PREVALENCIA DE ENFERMEDADES EN ABEJAS MELIFERAS (Apis mellifera L.) EN APIARIOS EN EL SUR DE LA PROVINCIA DE CORDOBA Tiranti1, K., Melegatti1,2, P., Ingrassia1,2, M., Julian1, 2, A., Degioanni1, A., Aime3, F. y Larriestra 1, A. 1 Facultad de Agronomía y Veterinaria. Universidad Nacional de Río Cuarto. Ruta Nacional 36, Km 601. 5800 Río Cuarto. Córdoba. 2 Inspectores Sanitarios Apícolas, Asesores Programa Cambio Rural INTA, Secretaria de Extensión y Desarrollo. Universidad Nacional de Río Cuarto. Ruta Nacional 36, Km 601. 5800 Río Cuarto. Córdoba. 3 Estudiante de Ingeniería Agronómica, Becario Secretaria de Extensión y Desarrollo. Universidad Nacional de Río Cuarto. Ruta Nacional 36, Km 601. 5800 Río Cuarto. Córdoba. RESUMEN Las principales causas sanitarias de disminución de la productividad en las colmenas son las enfermedades originadas por Paenibacillus larvae subsp. larvae, bacteria productora de loque americana, el ácaro Varroa destructor y el microsporidio Nosema apis. El objetivo de este trabajo fue determinar la prevalencia de estos agentes en apiarios del sur de la provincia de Córdoba. Se incluyeron 56 apiarios y la toma de muestras se realizó según el protocolo propuesto por la Dirección de Lucha Sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) durante los meses de agosto, septiembre y octubre del año 2006. Las técnicas de diagnóstico empleadas fueron tinción simple o gota pendiente a partir de restos larvales para loque americana, prueba de prevalencia de D`Jong para varroasis y el método de Cantwell para nosemosis. Se realizó la inspección de 558 colmenas, y se tomaron 379 muestras para Varroasis, Nosemosis y Loque americana que posteriormente fueron procesadas en el laboratorio. El 30,35 % del total de los apiarios inspeccionados presentaron signos clínicos de Loque americana. El análisis microscópico de 22 muestras confirmó la sintomatología observada en los cuadros de cría en un 86,86 %. Un total de 186 muestras fueron procesadas para el diagnóstico de Varroa destructor, resultando un 23,12 % de las mismas positivas. El porcentaje de infestación medio para Varroa destructor fue de 0,20 % ± 0,6 % (media ± desviación estándar), con un valor mínimo y máximo del 0 y 5,4 %, respectivamente. Para el diagnóstico de Nosema apis se procesaron 171 muestras de las cuales el 72,5 % fueron positivas. La media del recuento de esporas de Nosema apis fue de 68.389,47 esporas/ml (DS: 128.051,6). El recuento mínimo y máximo fue de 0 y 909.000 esporas/ml, respectivamente, con una mediana de 20.000 esporas/ml. La información sanitaria recabada y algunas observaciones de manejo permiten inferir que los apicultores, en su gran mayoría, aplican buenas prácticas sanitarias en sus colmenas. Palabras claves: Apis mellifera, enfermedades, apicultura, producción, prevalencia. INTRODUCCION La República Argentina es un importante productor de miel a nivel mundial, con más del 90 % de la producción destinada al mercado externo. Los países de la Comunidad Económica Europea son los principales compradores de miel. El aumento de las exigencias de calidad ha llevado a la implementación de medidas a nivel nacional para preservar la calidad de la miel. Entre estas medidas se destacan la prohibición de la exportación de miel con residuos de nitrofuranos, la extracción de miel en salas habilitadas, la aplicación de un sistema de trazabilidad, y la implementación de programas de control y erradicación de enfermedades. (www.alimentosargentinos.gov.ar) Entre las principales causas de disminución de la productividad en las colmenas, se destacan las enfermedades ocasionadas por diversos agentes que afectan los apiarios, principalmente la 1 bacteria formadora de esporas Gram-positiva, Paenibacillus larvae subsp. larvae, productora de la loque americana, el ácaro Varroa destructor y el microsporidio Nosema apis. Loque americana es una enfermedad letal para las colonias de abejas productoras de miel (Apis mellifera L.), el agente causal es Paenibacillus larvae subsp. larvae, (Heyndrickx y col., 1996). Es considerada