Desarrollo infantil y lenguaje, observación y registro

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Desarrollo infantil y lenguaje, observación y registro
Bienvenidos a este primer Módulo del componente virtual del Diplomado de Fiesta
de la lectura 2013. Como ustedes ya lo saben, a lo largo de este trabajo conjunto
abordaremos algunos de los aspectos sobre los que ustedes ya tuvieron un acercamiento
en el I Laboratorio Municipal, y también otros que completan esta propuesta de apoyo
al trabajo de acompañamiento a los niños1 en sus diferentes procesos de desarrollo.
Los temas de este Módulo, que desarrollaremos a lo largo de tres semanas, son:
1. Desarrollo infantil y lenguaje es el tema que les proponemos para iniciar esta
conversación. Nuestros niños avanzan en diferentes procesos de desarrollo al mismo
tiempo. Su cuerpo crece y cada vez ganan mayor control sobre él. También aumenta su
conocimiento del mundo tanto por la experiencia directa como a través de las personas
que los rodean. Y la construcción de su lengua es una de las conquistas que más los
animan. Ellos quieren decir, quieren jugar, quieren conocer, quieren crear, y para todo
eso necesitan comunicarse.
Por esto es por lo que el desarrollo del lenguaje del niño es para nosotros un
tema central, que no solo debemos seguir con atención, sino comprender que
constantemente nos presenta el reto de acomodar nuestra manera de acompañarlos
para que su logro sea más completo y exitoso.
1 En estos contenidos se hará uso de las palabras NIÑOS y PADRES no en relación con el género sino
para referirnos al plural de niño y niña y de madre y padre.
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Módulo 1
2. La Observación de los niños en sus relaciones de comunicación, es el tema
para la segunda semana. Está directamente relacionado con la preocupación por
responder a esa exigencia que se nos presenta como agentes educativos comprometidos
con potenciar los procesos de desarrollo de los niños.
El tema de la observación no se limitará a la mirada y escucha atenta de los más
pequeños a nuestro cargo, sino que se extenderá a nosotros mismos. Plantearemos
la importancia de la práctica de la Auto observación. Un esfuerzo por comprender
mejor cuáles de nuestras acciones son las más adecuadas y hacen posible que brindamos
un mejor apoyo y una mejor respuesta a las necesidades e intereses de los niños.
3. Por último, en la tercera semana, trataremos sobre la importancia de Registrar
lo que hemos observado. La escritura, o cualquier otro medio que utilicemos para
organizar lo que hemos encontrado al mirar y escuchar a los niños y al detenernos en
nuestro hacer, no solo nos permite conservar lo encontrado, sino compartir y pensar
junto a otros esta labor diaria como agentes educativos.
Por lo tanto, este será un Módulo en donde deberemos tener siempre a mano el
Cuaderno de Memoria, del que hablábamos en la Introducción, él será una herramienta
indispensable para ir anotando comentarios, pensamientos y preguntas.
Esperamos entonces, que al terminar nuestro primer Módulo hayamos logrado:
- dar una mirada a los primeros momentos que viven los niños en su
aventura por la conquista del lenguaje,
- comprender la importancia de la Observación y la Auto observación para
nuestro papel como acompañantes de ése y otros procesos de los niños bajo
nuestro cuidado,
- y por último, iniciar la práctica de Registrar no solo para no olvidar, sino
para alimentar nuestras reflexiones, nuestra conciencia lo aprendido y
nuestras posibilidades de intercambios.
Con todo lo anterior así planteado, es hora de iniciar nuestra charla.
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Módulo 1
SEMANA 1 - No todos somos iguales, aunque sí muy parecidos
No todos somos iguales, aunque sí muy parecidos
Los niños son todos diferentes, eso lo sabemos muy
bien los adultos cuidadores. Sin embargo, la mayoría
de los niños en todo el mundo pasan por etapas
similares de desarrollo y las viven más o menos a las
mismas edades.
“Lo que hace que los bebés de todo el mundo alcancen ciertos
desarrollos a edades parecidas, tiene que ver más con la
herencia biológica propia de la especie humana. Lo que conduce
a que muestren diferencias en este mundo diverso, está más
relacionado con la herencia cultural. Hoy en día se reconoce que
separar la una de la otra es imposible, es como una danza en la
que ambas se entretejen”.
Gloria Amparo Acero
Efectivamente, un baile, como en los que hemos participado y en los que nos
encontramos parejas que se entienden perfectamente y bailan delicioso, y parejas que
definitivamente no encuentran cómo acomodarse al otro, por eso se pisan, se chocan, o
terminan bailando otro ritmo que no es el que suena en la fiesta.
Así pues, en esta danza del desarrollo los adultos jugamos un papel primordial, no
solo porque los acompañamos y ayudamos a desplegar todas sus potencialidades, sino
porque los retamos y les proponemos cada vez nuevas metas a alcanzar. Algunas veces
de manera cuidadosa y respondiendo a los movimientos y tiempos propios que va
marcando cada niño. Otras veces de forma atropellada por el afán de igualarlos a todos,
o por el temor a que se “retrasen” con respecto a sus pares. También sucede que la
danza se detiene porque nuestra participación no se da a tiempo, porque no sabemos
acomodarnos a esa nueva pareja que ha entrado al baile y nos quedamos o los dejamos
solos en la pista.
