza contra ellos; es la explosión de fu·
rol' comprimido en tres lustras del conservador caído y del liberal disfrazado. contra el partido que ha hecho luz en sus tenebrosas masmorras. Es
el terrible fanati~mo polftico-rellgioso.' cuya magnitud asoladora no alcanzan á medir· los analfabetas en historia.
Es el odio implacable de la diosa
--11Kuli, la. riel lazo y la scrpiente lllist.priosa (IUH vide sangno: la secta \le ,o"
estrangulndorp.s Ó "thugs", anglo-indios. cuyos cstra~os se ¡'p.clwrduil t.0<1:1La prueba de lo que decimos, cs que despl1,ss del festrn del E¡!;ido, las
turbas, ebrias de sangre. gritaban a voz en cuello "(t l:J. casa <le los ¡¡bel""
les! A matar á los liberales!" ...
El Obispo Riera y el Padre franciscano ,José Marta Agllin'(\ lo illJil;'
dieron ~' salvaron ti Quito de mayores verguenzas.
Desde la fuudación de la República, n:mca se habia soiiad?, ni 0.ntl".'
delirios alcohólicos, en un crimen tan horroroso, COIl todos los cxcesus d"l
salvajismo y en plena capital de la Hepúbllca.
El siuiestro Aímerich eucerró en una jaula de hiero la cabeza del Cllro:'el García y la ex1¡íh.) en el Machangara. A pesar de que fue decapita·
do en el campo de batalla, ha execrado la historia ese hecho infame. 1<':1
tírano Juan .José 1·'lores, exhibió desnudo el cadáver del Coronel Ilall y es
táll cayendo todavla sobre Sil sepulcro las maldiciones de la gente ciYilizada.
La historia de tiarcla Moreno no está manchada con UB crimen tan
nefando que se parezca al de esta fecha lúgubre.
El L;cua'.l:lr ncai..a cle presentarse COl1l0un I.ur,to He!!::" en el !1(,rizoll-te Uf' la ci"ilización. El baldón será et('/lIo! .....
En las guerras internacionales.
en la ruso-japonesa, en la italo-turca.
en las colonias de Africa, no se encuentra una página semejante.
Impresos están los nombres de los canallas y verdugos; y C01110 el crimen engendra el crimen, acaso tendremos que lamentar nuevas dest;racia<;.
La simiente está echada y es lo probable <¡lIe dará abundantes f)'utos en
las contiendas posterIores, sobre todo si quedan impunes, {)omo han de (\\lPdar, los principales asesinos.
¡Loor eterno para los valientes del 28 de Enero de 1912! ; Loor ct.cl'llo
para los sacerdotes del Altísimo que profanaron la cátedra sagrada, predicando odio y venganza á las muchedumbres inconscientes!
¡Loor l-'t.l-'r1l0
para esos soldados que se apartaron de las filas vencedoras en leal comba·
te, para ensllciar sus laureles con la sangre de víctimas indefensas!
Si criminal fllé Montera, al levantarse el1 armas, no es más crimin>il
y alltl-constltucional el atentado inaudito y sin nombre de esta fecha? Qu",
contesten los victimarios! .....
Antropófagos ¡habéis incinerado el cad{tver de Eloy Alfaro: el flle~o
ha devuelto li la tierra sus despojos, pero él no ha muerto. Su espíritu a
Iienta en millares de corazones patriotas y el g-rlto de libertad seguirá ¡·e·sonando hasta redimlros de ·Ia barbarie. y la historia le hará. inmortal cuando se le haga justicia.
El templo de la gloria le ha abierto sus puert.as por lo pronto y con';:¡grado su memoria, como fundador dQI liberalismo ecuatoriano, COUlOhéroe legendario, como insigne capitán de América y como mártir de la ingratitud y el fanatismo,
Avatar.
-12NOTA.-Pocos
días antes fueron también asesinados en la prisión, el
General Pedro Montero" que se habia proclamado en Gu~yaquil Jefe Supremo y el Coronel Bellsario Torres, uno de los hombres públicos mál!! distinguidos por sus antecedentes sin mancha. ¡"ué el fuudador del "Grito del
Pueblo". Los asesinatos se han consumado en tres fechas diversas, para
darles el car¡icter de imprevistos como se pretende.
("La Estrella de Panamá".-Febrreo
18.'
La catástrofe espPl'ada "n el Ecuador, nación que el! presa hoy de una
convulsión po'iHica f,S!lantosn, llegó al fin con la inflexibilidad de lo ineT'itable. El ,;eneral Alfaro, ilustre octogenario y gran luchador del liberalismo, CQ~./')al golpe de!'piadado Le la Ira popular en Quito.
El J\opulad,o enfil!eciclo forzó el panóptico en Quito no obstante guardia
doblp. protectora'}' Ilnchó ií. los g€-nerales Eloy Alfaro, lavío A.1faro, Medardo
Alfaro, Uipluao PáN; y Manuel Serrano revolucionarios prominentes."
El Ilsprrltl1 sr: turl'a unte conocimiento de hecho tan grave como el que da
cuenta el cablegrama coplado. Don Eloy Alfaro; varón de renombre, cometi6
granlles errores (n su larga vida ptlblíca: eso es indudable.
y todavia ¡mis ocli0SUes (,Sil. ,irrisoria justicia ahora que no ha sabido
rei!lpetar las callas del más VifljO y esforzado palad1a del liberalismo; del más
prestlgi'JSO calHijIlo ecuatorlalJo, caido en desgraCia; del hombre que si abrigó ambicion·}s j,ersonales, también y por sobre ellas supo abrigar un amor inmeDl~o á su pat.da. L~."Ida de Eloy Alfaro debió ser sagrada para los asesinos
tumultuorro~ d, Quito, masa al1lJnlma é Irresponsable. El haberla extinguido
PS un crimen nefando.
("La Prensa".-Pa.namá,
Enero 29 de 1912.)
COl: profunda pena registramos en nu~stras. columnas el sangriento dra
lOa desarrollado en el Ilcuado:-. del cual nos ha dado cuenta el cable.
Er, la bestia humaua qUl' so manifiesta en todo su salvajismo indómito, roto el freno moral que contiene las pasiones, dulciflca el carácter y templa los
!entlll1lentoii del co:-azón...
Se t"ata de "\'lm' : es eolectJvos cuya responsabilidad nadie personalmente asume, y qt:e vien'o á demostrar la necesidad de moralizar á: las masas y no
permitlr que se exlten sus pasiones.
TAl l!!ocledv.dsn conl.llueVl:;y reprueba estos excesos, y nosotros nos creemos en el delJer de levanta'!" también nuestra voz de protesta airada, enérgica, en llombre de lOR sentlmieiltos cristianos y de la moral poHtica.
Damos el más sincero pesame á las familias de las v[ctimas, especialmellte ;tIa dlgmt matrona panamei'-a doña Ana Paredes viuda. de Alfaro y á BU
distinguidll fa.mllia, merecedora de' toda suerte de consideraciones y de 1'65petos.
(De "Los Hechos". -Panamá,
Enero 30.)
-13ASESINATO
DEL
GENERAL
ELOY
ALFARO.
El vieJo hKlladt.:, )"U .-n el ocaso de 1;Uprestigio y abrumado bajo el peso
de 10Baños. cuando ya carecfa de vigor ftsico, y sólo necesitaba tranquilidad,
ha bajatlu á 1<1,
t Ulnt>u, ,fctima de un populacho sediento de sangre y obsecado
por la I\as[(ln ¡;:olítka.
y lO!;últh'IOS acontedmlentos
se encargan de demostrar que tal concepto 110 p.!a <'rI"udo,lJU('Sque la muerte dada al general Pedro Montero hace alg¡.nws dfas y el IinchamientlJ d<>antier de los señores Eloy, Medardo y Flavio
Alfan). Manuel S()~rano y (]Ipiano Páez, traen á la memoria las crueldades
cQmetida:; por los árab!\f; C011 los italianos.
La :;»(:iedad panameña comenta el hecho indignada )' lo reprueba enér ..
gicamente. Por nuestra parte, deploramos el suceso y damos nuestro pésame á la familia de los Sres. Alfaro en particular á la augusta matrona doña
Ana Paredes de Alfaro.
(De "La Estrella de Panamá" .-Enero
de 1912.)
SUCESOS DEL ECUADOR.
En otra sección de esta hOJa publicamos el cablegrama que para la Pr('J1sa Asociada hu sIdo rmr.itido desde Guayaquil acerca de los deplorables
acontecimientos que tuvieron lugar en esa ciudad el juevp-s de la preser1te semaU¡l.. A m{u: dt' ese tiesJilC:I,o B~ han recibido otros más explicativos. en los
qlle se da cuentlt dI' (;ue .:,1 referido día. después de que el General Pedro J.
Montero :le le condenó á 16 años de presidio por haller sido el promotor de In.
última rev01ución 0cu:tto!'iana y IJor haber faltado á su palabra de militar tratando da promover ¡¡¡,a I!ueva matanza en Guayaquil; desconocidos volaron el
Cuartel de Artillería de esa ciudad, y q, momentos nlás tarde numerosas pe:'sanas del ¡iuelJlo }HJllf,tl'arolleu el lugar en donde se encontraba recluido el
jefe revolucionario, le dieron muerte á balazos; le cortaron la cabeza. ultra·
jaron .el cuerpo arrastrándolo por el suelo y lo arrOjaron á una hoguera.
Eil Gen.~ral 1';10.1'
Alfaro l.uh!\'ra corrido la misma :luerte á no ser por las
autoridacie" qHCsc v.Jlresarm·cn ;, tomar las precauciones del caso y á. enviar10 para ¡;~uito. el'. d'lIldr, lw~'-Se (.-ncuentra detenido cn el Panóptico.
!<1~tat·s :., sc~g\llH!a'(:7. (!Ucl durante un períOdO de seis meses el pllelllo ecuatoriano lleva;' ('abe) ad,Js de barbarie que lo desacreditan ante el mundo
que hoy no puede menos de seiíalar al Ecuador como Nación dE'!salvajes.
Inspira honor el solo Jllerumrque tan atroces escenas ten!?;an lugar en
pleno siglo XX y r,reCiSilJl1er.le{"ntierra en donde hace un siglo llrotaron á
eentl'lIa"e,;¡ lo:; b:',·(·(·¡:: l'I,'r'c!adclos adalides de la santa libertad americana y
defen!;f':es dt, los fueros de la justicia.
Lel' latinoi:;-a,I1l('i";c;'¡I1('s
rH' ¡Jodemos mepos que (}E'!plorarsinceramente los
acte3 tiC':;alnljif:Il'(' con que el }'.ueblo guayaquileño acaba de deshonrar la raza ií. cue r.ertt>nt'('cn1o,.;.
(Del "Diario de Panamá".)
-14-
OPINION
PffiHUAN.\.
}<;vitando fJi fuerte c!-;tilo de la prensa del PerÚ. cedemos el puesto al
estudio hecho en "La Prensa" de Lima, POI' dón Luis Ulloa:
POR
El.
ECUADOR
Y
(De "La Prensa"
POR 5UD-AMERICA.
de Lima.)
"LoB sucesos de Quito no deben pasar en !-;ilencio, ni la pI'otesta
"debe ser transitoria;
es preciso que se insista en ella, {¡ fin de que se
., extingan de una vez en nuestra América esas indignas manifestaciones
•. de la pasión poUlica, exacerbada hasta los paroxismos de la 10('.\\1'0.."
"La condenación de estos hechos no será jamás suficientemente
"severa, porque ella constituye la violación 'de las reglas más elementales
'de la cultura y tic las leyes que garantizan los derechos del hombrc."
"Insistimos
en que la protesta se deje sentir en la forma más enér·
"gica posible."
Asi decía, editorialmcnte, hace veinte días, "El Diario" de La Paz,
lespués de comentar en términos indignados Y enérgicos los horrorosos
crimenes perpetrados en Guayal!uil y Quito á fines del mes último.
y
nada nos ha parecido á nosotros más justo1ni más conveniente para 108
interelleses conjuntos de Sud-América que recoger, C0l110lo hemos hecllO
en "Jlustración Peruana", esas palabras y formar eco en torno nuestro,
lo mismo que esperamos sabrá hacer toda la prensa sud-americana hasta
conseguir, SillO una sanción efectiva, por lo menos una moral, suficiente
para senil' de remordimiento [l 105 instigadores de aquellos monstruoSOR
delitos 'y de advert-p.ncia á quienes Quieran imitar el caribalezco ejeplp]r¡
dado no por las poblaciones, sino por unos cuantos cientos de desve:.¡tnTados en aqnellas ciudades.
Ahora, que pasadas algunas semanas, comienzan á verse con mayor
claridad las cosas, aquella necesidad de sanción se hace más evidente.
Resulta, en efecto, que, según nunca por' nuestra parte lo pusimos e'1
duda, las. matanzas que han deshonrado al Ecuador-y
lo deshonrr.rán
mientras no castigue á sus autores-"no fueron obra, como lo afirmaban
los gobernantes quiteños, de la ira y el furor espontáneo del pueblo;
fueron desenlace lógico de plan meditado y desarrollado por quienes tenran interés en l~ desaparición de Alfaro y sus tenientes.
Reducido,
pues, así el carác'ter de la pavorosa carnicerfa al de un crimen vulgar y
ruin. cuyas consecucllcias. se encaprichan los polrticos por él beIieficlados
en hacer recaer sobre toda una naci6n-i-p,capaz (¡ impotente para deshacerse de ellos y enviarlos al ostracismo y la vergiienza-es
á estas hor!lS
ya deber indudablemente
imperioso de todo sud-americano contribuir, á
la medida. de sus fuerza.s, á deso}ldarizar al Ecuador de los criminales.
mediante la propagunda contra éstos; y lo es tanto más, cuanto que [a.
· u15-
afrenta que f:R{', crimen entraiia no sÚlu humilla al ECII¡-t(torsino ft Snol
Am~rica en común. Si cuando se pudo imaginar
lIue las cobal'tI •..•
>; ""1.tanzas tuvieron por actores á todo un pueblo, no hubo alma generosa que:
vacilara en anatemutizarlo
y pedir ::;u castigo moral ¿cómo hoy que s'_'
conoce en todu su desnudez la verdad, podrfa un solo HlOlllento dudan:;I_~
de la necesidad de sanción para los individuos, pocos o muchos, qu~ hall
uS\ll'llado é infamado el nombn, de ese pueblo?
¡Quil;n lo creyera! En la pr~nsa guayallUileña miHllla que, cuando ~l¡
otro día de la hecatombe salvaje, lanzamos nueRtra lJl'otesta, h¡;IlChidll d,~
conRt(>rnación y espallto, He volvi6 furioso cO\ltra nosotroH, \lO::;tachó rh~
parciales y prevenido::;, nos acusó df>l "odio al Ecuador" y so lanzÓ ,j just.ifical' el delito sin procedentes, iuvocando "la ju::;ticia pOpU];ll'" y las "lccciones del destino," eS esta misma prensa la ljue. al pl'e::;ente. en la hOl'a, !tu
del arrepentimiento
sino del reparto de 10::; proveehoR y de las consiguientes discusiones se pone en primera línea para volvl'l' 1>01'lo::; fueros
de la ,'erdad y contribuír á la deplll'aciún de responsabilidades,
Aco<;tumbrado>; estábamos á ver á esas singulares hojas políticas vilipendiarlo
mañana, atacar un día al otro, defender hoy al PerÚ y vilipendiarlo ¡nallana. atacar nn día al yankeismo y e.nalt~cerlo al siguiente, cll::;alzar ia vÍf;pera de Sil eaína al dictador Montero pOl'<.lnedaba libertan no impren1:l,
y pedir después su cabeza porque fué UI1 tirano y violador de las libertades; acostumbrados
estábamos Ú todo esto. p¡;ro jamf..s pensamos ni IJll
dimo;: pensar qne sería e_sa misma prensa Ijue mayores pruebas vendl'ia :i.
danws para confirmar qUA los cr!tnene::; de Unaya<illil y Qnito fllel'on 1)1"'nieditados en la sombra y obedecieron á las mns viles pa¡;iOllPS Q.ue engendrlln In. amLiciún y el rencor en los políticos,
Esta paradoja, sin CIllbargo, se ha -n'ali7:ado, y se ha I'ealizado graciaH á ese mismo odio .Y (1
esa misma ambición d¡; los politicos!
HEI Grito del Pueblo," en artículo que la }lrenRa peruana ha reprodu'
cido, rpvela cosas que nosotros mismos no sospechábamos,
Seg-lín ¡;l,
el actual eJleargado del Pod~l' Eje.cutivo del Io}cuador, prepara un marJifiesto ÍL su pafs, eon el fin de justificarse de los illllicios que en HII eotl!r;t
aparecen de culpabilldad en las matanzas,
y El Grito se complace en
insinuar cual-H!;pueden ser esos indicios, dejando en la duda si merecen
6 no Re!' aceptados
Pero no es contra el presentí, ~obiemo ecuatOl'i<lIlIl,
sino principalmente
contra los prohombres del partido cOllsHrvador Ó ea
t6Iico de esa nación. contra quien van nirigidas las m:ís terribles lnsillu;,ciones de "El GI'ito,"
De lo que éste dice-y
por ll"s~racia para esos
políticos, otras referencias
conflrman--son
sobre tOllo los corifeo¡:; del
conservadol'Ísrno, quienes movieron el brazo homicida de los antropófagos del 25 y el 28 de f>nero, "Corrió dinero," dice aquel periódico, par:t
mantener la excitación; la propaganda se hizo en sacri¡:;Uas y confesionflrios:--hay
que matarlos,
¡No hay que dejar uno!"
Terribles palabras.
Todo esto parece poco, sin embargo, ante esta última y desolador'l
confidencia: fueron mujeres y niños, en su mayor parte. los que integra-
-16ron la turba inconsciente, que enloquecida por el alcohol y la prédica, se
lanzó sobre el Pan óptico, cuyas puertas )' murallas cedieron como por
encanto á los pocos golpes,
Arzobispo y clero-al
revez de lo que al
principio. quiso hacerse creer en el extranjero-no
se presentaron on el
lugar de la hecatombe, sino horas después de concluida ésta, para disolver, con breves palabras, á la multitud ya ahita de sangre ....
Horror!
Horror!
Horror!
Haber rebajadO á la mujer, á la fuente de amor y de
caridad, á desempefiar papel de verdugo! ...
¿Hemos dicho nosotros algo Bemejante?
Tan inicuo, tan atroz so:!
presenta todo eso que se podria dudar de su verdad.
Pero alH están
para comprObar la versión de "El Grito" cientos de otros testimonios,
desde el abrumador telegrama de Plaza: "Yo 'no he nacido para verdugo y
mafiana .ren unclaré"-lo
que no hizo, sino que se lavó las manos.-hasta
los ignominiosos editoriales del papel "La Constitución"-peor
que "El
Tiempo" de Coral-en
que se decia que habfa que destrozar, que "tritu·
rar" á Aliara.
Y alH están las confesiones de "El Guante," periódico de
filiación política distinta á "El' Grito," que antes que éste escribió ya:
ha ~abldo aquf (Guayaquil) y en Quito, "á sangre fria, alevosamente, se·
res sut"iclentemen.!c cobarde~ para asesina'r á un prisinero y no para saE:
á los campos de lJatalla en el momento oportullo."
Corno 'se ve. en
esas atrocidades no hay la analogia que se ha pretendido ver con la
muerte de los Gutiérrez.
A estos se les mató aún en Iucha-y
lo con·
denamos.
Fueron ellos quienes victimaron al Presidente Balta, inerme
y prisionero.
Los papeles están trocados.
Los victimarios de Alfaro
son los que han hecho de Gutiérrez.
Después de que estas cosas se han hecho pÚblicas en el mismo Ecu;'\·
dor, ¿como serIa posible que América permaneciese indiferente y no des·
cargase todo el peso de su indignación cont.ra los hombres que así han'
derramado á manos llenas la ignominia sobre una de las hijas de Boliva,r
y Suere·! ....
¿ Son los conservadores?
¿ Son los liberales?
¡. SO!\
los radicales---de misa y ayuno-los
culpables?
No lo sabemos.
Para
nosotros lo son todos, todos lOS que inst.igaron al ascsiñato ó los que. de·
biendo Impedlr]o, aún á costa de su vida, no lo impidieron.
No hacemos
distinciones.
Tanto peor para los pretendidos radicales si al grito de.
"i Mueran los masones!"
dejaran descuartizar
y achicharrar
á. Alfar;).
¿Radicales?'
¿Desde cuándo estos presiden autos de fé y gozan en el
8uplieo de los herejes?
El cast.lgo de esos pseudo-radicales, .deshonrolt:lores del radicalismo. será tremendo: pasara.1I como apóstatas á la historia; y Alfaro, d0purado y elllloblecido por el fuego que lo consumió, figuraní tal vez en ella como UI1 martir de la lihertad y de las ideas avan·
7.adas.
Hé allf d resultado post.rero de los estallídos de furor inhnml;tno
á que la ambición y el odio han arrastrado f\ hombres que fueron hechuras y protegidos de ese mismo Alfaro.
Hadicales de convento ó monjes de demagogia, sobre t.odos ellos debe
caer \lna sanción:
Nosotros, corno lo quiere "El Diario" de La' Paz, lo
-17pedimos ayer, lo reclamamos hoy y ño cesaremos de exigirlo hasta obtenerla.
¿En nombre de que derecho? se nos demandará quizás.
Res)lQnderemos en nombre del derecho con que Bolívar y Sucre vinieron Oaamos patria; en nombl'e del derecho con que lucharon por nosotros en
Junln y Ayacucho los colombianos; en nombre del derecho con que fueron nuestros abuelos á. combatir en Pichincha; en nombre del derecho de
Sud-América, que es una y será. unida, pese el las fronteras que en ella
"an trazado los mandones, y pese á los mandones que e? eJla pelean por
fronteras.
En nombre de ese derecho, que nos hace sentir como propios
el daño y el desprestigio del Ecuador, queremos sanción para los que
han dejado de ser· ecuatorianos, pues han pospuesto el Ecuador á SUl:l
venganzas, y 110 pueden ser sud-americanos, porque ofenden y deshonran
& Sud-América.
En manos de ésta y sólo en sus manos se halla el remedio.
"El
Grito del Pueblo Ecuatoriano,"
adulterando nuestro pensamiento, nos ca.Iumnió, cuando dijo que pedlamos la intervención yankee contra la vecina de allende el Macará.
¡Desfiguración grosera!
Manifestamos--y
ea ello Insistimos-que
es con salvajismo como el de Quito, como se abre
las puertas el la invasión. del yankeismo; que ni los más encarnizados anti-yankelstas, ni nosotros mismos. podfamos protestar si, en nombre de la.
bumanidad. los Estados Unidos se adelantasen á exigir el castigo de 10:1
asesinos de Alfaro.
Pero agregamos que Sud-América no debla dejar al
terrible coloso la iniciativa de esa actitud justiciera; que la correspondia
:t. ella tomarla en el acto y en forma enérgica.
Sud América aún no ha
hecho nada; pero. felizmente, puede tener todavía la primacla. porque el
Ogro del Norte ha recordado, sin duda, que del hoy triunfante pretorianis1110 placista, fué de quien recibió la más sólida oferta de venta del Archi·
piélago de Galápagos; lo ha recordado y se ha cruzado de brazos ante las
cenh;as de Alfaro.
Sud-América no tiene motivos para imitar le preso
cindencia yankee; su interés es el contrario.
¿ y cuál puede. ser la sanción?
La hemos indicado ya, y es en vano
buscar otras, porqu'e no caben; la int.erdicción moral y diplomática de los
))Olfticos ecuatorianos responsables del pavoroso crimen; retirar las le~aclones de Quito y no acreditarlas de nuevo-como
se hizo con Servia·mientras los culpables no expíen su falta en el ostracismo y el olvido; no
reconocer por Presidentes del Ecuador á ninguno de lo!; complicadOS ~n
la cruel matanza, así como nuestro Mariscal Castilla no quiso reconocer
como Plenipotenciario de Nueva Granada, á Obando, el :-;inulcaclo del asesinato de Suero.
Mientras Sud-América no haga esto. el cspectro de
Alfaro vagará en su horizonte como una amenaza de Uluerte y ue
ludibrio.
¿ Cuando despertará
Sud-América?
LUIS
ULLOA.
-18POR
EL
ECUADOR
Y
POR SUD-AMERICA.
11.
Contestación
al Sr. Gonzalo· Zaldumblde.
El joven é ilustrado escritor ecuat.oriano señor don Gonzalo Zaldumbide, secretario de la Legación de su país en Lima. ha juzgado deber
suyo, obedeciendo á generosos sentimientos <¡uo no he yo de desconocer,
combatil' en carta '(¡¡rígida á este periódico, las apreciaciones
Y comentaríos que sobre los últimos horrorosos sucesos de Guayaquil y Quito ha
bedlO' qnien esto escribe en diferentes artículos. muy I,n especial en el
qne apareció 1m "La Prensa" dl~ ]a maña.na del mart.es 27. Para llenar el
fin f¡1.Iese propone comienza el sellOr Za]dumbíde por señalar con sorpresa mi extraiia insistencia en ocuparme en este asunto. encont.rando
eII mi UI1 tono de exaltación
Y dureza que uo me conozco; continúa manifestando que insinlÍo yo 'una acusación velada al gObierno ecuatoriano
~e compliCidad en los asesinatos del 28 de enoro; pregunta quienes po~n
ser los interesados-de
Que yo hablo-en
la muerte de Alfaro; protesta de la absoluta irresponsabilidad
de los gobernantes del Ecuador,
tachando de vehemencia hostil ;1 Quienes los acusan; afirma que no se
puede juzgar d.e los heehos mientras no haya de ellos una exposición aut0rizada, y que entre tanto la opinion de las gentes debe informarse en ciertos telegramas ofieiales publicados 'por el gobierno de Quito y reproducidos por la prensa de Lima; hace de acuerdo con esos document.os un
relato de los sangrientos sucesos y de la actitud en ellos del mencionad/)
gobierno. atribuye. en consecuencia, las matanzas á la masa popular exaltada al paroxismo. intentando explicar esa exaltación; defiende de participati6n en los crlmenes á los partidos políticos y termina decla~andl)
que la justica se 'hará en el Ecuador al rededor de estos pavorosos deli·
tos que el mismo califiea de "lJÚharos," pero no se ha,rá por obra de
'influencias ó sugestiones extrañas. sino porque el propio Ecuador sintió
:desde un principio la necesidad de la repal1ación.
Comprendo mejor que nadie los nobles impulsos que han movido la
'pluma del sefior Zaldumbide. Quien. por ,ignorar tal vez los antecedentel:l
de los que aqui hemos escrito Robre este palpitante tópic,o. incurre en el
error de creer que lo hemos hecho sino impulsados por odiosidad, si por
un voluntario desconocimiento de la fatalidad con Que se encadenaron
los tragicos sucesos.
Pel·o. por lo Que á mi toca. siéntome en el derecho
de eximirme de tal acusación,
¡, Por Qué? ¿con qué motivo alent,aría
yo odio contra el Ecuador?
¿Por qué dispondria mi ,voluntad á ocultarme á mi mismo la verdad de los hechos de que se trata'~
Si algo puede
decirse en lo que me atañe personalmente. es todo lo contrario.
Fasti(¡ioso es el yo, como hace ~'a casi tres siglos lo reconoció Pasca!.
Fe'l-
-19tidioso y todo, perm1tame el señor Zaldumbide-y
con él la prensa ccua,
toriana que me ha prodigado idéntico reproche-manlfestarles
cuan eQniTocad08 se baIlan,
Si es odio para el Ecuador' habor tomado en lo!':
albores de ]a juventud, hace ya veinte afios, la defensa de un ecuatorian~
perseguido por los rencores políticos, como lo era Roberto Andrade; si es
odio para el Ecuador baber desde e] extranjero defendido con la pluma
la hermosa explosión de avanzado liberalismo que hace Quince años estalló en esa nación y que las las fuerzas reaccionarias
del elericalisnlo
amenazaban ahogar en sangre; si es odio para e] Ecuador. viniendo R.
tiempos muy recientes, haber pedido á la diplomacia peruana IlJayur
ecuanimidad y moderación. más amplio criterio, más hondo sentimiento ame
ricanista, más provechosa generosidad en la discusión del problema de
limites con la 'vecina república del norte; si es odio para e] Ecuador haber . protestado
contra el pretorianismo
alfarista,
cuando amagaba eOIi
aesposeer de la presidencia a] señor Estrada y erigir en dictador al (;('Il"l'aT
Flavio
Alfaro ; si es odio para el Flcuador haber señalado
como un
ejemplo-iY
ojalá que no me hubiese equivocado!-á
los ejércitos sudamericano:; e] que dió el ecuatoriano el 11 de agosto; si es odio para ci
Echador haber censurado en frase acerba e] pronunciamIento
funesto d",
Montero !lecho s6]0 en adversión á Plaza; si todo esto es odio para el
Ecuador confieso que ha tiempo yo nutro ese raro y misterioso odio. y c¡m¡
no he perdido ocasión de darle salida,
Más, si como .hasta ahora lo hecrefdo y sigo creyendo, eso no se llama odio al Eeua(]or. sino amor de;
bien y de la justicia. y odio y horror de], ma] y de la iniquidad dondequiera que estos medren y se ufanen triunfante!;, háganme la eoncesió¡¡
el señor Zaldumbide y la prensa ecuatoriana de adllJitir que };O no odie;
ni he odiado al Ecuador.
Odio y he odiado f;iHmpre la negación ,del de
recho y de ]a razón en el Ecuador y en todas partes.
81 esa negación l<e
llama gobiemo del PerÚ, pueblo peruano ó PerÚ á secas, ocHo a] PerÚ. [;
su puchlo y ii su gobierno,
Si se llama Espafia.. odio á España.
Si so
llama Francia odio á Francia,
Me aveng-o más á SHr ~.l11ncbode una qul.
mera que Quijote de un egoísmo,
Felizmente, creo Que jamás ('1 mal
t~ma aquellos nombres, que nunca los pueblos se solidarizan <:011 la injusticia, y que e:; error en que vive media humanidad el de confundi¡' k
las naciones con sus dirigentes, gobernantes ó dominádore!l.
Debo decir ahora á mi distinguido impugnador que io que á él se le
8.ntoja "extraña insistencia" mfa y á no 8.\ el que diario de Quito peri6dica neurosis. es condici6n de carácter de Que no me resigno á reneg:ll',
Pues si alIf está el mal, 3i alH !ló' aferra la ignominia. si allí ge yerv.u¡-;
desafiadora y amenazante la iniQuidad. si aIH campeil, Impávido f'1 atropello ¡. por Qué Quienes los vemos y reconocemos, y' seutimos 110;; hieren
el alma los dardos de su arrogancia y ardemos en el illextlnguibl¡., rllH¡!;n
de reinvindicaci6n
y verdad, nos hemos de cruzar de brazos, hemos df:
inclinar e] cuello, hemos de cerrar los ojos, hf'mos de volver las p¡;Pll.lctas';
-2tIgnoro 51 otros la escuchan; pero yo oigo vibrar constanl~mente á. DLl
lado una voz que infatigable me dice: hay que combatir el mal, hay ql1.
destruirlo, donde quiera que surja, donde quiera que triunfe. En defellSQ.
del mal no hay fronteras, ni en la lucha contra 'él cabe descanso.
]la
vano, hostigado á. veces por el desengaño ó asediado por el egoismo, DIe
"feudo la mirad~ y doy media vuelta.
Siento algo que me persigue, c."
mo Malarmé el "azur," en versos que c¡' sellor Zaldumbide me agrad<r
cerA le recuerde:
"Fuyant
les yeux fermés,
je le sens qui regarde,
avec I'intensité
d'u~
remords accablant
mon ame, vide ...,"
Busco también, como el poeta enigmático
del simbolo, donde escapar
y ocultarme:
"¿Ou fuir et quellenuit
hagarde
jeter, lambeaux, jeter sur ce mepris
navrant?"
Pero tampoco encuentro noche alguna tan fria, espesa y negra qUoi
apague y mate la llama,,<}ue inflama el corazón Y alumbra la idea.
y
tengo que volver 11 rll. iú:cha, quiera ó no quiera.
De alH esa mi insisten·
cia extraña para :;,el:¡leñor Zaldumbide.
Maestros insignes de voluntad
ha tenido Sud-América, Y no ·pocos; pero si de alguno quisi.era yo decirme disc{pulo, .si de alguna me preciada en imitar el noble ejemplo seda.
antes que de nadie de ese fiero asaltador de tiranias y celoso demoledor
de prejuicios que dió al nombre del Ecuador intelectual prestigos únicOS
y envidiables: de Juan Montalvo.
Culpen los ecuatorianos á éste de haber infundido en muchos sud-americanos el amor sin limites á la Iibertai
y ~ la lucha por la libertad de todos y para todos.
Cuanto á la exaltación y dureza de mi lenguaje. pásame sin duda le
que á MI'. Prudhomme, que hablaba prosa sin saberlo.
Yo quisiera.
fuese lo contrario, me brotasen, sin quererlo, dulces versos como á Ovi.,
dio.
Consuélome empero de este mi defecto, pensando que, cuando se
busca. la concisión en la palabra y la rectitud en el criterio, poniéndolas
ti. servicio de la verdad y el derecho, el estilo resulta caluroso y duro.
Pero descartando ya el "enojoso yo" he de pasar ahora á refutar Io
que acerca del fondo del asunto en debate encuentro injustificado en la.
carta del señor Zaldumbide.
Deseara no verme en este caso:-las
i.·
formaciones de que dispongo no están, por desgracia, acordes con las del
escritor ecuatoriano, Y se deber mio, ya que lo que escribo no tiene etr:>
valor que el que recibe del empeño de bien y verdad en ello perseguido,
demostrar que no me he apartado de ese empeño en mis amargos, pero
justicieros comentarios á los crímenes de Guayaquil y Quito.
-21Cuando el señor
Zaldumblde cree ver en mi escrito último velada
el gobierno del Ecuador por complicidad e. lo~
eiai'estros asesinatos, padece grave equivocación.,
Yo no he hecho, ellcuanto á este punto, sino aludir á. acusaciones de "El Grito del Pueble
Ecuatoriano,"
abstenléndome de patrocinarlas.
Algo más; poseldo de
desconfianza respecto á ellas, las rememoré, pero no las copié.
E5 el
G"¡to del Pueblo el (IUe nominalmente ha acusado al jefe actual de Poder
fl\Ejecutivo ecuatoriano y SIlS ministros; es él quien, eil 6 de febrero--,. e:i
artIculo transcrito por El Comercio de Lima--ha dicho entre otras cosas:
,aeueadón mfa contra
"Tiene razón en defenderse el señor Freile, porque hasta aqul, el a3;_p~cto de la cuestion no le favorece.
Su pertinencia en exigir, ordenar,
imponer vlolentemnte la traslación á Quito de los citados presos, hast:l,
el punto de arrancar del General Plaza la memorable contestación de qUli
él "no habla nacido para verdugo," la destemplanza de los Mlnlstrol!l
Dia.z y Navarro, que mandaban lo mismo; la Intemperancia indecible d-Jl
órgano oficial "La Constisución," palabra del Gobierno y tan autorizada
y &ficial como "El Registro," órgano que llegó á censurar acremente á. 101!
Generales Plaza y Andrade, porque se reslstfan al cnvfo dicho; la Tenida
del Ministro Navarro sin otro objeto que realizar el obstinado propósito
dtl eobierno á. quien es lógico Imponer inteligenciado del furor popular
y de la asesina trama que se urdia, y varias otras circunstancIas qua por
breTedad omitimos, determinaban ese aspecto y echaban un borrón de
sa».gre en la conciencia y en la reputación del que ejerce la PresidencIa
d. la República."
Yo en mi artículo omití citar todo esto y aún rcferirme á ello; por
co.Bsiderarlo apasIonado y parcial.
¿Cómo puedo, pues, cargar con la.
responsabilidad de tal acusaciól\?
Las censuras del señor Zaldumbi;{lt
SQ Tuelven, por consiguiente
contra el peri6dico guayaquileño, y sera éste
qua lo dijo, y no yo, que lo callé, quien deberá cargar con el E'!stlgrna de
desposeido de todo esp!ritu de justicia.
Y no es esto cuanto sobf~ el
particular debo decir en mi descargo.
Fuera de las insinuaciones, á mi"
l<>jos no probadas, de El Grito, conocfa yo otraa nominales, contra el !:<>-.
'bierDo qulteilo.
S<>nlas formuladas en un periódiCO de Panamá por do.
AJII.~lco de la Guardia.
Pero también prescindf de ellas, por que, pro··
viniendo de un pariente ó relacionado del general Eloy Alfaro, pensé
jadolecerlan de natural parcialidad y apasionamiento.
Estas acusaeione!!.
sl'n embargo, están apoyadas en documentos oficiales publicados en Guayaquil y Quito, se presentan nutrIdas de sana lógica, y dejan honda impreei61l. á cuantos las leen. De todos modos, desde que en ellas se señalaba
como autores ó instigadores principales de los asesinatos al jefe del Por der Ejecutivo del Ecuador, y á. los ministros
Navarro y
Díaz---en es-pooial á estoll últimos-yo
cre! deber elemental mlo no basarme en eUaa
para mis comentarios, aún á despecho de los documentos que las aCOIllpañan.
¿Puedo merecer, después de esta prueba de moderación el re-
-22proche de haber sido el acusador de los gobernantes ecilatorianos?-Ell
señor Zaldumbide convendrá conmigo en que no habria justicia en 50a-·
tenerlo.
Pregunta el señor Zaldumbide quienes podian ser los interesados en
la muerte de Alfaro.
La respuesta se ha dado ya en el mismo Ecuador:
los partidos poHticos contrarios al alfarismo.
¿ Y quiénes dent.ro de
estos partidos?
Se ta acusado al general
Plaza, al ya nombrado general
o ..
. Navarro, {l los jefes del conservadorismo.
No me toca á mi inquirir la
responsabilidad personal de cada uno.
Es\ que es un hecho es que el
general Plaza previó desde el 23 de enero, antes de la muerte de Mqntero,
el fin pavoroso que esperaba en Quito á los prisioneros.
Allí est(l su t&
legrama de esa fecha á sus coopartidarios de la capital. el mismo que
no ha publicado El Grito de Guayaquil sino otro órgano placista, La Prensa quiteña .. Ese telegrama se ha reproducido en todos los diarios del
mundo c{)mo prueba irrecusable de que pudo evitarse la hecatombe del 2S
de enero.
En él el general Plaza dijo que renunciaria antes de dejar
se realizase. Como no renunció, su conducta aparece inexplicable. ¡Ta.·
1.0 mejor si logm ·él justificarla!
i
Decir que el alfarismo estaba reduúido á la impotencia, que nadie
podia temer ya su retorno, que su impopularidad era insuperable, es demasiado decir.
Cuando se recuerda toda la historia de Sud-América,
esas cosas no se admiten.
En 1906, al otro dia de la caida del placismo, la prensa alfarista sostuvo que jamás Plaza volveria al .poder: ya.
vemos como se cumple la profecia. El mismo Plaza, escribió desdfJ Ne",
York que la polftica del Ecuador "le importaba un pito" y Que ese país
me recta el gobierno por vida de Alfaro.
Prisionero éste, todavia era temible.
i Cuanto más si hubiera logrado escapar
de la prisión!
No hav
que cegarse ni suprimir el pasado, que es de ayer no más: el alfarismo
tenta fuerza y prestigo en el Ecuador.
Babia venido á menos, pero las
reacciones sud-americanas nos ensei'ían á cada paso que pocos años, y
aún pocos meses, bastan para invertir las situaciones polfticas. Afirmar,,)
como lo hace la prensa ecuatoriana de los partidos triunfantes-que
el I
odio á Alfaro era general y abrumador, es un recurso de polémica de partidos: para el critero imparcial nada significa.
Prueba. y elocuente, dt>
que el alfarismo tenia-y
aún tiene--vida. es el hecho de que Carlos Al-faro, en medio del furor desencadenado de los per.seguidores de su familla, ba podido pm·ma.,necer oculto y escapar á las matanzas, protegido si:!
duda por celosos y abnegadOS partidarios.
Lo mismo pasa con otros
prohombres del alfarismo.
¿ Y cómo podía ser de otro modo?
lI11y que
-ver las cosas con serenidad.
Alfaro no hizo tlnicamente daños al Ecuador, le hizo algunos bienes, y favoreció ú muchos hombres qlle le vivtan
agradecidOS ..
> Qué hubo cien-no
fueron cinco-revoluciones
alfaristus?
El Ecuador ha sufrido cien otras peores, como el Perú y Colombia,
sin linchar por (lSO, á sus autores.
No ha sido más cruel, sin duda, Al-
-23--1aro que GarcSa MoreDo. y no sé yo qlw RC incincrase su cadÚver ni que
se llt<rsigui,"se de muerte á lbs suyos: se le mató de frente en el apogeo
de su tiranía.
i\demÚs. C011l0 ra otra vez lo dije: si Alfaro veucc el 11 de
agosto. él el'a Plltonc('s el poder constituído. y si. en ilOmbre nI-' la paz
y la justicia
popular huiJiesl'. vencedor. ht<cho linchar á sus adversarios
¿(lUl- habrían l"cpli(lhado los defensores de estos'?
"i
De ptra
parte lio,;ten('r que la "tiranía" de Alfuro era algo excepcional
al Ecuador en masa. á punto de arrastrarlo
á perpe'
trar crimenes sin ejemplo ni excusa. es cosa que 1\0 rpsiste el examen
--tnmfjuilo de 10R hechos.
Alfaro pudo ser tachado de mal gobernante;
¿de tirano execcrable por qué'?
Los mismos hombre,; que hoy lo reniegan en su IJall'ia y que lo combatieron y aprisionaron. con excepción de
Plaza y algÚIl 011'0. lo acol~lpanaron hasta la vfspcl'a eJel 11 de agosto,
1';s,to si~niflca que no encontraron en él tiran!a nefanda. y quc sólo juz~aron P.l'1'OI' pOlftleo su tardío empecinamiento
contra Estrarla.
Cuando
i\lfaro voh-ió á Guayaquil. al lado de Montero. llevó palabras de paz y
frlll(~l'nidl\d Sil Última proclama fué de eoncordia: sp le replicó con d
hierro, el plomo y la hoguera.
¿ Puede alguien responder de qUd
de las cenizas de esa hoguera no renacerá un día el alfarisIllo dignificado y depurado'? Viven todavfa Olmcllo y Carlos
La revolución
quc echó á Juan José Flores y lo declaró "traidor"
en 18fi1 no impidió
regresase al Ecuador en 1860. y menos Que su hijo fuese Presideute rle
esa nación en 1886,
¡Venganzas de la historia!
y tfmía exasperado
\
Menos fnndarla es todavía la pretendida demostración
del aniquilamiento moral del alfarismo, basada en su negativa á concurrir á las elec·
ciones y p.n su prefe/'l\llcia por la lucha armada.
¿ Elecciones?
Meditemos en lo quc para ellas significan las garantfas ofrecidas por los gobiernos aÍl!1 siendo estOf< hipn intencionados.
COIl tal criterio. en el Pen-i.
por ejemplo. medrados estaríamos.
El gObierno puede aquí p¡'ometcr
9uantas garantías imagille: nadie va las umas
por quc todos saiJen
~ue nunca triunfan-l sino el candidato de imposición gubernativa.
No
sabré decir si las co~:aR van á pasar de ot.ro modo en el ECllador: afirmaré. sí. que el mismo señor Estrada. de quien deriva la actual legalidg,d
~ecuatoriana, fllé candidato oficial i~npuesto por Alfaro :r cuya elección s'~
juzgó de simple apariencia.
Aplaudí su triunfo del 11 de agosto, porque
sl/1;nificó llIl !';olpp. al prptorianismo, pero 110 por ello he de arrojar aqu[
un velo sobre la verdad .
.,
¡
Es, en consecuencia, aventurado sustentar que naclie tp.nia interés
muerte de los Alfaro. porque ya no había alfarismo.
Al contrario,
con la muerte de SllK jet'p.s ha desaparecido el alfaJ'if<mo.
ia
el\
ni
Cuando hace el Kf'nor 7.aldumbide fUl1dado en los documentos ofi·ciales que conoce, el rclato de los sucesos de Quito. participa del criterla
I
I
-2~
me quienes atribuyen ]0 que el mismo juzga "b~rbara sanción" ~ lagn.Jl
masa popular, al empuje irresistible de 15.000 ó 20.000 almas.
Siempre,
ilivaTtab]emente, la historia ]0 atestigua, todos ]os hecbos sangrielltotl
a cierto modo anll.]ogos lÍ ]os de enero en el Ecuador 'Y sólo en ~
modo, porque estos casi son únicos-se han expllcado primero de esa JlUI.·
J1.era; lile les ba tomado como fruto de ]a eXlUlperaci6n uná.nime de todO)
UJl. pueblo.
Pero cuaI;ldo Ile ha ahondado, cuando ]a bistoria. ha. kec•• ·
iU obra dO!análisis y exeJéSis, se ha. comprobado, invariab]emeflte ta.1Il~
~léD todo lo contrario; semejantet!l hecho!! han sido exc]uslvo!! desbories
de grupos demagógicos de bandas salvajizadas, compuesta!! de doee.as,:
ft cientos basta de miles de personas si se desea., según la magnite«
las ciudade,l! en que se han rea.llzado, pero jamás de las unanimida4~s,
tampoco de las mayorias, ni ¡¡Iquiera. de apreciables minorias de ]as lila·
sas popu]a,re!! á quienes se les imputó en una principio ser sus autores.
y es que ]a slcologfa humana no admite tal cosa, til aún vo]vi~.de la
"Vista~ la Edad Media.
Es que, á prlori, puede decirse que no hay pueb]o t~n malo, tan dep'avado, tan feroz, para cometer colectivamente cr!·
m:enes que, repugnan al inenos ¡¡ensib]e coraz6n humano.
Lo que plUl&
l1ulcamente, es que ésos grupos, banda!! 6 mlnonas, reemplazan al .úmc1'0 con el bullicio; y después, para su vindlcaci6n, arrojan
sobre to~ 01
}lueblo la responsabilidad que es sólo suya.
Los "septembrista.s" de
Francia pretendieron ser todo paris: la historia ha demostrado fli.eroll
Ull0S pocos centenares.
.e
Trat~ndose de los sucesos de Quito, población de 80,000 almas, nUllca l!.
}lesar de todos los, documentos oficiales, admitiré llegaran á 15 ni 29,000
108 asaltante:!! del Pan6ptlco. ¿Quien los contó? Hay un hecho a que
conTiene al áelior Zaldumbide. que hasta ]a llegada de los prisioneros el
}lueulo la ignoro.
'Hay otro hecho: que el automóvil que los co.duela
atral'esó Quito sin peligro de muerte para ellos. Hay todavta UD tercer
lIeclro importantrslmo: ]a llegada de los prisioneros fué á llUl 10 a. m., y
a. las 10 a.m., y á. las 12 comenzó el ataque al Panóptico, ataque qUil JÍ<r
«u~ tres cuartos de hora.
¿En dos horas pudieron reunirse 20,ott al·
.as?
¿Cómo se llUl convocó?
Más sencillo es explicar las cosa!! como otros dicen.
:El señor Zakiu.m-bIQe,_me censura e] no citar, para mis indicaciones, sinó un periódk:9:
"El Grito del Pueblo."
He citado tres: ese, "El Guante" Y "La COl\stituci6n," {,ste llamado allá oficia], pero que es s610 oficioso.
Ahora le
citaré "El Telégrafo."
En la versión de la hecatombe, el día 29, este
«Iario dijo que á 108 presos se ]es co]oc6 "a la entrada de] Panóptico, e~
una.s celdillas, donde era fácil encontrarlos rotos los primeros cordo.es."
,Daba.
asi á. entender que se habia prestado facilidades á ]a irrupcló. de
la turba.
Quienes conocen el Pan6ptico de Quito afirman es tauto 6
más sólido que el de Lima.
¿De qué modo una multitud, por crecida
lIue se le suponga, ha podidO apoderarse de él en tres cuartos de ltOra?
L
'
-25Cl.l.asadoa estamos de ver que á inmensas muchedumbres lal! disuelvea
facllaente 'dos compafiías de Boldados.
¡¡Míl.s no está. alli "El Guante"
para decimos que hubo compl1cados en el Panóptlco?
La verdad
¡¡e
-impone: una turba-no
el pueblo de Quito----excltada por la prédica., por
el' ~tismo
religioso si se prefiere. asaltó la prisión, cuya guardia
IJUpó Ó no quiso rechazarla.
Esa turba estaba lejos de ser euorme.
.e
A.l señor Zaldumbide no le merecé fé El Grito del Pueblo Eeuatoriana.-A. mi no me la ha merecido en determinada acusación partldarista.
~ero en lo general de este asunto. más toda.v{a cuando eate a.tañe ~ iatervenéionelil d~ Plaza, cse dIario es tesUgo de excepción, porque él es e~
Gua.yaqutl el órgano del victorioso placismo.
Pues bien, dicho periód!eO•
••:el 27
enero, al otro d{a del descuartizamiento
de Montero. bajó Q63
iIllp~ón
de terror que arranca confesiones dolorosas. insertaba esta"
líneas. en cuya gravedad nadie ha reparado:
"e
"Jlse reo pertenecfa. al presidio, y el pueblo tomó sobre si la veDganza., y le arrojo, despedazado, á la sepultura: ¿S9 ha abaldonado, puas,
el pl1~blo? ..
No lo creemos: el pueblo guayaquileño sal& á los campos de batalla
en defensa. ó vindicación de las libertades pllblicas;
va á Yaguachí, á
Tanlzahua, al faUdico Huachi, á Pichincha, con los lIbertadores de till
mundo, . - ..
8i el pueblo fué quien cometi6 el hecho Ii que nos referítx\os y que nos recuerda. los trances horribles de la revolución frallceSR,
aquella del 93, y si tal hecho es bueno, equitativo y justo, ¿quien le guió?
¿quién le puso en las manos el fusil comprado por la nación para su
propia defensa. y el sórdido puñal de las nocturnas ejecuciones? ..
ctn Be presenten, pues, los inspiradores y jefea á recibir el gala.rd611
d~ la inclita hazaña, y veamos si son ellos de los que mejor lo hicleroJl.
en Pa8án, Naranjlto y Yaguachi. _.... _...
ma;
¿Accl6n popular?
6epámoslos la muchedumbro
el brazo que dispara, ya pe,.tenece á alguien.
que grita,
es anóni-
"\~. En todo caso no se le puede hacer responsable del- acontecimiento '3.1
pueblo de Guayaquil, porque unos po<:os centenares no lo forma. 121 ti~
nen su representación.
~
Las últimas palabras son matadoras.
Ellas se escribieron cuall'!i6
aún no habian asesinado á Alfaro en Quito cuando aquel diario, 110 tenía.
intMés en alterar la verdad. Después inventó él la tesis de las magas
populfa"es_y del "dilema terrible."
(.
Lo" a-seslnoa de Montero fueroll algunos cieutO$: lo propio delta de-
d~e de los de Alta.ro.
-26Esto es lo que yo creo.
y para afirmarlo diré que el linchamiento
no 5ólo estaba descontado en el telegrama ya citado :le Plaza, sino que
desde 01 11 de enero, "La Prensa" de Quito, órgano placista, instaba ,i..:.
la matan:&a en su editorial: "La vrbora e11 <?asa:' donde decía que era
preciSO aplastar, tt'itUI'ar á Alfaro; (IUe La Constitución, el 9 de enero ..•
proclamaba que, si Alfaro cara, el pueblo de Quito harra con él lo que
-según
(~se diario-el
de Lilll\L hizo con los Gutiérrez; que ese mismo
periódico, el 24 de enero, ya \'encido Montero, estampaba estos mislIlo
truosos conceptos: "O los traidores son terriblemente
castigados, ó de he)
cho dejará de existir todo el mundo."
Diremos todavfn, I.jue el diario 3.1farlsta "El Tiempo" de Cuayaquil.durante
la dictadura de ::Vlontero.'dijo
que el ministro Diaz había manifestado que Alfaro "habla que incinerar ..•
10," sombr!Rs palabras que se han cumplidO exactamente.
Antes, pues, del 23 de enero, antes de los telegramas oficiales publicados ahora por el gobierno del Ecuador, la suerte de los Aliaro estab, •
.decidida, Y á ello se refirió el general Plaza .'ln su histórico Y fulminado
telegrama.
Si· esto es asi, si hay todavia cien otros testimonios pÚblicos que lo acreditan, si la m~¡erte, la trituración, "la ·misma calcinación
del viejo luchador" estaba resuelta y sobre resuelta anunciada pública·
mente con anterioridad ti su envío á cuidado del coronel de Sierra, dl;lsd~
Guayaquil á, Quito ¿ft qué buscar m{is explicaciones?
Que fueron muchos, que fueron pocos los matadores, no es ya lo esencial del problema:
10 esencial es que el asesinato fué premeditado.
Pero digo mal. Estando resuelt.o el Iinchamiento,no
pudiendo de él
escapar Alfaro, no había, necesidad de enormes multitudes
para "lincharlo.~'
y es también esencial esta conclusión: fueron pocos los Iiucharlores·,
Es lo primordial ponlue de babel' sido ellos todo Quito, la
deshonra caería sobre todo Quito.
Pensar que invocando la furia del
puehlo, el dolor de ias madres, la desespHradón de los hijos, se atenuar.ía
la culpahilidad de a(!uel pueblo es pensar en vano.
Madres también tellían los soldados que pelearon en defensa de Monero, hijos también tenfan.
¿ :QI' .qué ,iba ~. pedir cuenta de J~ sa,11gre de sus es~osas y s~".
lJadres mas bien a Al1aro fjue {i SIlS enemIgos?
Cuando se tiene notiCIa·
del odio inculcado por la clel'eda. contra los Iib(~rales en cierta plebe gitana, más lógiCOes presumir qne [ué ese -negro odio y no la sed de venganza de los soldados muertos la pasión que arrastró á ciertas mnjere~
al ataque contra el Panóptico.
Basta leer UIla hojita suelta pUblicada en
Quito el 4 de febrero bajo el título de "Fray Gerundio"para
adivina!'
cuales factores Intervinieron en la sobrexitación de los desventuradoshombres ó mujeres-asesinos
de Alfaro.
Y cuenta, qne no acepta comq.:,
lo dice el señor de la Guardia, que estos asesinos fueron los cocheros di}
plaza incorporado~ .en cierto regimiento y licenciados á propósito para
la matanza.
-27Pod¡'!a decir más: me inclino á juzgar suficiente lo dicho.
Vesengáñese el señor Zaldumbidc, y COIl él los ecuatorianos que, arrebatado:;
por un noble pa.trlotismo, quieren defender al Ecuador en la forma qlH~
él ·10 hace.
Siguen un camino extraviado.
Para vindicar á un pals 110
ha;r necesidad de solldarizarle con las turbas sanguinanarlos del ~6 y el
28 de enero.
J<~so ¡'()sulta absurdo.
¿ Esas turbas fueron efectivam/lnte
inatigadores por partidos polftlcos?
Tanto peor para estos partidos.
\ No por salvarlos, se ha de convenir en que el Ecuador en su totalidad es
el criminal.
¿No lo fueron?
Tanto mejor; pero hasta hoy todo COI1CUlTe á demostrar lo contrario: el telegrama de Plaza. los editoriales do
"La Prensa" y "La Constituci6n," las afirmaciones de "El Telégrafo," las
de "El Grito," las de "El Guante;" en fin, muchoB otros telegramas ofi.
ciales pUblicados por Plaza y Andrade en su discurso. que tienda probar
que el 23 de ellero no se clllnplló la capitulación COl1 Montero. porqlH'l
ella fue sólo Ulla estrategia para apoderarse de los generales condenados,
ya por el furor polltico. á muerte espantosa.
Los mismos telegramas "que alude el sofior Zaldumbide en su carta son clara. revelación de que
en Quito se comprendía lo que iba á pasar.
¡.I~ué culpa del telé!!;rafo y
del tren el retmso que dló lugar á la catástrofe?
Lo aceptarla yo si
antes del 23 no se hubiese sabido ya que Alfaro y los suyos serían do!!trozados en Quito y si Plaza. en esa fecha, no lo hubiese telegrafiado,
negándose á ser verdugo."
Dice el señor Zaldumbide que no porque se la pida en nombre de caóti·
co amerIcauisIDo, sino por su propio querer, su pals hará justicia.
Lo
anhelamos vivamente.
Sólo la justicia enaltece.
Se ha querido ver en
el Ecuador, sin fundamento por cierto, analogías entre la matanza da
enero y las de setiembre de 1792, de lúgubre celebrIdad en la historia do
la revolución francesa.
Pero recuérdese entonces que la Asambl~a Lt.'gislativa
de
Francia
repudIó
entonces
dichas
matanzas.
!te..
cuérdese
que las consecuencias
de ellas consistia la Montaña en
luchas
de
Marat
y
la
Comuna
contra
la Convención
en el
-itoesgarramiento y suicidio de la mlBma glorioBa Revolución.
Recuérdes¡¡
Sobre todo que los historiadores, sin excepción, infaman y, execran á sus
autores inclu~h'c Marat.
Quien como Jaurc·s por su f;!íacióll ~ocialista
revolucionaria, parecería más dispuesto á justificarlas, ha escrito de ellos
r'qUe procedieron del miedo, de las ferocidades que engendra al miedo,
.' puen hicieron más mal, á la Revolucl6n en la historia y /lll el mundo, in.
finitamente más daño. que el que. pudieran habcrle hecho, aÍlIl sueltos en
Fart., todos 108 prisioneroB degollados.;'
No se diga mañana que la cal"
nicería de Quito fué efecto de miedo tí los Alfaro.
Y no resulte. sobr~
ItOdo, que ello caUBa más daño al Ecuador que el que pudieran haberle
éausado, devueltos á la libertad, Alfaro y todos los suyos.
Ha¡¡;a. pues.
ju!!ticia; pero justicia de veras para escapar á las severidades de la historia.
-28¿Será obseciOn de mi aberreado americanismo?
¿Será mi incom·
.rffil.stón de l~ vida y BUS modalidades?
No lo sé.
Pero an-ogándoll!le ••
el derecho, que se roe uiega ~. que respecto al Perú practica á diarie
toda la prensa ecuatoriana y respecto á América ejercieron Racafuerte,
M.onca.yo y Montaho-me
atrevo á decir que prefiero cien veces resulten
Culpados Plaza, Navarro Ú Otl"Ollcorifeoe polfticos, antes que co¡¡Vl6Ak
Ijue todo un pueblo americano, el Ecuador entel'O, haya sido solidario, Por
pretensa justicia, por represalia., por lo que S~l quiera, en atentados oo.~
tra los cualt~s no ha habido de Oriente á Ocaso, de un polo á otro, mo
el mismo grito dl.\ repulsión y anatema.
j<'ué Juan Montalvo (luien lo dijo en 'sus "Catilinarias":
las repullli-.\
fjuiHas hispano-amerlcanas,
donde el despotismo asiático gallardea
.
IOOU el Sl11ifo de la civilización ....
Que las palabras del amigo de Alfaro--circllnstancias
que nunca se debió olvidar en su patria·-no se camplan para el Ecuador: que el peiión que hoy este intenta leyantar no le
caiga enclIr.a y lo aleje una vez más de la cumbre.
¡Triste serla haberse deshecho por el fuego de Altaro!
LUIS
POR
EL
ECUADOR
Y SUD
ULLOA.
AMERICA.
IV.
("La Prensa"
de Lima, Núm. 4.498.)
Las declaraciones de los señores Freile í':aldmnbide y Tobar--'aúll
descontando en ellas cu.anto se. quier~.rtrilJuir
al apasionamiento parti·
darista-confirman
de manera lumino:l!f é irrefutable todo lo que aqui
pensamos y dijimos, quiénes en el movimiento con que el sanguinarjo
Plaza ha deshonrado el aniversario del heroico 6 de Marzo de 1845, n'b
Timos sino un inicuo y un hipócrita golpe de cuartel contra la evolució!l
democrática del Ecuador.
Informaciones fidedignas, llegadal! en el
mismo vapor que aquello!>, hoy caldos personajes ecuatorianoll, están 6ll.t.
perfecto acuerdo con lo que éstos declaran, desmintiendo categóricamen-~
te la!! interesadas aseveraciones hechas aqul en sentido contrario, muy
en especial las que el nuevo Garcla Moreno, disfrazado de radical: ha
puesto en circulación desde Quito, valiéndose de cablegramas á los dia·
rios 'Y de subvenciones á las agencias.
,
"Tiempo es ya, por consiguiente, de que la opiniOn peruana, la con·
ciencia sud,americana, queden definitivamente
edificadas respecto á los
sangrientos y vergonzosos sllcesos de Quito, deduzcan de ellos las en-
-2~
señanzas del caso y les señalen
sables correctivos y sanciones.
y apliquen
108
neccsarios,
108
Lo hemos dicho más de una vez, conviene, lo repitamos
El Perú como sus otros vecinos, no puede ni debe regocijarse
del Ecuador.
indispen-
cien m~s.
en el Inal
Los Infortunios, las tristezas, las vergtienzas de este país hermano
son también, no pueden dejar de se l', infortunios, tristezas y vergiiem·H8
que nos envuelven.
Es dura ley de la vida: cuando se lleva el mismo
1I10mbre; cuando existe fratel'llidad en la, sangre y en la ley, el orgull"
de una gloria se usufructua en común, como la mancha de una dcshoJlra
se devora en conjunto.
Quiérll.nlo ó no lo quieran nuestros patrioteros
del godismo !'esucitado,-cstos
retoños del España antes que San Martín
é que Bolívar-Perú
y Ecuador como Perú y Bolivia, como Perú y Chile,
como todos los pueblos latino-americanos, son solldarios de derecho ante
la. razón y solidarios de hecho ante el criterio universal.
Ni en Europa,
lIi en Estados Unidos, se establecen respecto á nosotros las diferencias
etnográficas, sociales ó poltticas, que aqul lIOS encaprichamos en inventar Chile, Ecuador, Argentina, Perú son distinguidos allá como demarcaciones geog¡'áficas; un Bolo concepto moral é intelectual las abarca Ii
todos.
Cuando las naciones de primer orden cuentan 160 millones de habitantes. como Rusia, 90 ó cerca de 70 como Estados Unidos y Alemania,
cuando sino los cuentan en sr mismas los tienen sujetos en sus colonia-;,
como Inglaterra y F¡'ancia, ¿qué son, qué representan
en el lllundo en
estos pueblos que adicionados no encienan
esos setenta millones de
hombres?
¿Qué son, qué representan en el mundo. pueblos cuyos pre·
supuestos todos sumados, no alcanzan al alemán, al inglés 6 al francés?
¿Qué son, qué representan en el mundo pueblos cuyas escuadras, cuyos
ejércitos juntos y aún doblados, no equivalen á los de cualquiera (le lar.
países citados, y ni aún á los del Japón?
¿Qué son, qué representan cn
el mundo pueblos cuyo comerclo exterior no iguala conjuntamente aloe
una. de, esas; potencias, pueblos, cuya producción Intelectual, cieutlficll.
y artística no expresa la mitad. de la de cualquiera de aquellos focos de.
saber y la cultura?
Nada, absolutamente nada; menos si se les estimó
más aislados que Australla y el Canadá, Para valer, para representar al~'),
necesitan ser considerados como un todo único; son los bancos de coral
del océano humano, si han de recibir nombre de isla y tomar un puesto
en el mapa necesitan agruparse Y formar masa.
Por eso tienen razón.
Estados Unidos, Europa, todo el mundo civllizado, en juzgarlos como una
sola entidad; tienen plena razÓn, y nos dan al hacerla una merecida, severa
y prOfunda lección de amor y de verdad.
Aprovechémos)a de continuo. y aprendamos todos en Sud-América a.
sentir hondamente, como propios, los JJ;oces ó los dolores de los pueblos
-30que conviven con nosotros, con nosot.ros comparten este Continente descubierto y bautizado por España y Portugal.
Suframos hoy con el Ecu'\dor y pl'OCllrem06 ayudarlo á remediar su desgracia del modo que la Colombia de Bollval' sUf¡-ió con nuestros males y nos auxilió para su remo¡¡..
dio en los gloriosos días de la Independencia.
Cese ya la. patriotería.
vOCinglera que, plagiando y exajerando las exaltaciones de ancest.rales
sentImientos explicabléls en las naciones europeas, separadas por más de
mil aÍios de historia, por lengua, raza é instituciones, pretende anacrónicamente crear la ¡:;randeza de estas repúblicas sobre sus odios y rivalidades.
Un siglO de experIencia, de fratricida lucha infecunda de estancamento material y de retroceso moral, deben ya alumbrarnos la idea,
.depurarnos la voluntad.
Paso al patriotismo noble y sincero, al patriotismo de verdad, que busca nuestra fuerza y nuestro ·progreso en nuestra
solidaridad y en nuestra fntlma unión!
Si esto es as!. si las desgracias actuales del Ecuador afectan en algún
modo a todo Sud-América.
¿Como puede Sud·América ver con indlfe·
rencia que se ciña la uanda presidencial en Quito, que se siente en el si·
llón honrado otros tiempos por Roca y Rocafuerte, un hombre cuyos crimenes excecra la opinión universal?
. Aceptado indolentemente, es igua·larse .. por (:obardfa moral, á los mismos pretorianos, dejar eampo ,abierto
al matonismo para constituirse en árbitro de las sociedades.
El mal ejemplo 1\8 siempre el más imitado; Pla"a puede crear escUt~
émulos fuera del Bcuador.
Si no habla el altruismo
eu
loa COl'azanes 6ud-américanas, hable el egofsmo.
Hay que cortar el caÍI1ino ú cuantos quIeran ala: 6 aquí imponerse y dominar por el puñal y
la baja!
¡Que el desprecio de todo Sud-AD1érlca los pulverice!
Pero nó.
No llamamos á las puertas del egoísmo.
Sólo queremos
invocar Íl más de fraternIdad, nobleza y orgullo.
la, encontra
Es la dignidad
toriano ....
nuestro
mejor aliado contra
el ridiculo
Nerón Ecua-
Prevaricadores, . mentirosos, perjuros, falsificadorcs del voto popular,
defraudadores
del tesoro público, se ve todavía gobernar ó legislar en'
Sud- AmérIca, asesinos ya nó.
Plaza, el degollador é incinerador de Montero. Pla.za el apuñaleado!'
y mutilador de los Alfaro. Plaza el matador de Serrano, Plaza el fusilador
de Andrade, Plaza cuyos meses de retorno al Ecuador, "desde que lo llamó Estrada se cuenta por doble número de victimas, Plaza el Terdugo,
de presidente de 'una nación sud-americana!
Plaza apareciendo ante
Europa, .que nos menosprecia ya demasiado, como el ungido de una dll
estas democracias!
Plaza tratando de ig¡lal á. igual á los jefe¡¡ de naciones nobles y cultas!
!':Io puede ser.
Los pueblos de este continent4ll
-31qUé admitan
condottierl.
tal cOl:ia illdifN('nt~s
8e rebajaran
al ni"f>1 ut'l abolllLlal¡!"",
¿'No hay aeasu pruebas Imstante8 dc q\lP. Plaza hizo 1t8t':;inar ;; \T,,,,.tero, de que mandó á la muerte ú Alfaro, de que caJ'¡;'ó el fusil q"l-' ,1.t1·.~
vesó el corazón de Andrade'? Las hemos preselltado
á cielllu:;.
PCH:
si todas ellas no valiesen nada, exi:;te una acusación quc hasta :'<JJ<J!]l-'.I'i1.
infamar al cruel y jesuHicu dictador: el General Serrano no l'abla tom".do la menor de las participaciones en el movimiento de MontNo, ";'" '¡H'.n·
tenia alejado por completo de la polítie~.
Plaza al ocupar pertidulllP'Hte Guayaquil, lo hizo buscar y aprisionar; uespués eOil rt'fin:ulI;¡'HlG de
crueldad á lo Luis Xl, ordenó lo llevasen á su presencia; allí le cn t '·•..1';1)
un papel ~i una pluma
y le exigió I'l'dactasc sn renuncia dP.l t;'~ncr.:'.
lato, declarando él mismo considerarse indiJ!;no de l\SP, rango.
('umo
Ser~ano se negase, Pla"a lo amcÚa'l.ó con rcmitirlo á Quito. '!ue ('i''' fO
mismo (j\le enviado al supliCO y al sepulcro.
VolviÚse á negal' Senano,
y Plaza mandó comparecer al hijo de su victima, para escarncca,' ,i '~Si6
delante del ser amado.
Pero Serrano prefirió todo á BU deehonr ••., 'J
Plaza lo remitió, en efecto, á Quito para la mllerte, ¡\: el euya inocenei;:J.
le COllstaba, re'comendando á S\l esbirro Sierra sifriese los mh;m0s H'1'/"tirios que los AlíaTo. Emplazamos á Plrl.za á que afirme'y dell:ul'strc la
falsedad de todo esto.
Jam.ás lo hará.
¿ La culpa
de Serrano?
i No haber sido placiRta!
Ninguua otl'''.
Hombre car¡~ado, como Plaza, de tan horrendo crimen, JJllede ser Prasidente de una replíblica sud-americana?
¿Quién, por medio de su cuñado, hizo extraer
de a\)onlu dE' un buque neutral á Medardo Alfaro, violando capitulaeiollf's y Imrh-ill¡]osp.ctc:
la humanidad, para Imcerlo después asesinar es posible ~obiernc ;j Hit
pueblo?
Plaza para cohonestar sus iniquidades, no tiene 8¡no Ulla palu.bl'a. en
la boca: radicalismo .... , ..
¡Ah!
¡Los l'adieH.les snd-amp.rieallo3!
Bien los conocemos.
Como Plaza, comulgan; como Pla7.a. se rdratan 111
lados de Obispos; como Plaza, tienen capellane8; su Iibc¡'ulismo. su librepensamiento de oropel y cascabeles, consiste en hacer insultar ii fr;¡.Ha~
y curas en hojas pasquinezcas, jamás de frf>nte. y obran aR( no porqne
comprendan y conozcan el error y el mal de la rcligión. sino porque desean
para s1 mismos las riquezas de curas y frailes.
1'~1libre pensamienw
es .fiIosofía, es idea, es ciencia, es lucha de inteligencias, propagl1.nde. de
cerebros. no monopolio, de insultadores analfabetas, eJe charlatanes a:m·
blciosos ni de soldados de pronuncíamento.
Se llama Heh(mf, 1\0 Chau·
mette ni Hebert.
El radicalismo de Phl7.a no nos engaña á quienes ~
clamamos de un Vigtl ó de un Bilboa-y
y~ndonos más allií.--nucstra fi·
liación libre pensadora: radicalismo de sacrisUa, para nosotros es Igual
-32á. la demagogia de sotana; ambos se dan la mano y se entienden contra
el Ubre pensam,iento filosófico y social.
Por eso, Plaza defendió ea
Central América con su espada A los conservadores; por eso, jesuita coa
ooarreteras, imita á GarcfaMoreno.
El ha hecho con el General Serrano lo que el otro con Maldonado, exigir la reunucia desdorosa ó la cabez:l._
En vano su cómplice y confidente-acaso
no muy tarde su enemigo y su
ajusticiador-Navarro,
que es á él lo que Marat á Robespierre, ha publicado un mentiroso rnanlfe8to para justificar el cuartelazo del cinco d.~
Marzo á nombre del credo liberal; Marat-Navarro sabe bien que' no hay
para Plaza otro liberalismo que la sucesión de Plaza.
Leemos en sus
.conciencias; la sicologfa de la fiera es simple
clara.
r
Cuanto más se disculpen, cuanto mlls acusen los as~sinoB de· la IIGJlra ecuatoriana, mAs se confunden y se pierden. Léanse sus afirmacloaea
~obre el golpe brutal del cinco, sobre la trágica muerte de Andrade.
Qué cúmulo de absurdos, qué edificio tan desequilibrado y con tus.),
-de falsedad y audacia.
Se defienden desde el otro dfa del crimen. sia
que nadie los señal~ aún como sus auto¡:es.
¿Por qué?
La verdad
'Salta. en sus propios groseros factums: por que se sienten persegUidos
·de s{ mismos.
Que el capitán tal, que el capltA~· cual, disparó la pistola.
.ue hiri6 mortalmente á Andrade, discusión hueca é inútil.
El tal capitán no aparece ni aparecerá.
Pero ¿quién ,fundl6 la bala? . Navarro .
..¿Quién cargó el cartucho?
Plaza.
La hipocres{a de este--algo
sia
-ejemplo en la historia-es
una hipocresla suicida; hiere. hiriéndose.
El no destierra, no encierra en el Pan6ptico, no confina mata; una.
bala es mAs radical que una prisión ó una expulsión.
Pero no compren,.de el monstruo que su secreto está. descubierto, y que no es menos real
:Su tiran{a porque en lugar de poblar las carceles puebla los cementeri\>s.
-del mismo modo no se proclamó el seis de marzo dictador, pero puso d9
presidente á Andrade Marfn á quien ató, con una cuerda al cInto de su
_IDe; todo el mundo ve la cuerda.
Si no hay; pues, circunstancia atenuante para los horrores de Plaza.
y si éstos son hoy evidentes al mas preparado á dudar de ellos, ¿ com. es
poaible. repetimos, que en Sud-América se resigne á que. este DueTO Jo.aa
Manuel Rosas-1ilin la pasión americanista del argentino-consolide,
sIqUiera por Dieses más su sanguinaria domInación.
De ningún IJl{)d. ¡.
comprendemos.
No apelaremos, por cierto, ya contra Plaza á. los g•..
biernos: los gobiernos están sordos y cIegos.
Ya pasaron y. al1n no TUet:ta lC* <lll8tl1la que aplastaban á. un Obando. recordá.ndole que las ma..s
tintas' en la sangre de Sucre, no pod{an presentar á un Prseidellte d..,l
PerQ.' una credencial de Ministro Plenipotenciario.
No. no apelareD1~
)'& á. los gobiernos.
lA haremos, si á la opinión pública., sud-américaaa.
4 la prensa. á la iutelectuaUdad de estos p.aises.
Que cua.ntQlilllI.elleje~
-33una pluma. en Sud-América. que algunos de ellos no más ea cada rep(i~ea.; enderecen hacia el corazón de Plaza las puntas de esas plumas
y .erelllos si el tirano 110 cae anonadado.
Claro es que. aunque hoy el Ecuador gime bajo duras cadenas. le
1)edimos la primacfa en la batalla.
¿Los escritores no pUedea dal' ii.
luz en el extranjero su pensamiento?
Parte muy principal eA esta
campaii.a toca al señor Tobar, y al señor Frelle Z.• á. todos los veDci(iol:S
del ~Is de marzo cargándoles la responsabilidad de haber ¡¡ido, por temor 6 ciega confianza, Inconscientes cómplices de Plaza en las matanzas
de diciembre.
'Para justificarse son los más obligados á mostrar aat .•
América y ante el mundo todo la perversidad del remedo de RObespierre.
que aterroriza hoy a su patria.
y asf fuesen pocos quIenes emprendiesen esta campaña:
eila ha de
tritnfar.
Su más potente adalid, ya lo dijimos. es el destino; la lÓgica
fatal que preside á los actos humanos.
Ese adalid se basta.. Ha abatido tronos anlqullado ejércitos, deshecho imperios.
¿Qué
son Plaza y Navarro,
frentQ á él?
Una sombra de las aornbras.
4ieneral Plaza, ceiUos, si podéis esa banda tricolor. que tanto 08
atrae. que os fascina más que 105 ojos de una serpiente.
General N'~varro, esperad la sucesión, ó arrancad si no os viene en gana, esa banda d"l
muertQ al pecho de Tuestro cómplice y protegidO!
Nada habréis avanzado.
La Justicia, la implacable, la inTensible Justicia está ya ea marcha: nada la detendrá
.
Arrojad sobre la tierra,
para oponerle dique, montañas
y rnontafias
de mentiras' y d.e calumnias.
Derramad,
para aherrojada,
torrentes y
ríos dli injurias y falsedades.
No la mataréill
El plomo de las balas y el hIerro de los puñales con que hlclstéls atravesar los cuerpo,a
Montero, Alfaro, Serrano y Andrade se están trasformando en otras mOR"
tañas, más grandes y pesadas que los Andes, que os aplasta~D.
I:"t
SangN de vuestras TlcUmas se está convirtiendo en otros torrentes
y
nos más caudaloaos y potentes que el Amazonas, que 08 arrastrará •....
"ÁuD<lu~ vengan con el Sol en una mano y la Luna en la. otra li. ex1~.
C~
en mi prédica, no retrocederé," dijo Mahoma
Por máa que Ji,¡tgl!¡is OOIltra ella la Justicia. que os persi~e.
tampoco retrocederá.
Y
el Sol y la Luna, el dfa. y la noche. están con eUa: despiertos la. véls v&n.U:, d<>l'II1idosla I:lentfs cojeros!
d.,
LUiS
ULLOA.
-34EL THERMIDOR
ECUATORIANO.
Era una tarde tr¡ígica en la Convención.
Ei Sol de Jullo, ag;ostador
y sádico, caldcalJa la atmósfera saturada de acre hedor de sangre.
Negras nubes agrupáLanse en el Ocaso anunciando le tempestad.
'En la
vasta sala otra tempestad fermentaba bajo cada pecho .. Todos sentí:\H
qnc algo terrible notaba sobre sus cabezas: la mal" rugiente de toda la
Hevolución se concPÍlt.raba, se condensaba en una ola Única, formidable
y muda, que 110 sc "abía contra qué bancos iba á ir á estrellarse .. "..
i:laint-Just, el inflexible, Saint-.lust., el puritano, sube á la tribua para
leer un discnrso.
El los l!'lfa.
.bJn los pliegues del papel se ocultaba la
suerte de otras cien. cabezas euya cosccha por la guillotina querfa Rohispierre.
Este escuchaba pensat.ivo .... Ya van á sonar los nombres: ya
el proveedor de la tllmba á señalar las frentes de las nuevas vfctilllas ....
¡Ah no!
Tallien, el ex-cómico, 'l'allien, el de todas las cobardías,
'l'allien, el de todas las complacencias, :;e levanta y gl'ita:-"la
Asamblea
oscila entre dos abismo~ dos degiielIos la as echan si no sabe ser fuertf~,
perecerá."
El miedo le da valor.
:Saca un pufial y lo muestra á Robespierre, diciendo' que lo. hundirá en el \lecho del lluevo Cronwell.
L'~
suerte está jugada.
El cómico de profe~ión ha vencido al trágico del
destino.
Saint-Just baja de la tribuna; Robespierre quiere en vano llegar á ella.
Sil cómplice de ayer, su juez de hoy, su verdugo de mañana, Collot
d'Herbois, preside y 1\0 lo deja hablar.
"i Abajo el tirano!"
!!;rita 'l'allien ..... "Presidente
de asesiuos"-exclama
el tigre asediado-presidente
de asesinos; "¿nH~ concederás al fin la palabra?"-No
tendrás la palabra.
sino á tu turno"-El
turno serfa el cadalso.
"La sangre',de Dantoll t.e ahoga," brama Garnier.
"jAh'!
¿Es Danton á. quien queréis vengar"?"
Y el tigre humillado dobla le cabeza. Ha
visto· la sombra enorme de Danton, apostroCándolo y emplazándolo, ha,.
visto á Demoulins, ha vist'<l á Clotz, todo el 11 Germina!. .....
"¡La acusación!"
"¡La acusación!" .... Y la prisión, y la inútil resistencia, y la carreta fatal, y la cuchilla sangrienta, y la venganza del
derecho, de la justicia y 'de la humanidad .... La historia escribió un::t
feéha: El Thermidor.
El Sol de Julio bebió y sec6 la sangTe al pie de la guillotina,
brisas del olvido y de la piedad la crearon y borraron .....
y las'
Entre los horrqres de Quito ~' los terribles fastos de la Revolució!l
Francesa hay el mismo abismo que entre las furias del Océano y las
cóleras del turbión ..... Pero el fondo humano es igual en todas partes Y
la lógica de la historia también,
-35Si á. Napoleon lo llamó Madame Stael RObespierre li caballo, Plaza
vendrla á ser un Robespierre en cuclillas.
Es el chacal, si el otro tu';;
el tigre.
Pero también para el chacal habria su carreta.
Acusado por todos de ser el principal, el verdadero autor de las cal"
nicerlas del 26 y el 28 de Enero. Plaza, cuyas charreteras de gelleral le
fueron dadas por Elo)' Alfaro. Plaza, especie de condottieri ingertado eil
un jesuita. Plaza, un García Moreno de cuartel y sin talento.
Plaza
quiso desde el primer dla presentarse inocente y arrojar loaa la cUlpa
de los repugnantes crímenes sobre el gobierno de Quito y sobre los pol!ticos capaces de disputarle á él la Presidencia.
Algo peor.
Como lo
dijimos nosotros mismos aquí desde el 29 de Enero, como lo han do·
mostrado el señor de la Guardia, Olmedo Alfaro, Carlo!> Puig y muchos
otros, Plaza el mismo 23 de Enero, dirigiendo sus telegramas al Ar7.obispo de Quito, y al Presidente l<'reile, se lavó las mallos como Pilatos.
En su poder estuvo salvar á los prisioneros, á quienes debra genoralato,
figuración, nombre, honor, vida misma, todo.
El chacal tenía sed de
sangre; los envió :1 la muerte. gozándose .en su traidora crueldad. Muertos le sirvieron para deshacerse de su~ rivales.
Pero sus argucias nada le valieron.
SUB dos voceros de ludibrio .Y
de muerte;
"El Grito del Pueblo" y "La Prensa" de Quito, vomitaban
en vano disculpa sdbre disculpa, calumnia sobre caiumnia. mentira sobro
mentira.
Plaza sentía que la preSidenCia se le escapaba.
Freile :laldumbide, 10B gobernantes de Quito, fueron, sin duda. culpables, cuando
menos culpables de condescendencla y servilismo para con ese mismo
Plaza, pero éste era el responsable principal, el Insti~ador, el a.zusador,
el salvaje autor exclusivo de las matan7.as.
El puebio \.o sabia y un vago sentImiento de horror. de repugnancia y desprecio, formaba el vaelo
al rededor de él.
Se le hura como á la lepra.
Cuanto más él acusaba
á Freile y á los conservadores, más se horrorIzaba el Ecuador entero de
la. perversidad y del cinismo de este monstruo.
¿Frcile?
Fuá UII Instrumento.
¿Lol:; conservadores?
Sus torpes é inconsclentos cómplices.
El, él. nadie más que él, el grande, el pavoroso asesino, él quien
forjó, templó y afiló los puliales; él, sólo él.
y convencido ya de Clue la presidencia no sel:fa suya, de que el pueblo atemorizado y lleno de asco no le ceñiría la ansiada banda. convencido de que la obtendría Tobar, Andrade. cualquiera otro-culpable
a.caso
ta.mbién de timides y condescendencia, pero no como él de maldad sin
fondo; Plaza ha dado su golpe, el de Robespierre contra Danton.
Ha
inventado él. el radical de sacr1st!a y confesionario. la revolución conservadora. ha echado abajo á Freile, ha puesto un Instrumento más sumillO en la presidencla provieoria y-horror
de horrores-ha
hecho matar á Julio An-drade. á quien le dió con su espada, las victorias sobrE!
Montera y Alfaro--quQ él aprovecha y expiota. ... Todo esto, en nombre
-3iI
de la SaflCIOII •.•
tra el de~l.ello!
,
Plaza el degollador de Alfaro pidiendo venganza ~.-
Ne importa!
La justicia tarda, pero llega.
Plaza acaba de teller
Genulnal, pero su 9 Therruido¡' ya llegará ....
Presidente de aiesinos, no te faltara tu Tallien ....
La sangre de Montero y de los Alfa~
ya te aboga.
BU 11
M(itl, R~bes¡;.ierre era una . Idea, tú eres el instinto.
para ti un honor: será un histrión el que t€ aplaste! .....
cal el cinocéfabre .....
Un Tallien será
Para el cha-
"Puesta la mano sobre mi conciencia-ha
dicho Olmado Alfaro-YO
ACUSO DEL SALVAJE ASESINATO PERPETRADO RN LA PERSONA
DE MI PAnRE, EN PIRMER LUGAR, AL GENERAL LEONIDAS PL_~·
ZA Gu'rIERREZ;
en segudo luga, al doctor Freile 7,aldumbide; y en
tercer lugar, 'á los Ministros Octavio D1az, Juan Francisco Navarro, Carlos R. Tobar y demás colegas."
"Si hay justicia en el :¡'':::cuadol',
los señalo anteélla,
y si 116, la historia será la úuica que recogerá el fallo severo de la opinión."
Pobre joven, que vas de puerta en pue¡·ta, como Trasibundo, clamando
justicia contra los opresores de tu patria.
Si has tenido culpas, te serán
perdonadas, porque has sufrido mucho, porque has conocido los dolores
sin consuelo y sin refugio, las ausias sin esperanza, las humll1aciones sin
yenganzas .....
Todav!a hay justicia en el Ecuador: hay la justicia
imprescriptible del 'destino, la justicia fatal de la humana lógica. Plaza
E'.'l hoy ~. instruplentode
esa justicia;
mañana será su rehén y s up~P!a
No le escaparií.
y si no hubiese justicia en el Ecuador. lá hay, tiene que haberla en
Sud-América.
Lo hemos dicho y lo repetimos cien veces: mejor que en
la bahía de Río Janeiro, mejor que en la ría de Buenos Aires, mejor que
en la rada de Valparaiso, mejor que en el puerto del Callao, se estarían
los barcos de guerra de Brasil, la Argentina, Chile y el Perú pregonandO,
frente á. las playas de Guayaquil, con la voz de sus cañones, que SudAmérica ha desp€rtado, se ba puesto de pie, hace triunfar la Justicia y
el derecho. hunde en el polVO á los tiranos y ahoga en sangre á los chao'
cales!
¿ No es para eso -que noS dieron patria Sucre, Bolivar y San Mart1n?
¿Arg~nUnos, bresileños y uruguayos juntos no lucharon contra la. hiena
Rosas, contra el tigre López?
De dentro 6 de fuera, ha de haber un Thermidor
ecuatoriano.
LUIS
ULL.OA.
-37PLAZA
Y
EL
ECUADOR.
La nueva carta que roe dirige el seiior Zaldumbide y va al pie d~
estas !fneas, no atenua en lo lllenor los formidables cargos formulados
C01ll.tra
el General Leonidas Plaza.
Yo 110 he trascrito ni intercalado
4locumentClll en mis ecritos, pero lhl conocido, examinado y hasta citado
ill.m61lsa cantidad de ellos, de los que forman muy pequeña pal'le los que.
iodOlOdel propio acusado Plaza, aduce el sefíor Zaldunlbide.
Posco el
fO'lIeto que COIl el Utulo "A la Nación" publiCÓ el gobierno del l:icf¡or
Freile Z., donde están los que hoy me opone el señor Zalduwbide, y junto con ellos muchos otros de que éste prescinde.
Poseo también todos
los publicados por el General Plaza y por varios jefes rollltares y cori-'
feos politlcos en sus respectlvos descargos.
y por que los poseo, con03·
00, he analizado y compulsado, es que acuso.
Este hecho basta: desde el 27 de enero al día si!luiente del asesinato
de .Montero la hoja placista "El Gdto del Pueblo" de Guayaquil comenzó
-en el articulo que cité al contestar la primera carta del señor :¿aldumblde-á
insinuar acusaciones contra los conservadores, comO á lilstig-a·
dores del asesinato, que atribuia á cientos de malvados y no al pueblo
de Guayaquil.
i. Qué necesidad tcnía la sanguinaria
hoja, que dos dlas
antes habla pedido desaforadamente
la cabeza de Montero, de aCUI:;arya,
cuando en el mundo aún nadie acusaba, á dterminado partlclo con de,cargo del suyo?
Aqui viene el sabio refrán: "satisfacción no pedicln.
acusación manifiesta."
La de "El Grito del Pueblo," órgano del plads·
roo se ha vuelto contra el placismo.
De que ha habido asesinato premeditado é instigado ya nadie dlldal
en el mismo Ecuador.
El antes nombrado follet.o ¡lel ~obiel'llo lo Ilro
clama.
Contiene él (pág-. 47). una orden--antidatado,
por cierto, la r;:¡
l(ón lo demuestra con fecha 28 de cnero, en que el ministro del interIor'
¡¡eñor Octavio Diaz, se dirige al Intendente de Polida de Quito: "Ord.mlll
á usted que bajo su más estricta responsabilldad disponga la inmediata
instrucción del sumario para descubrir y castlg-ar á los autores y cómo
plices de los asesinatos perpetrados en las personas de los generalesl
Eloy Alfaro, Flavlo E. Alfaro, Medardo Alfaro, Ulplano Páez, Manul'I
aer~ano y Coronel Luciano Coral."-Luego,
según el gobierno, hllbol
autores y cómplices responsabll*l del asesinato, y esto-anteponiendo
la
fecha-conviene
el gobierno haberlo reconocido desde el 28 de enero~
Sin embargo, las informaciones de ese gobierno y todos las de los 6rgano~
placistas pretendie:t:on hasta hace poco, al revés de lo que dijo' sólo sobl'€
Montero.
"El Grito del Pueblo"-que
el pueblo en masa enorme é irresistible, el pueblO an6nlmo é Irresponsable, ciep;o y sin nombre, fué el
asesino.
Ya tenemos la confesi6n oficial de que hubo "autol'es" de1
crimen.
-38-
de
Algo más; el parte oficial conjunto del jefe
la Zona Militar y del
Sub-secretario de Guerra. que lleva en ese folleto fecha 1". de febrero
(pág. 43) al descl'lblr el at.aque al panóptico (pág. 46) dice que el pueblo
era INSTIGADO POR PERSONAS BIEN CONOCIDAS.
