elementos traza y ultratraza - Asociación Española de Biopatología

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CURSO DE FORMACIÓN
CONTINUADA A DISTANCIA
TALLER DEL LABORATORIO
CLÍNICO
ELEMENTOS TRAZA Y ULTRATRAZA
CURSO 2007 - 2008
Nº 6
I.S.S.N.- 1988-7469
Título: Taller del Laboratorio Clínico
Editor: Asociación Española de Biopatología Médica
Maquetación: AEBM
Fecha de Distribución: Abril 2008
ELEMENTOS TRAZA Y ULTRATRAZA
Laura López García. Residente de Análisis Clínicos. Luisa Mª Fernández
Sánchez, Residente de Bioquímica Clínica. Dra. Montserrat González
Estrecha. Servicio de Análisis Clínicos. Dra. Mª Ángeles Cuadrado
Cenzual. Servicio de Análisis Clínicos. Hospital Clínico de San Carlos de
Madrid.
1. INTRODUCCIÓN
Todos los tejidos animales y vegetales contienen elementos minerales o inorgánicos
en cantidades y proporciones muy variables. Estos elementos inorgánicos constituyen
las cenizas resultantes de la incineración o calcinación de dichos tejidos, y tienen una
importancia vital para una adecuada nutrición.
En el organismo humano siete elementos (C, H, N, O, Cl, P y S) representan
aproximadamente el 98.1% del peso, mientras que el 1.9% restante lo constituyen
dos grupos de elementos: los minerales y los oligoelementos o elementos traza.
La distinción entre minerales y elementos traza suele hacerse en función de las
necesidades dietéticas diarias o, como propuso en su momento la IUPAC [1], según
su concentración en suero o plasma. Así, los minerales son elementos que el
organismo humano precisa en cantidades mayores de 100 mg/día o que se
encuentran en concentraciones superiores de 100 µg mL-1 en suero o plasma,
mientras que los elementos traza son aquellos que el ser humano precisa en
concentraciones menores de 100 mg/día o que presentan concentraciones en plasma
o suero inferiores a 100 µg mL-1. Se denominan elementos ultratraza aquellos cuyos
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requerimientos están en el orden de µg/día o que se encuentran por debajo de
0.01µg g-1.
Siguiendo esta clasificación, los minerales son Ca, K, Mg, y Na, y representan la
práctica totalidad del 1.9% restante del peso del cuerpo.
Por otra parte, los elementos traza suponen concentraciones inferiores al 0.01% del
peso corporal; pertenecen a este grupo Fe, Cu, Zn e I.
Los elementos ultratraza son aquellos cuyo contenido es inferior a 10 mg de peso
corporal; a este grupo corresponden Al, Se, Cr, Mn, Li, Ni, Mo, Cd, Pb, Co, Si y V [2].
Los elementos traza son multifuncionales, y actúan en:
1. Actividad catalítica.
2. Configuración estructural y reguladora de múltiples estructuras (hormonas,
enzimas, membranas biológicas); por ello su déficit o exceso provocan síntomas
genéricos, no específicos a nivel sistémico.
La principal fuente de los elementos traza es el ambiente (dieta, aire, agua), aunque
su mayor o menor presencia en el organismo depende fundamentalmente de sus
características físicoquímicas.
Los elementos traza se clasifican en:
1.
Esenciales:
Presentan
unas
propiedades
fisicoquímicas
similares
(corresponden en su mayoría a la primera serie de transición), lo que determina su
función y distribución en el organismo. Los elementos traza esenciales son vanadio,
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molibdeno, cromo, manganeso, hierro, cobalto, níquel, cobre, zinc, silicio, yodo,
selenio y flúor.
Una buena homeostasis de los elementos traza es muy importante para mantener las
concentraciones fisiológicas dentro del intervalo óptimo para que desempeñen su
función biológica, evitando aumentos o disminuciones que provocarían toxicidad o
déficit.
La ingesta baja de un elemento traza reconocido provoca una enfermedad por su
deficiencia. Cuando se incrementa su ingesta con suplementos dietéticos se
recuperan las funciones biológicas al alcanzar sus concentraciones óptimas en el
organismo. Si se aumenta más la ingesta podría darse un efecto adverso tóxico.
La ventana de concentraciones que separa la ingesta dietética beneficiosa de la
ingesta tóxica depende del elemento en cuestión y de la naturaleza de las especies
químicas presentes en la dieta [3].