Se nos plantea entonces, la necesidad de que observemos a cada niño en particular y a
las relaciones que se crean en los diferentes grupos, para acomodar nuestra intervención
de la mejor manera.
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Módulo 1
Intervención que debe atender a todos los componentes del desarrollo de los niños
como seres humanos pertenecientes a una cultura y a un grupo social, y que no se
limite a los aspectos que siempre se han definido como los más importantes para la
supervivencia, que son la alimentación y la salud. Porque muchas veces son casi los
únicos que reciben algunos bebés y niños muy pequeños por parte de sus adultos
cuidadores, para quienes lo demás puede o debe esperar a que los niños sean más
grandes.
Pero la creencia de que lo demás puede esperar, como el
juego, las palabras, las caricias, etc., no es cierta.
Ya lo demostraba el doctor René Spitz en 1946, luego de
su investigación sobre la importancia fundamental que
tiene el afecto y el lenguaje para la vida de los niños más
pequeños.
Él comprobó que aunque es posible que los niños
sobrevivan físicamente sin el lenguaje y las relaciones
que comunican el afecto y la seguridad, es imposible
que consigan sobrevivir como seres sanos emocional e
intelectualmente.
Es decir que no solo debemos preocuparnos porque no se enfermen, coman bien, y
puedan ir controlando la fuerza y los movimientos de su cuerpo; sino que es primordial
que construyamos con los niños y desde el momento mismo de su nacimiento una
relación comunicativa que les transmita la certeza de ser bienvenidos a nuestra
vida.
Relación de comunicación que por supuesto va cambiando a medida que los niños
conocen más del lenguaje oral y de todas las otras posibilidades para expresarse y decir,
como el lenguaje corporal, el lenguaje escrito, y los lenguajes artísticos, etc.
Pero por supuesto, ésta no es solo una responsabilidad del agente educativo, porque
acompañar, responder y estimular el desarrollo integral de los niños es el papel central
de la familia. De allí que conocer a los padres y otros adultos del grupo social más
cercano a cada uno de los niños que acompañamos, se vuelve una tarea fundamental
para todos los que trabajamos por lograr que los niños puedan desarrollarse de la
manera más integral y más feliz posible.
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Módulo 1
¿Cómo ser la mejor pareja del baile?
Se me ha perdido una niña
cataplín, cataplín, cataplero;
se me ha perdido una niña
en el fondo del jardín.
Yo se la he encontrado
cataplín, cataplín, cataplero;
yo se la he encontrado
en el fondo del jardín.
Tradición (tomado de Cúcuru mácara, Ed. Norma, 1990)
Seguramente conocemos la respuesta a esa pregunta: para entenderse con el otro
mientras se baila es necesario prestar atención a sus movimientos y a su forma de
desplazarse por el espacio, también es fundamental que sigamos el ritmo de la música
que suena para los dos.
Pues bien, lo mismo debemos hacer para lograr la mejor relación comunicativa con
nuestros niños para ayudarlos en esa construcción que están haciendo de su lenguaje.
Para esto es primordial estar atentos a las relaciones que los niños van construyendo
con la lengua, con los otros, con el conocimiento, con el arte y con el juego, con la
lectura y los libros y todo, de acuerdo al momento en el que se encuentran en ese
proceso de hacerse miembros activos de su grupo social y cultural.
Y aquí, entonces, es que entra la necesidad de observar también a las familias y las
relaciones que se establecen entre padres e hijos, pues ellas nos darán claves para
comprender cómo es que se van entrelazando las características biológicas que
mencionamos, con las características culturales que heredan cada uno de los niños.
De igual manera, esa observación de cómo se entienden, cómo se hablan, qué rituales
han establecido, nos permite definir formas de acompañamiento llenas de sentido y
significado tanto para los niños como para sus padres en ese proceso de crianza en el
que a menudo se presentan tantas dudas y angustias.
Esto de seguir la dinámica de las familias que es tan importante, lo es mucho
más cuando atendemos niños de hogares que enfrentan situaciones difíciles, que
determinan que los padres no puedan brindarles una atención más adecuada a sus hijos.
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Módulo 1
O cuando recibimos en el espacio de atención niños con capacidades diferentes
(muchas de las cuales son detectadas tempranamente gracias a la intervención de
Agentes cuidadosos).
También es fundamental esa observación en los casos de niños pertenecientes a
culturas diferentes a la de la mayoría de los niños en la unidad de atención.
Y, en general, porque no es posible esperar que todos se desarrollen siguiendo un
patrón de regularidad, pues todos los seres humanos somos diferentes.
Muy bien, seguramente esto que hemos venido compartiendo es una práctica que
ustedes llevan a cabo permanentemente, y eso es lo que les permite pensar los juegos,
las conversaciones, los cantos, las lecturas y muchas más acciones que les proponen a
sus niños.