la enfermedad mas seria de origen bacteriano, es altamente contagiosa a través de la diseminación de esporas que permanecen viables en restos larvales secos o en los panales durante muchos años. Además, las mismas abejas por medio del pillaje, deriva y alimentación difunden la infección en la propia colmena y entre diferentes apiarios (Hornitzky, 1998). Produce grandes pérdidas en las colonias y muerte por debilitamiento, las esporas se diseminan principalmente a través del equipamiento, la alimentación con miel o polen contaminado a las colonias, o por medio de la captura de abejas sanas de colonias muertas o debilitadas por la enfermedad (Alippi y Nuñez, 1991; Machová, 1993; Alippi, 1995; Alippi, 1996). En nuestro país se detectó en el año 1989 sobre panales de cría (Alippi, 1991) y se sugiere que probablemente el origen de esta enfermedad fue el ingreso de material vivo proveniente de EE.UU. El control de la loque americana se basa en la erradicación de colonias infectadas. Varroa destructor Oudemans (Anderson, 2000; Anderson y Trueman, 2000) es el mayor problema sanitario que afecta a las colmenas de abejas en todas las fases de desarrollo (Delaplane y Hood, 1999). Es un ectoparásito que se alimenta de la hemolinfa de su hospedador. La hembra se encuentra sobre abejas adultas (fase forética), mientras que la fase reproductiva se realiza dentro de la celda operculada donde se aloja la pupa. En la abeja melífera el ácaro tiene la capacidad de reproducirse tanto en celdas de zángano como de obreras. Nosema apis es un microsporidio patógeno de los adultos de las abejas melíferas y tiene distribución mundial (Fries y Eckborn, 1984). Los colmenares afectados se caracterizan por producir menor cantidad de miel, por presentar mortalidad en invierno, recambio de reinas, y reducción en el potencial de las colonias destinadas a la polinización (Fries, 1988). Nosema apis infecta el ventrículo de abejas adultas, acortando su vida y causando mortalidad en la colonia en invierno. Las abejas se infectan al ingerir esporas durante la limpieza de heces de los marcos, dejadas por otras abejas infectadas. El alimento y agua contaminados pueden también ser fuentes de esporas. Las pérdidas ocasionadas por estas enfermedades se reflejan no solo en la disminución de la producción de miel, sino también el aumento de la mortandad de colmenas, de los costos de producción, del uso de medicamentos y presencia de residuos en miel y cera. Dada la escasez de datos disponibles relacionados a la prevalencia y distribución de enfermedades apícolas en el Departamento Río Cuarto, el objetivo de este trabajo fue determinar la prevalencia de los agentes anteriormente mencionados en apiarios del sur de la provincia de Córdoba. OBJETIVO GENERAL El objetivo general del presente estudio fue establecer la tasa de prevalencia de las enfermedades de importancia en apicultura, Loque Americana, Varroasis y Nosemosis, contribuir a determinar su dispersión en el área de estudio y comprobar la ausencia de Aethina tumida y Tropilaelaps sp. OBJETIVOS ESPECIFICOS Recolectar muestras de abejas adultas para determinar, por medio de análisis de laboratorio, los niveles de infestación de varroasis y nosemosis. Inspeccionar un número de colmenas establecido en busca de signos clínicos a campo de Loque Americana, tomando muestras de los casos sospechosos para su confirmación en el laboratorio. 2 Descartar, mediante la inspección a campo, la presencia de ejemplares de Aethina tumida y Tropilaelaps spp. Caracterizar epidemiológicamente los apiarios bajo estudio. Brindar a los productores apícolas intervinientes, una herramienta para la toma de decisiones al momento de realizar tratamientos. Obtener información para planificar futuras acciones sanitarias. MATERIALES Y METODOS Los apiarios incluidos en este estudio (n=56) pertenecieron a 16 productores apícolas integrantes del Programa Cambio Rural del INTA (Grupo Cochancharava y Los Zánganos) al apiario escuela del IPEM 221 “Scalabrini Ortiz” y productores independientes. Para cada apiario