Sorprende ¿no
es clerto?-que
siendo bllln conocidas de dichas autoridades esas personas ~. habiendo orden de buscarlas y castlgarlas hasta ahora no se les
haya co!;illo y eucarcelado. Luego. ha habido manifiesta Impunid¡¡d; poderosas han tenido que ser tales personas para que no se baya osado to·
carlas.
I.os diarios placlstas reconociendo. cuando para sus fines polmcos les ha convenido. que ha habido crimen. atribuyen este. con los mill·
mos fines poUticos. á sólo los conservadores.
Pero los conservadores
son un partido, á. quien el placismo tenía interés en extirpar. y ha aplastado. en efecto. con el golpe de cuartel del 4 del presente.
¿Es posible
admitir que sean los conservadores los "autores" de que hablan los documentos oficiales?
Habían entre ellos conseryadores-á
quienes hemos llamado cómplices torpes é insconscientes-pero
es á todas luces evidente que los principales autores. para quedar impunes han debido ser
de los poderosos del día. est.o es. de los placistas.
Otra cosa.
El telegrama fecha 29 de enero (pág. 50 de folleto) coa
el arzObispo contesta al de. Plaza dice que los atacantes del Panóptico fueron "cuando menos cinco mi!."
Por consiguiente. cuando más fueron seis mil.
De cinco ó seis mil á los quince ó veinte mil de que al
principio hablaron la prensa placista y el gobierno media un abismo. Como
se dice en España, "Ya viene el 1.10 Paco con la rebaja"-Acabará
por
confesar no fueron 1.000.
Y preguntamos:
¿á 5.000 personas---mujeres
en gran parte. según 106 diarios placistas--no
se les pudo contener con
dos ó tres mil soldados?
Terrible acusación!
<1Ul'
Pero los partell oficiales pUblicados por el gobierno de Quito-;como
un descargo ;-á cada paso hablan de Que tal ó cual batallón no querfa
marchar ó quedarse ó retroceder; ó de que á causa de la actitud de las
tropas se temía por los prbioneros.
En el parte de las dos autoridades
ya citadas dicen ellas (pá.g: 44) que pensaron al llegar á Quito con los
prisioneros. hacer retroceder el tren con las fuerzas que lo custodiaban.
para que la población no supiera el momento preciso del arribo; pero que
la actitud de la tropa fo Impidió.
La ~ropa. pues. hacía y des.hacfa. No
podía tampoco ser de otro modo. porque la tal tropa era una tropa colectiva, improvisada con los peores elementos de Quito. con todos los fanáticos enemigos de Altaro . Luego, la tropa con "sus actitudes" (?) fué
cómplice oficialmente acusado. de los "autores é instigadores" de los ho·
rribles crímenes.
Ytué ot.ro crimen enviar á Quito. á custodia de semejante tropa. á hombres indefensos condenados ya á muerte en el mismo
Quito.
-39Por <lue esto tampoco <leve oJivj<Íal'~e: q\ltl lus diado>; placíst;);.; <1,>
Quito, desue unte" (k la 1U1H~rlede 1\.101lt"ru,en «(lí(ul'ia!cs t~1Jt' cite el
mis ot1'OSartlculos, habfan pedidu la muerte de los Alful'U é insti",l(llJ :1\
pueblo á que IORlinchase como á los Guti{'ITe<:,
Oe manera
que tenemos yerfectamente
adQuil'idus flStos hccnos; 1"
que hubo "autores é instigadores"
del crillleu, hecho confl1s,lllu ofida]mente; 2", que esO:; autores son bastante poderosos para-á
pesar de ser
c"nocidos de las autoridades-gozan
de impunidad;
30, que la llJllltil 11']
no fué incontenibles, pues, no llego á 6,000 almas, incluso" mujeres :'
niños, lo l/UC declara el señor Arzobispo; 4", f¡\le la tropa con sus ";J.¡;U
tude13" hiZO lo p013ible para dejar matar á los preso;;, esto f'S, [ué eÓllll)l¡"~
por ]0 menos sino, 'como se desprende de los partes oficiales df' sus jdes;
y 6", que los periódicos placistas de Guayaquí! y Quito pidieron ú gl'itl)>;
antes del asesinato de Montero la muerte de éste y los ..!I.lfaro, El pÚ,
blico qU\\ lo desee puede ver esos periódicos, los Que ten~o en mi [1011.,1',
.Nstablecido todo esto, en forIlla orietal, abrUlllauora ~ inupclabJ",
examinemos brevemente la conducta uel principal acusado, del ¡!;t'ueral
Plaza,
.NI.20 de enero-hay
qlle fijarse en las fechas, con las cuales, sicm,
pre juegan los culpables-el
20 de enero, Plaza comunicó á su gohÍC'l'uU
que habla recibido una comisión de Montero--colIlisión
en f¡lle ltabí;t
cónsules cxtranjerosy o que iba tí negociar COIl ella una eapií.ula¡;iÓtl
para la entrega de Guayaquil.
El 21 de enero d gobiel'llo le contcst.1
Que no negOCiase ni concediese capitulación ni garant5as á Montm'o y Jo~;
!;uyos, agregando los monstruosos conceptos do que esa "garantías ;;erian
una verglienza,"
¡Como si ese mismo gobierno no hubiese
nacido el"
una revuelta militar!
No obstante esta prohibición terminuntf1 d<:,l
bierno, Plaza trató y firmó el 22 de enero la capitulación con MonhH'O,
desobedeciendo las órdenes de su gobierno,
¿ Y qué razón dió par~
ello?
El mismo ]a ha hecho pública en un telegrama al Pmsitien1."
Freile, fecha siempre 22 de enero: "estamos convencidos de que tlO !ie~á
posible eaplurar 6 los traidores por que tienen el vilpor "Chile" y 103 bu,
ques nacionales "Bolívar" y "Cotopaxi" listos para escaparse."
Df\<;plllés habla cn ese telegrama de que está "enfermo su espiritu" al ver 1:1
sangre derramada,
i Y preparaba
más derramamientos!,
,.
Tambien RObespierre Be cubrfa Iso ojos con un pafiudo al ver pasar un,!.
carreta para la guillotina.
Plaza, pues, firmó la capitulación, sólo ¡;on
el fin de dar confianza á los capitulados, que debieron quedarse en Uuayaqui! á entregarle la plaza , Entro tanto, sus agentes en ese mismo
Guayaquil incitaban al pueblo y las tropas á la rebelión contra Montero
para violar la. capitulaci6n,
Y asi sucedió,
Cardo Montera, por obra
de la fuerza. Plaza vIoló y anuló la capitulación, de becho, por obedecer
~f)
-4\)-
las 6rdenes del gobierno, órdenes que había desobedecido
¿ Cabe mayor contradición y jesuitismo?
para firmarla.
Si cabe!
El 23 d. enero, dueño ya de Guayaquil y presiollado p~r
108 cónsules f1 cumplir lo pactado, Plaza-inventando
siempre descargos
para lavarse las manoll más tarde--vuelve á ,telegrafiar al gobierno fíagiendo querer que se cumpla la capitulación.
El gObierno 8iempr& '!~
nleg&, y Plaza, el que desobedeció para flrmarla, insiste en, violarla ¡l9r
obedecer.
Y esto es lo atroz: mientras asi telegrafía al gobierno, el
mismo dfa dlrigle este telegrama. á su amigo y confidente Gonzalo C6rdoba, por lo visto su agente cerca de los conservadores, encargado' d.
hacer' de estos sus "torpes é inconscientes
c6mplices".-"Los
conserlradores dizque están explotando la capitulaci6n de Guayaquil ¡a,ra llevar
agua á eu molino.
No los dejen en esa labor jesuftica.
HAgales saber
que loa prisioneros á quienes ellos tanto temieron están bien seguroli.
QUlB JRAN A QUITO TAL COMO LO HA ORDENADO EL GOBIERNO
LA JUSTICIA CUMPLIRA CON SU DEBER.-L.
PLAZA."
Todos estos telegrnmas hoa sido pUblicados por el mismo gobiet~G.
por Plaza y Córdoba, para su defensa. cuando aún nadie los acusaba,
cuando eran ellos quienes acusaban á los conservadores.
¡CiegoS!
Se han muerto con sus propiall armas, al querer deshacerse de sus 00.-.
plices: el delito oscuréce la raz6n, embriaga de confusi6n al espiritu y lfi
arranca mortales confesiones.
Esto ha pasado con Plaza.
Ó
Hll tenido. pues. plena razón de afirmar-y
aún poseo para ello otras'
prueba&-que la capitulaci6n de Guayaquil fué un estratajema de PI~a,
destinado á impedir se escapasen Montero y 108 Alfaros, y que una vez
que los hizo coger presos por las turbas a¡:madas de Guayaquil-no
el
pueblo-la
vio16 fingiendo' obedecer al mismo Gobierno á quien para
pactarla fingió desobedecer.
y con igual raz6n he arrimado que Plaza se lav6 las manos cem.9
Pila.toe. aparentando querer salv~r la vida de los presos cuando los 9'fiaba al matadero.
Se ba visto ya el acusador é irrefut~ble telegra,aa.
á. Córdoba.
El es suficIente.
Pero hay más.
TodavJa el 23 de Enero
l'arioaromlg08 de Plaza telegraron á este desde Quito, pldléndole no que
mandaae á los presos á la capital, sino que no les diese libertad y w.•
110 escapasen
al enjuiciamiento y la sentencia.
Plaza el 23 de Ene~
contestó:
"No comprendo la indlgnaci6n de los ciudadanos de esa capita.'l. ppr
el hecho de haber expresado honradamente mi opinión respecto al cumplimiento de una capitulación que se lmponia entonces para terminar
esta perra rápIdamente, evitando as! que nuestro bravo ejército, fuea.
diezmado ])Or la fiebre amarllla que grasa en estas comarcas. COlM
!lO r.NKi para verdugo, maÑIn•• ml-.no declinaré, el mandodol
ejérclt."
-41,~/!a que venga á reemplazarme quien se atreva á llevar á estos de¡¡Ill"aciado6 generales á esa capital con el propósito de que corran la mis"'.suerte del Infortunado Qulrola.
Llevando á los prisioneros á Quita,
lIe ;ya. á infringir la Constitución que ordena no distraer á los delinc\lP-ll'
tell de SU! jueces naturales.-Soy
de ustedes, respetuoso compatriota.L.a Plaza G.
Este telegrama lo publicó el órgano placista de Quito, y lo reprodujo
el de Guayaquil, con el eptgrafe: "Ejemplo de moderación,"
Pues bien,
si Plaza no habla. nacido para verdugo, ¿por qué no renunció como 10
aB-unciaba?
¿Por qué entregó Iso presos Y 86 fué á Manabl á batir fl·
ciento cincuenta monteneros--COSa ridicula-en
tanto los infol1:uuados
marcbaban al degileJlo?
¿Por qué?
AJI{ debi6 mostrarse fuerte )'
altl-Yo, renunciando.
¿No 6S evidente. que todo era un comedia para
preparars.8 disculpas de su delito?
Lo peor para él, es haber dicho qU3
llevar los presos á Quito era inft"!ngir la Constitución.
¡EsteTártufo,
q\\e ha traído abajo el Goblenro de Freile Z., porque Infrlngia la Conlitltaci6n no hacléndole elegir á él Presidente. no supo hacer valer su
Influencia y su poder de general en jefe del ejército, vencedor la "fspera,
pal'a impedir se Infringiese la Constitlilción, llevando á. Quito á los presoll!
Plaza desobedecía al gobierno cuando le convenfa desobedecer, para tender una celaor, á Montero ) Alfaro y para hacerlos coger á traición en
lruayaquil; )' le obedecía cuando le convenfa obedp.ccrle, para mandar 105
~r~808
á que se les degollase en Quito.
Plaza no se subleva para dofe.lder la Constitución cuando 5e pisoteaba ésta, según él mismo, con el objeto de llevar los presos 6. morir en manos de las turbas quitcña¡¡; pero
Pla.za sí se subleva para impedir se viole la' Constitución no haciendo S2
le Jlombre á él Presidente de la Repúbllcal
;,Quién creerá que á Plaza.
todo poderoso en el ejército, si realmente hubiera
amenazado renuncilu'
, imponel'se, se le hubiera negado el que guardase 105 presos en Gua·
yaquil 6 á bordo?
El golpe que acaba de dar en Quito prueba si Plaza
sa.be imponerse al gobierno cuando le conviene!
Pero, sobre tod'l,
¿por qué no cumplió su promesa de renunciar?
¿Por qué se fué á MaIa'bf á luchar contra ridícula montonera?
No renunció;
luego, conforme
á lIUS mismas palabras, "fué verdugo."
Respecto á que Navarro dictó la orden y no él, nada significa., pues
NllTarro en 8US partes dice, que por orden de Pla;¡:a, se formó el Consejo
tle Guerra.
¿ Y por qué 'no rennucl6 6 desobedeciÓ á Navarro. su cómpli'ce?
El le entregó á Navarro 108 presos; él Plaza.
No sé dónde ha lefdo el señor Zaldumblde las numerosas contracllccio¡¡es q~ me achaca, dónde ha. visto que IIn dIo. acuse á uno del gran
ctimen, otro ti. otro; dónde que únicamente me apoye en "El Grito del
"ueblo," y dónde las demás análogas gratuitas aseveraciones.
Fellzmeate, el pt1bJico, que hay lefdo mis arUculos, sabe eomo no hay nada
-42de esas contradicciones.
"El Grito del Pueblo" he dicho que no me mQrece fé, por ser, órgallo placista. salvo cuando, á pesar suyo, deja escapar
confesiones dañosas para Plaza; todo juez escudriña as! 'los testímonios.
Yo TIlO he apoyado más que nada, en innumf!rables documentos oflciale~,
no j'edenclándome los que elta el señor Zaldumbide, porque favoreccn
;t
Plaza. sino a estos mismos y Ú otros.
i, Contradicciones'?
El 29 de Enero, cuando uo había detalle!; en
Lima de los horrorcs de Quito ,dije que nadie aceplaría que en manos de
Plaza no estuvo librar de la muerte á los presos, y lo acusé ya de VC1\~allzas person::t1es.
El 7·, de Febrero, ell "La Ilustración Peruana" vo!\'[
,; aClIsar á Plaza, y lo señalé como el principal culpable.
¿Cuánuo h'~
culpado yo al Ecuador'?
¡.Jamás!
Yo lo desligo de los criminalp.s. K;
Plaza quien quiere escudarse tras del Bcuador,
Acusa Ú su patria para
él sal\'arse.
El 29 de Enero. como el 7 de l"ebrero, como el 27 (le
Febrero, como el 29 de Febrero, como el 7 de Marzo, corno hoy. yo he
acusado y·acuso; á Plaza, dc ser el autor primero, el insti!?;udor en jef<l
de las mat.anzas, á los 'collsevadores. de ser sus "inconscientes
y torpeJ
cómplic.es", y al gobierno caído hace días de complacencias, timidez 6
miedo á Plaza.
No se puede ser más lógico ni menos contradictorio.
DCi:ldeel primerdfa,
la misma tenaz acusación.
I
Cuanto á la mucrtc de Andrade, no son las tendenciosas 'informado- '
nes telegráficas enviadas á Lima, las que variarán mi con\'icción al cont.rario.
}"s seilsibl~ dccirlo. pero ciertos corresponsales
no cUl!1plen con
su deber. de sÚlo transmitir
noticias, sino que se consagran en pspecial i\,
servir intereses polítieos.
Notorio CiI que el que manda á ¡,ima aquellas
informacioncs,
t.iened
cargo de director del 6rgano placista de Guayaquil, es decir, viene á. ser un instrumento y un vocero de Plaza.
¿ Qué
valen, pues, talp.s informaciones?
Lo que debemos es lamentar que la
prensa extranjera
no tenga correspOllsales imp;trciale¡; y verídicos, en
vez de defensores de_~la política placista.
Pero esas mismas afirmaciones, bien analizadas'.; qué dicen?
Cien absurdos irrisodos,
Que el
Gobierno iba :í revolucionarse en favor de sí ,mismo; que Andrade fué :í
8ublevar la policfa-HOO hombres-para
batir al ejél'cito---2,OOO hombres!
Aquello' de que Plaza 110 quiso aceptar la Diciadura pero sí quiso cambiar
llTI Vice-presidente con otro más H. Sll gusto y Sll servicio, da muestras
de la hipoCl'el:;ía con que ese hombre procede, y nada más.
En cambio, el
solo telegrama imparcial. que, emanado de una agencia, ha venido á Lima, dice que Andrade fué asesinado por un grupo de soldados placlstas.
Ya hablará Freile y v.,rem08.
Para el señor Zaldumbide no morecen fe Olmedo Alfaro, el señor de la
Guardia y el scñor Puíg; son interesados por que son vencidos y vlctimas.
Menos justo es merezcan fe los telegramas de Plaza, confeccionado!! ad hoc
(lor este mismo. Antes hay que escuchar á la víctima que al victimario. Y
-43¡¡in embargo, es con las propias palabras de Plaza, con esos mismos telegramas. pero c01;llpletos y confrontados entre si con los que yo refuto y pruebo hasta la saciedad la culpa del que he llamado y dije, muy poco "U'1
monstruo". No he citado periódicos; he citado documentos oficiales, casI
todos del mismo acusado Plaza.
El sefior ZaldumlJide no ha hecho sino reproducir las publicaciones <le
aquél, acomodadas naturalmente á su defensa; yo he hecho uso de todos
los documentos oficiales.
Pero, digo ahora, si nadie antf>.Sque yu ha Rcn·sado á Plaza, ¿cómo es que éste había pUblicado tantos documento!> para
su disculpa? Es que su conciencia lo acusaba y que él creyó útil á SIISfilHl~
adelantarse al veredicto del mundo! Sus cálculo!! han fallado.
Voy ñ terminar. La prensa en el Ecuador está amordazada ó aterrorizada: sólo los órganos del pavoroso tirano hablan. "El Grito del Pueblo"
especie d~ "Amigo del Pueblo" de los nuevos Marat, acusó á. Freile Zaldumbide y sus miuistl'Os de autores de las matanzas; "La 'Constitución"
(número del 15 de Febrero que pongo:l. disposición del }seiior Zaldllmbidp),
"La Con!'ttitución", digo, órgano del Gobierno, acudió á defensa de ést.f' cun·
tra "El Grito del Pueblo". Hoy Plaza ha derrocado á ('se Gobierno, para flU~
sólo su prensa. de ludibrio y muerte desfigure la Verdad y calumnie á los
cardos. No habiendo quien pueda hablar esa verdad en el Ecuador, justo e~
la digamos en el extranjero. El Ecuador nos agradecerá alg(m d1a, clIando
se liberte de la espantosa tira1l1a que lo oprime, á. todos los que expont:i ..
neamente hemos tomado la pluma en defensa de sus derechos y Sll lJOtlOr.
El Ecuador no es el señor Plaza-que
fue general centro-americauoRs1 como los Gntiérrez no fueron el Perú. El Ecuador es el pueblo muy oprimido y devastado por un caudillaje pretoriano. La popularidad del FleJ\Or
Plaza existe sólo entre cierta turba de Quito no entre sus clases tralHjuila>;
y trabajadoras;
en el resto del pafs todos 105 odian.
Yo no (:1'00 qUfl el sombrío tirano llegue á la Presidencia.
dumbide me atribuye la int.ención de seguir atacando á Plaza
lle~lle. Por cierto. Pero no seré YG, será el Ecuador mismo-lo intente Sud Américaquien cortará el camilla eJe eso.
hombre Qlle desde su cllartel hasta el Palacio. honrado un
fuerte. se 'ha tenqi¡lo una alfombra de cadáveres.
El señor Zal
en caso de QUA
aún antes lJue
Presidench;11
elfa por Roca ..
"Cron \\'uell- 'f>scribió Pascal-iba
á devastar toda la cristia nuad; Ro·
misma estaba perdida; .la potencia real deshecha; la sll~·a. por siempre
elevada. Pero un granito de arena se desliza á 811yejlga, y hélo allí J1111f>1··
to, ti Roma salvada, al Poder real restaurado, y al snyo por tiiempre hundi·
do" ..... i Oh, maestro de maestros, á quien debo el saber pensar, y el sab'?r
no pensar como tlí! Dijíste mal; debiste pensar lo co-ntrario. Cronwueil no
devastó, por desgracia, la humanidad; por desdicha, no aplastó al Papauo,
no aniqUilÓ al poder monárquico, no afirmó el suyo. qu{'. era el de la lihf'r-mil.
-44tad. y por eso, ahora, en este rincón del mundo, en esta pobre Sud Am8-l'tea, tan joven y ya tan vieja. hay quien es, no siendo Cronwuell, quiere •. dominar más (Iue Cronwell. quieren devastar la justicia, quieren abatir la ra-
zón.
El telegrama á Salvador Córdoba ha sido el grano de arena deslizad.,
no en las visceras. pE.ro si en la conciencia de Plaza. Y am ese leve graaito
hélo muerto moralmente al tirano, hé á la justicia triunfante, hé á la r.lzó.
vindicada, hé al Ecuador vivo y salTO.
no,
No doy un año de plazo para que, caido y castigado el sanguinario tirareconozca he cumplido mi deber de americano para con el· Ecuador ,
.. Entre el 11 Germlnal y el 9 'l'hcrmidor no mediaron sino dos m$-'
S~
seso
Talllen debe estar ya agitáll.dose en la sombra!
Luis Ulloa.
POR
LA
HONRA
DEL
ECUADOR
Y SUD-AMERICA.
(De "La IlustracIón. Peruana.")
Gobierno y prensa del Ecuador-es
decir, la única prensa que, á servIcio del gobierno, puede hoy exIstir en ese desdlcbado paSs-se esfuer··
zan á porfía por tergiversar los h¡lchos de que el mundo entero ha tenIdo
plena naticia harrorizado, y pretenden explicar y hasta justificar lal!! a·
trocidades de Guayaquil y Quita. apelando. para ella á la envejecida do.trinll: de la "razón de estada" y al mentiroso pretexto de la "soberana justicia popular."
Inútil empeña!
No es el denunciador
balbucea de las delincuentes.
no. es alvoz temblaro.sa de los culpables la que dominará y aho.gará el
pujante grita de protesta y anatema lanzado por todo un continente.Se·ria naceaari oarrancar dIe suelo de Amérlc'a la porción que se llama }llCUll.dor, para que elinsUnto. de solidaridad en el hano)' y la justicia desal'la·
reciese del corazÓn de todo.s las sudamericanos y cesase de impulsa.rloEl
á pedir y exigir resPo.nsabllidad contra quienes. haciendo gala de refi.nada
y cobarde crueldad. han arrojado. sobre la blanca Yestldura~.de "La Virge.
del mundo" el más desho.nroso. y espeso manchón de sangre.
Desengáñense las políticos de o.llroblo, fautores ó encubridores de 'Aquellas ignominias, paar devalver á su patrIa el prestigiO que ellos la
ha» arrebatado, 110 les queda otro camIno. que el "mea culpa"; el ostracismo. espontánea y vlanntario. Vayan á ocultar la frente lejos de Amériua.
en las tinieblas de la so.ledad y del olvida! Pretender. coma la hacen, en
cararse, ciegos de ira. al veredicto. de la opinión universal, sólo es atraer
'
-45sobl'e sus cabezas una condenación aún más severa. y persistir
tar á su patria de la comunidad de las naciones cultas.
ea apar-
SaUmosle, por eso, al encuentro.
"No S8 han hecho estudioS preTios sobre los sucesos reprobados, 88
.08 juzga sin conocimiento
de causa"; así e::'[claman los turiferarios del
caudillaje hoy desbordado sobre la infellz tierra de Olmado. Muy en particular, según el cable lo anuncia, se dirigen esas palabras al autor de estas ·n:neas. Preo cuando hace seIs meses escribfamos en "La Prensa" IlObr~
la "Situación polltlca del Eecuedol''' y condenábamos la actitud de Alfaro
respecto á Estrada, haciendo votos por la victoria de éste, nuestro a.rticula
tUTOla suerte de datOtriunfalmente la vuelta. á todos los entonces diaria!!
de oposiCión ecuatorianos y ahora diarios goblernlstas. En esa ocasi6n, los
mismos que 110y nos declaran ignorantes de sus asuntos, IIOS encontraron
perfectamente informados. Fue la prensa alfarista la que n08 tachó m:l3
'l1e da poco documentados. le apasionados y parciales. Nuestro articulo
Talió al señor Estrada ser denom~nado por "El Tiempo" de Guayaquil, f'l
"candidato del Perú". Era que los que al presente están arriba y en aqu~l
mom.ento abajo, hallaron que los conceptos por nosotros emitidos favore-cían sus planes. Como lo que hoy decimos los daña, no lo aceptan.
Poco nos Importa. Defendemos la Terdad y la jU:Jticia, nada más .. y la
defendemos no en beneficio de tal ó cllal partido ecuatorIano, sino en pro
de los intereses solidarios y comunes de Sud América.
Apelan también los pol!ticos y los escritores de Guayaquil y Quit •.•
á. laa circunstancias
atenuantes,
aducen la Indignación popular. Nosotros les preguntamos: ¿Ese general Plaza que al mando de 5.000 soldados
acababa de entrar á Guayaquil no pudo y debió acompañar hasta Quit.
A los presos? ¿ Para qué se dirigió á Esmeraldas?
¿Para batir la rldicub
teslstencia de 150 guerrilleros? El general Plaza, corno Pilatos, se lavó
las manos; sabia que Afiaro y sus Generales iban á la muerte; él les volteó las espaldas y los enviÓ al matadero.
Publica ahora Plaza para su descargo, sIn cuidarse de qua al hacerl:>
abruma á los hombres pllblic08 y gobernantes de Quito, telegramas y ofi·
cios cambiados entre éstos y él á ra{z de la muerte de Montero, con ciencia cabal de que en Quito esperaba á los prisioneros el deguello.
"Yo no soy Terdugo, dice en uuo de esos telegramas; mañana renunciaré el de los cuales se desprende qua él tenia mando del ejército y qua
venga otro á cargar con la responsabilidad.
A los presos les espera e.
Quito la suerte de Quirola" (el asesinato), No renunció. sin embargo: s~
atulentó no más, cuando debiera haber muerto cubriondo con su cuerpo 8.
108 vencidos. Y las terribles palabras de 8U telegrama quedan alH, imprltsas en todos los diarios ecuatorianos, como sentencia en letras de fue~o
proclam.a¡¡do su responsabllidad y la de sus poderdantes.
-46El Grito del Pueblo Ecuatoriano, que a veces más bien parece el eco
del furor pretoriallo, sostiene en una de sus c01umnas que el dilema en.
terrible: 6 la carnicerfa del pueblo de Quito. ó dejar á este saciar sus irll.il
¿Quién responderá lÍ este dilema? pregunta. Nosotros contestamos sin yacilar: la carnicería era preferible. Contra la fiera desmandada, el hierro.
y en otrll. columna el mismo diario reconoce que eran fieras los asesinoil.
Pero semejante dilema, felizmente para el Ecuador, no es cierto. Par~
que lo fuese seria necesario demostrar que realmente han sido las totali·.
dades, siquiera las ma~.'()rías de los pueblos de Guayaquil y Quito los auto ..
res de los llamados linchamientos. Por honor del Ecuador 110sotros no aceptamos tal cosa. F:I general Pla:ta y el gobierno de su devoción lo dirán asi.
la conciencia universal replicará nó ... ¿ l'll pueblo;
Acostumbrados esta.
mos l\. que los aeaparadores momentáneos del poder pÚblico disfracen con
el dictado de "pueblo"
álas legiones desus ai?;eutes á sneldo, á la turb;¡,
mercella"
- '~"i,.l'OS. Para el .tirano Rosas de la Arg-eutina ~I pueblo
lo formaban sus mazorqueros: cuando flueria deshacerse de sus enemigos
echaba sobre ellos le "justicia popular" ... Cien mil veces no! lo que eí
nuevo pretorianisrno ecuatoriano llama pueblo lIO ha pOdido s~r, no ha sido sino turbulento conjunto de algunos cientos de malvados prontos siem"
pre á todo. No es de abajo sino de arriba de donde tiene que haber parti-do la iníclatiya de la vlllana matanza. seguros de encóntrar connivencias
. y facilidades en los propios custodios de los desventurados prisioneros.
Hay un hecho que comprueba lo que decimos. A las 12 de la mañana
entraron al PanÓpaico de la capital pcuatoriana, Alfaro y sus compañeros:
á las 12 y tres cuartos eran victimados. Y bien. si había ese gentío inmenso
si todo Quito se daba cuenta de lo quc iba á pasar ¿no hubo medio de que
interviniesen las legaciones extranjeras? no lo hubo ciertamente,
\lorque
se trataba de un .plan· combinado y sorpresivo
que se desarroJl'ó en tres
cuartos de hora. La vertiginiosa rapidez de la escena demuestra que sus
altos directores la ocultaban á. la gran masa á fin de que la ignorasen los
ministros extranjeros'. Porque estamos Sl'lg-uros de <lue, al saber éstos lo
que se pretendía, se hubiesen interpuesto: y si las tropas del gobiel'llo quiteño se declararon impotentes, no lo habría sido la palabra y' la amenaza
de los nmresentantes
de los Estados Unidos, Brasil y Chile'-· Estos últiIJlos
se habían hecho escucha/o ya en otras ocasiones semejantes del popUlacho
de Quito: esta vez lo habrían obli~ado Íi escucharlos.
Bien ven, los periódico:; del caudillaje placista que sus argumentos son
contraproducentes.
Cuanto á. la invocación de los antecedentes de Alfaro
¿ lluiéncs menos que sus vencedores pueden tomarlos por defensa? Que
faro incurrió en tristes errores, que Alfaro cometió feos delitos, que Alfaro
explotó y arruinó al Ecuador; ya lo sabemos. Pero los hombres poHticos
que cantan victoria sobre las cenizas del "viejo luchador" ;.110 fueron tenientes y servidores de Alfaro? Cuando las charreteras de general que se
.41-
---47 -
llevan, como las de Plaza, se deben
pudor de no olvidado.
Ú
don Eloy Alflu'o, e~ preciso tener ••1
No .terminarÍln, por desgracia, con la hecatomue de Quito, las llamadas "revoluciones" del Ecuador. Al contrario. ~~l11 de L\gosto el gohiern0
constituido era el de Alfaro. Si ese dra éste vence podía haber hecho asc>sinar ¡Í sus enemigos y declarar quc la "justicia popular" los haufa aniqui
tado en su ansia de concluir con los revolucionario!;. F.!;lOSRon ol podel' con~:
t¡turdo de hoy pero uo tienen nliis d,'recho para hublar como hablan, 'lE'" Al
IJue huhiese entonces tenido Alfaro. Para (jue las "revoluciones" eeuatorin·
nas terminasen, hahría sido neeesaJ'io matar al eaudiJlajp. pretoriano. Error
grande dp.1señor Estrada fue darle nueva vida, apelando, después del 11 clf'
Agosto, al concurso de Plaza, enemigo, pel'O hechura do Alfaro y adiestrado.
como éste ,en las luchas de las banderías centroamericanas,
Cuando Ulul'i;)
F,strada, Plaza que le habra arrojdo l'uido\;amCllle ¡i la cal'a la Cart.era Mi
nisterial, co nque ese malogrdo Presidente lo favol'eció, se preparaba
ya:i
forjarle la "revolución" en Sud-Amcl'ica. La victoria de Plaza es la. de un
caudillaJ.' sobre otro: mañana veremos le\'anlarSf' nn tel'cero.
Para lJosot.ros .en nuestro carácter de sud-americanos, existe torlavía ni)
interés superior al de la paz ~,.el orden internos d(;] F.cuador: el rlcl honor y
progreso de Sud-.Amériea, Paz como la de Turqura bajo Abdul-lIazzis, ordf'l'
como el de éste el.l Armenia son ulla afrenta continental. Es por eso que consideramos indispensable un asanciólI !;ud-umericana á le!!; Han?;r'ientos crí··
menes de Quito, Pensamos, como lo ha dicho valientemente "El Diario" tll'
La Paz que ·para hien de todos estos países. no deben quedur impunf>s tal"H
crrmenes no debe reducirse la accióll de ¡\¡n~,rica en 1"1asunto ÍI simples palabras de prOlp.HtaHsilla insistir tenazmente en procurar el castig-o. Con t:tl
fin, todo el pcriodismo de Sud-América está obligado ii hacer causa comlin
y á ello lo invitamos desde la scolmnna.s cn que "l1m;traclón Peruana" nos
brinda hcspitl\lida(j .Qn(~dall como Únicos aliados (h~l sanguinario
pretorianismo dp. Quito, jUllto con las hojas que éste subvenciona. los cada día 1Il~";
raros órganos dp,l clericalismo en este continente, t1nic.oHqu~, cou "La U
nión de Valparaíso ;1la cabeza, han ·t.euido la audada 11
•. aprobal' los innobles
asesinat.OR. , .... Pat~tica y reveladora confraternidad del oscurantismo
de
sotana)' el del puflal i
¿ y cuÚI debe ser aquella sanción? Lo dijimos dC'sdC'P.l primer
dra: el
Loycot.eo moral y diplomático del Gobierno de Quito, aflliear á éste el mModo aplicado ~n Europa cont.ra el de Servia. Pp,ro en :Jud-;\.mérica debt'IIlO};
hacer alg.) más todavra, (;omo CUlO!!]" á democracias ¡Í vidas de Justicia y 110nor,· El castigo tiene que ser ejemplarizador, único, como único ha sido, si!"!
precedente, el bochornoso "rimen, Que haya orden y paz en el Ecuador, po!1'0 que los Generales
gohiernistus, espectadores indifercntes, cuando mellos
de las personas matanzas que los poHticos que las han ac.onsejado ó corscllli
do, no recojan el frut.o de sn delito, Ni Plaza, ni Andr:HI•., ni ninguno de los
miembros del actual Gobierno ,n~ las autoridades de Quito y Guayaquil, pueden ocupar :nunca más un puesto oficial en el Ecuador. ¿Presidente alc'uno
de ellos? ¡Jamác! El propio honor ecuatoriano lo exije antes que nada.
¿.Cuándo despertará Sud-América? repetim08 .... Ha.ce sesenta
afioB se
J.l~eR6tltóen Lima con el carácter de Mini.;;tro de Nueva Gr:mada tm hombre
de la sangre del vencedor de Ayacucho ese hombre era el General José Ma·ria Obando. El Presidente del Perú mariscal Castlll¿l el mi8n:o que más tarde llbró al Ecuador de la "polonización" propuesta por Mosquera-se
.eg6
ebstinadamente á reconocer como representante de una nación culta al acusado de un crimen horrendo. Obando hubo de regresar humillado y ea.izbaje á Bogotá..
No queremos comparar Alfaro á Sucre pero el crimen del 28 de Bnem
es acaso más horrible por sus móviles que el de Berruecos. Si imitad.
á
nuestro viejo mariscal cada Presidente sud·americano se negase ahora á reCODooercomo Presidente del Ecuador á cualquiera de los moralmente responsables de los asesinatos del mes pasado el hooor de Sud-América queaaria á salvo.
Luis Ulloa.
-49LA REVOLUCION
EN EL ECUADOR.
NUEVOS DETALLES
DE LOS SUCESOS.
La gran farsa.
("La
Prensa"
de Lima.)
Autier publicamos varios detalles sobre el golpe de cuartel
dado .en
Quito el 5 de los corrientes.
Ellos perteneclan al diario placista "El Guante" interesado en desfigurar la verdad, Hoy podemos dar dos nuevas vp.rsÍones mAs fidedignas, especialmente la primera, que tomamos de una can;}
particular dirigida por un caballero de Guayaquil á otro de esta cludao, lA
segunda versión de la que s610 extractamos los principales párrafos, la tra(
"El Ecuatoriano", diario conservador de Guayaquil,
Aunque amordazad!.
como está. hoy la prensa cn el Ecuador ese periódico procuró relatar los 11echos dlslmu)adamente
y moderar el tono de sus reproches para no bc¡'i!"
la susceptibilldad del ¡¡lacismo con la jesuHica hipocresía que caracterlz&
á su jefe y su partido, pretende que "El 1<Jcuatoriano" ha cerrado por voluntad de sus redactores.
Cerrado "El Ecuatoriano" no queda ya en la vecina del Norte ni un solo diario que no dependa del gobierno puesto en Quito por el General Plaza, para que lo haga elegir á éste Presidente.
He aqul los párrafos
de la carta:
"Después del sometimiento de Guayaquil, Plaza se creyó duefio de este
infortunado paf!;, desde que hizo sacrificar á los prohombres del partido
radical, del modo más inhumano con los terribles asesinatos de Guayaqnil
y Quito en los días 25 y 28 de enero pasado. Plaza crcyó que saliendo de esa
manera violenta de los Alfaros y sus tenientes, ya nada tendría que teme:--,
sIno que dispondría á su antojo de los destinos de esta repÚblica.
Fuése, pues, á Manabf en donde pasó cinco Ó Heis dfas y cuando volvi,j
á esta ciudad encontró con la nueva de que el I;obierno un tanto disgu::;tado porque lo había comprometido enviándole á Quito inopinadamellte
~
los generales prisioneros para que fueran sacrificadoR impunemente. por U.l:¿
parte y por otra en la confianza de sus protestas diarias de que respf!taMa
la constitución y que él, primero se dejarfa sacrifica
antes que consentiren que se haga nInguna revoluci6n á. su favor pensó el gobierno hacer obra
merItorIa apoyando la candidatura civil del eminete hombre público y {liplomAtlco exclarecido. liberal
incornlptible y honradfsimo patriota, selio!'
doctor don Carlos R Tobar, que la hablan exhibIdo algunos de sus ami.
gas y partidarios,
Plaza siguIó Inmediatamente
á Quito, deSPUés de lanzar aqul un manj.
fi~sto polftico en p} que estaba desarrollado su pro~rama de gobierno, y ",\1
que aparecfa. como que estuviera ya electo presidente de la repúbHca.
-5()-
Dirigió también sendos telegramas á sus amigos de algunas provincias
en qué deda que se estaba traicionando á la república, por haber exhibido
otro candidato, como si él se llamara la repÚblica: y por fin llegó á Quito
en donde quiso imponer' á Tobar y al gobierno con amenazas y 1)01' fin con
ruegos y bajezas indignas, pero tanto uno como otro no le hicieron caso.
Después, fuéexhibida también la candidatura á la presidencia de la
replibllca, del general Julio Andrade, liberal insospechable, un gran talento,
militar de escuela, caballero siu tacha, diplomático modelo, en fin, una de
las pocas eminencias de esta tierra.
Como yo eran tres los candidatos y todos los liberales para evitar la es:
cislón entre los adeptos de uu mismo credo poHtico, un grupo de liberales
de la capital, reunido. acordó dirigirse á los tres candidatos para que designaran cierto número de representantes y est.os discutieran y resolvieran
quién de los treS debía ser el único candidato por el que debfa trabajar
el
partido liberal. Los candidatos Tobar y Andrade aceptaron la proposición,
ma.s Plaza la rechazó indignadO. As! terminó eaa tentativa dé avenimiento .••
siva
De aIU en adelante Plaza y sus parciales tomaron una actitud
agrecontra
SUB
contrarios
y comenzaron
á sobornar
los cuarte-
les.
El ministro de guerra y marina geueral Juan Francisco Navarro esta-ba en un todo de acuerdo con Plaza, ya que los dos están ligados por los
crímenes comunes á ambos de los asesinatos de los generales liberales Al·
faro y sus compañeros.
También el ministro de hacienda José Federico Intriago simpatizO con
Plaza. y entró en la' conspiración y soborno de los soldados.
Por su parte, el gobierno sabiendo poco má.s ó menos lo que ocurr!a bUi!apoyo eti un militar de prestigio para sostenerse y apelÓ al general Juli'l
Andrade informado de lo que ocurría y consecuente con su modo de ser y
eus actos anterIores, aceptó la cartera con el fin de seguir ~osteniendo al
gobierno que habla salvado con su espada de la dictadura de Montero.
ClÓ
La prlmerd. diligencia, .naturalmente, del general Andrade. fué la de separar á los jefes de cuerpo que eran infieles al gobierno J' apenas habf¡\
prestado la promesa constitucional para entrar al desempeño de la cartera,
.cuando el 5 en la. tarde, comenzó á hacer las primeras diligencias para efe.:)tuar el cambio de jefes de cuerpo pero Plaza, que todos los movimientos del
gobierno los 'conocfa pOrque en éste encontrá.banse aún Navarro y el Ministro Intrlago, resolvió ha(~er la revolución esa misma noche á las doce.
La razón para que nos detuviéramos á explicar á usted estos acontecimientos, es la de que los diarios de este país, en gelleral son placistas.y hoy
-61todos ellos publican con un cinismo sin Igual, que el movimif!nto ó revolución estallado en Quito ha sido obra de los conservadores: esto es un absurdo Inconcebible, que indica una perversidad increfble.
Plaza dueño de la situación y de todos los elementos en este pals ha
prohibido el uso del telégrafo y del teléfono entre Guayaquil y Quito y sólo
él y los suyos hacen agul lo que Plaza dispone que se nos comunique; guárdan se las noticias gúe les puede causar dafio ó desprestigio. Por esa causa
la verdad de lo acontecido en Quito se ha sabido solamente ayer en esta
ciudad porque el gobierno ha tratado de Inculpar de la revolución y del ase.
slnato de Andrade á los conservadores.
Igual cosa ha ocurrido con el servicio del cable: existe censor que lrapide transmitir toda noticia de los acontecimientos polfticos escandalosos
que han ocurrido agur; de la revolución efectuada por él y del asesinato que
ha perpetrado en la persona del señor general Andrade y ha puesto A uno
de sus áUlicos, destinado con el exclusivo fin de que trasmita las notlciatl
al mundo entero, gratuitamente, á su acomodo, á fin de engafiar á todos los
paIses de América y Europa.
LOS UL TIMOS
SUCESOS DE QUITO.
EL ASESINATO DEL GENERAL ANDRADE.
(De "El Ecuatoriano".)
Als·rma en la ciudad.
Desde el medio día de antier se notaba en la población mucha alarma,
el comercio empezó á cerrar las tiendas y se presAntaban t.odos los síntomas de una nueva revolución, de un nuevo cuartelazo con que amenazaba
el placlsmo, según se susurraba por todas partes.
Lá causa se decla que era el cambio de varios jefes de los cuerpos que
hacen la guarniCión en esta plaza.
En el gabinete.
A las dos y media p. m. so reunieron en el gabinete, el Beñor encargado
del poder ejeeutlvo, el doctor Día;t, el doctor Tovar, el general Navarro, el
BANC;~_'
aIBLlOTr,""."
(~ A.T
:=,r Lo'.~:=-:-;";~'II(>.
, !'~.
t. 1.,
"¡(
fJ
-52-
General Plaza, el Intendente señol' Narváez y trataron
rascendencia para la patl'i~.
de asuntos de gran
El señor encargado del poder ejecutl \'0 1I1ailifestó que era necesario
cambiar ú los jefes de los dos regimientos de. artillería de esta plaza, por··
que se decía y constaba que sacaban cañones y ametralladoras de los respectivos parques, El señor ministro de guerra se negó á esto, .li:ntonces el
doctor Freile con la encrgía del caso, le replicó: ó destituye á los dos jefe,.
6 renuncia la cartera.
El general
Andrade reconviene
al general
Plaza.
\.
Tomó la palabra el general Andrade, y con toda la energía y caballerosidad de su 'alma patriótica, se dirigió al general Plaza y le dijo: "¿No está
ya satisfecho con tanra sangre derramada en las últimas batallas y con la
!Il~rdlda de tantos ecuatorianos patriotas? ¿Quiere más sangre? Aquí está
:a nuestra,
Usted, general, quiel'e 1II1Claruna nneva éra de caudillaje;
-dañar más aún el ejército? Esto no es poslble, nó.
usted quiere
Actitud del gener'al Plaza.
Sin tener qué contestar á los cargos que le hada el general
Plaza palidecIó, tartamudeó y no respondió una sola pala?ra,
Andrade,
El general Plaza llamó aparte al general Navarro y conferenció con
él un momento en otra habitación- ll1el':o el General Navarro volvió á ell
trar al gabinete.
Ministro
de Instrucción
Publica.
El gabinete ofreció la cal'tera de instrucción pÚblica al general Andrade, .quien con frases honrosísimas, manifestó que no podía aceptarla;"
pero como todo!> insistiesen en esto, tuvo que ceder y hacerse cargo do,
eUa.
Sando.
A las 4 y medIa p, m. se publiCÓ el bando, nombrando
instrucción pública al señor general Andrade.
Gritería
ministn~ d~
y algazara.
Entre las 5 y medIa de la tarde se reunió un ~rupo de placislas en' las
esquinas de García Moreno y Chile, y allí fué de oirse y verse escenas c6mico-dramáticas:
todos gritaban viva Plaza, abajo los frailes, abajo 'los
arTastradores Y mil sandeces por el estilo, haciendo' uso del vocabulario
conOCIdo por esas personas.
l-'abl,l
el general
?ICU3.
Luego l'••unldos ~!l masa se dirig'ieron á la residencia del ¡?;eneral Ph.
en donde n'doblaron
los gritos y arreciaron los abajos y 1m; mueras
Al ojr este ruido salió el general Plaza, luego hubo lIll orador improvisa ..
ó:', !: pOI' fin habló el tan vivado general y dijo: "mientras yo viva conse,·.
\'~.l"l' el estandarte
radical en el Palacio de Gobierno, tened confiun¡;a en
mi, porque ••" caso nccesal'io, me opondré á la cabeza de vosotros como
lo estuv,:. en Yagnachi".
Z;i,
En la policía,
A las 10 de la noche, má8 Ó menos, el señor encargado del Poder, a.
cÚll'paílado del señor doctor Tobal', el dOClor Oiaz, genlJl'al Andl'adc, el señor intendente y varios jóvenes se dirigieron á la policía, con el objet<)
de sostener al gobierno cOllstilucional, amenazado.
Las
completo
Quito se
transitar
das las
tránsito,
comisiolle¡; recorrfan las calles de la capital,
silencio: el pueblo estaba recogido y todos
encontraban gozando del reposo de la noche:
por ninguna de las calles por cuanto estas se
esquillas con fuertes escoltas de policía qne
que se hallaba cn
los pobladores d'J
pues era ImpOSible
encontraban en to·
impedían el libre
Tanto en el conedor de la policla como en los salones de la intellulmcia, paseaban poquisimoR jóvenes mezclados con los soldados de la gnardi;l
y uno que otro oficial de los demás cuerpos. Las horas ihan transcurrielldv
en medio de la agitación y de la duda que asaltaba á tocios los corazones.
todos hablaban del fatal momento, todos se prepamban á hacer la I'esi:;·
t. •• ncia en caso de ataque, contando con el apoyo de los soldados de poI[·
eia, .. ,. Cerca de las doce de la !loche el señor intendent.e, obsequió á loíS
concurrentes una copa de cognac. pues la noche era fria y la hora bastat\·
te avanzada,
La revolución.
Eran las 11 y tres cuartos de la noche cuando sonó en el interior dI'
la pOlicía la primera descarga de los pOliciales revoltosos:
descarga que
fué dirigida á la pieza en donde se encontraban los señores
encargados
del Poder Ejecutivo y sus ministros, Tobar, Diaz y Andrade, cayendo est!!
último victima de una bala certera, ... y bien dirigida.
Fácil es presumir el desconcierto que reinaría entre t.odas las perso·
nas que ocupaban los salones de la intendencia al verse agredidas por Ul\d.
bandada de los mismoEl guardianes, fusil en mano, contra personas inde·
fensas y desarmadas.
El cadáver del malogrado general Andrade para quien la patria tendrá siempre lágrimas de gratitUd y la historia una página limpia é llumi-
-54na.da por los rayos de la gloria yacIa delante de un armario que servía -le
mampara al cuarto contiguo en el cllal se refugiaron todos los que debían
ser victlmados y esperaban la muerte de un momento (\. otro, lo que >'le
habría efectuado sin la eficaz y oportuna porteccl6n del capitán Vaquero,
secundado luego por el señor sub-Intendente de policía y comandante Arroijos.
El general
Plaza.
A la una y tres cuartos de la mañana, llegó el general Plaza ái la po'
liefa, después ,je tener en su pod~r y á su órden toda la fuerza que hasta
esa noehe sostenfa la constitución.
Al entrevistarse con el señor doctor Carlos Freile ZaldulDbide le dijo:
"Usted Il).e ha estado tl-alcionando con el cambio de" jefes" A lo que replicó el doctor Tobar: "En nuestra situación no puede usted hablar de traiciones, porque éstas no caben", Comprendió el general Plaza que no debía seguir tratando de este asunto y dijo: "Tienen garanUas todos, soy
caballero." Tomóle del brazo al señor doctor Carlos Freile Zaldumblde, á
los demás los tomaron del brazo otras personas: al doctor Tobar fué á
dejarle á su casa el selior ministro de guerra. Algunos fueron destinados
á la artillería y el encargado del poder ejecutivo y el seflor Pedro R. Salvador alojados en la casa del señor general Plaza.
La dimisi6n. "
\
Una comisión del nuevo gobierno que surgfa, se presentó
entonceR
al señor doctor Frelle Zaldumbide á pedir que dimita el mando. El doctor
Freile accedió á lo pedido. dirigiendo en seguida -una esquela
al doctor
Francisco Andrade Marín, Indlcándole que se haga cargo del poder, pues
se Iba á ausentar del pars.
(' La
lre:,sa"
de Lima.)
-1)1)-.
LA PRENSA
DE CHILE
"En Chile como en las demás naciones civilizadas, la noticia de los asesinatos cometidos por las turbas de Guayaquil y Quito ha causado profunaa
sensación de horror."
Esto dijo el Ministro del Ecuador en Santiago mientras con su protestR
abandonaba de hecho su cargo de representante de ese gobierno.
Sin embargo, los periódicos que con sus artículos sediciosos habían pre·
parado esos excesos de las turbas, se creyeron que la prensa de Chile, aCfl!>taría el crimen sin la debida protesta y al verse sancionados por los diarios de aquella nación que enérgicamente condenaban el crimen y pedian
justicia para los criminales, sabiamente se escudaron
tras el nombre del
pueblo ecuatoriano y tocaron la nota patriótica para defender á sus Jefes !)
caudillos á quienes la opinión pública sindica como (micos responsables.
Habla "El Guante", peri6dlco placista:
LA GRAN FARSA
La Injuria
DE UN CARlNO.
Chilena Sobre 1<1Ecuador.
¡Cómo hubiéramos querido no escribir jamás estas Hneas ni manchat'
las páginas de "El vuante" con la reproducción dfl la atroz illjuril!, que las
motiva!
Pero honradamente ,sin pensar en otra cosa que en esta patria por la
cual aún se tiene la debiUdad del cariño; sin tener otras ideas que las de
librar 'al pueblo de un espantajo de amor en cuyo fondo solamente bay
despr((~io y hasta odio; sin aspirar á otra cosa que á una soledad digna
antes que la unión depresiva para el país, porque el país representa
la
debilidad; así, honrada y patrl6ticamente. nos hemos decidido por la publicidad de la ofensa. para que el pueblo ecuatoriano sepa y comprenda
q-'~ al gritar ¡Viva Chile!, en medio de los fáciles arrebatos de la patrlo, teMa, no hace otra cosa que ponerse en ridículo y reclamar á quien en
,el diccionario halla las peores injurl- J y en la paleta los colores más chíIlonea. para juzgar á los mismos que lo aclaman con una adorable irr!l5ponsabiltdall.
-5'Todos los patses.
Los enemigof< extremaron la Dota y aprovecharon
la oportunidad para saciar á medias sus rencores.
y cuando los ecuatorianos esperaban de los llamados amigos, no una voz de justificación
para la6 tra~~edias, pues los crimenes jamás tienen justificación racional,
sino siquiera un silencio compasivo ó una aclaración generosa. )' leal, de
ellos brotó la frase más acre, la calumnia má.a grotesca, el Insulto máa
duro, la ofensa más Inmisericorde.
Colombia Y Chile, Chile y Colombia se han dísti,nguido en esa' labor
de moraJismo estemporáneo.
y han quedado en evidencia.
Quiso e15t~,diario un día catalogar las injurias, reunirlas en uno como recuento de las infamias atribuida á. la pob're Patria: pero "era tarea
flemasiado grande, demasiado superior á las pequefias .fuerzas del periódico. Y entonces,
así como de Colombia tomó lo más saliente, ha
querido tomar de Chile la nota más alta y más dolorosa, que es la que
reproduee fiel y exactamente en esta misma edición.
Se trata de una caricatura
publicada como portada de la revista
"Sucesos," de Santiago de Chile. con aquella admirable tonalidad de colores que pued'en ver los ecuatorianos en esta misma página, en esa obra
de arte chileno á la cual no se le podria pedir una nota mejor ni más
alta en materia de ofensas.
¿ y bien?
'No 05 queremos recordar. j oh. ecuatorianos!,
aquella famosa sesión
secreta del congreso
nacional,
cU,ando estaba á punto de producirse la
guerra con el Perú. y en la clial fué lerdo un cablegrama del gObierno de
Chile en el que se expresaba el agrado con que hubiera visto esa nació:l
la aceptación por parte del Ecuador del laudo arbitral del rey de España,
que le cercenaba la mitad de su territorio; no os queremos recordar 'aquel
pretexto de la cesión de armamentos que ha hecho del Ecuador mía especie de desván con respecto á Chile, un desván internacional
al cual
van á parar los desechos de su fuerza,-buques,
cañones, rifles, cartuchos,-pagados
á buen precio en dinero y á mejor valor en moneda de
gratitud; no os queremos recordar cómo los rellresentantes
oficiales de
esa nación han levantando
bandera de extraterritorialidad
en tierras
ecuatorianas
Inmiscuyéndose así en la polltica nacional y haciendo lo
mismo Que los Estados Unidos llacen en las repúblicas negras del mar
Caribe; no os queremos recordar el gran desprecio con que los ecuatorianos son recibidos en Chile, lo mismos los altos enviados como el
fall'ecido doctor Luis Cordero, que fué objeto y sujeto de burlas populares; que los simples viajeros á quienes se trata con la conmiserad6n
de
huéspedes penosos ó de intrusos juglarescos;
ni, siquiera os queremos
recordar que ese pueblo traficó con la bandera ecuatoriana, hace algunos
lUltroa, para realizar ei n'egociado que despues repitió Halía.
Nó, de
-57-
nada de eso queremos hacer memoria, porque falta espacio en la medida
común del editorial de un diario chico como este.
y por si aquello fuera poco, allí está el inacabable rosario de injurias vertidas contra el Ecuador, en todos los diarios y publicaciones chilenas, con motivo de unos sucesos que, si bien bárbaros y dignos de ceno
Bura, no tienen el carácter de nacionales
que se les quiere atribuir.
Y
todo esto, ¿ por qué? Sin duda por aquello de dime con quien andas y
te diré quien eres.
Y Chile no ha Querido marchar junto á su Viejo ami·
go, el Ecuador, para no ser tan bárbaro con el amigo, prObando su aleja·
miento con el turbión de denuestos y . de infamias
á que nos v~nimos
refiriendo.
¿A qué autoengañarse?
Sabiéndonos solos, aislados, despreciados,
sabremos sacar energfas de la propia flaqueza para hacernos fuertes y
respetables por' nosotros mismos.
Y esto' vale más que el eufemismo
sofocante de esta tierra, donde se quiere tapar hasta las injurias con
formulismos y, desgraciadamente, de una manera especial, en el gobiern'J.
El Ecuador está sólo muy sólo, completamente sólo.
¿ Ya lo sabela,
E'<:uatorianos?
Pues ahora á ser fuertes con la propia capacidad ó á
perecer aislados pero dignos y sin buscar arrimos que, en el mejor de
los casos, dan ocasión para verguenzas como la presente, que no se pueden sufrir en paz, por máll que haya que inclinarse ante las conveniencias.
¿ Habrá ecuatoriano que despues de estos acontecimientos,
siga to..
-dada pensando en cariños ImpOSibles y exteriorizando su pensamiento
con sarcásticas manIfestaciones popUlares 6 personales, por las glorias
ó alegrIa s del pueblo que así nos ha Insultado?
Y por si lo hubiera, dealo.ramos enfátieame.nte que esos ecuatorianos serían traidores al senti·
miento nacional y, por consiguiente, á la patria.
CASCABELES.
(Revista
"Monos Y Monadas,"
(Chile), No. 92.)
A nuestro colega "Sucesos" le han arrojado el guante por una carlcittoura publIcada con motivo de los bochornosos y sangrientos
sucesos que
se desarrollaron en el Ecuador durante el último motín militar.
"El Guante Rojo," seguramente tefildo en sangre fratricIda, ha publt<lado UIl violento articulo en contra de Chile, afirmándose
que esa cariea·
-58tura viene á demostrar
es una farsa.
palpablemente
que la entente
chileno-ecuatoriana
¡He aqul un' 'verdadero triunfo de la caricatura moder!1a!
¿Quién
no se ha indignado con el salveje asesinato de generales en Quito?
¿Quién no ha sentido verguenza de que un pafs hermano. que creímos
clvl1izado. se Jlortara á la altura de cualquier colonia del Africa Central?
¿ Quién no ha sentido indignación al imponerse de la complicidad manifiesta demostrada por el Gobierno ecuatoriano en estos desgraciados sucesos <lue enlutan las páginas de la historia americana?
Just.a 6 Injusta. la caricatura de "Sucesos" reflejaba el ánimo del
moment.o.
No queremos entrar en detalle de los m6viles que originaron
esa protesta bonrada.
La va? de la humanidad se alz6 en grito de protesta de uno á otro extremo del orbe.
¿Acaso él. como muchos ecuatorianos. '110 encontró en nuestra patria
una hospltalldlld
franca y generosa?
Preguntadle
á los ecuatorianos
residentes en Chile, si se encuentran descontentos de nosotros.
Seria curioso que por no disgustar á los señores periodistas del
Guayas antes de publicar un articulo 6 una caricatura, tuvlésmos que pedlrles su visto bueno.
Cuando deja roncha una picada. hay sangre
mala .....
y t6mese .m cuenta al mismo tiempo que no solamente los chilenos
han censurado enérgicamente
estos asesinatos, sino los mismos ecuatorianos en documentos que son conocidos del público.
"El Guante Rojo"
ha tirado el guante sin que nadie, que yo sepa, lo haya recogido.
CONSUL
"QUE
CADA
UNO TOME
111.
SU PARTIDERO."
(De "El Republicano,"
Colombia.)
Un colega de Guay'aquil se queja de que en ciertos 6rganos
prensa colombla.na 'se advierte un malhumor contra el Ecuador.
de la
Mientras el canibalismo no se había demostrado tan ferozmente·,en
ese pals que tan bien comprendi6 el gran General Mosquera, nuestra"
simpatfas se ref.lejaban espontanea y sinceramente, con la frecuencia .de
los acontecimientos que asf lo requerfan.
Nunca creímos que en ese país que tuvo un ~esto de indignación por
el atropello de que fuimos víctimas cuando el Coronel Roosevelt, tuvie-
ran lugar sucesos que los mismos negros del Congo no aciertan á verificar; y era que olvidábamos que entonces un destollo de civilización dirigia, li. sus gobernantes, en tanto que ahora .. ,. es doloroso decirlo. ig·
noramos á Qué clase de la humanidad pertenecerán
los reaccionarios.
Con el pesar de una desilusl6n pero con la indlgna.ción de civilizados,
no podemos menos de protestar de la alianza con ese desgraciado pals. y
como lo insinúa el colega ecuatoriano, es nuestro concepto Que cada un.)
tome su partidero.
No hemos pretendido la parte del le6n, á cuenta. de aliados, no: que
la cobard(a no aguzó las zarpas de los leones, Los que obraron en la
tragedia de los Alfaros, podrán ser ecuatorianos, pero están excluidos de
la humanidad.
Es sensible confesarlo, más las confesiones traen sinceridQ.d, un bienestar amigable. tristemente,
consolablemente.
LA PROTESTA
DEL
MINISTRO
DEL
ECUADOR
EN CHILE.
Oportunamente nos comunic6 el cable la noticia de la renuncia de su
puesto
del MinIstro
del Ecuador en Santiago.
Publicamos
el texto
de 'ese documento, que honra al doctor Elizalde:
"Santiago,
2 de Febrero
de 1912,
Sefior Ministro:
Profunda
sensación de horror ha causado en Chile, corno en todo el
mundo civilizado, la noticia de los asesinatos cometidos por las turbas de
Guayaquil y Quito en las personas de los Generales Eloy Alfaro. ex·presidente de la República; Flavlo E. Alfaro, M. Medardo Alfaro. Pedro J
Montero, Ulpiana Páez. Manuel Serrano y Coronel Luclano Coral.
Condené como patriota y hombre, de honor y de orden la revolucióll
del 28 de Diciembre último, y lamentando los sangrientos sacrificios
que
costó debelarla, aplaudí el triunfo de la Constitución,
Pero hoyes
el
Gobierno quien ha violado, á su vez, la Carta Fundamental
de la ReplÍbÍlca en su titulo VI. que trata de "Las garantras individuales y poHticas,"
por no haber impedido la ejeCUCión de esos crfmenes, Que el Ecuador no
puede aceptar.
Esta consideración me Impide esperar por más tiempo al funcionario
nombrado para reelIlplazarme, y me señala como unica norma honoraBle
-60de procedimiento, el separarme de becho de las funciones de Plenipoten··
dario en Chile, que' hasta bo)' he yenido desempefiando.
,
En tal virtud, me he despedido hoy del Gobierno de Chile y he diri·
gido li usted el cablegrama siguiente:
'Opinion universal condena asesinatos
ecuatorianos ¡"establecerá honor nacional.
testa, pongo fin hoy fundones Qficiales.'
perpet.rados y espera cordura
Como ml nnica posible pro-
Soy de IIsted atento servidor,
R. H. ELlZALDE.
Al señor doctor don Carlos R. Tobal', Ministro de Relaciones
res-Quito."
Exterio-
"El Times" de Londres.
Ayer tarde, dice nuestro corresponsal en Valparalso, nos dimos el agrado de pasar á saludar en su alojamiento del Lotel Bunout. al señor Charles
Evers, distinguido pe¡"iodista que viaje por Sud-América, en comisión "especial del' "The 'I'imes," de Londres.
-¿ Usted viene ahora directamente
de Colombia'?
--No, SiguiendO el itinerario de viaje que me habla trazado, de aquel
país pasé al Ecuador, donde he permanecido algún tiempo: ,
De mi estad la allf no puedo menos de traer dolorosos recuerdos como
que me tocó p'psenciar, verdadel'amente horrorizado, las salvajes escenas
desal'l'olladas en Quito el 28 de Enero. etlcenas tan horrorosas que parece
ic.concel>ible qllP.hayan pOdido ocurrir en estos tiempos y en el seno (I~) \lila
s(¡('iedad l)iv'!i::aCla \ culta.
Si nn asistl á lo que se llama el asalto del Panóptico, pude sí pre¡;endar cuando las tlll(aas, ebrias de, sang¡'e, en medio de salvaje griterla, arrsa·
traban por las calles los cadáveres mutilados de las infortunadas víctimas.
Sea cual fuere
tras dirigieron la
actuación de ellos
tienen justificación
lo que hubieren hecho Alfaro y sus compañeros mien·
administración pública del Ecuador; sea cual fuere la
durante el movimiento revolucionario, tales crlmenes no
posible.
ACl!-soenciel'to modo podrla explicarse el furor de las turbas, compue3tas en mucha parte por mujeres que en la lucha fraticida hablan perdido
jj sus hijos, á sus esposos, que, con razón ó sin ella, culpaban de tales des·
Jl;racias áJos prlsionerOil ; pero lo que resulta injusti!lcable, es la actitud de
--6]108 que en esas ch'cunstancias se hallaban en el poder, y tenfan
cl6n sa~rada de res/nIardar la vida de los prIsioneroR, adoptando
medidas que la más elemental prudencia aconsejaba,
otli¡;utod¡u; las
111
Por lo contrario, no parece SIDO<¡tle enl.I'e los elemento¡; triunfantes
hubo el prOl/ósito bien deliberado de entregar las vfctimas al furor incon~
ciente del populacho, como el medio más ¡'á.pido y más irresllonsable de ter'
minar con los adversarios .
••
f
•••••••••••
o
•••••••••••••••••••
("El Meronrio," Santiago
-o
de (;hile,)
•••••
o
•••••
,
••••••••••••
"0
-62-
LA PRENSA
HORRIBLE
ASESINATO
DE COLOMBIA.
MOTIN
EN QUITO.
DE LOS GENERALES
Los arrastran
ALFAROS
y queman.
14)SCE~ASDEl SALVAJISMO.
Bogotá. 31 de Enero de 1912.
l'Linterna".-Tunia.
Transcrfbole:
t'Quito, enero 28 de 1912.-Generat
Guerrero. -Pasto.-Madrugada.
hoy vinieron las Generales prisioneros en Guayaquil. A las doce el pueblo furioso atac6 el Pan6ptico. arrollando los batallones escalonados 6'1.
guardia,
mataron
Generales
Eloy, Flavlo, Medardo Alafaro,General Páez. Coronel Serrano y periodista Luciano Corral. En este instante arrástranlos para quemarlos en los E~ldos. Esto es horrlble.-Firmado, Rafael."
Corresponsal.
Por los
anteriores
despachos
verán nuestros
lectores
el trágico -fin
qUe tuvo la revolución. ecuatoriana.
¿Qué embriagUez sangrienta se apoderó del pueblo de Quito. que ne
ha mucho idolatraba al Viejo Luchador,
convertIdo hoy en cenizas por
-·63-el quérer de ese mismo pueblo? ¿Qué aleves manOR prendieron la chis·pa generadora de ese horrible incendio, en el cual fueron inmolados ••l
Genernl Alfaro y sus compañeros?
Ciertamente comete 1m gran
en América. Pero de ese crimen
nos son culpables; '.sea de ello
mana que justifique el horroroso
crimen quien hoy fomenta revoluciones
cual más cual menos, todos los americalo que fuere, no hay razón divina 6 hucrimen de Quito.
l1t.s turbas enloquecidas jamáS saben lo que hacen ni por qué lo hacen. Basta un impUlso inicial para hacerles cometer los mayores delitos. :loy seguramente el pueblo de Quito deplora lo que ayer hizo.
El General Alfaro no mereció tan horrible fin. Sin duda, siguiendo
las tendencias de muchos mandatarios sud-americanos, quiso perpetuarlle
en li mando. Pero su gObierno implantó en el Ecuador saludables refor·
mas: di6 al pals libérrimas instituciones y le dotó de grandes obrlts lIlateril\1es..
La calda y la muerte del General Aliaro iniqian en el Ecuador
reaciión clerical y conservadora, que se presenta aterradora.
la
il.ecordemos ante todo que el Genercl.l Eloy Alfaro fue un grande :1..
migc de Colombia, y que fue un liberal convencIdo; recordémos que fue
un ,erdadero hombre superior; recordemos 8U viril actitud cuando, sobr;)
ias minas humeantes de Guayaquil, destruido por los conservadores, jur6 asegurar en el Ecuador el imperio de la RepÚblica liberal, y pasandO
por sobre las estúpidas
aberraciones del destino, protestemos contra f;ll
incalflcable crimen cometido .en Quito y coloquemos sobre las cenizas
del Viejo J_uchadol' una corona de inmortales.'
("El ·l.iberal" de Bogotá .--Número 238.)
LOS ASESINATOS
DE QUITO.
Los calificativos
de "ba.rbaro. y ·cruel" que el General Plaza .Gutlérre2' aplicó al asesinato cielGe~~al
.Montero, son los mismos que deben
aplílarse á. la inmolaci6n de los Generales Alfaras y de sus compafieros,
en ~uito. Con tres circunstancias agravantes: la do que, después de aquol
priner crimen, el Gobierno debla haber estado más prevenido para que
no se repitiera; la de que contra' el General Montero podla mediar la ex·
CUfa de la traición á su deber militar, que ennegreciera
su causa, lo que
DO. ocurría con los
otros jefes revolucionarios;
y la de que la matanza
-64en vez de singular, fue ahora ml¡ltlple, en la propia capital de la R€ilú"
>bUca y á I~ vista del Gobierno.
Contra éste no nos ocurre la sospecha
de que ordenara la sal raje
carnicería ni aun la de que la autorizara. ó consintiera, Pero desde que ha.
era ir los prisioneros á Quito, estaba en la precisa obligación de rod~arlos con tal aparato de fuerza, que pusiera sus vidas ti. cubierto de todo pe{igro, sin perjuicio de que si, sometidos á Tribunales ordinarios ó ~x:traordinarios, éstos los condenaban (\ muerte, mandara
ejecutar la ~entencia. Pero esta llamada "justicia popular", sin fórmula de juicio, nan·cha al gObierno ecuatoriano y echa sobre el pafs una fea nota ante el
.mundo.
Además, si es ley de guerra que quien llace un prIsionero responla
..{feél, porque entre el uno y el otro se establece ipso facto un estricto (8,(Jer de protección y hasta una especie de alta propeidad, los General~s
Andrade y Plaza Gutiérrez, que tomaron prisioneros ti. los Generales AI::faros y á sus compañeros, debieron adoptar toda especie de precaucif&llespara·gannti7.arles
la existeucia.
Sobre la de eITos pesanl, mientrls
Jl.08 aeontecI.mIentos 110 se expliquen
con mayor clal'idad, la culpa de ht.-ber descuidado el cumplimiento de esa precisa
obligación;.
más atl1
cuando, en lugar de dejarlos en Guayaquil, los condujeron ó permitierm
c.tlue fuesen conducidos á Quito, á sabiendas de la clase de sentímientls
'que animaban á sus habitantes
contra los revolucionarios, y en especiiI
.Contra los Alfaros,
"Cuan-do los quiteños, como cristianos y eivilizados, olvidaron que eoa
'atroz y !Cobarde cebarse en los prisioneros, entre los cuales había un llJ.ciano de .setenta años, venerable por más de un titulo, ¿cómo en su caldad de liberales-sI
á tal partido
pertenecieron los asesinos-no
reco',
daron que á -esfuerzos del Viejo Luchador, á quien despedazaban, debf~n
el estar en el Poder" ¿Cómo la c6lera y el odio pUdieron borrarles de:a.
. memoria y del coraz6n, tras, los sentimientos de humanidad, la simpe
crratitud al que habfa sido 'su jefe?
Como latinoamericanos y como particulares amigos del Ecuador, d~
]lloramos la tacha sangrienta que ha cardo sobre esta página de la hist>.
ria .de la raza y de esta nacionalidad hermana, y hacemos votos para qU:l
esta 'sangre cobardemente derramada no caiga sobre los hijos de los viitimarlos,
-65(De "Comentarios" .-Bogotá,
"POR
Señor Director
ALFARO
HABLA
sábado 3 de Febrero
UN
de 1912.)
CONSERVADOR.
de "Comentarios".
E. S. M.
Distinguido
señor mío:
Muy complacido vi hoy en su diario el valiente articulo en que usted
reprueba
enérgicamente
el villano, salvaje y cobarde asesinato del i1us-tre caudlllo ecuatoriano Eloy Alfaro y de sus infortunados compañeros
de derrota, llevado á cabo por el bárbaro populacho de Quito.
Talvez á usted se le haga muy extraño este lenguaje, sabiendo, como
todos lo saben, que soy un conservador á toda ley, irreductible é intransi·
gente. Todo esto no me ciega para reconocer que al General Alfaro le debe el Ecuador muchos
dfas de gloria y grandes progresos, tales como la
vía férrea de Guayaquil, etc., etc. Otro mérito de ese g-rande hombre f'.l:j
el de haber amado á nuestra adorada
Colombia con toda su nobU(slma
alma, con todo su buen corazón;
asl lo manifestó todas las veces quc de
ello tuvo ocasión, pública, franca y prácticamente.
Ante todo, es necesario ser justos.
¿Cómo no recordar
acompañ6 sinceramente
agradecidos que el General don Eloy Alfaro n.os
en horas de amarguísima y terrible prueba?
Si la ambición lo cegó, si lo indujo á promover desastrada guerra, si
esta. conducta es reprochable en él. también es ·verdatl que ya está juzgado
y que el Ecuador Jamás se quitará de encima esa mancha de cobarde ingratitud
con un hombre que si erró, en cambio le dió esplondldez y
gloria.
Al Ecuador
cristiano
y civilizado, al Ecuador
sensato y progresista.,
latina, sincero duelo, luto eterno!
A la hija predilecta del ilustre General Alfaro, á la señorita doñ>t
Colombia, la condolencia de esta Nación, cuyo nombre lleva cariílosa.
De usted sefior Director, muy atento y seguro servidor,
á. Colombia, á la América
Ernesto
La ciudad, Enero
30 de 1912."
Macías Escobar.
-66("El
Demóer-ata".-Departamento
EL CRIMEN
del Magdalena.)
DE QUITO.
El telégrafo acaba de comunicar el asesinato poHtico del General
Eloy Alfaro y de algtÍnos otros jefes, amIgos y parientes
del caudill.,.
ecuatoriano.
El nombre de Alfaro llena la historia contemporánea de la
vecina NaciÓn en un perfodo bastante largo.
Liberal universal después de la carda del Presidente
Cordero, rigiódistintas veces los destinos de su Patria, y tanto dentro como fuera del
Guayas encontraron eficaz protección las ideas que con tesón mantuvo
muy altas.
El General Alfaro pudo cometer algunos errores, guiado por el exce·~
sivo celo respecto á. SUB ideales más bien que á obsesi6n de mando.
Sabia que el Ecuador es tierra proHfica de los Garcfas, Morenos y Veinte'"
millas.
Vencida la revolución última y pru;\onero Alfaro y demás correligio··
narios, la ley, ya fuese aplicada por un tribunal marcial 6 por Jueces eo··
munes, ha debido juzgar á los reos permitiéndoles defenderse. Las turbas:
desenfrenadas, ciegas en medio del odio pasional y de los ardores
cismáticos, no pueden danzar sino macábr!camente.
El Gobierno que ha sido suficientemente fuerte á vencer una' revolución, bien pudo debelar las turbas. El Pretor de Judea no logra justificarBU parcialidad,
lavándose las manos.
El crimen de los Egidos de Quitono se atemla
slq\Úerapor
la
ley
del
tiempo
.
.
.
Eln pleno siglo XX se re~ite algo peor que la barbarie de los. circos.
romanos, que la hoguera de Giordano Bruno, .que las picas del 93 y el.
pueblo es el caballo de Mazepa.
Lástima que haya sido teatro de tan horrible tragedia, nuestra hermana en tradiciones, glorias, sac~ificios y heroísmo. Para ella como para
nosotros, si se tratara de Colombia, hay que ser inflexibles, condenando.
los hechos que se. ban cump1i<!o y que escandalizan la civilización.
-67PROTESTA
COLECTIVA
DE
LA PRENSA
QUILLA·
CONTRA LOS SALVAJES
LIBERAL
ASESINATOS
DE
BARRAN-
DE QUITO.
La Prensa Liberal de Barranqullla.
hondamente conmovida por los
salyajes asesinatos perpetrados en Quito, é interpretando los sentlmlentog
del altivo pueblo barranquillero, ha 'enviado un enérgico telegrama
de
protesta' á la Prensa de Guayaquil y al Presidente del Senado ecuatoria·
no. Este es un eco del grito universal
de indignación, que se levanta de
todas partes, y que repercutirá eternamente en la conciencia de los ver(fugos.
Ha aquí el telegrama:
"Barranqullla.
Prensa
perl6dlca.-Guayaquil.
10. de Febrero de 191P..
\
Prensa liberal, hiterpretando
sentimientos
copartldarlos, hace suyo
duelo Ecuador y protesta salvajes asesinatos
perpetradOS en Quito por
turbas desenfrenadas, Impulsadas fanatismo inqulsltorlal.
Luchadores ultimados se alzarlin de pira, purificados y pasarán
bados por mlirtires á honrar páginas Historia liberalismo unibersal.
Trasmitan colonia colombiana Quito, Presidente Senado.
Rigoletto,
Adhiérome
á
esta
Progreso,
protesta:-Ayres
República,
Liberal,
Atlante.
Nacimiento-periodista
("La Crónica" de Bogotá.-Número
nl.ro-
viajero,"
1724.)
MAS QUE UN CRiMEN.
Lo que acaba de ocurrir en la capital del F.cuador no ha sido el rfr'
aultado lamentable de una hora aciaga de paSión y de embriaguez pol1tiea; nó. Podemos asegurar con fundamento que la matanza de ciudadanos
Indefensos y vencidos en las calles de Quito -sangre que ha tiznado la
frente de aquel pueblo-8s
el desenlace IOgubre de un plan premeditado,
-1;1;-
a frialdad hace pen~ar en las venganzas
florentinas del siglo X \'1.
])i~{¡moslo pl'onto: ·1~J Gobierno, que es el verdadero responsnblf> de los
hechos, ha cedido á un sentimiento cobarde de temor.
j Miedo! Hé abf la
pal:lbra.
El miedo tiene excusa, aunque I'emota, en lo~ hombres: en un
Cobit~rl~Of'~~ I?Of'ain-digna, El temur de una reacción éloc¡¡l!czada por (:\
General I-:Io)' Alfaro, el temor de nn desquite, eS la canSlJ. de que ('1 go..
oien,o ecuat.oriano
naya ~acrificado
in!cuamente á. un adversal'io renCU)
ñidú
y acontecimientos de esta índole perversa, que para valernos de la
celebre expresión de Talleyrand, son más que un crimen: un error, des-o
autorizan á un gobiel'no y pierden á un pal't.irto.
El gObierno del ¡:'~euador ha venido á parodiar tristemente el sangui,
nario fanatismo del puculo de Lima, cuando cubriéndose de infamia, remató en las calles de aquella capital á 108 GutiélTez,
El gouierno del Ecuador ha debido meditar en que la sangre' de un
ll.dversario vertida inícuamente-ycualquiera
que sea el pretexto que S~
invoque-tiene
fuerza de aluvión incont)'astable, para venga)' el dolor de
las victimas . , ,
o el gobiel'llo ecuatoriano es autor de aquellos crímenes, y entonces
indigno de esta¡' presidiendo los destinos de una nación cristiana, ó .,;1
l(¡0 es autor, ha sido débil, y en ese caso ha
perdido la razón de su exis'
•.encía ..•.Tuvo anticipado cOlloeimiento de los hechos; pudo humanamen,e pre~'enirlos; debití evitarIos;· no lo hizo , , , , .la sangre vertida cap.obre el Gobierno.
••5
("Gil
Bias" .-Bogotá,-Número
MAS DETALLES
2015.)
SOBRE LA TRAGEDIA
DE QUITO.
LAS SEÑORITAS DE QUITO ARROJAN FLORES SOBRE LOS
ASESINOS,
El Coronel Sierra jura á las cocotas entregar las cabezas de los prlslQneros.-"La
satisfacci9n del deber cumplido".-EI
odio contra Colombia.
-
-69-En el proceso que e) mundo civílízado h(l. abicl'to (:o¡¡l.r'ael ECI1<ll!or,
nO$otros estamos apartando pruehas y más pruobas. La at¡'ocidad 01'1 d~lit.o exige una reparación completa á la civilización ultrajada. lln tesl i~(¡
presencial de aquellos horripilantes
sucesos, relata la t.ragedia ¡,n est;¡~
pinceladas macab)'as:
"Las doce J: los prisIOneros avanzan en aut.omóvil cruzando por eu·
tre una lluvia de vituperios, amenazas y piedra, Han llegado ya al sili')
del sacrificio: el muy. valeroso Coronel Alejandro Sierra ha cumllJiclo h.
cOllsigna "al Pueblo le toca lo demás",
,. l.a guardia que custodia la Penitenciaria pel'lnanece
indife¡'ente, en
lI.ct1tud pacrflca ¿qué espera.r entonces?
Tal vez obedeció una orden SlJ-perlor; mañana la historia al juz!{ar con mano imllareial y serenll los
hechos aclarará mucho misterio,
Diez minutos después, avanzan las fk·
ras ostentando en sus 8emblantes el ¡-egoc\jo y provist.as de todos 10;1
11tensilíos que les emu necesarios, I.os bravos defensores de la Conlltit.uclón, esos mismos soldados que la pisotearon el once de Agost.o, prcsen-tan las armas y avanzan á la cabeza del pueblo con dirección á lal:; celdi·
Ilas, en donde las vlctlmlls tal vez cont.emplaban el trál!;ico fin que se le,;
espera.
¡Cuánto valor, cuánto corajp. ostentan al ultimar uno desJlués
de otro, esos sel'es indefensos que buscan refugio sin encontrarlo. qu,"
imploran piedad á los Que tantas veces hablan colmado de favores! 8lov
Alfaro, sereno y tranqullo se derrumba, como el roble milenario, sill pro·
rrumpil' una qneja. el primero; le sigue Páez, único que guardaba
una
pistola en su bota, COIlella se defiende como un león, mas en vano: cap.
atru\'ezlldo POI' ulla lluvia de balas; después Madcro, Serrano. COl'al ~
Flavio.
Las mujeres Cl:;peran en el primer piso y los hombres lanzan desde el
seg·und6 los cadáverel!. El olor de sangre habla llenado de mayor bravura
á los canlbales;
entonces viene el despojo de las prendas, la mutilación
corrompida é indecorosa y después el arrastre por las calles principales.
Hay algunos que aseguran como evidente el hecho de que el Genenll 1<'1 avio E, AIfaro y el Coronel Luciano Coral, fueron arrastrados llll gran tI'echo, cuando aún senUan cOl'l'er por sus venas la sangre que v8rUan· con
zafia fiera los verdugos.
Una Inmelisa muchedumbre se mueve en dcrredor de las masas cani
informes ya; los disparos de fusil y pistola rompen la atmósfera y pro"
claman el gran triunfo, la temeraria hazaña, la gloria del Ecuador.
La
bandera ecuatoriana CObija COIIsus pliep;ues á todos los asesinos y p.sa-;
manos que chorr,ean sangre levantan en alto esa insignia libertadoJ"a, hoy
prOfanada ya, que flamea como emblema de los salvajes,
Todos se disputan la honra de tomar parte en tan grandiosa tl'1tgp.
día, siquiera sea indirectamente:
unos pisotean al pasar las masas !:la.n-
-70guinolentas. otros se ejercitan con su.s pistolas y por último los más V;1lientes, azotan, garroteao y con sus dagas despedazan los cadá.veres.
j Cuánta. zafia, cuAnta ferocidad
y cuánta profanación! Famíllas hay que
salen á los balcones y aplauden frenéticas el proceder;
señoritas que
arrojan flores á los asesinos. nifios que vivan con estrepitosos gritos al
pueblo vencedor, y todos miran con placer, tal vez con envidia, las manos
tintas en sangre que se levantan orgullosas.
Sigue el desfl1e; "¡Viva la religión, mueran los masones!"
I
MAs de treinta cuadras
recorrió
]a horda salvaje, exhibiendo las
desnudeces dé los cadáveres;
las mut1laclones indecorosas se hac~an el\
presencia de toda la sociedad; ni una voz de protesta: ¿pero qué protesta cabra, toda vez que las turbas estaban resguardadllS -por las bayonetas
de aquel que juró á las "dernimondalnes", ebrias y repugnantes, la eutr.
ga de 1M cabezas de ]os que habfan cafdo bajo SUB garras?
Los bl\.rbaros designaron el Egido Norte de la ciudad para la consumación del festín; alH formando un arco de circunferencia
están cuatro
piras. Dos calles conducen á ese sitio; los valientes (?) eligen e] lugar
predilecto del Genera] AJfaro en sus paseos: "la carrera
de Co]ombia".
Al recordar el. amor que E]oy Alfaro profesó á Colombia, crece e] furor
de los degenerados. (?) Y al unrsono vibran las descargas á las casas de
los colombianos y los aullídos de las bestias denigrando]a
pa"tria que·
rida.
La procesión ha llegado á su destino en este orden: soldadesca, mu·jeres y nliíos que llevan en alto, suspendidOS en lanzas, cuchillos y palos
los pedazos de carne, las partes pubendas; girones
de ropas interiorJS
ensangrentados y después, las masas en arrastre conducidas por mujeres.
ancianos y nlfios. El delirio va lncrescendo, los aullldos se prolongan; sal
vas de aplausos denuncian la felicidad.
La primera pira está destinada
para el Genera] Eloy Alfaro y Ulpiano Páez; la segunda para el Genera]
y dootor Manuel Serrano; la tercera para el infortunado periodista. de
origen colombiano, Coronel Luclano Coral y la última para los Generales
F]av!o y Medardo A]faro.
Viene la inclneraci6n lenta y entonces empiezan las escenas grote~cae, concebidas tan sólo en los tiempos primitivos: el fest[n estaba servido; la. materia encef.Allca sirvl6, como en Guayaquil, para ser devorada
por los antropófagos y los puñales tintos de sangre refrescaron las fauces
de los bárbaros.
Las masas se colocaron intencionadamente
sobre las hogueras
en·
posiciones inmorales, todp se hizo en medio de los aullidos quevivaban
á
la Constltucí6n (1), cuando en realidad debió gritarse: "Viva ]a prostitución" .. Todll.vla faltan algunos que desean vengarse de los bienes que re-
-71cibieron; llegan nmos de ocbo y diez años con estacas, deseosos de prodigar unas punzadas más. á los cadáveres; jóvenes que se despojan de sus
prendas para atizar las hogueras, y ante ese espectáculo se sucede el del!file de todo un pueblO que tiene ansias de reir y gozar.
Después: las sombras de la noche, la tranquilidad
(?), la satlsfaccl6n de haber cumplido (7) ¿Por qué preocuparse si es un acontecimiento
muy natural en estas brefias?
Muy avanzada ya la noche y cuando los buitres carniceros
dormfan
en sus guaridas, y unos y otros festejaban con bailes el f\uceso, manos
compasivas se apoderan de los restos de los que fueron Eloy Alfaro y {JI.
plano PlÍez, burlando la feroz vigilancia de la Pollera y exponiendo
:;113
vidas; los demás fueron conducidos al Anfiteatro, cuando las auroras d"ll
nuevo dfa se cernfan sobre esta villa, diz que para reconocimiento oficial.
y los asesinos viven tranquilos en sus cuarteles."
("La Organizaci6n"
de Medellfn de 2 de Febrero.)
INCALIFICABLE.
Un grito formidable de protesta se extenderá á lo largo y á lo ancho
del Continente americano y sus ecos clamorosos repercutirán por toda la
haz del mundo, al tener conocimiento de los insólitos acontecImientos d~
sangre y verguenza de que han sido teatro Guayaquil y Quito.
Guayaquil. la ciudad mAs populosa é ilustrada d~1 Ecuador, á cuya ribera llegan los espasmos de la civilización, que sobre su lomo poderoso
le trae el mar, y liberal por excelencia; Quito, la capital, asiento de los
Altos P<>deres y residencIa donde la cultura y la justicia debieran ten~::'
prerrogatIvas.
Un pueblo donde 108 hombres no tienen derecho á las fórmulas tutelares de la JusticIa, está Irremisiblemente
perdido para la Civlllzaci6n.
Un pueblO donde las turbas inconscientes se hacen "justicia" por su propia mano, armada por las furias del fanatismo y de la destrucci6n, ha caído al abismo de la barbarie.
Un pafs en que se asesina y se arrastf'.J. por
las calles y se quema á las vfct1mas de las pasiones poUtlcas, reclam~.
por 8US propios desmanes, la intervenci6n extraña .....
El General Alfaro, digan lo que quieran sus enemigos, sacó al Ecuador del estercolero en que se arrastraba. lo levant6 en alto á las miradas
del mundo y lo hizo culminar entre las naciones de América. El General
-72Alfara fue grando amigo de Colombia y estuvo pronto á abrir las vcnas
del Ecuador para que corriera su sangre al par de la nuéstra en la probable contienda con los usurpadores peruanos. La mano dadivosa de Alfaro
se extendió á los colombianos que á los lares de su país, en exilio y mlsérrimos lIe~aron. ,luan de Dios Uribe y otros tantos compatriotas
fueron a·
cogidos y agasajados por el viejo paladfn de la libertad ecuatoriana.
Pudo cometer errores el General Alfaro durante su Gobierno; los halagos del mando pUdieron ,tal vez, labrar hondo en su ánimo. Esos son
puntos que la historia esclarecer~. Somos coetáneos del mártir y no conocemos suficIentemente 10B sucesos que en la RepÚblica del Sur se han desarrollado á través de la penumbra que forman la lejanfa, y la ignorancia
de los sucesos. Pero, en todo caso, nos atrevemos á decir que algo noble,
algo trascendental para su Causa, debió de impulsar á Alfaro en sus últimos procedimientos. El tiempo lo dirá.
Alfaro fue en América \Ina cumbre de la democracia. Su cabcza nevada, como el blan~o cono de los volcanes ecuatorianos, se alcanzaba
á' ver
de muchas partes. Más de una vez tocó su planta de guerrero irreductible
las costas de su tierra y otras tantas fue rechazado. Vivió en el ostracis.
mo la mejor parte de su vida fecunda. Alentó siempre la llama de su ideal.
y con ella prendió el incendio de 1895, que lo llev6 á la victoria y al Po-
der
.
Pronto sabremos qué manos ocultas, qué pasiones desencadenadas,
azuzadas por modo avieso, cubrieron de luto y mancharon
indeleblemente la historia del Ecuador.
Los Aliaros, Coral, Páe~, Serrano y Montera, son de hoy más, márti·
res de su Causa.
y la Causa que tiene mártires, se~ra está de culminar
alguna vez.