Figura 1. Efecto de la dosis de un elemento esencial sobre la respuesta fisiológica
Los elementos traza esenciales se pueden subdividir en tres grupos:
- 93 -
Elementos catiónicos: su absorción es variable y su control homeostático se realiza a
través del hígado (vía de eliminación biliar) y del tracto gastrointestinal (vía de
excreción fecal). Algunos de ellos son Zn, Mn y Cu.
Elementos aniónicos: se absorben eficazmente en el intestino y la eliminación se
realiza fundamentalmente a través de la vía renal, como por ejemplo el I y el Se.
Elementos que forman parte de complejos orgánicos: como el hierro en el grupo
hemo.
2. No esenciales:
No tóxicos a las concentraciones que se encuentran habitualmente en el medio
ambiente.
Tóxicos:
producen una alteración indeseable en el organismo, que puede ser
reversible o irreversible e incluso puede llegar a ser letal. El ejemplo más conocido es
el plomo, que es tóxico a cualquier concentración que se encuentre en el organismo
y no tiene ninguna función biológica conocida.
.
A continuación se exponen ciertos elementos traza (Zn y Cu), y algunos elementos
ultratraza (Se, As, Cd, Hg, Pb y Al). Nos referimos a estos elementos porque su
estudio en el laboratorio de análisis clínicos se realiza mediante el uso de técnicas de
absorción o emisión atómica.
Se ha decidido no tratar el Fe debido a que sólo los trastornos que produce su
carencia merecerían un capítulo aparte. En la actualidad la concentración de Fe en
suero no es determinada por medio de espectrometría de absorción atómica.
- 94 -
2. ELEMENTOS TRAZA ESENCIALES.
2.1. Zinc.
Es el segundo elemento traza más abundante en el organismo después del hierro.
Se encuentra presente en gran número de alimentos, fundamentalmente unido a
proteínas, siendo las carnes rojas, pescado y las leguminosas buenas fuentes de este
elemento. Las ostras son especialmente ricas en zinc.
El zinc es un mineral extraordinariamente versátil que forma parte de 300
metaloenzimas, entre las que se incluyen en el ser humano: anhidrasa carbónica (EC
4.2.1.1), fosfatasa alcalina (EC 3.1.3.1), RNA y DNA polimerasas (EC 2.7.7.6 y EC
2.7.7.49), timidina quinasa (EC 2.7.1.21), carboxipeptidasa (EC 3.4.17.1) y alcohol
deshidrogenasa (EC 1.1.1.1). Es fundamental para el funcionamiento del sistema
inmune, para el crecimiento y el desarrollo. También resulta esencial para mantener
el sentido del gusto, y por tanto el apetito, para facilitar la cicatrización de las heridas
y para el normal desarrollo del feto.
La ingesta diaria recomendada (IDR) para la población española es de 15 mg, y en la
2ª mitad de la gestación y la lactancia aumenta a 20 mg.
Los signos y síntomas del déficit incluyen: retraso en el crecimiento, aumento de las
infecciones, diarrea, alteraciones cognitivas, alteración en el metabolismo de los
carbohidratos, teratógenesis, lesiones en la piel, alopecia, alteraciones en la visión y
otros efectos clínicos adversos.
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La deficiencia de zinc aparece en personas con dietas pobres en proteínas de origen
animal y ricas en fibras y fitatos (vegetarianos), con procesos de malabsorción, con
nutrición parenteral, alcohólicos, quemados o sometidos a cirugía.
La acrodermatitis enteropática es una enfermedad autosómica recesiva que afecta a
la absorción de zinc y se caracteriza por dermatitis alrededor de los orificios
naturales, alopecia y diarrea. Los niveles de zinc en sangre son menores de
30 µg dL-1, y la sintomatología revierte al recibir los pacientes suplementación
dietética de zinc.
Los efectos clínicos de la ingestión excesiva de zinc son dolor abdominal, diarrea,
nauseas y vómitos. Se ha establecido un nivel máximo tolerable de 40 mg al día en
adultos [4,5,6].
2.2. Cobre.
Es el tercer elemento de transición más abundante en el cuerpo humano.
Los alimentos ricos en cobre son las carnes rojas, vísceras, crustáceos, semillas,
leguminosas, salvado, chocolate y huevos.
