El embargo preventivo en litigios comerciales extranjeros Newsletter Mayo 2016 Cada vez es más habitual que empresas españolas desarrollen una parte significativa de sus negocios en el extranjero, y esta tendencia implica que se acreciente también el riesgo de verse inmersas en procesos judiciales ante tribunales o cortes arbitrales foráneos o de carácter internacional. Una recomendación simple y segura en estos casos es tratar de prever las consecuencias de las controversias que se puedan plantear de la forma más clara en el contrato o acuerdo marco, o en un convenio arbitral. Esto se puede hacer preliminar o simultáneamente a iniciarse la relación de negocios, o incluso después, mediante cláusulas de sumisión a Ley y jurisdicción de los Tribunales o de arbitraje españoles, o de otro Estado con el que se tengan vínculos estrechos, ya sea por conocer el entorno por casos anteriores, o por radicar en él la matriz u otra sociedad vinculada, por ejemplo. Luis Sanz Gil Abogado Senior Dpto. Procesal Mercantil LENER. Lo normal es que esta previsión del marco procesal redunde en beneficio de la exportadora española, aportando como nota fundamental seguridad jurídica, es decir, saber a qué atenerse en caso de darse la desagradable situación de tener que pleitear contra quien se ha mantenido o se mantiene todavía una relación comercial más allá de nuestras fronteras. Situándonos en el escenario de vernos inmersos en un litigio ante una corte arbitral o un Tribunal extranjeros, puede ser muy importante prever la necesidad de solicitar medidas cautelares, es decir, con carácter previo a obtener una sentencia o laudo estimatorio. Dependiendo de las normas del Estado en que estemos actuando, se podrá o tendrá que hacer antes de interponer la demanda, con ella, o incluso después. Precisamente, se busca con ello asegurar en la mayor medida posible la futura efectividad de esas resoluciones. Y es que de poco sirve que un Juez nos dé la razón, si no conseguimos materializar el resultado perseguido: normalmente, cobrar y que se nos indemnicen los daños y perjuicios colaterales que se nos hayan causado. Y en estos casos, es posible que tengamos información de que la parte contraria, aun siendo extranjera, posea bienes en territorio español (por ejemplo, una delegación o sucursal, acopio de producto servido por otro proveedor pendiente de exportación, etc.), o créditos contra otras terceras personas con sede en España y que deban pagársele desde aquí. En estas circunstancias, esta información nos puede servir para tratar de asegurar el futuro cobro, instando el embargo preventivo en España aunque el litigio, como decimos, se esté tramitando en otro país. Raquel Palacios López Abogado Senior Dpto. Público, especialidad en Derecho Marítimo, Transporte y Comercio Internacional LENER. Para esto, la Ley de Enjuiciamiento Civil española (Ley 1/2000, de 7 de enero, “LEC”) contempla específicamente esta posibilidad en su artículo 722, cuyo 2º párrafo, en su redacción original, señalaba que “con arreglo a los Tratados y Convenios que sean de aplicación, también se podrá solicitar de un Tribunal español por quien acredite ser parte de un proceso jurisdiccional o arbitral que se siga en un país extranjero la adopción de medidas cautelares si se dan los presupuestos legalmente previstos salvo los casos en que para conocer del asunto principal fuesen exclusivamente competentes los Tribunales españoles”. En este sentido, el Auto num. 168/2006 de la Audiencia Provincial (Sección 1ª) de Pontevedra, de 28 de septiembre (recurso de apelación num. 582/2006) desestimó la solicitud de embargo cautelar, porque las partes habían acordado una cláusula de sumisión a arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima, pero al no constar suscrito un convenio entre España y Perú que previese esta posibilidad, no cabía aplicar el artículo 722 LEC. En cambio, la versión actualmente en vigor, tras la reforma operada por la Ley 13/2009, de 3 de noviembre (en vigor desde el 4 de mayo de 2010), introduce un cambio muy importante respecto de la anterior, ya que empieza diciendo: “sin perjuicio de las reglas especiales previstas en los Tratados y Convenios o en las normas comunitarias”. Es decir, que la posibilidad de solicitar a un Tribunal español la adopción de medidas cautelares ligadas a un litigio de competencia foránea ya no se condiciona a que esté expresamente prevista en una norma supranacional, comunitaria o convencional (“con arreglo a”). «1 El embargo preventivo en litigios comerciales extranjeros Ahora, se ha invertido la regla de principio, para admitir con carácter general esta posibilidad, condicionándose sólo a que la normativa supranacional no disponga otra cosa (“sin perjuicio de”). Por tanto, la inversión de planteamiento de nuestra Ley interna es especialmente importante respecto de las relaciones comerciales en terceros países con los que España no haya suscrito acuerdos multilaterales o bilaterales que regulen esta cuestión, por ejemplo, blindando la unidad de jurisdicción a favor de los órganos jurisdiccionales o arbitrales que conozcan del fondo del asunto o que, de otro modo, excluyan la aplicabilidad del artículo 722 LEC. lener.es [email protected] El cambio es indudablemente positivo, pero no por ello se relaja la relevancia de las cláusulas de determinación de la Ley aplicable y de jurisdicción o arbitraje. En este sentido, el antes mencionado Auto num. 168/2006 de la Audiencia Provincial (Sección 1ª) de Pontevedra no entra a resolver la cuestión de delimitar, precisamente, el alcance de la cláusula de sumisión a arbitraje y a la Ley peruana, y si alcanzaba también a esta posibilidad de solicitar cautelares transnacionales conforme a la Ley española o no. Por ello, es también muy importante cuidar que su redacción no permita una interpretación tan extensiva como para impedir que un Tribunal español pueda acoger la petición de medidas cautelares del artículo 722 LEC. Salvados esos inconvenientes, la medida cautelar que hayamos conseguido en España se convertirá en ejecutiva si la resolución final del proceso que se dicte en el extranjero es estimatoria y la otra parte no paga voluntariamente, logrando con ello incrementar nuestras expectativas de cobro y simplificando los siempre tortuosos trámites de la ejecución forzosa, para la cual es posible que necesitemos instar el reconocimiento de efectos en España (exequatur) de la resolución extranjera. Este trámite, a su vez, dependerá de la existencia o no de convenios internacionales que lo regulen, o de la aplicación de la normativa nacional subsidiaria, basada en el principio de reciprocidad como regla de cierre, lo que redundará en una mayor o menor complejidad de trámites. Factor este último que acrecienta la conveniencia de asegurarnos al contratar la posibilidad de contar de antemano con el recurso a las cautelares que nos ofrece el comentado artículo 722 LEC. Raquel Palacios & Luis Sanz Dpto. Público. & Procesal, especialidad en Derecho Marítimo, Transporte y Comercio Internacional del despacho de Abogados LENER. Lener es uno de los principales despachos de abogados en España con oficinas en Madrid, Barcelona, Oviedo, Vigo, Valladolid y Sevilla. Lener es miembro de Unilaw y Biolegis. «2