Que el eco de nuestra protesta llegue al Ecuador. Que las escenas de
sangre-remedo
bastardo de las del 10 de Agosto de 1809-no sean el preludio de otras mlls infaustas. Que esas escenas de barbarie primitiva,
no
sean el prólogo de algo más grave que parece esbozarse en las lontanan-'
zas del futuro .....
A. Peñuela Olaya.
EL
PRESIDENTE
ZALDUMBIDE
Responsabilidad
(De "Comentarios,"
El señor Presidente
querer comprobar ante
ANTE
LA
HISTORIA.
Indeclinable.
Bogotá, 7 de Febrero
de .1912.)
del Ecuador continúa en la infantil tarea
de
el mundo civilizado que lo acusa, "la ninguu
-73participación"
de Enero.
de su Gobierno
en los luctuosos
acontedmientos
del ~8
Juzga el señor Freile Zaldumbide que se está dirigiendo á una tribu
de quichuas, de esas que pululan al pie de los páramos ecuatorianos y
que la tremenda responsabllídad que ha contraído se puede botar así no
más, como un fardo, á la vera del camino,
o el señor Zaldumbide es un perverso, ó está. juzgando lal> cosas como '11I uifio.
Porque de otra manera no se explica ese peregrino sistl'lma de eludir responsabilidades
Venir á estas horas, cuando ya cay':)
el telón del pavoroso drama, cuando ya son fango del arroyo y cenizas
del viento los cuerpos de las vktlmas, á salimos con que el Gobierno
fue incapaz para sofrenar la locura del pueblo, es declararse á la f1t.zdel
orbe,
Estadista
infeliz. Gobernante inepto, indigno de regir los d'e:3tinos de una nación libre.
Valíérale mejor al senor Zaldumblde aceptar, como hombre, la plena responsabilidad
de su complicidad.
Eso y
no salir ahora zabullendo las manos en la aljofaina de Pilatos.
El sacrificio de los Alfaros, pel'petrado por las mesnadas indígenas
de Quito, es algo superior á todo sistema nervioso, á. toda hipótesis. á
toda hipótesis, á toda concepción de cerebro bien organizado.
Es algo
peor q\le una visión dentesca, y que una pesadilla alcohólica dH Bdgar
Poe.
Algo que aflige, que deprime y apesadumbra
al hombre como
miembro de la humanidad.
~~ue la apoteosis del antropomorfo, del ha·
cha de silex, del troglodita habitado!' de las cavernas pr(ehistóricar;.
Los que matan así, ni son hombres ni son nada.
Ni parece <1110
hubieran sido engendrados en vientre de mujer.
La humanidad SP.
cubre el rostro. cuando estos emperadores
de la sangre esgrimen ,ms
hierros contra seres inermes en las sombras do la ergástula. Hubiera
estado Aifaro con mil hombres no más al frente de Quito y las chUSlllas
del crimen habrían temblado como azogadas ante los rugidos del león.
El mundo civilizado ha dictado ya sentencia de pritnCl'a instancia en
este proceso de escándalo y de sangre.
Ya hay opinión formada sobre
el conjunto de los sucesos.
Se cometió un crimen con agl'uvantes nI)
conocidas en ninguna historia tejida pOI' seres racionales.
Y al crimen
se le condena en dondequiera que erice "U ca.bellera de Medusa.
Después de esto los telegramas
(jp,l s.~ñor P¡'esidente del Ecuador
son palabras que no lo a'lrOqUeJan contra la acción imperturbable de la
Historia.
Sobre el Gobernante (tUC toleró la consumación del crimen
hay mil plumas tremendas con los picos cborreantes
de verdad y df~
justicIa.
-74Nada tiene de extrafio que el señor :ualdumbide venga, después de
la noche de Walpurgis del 28 de Enero, á consolidarse en el mando por
virtud de una reacción vengativa de los manes de Garda Moreno.
("El Heraldo,"
Cali, 17 de Marzo.)
Con verdadero placer reproducimos á continuación la hoja dQ protebLa que, con motivo de los salvajes acontecimientos
del Ecuador. pu·
blicó el .gallardo é invencible
periodista
M. Anrbal Cardona, en la ve ..
cina ciudad de Palmira.
En ese importante documento veritn DuestrOl!l
lc':'tores, y en general todos los enemigos gratuitos y encarnizados del
valiente 'y lIunca bien ponderado periodista, que en Cardona !lO . s110
existía 61 amo! al Partido polltico la cual dedicó el valioso conting-er.te
de SllS energías y de sus talentos. sIno que profesaba lo que muchos
dogmáticos ni conocen: el amor á, la humanidad y el amor á la' Patria
grande.
Cuentan que el cisne en el momento supremo exhala nn canto; y tal
aconteció á Cardona al escribir la hoja con cuya lectura obsequiamos al
público.
PROTESTA.
Contra el vil asesinato
uno de sus asesinos.
del General
Ha cardo el Viejo Luch.ador
pueblo ecuatoriano.
de Juan
Eloy Alfaro
Montalvo.
y carta
Abierta
al golpe brutal
<i
del
Esa masa an"ónima, heredera de la hipócrita salvajez de un pueblo .
. tenfa que manchar con sangre de héroes, el pendón tricolor que hizo
subir tan alto, Eloy Alfaro.
I
La sangre de esos mártires
caerá irremisiblemente
sobre los ecuanos ver á los Conquistadores cegando á los naturales porque adoraban 1\1
torlanos, como hace veinte siglos la sangre del Cristo, cayó sobre todos
. aquellos que lo subieron al c.;alvario.
Los que han tomado parte en. ese. cruento
acaso no escriben con sangre su protesta.
sacrificio.
la tienen,
"i
Hay 'pueblos que son una jaurfa; tan presto lamen la mano que los
acaricia, como la muerden llenos de hidrofobia.
El pueblo jerosolim1tano recibe triunfalmente
al 'Nazareno
lo sube al (,n51gota para hacerla morir sobre una cruz.
y luega.
-'75El pueblo francés coloca una corona en la cabeza de Luis XVI, y
luégo corta esa cabeza corona.da, con el hacha de la guillotina.
El pueblo venezolano no sabe, precisamente, en dónde se exting-uicrOJl los vivas á. Cipriano castro. y los mueras principiaron.
El pueblo turco encierra á Abdul Hamid en las prisiones de 8alónlea, después de haberlo sostenido en un trono lleno de Infamias y de crí-
menes.
Méjlco arroja á Porfirio Díaz, el ancIano octogenario,
después de
una dominación mayor de cuatro lustros, y ahora Que Madero preside
la República, van los mejicanos de pueblo en pueblo vivando cl anarquismo.
Los portugueses cansados de sostener un trono, izaron el tricolor d'~
la República. y vieron impasibles que la familia Real de los lusitanos
saliera en' busca de un hogar extraño.
Los que ayer se inclinaban
van hoy cantando la MarseJlesa
ante la Regencia del Celeste Imperio,
de los libres presididos por Sum-Sen.
Aquí en nuestro pueblo. Bol(var muere en casa de un español, dcsDios~SoI. ó á los naturales descuartizando
á un Conquistador para .:J().
mérselo, porque venía éste á usurparle sus derechos.
Lástima que el Ecuador hubiera retrocedido tantos siglos: parecepués de haber arrojado i\. los españoles de Colombia. pobre y soJo, pO:'que los colombianos no tuvieron otra cosa que ingratitud para pa~arl·~
el valor con que supo vencer al León Ibérico.
Espafia también mandó á Colón á. que buscara
eargarlo de cadenas,
un mundo para luégo
y así todos los pueblos, así todos.
y ahora, ese pueblo del Ecuador. despedaza y 'lucma al hombre ".
Quien antes aclamara
con este grito, má.s que ridículo, hum!\1antc:
i Alfaro 6 la muerte!
y lo despedaza
de troglodita.
Los caníbales
destruir.
No llegó hasta
Esa forma
Casa Arana.
con una Indiferencia
mataban
así,
pero
de antropófago,
mataban
ese punto la crueldad
de matar
para
con una maldad
comer,
no
para
de los CaríbeB,
tal vez no la ensayaron
los caucheros
de la
-76-Manuel de Portugal salió de su pueblo para otro. por'que ese }>1Ie1>10
digno no necesitaba dé la sangl"f~de un rey para (m'antar una RepÚblica.
Abdul Hamid vi\'e toda\'fa á 'J(~S¡H de que est<i\l hoy en el poder y
ampanldos por la t·andera de la Media Luna, los descendientes ~de los
demnificados y asesinados pOI' su mano de beduino.
Aril:ltides Fernálldez se pasea en Bogotá y solamente la somlJl"a d·~
los liberales muertos, por su mano de asesino. lo persigue, sin más ca,;·
tigo que los zurríagazos Que le dió Julio l"lórez cnando éste hizo Ull azote
eOIl las cuerdas de su lira.
Aprisionar. arrastral" deslledazar. insultar y quema)' á unos indefen·
sos }lrisloneros. todo Ull pueblo, pasando 1101' sobre las armas ecuatol·ia·
nas. es historia qUt' tan sólo puede refirlr la patl'ia de García Moreno, en
un sig.lo que la civilización ha divorciado del siglo de Domingo de Gll:I.·
mtln )' el Rey Felipe,
'l'odo el liberalismo de Sur América, debe vestir
de
porque han asesina.do al p1'imer liberal de Sur América.
Alfaro era el Ecuador, pOI' eso el Ecuador
I'iguroso luto.
era querido
de Colombia.
Nosotl'Os. con un grito que debe repercutir de Méjico á la Patagol1la,
damos nuest1'a protesta ante todos los pueblos libres de la lierm. con una
voz de Tequendama. que subirá más alto que veinte Chimborazos,
Los que aprisionaron,
arrastraron,
despedazaron,
insultaron y. qW}'
ma1'on los cuerpos de esos valientes desgraciados, no pueden nunca pe:"
tenecer á bando político ninguno: sería una blasfemia que fuenw liberales
1.
Esos,
jamás serán
pueden 'sel' herederos de los asesinos
los descendientes
de don. Juan Montal\'O.
M. ANIBAl.
¿QUIEN
¡Quince
DICE
Un telegrama
Suárez.
per.)
CARDONA.
LA VERDAD?
Mil Asesinos En El Ecuador!
(De "Comentarios."
González
de Sucre,
No. 225, Bogotá.)
de Quito, del muy ilustre Arzobispo doctor l~ederico
dIce que por lo menoa cinco mil per80nas' del pueblo
-77atacaron el PlI.nóptico,
Y otro, de la misma procedencia, suscl'itn ,)0['
el Ministl·o de Re]aciones ¡·lxterlores. dice que SC calcula que el nÚme"u
l!e sahajetl ascendía á quince mil.
Nosotros estamos con e] prin1f~ro,
porque le hacemos al puelJlo de Quito el honor de nQ creer que alLí
.residan al'l'iba de cinco mil a::;esinos,
Porque la re::;petabilidad de] Prf~'
lado abona su palabra y Iloo'que ningÚu interés ticne é] en exagerar lUido',
contra esa pobre tierra
Lo qne si hallamos más claro cada día es k
complicidad del Goblel'llO. pues fuesen CillCOmil ó quince mil los cita
cales, estamos seguros de uIIa cosa; con Ull solo Batallón ::;e habría evi
tado le carnicería,
Y si nó, conteste la pandilla freilist¡,¡: i. pullieron ]1)"
batallones que habría á la sabón en ésa. derrotar una revolución bien armada. eOIl fuen,a::; de línea y cau~lillos aguel'l'idos. Y' fueron impotentl,~¡;
para dominar unos cinco mil homhres inel'lnes?
LA
HORRIBLE
"RAGEDI,~
DE
QUITO.
ULTIMAS NOTICIAS.
S,~ls Asesinatos.
Un Periodista
(DE' "Comentarios,"
Ultimado
por la muchedumbre.
No. 220, BogoUi.)
En las horas de la mañana se ha recibido de (piates el telcgramn.
que á continuación publicamos.
Por tal despacho se ve qUE' el espantoso crimen clllnetldo por la.s
tUl'bas san~ulnaria5 de Quito tuvo proporciones mayores de las que ayer
8e creyoron.
No tres sino seis fueron las víctimas (le aquella cobard~
carnicería.
Se cuenta entre ellas el joven y brioso pel"iodísta Lucia110
Coral.
H~ aquí el despacho:
Ipíates. Enero 29-Urg-entp..
Gobernador-Pasto.
l:iorrarlzado lnfórmole: ayer pueblo quiteño mató, arrastró y quemó
Generales Eloy, Flavio. Medardo Alfaros. General Páez. Coronel Serran;)
y periodista Luciano Coral.
Servidor.
Prefecto.
-78Siento el espíritu ante estos salvajes hechos increibles con que hoy
el pueblo ecuatoriano mancha para siempre su nom bre. una profunda indignación que pone en los' labios y en la pluma la palabra de má.s alta
protesta.
Pudieron esos hombres, cuya sangre acaba de ser cobardemente vertida en las calles de Quito. haber incurrido en el grave error y en la
grave falta de lanzar al país éll una guerra.
Pero es infame, es salvaje, es afrentoso que un pueblo saite así, por sobre las Leyes y con
lIlano bárbara ultime á hombres vencidos é indefensos, á hombres qU2
como Eloy Alfaro pudieroll tener momentos de sombra pero que trabajaron por engrandecer y dar lustre y holgura á ese mismo pueblo que
hoy los arrastró miserablemente por el arroyo.
Sí, es necesario para el vivir tranquilo de estas Repúblicasllcabar
con el caudillaje mlIltar, con los hombres de presa que llevan los pueblos
á la matanza.'
Pero no es esa la forma
No es ese el medio.
No en
certamenes
de ferocidad. No en carnicerías ¡;alvajes. A esos hombres
hay que decapltarlos moralmente.
Dolor grande pensar que la mancha de estos crímenes no caerá sólo
sobre él pueblo que los realizó, sino sobre todas estas pobres Repúblicas
ti las que de hoy mlls tendrá.n y tratarán como á pueblos por conquistar
las naciones ci'villzadas.
Verguenza y baldón eternos para el Gobierno de Quito que no quiso
impedir tal escena horripilant¡e.
Eso de que "las tropas no pudieron
contener á la multitud" es unil frase muy desacreditada.
En todo esto
se ve bien clara la complacencia del Gobierno.
Quiera el destino que estas mismas manos á las que ellos alentaron
hoy, arma,das del mismo puñal con que ultimaran los ochenta .'y dos años
indefensos de EIOf' Alfaro, no se vuelvan mafiana contra sus vidas cuando en este Implacable reloj de la polftlca, suene la hora de la adversidad.
Nosotros lamentamos profundamente este hecho monstruoso
mos nuéstro el duelo que aflige al liberalismo ecuatonano.
y hace-
Con pena hondfslma, con admiración. con respeto, con cariño nos
desC'ruhrimos ante la memoria de EIOY Alfaro, hombre eminente, militar
glorioso y patriota aquilatado. para quien la Suerte reservó fin tan indigno de BU valor, de su hidalguia y de su amor al pueblo ecuatoriano.
Duerma en paz el Infortunado luchador.
Colombia no olvidará nunca que Alfaro la amó siempre, Que siempre
fue su leal servidor y Que en la hora acerba de la traición panameña la
voz de Alfaro fue la única que se alz6 á protesta contra la infamia del
yanqui.
-19La gratitud
rable.
colombiana
velal"'d. siempre
al pie de esa memoria
vene-
LOS SUCESOS DE QUITO.
("La Linterna,"
Tunja
9 de Febrero.)
Profunda indignación ha causado en todo pecho bien naciado á innoble crimen de Quito
La protesta ha sido unánime en Colombia,
salvo raras excepciones, salidas, ;quién lo creyera! de las filas do log
Cruzados, los c~ales no han vacilado en mozclar el nombre de Dios con
las turbas quitf!ñas ..
Es muy conveniente Que en todo el mundo se oiga nuestra voz de
reprobación HO soa que en el exterior se' haga extensiva ¡\ los cololI\bianos la horrible mancha con Que los ecuatorianos acaban de cubrirse.
Sepamos decir ni y alto ne en Colombia jamás se han cometido ni se
cometerán crlmenes como el Quito.
Que si es Colombia un país pobn,
en cambio la hidalgufa es nuestra común moneda.
Que nuestro pueblo,
si ha gustado en ocasiones del peligroso juego de las batallas, nunca
ha asesinado Ú vf!ncidos Indefensos, ni ha prOfanado cadaveres.
1<;11
presencia de todos nuestros males. tengamos el supremo consuelo de ser
'el pueblo más civil y más honrado de la America.
Y en guarda de es~
nuestro buen nombre emprendamos en lo sucesivo, campaña enérgica
contra el fanatlsmo y contra el runtanismo, Que tienf!den á igualamos con
!a plebe quiteña .
••••••••
0
OO'
•••••••••••••••••••
••
o
•••••
•••••••••••
,
o
••••••••••
o
o
••
_
•••••••••••••••••
'o
••••••••••••••••••••
00'
•••••••••••••••••••••••
o
••••••••••••••••••••••
•••
"
•••
o
••
o"
oo
••
••••••••••••••••••••••
Por lo demás para el Ecuador comienza ya la expiación.
Los crímenes de Quito y Guayaquil encendieron de nuevo la tea de la guerra, no
ya meramente civil, sino revestlda de carácter separatista.
Los últlmo~
telegramas del Ecuador anuncian que parte del torrltorio de aquella n[l'
ci6n se ha oonstitufdo en entidad independiente, con el nombre de repllblica del GuayaB.
La sangre
el Ecuador.
de los Alfaros,
cobardemente
derramada.
será
fatal
partl.
("El
Progreso" de Barranquilla -3
DESAFUERO
de Febrero.)
POPULAR.
Los asesinatos polfticos pel'petrados en la República del Ecuador
el día 28 de Enero último, revisten caracteres horripilantes, y ningún es-plrltu civilizado podrá permaneCer impasible ante la gravedad de un acontecimiento tan digno de censura y de castigo.
El procedimiento adoptado en esta ocasión por el pueblo quiteño, no
se justifica con nada, y de uno al otro extremo de la América debe ser
enérgicamente reprobado, no sólo por la barbarie' que en si envuelve, sino
también por la funesta trascendencia que puede teuer en las naciones sur,
americanas, donde desgraciadamente pulula todavla la semilla de las' manifestaciones salvajes, como efecto natural de su Indole guerrera.
Una de las vfc.timas de esa horrible hecatombe, el General Eloy Alfafue hasta ayer no más objeto de consideraciones
especiales por pa.rte
de ese pueblo; y si él incurrió eu delito al fomentar la guerra, los servicios que prestó á su patria en otrb tiempo con nobleza de miras debieron
refrenar
la cólera de aquellos que, usurpándose facultades de gohierno, le
infligieron castigo tan atroz.
1'0,
Mas los que 11.:31 se han comportado con el glorioso caudillo, no conseguirán, empero, que desparczca la página de oro que él escribió en la historia de su pats durante su carrera polftica, tantas veces alabada por las
trompetas de la fama. Lo que ellos han logrado con Sil trágica proeza es
arrancarlo del escenario de la vida; pero en Sil triste extravio no llegaron,
sin duda, á meditar que orlarían las sienes del héroe con las palmas inmarcesibles del martirio, que son el más honroso titulo de los grandes hom-bres,
Eloy Alfaro quemado J-' asesinado por el pueblo que le ensalzara ayer.
ha adquirido naturalmente proporciones nada comunes, y, por encima de
sus asesinos, se levanta con mayor gallardía como Tf~clamando de la posteridad la reparación que merece por sus servicios anteriores.
A él lo ha engrandecido el desafuero popular, y mientras sus victimarios se exhiben como secuaces de la sombra, él se destaca como figUl'a de
álto relieve.
Manuel Herrera
Ribón.
-81(Del
número
1055 de
"El
Republicano"l,
Bogotá,
jueves
10.
de
Febrero
de 1912.)
"A MEDIA ASTA.
Nuestra
bandera
debe, en señal de duelo, ponerse á media asta.
A media asta, sr, á media asta debe estar nuestra bandera, la bendita
humillada que en sus días angustiosos atrajo las palabras generosas del
kérose asesinado. A media asta, por noble y por latina, porque al influjo
de sus tres colores el alma del titán sacrificado vibró en un dra inolvidable y porque más roja es ahora la franja suya, empurpurada de verguenza. y de sangre.
De verguenza, por ser hermana del pabellón bajo cuya sombra glo···
riosa los asesinos de Qutio han inmolado á sus luchadores vencidos.
Y
desang-re, porque es la misma sangre nuestra la que ha teñido el suelo
ecuatoriano y ha manchado las manos de viles mercenarios.
A media asta debe estar nuestra bandera, agobiada bajo el peso del
oprobio, como la enl;eiía compañera ayer, por la amistad, del Ecuador, v
compañera hoy, por la desgracia, del tricolor de esa ticrra en donde los
bárbaros del trópico han plantado sus tiendas.
Los nombres de las vfctimas quiteñas son sagrados para los que en
ellos vemos el destello fecundo de los albores nuevOs. No es necesario repctirlos; COIl uno solo de ellos se podrla ir hoy por el mundo derribando
los templos.
La tragedia sombrfa que ha puesto crespones de luto sobre el alma
del Continente, ha dejado en mala hora Ilna mancha que enloda el prestigio de la' estirpe latina.
El nombre de las ciudades de Quito y Guayaquil
pasa como una sombra de pesadilla.
Blo;\, AHaro es nn nombre que al sonar deja en los ordos claros rumores de epopeya. Venfa .como grabado en la proa de las naves ¡!;uerreras. Y pasaba por entre las fogatas del campamento
corno una ventisca
rabiosa que encendiera las llamas con cuyos reflejos viérollse trágicamente los rostros de los soldados aventureros.
Pero el viejo que con la sola fuerza de Sil nombrc venda. ahora tornaba. decepcionado y triste, y en SIlS labios temblorosos portaba un generoso mensaje de paz. El cansancio de ochenta y dos afios punia acaso bao
jo las canas de su cabeza un anhelo supremo. Tal \'{'z queda el g-lorioso
patriarca ver florecer en sus últimos dras la semilla del \wrrlóll para todos
-82los errores pasados.
y debi6 pensar cuando desembarcó
en Guayaquil,
, que las playas de su tierra eran otra vez un campo abierto para albergar
sus glorias.
El vano poderío de sus sucesores no pennilió observar
bifm el cha-cal ecuatoriano que está, en el solio.
Y ante la insolencia
orgullosa d9
Freile Zaldumbide fue como un borbotar de sangre joven el coraje del
viejO.
Vino a pedir la 'paz á sus hermanos,
como una tempe¡;tad sobre los mares.
pero estaba su nombre rugiendo
y el viejo g'enel"Oso fue pasto de los caníbales quiteños, y en el sacrificio doloroso de su vida ilustre con él fueron también carne de nobleza
que se arrojó á los cerdos, Luciano Coral, el periodista, y Páez, Serrano,
Flavio y Medardo Alfaro, unos guerreros
convencidos que mezclaron su
sangre entre las llamas y dejaron los retazos de S1l vida sobre el polvo de
las calles,
j Mengua eterna
encadenados!
para el pueblo quiteño que así inmola á los leones
¡Baldr'!, para Il) ,j"""'f)la
~obre los héroes indefensos!
Mandatario
que lan7.a las tramas
cobarded
y vayan nuestras manos amigas á recoger los pliegues del tricolot'
mancillado que ayer fue 'gloria de lIuestra casta altiva y hoy se averguen,
.za de flamear bajo los cielos dc Quito.
A media
asta
debe
quedar
nuestra
bandera!"
(De "La Paz" .-Cauea.)
La Iloticla contenida en 108 anteriol'lJs telegramas ha causado en' nuestro espíritu la más honda consternación, y apenas tenemos aliento pal'<t
registrarla en nuestras columnas y lanzar enérgica protesta á la faz del
mundo entero contra tamaño crimen nunca antes registrado en la historia contemporánea de América, Lo ocurrido en Guayaquil y Quito no tiene nombre, es una verguenza del siglo y my ultraje á la civilización, digno
sólo de la turba más salvaje de la tierra,.
Aunque nO han llegado detalles
del suceso, bien J)ódemos adelantar
este concepto sin pecar de ligereza: los Iniciadores y factores de ese atentado son los mismos que manejan las riendas del Gobierno de la vecina
.'República:
Plaza, ese monstruo miserable que ni siquiera ha aabido!'Mo
"
-83tetar los sagrados vínculos de familia para condenar á la decapItación á l!U
·benefactor, al hombre más grande del Ecuador, al que más vAginas de gloria ha dado á esa tierra y ha sabido poner muy en alto el tricolor nacional
en momentos de conflicto.
"La Paz" lamenta los acontecimientos de Quito y Guayaquil y conside
ra la muerte del General ELOY ALFARO como una irreparable pérdida para el liberalismo americano, al cual envía su más sentido pésame.
fTomac!o de •.~~ '~~;Jubllcano" de Bogotá, del viernes 2 de Febrero de 19.12.~
MANOS QUE NO AGARRARON MAS ORO QUE EL DE LA CRUZ DE
SU ESPADA.
!~
L;..~,.;
.:
I
:
No se orea la sangre
vertida en Quito por las muchedumbres enlo~.quecidas que han deshonrado la raza americana y envilecido al Gobiernv
que las desencadenó para que se embriag.aran en el festfn canibalesco. Humea.alí.u la pIra lnquis!torial de inequfvoca procedencia. Se i#;'nora si habrá!j
tornado á sus guaridas los embrabecidos lobos 6 si aquella ciudad será ya
un vasto cementerio en donde reinan el Silencio y el Estrago.
Ot.ro día, ayer no más, en connivencia con los adoradores del fuego sabedor de que estaban prisioneros en Guayaquil los jefes revolucionarios hizo que las señoras de Quito se agruparan á las puertas de la casa de Gobior.
no á pedirle que no hubiera clemencia ni salud para con los vencidos,
Ya
se sabe (Juiénes pueden aconsejar á las mujeres estos actos de barbarie y
de venganza.
No se atrevió Freile Zaldumbide á mira¡' cam á cara al vlfJjo león encadenado. Hubiera palidecido de pavor ante aquellos ojos acostumbrados
~
dilatarse junto á las fogatas del campamento.
No fue capaz de conducir al vencido ante ",1 Semulo. para que sus ául\cos lo ultimaran allí con los puñales de Casca y de Casio, en un lrbido atar4iecer de esos de Quito.
No tuvo el valor de consagrar
el paUbulo con
HUH
vfetimaH.
La arroj6 maniatadas á los cerdos-MORE
M:¡'iRONIANO --y no deje)
de temblar sino cuando el viento desparramó por el Egido, las cenizas do
los guerreros inmolados.
En vano se aiargan
sn gesto de humanidad,
hacIa Quito las miradas y los oidos, por descubrir
¿En d6nde está Plaza, que no marcha con su ejér-
-84-
cito vencedor, hacia la cueva en donde se refugian los chacales, Y les pide
cuenta estricta de los prisionero::; que él hizo el~ leal combate, que él ampa-
l
ró con las cláusulas de un tratado?
¿En dónde está .Tulio AndI'ade Que no a-parece por los campos de la
Muerte á hacer oir la voz de sus fu::;i1es,con el mismo reclamo, ,sólo al recuerdo de aquel dia de gloria cn que Alían> le ciñó su espada de General el&.
l>1'mo can~po' de batalla?
Nada se escucha, nada, Impera el terror en Quito. ,y el Emperador del
~,tlesinato extiende sobre todos. Magistrados, CorJloracioneB, Ejército, Ull
ii,1¡mto
enrojecido de complicidad, que tejieron manos expertas en el de-'
tito,
Cargaba Eloy Alfaro, sobre sus hombros titánicos. como setenta,.
ua
años, LA ULTJN.íA l\1I'l'AD DEL SJULO PASADO ESTA LLENA DE PAGINAS GIJORlOSAS
y ESCRITAS
-POR EL EN 1,A H1STOH.IA
ECUATO··
RIANA,
Cuando se alza-muy
joven todavía contra Gal'cía :\10reno, aquél dél>pota doctoral Y metafísico, es un cortejador de la muerte; cuando emigra
con Montalvo Y parte en el destierro su eSCasO sustento con el genial domador de la lengua castellana, es como un faro que alumbra la tormenta de
un mar; cuando combate á \'eintemilla en Mapasingue, Guayaquil y cn el
Estero, es un héroe le¡!;endario cuando arranca del tope de la nave en que
nondeaba, fletada por Cordero, la bandera ecuatoriana, Y la lleva triunfante desde las orillas del Guaya;; hasta Quito, es un redentor cuando se niega
A reconocer Panamá como llepÚblica independiente, resistiendo Ia.s tentaciones del cazadOl:, del Norte, es un coloso; cuando acaricia desde S\1 silla
presidencial, la idea de la resurrección de la Gran Colombia, es un camarada del Libertador.
Sobre aquel cráneo en donde se anidó esa idea, como un águila audina.,
puso la tUI'bu.fanatizada Y ebria primero sus manos, sus garrotes después, Y
por útlimo, el fuego de la Inquisición,
La orden de descuartizar á Rayo en el instante mismo en que Garcla
Moreno se desplomaba como una res degollada .sobre las losas del atrio d3
la Catedral, salió de las soledades de un cláustro, en rígido latin. Los últim08 fragmentos del brazo que levautó el machete aquel, fueron quemados
en el Egido, tal vez .en el sitio mismo en donde se alzó la pira para los cadáveres de los Alfaros. Es una reminiscencia digna de conservarse en lil
meII!oria,
Once años¡1;obernó Alfaro la RepÚblica vecina. Y cuanoo llegó á Panamá .•• i1 Noviembre último. uno de SIlS hijos salió por el comercio de los israelitas á velloer alguna!; joyas de la familia. AQUELLAH MA~OS NO HA·
J..HA~ AGAHltADO
i\'lAS ORO QUE
("El
EL DI', LA CItU7.
Republicano".-Enero
LA CIUDAD
LA ORGIA
DE
m" su
ESPADA."
31 de 1912.)
¡::'AN"iASIViA.
LA SANGR"":.
El telégrafo nos ha comunicado una ilOtieia vergonzosa. Nos dice ql1<J
las turbas famélicas de Quito han asesinado á los prisioneros de guerra qU'2J
cayeron en Guayaquli y en Yaguachf. Y en las almao colombianas se ha Sf>Il"
tido palpitar fieramente la indi~naciÓn.
Ayer no máo estábamos todavia pensando que bajo el ciclo ecuatoriano la humanidad tenfa representantes:
hoy borramos-para
mengua de
nuestros hermanos -las palabras Que nacían al calor oe los nobles senti"
Uli en tos.
Cuando (,¡;laíió la revolución ecuatoriana que ahora Illuestra un epílc,
¡;O lIepo al !pundo. las frases de condenación salieron de nuestro" 1:1hío",
para d""ir Que no teniamos simpatlas por el movimiento qne encabe7.ai¡:l el
Gel~eml Flavio Alfaro, Y siempre ha sido el espíritu rebelde UIlO Que tiene
en OOStOIO~francas explosiones de admiración para la!'; l"f>Yoluciones.
en nosotros francas explosiones de admiración para las revoluciones.
La guerra ecnatoriana no podra ser justificable. y sin embargo ahora 1"
~mntrfo. cobarde y salvaje de Quito ha traido con las aureolas del martirio
irnjllluto á los vencidos una marejada de cariño al rededor de los nombre\!)
que '.'()lJian aniquilándose bajo los pabellones del campamento revoluciona.·
que venian aniquilándose bajo los pabellones del campamento reyoluclona
rio.
mi asesinato de los Alfaros ha venido á demostrar al mundo que sólo Ol!
el viejO apellido que dio gloria y respeto al Ecuador podría fincarse la grano,
deza del suelo hermano.
-86Visible aparece ante la América asombrada la {:omplicidad del Gobier.0 de Freyle Zaldumbide en la cobarde fiesta. El hombre que hoy mane.ja la
Replíblica ecuatoriana es el mismo que ayer, desde la silla preside.cial.
excitó ~a8 pasiones brutales del pueblo, diciendo con cfnico gesto: "No ha':;
brá piedad para los vencidos". Las palabras del jefe del gobierno fueron
el preludio elocuente de la bárbara matanza, y también la sentencia de su
Ilombre que á la historia americll.'na pasará con la mancha de cieno y de
Iilangr~ que le arrojan ios guerreros inmolados.
El General Eloy Alfaro, viejo de talla heróica que á la patria dio glorias y en el pedestal de .su nombre SUIlO grabar con letras de oro las leyendas de su valor y de su grandeza, llegó á Guayaquil como Apóstol de P:u y
no como caudillo guerrero. ElI bien sabia que en los estandartes de la revolución su ap(~lIido era como la estrella que un d!a guió á los reyes btblicos
y sabia que sus palabras alcanzar!an á contener el coraje de los insurgentes lanzados por ei camino de la aventura; entre las aclamaciones del pueblo rebelde llegó al puerto que era foco de la revolución, y llamó á la paz á.
IilUShermanos que estaban á esas horas preparando la orgía canibalesca
desde el orgullo de las alturas.
El Gobierno de Freyle, ensoberbecido por
los conatos de la'lucha, desoyó las palabras de su Manifiesto de paz yobligó al anciano coloso á entrar en la guerra.
y cuando el viejO cae, el pabellón tricolor que un día sus manes pasearon alt1vamente por las fronteras
peruanas, ahora en manos mercenarias
protege vergonzosamente la horda vandállca que en las calles despeda&ll.la.
carne de los héroes.
Ah, si el alma americana se estremece de indignación!
El derecho de la guerra no es ese. Bajo los pabellones tropicales sól.
debemos ver el consorcio de las almas" humanas. Si en horas de ofuscación 108 guerreros inquietos sienten la nostalgia de los" campamento¡¡ no
Ion las armas paraempañarlas,
ahogando cobardemente
as! los gritos' b'éli,
COS. Al luchador vencido debe tratársele
como á. un hombre y no como á. la
fiera que cae después de recia lucha con las jaurías. Y si el luchador vel!cidoes EloyAlfaro, alma. vida y eoraz6n de un pubelo, menos aún las manos'
ávidas de los sicarios deben acercarse á los festines de la sangre.
(
Porque hay sangres que son corno el vino simbólico de los redellteres.
,
.01
,I1ntre 108 prisioneros inmolados están Flavio Alfaro y Luciano Ceral,
hombres que en la ruda batalla debieron ser corno el Bayardo lege.da-
Tio.
Flavio Alfaro empapó con su sangre el campo de batalla. Pues era
4ie esolil titanes que en medio de la refriega poníar. su pecho al frente.
CUlO
,
Pln la apoteosis de su martirio, al lado del anciano venerable, aCIl.!!.
fuera corno un Anteo que ante las iras le ofreciera el escudo de lIUB brazos.
Las manos cobardes descarg-a.ron el hierro asesino sobre su cabeza de pea·
sador. Bn medio de un macabro torbellino su nombre era ya el anatema qll"
habla de caer sobre las frentes de los rna\vados. Su nombre, que hll.b!a sido
propuesto para figurar en el gobierno universal
que soñaron 10il que h~.
quorido la Santa Sede de la Humanidad en la capital del mundo.
Luciano Coral era un periodista que acompañó en la calda á su Jefe.
y otro no más podrlale valer como una de sus mejores páginas, si la cons~.
gración del martirio no trajera
sobre su nombre los laureles del héroe.
La mancha vil que las lurbas palaCiegas de Freyle han puasto en la
Historia de Ani'érica, no pOdrá ser borrada ya. As! la eterna protestll dl'! !:l.
Humanidad lo estará diciendo siempre.
En cuanto á nosotros, como colombianos, tenemos para los canfba.les
. e¡uiteiíos nuestro desprecio, que un pueblo en cuyo seno se toleran todavld.
lalllfiestas de la sangre, no merece otra CaRa.Un pueblo que inmola al padro
do su grandeza debe olvidarse por misericordia.
IMPRESlOENS
DEL
ECUADOR.
Hagamos esfuerzos supremos y con el cOl'azón cargado de negros presentimientos opinemos con criterio sereno é imparcial sobre los SUCel'l08verifilmdos últimamente en la vecina República del Ecuador.
Bien quisiéramos que nueslro pecho juvenil se convirtiera en hogusr:t
inmensa para que de alI! snrgleran vocablos luminosos que fueran á calcinar á los espíritus mediocres que, con mano arlera y violando los sagrado"
principios
del Derecho Natural, asesinaron á IOR señores
E:loy,
lVIedardo Alfara, Ulplano Páez, Pedro Montero,
Coronel
Serrano
Flavio
y
I~u-
\'liana Coral.
La Historia sabrá responder allá en el calmado recinto de su labora·torio psiCOlógico sobre las vidas de estos hombres como por la de los que
contribuyeron á eliminltrlas; ella sabrá decirnos con suprema ironfa si fueron Terdaderamente Leonidas Plaza 6 ei doctor Carlos Freyle Zaldumbide .actualmente encargado del Poder Ejecutivo-los
autores principales del .~
fando delito.
Quiera Dioe qne en 108 sucesos del Ecuador la sangre roja de Zaldumbide no vaya á tornarse negra ante los fallos justicieros de la Hil'ltoria, por·
q.~ 1M palabras qUé pronunci6 en presencia del mftin colosal Que ae reunió
en Quito en lit noche del 18 de Enero con motivo de la felicitaci6n por 108
triunfos alcanzados contra los revolucionaMos fueron do promellu para pre·
-88teger tal! libertades púbilcas. acabar con el caudillaje 'i eliminar del Ecuador el militarismo 'i e8to como se ve da por el momento mucho en qué pensar, tanto más cuanto que 11 dia8 despué8 tuvieron lugar 108 terrib~
acOlltec1mientos á que nos referimos.
Parece que las intenciones
eran negras Y asi tenia qu~ pasar porllue
como lo ha dicho Montalvo, no es á los Imbéciles á quienes se les jura odio
y muerte sino siempre á los espiritus levantados, es decir, á aquellos que
por su talento Y virtud logran sobreponerse á las almas mediocres Y Tul¡ares, á esptr1tus que al parecer no tienen conciencia Y que si la tienea es
para obrar conforme a sus caprichos como a. los salvajes impulSOBde su
propia perversidad,
Los enemigos del
tendrán que reconocer
faro fue el prohombre
verdadera causa Y por
Astro refulgente de Eloy Alfaro. tarde 6 temprano
su error, y tarde 6 temprano tendrá.n que ver que AIecuatoriano que má.s se interes6 por la defenlla de la
la integridad nacional.
Estamos seguros que el pueblo del Ecuador no habria hecho nada si !lO
hubiera estado s,~ducido por malvados caudillos, ajenos á todo sentimiento
de caridad Qomo de profundo amor para con la patria.
He aqut por qué muy justaa nos parecen las protestas que, en nombre
de la civilización, han empezado á levantarse de muchos lugares del mundo; ello prueba que en todo caso debe reconocerse la libertad dentro del
orden y la justicia, y que ese orden yeso. justicia pueden únicamente ellearnarse en un liberalismo doctrinario.
Los asesinatos del Ecuador y sobre todo el cometido en la peraoB!!.d~
don Eloy Alfaro no es un acontecimiento e:ll:traño para la sangre latina.
Pero nosotros no alcanzamos á comprender por qué hay lugares en el pla-neta en donde buscar la perfección es buscar el calvario y subir á la Sil!'L
presidencia.l es subir á la silla del desengaño cuando no del sacrificio .....
y en Colombia corno en otras RepÚblicas de Sur América si no fuera porQue·el hombre grava la conciencia no prestándole su contingente á la Patr~a. mejor seria, mucho mejor que se contentara con llevar la voda del retraimiento. porque en tal género de vida está libre de cosechar grandelil decepciones y profundos desengaños. y la razón que apenas vislumbramoS es
que la humanidad no ha cambiado en nada desde el principio .del mundo. y
la Envidia, su hija predilecta no ha cesado jamás con su gesto de 80nrient~
hipocresfa de Impulsarla á cometer barbaridades.
Pero sin ag:uardar los fallos luminosos de la Histofia, si nos atrevemoS
á decir que si el Astro de Eloy Alfaro ha pasado para los cielos deultratum-
bao su luz era tal que alcanzará A irradiar acá
no sólo
de sus amigos sino también en el de sus propiOS adversarios
roa era muy grande en generosidad y perdón.
en el corazón
porque "U al-
'Miguel
Pombo.
-89-
LAS MATANZAS
DE GUAYAQUIL
Y QUITO.
¿QUIENES SON LOS RÉ·SPONSABLES?
"El partido liberal tiene. orgullo en haber combatido el alfarismo en todo terreno y sin descanso. Muy pronto tendrá la gloria, con el auxilio de ta'
dos 50s ecuatorianos, patriotas, de haber extirpado radicalmente del orga··
nlsmo nacional el vergonzoso alfarismo."
("El Constitucional", periódico gobiernista del Ecuador).
"Ofrezco respetar las libertades públicas, acabar con el caudillaje y elimina!" del Ecuador el militarismo,"
(Palabras de don Carlos FrelJe Zaldumbide pronunciadas ante el mitill
qus tuvo lugar en Quito en la noche del 18 de Enero de este año.)
"Si por desgracia nosotros (los Aliaros) caemos en poder de Zaldumbl·
de, Plaza, Andrade y compañeros, esos hombres no nos perdonarán
la
vida."
(Palabras del General Medardo Aliaro pronunciadas el 17 de Enero
abordo d'¡ vapor "Quito" en presencia del Director de "La Paz".
Otro suelto del mismo diario y mismo número, dice:
"RESPONSABILIDAD INELUDIBLE.-Dice
FrelIe Zaldumblde. en telegrama á. "El Nue·yo Tiempo", que para vlndlcarse enviará. documentos
que comprueban la "ninguna participación" del Gobierno en la tragedia de
Quito,
¿QUé entenderá el señor Zaldumbide por "participación" en esa clase de
sucesos?
¿Creerá FrelIe que porque no mandó á sus soldados á que dlsparara:J
con\ra sus prisioneros, no tiene respqnsabilidad en 10 acaecido? ¿Qué cra-··
erá Zaldumblde que es Gobierno?
¿Un nuevo espectador de tod<.t
caI'nicerfa humana?
Pobre don Carlos, está. abruma:do con la sombra ensangrentada de los
AI~r()s!"
UNA
ACUSACION.
Publicamos á continuación ulla dc las acusaciones más serias y doc\;mentadas que se han publicado con motivo' de los luctuosos aconwcimientos que nos O'~\1pan; allí se encontrarán también detalles .hist6ricos que no
son posibles de coleccionar en las Iijeras columnas de los diarios.
El lector. apreciará también que no es el culpable el pueblo ecuatoriano •. sino más bien determinados
hombres pú.blicos y colectividades poli.
ticas.
Habla doil Olmado Alfara:
MANIFIESTO
A LA OPINION PUBLICA.
Sobreponiéndome al just.o dolor que me R¡!;O bid., he examinado con cal·
n¡a :> concienzudament.e el crimen perpetrado en Quito el 28 del mes anter;ol' .'n la persona de mi padre el señor General don EloyAlfaro;
y desl1ués
dI' pesar y aquilatar todos les rle,alks y tollas las circunst.ancias· del ál.f'U-tado y de eRcnchar el parecer de los miembros de mi familia, he resuelto, :'i
falta de otro tribunal. aCudir á la. OPlNION PUBLICA
y acusar Ú los ase!:linos ante. la rectitud de t.odos los hombres honrados del Ecuador y del Universo. 'Sé que la Ym; de un hijo, libre de toda pasión que no sea de jllsti-
-lH-
.¡¡ia,.l5eré.oida con atención y rel5peto, pues al. dar este paso cumplo con .une
~l;ie IOl!! más premiosos deberes para. con la memoria venerada de mi padre
ylol!l intereses de la Patria Ecuatoriana.
No- debo hablar de su abstención en la revolución del General Montero,
al del patriotismo con que hasta última hora procuró la paz entre 108 bell'ger&Iltee, ni de sus virtudes y grandes servicios á la República; porque d.
todo ello hablan muy alto las personas rectas y de probidad, y lo comproba.rá no muy tarde la Historia. No me toca, ni hay necesidad, de hacer la
-pa.negírico fúnebre de la noble vfctima;
pero conviene precisar 105 het!ho•
• papa que resalte más la justicia de la acusación .
• 1 señor General Eloy Alfaro fué miserablemente traicionado el 11 d.
A~o!lto de 1911 y salvó su vida únicamente .por Intervención del Cuerpo Di·
plomático, especialmente del Excelentísimo señor Ministro de Chile, do~
"'fletor Eastman Cox. En aquella fecha la guarnición de la Capital fué cohechada y á la una de la tarde un levantamiento militar y ruidoso nos blze
saber que éramos prisioneros. pues no babla quien defendiera al Goblern!).
Confiado mi .o~ere en la lealtad que sc merecfan las Leyes y á la bonradez
de 59!! actos, nunca pudo Imaginarse semejante atentado, mucho menos pr<olGaTM'88contra él .
• 1 primero, BU Vice-Presidente, don Carlos Frelle Zaldumbide, encabitel 0obierno revolucionario y de allf empezó la época de anarqufa porque
atreTesó la Capital. CrImen es, asesinatos y robos á granel, conocido!; y eami.»tado!l después por toda la prensa del pals.
;ZÓ
I'erlliguieron A los Diputados y Senadores y formaron escogiendo entre
wplentes que les fueran propicios. un Congreso ad-hoc que sancionara
el atentado, y en efecto ellos produjeron Acuerdos y felicitaciones á los a'ltoree de la revuelta, y atizaban la acción del populacbo que trataba de a.saltar la Legación de Chile y asesinar al Presidente Alfaro.
1011
Los Representantes Diplomáticos extranjeros y sobre todo las instruccioneJl sobre derecho de asilo del Gobierno de Chile á su Ministro en Ql1i·to, impidieron que se consumara el hecho, al cual coadyuvaban desde entonces wn su intención y tolerancia el Vlce-Prseidente Carlos Freilc Zaldum
':-blde '1 el Ministro Octavlo' Dfaz. Era también testigo presencial \!l Genar!!,l
Leo.ida!! Plaza G.
'llambién en esa ocasión el Cuerpo Diplornf1tico.residente en Quito, coasig\tiO que el General Ulplano Páez. que avanzaba con tropas leales á re-cuperar esta ciudad depusiera las armas y firmaron en cambio un Tratad.
en el eua! se daban amplias garantIas al General Prcsidente don l!lloy Alfaro .,. á los demás personajes que la revolución habla capturado en Quito.
El gobierno de Frelle hizo escarnio de la palabra empefiada ante el Cuerpo DiplomAtlco, Tioló el Tratado en casi todas sus partes y el Presidep.te
-92Alfaro, escapando de ser asesinado, sólo pudo salir cuarenta días después,
debido á las gestiones
privadas del Cuerpo Diplomático Y del Ministro de
Chile donde se encontraba Alfaro asilado. Apelo al testimonio particular de
estos caballeros en io que á ellos se refiere .
. Desde el once de Agosto empezó, el desquiciamiento social y el Congreso formado por los elementos arriba mencionados declaró Presidente 'a
don Eroillo Estrada. candidato que había sIdo á la Presidencia de la Repll·
bJica, Y factor principal en la traición efectuada; quien también resultó im·
potente para restal,lecer la seguridad pÚblica. A las pocas semanas murió
Estrada.como
se lo anunciaron
oportunamente,. Y volvió nuevamente al
Gobierno el señor l~reile Zaldumuide y prosiguió su obra de anarquización
del país. tratando de imponer á elementos que le eran adversos
la candidatura del General .Leonidas Plaza Gutiérrez, lo que ocasionó la revolución
\
. I
del General Montero á qnien 'ellos el 11 de Agosto colmaron de alabanzas,
y hoy persiguieron hasta hacerlo descuartizar,
Moutero llamó con insistencia al General Eloy Alfllro que se encontra'ba en Panamá ajcnoá la política militante, quien deseando evitar que se
derramara sangre en su Patria, fué á Guayaquil, doude su primer acto fu(.\
proponer un avenimiento á los facciosos que hacían la guerra, (á lo qU8
ambofl se Ileg'aron), absteniéndose de tomar pal'te en la revolución, A ú!ti-'
ma hora, ya perdida la revolución y para la entrega de ia ciudad de Gua·yaquil. fué I'omurado .Jefe de las fuerzas, su IIl'Opcj;;ito¡JUes, 110 (ué otro .que
cumj:llir con la capitulación (lUe él había conseguido que se firmara y evitar
así mayores males al pals, La' misión del deneral 'Aifaro fue de paz Y de
concordia como consta á todo el Ecuador,
Pero aunque hubie'ra sido el fa~tor de la transformación
política del 23
de Diciembre de 1911. no por 'eso podía privársele de la protección de.la3
Leyes, ni excluírsele de las ~arantías que todos los países concedél aun íí.
los más grandes criminales,
Freile y sus Ministros eran también
revolu'
cionarios, Bl once de Agosto terminó con- una traición vlllana á la con'sti ..
tuciollalidad Y el Gobiemo de Estrada Y el de l~reile fueroll de hecho, Las
rc\'oluciones no son raras en la América Latina y jamás los presos poHti..
cos han sido presa de caníbales como ahora,
He hablado de la capitulación del 22 de Enero, en la que el Gener3.1
Plaza, Comandante en Jefe de las fucr7.as de Quito y con los buenos oficio;>
de ios Cónsules de la Gran Bretafla y de los Est.ados Unidos de América,.se
obligó á garautizUl' las vida's, la libertan Y los bienes de los Generales y dflmáfl personas que se callncaran comprometidas en el movi¡niento 1'0\,01",donario, Este pacto fué firmado con las formalidades debidas, ,pero cuando
las autoridades militares ,le Guayaquil. confiadas en la fe jurada, principiaban á entregar los cuarteles y las armas, fueron aJevosamente atacados Y
lleva.dos é. una pr!s16n,
-93·-Tan inícuo quebrantamiento
de los pactos han querido disculpar COIl
que fué desaprobado por Fl'eile, pero aunque así hubiera sido (cosa invero·
símll para los que conocemos las personas que actuaban), Plaza debió pro·
teger la vida de los presos que habían confiado en su palabra de honor Y
portarse como un caballero; pero su conducta es todavía más detestable.
El 21 Frelle, según telegrama publicado en la prensa de Guaya(juiL le prel;cribió que no diera ninguna garantía á los Jefes de Gnayaqnil y \'>1 á pesar
de esto dolo¡;amente contiuuó la negoGÍación y firmó el tratado el día 22.
La falsía de su IlI'ocedimiento se encarga él mismo de demost.rarla.
Pues mientras por un lado firma una capitulación dando garanl!,¡\15 basado en los mejores intereses dei país, por ei ot.ro establece lo cont.rario en
su telegrama de Durán dirigido á Freile COllfecha 22 en cl cual mallifiesta
que si bien la toma de Guayaquil no ofrece dificultad en cambio c:on ese
procedimiento se escaparían los cabecillas.
por otro telegl'ama puesto á Frelle y sus Minist.ros desde Guayaquil,
f¡,cha ·22 Y (con el Único propósito de .más tarde laval'se lal; mallOS de lo:;
crímenes que pl'eparaba);
manifiesta que los Cónsules mediadores recia·
lU::t'1an!Iltegrament.e el cumplimiento de la capitulación Y que él (Plaza;
era de (lpinión que debían cumplir lo pactado;
dirigidu á la misma ciu·
dad (le Quito f;¡}v:"ba otro telegrama á su amigo el doctor (;ollzalp S (~ór'
dov'~ ILeí.:p,lule: "1-L~GALES SABER QUE LOS pmS10N,~r\.C.'! ,\ t~Lf¡';·
NES ELLOS TANTO Tl!l~llEnON ESTAN DlJ.oJNSEGUJWS y QUF. (KAN
A QlTITO."
Los telegramas
publicados Últimamente sobre la contramarcha
desde
Huigra del tren que conducta los presos á Quito "PORQUE FJL GOHn,llNO
ESTABA. SEGURO QUE ALLI SBRIAN ASESINADOS" y las recomenda
cioncs de Plaza al ArzObispo para que velara por la vida de 105 presos que
él mismo confiesa estaba en grave peligro, en nada desvanecen la aeusación á que han dado márgen hechos anteriores.
Por lo que respecta á Freíle y sus :\1ínist.ros est.os uocument.us s6lo revelan cómo temblaban sus cunciencias ant.e la proximidad del crimcn que
con tanta insistencia todos prepararon, pues las disposiciones más terminantes venían siempre solidarias del Consejo de Ministros,
y en cuanto al empeño del General Plaza de "salvar la vida de los
presos", es el sentimiento del victimario sobre su prllsa. Un General ven-eedol' dueño de la situación Y de la voluntall popular "rogándole al Arzo·
bispo que vele" por los infelices enviados á sabiendas al exterminio! .. ",.
Suficiente esto para formal' opinión imparcial
sobre su culpabilidad. Aque·
lla súplica, como varios telegramas, fué hecha Tlanl fib'llrar entre los docu·
mentas justificativos Y se preparó habilidosamenlp..
Por otro lado 110 se puede hermanar dicha !ó(¡plic¡¡.con la promcsa ho·
cha á los conservadores por medio del doctor Gonzalo R. Cúnlo\'a de que
los presos irfHJI {¡ Quito.
Si quiso que no muderan ros presos, má¡; eficaz era Cl'J:Qlitlli~ con el 'I:r,túdo de paz ó en su defecto obtener del GoDierno, del culllfiera él eu eS,"}4!I.
:;mQmentos la sola poderosa eolumna, iU permanencia en Guayaquil, ó biea
;,pudo aprlsionarlos en algún buque de guerra. ó cualquier o.tro lu&,al' i&,guro.
El hablarnos Plaza de órdenes é lmposiclolI-eS de Fteile' ti el Gobier.¡¡
General protector, vencedor y sostenedor sólo serra risibfa al no enTal'Ter mala fe para con ellos y los victimados.
:t
ilU
Pobr~s C~nsules! confiar en el honor de esa¡ gente! '" ... A nombre de
1011 seis Generales asesinados yo les agradezco la sinceridad
do sus
pr.opósitos .
......
Preso á traición el General Alfaro, estaba ya. condenado á mnerte irremediable. El telegrama de Freile de 22 de Enero. lo dice sin embozo, cuando ordena que Plaza, á pesar de la capitulación, remita los prisioneros á la
capital, porque era necesario "EXTERMINAR DE UNA VEZ. PARA SIEMPRE LOS ELEMENTOS SEDIClOSOS"; es decir, que era necesario asesinarlos como única manera de salir de ellos para siempre. Pla.za~sin embar·
go de estas declaraciones, de lo ya sucedido con Montera y desoyendo las
reclamaciones de los Cónsules que habían intervenido en la C.apitulación,
los mandó á los presos y partió tranquilamente á Manabí á. esperar el desenlace friamente preparado. Plaza sabía perfectamente la suerte que le esperaba al General Alfaro en manos del Gobierno de Freile,: él habla sido testigO presencial de las escenas de Agosto, en que las turbas y la soldadesca
disfrazadas, <cuando no en uniforme.· eran lanzadas contra Aliara. El General Plaza conocía perf~,ctamente el estado de ánimo de los elementos aqup1108 debidamente preparados aprovechando de la exaltación consiguIente A
toda lucha armada. Conocía más que nadie á Carlos Freile y su Gobierno.
Ya había recibido de la capital nuevos telegramas de sus acólitos, entreellos los de Lino Cárdenas, Juan Francisco Game y otros
En fin,
conocla el elemento llamado por ellos "DEFENSORES DE LA CONSTITU'CION" á quienes iba tí entregar á Aliara.
Hacía un mes que los hombres y los escritores de Gobierno hablabn
·de matar é incinerar á Alfaro como á los Gutiérrez en Lima .. EI dla 18 de
Enero publicaron en Quito una lista de proscripción, propia de los peore8
tiempos del terror en Francia, en la que estaba la larga lista de los G•.
nerales, Coroneles y demás oficiales condenados á muerte, siendo m~
padre· el primero de dicha lista de sangre y la prensa de Guayaquil la
reprodujo como puede verse en el Grito del Pueblo Ecuatoriano númerf)
UG.
Las turbas se reunían y se preparaban con frecuencia y el llamado
QQbierno lo toleraba si no lo aplaudla y solicitaba, y el programa se
Gllmp1l6.
-S5Las circu'¡u¡tancias y detallcs del mismo
aún más la complicidad del Gobierno.
hecho
del crimen
señalan
El Pan6ptico de Quito donde se cometió el C!'lmen cstít situado pn
los extramuros de la ciudad, es un s6lido é Inexpugnable edificio de maro
posterfa con una sola entrada situada ella misma en una altura y para
cuya defensa bastaría una guarnición de diez soldados sin cuya complicidad es imposible penetrar.
Las TUllSAS no se reúnen sino progresivamente
citación aún peor para la· disculpa de la autoridad.
y si hubo preví,,_
Del Panópt.ico donde se cometió el asesinato, al Egido, donde se mutiló y se incineró el cadáver, hay por lo menos mil quinientos mP.tros, P.S
decir, babía que atravesar la ciudad de un extremo á otro, y, ¡.á dónde
la acción del Gobierno para impedirlo?
Después del asesinato cometido en la persona del General MonteN
en Guayaquil se trató de un meeting de protesta y el Gobierno hizo saber
que no permitiría tal reunión y no ]a hubo.
Entonces no era conveniente al Gobierno.
Ningún país ahorra
nación civjli:>:ada.
sangre
cuando se trata
de defender
su honor d9
Además, las turbas sabían anticipadamente
que contabau con ]a apro.
bación gubernativa, como sucedió con los crimenes de Agosto, por los que
recibieron felicitaciones oficiales, tanto del Congreso COIllO del, Gohlernú
de Freile.
Nada habia que temer, pues delante no tenían sino la impunidad.
El crimen colectivo es anónimo. debieron decirse los que manejaban la trama. Pfll'O se equivocaron porque la opinión pÚblica est.á y~
con la vist.a sobro los asesinos y la Historia les aplicará eterno cast.igl).
Por todos estos acontecimientos
y puesta la mano sobre la conciencia, yo acuso del salvaje asesinato perpetrado en la persona de mi padre,
en primer lugar, al GENERAL. L.EONIOAS PLAZA GUTlt,RREZ;
en segundo lugar al OOCiOR CARLOS FRE/LE ZALllUMBIDE y en tercer
lugar á los Ministros OCTAVIO OIA7-, JUAN FRANCISCO NAVARRO,
CARLOS R. TOBAR Y demás colegas.
Si aún hay Justicia en el Ecuador, los señalo ante ella y si no, la historia será la única que recogerá el fallo severo de la opinión.
PanamA, lPebl'ero
20 de 1912.
Ol-.MEOO ALf'ARO.
-96UNA CARTA.
Panamá,
¡"ebrero 12 de 1912.
i;eñor don A. A. P.
Londres.
MI querido prImo:
Ya tienes. aquí á la familia obligada por la terrible tragedia de la
<cual sólo podrás tener noticias generales.
Es casi· Imposible suponer
tanta degeneración y hoy el mundo se encuentra abismado por los crfmenes que allí han. cometido el .Gobierno y sus agentes.
Los Generales Montero y Flavio Alfara hicieron como tu sabes una
revolució¡i en contra 'de Plaza y Freile Zaldumbide, quien á su vez se
revolución contra mi papá el once de Agosto.
Ambos invocando a.sUIl;tos sucesión de mando.
A mi .papá lo llamó Montera 'pero sólo intervino como mediador para
evitar la ·guerra. mediación que no fué aceptada. y po"r último, después de
que el Gobierno de Montero había sido derrotado aceptó el cargo de Jef,-¡
del Ejército para impedir se repitiesen desgracias que ya sucedían y conseguir para la ciudad de Guayaquil una capitulación y no un combate.
Entonces Montero invitó, por instancias de mi papá y contra su vo-Juntad, una mediación, y los Cónsules americano é inglés fueron los mediadores y firmaron un Tratado de paz en el cual se daba á todo el mundo oficial plenas garantías por la revolución, entre las cuales constaba
la salida del pars de los principales jefes, pero ·todo no era más que una
farsa de Plaza para apoderarse de ellos; una vez asegurados en. Guaya.~ui1 los personajes y ordenado á los bombpros el recibo del armamento
,eoo:no'.constaba. en el T¡;atado' que fué firmado por las partes, los placis,tas ,provocaron una algazara y llamaron á, Plaza y á su ejército que se en<contrabun en Durán, quienes avanzaron y aprisionaron á todos los Ge·
!nerales.
Enseguida Plaza ordenó que se llevaran los presos al batallón "Ma:Tañ6n," inclusive mi papá, quien por su ancianidad sabes .que no puede·
caminar con facilidad.
Pues bien, estaban sus fuerzas ya agotadas cuan·
,do. se ~present6 el General Julio Andrade y manifestó que era una barbari.dad -y que ya que no se cumplla con el 'fratado como debran, siquiera se
"les llevara á la Gobernación cosa que hicleron l'egresándolos.
1
Al dla siguiente de eso llegó de Quito el Ministro de Guerra, Juan
.Francisco .Navarro, y al dirigirse al populacho, presentado
por Plaza.
GRAL.
MEDARbo
ALI:<'ARO .
.Junto COIl su ilustre hermano doctor 1\Iarco9 Alfató y el no menos noble Coronel José Luis Alfaro, acudfa el primero á las luchas que sostenfa mi padre desde lejanas épocas por el progreso ecuatoriano. Hoy
ya anciano y enfermo fue sacado por Plaza del vapor que recién lo
llevaba de Panamá, y enviado á Quito en seguida para su asesinato,
lo que no se hizo esperar.
-ntutea
acababa
de perorarles,
les ofreció que Montero no vería
la n•.•
eva
aurora.
bQ que ellos llaman pueblo, los del meeting, eran los desechos de
toda gran cIudad, los soldados dIsfrazados Y los agentes que dirlgíal'l la
acctó» de la poblada.
Te advertiré que los componentes del elemcnt:>
mnitar que ellos traían eran ya conocidos', pues en Yaguacht despuél:l do
un 80mbate asesinaron y saquearon al enemigo vencido y al pOblado, has·
ta al Qxtremo de incendiar el hospital de sangre que ostentaba una gran
bandera de la Cruz Roja,
Dicen que daba pena ver saUr á los hcr"idos
arrastrando sus miembros mutilados para escapar de la.s llama.s.
Esto
era el ejército que inspiraba Plaza Y el defensor de las InstItuciones del
País. la Constitución, etc.
Pronto se ordenó que á. Montero lo juzgara un Consejo de Guel'ra
Terbal cosa que se hizo en la galerla de la GobernacIón á pocos pasos :r
tabique de por medio con mi papá, Páez y Serrano.
Para que el desenlace fuera más fácil con anterioridad sali6 una hoja suelta anónima de
la imprenta del diario placista "El Telégrafo," en la cual se daba cuenta
de la hora. local y personal que componía el Tribunal, á fin de congregal'
á lo que el Gobierno llama pueblO al espectáculo más salvaje que habían
preparado.
Reunido el Consejo de Guerra fué condenado Montero á 16 años de
prisión y degradación militar y en seguida se levantó un Jefe del ejército
y le disparó á Montero un balazo en el pecho, de contínuo otro soldado de
la comparsa le disparó en la cabeza con lo cual quedó Montero moribundo.
Todo esto en presencia de sus jueces y estando en una sala adjunta
el General Plaza y el Ministro de Guerra General Navarro, quien como te
digo antes, ya había ofrecido que Montero "no vería la nneva aurora;"
eran en efecto solamente las ocho de la noche cuando expiró este General.
Los <"entineles Y demás soldados de la guardia se apoderaron de "".
así moribundo y bajándolo á. la puerta de la Gobernación le cortaron h,
cabeza.
Otros aseguran que esto sólo lo hicieron en la Plaza de San
Francisco á donde fué arrastrado;
como la operación la verificaron con
sus bayonetas aquello fué terrible.
Una vez en San Francisco le cortaron los testiculos, los brazos y pIllO
último lo abrieron y le sacaron el corazón.
Todas estas partículas humanas las peloteaban de un lado á otro y las paseaban por los alrededores
exhibiéndolall.
En un diario gobiernista verás escrito lo qu'e te relato y aún agregal\
que lile dice que la cabeza la embalsamarán y la llevarán á Quito 105 vencedores.
Todo esto lo escribe cierta prensa con la misma tranquilidall
. de conciencia con que se da cuenta de una revista. de ópera,
-98He visto una carta de la esposa de Montero dirigida á Freíle Z., pidjéndole la cabeza y el corazón dc su esposo que decía estaban en poder
del ejército de Plaza, mas no sé que la haya conseguido.
Los soldados, y el populacho disfrazados dispararon sobre p,1 cuerpo
~c Montera tal n(¡mero de balas y bayonetazos que los fusiles parece que
fácílmente pasaban de un lado á otro sin dificultad.
Después prepararon un horno de madcras y con kerosine lo incendiaron.
Pero volvamos al Tratado
de paz.
Come .te dije sólo flié aceptado por Plaza en pura falsía.
El mismo
Plaza pUblicó un" telegrama cn los diarios de Guayaquil dirigido áFreil.,
Zaldumbide el cual expresa que no le parece -del caso combatir" para entrar en Guayaquil, cosa según él mismo, facilfsima, porque de ese. manen\.
se le ecaparían los traidores, quienes sabia él tenían ya SllS familias embarcadas.
Esas familias de tmido'rcs de que habla, se refiere al General Eloy
Alfaro, cuya hija, Esmeraldas, que vivía en las Peñas, cerca de un fortfn,
se embarcó para salvar SllS hijos de las consecuencias de un combate.
-Traido!'
Eloy Alfaro"? y en boca de quién!
-Eloy
Alfara sacrificando su existencia durante cincuenta años por
servir á su Patria! "y Leonidas Plaza á quien él recogió en las calles de
Bahía para que 'qoy fuer'a su verdugo es quien esto dice?
Ya se lo dijo antes:
;\iAS TE VALlJi~RA NO HAm'm
NACIDO!
Además, F¡'eile Z. no cesaba de telegrafiar á Plaza que mandara á
los presos "pues era preciso exterminarlos de una vez para evitar .ulter¡ores hecatombes."
Bien sabían ellos que 110 er'a Guayaquil ni ningún
lugar dl:l la Costa el más apropiado para matar á mi papá y por eso hicie1'0/1 toda la" panlomima
de. pararse en la puerta para eubrir á los presos
co.n Sus cuerpos y en la· madl'lIgada los mandaron á Quito ..... !
. Debo advertirte que tanto Plaza como Freile sabían que en Quito era
fácil el asesinato, pues fueron tcstigos presenciales de las asonada s qlle
para asesinarnos formaban alH los periódicos de oposición, los fanáticos
y nuestros enemigo;; de mala fe.
Avanzó tanto la labor del asesinato
qm. nueBtra15 vidas vcligraban cada hora y el mismo Plaza intervino en
nuestra 15alida; según he sabido de15pués Sil act.it.ud obedeció más que á
buena voluntad ó medida poiftica ¡¡ ltls gestiones privadas del Ministro de
~hile hombre de hOllor con quien tiene parentesco y quien nos tenía
asilados.
gn la noche del 25-26 se llevaron los presos á Quito escolt:¡dos por
un bata1l6n que parece era UIlO de los de la hazaña de Yaguachi y Gua-
yaq.U y el comando 10 tenía un jefe de los más deseosos de sangro. Mt
papá no podía ignorar para qué los llevaban á Quito y á Páez sé que ll!
dijo: "PREPARATE PARA QUE NOS DESCUARTICEN" y á. otro "que
por qué no los fusila.ban allt mismo en Durán.
"Aquello fué una VIA
CRUCIS" y llegaron á Quito á la luz del medio día del Domingo 28.
-Eloy
Aliaro era conducido preso sobrl! esos rieles con que él 108
habl:a puesto en contacto con la elvillzación! Lo custodiaban
con las
armas J soldados con que él habla combatido por establecer en el paíS la
libertad de conciencia!
Lo atravesaban por extensos territorios antes
pobres y cuya riqueza habla él centupllcado con el esfuerzo de su brazo!
Iba preao á una ciudad en donde cuando por primera vez él la pisó no
había ni luz, ni agua, ni diarios, ni hoteles ni extranjeros! Qué infamia!
A su llegada á Quito fué trasladado al Panóptico y á las doce del día
se reunió con toda comodidad el pueblo (el mismo heroico pueblo qu~
asesinó á Montero en Guayaqull).
La reunión 8e efectuó en el centro de
la población y subieron :l. los extramuros donde se encuentra el Panóptlco, fuerte castillo que sería difícil rendir usando artlllerla.
Alli fué él asaltado y la guardia después de la pantomima de estilo
se lInió á los asaltantes y rompiendo las pu~rtas y rejas de hierro se dirigió A las sólidas celdas. Se dividieron en grupos y cada uno de éstos so
hizo cargo de un preso
y el crimen quedÓ consumado.
Elor Alfaro
no exisUa!
Los que el actual Gobierno del Ecuador llama el pueblo de Quito se
disputaban el turno sobre 108 cadáveres para chuparles la sangre
.
Por allí puedes deducIr lo demás que el respeto á esos cadáveres me impide descl·ibir.
A don Luclauo Coral, periodista de combate y liberal de buena cepa,
le sscaron la lengua de raíz estando completamentH vivo.
El peor delito
para ellos fué sin duda que nunca traicionó lo que antes había defendido.
A don Belisarlo Torres persona respetable, lo entraban á Quito prisio.nero ., lo asesinaron disparándole con una arma del ejército.
y est08 orimenes que deshonrarían
l\. un pueblO de carnfvoros los
qUIeren pone" Plaza, Freile y sus Ministros en cabeza del pueblo ecuato-
riano!
Recuerdan sus vlctlmarios que· Alfaro venció cien veces; que torne}
ciudades y rindió ejércitos? y á dónde los crfmenes?
-Presenten
testI·
monios sus antiguos y leales Vice-Presidente Freile el General en Jefe
" Pla.za, el Ministro Dlaz el MinIstro Navarro, etc., etc.
Bs que entonces no existía la Inspiración del delito
.
-100Sé que se l'ef.fieren algunos defensores de est€> hecho entre ellos el
doctor Carlos R. 'robar, como si esto lo autorizara, á una nota pasada por el
General Alfaro al Cuerpo Diplomático haciéndole constar su deseo de pre;;cindir de la poJitica del paío pOI' algÚn tiempo.
Dicha nota fué presenta·
da al Gobierno por el Decano del -Cuerpo Diplomático Y no la aceptaron ni
Iliquiera fuécontestada,
aún más, pocos días despues de enviada dicha nota.
se me habló á mí. informándome que se trataba en el Gobiemo de la permanencia definitiva de mi papá en Quito.
Lo que sí es cierto es que tanto Freile como el Minist.ro Díaz negaron
y violaron el Tratado general amplio de paz Y garantías con Páez, llevado á.
cabo por intervención del Cnerpo Diplomático residente en Quito.
Sobre
todo en cuanto á garantías para Alfaro y Púez se refiere.
Dich'o trat}\,do fll~' violado cou la misma inexcrupulosidad con que lo
acababan de hacer con los Cónsules de Guayaquil.
Feli7.1uente para p,l
buen nombre del país tanto al Cuerpo Diplomático de Quito como al Cuerpo
Consular de Guayaquil les consta que en el Palacio de Gobicl'l1o del Ecuador
no es frecuente la falta de -caballeros
-
Con
tUl
aum:lO para tí y los tuyos se despide tu primo.
OLMEDO
EL ASESINATO
DE ALFARO
y OTROS
ALFARO.
CRiMENES.
Los Sucesos Sangrientos de Guayaquil y Quito. Una Interviú con Don
Américo de la Guardia, Sobrino del ex·Presidente Alfaro.
Ayer tarde en el vapor Chile, de la Compañia inglesa de navegación
el Pacifico, regr.esó de Guayaquil la muy apreciable matr~)tla doña An~
Paredes de Alfaro, 4uíen al tener conocimiel~to de los sucesos ocurridos
en Guayaquil cuando la luuerle del General :Montero, y de la prisi6n de
Sil esposo el General
don FJloy Alfaro, marchó al Ecuador, embarcando en
el vapor Perú el día 27 del mes pasado. junto COIl su hija la señorita América Y acompañada por SlI sobrino. nU8stro buen amigo don Américo
de la. Guardia.
\lll
Es dc su])onerse cuál ~:eria la int.ranquilidad que durante todo el viaje
sufrirían la señora y la señorita Alfaro y la gran ctngnst1a, el dolor pro-
---1(¡1-
fundo que las embargarfa al tener conocimiento elJ PUI1Ú,el dla :n, \le los
horribles y vituperables
asesinatos ejecutados en Quito el domingo Zt< .medio dla y do los que dimos oportuna in formación_
Ansiosos de obtener algunos detalles acerca de tanto !lecho pavoroso
que tiene ingratamente
impresionados
todos los ánimos, pedimos al señor
de la Guardia una .interviú que galant.emente nos concedió,
Entrtwi::;ta
do ho~' en la mañana con uno \le nuestros redactores
sus declal'iicionl-\>i
concretas
fueron
las siguientes:
i, Pudiera
ust.ed damos. noticias de los drama;; :5angrientos del F.cu;~dar, puesto que \'i('~ne de ese pala y (jne, como extranjero, habrá procurado cerciorarse
de la verdad?
-Efcctivamente,
he recogido dat.os en las mejorcs fuentes y pueda
satisfacer la solicitud de usted,
Horrorizados
Y llenos de indignación los
extranjeros
Y todos los ecuatorianos
rle curazón, !lO l.lablan dH utra CU:5a
en estos dfas, Y puede decirse que la voz \le todos forma \lila sola P¡'Otesta contra crfmenes tan salvajes.
Una prensa asalariapa
ha procurado disminuir Y aun ocult.ar laR detal1es más odiosos de la tragedia, pero esa misma prensa ha confe';<H.lo
tales cosas que son una masa de infamia para los criminales.
He aqni
los recortes de "El Telégrafo" correspondiente
al 26 de l<~nero que pintan
el canibalismo
de que fuI" vktima el General Montero. en presencia d••
108 Generales Plaza y Navarro que no tenían otra cosa (¡ue hacer para
impedirlo que levantar la "OZ Y defender á nn hombrc que estaba sujeto ~
las leyes y bajo la salvaguardia
de la autoridad, por más grande criminal
CJue se le juzgase.
Los vencedores t.enfan más de tres mil hombres ¡mrll
evitar que se cometiera ulla acción CJue infama al país en que se COlD('te,
y 110 lo hicieron sin embargo.
Es inÚtil que Quierau lavarse las mallOS,
porque H. la conciencia pública no se engaña cun tinterillarlas,
l<-;~osre,
cortes
dicen 35f:
"Corno el Jlueblo se hallaba enfurecido é indi¡mado, fué imposible
im,}edir lJ1Ie el cadáver fuese tomado Y llevado ii la calle, dom.l(' lo despojaron de la ind1l1lwntaria, Y asi lo conduj.\ron á la Plaza dc San Pran~isco.
Mientras esto sucedía, la tropa empezó >i. disparar :5115rifles al air",
Esto produjO alarma en la ciudad, pues los morado ,'es cl'eían
qU¡~" 19'J
grave ocurría,
El cadáver fué sacado de la Gobernaci6n pUl' la calle dp. Clc!1\euto
Ballón,
La banda de música del batal1ón que se hallaba acuartelado
en e~to
edificio tocaba dianas, y el GelH~ral Plaza disponSa Que (~esase el fuego Qlle
las tropas haclan en las calles,
~;,\;-.;..:~."
i:, ;;~·i-I...:C;LICA
-,
.,
,-.-
-102Al llegar lí la plaza de San Fl'ancisco 108 que arrastraban
le cortaron la cabeza, le quitaron el corazón y los tesUculo8,
el cadlíTel".
La muchedumbre en ese lugar era enorme y pidió fuese quemado pa.ra ejemplo de los trastornadores del orden y de la paz de la República.
En efecto, frente á la puerta del convento de San Francisco donde
había l!Iido arrojado el cadáver del General Montera. se rociaron vanOfl
cajones con petróleo, se los pusieron enclma al cadáver y se les prendl6
fuego, Asf terminó la vida del General Pedro J, Montero.
La cabeza dícennos que será embalsamada
y conducida á Quito.
Por lo avanzado de la hora y la impaciencia' que reina en el públlcc
por conocer los acontecimientos de ayer, suspendemos aquí nuestro rela·
to, que prosegUiremos en la ediciÓn de la tarde."
-¿Y los sucesos de Quito tienen toda la odiosldad y barbarie de fj,li6
se habla?
-En
Guayaquil no se tenfan todavía todos los detalles. no obstantil
puedo decir que exceden en horror al asesinato del General Montero. )('3
han dicho que es ipexpugnable la Penitenciaria de Quito y que puede.
guardaba una veintena de hombres decididos y cumplidores de su deber.
A pesar de esto, sin· ninguna demostración de fuerza de parte de 108 guar
dianes, penetraron los a¡;esinos en la prisión y ultimaron con toda clase
de tormentos,
mutllándoles prevIamente, á los cinco Generales que el
público sabe, al Coronel Coral, escritor independiente y al Coronel Bellearío Torres. Los cadáveres de las vIctimas han sufrIdo ultrajlfs que llenarfan de .verguenza á los cafres. Se asegura que hay otras muchas vfctimas pero no puedo afirmarlo por carencia de pruebas. A Coral, vivo, l.
arrancaron la ;lengua.
-¿ y qUiénes
pantosos?
pueden
Ber los responsables
de
crímenes
tan
88:.
-La opinión pl1blica los señala unánime. No es el pueblo, sino una
chusma de asesinos organizada al efecto. con los cocheros, ejército disfrazado y la gente viciosa que pulula por las caBes. Los directores del
crimen no son otros, según la, voz pública, que el G<lneral Plaza, ·Carlo~
Freile Z. y sus Ministros, principalmente Navano. Eilos dicen, por medio
de sus escritores pagados, Que el pueblo enfurecido se ha hecho justicia
y no han podido contenerlo por más
esfuerzos que han hecho. DIsculpa
contraproducente é ·inaceptable, porque lo más que probaría la impotencia.
gubernativa para evitar un crimen, serfa la absoluta inutilidad y despre1!l'
tlgio de los que gobiernan el Ecuador.
Los bechos deponen contra la
disculpa de Freile Zaldumbide y Plaza. En efecto, se flrm6 un tratado I!IOlemne, cuyo recorte tiene usted aquf, tratando que garantizaba la vida
del Jefe Supremo de Guayaquil y sus partidarios,· lo mismo que su IIber-
-103tad y sus bienes. El General eu Jefe de las fuerzas de Quito que lo sus··
cribió debió haber tenido instrucciones suficientes de su Gohierno. unl •.•
"
de comprometer su palabra de hOlior y nadie puede imaginarse
lJue el
General Plaza haya procedido de ligcro. exponiéndose á IJne Frcile 7,.
desautorizase sus actos como resultó.
Dcsaprobado el pacto por el Gobierno de Quito. si hubieran existido caballcrosidad y honradez. lo 1J1W
le cumplía al General Plaza. era'>defender á todo trance ií. los prisioneros
engañados, protestar contra la deslealtad dcl Gobierno y separarse.
No
lo hizo. antes ,al contrario aprisionó á todos 10Rque habían confiado eu ~~I
palabra, los sujetó á Consejo de Guerra y los mandó al sacrificio. Lea usted la capitulación. y dlgame si mi juicio es equivocado.
"Los señores General don Lconidas Plaza (l .. General ell .Jefe (Iel
Ejército. y General don Pedro J. Montcro, Jefe Supremo del Gobierno
Seccionul. con el propósito de evitar la eontinuac.ión dc la ¡;nerra civil y
8U consiguiente
derramamiento de sangrc ecuatoriana. han acordado baj')
su palabra de honor, las siguientes bases de paz, á saber:
Primera.-EI
Gobireno Constitucional de la RepÚblica del l<:cuadol'
concede_rá amplias garantías á: las personas
civiles y militares
que pOT
«:ualquier motivo. directo 6 indirecto, hayan tomado parte
en el mov;,
nliento político del veint.iocho de diciembre dc mil 11Ovccientos oncp. S.~
exceptuarán las personas civiles Ó militares que hubieren
incul'l'ido pn
responsabilidad penal, por delitos comunes.
Segunda. -Se verit'icará preViamente el licenciamiento de las tropaR
de Guayaquil; proveyéndose por el Gobierno de Quito, inme<liatamcnt~
después. á tlU traslaciCln al lugar de su proceden¡;ia ú \¡.ogares. Pod¡·;í.r¡
quedar en cl Ejército los que voluntariameute quisieren hacerlo as!.
Al
licenciamiento de las tl'opas de (Juayaquil precerten--t el. acuartelami •.•
uto
armado del Cuerpo de Bomberos, que debcrá ¡¡t.endfJr a la seguridad de la
población.
Tercera.--EI General Comandante en Jefe del Ejército dcsignani el
Jp,fe á quien encomiende provisionalmente la Jefatura Militar de la 1'01"
cera Zona.
Cuarta ..- --Habiendo sido nombrado GObernador de la Provincia
Guayas p,1señor don Carlos B. Rosales, será él quien desempeñará
Gobernación,
d<:1
es"
Quinta.-EI
l:;f~ñorGeneral Pedro J. Montel'o ordcnará ]a cesación dp.
ttostilidades E'n todos los lugares <le la RcpÚblica dondp. hubiera fuerzas
<ticarmas bajo su dependencia, y comunicará
estas bases de paz á ESllleraldas, recomendando S\l aceptación.
Sexta.-La
cesación <le hostilidades ('omprcnderÍl la entrega <le tad')
elemento bélico existcnte en Guayaquil; eJltrp.~a que se efectuará denll'O
-184:de tres dfas y en CUY/l escrupulosa
exactitud se interesará el muy hOllocable Cuerpo Consular de Guayaquil. El señor General Montero ordenará
Igual entrega en l.os demás lugares de su jurisdicción.
Séptima.-Después
de cumplida la última cláusula .. 6 sea la base sexla, en cuanto ella se refiere á los elementos bélicos existentes en Guayaquil. el (Mbierno Constitucional de Quito ordenará la ltbertad inmediata
de todos los presos poJrtlcos. asr como también de todos los prisioneros.
Octava.-Los
Generales don Leonidas Plaza G. y don Pedro J. Montlr
ro hacen constar aqur su agradecimiento á los C6nsules de los Estados
Unidos de Norte América y de la Gran Bretaña,
señores don Herma.
nietrich y don Aifredo Cartwright, respectivamente, por sus buenos otl··
cios en este arreglO decoroso de paz. obligándose á su cumpltmiento ante
ellos .mismos. con quienes lo suscriben por cuadruplicado en el Cantón de
Guayaquil. á veintidós de enero de mil novecientos doce.-L.
PlazaG.Pedro J. Montero.
Testigos:
America.
Herman
Alfred Cartwrlght.
Dietrich. C6nsul
General oi the United States o!
Cónsul de Su J.Vla~stad Británica".
_¿ y no se pudo. evitar que los Alfaros fueran á Quito?
'
-De ninguna manera. Estaban empeñados en conducirlos 'á la muerte, tanto Plaza como Freile Z. y sus MinistTos. Todo el mundo prevefa lo
que iba· á pasar y nadie daba un centavo por la vida de los presos. menos
después de lo acontecido con Montero. Todos los partidarios de Plaza.
amotinados en. Quito. pedían la traslación de los presos y su castigo ejemplar é inexorable'- El Gobierno debió ver claro el peligro inminente
de
sus vtctimas y rodearJas de la's garantfas necesarias. Nada hizo. Todo lo
contrario. y el crimen se cOllilUmó.Hoyes ,inútil que esos hombres quieran borrar de sr la mancha de sangre que los inmortaliza.
_¿ y no hay una voz de desaprobación
renombre de civilizado y culto?
en ese pueblo que ha goz~d()
-sr.
señor; todos protestan contra el crimen y señalan á los criminales. Pero ese pueblo está sujeto al puñal. con el verdugo á las espaldas_
Los residentes ext.ranjeros han protestado con toda energfa y pedido el
castigo de los criminales.
Se asegura que algunas naciones retirarán sus
representantes
diplomáticos. Las prisiones están llenas. Todas las familias tienen un miembro muerto. perseguido, preso 6 en el destierro.
El
cable' y el telégrafo no comunican sino lo que ~l Gobierno quiere. Todos
los negocios están paralizados. El Tesoro en bancarrota. En fin, la horrorosa situación actual del Ecuador no tiene igual ni precedente en nuestros
tiempos.
GRAL. ULPIANO PAEZ.
Páez fué asesinado por su leal comportamiento
para con mi padre en
10B últimos tiempos, pues no tomó parte en el pronunciamiento
de Montera.
antes de
Sabiendo que lo euviaban á la muerte hizo su testamento
llegar á Quito. l<JIEcuador pierde en él uno de sus Generales de porvenir
y el partido liberal un buen servidor.
-1&5_¿ y 108 deudos de las v(cUmas han sido respetados?
-Lo
~~Sla.
"ieí\or
ignoro. En Guayaquil me dieron la
siguiente
copia de un tele-
de la viuda' del General Montera:
Encargado
del Poder Ejecutivo.
Quito.
Señor: Deber sagradO de esposa me obliga á dírigirme á usted, para
6lOlicita.rordene entrega cabeza y corazón de mi esposo señor General Pedre J. Montera que existen como trofeos en poder del Ejército del Generaíl Leonidas Plaza Gutiérrez, cobarde y alevosamente asesinado anoche.Teresa
de Montero."
Dijéronme que iban á embalsamar la cabeza de Montera Y lIevarla
á Quito, lo que prueba que la viuda no fué 01da. Aseguráronme tambiéa
que haMan incendiado el hospital de sangre en' Yaguachi y cometido torta
clase de crimenes en Guayaquil, eSRS mismas fuerzas que se llaman C0I'18titucionales.
_¿ y no cesaron
las
hostilidades
después
de firmada
ia
capitula'
Cl011'(
--Completamente de parte de Montero. El General Bioy Alfaro. quien
110habla tomado parte en la revolución y actuaba sólo como mediador.
El ile encarg6 de entregar los elementos bélicos Y IOB cuarteles á 1m;
l;omberos en cumplimiento del tratado. con la abnegación Y patriotismo
que lo distlngui.eron toda su vida.
Cuando le dec(an que se embarcara
porque Plaza tenta malas intenciones, él contestaba que quería salvar á
Guayaquil del furor de los vencedores
ejecutando al pie de la letra lo
pactado, que Plaza no faltar1a á su palabra de honor. Sucedió lo contrario. Plaza entró en Guayaquil Y IiInstropas rompieron los fuegos sobre f:l
pueblo y se arrojaron :i toda clasQ de desmanes.
-¿No es cierto entonces que 105 Generales AHaros Y Montera descmbarcaron del "Chile" rompiendo el pacto, para intentar otra revolución?
-Absolutamente
falso. No llegaron
á embarcarse,
pues fueron
apr"
¡¡adolil cuando cumpHan la capitulación.
-Mil gracias.' Nucstro empefio obedece al de los escritores pÚblicos
de buscar y defender la verdad en todo caso, y más en sucesos que cons ..
tltuyen un ataque ¡\ la moral universal Y á la civilización. como los de
Gnaya.Quil y Quito.
-Casi nada tengo que añadir á las noticias que le proporcioné el día
siete. Me resta solamente darle esta colección de recortes de diarios eeua-
-106-torianob y repetirle casi textualmente los comentarios Que la gente
j(~
bien bace en Guayaquil, guiándome por los apuntes que ve usted en esta
cartera de viaje. Todo lo escribia, á medida que hablaba con dichas personas, temiendo que se me olvidara algo sustancial. Y note usted que esto!
recortes son de "El Telégrafo" y "El Grito del Pueblo", diarios que han
iUBurtado al General Eloy A!raro durante di'l;'. años consecutivos y que ca.
si han aplaudido su asesinato. Esos diarios. empeñándose ell salvar la re!!.
ponsabilidad de los gobernantes. no Re paran en cubrir de infamia á todo
el Ecuador y afirman que el crimen ha sido un acto de justicia popula",
que muchedumbres' incontenibles ID han perpetrado á pesar de las autori.
dades. En una palabra, esos diarios arrojan todo el horror del crimen sobre. el pueblo ecuatoriano, en beneficio de los pocos verdaderos criminales.
No obstante, COIl leer dichos diarios cualqUier ánimo desapasiona.d')
idea clara de lo sucedido y adquiere íntima convicc1ón de quiénes
son los verdaderos culpables. en este como jurado universal sobre la tragedia ecuatoriana.
Sigamos leyendo los recortes y los apuntes 'de cartera
que tiene usted á la vi8ta.
fOl'(ua
"El Telégrafo" y "El Grito del Pueblo" con el tHulo de "Documentos
para la Historia", han publicado los suficientes para hacer luz. Entre esos
documentos está el siguiente telegrama del señor Carlos Freile Zaldumbide, cuya ferocidad es inexplicable en un hombre civilizado y pundonoroso. En este telegrama
se le prohibe al General Plaza todo sentimiento
humanitario.
y dando por razón de esa crueldad, un hecho vergonzoso,
('ual es la convicción de Que 108 revolucionarios se hallaban en la impotencia de resistir. Lo que equivale :l. mostrarse feroz con un enemigo impotente, abusando de la fuerza y de la victoria. He aquí el telegrama:
"Quito, 21 de Enero de 1912.
Señor "General L. Plaza G.