El cobre está asociado a numerosas metaloproteínas que desempeñan funciones
como la producción de energía en el citocromo C oxidasa (EC 1.9.3.1), formación del
tejido conectivo (lisil-oxidasa, EC 1,14,11.4), metabolismo del hierro (ferroxidasas,
EC 1.16.3.1)), síntesis de melanina (tirosinasa, EC 1.14.18.1)), formación de
neurotransmisores (monoamina oxidasa, EC 1.4.3.4)), antioxidante o regulación en la
expresión de genes.
La cantidad diaria aconsejada en adultos es 1.5 - 3.0 mg.
- 96 -
La deficiencia de cobre puede dar lugar a niños malnutridos, bebés prematuros,
enfermedad
cardiovascular,
síndromes
de
malabsorción,
anemia
microcítica,
neutropenia, anomalías de la pigmentación, debilidad muscular, etc.
Las enfermedades genéticas que afectan al metabolismo del cobre son de gran
importancia:
•
Enfermedad de Menkes. Se debe a una alteración en la absorción del cobre
por mutación en el gen de su transportador a nivel intestinal dando lugar a
cupremias menores a 70 µg dL-1. Los pacientes van a presentar el pelo ensortijado,
hipopigmentación, fragilidad vascular y alteraciones neurológicas.
•
Enfermedad de Wilson. Se debe a un trastorno en la eliminación del cobre,
con acumulación de éste en
hígado, cerebro, riñón, córnea y otros tejidos. En
sangre las concentraciones de cobre y ceruloplasmina están disminuidas, y la
cupruria está aumentada. Los pacientes presentan hipopigmentación,
necrosis
hepatocelular y depósitos de cobre en el iris (anillo de Kayser-Fleischer) [4,5,6].
2.3. Selenio.
El selenio se encuentra en las carnes, pescados y mariscos, leche, cereales, nueces,
frutas y verduras.
Es uno de los antioxidantes del organismo al formar parte de la enzima glutatión
peroxidasa (EC 1.11.1.9), que previene la formación de radicales libres. Su función
está relacionada con otros antioxidantes (vitaminas A, C, E).
- 97 -
Además, interviene en el metabolismo tiroideo al formar parte de las iodotironina
desiodinasas (EC 3.8.1.4), en el mantenimiento del estado redox intracelular
(tioredoxina reductasa) y en la formación de selenoproteínas.
La ingesta diaria recomendada es entre 55 y 70 µg.
Las deficiencias severas de selenio han sido bien estudiadas:
•
Enfermedad de Keshan. Caracterizada por una cardiomiopatía dilatada que se
observó en un área de China cuyos suelos tenían escaso selenio.
•
Enfermedad de Kashin-Beck. Es una orteoartropatía asociada también a
niveles bajos de selenio en el suelo.
La deficiencia de selenio ocasiona alteraciones en la función tiroidea, función inmune,
reproducción, aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular, mayor incidencia de
cáncer, etc.
La intoxicación por selenio recibe el nombre de selenosis y se manifiesta con
trastornos gastrointestinales, pérdida de pelo, uñas blanquecinas, alteraciones
neurológicas, aliento con olor a ajo, y en casos extremos, la muerte. La dosis
máxima tolerable es 400 µg/día [4,5,6].
3. ELEMENTOS TRAZA TÓXICOS.
3.1. Aluminio.
Las fuentes de aluminio son los alimentos debido al uso de espesantes, floculantes,
aditivos y envases con aluminio, el agua de consumo y para diálisis, y los fármacos
antiácidos que contienen este elemento.
- 98 -
El aluminio incorporado al organismo
se acumula principalmente en el hígado,
cerebro, tejido óseo y glándula paratiroides, originando osteodistrofia, inhibición de
la PTH, interferencia con el metabolismo del hierro y degeneración neurofibrilar.
La medición de concentraciones de aluminio en sangre es importante en pacientes
sometidos a diálisis debido a que son tratados con sales de aluminio para controlar la
absorción del fósforo y a que el agua de diálisis contiene aluminio.
La FAO recomienda concentraciones de aluminio inferiores a 15 µg/L en agua para
diálisis [5,7].
3.2. Arsénico.
Las fuentes de exposición al arsénico son laborales (plaguicidas), criminal (anhídrido
arsenioso) y medicinales (trióxido de arsénico para tratar la leucemia aguda
promielocítica y melarsoprol para tratar la fase meningoencefalítica de la
tripanosomiasis).