Unamos pues esa experiencia a esto que hemos tratado hasta este punto y, antes de
dar por terminada esta primera conversación, reciban nuestra invitación a realizar la
siguiente actividad
ACTIVIDAD 1
(Portafolio)
OBSERVO DOS PAREJAS DE NIÑOS
1. Defina dos días de esta semana para observar, cada vez, a una pareja de
niños de edades muy parecidas. Es decir un día observe una pareja de niños
cercanos a un año y medio de edad, y otro día a otra pareja de niños un
poco mayores, como de tres años (por ejemplo).
2. Converse con ellos mientras juegan, leen o realizan alguna otra actividad,
puede ser incluso mientras están tomando sus alimentos.
3. Observe sus comportamientos durante un tiempo determinado (10
minutos más o menos).
4. Mire muy bien lo que hace el uno y lo que hace el otro en la misma
situación. Escuche los sonidos con los que tratan de comunicarse y
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Módulo 1
acompañarse si son bebés, o las palabras que pronuncian y las frases que
construyen si son niños más grandes.
5. Luego, tome un momento a solas para escribir en su Cuaderno algunas
frases que le permitan recordar lo más importante para usted de lo que pasó,
y de cómo se comunicaron esos niños de esta pareja.
6. Haga lo mismo otro día con la segunda pareja de niños que ha
seleccionado.
7. Ya solo, sin los niños, y con las anotaciones en su Cuaderno, organice esa
información de modo que pueda contarla brevemente a sus compañeros de
aula.
Algo así como: Conversé con Pablo y Daniela (dos años y
algunos meses de edad) mientras trabajábamos con plastilina.
Pablo quería que le ayudara a hacer un perro, entonces aproveché
para preguntarle a los dos cómo era un perro, qué debíamos
hacer para que la figura quedara parecida a uno. Daniela insistía
en que tuviera cola, mientras que Pablo hacía como que gruñía
y hacía el sonido del ladrido del perro. Cuando su papá vino a
recogerlo, le pregunté si a Pablo le gustaban los perros, y el señor
me comentó que ahora les tenía un poco de miedo porque había
visto una pelea de dos perros cerca a su casa. Al escuchar esto
pensé que debo proponerle a Pablo cantar la canción del Perrito
Chino y leer el libro de las mascotas, eso podría ayudarlo a ver
los perros con menos temor.
8. Cuando entre a la plataforma la próxima vez, lleve su texto a su Portafolio
para compartirlo con los otros. Aproveche y lea dos textos sobre el mismo
tema que hayan escrito otros de sus compañeros y déjeles un comentario.
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Módulo 1
SEMANA 2 - Para vernos mejor… o el arte de escuchar y observar
Nos encontramos nuevamente y, luego de un fin de semana en el que esperamos hayan
descansado. Comenzamos ahora una nueva conversación en la que trataremos con
mayor detenimiento el tema de la Observación. Un tema que en nuestra práctica va
unido constantemente al acompañamiento que hacemos de los procesos de desarrollo
de los niños.
Para vernos mejor… o el arte de escuchar y observar
Anthony Browne es el autor de varios de los libros que
integran la Colección Leer es mi cuento, y es también quien
escribió e ilustró un álbum muy especial, al que queremos
referirnos porque nos permite comenzar a pensar en la
importancia de observarnos, escucharnos y registrar, así
como también de observar y escuchar a los niños que
acompañamos en los espacios de atención. Ese libro se
titula Voces en el parque.
La primera imagen nos muestra la carátula, las siguientes corresponden a ilustraciones
interiores.
En este libro álbum, el autor nos presenta cuatro voces que cuentan el mismo paseo
una tarde por el parque. Son cuatro puntos de vista muy diferentes sobre las mismas
cosas y acontecimientos que ocurrieron.
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Módulo 1
Es lógico que el lector se pregunte: ¿Están hablando de la misma tarde? ¿Por qué son
tan diferentes las historias sobre lo que pasó? ¿Quién tiene la razón?
Pues sí, se trata de la misma tarde y todos tienen su razón. Cada voz nos permite
entender a través de lo que narra, su forma de pensar y de sentir, de comprender y de
reaccionar frente a los mismos hechos. ¡Y qué distintas son esas voces!
Exactamente lo mismo pasa en cualquier otra circunstancia de la vida. Siempre habrá
diferentes formas de comprender los hechos y las acciones tanto propias como la de los
otros.
Así pues, tener esto presente es muy importante para nuestra labor junto a los niños.
Seguramente lo que nosotros percibimos en relación con la manera en que los niños
están desarrollando sus procesos y en cómo están planteando sus relaciones, será
parecida en algunos puntos y diferente en otros a cómo lo entienden y lo ven sus
padres. Nuestra voz entonces, será similar o bien distinta de la de ellos. Y esto, en lugar
de ser siempre un problema, podrá ayudar a que se produzcan cambios en esos padres
o en nosotros, en beneficio del niño.