Puesto eu consideración de los señores Ministros su atento telp,grama,
en que me comunica su conferencia con los comisionados de Guayaquil,
acordamos, después de estudiado atentamente, que proceda á la inmedia.
ta oeupadón de Guayaquil, por medio de las armas, si fuere necesario ..
puee seria una verguenza para ustedes y el Gobierno conceder garantias
á los traidores que han ensangrentado la República. Esta resolución la hemos tomado teniendo presente la manifestación que usted nos hace de la
imposibilidad en que están los traidores de resistir por· más tiempo y qUlt,
á conceder fl. los cabecillas la salida de la República el Gobierno seria rOllponsable de una. nueva guerra civil, en que esos pertinacés enemigos de la
Nación emprenderian. con seg-uridad, después de pocos meses. Puede usted conceder amnistía á toda clase de 'tropa, á condlci6n de que entregue.
las armas antes de la ocupación de Guayaquil.
Si usted cree neeeBarío
-107que se movilice A DurAn mayor nllmero de fuerzas, avise Inmediatamente
para enviarle mil quinientos bombre¡¡.
Carlos
Freíle Z:'
Este telegrama lo recibió el General Plaza el día veintiuno de Enero.
inmediatamente que comunicó las proposiciones de la Comisión de Pl.l.Z <1.1
Gobierno de Quito. La prohibición de celebrar arreglos
de paz con los
Tencldos en Yaguacbi y eoncederles garnnttas, era absoluta y terminante,
y como verá usted por los telegramas posteriores de Freile Z., pE><rálistló
éste en su bárbara resolución con terquedad Inllsltada. Plaza debió obedecer y cortar toda negociación de paz comunicándolo lealmente
lÍ. SU13
enemigos. La caballerosidad y el honor se lo imponían. No obstante, ocultó dicha prohibición y siguió negociando hasta que firmó. empeñando su
palabra de honor, el Tratado de Paz que el públiCO conoce, el día veintldóll
con intervención de Cónsules extranjeros.
Si esto no se llama engaño, la·
zo insidioso, traición y perfidia aún entre cafres, que venga DíOIl y lo
diga.
Comisión de Paz, Cónsules, Generales revolucionarios, todos cayeron
en el garlito y la traición fué consumada.
Anteriormente
dljele á usted
la actitud que, á mi modo de ver le correspondía al General Plaza en 1'<1
CllSO
de que Frelle Z., hubiera desaprobado
posteriormente la capitula ..
cl6n, perp me reservaba hacer notar estos hechos, para que el público
duzca las consecuencias necesarias.
Realmente el General Plaza bizo reflexiones al Gobierno sobre la neo
cesidad de la capitulación, mas toda su habilidad no pudo ocultar 105 mliviles que obraban en su ánimo. Los dos telegramas Siguientes demuestrau
lo que el General Piaza y el Gobierno se proponlan. Léalos' usted. que eJl
ellos está transparente el deseo de apoderarse de los vencidos y saerificarlos. El General Plaza queria evitar á todo trance que los Genera.les
vencidos huyeran al exterior, y les tendió el lazo de la capitulación
para
apoderarse de ellos. Freile Zaldumbide querta extirpar de una vez par:!
siempre los elementos sedlclosos, y resolvió la muerte de los Alfaro¡;. ~~s·
to está. m:\s claro que la luz del d1a y no necesita comentarios. Todolil procedfan de acuerdo; á lo que pu·ede verse:
d..-
"Durán, 22 de Enero de 1912.
&eñor Presidente:
lIlueblo, mAnos que se atAnte contra Sil vida. Lo que s1 creo convclncnt\-\
aecillas, .lo habrfamos hecho sin pérdida de' un minuto, y seguros de triunfar sin grandes dificultades; pero como estamos
convencidos de que no
será posible capturar
á tos traidores porque tienen el vapor' "Chile" y
--.lUO--
los buques nacionales "l.ibertador Bolívar" y "Cotopaxi" listos Para escaparse con sus familias, á las que tienen á bordo, hemos resuelto economizar la preciosa sangre ecuatoriana de nuestros soldados.
Por otra ¡¡art·",.
seria criminal expouél' á Guayaquil á las consecuencias que sufrió Yaguacbi. En.cuanto á que sea vergonzoso obtene¡' la eutt'ega de Guayaqlli! PO!'
calJitulaci6n, acepto esa verguenza y desde ahora le aseguro que e,;ta página seri\. la mejor que legue á mis hijos. Exento de ambiciones y hombre
sin pretensiones ni vanidades, prefiero 108 modestos triunfos pacifico>; Ú los
ruidosos y sangrientos, Mi espfritn está. enfermo; la sangre derramada en
Huigra, Naranjito y Yaguachi es sangre de nuestl'OS hermanos, y no pu(~d')
ser impasible ante semejante calamidad. Todavía tencmos 400 cadáven~s
insepultos en Yaguachi: se quiere más sangre?
Que venga ot.ro á derra··
Ola rla.
Soy del señor Presidente atento y S. S.,
L. Plaza G."
"Quito, 22 de Enero 'de 1912.
Señor
Leon/das
Plaza G.
Si el Gobierno se ha empeñado en la ocupación militar de Guayaquil
ha. sido porque .Ia. Nación clama por la sanción contra los traidores, bien
entendido que los cabecillas siempre cuentan
con los medios para eludi~
la acción de la justicia; pero esto no quita que nosotros, por moralidad po·
lítica y por los intereses de la República,procuremos,
extirpar de. una vez
para siempre el elemento sedicioso, empleandO los medios indicados
por
la ley-ya
que ~sta seria obra de verdadero patriotismo. No podemos d~sear más sangre ni nunca lo hemos deseado, ni se ha derramado por nnestra culpa; y si empello hemos puesto en el castigo de los traidores y criminales, ha sido preCisamente para ahorrar, en un futuro inmediato, 'nue·
vas horrorosas hec,atornbes .-Su amigo.
Carlos
-I<,sto
parece increible!
Freile Z.
¿ Es decil' que hubo premeditaciones?
-Asf parece! "El Tiempo" habia publicado que el Ministro Dfaz acolisejaba la Incineración de los Alfaros desde el principio de la revolución, y
ha causado impresión JlrOf~llda el hallar las mismas salvajes insinuacio"
nes en "La Constitución", diario 11lliteflo escrito por los más altos digna··
tarios de Estado.
Los siguientes recortes
nes de dicho Gobierno.
de dicho periódico
comprueban
las intencio·
-1(19--
"Alfaro cayó para slemprc el ouce de AgOHtO.Y si el viene será pan¡
que el pueblo de Quito ha~u con él Y los suyos lo que hizo el de Lima
con los Gutiérrez,"
"Ayer lo declamos Y hoy reiteramos !luestra asevel'aCIOU categól'ie>l:
"es imposible la vuelta dcl alfaris1l1o en el Ecuador, Y si él viene serÚ llU-ra que el pueblo de Quito haga CO!lesa gente "lo que el pueblo de Lima
hizo con los Gutiérrez."
recién una ciudad que eOil tal
"Y hoy que don Bloy Alfal'o ha pisado
esppral' del desarrollo dI! 10f;
resolución lo u!!;UUl'da,algo grave podemos
eu azarORa preocllpaciún",
acontecimientos que tantos días nos tienen
Todos lo,; <lue tenfall algún nexo COIl el Gobierno 6 alguna vcuganzd
que satisfacer, le pedían al General Plaza que no dejara escapar ,i, los VCllcidos. Hasta (>1 ser.or Tobar, que ha gozado dI? fama de probo. le dirigiu e~te telegrama que reyela el pensamiento gubernativo:
Quito. Enero 18 de 191~.
Señor General
Plaza:
Fervientes felicitaciones: pero será incompleto triunfo si no asegura·mas paz futura, asegurando los cinco Generales, causantes de los f\1l0rmc~
males ocasionados l, lluestra Patria, Un estrecho abrazo de su
Carlos
R. lobar."
Los Alfaros. Montero Y los demás asesinados. fucron captura(105 á traici6n. y entonces vino
exigencia de que lo>; remitieran á QuIto. a eiencia
cierta del fin 11(~~a5trosoque hahían de tener. El Coronel Torr"s l1abía sido
muerto por una mujer, el Goneral Moutero despedazado Y qUf!Uludo mI
Guayaquil, los círculos oficiales formaban motines diarios en Quito pidiendo el exterminio de los presos, Y nada bueno podía asc¡!;u1'arsc <le In. COl!'
ducción de los Alfaros á la Capital. Nadie dudaba df! que serían a!;p~ina'
dos, tanto que "El Telégrafo" el día veintisiete, daba CIH'nta del pÚlllicu
rumor .de que se había perpetrado en Huigra el crimen por todos previsto.
Llevarlos á Quito era arrastrar los á un circo romano, :urojarlos Ii las fieras. Persuadidos de esto los Cónsules exigieron el respet.o á la fR cUlpeñada en la capitulación; el caballeroso General Andrade SR dirigió ul Gobierno pidiendo tam bién el cumplimiento del trat.ado.
Todo fué en vallO.
La sentencia estaba. dada y habfa dc ejecutarse. Ante la actitud leal del
General Andrade, el General Plaza no quiso ser menos P. hizo el sigUiente
telegrama, en el q'ue se confiesa la realidad del pacto y la obligación de
cumplirlo, circunstancia que después ha querido negar la prensa jlltere··
la
Bada:
-110- "Guayaquil, Enero 12 de 191!,
Señor
Presidente
y Ministros:
Los sefiores Cónsules de Inglaterra y de BE. UU. de América reelaman fntegramente el cumplimiento de las bases de la capitulación aeordada á. Montero; creen que serra una cosa vergonzosa para ellos que los
sefíores Alfaro, Montero y Páez no gozaran de los beneficios de dicha capitulacIón, agregando también que ya hablan dado cuenta á sus Gobiernos
respectivos del éxito de' sus gestiones para obteUllr la antedicha capitula-ción. El pueblo de Guayaquil estA reunido y v¡glIante y seguramente hará.
cuanto pueda para evitar la salida de los prisioneros; por mi parte creo
que deberíamos
cumplir lo pactado, obligando á esos señores á dar guantia de que no volverán al país durante cuatro años; también esperllríamo/l.
para embarcarlos la entrega de todas las plazas rebeldes y de los elementos bélicos que tienen en ellas. Mediten bien el asunto' y resuelvan lo mái:l
conveniente para el país y para el honor del Ejército.
L. Plaza."
Pero al mismo tiempo se comunicaba con el doctor Córdova afirmándole su decisi6n de mandar
á los prisioneros á manos de sus verdu~os.
Hé aqul dicha comunicación:
"Gon%álo $. Córdova.
I.,luito.
Los conservadol'es dizCJue están explotando la capitulación de Guaya·
f1uil J)ara llevar el agua á sus molinos. No los dejen en esa labor jesuftica.
Hágales saber que los prisioneros
á quienes ellos tanto
temieron, están
bien seguros)'
que irán á Quito, tal y como lo ha ordenado
el Gobierno.
La justicia cumplirá con. su deber.
L. Plaza G,"
Se ve claro, de consiguiente, la doblez del firmante de ambos tele¡:-·ramas, y queda manifestada su responsabilidad.
Agregue usted que para el asesinato de l\Iontero, me refirie,ro. lIua
hubo com,o \lIla invitación á los asesinos. publicándose una hoja volante 'll
efp.cto. Procnré conseguir ese documento. pero no me fué posible.
No se diga que el Gobierno tuvo necesidad de asesina.r al pueblo JlIl.t'S
e'Yitar el crimen, porque todo el mundo sabe á lo que se reducen las algar:tea¡¡ populares.
Todos los días vemos en Europa y en América motines
-111- .
monstruosos de decenas y decena:; de miles de hombres, qne la policfa dis
persa sin ningÍlU esfuerzo. En Guayaquil y Quito, la simple prolJibicíón dr.
formar grupo/:; y manifestaciones, habría evitado el crimen.
Dejar Que Stl
reúnan dos, tres, cuat¡-o mil hombres
sedientos de sangre, alentarlOl; por
lo m.enos con la tolerancia, dejarlos acercarse á las prisiones, pudiendo !
debiendo impcdlrlo con tiempo, se llama complicidad, . en cualquier lugar
del mundo. Y sabiéndose df) antemano las intenciones de esa turba furiosa, no s610 hay complicidad, si se ve ti la luz de un criterio desapasionarlu.
Ya despertarán los ecuatorianos del estupor en que su hallan y elabora
rún la historia de su país en estos Últimos días, con más acierto
que 10i<
extranjeros.
No es dable que se resignen á que la Nación sobrelleve la
mancha, y es natural que procuren deslindar
responsabilidades.
Yo,.,)
acuso á nadie. Repito lo que he oído, lo que los mismos defensores <le la
situación han escrito.
El General Plaza tratará de parecer inocente pel'O
los docnmento::; conocidos hasta ahora lo condenall.
Mala obra la que le
han hecho los que han publicado dichos documentos. Lo que es ¡<'reile Z..
Octavio Díuz y Navarro, tampoco tienen perdón posible.
¿ y cuál el motivo de odio' de dichos sefiores
para dOll 810y Alfaro'!
-Lo ignoro. Solamente sé que Preile :l., VIcepresidente y amigo del
finado General, y Díaz, Ministro de Gobierno en el último período de Sl!
mando, 110 tienen derecho para hablar de la tiranía y crímenes alfaristas,
pues si han existido éstos, como se pretende, Dfaz y Preile Z. serían
los
principales c6mplices del supuesto tirano. Nada más tengo que añadir
;L
mi franca exposición.
NOTA: gscrito el reportaje antel'Íor los diarios últimamente llegadOS
del Ecuador traen unos telegramas justificativos según ellos. Lo cierto es
lIue ba llegado ya la hora en que todos quieren lavarse la~ manos y en lo
tremendo de la responsabilidad que pesa sobre sus conci"lIcias no hace,l
sino confundirse más y má·s. Véanse los siguientes:
Telegrama para Hulgra:
"Quito, á 26 de Enero de 1912.
Señor Coronel Sierra:
Salúdole y aviso recibo de su telegrama
da
¡Í,
en que me comunica su llega-
Huigra.
Antes de recibirlo, dirigI á usted uno en Que dispongo QUC se detcnga
en ese lugar, para Que eontramarcl1e á Guayaquil, cn cuallto reciba orden
dp.1 señor Ministro de Guerra.
Asf lo exige la necesidad de asegurar tí los prisioneros contra los at~E¡tles populares; de manera
que regresando
ellos podrfase matLtenerles,
-112mientras sea oportuno juzgarlos, á bordo del "Libertador Boltvar" ó en
.onde más conveniente sea.
Entre tanto, tome usted las medidas de la niás escrupulosa vigilll.acia,
as! para evitar la fuga de los prisioneros, pues si tal sucediese tendriamos
antes de dos meses'nuevas
revueltas, matanzas; como para asegurar la
vida de ellos mismo~. cosa que se la recomiendo muy especialmente.
El Encargado- del Ejecutivo,
Carlos Frelle Z.
Quito, á 26 de Enero
Se'lior General
de 1912."
Ministro de Guerra y General en Jefe del Ejército:
Viene siendo imposible
la medida de enviar
á lós prisioaeros
á esta Capital, porque no se podrían poner á cubierto de la ira popular, ni
á su paso por las pOblaciones del tránsito, ni á su llegadaaqu1.
Además, debiendo verificarse el juzgamiento de ellos en Guayaquil,
sería necesario <:orrer, en su regreso, el mismo peligro que en su venida,
trata de eludir el juzgamicnto y de poner á los prisioneros á salvo de 1'1
sanción legal.
Lo que necesitábamos
era que no se pusiese en libertad á 1010 que
trastornaron tan hondamente á la Nación; y fué porque se pensaba el\ ello
que se dispuso los enviara acá: masJas circunstancias han cambiado Y veo
que lo más condncente al juzgamiento y á la seguridad de ellos seria roa:ltenerlos presos en el '''Libertador
BoHvar", tomando las medidas del. caso
apra evitar SU fuga, y en espera de que l.as agitaciones populares lee calme:\
y se pueda entonces proceder al juicio conforme á las leyes.
Repito que su venida no puede verificarse, porque l.os riesgos son iuminentes. y el Gobierno está en el deller de prever los y evitarlos.
POl' tanto, sfrvase usted ordenar que regrese el convoy de los prisio-neros, contoy que he mandado detener en Huigra.
El Encargado
del Poder
Ejecutivo,
Carlos
Freile
Z.
GRAL.
PEDHO .J. MONTERO.
Villallamente
asesinado en el Consejo
Plaza, Navarro y Sicrra en Guayaquil.
Representante
la historia
popular
hay que admitir
de la lealtad
de Guerra
y el valor.
que
le formaron
Sin embargo,
que el 11 de Agosto sin su aprobación
ante
el selior
Emilio Estrada no se hubiera atrevido á rebelarse contra el Gobierno, ni
menos permanecer en la :la. zona que comandaba Montero.
Pero su muerte lo eleva soLre todas estas miserias; cuando aprisIonaron á mi padre voluntariamente
se presentó manifestando
que querfa.
seguir la suerte del Gcnera] Alfaro.
Murió, pues, á su lado, yeso basta
para que sea redimido.
-113TelegraMa
para .Alausf:
Quito, á 26 de Enero
de 1912."
Señor Coronel Sierra:
Una vez más digo á usted que no deben venir
Capital, porque su mismo juzgamiento- debe hacerse
prisioneros
en Guayaquil.
10B
á esta
Los peligros son gravfsimos, y hay que poner á los prisioneros á cubierto' de ellos; de suerte que estaci6nese usted en Alausl, ya que JlO lo
blw en Huigra, porque van sobre usted las responsabilidades
inmensas,
caso de perecer 108 presos.
Bien puede ser que ese Cuerpo no necesite regresar ni volver atrás
un paso, porque A ello proveerfa el señor MinIstro de Guerra; pero si debe
aguardar un espacio de tiempo suficiente para que se tomen todas las providencias del caso.
Encargado del EjecutiVO y Ministro
pacho de Guerra.
de Hacienda,
Encargado
del De3'
Carlos Frelle Z."
Intriago.
Telegrama
para Guayaquil:
Quito, A 26 de Enero
Señores
General
de 1912."
Ministro de Guerra y General Jefe de Operaciones:
El funesto ejemplo de lo acaecido allá con el General Montera, seria
un antecedente que explotarfan 108 pueblos por donde vendrfall en tránsit() los prisioneros
hacia esta Capital; de suerte quP. ellos no Ilegarf'l.n
aquf sino mediante los mAs severos cuidadoll y la más estricta vigilancia
de 105 encargados de su conduccl6n, cosa que se debería preveer con suma prudencia. La ansiedad que promueven estos hechos debp- conduclrnos
á evitar su repeticIón y ojalá que el buen !lentldo de los elementos presttglosos y sensatos de esa ciudad devuelva la calma al ánimo del pueblO
guavaquil"ji'l, eJl Dunto de ser quizá. preferible resguar(lar
allá, m~s bic ••
oue aquí, á los prIsioneros.
Al amparo de la Ley y bajo la custodIa de ustedes deben hallar seguJ.dac¡ personal los demás prisioneros;
de suerte que con el criterio
Ilu"
aconstJJen las CIrcunstancias sírvanse procedel' en forma que no tengamob
llUevos atropellos que lamentar_
El Encargaño
del Poder
Ejecutivo,
Carlos
Freile Z."
--114Telegrama
para Guayaquil:
Señor G~neral don Juan Francisco
Navarro:
\
En unión de los seiíores Miuistros lo saludamos afectuosaniente.
Aun
cuando juzgo excusado recomendarle el cuidado y conservación de los pri'sioneros Generales Alfaro, ::\iTonteroy Páe7., con todo, me permito exigirle
que tome usted todas las precauciones que le aconsejen su prudencia y tino, para que dichos presos no SUfWll
11in¡;Ún vejamen
ni hostilidad del
insinuarle es que ordene cuanto antes el jm~¡;amiento militar á que por las
leyes deben ser sometidos, para de esta manera satisfacer lí la vindict~
pública que reclama con justicia el . castigo de los ,;ulpables.
El juzgamiento conforme al Código Militar debe verificarse en esa ciudad. teatro
de las infracciones. Concluido el juicio verbal, remitalos á esta capital para que cumplan con su condena,
empleando escrupulosament.e
todas las
medidas efi~aces para garantizar la vida de los condenados.
Acúseme recibo dp est.e telegrama.
Carlos Freile Z.
Guayaquil, Enero 27 de 1912.
Señor Arzobispo:
Apelo á sus sentimientos humanitarios y cristianos para que emplee
Influencia en favor de los prisioneros de guerra que son conducidos
á'
Quito. Vele usted por la vida de éstos á fin de que la justicia cumpla con
BU deber. Un acto de sangre y de violencia sería un escándalo ante el mundo que nos exhiblria muy tristeplente.
Apelo á usted. apelo á la Junta
Patriótica, apelo al noble pueblo de Quito, para que todos reunidos cuiden
li. los prisioneros y contengan la ira popular que es inconscient.e. La' tra:·
gf:dia de ayer tiene consternadá toda la ciudad y hasta el pueblo que la
co"sumó está arrepentido y ave'rgo.nzado. Oéme una respuesta tranquiliza·
domo
BU
S:lY del lltmo, S.,
L. Plaza
G.
-115Guayaquil, 25 de Enero de 1912.
Señor Presidente
y Ministro:
También está preso el General Serrano; así es que los presos son tres
Generales Altaros, Montero, Páez y Serrano; con esta media docena da
traidores, principiará á limp'arse por la cabeza el escalaf6n militar .
••••••••
o
•••••••••••••••
-.
o"
Abrázolo,
Ministro, Juan
Telegrama
Francisco
Navarro.
de Tamblllo:
Chimbacalle,
Enero 28 de 1912.
Señor Coronel Sierra:
Suspcnda usted su viaje hasta mañana por la
gar de día serlan victimados sus prisioneros.
Su amigo que afectuosamente
noche, pues que de
ne-
lo saluda,
Ministro,
Octavio
Díaz.
Las tardías 6rdenes del Gobierno
para que regresasen los presos {t
Guayaquil "PORQUE IBAN A SER ASESINADOS",
comprueban únicamente que hubo un momento de vacilación y retroceso al poder oculto que
dirigía la trama homicida. Esto fll~ s610 un momento, digo, y el desdichado Frelle Z., dócil instrumento de una polHlca tenebrosa, se metió de nuevo en la empresa de sangre hasta ahogarse en ella. Cedió á las objeciones del Coronel Sierra dictadas probablementeipor
el llamado Coronel Ca.
brera, y revocó las órdenes de contramarcha
.....
Sierra tampoco obedeció el encargo de llegar á Quito durante la noche
y lo hizo á las doce del dfa, COmo Quien desafla á las turbas
apostada!!
desde la vfspera para el deguello.
El Gobierno que se deja burlar asl por un Jefe cualquiera constándole
Que los prisioneros iban á ser asesinados
irremediablemente,
según se
confiesa en los referidos telegramas, ó no es Gobierno ó procedía maqula,..
vélicamente preparando la defensa de lo que se proponla perpetrar.
-116Inconsecuente consigo mismo. Freile Z. contradice el pretexto con eJe'\.sir la remisión á Quito. "para que sean JUZGADOS EN LA CAPITAl
COMO LO DESEABA EL PUEBLO". Quiere decir que el Gobierno otor~
gaba á la turba lo que era contrario á la ley pues ahora confiesa Que €i.
juzgamiento deberla efectuarse en Guayaquil, y telegraffa á Plaza y Na~
varro que detengan los presos, cosa que ellos dicen no haber sido posiblf
efectuar .
Todos estos denuncias tanto de Plaza como ael Gobierno son acusa·
dores y 'dejan ver una trama oscura y codtplicada.
Después de todo y aun suponiendo que fuesen de buena fe los telegr31
mas á Sierra quedan en pie estos hechos:
1) El Gobierno y Plaza tenlan la convicción de que los presos serían
asesinados.
\
2) A pesar de esta convicción nada efectivo ejecutaron para salvarlos.
La. fantochada de batallones desplegados, de tiros al aire. ete., hablan' d~
hipocresfa del crimen á lo más.
3) El Ministro Dfaz, Plaza. el Ministro Intriago no prueban que el Eljecutivo y la Policía hayan cumplido con su deber como corresponde.
Todas son palabras vanas y ninguna prueba que salve la responsabilJ
<lad del Gobierno ni de Plaza en los crímenes de Quito y Guayaquil, en es
toS crfmenes que han infamado al continente entero.
La acusación está sobre el tapete y para {u' descargo la América LatIna vería con gusto el castigo de los verdaderos culpables.
Esperamos;
anAL.
F'LAVIO K ALt'AIW.
Después de luchar, P1a~·io K Alfaro fué asesinado el IÍltimo. Cayó de
dos tiros y como aÚn viviera lo echaron balcón abajo, y una vez en el
suelo lo ultimal'On á golpes (le lJaITa. Una mujer le rompió el vientre con
un puñal y lo arrastraron
después de vaciarle las tripas.
Hombre
enérgico y de principios polfticos definidos, buena conducta
personales, fné vfctima de las turbas salvajes á donde lo envió
el salvo-conducto de Plaza en el cual <'>1
confiaba cuando sus amigos lo Invitaban á escapar.
y virtudes
GRAL. ELOY ALI<'ARO.
Dedicó su vida á la regeneración de su patria y fué asesinado, mutilado é incinerado en Quito el 28 de F:nel'o de 1912. Sus deudos han sindicado
ya á los autores del crimen.
"Me asesinarán,
ral.-Eloy Alfaro".
pero mj sangre les ahogará
y cimentará
la idea Iíbe-
fL
ASESINATO
V El Manifiesto
DEL SENOR GENERAL
"A La Naci6n"
DON ELOY ALFARO
Del Gobierno
Del Ecuador.
(Segundo.)
.He visto el Manifiesto dirigido "A la Nación" por el Encargado del
Poder Ejecutivo en el Ecuador doctor Carlos Frelle Zaldumbide y los
Ministros de Estado doctor Oct.avio Díaz, doctor Carlos n. Tobar; sefiore!l
Carlos Hendón P()rez y F. J. Intriago, sobre los bárbaros acontecimientos
del 28 de Enero en QuIto.
Ignoro por qué razón faltan las firmas de los
demás principales culpables. General Leonldas Plaza G.• General en Jefe
uel Ejército del Ecuador. y de su d6cil partidario General .Jt(an Francisco
Navarro. Ministro de Guerra y Marina.
El hecho es f)lle del tal Manifiesto no sabemos qné admirar más. sl l?l
desenfado de lo!; firmantes, 6 la tolerancia de 108 ecuatorianos de hono!"
ante d<:!scaro tan ofensivo.
Estamos sorprendidos de ver que nadie !las
ta hoy seriamente despliega los labios contra scmejante explicaci6n: de
actos, Con los cuales se ha echado tal mancha sobre la Historia política
d u. Patria, Que. seglln la célebre frase de un conocido escritor, no baso
tará para lavarla ni el agua de los Océanos.
Cuando el mundo. y la América especialmente. esperaban Que el GiJblerno del Ecuador ejercitase .iusticla sobre eatos hechos que Infaman ft
la humanIdad entera, verán atónitos que las primeras entidades del FJatado. comunican, a.l principIar una defensa oficial contraproducente.
la
hIriente frase de que ese Gobierno "no trata de hacer recaer
responSll-
-118billdadel," es decir, de que el crimen y los criminales nada significan
para él, que lo UU1COque para esos hombres es importante es tratar de
salvar el bulto, con la impunidad y el silencio.
No se trata, pues, de hacer justicia á la vindicta pública infamad9.,
se trata d(~castigar el atentado, no se trata de aplicar las leyes, ni de
hacer que trIunfe la justicia!
Ciertamente, siendo sindicadas las mismas autoridades militares y civiles, de ninguna manera era de esperar
que ellas mismas se pusieran la soga al cuello
.
!la
Al criminal se le busca entre aqUéllos á quienes beneficia el crimen.
Muertos los principales Generales, queda Plaza mandando solo. Muertos
los traicionados el 11 de Agosto, no tienen que temer Freile,; Diaz, Navarro y Compañia
.
"No se trata de hacer que recaigan responsabilidades,"
comunica :1.1
mundo el Gobierno del Ecuador; quedamos, pues, como salvajes, manteniendo encubierto el crimen.
Muerto mi padre y varios de sus principales amigos, ya no es ésta
cuestioIl de un partido poHtico, sino del orden social, de la sanción debida para el atentado; y en esta cuestión vital está.n interesados, Ó deben
de estarlo, todos los homijres de bien.
Estos delitos no son de ningún
partido; no, los autores no son ni liberales ni conservadores, pues quedan de hecho fuera de toda agrupaCión polftica.
Cuando Plaza publica telegramas
que fuévfctima
Montero, es responsable
do las demé.s autoridades del Gobierno
blo es responsable de los crímenes del
par á la. justicia, infamando á toda una
asegurando
que del atentado de
el pueblo de Guayaqu,i1; y cuan·'
de Quito aseg;uran que este pue·
28 de Enero, sólo tratan de escaNación!
Por ello termina el Manifiesto. diciendo que el Gobierno "ha, procedido de acuerdo con el dictamen unánime de la, opinión pública, por
manera que sus actos son en esta materia, del pueblo ecuatoriano". Y agregan en seguida "que hay que borrar con lágrimas el trágico día del 28 de
Enero." . ' .... y nada más.
Calumnian íi la Nación Ecuatoriana haciéndola perpetradora
de' estos crímenes, los que desean dejar borrados con
lágrimas, á fin de salvar los malhechol'es de la debida responsabilidad,
y quo cargue el pueblo con 'la página más horripilante de nuestra época.
A esto se reduce el célebre Manifiesto,
'
Después, del prólogo de que nos hemos ocupado, vienen los documentos, entre los cuales s610 figuran los que el Gobierno ha crefdo favorables; es decir, aquéllos' que, sirven para quienes no quieren establecer responsabilidades,' lo cual demuestra la mala fe con que se procede
y CÓmo se trata de engañar al pars.
-119Los señores del llfanifiesto han debido empezar por el origen y causa de todos estos crímenes;
por la capitulación
de Guayaquil.
PUl"
aquélla. con que el General Plaza consiguió se rindieran cinco Provincias.
garantizando bajo su palabra de honor, la vida y completa libertad de los
Que más tarde aprisionó é hizo enviar á la muerte, y sobre seguro.
A nadie se oculta el valor legal y obligatorio de una capitulacón,
para lo cual el General en Jefe del Ejército tiene facultades suficientes,
conforme á las leyes de la guerra.
Plaza se respalda en las órdenes de Freile y su Gobieruo para no
cumplir la capitulación, como si el Ecuador y el mundo entero no estu·
vieran hoy convencidos de lo que aseveré en mi folleto anterior es decir,
que aquellas autoridades
no eran más que un simulacro de t:obierno.
Hoy, sólo mes y medio de la capitulación y de las consiguientes órdenes,
Carlos ¡"reile Z. ya es nadie.
Habiéndose el GolJierno permitido apoya¡'
otra candidatura <}l1ela de Plaza para la Presidencia de la Repílblica,
"ste formó un motfn, valiéndose de los ml\itares; y Freile Z. quedó depuesto del empleo de PresIdente del EcÚador. siendo hoy 15 de Marzo
Jefe del Estado, el doctorF'.
Andrade Marfn.
Le bastó. pues, á Frcile
Z. llacer Objeciones á los deseos de Plaza para que lo botara del Gobiet'no.
juzgue el público el mérito y poder Que tendrran para aquél las objeciónes de éste, y en asunto en que hahla comprometido Plaza su honor y el
de su Ejército.
Yo mismo he demostrado que el General Plaza les tendió una. red (l
los Generales contrarios, con la referida capitulación, para apoderarse
de ellos á traición; mientras aquéllos, hombres de buena fe, se confiaban
á la lealtad de su enemigo, Quien recibió el dfa 21 de Enero el siguiente
telegrama, que l<'relle Z. y sus Ministros se han guardado de insertar en
sus documentos Justificativos.
"Quito, 21 de l<~nerode 1912.
"Señor
General L. Plaza G.
"Puesto en consideración
de los señores Ministros su atento telp.grama, en que me comunica su conferencia con los comisionados de
Guayaquil, acordamos, después de estudiado atentamente,
que proceda ¡;.
la inmediata ocupación de Guayaquil, por medio de las armas si fuere
necesario, pues serfa una verguenza para ustedes y el Gobierno conced~l'
garantlas á los traidores que han ensangrentado
la ReJ)(¡blica.
Esta resolución la hemos tomado teniendo en presente la manifestación que usted
nos hace de la imposibilidad en que están 105 traidores de resistir Pl)1'
más tiempo y que, á couceder á los cabeclllas la salida de la República,
el Gobierno serra responsable de una nueva guerra clvJ\, en que esos pertinaces enemigos de la Nación emprenderran
con seguridad. después de
-120)leCOIlaelles.
Puede usted conceder amnistía á. toda la clase de tropa,
á condición de que entregue las armas antes de la ocupación de Guayaquil.
Si usted cree necesario que se movilice á. Durán mayor número d'3
la~ fuerzas a,'ise inmedlatamellte
para enviarle mí! qUinientos hOlllwes.
CARLOS
FREILE
Z."
-FrelIe Z. y SUs Ministros creyendo que los vencidos se encontraban
la imposibilidad
de resistir,
se negaron A aprobar el proyecto de capitulaci6n que les consultaba Plaza; y éste, ocultando dicba desaprobaúión y negativa á la parte contraria, .continuó negociando el' tratado de
Paz: y finnó deslealmente el convenio que sigue:
eO
"DurAn,
"Seilor Presidente
(1
22 de Enero de 1912.
y Ministros:
"Los llefioJ'es General don Leonldas Plaza G., General en Jefe del
Ejército, y General Pedro J. Moniero, Jefe Supremo del Gobierna SacciolIal, con el prop6slto de evitar la continuación de la guerra civil y su
consiguiente derramamiento
de sangre ecuatoriana, han acordado, bajo
su palabra de honor las siguientes bases de paz, á saber:
"la.-El
Gobierno Constitucional de la Repúll!ica del Ecuador conce·
derá amplias garantraf' á las personas civile¡¡ y militares que por cualquier motivo directo ó indirecto hayan tomado parte en el movimiento
volftico del 28 de Diciembre de 1911; se exceptuarán las persona:$ cil'iles
6 militares m),' hnbieren incurrido en responsabilidad penal, por delitos
comunes.
"2a.-Se
verificarA previamente el licenciamiento de las tropas de:
Guayaquil proyectándose por el Gobierno de Quito, inmed.atamente
des·
pués su traslación al lugar de su proceaencla ú hogar.
Podrán quedar
en el Ejército los que vo',untariamente quisieran hacerla asI. Al Jlcenciamiento armado del Cuerpo de Bomberos, que deberá atender á la segurl~ad· d~ la población.
"3a.---'-EI Gefleral Comandante en Jefe del Ejército designará el Jefe
á quien encomiende provisionalmente la Jefatura Militar de la 3a. Zona.
"(a.-Habielldo
sido nombrado Gobernador de la Provincia del Gua·
.ras el señor don Carlos BenjamIn Rosales, será él quien desempeñarA
esa Gobernación.
"5a.-El· señor General Pedro J. Montero ordenará la cesación de
~ostilldades en todos los lugares de la República donde }mbiera fuerza!>
armadas bajo su dependencia, y comunicará estas bases de paz á Eameraldas, recomendando su aceptación.
-121-
"6a.-La
cesaci6n de hostilidades comprenderá la entrega de todo
elemento bélico existente en Guayaquil; entrega que se efectuará dentro
de hes días y en cuya escrupUlosa exactitud Intervendrá el muy honorable cuerpo Consular de Guayaquil.
El señor General Montera ordenará. igual entrega en los demás lugares de su jurisdicción.
"'la,-Después
de cumplida la última cláusula ó sea a la base 6a., ea
cuanto ella se refiere con lvs elementos bélicos existentes en GuayaqulI,
el Gobierno Constitucional de Quito ordenará la libertad Inmediata d~
todos los presos pollticos asi como también de todos los prisioneros.
"Sa.-Los
Generales don Leonidas Plaza G. y don Pedro J. Montere
hacen constar aquí su agradecimiento á los Cónsules de los Estados Unidos de Norte América y de la Gran Bretaña, señores don Herman Díetrich, y don Alfredo Cartwright, respectivamente,
por sus buenos oficios
en este arreglo decoroso de paz, obligándose á BU cumplimiento ante ellos
mIsmo con lluIenes lo suscriben por cuadruplícado en el Cantón de Gua.
yaqull, á 22 de Enero de 1912.
"Leol'lldas Plaza G., Peoro J. Mohtero.
Testigos: Herman Dietrlcl1,
Consul General of the United Sta tea of America, Alfredo Cartwrlght,
Cónswl de su Majestad Británica."
"DurAn, 22 de Enero de 1912.
"Señor
Presidente:
"Si el ataque á Guayaquil nos diera por resultado la cavtura de los
cabeclIlas, lo habrfamos hecho sin pérdida de un minuto, y seguros dll
triunfar sin grandes dificultades; pero como estamos convencidos de qUl!l
~o será. posible capturar á 108 traidores porque tienen el vapor "ChUe"
y los buques nacionales "Libertador BoHvar" y "Cotopaxi" listos para escal'al1l8 con sus familias, á las que tienen á bordo, hemos resuelto economizar ']a preCiosa sangre ecuatoriana de nuestros, soldados.
Por otra
llana sería criminal exponer á Guayaquil á las consecuencias que sufrió
Yagnachi.
En cuanto á sea vergonzoso obtener la entrega de Gua.yaqull
lJQr capitulación, acepto esa verguenza y desde ahora les aseguro que eata.
págiaa sera. la mejor que legue á. mis hijos.
L. Pfaza G."
-122El LTeneral Plaza cumplió. pues. satisfactoriamente
su proyecto de
impedir que se' le escaparan los Generales Alfaro, Montero. etc., aunque
para ello tuviera que sacrificar en ardid vergonzoso, el honor del \'ljér.
cito y la fe pública: que 'es la honra del pais.
¿Qué ha sido el interés del Gobierno en pasar por alto estos importantes incidentes que establecen responsabilida.des?
y quieren que ';1
pais se contcnte con que ellos borren con lágrimas solamente la. sallgTe
y los restos carbonizados de sus víctimas!
Por qué no se publicaroa
esos documentos?
La respuesta la han dado ellos mismos.
No quieren
hacer recaer responsabilidades.
Una vez presos los General-es crédulos, Plaza se octipió de buscar la
forma de negar la fuerza obligatoria de la Capitulación que acababa de
firmar y garantizar con su palabra de honor; para ello le bastó el expediente de que en liuayaqull se produjeron escándalos cuando los beligr:>'
rantes venCidos éntregaban las armas, de acuerdo con el cOllvenio.
Entonces Plaza. alegó "que el pueblo de Guayaquil arrebató las armas á sus
verdugos y no dió tiempo á cumplir las bases de la rendición de Montera."
Sin embargo, después de esto continuaba consiguiendo que Montero, ya preso, cumpliera por su parte, telegrafiando órdenes para la rendición de Manabi y Esmcraldas. conforme lo establecía la capitulación.
Declara Pla.za que esto había sucedido como él lo había previsto, es
decir, que firmó la capitulación al mismo tiempo que urdía alguna con,,piraCión contra ella sabiendo por lo tanto que no llegaría á cumplirla?
Por qué no publican el telegrama aludido el señor Freile y sus Miníatroa?
Este es el documento:
"Guayaquil,
"Señor
Presidente
Enero 22 de 1912.
y )1inistros:
"Como lo había previsto. el pueblo de Guayatlui! arrebató las armas
y no dió tiempo á cumplir las bases de la rendición de
Montero; á las cinco ocupé hl plaza en medío de gran entusiasmo di) este
pueblO patriota.
En estos momentos se me acaba de comunicar que lW.
sido capturado,))
General Eloy Alfaro y h'e ordenado su prisión en el
Batallón "Marañón" á cargo del 'Coronel Sierra.
UecOmelJ(lalldo se le
guarden todas las consideraciones dflbidas á esos desgraeiadOS también
ha caido el desgraciado General Páez; el' pueblo lo busca á Montero todo está tranquilo
.
á sus verdugos
-123-
L. PI..AZA G."
Debemos advertir que la capitulación fué corroborada, porque exista
entre otros documentos el salvo-conducto, que Piaza expidió al General
Flavio E. Alfaro, eoncediéndole las mismas garantías que á los demás
Generales, y refiriéndose al Tratado de Paz.
Sin duda temió que este
General escapase vivo, y fué forzoso para Plaza hacerle caer también en
la trampa, sin que por esta doblez le faltaran palabras dulces, al recibir
en la Gobernación á su amigo y compadre ya prisionero, burlando el mentado salvo-conducto.
AlH estaba Navarro para servir de instrumento ..... y en último eas::>
no hubiera faltado Sierra ó algún otro que lo tomara preso, pasando sobra
la palabra de honor empeñada por el General en Jefe.
He aqu[ el Salvo-conducto:
"El suscrito General Comandante en Jefe del Ejército, expresa su
voluntad de comprender en la exponslón que ha firmado el dfa de hoy
con el General Pedro J. M~ntero, al señor General don Flavio E. Aliaro;
de suerte que las garanUas personales que se estipulan comprenden tí
dicho señor Alfaro, y á quienes, por cualquier motivo directo 6 Indirecto,
hayan participado en el movimiento del 22 de Diciembre del año pasado
que ocurrió en Esmeraldas.
"Se entiende que el General don Flavlo E. Alfaro cumplirá por su
parte las estipulaciones concernientes á entrega de elementos bélicos, ca-sació n de hostilidades y, en suma, pacificación total de las secciones que
le hubieran reconocido como Jefe.
"Durán, Enero 22 de 1912.
(Firmado)
L. PLAZA G."
-124E] malogrado y caballeroso soldado Genera] Julio Andrade ]e desmiente de todo punto al Genera] en Jefe Plaza, y combate victoriosamente sus
aseveraciones al no haber podido cumplir la capitulaci6n y demás historias que Plaza comunicaba il Quito.
"La Constituci6n," órgano Ministerial de Quito, dice, que este documento se traspapel6 á ]a Iiora de publicarlo., . Mas 'parece de todo esto,
que Freile: y sus Ministros ya estaban temiendo que, al pelearse entn
comadres, ]a opinión no demoraría en pronunciarse; 6 también que, si no
ayudaban á Plaza á ocultar el crimen, los traspapelaría,
como en efecto
ha hecho botándolos del Gobierno.
Habla el Genera'
Andrade:
"Guayaquil,
"Presidente.-Ministro
Enero
28.
de Guerra,
Quito.
"Nuestra entrada á Guayaquil, sin un tiro, tuvo como antecedente
principal, el compromiso que se firmó la víspera en Durán y que los
Gene/rales prisioneros se disponían á ejecutar, pqr su parte de buena fe,
según de ello hay pruebas manifiestas.
"En el incidente del pequeño tiroteo entre el pueblo y unos pocos individuos de tropa que no alcanzaron á ser disueltos, nada tuvieron que
ver dichos Generales.
Esta es la verdad y ella debe ser tenida en cuentll por L.stedes.
"De otro lado, es evidente, de' toda evidencia, que sin el 'compromiso.
los Generales no entregaban la plaza, no disolvían su JlJjército, el pUeblo
se crurabé< de brazos illlpotente. y uos veíamos nosotros en las condiciones
mílitares más· desventajosas
llue imagina.rse pueden, para continuar l:1
campaña ~' obrar sobre Guayaquil con acción lllrecta é Inme(]]ata.
:\.
ningún ejército en el mundo se le podía exigir más de lo que el nuestro
babía dado: trés combates en una semana, y después del de Yaguachi, h
postración flH\ evidente.
Esténse ustedes seguros: ese ejército no resis·
tra una campaña de ocho días más y habría sido indispensable perder ~l
terreno gao.ado retrogradar á Alausí y Riobamba para reformarlo y establecer nuestros cuarteles de invierno.
T~das estas clrcunsta\lcias
d'~
bieron forzosamcnte ser apreciadas por el enllmigo y mi impresión fntim!t,
absoluta, es que, si no obstante ellas se llamaron á partido fué porque, e'l
verdad, consideraron ya inútil y desprovista de todo objeto la contiend'l.
"Los argumentos jurídicos que allá se deducen, revisten, sin la me.
nor d'uda, su importancia, pero sin destruír estos otros.
"La civllización actual requiere además, que el dcrecho de gentes
tenga aplicación en las guerras intestinas y ún desde este punto de vIs-
-125ta, la expansión ó compromiso firmado, en 01 pleno uso de sus atribuciCi~es por el Comandante en Jefe del Ejército, en operaciones frentt;: a.l erre<ligo, debe ser respetado.
Revistámonos todos de serenidad, estudiemos la situación l1eBcartálJ.·
<lola, si es posible, de las exigencias extremas del medio ambiente, y depOl;ltemos nuestra confianza en quienes la merecen como sOldados :10
.•onor y como hombres discretos.
"Servidor,
JEFE
DE ESTADO
I'M••..,OR GENERA!..."
Queda. pues, sentádo como verdad, que en ouayaquíl no hubo mlts
que un ligero tiroteo contra unos pocos indiviouos de tropa
que no la
canzaron á disolverse, y que, a no haber mediado la capltular:ión. no o.;~
¡labrlan rendido los Generales sacrificados. y habrfan peleado allf ó so
nabrlan retirado en las naves de guerra á Manabl y Esmeraldas, á donde¿,>C1stlanabundantes recursos.
Tam bién discutieron los sindicados Plaza,
j're,i1e y cómpllces, la Obligación de respetar el referido Tratado de Pm,
~on motivo del c~lebre mandato de Freile Z. y sus MInIstros. para que I'J
Jeneral Plaza remitiera inmediatamente
[t los prisioneros
para que fuo}.,au juzgados y castigados en Quito.
Lo del juzgamiento era una farS'l,,mes bien sablan que no pOllfa seguirse la causa sino ~Il Guayaquil, CQo
roo ellos mismos dcspués 10 confesaron en documentos oficiales .
.F'reile y sus Ministros impugnaron con falsias y lujo de igno·J·allci:'¡
del der~cho de gentes. la tantas veces mencionada capitulación, y Ol'O\',
liaron con verdadera furia la traslación de las v{ctlmas al degol1ador-J,
pues ya llabra el Encargado del Ejecutivo ofrecido su castigo ejemplar ;.\1
pueblo agolpado al pie de sus balcones, J' el Gobierno estaba resuelto 'lexterminar de una vez para siempre los elementos sediclosos
.
Como estos <locumentos establecen responsabilidades,
no los publicaroll
los señores ¡"reile 7-. y Gabinete en su Manifiesto.
Los documentos en
cue:¡;tión anteriores al viaje de Navarro á Uuayaquí! r:ou nuevas órdenes.,
dicen así:
Para Guayaq"tlÍl, Quito, Enero 22 de 1912.
Senor Gl"lleral L. Plaza G.
En vista de sus atentos partes en que se sil'v" cOllluuicarme la captura de los señores Eloy Alfaro, Pedro J. Montero y Ulpiano P¡{cz. los
señores Ministros y yo hemos acordado que á esos presos se les rell'ítiJ :i
esta Capital con las seguridades dcbldas y bajo la responsabilidad de algún Jefe de prestigio, pues la Nación entera reclama al Gobierno el inmediato castigo de los que sih ningún motivo han ensangrentado
la RepQblica sólo por satisfacer sus mezquinas y bastardas ambiciones.
El Gc-,.
-126blerno confía en que usted cumplirá
responsabilidad,
é inmediatamente.
esta
orden
bajo
su
más
estricta
En este momente todo el pueblo de Quito, congregado bajo los ventanaas de mi casa solicita á gritos que á los presos se les traslade á esta
Capital para su jU:l:gamiento.
Su amIgo.
CARLOS
Para
deBol' \ielleral
Guayaquil.-Quito,
Enero
FREILE
Z.
23 de 1912.
Plalla G.
El Gobierno, estudiando el telegrama de usted sobre la conveniencia
de cumplir íl)tegrarnente las bases de la capitulación acordada entre Ud.
y el General Montero, resolvió que se le contestara en los términos siguientes:
Que para el Gobierno del Ecuador la capitulación á que .Ud.
se refiere no tiene ni puede tener ninguna fuerza obligatoria, ya porque
tal capitulación no está comprendida entre los atribuciones que les corresponden á Ud. según la ley ya pO,rque el Gobierno lejos de aprobar ese
pacto lo rechazó, y, finalmente, porque de parte de los traidores no so
cumplió con la condición "sine qua non" de la entrega de la plaza de Guaayaquil, que f.ué tomada por las armas, por el heróico pueblo Guayaqui!ello.
Si de este orden Jurídico de ideas pasamos á considerar el asunto
bajo su aspecto político, le manifestamos que los intereses nacionales, la
justicia social, el pueblo entero exigen y 'piden el castigo de las personas
que sólo llevadas por su ambición cometieron los crímenes d~ traición y
rebelión á mano armada 'contra el orden constituido.
Si el Gobierno tu.
viera.la debilidad de consentir en la salida de los cabecIllas de la Rept'i.
bUca, habrta perdido el apoyo de la opinión pública, puesto en peligro la
paz futura de la nación, pues ei pueblo con esta conducta no se prestarfa
dar su sangre nuevamente y se sentarfa un precedente fU1ll3strslmo, co~o es la impunidad de los grandes criminales de la Patria.
Estas con'islderaciones son las que han influido poderosamente
para ordenar que los
:prlsloneros á que se refIere Ud. en su telegrama, sean trasladados á esta
·cludad, bajo su más estricta responsabilidad á fin de que sean juzgados de
conformidad con leyes del la República.
Finalmente, los casos de indulto están determinados en nuestra CODstitución Polftica y el Poder Ejecutivo no puede ejercer el derecho de gracia sino en la forma prescrita en
,ella y no están los delicuentes capturados por el pueblo de Guayaquil en
·estas condiciones.
a
Nada corresponde á Ud. por 10 que atañe á las CUestiones que pua-den suscitarse con el Cuerpo Consular; dichas cuestiones serán tratadas
-127-
nqui porcl
l\IiI1istro de Relaciones Bxteriorcs
residente.
Por todo lo cual VUE!lvoá ordenar
de 101! cabecillas. con las seguridades debidas.
el Cuerpo Diplomático
á Ud. el envío inmediato
eOll
CARLOS
FREILE
Z.
El Gobierno negab¡¡, en absoluto que hubiera un tratado obligatoria.
alegando inepcias y absurdos que saltan á la vista.
A este respecto leemos \m el libro "Páginas de sangre" los párrafos que siguen:
"Un General en Jefe está ampliamente autorizado 6 digase facuitado
"por el Derecho de Gentes para firmar y aceptar capitulaciones. y ella5
"rigen sin necesidad de veto de nadie. se cumplen sin ulterior aprobll"c1ón del Gobierno .
•
••••
o
••••••••••••••••••••••
••••
";.Tuvo
•
o"
Ó
o.··
.,.
o°'
••••••••
o
••
no tuvo' autorización
••••••••••••••••••
'"
o"
••••
•
Plaza
para
firmar
la capitulacióu'?
"Si la tuvo. debió cumplirla á toda costa. iueludiblemente.
aun eUil
"la OposlclOn de todos los gobiemos de la Tierra.
La Moral no tiene
"creciente ni menguante; y la Honradez es la primogénita de la Moral.
"Si no la tuvo. debió eumpllrla ti. toda costa, ineludiblemente. aun eun
"la oposición de todos 10il gobiernos de la Tierra, sacrificándolo todo in"clusive la Presidencia de la República; y todo para salvar su honor, hoy
"en eompleta bancarrota.
"No la tuvo, peor para Plaza. Si uo la tuvo, cualquiera puede calculal'
"el alcance de una Capitulación destinada á morir en ilU cuna. senteneia·
"da á esfumarse por sentencia de uno .de los firmantes, del (;p.neral Pla"za. Ese alcance va lejos; va tan lejos que uno se resiste á creer el1 lo
"que ve en· el límite. de cuerpo enteru; UNA FELONIA. una felonía del
"General Pl1 Jefe para que no pUdieran escaparse. para que cayp.ran I'm
"sus vengadoras manos tooos esos Generalel; que podían disputarle tem···
"prano 6 tarde la preeminencia en el país ..... porque Plaza anda ebrio d9
"popularidad, concupiscente de poder, y no piensa sino en bailar el bambu~'co en calles y plazas con su enamorada la Opini6n Pública. de esa Opi·.
"nlón Pública que mata, que asesina Generales y se divierte prOfanando y
"arrastranoo
SIlS cadáveres.
"No conocfamoil
ií.
Plaza;
ya le conocemos."
El General Andrade opinaba de ignal manera .. v cn ¡.>]telegrama
¡fet
28 de Enero <..il(: dejo copiaoo. y en el s;":lIi¡.>ntc.tal tt'aspapefado
larl,¡'jén
cuanoo ~'re¡le, 111a7.y cO!'.~;;;a~
no lo publicaron. soStif'llf' la "bl¡;;neÍ,ín ." la
cor.reniencia di' lllmplir 1;1(;apitllla(:ión.
-128"Uut.yaqull, Enero 22 ae 191;, á' las 1 a. m.
Sellor Ministro do Guerra:
Mi oJlimóro E11 incidente de la captura de los Generales Eloy Alfare,
Montera y Páez, es que debemos cumplir el compromiso de darles garalltlas para que salgan del pars; lo contrario seria ofensivo para los CÓ~SI1les de la Gran Bretaña y los Estados Unidos, que garantizan el cumplimiento de aquellas personas y, aun podrla exponernos á una reclamaci!in dlplo_ática si alguno de dichos Generales fuese vlctima de un atentado popular
"ue es muy de telJler.
Atento,
El mismo General Plaza, aunque fuera por llenar las fórmulas y ••
presentarse solo en falso, se expresó en estos términos, por los cuales S6
ve que los repres,mtantes de EE. UV. 'de An:.érlca :l' Gran Bretaña consideraban también CQn.~ouna obIlgación terminante el cumplhnlento de lB.
.capItulación:
"Guayaquil, Enero 22 de 1912.
Señor Presidente
y Ministros:
Los señores Cónsules de Inglaterra y de Estados Uunid08 de Américl!
reclaman rntegramente el cumplimiento de las bases de la capitulación
acordada á Montero; creen que seria una cosa vergonzosa para ellos que
los señores .Álfaro. Montero y Páez no gozaran de los beneficios de dicha
capitulación, agregando también que ya habran dado cuenta á. sus gobler-1108 respectivos
del éxito de sus gestiones para obtener la antedicha C!lpj·tulación. El pueblo de Guayaquil está. reunido y vig1lante y I seguramente
',hará cuanto pueda para evitar la salida de 108 prisioneros; por mi part"
-creo que deberíamos cumplir lo pactado, obligando á esos señores á dar
-garantía de que no volverán al P~.ís durante cuatro años; también esperaríamos para embarcarlos la entrega de todas las plazas rebeldes y de loa
.elementos bélicos que tienen en ellas. Medlteñ bien el asunto y resuelvan
[lo más conveniente para el país y para el honor del Ejército.
"Soy del señor Presidente
atento
y S.S.•
L. PLAZA G."
1';1 (;<;ncl'al SerrallO !lO tenía
nada (!'Il~ \"f'!' en la I'lwo]ueión
<le
;\font.ero
y sÚlo fué lH'eho
¡ll'isi(lIlPro
por Plaza
como vengallza
eO!I! ra es'e
hOllorahle
ciudadano
por haber
sido all'aristn.
Plaza
se
propuso
humillado
y al de <:t. o lIamÚndole
le (luiso hacer firmar
un papel degmdante
en donde el General
rcnun<:i¡¡ha
su grnclo militar.
Serrano
SIl negó y prefirió
el sacrificio.
Plaza lo 011Vió {t Quito {~ manos de los compañeros
(](, Gobierno)'
nlllri6 salvaJHlo Sil hOllar de soldado,
I~I plan envolvía
Íl (Od0S 108 Gener::.lcf'
uIrarist.as.
-129Sn embargo, el G<lbierno se mantuvo firme en el rechazo de este trll.tad~ U6 paz, y .en- la urgencia de que sean trasladados los prisioneros
;i
Quito, ¡¡ara e)ltermlnlo de una vez y para siempre de los eiementos sedlcio80S
Plaza tendió la red para que no se escaparan y todos en conjunto, acordaron aproYecharse de esa felonIa para sacrificar á los vencidos.
Oecían que iban á Juzgarlos en Quito conforme á las leyes de la República;
cuando ellos sablan mejor que nadie que esas leyes ordenaban que fuera ••
juzgados en Guayaqull, lugar de la infracción.
El juzgamiento era mero
pretexto para la' victimación premeditada, anunciada y aconsejada todos
los dIas por la prensa oficial de todo el pats y en especial la de Quito. Ln
colección de los diarios qult.eños al servicio de Plaza,
Freile, Dtaz, ctc.,
como "La Constltuci6n", "El Comercio" y "La Prensa" corresDondiente al
mes de Enero prueban la accl6n gubernativa en soliviantar la plebe á co-meter 10e¡ crfmenes del 28, y la actitud de muchos de los diarios palaclegoa
uo es tau sólo degradante para e11"s, sino para la institución entera.
Negra hIstoria la de eaos perIodIstas que en los últimos años han QUOrido corromper una buena parte de la opinión de ese pueblo, hasta querer
conducirlo ¡¡, la deshonra y al delito. No tardará, felizmente, el periodis-.
010 honrado
en emprender la campaña de una indispensable depuraci6n dO;!
plumlls.
Fijese el lector en que los telegramas á. que hacemos alusión son 106
pUblicados por los mi SinOS culpables á tftuio vindicatorio, ya se debe por
e8to suponer el tenor de los de género confidencial ... y 'desde que cortaron la J!mgua, a(\1l ylvo al periodista Coral, el que fué apriSionado y conducido ~ Quito por orden de Plaza, no sabemos de escritos que se han apartado del tenor oficial al relatar los acontecimientos.
Por lo demás, el sistema de capitulaciones
rotas lo fué á continuar
Plaza á Manabt, desde donde envió é hizo enviar los siguientes acusadores
telegramas, los que manifleatan lo impaciente que eataba por saber la fOl~
ma en que se habla producido el drama, cuyo desenlace se habfa ido á esp~
rar lejos, para lavarse después las manos:
"Manta,
Enero
29 de 1912.
Coronel Balanzategul.
Porto viejo.
Acabo de pisar esta tierra tan querida por mI y tengo el gusto de en ..
'riarles un saludo confirmando los ofrecimientos de garantfas que lea llevan mis Secretarios Palacios y Espine!. Los intereso para que den las mll.s
terminantes
6rdenes á. fin de reparar la lfuea telegráfica Ji GoQuil, pues
tengo Impaciencia de saber qué syerte han corrido los señores Alfaro en
SlA viaje , Quito.
L. Plaza G.
-ISO"Manta, Enero 29 de 1912.
Señor Coronel Antonio Balanzategui,
Jefe Civil y Militar de ManabL
Puertoviejo.
En cumplimiento de' sns órdenes me fur á bordo del vapor "Cotopaxi"
donde tenta entrevista con el señol' General Plaza
,
, .. '
.
General Montero
ell Consejo de Guerra verbal el 26 del actual y sentenciado ti. de'gradación militar, expulsión' del Ejército y diez y seis años de presidio,
sentencia con la en al el pueblo enfurecido de Guayaquil no se conformó y
venciendo la gran resisteuda
que le' opusieron el General Plaza, un grupo
de Jefes y personas notables y de la guardia, se lanzó sobre el sentenciado,
lo destrozó, lo botó á la calle por los balcones de la GobernaciÓn y lo llevó
á la Plaza de San Francisco y quemó el cadáver con kerosene al pie de h
estátua de Rocafuerte. Los General~s Eloy, Flavio y Medardo' Alfaro, M:lnuel Serrano y Ulpiano Páez, fueron remitidos á Quito en la madrugada d ~I
27 para ser juzgados militarmente y hay el temor de que también sean tir.chados como el Coronel Torres que sufrió esta suerte en Quito.
jU/!,:alio
Roberto
Horacio
(Delegados
y acompañantes
F. Espinel.-R.
t
Luis Donner."
Palacios."
de Plaroa los dos últimos.)
. Ninguno de los anteriores' documentos que establecen tan graves re3:
pOllsabilidades, apal'ece entre
los que apoyan el Manifiesto oficial. '¿Por
qué los esq!livan? SenciIl¡unente porque se trata de extraviar el. criterio de
los ecuatorianos y buscar el olvido y la impunidad.
Continuatldo el ,examen de los llamados documentos justificativos,
se
observará que más bien los condenan sin apelación, lejos de atenuar ó encubrir los atroces cr!mencs de Bn')ro.
Tra;s de un empcño tan deci(jjdo por la tra,;lación de los prisioneros á.
011Ho, Freilc Z. y SIlS lI-finis!.ros cambian de repente y toman la resolución
contl'Hl'Ía conRlituyéndose en defensores de los prisioneros y, mandan sus¡:ender la 1 ''-m1si(,n que con tanto ahinco !labran solicitado. J{cconocen que
1\0 pued,.n
~'~r juzgados los vencidos sino en Guayaquil y no· en Quito con',o
res¡,]viel'on al pI'incipio. Aconscj;¡n flnp ('1 juzgamipnto t.enga lugar ,) p.ordo
-131del "LJb~rtador :!!,,)lívar" para seguridad de los acusados, etc., etc. Lo,; tt'1egramll.s anteriormente
copiados, son el reverso de los q~e dirigieron el 25
y el 2& (le Enero á los Generales Plaza )' Navarro. Freile Z. manifiesta que
este cambio es de última hora y en vista del trágico fin de Montero.
Si éste no hubiera sido sacrificado, las primeras órdenes habrían quedado vigentes, El Gobierno resultaba ahora justo previsor y protector de sus
enemigos vencidos; y Plaza, la Única mano siniestra que empujaba al Mtnistrode
Guerra para que aprovechando del atentado contra Montero, los
enviara cuanto antes á Quito, á Quito precisamente.
Mas el mismo Ministro de Guerra demuestra que esto no era más que
una farsa entendida entre todos ellos.' A la una de la tarde del día 25 de
Enero, el funcionario en cuestión comúnicó á Freile Z. que de conformidad
con lo resuelto por el Supremo Gobierno y atendiéndose á las instruccione5
que llevó de Quito á Guayaquil, ha ordenado el juzgamiel1to de los prisioneros empezando por Montero. Nótese que Navarro llegó á Guayaquil con esta orden después de la capitulación y ocupado ya Guayaquil por el Ejército
de Plaza. Es decir. posteriormente
también á. los telegramas de Freile pidiendo los presos.
y si el Supremo Gobierno tenía resuelto y había enviado instrucciones
al Ejército de Guayaquil para que juzgaran all1 á los prisioneros ¿ por QUó'
Pla¡:a y Navarro
los enviaron á Quito, donde segÚn confesión de Freile y
sus Ministros, era seguro serían ultimados?
Falso, pues, que el Gobierno· hubiera cambiado de resolución. despué¡¡
de la muertt> de Montero; porque ya le había dado instrucciones al Ministro de Guerra Navarro para que detuviera á los presos en Guayaquil, hasta
que fueran juzgados y sentenciados, lo que también le previene en telegr'lma de 25 de Enero.
"Quito, Enero 25 de 1912.
Señor General don Juan Francis,co Navarro.
Guayaquil.
En unión de los señores Ministros lo saludamos afectuosamente.
Aun
cuando :wzgo excusado recomendarle el cuidado y conservación de los prisionoros Generales Alfaro. Montero y Páez, con todo, me permito exlglrle
que tome usted todas las precauc'ones que le aconsejen su prudencia y tino, para que dichos presos no sufran ningún vejamen ni hostilidad del pueblo, menos que se atente contra su vida. Lo que si creo conveniente insi-nuarle es que ordene cuanto antes el juzgamlento militar á que por las leyes deben ser sometIdos, para de esta manera satisfacer á la vindicta pública que reclama con Justicia, el castigo de 108 culpables.
El juzgamiento
-132.,onforme al Código Militar debe verificarse en esa ciudad, teatro de las infracciones. Concluído el juicio verbal, remítalos á esta capital para que cum
r'an su condena~ empleando escrupu,losamente
todas las medidas efi,caces
para garantizar la vida de los condenados.
Acúseme recibo de este telegrama.
Carlos Freile Z.
Señores
"Guayaquil. á 25 de Enero de 1912.-Hora
Presidente y Ministro de Estado.
de depósito
1 p. m.
Quito.
"De conformidad con lo resuelto por el Supremo Gobierno y atencliendo
á las ins'trucciones que. traje, he ordenado al señor General en Jefe del E:.
jército que proceda á decretar el juicio militar contra los altos Jefes del
jército rebelde.
En esta YÍrtud, el señor Genetal Plaza. ha decretado la formación de un
Consejo de Guet'ra, para que de acuerdo con el Código Militar, proceda
á
juzgar á los culpables.
El juicio ha empezado por el General l\lontero por ser éste el mayor
responsable de los rebeldes.
visto el cargo de honor y de confianza que
ejercfa cuando :,;e alzó en armas contra la Constitución.
Sa!udo á ustedes.
Ministro
de Guerra,
J. F. Navarro.
"Quito. á 26 de Enero de 1912.-Hora
Señores
General
Ministro
de depósito.
de Guerra y General
2 p. m.
en J.efe del Ejército,
Guayaquil.
Viene siendo imposible
la medida de enviar á los priSIoneros á esta
Caoital, porque 110 se podrfa ponerles á cnbierto de la ira popuiar. ni á su
:;;aso por las pohlaciones del tránsito. ni á su llegada ac¡uf.
- 13:';--
~demás, debiendo verificarse el ju~gamiento de ellos en Guayaquil, St:ría necesaric. correr, en su regreso, el mismo peligro que en su venida; com
plicándose entonces
la situación porque el pueblo presumiría qUE-se trata
Oe eludir El juzgamiento y de poner á l?s prisioneros á salvo de la sanCl(..1J
legal.
Lo que necesitábamos era que no se pusiese en libertad á los quP. traJtornaron tan hondamente la NaciOn y fué p~rque se pensaba en ello que se
dispuso se les enviase acá; mas las circunstancIas han cambiado y veo que
lo más conducente al Juzgamiento y á la seguridad de ellos, seria mantener106 presos en el "Libertador
Bolívar", tomando las medidas del cal:iOpara
evitar su fuga, y en espera de que las agitaciones populares se call1lp.n y se
pueda entonces proceder al juicio, conforme á las leyes.
Repito que su venida no puede verificarse porqup. los riesgos son inml
/lentes, y el Gobierno está en el deber de preverlos.
Por tanto, sfrvanse ustedes ordenar que regrese el convoy de los prisioleros, convoy que he mandado detent:!r en Huigra.
Enc<;rgado del Poder Ejecutivo,
Carlos Freile Z.
No pueden, pues, negar los señorcs Plaza y Navarro que sabían de antemano lo que dehían <lenacer, esto es, conservar á los prisioneros en Gu..¡yaquil hasta que sean juzgados, Navarro habla reclbido estas instruccioJl0.s
en Quito y las trasmitió al General en Jefe Plaza, en cuanto llegó á h
ciudad de Guayaquil; tanto que éste, en virtud de eS:J.s instruccÍoues tra.sreitidas, ordenó el juzgamiento de los presos. Navarro lo confesó t.el'mi..
nantemente en el telegrama que dejo copiado; de lllanera ljue no era necesario ljue Freile Z. reiterara dieha orden on el telegrama dp.] 25, Y 1IlUcho menos aquel tejido de inexactitudp.s del día 26. ¿Por qué no cumplie
ron las órdenes de] Gobierno los Genera]es Plaza y Navarro?
Consecuentes Frelle
recaer responsabilidades,
Manifiesto:
Z. y sus Ministros con su propósit.o de no hace.'
han puesto esta notita en ]a página
3a. de Sll
LOS
ues telegramas signados COIl asteriscos, dirigidos por el seEncargado del Poder Ejecutivo al Ministro de Guerra y Genel'al en
del Ejército, como los de] Ministro de Guerra a] Ejecutivo, no llega·
OQortunamente á su destino, por estar interrumpida la línea telegráde Bucay á Guayaquil, á consecuencia de las operaciones
militares
se habían desarrollado en Ya~uachl". (ot')
--(''')
"nor
Jefe
"ron
''f¡ea
"que
(") N. del A.-Se
'eer,
refieren
á los Últimos te]p.?;ramas que se acaban
dp.
-136El Gobierno sabIa perfectamente que su autoridad y sus' órdenes, tratAndose de Plaza, eran nulas;
sabIa lo que debla suceder y cómo Berran
desobedecIdos; pero tenfan necesidad de preparar una defensa y se manifestaron sorprendidos de que los prisioneros estuvieran en camino á Qui·
to. Sierra era e~ ejecutor escogido de los tenebrosos
planes y trara muy
bien aprendida ia lecci6n de desobediencia á toda orden contraria á la
victimación acordada.
Sin embargo, Freile le envió estos telegramas
á
Huigra y AlauaI:·
"Quito, Enero 26 de 1912.-Hora
tsefiOl Coronel Sierra.
de depósito, 2 p. m.
Huigra.
Se me ha avisado que usted viene á ésta. trayendo Generales presos.
Considero sumamente peligroso el viaje á Quito de esos prisioneros;
y
mientras el señor Ministro de Guerra imparte las órdenes del caso para
que usted regrese -á Guayaquir. sIrvase usted detenerse
en Huigra haBta
Ilegunda orden.
Saludo.
"t-;ocargado del Podp.f Ejecutivo,
Carlos Freile Z."
"Quito, á. 26 de"Enero de 1912.-Hora
de depósito, 6 y media p.
Ill.
Sefl.or Coronel "Sierra.
Huigra.
t
Sahldole y aviso recibo <le BU telegram~ en que me comunica su llegada A Huigra.
Antes de recibirlo. dirlgf ti usted uno en -que dispongo que se detenga.
en ese lugar. para que contram'arche A Guayaquil. en cuanto "reciba ordea
del sefior Ministro de Guerra.
Asrlo exige la necesidad de asegurar á. los prisioneros contra los ata.
ques populares; de manera que regresando
ellos podrIase mantenerles.
mientras sea oportuno juzgarlos, A bordo del "Libertador
BoUTa.r" 6 ell
donde mAs cODTeniente aea.
'
·i~J':Y2~~;wt~~~í~\~~
..~~
y/!
DON LlJ"CIANO CORAL.
Notable periOdista radical y hom brc de lucha, fué decidido defensor
del General Alfaro. Su llIu(~rt.e obcdece á vcnganzas personales de Plaza á
quien sielllpw combatió el! SIl diar'jo "El Tiempo". Apresado y enviado a
Quito POI' éste. aljf lo sometierol! al 1101'l'0rososuplicio de arrancarle
lengua vivo y arrast.rarlo en eRe estado hasta prOducirle la muerte.
lit
-137Entre tanto, tome usted las medidas de la más escrupulosa v;gilancj,~
491 pa.ra evitar la fuga de 108 prisioneros, pues si tal sucediese tendr1am~
utes de e dos meses nuevas revueltas y matanzas, como para ase~rl11'
también la vida -ie ellos mismos, cosa que se la recomiendo muy especjll.l-
aeate.
Lucargado
del Poder Ejecutivo,
Carlos Freile Z."
"Quito, á 26 de Enero tle 1912.-Hora
de depósito, 7 p. In.
.Beñor Coronel ~ierra ..
Alausl.
Una voz más digo á usted que no deben venir los prisioneros a eGta
Capital,
porque
su mismo juzgamiento
debe hacerse
en Guayaqu.ll.
Los peligros son gravIsimos, y hay que po~er h los prisioneros á cubierto de ellos; de suerte que estaciónese usted en Alausí, ya que no lo hizo en Huigra, porque van sobre usted responsabilidades Inmensas, caso de
perecer los presos.
Bien puede ser que su Cuerpo no necesite regresar 1)i volver atras UD
0050, ,porque á ello prevería e) señor Ministro de Guerra; pero sí debe h'
guardar un espacio de tiempo suficiente para que se tomen todas las Jlro·
.•.idenclas del caso.
El Encargado
del Poder Ejecutivo,
Carlos Freile Z."
Intriago,
Ministro de Hacienda, Encargado
del Despacho de Guerra"
El Coronel Sierra no Dodla infringir las instruccion~fl privadas que le
dieron sus Jefes de GU8.Yaqully se negó á obedecer al Gobierno, con va'
ríos pret.extos inCOInnatlbles cuando menos eDil su calidad
militar, si (
!l.Sunto no fuera de horrl:Jle gravedad.
Ora afj¡'maba qllH la misma tropa
constitucional, de la que no respondía, aseGinarla á los prisioneros.
si <;~
daba. la orden de contramarchar á Guayaquil 6 se demoraba S\1 ,lerma.encia ell Aiausí; ora alegaba que los solddlÍos fraternizaban con 105 ha
bitantes de ese puel..lo y matarían á los presos en su deseo de llegar cuan·
to antes á BUShogares; ora, en fin, que había reclbiao orden imperativa
Iltoi Ministro de Guerra para llevarlos y que los l1evarfa á QuIto .. " .
-138Y' en Último caso, el tren de los presos pudo entral' en Riobamba
y
detenerse en esa ciudad ó sus alrededores sin perjuicio de que la tropa
continuara su camino. Sin embargo le seflalaron á SieIT3.· un itinerario de
viaje y éste aceptó dicho itinerario, de modo que al haberse observado los
pril;ioneros habrían obtenido algunas garantías.
He aqui los documento;!
tomados del folleto de Freile:
"Rfobamba,
á 27 de Enero de 1912,-Hora
de depósito, 9 y 45 a. m.
Seriar Coronel Sierra.
AlausL
En este momento recibo te]cgI'ama del Encargado del Poder diciéndo·
me resuelve avance usted con presos a Quito, reeomiéndame acuerdo con
usted á fin de asegurarles
vida y fÚcil el traslado PanÓptico.
A estc fi·¡
creo que conviene: 10, Salir de Alausí á una hora tal que pasen por Caja·
bamba á las 6 p. m. y 20. Pasar por Ambato á las 10 de la noche, por La·
tacunga á las 12. por Machacki á las 2 y llegar á dos kilómetros de Quito
á las 4 de la mañana. entrar' al Panóptico por detrás del Panecillo
Coronel Cabrera,
Subjefe de Estado Mayor General".
"Alausí, á ~. de Enero de 1912,-Hora
de dp.p6sito. 10 a. m,
Seflor Coronel CabI'cra,
Rfobamba.
Acepto Itinerario'
Telegrafío
á Quito y avisaré
la hora de salida.
Coronel
Sierra,"
Por consiguiente los prISIoneros debían ingresa¡' al Pan6ptico
á las
cuatro de la mañana, cuando la capital dormía y era imposible
que las
víctimas fueran sacrificadas.
Eu caso de cumplirse esa orden el Gobierno
tenia tiempo de más para proveer á la seguridad de los presos; hasta la
-139hora en que la población volviera á las calles, el Pan óptico podfa estar
con mejor Intención custodiado.
El Gobierno tenia toda oblip;ación para
evitar esos crfmtmes que han horrorizado á la Historia de la humanidad y
que constituyen mancha indeleble contra los que los prepararon, cometieron y autorizaron.
Pero Sierra tampoco obedeció las órdenes de Cabrera,
Sub-Jefe de
Estado Mayor General del Ejército. á pesar de haberlas aceptado expre¡;'lmellte en su telegrama á. este su Jefe y en el siguiente
dirigido al Go-bierno:
"Alausf, á 27 de Enero de 1912.-Hora
Señores Encargado
del Poder Ejecutivo
de depósito, 10 y media a.
IJI.
y Ministro de Guerra,
Quito.
pasaremos :L
Se ha acordado la inten.ci6n siguiente: Por Cajabamba
las (; p. m. de hoy; por Ambato á las 10 p. m; por Machachi á las 3 a. m;
y á las 4 a. m. estaremos á dos kilómetros de Quito
Servidor,
Coronel Sierra."
Sierra tenia órdenes imperativas superiores, como él llama su consigo
)'.larecibida en Guayaquil Debla faltar á todo )' faltó á. la orden de Jlep;ar ,1
Quito á las cuatro de la mañana, buscándose cualquier pretexto. EscogiÓ
para su entrada la hora conveniente al plan de los carniceros, las doce del
día, cuando la chusma y los matarifes estaban en el apogeo del furor sallgUinarlo. ¿Y quieren ahora lavarse las manos? ¿ Por qué 'no obedeció Sierra estas órdenes? ¿Por qué no se hizo obedecer el Gobierno? ¿Por qué se
atrevfa Sierra á. tanta desobediencia?
:¡'~altos de medios de defensa, después de los anteriore¡; documentos
contraproducentes y que ponen de manifiesto la falsfa eon que obraban los
hombres del Gobierno revolucionario del 11 de Agosto. los señores F¡'eil()
Z. y Ministros han echado mano de certificados de sus subalternos y agentes para comprobar su ¡"culpabilidad. Un telegrafista, dos oficiales yel Intendente de Pollcfa. son los únicos testigos que presentan aquellos Insignes defensores de su propia honra, en acusaci6n tan grave formulada por
-HOel mundo civilizado, Y tales testimonios son contl'adictorlos, lnsulsos
y
tamoién contraproducentes;
sobre todo el Informe del Intendente que es
una terrible acusación contra ellos,
D1az, como abogado.
telegrama:
preparaba
su posterior
defensa
Chimbacal\e,
con el siguiente
Enero 28 de 1912,
Señor Coronel Sierra,
Tamblllo,
S!1spenua usted su viaje hasta mañana por la noche, pues que de llegar
de dla serran victimadoB SUB prisioneros.
Su amigo que afectuosamente
lo saluda,
Octavio
Díaz."
Esta orden era otra esperanza de salvación para las vtctimas, pero tenra algo asl como un valor entendido y por fuerza se habJ'fa de desvanecer como las anteriores, y Sierra la desobedeció .. , ...
¡.Por qué no se cumplió esta orden? Los, autores del .Manifiesto aduce:J
como única explicación. el informe l)articular de un telegrafista, Miguel J.
Eguez, quien dice ha.ber ordo á. las siete y media de la maña..,a del dra 28,
una conferencia prlvad.1 entre 108 Ministros Draz é Intrlago y Comandantes
Alcides Pesantes y Leonardo
Fernálldez; que en ~sta conferencia y tomando en consideración
qlle el batallón
"Marañón"
estaba violento por
llegar á Quito, y el peilgro de que si los presos permanecían en Tambillo.
tcercanfas de Quito) llegarían al mismo lugar después de dos horas los batallones "Carchl", "Pichincha" y "Guardia de Honor" resolvieron los conferencistas que Sierra continuase viaje á la ciudaa, lo que ordenaron á dich,
Sierra por teléfono.
Según este inform-e los enemigos de los presos, Intriago y Dfaz, con
los fusiles apuntados mandaron que las vfctlmas se trasladaran á la capital á las doce del dra, cuando el populacho sediento de sangre llenaba las
('alIes y á pesar de la convicción que tenran y que habran manifestado Tartas
veces que los presos sorran asesinados., .... Bien sabra Plaza á Qué clase
de gente venran conSIgnados sus prisioneros.
El telegraflsta Eguez, testigo
Bcusador terrible de los mismos.
recto, qu~ parece haL-=r obrado de
los hombres del Gobierno según se
presentado por el Gobierno, resulta :lIl
Pero el .ntendente Cabezas-empleado
buena fe-ennegrece
más la conducta d~
"e en el informe que sigue:
-141-
"RepÚblica del ECUil 01' .-Quito,
Seiíor Ministro de lo Interior y Pol.cía.
Febrero
2 de 1912.
Presente.
Señor Ministro:
El día 26 de Enero proxlmo anterior supe casualm'ente que 105 prlsioner,s de guerra Generales Alfaro, Páez y Serrano y otros, habían salido de
Guayaquil custodiados por el Batallón "Marañón" número 9, con rumbo á
esta ciudad.
Portadores de estos arreglos, (relativos á garantizar la vida de los presos)el señor Escudero y yo nos dirigimos á casa del señor Encargado del
Poder, á quien no pudimos ver, porque, enfermo como ¡¡qtaba, había hecho
cerrar las puertas y no obtuvimos
Que las abrIera á pesar .de insistente:;
llamadas.
Hasta las tres de la tárde descansé en la seguridad de que habían sldlJ
eJecutaaas las disposiciones acordadas en la madrugada, cuando fui llamado
por el señor Encargado del Poc/er, quien se sirvió darme á conocer un telegrama de' señor Coronel Sierra, en el que marcaba
el itinerario del viaje
c/e ese día y señalaba las cuatro de la mañana del día sIguiente,
dominglJ
28. oomo hora de llegada de 108 prisioneros, á un punto de la vía, dos kilómetros antes de la estación de Chimbacalle. Ordenóme, en consecuenr.la, de
acuerdo con las especificaciones
gel susodicho telegrama,
alistar para la
hora indicada U/lB escolta de caballería
suficiente para la custodia de los
presos, y los caballos necesarios para éstos y los Jefes del Batallón "Ma
rañón" ..
Hasta las siete de la noche parece que el públiCO ignoraba en absoluto
el próximo arribo de los prisioneros; pero desde esta hora empezo ya á CIrcular la noticia, qu~ se propagó rápidamente, sobre todo, desde que, segú'~
lo supe al día siguiente, un muchacho que repartia Invitaciones del "Comí-
-142té Patriótico
cillas".
Nacional" decía al
entregar/as:
"esta noche llegan 106 cabe-
/
Entr~ tanto. el señor doctor Díaz se hallaba en la oficina telegráfica de
la Estación, desde donde me hacía saber los avisos que recibía de las Estaciones del tránsito.
A las 4 y 35 me hizo avisar que el. convoy avanzaba hasta Machachi, y
á las 5 y 40, por medio de uno de los oficiales que le acompañaban, . me im¡:artió la orden de retirar la escolta, por cuanto no debía llegar el convoy si
no después de las 6 de la noche, ya que así lo había ordenado
por telégrafo al señor Sierra.
Con iguales precauciones que á la ida, verificose el regreso: la escolta
vino dividida en tres fracciones, en silencio y por diversas calles; á las 6
de la mañana llegué á la plaza de la Independencia, acompañado por los señores Cárdenas, Espinosa, Arteta, Pallaresy
Jijón y allí recibí aviso de
parte del señor Ministro para no disolver la escolta y permanecer con los
caballos ensillados, en espera de nuevas órdenes.
Acerquéme á la oficina telegráfica, á donde se había trasladado el señor Ministro' y le puse de' manifiesto la dificultad en que me hallaba par'a
ejecutar esta disposición, dado caso de que la orden que recibiera anteriormente, había sido perentoria y sin restricción alguna; por lo cual una pal'te de 106 caballeros que me acompañaban habíanse retirado á sus casas para descansar y no c.ontaba ya sino con catorce, de los veintidós que formábamos la escolta.
Después de ligera pausa, y en vista de las anteriores y otras razones
que yo alegara, el señor Ministro me dijo, más ó menos: "Voy á retirar ,\1
Coronel Sierra la or'den que dí desde la estación de Chimbacalle, para qu,
permanezca durante el dia en Machachi ó Tamb!1I0, á fin de que éntre á
Quito p'or la noche". Y en efetco, el señor Diaz se .acercó á uno de los señ')res te/egrafistas y IEl di~tó un parte telegráfico.
Después de un trabajo consecutivo de casi cuarenta 'locho horas seguidas, me retiré á descansar tranquilo y previo convenio con el señor' Minlstro de ir hacia él. á las 6 de la noche, para recibirle nuevas órdenes
instrucciones,
A
No había transcurrido una hora, cuando recibí nuevos insistentes recados de parte del señor Encargado del Poder y del señor Ministro Díaz,
para que fuera á la oficina telegráfica, en donde se me necesitaba urgent.e-
--143mente:
apenas
me dí el tiempo necesario
para veslirme
y acudí al luga¡' d.::
la cita. Hallábanse
en la antedicha
oficina el señor Ministro
de lo Interior,
e: señor Ministro
Encargado
de la Cartera
de Guerra y los telegrafistas
se·
ñores Eguez y Fiallo, en cuya presencia
el señor doctor Díaz me dijo, poc~
más ó menos, lo siguiente:
"Es indispensable
que
usted reorganice
la cscolta y vaya A recibir á los prisioneros;
el Coro-nel Sierra
desobedece
mifi
órdenes
y manifiesta
que le es imposible
contener
á sus soldados;
dice q,;,:
I,s pre!;os corren inminente
riesgo de ser L!ltlmados, y, que en consecuencia,
y á pesar de mis órdenes,
avanza
hacia QuIto; que el peligro aumenta
con
la proximidad
del arribo de 105 Batallones
"Carchi"
y "Pichincha.
Todo lo
cual fue decididamente
corroborado
por el señor
Ministro
Intriago,
quien
se manifestó
angustiado
en vista de tan peligrosa
espectativa
y me Instó
para que aceptase
la comisión
de recibir y trasladar
á los presos_
Yo no podía por menos que negarme
á aceptar
las inmensas
y terrible¡¡
responsabilidades
que desde luego entreveía;
pues no era difícil figuran;"
las escenas
que se desarrollarían
desde el momento
en que un pueblo furlosamente
excitado
tuviese
á su vista el objeto y la causa de su encono.
M'J
negué. pues, con entera
franqueza,
y protesté
de la idea de hacer llegar durante el día, á los prisioneros.
Como los señores
Ministros
Insistiesen
en que era ya imposible
reIr')ceder, por cuanto el señor Coronel Síerra no daba oídos á las
perentoriaG
órdenes
que se le habían 'Impartido,
me ví en el caso de hacerles
prescntp,
que "un militar
que desobedecía
órdenes
superiores,
por este mismo hecho
se constituía
en único responsable
de todas las consecuencias
que se derivaran de su desobedlencl!l;
y, que, en consecuencia,
él era el único que debería arrostrarlas
conduciendo
á los prisioneros
hasta entregarlos
en el lugar de BU destino".
Momentos
después,
pasaban
el señor Coronel
Sierra
y sus ayudantes,
seguidos
por el automóvil
que conducía
á los prisioneros
y una
fuerte
escolta
de infantería
que los custodiaba;
mal; entre estos soldados
noté ya intercalados
á muchísimos
paisanos.
á caballo,
Esto es señor Ministro,
todo lo que puedo relatar
en cumplimiento
de
mi deber y de acuerdo
con el ofrecimiento
que híce en mi oficio de renuncia presentado
el día veintinueve.
Soy del señor M Inlstro atento
servidor,
AGUSTIN
CABEZAS
G_"
-144-
Este informe contradice el de Eguez, porque si es cierto lo que el In·
tendente Cabezas ref:ere, Sierra resulta
un militar insubordinado llue :!le
negaba tenazmente ti cumplir órdenes perentorias de los Ministros
de
Guerra y de lo Interior, Intriago y Dfaz, y aún del mismo Encargado
del
Poder Ejecutivo; y sl- es cierto que después de una conferencia en la oficina
de telégrafos, como refJere Eguez, los Ministros accidental de Guerra '!! de
lo Interior le ordenaron al Coronel Sierra que avance á.Quito al medio df3.,
este Jefe logró salirse fácilmente
con la suya, y resulta que Draz é In .•
triago le mintieron al Intendente Cabezas cuando se quejaron de la pertina~
rebeldía de Sierra. ¿Qué slgl{iÚcan estas contradicciones? ¿Recibió ó no recibió Sierra la orden de salir de Tamblllo á. la Capital? Y nótense los hechos significativos de que Oabla el señor Cabezas en el Informe transcri.
to: ]0. Carlos Freile Z. que se decía enfermo, cierra sus puertas y se niega
á abrirlas, en los momentos de mayor peligro y cuando debra ponerse á la
cabeza de los guardianes del orden público para proteger á los prisioneros.
20. El Ministro Dfaz que hayándose en la estación telegráfica debla saber
la resolución de Sierra de avanzar á la ciudad. asegura al Intendente Ca..
bezas que los presos no llegarán sino por la noche, y manda retirar la es-o
colta que dicho Intendente había preparado y que era compuesta de caballeros de Influencias grandes en las multitudes, y la que una vez disuelt~
era dlffcil volverla á organizar y menos en un momento de apuro 30. Di~
suelta dicha escolta 'de caballeros, por baberse retirado éstos después
de
una noche pasada sin dormir, es llamado el Intendente por el mismo Díaz
~' recIbe la orden de con'servar la referida escolta, lista para lo que pudiera
ocurrir y ante la imposibilidad de cumplir dicha orden, manifestado
por
el señor Cabezas. Díaz ofrece reiterar á Sierra la intimación de que se dotenga en Tambillo.
¿Reitero esa órden? Cabezas sóJ9 afirma que vió :tI
Ministro acercarse al tell:igrafista y <lictarle un parte.
y el Gobierno se humilló ante un soldado oscuro y desobedie-nte y declinó en él toda responsabilidad, á pesar de hallarse convencido de que 108_
prisioneros marchabal! á Jlla muerte segura.
¿Y quieren
lavarse las ma.
nos?
4. Pasada una bora vuelve á ser llamado el Intendente y se quejan
Ministros de la absoluta desobediencia de Sierra, quien insiste en entrar
á Quilo.
Se mueShan angustiados con la venida de los presos y el' sE\guro neJigro de su muerte, y piden al señor Cabezas vaya íl reclbirlos., El
Intendente les da una severa leCCIón respecto de lá desobediencia de Sie,
rra ~' se niega á tomar sobre sí la responsabilidad del degiiello de los pref;OS,
terminando por renunciar su cargo.
lOS
5. Momentos después ve el señor Cabezas pasar á Sierra conduCien.
do en un automóvil á los prisioneros y á muchos paisanos intercalados
entre 108 soldados del "Marañón,"
(
·
1
1
\
CORONEL llELlSARIO V. TORRES.