se determino su localización mediante el sistema de posicionamiento satelital, se relevaron datos sobre el manejo sanitario de las colmenas, se inspeccionaron las mismas y se tomaron muestras que fueron remitidas al laboratorio. La inspección y toma de muestra se realizó según el protocolo propuesto por la Dirección de Lucha Sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA) durante los meses de agosto, septiembre y octubre del año 2006. Al momento de visitar los apiarios, los inspectores sanitarios apícolas, acreditados por SENASA, realizaron la inspección de 18 colmenas en busca de síntomas de Loque Americana, Loque Europea, Cría yesificada, y de enfermedades exóticas como Tropilaelaps spp y Aethina tumida en cada apiario. Para el diagnóstico de loque americana se tomó el cuadro entero con crías sospechosas o bien un trozo de panal de 4 x 20 cm que fue remitido al laboratorio envuelto en papel madera. La técnica de diagnóstico empleada fue tinción simple a partir de restos larvales (Alippi, 1991). Para varroasis y nosemosis se tomaron muestras al azar del 10 % de las colmenas del apiario. Posteriormente, para Varroasis, se realizó la prueba de prevalencia de D`Jong modificada por Marcangeli (D`Jong y col., 1982), determinando los siguientes niveles de infestación, de 0,1 a 1 %, 1,1 a 3 % y más del 3 %. Para nosemosis se tomaron muestras de aproximadamente 100 abejas adultas, recolectadas de la piquera de las colmenas, las muestras se conservaron en formol al 4 %. Para la realización del recuento de esporas se siguió el método de Cantwell (Cantwell, 1970). Los niveles de infestación determinados para Nosemosis fueron clasificados como débil (entre 1 y 500.000 esporas), mediano (entre 500.000 y 1.000.000 esporas) y fuerte (más de 1.000.000 esporas). RESULTADOS Y DISCUSION Un total de 56 apiarios fueron examinados y muestreados. Se inspeccionaron en total 558 colmenas y se procesaron en el laboratorio 379 muestras. Un 30,35 % del total de los apiarios inspeccionados presentaron signos clínicos de Loque americana al menos en una colmena. El análisis microscópico de 22 muestras confirmó la sintomatología observada en los cuadros de cría, con la presencia de opérculos hundidos y perforados, aspecto grasiento y fuerte olor en un 86,86 %.Comparativamente, en la provincia de Buenos Aires, la enfermedad fue detectada en un 60 % de los apiarios (Marcangeli y col., 2003b), lo que indica una amplia distribución comparando con el presente estudio. En tanto en el partido de Mar Chiquita en la primavera del año 2003 la presencia de loque americana fue confirmada en el 16,9 % de las muestras analizadas (Marcangeli y col., 2003 a). 3 Un total de 186 muestras fueron procesadas para el diagnóstico de Varroa destructor, resultando un 23,12 % de muestras positivas a este agente. El porcentaje de infestación medio para Varroa destructor fue de 0,20 % ± 0,6 %, con un valor mínimo y máximo del 0 y 5,4 %, respectivamente. Este resultado es bajo comparado con los obtenidos por Marcangeli y col. (2003 a) cuyo valor de infestación medio fue de 5,61% ± 7,41 (partido de Mar Chiquita en primavera del año 2003 los niveles de infestación de varroasis para abejas adultas fue de 5,61% ± 7,41 (valor elevado)). Con respecto a este agente se ha descrito una alza estacional que ocurre en los meses de verano en otros países sudamericanos (Hinojosa y Gonzalez, 2004). De las muestras analizadas, el mayor porcentaje (76,88 %) correspondió a muestras negativas, seguido por niveles de infestación bajos (Tabla 1). Tabla 1. Porcentaje (%) de muestras positivas a Varroa destructor según nivel de infestación Nivel de infestación 0 0,1- 1 1,1- 3 >3 Total % de muestras positivas a Varroa destructor 76,88 19,89 2,15 1,07 100,00 La varroasis está mas difundida en la provincia de Río Negro, cuyos valores reportados fueron un 58,36 % de 1.137 muestras con niveles de infestación entre 0,1 y 1 %, 27,36 % entre 1,01 y 3 % y 14,29 con más del 3 % (Espósito y col., 2007). Del total de muestras, 71,06 % fueron negativas y 28,94 % positivas, valores correspondientes a la primavera del año 2006. En los meses correspondientes al otoño del año 2007, se analizaron 1.183 muestras de las cuales un 34,92 % dio resultado negativo y un 65,08 % positivo. 