Por otra parte, al darnos cuenta de las semejanzas y diferencias que se presentan en
el grupo de niños que atendemos, se hace posible pensar cómo es que podemos y
debemos acomodar nuestra intervención con cada uno y con el grupo, para estimular
de mejor manera el logro de cada una de esas conquistas que ellos se han propuesto
(conquistas tan sencillas como aprender a saltar, o tan exigentes como poder contar
bien algo que les ha pasado).
Y ya que hemos venido hablando de la práctica de observar el desarrollo de los niños
y su lenguaje, es momento de preguntarnos ¿cómo llevar a cabo esta acción de manera
más sistemática para que nos permita buenos resultados?
Para responder esta pregunta recurramos a los que otros agentes educativos pueden
compartirnos de su experiencia
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Módulo 1
Algunos consejos útiles al momento de observar a los niños:
- Al pensar nuestra observación recordemos las preguntas que queremos respondernos
a nosotros mismos, o las preguntas que tal vez nos han hecho otros adultos
acompañantes (padres, por ejemplo) en relación con diferentes aspectos de los procesos
que viven los niños, muy especialmente el que tiene que ver con la construcción de su
lenguaje, y tengámoslas presentes desde el momento de inicio de la acción de conversar,
cantar, relatar o leer con los niños.
- Tratemos de identificar cómo se van desarrollando las intervenciones de los niños, aún
de los bebés. Cuáles son sus comentarios, lo que preguntan, lo que ellos se responden y
lo que les contestamos nosotros en momentos importantes de nuestra interrelación.
- Anotemos su forma de aceptar la invitación a conversar, a escuchar un relato o a
leer juntos; cuáles son las preferencias que manifiestan, las negociaciones si las hay,
quiénes son los que tienen mayor dominio en el grupo, cómo influyen en los otros en el
momento de compartir las narraciones y los libros.
- Luego detengámonos para seguir cómo progresa
la conversación, la lectura y la interacción tanto con
el libro o la narración, como entre los que estamos
compartiendo esos textos (orales y escritos).
- Es importante intentar definir por qué pasa algo de
una manera y no de otra, cómo funciona el plan que
nos habíamos trazado para esa actividad y cuáles son
los elementos que contribuyen a la relación de los
niños con la palabra hablada y con la lectura, y cuáles
no.
- Observemos lo que más nos inquiete, ya sea porque no sabemos bien qué está
sucediendo o porque no sabemos cuáles son los factores que influyen para que una
situación se presente.
Así pues, el resultado de este proceso de mirar y escuchar muy bien nos permitirá
- Tomar conciencia de la manera como nos relacionamos con los niños, y la forma
como ellos se relacionan con sus pares, con otros adultos y con los objetos que
los rodean.
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Módulo 1
- Reconocer nuestra forma de pensar sobre lo que son los niños, y sobre el papel
que tienen los adultos y los contextos de socialización (la familia, el barrio, los
espacios de atención) en esta etapa de su vida.
- Identificar tanto los patrones de desarrollo, como las estrategias de aprendizaje
apropiadas para cada edad.
- Y formular, a partir de esta identificación, proyectos de intervención en nuestros
espacios educativos que nos posibiliten responder a las necesidades evolutivas y
culturales de los niños y a las expectativas de sus familias.
¿Cómo observar?
No me mires, que miran que nos miramos,
y si miran que nos miramos,
dirán que nos amamos.
Tradición (tomado de Cúcuru mácara, Ed. Norma, 1990)
La primera respuesta a esta pregunta no puede ser otra que AMOROSAMENTE.
¿Qué queremos decir con esto? Pues bien, que es necesario observar sin estar juzgando,
o diciéndonos esto es bueno o malo, o que esto no debería estar pasando, etc. Sino,
más bien, mirar y escuchar abierta y comprensivamente.
Mirar tratando de atrapar la serie de hechos, de palabras que identificamos, y
preguntando por qué pasa esto, y qué importancia tiene aquello otro. Pensándonos
observadores y escuchas de los niños, pero también pensando en los niños como
observadores y escuchas de todo lo que pasa a su alrededor.
Y esto último es bien importante, porque los adultos tenemos la tendencia a olvidar que
los niños nos están mirando todo el tiempo y que todo el tiempo somos sus modelos,
tanto cuando asumimos un papel (como el de lectores, por ejemplo) como cuando
actuamos y hablamos desprevenidamente. Los ojos y los oídos de los niños casi nunca
se cierran.
Otro aspecto que tiene que ver con esta respuesta de amorosamente, es el que tiene que
ver con que observar detenidamente mientras se está rodeado de niños y tratando de
acompañarlos a todos de la mejor manera no es algo sencillo que se consiga de un día
para otro.
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Módulo 1
Por esto no debemos sentirnos frustrados cuando no logremos mucho en los primeros
intentos. Es decir, ser amorosos con nosotros mismos y darnos tiempo con la certeza
de que cada vez nos haremos mejores observadores de ese movimiento en el que
estamos participando activamente.