Prisionero
de guerra, al entrar al Panóptico le dispararon
fusil; su asesinato se produjo anterionncntp.
acometido por la misma
patrocinaba
una bala
los Generales;
Don Belisario Torres era
(!Q
pero ~
turba de salvajes, de la eual formaba parte 6
la mayoría de las autoridades,
t.rucci6n y su carácter.
al de
lln
como Freile, Díaz, etc.
hombre modelo por sus costumbres,
su Inm-
-H6-
6. El que dlstribufa en la noche anterIor, las invitaciones del Comité
Patrl6tico Nacional compuesto de conocidos enemip;os de mI padre y amigos y agentes de Plaza, daba el aviso preparatorIo de que esa noche llc·
gaban los prIsIoneros, noticIa que se Ignoraba en Quito.
Todos estos hechos, ambiguos, contradictorios
los sindicados de una manera clara y sin refutacIón
y pérfidos
posible.
acusan
'-
He aquf los telegramas del Coronel Sierra, el escogido para que con e!
conocido Batallón "Marañón" llevara los presos al circo romano:
"Hulgra, á 26 de Enero de 1912.-Hora
Señor Encargado
de depósito, 6 y media p. m.
del Mando,
QuIto.
Itecibi su telegrama de las 2 p. m. Su orden para que me estacione
aquí y luego regrese á Guayaqull,es absolutamente contradictoria
con la
que recibi del señor Ministro
de Guerra, quien dispuso salida de preso~,
precisamente para salvarlos. Como yo mismo tengo convencimiento de que
si 108 regresara á Gua~'aQlIil perecerfan. y como tropa á mi mando, que es.
de reserva, está violenta por avanzar á Quito, en bien de los mismos presos.
me atrevo á manifestar á usted que sigo á Alausi, en obedecimiento de aquella orden imperativa del señor Ministro de Guerra. Si debiera contramarchar á Guayaquil 6 quedarme aqui, temeria por la vida de 105 presos, á callsa de la exaltación de la tropa, que vería en ellos el obstáculo para seguh'
á Quito.
Saludo á. usted.
Coronel Sierra.
"Alausl, á 27 de Enero de 1912.-Hora
"Señores
Encargado
de depósito, 8 y media a.m.
del Poder Ejecutivo
y MinIstro
de Guerra.
Quito.
"Es preciso poner en conocimIento de ustedes que nuestra detención
agur es tan pellgrosa para 105 prisioneros Como para la tropa; y estimamos conveniente que ordene nuestro avance.
Los pueblos de estos con-
--146tornos se han apercibido de que se trata hacer regresar los prisioneros v
no respondemos de la tropa si se dicta esa orden, puesto que hay causa
común con esos pueblos.
Por otra parte, la marcha á Quito se hará coa
prudencia y respondemos de entregar á los prisioneros sin novedad. Nos
permitimos. hacer estas reflexioness que ojalá tengan acogida para evitar
más tarde male¡¡ irremediables.
"Atentos
servidores,
Coroneles Sierra y Andrade."
La cobarde y v¡j concesión de la sangre de mi padre y de sus des·
graciados compañeros la confirmación del crimen oficial consta, en este,
telegrama de Freile Z.
"Quito, á 27 de Enero de 1912.-Hora
"Señores
Coroneles
Sierra
de depósito, 9 y 30 a. m.
y Andrade,
"Alam¡1.
HA pesar de que el Gobierno ha creido indispensable el regreso de
los prisionero61 á Guayaquil, tanto porque ese es el lugar de su juzgamiento, cuanto porque es preciso salvar á toda costa su vida, y ya Que el regreso les coloca, talvcz, en mayores riesgos, el Gobierno dec'lina en ustedes toda responsabilidad en vista de su ofrecimiento .absoluto de .que hará.n la entrega de ellos cn el Pan6ptico, sin novedad.
En este concepto
pueden avanzar, tomando todas las medidas de prudencia que su ilustración les aconsejl~.
Al avanzar darán ustedes cuenta reservadamente
del
dra y la hora de entrada aqur, á. fin de emplear por 'huestra parte las providencias que sean posibles para asegurarles la vida poniéndonos' previamente de acuerdo, para lo cual deben hacer alto en un lugar adecuado.
".Atentos.
El Encargado
del Poder
CARLOS FREILE
Ejecutivo.
Z.
J. F. lritriago,
Ministro
de Hacienda.
,
Encargado
del Despacho de Guerra."
Ordenando el avance á Quito acatando la criminal desobediencia.. d3
un jefe militar subalterno, el Gobierno confirm6 la sentencia de muerte
de los prisioneros.
Pudo trasladarlos á cualquier otro lugar de ia lrnea
del ferrocarril ó insistir, en que regresaran á Guayaquil; pero era necesario llenar todos los númueros del sangriento programa, y el Gobierno
se allanó á. todas las exigencias de los victimarios.
El Coronel Luis Cabrera alegó también que no habra trenes para ·la contramarcha á Guaya·
quil '1 esto no cs exacto, pues en el mismo Manifiesto consta Que dos
horas después salieron trenes con' batallones.
-147En cuanto á Sierra, lo cierto es que di6 término brillante á la famosa
concepción de Plaza de enviar los presos al degolladero de Quito.
A
esta fúuebre concepción, oficialmente se le di6 esta forma.
Habla el
. Secretario P~ivado del Presidente de la República en el Manifiesto oficial:
,
"El General Navarro y el General Plaza dieron cuenta al Ejeeutivo
"de este hecho (la muerte de Montero), que no se puede dejar de califica1~
"como horriblemente
bárbaro, y para poner á cubierto á los demás prl"sioneros de ia furia del pueblo, excitado con los despojos de la primera
"vfctima, acordaron sacarlos de Guayaquil Inmedlatemente y enviarlos á
"esta ci udad (Quito).
Cosa que se ejecutó á la una de la mañana del dia
"de hoy.
"En presencia de este lance el Encargado del Poder Ejecutivo to"mando en cuenta que los pelig-i'os se volvían mayores con el paso de
"los prisioneros por todas las poblaciones del tránsito, y con la llegada
"de ellos á esta capital, dispuso que cont.inuaran en Guayaquil y comunicó
"esta disposici6n á los señores Ministros de Guerra y General Plaza sin
"que. ella se practicase."
("Conferencia
Escudero·Cabrera").
Las aut.ori.dades militares de Guayaquil aprovecharon, pues del pánico
para enviar precisamente á Quit.o á los desgraciados prisioneros y. con
ello las responsabilidades
visibles al GObierno de allá, mientras que la
!fnea telegráfica con la capital se interrumpe y Plaza parte á Manabí para
espl~rar alH impaciente, el desarrollo del drama .... ,
Continuando en el análisis del Manifiesto, vemos se dice Que el Gobierno llevó la prolijidad, para salvor la vida de los presos, al extremo de
que expusieron la suya los miembros del Gabinete y el Encargado del Ejecutivo.
Esto es una falsedad pues no solamente no expusieron sus vida,;,
sino que tampoeo nada, racional hicieron los gobernantes para proteger á
los presos como está en la conciencia pÚbllea,
Bien claro lo dice el Ge.
neral Navorra, en el telegrama dirigido de Guayaquil {t Freile Z. en 25 de
Enero, ni él ni el Gobierno pesnaban fusilar al pueblo en defensa de los
vencidos.
La soldadesca y lo que ellos llaman pueblo lo sabían, no veían
resistencia alguna para el degt1ello; las filas del "Marañ6n" se habían extendido con los paisanos que en ellas se intercalaron según consta en ~I
Manifiesto, y el crimen se cometió á mansalva una vez llue Sierra salvó
su responsabilidad entregándolos sanos y salvos en el PanÚptico.
El parte oficial del Jefe de la 1" Zona Comandante Pesantes, publicado entre los documentes justificativos del Gobierno, da la medida de laH
irrisorias que tomó el Gobierno, ante emergencia tan g-rave,
Freile 7"
y Dfaz, Intriago, Tobar y Rend6n Pémz eran los .Ministros de Estado y i\
quienes más -dil'ectamente cumplfa ocuparse de garantizar la vida de los
"resos.
-148La lectura de es,te documento pone en claro cierta reveladora actitu·j
de los señores del Gobierno para con mi padre y demás presos.
Copiaré
sólo unas pocas Hneas para que el público juzgue:
"Quito, á 1" de Febrero
"Señor
Ministro
de Guerra
"Cu'mplimos con el deber de informar
el día 28 del ~róximo pasado.
de 1912.
y Marina.
á usted de los sucesos
ocurridos
'
"Ante todo, creemos de nuestra obligación aclarar un punto por el
cual se quiere hacer recaer en el Gobierno las responsabilidades
de los
desgraciados
acontecimientos
que presenció esta Capital, en ·.!a fecha ya
Indicada.
'Nos referimos, señor, al hecho de que varias personas dicen
que debía haberse tomado providencias
para que las tropas que condueían, 106, prisioneros hubieron llegado durante la noche del 27 cuando la
ciudad no tenía conocimiento del arribo del tren que los conducía.
;'Los suscritos recibieron órdenes del señor MInlstro de Guerra, conducentes á asegurar la vida de los presos, aún á costa de las nuestras;
v
en virtud de éllas se procedió á reforzar la guardia de la Penitenciaría,
con ochenta hombres, al mando del Capitán Vela.
Aún cuando posteriormente se quiso ,reforzar más la predicha guardia, se recibió noticia de
8er esta medida innecesaria.
"
•••.............................................
De pedazo el1
-pedazo, de astilla en astflla, iban cayendo las puertas y por las roturas
penetraba el populacho, no obstante que uno de nosotros trataba de .convencerlo de "lo 1e'o de su conducta."
Al fin, cedieron todas las puertas i
entró la enorme poblada, sin que hubiera poder capaz de contenerla.
Mientras el uno presenciaba lo ya relatado y ordenaba de la ventana á
las tropas una actitud que impidiera mayores desgracias, el otro de los
suscritos hacía c,uanto le era posible para contener al pueblo que instigado
por personas bien conocidas, trataba de avasallarlo todo.
Ante actitud
tan amenazante, el Regimiento No. 4, Batallones "Quito" y 82 Y Secci.,nes de Policía, recibieron orden de rodear las murallas del edificio y repeler' por la fuerza el avance del tumulto; pero todo fué Imposible, pues en
ese momento circuló el rumor de que los prisioreros se escapaban por la
-149-
parte posterior del edificio, noticia que, poniendo al pueblo delirante
de
indignación y de venganza, hízole acudir á las murallas posteriores, inva ..
diendo por ellas el interior del Presidio.
Ni súplicas, ni amenazas, fu.>ron suficientes 'para contener al pueblo que, rompiendo las Ilneas formadas por la tropa, penetró también por las ya deshechas puertas.
"Por todo lo expuesto, cumpliendo con un deber de justicia, nos apre·
suramos á manifestar á usted que estamos convencidos de que el Gobierno no pudo tomar mejores providencias para garantizar
la vida de
los prisioneros.
A.
PESANTES
C.
L. A. FERNANDEZ."
Véase que ningún Ministro menos Freile tuvieron ocasión de exponer
su vida en defensa de los prisioneros.
Ochenta hombres guardaban el
Pauóptico, y cuando alguien quiso reforzar esta guardia, se recibi6 noticia (j!) de que era innecesario.
El Comandante Pesan te s dice que r~
cllJ~(¡ orden de salvar la vida de los presos alín á costa de la suya, pero
tal vez de cobarde antes que perverso. cuando refiere que caían las puertrui en pedazos y aÚn eIl astillas. limitó su actuación á convencer á la
sold¡trllesca y al populacho desbordado lo feo de su procedimi.ento!
.
Más adelante dice que ni súplicas ni amenazas pudieron contener al pu'~blo.
No existió, pues, ninguna medida enérgica, ningún empleo de la
fuerza, ninguna defensa con carácter de eficaz para evitar el crimen. Los
ochenta hombres de guardia fraternizaron
con los qne veníu.n al asalto:
no hubo de éstos ni un herido, ni un rechazado.
Los que. debían morir
,defendiendo á los presos y á' sus antiguos jefes. suplicaron á la fiera y
cuando más la amenazaron; la fiera que sabía lo que valían. ellas y que no
se cumpliría la amenaza, tampoco cedió á la súplica.
Eso~ cobardes vieron sacrificar fríamente al anciano venerable que tantos: beneficios les
había hecho, y dejaron cumpllr buenamente la consigna de sangre.
Todo el día duró el festín de caníbales y el Gobierno nada hizo pardo
evitar la profanación de la humanidad y la civilización.
Las tropas -.presenciaban esas profanaclones al'lTla al brazo, ó tomaban parte en ellas; ¡'.
el Gobierno se cruzaba de brazos ó sonreía á socapa con los triunfos de
la con6tltuclonalidad.
El Arzobispo González
barbarie con SU8 proclamas
ca Nacional," calumniando
salió después junto con' el
Suárez, que también preparó estos actos do
como miembro de la llamada ".Junta Patriótien ellas los propósitos políticos de mi padn~
Obispo Riera cuando ya se habla consumado
-1 5()-ctodo; pudieron evitar
vieron encerrados.
esta negra página de nuestra -historia
y se mantu-
y avanzó la noche y aún continuaha l~ fiesta de la venganza, en contra de aquél que se habia permitido subir esa Cordlllera quince años antes
con el estandarte del progreso en la mano.
En el Ejido continuaban ardiendo los cadáveres y todo mundo 'seguia
cruzado de bl·azos.
La guarnición militar y el pueblo dormian el sueño
del justo.
Al dla siguiente toda la prensa oficial y también la consen3.dora, anotaban la "virilidad del pueblo," "la buena naturaleza del pueblo"
.... "justicia popular," "justicia divina," "venganza justa," "altivez patriótica." y para atenuar el atentado, nuevas calumni¡ls, nuevos insultos á
las vlctimas.
En Francia asesinaron y bebieron sangre ahora, tiempos,
y en Lima colgaron durante una refriega á unos sefiores Gutiérrez de antecedentes dudosos.
Luego merecemos elogio por haber descuartizado
á seis Generales: el uno patricio distinguido, y 10B demás todos hombres
de bien.
En el centro del Africa comlan carne humana; luego debemos ser
aplaudidos. por haber chupado la sangre del fundador del liberalismo en el
Ecuador_
En otras épocas y en otros paIses se han cometido y aún se
cometerán grandes y espeluznantes crlmenes, luego e-n el Eeuador debemos también cometerlos sin que nadie pueda reprobárnoslo.
Esta es ]a
lógica para ciertos escritores que paga e] Gobierno liberal y que pagaD los
frailes.
Esta es la única defensa del pals, hecha por estos diarios.
Y
si no. regi~trense sus colecciones.
Sin embargo, estos papeles sólo representan circulos polrticos
nal~stas, pues Plaza, Freile y ciertos frailes no son partido.
,
perso-
i
, Y yo ;¡ierO. el prime 1'0, que de estos horrorosos atentados se pueda
hacer acusaci,pn á ninguna respetable agrupación polftica.
Aquello de
que fueron súJ\o los conservadores
no puede pasar de ser un ardid políti·
co para salvar\ una. situaci'ún de momento.'
Los conservadores del Ecuador no están r¡epresentados por los quiteños q'ue ?ieron el festín de canfbales.
Tamp1)co han podido violar capitulaciones,
disponer de tropas,
a~toridades, tyenes y telégrafos; para apresa¡' y conducir, 'ó defender pri¡¡IOneros.
"
,. "
"
,:tpJá,za que mal¡ejaba las cosas desde Guayaquil, actÚa, en el Ecuador
-a( menos, como radical; y en el personal del Gobierno de Quito la gran
mayoría era de liberales definidos.
No son, pues, sólo conservadores, sino que existieron dirigentes liberajes en el desarrollo y éxito de ]a trama.
Líbreme Dios de defenderlos!
. , ... pero ,el esclarecimiento
de este crimen debe hacerse sin dejars'3ofuscar de la pasión poHtica, porque asl ]0 exigen ]a justicia y los propios
-161intereses de los victimados.
que el honrado esclarecimiento
Debe procederse
de los hechos.
en todo sin otro objetiv')
Termino, por hoy, este alegato, presentado con la sola ambición ge con··
tribu!r á dar luz á la opinión pública y también en defensa del Pueblo
Ecuatoriano á. quien las mismas
autoridades del Ecuador
sindican del
crimen.
Ya sea llo~:, ya sea mañana, esa opinión y ese pueblo tendrán que pronunciarse al respecto, y no sobre fórmulas de juicios, instruídos, juzgados
y sentenciados por los propios asesinos y sus acólitos. sino por sentellci.l
de un jurado en Que la .imparclalidad de los jueces, sea aceptada por los
amigos de las v!nilmas.
Un crimen como éste, que por lo tremendo es
excepcional requiere un jurado excepcionaL'
Si éste se sometiera ¡~un Congreso Ó Corte donde predominara la poHtica, ya veriamos á Freile Z. ó á las conservadores de Quito responsable~
por el asesinato de Montero ocurrido en Guayaquil, por ejemplo
.
y la justicia y la limpia historia del pais continuarían infamadas con bGneficio de unas (locas personas.
y ya no queda la menor duda de qUIenes son ellas. el mismo General
Andrade, Jefe del Estado Mayor del Ejército que vino' ¡~Guayaquil CO'l
Plaza á la cabeza, también las señala con lealtad y valor Que le honrun,
virtudes que le han valido la suerte de los otros Generales.
Este notabl(J
liberal no comulgó con tanto infamia; hacía sombra á Plaza y murió también asesinado.
Tiene la palabra el General Andrade en carta á un amigo, publicad:!
en "ill Grito del Pueblo," número 214:
"Quito, Febrero
17 de 1912.
:'Posterlormente,
tÍl- subes cómo traté á mi pobre camarada Torres y
"á todos nuestros correllgionarios vencidos en Hul¡{ra y Yaguachl, y sin
"duda tú y tus amigos están convencidos que si hubiera dominado yo la
"situación mllitar de Guayaquil. el compromiso de Durán se hubiera cum"plido pese á quien le pesare, y los liberales no habríamos tenido que la"mentarnos de esta como orfandad politica en que nos hallamos
.
'\.
"Est{) supuesto, respondo sin vacilaci6n á los puntos acerca de los
"~uales tus amigos desean una aclaración concreta mía: los asesinatos de
3ii.NC~)
fY-
l:',
:'~::i-·tJBIrct.
GIRUOTECII LUI', .. " H,;' L':'<1f. ·'ri'·'
CATALOGACFli'
"nuestros Generales constituyen uno de tantos crfmenes horribles que la
"Historla registra y que sólo ella castiga: mi opinión formada ya, es que
"ese crimen fué "crimen de liberales" de espada, mAs bien que de bastón
"de mando y su descrubrlmlento y el castigo de los delincuentes serta la
"cafda inmediata. y justa del Partido Liberal por corrompido y por ipc4fame. H
JULIO
ANDRADE."
Ellta directa y concreta acusación de parte del oficial mAs serio ~
respetado de su Ejército, cae como un rayo sobre el General Leonidas
Ante ella no hay rodeos posibles.
Plaza Gutiérrez.
Sentimos eso sí, no estar de acuerdo con la opinión del General Andrade, de que con el castigo de Plaza caería inmediatamente
el pl\:rtid,)
Liberal.
Precisamente, el no administrar justicia ante un crimen por el mundo entero conocido, será lo que pueda producir su caída y con deshonor.
También á los hombres de "bastón de mando" les ha tocado dejarse
embarrar, aunque tristemente,
ellos también figuran en la historia del
horrendo atentado,
Ante el cúmulo de pruebas expuestas en el curso de este escrito y
proporcionadas sólo por los mismos funcionarios que formaban entonces
el Gobierno del Ecuador, ratlfícome en mi manifiesto anterior acusando
del salvaje asesinato perpetrado en la persona de mi padre, en primer lugar, al General Leónidas Plaza Gutiérrez; en segundo lugar al doctor Carlos Freile Zaldumbide, y en tercera lugar á los Ministros de Estado Juan
.Franclsco Navarro, -Octavio Díaz, y demás colegas.
Panamá,
Marzo de 1912.
OLMEDO
ALFARO ..
POST·SCRIPTUM:
DECLARACIONES
DE
LEONIDAS
PLAZA
GUTIERREZ.
Recuerde el' lector que en el parte oficial sobre los crimenes, que
pasa el Intendente de Policía de Quito hace notar que de la llegada secreta á Quito de los presos se informó el populacho. "sobre todo desde
-153que, según lo supo al día siguiente, un muchacho que repartia Invitacio.
nes del "Comité Patriót!co Nacional" decía al entregarlas "esta noche llegan los cabecillas." "
Los amigos de Plaza en Quito secundaban
positos de su Jefe:
pues, abiertamente
106
pr0"
"Gral. Plaza.-Guayaquil.
"Ámigos y compatriotas creemos absolutamente imposible la libertad
"de Eloy AlCaro ni sus cómplices POI¡' ninguna causa, so pena de la ruina
"de la Patria.
"La opinión es completamente unUlllme de que presos sean juzgados
"sentenciados con estricta sujeción á las leyes,
Proyecto de libertad ha
"causado gran excitación que puede tener' funestfsimus consecuencias.
"Lino Cárdenas, Manuel R. Baralezo, César Enríquez, Manuel Eduardo
Escudero, Vlrgillo Cajas, Luis Callxto M .. Y C. Valencia P., Max. Valenda L., Leoncio 'G. Patiño, Leonidas Garcra, José M. Suárez, Alberto Larrea, M. A. Salgado, R. del Hierro, Alejandro Mosquera Narváez, A. Carrera A1ldrade, Gabriel Gómez de la Torre".
"Guayaquil, 23 de Enero.
Señor Lino Cárdenas y demás firmantes:
No comprendo la Indignación de los ciudadanos' de esa Capital, por
el hecho de haber expresado honradamente mi opinión respecto al cumplimiento de una capitulación que se imponía entonces
para terminar
esta
guerra rápidamente. evitando así que nuestro bravo ejército fuese diezmado por la fiebre amarilla que grasa en estas comarcas. Como no nacf para.
verdugo, mañana mismo declinaré el mando del ejército para que venga ~
reemplazarme quien se atreva a. llevar a. estos desgraclad08 General_
•
esa Capital, con el prop6slto de que corran la misma suerte del ¡nfortuna-
-164do Qulrola. (*) Llevando á. los prisioneros á Quito se va á infringir la Con,sOtución que ordena 110 distraer á los delincuentes de sus Jueces naturales.
Soy de ustedes
respetuoso
compatriota,
. L. Plaza G,"
El ptincipio de este telegrama de Plaza conticne
palabl'as, palabras
para la publicidad y exportación,
que "I10 ha nacido para verdugo", que
"mañana mismo declinará el mando del Ejér~ito", que "debe cumplirse la
capitulación". El cOllocido comediante ni cumplió la capitulación, ni declinó el mando del 'Ejército, ni podrá escapar al fallo de la posteridad por
más que trate de engañar á la actual generación.
Cuando sí dice Plaza una verdad de á folio; cuando por su propia mano firma la indeleble frase con que hoy la justicia lo sentencia, es al escribir "que venga á reelnplazarme quien se atreva á llevar á estos desgnciados Generales á la capital, con el propósito de que corran la misma suerte del infortunado Qulrola."
Plaza condenéi á Plaza. El mismo los mandó y se fué á Manabt
no 011'hablar más del asunto que quedaba de hecho liquidadO.
Deseara saber, cómo
aludido con el siguiente:
hermana
el moderno
para
Maquiavelo el telegrama
-"Gonzálo S, Córdoba,
Quito.
N. del A.
(") Ya sabemos que don Luis Quirola, amigo personal y poHtlco' del
doctor Emilio María 'l'erán, lo mató en pleno dia en la ciudad de Quité) .
por causas íntimas, .Y se encontraba
preso en el Panóptico cuando una
turba de los pr6ceres del 11 de Agosto de 1911 se constituyó eu dicha prisión y lo asesinó, mutiló su cadáver, lo arrastró, cte., etc.
Plaza no podía, pues, poner un ejemplo más caracterfl?tico de la situaci6n de' los prisioneros al enviarlos á Quito. Ni tampoco podía ]Jrofeti..
zar mejor, el modus operandl: guardia que no defiende á los presos, chus
ma armada de asesinos, asesinato, arrastre,mutilación,
impunidad, Freile
en el Gobierno, "te., etc. Todo pasó idéntico; tal como Plaza lo. había pronosticado,
-155-Los conservadores diz que están explotando la
quil para llevar el agua ti. SU!! molinos. No los dejen
Hágales saber que los prisioneros á quienes ellos
bien seguros y que irán á Quito, tal y corno lo ha
La justicia cumplirá su deber.
capitulación de Guayaen esa labor jesuítica.
tanto
temieron estin
ordenado el Goblern'l.
L. Plaza
Al enviarlos, pues, á Quito, los envió
gfm· propia confesión.
a
G."
seguir la suerte do Quirola,
I!l"l-
Primero sindicaron á Freile por el envío y quedó establecido, que las
órdenes actualmente vir;ehtes eran de (IUe "la justicia cumpla su deber"
en Guayaquil conforme á la ley y no en Quito como lo deja entender Plaza, ~uien los envió por propia iniciativa. Ahora sindicará de e\lo. á Nav:l,1'1'0; pero todos conocemos lo que valian ante Plaza la autoridad
de ambos
instrumentos.
Tampoco los señores
del telegrama
se defiende Plaza anticipadaménte?
COMUNICACIONES
OFICIALES
hablan del envío á
SOBRE
EL
CONSEJO
Quito, porque
DE GUERRA.
Por telegrama enviado de Guayaquil el 25 de Enero, el Ministro d2
Guerra Gene¡'al Navarro comunica al Gobierno de Quito que conforme
lÍ.
sus órdenes de que los presos sean juzgados en Guayaquil, el General e'1
Jefe Plaza ha procedido á decretar su juzgamiellto
alli, nombró jueces.
etc.
y por el sIguiente telegrama
nos informa Plaza que el elegido para
Presidente del Consejo de Guerra, fué el Coronel Alejandro Sierra,
"Presidente
Y Ministros.
Quito.
Reunido el Consejo de Uuerra bajo la Presidencia del Coronel Sierra,
para juzgar al traidor Montero, lo sentenció á degradación y reclusión mayor. Leida la sentencia, el pueblo la desaprobó y se lanzó sobre el desgraciado Montero, y lo ultimó á balazos, arrojando el cadáver por los balcones
de la Gobernación á la calle.
Este acto de Justicia popular, cruel y bárbaro, ha calmado al pueblo. Los demás prisioneros están sin novedad y 8.
cumplirán con ellos las 6rdenes de usted.
Su afectfsimo.
iU General en Jefe,
L. Plaza
G."
-156~IRCULAR.
"Gobernadores,
Jefes de Zona, Delegados
Mil1tares.
Reunido el Consejo de Guerra para juzgar al traidor Montero, 10 sentenció Si degradación, expulsión del Ejército y 1~ años de reclllsión .mayor,
Oída que fué la sentencia por el pueblo, forzó las puertas y lo ultimó á bao
laz08, Acto de justicia popular, pero bárbaro y cruel. Después del desgra·
ciado acontecimiento el pueblo se ha calmado,
Los Generales
Eloy, Medardo y Flavio Alfaro y el General PAez están sin novedad.
Publique.
L. Plaza G."
Ninguno mejor que Sierra para el resultado que se buscaba.
El Coronel Alejandro Sierra es un hombre del todo oscuro, sin ningu·
na preparación ni civil ni militar, ignomnte de cosas elementales, mal se
le puede exigir que conozca ó sepa leer un Código de Legislación Militar.
Esta fué, pues, ]a notabilidad escogida por Plaza para presidir y dirigir el Consejo de Guerra m{ls importante que cllentan ]05 anales del país,
A cinco Generales debía juzgar Sierra y entl"l~ellos al ex-Presidente Eloy
M~
..
Para esta iniportante sesión, escogió Plaza lJl'ecisamente el más igno·
rante é irrrt;lsponsab]e de entre los Generales y Coroneles que se encontrabarl alH. Los Genera]es
Andrade
y
Treviño
por qué no presi(Han?
Plaza no buscaba sino un buen instrumento .. ,'. y Sierra se deselUpertó a maravilla ..... El Cons~jo de Guerra terminó
por· el asesinato'
y
descuartizamiento
del General Montero en lo cual tomaron
parte principa]mente los militares del batallón "Muraílón", cuerpo del cual Sierra era
el Jefe .. ,Y como nueva prueba de confianza se le encomendó al tal Sierra
]a conducción á. Quito "de cualquier suerte que fuera" de ]05 Generales
prisioneros, ]of. cua]cs fueron escoltados
por el mismo batallón ;'Mara.
ñón" que apcnas tel'lnillaba en estos momentos' las faenas «;le descuarti·zar el cuerpo de l\lontero .. ", También en esta cOlI\isió!l cumplió SierrH.
con ]0 que é] también llama 6rdenes imperativas, ~' desobedeciend'J á t.odo mundo ]Jegó á Quito á las doce del dia domingo, ... cuando miles de
personas bajaban rt la l<:staci6n de] FCl"l'ocal'l'il á recibir ií. tres batallones
de voluntarios que llegaban, ..... Siel'l'a, el escogido pOI' e] General en J efe Plaza, cumplió. pues, como bueno; pues el linchamiento
se produjo en
seguida comO .cra natural.
Plaza establece también en ]o.s referidos telegramas, después de sin.
dicar al pueblo .de uuayaquil de] aseSinato de Montero, que ]05 "demás pr!.
~16'l¡lioneros están sin novedad", que "después del desgraciado acontecimiento
pueblo tlC ha calmado", "que los Generales Eloy, l\1edardo y }<'lavio Alfaro estAn sin novedad", lo cual 110 es compatible con su excusa de haber,
los enviado á Quito para evitar
que 106 guayaquilefios
continuaran
S'l
el
tarea.
También de Quito ayudaban á Sierra al buen desempeño, Y le envialJau
telegramas
pidiendo sangre
y haciéndolos
firmal' por los parien-
,"
tes.
Copiamos:
"RI1 Quito se ha realizado una serie de mitins, para obtener del (iobierno el castigo de los trastornadores
del orden.
\
"El Coronel Sierra, Jefe de la Zona, recibió el siguiente telegrama:
"Quito 25,
"Señor Coronel Alejandro
Sierra:
"Pueblo airado. como nunca, se ha visto contra infames tl'aidGl'ctl POI'
derramalniento sangre ecuatoriana.
"Estoy completamente flatisfecha de que tÚ los custodics pues asf su·
frirán la sanción legal que el Ecuador entero reclama para {¡ue no puedalJ,
como después del once de Agosto. ir á pasearse on playas cxtranjenl.!l,
después de haber cometido toda clase de crímenes.
"Ri por desgracia, no sufrie'ran el condigno catltígo los criminales de
lesa patria, las maldiciones de los ecuatorianos recaerán,
personalmente.
sobre quienes cooperen á la libertad de lo's traidores.
"Aunque inútil recomendarte estricto cumplimiento del deber, pOi'qUB
todos lo conocon, te recomiendo especialmente.
"Saludos de mi familia Y todos los quiteños.
"Mariana
CONFERENCIA
(Del Manifiesto
ENTRE
á la Naci6n.)
EL
CORONI:::L
SIERRA.
CAEHlERA
de Sierr<!."-
y CORONEl-.
,-'1
( Riobamba--Alausi.}
Esta conferencia establece que el mismo 26 de Enero mientI'as el Coronel Sierra teiegrafiaba á Freile. que 111 perfllanp.cer allí ú regresar ¡¡ Gu::t-
-158yaqui! peligraría la vida de los presos, por otra parte dejaba saber á C'l.brera que no habl'ían dific'ultades en llenar los deseos del Gobierno; qu~
podía proceder, y que respecto á la protección de la vida de los presos n.
abrigaba temor. Qué significan estas contradicciones ':
También hace saber Sierra á Cabrera que en Guayaquil recibió orde •.!.
de llevar los presos á Quito de cualquier suerte que fuera, y esto explica.
todas las mentiras y patrañas de que se sel'Vía Sierra para cumplir esta
Ol'dell- imperati va.
Copiamos:
"Enero 26 de 1912.-6
"Cabrera.
- ..
Y media p. m. (y hora posterior.)
~..
Buenas noches, Coronel. Le di¡'igf un telegrama con la orden termi •.
.nante del Gobierno, de no' continuar avanzando y que espere ahí órdenes.
;Se trata de que los presos vuelvan á GulÍyaquil, pero como usted ha maui.
festado el peligro de que el "Marañón" acometa contra ellos, el Gobierno
piensa en mandar otro Cuerpo á relevar aquél. Estoy buscando ese Cuel'o
po y creo que será el "16 dI! Latacunga". Qué le parece la medida? ¿Aceptará el "l\:Ia~añón" que lo reemplacen?'
Dígame su Opillióll ·con franqueza,
para informar en elacto~á Quito. Espero su respuesta:
"Sler~a.-Buenas
noches, Coronel Cabrel'a. COII algunas dificultades
·de la Hnea del ferrocarril he arribado á este lugar;
yo encuéntrome bastante enfermo, como la mayor parte de la tropa y todos están dessepera,dos por llegar á Quito, pues estos soldados están muy cansados por las fa.
tigas que han tenido en Guayaquil, con recargo de sel'Vicio, y es preciso se
'des dé descanso á fin de que ¡'establezcan su salud. Respecto á las disposi.
eiónes del Gobierno, con e} fiu de que regresen á Guayaqull los presos po..
Uticos,esperaré que, tanto para mí, como para el batallón, se mande el relevo correspondiente lo más pronto posible. En Guayaquil recibf la orden del
sefior Ministro .~e Guerra para que los conduj~ra á la Capital á estos señ'l'
res, de cualquiera suerte que fuera; pero como el Gobierno ordena lo con.trario, espero· aquí nue'/asórdenes.
Con respecto á la pregunta que usted'
me bace de si puede' mandar un batallón para relevar el mio, con el fin de
que se haga cargo de los presos, puede usted mandar cuanto antes ese batallón: juzgo que no habrá dificultad alguna. Me despido de usted afect[sima.
"Cabrera.-Querido
Coronel: sírvase
ordenar que el tren que lo l1a
traído á Alausí se estacione allí enteramente á sus 6rednes; y por resolu.
ción del GObiernQ, le comunico que, en caso de ataque á los prisioneros,
procure usted hacerlos (~scaI5ar en la máquina hacia donde usted juzgue
conveniente, con la respectiva guardia.
Es casi seguro que mañana estar;i.
-159aJU el Cuerpo que' debe reemplazarle; pero, en todo caso, el Gobierno ordena que usted permanezca allí con su encomienda hasta recibir nncvas ór
denes, adoptando todas las medidas posibles para protp.¡z;cr y asegurar los
presoS, Su Cuerpo scguir<1 á Quito, mi Coronel, donde le espera una entrada
triunfal, como la que ha hecho hoy el 83.
"Buenas noches, mi Coronel, Y mai'iana le daré noticias.
bres de presos que trae para comunicar á Quito.
Déme nom-
"Sierra.-Los
tres Alfaros, Eloy, Medarrlo Y Flavio; Páez y Serrano,
Coral Y Saona. Respecto á lo que usted me dice no tenga usted cuidado.
Hasta mañana espero sus órdenes."
"Cabrera.-Buenas
PROFECIA
noches. "
CUMPLlDA.-ENTRE
CO\..EGAS, SE ENTIENDEN.
"Telegrama
de Manta, Enero 30.
"Miguel Valverde.
"Correspondo
agradecido
su felicitación
por los triunfos obtenidos
:1)01'
"las armas constitucionales.
"Creo como usted que ha llegado la hora de la reacción salud¡¡blc Y
"que todos los li'berales de buena voluntad deben aunar sus esfuerzos á fit1,
"de evitar nuevas afrentosas caídas.
está rcve"El hecho de haber caído prisioneros todos los cabecillas.
"Iando que una justicia superior va á destruir el mal de manera radical y
"para siempre.
"Le anticipo un abrazo que se lo renovaré
pronto.
"\... Plaza G."
Cumplida ya la profecía de Plaza de que el mal sería destruido de manera radical Y para siempre; su confidente Miguel Valverde, jefe autorizado del placismo, se expres6 de la siguiente manera en "El Globo" de Babtl\
de Caraquez.
"Los diarios chilenos, argentinos Y' peruanos, dice, contienen articulos
"violentos contra el pueblO ecuatoriano, al que pinlfln cual horda de canf.
"bales. con Jnoti.vo de las últimas ejecuciones populares verificadas en Glla"yaquil y en quito.
-160"Quienes de tal manera escriben ignoran seguramente el estado de la
'''cuestión, y, por las muestras. pertenecen á lo que pudiera clasificarse
«dentro del grupo más co~ún de nuestra especie, pero sea como quiera
"esos censores es.tán equivocados.
"y están equivocados, no porque el hombre, llámeSe multitud 6 llámese
~'individuo, no sea en el Ecuador como en Siberla una bestia feroz mal a.
«manzada. sino porque las mucbedumbres de Quito y Guayaquil hicieron
"bien cuando dieron muerte á Eloy Alfaro, á Flavio E. Alfaro y á Pedro J.
Montero ... , .....
"
SUS
Este desgraciado
colegas.
estaba, pues, dentro de un mismo orden de ideas que
POR LAS DEMAS VICTIMAS,
LOS VERDADEROS TRAIDORES.
'En los documentos de origen oficial
'Tatorias sobre los asesinatos de Enero,
enemigos del pueblo, ¡nfractores de la
por Plaza, Freile y colegas en contra de
mAs v~ctimas de aquellos funcionarios.
que cito en mis expOSICIOnesaclacampean las palabras, ,"traidores.
Constitución",
etc., enderezadas
los desgraciados Generales y de.
Más de un lector
americano á quien llegan los diarios palaciegos
da
donde he tomado dichos documentos
y los cablegramas capciosos
que
al respeéto se distrilJuyen de Guayaquil para desvirtuar la opinión pública.
extranjera., terminará por creer que en efecto esos respetables liberales
no pasan de ser una chusma de traidores y que en cambio Plaza, Freile "
colegas son 'los repJ~esentantes de la lealtad y el honor en. el . Continente
. Americano.
No defiendo á mi padre, no lo necesita.
,~ocupa. cón honor largas páginas de la Historia
Además, todo mundo sabe que tanto á Plaza
ciuda.da.nos hasta Jefes del Ei¡ltado y que sin
Sus calumnias no lo alcanzan.
Es generalmente
conocido.y
contemporánea de su Patria.
como á Freile los hizo desde
él aIl( estarfan en el montón.
Pero si es preciso que se, sepa) mientras que sus allegados y amlgoa
10 hagan con mayor detención, que precisamente los "traidores" son hombres de honor y de. valer. Son siete de los quince GeJ?-erales que habla en el
Ecuador.
-161'-
El General Pedro Montero. el más insultado, tendría el último año su
debilidad, pero cuenta en cambio con sus buenos laureles cosechados en el
campo de la lealtad, no durante tal ó cual época, sino durante
toda su
existencia de hombre incorrUptlple y valeroso.
El General Medardo Alfar¿, ni siquiera tomó armas contra Frelle y
Plaza. A dónde la traición? Cuando el General Eloy Alfaro combatia uno
COntra ciento por Implantar en el Ecuador la idea liberal; BUS hermanos
eran los primeros en compartir con él sus sacrificios y derrotas. Como to-do hombre tendrá muchos defectos, pero nunca pisó el terreno de la deslealtad ó la traición.
El General Flavio Alfaro no estaba en servICIo activo, ni tenfa com··
promiso alguno con los traidores de Agosto! Contaba con numerosos partidarios y no estaba obligado á. aceptar la infalibilidad de la Candidatura
Plaza.. Prueba de ello lo poderoso de la revolución, la cual como en tod!i
guerra, para que triunfe, era preciSO de que fuera acompañada de una bue·
na poHtica. De otra manera habrían
triunfado y Montero y Flavio Alfaro
vencedores hoy, no los lIamarfan ya traidores, sino heroicos Gener:!les.
ctc., etc.
El General Ulplallo Páez, su actuación el 11 de Agosto puede servir
de ejemplo á nuestra milicia. Cuando la traición venc[a por doquiera, Pác7.
fué el único General que tiró su espada en defensa del Gobierno y de su
Jefe prisionero.
Ultimamente fué á Guayaquil creyendo que el General
Eloy Alfaro tomaba parte en la revolución y como viese que permanecía :.1'
lejado, él también se abstuvo de mezclarse. A Quién traicionó? A dónde su
deslealtad?
El General Manuel Serrano, liberal r otable, excelente amigo y acaud:1."
lado propietario. No tom6 parte alguna en la revolución, y si lo tomaroll
preso y lo enviaron al sacrificio tal vez fué por continuar leal en su amistad personal para con sus antiguos compañeros de Gobierno. Su prisi6n
como la de Páez es una doble felonía de Plaza.
A los señores Belisarlo Torres y Luclano Coral no se les puede tacha~'
de desleales á nada, ni á nadie. Tomaron parte en una revolución, como lo
ha hecho Plaza, toda su vida en Centro América y el Ecuador!
Como lo
hizo Freile Zaldumbide el 11 de Agosto! Fracasaron, he all1 el crimen!
Tampoco el Ejército
miles de voluntarios
bierno.
revolucionario estaba compuesto de traidores. Esos
no tenfan nada que ver con el llamado Go·
En cambio. los verdaderos traidores formaban al otro lado. AlU vemos
á Plaza mandando unidades mlJltares de los del glorioso once de Agosto. y
eonf\rmados en el no menos glorIoso cinco de Marzo ... Aliado con 108 go-
-162dos bajó Plaza á combatir á un Ejército
traición? Cuáles los tra.idores?
netamente
radical. .. En
dónde
a
Si traición lIan:an el -movimiento de Montera en beneficio de la Candidatura }<'lavio,mayor traición engcndra el movimiento del ueneral en Jef:3
del Ejército Leonidas Plaza el cinco de Marzo en beneficio propio.
A este respecto s!-Iremos más extensos
para que el público juzgue la
personalidad moral de los detractores de las v\ctimas nombradas.
Después de la horrible m-asacre de Enero, ejecutada con el especioso
pretexto de castiga)' á los infractores
de la Constitución, se reanudó
la
discusión electoral, campo abierto á las ambicione8 de los héores del 11 de
A~o¿to de ]911 y del :?ii y -,~ de 1',](,1'0 de 1912. La lógica de las coalicion~l:!l:f' i~;lla] ell :.,dos los paises, y su término
idéntico en todas las épocas.
Cardo E-lfuerte ~obrcvi(,l¡(, la división y la lucha entre los coaligado",. disPUlálldo6E: los despojo~ del vencido. La coalición de los asesinos de mi padrE' y de ot.ros esclarecidos liberales, no podla ser excepción de la regla; y
surgieron tres candidatos á la presidencia de la República. El General Plaza crelase llamado al poder por derecho indiscutible y ya librado de Cen~·
rales adversos se volvió contra SIlS competidores y los miró como á reos de
usurpación. Los diarios placistas, como "El Grito del Pueblo", con la mayor
desfachatez decían que ya ni debía discutirse la elección presidencial. puesto que los pueblos aclamaban al vencedor é invicto Plaza, que habla superado á todos los héroes antiguos y modernos, y era más grande que todos lol!.
estadistas y poIftieos habidos y llor haber.
En esta creeneia estaban Plaza y los suyos: cuando i"reile Zaldumbid~
á todos y á todo, también traicionaron á su homure de espada,- sin ningún movimiento. Vieron que con el felón conocido no medra·rían, y prefirieron romper' COIlél y declararse sus adversarios.
y lHaz, traidores
Plaza vió la traición de sus cómplices de la vis pera, y se· puso en gUill'dia. Sus -agentes principiaron á echarle á ' Freile Z., puñados de la sángre
coagulada de los trágicos días del 25 y 28 de Enero. "El urito del Pueblo"_
en especial. publicó acusaciones directas y bruscos ataques contra I<'reile
Z. y su gobierno, )lOI' los crímenes de Bllero: Díaz y F'relle Z., á su vez, rechazaron el golpe: y, cobardes como son, advirtien(lo que no trataban de
hacer recaer responsabilidades,
publicaron su Manifiesto
"A la Nación"
que contiene las más t.ren}endas acusaciones contra Plaza y Navarro. Es-tos se indignaron con tamaña infidcllcia y recogieron el guante.
Emperiada la lucha, Draz y Freile Z. le asestaron un golpe de muerte á
Plaza, proclamando por tercera mano, la candidatura del señor Carlos R
Tobar, otro de los coaligados contra mi padre y ¡;US amigos, el- mismo que
tan amant.e de Plaza se manifestaba en sus telegramas dp. felicitación
:1.1
vencedor de Naranjito. Freilp. Z. y DlilZ, traicionaron al Gp.neral Eloy Alfaro,
traicionaron en su época de aspirante al General Flavio Alfaro; traiciona-
-163ron al General Plaza por cuya imposición como candidato oficial se reTolucionO Montero.
y íí. todo esto, continuaban
echándose recfprocamente la culpabilidad
de los cr(menes. Habían convertido en arma de combate 108 mutilados ead¡j:'eres de las vtctlmas de Enero.
PInza, el amante apasionado del reglmen constitucional, el sostén más
firme de las.leyes y del orden, el q'ue odia y condena las revoluciones y las
dictaduras, él. que se alaba de todo esto, perdió la cartera ante la fortuna
que le volvfa las espaldas y resolvIó apoderarse del pOder por medio de un
cuartelazo. Como para apurar la situación, presentóse un tercero en dl~.
cordia, apoyado por lo granado y sensato del radicalismo; habló de la can.
didatura POPUlar del General Julio Andrade.
El partido liberal se subdividía y anarquizaba, con peligro de desaparecer, y por esto reunfanse en la capital muchos personajes liberales, el 3 d..,
Marzo, y acordaron proponer á. los candidatos, que se convocara una Asamblea de liberales, para que ésta, por votollbre, designara el candidato d~l
partido. La medida no podia ser más acertada ni más patri6tica.
pues d71
haberse aceptado, se hubiera unificado el partido y colocádose en actitud
de sostener su bandera enarbolada contra sus tradicionales enemigos. To·
bar y Andrade aceptaron gustosos; pero no asl Plaza. l<Jste rechazó el avenimiento y se aprfJsuró á dar aviso á sus amigos, por medio de una circular.
Ya no quedaba más puerta de entrada que el proyectado ~uartelazo. Se
tenia por ¡dolo del Pueblo y el Ejército y no trepidó en dar el escándalo y
contradecir con hechos su antigua comedia. m apocado y rldfculo gobierno
de Freile Z. vi6 venir el toro y no se atrevió á capearlo. Entretúvose fln
qulsicosas indecorosas y necias con el piacista General Navarro, y sólo
á última hora pidióle apoyo al General Andrade.
Nombrado éste Ministro de Estado, encaróse con Plaza y le increpó duramente su desenfrenada ambición y su sed de sangre, en los tér.mlnos si-guientes:
(Copiamos de "El Ecuatoriano",
número 2,030.)
" Ybien, General, puede usted ir á dar el cuartelazo con que anoche
"amenazó al Gobierno. Ya soy Ministro de Instrucción Pública, y por tan·
"to seré otro de sus "arrastrados"!
¿ General, no está ya Ilatisfecho con \.an"ta sa.ngre derramada en las rtltimaa batallas y con la pérdida de tantos
"ecuatorianos 'patriotas? ¿ Quiere más sangre? aquí tiene la nuestra! Ul:lted
"'fuQ la causa rtnica de la campafía pasada; bIen claro se lo dIjo á uBted el
-164"General Montero en contestación á la nota en que usted le exigia la rendi·
"ción de la plaza de Guayaquil. Su cndidatura lanzada con carácter dc im"posición y su concupiscencia de mando determinaron la rebelión del General Montero, la cual costó al país la vida de tres mil ecuatorianos.
"¿ Usted. General, quiere iniciar, una llueva éra de caudillaje;
"quiere dañar más ll,ún el Ejercito? Esto no es posible, nó!
usted
"Su puesto de lleneral en .Jefe del Ejército es incompatible
con los
"compromisos polHi<:os que ha contraído desde el instante en que aceptó
"su candidatura presidencial. Yo renuucié oportunamente el puesto de Jefe
de Estado Mayor General del Ejército, porque así me lo exigían mi llecorJ,
"mi dignidad personal y mi honradez polStíca.
"En esto el General Plaza se puso de pie, tomó su sombrero y se retiró
"diciendo: "Yo renunciaré cuando me dé la gana".
Todas las relaciones de esa áspera reprimenda
tancial, con la que hace este periódico.
están acordes en lo sus-
Plaza tampoco tuvo el valo!" de alzar el guante y llamarle al campo al
Gcueral Andrade; ni tenia. dada Sll Indole, motivos para exponer su perso·
ua en un lance, porque tenIa medios ue castigar y eliminar (t Sil adversario ..
Lleno de furor, resolvió cumplir las amenazas que había hecho á Freile
en dias anteriores, y se puso al habla con los Jefes de Cuerpo. p'reparadó
todo, renllllciaron los Ministros Navarro é Intriago, cómplices de Plaza metidos en el gabinete. Andrade tomó la dirección de los negocios y llevó el'
personal del gObierno á la Policf¡t con cuya fuerza creía contar para defeu·
del' la Constitución. del nuevo once de Agosto que le amenazaba. Apenas to·
maba algunas disposicione¡; esta.iló la bomba. Se pronunció la tropa y, á los
gritos d() viva Plaza, Ulla bala. m;ttó al General Andrade. A él solo, porque
él solo le había arrojadO á la cara de Plaza las más tremendas impreeacio,
nes. porqÚe él solo podia oponerse al cuart.elazo y derrocil,r la candidatura
, del General cm Jefe-. Mil,tar á Freile. {¡ Diuz, á 'robar, habría siuo gastar
plomo para nada. Esos infelices no mcrecian los horrores del asesinato,
v
Plaza se contentó con \)scarnecerlos,' llevándose él mismo á Freíle á su pr;pía easa, protegiéndolos dizque, aunque su protección, si hubiera sido necl~.
saria, habrfa llegado demasiado lan]e.
El "vencedOt·" de la Const'ilución paseó por las calles de Quito, toda la
noche, embriagándose con las aclamaciones y las mÚsicas de la guarni·
ción.
El golpe preparado desde algunos dias, tuvo éxito, y se contaba ya Cl)mo .Jde Supr(!mo, halagándose él mismo con la coincidencia de habEirsele
proclamadO el seis de Marzo, fecha notahlc en las efemérides del Ecuador
-165--·
Plaza aceptó la dictadura, y para obtencrla hizo la revoluci6u.
Después,
viendo qlle las uvas estaban verdes, por la negativa de Guayaquil, retroce-dió el comediante, diciendo que se hubiera suicidado untes que ser dict:t·
dor, etc. Cedo la palabra al mismo Plaza, cuya conferencia con el General
Trevlílo, publica "El Grito del Pueblo" del 6 de Marzo, órgano autorizado
del placismo militante y asesinante.
Dice us{:
"Genera} Treviño,
(;uayaquil.
La guarnición y el pueblo de Quito se p¡'onuncia en e::;te momento, de"
conociendo al Encargado del Poder Ejecutivo y sus Ministros. expresando
qlle lo hacen por cuanto traicionaban al partido liberal, entregándose eon
armas al partido conservador, Espero que el Ejército y 'pueblo de Guaya·
quil rcconocerá.n que este movimiento, incontenible y exigido por el proceder injnstlficable del doctor l"reile Zaldumbide. afianza las instit.uciones
democráticas".
Saludo,
L. Plaza "
Continúa el General Plaza:
"Buenas noche¡;, mi querido General: acabo lie arengar á las tropa>; que
e::ltán formadas en la Plaza de la Independencia.
"Hasta ayer, el Ueneral :\'U\'UlTO,el señor Jntria~o y yo llgot:<UIO::;
todos
los esfuerzos imaginables para convencer Ií don Carlos Freile de que no de'
bía traicionar al partido liberal. ni á la flcpÚblica. (sic) lle~ué á ofrccel'le
qne sirviera lie árbitro para fijal' las bases de un :lrrcglo que asegurara la
paz y el predominio del partido liberal.
Fueron los comisionados y no los
recibió, porque el PresIdente estaba en conferencias con el General i\.ndrade y el Intendente Narváez, fraguando la ruina dp-l partido liberal. en comhinación con el doctor Tobar y el partido conservador.
"En la ll1aiíana lie hoy volv! Ú conferenciar con el :Encargado del Poder
Ejecutivo, acompañado del amigo Intriago y volví ií. ser engañado. ncspnAs
(1e'qUC me ofreció tener tina conferencia COll Tobar y cor¡migo. mañana {l la::;
ocbo, reunió hoy al (;oll!,\ejo de Ministros é intimó al de la Gllena la sepa,
ración de los .Jefes de la art.iller!a UoJ(var y nílml'rO :1 y. al mism~ til'm\lo,
crdenaba allnt?lldente
Narváez armar á los ~(JII>;erva(J(}r"s
que enf J'al:>anPl"
pelotones al cuart.el de Políc{a.
"Convencidos de esta nefanda traición.
renunciaron irrevocablemente
puestos y se puso en conocimiento lid F,jéreito ¡>lpeli~ro que se corl·!a.
con la iniciaciún dfl esl' movimiento revolucionario eOIl 101' conservauori,s.
RUS
-166"Apenas recibió el Encargado las renuncias, se trasladó al cuartel
de
policra con el General Andrade. Le pedf que tuviera compasión de I~RepÚblica y le ofrecí la 3eguridad de que la paz no se alteraría, que el Ejérci.
to no harla ningún movimiento, siempre que se comprometiera á conservar
la or!1;anlzación actual de ese mismo Ejército. En este momento estaba preBente. también. el doctor Tobar. Me lo prometió; más aún, me lo juró '1 me \
pidió mandarle á su casa á los doctores Peñaherrera, Lino Cárdenas y don
José Cervantes, para tratar con éllos, el candidato
Tobar y el Mlnlstn
Dlaz.
"Ya en la Policfa recibieron y armaron á los clubs tobaristas, escogieRdo intencionadamente
á los más recalcitrantes
enemigos del Partidó .Liberal, pli.ra 1'onerlos á l acabeza de ellos.
,"En presencia de esa traición tan inicua, resolvl trasladarme á Guaya~Iuil, y pedl, al efecto. un tren expreso á Mr. NOrtOll, El Ejército y los Diree,
tOles (le! :"artldo Liberal á quienes consulté este viaje que resolví hacer se
opm'i"n.ll ~ ese paso y RESOLVIERO!\' PONER COTO A LAS MAQUINACIONES del doetol' Frelle y de los conservadores,
En este estado las cosas, el Cuerpo de Policra "por- su propia iniciativa", intimó prisión á. los señores arriba nómbrados y viv6 al Partido Liberal, para ponerlos ála cabeza de ellos;
En medio de tal confusión, originada por el movimiento de la Policía,
"los conservadores se atolondraro}l y dispararon sus pistolas. dando muerte al sefíor General Andrade", única víctima de este movimiento, que todos
deploramos.
La ciudád está nlborozada y en, todos sus ámbitos repercuten
al Partido Liberal y á la R.epública.
108 vivas
Todos los notables liberales aquí presentes,
opinan por una Jefatura
Suprema, para dar un corte de!initivo, dicen, á todas las Intrigas y á todas
las zozobras que ha sufrido la República,
Deseamos que usted
su opinión.
y los liberales'
de
esa
i1u~tre
ciudad nos
dén
Recuerde usted que hoyes seis de' Marzo. ¡Qué coincidencia! Aniversario del más glorioso movimiento que se ha hecho en el Ecuador en pro d~
la Libertad!
Lo abrazo y lo abrazan más de un
centenar
de
liberales aquí
reuni·
dqll.
Su amigo,
L. Plaza G."
-167El General Treviño contestó en los siguientes
"Correspondo
términos:
su atento saludo, mi querido General y amigo.
Comienzo por recordarle que la vfspera de salir de esa Cpaital. cruza·
mos ideas con usted. el General Navarro y el .Ministro Intriago. relativamente á la situación; y al preguntanll& (Iué temperamento se debfa adoptar, ca·
so de que el doctor Freile Zaldumbide y Dfaz trataran de entl'eg-arse á los
conservadores, por uno ú otro camino. les contesté: qlle no debfa romperSi\
el nexo de la Constitucionalidad. en ningún caso. pero que si Re presentaba
aquella situación. se le debfa obligar á )1'reile Zaldumbide á dimitir. y <lU';
se encargara del Mando Supremo el Presidente de la Cámara de Diputa,
uos.
Hecllérdole, también, que resolvimos, que convinimos en no hacer ja·
más tabla rasa de la Constitución. que acabábamos de defender en lo"
campos de batalla.
Usted convendrá
conmigo en que! oflsde entonce,>,
no quisimos escribir en el mar esa gloriosa, aunqÚe triste página, qlle t.el'·
minó en Yaguachi, Yo, y todos los leales defensores de la Constitución
no al'l'astraremos jamás por el fango de la traición nllflstl'a dignidad mili
tal' y personal, ni nuestras insignias militares,
Usted sabe que lo estim.l
en altísimo grado. pero estimo en mucho más el nombre que debo legal"
les á mis hijas.
\ Los Jefes de las unidades militares, que hay en esta p]azá e~tán pre·
sentes y me encargan declrle que conmigo deploran qne los extravíos
(lel Ejecutivo hayan creado esta situación violenta. con la que no podcll1o¡;
lSer solidarios. no obstante nuestra
adhesióu personal á usted y estar en
un corazón con todos los buenos liberales. dispuestos á sacrificarse par:!
sostener ]a begemonía del Partido.
Malditos, mil veces, los conservadores, "si son los cau~antes" clp. '!a
muerte de] Genera] Ju]io Andrade, y malditos todos los infames tlue ha!:
sido solidarios COIl ellos, A Julio, haciendo caso omiso de su pesimismo
de última hora. le amaba como á un hermano. La pérdida de este valien·
te tiene que Horar]a la Patria. sobre todo mañana, cuando ten gamo::; que
luchar con nuestros enemigos del Sur,
No quiera usted, mi querido amigo, poner en conflicto el sentimiento
del deber, innato en ]os que aquf estamos presentes. con el afecto perso'
na] á usted. porque lo primero es siempre ]0 primero, Salve su nombrtl
y el de sus leales amigos, salve al Partido de una mancha y salve á la
.ltepÚblica de Íluevas calamidades.
Su afectísimo
amigo,
Delfín
1Oi. Treviño."
-168\
Nadie ha podido ser más expHcito. Muchas mentiras dice Plaza, porque no hubo tales masas de conservadores
armados en la Policía, según
el sumario que él mismo dirige, organiza y' hace imprimir; porque es falBO que Andrade
haya hecho traición al partido liberal ni cooperado á h
que dizque meditaban Díaz y Freile; porque, según el mismo sumario, es
falso que Julio Andrade haya sido matado por el atolondramiento
de los
conservadores;
porque es falso que el pueblo haya hecho la revolución
del cinco de Marzo contra Freile; porque es falso todo lo que Plaza dlca
en su favor ó para cohonestar su traición criminal. Pero confiesa hechos
capitales: 10. Que trataba de la revolución contra Freile,
desde mucho
antes, pues conferenClv sobre ella con Trev!fio, cuando éste se hallaba
en Quito. 20. Qne los conservadores
no atacaron los cuarteles. ni hicieron nada contra esa fuerza; sino que ésta, por un movimiento espontáne.>
é incontenible, se pr~nunció; que Plaza "esperaba que el Ejército y Pueblo de Guayaquil reconocieran este movimiento", como afianzador de su
dominación; en fin, que se hizo una revolución preparada
por muchos
días, con consentimlelito y apoyo de Plaza, el defensor de la Constitución
He aquí el retrato de este detracto~ de prisioneros "1 muertos.
Freile Z., por su parte completamente, traicionaldo vió. cumplirse sobre sí el mismo programa en el cual él actuó el 11 de Agosto. (La justi.
cia tarda pero siempre llega.)
Fueron, pues, traidores á la Constitución el 11 de Agosto de 1911 el
doctor Carlos F'reJle Zaldumbide y el 5 de Marzo de 1912 el General en
.Jefe del Ejército. Leonidas Plaza G.
y sin embargo, ambos personajes, en coro con SUB acólitos, han llevado á. cabo las más negras venganzas, han Obsequiado con los peores epítetos a. las vtctimas de Enero. so pretexto de haber Infrin-gido la Constltuci6n, y, sin embargo, son ellos los verdaderos traidores, los verdaeros desleales; aquell05 que no teniendo el valor suficiente para aceptar la responsabilidad de sus actos bacen de la Constitución del Estado-que
si no
se cumple debe al menos respetarse-un
pretexto de escarnio y de burla.
Conteste el lector quiénes son los verdaderos traidores
tucI6n y al liberalismo; las vtctimas 6 sus asesinos?
Panamll,
á la Consti-
Marzo de 1912.
Olmedo
Alfaro.
-169DOCUMENTOS
Y COMENTARIOS.
(TERCERO.)
En mis dos folletos anteriores he hablado de la relación que tiene
.el asesinato de mi padre con los sucesos ·del 11 de Agosto de 1911, y C011
documentos paso á ilustrar mis aseveraciones.
Ellos facilitan el estudio del crimen de su aseslnato; los móviles quo
inventaron los revolucionarios de Agosto para derrocar su gobierno, la
actitud y propaganda de la prensa enemiga y la responsabllldad que le
corresponde en el horroroso atentado con que se ha manchado el buen
nombre del pafs; el slnúmero de calumnias, que con el objeto de amenguar el crimen, lanzan los enemigos á sus vfctlmas, y en especial ellos
demuestran claramente la actuaci6n poHtica de mi padre en los últimos
meses de existencia.
A él lo juzgará la posteridad; por eso deseo que Il1 i acusación se,l
clara y concisa á fin de que el juez fácilmente encuentre á los asesinos;
para quienes antes no he abrigado el menor sentimiento de aven,ión.
Sus ~nemigotl, valiéndose de la prensa mercenaria trataron siemp •.~
de asesinar su honra; desde el 83, cuando empezó á surgir por su propio
esfuerzo, pero fué en vano; y resolvieron asesinar su cuerpo sujeto á las
leyes humanas. Después de varias tentativas lograron la oportunidad propicia, y cuando ella se present6, lo que le dieron fué el martirio que recio
ben los redp.lltores de la humanidad
.
El 11 de Agosto. en Quito, después de la traición qUlilleron asesinarlo, , . '.preparación y terreno que aprovech6 después Plaza, quien tre¡; casas de por medio nos observaba
.
EL ARZOBISPO
DISCUTE
LA REVOLUCION.
He manifestado que "el Arzobispo González Suárez, que también preparó estos actos de barbarie con sus proclamas como miembro -de la lItmda "Junta Patri6t1ca Nacional", calumniando en ellas los propósitos po·
Uticos de mi padre, salló junto con el Obispo Ricsa cuando ya se había
consumado todo; pudieron evitar esta negra página de nuestra bistoria y
se mantuvieron encerrados.
Copio á contlnuaci6n
uno de estos manifiestos:
-170Tunta Patri6tica.-La
Junta
Patriótica
Nacional".-A
la Nación.
La Junta Patriótica Nacional se ha impuesto, y con indecible' sor·
111:esa,de que alguno:> Senadores y Diputados pretenden anular en 'su totalidad, las elecciones de Enero alegando que no hubo en ellas la liberta.)
g-arantizada por la Constitución.
Dictadura?
j Qué verguenza
pronunciar
Vios del siglo veinte'
esa palabra
en, una República
á princi-
El déspota como dice Tbiers, no es sinó esclavo de C9~lquier esclavo
que sabe lo que él ignora. Confiamos en SIne prevalecerá el patriotismo y
p.l buen sentido sobre las locas ambiciones y nos permitimos pedir á los poderes públicos que .consideren la desastrosa catástrofe que sobrevendrla
al Pafs si sus actos se apartan en esta vez de la inflexible norma que le
señalan la constitu(';~'" y las leyes; confiamos tambIén en que el guardián
incorruptible de nuestra carta fundamental no se prestaría jamás á planes
Iiberticidas que tengan por objeto impedir la pacIfica y legal trasmisión
del mando ..
"Los ecutorianos t",los deseamos fervientemente la Paz la bienhechora Paz; pero no podemos á fin de conservarla, sacrificar nuestra' honra,
nuestra libertad, nuestra::; instituciones aceptando una dictadura que convierta la República en feudo.
"EntonC.es caua uno tiene de ser soldado para defenderla, so pena de
incurrir en el crimen de traición y de llevar en la frente la marca de inf'\.mia, como reo de lesa patria.
Quito . .Julio ;~n
,1"
lnl.
"Luis F. Borja, FEDERICO, ARZOBISPO DE QUITO, etc., etc .
•••
o
••••••••••••••••••••••
o'
••••••••••••••••••••••••••
o.
Como se ve en los plírrafos que anteceden; no se podfa decir más .claramente que mi padrl3 no obraba lealmente para con la Constitución y que
en este caso era preciso que cada ciudadano "fucra un soldado".
Entre la población andina del Ecuador la opinión del clero ejerce aúll
un poder formidable. Un dominio absoluto de tantos años en la conciencia
social, no ha podido borrarse con solo un lustro de liberalismo.
-171y de alli que la voz del Arobispo, tuvo tanto que ver en la Revoluci6'1
del 11 de A!!;osto como el dinero que se derramó en los cuarteles.
El doctor Gonzll.lez tiene páginas muy honrosas en su abono, pero en
(,sta época se disimula un tanto el sacel'dote cristiano.
El Presidente Alfaro pasó este mensaje al Congreso Nacional el día de
la inauguración (10 de Agosto) y cuando le faltaban sólo 20 días para terminar su perfodo constitucional, y empezaba ya la deserción polftica de IOR
que sólo miran al sol que nace. Su influencia en el Congreso era pues muy
limitada.
En cambio la candidatura de Flavio Alfaro ganaba prosélitos (l) y se
proponian en el Congreso nulitar la del señor Emilio Estl'ada lo cual indudablemente habrran conseguido. Estrada estaba perdida,
El dfa 11 de Agosto debfan los flavistas proponer dicha nulidad j' los
amigos de Estrada pararon el golpe proclamando un nuevo estado de cosas.
Inventaron para ello que mi padre se quería proclamar dictador (sic.)
He aquí el documento en cuestión:
"MENSAJE
NACIONAL
DEL PRESIDENTE
DE 1911.
DE
"En cuanto á mi, pronto siempre
abnegado, me retiraré del Poder en
entregando la suerte de la República
los que la amen de veras y quieran
LA
REPUBLlCA
AL
CONGRESO
á servil' a mi Patria como ciudadano
el término fijado por la Constitución,
en vuestras manos y en las de looos
sacrificarse para salvarla.
"Os hablo quiZá ¡lor última vez, y me habéis de permití!' ll1anifestaro;~
que jamái> he abrigado esas ambiciones que el odio politico me at!'ibuye;
J', si he luchado con tenacidad y por tantos aiios contra el régimen
con~ervador, ha sido por el justo anhelo de ver libre á mi Palria, por estahlece!' la verdadeJ'a democracia, por rompe!' las cadenas que, cn pleno siglo
de libertad y civilización, oprimian cruelmente á mis conciudadanos. Si he
cumplido mi deber, lo dirá la Historia; pero mis intenciones 110 han sido
otras que servir al País, lealmente y sin ahonar sacrificios. Lejos de mí
la vulgar idea eJe aspirar á la dictadura y perpetuarme en el Poder; alma.;
(1) Plaza y Estrada fueron designados por mi padre para sus sucesores en el mando en contraposiCión de los generales Manuel A. Franco
y
}<'Iavlo AlIaro respectivamente,
los cuales hubieran
sido indudablemenk
candidatos más populares y allegados á él. Pero Alfaro no antepuBo nUl1C'l
BUS ventajas
personales á lo que él consideraba intereses superiores
(lel
Estado. Pudo haberse equivocado pero ejerció esa atribución
de jefe de
Partido con rectitud insospechable.
-172como la mfa tienen más elevadas aspiradones
clesinteresado de la Patria.
y no las mueve sino el amor
"Mis votos más fervientes son porque podáis conjurar todos los pelique amenazan á la Nación; porque cimentéis el orden, la paz y p.1
predominio de los principios' liberales; y si lo conseguís, 'como lo 'espero,
me llenaré de gozos con vuestros triunfos, y os aplaudiré desde el silench
del hog-ar, porque se habrán llenado todos mis de8eos.
gTllS
(fdo)
ELOY
ALFARO.
Quito, AgostO. 10 de 1!J11.
Esta terminante dnclaración
la famosa revolución del 11.
fue hecha al Congreso dos días antes d'3
Anteriol'luente se habfa ya presentado en el Gabinete del President'~
Pedro Concha, á manfl'estar al General Alfaro que otro colega (creemos
era el Diputado oposicionista Fernández) refiriéndose
al doctor
Carlos
Freile Zaldumbide había manifestado que el General Alfaro, abrigaba de·
Eeos de violar la Constitución.
El General Presidente indig-nado comisionó á Concha para que á nombre suyo desmintiese en plena Cámara la calumniosa imputación, y fue
satisfecho.
!<'reile al ser interrogado
tal' en actas.·
LAS TROPAS
LEALES
al respecto negó todo. El incidente debe con,;·
AVANZAN.
Efectuada la traición, el dta siguiente á las tres de la mañana subieron
á la Legación de Chile unos delegados del Gobier'noá dar parte al Geneml
Alf~ro, que laboraba con ellos en el sentido de la paz, que el General Páez
se les venta encima por férrocarril. sin dar aido á. nada ni á nadie. y en·
tonces el General Alfaro se ocupó de detener á Páez.
Como los que encabezaron el movimiento militar de Agosto no eran
personas que ejere[an autoridad alguna en las tropas; á pesar de que no hu·
bo resistencia, los 2,500 soldados ·de Unea de la guarnición de Quito se
dispersaron en la ciudad y sus alrededores, y al llegar Páez y en el caso
problemático de que la tropa de Quito se hubiera opuesto, sólo contaba la
Revolución,~con buena parte del batallón número 3 de Infantería, con una
baterta del Regimiento número 30. de Artillerfa y algún otro contlngent.~
más. unos: 600. ho~bres á '10 sumo.
Páez avanzaba
con tina columna de 1.200 hombres
dispuestos.
-173"Carta Al Gencl'al
"Legación de Chile,-Quito,
Páez.
12 de Agosto de 1911.
"Señor General Ulpiano PAez-Latacunga.
"Querido amigo;
"En vista oe Que o] ~:t<:~,- uuD!(,; "-J --:ontin"" (Iando prendas de confianza al partidó liberal con el nombramiento del personal de su Gabinete,
paréceme que no debemos serIe hostil de ninguna manera. Por mi parte olvido en aras de la felicidad de la Patria la grave ofensa que se me ha irrogado y deseo que se consolide la paz continuando el régimen liberal. DA
acuerdo con estas ideas te aconsejo atiendas la solicitud del señor Ministro del Brasil y del doctor Octavlo D[a7. pues, hoy he presenlado mi renuncia del cargo de Presidente de la República.
"Haz extensiva esta carta, que escribo desde la Legación de Chile donde estoy asilado, á todos nuestros principales camaradas.
"Tu afectfsiulO amigo,
(fdo,) ELOV ALFARO.
La a<]litud del General Ulpiano Páez salvó el honor del Ejército del
Ecuador. ¡·'alt'\ron á sus deberes para con las Leyes y el Gobierno, para con
su vi~jo l'andillo de 40 años á quien !labran sido siempre leales por el bie!l,
en contra (!c todos y de todo, desdeñando padechnil'ntcf', ofertas y el sacrificio de sus vidas
_
La gran masa de ellos no lo traicionó, fue engaiíatla.
CAPITULACION
DE PAEZ.
Telegramas relativos á fa capitulación del General Páez con intervención del Cuerpo Diplomático y que fue violada por el Gobierno del 11 d<l
Agosto con la misma felouía que lo' acaba de !lacer Pla;o;a en Guayaquil.
"Latacunga,
Agosto 13 de 1911.
"Excelentrsimos señores Ministros Plenipontenciarios
cas de los Estados Unidos del Brasil, de las Repúblicas
bia y señor Encargado de NegOCios de la Gran Bretaña.
" Mi respetuoso
de las Repúbli·
de Chile, Colom-
saludo para ustedes;
"El señor Ministro del Brasil acompañado del señor Secretario de la
Legación Colombiana, me ha puesto en manifiesto los humanitarios deseos
del c.uerpo Diplomatico para evitar derramamiento de sangre
y pérdid.t
-114de vidas con motivos del conflicto polftico que por desgracia se ha suscitado en mi Patria:
"Defiriendo á la petición de ustedes he presentado las bases para un
arreglo pacffico entre las fuerzas militares de la Primera Zona con las de
la Segunda que me ha tocado el hOllor de comandarlas.
"MI petición es más allá de justa, se compadece con los principios liberales radicales que desde hace diez y seis años venimos sustentando. y
con el honor militar, lealtad á la Canstitución y á mi Caudillo el señor don
ELOY ALFARO.
"Con vista de mi pedIdo, suplico que ustedes llevados de los humanitarios prop6sitos que me ha expresado el Excmo. señor Ministro del Brasil, se dignarán apoyarlas.
/
"Si por desgracia los intereses encontrados de la actual· situacióJl polttica interna no !logasen á una solución pacifica, tendré el sentimiento de
que se derrame sangre hermana.
s.,
"Con sentimiento
de alta consideraci6n
me repito de ustedes Atto. S.
(fdo.) General Ulplano Páez.
"Lacatullga,
Agosto 1911.
"Jllinistro Brasil,-Quito.
"Teniendo en consideración yo y amigos la misión bienhechora de usted como del Cuerpo Diplomático que usted dignamente representa;
hemos convenido en retirarnos á nuestros cuarteles el! provincias acatando
deseos del Gobierllo, pero 110 dudo jamás que su misión quede conclufd,t
sin hacer efectivas garantías á nuestras personas y amigos del Panóptico
y que el General Alfaro y familia queden en completa libertad lo más pronto ,posible.
"La I_ntervención diplomaticá de ustedes
nos es una
ella confiamos
Sllp!ico contestación de usted.
garantía
y en
Retorno saludo.
'General U. Páez."
Alfaro permaneció largo tiempo preso en Quito y frente Il la Legación
de Chile se situó un escuadrón de los célebres "Llaneros de Páez", que
asesinaron Il Luis Quirola en el Panóptico. Estas fueron la libertad y garaI\ttas que nos acordó el Gobierno.
-175POR EL P ARTlDO LIBERAL.
Dimisión del General Alfaro.
"Quito, Agosto 12 de 1911.
Señor General don Eloy Alfaro.
Ciudad.
El pueblo quiteño, congregado en !!;ran meeting 'ante la casa del Encar
gado del Poder Ejecutivo,
solicita perentoriamente,
la dimisión del seño)'
General don Eloy Alfaro del cargo que tuvo de Presidente de la Reptlblic:l..
En tal virtud, acatando yo esa premiosa representación
popular que
amenaza tomar peligrosas proporciones, notifico á usted que difiera á ello,
con la brevedad posible, pues de olra suerte me seria quizás imposible impedir Que se respete el derecho de asilo á que ha apelado usted en la Le
gaCión de Chile.
Dios y Libertad.
Carlos
Freile
Zaldumbide."
"Quito, Agosto 12 de 1911.
Sefio'r don Carlos Freile Zaldum bide.
Ciudad.
Por conducto del señor Ministro de Chile acabo de recibir su carta de
esta fecha en la cual usted me manifiesta que el pueblo quiteño. congregado en meeling, solicita mi dimisión del carg-o de Presidente de la Repúbli·
ea por los dlas que faltan para la terminación
de mi periodo constitucional.
Ayer, como a las dos de la tarde, encontrándome en el Palacio de GobIerno con mis Ministros, reclbt una honorable comIsIón de caballeros que
me hicieron igual solicitud. No conociendo la magnitud del movimiento es·
timé de mi deber rechazar tal pedido. Recibf en seguida la visita de los señores Ministros de Chile y del Brasil y con ellos me trasladé á la Legación
de Chile donde me encuentro asilado.
-176Sin entrar á cbnsiderar los ténninos de su carta. quiero manifestar
á
usted que como ecuatoriano patriota no deseo que por mi interés se derrame una sola gota de sangre y que por lo tanto. hago dimisión del' cargo de
Presidente de la Repúbllca. lo cual hará que pueda continuar el régimen
liberal al amparo de la Constitución.
Dios y Libertad.
Eloy Alfaro."
OCULT ANDO VENGANZAS.
A Montero
caron entonces!
ló
continuaban
engafiando.
Pobre amigo, cómo 10 perjudi-
"Guayaquil. Agosto de 1911.
Señor X. X.
Quito.
De todo lo ocurrido en Quito si algo lamento de veras es la situación
del General y su familia á quienes á pesar de estar convencido se le guaro
dan todas las consideraciones que se merecen no me conforma se hallen
asllados y casi presos. Cumpliré con insinurle 11 Páez lo que tú me indicas
ya que estoy convencido de que todo derramamiento de sangre en las ac ..
tuales circunstancias seria estéril y empeoraria la ¡situaci6n. Como favor
único y especial te pido hagas llegar á 'mi un telegrama del Generál AUa1'0, pues no puedes comprender lo que sufro con su silencio y un parte de
él me sirviera de 'gran consuelo. Por aquí todo tranquilo menos tu amigo.
Pedro J. Montera."
"Guayaquil, Agosto 20 de 1911.
Señor General Eloy Aliaro.
Quito.
Mi respetado
General:
Con el cariño de siempre tengo el gusto de saludarlo
la señora Anita.
lo mismo· que
~
-177Mucho desearía ir á verlo pero don Emilio me ofrece que vendrá respetado, 8ólo c~n su familia, una comisión diplomática y su hijo Víctor Emilio y que tenga la seguridad que nada le pasará. Por insinuación del doctor
Huerta le pregunté si era cierto que usted se iba para el exterior y me conte8t6 que se Iria porque usted lo qUisiera y cuando le parezca, pero que
aquí se estana con todas las garantfas que le tenía derecho á darles más
por deber que por obligaci6n; y que toda la familia tenia derecho á creerle que es el amigo de siempre.' Esto me tranquiliza más á mi y no cesaré
de trabajar hasta verlo salvo á usted y toda la familia.
Yo iré á encontrarlo el dia que venga. No olvide nunca, mi querido
General que soy su amigo y compañero, y que no soy más que el que le d&sea una buena conservación para toda su familia.
Su amigo,
Pedro J. Montero."
24 horas después de la traición, los promotores de ella reunieron las
turbas y amenazaban con asaltar la Legación de Chile, pero miembrofl
del Cuerpo Diplomático que se encontraban aJlf, se hicieron respetar, y so
'retiraron pidiendo la destitución del General Franco (quien los amenalló
con el Ejército) y solicitando el nombramiento de Juan Francisco Navarro.
PROPOSICION NEGADA POR EL GOBIERNO.
'(Legación
de Chile.-Quito,
31 de Agosto de 1911.
A los Honorables miembros del Cuerpo Diplomático residente
Excmos. sefíores Ministros
en Quito_
Diplomáticos:
Como resultado de la conferencia celebrada en latacunga entre ~I seMinistro del Brasil, en representación del Honorable Cuerpo Dlplomá.
tico y el señor Ministro del Interior, doctor Octavlo Díaz, como representante del Gobierno presidido por el doctor Carlos Freile Zaldumblde, con el
sellor General don Ulplano Páez, Jefe de la Segunda Zona Militar, se ofreció concederme toda clase de garantías. En consecuencia, me permito manifestar á ustedes que estoy prontoá
hacer el sacrificio de salir del país
con el objeto de evitar que mi nombre sirva de pretexto para trastornar el
orden público en el Ecuador.
Estimo que en la actual/dad el patriotismo
me exige posponer todo rencor personal en cambio de obtener la unl6n de
todos 108 buenos ecuatorianos para que atiendan preferentemente
ti la defensa nacional.
ñor
-178En tal concepto, reitero al Honorable Cuerpo Diplomático mi deseo
de salir pronto del territorio ecuatoriano para trasladarme á Panamá, donde me espera parte de mi familia y le quedaré muy reconocido si se digna
80Ilcitar del Gobierno mis pasaportes.
Aprovechat'é esta ocasión para manifestar al Honorable Cuerpo Diplomático residente en esta Capital, mi profundo agradecimiento por su valiosa il1tervenclón á favor de la paz y tranquilidad de mi patria. en las circunstallclas dif!clles por que hemos atravesado, asegurándole de nuevo mi
propósito irlquebrantable de permanecer alejado de la política interna d,e
mi pafs 'durante todo"el tiempo de mi ausencia, la cual tendrá que ser por
)0 menos de un año dado el estado actual de mis sentimientos.
QUieran ustedes creer en la sinceridad
de ustedes muy obsecuente servidor,
de mis palabras
y me ofrezco
Eloy Alfaro."
Esta nota fué transcrita y presentada al Gobierno por el decano del
Cuerpo Diplomático doctor Uribe y 110 solame'r¡te no [ué contestada ui acep.
tada sino que el Ministro señor Octavio Dlaz tuvo la poca delicadeza de negar el convenio con Páez en lo relativo á garantfas. Esto produjo la natural
indignación en los Ministros Diplomáticos Barros Moreira, Uribe y Eaatman, quiens fueroll los que en representación del Cuerpo Diplomático intervinieron en favor de la paz, consiguiendo del General Alfaro, la carta
que determinó la capitulación de Páez.
He ofdo referir que al saber el Ministro del Brasil, señor Barros Mo·
1'ei1'a, que el Ministro Octavio Diaz negaba la validez del tratado Páez, su
indignación fué tal tlue amenazaba desafiarlo á duelo.
Apelo al testimonio caballeroso del doctor Carlos Uribe, decano del
Cuerpo Diplomatico sobre la veracídad de mi aseveración de que esta nota
110 fué aceptada y por 10 tatno no mediaba compromiso alguno.
El Gobierno· desatendfa,
pues, su convenio con el Cuerpo Diplomático,
permanentemente
.en Quito al General Alfaro
cuando una interverteión privada, á la cual no [ué extraño el señor Eaatman, consiguió de su llegada al General Plaza que facilitará la salida al
exterior del General Alfaro .
y se ocupabp. de obtener
•
I
ACTITUD DEL CUERPO .DlPLOMATICO.
El 11 de Agosto el Cuerpo Diplomático y Consular y los extranjeros
residentes ~n la Capital se condujeron para con mi padre de manera que
obIlga -nuestra gratitud cterna. También he sabido que todos ellos cuand()
-17~
el crimen de Enero en obligado silencio lo reprobaban
bre y BU recuerdo.
y enaltecfan
"Quito, .•., •de Septiembre
Bxcelentfsimo
BU
nom-
de 1911.
sefior don Carlos Uribe.
Decano del Cuerpo Diploma.tleo.
Ciudad.
Mi distinguido doctor:
Restablecida la tranquilidad pública y en víspera ya de abandonar esta capital, siento como una necesidad de mi espíritu dirigirme á. V. E. Y
por vuestro conducto al Honorable Cuerpo Diplomático, al que siempre m~
ligaron los más cordiales y afectuosos vínculos y al que, desde los acontf!cimientos del 11 de Agosto, me estrechan
los lazos de \lna imperecedera
gratitud.
No podría alejarme de esta ciudad sin manifestar á todos y á cada un:>
de los honorables miembros del Cuerpo Diplomático mis mejores sentimien.
tos, primero como ecuatoriano, por haber contribuído tan poderosa y efiC3,f.mente esa honorable Corporación á afianzar la paz interna, velando así por
el buen nombre y el prestigio externo de mi Patria.
Debo también hacer llegar al seno de la Honorable Corporaci6n que
V. E. preside, mi especial gratitud por el decidido y valioso apoyo que tu.
vieron á bien dispensarme en horas de peligro personal, como igualmente
por las generosas gestiones que ha venido realizando para facilitar mi salida del país.
Reiterando una vez más mis agradecimientos á V. E. y rogándoos ba ..
cerlos llegar á vuestros
honorable!> cole~as, con el afecto de siempre OG
saludo afectuosamente.
Eloy Alfaro."
ALFARO AGRADECE
A CHILE.
En esta carta de agradecimiento al Gobierno de Chile mi padre deja
también constancia de cómo la actitud enérgica y decidida del Ministro
de Chile bastó para contener la chusma de asesinos el 11 de Agosto .. '
-:-180Eltcelentlsimo
sefiOr doctor
Don Ramón Barros Luco.
Presidente
de la República
de Chile.
Santiago.
E¡(celentísimo
3eñor Presidente:,
Pata ·cumplir. mi anhelo' de manifestar mi agradecimiento al GobiernQ
de Chile por la 'conducta valerosa, enérgica y digna del Exceletnísimo se-ñor dOIl.Victor Eastinan,su
digno representante
en Quito, en protección
de mi persona y de mi familia durante la revolución que motivó mi Sepaf'dción do la Presidencia del Ecuador el mes próximo pasado, necesito relatar, á V. E. los hedl08 de este cumplido caballero y hábil diplomático, á fin
de que V. E. pueda apreciar su gran mérito y comprender la causa de mi
gratitud profunda hacia él y el Gobierno de Vuestra Exceléncia, cuyo carácter valeroso y noble lo representa tan' fielmente el Exceientfsimo señor,
Eastman. '
. Apenas "ube llegado al despacho presidencial en 'el Palacio Nacional
de Quito, én la tarde del 1j de Agosto último, cuando se desencadenó la
rebell6n fl"aterni2~ndo la soldadesca sobornada con el populaCho amontonado, entrando también en ella la misma guardia del Palacio, y allí quedé ~Itiado en compañía de mis dos l1ijos y de los señores Ministros de Estado Y
amigos que se enc¡;l1ltraban conmigo en el Despacho, todos inermes, expuestos á la violencia de las pasiones enfurecidas. Ya se me hacían exigen\ das depresivas á mi, dignidad personal y al alto cargo de que estaba iuvestido, para que resignara el mando en manos de esa turba irresponsable, las
ouales rechacé con entereza, cuando el' ExcelenUslmo señor Eastman, s"-bedor de lo que ocu'rría, habla atravesado valerosamente la plaza, con peligro de su vida, por en medio del tumulto en que se hacIan tiros en todas
direccciones, vino en mi auxilio á ofrecerme su protección y el amparo y
hospitalidad de la Legación de Chile, lo cual acepté, en fuerza de las cirounstancias, prOfundamente agradecido.
La salida del Palacio Nacional y el tránsito al través de la plaza de la
Independencia basta la Legación, en medio de una muchedumbre en rebelión, desordenada y ,sin jefes visibles, fué empresa por demás riesgosa, llevada. felizmente á cabo debido al valor, porte digno y firmeza del Exeelen'
Uslmo señor Eastman, quien supo usar esas cualidades
para imponerse á.
las turbas amenazantes.
Hubo un momento de peligro supremo, en que uno
de esos malvados furiosos tendió su rifle hacia mi pecho con ánimo de ulti·
marme; pero el ExcelenUslmo señor Ministro de Chile, con arrojo sing\llar,
se adelantó de mi lado y me cubrió con su cuerpo, exponiendo así su propia vida por salvar la mIa. Ante actitud tan importante, el cobarde asesi>-
ARRASTRANDO
CADAVERl<~S EN LAS
CALLES
PRINCIPALES.·
A los desgraciadas Generales Eloy Alfaro, Flavio E. Alfaro, Meda.rdo
Alfaro, UlpÍano Páez, Manud Serrano y al periodista Luciano Coral, IOG
enviaron directamente de Guayaquil á ser sacrificados por esta turbe. lilli,q·
vaje que se encuentra en este grabado profanando sus despojos. La. pi'Elnsa
enemiga de Alfaro pedía con anticipación se le aplicara. la misma pena. que
á los Gutiérrez de Lima.
-181no retrocedi6. castigado á culatazos por uno de los cuatro soldados que. encontramos en nuestro camino, y (l\llenes dirigidos onérglcamente
por mi
hijo Olmedo, sirvieron de zapadores
abriéndonos
campo á través de la
multitud; mas después pretendieron 108 amotinados, tendiéndome una celada, que siguiéramos á ia Casa Municipal, pero el Excelentísimo señor
Ministro Eastman, con valetosa energía se impuso al populacho hasta conducirnos salvos á, su Legación.
Burlados mis encarnizados enemigos el día 11, debido, como ya he dicho, á la entereza de carácter del Excelentísimo
señor Ministro de Chile,
pretendieron al día siguiente sacarme del sagrado recinto de la Legación;
pero apercibido de ello el Excelentrsimo señor Eastman, bajó al portón COI\
su digno Secretario señor Maquieira y el señor don Armando HinojOtia, redactor de "El MercurIo" de Val paraíso, quien se encontraba en la Legación,
~' arengando con energía á los amotinados, les i\xpllcó lo sagrado del atiilo
diplomático. y valientemente'
les advirtió que para violarlo tendrían que
pasar sobre su cadáver y los de sus compafieros, Esta actitud valerosa
y
firme desarmó la furia de los amotinados, y una vez más el Exeelentfsirno
t;efior Eastman ,me salvó la vida y evitó § mi pals una mancha en su honra,
de la cual nunca habría podido lavarse. Sahedora de esto. la juventud de la
mejor sociedad quitefia vIno á ofrecer su contingente de protección
á la
Legación, que le fué aceptada.
Oebo también al tacto y firmeza del muy honorable Cuerpo Diplomáti·
co de Quito y en especial al Excelentísimo señor Eastman el permiso que
se me otorg6 para salir del país; y me hallo agobiado de sincera gratituJ
por la exquisita hospitalidad que nos dispensó á. mt y á mi familia, durante
nuestra permanencia en la Legación,
Crea V. E. que mi probada. admiración y afecto por el noble pueblo
chileno y por su Gobierno, se han acrecentado en mi alma por la conducta
generosa de su digno representante el Excelentísimo señor Ministro Bast·
man, la cual debiera escribirse en letras reforzadas en su hoja de servicio;;
y en los anales diplomáticos de Chile.