El arsénico se absorbe por diferentes vías, siendo las más importantes desde un
punto de vista toxicológico la digestiva (criminal) y la respiratoria (accidental).
Al ponerse en contacto por vía oral con el organismo humano desacopla la
fosforilación oxidativa mitocondrial; de ahí su toxicidad.
La intoxicación aguda produce dolor abdominal con vómitos, “diarrea de grano de
arroz”, dificultad en la deglución, sed intensa, trastornos cardiovasculares y
neurológicos, coma y muerte [5].
- 99 -
3.3. Cadmio.
El cadmio se encuentra en plásticos (PVC), tabaco, pigmentos y en baterías
electrónicas.
El envenenamiento agudo por cadmio puede ocurrir por ingestión o por inhalación.
La inhalación suele ser la vía de intoxicación más importante.
La principal manifestación de su toxicidad es renal y nerviosa, aunque puede
producir trastornos gastrointestinales, hipertensión y cáncer de pulmón.
La enfermedad de Itai-Itai es una manifestación de la intoxicación crónica
por
cadmio caracterizada por osteomalacia dolorosa, con múltiples fracturas e
insuficiencia renal [5].
3.4. Mercurio.
Las fuentes de exposición al mercurio son la laboral (minería del mercurio, industria
clorocaústica, fábricas de termómetros y de pilas alcalinas), a través de empastes de
amalgama y a través de la dieta por alimentos contaminados. En la mayor parte de
los productos alimenticios el mercurio se encuentra en su forma inorgánica, excepto
en el pescado y sus productos, que son la principal fuente de metilmercurio en la
dieta, siendo en esta forma mucho más liposoluble y más tóxico.
La vía de entrada es pulmonar (inhalación) y a través de la piel para compuestos
inorgánicos, siendo la vía oral la más importante para los compuestos orgánicos.
El mercurio absorbido se acumula principalmente en cerebro, hígado y riñón.
La intoxicación aguda se manifiesta con gastritis con vómitos y diarrea, estomatitis y
necrosis tubular con anuria.
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La intoxicación crónica se denomina hidrargirismo y se caracteriza por estomatitis,
gingivitis, encefalopatía mercurial y proteinuria.
La enfermedad de Minamata es un síndrome neurológico grave debido a la ingestión
crónica de pescado y marisco contaminado con mercurio [5,8].
3.5. Plomo.
Se encuentra en pinturas con plomo, en aguas que pasan por tuberías con plomo,
recipientes y utensilios de cocina con esmaltes plomados, latas con soldaduras con
plomo, tabaco y gasolinas, especialmente en las décadas pasadas.
El plomo tiene también múltiples aplicaciones en la industria siendo una fuente de
exposición laboral importante.
Las vías de penetración de plomo son respiratoria (vapores, humos y partículas del
polvo), oral y cutánea.
El plomo afecta al menos a tres sistemas importantes del organismo: los sistemas
nerviosos central y periférico, la vía de síntesis del grupo hemo y el sistema renal,
pero puede tener efectos sobre la reproducción y el desarrollo, sobre el sistema
cardiovascular, la tensión arterial y el metabolismo de la vitamina D.
El plomo se incorpora a los hematíes e inhibe la síntesis del grupo hemo, bloqueando
a la ALA deshidratasa y a la ferroquelatasa, inhibe la síntesis de globinas
produciendo una anemía normocítica, normocrómica y hematíes con punteado
basófilo, y un aumento del ácido delta-aminolevulínico y la coproporfirina urinarios y
de la protoporfirina zinc eritrocitaria [5].
- 101 -
El Real Decreto 374/2001 de 6 de abril sobre la protección de la salud y seguridad de
los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos durante el
trabajo establece como valor límite biológico 70 µg Pb/100 mL de sangre.
Sin embargo, el CDC establece en Agosto de 2005 que existe evidencia de que
concentraciones de plomo en sangre inferiores a 10 µg dL-1 presentan efectos
adversos en niños y que no existe un umbral de plomo seguro, aunque mantienen
los 10 µg dL-1 como nivel de actuación [10].
Por otra parte, en los últimos años numerosos estudios muestran también efectos
adversos en adultos con concentraciones cada vez más bajas [5,8,9,11].