Luego de haber hablado de la importancia de observar y cómo hacerlo, es el momento
de pensar y discutir un nuevo aspecto relacionado con este mismo tema, se trata de la
Auto observación. Es decir, de volver nuestra mirada sobre nosotros mismos para
conocer más sobre las formas que tenemos de relacionarnos y comunicarnos con los
niños y otras personas con las que compartimos en nuestro espacio de atención.
¿Por qué observarnos a nosotros mismos?
Porque si mirar cómo transcurren las dinámicas alrededor de las narraciones y
los libros, de las conversaciones y los juegos, es importantísimo para advertir los
comportamientos y las voces de los niños, y para que las nuevas actividades que
propongamos alrededor del lenguaje y la comunicación sean cada vez más significativas
y más felices para todos; también lo es, y tal vez de manera más definitiva, el observarse
y escucharse uno mismo a lo largo de los encuentros y las actividades con los pequeños
que tenemos a nuestro cargo.
Esa mirada y esa escucha de uno mismo son tan sustanciales porque somos nosotros
los que estamos promoviendo las relaciones entre pares (entre los niños) y brindando
las experiencias de narrar, de charlar, de leer, de cantar juntos, etc.
Somos los mediadores por ejemplo, los que proponemos si narramos, conversamos,
cantamos o leemos en voz alta, si recogemos las preguntas y volvemos a la narración o
al libro, si decidimos leer de “un tirón” todo el libro y luego conversamos, o si vamos
a ir deteniéndonos para resolver asuntos que no están claros, escuchar comentarios, etc.
Somos nosotros los adultos acompañantes los que aceptamos volver a leer el mismo
libro hasta cien veces si es eso lo que los niños solicitan, y los que invitamos a jugar
con las palabras y los sonidos…
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Módulo 1
Esta niña, esta niña
se parece a su mamá,
por arriba, por abajo, por delante y por detrás.
Que se esconda, que se esconda,
esta niña de mamá,
porque pronto,
porque pronto, las dos se encontrarán.
Poemas y canciones de tradición
Así entonces, lo que hacemos o dejamos de hacer marca nuestra manera de
relacionarnos, y determina también, no solo el modelo de adulto que les estamos
proponiendo a los niños, sino las posibilidades de uso y la importancia de la lengua
oral y escrita y de los otros lenguajes de expresión artística. Por esto es por lo que auto
observarse es tan definitivo para nuestra práctica.
Ahora bien, es muy posible que casi todos convengamos en la necesidad de mirarnos
a nosotros mismos para enriquecer nuestra capacidad de relacionarnos con los niños y
también con los otros adultos, sin embargo no todos nos damos cuenta de lo difícil que
esta práctica puede llegar a ser.
Y es que en realidad no estamos acostumbrados a observarnos ni a escucharnos, a
detenernos para pensar en nosotros y en lo que hacemos. Además, en la necesidad de
estar al tanto de todo lo que sucede en el espacio que compartimos con los niños, esa
parece ser una práctica casi imposible. Sin embargo no lo es. Basta con proponérnoslo y
comenzar a hacerlo por cortos periodos de tiempo.
También pueden servirnos otras sugerencias que diferentes agentes educativos que han
avanzado en este ejercicio de auto observarse nos comparten. Como las siguientes:
- Mientras conversamos, damos instrucciones, narramos o leemos un libro,
detengámonos por unos momentos para escucharnos y oír las respuestas que damos a
las preguntas de los niños.
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Módulo 1
- Preguntémonos si estamos prestando real atención a lo que dicen los niños o si
simplemente queremos llevar la lectura, la narración o la actividad, por el camino que
hemos definido desde la planeación.
- Comprobemos si logramos cambiar con cierta flexibilidad algunas ideas que tenemos
pensadas para dar espacio a las nuevas propuestas de los niños.
- Identifiquemos cuáles de las acciones que realizamos unidas a la lectura, a la narración
y el canto son las que mejor respuesta van obteniendo.
- Prestemos atención a cómo proponemos y
respondemos a las iniciativas de comunicación que
nos plantean los bebés, cómo interpretamos sus
señales y les damos a entender que los miramos y los
escuchamos.
- Estemos atentos para comprender mucho mejor
cómo es que establecemos nuestros intercambios con
los niños que ya no son bebés, pero que aún no hacen
uso de las palabras para comunicarse.
- Detengámonos a pensar en los diálogos que cruzamos con los niños que ya
comienzan a hacer un uso de un lenguaje más formal y estructurado: ¿qué les
entendemos?, ¿cómo los ayudamos para que cada vez su lenguaje sea más claro para
todos?
Tal vez, lo que mejor podría resumir este ejercicio de volver la mirada sobre nosotros
mismos es:
Hagamos de cuenta que estamos en frente de un espejo, o que nosotros
somos alguien extraño al grupo reunido para narrar o leer, y que entonces
nos observa.
No es fácil como ya lo dijimos, pero si es posible e importante, y la mayoría de las veces
estupendo.