Con sentimientos de mi mayor estimación y agradecimiento,
bo de V. ,J<J. muy obsecuente servidor y amigo,
me suscrI-
Eloy Alfaro".
DEGENERACION LEGISLA TIVA.
Refiriéndome al Gobierno del 11 de Agosto he escrito lo siguiente
mi 'Ma.nifiesto á la OpiniÓn Pública:
"Persiguieron
tre los Suplentes
en
á los Diputados y Senadores y formaron, escogiendo enque les fúeron propicios. un Congreso ad-hoc que san do-
--182nara el atentado, y en efecto, el!os produjeron acuerdos y felicitaciones
á
108 autores de la revuelta y atizaban la acción del populacho? que trataba
de asaltar la Legación de Chile."
En sesión de 14 de Agosto el Congreso Pleno aprobó la siguiente moción del doctor Anorade Marin, integrada por el Diputado Albornoz.
He aqui el acuerdo:
"El Congreso Nacional, en la sesión de hoy, aplaude y admira al Pueblo d"e Quito y al Ejército, que en breves momentos, brillando por la magnanimidad, ha salvado la Constitución y las leyes de la República.
"Que en la grada principal de. este Palacio se coloque una lll.pida conmemorativa que contenga esta leyenda:
"El 11 de Agosto de 1911 el heroico Pueblo de Quito y el Ejército dieron fin con la tiránlca dominación del señor General don ELOY ALFARO.
Este hecho sirva de ejemplo á quIenes traten de envilecer al digno puebt~
ecuatoriano, conculcando la Constitución y las Leyes."
(Actas del Congreso de 1911.)
La tal placa conmemorativa DO se llegó A poner; pero veo que el actual Jefe de Estado por obra de la nueva traición del 5 de Marzo, el doctor FrancIsco Andl'ade Marin, es uno de los de la moción. Como en ella !le
bla de la tirántca
dominación del señor General don Eloy Alfaro, y para
que el lector aprecie en lo que valen los ataques de la mayorfa de 101l ene·
mlgos de mi padre, debo advertirle que el doctor Andrade Marfn ejerció varios cargos públicos durante la que él llama tiránica dominación del General Eloy Alfaro, y es por lo tanto cómplice de la tiranía. Pocos diaa antes
del acuerdo en referencia el señor Andrade Marin habfa ido á Ambll.to á
representar á mi padre, en la inauguración de la estatua de don Juan !IIontalvo.
La bajeza de este Congreso llegó hasta pedir que se borre del EscalafOn del Ejército del Ecuador al General Alfaro.
DECLARACION CONSERVADORA.
Los c;onservadores que entraron también en la revoluciOn de Agosto y
en la invenci6n de la supuesta Dictadura, ya declaran que hicieron la reTo,
luciOn para Impedir que el Congreso nulltara las elecciones presidenciales
de Estrada.
-183·Copiamos de Sil Manifiesto á la
liano de 1912.
Nación fechado en Cuenca el 25
de
HA tiempo de concluirse ~l periOdo constitucional del General don Eloy
Alfaro. se proyectó anular en el Congreso las elecciones, sentando asI un
precedente escandaloso de dictadura legislativa. Los parciales del Presi-dente electo, que conocieron cómo se trataba de burlar la elección y practicar otra en la persona de un nuevo candidato, ó quizáS proclamar la Dictd'
dura del mismo Presidente cesant.e, se anticiparon al golpe legislativo CO:1
el movimiento del 11 de Agosto y suprimieron el gobierno del General Alfaro."
Este manifiesto lo firman personas honorables y de las más autoriza.das, como don HOJlorato Vásquez, don Alberto Muiíoz Vernaza, don Rafasl Maria Arizag-a, etc., etc.
DINERO Y SARGENTOS TRAIDORES .
• n mi primer foHeto, página 2a., he escrito Que el señor General Al·
faro fué miserablemente traicionado el 11 de Agosto de 1911, y que en aquella fecha la guarnición de la Capital fué cohechada
Abundantes y detalladas pruebas de ello encontrará el que las desee en las relaciones y folletos escritos por los héroes de la jornada; pero no siendo ellos persona~
conocidas. cedo la palabra al señor don Emilio Estrada, Que fué en un principio proclamado .Jefe Supremo y quien actuaba corno personaje principal
de ese acto revolucionario.
:}:c.~
Habla don Emlllo:
"Guayaquil, A~osto 13 de 1911.
Señor Victor Estrada.
Quito.
Después de los primeros momentos de confusión
tivo del valiente comportamiento del Ejército de allá,
ra esos abnegados soldados y el heroico pueblO de
ser fieles intérpretes de la opinión nacional. Strvete
1I0s en mi nombre y darles mi estrecho abrazo.
y de júbilo, con momi primer saludo pa·
Quito que han sabido
Ir á vlsitarlos á' aqué·
-184":"'"
Por el tren de hoy te mando un poco de dinero para que los gratifiques
)'eoomendándoles sf roucho orden y disciplina.
Creo que á mediados de esta semana estaré contigo para ir personalmente A abrazar á 108 jefes, oficiales y tropa tIue han estado por la Conlltitución Y el orden. Saludo especial para Narváez, Piedra, Naranjo, Darquea,
Estrada, Benavldes, Polo, Mora, Echeverria y en Un, para todos los heroicos soldados que defienden la Constitución.
Vlsftalos con frecuencia.
Tu papá,
Emilio E8trada."
(Tomado de "El Comercio" de Quito, del 14 de Agosto de 1911).
Estrada era socio rundador de la "Compañia Nacional Comercial", inlltitnei6n legal de crédito formada por él, con la protección del Presidente
Alfaro, pues ofrecfa aumentos en las rentas fiscales.
Después parece que los dineros de esta fuerte institución
cho que ver en la traición de que fué víctima mi padre .
tuviera.
mu-
.'
ESPIAS NOTICIOSOS.
El conoeldo espionaje del señor Estrada en Panamá constantemente le
comunicaba falsas y alarmantes noticias, Indudablemente parahacer~e
int(lresante por motivos financieros. Y el sefior Estrada les crefa á puño cerrado. Ruidosamente hacian Inspeccionar los vapores de Panamá, el Gobierno enviaba cables averiguando paraderos, etc., etc.Mientras
tanto el
General Alfaro no se ocupaba en lo más mfnimo de derrocar á los que lo
hablan traicionado.
"Guayaquil, Diciembre 17 de 1911.
Mu)" estimado amigo:
Repetidas noticias del Istmo han avisado al Gobierno que el General
Alfaro tomará en Panamá el próximo vapor que sale de allá ma.fía.na con
ll.nlmo de dirigirse l\ esta ciudad. Usted, mejor que nadie, medirá las. consecuencias de este via.ie, pero tengo el deber de comunicar á usted que tengo impartidas instrucciones severas, aunque no crueles, las que en último
-185resultado llevaron al General á Quito, donde, no estando
ma .a permanencia del General.
Su prudencia
Su amigo,
y talento le aconsejarán
yo,
eli
peligl'osísl·
en este trance.
Emilio Estrada."
Al señor
.
"Guayaquil,
Muy estimado
Es posible que
Elo;r Alfaro busque
larma al Gobierno,
General no vendrá:
del Istmo respecto
. calumniosas.
Diciembre
17.
amigo:
la suspicacia de los enemigos del señor General dOl1,
toda clase de pretextos .para mantener en constante a.
no sé con qué propósito. Estoy convencido de que' el
al Ecuador y de que las noticias que usted ha reclbloo
de su próximo viaje son absolutamente
falsas, más alin,
En la carta que hemos recibido del General, hasta ahora, no se tral!llu
ceque pIense mezclarse nuevamente en asuntos poUticos y mucho meno¡¡
que prepare su viaje al Ecuador. Tal vez los informantes tendrán noUcl!'.
del viaje de Jerónimo y su famllla, que se efectuará el 18 de los corrientel-l
y han forjado
la especie que usted me comunica
en su carta do
hoy.
Su larga experiencia, su conocimiento de los hombres y de las arterias que ponen en práctica para obten'er la confianza de los gobernantes,
hamn sin duda que usted desprecie los informes inveroslmlles que le han
suministrado.
Su. amigo,
(fdo.)
.
Al se:~or don Emilio Estrada,
PresIdente
de la RepQbllca,
Presente.
-18~Poco hOIlor hacE<este documento al señor Estrada.
En fin. lo que si es exacto es la última par'te de su carta y que según
parece. él no fué extrafio tampoco á la idea de enviarlo á la capital.
\
Todos confirman el hecho de que enviando Plaza á Quito al General Alfaro lo enviaba á sabiendas á caer en manos asesinas.
HIDALGUIA CHILENA y COLOMBIANA.
Ya es conocida de todos la manera caballerosa Y leal conte Sl:' conduje
d Gobierno de Chile con el ex-Presidente Aliaro. No solamente se concretó
:~ aprobar el asilo que el Ministro Eastman le habia extendido en la Legación; sino que terminantemente ratificó á ella misma sus instrucciones de
dade una amplia protección y aun de procurar se le concedieran garantías
para salir del pals caso de que fuera solicitada su extradición por el gobierno revolucionario del 11 de Agosto, conducta noblemente aprobada por los
hombres dirigentes de Chile,
"Panamá,
Señor don
12 de Octubre de 1911.
·.
Santiago.
Estimado
amigo:
Mucho gusto he tenido en leer su grata del 21 de Septiembre.
El caso mío ha sido excepcional. Solamente tenía que guardar silencio
para conseguir el restablecimiento de mi Gobierno en la Capital; pero )u:l.gué que al presentar.se nuestras tropas en las inmediaciones del· Machán-gara. los revoltosos. después de ligera resistencia.
abandonarla la ciudad
retirándose á los páramos y que entonces se prolongarla una guerra civil
religiosa que arruinaría él Pais. que en seguida servirla de base al PerÚ
para destrozar al Ecuador. En presencia de tal perspectiva,
no le quedÚ
otro recurso al Presidente Alfaro que sacrificar á don Eloy, posponiéndolo
todo ante la salvación de la Patria, y procedl de acuerdo con el patriotismo. Más datos después.
El procedimiento del señor' Ministro .Eastlllan en Quito. ha sido SUP3rior á todo elogiO. Consideré de mi deber informal' de ello al señor Presidente de Chile. y le escrihf. Copia de dicha carta he remitido á Guayaquil para
11\10 se publique, pero por si hubiere ocurrido algÚn inconveniente,
adjunto
-187otra copia para que usted se molestara. de acuerdo con el Excelentísimo señ-r Barros Luco, en recomendar su publicación en "El Mercurio", para l.
cual se servirá usted ponerse á la voz con el redactor señor Hlnojosa, y hacerle ese encargo en mi nombre.
Sírvase manifestar mi agradecimiento al señor Ministro Rodr[~uez por
recado que me trasmite usted de ese buen chileno.
Ql atento
iln otra ocasión podré escribirle
extensamente.
Su afectfsimo amigo,
Eloy Alfaro".
Las naciones amigas del Ecuador se distinguieron
en proteger al gobernante que sintetizaba las ideas fraternales del pueblo ecuatoriano.
El
Representante digno de Colombia, doctor Carlos Uribe, estuvo siempre 'Ir
compañando al amigo de su patria en los días de su infortunio. Correcto y
noble, fué un mudo pero elocuente representante de esa alma colombiana
que hoy deposita ante la tumba de mi padre BU cariño y su amistad.
De•..
de el humilde caserío, hasta Bogotá la capital. ha sIdo untsona la l'OZ dR
protesta y de duelo por su asesinato.
LA VERDAD EN SU
PUESTO.-EL
11 DE AGOSTO.
La muerte del señor Estrada tal como yo informé á. mi padre se produjo á los 3- meses de ejercer la Presidencia y causó la consabida anarquía
en el país. Ambos sucesos justifican ampliamente la actitud patriótica
y
prevlsln de él.
"Panamá, 17 de Diciembre de 1911.
Sedor don
.
Guayaquil.
Mi recordado amigo:
Las noticias que me vienen sobre la situación polttica del Ecuador 8011
tan graves, que me obligan á. ocuparme de ello y á dirigirle esta carta.
Los puntos cardinales son: Que el Presidente
Estrada se encuentra.
grBTemente enfermo y de que los conservadores conspiran para adueñarse
del gObierno de la Repllblica.
-188Necesario de una ligera digresión para mayor claridad.
Como amigo le pregunté al señor Estrada por su salud y si podía vivir
bien en Quito.
Me contestó, que con su viaje á Europa se había curado completamente
y que podía vivir bien en Quito.
Con este antecedente, resol vi, de acuerdo con varios amigos ofrecerle
la candidatura para Presidente de la República, y con mucha insistenci:l.
aceptó don Emilio Estrada dicho cargo, Y en consecuencia, trabajamos por
8U elecci611; por sufragio popular fué electo 'para
P¡'csideÚte del Ecuador,
y por tanto le correspondía 'ser mi sucesor en la Presidencia de la' RepÚ-·
blica. Constantemente me manifestaba arrepentimiento, que sólo había a··
(~eptado por disciplina, y que en el momento Que yo lo juzgare oportuno, renunciaría el cargo.
A mediados del m,es de Julio, regresó á la Capital el señor Lockwood,
alto ~mpleado del Ferrocarril, y le conversó á mi hijo Olmedo, que segÚn lo
que habfa 01do al médico de cabecera del señor Estrada, este caballero se
encontraba tan grave'mente enfermo, Que no podfa vivir ni dos meses e;:¡
Quito.
Este informe y la proximidad del Congreso convoca(io á sesiones extraordinarias, me determinaron á llamar con urgencia al señor Estrada.
quien llegó á la Capital algo enfermoso. Le indiqué la converf.encia de una
conferencia con algunos copartidarios, que por el estado de Sil salud: debía
tener lugar en su alojamiento.
Bn efecto, coneurrf á la conferencia
acordada, acompañado de los señores Ministros L6pez, Martinez Aguirre, Freile y Aguilar, y de algunos
conciudadanos connotados.
Principió nuestra conferencia por manifestar al señor Estrada lo relativo á su enfermedad, que he relacionado antes, y, poco más ó menos, con"
testó que era asunto personal que sólo le competia á él. En fin, eludió ~¡a
respuesta franca y categórica.
MI contrariedad fué infinita, pues esperab:t
lJue aclararfa que 110 ocurria tal gravedad en su enfermedad, como me ha. \¡fa asegurada antes repetidas veces, y que aprovecharla de la oportunidad
para expresarme S\l deseo de renunciar su elección. En esta suposición, yo
estaba preparado para manifestar á estos caballeros Que asistlan á la conferencia, que encontrándose el señor Es! rada en regular estado de salu·.I.
debían todos comprometerse á trabajar en el Congreso porque se le rechazara su renuncia. con cuyo paso consegulriamos
desvanecer la atmósfera
adversa Que se habia introducido ante los Legisladores.
Pero si don Emilio hubiera manifestado que realmente, se había agravado ~n su enfermedad. ~ue según la opinión de su médico ya no le permit!a
residir ni dos meses en la Capital, naturalmente nD hal>rla vacilado en acon-
--189sejar que se aceptara su renuncia, porque no era posible que yo rllcomend;!.
ra se colocase en el solio presidencial, á un ciudadano casi agouizante, ci,'cunstancla desgraciada que envolvería á la Nación en una confusión cspa,n·
tosa.
Al i¡{¡¡tante nos habríamos
ocupado en designar
el nuevo. candidato.
Por supuesto, la inesperada
contestaclón de don gmilio me colocó p.\1
una amarga incertidumbre, y me desmintió entre los amigos, pues yo aseguraba pÚblicamente que el señor Estrada no deseaba la P¡'esidencla de 18República, y que únicamente habla aceptado po.r disciplina.
1
Principió la propaganda adversa al candidato. electo., por suponer qlle
el señor Estrada serIa traidor al Partido I..iberal. Por mi parte desvanecía
esa inicua suposición.
Tengo por costumbre respetar cuanto. publican lu!';
partidariOS de motu propio, pues cada cual es respousable de sus actos,
salvo. cuando. ocurren á mi en consulta, les doy mi opinión. Al seflOr Corll.I
sI le hablé manlfestálldole que eran injustos los cargos que en "Fjl Tiempo"
hac¡all al señor Estrada y que debía informarse
imparcialmente
de tuoo.
Me o[r¡;ció que se limitarta á. gua¡-dar silencio, contando que no seria atacado por la prensa cont.raria. Me parece que por algunos días guardó neutralida "El Tiempo", pero despuéS volvió á su tema de hostilidad, que m;f;
innObles enemigos atribufan á doblez en mi proceder COIIdon Emtlio.
Pocos dtas después de la con·ferencia que tuvimos en casa del sp.ñor
Estrada, publicaron los periódicos oposicionistas. que yo le habia cxi¡?;ido su
renuncia y añadiendo otras imposturas que ni imaglnariamente ocurrieron.
Fa.lso que yo le hubiera pedido al señor Estrada ~u renuncia en ningún
tiempo. Sobre et;te punto, ocurrió lo. que dejo relacionll.do. No hay objeto ..
por ahora, en relatar en extenso, cuanto se trató en la conferencia aludht¡,;.
cuya relación puede hacerla con mejor memoria cualquiera de los cabaHf!TOG'
que asistieron á ella,
Prefiero
omitir otros particul¡¡.rl~s Interesant.es qu~·
me alejarían del objeto principal en esta carta, encaminada á poner en evidencia si don Emilio Estrada puede ó no ser traidor íi. la causa Liberal-Radl-cal, cuyos principios lo han nutrido toda la vida.
'1
Después de instalado el Congreso extraordinario, sc me presento; 'el'
doctor Freile, Presidente del Senado, á darmc cuenta que la mayoría ee 101;
Diputados y Senadores estaban de acuerdo para anular fa 'elección presidencial del señor Estrada, y pedía instrucciones de lo que debía hacer. Con
testé que asunto tan grave necesitaba consu/tarto con /05 amigos_
Este dato y la noticia de la a¡?;ravación del señor Fjstrada en su salud,
motivó la conferencia que en esos días tuvo lugar ~n mi Gabinetf'. en el Pa.lacio, y á, la cual concurrieron los Ministros de Estado. JOt;doctores MOl!talvo y Albán Mestanza. el Presidente del Senado (tlwlor J;'reile, don Abclar.
do Moncayo y Senador Posso, L"il 'nformé de 10 fin!' SP. decía de la enfer-
-190me dad del señor E:strada y de Ili intención que tenran 10s;Congresistas 'para
anular la elección Presidencial, y les pedía su opinión de lo que nos cum.
pUa hacer.
Hicieron uso de la palabra, la maror parte de los ciudadan08 consultados; pero unos en sentido contradictorio entre ellos, y en divagaciones elocuentes otros, nada se acordó ni se resolvió.
Excúsome entrar ahora en
otros detalles y vamos al grano.
Aunque BOY vtctima predilecta del escandaloso acontecImiento del once
de Agosto, aún m(\ considero responsable de que un ciudadano que se encontraba amenazado de muerte por eufermedad natural, entrara en posesi6n
del Solio Presidencial, para en seguida hundir al país en un piélago de calamidades.
AUII no creo que don Emilio Estrada tenga alma de Judas. '. Su vIda la
ha nutrido siempre con ideas Liberales-Radicales.
El que haya aceptado n..
poyo de los Conservadores, se ~xpllca que ha sido en, revancha de los im- .
proPerfos gratuitos que le endllgaban algunos de los nuestros, que abriga.
ban aspiraciones á la Presidencia de la República. Desde luego condeno la.
(londucta de unos y otros.
'
Al extremp á que han llegado las cosas, soy de opinión que vea usted"
á unos pocos patriotas para que estudien la situación' con serenidad r se
proceda ·en consecuencia á tomar providencias que conduzcan á dar seguridad de la continuación del régimen Liberal en el personal del Gobierno.
Primera medida me' parece que debe ser, designar una comisión que se
aboque con el Presidente Estrada y traten con franqueza de la situación.
Si se muestrafa.vora,ble, ayudarle en la tarea de asegurar bien todos los
puestos' militares y después preocuparse de los cargos civlles en todo lo
.que sea de' más trascendencia.
Pueden pasarle copia de esta carta ó publi·
·carla sI les parece bien.
Si se negare don Emilio, sabremos entonces Que se propone ser un Núñez en pequeiío, y que estamos en el caso de atender hasta á nuestra defen·
·sa personal. Para mí, proceder con sinceridad' en todo, es la clave de la victoria. De esta manera, los ciudadanos honrados, militarán cada cual en SUB
1Uas y se resolverán asf con facilidad problemas salvado:es.
De mi parte, deposito en usted y copartidari06
compañeros, mis amplios
poderes.
Su afeeUslmo compatriota
y amigo,
\
\-
Eloyr Alfaro".
(1) N. 'del A.-Dádo
el sistema de eliminaci6n -puesto en boga e nla actualidad. considero conveniente para la tranquilidad de los amigos de mi padre
• el suprimir por ahora la pUblicación de BUB nombras.
. -191-
P. S.--He omitido patentizar que, sin mi procedimiento patriótico el bochinche del ouce de Agosto habria terminado en la Capital con sólo la presencia de la División de tropas leales que conducia el General Páez, y que
en las demás Provincias de la Republica no habría sido secundado, pero
los revoltosos se habrían retirado á los Páramos y establecido entonces la
guerra civil, que habria arruinado al país, consideración que me determinó
á proceder como procedí, dejando A un lado mis sentimientos naturales de
.castigo inmediato á los que me habían ultrajado sorpresivamente."
J"a sucesión presidencial de don Emilio se discutia ampliamente, y ;J.un
por la prensa muchos días antes de su muerte. Así. pues, estaba obligado
el jefe liberal á exigirle el que se tomasen las medidas necesarias para 1~
continuación de este partido en el poder. Conviene advertir que con el advenimiento del Presidente Estrada y la salida de A!faro empezó la organi-zación seria del Partido Conservador. y nada más natural que opollérRclc
tratando de influir en el ánimo del propio señor Estrada, exponiéndolc de
una manera clara la reaIldud de la situación; sin hablarle de la causa ael
peligro que era su próxima y segura muerte. Este es el sentido de la cart'l..
Fué escrita el 17 de Diciembre y Estrada murió
mo mes.
á fines
de
este mis-
GOBIERNO DE ESTRADA.
Gravemente enfermo y con las consiguientes zozobras goncrn6 filf:!trada durante tres meses que dur6 su vida como Jefe del Estado. lo cuar
él da á conocer en el cablegrama si~uiente. expllcativo de la remoción del
Ministro
del Ecuador en Chile efectuada por su Ministro de ReJacio·
nes:
"Guayaquil, Diciembre 12 de 1912.
Ministro Ecuador.
Rantiago.
Hace dos meses mi salud
"'ólo sa b<
.... padece grave perlllrbac¡'ón '"
.a pr;:¡·
yectos
permutas
nada
ofenSivas
nadie.
No
recuerdo
m¡Í¡;
"'111
.
'
...
rrn t Ido ¡ncon.
Clente Guayaquil con pulmonía y violento - ataque ' llrC'mia
TI ay Cilf¡1• resta...
-192blecido pero extremadamente
débil, imposible
ocuparme
nada.
Eatrada".
Conocfa su gravedad; pero sacrificando al pals en beneficio d'e su capricho I?ersonal subi6 el señor Estrada al poder y como era de esperarse
la nave del E.'stado navegó sin rumbo fijo, pues los Ministros se vetan o
bligados á proceder por cuenta propia.
NEGATIVAS DEL GENERAL
:"E}'Geliera1 Alfaro permaneció
'COntaba con elementos suficientes
tar. Léase;
ALFARO.
tranquilo en Panamá. sin embargo que
en el Ecuador para un movimiento mili·
"Noviembre
19 de 1911.
)
Señor General don Elor Altaro.
,Panamá.
Recordado
amigo:
Saludo y deséole buena conservación
en unión de su familia.
"Los' jefeS r oticiales leales á usted en junta me nombraron jefe para.
"una revolucióD" que deMa proclamarlo á usted, contaba como base para
"el movimiento con ios batallones
,
.
••
_
•••••••••••••••••••
,.
"'establecidos·
•
••••••
0_'
en· las ciudades
•••••
O0
Oo
••••
•
••••••••••••
,
de
•••••
,
•••••
,
•••••••
.
o •••••••••••••..•••.••••
•••••••••••••••••••
o'.
"Como no. ten{a su anuencia para verificar el movimiento manlfésté á.
"'108 amigos la conveniencia de aguerdar sus consejos al respecto. los que
"espero con, contestación de la presente, que puede entregarla al selí.or .•.
••••••••••••
••••
•
o"
o
••
•
"Saludes á. Olmedo. mis respetos á la señora Anita y' señorita
"'ea y para usted un abrazo de su amigo que lo quiere.
Amérl-
(ido.)
"P. D.-Estaré'
en' Quito, dentro de un mea para, cumpUr
SUB,
ór.denes."
-·193Puedo pUblicar numerosas solicitudes como ésta, y una misma la
conteBtación del General Alfaro. quien no sólo no conspiraba síno que
ayudaba con su abstención á mantener el orden en el Ecuador.
De alli
Tino la conspiración tlavista.
A todos les contestaba
en iguales negativos
"Panamá,
'''Sefior X X
"MI recordado
términos:
24 de Noviembre
de 1911.
.
amigo;
"Con mi fam1lia te agradezco
"tu grata del 19.
y retorno
el saludo que me diriges
e.
"Muy mortificado me tiene la amenaza constante de persecución de que
"son vfctima mis copartidarlos.
Frecuentemente
me han venido pl',)'
"puestas para que me ponga á. la cabeza de un nuevo movimiento reden·
"tor, y he contestado con negativa redonda, porque no puedo descender
"al papel de conspirador.
Me him tenido en apuros, porque ante un prG"nunciamlento
netamente popular, habrra tenido que concurrir al llama¡"miento, s1endo esencialmente patriótico; pero afortunadamente
me han
"dejado tranquilo, .siquiera en beneficio de mi salud que va mejorando.
".Me informan que 108 inmundos de mis enemigos poUtlcos, han nom"brado de representante
del Ecuador en Panamá, á. uuo de los héroes del
"famoso "19 de Julio;" un tal Cueva Garcra, cuya existencia en el Istmo,
'~vine á saberla por los libelos que publicaba contra mr. cunda me encono
"traba en Quito.
No lo conozco personalmente:
es sobrino del felonazQ
"doctor Manuel Benigno.
Ese nombramiento en la persona conocida de
"un enemigo gratuito, me demuestra el odio Insano que los devora y que
"ya 'BOl!- capaces de echarse en brazos de los Terroristas.
Entonces ten"dremos que dejar escrúpulos á un lado y estrellar á los enemigos contra.
"el suelo; pero si llegase el caso, es preciso que
haga todo en menos
"dlas de los que tiene una semana; de lo contrario, se demostrada
que
"no existe tal popularidad, y entonces es preferible que cada. cual se qu~
"de en Stl casa y que el pals siga su suerte.
se
"Saludes
de mi tamma
"COD recuerdos
para tu esposa.
para los amigos,
te abraza.
ELOY ALFARO."
-19+LA REVOLUCJON Dl<JMONTERO.
Sin alltecedente
cablegrama:
alguno y con sorpresa
recibió el General AI.faro este
"Guayaquil,
29-12--1911.
"GeIH,ral Eloy Alfaro.-Pallamá.
"Siguiendo su consejo de no dejar claudicar el Partido Liberal Ra"dical
accptado que el pueblo me nombre Jefe Supremo, pero siempre
"bajo las 'órdenes dé usted y que espero venga en primer vapor para en,
"trHgarle su ejército.
he
"Su amigo,
"(fdo.)
Pedro
J.
Montero."
Cuando el General Alfaro pasó desterrado por Guayaquil, el General
Montera le pidió en el "Cotopaxi" una conferencia, indudablemente para
tratar de explicar su conducta durante los sucesos del 11 de Agosto.; tal
vez fué allí donde recibió el consejo de mantenerse siempre fiel al Partido
Liberal Radical de que habla en este su primer cable.
"Guayaquil,
30-12-1911.
"Eloy Alfaro.~Panamá.
"Urge presencia
suya aquí.
Si es preciso vapor expreso.
"(fdo.)
Pedro
J.
M<?ntero."
Como mi padre no sabía nada sobre esta revolución, al principio se
resistía á las sanas invitaciones de sus amigos, y por último resolvió irse
al Ecnaoorcon
",1 fin de procurar la paz.
"Panamá,
. 'Joctor
Emilio Clemente
Huertas,
Diciembre
30 de 1812..
.JerÓnimo Avilés y Colón Eloy Alfaro.
Guayaquil.
"Deseo vida privada pero deber mío atender
riendo ser mediador pacificador.
voluntad
. cdo.)
ELOY
pueblos, prefi-
ALFARO
.
-195DOCUMENTOS
SOBRE
LA LABOR DE PAZ DEL GENERAL
ALFARO.
111Gral. Alfaro de su llegada A Guayaquil dió forma al próposito que
lo llevó de procurar como mediador el establecer la Paz, y después d'3
lanzar su manifiesto "A la Nación" en el cual exponla sus intenciones. se
dlr1giÓ á cada. uno de los tres Jefes de los Gobiernos seccionales-Carlos
Freile de Quito Pedro Montero de Gua.yaquil y Flavio Alfaro de Esmeraldas--y éstos se nega.ron rotundamente
y en especial porque mi padre
proponia la candidatura de algun civil; siendo militares Plaza y FlaY!()
Aliaro los candidatos en discordia.
"Guayaquil, Enero 5 de 1912.
"Señor
General don Pedro J. Montero, Jefe Supremo
del Guayas.
"Señor:-Convencldo
de que una guerra fratricida entre liberales nu
"solamente es dañosa para nuestro partido sino también de funestas con"secuencias para el pals, be creldo de mi deber presentarme con el ca"rActer de mediador, en los términos que constan del Manifesto adjunto.
A la penetración de usted no pueden ocultarse los móviles patrióticos
que me han impulsado á procurar el advenimiento de una paz que reclaroa la clvll1zación no men08 que los principios ltberales y los intereses d9
la ·naclón.
Para el mejor éxito de mi pacificadora misión, era indlspensabie di-sipar hasta la sombra de la sospecha de una ambición personal, de mi
parte, y con tal motivo insinl10 la conveniencia de fijarse en un candidato
civil para el ejercicio del poder.
Punto es éste sobre el que llamo la atención de usted, confiado en
que sabrá estimarlo
como la segura prenda de que no me gula otra as..piraci6n que la de la paz general y la buena armonía de cuantos componen el gran partido liberal-radical.
Conozco el patriotismo de usted y no dudo que sin vacilación alguna
prestará á coadyuvar A la consecuciÓn de la paz sin derramamiento de
sangre, con lo cual habrá usted alcanzado un nuevo timbre honroso, y la
gratitud de los ecuatorianos.
fl6
Encarezco por tanto á usted que á la brevedad posible se sirva D.om,
brar una comisión compuesta de tres mienmbros. á efecto de que confereucle con las que á su vez y en igual forma nombre el JeTe Supremo pro-
-196-
clamado en Esmeraldas General don l"lavio Alfaro' y el Gobierno que prelllde en Quito el doctor Cal'los Freile Zaldumbide.
EstableciduE; las conferencias de paz en el lugar que se estime conveniente. fli.cil será. no lo dudo, llegar á un advenimiento que unifique la
opinión, asegure la paz, afiance el régimen liberal y asegure garantIa"
para todos los ~cuatorianOB.
No creo necesario excitar el ClVlsmo de usted! ni extenderme en consideraciones acerca de la conveniencia de cuanto dejo expuesto, y asi sólo
me resta esperar su aquiescencia.
ELOY
Rf<públieu de] Ecuador.-Jefatura
quil, Enero 19 de ] 912.
Suprema
ALFARO.
de la República.-Guaya-
. Señores Cónsules de los Estados Unidos de Norte América
de la Gran Bretaña y de Alemania.-Guayaquil.
de Italia,
He tenido el bOllor de Oil' la insinuación de U. U. y del Sr. D. .luan
llIingworth á nombre de algunas familias de Guayaquil, en el sent.ido de que
los Gobiernos del Interior y de la Costa lleguen á un arreglo decoros0,
que asegure la paz en el territorio ecuatoriano.
Agregan U. U. que de
aceptarse las indicaciones, empezarfun inmediatamente
las gestiones respectivas, trasladándose al efecto al campamento enemigo.
Toda labor altruista ha merecido sienlpre mi más decidido apoyo: defiero á la de U. U. autorlzándolos para que verifiquen la traslación indicada ·en la. segurldad de que me será satisfactorio oirlos otra vez respecto
dAI resultado de su misión .
. Conviene advertir que no debe tratarse de capitula,cí6n, desde que loó:
combates de Huigra y Yaguachi en nada afectan la acci6n principal, Que
es la ocupaCión militar de la plal(a de Guayaquil, la cllal está sometida ::t
la .Jefatura Suprema que ejerzo. por voluntad del pueblo.
El señor general don Eloy Alfal'o que arribó á este puerto con el mismo propósito. de U. U. y que se ha hecho cargo de la Dirección dé la
Guerra, está, cOIlJo les consta á U. D., de acuerdo conmigo acerca de los
conceptos precedentes.
Dios y Libertad.
(f.)
Pedro J. Montera.
-197República del Ecuador.-Jefatura
quil, Enero 19 de 1911.
,
Suprema
El General Pedro J. Monteao, Jefe Supremo
de la Re¡llibllca.-Guay¡:-
de la República.
Por la presente, manifiesta al Jefe Divisionario de las tropas del Gobiemo de Quito, que los señores Carlos Benjamln Rosales, Ignacio HoblesMarUn Avnes, Eduardo Game, Sixto Durán Ballén, Herman Dietrich, Cónsul General de los Estados Unidos, y Alfredo Cartwright,
Cónsul de R.
M. Britá.nica, se dirigen á ese campamento para conferenciar
acerca d3
los preliminares
de paz.
(f.)'
Pedro J. Montera.
CONCEPTOS DEL GENERAL ALJ?A~O.-ACTITUD
DE I~OS Ml/l.;IS'l'ROS DE MONTF.:RO.- CAUSA DB L AREVOLUCION.LA MEDIACION y SU PROBABLE REGRESO A PANAMA.
"Guayaquil,
"Mi recordado
hijito
Enero 11 de 1912.
Olmedo:
"Ya sabes 'lile tuvimos buen viaJe.
De Balboa salimos antes de la,;
"seis de la tarde y de Flamenco á la media noche dp.l Domingo, llegamos
"á Guayaquil á I/!-s cuatro de la tarde del jueves.
"Se discutió la conveniencia de que yo me prescntara como mediadol'
"de paz ante 108 gobiernos seccionales.
Se hizo todo en reserva. pel'O se
"traslució que recomendaba un candidato civil, lo cual me oeasion6 di;;"gustos muy graves.
"El Ministro de MOl1tel'o entiendo me es adVerHl) con excepClOn de
"
, , .. que guarda silencio, pero proceden con mucha prudencia.
"As! se explica los arreglos quc Pedro ha tenido con /<'Iavio.
"Montero
!le
comporta
con lealtad
conmir;o en t.odo lo
[fne
está á
;'11
-198"alcance comprender.
Por supuesto, yo me abstengo
"gunas cositas para no éausarle molestias,
de manifestarle
al-
,"La exigencia de Quito para que Montero adoptara la candidatura
"cia! de Placita fue lo que produjO el pronunciamiento el dla 28
.
11ft.
"
"Se cree generalmente
que el Gobierno Seccional de Quito, aceptará
"mi mediación; y en caso contrario me parece g.ue debo reembarc&MII4l
"para Panamá,., .
"He palpado que si hubiera propalado que querla volver al poder,
"casi todos me habrlan rodeado y apoyado.
Pero be manifestado coa
"sinceridad que no quiero más volver á regir los destinos del pata y todos
"aquellos que necesitan de destinos para vivir se me han enfriado 1 re"tirado .. , .
"Atravezamos una situación material parecida á la del año 60. enaa"io surgió el Partido Conservador con Garcra Moreno á la cabeza.
'''Abrazos y besos para el niñito cuya vista
":Muchos amigos me encargan saludarte.
"Te abraza
LA IMPOSICION
Montero
sobre
manera.
tu papaslto,
(tdo.)
Bl General
estrafio
ELOY ALFARO.
OFICIAL y LA GUERRA.
claramente
manifest6
que la imposici6a
de la
-195Candidatura
Plaza fue la causa determinante
d:: la guerra.
Lease lo siguiente:
General en Jefe
de 1912.
del Ejército.-Cuartel
general
en Yai;uachi,
Enero
l~í
dirigirle
el
l~
Sefiol' General Pedro J. Montero.
Guayaquil.
Un alto deber de humanidad
presente oficIo.
y patriotismo
me Obliga
á
La sangre derramada en Huigra, Naranjito y Yaguachi es ecuatoriana
y esas vfctimas sacrificadas, hoy, hubIeran contribuido, maftana á salvar
]a Patria.
La suerte de las armas le ha sido á usted adversa y es tiempo de que
ce~ una guerra fratricida provocada en hora desgraciada Y sin bandera
poHtlca.
Le intimo la rendición de esa plaza, para que no continúe
dose, tan inútilmentc, la sangre de nuestros compatriotas.
derramán-
Si usted no hace la entrega de esa plaza, scrá el unlco responsable de
todos los resultados que pueden traer las operaciones militarcs que, siu
pérdida de minuto, continúo, para obtener la completa pacificaCión de I:l
República.
S. S.
(f)
L. Plaza G.
CONTESTACION.
R. de] E.-Jefatnra
Snprema.-Guayaqull,
á 20 de Enero
de 1912.
Sefior Ge.nera] don Leonidas Plaza G.
y aguacil i.
He recibido el oficio qne usted se ha dip;nado dirip;lrme con el earácter de General en .Jf1fe del Ejército del Interior, desde e] campamento
de Yaguachi, el diecinueve de Enero de mil novecient.os doce, pn el cual
me comunica que "un a.lto deber de humanidad y patriotismo" le ublil<'a ;'¡
-20(}-
enviarme ~8e oficio, (Jon el objeto de que considerando que la sangre d&rraínada en Nara:;¡jíto, HUigra y Yaguachi es sangre ecuatoriana; que las
vtct1mas sMriticadas; hoy hubieran contribilldo, mañana, á. salvar á la
Patria; qúe la suerte de las armas me ha sido adversa, y que es tiempo
de que ,cese una guerra fratricida,. provocada en hora desgraciada y sin
bandera PoUtlca, me intima la rendiCión de, ,esta plaza, para que no cont1mle derramá.ndose" tall, inútilmente, la sangre. de nuestros compatriotas.
Agrega uiltéd, qúe sino, hago la entrega seré el Ilnico responsable de to~
dos los, resúltados' que puedan traer' las' ,operaciones militares que, sia
pérdida de minuto, ,continúa para obtener "la completa' pacificación de la
República.
"
Las afirmaciones' d~'~5tedl me ponen ~n el caso 'de expresarle que la
Imposición de la candidatura de usted para Presidente de la República,
por parte del Gobierno de Quito, con violación ,del sufragio, popular consagrado como garll.nUa en la ,Constitución del ,Estado, ha sido la causa de.terminante del movimiento poUticodel 28. de Diciembre de 1911, que al
Pueblo y el Ejército me obligaron á. aceptar."
Si es, como usted afirma en el oficio" un: alto deber de ,humanidad '1
patriotismo el que lo ·mueve á' impedir un nuevo derramamierito de sangrlll
humana, cúmpleles' ~ esos nobles sentimientos de usted agotar todos 108
esfuerzos ,posibles" p~sterg¡¡.ndo toda aspiración personal, para el logro de
tan patriótico' fin.,
'
Sea esta la ocasiÓn de asegurarle que. hoy como antes y como siempre, estoy e~ntQ dé toda ambición exclusiVista; de manera que la Jefatura Suprema que' ejérzo no es ni puede ser obstáculo para la realizacióll
de ese ideal suyo, de Paz, que es también el mlo.
Ea, pues, ¡;eftor General: arregl_
deeol'OMlllente la paz, como
miembros' que somos de la familia liberal y, más que todo, como buenos
hijos de la Patria. Aprovechemos de los benévolos oficios del Cuerpo Consular que en esta Elmergencia ha demostrado su cariño y predilección por
el pats., con el objeto 'de librar á la ciudad de Guayaquil de los horrores de
la guerra. Las comi~iones de 108 Gobiernos del Interior y de la Costa 89
encargarán de especificar ,las bases.
y si usted. no acepta la proposición. concluyo devolviéndole sus propias palabras: "Usted será. el único responsable de todos' los resultados
que puedan tener las operaciones militares que, sin pérdida de minuto,
continúo para obtener la completa pacificación de la República.
S. S.,'
!NFAMANDO
A
LA HUMANIDAD
Y
PROFANANDO
JiIDY
CADAVERES
QUITO.
"Aquello constituía
el crimen más horrendo
guenza de una raza entera..••-UN
IANca
1m8l.IOTECA
de la
TESTIGO.
DE LA REPUBLlCA
LUIS - ANGEL ARANGO
CATALOGACION
Historia
y le. ~
'n
Jr.j
,
-201EL GENERAL ALFARO y LA REVOLUCION
ALF ARO.
DE MONTERO y FLAVlO
Entre otras cosas, este documento demuestra que el General Eloy Altaro no partIcIpaba en el movImiento
revolucIonarIo, ni antes ni despuéll
de la proclamacIón de Montero y Flavio Alíaro.
"Guayaquil
Seior
Enero
20 de 1912.
General don Pedro J . .Montero.
Ciudad.
Estimado
General· y amigo:
Nadie 'mejor que tft conoce que vine animado de los mejores deseoll
para mantener contigo la más estrecha unión, como único medio conducente á la rehabllitaci6n del Partido Radical, al cual ·pertenecemos.
Como ,resultado de esa conferencIa asumida la Dlreccl6n General
la Guerra después de expedido el Decreto correspondIente.
<le
El puÍlto prImordial de tal conferencia, la cláusula
resultante de tal
convenio, fué el pacto en cuya virtud se estlpul6 que el sefior General don
. EloJ' .!.Ifaro, no tendría Ingerencia directa ni indirecta en nuestros asuntos
poUtlcos.
Apelo á, tu caballerosidad y á. tu palabra solemnemente comprendida
para recordarte que el llamamiento último á don Eloy, es una violación
manifiesta de todo lo acordado. Y tú comprendes que este procedimiento
me autoriza también para dejar insubslstentes por lo que á mi respecta.
el compromiso que hast.a hoy me ha ligadO.
No se ocultará á tu penetración
que al retirarme
yo•• quedarIan dp.
hecho separados todos mis amigos y los demás elementos que forman el
J1úcleo de apoyo y resistencia con que tú hasta hoy has contado.
Como !lO trato de proceder de l¡jero en asunto de suyo tan trascendentel, ya para la República, ya para el Partido, ya también para nosotros
mIsmos, te slIplico encarecidamente
que antes de adoptar cualquier partido, te sirvas meditar las consecuencias de un acto que implica para tf pl
olvido de IIn compromiso solemne.
No creas que trato de fomentar exacciones que, en los momentos actuales serfan nuestra ruina; pero es deber mio deslindar
J'esponsabllid:J.des, ~ fin de que éstas queden definidas.
-202Habrfa deseado yo conferenciar personalmente contigo, de modo que
tu presencia aqui seria todavia oportuna y conveniente:
ella conduciría
de un modo seguro á un acuerdo entre los dos.
Si tú no vienes sírvete ver esta carta, mi reuuncia
participación contigo en la actual emergencia.
irrevocable
á toda
Tu amigo y camarada,
Flavio É. Alfaro."
DETALLES
SOBRE LA CAPTURA DE LOS GENERALES El.-OY Alr
FARO, PEDRO J. MONTERO y ULPIA.NO PAEZ.
Mi padre, siempre v[ctima de su buena fe, esperaba el cumpllmit?nto
del Tratado de Paz,·y fue encontrado por los ayudantes que envió Plaza ii
aprisionarlo "en chaleco y sentado en una hamaca". Se sorpi'endió al principio y alegó que Montero tenia \lna garantfa escrita del mismo Gell~ral Plaza.
Copiamos de uno de los diarios:
"Unos niños desconocidos de modesta condición, suministraron la n¡)ticia de que habfan visto penetrar á los tres Generales en una casa,
situada en la calle Chimborazo, intersección con la de la Ml,U1icipalida«(,
detras de la Jefatura de la Zona.
\
~.
Entonces acudieron algunos militares y personas particulares y, una
vez rodeada la manzana por la Columna de Honor al mundo del Capitán
Clotario Paz. el Capitán Eleodoro,Avilés M. y el doctor Aurello Bayas, penetraron á hi casa antedicha, en donde según los informes se encontrában los Generales Eloy Aliaro, Pedro J. Montero y Ulpiano Páez, con don
Jerónimo Avilés Aguirre.
En
tigua á
sentado
sento y
efec~to, apenas traspusieron el zaguán de la casa, en una pieza condicho zaguán, fueron encontrados el . General Alfaro en chaleco.
en una hamaca, el General Pácz, paseándose á lo largo del apodon Jerónimo Avilés;echado en otra hamaca, también sin saco.
Intimados que fueron de orden. de prisión, por lo pronto se negaron á.
abandonar el lugar en donde estaban, mientras telefoneaban según dijeron
á don MarUn Avilés y concurriese el Gobernador Rosales 6. por lo meno!,
ruese el Gen\!ral Julio Andrade, alegando para ello que el General Montero poseía una garantia escrita del' General Plaza" y de que si la entrega de
la plaza no se habra hecho conforme al tratado, fÚé debido á una contra-
-203revolución forzada por los partidarios de don Flavio Alfaro, de todo lo
cual ellos no tenlan la culpa. Por último, exigieron la orden expresa
del
General Plaza para declararse presos, pero en este momento llegaron
106
ayudantes de campo de dicho General y entonces les comunicaron la orden expresa que tenia" de conduclrlos presos. Antes de que éstos abandonasen su alojami.ento, como el General Montero no habla sido aún encontrado se orden6 registrar toda la casa y entonces,
voluntariamente,
el
General Montero se presentó
diciendo que querfa correr la misma !iuerte
que el General Alfaro."
PREMEDITACION
y COMPLICIDAD.
En mi segudo folleto, pa.gina '15, he escrito: "La colección de los dia·
rios qulteños al servicio de Plaza, Frelle, Dfaz, etc., como "La Constituci6n", "El Comercio" y "La Prensa!'
correspondientes
al mes de Enero
prueban la acción gubernativa en soliviantar la plebe á. cometer los crf-menes del 28, y la actitud de muchos de los diarios palaciegos no es ta.1
sólo degradante para ellos sino para la Instrucción entera."
Paso á probarlo, sirviéndome de uno de ellos, del decano de -la prtJll¡;a
capitollna, del reputadO como l¡nO de los mé.s serios; los demAs, á la calumnia unen un lenguaje soez y despreciable ..
"El Comercio" de Quito, al ocuparse del viaIe del General Alfo.ro ~l
Ecuador en misión de Paz, establece calumnlosamente
todo lo contrario.
Edltorialmente
afirma, que en Pana.niá enganchó aventureros,
embarcó
cargamentos de armas, envió naves y municiones, levantó un empréstit.o
entre 108 judíos y se cargó de oro para ir á hacer la guerra al Ecuador.
A todo mundo consta que mi padre viajó solamente
acompañado d8
ajeno á la pollUca ecuatoriana, y que esto se vló obligado á ha~l'lo por su ancianidad y el mal estado de 'Sll salud.
.» pariente,
A todo mundo consta que mi padre no llevó consigo dinero algUllo.
porque no lo tenía. Entiendo que un amigo generoso, el señor Darío Ega<;,
tuvo que proporcionarle auxilios pecuniarios cuando lo llevaban preso (l
Quito.
No ha enviado al Ecuador
armas
.i mucho menos ba podido conversar
ni mUllIClOnes de ninguna. especie,
á bordo que disponía de veinte bar-
cos de guerra.
Todas estas sólo son invenciones
gos preparaban su asesinato.
infames
con las cuales sus enemi-
-204Como en esta publicación alude "El Comercio" al P¡'esidente de la
República de PanaIi.lá. doctor Pablo
Arosemena. el diario' minister.ial
"Los Hechos" número 85, órgano del señor Presidente,
copia el artfculo
á que me refiero y lo desmiente en la forma siguiente:
"EL PRESIDENTE
DE PANAMA Y DON J<jLOYALFARO,
(De "El Comercio" de Quito de 22 de Enel~o.)
Bien se 'sabían los Alfaros que en Panamá se les iba á conceder la
más amplia 'libertad para conspirar contra nuestra Patria, cuando prefirieron traeladarse á esa Republiqulta, en luga¡' de Ir á gozar de los caudales que saquearon' á la Nación en los grandIosos países de Europa ó en
la América del ~orte.
Se queda-ron en Panamá para formar allí su cuartel general de empedernidos revolucionarios, porque contaban con la parcialidad del Presidente titular del Istmo, pariente cercano de la mujer de Eloy Alfaro.
Sólo así se explica qUe, contraviniendo á los más elementales prinJiplos del Derecho internacional y á la recfproca fe que deben guar'dal'se los
pueblos, haya permitido el señor Arosemena que en el mismo territorb
de su diminuta República enganche don Eloy Alfaro á tantos aventureros
que por esos trIgos pululan para armarIos y traerlos á. que v¡ctimen á los
ecuatorianos.
La sangre de sus compatriotas
nunca fue para Alfaro un obstáculo
en el camino de sus criminales intentonas revolucionarias.
Los que se encharcaron en la sangre de los ecuatorianos que se encontraban á bordo del "Huacho" fueron, en su mayor parte, también ~ventureros reclutados por Alfaro en las calles de PanamÁ. y ahora, con más
facilidad que antes, ha podido don Eloy Alfaro emitir en Panamá sus con·
sabidos bonos. en esos juegos á la gruesa ventura á los que tan acostumbrado está, pal's después pagarlos. si la suerte le favorece, con el s_udor de
la gente del pueblo.
En Panamá, á vista y presencia
y las embarcó en gran ca~idad.
del Gobierno, compró Alfaro armas
Allí pudo verificar un empréstito
tomando dinero de . manos de uu
Judfo, y ya pueden imaginarse nuestros lectores las usurarias condicione~
en que se realizarfa el negocio, sobre todo ahora que se trataba tal vez de
su 111iima intentona y cuando don Eloy se encuentra completamente chiflado.
Un extranjero que saIló de Panamá en el mismo vapor que Eloy Alfaro, refiere que durante la travesía le preguntó (¡ este últlmo:
-2Ú5-"Qué
piensa de la situación del Ecuador?"
-"Tengo
un plan de campaña en mi cabeza y cuento cou veinticinco
unidades navales", dice que le contest6.
Apuntamos
tros lectores.
el hecho, verldlco, para que lo
comenten á su sabor nues·
Que por lo que hace á la parcialidad, por decir lo menos del Presidente de Panamá, en favor de su pariente político, esperamos qne uuestra
Cancillerla se pondrá á la altura de sn deber."
Hasta aqul el diario quiteño.
REPLICA.
"Los 36.900 habitantes de esta Capital saben que la composición precedente es' un tejidO de torpes mentiras. Saben;
Que el General Alfaro no hizo enganche
Que no hizo emisión de
ecuatoriano.
Que no contrató
empréstito
bonos
alguno en esta ciudad.
pagaderos
con el
sudor del pueblo
alguno con judío, cristiano
6 musulinán.
Que no conspiró ni envió armas para el Ecuador.
Que no ejecutó acto alguno que denunciase
de nuevo la guerra civil en su Patria.
Que el ¡ncensato pronunciamiento
funda sorpresa.
I:<U
propósito de
encender
del General Montero le causó pro·
Que se embarcó para Guayaquil, acompañado
sólo de un compañero.
amigo muy distinguido por sus ideas y sentimientos pacíficos, cediendo al
llamamiento del General Montero y de otras personas de su partidO residentes en esa ciudad.
El doctor Arosemena es un hombre correcto.
Conoce sus deberes y
los cumple con lealtad y firmeza. La ley internacional y la moral únidas
le imponían estricta neutralidad en los asuntos internos del Ecuador y en
ningún caso las habrfa olvidado. por consideraciones de familia.
Ello ha·
brla constituido verdadero prevaricato.
Cuando en Rogotá se dijo que favorecía una revolución
liberal en Colombia con dinero y elementos de
guerra, respondió; "Llevar ia guerra á un pals amig'O es una falta: encen
derla en pueblo hermano, una canallada." ,
-206Sépase. ahora que el doctor Arosemena no vi6 con favor el Incensat!J
pronunciamiento del General Montero cuyo fracaso predijo.
Recuérdese
que él, en articulo que pUbliCÓel "Diario' de Panamá", condenó el pronunciamiento del Coronel. Terán, que dió en tierra con el Gobierno del prudente y caballeroso setior García, El doctor Arosemena es y ha oido decididamente adversario del recurso de las armas--Ia última. ratlo-de
ordina.rio
contraproducente.
Ha creído siempre que "la espada corta las cuestionel
y no las .resuelve",
La República de Panamá es Republiquita; pero civillzada. y en ella
no se verá jamás el sacrificio con derroche de barbarie de enemigos reno
didos, que se juzgaban bajo amparo de la fe empeñada, y refrenada,
por
la firma de extranjeros respetables por su pOSición oficial y por sus prendas personales. Panamá. nunca presenciará las escenas salvajes de Guayaquil y de Quito,' que la opinión habría condenado en la .Abisinia, y que
lian hechado en la historia del Ecuador mancha Que no alcanzará á borrar
toda el agua del Océano.
Cuanto la acci6n de la Cancillería
"El Comercio" de Quito, le reservamos
periódico ('La Risa",
Ecuatoriana, con que nos amenaza
desde ahora página de honor en el
(De "Los Hechos" .-Panamá.)
.4.NTECEDENTES.
No conozco el Manifiesto de Freile á
Paz" de Popayán en su nÚmero 335,
que se refiere el peri6dico ':Lá
Pero véase el Hstilo que empleaba el ~rupo de enemigos de mi padre
del cual el tal JefE. de Estado y Ministros eran los representantes
oficia-
les:
"Del manifiesto á la Nación 'firmado coa fecha 13 de Enero por don
Carlos Freile Zaldumblde y sus Ministros, recortamos el Siguiente párra·
fo, subrayando nosotros:
"Guayaquil reclama nuestra
inmediata presencia: la afrenta de qU<l
ha sido víctima merece lavarse con sangre. Al miembro corrompido hay
que cauterizar/o: es la hora de que se inicie la regeneración de la Rept1blica eliminando el elemento desleal y traidor y dando preponderancia á la
lealtad y al patriotismo."
-207"Quito, 7 de !<'eurcro de 1912.
Jesús Corral.
Bogotá.
En Guayaquil expuse mi vida por salvar la de nuest¡'os infortunados
Generales y se las salvé. Nadie duda en mi patl'ia que de haberme hallado aqur el infausto veintiocho habría. muerto con ellos ó se ies habría sal·
vado otra vez.
Mi tristeza es inmensa é incurable. Mi alma está limpia y clara como la
de un nlfio. Esto todo cuanto tengo que decirle.
Abrázolo,
Julio Andrade."
("La Paz.")
Por el anterior telegrama del General Andrade se ve que la ChUSllHi
de regeneradores
que asesinaron á Montero tenía Instrucciones más amplias. Andrade categóricamente aseg-ura que les salvó la vida y que lo Imbiera continuado haciendo en Quito;
cosa de quc todo el mundo estaba
seguro en el Ecuador. Actitud que indudablemente no le Inspiró confianza
aI.General Plaza, que los mandó á Quito para continuar salvándolos.
ACTITUD
DE
LOS
Continúa la literatura del doctor
do al pueblo á la fiesta de sangre.
Discurso
QUITEÑOS.
Carlos Frelle
Zaldumbide
pronunciado por el señor Encargado del Poder
meeting verificado en la noche del 21.
preparar¡-
Ejecutivo
en ~I
"Compatriotas:
En estos momenios de trascendental
interés para la Nación ecuatoriana, no podía por menos que dejarse 011' la voz del noble pueblo de Quito.
en testimonio del incondicional apoyo que presta á la causa del orden y de!
honor, y como altiva protesta contra la traición y la infamia.
..-208No se trata, ciudadanos. de una lucha entre
partidos poltticos que
disputan el triunfo de sus ideales en el campo de batalla, quedando al vencedor los brazos tendidos al. vencido, noble y lealmente; se trata de hombres que han cometido el crimen de alzarse contra el orden establecido
ain otro pretexto que la ambición vulgar y mezquina; se trata de Caín es
que se lanzan ll. Infame deguello contra sus hermanos generosos. y de vidas
que venden el bienestar. el deéoro de la Patria, al mísero atán del Interés
ciego. de la esp-eculación infame.
Ardiente y noble sangre se ha derramado para volver por el Imperio
de la ley y de la justicia; y esa sangre vertida por la reivindicación nacIonal, no puede secarse antes de que los traidores sean castigados
cual
cumple A la magnitud del crimen que cometieron. No la Nación ecuatoriana solamente. sino todos los pueblos sud-americanos tienen la mirada puesta en la accl6n ,'elvindicadora del Gobl~rno; (1) y ella ha de hacerse sentir necesariamente. como un homenaje á la majestad de la República y como obra de reparaci6n polftica 6 social que debe lI~varse adelante. así sea
necesario llegar al sacrificio.
Compatriotas:
Muy pronto. mafiana quizás. nos estrecharemos en un cordial abrazo
con nuestros
hermanos
del litoral, quienes
hacen suya
nuestra
causa.
¡Viva el Ejército
(1)
Ecuador
Constitucional!
¡Viva el pueblo de Quito!"
En efecto, hoy el mundo contempla á su Gobierno y espera Que el
vuelva por su buen nombre.
NOTAS PRELIMINARES
A LOS LINCHAMIENTOS.
El redactor de "El Grito" pide la cabeza .de Montero:
"Pedimos para el General don Pedro Montero, ex-Jefe Supremo y los
principales Tenientes suyos un Consejo de Guerra verbal,. en la campaña
que ellos mismos han desatado.
Si él asumió la responsabilidad.
de su propia cabeza.
él debe salir á. hacerla buena á
costa.
y .exigimos desde ahora el inmediato
cumplimiento de la sentencia
que se dicte, aliando con las consideraciones
de humanidad
las necsidades de la defensa social.
-%09Nada de actos políticos, de cuartelazo s que torminan en glorlflcacioJ1.es; y seria la mayor imbeqilidad poner de nuevo á campo abierto á felones que aún tienen armas, recursos y partidarios, para alborotar las pro,ríncias y seguir ensangrentando la República.
iCompasión! Las mil y tantas víctimas que han caldo en esta
emergencia mlcua ¿ le han merecido acaso del selíor Montera, que cae sin el.
honor de 'haber desenvainado el sable, después de haber amenazado cou
rIos de sangre, mientras
dispusiese
de un cartucho y de una pulgada.
de hierro?
Ahora ó nunca: debe reaccionar la moral pÚblica en esta Nación, su·.
jeta siempre á las aventuras de la ambición de militares traidores, dandc¡,
un gran ejemplo de severidad que escarmiente
en lo futuro."
("El Grito del Pueblo Ecuatoriano",
EL 11 DE AGOSTO
Hablan
entonces:
108
autores
número 150.)
Y EL ASESINATO
del
11 de Agosto
DE ALI<'ARO.
sobre
sus proyectos desde
"Era el 11 de Agosto; los gritos d,; "Viva la Constitución", "muera h
dictadura", se habían esparcido por toda la ciudad. El tirano, con su séquito de esbirros, se hallaba encerrado en el Palacio de Gobierno, en calida.d.
de preso, y los señores Ministros Diplomáticos se prt!paraban para salir
conduciéndole á la LegaCión de Chile. El pueblo y el ejército se amotinaron á las puertas deseosos de exterminar y descuarti:zar la fiera que JlM'
más de un lustro se había alimentado con la sangre ecuatol·iana".
("La Constitución",
ndmero 44. Periódico mlnlstorial.)
MAS ARTICULOS
SANGRIENTOS.
"El Grito del Pueblo Ecuatoriano" pide las cabozas de Alfaro y Montera después de hablar de los muertos en la guerra, a¡¡;reRa:
"Que no vaHan lo que los señores Alfaro y Montero? Ante la muerte
un hombre vale como otro cualquiera, y el Duque de Elchingnen, príncipe
de la Moscowa, no es sino "Miguel Ney y en breve un poco de polvo."
-210"No tenemos sed de sangre de nadie; ya debemos estar hartos con el
torrente que se ha vertido en Huigra, Babahoyo, Guayaquil, etc; pero reclamemos seriedad en los procedimientos Y el imperio de la ley."
"Entrarán en el Panóptíco; se iniciará un proceso ruidoso, con todos
los escándalos
é inconvenientes de un prolongado acto poIrtico, duranta
~l cual no serfa. de sorprende¡' que se urdiesen tramas de salvame!lto y aun
de p!igrosa conspiración; pasará el tiempo, y aplacado el poderoso sentimiento que hoy enardece los ánimos vendrá luego un misericordioso silendo,' cuando no una posible intervención del cuerpo diplomático cuya prác,
tica frecuenUaima va creando un curioso aspecto de limitaci6n de soberanía nacional. hasta que, rennido el Congreso, dicte el decreto iniciai de amnisUa y vuelva cada cual al campo conocido, con nuevos rencores Que aa·ciar y un mundo de experiencia para las úitimas páginas de la inacabable
tragedia."
Tal era la propaganda de sangre Que hacían los periodistas enemigos,
en vísperas de los asesinatos; que hemos leído en "El Ecuatoriano" de Guayaquil, la aseveración de que fué este diario el único que no pidi6 la cabeza de Aliaro ..
LA OPINION EN EL EXTRANJERO.
Incidentalmente
el señor EJizalde, Ministro del Ecuador en Chile, en
carta sobre otros asuntos se ocupa de la situacl6u de Aliaro al ser enviado
a. Quito. Atln en el extranjero se conocía el peIi~o.
El ex-Ministro ignoraba que fué Plaza Quien los envi6 á Quito. _Plaza,
que durante llls escenas de Agosto no vivía en Santiago, sino en la vecindad donde efltaba la Legaci6n, asilo de Alfaro.
"Malloa,
(Colchagua).
5 de Febrero
de 1912.
Señor Director de "La Maúana"
Santiago.
Distinguido
señor:
-211-
Todos cuantos conoc[amos el estado de ánimo de las turbas de Quito
respecto de los Alfaros; los que recordábamos que durante un meSl sitiaroIl:
la Legac16n de Chile, donde el ex-Presidente hallara generoso asilo, comprendimos que el gobierno habia decretado la muerte de esos mártires, al
dar la orden de que fueran á Quito. Está en Chile un distinguido milita}"
ecuatoriano que fué actor principal en la revolución del 11 de Agosto últt1110 y que por circunstancias
espcciaHsimas conociala tendencia de los fanáticos de Quito. y el mismo d[a domingo 28 de Enero, á las 9 de la mafia.na, en la Oficina de la Legación, al saber que el Gobierno habla ordenado
ese viaje, me dijo: "Tenga usted la absoluta seguridad de que mafiana 6
pasado vendrá la noticia de que los han linchado á todos." En efecto: al
dio. SigUiente llegó la desconcertante noticia. El linchamiento
se cstaba
efectuando
en los instantes
mismos en
que aquellas palabras
flO
Jlronunciaban.
SI el Gobierno que contaba con ocho mil soldados victoriosos carec111
en Quito de elemen"tos para hacer respetar la Constitución de la República, y las más triviales leyes de humanidad, no debió nunca ordenar ese
viaje. En el r[o de Guayaquil no hubiera faltado un buque de guerra ó--un
pOnt6n nacional en que preservar ti los prisioneros
del ataque y el furor
de sus enemigos; y en los desfiladeros de los Andes tampoco habrla faltado una cueva 6 un risco para evitar una gran venganza.
,.
,.
'.
re
Soy su servidor afecUslmo,
R. H. EHzalde."
EL MINISTRO RENDON PEREZ A NAVARRO.-MENTlRAS
OFICIALES
El sp.ñor Rendón era Ministro de Instrucción Pública en el Gobierno
de Frelle, y por lo tanto ·responsable también, por los actos de canibalismo de Enero.
-U2-
"Quito.• 'Enero 28 de 1912.
Señor Coronel Navarro:
Las escenas de horror que se han desarrollado en Quito nos tienen
consternados. El Gobierno ha hecho cuanto era posible' para asegurar
la.
vida. á esos desgraciados; pero el pueblo asaltó la Penitencíarta matando
guardias y haciéndose matar con el fin de vengar al millar de quitel'los
que fueron ¡nsepultados en Hulgra, Naranjito y Yaguaclli. j ¡Quiera Dios
que al menos saquemos algún provecho
que en lo venidero la
tria! !
de estos escandalosos
espada no se desenvaine sino en
excesos,
,r
defensa de la Pa-
Su anligo,
Carlos
Rendón Pérez."
Paerece ignorar que no hubo ninguna matanza de guardianes del Panóptico, ni de pueblo. Simula ignorar que en Huigra, Naranjito y \'aguachl
fueron derrotados los victimados, y demás compafieros y mal podfan enterrar los nI uertos.
y que de estos horrorosos crlmenes el Único provecho que sacarán 89
lo dirá. la Historia.
-'-LOS DEL 11 DE AGOSTO EN YAGUACHI.
Un ejército coa.ligado de conservadores y liberales baj6 á la costa en
defensa de la "Constitución" y en contra de los "revolucionarios".
Tenta. '5!1
mando en jefe en el combate de Yaguachi el General Leonidas Plaza Gutiérrez, qiJien' en -telegrama de Durán de 20 de Enero al Presidente y Ministros y tratando de 10J:l causales de la, capitulación expresa esta. conftr
81ón de parte:
"Un sentimiento de humanidad y más que eso una razón d~ patriOtismo me Obliga á este paso, para salvar á Guayaquil de las consecuencias
que ustedes deben adivinar y que las sufrió Yaguachl."
Las consecuencias que dice Plaza "debe el Gobierno adivinar '{ que las
sufrió Yaguachi" están bosquejadas en mi primer folleto en los siguientes
términos:
"A mi padre lo llamó Montero, pero sólo intervino como mediador para
evitar la ~,,.uerra,mediación que no [ué aceptada, y por Último, despué's qu.
el gobierno de Montero habla sido derrotado, aceptó el cargo de Jefe 'del
-213--
Ejército para impcdir se repitiesen desgracias
para la ciudad de Guayaquil una capitulación
que ya sucedían y conl\leguir
y no un combate.
"Los componentes del elemento militar que trafa Plaza eran ya conocidos, pues en Yaguachi, después. del combate
asesinaron y saquearon
al enemigo veneldo y al poblado, hasta el extremo de incendiar el hospl·
tal de sangre que ostentaba una gran bandera de la Cruz Roja. Dicen que
daba pp.na ver salir á los heridos arrastrando sus miembros mutlJados para escapar de las llamas. Este era el ejército Que inspiraba Plaza y el defenaor de la!! Instituciones del país, la ConRtitnci6n, etc .. etc."
y fué á uno de esos batallones, debí ag-regar, tí. quien entregaron Pla.
za y su maniquí Navarro. al Genp.ral Alfaro y compañeros para que tos
custodiasen hasta Quito
.
LA COMISION DE PAZ.
Como se ve por este recorte, la Comisión de Paz la componían además
de los Cónsules, un grupo de caballeros de la mayor representación en ,,'
ECYador.
Plaza los recibió con "marcha¡; y otros toques militares"
para burlarlos
despué8.
Copiamos:
"A las 12 lll. parti6 á Durán, para de allí seguir á Yaguachi. donde se
halla el General Leonidas Plaza G., Director de la guerra del Gobierno de
Quito, la comisi6n de paz, compuesta de los señores Ignacio Robles. Carlos
B. Rosales, Eduardo Game, Sixto Durán Ballén. Berman Dietrich, Cónsul dQ
lo!SMstados Unidos. y Alfredo Cartwrigh, Cónsul de la Gran Bretaña.
Llegados al lugar de 8U destino y anunciada su presencia, formó un:l
escolta de honor para reclblrlos y fueron saludados con ma.rchail y otrol!l
toq~es militares.
Distinguidos jofeR los condujeron, con muestras de la mayor I'onsideraGi6n, al lugar en que los esperaba el señor General Pla"za G., quien los acogió con señalada cortesra. y cordialldad.
-214Después de las fórmulas usuales, entraron á tratar del asunto que habis lleTado la honorable comisión partida de Guayaquil.
El señor General Plaza G. otorgó su contestación en un pliego cerrado.
dirigido al Jefe Supremo, senor General Pedro J. Montero.
Terminada
la entrevista, fueron despedidos por el seilor General
Plaza con la misma benevolencia y obsequiosidad con que hablan sido recibidos, lo cual Impresionó gratamente á los notables caballeros de la comisión.
Apenas regresaron á la ciudad, pusieron en manos del señor JeCe Supremo el pliego del que hablan sido portadores Y cuyo contenido adn no
se conoc-e.
Da de é8~rar que el patriotismo inspire á. todos é indique una decorosa
tiOlución, como es la aspiración del pals entero."
("El Telégrafo")
ULTIMAS PROVIDENCIAS DE LA JEFATURA SUPREMA.
Habla un diario placista:
"Se nos ha referido que, cuando el pueblO se apoderó anteayer de los
cuarteles y se disparaban los postreros tiroteos, el Coronel Pedro Infante,
con un lega.jo de papeles andaba en pOs d~ alguna autoridad para entregárselo.
Como no apareciese ninguna, se aproximó al señor doctor Juan "A. 0rellaDa, que se ocupaba en asistir á los heridos y le manifestó lo que le 1)currla y luego le depositó los papeles, los cuales contenlan el texto origi·"
Dal de los telegramas "que el General Montera dirigía á. algunas autoridades de las parroquias para ordenarles la deposición de las armas Y la entrega de SUl:l respectivas plazas, por cuanto asi se habia pactado en el arreglo de paz.
El doctor Orellana hizo ayer entrega de ellos al señor General Leonidas Plaza G."
("El Telégrlft'o".)
La prensa del litoral ha publicadO también telegramas de Montero al
respecto, )" un -:-able dirigidO al Coronel Otoya, después de preso, manifestálldole que de la entrega de esa Provincia dependía la libertad de ellos,
-·215que 6e encontraban
pitulación,
.
prisioneros
VIOLACION
esverando
el cumplimiento
DEL TRATADO
total
de la ca.-
DE PAZ.
El mundo ya conocía que se había firmado un tratado de pa7- 7
como para violarlo era pl"cciso falsear los hechos de una manera lí otra.
enviaron cables al extranjero Informaudo que los GQnerales Alfaro. MOIItero y Páez de:;pués de haberse embarcado en el "Chile" con las garallHas
convenidas habían desembarcado nuevamente para operár otro movimien.
to revolucionario.
Recortamos:
"Como lo anunciamos ayer. los Generales Eloy Alfaro. Pedro J. Montero y Ulpiano P¡iez. después de capitular y obtener del Gobierno Consti.
tucional generosas concesiones. como la de garantizarles sus personas. vi
das y bienes. embarcaron con rumbo á Panamá en el vapor "Chile". Contumaces en sus ideas pensaron luego en una contrarrevolución
y desembarcaron nuevamente en lugar distinto ocupado ya por fuerzas del Gobier.
no y fueron hechos prisioneros.
A tales resultados
conduce la nostalgia
("La Estrella
del feudo, etc., etc."
de Panamá".)
Esta información
cablegráfica de GuayaqUil, la publicaron con 103
comentarios de estilo los periódicos extranjeros que defendían á Plaza.
Nadie más que 108 interesados en desvirtuar el Tratado da Paz pu&den haber lanzado estas noticias.
Es decir. Plaza en el Ecuador decía que el Tratado ya no existía, y ~l
exterior hacía anunciar que después de embarcados los Generales habían
saltado á tierra á ensayar fortuna en una nueva revoluoi6n.
RELATO DEL CRIMEN.
Deseamos dejar constancia de algunos de los documentos que hasta.
ahora han sido publicados en el extranjero relatando el crimen:
puns en
el Ecuador nadie hasta hoy se atreve á comentarios, so pena de seguir igual
~amino. Como es natural. ellos entre sr varían en BUS detalles :v conceptos,
pero iodos son uná"'nlmes en sus relaciones de barbarie,
canlballsme
-216é infamia.
Más' tarde ya Be podrán establecer
exactamente
los hechos.
Copio de una earta de Quito;
LOS GRANDES CRIMENES DEL 28 DE J<;NERO EN QUITO .-IMPORTANTE CARTA DE UN TESTIGO PRESENCIAL.
"Quito. Febrero
18 de 1912.
Señores doctor Demetr}o Rodrfguez V. y Juan CHmaco Rivera.
Popayán.
Queridos amigos:
He deseado escribirles
desde hace varios dfas. y ahora lo hago con
agrado. para saludarles con el viejo' cariño que aviva y afianza la ausenci.!
,. comunicarles por si lo ignoran, algunos detalles de los sucesos del día
28 de Enero de que fué teatro esta capital.
¡Aquello -constitu~'e el crimen más
tuenza
horrendo de la
Historia
y la ver·
de una raza entera!
A los desgraciados Generales El9Y Alfaro. Flavio E. Aliaro. Ulpiano
Páez. Manuel Serrano Y al periodista Luciano Coral. los trajeron directa-mente de Guayaquil al sacrificio. pues la prensa de esta localidad se había
encargado de atizar el incendio contra ellos. pidiendo que les aplicaran la
misma pena qUE:á los Gutiérrez en Lima
!
Los metieron á Quito á las doce del
do el mundo estaba. desocupado y acudía
llones que regresaban d.e la campaña de
mente. se repartieron invitaciones desde
dfa domingo indicado. cuaIid. toá la estación á recibir á los Bata-
la Costa. para lo cual, mallcioliala víspera.
La presencia de estos Generales liberales. ante el tumulto inmen~o, fue
una verdadera provocación cruel y criminal que hizo que eilos fueran se·
guidos de ríos de gente ultramontana Y enfurecida. de todas las clases IiOciales de Quito.
En elPauóptico
se habia colocado. exprofesamente.
una guardia de
gente colecticia del "Batallón 82". con oficiales dados de baja por don
Bloy Al~aro. de modo que la tal guardia entregó los rifles al populaCho fa
nático. el que encontró á los presos metidos en las celdas. sin una na.Taja
-217para defenderse .... ! Ahf los fueron sacrificando dc uno en uno de la manera más cruel y salvaje .... !Entre los soldados y los curuchupas (godo;:!
del Ecuador) les ascstaban balazos y puñaladas y robaban sus equipajes,
la. ropa que tenfan puesta, todo. todo hasta dejarlos completamente desnudos. El Capitán de la guardia, dado de baja por don Eloy el año pasado. en
unión de unos cocheros conocidos por todo Quito, mató al ex-Presidente,
quien al sentir abrir la puerta de la prisión, dijo en voz alta y con much<!.
entereza: "¿Qué quieren ustedes de m{?" Un tiro de rifle en un ojo fué la.
respuesta, y tras el tiro el robo de sus prendas personales y veinte puña.ladas en el cuerpo ..... !
A patadas y engarzado en las bayonetas lo sacaron hasta la calle, p.n
donde lo amarraron del cuello y de 105 pIes para comenzar el desfile patriótico de arrastrarlo desnudo, completamente desnudo, bajo las mIradas públicas, y dejando los sesos cn los filos de las piedras hast.a el dia si¡!;ulente que los perros y las lluvias se encargaron de destrufrlos .... !
Los Generale8 .I!'lavio E. Alfaro y Ulplano Páez reclamaban, en su detensa, la acción del Gobierno, pero su voz se ahogó en t:l vértigo dcl cri-
men
!
El periodista Coral gritaba
que él era un escrit.or público. que su peri6dico habfa sido solamente un relator de la guerra;
pero vivo aún, le ccliaron una zoga al cuello y(¡ mil manos crimInales le arrastraron por toda
la ciudad.
Al General Medardo Alfaro le asesinaron los soldad08 y los allaltantes
en un estrecho pasadizo, y al General Ulplano Páez, considerado como el
único militar técnico del país, le acrIbillaron á tiros y á puñaladas en '1U
misma celdilla.
El General Manuel Serrano, persona muy acaudalada, hombro de caráctcr benévolo, no tomó participación alguna en la revuelta de Montero, pero lo encuadernaron intamemente
entre los prisioneros y lo remitieron a.
Quito con fines malvados hasta la exageración ..... !
Cuando la soldadezca y la turba lo Iban á abalear, él gritaba;
"Soy
Inocente!" Los dis'paros son el eco de su voz y cayó entre ese tumulto de
bandidos, quienes se daban palos y culatazos en los pasadizos, para repar ..
Urse el dinero, e.1reloj y las ropas de esa v{cUma verdaderamente sin participación ni culpa poHt!ca
!
.•. don Eloy le cortaron la barba (pera) y empatada en una bayoneta
la paeeó una mujer por todas partes _ Lo mutilaron
frente á. la casa diil
Freile Zaldumbide (esquina de San Agustfn)
y sus órg-allos
105
tiraban por la calle como hacen los muchachos con las pelotas de petr6!l1O
-218en las fiestas. El infortunado General Páez exhaló el Último aTIento de la
vida en la Plaza de Santo Domingo; es decir, seis cuadras abajo de donde
los comenzaron á arrastrar,
completamente desnudos .... !
Al General Flavio Alfaro fué el último á quien asesinaron, y casi no
logran su intento, porque á pesar de la herida de Yaguachi se incorporo)
en la celda con un valor admirable, se coloc6 tras de la puerta y desviaba
los cañones de los fusiles en la suprema angustia.
Al fin cayó de dos tiros;
pero como aún no había muerto lo lanzaron
del segundo piso aJ primero, en donde lo ultimaron
descargándole golpes
con una enorme barra; una mujer le rompió el vientre con un puñal y le
vació las tripas
!
LoH cuerpos
puesto de toda
. fotografías que
arrojaban zagas
que conducidos
leo. Ahí, al pie
rradoras ... ,
o
••
desnudos fueron arrastrados con zagas por el pueblo, comclase de gent.es de esta ciudad, como puede verse en las
se tomaron de esa orgía vergonzosa. Se selialan damas que
fL la concurrencia para que arrastraran
á los cadáveres, los
al Ejido, fueron quemadOS sobre piras de leúa y de petróde esas hogueras, se cometieron las profanacionesmás
ate!
A don Eloy lo quemaron en la misma pira con Coral, colocando la cara
de éste con el tracero de aquél. Se divertían ~n descuartizar los cuerpos
inanimados, en pincharles los ojos, en cortarles la lengua, en buscar en
sus entraúas 1111 solaz indesc:ifrable!., .. Todo se bizo al grito siniestro de
¡VIVA LA RELIGION! ¡MUERAN LOS MASONl'lS!
En. este día meorable de orgía frailuua, se registran detalles cspantosos, que parecen invetnad~s por la fant.asía de un geniO infernal, pero que
son la verdád pura Y palpitante del espantoso salvajismo
No me atrevo
lZiqulera á narrárselos, porque causan terror,
verguenza, indignación sin
límites al considerar el grado de perversidad humana ..... !
o
Una. canilla y un pie de don Eloy los tiene un amigo leal del difunto,
))orque él pude arráncarlos á los perros que mataban el hambre
con ellos
en el llano. El bl'azo .Viejo guerrero lo compró por un sucre un
extranjero. después de haber sido tostado por la¡; llamas: el misnlO brazo
que manejó una espada que le hace honor á esta Patria y firmó Leyes y
Decretos que eonstituyen la jurisprudencia liberal de un pueblo ..•. !
1
Concluyo esta relación, porque el espiritu se subleva de espanto y de
ira al considerar que existan asf pueblos en la tierra, y no termino, sin actvertiles que es el Gobierno actual del Ecuador el único responsable y autor
clirecto de esta matanza sin nombre y Hín ejemplo" .
1
•..•••••...••.•..•
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o·.···
.
•
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•••••••.•.
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••••••••••••••••
-219N. N.
La catástrofe ha sido pues cruel y aterradora
importancia del hombre que fué víctima.
en la magnitud
de I~
Entiendo que 'se trata de castigar actualmente á los que directamento
asestaron el puñal. al popUlacho.
Está bien.
Pero la justicia no existe sino se juzga á los cabecillas; los que tengo
señalados documentos en mano.
Plaza. Freile. Navarro. Díaz, Sierra. los .Ministros .... están
y conresos ante la ley y ante los hombres.
convictos
Freile
cree haber escapado á. la justicia
yéndose á Europa. El no
sabe que en el castigo de este crimen estA interesada la humanidad en·
tera y no habrfa gobierno que se niegue á una extradición á nombre de
esa humanidad infamada.
EL CRITERIO
JUDICIAL.
La sentencia de un juez estriba tanto en los antecedentes
sindicado; como en las anteriores relacIones que guardaban
vfctlma y los victimarios.
moral08 dal
entre sí la
Al establecer el historiador el proceso de los grandes crimenos cometidos en Enero; tendrá que observar desde luego, que ellos fueron dirljidos principalmente en contr¡¡. de la personalidad de Eloy Alfaro por
SUB
enemigos venales, y al hacer el examen de los sindicados. profundi.
Zo.rá su estudio sobre 168 antecedentes y previas vinculaciones entre unos
y otros.
y asf como en los antecedentes políticos de Plaza encontrará poco
abono, en favor de su hombría de bien; en cambio en los de Frelle, ver-del caso de como la cobardfa y el apego lllmltado á SUB rlquezas puedon
condu€lir al hombre á los más negros delitos.
Frelle no tenta porque
odiar á mi padre; ni lo creo de instintos criminales; pero ante la exigencia. do nuestros enemigos, ante el peligro de su persona, 1i6 asoció en primera linea al peor de los asesinatos.
lb ,!\gosto tamblen por el temor de que no sufran su persoll.a y
bienes por causa poUticas, infamo su nombre J:lrestándos6 A la. traicióa
mas iJúcwa.,., .....
Yo lo conozco, es un degenerado
de la p<-'Orespecie!
Buscando el origen de Sierra por ejemplo; lo encontrará el juez de
indlgena, luego matarife. alquilado de soldado raso en un batallón, ascendido á Jefe '!/ de am viene á P~esidente del Concejo de guerra que Plaza
le asignal.la á '~Jloy Altaro
.
En cuanto á Plaza su traici6n Y su venganza para con mi padre viene
de tiempo atr¡'lS ,como se conocerá más tarde con detalles.
Y el desen'1ace actual solo es el resultado lógico de las relaciones entré un benefactor y un benet:iciado desde los tiempos blblicos:, Judas traicionado' á su
maestro éstabJec'ió la regla, y Plaza traicionado y' haciendo asesinar á su
benefactor, solo se encuentran dentro de 1m orden de cosas ya establecido por la propia naturaleza del género humano.
Como sabemos su felonía se hace notable desde su elección de Presidente.
l~lamado el General Alfaro en el 95 por los pueblos del Ecuador como
Jefe del Estado, Plaza su pro'tejido, lo siguió, y cuando ilego el momento
de elejir su sucesor al solio presidencial se produjO en la Nación una fuero
te crisis política, Y el Presidente Alfaro se vi6 obligado á sacar tril1nfant~
á un tercer candidato: I,€onirlas Plaza G.; el país se sorprendió por lo
desconocido dei postulante, pero la recomendación de mi padre ti sus
amigos le baBt6 para ser elegido Presidente de la RepÚblica.
Mi padre al recomendarlo indudablemente
duciría con honor.
Cambió de circunstancias
conceptuaba que se conY escenario;
cambi6 de,
vida.
Pero se engañó, la traición y la infamia lo ascchaban una vez más!
NO acaba dE: ser ele¡;ido Presidente cuando ya Plaza entraba en contacto
con los enemigos de mi padre y su partido, y esto llegó á t.al extremo q1\e
le exigió renunciara la elección; pero ya fué tarde. pues la traición, políticamente hablandb estaba consumada.
Plaza se encontraba rodeado y
apoyado por todos los anti-Alfaristas á quienes los lanzó contra mi padre
en cruzada villana.
Mientras
tanto se desentendió
de sus coloquiOS
conservadores Y se volvió un radical furibundo.
(Debo advertir que
Plaza en Centro América servía sin escrÚpulos á conservadores y lib/?rales.)
Entre los escritos de mi padre quc deblan ser publicadOS des¡JuÁs
de su muerte, existe una ext.ensa relación de la. lucha presidencial de esa
época.
Por ahora solo rpprodu7.cO unos cortos párrafos que dan un;;,
idea de las últimas relaciones de Plaza para con él. Y Que por ser de tan
respetable origen harán autoridad entre los lectores del proceso.
análisis de la personalidad moral del principal sindicado.
en el
De ellos se trasluce. la dificil y precaria situación de Plaza cundo fue
elegido Presidente;
la manera como evolucionó hacia los enemigos de mi
padre; y. finlilmente. los duros epitetos de traidor é ingrato con que lo
señala aquel. á. quien él hip6critamente decía á sus eléctores querer tanto
como á. su propio padre.
Léanse estos lijeros recortes
de la narración:
;'So8pecho que le aconsejaron (á Plaza) anticipar su regrf>SOá Quito.
"con el objeto de pOnp.rReá la voz conmigo y disipar los informes adver
"sos. y resolvió hacerlo así.
Pero carecia de recursos para hacer gastod
"de viaje: lo que pidió se le suministró.
Contra mi voluntad lllP. VP.O0.~1
"la nee!lsidad de consignar este y otros particulares. de los que hablaré,
"especialmentp. en su lugar. paradesvanccer
cargos insidiosos.
"Se multiplicaban las noticias de carltctf>r privado de que exisUan
"tratos entre Plaza y algunos conservadores de Provincias
.
"La inmf!nsa turba de encmigos df! la causa liberal. que habfan sido,
'"vencidos en una lucha sin precedentes y qUf>veran defraudadas sus f>S')(~"ranzas de rcaccionarsc sc convirtieron al plinto en desaforados plaeistas
"aprovechándose hábilmente de la ocasión: ya dejÓ Plaza dc ser el odioso
"candidato oficial. para convertirlo en ídolo de sus esperam:as.
"Lo quP. antes fue imposición oficial. -inicua y pcrversa en favor de 1lT1"filibustero que habia perdido hasta el derecho de ciudadanía. se con ver"tia para mis encmigos por arte de birlibirloquc en correcto y magnífica
"y
santo.
-222"Este triunvirato tendría por misión primordial convocar á los pua"blos á nueva elección presidencial, si es que yo antes de separarme del
"solto no bulllera podido hacerlo, como pensaba Indicarlo en el Manifiesto
"que iba á d.irijir á la Nación recomendándole dispusiera de sus destinos.
"Tenía la seguridad de que de la misma manera que la inmensa roa.
"yo ría de la, República habla escuchado mi recomendación en favor de
"Plaza me haría justicia por mis diligencias al tratar de ponerla á cubier"to; no solamente de un traidor sino tambien de las arterías de un in~
,grato.
'La ingratitud es para mí el último escalón de la . humana deprava'
eión, y como dijo el gra.n Olmedo: "el hombre ingrato, es un 'monstruo
"que da borror."
EL CULPABLE
BUSCA
EL SILENCIO.
í
¡-
En '\IDll, publicación sobre los crimenes de Enero se anota el hecho de
que Plaza y su cómplice Navarro no quieren ni remover el asunto de Q.ue
'se les acusa menos defenderse.
Léase en el siguiente capitulo ·Ia forma
,en que.se,les acusa:
"Uno el criterio para juzgar y condenar los asesinatos uno el vera·dicto .de la prensa universal contra los asesinatos señalados unánimemente
,sin discordancia la más pequeña al establecer responsabilidades.
Y con'crctamente. un hijo' de una de las víctimas, el Coronel Olmedo Alfara,
,tiene ya denunciados á los culpables en estos perentorios términos:
"Por todos' estos acontecimientos y puesta la mano sobre la conciencia, yo acuso del salvaje asesinato perpetrado en la persona de mi padre,
Aln primer lugar, al,."General Leonidas Plaza Gutlérrez;" en segundo lugar
111 "doctor Carlos Freile Zaldumbide," y en tercer lugar á los Ministros
'''Octavio Dfaz," "Juan Francisco Navarro," "Carlos R. Tobar '7 demllS
.colegas."
·'Viene a pelo una reminiscencia bistórica.
Asesinado el Gran Ha.Tiilcal de Ayacucho, denunció corno re!'lponsables del crimen el Genel'l\l
Luis Urdaneta A sus enemigos penionales los sefiores Generales José Hila-
-223rio López y José Maria Obando, en hoja volante publicada cn Bogotá.
Llegados luégo triunfantes dichos personajes á esa ciudad en revolución
contra el General Rafael Urdaneta, hermano del acusador, que terminó
con los tratados de ApuJo; hecho cargo del Poder Ejecutivo el Genera!.
Domingo Caicedo y nombrados los acusados, López, General en .Tefe dol
Ejército vencedor y Obando Ministro de Guerra, renunciaron ante Caicedo
los altos cargos fundándose en que así lo exigfa el decoro de la Nación, no
menos qUe la delicadeza personal de cada uno de ellos, para someterse á
juicio por la acusaci6n de Urdaneta.
El único acusado que no apllcó 10l:<
c6digos del honor fue el General Juan José Fl6res,
No son enemigos personales los que acusan á Plaza el pretendiente,
el candidato á la Presidencia de la República, y ií. Freile, Día<l y Navarro;
es la Opinión Pública, es la prensa mundial, horrorizadas con la serie de
erimenes espantosos por eHol! cometidos en connivencia con los fanático¡=;
de Quito, como se desprende de los hechos narrados en este volumen
¿ Qué hacen sin embargo los acusados?