4. ASPECTOS PREANALÍTICOS. OBTENCIÓN DE ESPECÍMENES.
El principal problema en la medición de elementos traza es la contaminación. Los
elementos analizados son metales, que en el organismo están presentes en
concentraciones bajas; por ello se requiere un especial cuidado en la obtención y
manipulación de la muestra [12].
Para la medición de los elementos traza es esencial:
• Selección de una muestra adecuada: variable según el metal a estudiar, y que
refleje los depósitos corporales de dicho elemento. De forma habitual se utiliza la
sangre.
• Recogida y proceso sin contaminación:
- Es importante la hora de extracción puesto que hay elementos que presentan ritmo
circadiano (Zn, Cu, Fe). Se recomienda la extracción de sangre entre las 8 y las 10
horas.
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- No se deben utilizar desinfectantes con iodo; se recomienda el uso de jeringas de
polipropileno y agujas de titanio, níquel o acero inoxidable.
- Deben evitarse los activadores de la coagulación, los geles separadores y los
anticoagulantes. Si se necesitan, como en el caso del plomo, los más adecuados son
EDTA y heparina.
- Los tubos utilizados son tubos de vacío específicos para elementos traza, y se
deben extraer los últimos.
- La hemólisis ha de evitarse en aquellos elementos en los que la concentración
intraeritrocitaria es al menos diez veces superior a la sérica (por ejemplo: Fe, Zn,
Mn).
Una vez obtenidas las muestras de sangre es necesario proceder a su centrifugación
en tubo cerrado con el fin de evitar contaminaciones procedentes del material de la
centrífuga. Tras la centrifugación se debe decantar el sobrenadante para reducir el
tiempo de contacto con el tubo de extracción y evitar que se libere el contenido de
los hematíes. Una vez decantada la muestra, ésta puede conservarse durante cinco
días a 4 ºC, o bien un mes a -20 ºC.
Para evitar la contaminación de la muestra se utiliza material lavado con HNO3 al
10% durante una noche y aclarado posteriormente con agua destilada y desionizada.
En el análisis de elementos traza se utilizan patrones y reactivos ultrapuros [5,13,14].
• Análisis exacto y preciso: puesto que las concentraciones de estos elementos en los
medios biológicos son muy bajas es importante la elección de una técnica analítica
adecuada para su estudio.
- 103 -
5. ASPECTOS METODOLÓGICOS EN EL ANÁLISIS DE ELEMENTOS TRAZA.
Los métodos analíticos usados en la medición de elementos traza y ultratraza en
muestras biológicas deben presentar
las siguientes características: sensibilidad,
especificidad, precisión, exactitud y ser relativamente rápidos. Los límites de
detección son muy importantes porque la concentración de los elementos traza y los
ultratraza es del orden de µg g-1 ó ng g-1, respectivamente.
En la actualidad las técnicas más empleadas son la espectrometría de absorción
atómica con atomización de llama (FAAS), la espectrometría de absorción atómica
con atomización electrotérmica o de horno de grafito (ETAAS), los de emisión
atómica con fuentes de plasma de acoplamiento inducido (ICP-OES), y la
espectrometría de masas con plasma de acoplamiento inducido (ICP-MS).
5.1 Espectrometría de absorción atómica.
La espectrometría
de absorción atómica se basa en la medida de la radiación
absorbida por los átomos libres cuando se encuentran en su estado fundamental de
menor energía. En ese estado cada átomo es capaz de captar un fotón de energía
radiante de una determinada longitud de onda pasando un electrón de su orbital más
externo a un nivel de mayor energía [15]. La emisión de la radiación se produce
cuando las partículas excitadas vuelven a su estado fundamental, desprendiendo la
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energía que previamente absorbieron. En la figura 2 se muestra el proceso de
absorción y emisión atómica.
Figura 2. Absorción y emisión atómica.
De acuerdo con la ley de Lambert-Beer la magnitud de la radiación absorbida es
proporcional a la concentración de este elemento en la muestra;
A=ε.b.C (expresión de la ley de Lambert-Beer), donde ε es una constante
característica, entre otros factores, de la naturaleza de la especie absorbente a una
determinada longitud de onda, b es el paso óptico, y C es la concentración de la
especie absorbente.
Un espectrofotómetro de absorción atómica dispone de una fuente de emisión
que incluya la longitud de onda de absorción, un atomizador donde se obtiene una
nube de átomos, un monocromador que separa la línea de absorción y un
detector.