37,92 % niveles de infestación entre 0,1 y 1 %, 29,74 % entre 1,01 y 3 % y 32,20 más del 3 % (Espósito y col., 2007). La mayor alza en verano de Varroa destructor se explica porque la abeja de esta estación es fisiológicamente diferente a la de los restantes meses, ya que posee un cuerpo más delgado, bajos niveles de hormona juvenil y una vida media más corta (García, 1997) La reproducción del ácaro está directamente ligada con la actividad de la abeja y la presencia de crías dentro de la colmena, las cuales se ven aumentadas en los meses cálidos, existiendo luego un mayor número de abejas pecoreadoras, lo que lleva a la existencia de pillaje entre ellas, fenómeno descrito como el principal factor de diseminación del ácaro entre apiarios (Hinojosa y González, 2004). El desarrollo de las infestaciones es muy variable ya que depende de factores climáticos (De Jong y col., 1984; Ritter y De Jong, 1984), características propias de las abejas (Camazine, 1986) y de variaciones relacionadas con el parásito (Fries y col., 1986). En cuanto al control de varroa en el transcurso de otoño del año 2006, 24 apiarios (85,71 %) de un total de 28, realizaron tratamiento con amitraz, mientras que 4 apiarios (14,29 %) aplicaron otros componentes como coumaphos (3 apiarios) y flumetrina (1 apiario). No hubo diferencia significativa entre tratamientos (amitraz vs. coumaphos o flumetrina) comparando niveles de infestación < 1% versus > 1%, P= 0,8509 Para el diagnóstico de Nosema apis se procesaron 171 muestras de las cuales el 72,5 % fueron positivas. La media del recuento de esporas de Nosema apis fue de 68.389,47 esporas/ml (DS: 128.051,6). El recuento mínimo correspondió a 0 esporas/ml mientras que el valor máximo fue de 909.000 esporas/ml, el valor de la mediana fue de 20.000 esporas/ml. De las muestras analizadas, el mayor porcentaje (70,76%) correspondió a infestaciones débiles, seguido de muestras negativas, mientras que ninguna muestra presentó niveles de infestación fuertes (Tabla 2). 4 Tabla 2. Porcentaje (%) de muestras positivas a Nosema apis según nivel de infestación Nivel de infestación Negativo Débil Mediano Fuerte Total % de muestras positivas a Nosema apis 27,49 70,76 1,75 0 100 Valores de Nosemosis reportados en la provincia de Río Negro muestran una variación estacional, con resultados positivos correspondientes al 56,43 % de un total de 1.166 muestras analizadas en los meses de primavera del año 2006 (Espósito y col., 2007). En meses correspondientes a otoño la prevalencia de muestras positivas fue de 36,32 % de un total de 1.184 muestras (Espósito y col., 2007). El valor más alto correspondió a niveles de infestación fuertes, siendo 40,27 % para infestaciones débiles, 15,96 % mediano y 43,77 % alto en la primavera del año 2006 (Espósito y col., 2007). En el otoño del año 2007, los valores fueron 69,80 %, 15,10 % y 15,10 % para niveles de infestación débil, mediano y fuerte, respectivamente (Espósito y col., 2007). Valores mas bajos se obtuvieron en el partido de Mar Chiquita, siendo el nivel promedio de esporas descrito de 39.583,30 ± 44.694,56 esporas/ml (Marcangeli y col., 2003a) en primavera. Las alzas de la prevalencia de Nosema apis en primavera son debidas a la alta contaminación fecal existente dentro de la colonia a fines de invierno. Esto se potencia por bajas temperaturas y falta de floraciones, que impiden la actividad de la abeja y sus vuelos de limpieza. El estrés sufrido por las abejas durante la cosecha de miel, se ha citado como causa de la continuidad de infección desde primavera a los meses cálidos, aunque en menor porcentaje (Hinojosa y González, 2004). Se ha descrito que las infecciones mixtas de Varroa- Nosema ocasiona una alta mortalidad de abejas (Hinojosa y González, 2004). En relación a otras enfermedades, en el presente relevamiento, de las colmenas inspeccionadas