Por lo general después de un ejercicio como este, nos sorprendemos de haber
contestado de una forma y no de otra a una pregunta de los niños. Descubrimos
reacciones de los pequeños que seguramente habíamos venido pasando por alto. Y
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Módulo 1
nos acercamos a la comprensión de por qué algunas de nuestras propuestas funcionan
mejor en determinados momentos, mientras que en otros no alcanzan a cumplir con lo
que esperamos.
Claro está que en ocasiones experimentamos un cierto desconcierto, o una sensación
de no haber conseguido lo que perseguíamos, de no haber podido responder a las
exigencias del momento. Lo importante es no juzgarse, porque tanto en relación con
las experiencias exitosas, como con las que no lo sean, la propuesta de observar y
observarnos no debe terminar con una calificación, con un juicio de malo o bueno. No
es esto lo que se busca. Lo que se quiere es que cada vez podamos analizar con mayores
herramientas todas las acciones que llevamos adelante con los niños.
Por último, es importante señalar que en realidad, los más beneficiados con esta práctica
somos los adultos mediadores, porque si dejamos de lado el temor a reconocer nuestras
fortalezas y nuestros puntos débiles lograremos acercarnos y analizar con mayor
información cómo llevamos a cabo nuestra tarea, de tal manera que podamos hacer
cada vez mejor el acompañamiento a los niños en ese proceso de crecer, de desarrollar
sus capacidades e integrarse como miembros activos de nuestra comunidad.
Después de todo lo que hemos dicho y antes de terminar esta segunda conversación,
quedaría entonces la invitación a observarnos con clara intención de comprender y
aprender de nuestra propia práctica y de las relaciones comunicativas que establecemos
con los niños.
Así, entonces, pongamos mano a la obra y llevemos a cabo la siguiente actividad.
ACTIVIDAD 2
(Portafolio)
CARTA PARA MI MISMO
1. Lo primero que debe definir es el momento en que va a observarse
mientras lleva adelante una de sus propuestas con los niños, idealmente una
de las acciones alrededor del lenguaje, de la lectura o la narración.
2. Concéntrese en la actividad, pero deténgase por cortos momentos para
mirarse (como si tuviera un espejo) y para escucharse.
3. Inmediatamente termine la actividad tome su Cuaderno de Memoria y
anote algunas palabras claves que le permitan luego recordar esos detalles
que le parecieron importantes.
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Módulo 1
4. Cuando esté solo regrese a sus notas y escriba una carta para usted mismo
en la que se cuente algunas de las cosas que vio y escuchó y que le gustaron
mucho.
5. Pase la carta a su portafolio. Luego lea algunas de las cartas que hayan
escrito sus compañeros.
6. Espere a que su tutor le indique cuál carta de alguno de sus compañeros
van a comentar todos.
SEMANA 3 - Escribir para no perder lo encontrado
Hola, ¿cómo están? Llegamos al final de este primer Módulo y recordemos que la
propuesta para la charla de esta semana está dada alrededor de la importancia de
Registrar. Hablemos un poco sobre esta práctica y de las posibilidades que nos brinda.
Escribir para no perder lo encontrado
Hallazgo
Me encontré este niño
cuando al campo iba:
dormido lo he hallado
en unas espigas…
O tal vez ha sido
cruzando la viña:
buscando los pámpanos *
topé su mejilla…
Y por eso temo,
al quedar dormida,
se evapore como
la helada en las viñas…
* Pámpano: racimo de uvas
Gabriela Mistral
Tomado de: Si ves un monte de espumas y otros poemas, Ed. Anaya,
2006)
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Módulo 1
- ¡Qué bella imagen de niño encontrado y el temor a perderlo que nos regala
el poema de Gabriela Mistral! Es como una respuesta a la pregunta de por
qué observar.
- Sí, estoy de acuerdo, y pienso que también nos dice cómo debe ser esa
mirada: profunda, buscando el encuentro con cada niño
- Además, pienso que nos habla de lo importante que es la palabra que se
dice o se escribe sobre esos momentos preciosos de encuentro… “para que
no se evaporen como el rocío al sol”.
Tomado de las voces de tres mujeres
¿Por qué Registrar?
Para comenzar a dar respuesta a esta pregunta, viene en nuestra ayuda el libro de
Anthony Browne del que hablamos la semana anterior. Si los personajes de Voces en
el parque tuvieran la oportunidad de leer su voz y la de los otros, podrían ver con ojos
diferentes los acontecimientos que vivieron y comprenderían un poco más a aquellos
con quienes compartieron esa tarde en el parque.
Desafortunadamente ellos no pueden hacerlo, pero nosotros sí, gracias a que Anthony
Browne se dio a la tarea de escribir e ilustrar las voces de quienes fueron esa tarde de
paseo y lo que aconteció. Gracias a esas imágenes, palabras y hasta pensamientos de
los protagonistas, nosotros los lectores podemos conocer lo que les sucedió y cómo lo
vivió cada uno de los cuatro personajes.
