CONCLUSIONES Por José Antonio Baso López – Secretario General Técnico de AERYD Agrohidrología. Hidrología del riego El estudio de los componentes del balance hídrico del agua del suelo en diferentes cultivos (hortícolas, arbóreos, especies ornamentales) se ha enfocado a la interceptación de la precipitación, el comportamiento de los suelos ante el riego, la utilidad de diferentes modelos para el cálculo de la Evapotranspiración de Referencia y la combinación de la lisimetría con el uso de temperaturas radiométricas. El uso de las nuevas tecnologías en la programación del riego y en la gestión del mismo, se presenta como una nueva herramienta disponible, tanto para el agricultor individual como para las comunidades de regantes. Las imágenes de satélite junto con los database disponibles (meteorología) han demostrado ser útiles para el manejo del riego, principalmente en condiciones de recursos escasos o en cultivos con límites críticos de exceso/defecto de agua. La valoración agronómica en ensayos con diferentes dosis de riego y abonado (fertirriego) para diferentes cultivos sigue aportando resultados relevantes, destacando la determinación de la productividad del agua. La modelización de cultivos facilita la gestión del riego en condiciones de agua limitada (Riego Deficitario Controlado) una vez calibrados los modelos, aunque requiere de un importante número de parámetros. Salinidad, drenaje, efectos ambientales y agua de riego La utilización directa en el riego de las aguas marinas desalinizadas presenta problemas de aptitud. Un post-tratamiento de las mismas encarecería su coste, por lo que la alternativa más viable es mezclarlas con aguas de origen continental. El almacenamiento de las aguas regeneradas en balsas de riego requiere un control del crecimiento de algas para evitar posteriores problemas de obturación en los sistemas de riego. Una alternativa a las operaciones de limpieza manuales puede ser la aplicación de ultrasonidos, especialmente para las microalgas. Algunos de los problemas en relación con la utilización de aguas superficiales de determinadas características, tales como la obturación de emisores de riego por goteo por la formación de depósitos calizos, exigen para su solución un análisis regional mediante elaboración de mapas de riesgo y necesidades de tratamiento, siendo necesario aplicar modelos con metodología basada en Sistemas de Información Geográfica. El cultivo del arroz en zonas con intrusión marina presenta el problema de la salinización del suelo debida a las aguas freáticas, a la vez que incide en la salinidad de la lámina libre de agua en la superficie de cultivo. El mantenimiento de la misma por debajo del umbral admisible requiere de un adecuado control de la aportación de aguas superficiales basado en la monitorización continua de la salinidad tanto en éstas como en las aguas freáticas. La puesta en riego de zonas de cultivos tradicionales, al intensificar los patrones de cultivo, produce un incremento de la exportación de sales y nitratos, cuya minimización pasa por alcanzar la eficiencia potencial del riego mediante una precisa programación. La metodología de estudio del efecto del regadío sobre la calidad de las masas de agua afectadas por una zona regable se basa en la realización continuada de balances de agua, sales y nitratos. En cuanto a éstos últimos son necesarios estudios detallados sobre las concentraciones de los mismos en las aguas de drenaje. En zonas áridas y semiáridas, con aguas de riego procedentes de acuíferos, la gestión de los mismos es fundamental para mitigar los efectos de las sequías sobre los recursos. Una herramienta importante para ello son los modelos hidrogeológicos de simulación de los diferentes escenarios de recarga y explotación. Sin embargo, tanto su calibración como su uso, requiere una gran cantidad de datos cuya generación y recopilación sistematizada constituye un reto tanto para las administraciones como para las comunidades de usuarios. Ingeniería y modernización del riego Debido a la elevación de temperaturas provocada por el Cambio Climático es previsible un aumento de las necesidades de agua de los cultivos por lo que los sistemas de distribución de agua de riego deberán minimizar las pérdidas de agua y energía realizando un manejo eficiente de ambos recursos, al tiempo que se reducen los costes de explotación. La agricultura de regadío debe contribuir al desarrollo rural sostenible desde el punto de vista medioambiental y económico, mejorando la eficiencia del uso final de la energía y los servicios energéticos a través de la Directiva Europea 2006/32/CE sobre la eficiencia del uso final de la energía y el Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética 2011-2020, que subvenciona tanto la realización de auditorías energéticas como los estudios de optimización de balances energéticos en las redes de las Comunidades de Regantes. La eficiencia energética en el regadío es un objetivo general. Su consecución mediante un adecuado manejo y gestión de las redes de riego debe basarse en el uso de indicadores energéticos de gestión para la caracterización del estado de las instalaciones, así como en el correcto mantenimiento de las mismas, la incorporación de sistemas SCADA y del telecontrol y el registro de los parámetros de funcionamiento. La modernización de los regadíos, en escenarios de escasez de agua y altos costes de la energía, requiere herramientas eficaces para la toma de decisiones, fundamentalmente modelos para el diseño y dimensionado de las redes de distribución, y sistemas de monitorización ambiental. La utilización de energías renovables, dado el coste