¿ Por qué no han seguido el ejemplo de López y de Obando?
¿Por qué siguen el ejemplo' de Flóres?
"La Historia
lo dirll.."
Verdaderamente
Frelle y cuatro de sus Ministros, aunque sin é;,¡:ft0'
han tratado de defenerse en su manifiesto.
El mismo Coronel Sierra ha
pUblicado por alI1 no recuerdo que tentativa de excusa en un pcriódico.
y solo Plaza y el Ministro Navarro pp,rmaneccn en el más temeroso- llIutlf;mo, ni siquiera acusan ya al pueblo Ecuatoriano.
Probablemente Pla7.a y su inseparable Navarro esperaban que el primero se hiciera elegir Presidente y después vengan declaraciones, juece::;,
testigos oculares de esfuerzos sobrehumanos· hechos por salvar á los presos del viaje á Quito, ete., ete.
Siendo Gobierno esperan disponer de los elementos necesarios
corromper y tergiverzar todo.
He alli la clave del· silencio.
PROGRAMA
DE
para
ELIMINACION.
Publicamos nuevos testlmonios de que el programa de asesinato::; y
f.'liminaciones era ya cosa resuelta de antemano como medida polftlca.
"Para
extinguir las revoluciones. es necesario extinguir, por' lo menos
pedimos, pues, que no proceda con la ecnp.rosidn.d crt-
Há los cabecillas;
-224"minal
con que hasta ahora se ha procedido con los esbirros
del alfaris-
~fmo."
(Del número ¡33 del periódico placista
:de Enero próximo pasado).
"La Prensa",
de'
Quito, de 17
"El Partido Liberal tiene orgullo en haber combatido el alfarismo en
"todo terreno y sill descanso.
Muy pronto tendrá la gloria, con el au\cilio
"de todos los ecuatorianos patriotas de haber ext! rpado radical mente dd
"organismo hacioual al vergonzoso alfarismo."
("La Constitución,"
periódiCO gobiernista
"Todo esto queda confirmado
del Ecuador).
con la muerte del General Julio Andrade.
Hubo tambien necesidad de eliminarlo y coutra él se fueran.
811
-hermano Daniel Andrade los sindica tan claro como le permite la clrcuu'l·
tanciade
vivir en Quito, ent.re los propios asesinos
constituidos ya en
,Gobierno.
"Se han allanado. dice, el camino del poder pero encontrarán el sollo
. "tInto en la sangre generosa, de un valiente y abnegadO patriota. y esa.
"noble víctima, fija siempre la mirada en su victimario, elamará vengan"Z3. en todo tiempo."
Según opinión pues, de los deudos del General Andrade al escalar Pla"za el solio Presiden.cial para el que se ha allanado el camino lo encontrará.
tinto en sangre y la mirada de JuIlo Andrade· fija siempre en su .,-icUma"_rioclamará venganza en todo tiempo.
Léase:
Contest.ación á un telegrama.
Quit.o, Marzo 25 de 1912.
Señores César Espt~dola, Augusto del Hierro, Pedro Celestina Acosta,
Roberto Grijava, José Eladio Acosta C., Nicanor Jaramillo, Federico
Martínez Acosta, Nicolás Burbano, Comandante Euclides A." Romo,
Luis Burbano, y demás firmantes.
Tulcán.
-225No he recibido el telegranla que me han dirigido el 7 del presmíte;
10 he visto publicado en "El Ecuatoriano" del Sábado 23.
Ustedes, bravos y altivos carcheneses, no podfan lli debfan quedarse en
silencio sill protestar indignados contra el cobarde y alevoso asesinato
perpetrado en el noble hijo del Carchl, General Julio Andrade, que significa en verdad un golpe de muerte
asestado
en el corazón de la RepÚblica.
Lo sacrificaron ciertos malvados que no tuvieron el valor y entere~a suficientes para enfrentarse con él y que temblaban en su presencia
como tiembla el criminal ante un juez severo é Implacable.
Se han allanado el camino del poder, pero encontrarán el sollo tinto en la sangre generosa de un valiente y abnegado patriota, y esa noble víctima, fija sicmpre la. mirada en su vlctimario"clamará
venganza en todo tiempo.
Soy de usted paisano y amigo afectísimo.
Daniel Andrade.
("El Ecuatoriano"
No. 2.039, Guayaquil).
y sin embargo esos degenerados que paga el placismo, Ó que esperan
de él alguna graCia hacen saber al que les presta ofdo, que Andrade murió tamblen por obra de los conservadores.
Tambien el joven hijo de don Luciano Coral protesta
en los Siguientes términos:
MI PROTESi
desde Guayaquil
A.
Yo, como ecuatoriano é hijo de una de las vfctimas, protesto del asesina.to verificado en Quito en la persona de mi señor padre, Coronel Lnciano Coral; (!uiall por el hecho de no ser adicto al General Plaza y el de
exponer por la prensa su modo de pensar, fué enviado á la Capital para
Ja premeditada mafisacre.
La voz de los ecuatorianos que protestan, se perderá en el espaci'.)~
más, queda la constancia de no haber encubierto con su silencio, lo que !}.f
105 silos pOdrán hacer olvidar á sus deudos.
A. Zorobabel Coral.
28 de Abril de 1912.
("El Tiempo" No. 4925, Guayaquil),
-226Al menos debemos reconocer en los deudos más conocimiento y sano Interés en el asunto que cualesquier ser extraño á las vfctimas, en quienes
puede tener más influencia el sentimiento partidarista
que el amor al
sacrificado, y la debida veneración á su memoria.
LA OIFAMACION
AÑADIDA
AL CRIMEN.
"La calumnia, se ha dicho, es el culto forzado
"de la envidia al mérito: los tradicionalistas
que
"difaman al General Aliaro y á su partidarios los
"están
\'ecomendando á la posteridad y levan"tando sin comprenderlo el monumento que mp,·
"recen los Regeneradores de la Naci6n."
!,tientras
en fa prensa asrd,t r: ..\(la, r~l1 los \~~critos anónhnos
que ac(\'~
tllmbr<,u y Ct'il nu~\'o" hrfof; se insulta y sc denigra la memoria de sus vrc·
tirn;¡~ con el t-:lOór;i1.opueril pero inícuo, de ameliguar el crimen; fuera
unl alcance de sus dicterios hombres ilust.res de diversas naciones y len-f.'IWS, se reunp.1l para enaltecer
sus virtudes ~. á nombre de esa mis!lla
:l1lmanidad Infamada en sus personas, depositar sobre sus tumbas la corona Que reeíben .los benefactores de sus semejantes_
Mientras esos mismos escritores mercenarios sacrifican el .bncu nombre del pueblo ecuatoriano por defender de la acusaci&.:J universal á pr!~suntos caudillos; escritores independientes
salen á su defensa y señalaa
con sus nombres los perpetradores de] horrendo atentado.
Tampoco faltan hombres de honor que en distinguidas colectividades
extranjeraH, y en medio de oradores del todo extraños ií: la Nación ecuatoriana, revanten su voz y corno eco justiciero de su pueblo I~s hagan saber
que el Ecuador ha mirado con horror las iniquidades del 28 de Enero,~'
que· maldice el pl'lmero las manos inicuas que han escrito la página más
negra en la Historia de América .....
Que siendo el martirio el complemento de grandes y nobles hechos!'
Eloy Alfaro debfa recibirlo, pues su misión habría carecido de sello grandioso, sin e] trágico fin de todos los benefactores del linaje humano!
Me refiero al ilustre estadista doctor José PeraUa. amigo distinguido
de mi padre, quien en la velada f(mebre que tll\'O lugar en esta ciudad
pronunció entre numerosos oradores extranjeros el siguiente notable discurso. en el 'lile al mismo tiempo que dfefiende al Ecuador de la culpabilidad del crimen hace reminiscencia de la vida política del Genera] AI-
faro.
-227He aqul: este notable trabajo:
DISCURSO PRONUCIADO POR EL DOCTOR JOSE PERALTA EN LA
VELADA FUNEBRE DEL 19 DE MARZO EN HONOR DEL FINADO
GENERAL DON ELOY ALFARO.
"Sello res :
Os habéis congregado para tributar un doloroso homenaje á la memoria de un gran ecuatoriano, y, como amigo y compatriota de aquel varón
eminete, no puedo dejar de unir mi voz á la vuestra, para deplorar la inmensa pérdida que ha sufrido mi desventurada Patria, y la humanidad
'misma, porque Eloy Alfaro era servidor
del progreso
y la libertad del mundo,
Allá, tras de las olas que bañan nuestras costas, hay una tierra muy
hermosa y muy digna de la felicidad y ia grandeza; una tierra que para 1'\1
proscrito privado de ella, no se parece á. ninguna otra tierra, porque alberga todos sus recuerdos y todos sus afectos, la cuna de sus hijos y el sepulcro de sus mayores, Esa tierra querida, al par de la vuestra, es de estirpe de gigantes, y nació entre laureles, arrullada por la gloria y por los épI,
cos cantos de la emancipación sud-americana.
Esa tierra es el Ecuador; pero un fatal desenvolvimiento de sucesos
la redujo otra vez á la servidumbre, y retordase la noble hija de Bolívar
bajo la férula do los tiranos que consiguieran esclavizarla.
Otra vez la
superstición y ei fanatismo, como venda de plomo ardiente. mataron la
pupila del pueblo ecuatoriano; otra vez la iniquidad y el crimen, en nombre de Dios y ei Cristo, fueron insensados por la muchedumbre; otra vez
la ciencia y la virtud
viérollse proscritos y perseguidos como impiedad yheregla;
otra vez la libertad subió al patlbuio, y el progreso y la civilización sufrieron
el anatema sacerdotal y fueron borrados de las grandiosas aspiraciones de aquella désventurada Nación. La obra de los gigantes habla desaparecido en por-0s años: BoUvar habr[a repetido con· razón,
al contemplar nuestras desdichas, que los llbertadores hablan arado en ~l
mar!
Necesitábase un hombre que principiase de nuevo la herólca
labo!'
de romper las cadenas del pueblo ecuatoriano y colocarlo en los caminoR
de la luz y el adelanto; mas quién era capaz de luchar y vencer ll. la hidra
negra que nos envolvla y estrujaba entre sus anillos de hIerro candente'!
Muchos patriotas esclarecidos acometieron la; empresa y cayeron -rencldos; los unos en el campo, con las armas en la mano; 108 otros en el cadalso; los de mll.s allá. envenenados con ia hIel del ostracismo, lejos, muy
lejos de la amada patria que hablaD. querldo libertar!
-228Por f¡nse presentó
el anhelado campeón, el hombre predesli~ado á
pulverizar el yugo que nos oprimia y á inaugurar una éra de libertad y progreso; y ese hombre extraordinario fué Eloy Alfaro.
Llevando e,1 el alma, á modo de fuego, inextinguible y sacro de las
velltales, un amor sin lfmites á su patria, y la fé más inquebrantable en su
misión Iibertadora, lanzóse á la ardua labor de redimir á un pueblo; y luchó sin tregua ui descanso durante toda su larga existencia, para realiza¡'
sus patrióticos' y humanitarios votos. Peregrino de la libertad, recorrió 1a
América, Implorando adhesión y apoyo á la causa santa que defendia; ve'1cido uf!ul y triunfante allá, su vida no fue sino un tejido de dolorc<s y esperanzas, de sacrificios ~'heroicidades,
de épicos esfuerzos y sangriento~~
desastres, sin que jamáS el desaliento penetrara en aquel corazón de dia-manteo Para 81 impertérrito y eonvenddo Varón, la misma gloriosa denota de Jamrni:ió no fué sino la aurora (lel triunfo, el vaticinio m[¡s seguro
de la libertad de la patria.
y venció en la desigual ,Y sangI'ieÚta lucha;
la constancia y el yalo,
heróico, la convicción y el patriotismo del Caudillo, ahogaron la tiranía y
la hierocracia y surgió ~I Ecuador Ii. la. vida de la luz y de la libertad ver'dadera. Moribundo el monstruo acometi6 todavía á su vencedor, en múltiples Y cruentas convulsiones que sembraron de ruinas y escombros ullestro suelo; mas, fueron vanos todos sus furores ante la invencible energía
de Alfaro; y la regenel'ación
ecuatoriana siguió su camino triunfal, con
aplauso de todas las naciones de América.
Dedicóse Alfaro á la reforma de las institucionet) y á promover el
progrf'so de Sl1 pals, despllés de haber combatido con la espada á los mantenedores dp. prejuicios y preocupaciones, de tiranías y tradicionalísmos
afreTitadoreB de la humanidad; y en tan difícil labor, manifestó el mismo
constante ardimiento, la misma intrepidp.z incontrastable,
la misma
fe
creadora, qlle cllando cruzaba los marcs y las montañas seguido de sus
valientes camaradas en del:nanda de la muerte ó de la libertad de sus her·
manos.
y las leyes' ecuat.orianas consagraron
la libertad de conciencia y de
cultos, del pensamiento y de la enseñanza, de la prensa y de la palabra;
las le~'es ecuatoI'Íanas colocaron el matrimonio bajo su protección directa,
como que es el fundamento y la base de la sociedad;
las leyes ecuatorianas proscrlhieron el fanatismo y In superstición, las penas inquisitoriales
y el verdugo; las leyes ecuatorianas
suprimieron el pod~r eclesiástico
.'
la en venenadol'a acción del monaquismo; las I~yes ecuat.orianas proclamaron la inviolabilidad de la vida y del hogar; en una palabra, despedazarofl
todos flSOS hierros con que el interés hier!itico y la ambición de los t.ir'l·
110S habían
maniatado el alma del puc'llo ecuatoriano.
-229Alfaro vio que, para cimentar su obra, era menester difunoir las luces;
~. mUltiplicó las escuelas y los colegios, los plantelel:l de artes liberales Y
oficios mecánicos; dándoles el sello de establecimientos laicos y libres de
todas influencia deletérea.
Vió que era menester crear maestros para el
dfa de mañana, propagadores de las nuevas ideas que en lo succsivo habían
de regenerar y redimir á. las muchedumbres; y fundó las esculeas normales, y mandó centenares de jóvenes ii. Europa y á .!\orte América, pal'a qua
adquiriesen conocimientos en todos los ramos del saber humano. Alfar»
no limitaba sus afanes al presente;
preparaba también
trabajadores Y
apóstoles para el porvenir.
En el orden material, realizó lo que sus antecesores habían tenido p0r
imposible, Unió, mediante el ferrocarril más atrevido de América, á la Capit<'1.1
con la Costa; principió otros ferrocarriles, destinados á llevar la pros·
peridad á regiones abandonadas; abrió caminos y embelleció
ciudades;
construyó palacios y fomentó las industrias y el comercio; cuadrllplicó
las rentas públicas y restableció el crédito;
en fin, Sf'Ilt.ó las bases de un
futuro de prospericlad y grandeza envidiables para la RepÚl.>lica.
Genl~roso y magnánimo, tuvo muchas veces e>nsus manos á
enemigos; y su venganza única fue el perdón y el olvido.
tiUS
1>eor('8
En su vida privada, ejemplo de virtudes y de hidalgo comportamiento:
en la vida pública, magistrado sin tacha y modelo de buenos ciudadanog:
ese era Eloy Alfaro.
'l'omó ciudades rebeldes, ti sangre y fuego; y en el insiante mismo
proclamó siempre la amnistfa más amplia, la protección más decidida á loa
vida y á los bienes de los rebeldes.
1<::1 rencor jamáS se anidó en su nobl()
pecho: nunca la venganza y la eruedad mancharon sus triunfos. MlIltIlu.l
de prisioneros tuvo, dl~Spués de sangrientas batallas l~Uqu•..•hahfa perdid3
amigos; y, sin embargo, siempre compasivo y noblo, distribufa dinero v
vestidos á sus adversarios
de la vfspera, y los pon[a f>n completa Iibel'tlld.
Pero, el rencor de los fanatismos y de las tiranías es inmortal; no pf>!'dona jamás al que ha tenido la osadía de herirlos. Alfaro. invencible con
la espada en la diestra, fue sin cesar combatido por la calumnia y el dietA.rio, con la difamación atroz y el insulto villano; la traición y la envidia se
aliaron para abrir los abismos ti los pies del Reformador: el odio hierático ardfa como incendio en las inflamables turbas y las umbiclonf>s m(¡s
rastl'L~as soplaban á la continua en aquel fuego preparadO para devorat' al
vencedor de la teocracia.
-Me asesinarán-me
dijo varias veces-pero
cimentará al Iiberalizmo! Toda misión redentora
mi sangre los ahogará y
es predestinación al mal'-
-230Urlo; y Alfaro se vera desde mucho antes, dentro de esa como penumbra
que proyectan siempre los presentimientos funestos.
Cada paso que da la humanidad á. su : erfeccionainiento, se señala -en
océanos de sangre pura; y dirramos que no nos es dado seguir adelante la
historia con una v!ctirna nobll!sima; nuestros adelantos morales no se cuentan sino pasando por sobre los cadáveres de nuestros mártires. Cuántos S9
han sacrificado hasta colocarnos á la altura de la civl1lzaci6n moderna? La
ciencia y la. libertad. la rellgi6n y la moral, todo lo noble y elevado que
alienta y se perfecciona en el hombre, y lo impulsa sin cesar hacia arriba,
comprámoslo siempre ~n el sacrificio de nuestros redentores. El martirio
viene á ser en la historia, uno como sello de la grandiosidad
de las acclou.es humanas; la garantla de perdurabllldad en toda obra redentora del
género humano. 6 de un pueblo en particular; una condici6n como indispensable para la Inmortalidad y la gloria. Quitadle á. Jeslls de Galilea su
cruz'y corona de espina, y no acertaréis á explicaros c6mo el Evangelio,
el C6digo mA\¡ divinamente humano que han tenido los hombres. ha pasado
de mano en ~ano, de generacl6n en generaci6n,
durante dos mll años,
hasta llegar á nosotros. Arrancadle de las manos-de S6crates la copa de cicuta, y 10 habréis privado de la inmortalidad, le habréis quitado á su mor.:ll
la contraseña divina del martirio. SI Jordano Bruno y Arnaldo de. Brescia
no hubieran subido á la pira; si las cenizas de Juan de Rus y de Ger6nim.)
de Praga no hubieran sido recogidas del quemadero y dispersadas al viento, las ideas de libertad y democracia no habrían germinado tan lozanamente y tan presto en los pueblos mismos que presenciaron aquellos ¡¡acrlficlos humanos. La incineraci6n del cráneo pensador ha dado siempre más
fuerza y brlIlantez al pensamiento que se albergaba" en- la cabeza carbonizada, se ha dicho con raz6n.
El martirio es el complemento de la gloria; la de Bolívar no habriR.
sido completa sin la ingratitud de sus contemporáneos, y sin su agonra
lenta, dolorosa y solitaria en Santa Marta. A Sucre, vencedor de los veD.cedores de Napole6n. ]e habrfa faltado un flor6n á su corona, sin ]06 bal3.zos de Berruecos
¿d6nde, d6nde está. el' hombre verdaderamente
grande, verdaderamente ap6stol verdaderamente
redentor, que 110 hayM.
cargado con la cruz, 6 saboreado la mortal cicuta?
A EIoy Alfaro le faltaba también él martirio; su misión habrta carecido de selIo grandioso sin el trá.gico fin de todos los benefactores del linaje
hUmano. Grande por sus ideas y prop6sitos, grande por sus hechos y servioios á .la Patria, grande por sus virtudes personales, necesitaba el pedel!-tal de 10B grandes hombres, sobre el que se yerguen y- dejan admirar POI'
todas 18.8posteriores generaciones. Alfaro, sin el horroroso martirio
del
28 de Enero de 1912, acaso se habrfa confundido con otras celebridades
nuestras que, á. pesar de sus méritos, no han conseguIdo COIlQWstal'se1&
-231primera fila do la Historia de su país; pero los mismos que ansiaban exterminar Y anonadar al Reformador Y al Héroe, los mismos que profanaro.l
¡¡U cadáver y lo redujeron
ti. celllzas. han contribuido eficazmente á la inmortalidad del Fundadol' del Liberalismo ecuatoriano. Ellos, ellos son los
obreros providenciales que han colocado la piedra angular sobre la que,
1.10 muy tarde, se elevarán
los monumelltos,
consagrados por la gratitud
nacional, á la memoria del Mártir,
Ellos, ellos los que, lejos de haber logradO borrar con sangre y horrores el nombre ilustre de Eloy AIfaro, lo
han grabado en páginas más duraderas que el mármol y el bronce pues
crimen tan enorme ha. conmovido á todas las naciones y hecho que la fama pregonara, de conffn á conf[ll, los merecimientos y virtudes de la vlc·
tima, La maldición universal
contra los asesinos,
es la primera nota del
himno perenne que la humanidad entona en 1001' de sus Mártires; y esta
misma fúnebre reunión, de personalidades tan escogidas está
probando
que el duelo por la muerte de Alfaro, traspasa los limites de su patria, Y
halla eco y condolellcia en todas las naciones civilizadas y tibres. Si mis
sentimientos de amistad no me ciegan, la América Latina está de pésallle,
J¡orque Eloy Alfaro llevaba dentro de 61 toda la grandeza de los ideal,,-;;
latino-americanos de este Continente para quien está ya brillando la aurora de un porvenir de opulencia y primacía.
El pueblo ecuatoriano-que
ha mirado con horror las iniquidades d,~]
28 de Enero, y que maldice el primero las manos inicuas que han escrito
la página más negra en la Historia de América-el
pueblo ecuatoriano, :li·
go, os quectará muy agradecida por vuestras significativas
Y honros9.s
muestras de condolencia; y yo, señores, el último de los hijos de mi hermosa y afligida Patria !!;ravaré en mi corazón el recuerdo de esta noche, y no
cesaré de elogiar, como merecen, 108 sentimientos de nobelza, fraternidad
y justicia, que tan altamente distinguen á nuestros hermanos de la Replíblica panameña.
He dicho."
EL ECUADOR Y EL MUNDO.
El honor del Ecuador como Nación está hoy señaladamente vinculado
del deslinde de responsabilidades;
y para qlle no se juzgue que mi calidad
de hijo de una de las víctimas me hace abrigar el deseo de sancionar á los
delincuentes, copio á continuación un párrafO de una revista eJe Europa
que condensa la voz general de las colectividades civilizadas que habita))
el Orbe,
Habla "Hispania", de 10, de Marzo, revista
que no le va ni le viene
provecho alguno con la poHtica doméstica ecuatoriana; su autoridad es in-
-232discutible en el periodismo latino, se publica en Londres y colaboran en
ella los más notables escritores, publicistas y hombres de Estado hispanoparlantes.
"La prensa en EU1'Opa,dice, ha venido publicando noticias pavorosas
de la RepiíbIlca Ecuatoriana.
Hablan ellas de prisioneros torturados y asesinados por las muchedumbr<:¡s. Todo hispano-americano se siente herido como por un látigo infamante con estas noticias.
Plegue al cielo que
no sean ciertas. Si lo fueren, incumbe como deber supremo al pueblo ecuatoriano, deslindar responsabilidades y probarle al mundo que si en su agrupación humana, como en toda agrupación humana, existen criminales, los
hombres de bien saben ejercitar sanciones rescatadoras.
Está en tela de
juicio el hOllar de la RepÚblica ecuatoriana, que, por solidaridad inquebran.
table, está vinculado al de toda la América Ibera."
("Hispania".)
Huelgan comentarios.
RESPONSABILIDADES
Y SANCION.
\
En la situación á que hoy hemos llegado con el sereno análisis de les
hechos podemos establecer las siguientes conclusiones,:
10.) Que el crimen del asesinato de mi padre se trató de cometer desdloJ
el 11 de Agosto, cuando salvó por Intervención d~l Cuerpo Diplomátíco y
del Ministro de Chile.
20.) Que últimamente
fueron capturados á traición, por el General en
Jefe del Ejército y árbitro de la situación en esos dIas, don Leonidas Plaza G.
30.) Que á él Y compañeros se les envió á Quito á sablendas de que SQ1'lan asesinados, según lo estatuye el mismo Plaza, agregando que el he ..
cho se llevaría á cabo en la forma en que fue asesinado Quirola.
40.) Que Plaza deliberadamente los envió á consignación de esa eh\l!lma de asesinos que en Quito capi'taneaban Freile, Dfaz. los periodistas y lacristanes.
50.) Que son conocidos los
Navarro, Sterra, etc.
Instrumentos
y cómplices de Pla;za,coao
GRAL .• JULIO
ANDRADK
"Los asesinatos de nuestros Generales constituyen uno de tantos crfmenes horribles que J¡~ Historia registra y que sólo ella castiga:
mi opini6n
formada ya. es q\le este crimen fue crimen de liberales de espada más¡¡
bien que de bastón de mando, y su descubrimiento y el castigo de los delincuentes
serfa la carda inmediata y justa del Partido Liberal por corrom-
pido y por infame.-Julio
Andrade".-(Jefe
Ejército en la época de los asesinatos,
de Estado
Mayor General del
quien á S\l vez fué asesinado por los
mismos sindicados, en la noche del 5 de Mayo.)
-23360.) Que el Gobierno de Quito fue solidario de estos crímenes
premo grado, colectiva é individualmente.
70.) Y que de estos considerandos lógicamente se
en mis dos folletos anteriores.
desprenden
en
su-
los de-
SM que dejo anotados
Cometido el crimen
volvieron sus verdugos
la Pa.tria Ecuatoriana.
del Estado, los infames
del asesinato de mi padre y sus compall.eros; se
con sus armas ensangrentadas contra el honor de
Y establecieron valiéndose de los grandes recursos
hechos siguientes:
10.) Que Plaza y el Gobierno nada tienen <:Iuever en estos crimen es.
20.) Que el pueblo del Ecuador fue el único culpable de aquellos atentados, que horrorizaron al universo, por su extraordinario salvajismo Y
reincidencia.
80.) Que estll responsabilidad le fue oficialmente atribuíds. á 105 PU&
bloG de Guayaquil y Quito y que como explicación de los hechos. fuo trasmitida esta acusación á. todas las naciones junto con el relato de la tragedia.
40.) Quc en vista de esta información dada por los verdaderos asesinos.
todas las naciones civilizadas del universo calificaron al Ecuador como
.país de canfbales y lo condenaron á eterno baldón.
50.) Y entonces los mismos culpables que se habian cscudado tras el
buen nombre del Ecuador, nuevamente á nombre de él, cargaron contra la.
prensa universal y asentaron para su propia conveniencia. <:Iueel Ecuador
DO debe
considerar como amigas á las demás naciones y en especial á
l'l.uestras viejas hermanas Chile y Colombia. Traicionado asi los intereses
ecuatorianos para escapar ellos de la sanción universal.
Queda. pues, planteado el asunto en esta forma:
Aceptará la responsabilidad de los crímenes y el inri de la afrenta
el
pueblo ecuatoriano, como lo han establecido los asesinos, sus cómplices y
lil1lB amigos?
o por el contrario, como yo lo he demostrado, el culpable no es el pue·
blo, sino las personas y entidades que se han determinado. Y en cuyo caso
toca á ese pueblo por propia conveniencia, ante sí y ante el universo, conseguir de una manera efectiva que la justicia cumpla con su deber.
,
-234Nosotros, las víctimas, primeramente
deseabamos que se conozcan los
culpables y 10 hemos conseguido. Toca al Ecuador juzgarl08 y sentenciar.
Su honor está dH por medio y el mundo civíllzado lo contempla.
OLMEDO
Panamá,
Mayo de 1912.
ALFARO.
OTRA ACUSACION.
Damos cabida en este libro á. este opúsculo que aparece como escrito
en la Imprenta "La Ley", Panamá., imprenta que no existe en esta ciudad;
pero sabemos que fue escrito en Quito, en la ciudad de los crfmenes Y en
los dras del terror.
Su autor y los impresores han querida por derecho de
propia Conservacl6n, ocultar sus nombres.
y lo reproducimos
porque en él se citan algunos incidentes nuevos v
se dan nombres propios, que, con excepción de unos pocos, en su generalidad los creemos (por sus excesos de animosidad á. Alfaro y los SUyos) compllcaoos en la vergonzosa tragedia.
Hoyes cuando el deslinde de responsabilidades está planteado, Y es deber de publici6ta6 hacer luz al rededor del crimen; Invitar á aquellos que
sean inocentes á defender sus nombres y ayudar al restablecimiento de los
detalles del drama. ya que sus grandes Hneas ya e6tlln designadas.
He aqur el folleto en cuestión:
-236PAGINAS LUGUBRES.
Traicíón.- Sangre.- Luto.- Miseria.- Hipocresía.- Escarnio.guenza.- Fiestas macabras.- Canlballsmo.- Impunidad.
Ver-
sr! Todavía hay tiempo para escribir, para hablar!
La ignoraúcía
mancilla
nuestras
almas, la verguenza
quema llUel!tra
faz!
Necesario es hablar y hablaremos!
Sí. claro, sin ambajes y con verdad!
Fuera caretas! La hipocresía es socaliña,
!'rompe y ofur;ca á las almas nobles!
Precisa
descubrir
su
forma artera,
engaño Que martiriza,
peligrosa, con
valor y sin
ea-
pie.
dad!
Su labor es criminal:
en los pliegues de su manto oscuro se crian parásitos de engal'iosa forma, cual muchos personajes que elevados por las
inconscienc!as de las multitudes no fijan vistas en su falsedad!
y de éstos ]jay varios, muchos; son criminales de alta escuela!
Pero el criminal aunque alcance la impunidad, nunca puede escapar :\
los remordimientos, decía Pirón; y hoy, no escaparán!
Ha\:Jliendo, como ha~', entre nosotros, en el Ecuador, criminales fiera~.
chacales hambreadoB, necesario es descubrirlos,
desnudarlos, depurar dw
la sociedad á. esos ídolos de lodo, para prevenir la mayor gangrena Ilccial!
Ocultos <:on el manto de una hipocresla sagaz, hábil,. enredados en un:!.
poHtica insidiosa, artera, suspicaz, logran disfrazar sus Instintos feroce!!!,
en forma de interés general y aun lo dicen, lejos, muy lejos de todo beneficio particular!
y en esta época, hoy, como nunca, que no hacemos más que cambiar
abismoB, á la impetuosa polrtica de esos desalmados, un soplo la agita y la
pone en convulsión!
Ellos, lo!! hipócritas, fueron los de la traición infcua, los que dieron al
traste con la majestad y soberanía de la República del Ecuador, el negro
cual espantoso dla 11 de Agoato de 1911..... !
-?37y Quito, llamado "Luz de América" conoció todas SIlS perfidias, el
brantamicnto de Sll moral Ingénita!
(111'~
La dignidad se suicidó, y por ello, la concupiscencia trepÓ en el UlU.l
do dejando rodal' en el estercolero de inmundas pa~iones y bajezas la honra ciudadana Y aherrojó á la virtud con los arrapiezos del delito!
Y.se ahogó la libertad, pero no se ahogó el libertinaje carnavalesco enyuelto con el hediondo ropaje del vicio, cloaca de vergucnzas Y desdichas!
AIlf triunfó el delito, elevóse el crimen y fué el escarnio su apoteosis'
Luego, momentos después, ingratos, felones, corrompidos y corruptores de todo lo noble, de las conciencias ignaras, repartiérom;e del festín laK
viandas que devoraron al ruido de toques de cornetas,
tambores, t.iros de
fusil, de pistola. músicas y otras algaradas macabras, asesinando ¡\ m:tól8a.lva, sin en~migos con quien combatir. robando y arrojando sin pipdad al
basurero con alegrías diabólicas la honra de al¡?;lmaS infelices y lllás cria
turas inocentes!
y calló la prensa, la justicia cerró sus labios y la ignominia se ac~~ntuG
más sobre nuestras almas!
Pero había caído Alfaro, sus amigos yeso
bastaba;
lo demás ¿QUP.im-
po ria. ?
Muertos unos, deshonrados otros, saqueados aquellos,
l'ar mient.es en asuntos de justicia popular cuando estaba
obra?
¿para que pasatisfecha
lit.
y los muertos se pudren reclamando justicia en el silencio de SUBtUlllbas, los saqueados no son oidos, y por honras, á los infelices sólo les Queda
como un recuerdo triste, las sarcásticas carcajadas de sus victimarios - ... :
Gloria para tí, traición!
i Pobre
Ecuador!
Desgarrada la suprema Ley, rota en m!! pedazos las instituciones
civilizadoras, estropeadas, muertas la mayor parte de las garantías ciudad.'l.llas, el anarquismo en forma vedada asalta el poder, constitúyese en espe-cie de gobierno y proclama el imperio de las mismas leyes, que sin el menOl'
escrúpulo en pavorosas horas acababa de rasgar!
i Cuánta
ironía, cuánto cinismo!
La traición estaba consumada!
Un Sanhedrín ó Sínodo falso, venal en su mayoría, compuesto de hom-
-238bres llenos de odio, rencor, los más con una inconsciencia extrema, analfabeta, por lo menos, codicIosos de poder ó resonancia pOlftlca, aprobaron los
hechos y en su mayo:rta fueron ellos mIsmos patrocInadores!
y dljeron ser Congreso! Dictaron leyes á su favor y ocasión, repartieron dádivas con prodigalidad en sus secretarias, pidieron fijar placa humillante A la entrada principal del Palacio de Gobierno que menoscabara las
ejecutorias bIen merecidas del Presidente Alfaro, y miles .actos rldiculos,
innobles para con el caido, que sólo la estulticia y el veneno del alma de
aquél que la elevó á. moción pudo crearla;
yá una República libre y soberana, la convirtieron en. ese Sinodo en caverna, do se arrebrujan
pasiones
deslayadas y mezquinas!
Rota la Ley Fundamental era imposi-ble esperarse nada honrado; y de
sus jIrones nació espúrea la Presidencia de la República á favor de otro
ingrato, ávido de poder y nombre al que se le conoció con el patronimico
de Emilio Estrada.
De rodillas, agradecIdo y engañado por esos mismos hombres tuvo
ceso al Capitolio. sin preveer, qui.zás, que aquellos mismos amargarian
.,.ida muy brevemente.
ac-
.u
Cuatro meses no completos fueron suficientes para que principiara .í.
conocer la red tendldole; pero era para él ya tarde! Dlas después, inconsciente sucumbió por la enfermedad que habla venido destruyendo su organismo, si.n comprender ni poder apreciar siquiera, someramente, que su falta de equilibrio polftico-administrativo, su idiosincracia con el manejo de la
cosa pública y la v(lrsatilidad en sus determinaciones nos hubieran de conducir cual boy, de abismo en abismo.
Junto con él murió toda esperanza para el afianzamiento eficaz del partido liberal, y la mano del crimen tomando nueva vez las riendas del Eitado cernióse con la desgracia sobre nuestras cabezas.
j
Qué triste realidad!
Como violenciaE engendran violencias, la fatalidad quiso que la descon·
fianza administrativa, la imposición de un candidato de acomodo, las persecuciones arbitrarias. las prisiones y confinlo!, sin origen ni fundamento
legal posible, el rencor más encarnizado en contra de ulla facción liberal·
radical, ajena en un todo á SIlS nefastos propósitos, rotas todas las leyeB.
conculcadas las garantras, viciados los derechos ciudadanos, t.odo aquello
fueron causas más que justificables para lanzar al país á \lila revolución.
y ella fué, más no contra partidos determinados, ni por odios sectarios, nó;
tué contra el Gobierno que habla surgido otra vez con los traidores
del 11
de Agosto, contra E'se elemento heterogéneo corrompido y corruptor
que
-239entenebreció el horizonte de la patria en día terrible, en horas de sang-re
y miseria, teniendo por heraldo!; á hombre:; :;in eoneiencia, rubor y dignidad: chacales, cobardes, crueles, sin ninguna ejecutoria personal ni política si no fueran la del engaño, el vicio, la calumnia; hombres crápulas, arlequines, polfticos, que tanto le pueden servir A Dios como al diablo, CHIP
su pasión es el dinero y su amistad. pertidiu.
Contra ellos fllé la revolución, es decir: contra Carlos j<'reile 2:aldumblde, Octavio Dfaz, Caria!; Rodolfo Tobar, Carlos !tendón Pércz, Federico In
triago, Juan Francisco Navarro y más palaciegos de tlsa camada.
j y haya
quien los defienda!
Diréis que ese Gobierno fué constitucional?
No, nunca!
El 11 de Agosto firmábase una acta de pronunciamiento en Quito deRconociendo el Gobierno Constituvcional presididO por el General don ~Ioy
Alfaro, proclamándose de facto Jefe Supremo á don Emilio Estrada, como
á. su vez Jefe Civil y Militar á don Pedro Valdez Macliff: acta que por consejo á tiempo del doctor Juan Benigno Vela fué rota ó recogida para r~
cuerdos de alguno. El hijo de Estrada enviaba telegramas (¡, las autorid¡~de>;
principales de provincias anullciándoles la buena nueva para que apoya·
ran el movimiento hecho en la Capital á favor de su padre: más, la decisión
del doctor Vela cambió las cosas logrando atraer no sin esfuerzo, al doctor
Freile Zaldumbide para que se hiciese cargo del Poder Ejecutivo, como Pr~
sidente que era de la Cámara del Senado, á quien por la ley correspondía
el puesto, y asi darle visos de legalidad á la inícua traición que desde muy
temprano, por la mañana, se conocfan quienes la haelan y apoyaban: l!lien-tras tanto, ni al día siguiente, el General Alfaro había dimitido el puesto, y
si lo hizo fué amenazado de muerte si se resistiera;
por tanto, aún era
Presidente de la República de conformidad con la COllstitucl6n.
COH»UtU'
EntonceB. ¿si no habiendo dimitido el puesto el Presidente
cional General Alfaro, cómo pudo el doctor Freile
ZaldullIbide hacerse
cargo del Poder Ejecutivo y. formar nuevo Gabinf\te?
¿ Es ésta ó no traición?
Si el expresado Freile Zaldum bide no estuvo comprometido, ¿poI' qu,~
aceptó hechos contrarios á la sana moral, á la honradez pf\rsonaI y política que se debia. y en lugar de hacersf\ cómplice, ya que no autor, no se
retiró á su casa?
Ya oimos que nos dice que aquello lo oblig-ó apremiado por las circunstancias y que al no hacerla, el General Alfaro pensaba en la Dictadura,
Especie burda que peca por monstruosa!
-240¿Cuándo, á qué hora, qué día era el fijado para suceder aquello? ¿Cuá.
les las pruebas, por qué no se esperó 'su realización?
¿Qué documentos
existen para su veracidad; acaso lo pudo comprobar por más que hizo ese
Sanhedrin ó Congreso después?
Todo lo contrario; antes, sí mucho antes. ya el doctor Octavió Dfaz
se comprendía con el doctor Freile, y si don Emilio Estrada no hubiese
muerto ya lo habrían derribado y estariamos quizás en poder
de los
conservadores.
Salvada esta digresi6n Que nos parece conveniente para el cllrso de
los acontecimientos, tomando otra vez el hilo de nuestro objetivo, diremos:
(¡ue dfas más tarde, flor medio de ardides tinterillescos, maquiavélicos, en
maridaje con la faccj¡)n conservadora oculta. a.tisbativa, se facilitó allegar
otra facci6n personal partidarista del General Leonidas Plaza Gutiérrez,
quien conocedor ya de los acontecimientos, se acercaba de regreso del
Exterior al seno de la Patria.
Mas aquello era un juego peligrOBo, como
se veril en el desarrollo que vamos procurando dar á los sucesos.
El General Plaza Gutiérrez, persona astuta, sagaz, á quien por deseos
de mando es imposible ceder el ¡¡uesto á otro, aunque Sfl nos diga lo contmrio, desde su arrribo á Panamá se anunció, pues preveia el recibimiento
espontáneo de unos, de curiosidad de \>tros que le traerfan
plétora
de
simpa tras; además, ya en cartera venia escrito y bien pensado el progra·
ma que debería desarrollar, siendo, por supuesto, su primer n1'imero, hacer demostraciones plíbllcas de su desinterés,
su respeto á la Constitu<.i6n que empeñoso se proponia sostener.
La!! masas delirantes é inconscientes obsequiáronle opiparos ba.nquetes, discursos muchos y cantos elegracos en su loa: de pueblo en pueblo.
de ciudad en ciudad fué llevado hasta la Capital de la República. luga!'
adonde sobrepasó el lfmite de la abyecci6n y prerrogativas con que ofrendaran á personajfl de tanta- valfa. Ya mandaba don Emilio Eetrada, y desde esos momentos todos olvidaron que enfermo se encontraba, y que sólo
oía estruendo~os vivas delirantes con que obsequiaban más y más al dichoso y nunca bien alabado General.
Nadie se acordaba de nada:
escarnio, verguenza
por hechos
los?
traición, gobierno, sangre, luto, miseria,
luctuosos pasados, ¿para qué recordar-
Ya estaba en caE·a qUien pudiera restañar
del pars!
tanta herida, quien harra la
relicidad
Al segundo dra de tan monumental recibiemiento, descanso de tantos
agasajos, abrazos, besos, preguntas por su viaje, la salud de su familia,
-241visita!!, saludos con el sefior Presidente de la República, con los 8efiorcs
Ministros de Estado, algunos Senadores y Diputados, jóvenes intelp.duales
y más gente menuda, concurri6 á ocupar su curul como Diputado Suplente que era por la Provincia de Esmeraldas y por excusa del principal.
A una de las sesiones s610 pudo asistir el General Plaza Gutiérrell,
PU€s llamado :íformar parte del Gabinete de Gobierno por el sefior Jefc
del Estado, acept6 el portafolio de Hacienda y Crédito Público que se eneontraba vacante.
Semanas siguieron, y comprendiendo el error cometido con la aceptaeión del cargo, hizo renuncia irrevocable de seguir ejerciéndolo, no sin
que, primeramente, hubiese preparado el terreno para hacerse reconocer
créditos por sueldos atrasados como General dé la República, más el pag-o
de viático y emolumentos que dice corresponderles, en su carácter de Ministro Plenipotenciario 6 Rresidente en los Estados Unidos de América lí
otros países, cuando la dominación del señor don Lizardo Garcra (sic?),
cuyas liqUidaciones han sido practicadas por cl Tribunal de C;uentas de
Guayaquil.
Expedita así su acción, comenzó á desarrollar su programa mucho me.
jor combinado en el Ministerio de BU cargo con sus copartidarios en la"
provincias, como así mismo, con varios personajes llenos de poder é influencias para con el Gobierno, no sin acentuar primeramente, en el ánimo del sefior Estrada, odios é intrigas ~lanifiestas para con los elementoo
liberales alfarlstas y con el objeto más tarde de quedarse s610 con los 511.
yos que le hiciesen invencible. Asr, pues, sus amigos. sobre seguro, y con
su conocimiento, lanzaron' su candidatura a raíz de la lJIuerlp. del señor
Estrada como el único capaz para salvar las instituciones en peligro.
Estallada la revoluci6n en Guayaquil, los pueblos de la cost.a proclamaron al General Pedro J. Montera, Jefe Supremo de la República, <Í HXcepción de la Provincia de Esmeraldas que con fecha 22 de Diciemhre pa
sado se haMa adelantado Ii proclamar al prestigioso ciudadano militar General Flavio E. Alfaro, compadre
espiritual del de igual grado Plaza GIlt1érrez.
Hecho fué éste que proporcionó al Gobierno el lIamarlo al servIcIo de
las armas y encargarle la Dirección General de la Guerra, unido con el de
Igual grado don Julio Andrade nombrado Jefe de Estado Mayor.
Con cuerpos de Ifnp.u, reservas y una porción de juventud en su mayoría conservadora, salieron de la Capit.al los predichos Jefes y pocos día!!
dp.spués con vista del enemi!!;o, traharonse
combates sangrientos en distintos lugares de la vía férrea, desde Huigra hasta Yaguachi;
eombateR
que dirigidos, únicamente, por el bizarro y denodado .Tefe General Andr::¡.
-- ~42-
de, brazo y alma en dichas contiendas, pusieron fin C01l sus triunfos á la
revolución. Cel'ca de dos mil bajas::;e contaron entre los ejércitos belig'l'
ralltes, y hubieran habido más, que preferible hubiese sido al haberse pl'evisto la falta de honrade7. del Director de la Guerra, no cumpliendo los
pactos firmados entre partes, !!;arantizados POI' Cónsules extranjeros para
dar facilidades á. ~a ocupacióu de Guayaquil, plaza de dificil condidóu para ser rendida; mas no se procedió al ocupar la susodicha plaza con la g~
nerosidad é hidalguía á que estaba obligado, y antes, huIJo perfidia negán.dose á fines humanitarios.
A las cuatro de la tarde del '22 de Enero entró el ejército victorioso,
sin enemigos á quien combatir, y boras después desconocidos
los tratados que dejamos dicho, [up.ron tom¡\dos y pnestos prisioneros los Generales Eloy AHaro, Pedro .l. Montera y Ulpiallo Páez; as! como en el subsiguiente, los; de igual grado J<'lavio y Medardo AI[al'O, Manuel Serrano
y
Coronel Luciano Coral, ajeno éste á los sucesos políticoS de la revolución,
pero si periodista radical conceptuado por el Gobierno de Quito su en'~migo.
}<;I 24· del mismo mes arribó de Quito el Ministro de la Guerra General
Juan lcrancisco Navarro. muy ('ecordado por su idiosincracia en el hablar
y Sil iracundia en\'eneilada, morbosa, contra los Alfaros.
¿ A qué
Guerra?
venia, qué objeto
traia el susodicho señor Ministro
de
Ia.
Como se temiera por el Gobierno de Quito que los prISIOneros fuese'l
puestos en Iihertad, respetando los tratados firmados, mandaron al Gen:..~
ral Navarro pal';l.que. inmediatamente á su llegada ~ Guayaquil ordenara
el enjuiciamiento militar contra los altos jefes del ejército rebelde .. como
asf lo manifiesta por el siguiente telegrama que dirigió al señor Presidente y Ministros de Estado,.y es como sigue:
'rELEGRAMAS
DE GUAYAQUIL A QUITO.
"Guayaquil. á 25 de Enero de l!l12.-Hora
Señores
Presidente
y Ministros
de depósito 1 1). In.
de Estado.
De conformidad con lo resuelto por el Supremo Gobicrno y ateniénd,)me á. las instru('ciones que traje, be ordenado al seilOr General en Jefe del
Ejército Que proceda á decretar el juicio militar contra los altos jefes del
ejército rebelde, En esta virtud, el señal' GenE\rnl Plaza ha decretado
la
fonhacl6n de un Consejo de Guerra para que, de acuerdo con el Código
MilIta.r, proceda á ·juzgar á los culpables. El Consejo está ya reunido, baj~
-243la Presidencia del Coronel Alejandro Sierra, sirviendo de vocales los COI'\)neles :l\lanuel Andrade, Manuel Velasco Polanco, Enriqne Valdez, .Juan Jo·
sé Gallardo, Rafael Palacios y Teniente Coronel Secundino R. Velásqucz.
Actúa como Fiscal el Teniente Coronel José Rodolfo Salas. Es probable
que el Consejo termine á media noche y la sentencia Que dicte será cumplida. El juicio ha empezado por el General Montero, por ser éste el mayor responsable de los rebeldes; visto el cargo de honor y de confianza
Que ejercfa cuando se alzó en armas contra la Constitución.
Saludo á ustedes.
Ministro de Guerra,
J. F. Navarro".
La sontencia fué más que cumplida, pues momentos
antes el misIDCt
Ministro manifestaba con risa <¡ue Montero no vería la nueva aurora.
Y
fué así, pues á las nueve y media p. m. del mismo día dirlg[a este otro telegrama:
TELEGRAMA DFl QUA Y AQlJIL A QlJITO.
"Guayaquil, á 25 de Enero de 1912.-Hora
Señores Presidente
y Ministros
de depósito, 9 y media p. m.
de Estado.
A la's 8 y media p. m. terminó el Consejo <le Guerra sus deliberncio!les sentenciando al General Montero á la pena de diez y seis afios de pr~
sidio y degradación pública. El pueblo se sublevó contra esta sentencia.,
que defraudaba sus esperanzas de que fuera la pena de mucrte. Tres 6
cuatro mil hombrcs armados protestaban contra ésta resolución del Canse
jo y pedían la eaJ:¡eza del traidor. Hemos agotado lIupstros e¡;fuerzos po¡;contener' pueblo. No fué posible. Nos atropellaron.
Atropellaron Consejo,
cordón de fuerzas, invadieron Gobernación, donde funcionaba
Consf!jo y
. ultimaron desgraciado J!,fe rebelde, ensafiándose cn sus despojos, que a·
rrastran en estos instantes por las eaJIes. A esta exaltación fr'enética <Iel
pueblo ha contribuido grandemente la explosión que ocurrió en cl Cuartel
de Artillería y Que el pueblo la ha atribuído á los rebeldes. Hemos expUé,,;to inútilmente nuestra vida por _salvar presos y el señor General Plaza,
sin moverse del lado de los presos, ha agotado. heróicos esfuerzos por sal-.
varles la vida. La cólera popular es incontenible y terrible. de manera que
en estos mismos momentos, ape~ado el espíritu por 106 caracteres odioso.s de la tragedia á que acabo de asistir, me preocupo de ver cómo sulv,)
la vida de los otros presos. Luego comunicaré.
Saludo á ustedes.
Ministro
de GuerI'a,
J. F. Navarro."
-244I·'also, falsísimo!
Mil quinientos
hombres de tropa, armados unos,
disfrazados otros y muchos curiosos, pero no estos últimos hijos del lugar,
pedían la cabeza de. Montero, si traidor no tanto como Navarro.
La trop;t
que hacía la guardia les prestaba las armas y con señas ó .\Olmpujándolos
les facilitaba la puerta franca para que subieran á los altos de los salones
de la Gobernación;
esos mismos con \lna porción tle reservas de Quito,
turba disfrazada con consentimiento de sus superiores, fueron los que victimaron á Montero enzañálldose con sus despojos. que mutilaron y arrastraron al toque de dianas, descarga,;; de fusilería, cual si fuera en comb'l'
te, cubriendo de baldóÍl á la R;epÍlblica.
¡El pobre Montero no volvió á ver al día siguiente
la aurora!
En cuanto ft los otl'Ospresos precisaba hacerlos sufrír más: para ellos
la hora llegada no demoraría, pues era necesario
lIevarlos á Quito para
festejar allá su victimación con danzas y fiestas macabras.
Veamos el siguiente
telegrama:
"Guayaquil, ii 25 de Enero de 191:!.-Hol'a
Señores Presidente
y Ministros
de depósito, 11,45 p. m.
de Estado.
l<JIfin trágico del General !\lontel'O y el peligro inminente que corren
los otros G~~nerales presos. me han colocado en el caso de suspender
8'.1
enjuiciamiento
y sacarlos
inmediatamente
de esta ciudad, aprovechand.)
la circunstancia
de que el pueblo enfurecido ha abaudonado la Gohernación y anda,por las calles con los despojOs del desgraciado General MontR1'0. Si no aprovecho
estos momentos,
tengo la firme persuación de qUe
los demás Generales corren\n la misma sucrte de aqu(\I. á mellOS que nos
resolviél'amos á fusilar al pUf!blo, cosa que creo no está en el ánimo d'JI
Gobierno y que seguramente no lo está en el mío. 'He ordenado, pues, que
el pundonoroso y enérgico Coronel Sierra: llevando á sus órdenes el Batallón "Marañón", conduzca esta misma lioche los presos á Quito, ateniéndose -á las siguientes inst.rueciones:
10. Que adquiera vfveres para que vayan en el tren y no haya necesidad de que la tropa tenga que adquirirlos en los pueblOS del tránsito;
20.
I
QUE:
no se detenga el tren f!n ciudad ó pueblo alguno del camino;
30. Que proteja á los presos á todo trance y bajo su propia y personal
responsabilidad los entregue en el Pan óptico de Quito.
Abrigo la convicción de que esto es lo mejor que se puede hacer en
las actuales circunstancias, pues no dudo de que aún en el caso de que p,J-.
-245diéramos ejercitar una de(cn¡¡a á mallO armada con Ill.l; tropas, nada ó Il:}eo avanzar1amos, dado el mterial Hjero de los edificios, que Ron tra¡¡paS:idos ~n todo sentido por los proyectiles, exponiéndonoiO, además, á que :;e
produzcan incendios que serIan fatales á la ciudad y á ]os pre¡¡os.
Confío, pues, en que la medida que me he vi¡;to forzado á adoptar,
rá bien apreciada por lIiOtedes.
Atentos
se
saludo¡¡.
MInistro de Guerra.
J. F. Navarro.!'
Si trágico fin .fllé el de Montero, cobardes,
de los otros prlRlonérO¡¡ indefensos.
crueles. teufan que >ler 108
1<::1 enjuiciamiento
qUf>debía sf>gllir COIl el General Alfaro y IUás pre:;os, el Ministro d•• (¡uerra. comprendió no podria lIevarlo á efect.o porqll(~
preveía que la. libé1'1'ima Guayaquil jam¡:ls hubiera consentido otros horribles crímenes, (lll'~ :;ó10 pudo efe(:tuarse el e::;pantoso con Montf>l'o porqllc
este pueblo viril, ajeno ii. esta¡¡ torpeza::;. nunca calculó que una turua di:;·
frazada, dirigida. por sayone::; venido::; expl'Ol'eso de la sierra, comellcra:l
tanta infamia, tanta cobardla, tanta criminalidad,
j Justicia
popular! 1El pueblo!
Talismán con quc procuran
vanidosos pen;onajes, llenos de responsabilidades!
cubrirse
Más, el pueblo de Guayaquil a¡JI'eció el hp.cho, eonodó SIlS autorcR, :r
los victimurios erraron el golpe d~ mazo inculpando ser el pueblo, cn alganuas de justicia popular.
:!'¡JngÚnpueblo, y mucho menos aquél que se dignifica con el trahajo.
('n nuestras costas, que es honrado, luborioso, moral, S<.' ha prestado ni
!ll'%tar:'.
para zambras inlculi::; Ó tragedias macabra::; de ::;angre.
El plwiJlo de Guayaquil no odiaba lÍo lo::; Alfaros ni á Mout.ero; por rp.sentimientos I)o!ít.icos sectarios, no habrlan
hecho ni har.san lo que uua
soldadc'l'ca tlisl'razada é hipócrita hizo.
¿ CuÚI. rico, pobre, artesano
6 siquiera de humilde condición. cuando
la· v!eti1nacióll y ultraje al cadáver de :l\Iontero. estuvo eutre
tanto forajido?
Sinembarl'o, el señor Ministro de Guerra con pasmoHa falsedad dice,
quP "el 'puoblo agrupado en ·la barra protestó de la sentencia por no hahcr
-246sido condenado á muerte. que con peligro de los jefes que formaron dicho
Consejo. uWmaron al traidor Montero y la fuerza armada que custodiabii
el edificio de la Gobernación no pudo contener ese horrible hecho,"
¿C6mo no pudo contenerlo? Acaso hubo necesidad. dado el antecedente- de que con 'su venida. ya meditada. traía la sentencia que nos conduci·
Fía á la disolución. al escarnio, á la muerte?
Vuestro juego. señal' Ministro. el de \'uestro Gobierno. el .de vuestros
militares. sin omitir gerarquías, no es desconoeido para la mayorfa de la
gente pensame; sin duda habréis creído. que desapareciendo del escenario
de la vida, estirpando de una vez y para slempr.e, al Jefe del Liberalismo
y sus· Tenientes. Quedaríais dueños absolutos en poderío y grand,eza de esta infeliz Nación ecuatoriana.
Por otro lado. el General Plaza Gutiérrez en constante comunicaci6n
con el interior, recibía t~legramas
como el siguiente que copiaremos uni·
do á SlI contestación. Dicen as!:
"Genel'ul Plaza ..
Guayaquil.
Amigos y compatriotas creemos
absolutamente imposible la libertad
de Eloy Alfaro ni sus cómplices por ninguna causa. so pena de la ruina de
la patria.
La opinión es completamente
unánime de que presos sean jm:gados,
sentenciados con estricta sujeción á las leyes . Proyecto de libenad ha
causado gran excitaci6n que puede tener funest{simas consecuencias.
Lino Cárdenas, Manuel R. Balarezo. César Enríquez. Manuel Eduardo Egcudero, Virgilio Cajas, Luis Calixto M.. C. Valencia P .. Max Valencia
L.. Leoncio G,· Patlño, Leonidas
García • .José M. Suárez. Alberto La·
rrea. M. A. Salgado, R. del Hierro, Alejandro Mosquera. Narváez A.,
Carrera Andrade, Gabriel GÓmez· de la 'forre."
"Guayaquil,
Señor Lino Cárdenas
el
2:i de Enero.
y demás firmantes:
No comprendo la indignación de los ciudadanos de esa Capital,
por
hecho de haber- expresado honradamente mi o-plni6n l'cs-pecto alcumpll.
--t47miento de \lila capitulación que s(., imponl¡¡, entonces para termluar esLl.
guerra rápidamente, evitando así que nuestro bravo ej¡l,rcito fuese diH:r.
11I
ado por la fiebre amarilla Que grasa en estas comarcas. Como no nacl para
verdugo, mañana mismo declinaré el mando del ejército para que venga >1.
remplazarme quien .se atreva á llevar á eatos desgraciados
Generales II
esa Capit.al, con el propósito de que corran la misma suerte del ilIfortunado QlIírola, L1Hvaudo ti. los prisioneros á Quito se va á infringir la Constitu·
ción que ordena 110 distraer
á los delincuentes
de sus .Jueces naturales.
Soy de ustedes,
respetuoso
compatriota,
L. Plaza G."
Cómo! Si el General Plaza conocía ó preselltfa que esos desgraciados
cien eral es llevados prisioneros á (~uito, podlan correr la misma suerte d,>.l
infortunado Quirola, (1) ¿porqué
en lu¡;ar de sostener el imperio de la
Ley que Pl'eceptúu que todo delito, crimen ó infracción que fuese, debe Sf>!'
juzgada )lor sus jueces naturales, no impidió aquello COll la energla .v ej¡:cutoriat; como General en .Jefe del Ejército?
En el citado telegrama el General Plaza se expresa no haber nacido
para verdugo y que declinaría el mando del Ejército; entonces,
¿VOl' qU(\
dejó impaciente el Que Ilevarall á los prisioneros y no rCllunció el mand:J
como lo hab!a dicho?
Todo fué broma para é\. Broma la capitulación, broma I()~ tratau()~
con los Cónsules y broma el cumplimiento de ellos; pues si verdadHramc\lte fuera un hombre que no babfa nacido para verdugo, honrado á carta caba\. debió cumplir á toda costa, ineludiblementc, aún con la opOSición d,~
todos. lo que hahía firmado;
pues con ello habr[a dado pruebas de un;¡,
moral excelsa, ulla liberalidad b,ien sentada y puesta en llrÍlctica en eonsommcia con .las doctrinas que dice sustenta.
¡'imbarcados los presos el 26 en la madrugada, y libre ya de ellos, Phza se ocupó en arreglos de Viaje para seguir el mismo dla abordo del cru,
cero "Cotopaxi", dizque con el objeto dfl concluir. con la pacificación dp. las
provincias de Manabf y Esmeraldas, )' con tal objeto embarcó tropa, mas
su Estado Mayor, cuando no había necesidad de aquello, dado el antecedente de haberse ya sometido esas provincias y los comprometidos en In
revolución estaban defeccionándose.
(1) Asesinado
y ~J1lti1ado el 11 de Agosto por una hOl'da de salvajes.
-248Mas aquello no fllé su objetivo: temió llt responsabilidad que la 6e.ltfa
Tenir en su contra por los hechos luctuosos que ya conocla deberlan &eO.tecer en la llegada á Quito de los prisioneros, que cobarde y despllld&damente enviaba él tí. Navarro; y procur6 que esa responsabilidad reC&fera
'tínlca y exclusivamente en el Gobierno, que si bien no se encontraba. 3jeJlO de tan terrrible
programa ya combinado, asustado con lo hecho ea Guayaquil, pretendió también
descartarfle ordenando la _suspensión del Tiajp.
por temor de peligros gravIslmos á la llegada. de los presos á Quito: cornil
asl lo expresa el Encargado del Poder Ejecutivo en los siguientell tetecraJI:lU:
,"Quito, á 26 de Enero de 1912.-Hora
Seiiores Gene~al Ministro de Guerra y
de depósito', 2 p.
1lI..
General en Jefe del Ejército:
Viene siendo imPosible la medida de enviar á los pnslOneros á esta
Capital, porque no se podrla ponerles á cubierto de la ira popular, ni á lilU
paso por las poblaciones del tránsito. ni á ,su llegada aquí.
Además, debiendo verificarse el juzgamiento de ellos en GuaYR'luil serIa necesario correr, en su regreso, el mismo peligro que en su . Tenida;
complicándose entonces la situación porque el pueblo presumirfa qUe, se
trata de eludir el juzgamiento y de poner á los prisioneros á salvo de la
sanción legal.
Lo· que necesitábamos era que no se pusiese en libertad á los que trastornaron .tan hondamente la Naci6n; y fué porque se pensaba en ello que
se dispuso se los enviase acá; más las circunstancias han cambiado 'J veo
que lo más couducente al ju¡r,gamiento y la seguridad de ellos seria mantenerlos presos en el "Libertador BoHvar", tqmando las medidas del CllllOpara evitar su fuga. y en espera de que las agitaciones populares se calmen
y se pueda entonces proceder al juicio, conforme á las leyes.
Repito que su venida no puede verificarse, porque· los' riesgos
minentes, y el Gobierno estii en el deber de preverlos y evitarlós.
S01\
in-
PN tanto. sírvanse
ustedes ol'denar que regrese el convoy de los prisiQneros, convoy que he mandado detener en· Huigra.
El Encargado
\
del Poder Ejecutivo,
Carlos
Freile
Z."
-249-
"Quito, Enero 26 de 1912.-Hora
de depósito, 2 p. nl.
Señor Cpronel Sierra,
. Se me ha avisado que usted viene á ésta. ,trayendo Generales presos.
Considero sumamente
peligroso el viaje á Quito de esos prisioneros;
y
mientras el señor Ministro de Guerra imparte las órdenes del caso pan\.
que ,usted regrese á Guayaquil. sfrvasc usted detenerse eu Huigra. hal:ita
segunda orden.
Saludo,
El Encargado
del Poder Ejecutivo.
Carlos
"Huigra,
26 de 1912.-Horll
Freile Z."
de depósito, 6 p.
ID.
Quito.
Señor Encargado
del Mando.
En este instante llego aquí con presos enviados de Guayaquil para ser
trasladados á Quito. por orden del sellor Ministro de Guerra. Salf do Guayaquil á las dos de la madrugada. escapando de la furia popular que despc.
daz6 General Montero. Voy con toda clase precauciones protección presos.
Coutinuaré avance después de pocol:I momentos.
Llevo Generales l"Jloy.
Flavio y Medardo Alfaro, Manuel Serrano y U1plano Páez y Coronel Lucíano Coral, bajo custodia batallón "Marañón",
Atento servidor,
Coronel Sierra."
"Quito, á 26 de Enero de 1912.--Hora
de depósito, 6 y media p.
Dl.
Sefior Coronel Sierra:
Salúdole y aviso de su
Buigra.
telegrama
en que me- comunica su llegada á
-250Antes de reclbirlo, dirigí á ust.ed uno en que dispongo que se detenga
en ese lugar,. para que cont.ramarc~e á Guayaquil, en cuanto reciba orden
del señor Ministro de Guerra.
Asf lo exige ]a necesidad de asegurar á 105 prisioneros contra los ataques populares; de manera que regresando ellos podrfase mantenerle3,
mientras sea oportuno
juzgarlos, á bordo del "Libertad'or Bolívar" 6 el\
donde más conveniente sea,
Eutre tanto, tome usted las medidas de la más escrupulosa vigilancla,
as1 para evitar la fuga de los prisioneros, pues si tal sucediese tendr1amos
antes de dos meses nuevas revueltas y matanzas, como para asegurar también la vida de ellos mismos, cosa que se la recomíendo
lllUY
especialmente.
El Encargado
de] Poder Ejecutivo,
Carlos
"Hulgr'a. á 26 de Enero dé 1912.-Hora
Freile Z."
de depósit.o, 6 y media p. m.
Señor Encargado' de] Mando.
Recibí su t.e]egrama de las 2 p. m. Su orden para que me estacione aquí
.y Juego regrese á Guayaljuil, es absolutamente
cont.radictorIa con la ljue
reeibí de! señor Minist.ro de Guerra, quien dispuso salida de. presos. precisamente para salv,arlos, Como yo mismo tengo convencimient.o de que ;;i
los re~resara ;L Guayaquil perecerían, y como tropa á mi mando, que es. d~
re::;erva, cRtá violent.a por avanzar á Quito, en bien de los mismos presos
me atrevo ií,. ~allifcst.ar á usted guc sigo á Alaus1, en obedN~imielito de aquella orden imperativa tlel señor Ministro de Guerra. Si debiera contrae
marc~ar á Guap¡qui! ó quedarme aquí, temería por la vida de los presos, á
causa de la exaltación de la t.ropa, que ver1a en ellos el ohstáculo para s(>-)!;llil' á Quito.
Saludo á lIst.en.
C;oronel Sierra,"
"Q11ito, á 26 de Enero de 1912.--Hol'a de depósito, 7 p. lll.
Señores Genél'al Ministro de Guerra y General Jefe de OperacioneH:
..
El fune!;to ejemplO de lo acaecido allá con el Genel'al Montero, serIa.
-7051un antecedente que explotarian los pueblos por donde Vlllleran en tránsito
los prisioneros hacia esta Capital;
de suerte que ellos no llegarian aqni
sino mediante los más severos cuidados y la más estricta diligencia de los
encargados de su conducción, cosa que se deberia prever con suma prudencia. La ansiedad que promueven
estos hechos debe conducimos á evitar
su repetición;. y ojalá que el buen sentido de los elementos prestigiosos y
·sensatos de esa ciudad devuelva la calma al ánimo del pueblo guayaquile,
ño, en punto de ser quizá preferible resguardar allá. más bien que aquí,
á los prisioneros; de sU~,rte que, con el criterio que aconsejen las circunstancias, s(rvanse proceder en f()rma que no tengamos nuevos atropellos
<lue lamentar.
El ;Encargado del Poder Ejecutivo,
"Quito, á 26 de Enero de 1912.-Hora
de depósito, 7 p. m.
Señor Coronel Sierra:
Una vez más digo á usted que no deben venir los prisioneros á
Capital, porque su mismo juzgamiento debe hacerse en Guayaquil.
esta
Los peli¡?;ros son gravisimos, y hay que poner á los prisioneros ti cubierto de ellos; de suerte que estaciOnese usted en Alausf. ya que lIO lo hi.
zo en Hulgra. porque van sobre usted responsabilidades
inmensas, caso de
perecer 108 preso8.
Bien puede ser que su Cuerpo no necesite regresar ni volver atrás IlIl.
paBO, porque á ello proveerfa el señor Ministro de Guerra;
pero SI debo
aguardar un' espacio de tiempo suficiente para que se tomen todas las providencias del ·caso.
Encargado
del Poder Ejecutivo,
Carlos Frei/e Z."
El Ministro
de Hacienda,
encargado
del Despacho de Guerra,
Intriago."
El, AllVfode los prseos fué obra de Plaza y Navarro;
éste último. in~trumento ciego del primero, as( como Sierra comisionado para conducirlos
al Pan6ptico, resguardados por el Batallón "Marañón", también otro de los
hipócritas sedIentos de sed de sangre, quien ansiaba llegar breve A la Cnpltal pÚa elltr~arlos
como un presente, primeramente á su espuS8 quien.
BAI"¡CU Dr: ,.) :~::í\jf\'J-=:~
. .' ~.!.-()
f\l!i\,lOI'.:'
l :J'~ ..
-252como los humanitarios Lino Cárdenas, Luis !!'elipe Borja
con instancias extremas solicitaban los codiciados presos,
Pérel: y
otros,
El valeroso don Leonidas, perfectamente
sabia lo que les esperaba ú.
esos infortunadoB; sin embargo, era preciso mandarlos, ya que no habiendo cumplido cual se debe á todo, hombre de honor con los tratados de Capitulación firmados, menos debel'1a cumplir ni ser humano pa'i-a con su protector y demás prisioneros, pues sab1a muy bien que no le podía l>er favor:lble la existencia de esos seres para el completo
desarrollo de sus fines
preconcebidos;. Y tanto, que ya prejuzgaba correrfan la suerte del infortunado Quirola .•
COlioc!a también, que el Gobierno á quien servia, era de indiscutible
ilegitimidad, como así lo había manifestado cuando asistió como representante á la Cámara de Diputados, añadiendo que estando rota la Col'istitueión él' procuraria levantarla á su primitivo vigor: además sabia que, desde el 11 de Agosto, la República era una farsa inicua; que Freile Zaldumblde y sus compinches, hablan entrado á saco á gobernar á un hato de imL .dles, á quifmes, á orillas afuera, se Ics denom'ina
cafres-ecuatorianos;
que el Congreso con el hecho de dar 511 aprobación ~' aún' aplaudir los ac-tos salvajes de los dfas 11, 12 Y 13 de Agosto, no era tal, y todas sus resOluciones ilegales; q'lIe habiendo nacido del seno de ese Congreso, el Go·
bierno espúreo de don Emilio Estrada, igualmente adolec1a de ios_ mismos
df\fectos de coÍ1.stitueíonalidad; Y por último, haciendo irrisión,
él mismo,
de ,estos desacatos Y procedimientos inusitados, entró á form'ar parte en
esa camada. ¿ Por qué en lugar de prohijar tan nefandos 'crímenes no se
hwantó airado, llena su alma de altivez como enflrgía republicana, cu~l le
tocaba, si s(~ cree hombre hOlll'ado y sin compromisos, Ú apostrofarles sus
hechOS?
Pero liÓ, jamás pensó fln aquello: ~ vanidad, su. ambici6n, su falta de
honradel:, su carácter voluble lo tenía nsugestlonado y se loimped1an.
Como General cm .Tefe del Ejército, pudO !lO cumplil' las órdenes r¡!I0
I(,~impartiera e.1 Gobierno y sostnne¡' Sil firma de caballero, estalhpada cu
los t~ataflos, s?hre Ca.pitulaciÓn, y garautizado su cumplimiento por dos
Cónsules extranjeros. cueste lo que costare, antes que ent.regar los pt'CS03
que hizo tomar arbitrariamente,
comisionado para ello á un Clot.ario Pal:, ií
su cuñ'ado .Juan Manuel Laso, César Tlorja Cordero y otros, r¡ue eomo f:l
Último nombra,lo, eran deudores de fil)ezas, consideraciones. dinero, ~era~'r¡ufas y posiciÓn dadas por el General Alfaro, ~'quc
ante el venerable anciano, meses atrás doblahan la espina dorsal humildemente y proseguían
Holicitfllldole nuevos favores.
¿ C6mo porlrla cumplir nada el popularísimo Genel:al Plaza cuando d
mismo 25 de Enero tnu:nnitía á quito á 811 congénere Gonzáj S. Cónlova "1
--lG3--
telegrama que reproducimos
irían á Quito los prisioneros
maron?
A Plaza .....
"Señor
y que reboza
su odio mortal, aseguranuo que
á quienes tanto temieron y algunos otros a-
plaza.
doctor Gonzalo S. C6rdova:
Los conservadores, )' con ellos algunos liberales frívolos, dizque estú!'.
explotando la capitulación de Guayaquil, para llevar el agua á su molino.
No los dejen en esa labor maquiavélica.
Hágales saber que los prisIoneros
á quienes ellos tanto temieron y algunos de ellos los amaron, están bien seguro!> y que irán á Quito tal y como lo ha ordenado el Gobierno. Lll justicia cumplirá con su deber, como hemos cumplido nosotros con el nuestro_
L. Plaza G."
;,Y éste era el que conociendo los horribles asesinatos perpetrados (;{\
las
personas
indefensas
de
Quirola,
Torres
y
Montera,
en
lugar de evitar con entereza la prosecuciQll de aquéllos, ;;olamente suplicaba al ArzobiSpo de Quito apelando á sus sentimientos humanitarios y cri-~" tianos, empleara su influencia en fa-vor de los prisioneros?
¡A Plaz<l., qut\ hipócrita
y, cuanto
criminal
j y que hayan cmpecinados
en creer á este
y el ímico (\apaz para ocupar el solio presidencial
Qué escarnio,
qué humillación,
te miran!
mOIJ>;truo como necesa¡'j,)
Qué desfachatez,
!
qué verguen;,:a!
Leamos ahora, igualmente, el telegrama
que con fecha 22
}o'relle Zaldumbíde le dirigiera al General Plaza:
de Enero,
"Quito, á 22 de l~nel'o de lfJJ2.
Señor Leonidas
Plaza G.
~i el Gobierno se ~a empeñado en la ocupación milit.ar de ~uaya()uiJ,
ha SIdo porque la NaCl6n clama por la sanción
contra los traidores. bic 1
entendido que los cabecillas siempre cuentan con los medios para eludir la
aceilín de la justicia: nero P¡;to no quita que nosotros, ¡Jor moralidad polí.
tica y por los intereses de la RepiíbJica. procuremos
exCirp;¡r de una \1');(
para siempre el elemento sedicioso" empleando los medios indicados POI' la
Ley, ya (fue esta seria obra de verdadero patriotismo. No POdCltJOS des,""w
m(ts sangff~ ni llunca lo hemos d~'6cado. ni ¡w ha (lcrr-;lnll'do por ¡'UC':,1 ra
l
-254culpa; y si empeño hemos p,uesto en el castigo de 101:1 traidores y crimiu.rtles. \la sido precisamente para ahorrar en un futuro inmediato,
nueva,;
borrrorosas hecatornbes. Su amigo •.
Carlos Freile Z.".
¡,Por moralidad poHtica y por los intereses de la República. procuráis
extirpar de una vez para siempre el elemento sedicioso, cumpliendo los
medios indicados por la Ley?
y los cumplIsteis?
Imposible hacel'lo. dado el antecedente que aquello no era número del
programa. y por consiguiente, ajeno era de vuestro
verdadero patriotis-
mo.
j
Justicia!
i Invocáis
la acción de la justicia!
Esta sólo la ejerce el hombre social. el hombre de bien; mas la ve:!ganza. es la justicia del hombre salvaje. la que ha sido práctica y aplaudida únicamente por traidores y miserables.
Hoy que se des,ahollan
acontecimientos que parecen ser sueños, he·chos dantescos, analizándolos sólo. pueden concebirlos ceI'{lbros febricitantes.
La ferocidad de los hombres nunca es disculpable
en una sociedad
eristiana, salvo que ésta quiera retroceder á los tiempos primitivos; pU<:\f1
'siendo ~ristjana, es humanitaria y funda sus bases en una excelsa moralidad, en sus limpias costumbres y el mayor respeto ante todos los aso~iados.
:Si la falta de esa moralidad, si el poco respeto que nos debemos. son
i:~oeproducen escándalos que nos conviertan de hombres racionales en.
bestia humana. la razón se ofusca y se resiste la inteligencia á meditarlos;
y como una pesadllla tenebrosa. nos sugiere patentizar hechos que sean el
:mentís Íi toda idea Bana; hechos que ·I'elataremos, por lo conformes en un
todo, como nos los han hecho conocer personas de viso. testigos presenciales, muy ajenas á la polfÍ:ica del país si acaso puede llamarse polrtica, libre de toda pasIón, de todo prejuicio.
"108
"
FIESTAS
MACABRAS.-CANIBALISMO.
Era el dla 28 de Enero, domingo. á las doce del día, cuando los mora~ores de la ciudad de los Shirls presurosos corrían devotos y reverentes á.
-250pl'tl:l'énciar el sacrificio del .Mártir del Cristianismo en uno de los lemplor
de esa Urbe ¡IUe se denomina Católica-religiosa. De boca en boca se rumo·
raba por calles, casas y plazas, el arribo para esa hora de los desgraciados
prisioneros pollticos, aquéllos militares gloriosos á cuyas plantas, ayer n'j
más, quemahan incienso la mayoría de los ecuatoriano,;, y que hoy la fatalidad, la til-anfa, la traición, la calumnia y la perfidia exhibían como hojas
tronchadas, arrebatadas con furor á impulso de las borrascas que prodUcen las evoluciones polfticas,
Eloy Alfaro: el I.uchador infatigahle de un Ideal, aquél que á pesar lic
errores fué grande, el Padre del Liberalismo Ecuatoriano. "El verbo el•..
~ontalvo hecho carne" en unión de los Generales Flavlo y Medardo Alfa1'0, Ulpiano Páez, Manuel Serrano
y Coronel Coral eran las víctimas
quc
se habían elegido para el resUn; y, ;oh sarcasmo! la Capital de la RopObliea, éste pueblo grande que modestamente se proclama "Luz de Am?ricu"
era el llamado á exhibir á la luz meridiana su corrupción ~' su lJarbarie
>lUS
. UIl grupo escogido aguijoneado por sus dirigentes, la musa souerana
inconsciente querían sangre para saci;.¡r l:Hlsed. ¡ Vaya si la tendría!
é
FJI nobierno haciendo gala de estulticia y cobardía lo ofreció
solemnemente, era necesario cumplir el juramento hecho á la gente alegre de )u
Capital; por eso consintió el cl'imen:
soreno impasible y tal vez hast.l
festivo.
Las grandeB nulidades tenfall que buscar la
impedían p.1 ascenso á las alturas.
desaparición
de los
¡¡U'.'
Era la época de las veugauzlL'l. ¿Qué importaba que las víctimas fuerau
inocentes ... ".. ? La. sentencia estaba dictada ~' se CUlllplil'ía. sin remcdio_
El verdugo había lIegado feliz á Guayaquil: dos horas desp\l¡>~-por l;1I,;
calIes rodaha la cabeza del infortunado Montero; Quito no poelía <luedan;"
atrás, y si á orillas del mar se asesinó :1 un hombrc, la primacía ordena));).
el asesill:lto dl'\ HCil:; en un solo día, sin eontarse el ,,1''''(;1 uado 01 21 del Illismo mes en la persona nel Coronel Be1isario Tones, á lJuipu bolado en ::~
suelo, sin un tendido, sin una jerg-a, adonde pndiem n'costal' su cnC'l'po l1e
rido de un balazo á mallsalvu ? indefenso prisionero, [;(' le oblihuba á qUé
firmara, en su agonía, una declaración,
padrón de ig"nonlÍllia, (¡Ile rp.husó
COIlaltivez suprema POI' ser calmlliant.p, infame ¡\ indpcor()~a, propia df~¡
Gobierno que la, ellvió, haciendo
gala de su [<~I'o<:idndP IIlquilla. ~luri6
sin un vaso de agua, ni una mano caritativa qUA ¡JI'UClll'ill'apropol'(~i()na.r'e
una mejor condici6n, y 'por ú]timo, ya carláver, [ue" Ill'\';tdo "11 alta!; horas
de la noche á un hospital para hacer creer 11lW solícito!; f;uidado!; se Ií! habían brindado.
-256Sigamos nuestra relación: ríos de gente arrojan la!! calles de la Capital que conducen á la Penitenciaría; dejad franco el paso: es el pueblo so.
berano: (?) mujeres que lucen sus trajes domingueros, niños que anhelan
contemplar las manos teñidas en sangre, anciarlos que apenas pueden IDO.,
ver sus debilitados miembros, soldados que de brazo con sus caras mitades
se tambalean ébrjos de coraje, sino de aguardiente, jóvenes que ostentan en
su semblante las huellas que dejaron las guaridas en donde pasaron
la
campafia; j he aIlf la multitud abigarrada y anónima que, de acuerdo COII
instrucciones recibidas, busca con ansia las cabezas de los desgraciados!
Cada pueblo tiene una mañana especial de proclamar á la faz del mun.
do su cultura, progreso y civilIzación. La "Luz de Amériéa" eclipsa.rá 'las.
glorias de los mundos habitados con sus fulgores.
Las doce, y los prisioneros avanzan en automóvil, cruzando por entre
una lluvia de improperios, amenazas y piedras. Hall llegado ya al sitio del
8Rcrificio: el muy valeroso Alejandro Sierra ha cumplido la consigna: al
pueblo le toca lo demás.
La guardia que custodia la PenitencIaría permanece indiferente en ac·
titud pacífica, ¿ qué esperar entonces .... ?Tal vez obedecía una orden su·
perior; mañana la historia al juzgar imparcial y serena los hechos, aclarará.
mucho misterio.
Minutos después avanzan las fieras ostentando en sus semblantes
el
regocijo )' provistos de todos los utensilios que les eran necesarios.
Los
bravios defensores de la Constitución, esos mismos soldados que se ven'~
·dleron para pisoteada el 11 de Agosto presentan las armas y avanzan á la.
cabeza del pueblo, con dirección á las celdas,. en donde las victimas tal
vez preveen su tl'lÍ;g"icofin.
¡Cuánto valor, cuánto coraje demuestran al ultimar uno despues de
'otro esos seres indefensos que bUscaban refugio sin encontrarlo," que imploraban piedad fL los que tantas
veces habian· colmado de favores
!
"Eloy Alfaro. sereno y tranquilo se derrumba como el roble milenario, sin
prorrumpir en una 'queja, el primero; le sigue Páe¡(, único que guardaba
l1na pistola .en una bota; con ella se defiende Gomo un león, más en vano,
cae atravezado por una lluvia de balas, después; Medardo. Serrano. Coral
y Flavlo.
Las mujeres. esperan en el primer piso. los hombres lanzan desde €l
segundo ·los cadáveres.
El color de sangre había llenado de mayor bra·
..-ura á los caníbales; enton~es viene el despojo de las prendas, la mutilaci6n corrompida é indecorosa y después. el arrastre por las calles princi11&les. Algunos aseguran como evidente el hecho de que el General Fla·
vio E. A1faro y Coronel Lllciano ComL fueron arrastrados un gran trecho.
cuando aún sentían correr por sus venas la sangre que vertían con saña.
-2-67nera los verdugos.
Una inmensa muchedumbre se mueve en derredor de las masas casi
informes ya; los disparos de fusil y pistola rompen la atmósfera y procla·,
man el gran triunfo, la temeraria hazaña.
La bandera que la lleva un za'
patero de allellldo Montenegro, cobija con sus pliegues á todos los salvajes
y esas manos que chorrean sangre levantan en alto esa insignia libertadora, hoy profanada, ya que flamea como emblema de los asesinos.
Todos se disputan la honra de tomar parte en la grandiosa trajedia siquiera sea Indirectamente; unos pisotean cOmo un Vidal Velasco, al pasar
las masas sanguino lentas, gritando, "aqui tenemos á nuestros pies á este
viejO infame Jefe del Liberalismo y de los masones, "viva la religión, abajo
los monos," otros se ejercitan con sus pistolas y por último, los más vuHeRtes azotan, garrotean y con sus dagas despedazan ios cadáveres.
¡Cuanta saña, cuánta
ferocidad
y cuá.nta profanación!
Familias hay que salen á los balconeB y aplauden frenéticas el proce·
der, sefioritas que arrojan flores á los asesinos, niños que vivan con estrepitosos gritos al vencedor; y todos miran con placer las manos tintas el1
sangre se levantan orgullosas.
Los bravos soldados no podran quedar'se atrás: corren á la cabeza del
desfile haciendo disparos, gritando con agudas notas "viva la Constitución,
mueran los Alfal'os" cuando de éllos ya no existian sino pedazos.
Los discípulos de Cristo, de ese mártir sublime, permanecen impasibles, 6 cuando má¡; se limitan A decIr, todo está. muy bien pero, haya un
poquito más de humanidad: perdón, olvido, caridad.
jvana palabreria!
Su presencia hubiera bastado en el momento oportuno y no después, pal'a
calmar el furor de las multitudes; el pueblo como el de Quito, fanático co,
mo ninguna, hubiera atendido con respeto las voces de 108 que se proclaman, MinIstros da Aquél que dijo: "perdonad, á vuestros enemigos, amad
al projlmo como 05 amáis vosotros."
Si no se hizo acto de presencia parp,
•. )tar el crImen, al menos ha debido evitarse la profanación vil y cobarde.
Sigue el desfile, pl'oseción macabra recorre las calles entusiasmada gritant.l" ,,¡va la religión. mueran los masones!-(!
!)
/;Irs de trlenta calles recorrió la horda salvaje, exhibiondo las desnudecet; de ks cadáveres; las mutllaciones indecorosas se hacián á. presencia de
toda la sociedad ni una voz de protesta; las turbas estaban resguardadas
por las bayonetas de aquél que juró á las demi mondalnes ébrias y repII;:;·
nantes la entrega de las cabezas de los que cayeron bajO sus plantas.
Los bárbaros designaron el Ejido Norte de la ciudad para la consuma·
cló!! del festin: am, formando un arco de circunferencia están cuatro pi·
-258ras, dos calles conducen á ese sitio; los valientes (7) eHjen el lugar predilecto del General Eloy Alfaro en SllS paseos: la canera Colombia.
La proseción ha llegado á su destino: soldadesca, mujeres y niños que
llevan en alto: suspendidos en lanzas, cuchillos y palos los pedazos d2
came, las partes pubendas; jirones de ropas Interiores ensangrentados
y
después las masas en arrastre conducidas por mujeres, ébrios y niños,
El delirio increscendo, los aullidos se prolongan y salvas de aplausos denuncian la fellcidad.
Vien'e la indaeración
lenta, y entonces empiezan 'las escenas grotescas, conceblbles tan solo' en los tiempos primitivos; el festrn está listo; h
materia, encefálica sirvió. como en Guayaquil, para ser devorada por. los
a'ntrop6fagos y los puñales tint.os en sangre refrescaron las fauces d,~ los
bárbarC?6.
Las masas BE' colocaron sobre las hogueras en pOSICiones inmorales,
todo se hizo- en medio de aullidos' q\le vivaban ú "la Constitución" cuando
en realidad y 'para estar en \In todo de acuerdo debió gritarse "viva la
prostitudón."
,Todavfa faltan algunos que desean vengarse de los bienes que recibieron: llegan niftos de ocho á d'oce años con estacas, deseosos de prodigar unas punsadas más á los cadáveres; jóvenes que se despojan de sus
prendas para atizar las hogueras.
Las risotadas frenéticas estallan sil]
cesár; la8 mUjeres se encargan de verter paulatinamente
el petróleo qUe
necesitan las piraH, y ant(, ese espectaculo se RlIccde el desfile de todo un
pueblo que tienl? ansias de reir y gozar,
Después: gran re teta por las bandas ante la casa del .D,'. ¡·'reile Zaldumbide con valses, pasillos, música alegre; luego, las sombras que produce la noche, la tranquilidad. (?) la satisfacción del deber cumplido (?)
Avanzada ya la noche y cuando los buitres carniceros dorm1all en Sil'>
guardias unos, y ot.ros festejabau con bailes el suceso, mallos compasivas
se apoderan de' 108 l'est.os <'luequedaban d(: los q\le fueron Eloy Alfaro, Ulpiano Páez, burlando la fel'oz vigilaneia de la Policfa ií COf'ta de sus vidas;
los demá.s fueran conducidos al anfiteatro, cuando las auroras del nuev,)
dfa se cel'llfan sobre esa villa,-dizque
para reconocimiento oficial ;-y los
asesinos viven tranquilos en SllS cuarteles,
La prensa abyecta. mangoneadora y en lllanos de hombres sin ilust.ración y 'Rin antecedentes, al relatar los hechos omite todo detallc comprometor y se cOllsuela COll traer á la memoria hechos de o.tros paises,
muy dIferentes, por ,eierto. bajo todo aspecto: ya ClUC en ningun paíS c;e
ha asesinado vil y cobardemente {t indefensos prisioneros encerrados in,
t.encionalmente en estrechas celdillas,
La prcnsa en Quito es factol' importante en esta carnicel'ía: ella proclamó la Inmotivada v,ellganza en to-
-259dos los tonos, ella aconsejó el esterminio, ella atiz6 la hoguera.; olvidandCl
BU noble mis1ún se con vertió en instrumento
de odio y contribuyó ¡¡, exaltar
los ánimos.
o
El Gobierno titulado liberal, de indiscutible ilegitimidad y que merect'\
~l desprecio del liberalismo mundial, fué el principal factor; creyó afianzarse asf eIi el Poder.
La historia hará recaer con todo el peso de la justicia sobre sus hombros la responsabilidad.
Los documentos que exhibe
para proclamar Sll inocencia, la de sus Tenientes, nada valen, son saetatl
que se clav!!. en la garganta y sUbterfujios· ridfculos: permitió que un Jefe
subalterno de guardia ep. el. Panóptico desobedeciera sus órdenes, si acaso
las dló; no redouló las guardias de la Penitenciaria, y si las redobló, ¿porqué no ordenó que esas escoltas se hicieran respetar con sus bayonetas
, .... ?; permitió que se exhibieran en calles y plazas retratos de las v-¡ctimas, mucho antes de caer éstas entre las manos asesinas, chorreando
sangre y con inséripciones que enseñaban al pueblo lo que era necesar!l>
hacer; consinti6 que turbas de mujeres de la peor hampa, destrozaron la
.casa del General Flavio E. Alfaro, y guillotinaron su retrato en plena plaza de la Independencia; impidió que los batallones "Carchi y Pichincha"
hicieran su entrada juntamente con los presos, porque bien sabia que esos
y únicos soldados valerosos impedirían tan nefando crfmen.
El humo de las hogueras
negra.
formó allil. en el horizonte
una nube muy
La sangre de Quirola. 'forres. Montero, Eloy, Flavio y Medardo Alfaro, Serrano. Páez y Coral pesa directamente sobre el Gobierno constituido por las iusignes latas: Cárlos Freile Zaldumbide, Octavio Dfaz, Carlos Rendón Pérez. Carlos Rodolfo 'fobar, Federico Intriago y Juan Navarro
y clama venganza ante el mundo civilizado.