Por eso es que es tan importante el registro. Sin él nuestro recuerdo de lo que ocurrió,
de lo que identificamos, se olvida. Ese niño encontrado, del que nos habla Gabriela
Mistral, vuelve a perdérsenos. Por eso es tan importante aprovechar la enorme
riqueza de nuestro lenguaje y de los elementos que nos brindan la escritura, el relato, la
ilustración y hasta el bordado, para fijar en la memoria y para compartir con otros lo
hallado, de tal forma que esos otros puedan devolvernos su mirada acerca de nuestros
encuentros, certeza y preguntas.
El Registro es la mejor herramienta para ayudar a la memoria individual y colectiva y
para contribuir a los procesos de reflexión común. En nuestro caso, además, tiene el
enorme valor de contribuir al propósito de hacer mejor esta labor que llevamos a cabo
junto a los niños.
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Módulo 1
Los registros son textos, pero no necesariamente textos escritos, pueden ser textos
orales, ilustrados, bordados, danzados, etc. Hablemos entonces un poco sobre cómo
construir este tipo de texto.
Para construir un Registro
Tanto si es oral o si es escrito, el relato de lo que encontramos en nuestras
observaciones debe intentar “retratar” la situación o situaciones que queremos analizar.
El otro, el que escucha nuestra voz directamente o a través del escrito, debe poder
hacerse la imagen, lo más cercana posible, de cómo transcurrió la sesión de lectura,
cómo son los que participaron en ella, qué libro leímos o qué historia relatamos, y de
todos los otros datos que consideremos de importancia.
En ese texto no deben aparecer valoraciones nuestras, frases con las que califiquemos
lo que vimos, escuchamos, dijimos o hicimos, porque al hacerlo ya los estamos
conduciendo por un camino que tal vez no es el que esa persona tomaría al leer lo
que escribimos. Porque cuando decimos: “es que me parece que esto o aquello fue un
error”, o “me encantó lo que hicieron los niños”, a la otra persona no le queda más
que situarse y apoyar lo que decimos o tratar de convencernos de que no estamos en
lo correcto, perdemos entonces la posibilidad de que ese lector se detenga en algún
aspecto que no habíamos percibido, o que resalte un detalle que para nosotros no era
tan significativo.
Por eso es importante tratar de “fotografiar” con palabras lo que pasó y siguiendo
el orden como lo recordamos, anotar algunas frases que para nosotros fueron
interesantes, y dejar que el que escucha o lee nuestro texto se vaya haciendo la imagen e
involucrando en el ritmo de lo que se vivió.
Tal vez, una buena ayuda para orientarnos en la escritura o construcción del relato
alrededor de nuestras observaciones, sea leer un registro. Aquí éste que escribió
Elizabeth Ramírez, lectora del programa Palabras que acompañan, y que visita
diariamente con su carrito biblioteca a muchos niños hospitalizados en una institución
de salud en Bogotá:
Leidy tiene 5 años, estaba por salir del hospital. Cuando llegué a su habitación la encontré sola
y al comienzo fue muy tímida. Leidy es un niña pequeña para su edad así que escogí primero
libros de cartoné ¿Qué roe el ratón?, ¿Dónde se baña el cerdito?... Poco a poco su timidez se fue
perdiendo, se levantó de la cama y empezó a señalar qué libros quería ver, también poco a poco
fue dejando su silencio y empezó a ser muy activa y habladora. Quería ver libros “de leer”, así
que le propuse El día de campo de Don Chancho, pero Leidy quería ver más libros y leerlos
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Módulo 1
sola, siempre los cogía de atrás para adelante y era inevitable para mí indicarle dónde estaba el
comienzo, pero ella insistía en hacerlo a su manera. Me pidió Adivina cuánto de quiero, estaba
muy ansiosa y empezó a pasar las páginas rápido, arrugándolas, la detuve y le dije que así
el libro no se dejaba leer que había que acariciarlo y pasar la páginas muy suavecito y que yo
conocía una técnica secreta para eso, pero que no estaba segura si ella la quería aprender, dijo
que sí. Se la indiqué y entonces ponía su dedito índice de la mano derecha en el extremo inferior
derecho del libro y muy pronto descubrió sola y despacito el “viejo truco”. Cuando lo terminó
dijo que era verdad, que ahora el libro sí se había dejado leer.
Al día siguiente me la encontré en la salita de espera de ese piso, yo le leía a otro niño,
entonces ella trajo a su mamá y le mostró cómo era la fórmula secreta y mágica para
que un libro se deje leer.
Este registro sencillo que narra con cuidado pero de manera corta cómo se dio el
encuentro nos permite, casi con seguridad, hacernos una imagen y seguir la serie de
momentos que se dieron entre Elizabeth y Leidy, la lectura y los libros. Su escrito hace
posible, a quienes lo recibimos, seleccionar aquellos elementos que nos parecen más
importantes para comentar y analizar sin estar condicionados a valoraciones que ella
nos haya transmitido.
Algunas claves para construir y compartir nuestros registros
1. Observar antes a otro.
Podemos pedirle a una compañera de trabajo
que nos permita asistir como observadores a una
de sus actividades con los niños. Tratar de no
involucrarnos en el hacer, sino que desde un lugar,
un poco apartado, mirar y escuchar todo lo que pase.