actual de las energías convencionales, puede mejorar la rentabilidad de los cultivos de regadío. Por el momento, la mayor parte de las instalaciones para el bombeo son de baja potencia, siendo más fácil de pronosticar el recurso solar que el eólico, con una clara influencia de los niveles de radiación solar sobre la presión y el caudal. La modelización del movimiento del agua en el suelo permite definir estrategias de riego eficientes que eviten pérdidas de agua por percolación y de nutrientes por lixiviación. La utilización de tuberías porosas en instalaciones de riego debe ir precedida de una caracterización de su comportamiento hidráulico así como del análisis de la influencia de los ciclos de uso en su uniformidad de distribución. La obturación de goteros al emplearse aguas regeneradas en riegos localizados ocasiona problemas de distribución. Consecuentemente se han propuesto nuevas metodologías para la estimación de los coeficientes de variación de los emisores así como para la evaluación y control de la uniformidad de distribución en campo. La caracterización de los distintos elementos hidráulicos para redes de riego debe permitir su comparación en aspectos tales como su respuesta en distintas condiciones de trabajo, las implicaciones energéticas de su uso, las consideraciones técnicas para su instalación, etc. Gestión, legislación, economía del riego y otros Los Servicios de Asistencia al Regante proporcionan recomendaciones de riego basadas normalmente en el cálculo de la evapotranspiración a partir de los datos obtenidos en las estaciones meteorológicas y agroclimáticas. Hay un potencial de mejora a partir de la investigación para la determinación de la ETo en cultivos bajo plástico, mediante modelos basados en la radiación y experimentación en campo complementados con otros instrumentos como las sondas de humedad en suelo, y la determinación del riego en parcela a partir de las correspondientes evaluaciones basadas en la medición de variables a tiempo real en parcela. Para alcanzar mayores grados de sostenibilidad del regadío, la gestión del agua de riego debe hacerse desde un enfoque a escala amplia, apoyado en el uso de indicadores de gestión, asociada a la reducción del gasto energético y de las emisiones de gases de efecto invernadero. El diseño de los sistemas de riego a presión debe atender a la relación entre el marco de aspersión, presión en el hidrante, uniformidad de riego e influencia sobre la huella de carbono. En la identificación de áreas potenciales de riego es preciso contar con información de origen con calidad y detalle suficiente, escala de datos de trabajo así como contraste de los resultados obtenidos con pruebas piloto. La gestión de los acuíferos de las zonas regables debe hacerse con un enfoque multifuncional, es decir, incorporando criterios biológicos, químicos, socioeconómicos, administrativos y educativos como complemento al enfoque técnico hidrogeológico y agronómico, con múltiples interacciones entre los diversos agentes implicados. Es necesario investigar sobre indicadores para la valoración del funcionamiento de los sistemas de recarga que permitan su comparación con otras áreas. La modernización de regadíos obliga a las comunidades de usuarios a adaptar su normativa y funcionamiento a nuevos requerimientos, pero también es una oportunidad de introducir cambios en su organización y mejorar la gestión con criterios empresariales para alcanzar una mayor rentabilidad. Los mercados del agua han tenido escasa actividad en España. No obstante se constata la realización de operaciones de compra-venta de agua al margen de los supuestos contemplados por la legislación vigente, en ocasiones sin control de la Administración. Estas operaciones, cuyo resultado puede ser la flexibilización de un rígido sistema concesional para dar soluciones efectivas a problemas concretos, deben hacerse con control administrativo. RECOMENDACIONES Mantener líneas de trabajo en la investigación básica para la mejora del conocimiento en el estudio de los componentes del balance hídrico del agua del suelo. Avanzar en la elaboración de una normativa específica sobre la calidad de las aguas marinas desalinizadas para el uso agrícola de las mismas. Desarrollar metodologías y sistemas de indicadores para la realización de balances de aguas, sales y nitratos, como herramientas para la gestión y planificación en las zonas regables que contribuyan eficazmente a su sostenibilidad. Estudiar el desarrollo de repositorios digitales de los datos de todo tipo (meteorológicos, hidrogeológicos, de explotación, etc.), que en su día fueron obtenidos para la realización de determinados estudios, de forma que puedan ser utilizados posteriormente para otras finalidades. Desarrollar modelos de simulación del movimiento del agua en el suelo que resulten de utilidad para la definición de estrategias de riego eficientes. Introducir los factores energéticos en los criterios para la caracterización de los distintos elementos hidráulicos que intervienen en las redes de riego. Desarrollar modelos para la determinación de la ETo en cultivos bajo plástico y en la determinación del riego en parcela mediante la medición de variables en tiempo real. Desarrollar sistemas de indicadores para la valoración del funcionamiento de los sistemas de recarga de los acuíferos vinculados a las zonas regables. Fomentar la realización de auditorías energéticas como estrategia de ahorro de este recurso para elevar su eficacia y rentabilidad mediante la mejora del diseño, dimensión, manejo y regulación de las estaciones de bombeo para riego, por su efecto conjunto en el consumo final de energía.