El 28 de Enero de 1912 será la eterna pesadilla para los ecuatorianos.
}'echa maldita en que ciertos iconoclastas sin conciencia moral alguna,
apartando se de todo ideal, de todo principio, á cambio de adquirir á cualquiera costa un poderló absoluto alegan razones vedadas con el mayor
egoismo y perfidia.
¿Como tolerar éIlos, que otro aspire á encumbrarse para fines altruistas, para redimir las pocas encrgfas que se pudieran conservar para la salvación de este pars acosado de desdichas, si sólo BU credo se Informa en
ambiciones desapoderadOS de domInio y riquezas ..... ?
Ilustración, honradez, valor, pa.triotismo nada significan, debe desaparecer todo: su anhelo se cifra en extIrpar de una sola vez: los elementos
que obstaculicen sus tendencias, sus fines, y concluir para siempre con
hombres como los Alfaros ú otros para BU mayor ventura.
-260Desgraciadamente,
todo estos saltimbanquis
políticos forman ya Ul,
grupo histórico, y hay que decir la verdad: en esto no hay odio, es la voz
de nuestra conciencia que nos impele á gritar, á decir honradamentc
lo
que pensamos, lo que hemos presenciado y hecho un análisis scvero acaecidos desde el memorable cuan inícuo día. para los ecuatorianos, el 11 de
Agosto de 1911.
No sostendremos
nunca la inocencia de algunos conservadores
para
llevar á efecto ó ser cómplices de tanta traiciones y crímenes.
El Doctor Octavio Dfaz, su antiguo cófraae en principios, y hoy denominándose liberal, fuc en meses anteriores, cuan,do Ministro de lo lntcrior en el gobierno del General Alfaro, el Único empeñado y deseoso par:!
que el citado General se aizara con. el Poder, quehrantando todo principiO
de moralidad social política, aduciendo premisas temerarias
que jamás
pueden avenirse con el credo liberal ni mucho menos con \lua piedad cristiana.
De alH, que rehusada su pretensión enérgicamente
y sacado do3]
Gabinete, vino]a
animadversión al protector de toda hora, al que ]0 sacó
de ]a nada, a] que ]0 levantó de las calles en Cuenca, al que en momentos
angustiosos en el seno de su familia ]e tendió ]a mano: contra su ellemig'J
el Dr. José Peralta, entonces Ministro de Relaciones Exteriores,
quien
igualmente rechazó tal despropósito, de allf su unión dúctil y sOCarrOlld.
con los conservadores con quienes se entendía, con el Dr. Freile, c:on un
Leopoldo Narváez. persona de malos antecedentes y declarado en quiebra
y con multitud de corifeos dignos de esa cruzada.
Este sujeto, Díaz,
;¡provechó la ocasión de la candidatura.~el
señor Estrada y se hizo su predilecto amigo pero oculto siempre con el manto de hipocresía; él lo suje,,·
tíonó 'logrando formar parte. como Ministro en su Gobierno: él conocía
que ]a salud del Presidente Estrada' era mala, tocaba su fin ,-que la era
para poder figurar él se presentaba
propicia y debía aprovecharla,-ya
fuera con nuevas traiciones en beneficio de su eredo adormecido y que
ancha vía le prestaba para su mayor agosto.
Dado sepultura' á los restos del ex-Presidente, que falleció el 21 de
Diciembre, siet(, días despues estalló la revolución en Guayaquil y enton-ces, fué el terror y las intrigas manifiestas de los hombres del Gobierno
en Quito.
Este Gobierno fué constituido con el mismo personal que tenía el del sef.or E:strada: es decir con Freile Zaldum bide J<in-cargado del
Poder Ejec:uti YO y Ministros, Octavio Díaz, Carlos Rodolfo Tobar, Carlos
Rendón Pérez, .J. Federico
Intriago y Juan Yranc:isco Navarro
en las
/Carteras de lo Interio!', Relaciones Exteriores,
Instrueci6n
y Ilaeiellfj:t
Pública y Guerra y Marina, respectivamente.
Acordáronsl~ entónces de su felonía ~~nAgosto, é hiciRronle entrever·al
General Plaza todo el apoyo oficial para su candidat.nra, como primer Ma·
jistrano de la RepÚblica que se acabaha de lanzar por sus copartidarios.
-261. En las trajedlas espeluznantes
de los dlas 28 UP. Dh;iembre y :~8 de
Enero se ha cumplido la primera parte del programa que sin duda alguu.l.
se hallaba combinado; ya veremos después como sigue en su desarrollo.
En todo esto sólo se mira la polftiea salvadora del General Plaza y la
decisiva del Dr. D{az, para qui.zás tiempo después, hacer lo miRmo con
otros y entregar maniatado y dividido el partido Liberal á SUR eonmilit'l
Jles los conservadores.
APUNTES
INTERESANTES.
El General Ulpiallo Páez, .Jefe de la 2a. Zona :Militar, ofect.uada la
traiciún del 11 \le Agosto, presuroso marchó de Riobamba con el ohjeto el':)
amagar la Capital con fuerzas veteranas que conducía en un número
,le
.·1150 hombres.
Estas fuerza15 se componían de los Batallones "Tulcan,"
"Várg-as Torres" y "Carchi."
En d sitio denominado Yambo. entre Ambato y Latacunga, lug;ar 00:1de el terreno es polvoso, volcánico, fue muy fácil obstruil' la línea fern'd.,
lugar Único de transito" con UDOSpetardos de dinamita utilizados por partidarios de la traición, qUienes de antemano J' temerosos de que las fuerza;;
acantollada~ en las cindades de Riobamba y Ambato fuesen moviJiza(la~
con el Objeto dtJ reducir el cuartelazo dado en la Capital hablan eOll~"guido.
Este fatal incld"ntc, contuvo la marcha del tr"n conductor <lc I;¡.~
tropas, y el General Páez f'le vió obligado, ent.ónccs, (l proseguir "n p<"'O[;.1
-marcha. cargado de municiones y fl \lié, por carencia de acémilas ,,1 tr!i 11sito hasta la cindad de Lalacunga, lugar' adon(l(~ pcmoetó (~OllSUHtropa~:
incidente que rlió tiempo al improvisado lioblerno de ~aldllmhide, .·uvi.l1·
comisionados de paz al lngar 6 campament.o donde so f!ncontrara ",1 <:jérf'i
to invasor, no sin que primerament.e, se abusan!. de la \.JUAnafe. gen,,"'o:,}
dad y honradez prophls (kl (;uerpo \)i))lo111[>I;CO
qnlcn <;nstoso ;)(' habí:l
prestado para tal com!sión,
Como el doctor Oclil\'io Dfaz, hahla sido nOllllll'ado ;\Tinistro d" lo ln
t.crioj· por e>] Gobil-lrno <1 •• la lraición, es decir, llor F'l'iel<e
Zalllumhide.
quien vino ~ cncargarsp del Poder Ejectll ¡vo en su c,U'áctHr <le Presiden• te del Senado de lllJ Con;';Teso fenet,ido da.hl la Inlició¡¡ y !'Oto l-ll C6di~';0
de Hl07, fJue el dla anterior ést.A habfa dado ororllp.sa de BORtcner. d 1'''''
sonaje sombrfo de Dlaz fué quien se pre;;tó para acompafiar al H. Rcñlll'
MInistro de los J<;stados Unidos dol Brasil y dpJ Sl'cref.ario dl' ];¡ Leg'lci(,n
colombiana, con el fin de detener la marcha de> la;; tropas al comando ¡J",J
General Páez, bajo protesta de arnrglos previo;; en conferencias d,~ pil~. 0.freciendo el oro y el mor"o, con artimañt>s y bajeza¡;: lleno de mieuo .\ (r'1'-
-262bloroso. propmi.fa garantías y facílldades para que amistosamente se sus·
pendiera toda acción bélica que podría, á no dudar/o. perjudicar la paz del
país como la hegemonfa del partido Liberal. Después de miles de prote.,·
tas y promesas de' cumplimiento. se viú obligado ·el. sefíor Ministro brasile-'
1'0, quien venfa en representación
propia y, por encargo del Cuerpo Diplo-máttco, á garantizar las bases y arreglos ~ue se hicieran, no sin que el Ministro lombrosino asegurara primeramente
que el General Alfaro. Prestnente constitucional de la República. por salvar el partido había hecho dimisión del mando voluntariamente, ocultando que dicha dimisión fué obligada y en vista de las circunstancias como amenazas que se le, haclan de
,muerte. Las cláusulas, principales. suscritas' por. el doctor Dfaz son las si·
guientes:
"la. Qu¡a se le conceda la libertad
inmediata al sefíor General Eloy
Alfaro bajo la garantfa del Cuerpo Diplomático, á fin de que pueda libremente salir de la República 6 conservarse en ella.
2a. Se concederá asf mismo la libertad de todos los presos políticos'
que se encuentran en el Pan6ptico, en el dfa, como servidores en el. Goble':"no del General Bloy Alfaro.
3a. El Gobierno del doctor Zaldumbide concede plenas garantías á. los
señores Jefes y Oficiales y tropa que componen la 2a. Zona Militar. quienes
se trasladarán inmediatamente
á sus respectivos acantonamientos
en uso
de SUB empleos. de sus fueros y privilegios como sostenedores del Partido
Liberal.
4a. Que habiendo renunciado, como se asegura. el señor General Alia·
la Presidencia de la República, todos los Jefes, oficiales y tropas que
componen la 2u. Zona Militar. se comprometen. como leales sostenedores
de la 'Rep1íblica, á sostener el actual orden constitucional; que encarna v
encarnará los Ptinci}¡ios liberales radicales, sin que puedan ser removidos
de sus cargos sin renuncias de ellos."
1'0
Bases fuero,n éstas que no tuvieron cumplimiento alguno.; por el contra.rio. amenazas y peligros en su vida tuvo el General Páez dras' después
que creyendo en la honradez del pacto. venfa á Quito á gozar de la tran·
qullidad de su hogar. cuando á la entrada de la Capital fué cobarde y alevosamente agredido por soldados de la turba. qu~ al no estar de presente
y acompailándolo el e):presado señor Ministro del Brasil, hubiese sido vlc·
timado:
Garantlas para él ni para nadie las hubo. y todo fué felonfa propia dp.I
pelafustán de Dfaz, tal cual es, intrigante. venal, corrompidO y cobarde.
---263-
J<~lCoronel llelisario Torres no fué muerto por el antiguo Prolectorado; su asesinato- por la espalda á mansalva, prisionero
indefenso,
fué al
entrar al Panóptico, donde se le disparó \In tiro con rifle que le cru,-{j el
cuerpo de parte á parte: aIl1 no habla pueblo, todo era la tropa, la guar-dia; por consiguiente, en el Interior de ese edificio no se encontraba gente extraña á la guardia, y el populacho si lo hubo se quedó afuera, no sleado ninguna mujer como se ha lan¡mdo á la publicidad sel' la autora de t:tl
crimen.
Contra este infortunado Jefe existen varias
versiones
inculpándolc
venta, felonfa para con sus amigos, cuando la acción habida en Huigra, JII·gar adonde estuvo al comando del ejército del Litoral;
como a>;imismo.
demasiada confianza ó candorosidad, cuando se cruzaba oficios con el Jde
contrario pensandO en una hidalguía extraña de concebir.
Apunlamos 1'(
hecho sin más apreciación que, estimar aquello como un estudioso engalio COI1 el objeto de distraerle sobre cuelesQuier medida de defell!.;a que pudiera practicar, atrevléndonos asegurar fué la causa primordial de la de·
rrota ó desbande de las tropas
monleristas, dado el anwced('l]te que la
tercera parte de la totalidad de ésta, en acción, fué la Única que. lihl'ó COIll
bate con escabes de municiones, no obstante de haber tenido las suficientes para una larga y tenaz jornada, pero que no se les ,.;nministró cuandu
lo rccio del fuego y las tropas las exiglan. Bste es \In misterio llue Inl Vf'7.
llegará no muy tarde á aclararse; sin embargo de correrse VOCl'S afirmativas de venta de tropas tanto en esta jornada corno ..,n la de Yagnachi.
Conclufda la revolución, triunfantes las huestes de la sierra al eomall
do de los Generales Jnlio Andrade y Leonidas Plaza Gutiérrez, hechos pri
sioncros !:lin combate y en sus I'efugios y hogares los del mismo grado .• \ 1faros, Montero, Páez, Serrano y Coronel Coral, d Gobierno en Quito ocu
¡¡ábase en sendas reuniones, y 108 Ministros de Estado cruzahan ideas sobre la actitud que deberían usar á la llegada de 1m; presos que remi¡j;¡n
Plaza y .Navarro ft esa Capital: cada uno de ellos opinaba de diversa m<1-nera, no pudiendo llegar á una solución conforme, hasta que al fin de>;pIJP~;
de tanto debatir y examinar la situación, cual el coro de doetorps (Iel Hey
Cinc Rabió. un cojo, cojo habla de ser, pIH"S"11 coj¡-,ru física lo inspirahH,
tornando aires ·de gravedad y sonriente se expp'"ó: "yn (jne la Ley proll;·
be la p¡ma capital. para los delitos políticos. es mi pHI'Pcnr t>ntrpgal'lo¡; ;i
su llegada ai pueblo, ¡¡ la soldadesca, á la multitud Hn(lIlillla (, inconsciente: éllos son los <¡ne dehen hacer una venla<lHl'a jm;t ¡•.ia popular". i"ras ••"
son ést.as, qne al avp.rignarle en una pehHlnprffl. '0(111 11I01 ¡vo de ir á an'.'
glal'"e HU toilet.tl', qUfÓharlan de los presos que estaba;] al lJ-er;arlpf; flll'l'OJl
repetidas á un pelnquero Valf'lleia. depcndi('ntc del exprf>sado Hsta hlei:¡
miento_
1, Lo
tal.sH
conocéis ya'? ('uaJonJera
diría
llama Carlo!\ R(~ndón P('rez,
scr
1111
manso cordl'ro:
,10
h;::.y
-264Llegados los presos y conducidos por calles apartadas con dirección ~l
Panóptlco, casi sin pueblo alguno, pues lo manifestado por la prensa en
Quito son embust.es, sonaron cuatro tiros cerca de aquel eidflcio, seña segura, convenida de antemano, para Que el populacho y sus atizadores,
ébrios de sed de sangre supieran su llegada y se acercasen para dar cumplimiento á la "justicia popular" preconizada en Consejo de i\f1nistros.
Al sonar los tiros anotados, un testigo presencial de valía social en
Quito, miembro de buena familia, oyó decir al doctor Carlos R. Tobar, en
pleno Gabinete Presidencial, lugar en que se hallaba en esos momentos el
testigo aludido, las siguientes palabras: .
"Seguramente el viejo monomaniaco de Alfaro creerá que
80n para salvarlo, y no sabe lo que le vá á pasar",
esos tiros
Entre tanto, las masas feroces, frenéticas, ,impacientes, impulsadas por
las sugestivas voces de "arriba muchachos, si perdemos esta ocaslon no
habrá otras", lanzadas por un .Jacinto Jljón, un Gabriel Unda, un Arteta,
un Alejandro Salvador, un zapatero Simón Montenegro, un José Ceballos,
cochero y otros; obsequiadas las turbas á su paso, cuando los arrastres,
con dinero por un Carlos Pérez Quiñones, un Fernando Pérez Quiñones. uú
Rafael Vásconez Gómez y más de la laya, 'que en todas sus caras se veian
los gestos de risas, la satisfacción, el regocijo más culminante, llegaron á
la cima de la colina, lugar ·do se asienta la casa Penitenciaria y en la que
se encontraban laE<indefensas v[ctimas del salvajismo, de esa porción Je
bestias humanas, ehacales llenos de venganzas como ansiosas de exteriorizar su calltbalislllo.
Desde e ldia anterior á tan feroces asesinatos, Vicente Nieto O., (al
"Fray Gerundio", ocupábase activo en atraerse gente de menor va\[a pal'R
la gran fiesta que se hallaba preparada para el dia siguiente: este indivi'duo conquistó á José Ceballos (cochero), quien fué uno de los principales
facinerosos en la victimación del General Eloy Alfaro, arrancándole ya ca!-'
,lHiver el reloj, leontina y bastón, objetos que vendió en seguida á Rubén
Estrada, Jefe del Panóptico. Multitud de testigos presenciales viven, quienes si hoy no pueden decir nada: por temor, mañana podrán reseñar, m(ls
aún, otros actos de salvajismo.
Al mismo tiem po, en Guayaquil, el Ministro de la
con risas sardópicas referia en cierta reunión privada
sido victimado Mor..tero, agregando que si justo habla
se ultimara á uno, por qué impedir no se hiciera lo
seis llevados á la capital.
Por
crucero
cimiento
defensos
Guerra, en comisión, .
la fo.rma como habi;¡,
sido que en la costa
mismo con los. otros
otro lado, don Leonidas viajaba tomando aires de mar á bordo del
"Cotopaxl", evitando asf cargos posteriores, no obstante el con,)qne tenia, dI; que la suerte que corrió Quirola serfa la d~ los inprisioneros, pues para ello ya lo había dicho en su telerr~ma
al
-266.octor Córdova Gile los tenia seguros y que irían á Quito 60nforme lo
Jlaa el Gobierno.
Ol·elf;·
5 Y 6 DE MARZO.
ASl!lSINATO DEL GENERAL JULIO ANDRADB.
Hemos expresado anteriormente
que los combates lib)'ados en las al·turaa de HUígra y llanuras de Yaguachi, fueron dirigidos,
combinados y
resueltos, úniea y exclusivamente por el General Andrade, cerebro y brazo
en dichas acciones; que sin él, nada posible y favorable hubieran sido SUB
resultados, ratificando este aserto el mismlslmo
General Plaza según el
contexto del telegrama que desde el pueblo del Milagro, lugar por dando
Jlasa la Hnea férrea le dirigió, manifestándole acudir con ligera marcha á
llnlrlie á él, con el objeto de hacerle frente al enemigo en el próximo ata·
que, pues éste se encontraba acampado á seis kilómetros más ó menos de
cliBtancia: es decir, en el puebla de Yaguachi, pues precisaba que repitie.ra la otra por no entender él de esas cosas y encontrarse anonadado considerando las bajas' habidas cuando la acción librada en Huigra. ~sta confesión de parte viene demostrando que el Comandante en Jefe del F,jéreit->
le reconocla mayor superioridad de pericia militar como valor é inteligen.
da á su .Tefe de Estado Mayor General: facultades reconocidas. que no muy
tarde y en ocasión propicia,
buscaría el medio de procurar su extinción,
por no series convenientes siendo un peligro para su elevación al primcr
puesto gerárquico de la República.
Tranquilizado el pars, aparentemente,
con los triunfos obtenidos, batida la revoluci6n, libre de rivales por su exterminacIón
completa,
Al Goblerno hizo un nuevo llamamiento convocando á elecciones presidenciaJe»
para los dlas 28, 29, 30 Y 31 de Marzo.
Los partidarios del General Plaza inmediatamente
se congregaron, establecieron Clubs electorales, el periodismo en su mayoría se declaró
su
mejor adepto, hojas volantes, adhesiones incondicionales. articulas encomiástlcos llamándole "salvador del Partido Liberal, libertador de las tiranflUl" y multitud de dftirambos ridfculos. serviles, bajos, ya personales, ya
dados á la publicidad, constituyeron la soberbia y grandiosa apotc6sis del
Hustre y valeroso vencedor en los campos de batalla. (sic)
Para los enemigos ó indiferentes
tiros, garrotes y asaltos, creando el
á esa postulaci6n, contumelia pura,
terror y amenazas contra los caídos,
-266contra 108 conservadores, partido del que muchos de sus corifeos se habla:l
presentado á sostener la candidatura civilista del doctor Carlos R, Toba:-,
lanzada por un grande y fuerte núcleo compuesto de lo más respetable
"!
sano del pals eJl el sentido liberal, pel'O tildada por Plaza y los suyos de
orig('1l conservador.
El verdadero radicalismo, los liberales de orden, qne en un tiemp,)
fueron la encarnación del gobierno de Alfaro, sus mejores 'amigos, mOHtr¡jron!>" indiferentes pal'a eOIl aquellas candidaturas, pues conocfan que la da
Plaza, adversa por odios concentrados, salpicada y maleante, serlalado_ como cómplice Sil principal en los asesinatos de Diciembre ~' Enero, era indecoroso sustcmtur; y lln cuanto [i la otra, tampoco satisfucfa las aspira-ciones del partidO liberalgcnuino,
por juzgarla de nH,dias tintas, sostenida
~. apoyada por un gobierno que de engaño en engaño nos iba conduciendo
á un insoudable abismo.
Ahora, hablando respecto á los elementos caldos, insultados y batido,;,
¡.cómo ·l'ncontral' cohesión alguna, si estrechez de miras informan á 10l>
jHu'Udarios del placismo y cuando su postulante, sus mejores
áulicos. no
procuran sacar limpia., ilesa de toda mancha la persona de aquél tont1'a
lJuien se pUblican responsalJilidades graves, t.anto en el pa!s corno en el exterior? Mas, qué defcnsa .cabe?
Palabras y palabras: las illformacionespublicadas
presentan un cúmulo de conjeturas, dudosas unas, significativas otras, que determinan. siem-pra cargoi¡) cn su contra, y si alguna defensa hay, limitase á inculpar los
hechos al partido conservador,
•.l"ntes que partidarios de alguien, virtud es mostrarse honrado: no e~;;
. posible que por salvar una facción diminuta que con énfasis grita liberalis·
mo, muy ajena á los principios doctrinarios que constituye, informa y cimenta el partido, qonocido por su tolerancia, su amor al progreso, á la civilización, al respeto proCOlllunal, basado siempre en los preceptos del cristianismo, debe lanzarse. el apóstrofe. la perfidia contra otro grupo doctrinario que si bien vive reñido con nuestras prácticas de regeneración socialpoHtica--religiosa, que trabaja oculto y con laIJor activa y continua por su
ascensiÓn al Tabor: sus procedimientos
en la época, honradamente,
sil).
reticencias, 10 estimamos, lo juzgamos y aún 10 afirmamos, se encuentran
&xtraños á tantos c1es))l'Opósitos,á tanto salvajismo,
Verdad es, que para los dras 28 de Diciemhre pasado y Enero del presente año, como los del 5 y 6 de Marzo después, muchos, much(simos conservadores tomaron por cuenta propia hacerse protagonistas unos, admiradores otros, en los sucesos J(¡gubres, funestos, cuando las victimaciones d~
presos indefensos: pero tales indiviouos, disgregados, personales, vengativos, supieron aprovechar de las facilidades que á la turba inconsciente, bru-
-267tal, les imprimiera
ZaldUlDbide.
para su
agosto el
paternal
<lohierno del doctor l,'reile
No dudamos que en breve, algÚn órgano de publicidad. con lanza en
ristre nos apostrofe ilamándonos apóstatas. reuegados, resíduos allegado!;
al conservatismo y multitud de piropos contumeliosos: uo importa, somos
verdaderos liberales, radicales, sin componendas, doctrinurios, listos' para
cada momento decir con honradez qtle el partidO conservador.
el partido
liberal doctrinario, no han tenido participación alguna en estos sucesos;
y que solamente ulla ambición bastarda, sin precedente.
cOllstitufda en
fracción del liberalismo, teniendo por jefe á un hombre que no se detiene
en medios para escalar el Poder. son los miembros unidos al Gobireno del
doctor Freile Zaldumbide los únicos y verdaderos
responsables de lant't
iniquidad.
Sigamos nuestra relación." Dedicados á sus trabajos
electorales 1m;
partidarios de las candidaturas Plaza y Tobar, á fines del mes de Febrero.
otro grupo de liberales presentó una tercera postulación á favor de l¡¡ pe:'·
sana del General Julio Andrade; candidatura fué ésta. que si bien pud,)
presentarse en mejor oportunIdad. era tarde para asegurar que hubip.se ob·
tenido el triunfo, Como era natural. los elementos liberales empezaron
"l
Hubdividirse, y por consiguiente á poncrse muy en duda la fácil realizaeiú¡¡
de la de Plaza, dando lugar á que obtuviera un triunfo barato la del civilis
mo á favor de su candidato.
La Hueva candidatura lanzada á favor del General Andrade produjo
celos y odiosidades en el placismo; entonces el Inventar hasta eonspira¡:jÚu
por el elemento conscrvador.
trayendo por consecuencia
desconfianzas
múltiples para con el Gobierno á quien se le inculpaba un apoyo directo t'acia el civillsmo; tanto que. la idea ó proyccto de cambiar dos primeros jefes de ciertas unidades del ejército. obligara al Gobierno él la separación del
Mini! tro de Guerra. decidido partidario como el de Hacineda. de la candida·
tura de Plaza.
El dfa 5 de Marzo. después dc un desagrado ent.rp. el Gobierno. el Gen!~
ral Andrade. con Plaza y Navarro. llegó á conocerse que algunos cuerpos
del ejército en la Capita. proyectaban para ese dra un ¡;olpe de cuartel que
les facllitara la eliminación de las candidaturas. contrarias al elemento d~l
placismo. Con conocimiento cierto de parte del Encar¡?;ado del Poder ).;j!'_
cutivo doctor l~reile, á las nueve de la noche del citado dia reunido "st.e <:0 I
108 Ministros
Dfaz. Tobar, y Andrade. nombrado el Último horas antes Mi..
nistro de lnstrucción Pública, con el recibimiento de las renuncias QUC en
dicha hora enviaron los ;\1inistros de Guerra y de Hacicnda. se constit.uy"~ron en el Cuartel de Policía, cuerpo que estimahan leal. con el objeto dp. ha.
cer frente á cualesqUiera manifestación hostil qlw ya se decra iiJa ¡j tener
lugar contra el Gobierno,
-268JI. la~ OBce y lneS cuarlos de la noche, oyérollse Liras, voceríos y vivas
al General Plaza en el interior del mismo cuartel de 'Polida. Ante estas m·J.·
nifestaciones de pdigro, el General Andrade, tomando una arma, pretendió
salir hacia el lugar lie lionde provenían tales demostraciones; mas no tuvo
tiempo, porque cayó Illortalmen'te heridolll>or un balaw certero: momentos
después ya era cadáver.
A las dos de la mañana, má'S ó menos, al amanecer del seis, el (;(,neral
Plaza sostenía una conferencia con el General Delfín B. 'l'reviño, Jefe lie la
:~a. Zona en Guayaquil, y manifestábale la muerte de Andrade, 'la traici611
con que el partido consen-ador quería subir al poder y que el pueblo en
Quito le pedía su proclama.ción como ./eCe Supremo: que antes de resolvorS'l
de la Patria; las elecciones llevaránse á efecto con abscoluta libertal de 103
vos :Ministros á los doct.ores José Marla Ayora, Antonio Arcos, León Bece·
gas. La contestaciÓn fué inmediata, contraria á lo que no fuese ceñido Ú la
cOllstihlCiollalidad. pues aÚn se proclamaba la Constitución (sic.)
Como el doct.or Carlos Freile Zaldumbide reunido en e¡' Cuartel de Policía con sus Ministl'o~, cuando el hecho del asesinato del General Andrad.,.
fuese conducido de bnlzo por el General Plaza á la casa habitación de ést'.
lugar en dond" se J,~ hizo dimiLir el mando y llamar por medio de un oficio.
eS(lUela, al doelor Francisco Andrade iVlarín, Presidente de la Cámara 1e
Diputados ~m el Último Congreso, quedó concluido el nc~ocio y zanjada la
dificultad.
'Así, ]JllCS,quedó establecido otro gobierno de facto nombralio lie nUé-._
vos Mini;;t.ros á lo,s c1octOI'"SJosé María Ayora, Ant.onio Arcos, Leó nRnccrra y señores J. Federico Intriago, Juan Francisco Navarro,
renunciantes
estos dos ú1timosen la noche anterior, para las Carteras de lo Interior, Relaciones Exteriores, Instrucción. Haeineda y Guerra y Marina rcspp.ctiva·-
mente.
Var(n provecto como lo os. el señor doctor Andrade Marln, práct.ico en
as.ntos de administración, por fuerza de las circunstancias expresa acep·
tal' el peso de res))onsabllidades inmereeidas, no sin que primeramente
con una llanesa liena de candor, manif.estara p.n una alocución' que dirigier3.
al pueblo que "la Constitución de la RepÚblica seguirá rigiendo los destino'!
de la Patria; las eleceiones lIevárollse á efecto con absoluta libertad de los
sufr¡¡.guistas en los días señalados por la Ley y de las urnas surgirá ¡;l ver·
dadero candidato del pueblo."
Preg-.lI1tamos: ¡,Cuál será ese candidato? La respuesta es obvia; que
otro que el mismfsimo General Plaza, quien ya no mira contendor alguno,
muerto Ci)mO estaba aquel á quien él miraba de l'p.ojo.... ?
La verdad es que para el partirlo conservador, política y Q.g.ctrinalmeate ha.blando, lo mismo era el que subiera Andrade: ambos eran sus enem1·
-269- en princljl1o¡;. y si á al~uien le pudo con venir la deoaparicióll
del GPIlP.
d,'( "s(~('!lari() de la vida. (Ut' '.>1 ¡',U('j"1I10 cOllocjdamentc;.
!!f-,y
pOI' f.sa ambición
de mando desmedida.
gcs
r~[
"\lI(~r,,('(!
La lioertaú
pl'O/lIetlda por el doctor
Andrade
i\'larín,
se hará práctica
llevando
al Capitolio.
únicamente
por el diminuto
placismo
~l su Graco
lIlO'
(k'mo pl1ra sost~n de nuestros
inalienables
derechos
I'p,publicanos,
La impopularidad
de Plaza es hoy ya manifiesta:
resultará
elegido ell
100 comicios.
no porque tenga partido
sino lJorllue 110 ha~' contendol'
al¡!;nn.)
~;.¡e pndiera
oponérsele
á sus abusos.
llue desde ahora se presentan
estalldo lejos de ser r:obierno,
y la elecelón
se harú (¡nicamente
con el para Il~ .
llar la forma, ya que no existe base legal algulla para declararla
liIIllJia. no
obstante
que, para todos los actos, sus elementos
hoy en acción. son los que
repiten,
gritan
El invocan
el imperio
de la Constitución.
allllqUp. ignoramos
si queda algÚn jirÓn como residuo de ella.
para
Vendrán
en seguida.
después
la~ creadora~
de Sellad()re~
los Cougresos
venid~ros,
todo de acuerdo
y en acatamiento
.. '1taA veces
proclamada.
y
DiplIladocl
;i ('sa mis-
Naturalment¡o,
d", su amaño hall de ser los elegidos
quienes
aprobarán
todo, legislarún
lo que le convenga,
fijarán
placa de honra para su émulo á
la entrada
del Palacio de Gobierno,
y por moción
del ilustre
cieg-o Vela. (¡
de uno de los tantos.
iguales á Miguel Angel Albornoz,
Nicolás
]<'. López ó
Roberto
del Pozo, se dejará constancia,
previa acta. en' Con¡!;reso pleno, dfJ
.;randiosa
loa, para el libertador
del partido,
"eneral
Plaza. como el 110mhrl'
más grande. llHiR justo y prudente,
más liberal, más g-eneroso y más adóni"
que ha producido
la tierra
ecuatoriana
en el último décuplo
de Ills!ro!'; de
vida repUblicana.
Bien merecido
lo tPIlelllos, y mucho más podfl/lloS
lLuestras espaldas:
porqufl pueblo ó sociedad
que no se
ta por tanto ultraje,
vilipendio
y heridas
qne recibe d(.,
tro. seis Ú ocho anfitriones
de esta fiesta carnavalesca
polfticos.
no C8 pueblo. mel'ece su SUflrtfl.
alÍn
cargar
sobre
cstima y no protesUll matón con cua·llamados
personajeiS
A brocha gorda y sin parar mientes
á reglas' dfl Gramática
y literatu·,
ra. hemos 1.1echo un breve bosquejo
ó relación .de los acontecimientos
polftieos acaecidos
en Guayaquil
y Quito, que comprende
la época aciaga desde
el 11 de Agosto de 1911 hasta el asesinato
del G~n~ral .Julio ;\ndrad~.
qu~
bien hubiéramos
querido á toda costa silenciar;
pero creemos
que estos \l'.
puntes históricos,
podrán servir de base para que mAR tarde sean de cons
tancia á quien desee 6 pretenda
escribir
una obra de mayor aliento
COII el
detalle
de todos los succsos.
Por hoy, y en vista de las publicaciones
que
contra el Ecuador
se dictan y declaran,
en donde de cOlltfnuo campea
el (J.lo;-
-270terio, la amenaza y el escarnio se cierne severo y afrentoso sobre nosotros
asemejándonos cual una raza negra, salvaje, antropófaga del continente
africano.: necesario r preciso es hablar, protestar
aclarando los hechos:
qUiénes los verdaderos responsables, los ú~icos mereeedores del desprecio
mundial, que por sus hechos se encuentran distanciados del n1ícleo donde
se ventilan, discuten y generalizan doctrinas de civilización y virtudes morales.
Para ellos, para esos Carnes políticos vaya el ap6strofe rudo y enérgico; caiga la sanción sin piedad condenando sus actos, porque no es posible
ni justiciero que toda una nación laboriosa, honrada, que tiene ejecutorias
ganadas ·en varIos torneos de civilización y progreso, acepte
tremendas
responsabilidades.
Tenemos apego á la vida, queremos gozar de ella y con falta de justi-cia, como de' garantías ciudadanas, razones son para no firmar el presente
folleto, mas sf atestiguamos y ratificaremos siempre. ser la verdad pura,
franco y categórico todo lo relacionado en sus páginas. Sin duda alguna el
insulto vendrá en seguida y la calumnia nos' hará añicos; no importa, preferimos aquello, antes que ser presos. conducidos á Quito, y con ó sin juic~o alguLo, asesinados, mutilados después á los gritos de "viva Plaza", "Pla·
za ó nadie", Plaza ó muerte, Piaza ó bala" y seguir el arrastre camino hacia el Elddo de la Capital.
Dejamos constancia
de los hechos.
Reid. Caínes, que aunque la justicia es coja,
CGn
Marzo de 1912.
Verdad, Justicia,
Sanción.
cojera y todo llegará.
-2'1'1-
EL CATOLICISMO
ECUATORIANO
Y LOS CRIMENES
DE ENERO.
Tomamos de "El Dfa", importante
diario de Montevideo, de 18 de
Abril, los siguientE;s plírrafos de un articulo escrito con carácter personal
por el propia Presidente de la República:
"LOS CRIMENES DE LA IGL'ESIA.
"Nuestros lectores no habrán olvidado seguramente las horribles matanzas de que fue teatro hace cierto tiempo la ciudad de Quito. capital del
Ecuador, y de laa que resultaron v[ctimas cinco Generales de aquella República. Se trataba de una represalia religiosa, pues 105 ilustres cafdos
eran liberales notorios que habtan pugnado por destrufr en el mencionado
pafa la, Influencia anacr6nica de la Tg;lesia,
El hecho produjO consternacl6n universal, y la consiguiente protesta
de todos los liberales del mundo. Una prueba de ello fue la circular
Que
dl6 A la publiCidad á rafz de lo's sucesos, la Oficina Internacional del Llhre
Pensamiento de Bruselas.
Esa circular dice asf:
"El Bnreáu Internacional de la Libre Pensée" llama la atcnci611 de
todas las naciones civillzadas,y partiCUlarmente de las Secciones naclOi.la
les. sobre las horribles
matanzas realizadas en la RepÚblica del Ecuador
por Instigaci6n de la Iglesia Romana y de los jesuftas, de los cuales fueron
dctimas numerosos partidarios del régimen. liberal recientemente derro,-
-2';2cado rior la contrarevolución. Esos horrores demuestran que los cle.ricales
son Bi'~mpre lo r.:liamo, aún despué8 de abolida la Inquisición. y qué, en 108
países donde pUt:den dar rienda 8uelta á SIlS feroces instintos, cometen
las m~.s abominables violencias.
"El Bureau" ruega á todas las Secciones nacionales que agiten,
por
todos ios medios posibles, la opinión pública de los paIses respectivos para que condenen y reprueben de la mallera más enérgica esos atentados
que son la deshonra de la humal1idad".
A lo anteriormente
copiado 110sotr08 más cerca y mejor informados
de los acontecimientos,
aelaremos que si bien el clericalismo no figura
entre los personajes oficial(ls que actuul'on en la tragedia, al menos JS1'l
responsabilidad indirecta es manifiesta en el crimen del 28 de Enel·O.
Es. de todos conocido el personal de fanáticos que sirvió corno ejecu-tor de ia obra; fanáticos católicos 10B inás y amamantados durante largos
lustros por la Iglesia Romana. Gente que á nadie cree ni obedece siempre
que no se trate del sacerdote;
de aquellos que en absoluto dominan sus
concter.cias.
y ¡;in embrago. estos prelados, que el 11 d\! Agosto fomentaron el in ..
cendio, se mantuvieron indiferentes ante la catástrofe que pudieron evi-
tar,
Vé~\se el siguiente telegrama de la respetable hija de Eloy Alfaro qU9
reside en Guayaquil y que como const.a en el recibo adjunto llegó á manos
del Arzobispo de Quito oportunamente
para evitar el crimen. es decir. el
27 de Enero, el d"ía anterior á la ejecución del atentado.
Este documento aparece litografiado en el "Grito del Pueblo Ecuato:
nano" del 30 de Mayo de 1912 y es una sentencia de tolerante complicl-dad en contra del doctor Federico González SUárez, Arzobispo de Quito:
"Telegrama
Fecha:
nÚmero: ninguno.
Enero 27 de 1912.
De -Guayaquil.,.
Recibf el 27 á las ocho p. m.
Flnna:
El Arzobispo.
Ismo. -señor Federico
González Suárez;
ArZObispo !le Quito.
En medio de mi desesperación acudo á usted como única áncora de
salvación para conSérYarme la Tlda ae m1 idolatrado padre á. quien lleTaJl
-273a esa como preso poHtlco; espero que usted oirá esta súplica de 11nll.hija
Que en su impotencia por hacer algo en favor de su padre no tienc utl'a
esperanza má.8 que en el Todopoderoso y en ~ll representante en e!'ta tIerra.
Perdone, señor, mi abuso en lllolestarle
Y compadézcase
de la de5~ra-
cia.
Su admiradora
Y s. s.,
Colombia A. de' Huerta,"
El representante de la Iglesia Ecuatoriana tiene, pues, la palabr3 .. si
es que cabe la disculpa ante la sublime solicitud de esa hija piadosa, que
creía tal yez encontrar en él al Pastor cristiano y no al diSCípulo de Loyo
la y Torquemada.
-274EL. TESTIMONIO
DEL. GENERAL
Panamá,
»¡
ALFARO.
Junio 2. dCi 1912.
eeumado am1go:
Dn mi pOder su importante
carta de 2i de )layo,
•
Plaza es un poHtico positivista, El mismo, cuando ElIltaba caldo, manifestó enfáticamente que no le importaba un pito con la poHtica del Ecua.
doro Sin embargo, aún cuando él se rla de toda sanción moral es pl'eciso
aclarar los puntos más importantes al rededor de este crimen procediendo
por igual y con justicia.
Será mi padre BU más terrible Juez. En toda su" correspondencia que
está ell.'mi pOder lo trata severamente y su' veredicto vivirá mientras viva
la HistJria.
Le copiaré algunos párrafos en que lo acusa. de tentativa de asesina.
to: los que harán aureola sobre la cabeza de sus verdugos:
(Para
Abelardo
"Guayaquil, Febrero
Moncayo,)
6 de 1904.
"Ni, ~uerido amigo Abelardo:
"Yo no creo que, Placlta se entregue en cuerpo y alma á los conserva"dores, ,porque conoce que sería sacrificado sin remedio,
Estos para he"charlaf;' de honrados tendrían que colgar al Galantuhomo
(1) Y aún. así
" en el entreacto la protección de Placita imprimiría á los cumchupos un
"estigma más infamante que el que les ha legado don Plácido, y les causa,
"ría tal desprestigio, que con facilidad se repetiría otro movimiento más
"popular' que 'el del año 95.
(1) Pla.n.
-276-"Don Pedro me ha entregado copia de la carta que le dió don L.i;z;ar-"d<J, la contestacl6n al ser leal sería correcta; pero á la vuelta de algunos
"meses, veremos desmentido escandalosamente
lo que allí asevera. A••·•
"junto una copla del ejemplar citado.
"Indudablemente
el Galantuhomo se ha labrado una posición más crí"tica que la de SUS CONGENERES LOS GUTIERREZ DE LIMA. Qué
"componenda cabe? Al ser un ciudhdano honrado el candidato presiden·"clal, la Justicia alcanzará fácilmente al delincuente;
y al fijarse en un pí
"caro para BU reemplazo, se cae de BU peso, que por el mero hecho de ser
"ELASTICO. no ha de ser tan tonto para sacrificars!) por encubrir pecados
"aje no.s. La disyuntiva no admite vacilación
, 6 la fuga.
"TENTARA VADO .....
MI PERSONALIDAD VENDR.A A
"EL OBJETIVO DEL MALVADO. TENDRAN QUE EXPULSARM:.
"PAIS O PONER ME EN CAMINO PARA EL OTRO BARRIO.
fol.1{
PWL
"AL SUCEDER EL PRIMER CASO, PRINCIPIARAN
L08 LEVAN·"'f AMIENTOS QUE UNICAMENTE MI AUTORIDAD HA PODIDO CON·
"TENER; Y EN EL SEGUNDO, CREO QUE ESPARCIDA LA NOTICIA
"DEL CRIMEN. SERIA EL GALANTUHOMO ARRASTRADO POR .LA~
"CALLES. MI MUERTE
PONDRIA EN PALPABLE EVIDENCIA
LA
"MONSTRT,JOSIDAD DE LAS
CALUMNIAS
LEVANTADAS CONTR."
"MI y LE SERIA MUY FATAL A TODOS MIS ENEMIGOS. PERO A.UN
"CUANDO TOMARAN LA RESOLUCION DE ASESINARME. NO CON·
"SEGUIRAN SU OBJETO, MIENTRAS NO ME LLEGUE LA HORA. USo
·'t"ed sabe que yo creo que nadí& muere la víspera. No hay, pues, porque in."quietarse.
"Nuestros copartldar:-a
"uno de ell08.
"Afoctf8lmo
quo tengan
oeta carta
como dlrfg/da
amlgo. ..••
(FIrmado)
ELOV
ALfl'ARO."
d cada
(Para
Número
José Peralta.)
26i.
;'Guayaquil, 'Febrero
"Mí querido
19 de 1904.
amigo Peralta:
"Como continúo sin recibir carta de usted supongo que se ha demora"do en Yunqu'"a para sacarle más el quilo á la liberal y jugosa caña.
;.:
.
,',
,~
,-/
.
.
'''El Coronel Andrade, llamado el ñaru'zo, actualmente
jefe del Bata"lIón número primero, le ha contado á don Vicente
Bermeo que recibi5
"una carta del General Plaza ordenándole que al ocurrir un movimiento
"revoluci,onarioen
Guayaquil, procediera en el acto á fusilar al General
"Alfaro; y que él (el Coronel Andrade) le había contestado que así lo ha"bría hecho aún' antes de recibir su carta. El señor Bermeo, antiguo pro"fesor ,de música, le refirió el incidente á un amigo nuestro. y éste ha ve"nido á contármelo ayer. Ninguna sorp~esa me ha causado el dato.
"
"Afectísimo, ¡¡miga,
(Firmado.)
ELOY ALFARO."
- 277((Para
Número
Abelardo
Moncayo.)
114.
"Guayaquil, Setiembre
"MI querido
16 de 190:1.
Abelardo:
'.
"L.o que Plaeita dijo á usted:
"que se entierre ese ingrato, porque e:«
"un conspirador incorregible",
me hace recordar la palabra entierre
en
"boca de Ezeta (1), que significa un aviso generoso á la persona amenaza"da para que se ponga en salvo, porque si lo toman en el acto lo matan.
"Un gran servicio me han hecho nuestros enemigos con la publicaci6n
"de las cartas sorprendidas
á usted.
Después le hablaré largo al respecto
"Su afeotísimo
amigo,
(Firmado.)
N. del A. (1) Plaza fue senoidol' dp. Ezeta
EL.OY ALFARO.
en Centro
América,
(Para .José PeraIta.)
Número
271.
"Guayaquil, Marzo 10. de 1904.
"Mi querido
amigo Pera1ta:
...6'
o'
'T
"Conociendo ya el carácter falso, en todo sentido, de Placlta, no deb~'
"sorprenderle
que lo califique de "malagradecido".
Qué cinismo tan típi-
-278"col ~Iay que disculpar al Galantuhomo,
porque de buena fe se im¡¡girfa
"que r,unca puede ser "cuerdo" la persona que sacrifica conveniencias por
"la puerilidad de conservar buena reputación.
'
..
"~PI1ede .suceder que el Gafantuhomo, tratara de deshacerse de mi; lo
..ev.idencJado, precipltaria el castigo' del criminal. Por t'al considera'''ción ~stD'y cuasi, ,diré parodiando á nuestro chagra de Otávalo, estoy
"'cuasi .lJaran.tludo de un golpe de mano .
;"lJltB
..
..
~
".En cuanto á los Legisladores independientes y patriotas. los conside.
Ió'rolnélemnes, porque pienso que el malvado concretará su inmunda furia
"contra mí.
·<'.$aludy fe'licidacl.
( Firmado.)
ELOV
ALFARO."
-lteclbt
el numero del "Grito del Pueblo Ecuatoriano" en que nellQ
publicado un telegrama de mi hermana Colombia al Arzobispo. No hay duda que la publicación de un documento privado sin la autorización de Sil
~ueiio implica un abuso; pero tratAnda.se de pesquizar un crimen la autoridad tiene der,echo para ello.
-Desd,e antes de esta publlcaci6n estaba en la conciencia
públ1ca
que ~l ,doctor ,Gol}zález SuArez tolero
el cri~en
pudiendo
evitarlo. RElQib10el aviso el veintisiete á las .ocho de, la nocQe y el asesinato se
produjo el dfa siguiente á. las doce del dta
.
-A él, que tan valeroso anduvo para con 8US manifiestos desencadenar entre 108 fanáticos una tempestad en. contra de mi padre. le falt6
-2nliombrIa de bien y miró impasible desde Chaupi Cruz lascscenas
de Agosto; y desde su palacio en Quito las del 28 de Enero .....
tiel •. es
-Al publicar Plaza este telegrama
sacándolo de las oficinas tie (¡Ieblerno t a aumentado en uno los culpables
Eso es todo .• 1 y SUR
cómplices quedan, como, antes, errando al rededor de esas tumbas ya coa·
sagradas por el martirio!
Soy su amigo afecUslmo,
OLMEDO
(De Una hoja suelta.)
ALFM\O.
UN MINISTRO
DE CHILE
Y LOS CRIMENES
DEL
ECUADOR.
En i;U nÚmero '15,489 "La Estrella de Panamá" publica un largo estudio contraído
toúo á la defensa del señor General Leonidas Plaza, Presi:dente electo del Ecuador, en la acusación
que se le hace de ser el actor
pl'inci.pal en IOH horribles crímenes de'· Enero y Marzo.
"Estamos hutorizados
para afirmar, dice "La Estrella" que la narra"dón que reproducimos, es escrita por el ExcelenUsimo señor Víctor East"man, Ministro de Cbile en el Ecuador,"
Ante tan categórica afirmación es preciso Inclinarse, dado el caso de
que el señor Ministro de Chile es concuñado y amigo del General Plaz~.
Lo demás pertenece á la cancillerfa de Santiago.;. pues no comprendemos
el beneficio que le reporten mezclando á uno de sus agentes diplomático¡;
en tan feo asullto.
Pero par.¡, lo que respecta á la información personal del estimable
lIIoctor Eastman le recomendamos el siguiente artículo del eminente abogado ecuatoriano don J<Jmilio Arévalo, J~l hecho de encontrarse aclarados
en el articulo del doctor Arévalo los puntos sobre que discurre el señor
Eastman, y el de encontrarse actualmente ambos en Chile ofrece interé,-;
t211 ,.
os que se encuentrrn afiliados Ú
.nsa del Presidente electo del Ecuador, como para sus acusadores.
Hélo aqu(:
"PRINCIPIA
MI DEFENSA,
Callao, á bordo llel ")'iaipo",
Al' señor doctor don Francisco
Poder Ejecutivo,
Andrade
Mayo 24 de 1\)12,
Marin, Encargado
de hecho
del
Quito.
Muy señor m[o:
Ya que por obra de usted he venido proscrito á dar en las aguas pernanas, permítame que sea lo pl'Ímero env.iarle desde a9u( mi palabra de
protesta-por los actos violentos y arbitrarios de haberme reducido antes á
prisl6ny obligádome últimamente á salir de mi país.
En un telegrama dirigido al Gobernador de Guayaquil, d6cil instru-mento de aquellos atropellos, habla usted de que existen contra m! cargos
concretos de conspiración; y sin embargo, no det.ermina, no 'se avanza
i
determinar cuáles son esos cargos.
-281-
Sp.gún la Constitución que invoca, debió usted apreciar los docunlP.n-tos y demás pruebas concernientes á la conspiración l]lle me atribuye; y :,
pe¡¡;al' de que ha trauscul'I'ido con triple exceso el termino le¡¡;a], !lO }¡;¡ ¡ll·.~:;entado, no podrá presentar comprobante de ningúll género.
El poder de aprisionar, de coufinar, de constreñir á los ciudadalluH ai
ustracismo se de,'iva de la Constitución y cOl'l'esponde por lo mismo á io>!
gObiernos constitucionales. ¿Reposa acaso en csta base lo que Il~t.eti 1Ii< 11\:,]
su gobierno?
Sin duda lJue no, porque su origen en esta mente bastardo del cinc,}
de Mayo con esta fecha aciaga, con:;ignará la Hist.oria en su página :;e\<:·
ra el asesinato del distinguido General dOI1Julio Andrade dispuesto COl1l0
medio indispensable para triunfo de ]a :;e:;ión militar: la traiei61J y la 1'1)10nia con que Navarro y Plaza Gutiél'l'cz, e] primero :'flini:;tro de GUOlTII,el
segundo, General en J-efe, cOlTompiel'on por dinero las ulldades de! .ejP/'-cito de Quito y derrocaron con ella el GobieJ'Uo del doctor I.'reile aluduillbide; y ]a servidollcidad con que usted se prestó á secundar aquel lIlovimiento, haciéndose cargo del Poder li:jecutivo, por asalto, y en altas horas
de ]a noche. Conteste usted que es abogado si con esto y después de est.)
pudo aÚn queqar en pie la Constitución, y si el poder que ha en!pleado
contra mí y otros ecuatorianos indefensos, no es puramente de hecho y 'h~
fuerza, como el de los beduinos que atacan á los caminantes el] las :;ole-dades de Africa, como e] de los apaches que en las calles de Paris se apoderan de los transeÚntes y los secuestran!
Ahora, siendo usted ecnatoriano y siendo uno de sns primero:; deve-res el de mantener en alto el decoro y la dignidad nacional, yo no me (!x-plico cómo es que se empeña en cooperar, por medios at.entatorios conl n
la libertad de sus leales adversarios, á- ]a exaltación oprobiosa para el Ecuado!', del Genera] Plaza Gutiérrez á la Presidencia de la RepÍ1bli(~:I.
¿Cuáles son las dotes polfticas, cuáles los servicios impol·tant.es, cuáles lo.:;
títulos
que lo recomiendan,
para un puesto tan honl'Oso como (:h,,vado?
Para qUl-!habla,'- de su idoneidad?
Cualquiera comprende, que quien nunca cnrsó en un cole?;io Ili J)I'l)ClIró instruírse particularmente,
no puede poseer
silJlIiera una ilustración
mediana, que le habilite para regir correct.amente
los destinos
de un
país.
I
Ahl están, SI no, las inepcias y errores del General Plaza Gutiérrez, en
su período prcsidencial de 1901 á ] 905, cristalizados en los deplorables deilastres de Solano, Torres, Causana y Angoteros; en el fracaso del tratado
ad referendum celebrado en Bogotá, para sustit.uír el árbitro español CO']
el Presidente de México ó de ]a Argentina; en el Inconsulto protocolo Va]verde Cornejo, que nos eo]ocó en e] peligro de romper nuestras relaciones
de amistad con el Perú; en ]a célebre ley de Cultos que, sin provecho a]¡¡;uno para e] Gobierno ó el país, s6]0 ha servido para despOjar de sus bienes
á. ]a iglesia y á ]as comunidades religiosas y enriquecer á algunos Minis--
-282tras, Gobernadores y otros empleados truha.nes y rapaces;
en las J:trisi6-nes de los concejales de Cuenca
i Mas para qué rememorar estas y otras responsabilidades antir;uas, cuando hay páginas de ogaño, pá..
ginaa de estos días que están empapadas en lágrimas, que están chorreaado sangre, que en BUfondo obscuro están pregonaRdo nuestros sufri_ie.tos Infinitos
!
¡Ah Plaza, Plaza Gutlérrez!, paree e increíble que la ambición de malldo le hubiese (:onducido á tan excecrables extravíos!
No olió eso Bayardo el humo de"la pólvora quemada en el combate del
11 de Enero, entre las accidentales quiebras de Huigra. Después del triunfo estuvo"alH, sI nembargo, para, remitir presos á Quito ámás de cien ve.Cldos, cuyo jefe, el Coronel don Belisario Torres. fue asesi~ado pOI' detrás,
con la bala disparada por uno de los guardianes, ,en momentos en que illgresaba al Panópl.lco.
Hace mucbos años la civlllzación ha humanizado los usos de la guerra, Sólo las tribus salvajes maltratan ó ultiman á los prisioneros.
DespuéS Yaguachi, cuna del intrépido Montera, fue el objeto de zafta
implacable. No bien apagados los fuegos del sangriento combate de 18 de
Enero, si el G~meral en .Tefe Plaza Gutiérrez no ofreció el saqueo de su
pueblo, como he oído á uno de SUBsubalternos, usó por lo"mel}os de tole-rancla á este respecto; puesto que, sin que lo impidiese y en su presencia,
los soldados vencedores arrancaron las puertas de las casas, rompier9B.
las paredes y los pillOS y cargaron con las mercadertas de las tiendall d8
comercio, con las alhajas, los vestidos, los muebles de las habitaciones y
hasta los-protocolos ~. demás documentos de las oficinas públicas. Fue saqueada hasta la casita del Coronel Pérez, Jefe del Estado Mayor monte-rista, donde estaba alojado el General Plaza, sin que la rapiña perdonaae
ni las hojas de las persianas. Los hunos 4el nuevo Atila no dejaron en Va..
guachi, cuyas construcciones son de madera, un clavo ni una tabla para
remover.
Qué hombres- y qué fisonomías más diferentes!
El General Andrade,
director y alma del ejército, militar sin miedo, un león en el combate; y el
General, Plaza Gutiérrez, á prudente distancia
durante el peligro, y después:
mirando" desde la casa de Pérez, impasible y complaciente, la
devastación criminal del pueblO de su adversario Montero!
El pacto de capitulación celebrado en Durán el 22 de Enero y suscrite
por el General ~laza como General en Jefe del Ejército de la sierra, y por
el General Montero, como Jefe Supremo del Litoral, fue perfectamente válido, para que el primero y sus fuerzas ml1ltares pasaran á la ciudad d.
Guayaquil y la ocuparan, sin opOsición ni resistencia: cosa que de otro mo,
do no hubiera podido realizarse, sino con mayores preparativos y elemell~
tos, y mediante un reñido combate. como sucedió en Julio de 1883. Mas
tratándose de dar cumplimiento á las ggaranUas ofrecidas á los vencidOs
y pespués de la ocupación de Guayaqull, ya dicha capitulación no tuvo va-IIdez, ni el General en Jefe de las facultades nece~arlas paraestipufaf'la:
-288Páez, Manuel Serrano y el Coronel Luclano Coral.
AIl.te esta cobarde felonía urdida por Plaza, cuya finalidad intencio-·
Ilal y pavorosa se adivinaba, decfa el General Andrade, en telegrama dirigido al Gobierno de Quito: "¿Por qué hemos de faltar á la fé de la capitulación que hemos acordado? ¿De cuando acá no tiene facultades un General en Jefe para otorgar garantlas A los vencidos?" El General Andrade
!lO era un simple soldado;
fue además hombre de letras, y procedfa de a·
cuerdo con la doctrina de los publlcistas, entre los cuales descuella Bluntschli, cuya obra de Droit International Codifié trae en la página 303, estas
palabras: "El Coma'ndante de tropas que amenazan ó sitian \lna ciudad.
tlene derecho de hacer insertar en la capitulación, condiciones
relativas
8ea á las operaciones
militares, sea la sola persona ó á los bienes de los
soldados de la guarnición
y de los habitantes
Pero Derecho Internacional, honor militar y buena fé, que imponían al
vencedor el más religioso y fiel cumplimiento de la capitulación, en cuanto á los vencidos, debían de quedar como quedaron violados, y de ceder el
campo á la trama tenebrosa que Plaza bautizará irónicamente con el nombre de justicia
popular
La primera vfctima fue el desgraciado General Pedro Montero. Asr
como el 25 de Enero le hubo condenado á la pena de reclusión un Consejo
de Guerra verbal, compuesto de enemigos con quienes había combatido,
varios soldados vestidos de paisanos lo asesinaron, sin embargo, á bala-.
zos, en el sitio mismo donde se acababa de sentenciarle. y lo arrojaron
desde el piso alto á la calle, en presencia del General en Jefe Plaza GIl'tiérrez, para que el cadáver sea profanado por la chusma de algunos vagabundos, ebrios y desamparados!
y sigue la obra de la justicia popular inventada por Pla:t.a!
"No t.engo vocación para verdugo, dice éste hipócl'it.amente al Gohie~.
liO de Quito, y puede usted comisionar á otro que quiera mandar allá á los
presos, para que corran la misma suerte que QUirola, en el Panóptico". Ni
él ni el General Navarro hicieron caso, sin embargo, del telegrama en que
les prevenía el Gobierno, que dejam á los presos en Guayaquil; y poco
después la victimación de Montera, ósea á las dos de la mafiana. del dfa
26, éi Y Navarro remitieron á Quito. bajo la custodia del batallón "Mara-i:ión" á los tres Generales Alfaro, á los Generales Páez 'ii Scrrano y al CC)o
ronel Coral. Cosa de media hora habfa transcurrido desde <¡ue se entral'G.1
al Panóptico, á las doce del dfa 28 de Enero, cuando todos fueron uIt im,,' dos con tiros de fusil, por soldados vestldos de' .uniforme: y lo Que clCf;!'U"'3
aconteció con los cauáveres es tan horroroso y repugnante, I}ue más bien
prefiero pasar en silencio .... , ..
Despachados para Quito todos los presos, el Gencral Plaza partió el
mi8mo dfa 26 para Manabr; y al desembarcar en Manta, recibió un fo!!:o¡;o
telegrama de don Miguel Val verde, al que contestó expresando más 6 me.
aOli lo siguiente: "Parece un hecho providencial
que tod08 los cabecillas
aa.ya13 cardo en nuestras man08, porque así lilerán arrancados radicalmente
-284-
los males que pesan sobre el país
" Planteado el fatídico sistema de
eliminación. ya sabía él de antemano que los infelices presos l1abSan d~
tener, como tuvieron en el Pallóptico, la misma suerte que Quil'ola. e,,_o
e!l, que pOI' hecho providencial. debían de ser arrancados
radicalmente 103
'-
mHles.
1'0 he consultado los cuadros sombríos y pavoroBos de la Historia. COIl'
temporánea, Y sé que se han desarrollado muchos de sangre en mayore~
proporcionc", como las matanzas en masa de los lioneses, como las ejecu(:ion'~s de los veintidós girondinos, f)n la etapa álgida de la l'evolueit1n fmncesa; mas nUllca con 10R perfiles de rudeza y barbarie, que en las escenas
de ~.:;;Y' 2~ de Enero, en el {"cuador. Así mismo hc contemplado en esos cuadros, hombres leones como Dantón, tigres como Rollespierre Y Marat,
hienas como 8aint .rus\" y Collot' d'Herboi, mas leones-.-Úgres y hienas hombres Que hablan puesto su cerebro y sus ferocidades al sp.rvicio de una
cansa Y de una ideacivillzadoras,
como la abolición del despotl¿;U\o monárquico, el est<iblccimiento d(~ la RepÚblica, libre, la. cOllsll~rac\ón inmol'tal -de los derechos del hombre. Pero Plaza Gutiérrez,
poco para hombre,
demasiado pal'a bestia, no es Dantón, no es Robespierre. Marat, SfLínJ Jll!3'ni Collot d'H(~rbois; no es mft;; que el chacal inmundo que desgarra las
carnes y Quebranta. los huesos de los muertos. Encuadrado cntl'e los franciscanos 6 jacobítas de París. habrla sido menos que el asqueroso Hebert,
y tauto más como el capuchino é hipócrita Chabot!
.
y sobre 'jsta depravación rebosante. sobre' este
hacinamiento d~ crl-menes', todav:ia.el cobarde asesinato del General don Julio Andrade' ..... :
Pero á instancias y sÚplicas del mismo General Plaza ¿.no fue el General
Andrade, el Jefe del Estado Mayor. Que hizo con él la. campaña contra la
impopular insl1rn~cci6n de Montero? ¿ No fue el General Andrade quien
combinó, dispuso y desarrolló el plan táctico. con el cual condujo al ejér·
cito á los triunfos de Huigra y de Yaguachí? ¿ Por qué se ha atetado. pues,
contra la vigorosa existencia de Jefe tan ·valiente como ilustrado?
Carn.
drmE.'Carn, ¿qué has-hecho de ese hermano?
En la memorable entrevista de 5 de Marzo, el General Andrade había
humillado y dicho al General Plaza:
"Mientras yo viva nllnca será usted
PreBidente de la RepÚblica", Y como habría cumplida esta palabra, por su
temple, Y el prestigio de que gozaba en el ejército. se juzgÓ, sin duda, in-dispensable la supresiól1- criminal de aquel bizarro militar, par aallanar el
camino á la Presidencia que Plaza ambicionaba.
Fn referido 5 de Marzo. á las doce de la noche, entre otras cosas rehtivas al movimiento sUQversivo en la poHcla de Quito, dijo el General Plaza. por telégrafo al jefe de la Zona de Guayaquil, General Triviño:
"Los
conservadores se turbaron y dispararon sus pistolas, matando al Ge'neral
J,ndrade"
Las intormaciones pOBteriores, judiciales y de la. pr~nsa, hall
demostrado que los llamados "conservadores" por Plaza. no hicieron fue..
go, y que una pistola "Colt" de caballerla. fue en efe'cto, el ·arma que empleó el asesino contra el General Andrade. Era la .una y media del 6 de
Marzo. cuando 01 General Plaza se constit.lI~·ó el1 la policía, y lJudo VAl"~:
que le plugo. el cadáver y la herida de RU noble adver¡;ario; y no oil¡;lante, ¿cómo es 4UC hora y mAdiu antes, ósea lao doce de la Iloclw. t\upo
ya y contó al General Trivlño. que \lna pistola lue el arma hOlllic.¡da·! v
si anticipadamente
cOlloció esa nl'lllU. ¿1I0 es lógico cOllcluh' que cOlloci6
así mismo. por una inteligencia directa ó indirecta. la mallO del Crilllillltl
Sifuentes que la disparó? ¡, Por qué entonces sllclIció ese nombrc el Uelil:
ral Plaza, imputando calumniosa mente el crimen ¡{ los "consflrvado¡'p:,;""
En asunto tan árduo y delicado, debía. pucs, de explicarse y 110 se Ila ex-plicado hasta ahora. quien aspira á la ;\iagistraLura supl'ema y tiene que'
aportar ú ella unu reputación impol\llu, libre de mancha y hasta de la máq
leve sospecha ..
Derrotado VOl' traición el Gobiel'llo del doctor Freile ~aldumbille
y
muerto el General Andrade, quedaron de hecho (~Ijrniuadas las candidaturas
de éste y la del doctor Tobar, y ¡judo el Gcneral ¡'Iaza represcllt.ar así, ",in
oposición, la farsa de hacerse elegi¡' para Presidente, con el voto obli~ado
y fraudulentamente
duplicado del cjército y de la policía, (IUe I arevolu-ción de i\iarw concentró en sus manos. bajo el clindido y burlesco disfraz
del "mando constitucional" del Encargado del Ejecutivo, doctol' Andr;.ulo
Marin. l'vlas, ¿desde cuándo la traición, la sedieión militar. el aseeinato, la
farsa 6 el fraude electoral. constituyen un título legítimo para la Presidencia de la República? ¡. De cuándo acá estamos obli?;ados los ccnatoriallos ,¡
inclinarnoscomo
siervos delante de un hombre que por aquellos medioti
y con tales ejecutorias, osa asaltar el Poder Supremo de la Nación"
Si el señor Plaza adolecinse únicamente de falta de luccs, acaso cerraríamos los- ojOi:lal fraude de su elección y nos resignal'lamos á aceptarlo
como Presidmlte; porque aquellas trapacerías y gobernantes sin prcparaclón, no han escaseado antes en ésta como en algunas nacionefl herman:\s
del Continente. Pero que un criminal, que un traidor y sindicado ademáti
de participaCión en los horrorosos asesinatos de 25 y del 28 de Encro y de
5 de Marzo, Pl'etenda asaltar tan alto puesto y llevar el titulo de Presidente de la República, es lo que los ecuatorianos no podemos ni debemoi:l consentir y soportar jamás: porque esto sería una verguenza yun oprobio para la Nación, y nos harla indignos de la amistad y convivencia con 10iS de.
más pueblos civilizados del globo.
La prensa de la América Latina, en Salvador, Panamá, Colombia, Perú. Chile, Bolivia, Argentina y Brasil. han lanzado un ~rito de indignación.
y de protesta. Excepto los esbirros, los explotadores y unos pocos lrnbéeiles
adheridos al placiamo, también la conciencia nacional ha. reaccIonado de
su estupor y seI1alitdo á los climinales con caracteres de fuego. Y supuesto.
doctor Andrade Marfil, que usted se titula Encargado del Poder Ejecutivo,
siquiera por deber y por decoro de la milicia y del pais. separe inmediatamente de los cargos públicos al General Leonidas Plaza Gutiérrez. General neJefe del Ejército, y á todos los demás culpables, y póngalos á disp')slclón de la justicia, para su juzgamlento y castigo. Y colocándose á la at-eR
-2&6t.ura del ministerio, debe usted, asimismo, de rebajarles al nivel de un obscuro testaferro, Y deje de encarcelar, de confinar, constrefiir al ostracismo
á los ciudadanos en masa, "por cuenta y orden y en provecho del placía-mo", y sin más cargos que su honrada Y firme repudiación al crimen y :í
108 Generales Eloy, Flavio y Medardo Alfaro, Pedro Montero, Ulpiano
., asl en el n¡.ismo día y en los dos síguientes, fueron reducidos á prisión
los crIminales. El Ecuador no está de rodillas aino de pie. En estos mo·mentos li6 yergue como un solo hombre; y usted y el menguado "placis-mo" son impotentes para contener la ola formidable de la indignación po·
pular, que ruge Y se extiende, del uno al otro. extremo de la República.
Por encima de las holguras de la paz, e.stán la honra y la dignidad nacional. Va.le más Ilucumbir con altivez, que vivir la vida del desprestigio,
de la verguenza, del oprobio.
Ahora perm1tame usted, dOGtor Andrade Marin, un paréntesis de carActer personal: No ha procedido usted con hidalguia al suponer que yo, 1beral desde los bancos del colegio, fuese capaz de . abdicar mis antiguas
convicciones y pon(lrme al servicio de propósitos conservadores,
, Espero poder continuar mi defensa en Valpar.tiso, y, con la mayor
COIsideraci6n, soy de usted atento Y S. S.,
EMILIO AREVALO.
50B:.
CAP:.
"ROSA
DE AMERICA"
NUMERO
36.
L:, et T:.
El Sob:. Cap:. Rosa de América nÚmero 36, en conocimiento de la
recleD.te m'uerte del P:. Cab:. Eloy Alfaro, acaecida de manera inespera:da en Quito, pQr. mallos desalmadas, y teniendo en consideración que el
1:. H:. Alfara fue miembro asíduo del Sob:. Cap:. Rosa Cruz "PRUDEN·
CIA No. 7", hoy extinguido, de este Val:. al cual, 10 mismo que á las
LLpg:. contemporáneas de ese cuerpo mas:. Y íi. la Mas:. en general, prestó importantes, Y valiosos servicios con sus luces y dotes masón:.,
Acuerda:
L!lmentar, como profundamente
lamenta, la trágica muerte del 1:.
H:. General 1<JloyAlfaro, Fraue·masón visible del H:. A:. E:. y A:.;
Cel brar honras fúnehres en su honor y á Sll grata memoria, el 31 del
mes en curso. con asistencia de todos los h:. que integran las LLog:.
Mas:. de este Vall:., para lo cual se le excitará por el medio regular;
R~miti¡'le/l nota de condolencia á la señora esposa Y familia del h:'
fina-do, residentes en este Val!:., con copia certificada d,el presente acner-
ó
..• 0; y
Dar cuenta de este acto al 80b:. Gran Cap:. General la Or:. de Cara'
~ai!, para los efectos de orden.
'-:~o7
Dacio
('/1.-,1 T:,
;\-faR: ..
,,1 \",011:.
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de
l'aual1l¡\.
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~v (J,'
\!::'''/.ll
d.'
.I!IIZ. 1;;:.P:. N;. Il
Josc Oller,
l' : .. \1:. 1~'
El 1\1uy:.
l;;¡¡--S",u:
E. V.:ísquez, P:.
El P:.
El P:. C:. ler. Vig:. prot·
C:.
::~
20. \"i¡¡;:. \1l'ot:.
P;:¡blo Orlllac,
E. Ver.gel,
P:. M:. l~:
P:. M:. 25
El Orad;.
~l:.
prot:.
Eladio
La¡;so,
P:. M:. 18
El 8ecret:.
A:.
HESP:.
ConstItuida
LaG:.
L:. G;.
O:. G:. A:.
PROPACADonES
regularmente
O:.
y G:.
U:.
DE LA LUZ. NUMERO
bajo los auspicios
[;:.
5:~
del Grn-:. 01':. Nr:tluran:¡dlno
(hoy ColombIano).
Ya\]:. dE' Bogar;\, Ú ~ de A iJr;¡ de 1HIZ.-AI Q:. h: Guillermo
..ltl)~a .]I! AlllL-rica No. M••·. Vall:. de Panamá.
::3:
,,1:.
r:.
Colunje, de. la'
U:.
Q:. l:1:.
T"llgo el hOlloJ' de pUI·ticipal'Os (!ue e>óta Resp:. Log: .. en ten:. ordin:.
Último. aprobó, en lIlf'dio del más profundo recogimien-lO y ()onstel'llac!l~n yo por unanimidad
de votos, la ,;ig'uiente proposición:
".I.a H(~sp:. Log:. "Propugactores de la LlIz" nÚmero 53, participa d~
la manera m<Ís diroeta ~. penosa del profundo dnelo que ho)' aflige á la cl·
viliztwión de América COl! motivo de laR infanstos y horrorosos aconteci·
}riicntos de los días 26 y :~8 del presente mes de l<~nero,en las ciudados de
¡-;uayaquil y Quito, de la RepÚblica hermana dclEcuador,
en que fucrou .
b:irburaUlente inmolados los priSioneros de guerra. entre los cuilles se en·'
contraban
altas personalidades
ecuatorianas
J'
especialmente
nuestros
M:. nI:. lfH:. Elay, Medardo y Flavio Alfaro, Luclano Coral- y Pedro Jo¿;é Montera,
cUJ'a vida 'y seguridad se hallaba.
confiada en aquellos mo-mentOil al hon9r .de sns venced'ores.
"Nuestra Resll:. 'Lag:., en su nombre y en el dI} la Humanidad, pro·
testa contra tales acontecimientos .
. "Comun1quese .P~1" el conduct.o -regular al Sup:.
COI.,:. del Grn:.
Ori:. Neogranl;ldlno. hoy Colombiano; Ii las RResp:. LLog:. de la Repú·bllca del Ecuador, y i1 todas las de la correspondencia."
El' estupor que' en los primeros' dras me !labra causado el sangriento
,v bárharo
espcL>táculo jnstamente
anatematizado
en la anterior manifcst:~.Ci:611 de esta Lag:., me había heeho demorar el 'envío de ese voto de cengura, el que espero haréIs
conocer de todos 108 miembros de ese 1\1' ..
Desp:. Cnerpo ..
Si en ese Vall: .. se elH:olitrare alg(íll miern'bro de la ilustre· familia
Alfaro, 08 ruego le signifiquéis'el
profundo sentimiento 'de este Tall:. y,
,,1 posible fuere. le hagáis conocer el contenido de la proposiCión que dejo
t.ranscrita.
dd ~1 de Enero
Pam
V\lt~s!.ros eOlllpañeros
NI Ven:.
de tall:.
y para
vos \"a mi abrazo fraternal.
Maea!.:.,
DanIel ·M. Lelva.
Gr:. 30. P:: M:.
El Sccret:. de la Hesp:. Lag:.,
Carlos
Bonls.
Gr:. 30. P:. M:. M:.
lJFJCJ.•A.RACION~8
Señor Directo,.
del hOlario
POR TOMAR.
de Panamá",
TenlJQ el hOll(lr \le adjuntar'le l;¡. l:Iigu¡"ute lista dI'; personas que ;ll,l'i.i
deseable sean interrogadas
P.[\ el procel:io Robre )o¡; crfmellp$ de J<Juero.
Gtmeral"" Plaza.
Freile Z"Mumbide.
Carlos Tobar.
Ootavlo Día.;¡,
Randón Pérez.
~'ededco In tMago.
Direct.ores:
,Jullo MorelJO, (pmnJotor) .··-"L2\ Cot!etitución",
Marta 8a.llche¡¡, (promotor) .•
Gonzalo Córdoba. redactor de "La Prensa."
Pablo Charpantler, repórter de "La Prensa", (promotor).
César Mantilla., Director de "El Comercio",
Alcldes Pesantes, Subaecrfltario de Gllerra.
Coronel Sierra
,
Sim6n Morrtelie15ro,,,ictlmallor.
Vidal VelasC!o. victimador.
:\ol;.r'llH
Juan Salvador, dió balazos á las vfctimas.
Ga!Jri8l Unda, promotor.
León Toro, promotor.
Isaae Delgado. promotor.
Capitán Aure1io Tela, del nÚmoro 40" asesino.
Teniente Escobar, del número 40" asesino.
Cojo Zambrano, guardián del Panópt!co, asesIno.
Negro Se~lIra, del número 40., asesino.
Cocheros Vacas. asesinos .
.J ose Ceballos, asesino.
Melchor Cost~.lles, del "Marañón", asesino.
Rubén Estrado, 'Director de Cárcel, c6mplice.
Josó Chuico, carniecro, arrastrador.
Miguel VllIavlcencio, carnicero, arrastrador.
Daniel Vaca, cantinero en la carnicería de Gua)iaquil, arrastrador.
Pablo Romero, arrastréWor.
Antonio Cartag~)l1ova (alias Cucho). arrastrado!".
Vida.l Camacho y hermano, peluqueros, arrastrado res.
:\lanuel Antonio Salga.do, le arrancó la lengua á Coral.
Los Ayalas, vendedores de cstamp:Ilas, promotores del crimen y arrastrlldores.
'Ramón Proaño, arrastrador.
Camilo Proaño, arrastrador .
.rosé Antonio Proaño, arrastrador.
Celia ~arfa Le6n (alias Pájúra), arrastradora.
N. Moncayo, cantinero de la Carrera Guayaquil, arrastrador.
Hosa Llerena. esposa de un policía, arrastradora.
La Fonseca, arrastrad ora,
Rosa \allas Hermosa), ~rrastradora.
Alejandro Salvador, comerciante, arrastrador
y' asuzador del púeblo.
N. Calderón (alias Papotas), dependiente de UII turco, 'arrastrador.
Cocheros Argllellos, arrastradores.
Ricardo Miranda, comerciante del Portal, dió un sucre para leña,
Capitán Garcfa, del número 83, dió pinch~zos á IOH cadáveres.
Ignacio Barba de Machache, daba dinero á los arrastradorcs.
N. Carrera. eervezero, arrastrador.
La Pacaches, esposa de Suárez, fondero, arrastradora.
l\1an11 el Marta Coriejo, peluquero. arrastrador:
Comandante Pernández. jefe de Zona, ordenó á un oficial dejara pa"a.r al populacho.
Cristóbal Gangotcna, alentaba al pueblo.
N. Estuplñán. hijo del doctor, promotor.
, 'Doctor Vaca Lazo, ]Jromotor.
Fernando P!"rpz Quiñoncz, promotor.
Ahrallam Ocafia, promotor ..
--291Doctores Ara(ijo~. promotores.
Un cléri~o Serrano, dló una bandera á los arrastradol'es.
:MsJ'or Albán, promotor.
N. Arroyo, jefe de guardia del Pallóptico, hizo los primeros tiros
los presos,.
Adolfo Garc1a. asesinó .á 1<'lavlo.
U,n hermano del tuerto G·allegoR. promotor.
Alejandro· GÓmez. arrastrador.
Carlos Gómez, de Otavalo, carpintero. arrastrador.
El Director de "Fray Gerundio", promotor.
T ,a mujer de Sierra, repartió dinero.
El Indio Guacham1n, albañil. arrastrador.
Julio Avilés, dependiente de los Vacas. arrastrador.
Carlos Vaca, arrastrador.
Francisco Ovledo, zapatero. arrastrador.
Un fralle Bravo, de La Merced, excitaba al pueblo,
Un carpintero Reyes. de la calle Ambato. promotor y arraslr;tuor.
Las "Potrancas", arrastradoras.
Arcenio A, Vela, librero, asuzador.
Doctor Cabeza de Vaca, asuzador.
Ricardo Becerra, arrastrador.
Rosa Salazar, arrastradora.
ltosario (alias Pájara)., arrastradora.
N. Puebla, zapatero, arrastrador.
Victor Arroyo. arrastrador.
Manuel Molina, zapatero, arrastrador.
N. Val!adarcli, yerno de la Flerro-botas, arrastrador.
Arguello, el sordo, arrastrador,
FederIco Tambo, arrastrador.
Adelaida Almeida (alias Piedra negra). arrastradora.
Rosa Almeida, arrastradora.
Rosa Esbosa, arrastradora.
Pedro P. Villavlceneio, del Túnel, arrastrador.
Antonio Heredla, arrastrador.
Vidal VlIlalba, arrastrador.
Luis lt'iglleroa, arrastrador.
Zolla F'igueroa, arrastradora.
Angel Salomón, promotor ..
Faustino Albarracfn, arrastrador.
Emelia Lazo '(pastuza) arrastradora.
El Contador Valencia, arrastrador.
Josefina Maola, arrastraddra.
El hijo de la Vola. arrastrador.
Zapatero Pasullño, arrastrador.
El platero Reyes. arrast.r~lor.
á
-292Dolores Chlribo¡;a, arraatra<lora.
Jo~ AlILoJrio N., carpintero del ,Hospicio. arraatrador.
8erafíll Ló¡¡e:¡:. aITlIo!ltrador.
La.s fiofi¡u¡ GuaY~llitn,
arrastradoras.
Manud :MoliIUl,arraBtrador.
('armen, mujer de Papuchl, arrastradorli.
Carlos Morales,. imbaburefío, del 82, asesino.
N. Salga-do. estudiante tle la Universidad, promotor.
Un jorobado Ro1<lán, de Cuenca, promotor ..
Roberto OSI'l"ido é hijo, de la Alameda. arrastradorel!.
'J'cnion t,e Jiméuez, In válido, asuzador.
C. D.
Guayaquil, Junio"de 1912.
C\I-\LOS
Ministro
de Instrucción
¡:¡ F;:-\I);;:-';
Pública
P¡-';;¡ ;;::;:,
en el gobicrr,o
de sa:;~re.
COllRtant.t?I1l€llte participó
en lo~ Con~ejos
de :Vlinist ros cnyas
"n~~()
¡uclones"
leerÚ el lector en las acusacione~
<¡lW tal1lbi~1l
pUblicamos
en
este li bro,
¡'~stamos seguros
que el populacho
ecuatoriano
uo hubiera
infamado
la
historia
ase~inalldo
de manera
salvaje
á un hombre
Vil'tuosO y austero
co)110 Eloy
Alfal'o al no haher
estado
~educido
por la actua,·16n
de un go-bierno que alentó
la acción del populacho.
Alfaro
l'uc, además,
el fundador
del liberalismo
ecuatol'Íano
y ¡l<lllf,l
er¡ineo en doude se anidó la idea liberal
ecuatoriana,
fue arra!ltrado
y desh!'eho y confundido
con el polvo de las calles de Quito,
aCTA VIO
Ministro
de lo Interior
durante
DIAZ,
la preparación
natos.
y ejec.úción
de los asesi-
Su actuación ~. su responsabilidad se pueden 1l\'aluar sumando la
de
todos sus colegas de gobierno.
TAnto él como l<'reil~ ZaldulIlbide y Plaza deben su situación polftica
á su misma vrctlma el General Alfaro y la protesta por el asesinato de este hombre !lustre ha venido á demostrar al mundo que en el viejo (~audilI()
que dló gloria y n!speto al Ecuador podra fincarse la grandeza
del SUel0
hermano.
VISTA
EXTbJl:UOR
DEL
PANOPTICO
DE
QUITO.
El lector se dará cuenta que con una media docena de soldados basta
para defender esta única puerta de entrada. l/aMa ochenta
y 1\0
s610 no hubo un solo contuso entrA los asaltantAs. sino que el General Alfaro murió pOI· descarga de fusilerla
.
Sus asezinos
principales fueron los mismos militares encargados de
HU custodia .....
011 infamia!
ABRAIL\N
SALUAllO
(lmbab\\reíio).
(:I'iminaI del 28 de J<;nel'O, Sacó la lengua al periodista don Lnciano Coral,
exhibiélldola por las calles en la ]Junta de su hastón.
MA:-':UEL
ex-Subsecretario
::3AN(;HEZ,
MARIA
de 1. P. Redactor de "La Constitución", lino de los periódicos que asuzó á los bárbaros de Quito.
~~/\NCODC
¡,
n1~1I0TL.C.'\ Lc;l'
Cj), T /':.L ':{
:<'i'~;~:UC'_
··;"'':;l.l ;,;:.·.i'~(JO
~J... '._.:'()
\!
El maestro zapatero
promotor
y arrastrador
de las v[ctimas
PUEBLA,
g~! 28 d~ EnE;'ro en Quito.
Cochero JOSE CEBALLOS.
uno de los asesinos del señor General don Eloy Alfaro y sindicado tam,bién pór OtiQt! cr~lDenes.
CORONEL
ALE.TANDHO
SIERRA
.
.Un instrumento ignorante Y depravado del General en Jéfe del Ejército y del Ministro de Guerra en los crímcnes del<Jnero. La impunidad de
los actal'es es la mejol' prueba de la culpabilidad de Plaza. Navarro. ete.,
ete., pues ellos disponen hoy á su antojo de la suerte del desventurado
pueNq !J1cu~t9rjano,
Vista de la "eldilht del Panóptico de Quito. en la cual fue cobarde··
mente asesinado el sefior Genel'al don J<J]o~( Alfaro. Está situada en el se··
gundo piso de la serie 3a.
El telegrafista
ZAMHIlANO.
aSllzudor
y repartiúor
de dinaro.
La p¡il'te miis 0seunúalo8u' <18esta tragedia consiste en la completa imInulidad
en qnc ha ".uellado «1 crimen.
Hp.cho (¡ne sólo lo explica
la prcscnei¡l de los grandes dfdinCllellies
en el Gobie1'110 y la prensa del país.
El maestro
uno de los crimInales
zapatero
MONTENEGRO,
del 28 de El1(~rO en la ciudad de
pueblo y arrastró los cadáveres.
QuIto.
Asuzó
al
.JUAN
Ministro
de Guerra
durante
rron á los miembros
~'ltANClSCO
NAVARRO,
los crímenes
de Enero y Marzo que elimina-más conspícuos
de la milicia ecuatoriana.
Navarro figura en esta triste; historia como instrnmento inconsciente
del General Leonidas Plaza Glltiérrez su caudillo polftíco. Decimos inconsciente porque su insignificación polít.ica y social le impiden sacar mayores ventajas del crimen.
En Guayaquil ofreció al popula,'ho la cabeza del infeliz Montera y enseguida envió á Quito para Rer asesinados á los cinco Generales y al pe·riodista Coral. Más (¡trde, el 5- de Marzo. cooperó en la traición al Gobier-·
140 que determinó
el asesinato de su defensor el General Julio Andrade.
C~\nLOS
Cncargado
del
Poder
Ejecutivo
FRE]lLl~
en el
·y mutílaciones·
ZALDC\IBIDE.,
Ecuador
en
la época
de los
arrastres
de cadáveres.
En el curso de este libro se leerán las pruebas de su. participaei6Ú cu
los crfmenc·s así como la de sns cohlpañel'os de gobierno los :'t1inistros d8
Estado.
~i con la Prcsideneia
de Plaza se ('omplet¡¡!'a el escarnio del pueblo
ecuatoriano, con la impnnidad de Carlos Freile Zaldumbide se infamar,í
igualmente la concieneia americana.
Pero por encima de sns asesinos se levanta eOIl gallardfa la figura de
Aliaro. reclamando de la posteridad la reparación que merece por sus
servicios á. la Humanidad y á la Patria,
DH. CAHLOS
l\lON'n~VEr{l)I<;,
fotógrafo que se apostó (~Ilcasa de .Ioserina (clo!', Plaza de San Bias, horas
anteS de los arrastres para tomal' fotograffas de las vfct.imas, Se dice lJue
el Gobierno se las ha pagado á bllell Il/'ecio.
GABH.IEL UNDA (Comerciante),
lIllO
de los asuzadorcs
y repartidores
de
dinero
ií los criminales
del 28.
·~~-~~!!~.~Tif:~--,~~Z~~lj~~:V.:'f:~~:"--·
_~:~i]
,'
.
: i
¡;;¡, MINISTH,O I;>.;THIAlin.
compañero
de Freile
I¡¡;noramos
eJ"fmenes.
Como
Sil
en
nombre
sus colega8
la
C'artera
pero
de gohierno
de Hacienda
conocelllOS
é interino
'su' actuación
tomlJ. c<ir-f¡-¡ a.bierta
nejo
(;11
de Guerra,
l~ll los
histórico~
el traslado
y ma'
de los' Generales
prisioneros
de guer,ra"
Con D(az ordc1Ió el avance á Qnito desde Tamhillo {¡ donde sab(an en·
contrarfan
la mnerte ~solo dos horas despnés
de la salida,
Como Ministro de Gnprra int'~rino ;ten(a á su (;urgo la fuerza ptíblic,l,
y no sólo no defe1Ídió !l, 108 prfsiOllPros
á(~ guerra
de los ataques
del pne,·
blo, siull qtle' co'n'sinti6 que ya' as'esi'lladus. los cu'dávei'ei; ,fnerall pl·ofallado,.;
por /'irupos pojmlar,es des,lp. 'las'n'
de!' cfíá <lel 28 ha's.ta 'las 4 de la madrn-gada del 2ll. F~B'dp.eir. deeisels. llOríÚi de !i¡(librío á la Inimallidad
anll' lo!'
ojos del lIaIiliÚ:ió' gobierno I:ollstituelollal.
CAitU).3
Mi.-.islro
de
Relaciones
Exteriores
i:. TOi1AH.
éel
minal.
Ecuador
durante
el períod.:l
crí··
lo;] doctor Tobar '~ll1pleó su pOHición y El;::; lalCl:!GS
en ne~:tl' h capit;:·
lación que garantizaba la vida de los prisioneros. Allí están sus notas '{,
los Ministros de Gran Bretaña y'Est ados Unidos. pidiendo se les niegll'~
garantías y asilo. Allí sus telegramas á' Plaza pidiéndole que complete Sll
triunfo con la prisl6n de los Genemles y á Andrade indicándole que J\fJ
omita gastos para conseguir su captura.
Los que intervinieron en el sa"rificio de Alfaro no llegaron sin dUlh
á meditar que honrarfan las sienes del héroe con los inmareesibles
lauras
del martirio que son el más honroso !.ftuJo de los grandes hombres.
Vista del Eg!do de Quito en el que se halla la pira en que fue Incinerado el cadtiver del General don Eloy Alfaro.
ALEGOnrA
DEL
PROG/1I<:SO
fJCUATORIANO
ALCANZADO
pon AL ..
FARO, CON A YVDA DE SUS COl\1PA~EROS
DE M:HTmro.
(1) ..... Creo que esp:lI cid" la (ot·cla
del
crimen,
sería
Phza
arrélStrado por las calles. Mi muerte
pondrá en palpable
evidencia
las calumnias
levantadas
contra
mi y fe sería muy fatal á todos mis enemigos.
(firmado)
ELOY ALFARO.
(2)
(1) Carta á don Ab,~]al'do Moncayo
de Febrero
6 de 1904.
(2) Alfuro desconoció
siempre
la IHll'versidad
de sus enemigos.
Sus
a¡;esinos
no sólo no
han sido
castigados,
sino que han sido premiados.
Pla,:a es Presidente
electo de la República,
Kavarro,
Ministro
de Guerra,
SiE'rra, .Tefe df~ Zona, ('te., ete.
El zapatero
SE\JON MONTF.NEGRO.
sindicado como asesino y arrastrador
en el 28 de
Enero en Q.ulto.
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