Mientras, tomar nota de algunos puntos importantes.
Después, cuando estemos en casa o cuando los niños
se hayan ido a las suyas, tomar un tiempo y escribir lo
que sucedió.
2. Pedir que alguien nos observe.
Aquí, ese compañero, puede acompañarnos en un momento en que relatemos o leamos
con los niños. Sin intervenir en la actividad deberá mirar y escuchar lo que dicen y
hacen los niños y en lo que hacemos y cómo lo llevamos adelante nosotros. Luego, ya
solos, nos contará lo que le pareció más importante, eso que lo sorprendió, o lo que no
entendió.
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Módulo 1
3. Decidirnos a observar mientras hacemos.
Al estar en el espacio de atención rodeados de niños y en medio de una constante
actividad, es difícil tomar un tiempo para escribir el registro de alguna de las acciones
que hemos realizado en compañía de ellos. Por eso, para no olvidar lo que hemos
observado, una buena ayuda es tener a mano un papel (podría ser el Cuaderno) y un
lápiz. NO para anotar mientras realizamos la acción con los niños, eso llevaría a que se
perdiera el interés de todos por lo que se está haciendo y se trasladara a ¿qué es lo que
anota el adulto en ese cuaderno? Sino para escribir, recién terminamos lo que hemos
propuesto, algunas palabras claves, las suficientes que nos permitan recordar después lo
que pasó y nos interesa desarrollar cuando pasemos a escribir el registro.
4. Escribir, pero también contar, dibujar, bordar…
Por supuesto la escritura hace más fácil compartir con otros aunque se encuentren
en un lugar alejado del nuestro, pero es importante pensar que también podemos
recurrir a otras formas de guardar en la memoria y de compartir con los otros nuestros
pensamientos; por ejemplo, aprovechando las conversaciones al final del día, o mientras
se come o se hacen otros oficios; a través de un dibujo o una canción.
5. Devolver nuestros recuerdos a los niños que estuvieron con nosotros.
Esto es posible hacerlo con los niños más grandes, podemos invitarlos una tarde a
escuchar la historia que construimos de algo que hicimos junto con ellos, y esperar sus
reacciones y conocer sus comentarios, correcciones, precisiones, etc.
6. Los padres también pueden ser unos buenos lectores de esos registros.
Sin duda, a los padres no solo les gustaría, sino que les permitiría pensar que para ellos
también sería útil observar más a sus hijos y algunas de las actividades que realizan con
ellos. Así pues, si tuvieran la oportunidad de escuchar alguno de nuestros registros
que les cuente las cosas que pasaron con los niños al hacer una actividad, puede ser tan
simple como compartir una merienda, seguramente les serviría de modelo para fijarse
más en su cotidianidad y en sus acciones con los pequeños. Destinemos pues, un breve
espacio en la próxima reunión con ellos para regalarles uno de esos relatos.
Importante: Debemos elegir un escrito en donde ningún niño quede
expuesto a críticas, eso sería muy doloroso para muchos.
Bien, estas son algunas de esas claves que pueden ayudarnos a elaborar nuestros
registros y a compartirlos, y con ellas terminamos este primer Módulo, esta primera
conversación.
Pero antes de proponernos otros temas, pongamos en práctica todo lo que hemos
compartido alrededor de la importancia de atender a lo que pasa en la vida, las
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Módulo 1
relaciones y las comunicaciones con los niños y con sus familias. A ese mirarnos a
nosotros mientras hacemos, y a este ejercicio de escribir para pensarnos, para alimentar
nuestra memoria y la de otros agentes educativos comprometidos con la misma tarea.
Así pues, con todos estos elementos, pasemos a realizar la siguiente actividad:
ACTIVIDAD 3
(Foro)
OBSERVAR Y REGISTRAR UN ENCUENTRO CON LOS NIÑOS
1. Vuelva sobre su Cuaderno y seleccione las anotaciones que haya hecho
sobre alguna de las actividades en la que compartió una actividad plástica o
un juego con sus niños.
2. Trate entonces de recodar cómo se fueron dando los acontecimientos y
comience a escribir ese texto. Propóngase un escrito corto, pero suficiente
para que sus compañeros puedan comprender lo que pasó.
3. Recuerde que no debe juzgar, ni dar su opinión sobre lo que pasó, pero
sí puede incluir aspectos que identificó como importantes para su trabajo
y para el desarrollo de los niños (como cuando la agente educativa, en la
primera semana, nos contó de su observación de Pablo y su temor a los
perros, y lo que pensó para ayudarlo).
4. Lleve su registro al portafolio y aproveche para leer los registros de
algunos de sus compañeros de aula.
5. Ingrese al espacio de Foro en la plataforma durante los días que se defina
que estará abierto y realice sus aportes a partir de sus reflexiones acerca
de lo conversado y compartido durante estas tres semanas y desde los
comentarios que comparten sus pares.
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