se detectaron 17 con signos de Loque Europea y 1 colonia con signos de Cría yesificada mientras que la presencia de Aethina tumida y Tropilaelaps spp no fue detectada. Loque europea fue detectada en la provincia de Buenos Aires mostrando una amplia distribución en colmenares; en cuanto a cría yesificada la presencia de momias blancas y negras infectantes fue detectada en una baja proporción de las muestras, siendo su valor promedio de 9,85 %, aunque su presencia fue detectada en el 50 % de los apiarios (Marcangeli y col., 2003b). Estas diferencias podrían deberse a variaciones regionales ya que ambos estudios fueron realizados en los meses correspondientes a primavera La información sanitaria recabada y algunas observaciones de manejo permiten inferir que los apicultores, en su gran mayoría, aplican buenas prácticas sanitarias en sus colmenas. Sin embargo para obtener información mas detallada de la dinámica de los agentes productores de enfermedades es necesario realizar al menos dos muestreos al año en esta región para determinar la variación estacional, dato con el que no se dispone en la actualidad. Al mismo tiempo sería importante la realización de un seguimiento longitudinal de apiarios y sus colmenas a efectos de monitorear variaciones en la frecuencia de enfermedad y la transmisión de colmena a colmena. 5 CONCLUSIONES Teniendo en cuenta que 30,35 % de los apiarios fueron positivos para la presencia de Loque americana, reportándose en la mayoría de estos 1 caso de 18 colmenas inspeccionadas por apiario; que se encontraron el 76,88% de las colmenas muestreadas sin infestación de Varroa destructor y que el valor medio fue de 0,20 % ± 0,6 %, siendo el valor máximo de 5,4%; que para el diagnóstico de Nosema apis el mayor porcentaje (70,76%) correspondió a infestaciones débiles, seguido de muestras negativas (27,49%) mientras que ninguna muestra presentó niveles de infestación fuertes; que de las colmenas inspeccionadas se detectaron 17 con signos de Loque Europea y 1 colonia con signos de Cría yesificada mientras que la presencia de Aethina tumida y Tropilaelaps spp no fue detectada, se concluye que no se evidenciaron en este análisis problemas sanitarios graves, sino que por el contrario comparando con otros estudios (ver resultados y discusión) el nivel sanitario es más que aceptable. Posiblemente esto se deba a que el muestreo de apiarios no fue al azar, ya que el 85 % de los apicultores participantes en el presente estudio reciben asistencia técnica mediante el programa de Cambio Rural INTA. Este relevamiento nos permitió visualizar la presencia y distribución de Nosema apis, siendo la primera vez que se hace un muestreo de amplio alcance regional en el Sur de Córdoba, concluyendo que la misma se encuentra presente en toda la zona estudiada con una baja infestación en la época analizada y con una distribución uniforme. Esta actividad potenció el contacto entre apicultores, técnicos y Universidad, ayudando en muchos casos a mejorar la toma de decisiones de las empresas apícolas. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a todos los productores por su participación, al Programa Cambio Rural del INTA y a los responsables del Programa de Control de Enfermedades de las Abejas del SENASA. 6 BIBLIOGRAFIA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. Anderson, D.L. 2000. Variation in the parasitic bee mite Varroa jacobsoni Oud. Apidologie 31: 281-292. Anderson, D. y Trueman, J.W.H. 2000. Varroa jacobsoni (Acari: Varroidae) is more than one specie. Exp. Appl. Acarol. 24: 165-189. Alippi, A. M. 1991. A comparison of laboratory techniques for the detection of significant bacteria of the honey bee, Apis mellifera, in Argentina. J. Apic. Res. 30: 75-80. Alippi, A. M. 1992. Detección de Bacillus larvae en poblaciones mixtas de esporas bacterianas a partir de restos larvales. Microbiologia SEM 8: 115-118. Alippi, A. M. 1995. Loque americana. Problemática actual en Argentina. Vida Apícola. 73: 49-53. Alippi, A. M. 1996. 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