- 105 -
En la figura 3 se muestra el esquema de un espectrómetro de absorción atómica
[15].
Figura 3. Esquema componentes de un espectrofotómetro.
Antes de alcanzar la llama, la radiación de la lámpara se convierte en una señal
pulsada o alternante. Para esto puede utilizarse un chopper (un disco) que gira, o la
propia fuente puede ser pulsada electrónicamente.
Fuente de emisión.
Las fuentes de emisión más utilizadas son las lámparas de cátodo hueco y las
lámparas de descarga sin electrodos [13,15].
Lámpara de cátodo hueco: consiste en un ánodo de wolframio y un cátodo cilíndrico,
cerrados herméticamente en un tubo de vidrio con una ventana delantera de cuarzo
y lleno de un gas inerte (generalmente argón ó neón). Los átomos de argón son
ionizados eléctricamente, y a continuación son atraídos hacia el cátodo, el cuál está
construido con el metal cuyo espectro se desea obtener. Al chocar contra el cátodo
arrancan los átomos del elemento a estudiar, y cuando éstos vuelven a su estado
fundamental emiten radiación correspondiente a la longitud de onda a la que es
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capaz de absorber ese elemento. El principal inconveniente es que se necesita una
lámpara diferente para el análisis de cada elemento.
Figura 4. Lámpara de cátodo hueco
Lámpara de descarga sin electrodos: en este caso el gas argón de relleno de la
lámpara es ionizado por medio de un campo de radiofrecuencias. A continuación el
gas es acelerado y éste excita los átomos del metal a estudiar. La intensidad de la
radiación obtenida es uno o dos órdenes de magnitud por encima de las lámparas de
cátodo hueco. Estas lámparas se emplean principalmente en el estudio de elementos
muy volátiles como Cd y Se.
Para que los átomos puedan absorber han de estar en estado fundamental y libres
de uniones con otros átomos. Esto se consigue suministrando a los átomos la
energía suficiente, en el proceso denominado atomización.
Sistemas de atomización.
Según el tipo de atomización se distinguen cuatro tipos de técnicas de absorción
atómica [13,15,16,17].
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Atomización con llama.
El atomizador de llama consta de una llama fría cuya misión es llevar la muestra a su
estado atómico, sin producir en la medida de lo posible átomos excitados. La
muestra en solución es aspirada en el nebulizador, donde se forma un aerosol al que
se le mezcla el oxidante y el combustible para ser transportados al quemador.
La evaporación del disolvente de la muestra depende de la temperatura de la llama y
del diámetro de las gotas. Puesto que la energía térmica de la llama es la
responsable de la producción de las especies absorbentes, la temperatura de la llama
es un parámetro importante.
Las llamas más frías están sujetas a un mayor número de interferencias, puesto que
en ocasiones la atomización es incompleta. Las dos mezclas más utilizadas de
combustible-oxidante son acetileno-aire y acetileno-óxido nitroso. Mientras que la
llama de acetileno-aire (que produce una llama con temperatura de 2200-2400 ºC)
proporciona resultados satisfactorios para la mayor parte de los elementos (Fe, Cu,
Zn), la llama de acetileno-óxido nitroso, más energética (2700 ºC),
se utiliza en
elementos que forman compuestos refractarios.
En términos de reproducibilidad, la atomización con llama resulta ser superior a
todos los demás métodos que se han desarrollado hasta ahora para la introducción
de muestras. Sin embargo, en
términos de eficacia en la introducción de las
muestras (y por ello de sensibilidad), otros métodos de atomización son claramente
mejores. Esto es debido a que una gran proporción de la muestra se pierde por el
drenaje y a que el tiempo de residencia de los átomos individuales en el camino
- 108 -
óptico de la llama es breve. En la figura 5 se muestra el esquema de un atomizador
de llama.
Figura 5. Esquema de un atomizador de llama.
Atomización Electrotérmica
Los atomizadores electrotérmicos proporcionan en general una mayor sensibilidad
(hasta menos de 1µg L-1) debido a que toda la muestra se atomiza en un periodo de
tiempo muy breve y el tiempo promedio de residencia de los átomos en el camino
óptico es de un segundo o más. Por otra parte, con esta técnica de atomización sólo
se requieren unos µL de muestra. Sus principales inconvenientes son una menor
precisión y la lentitud del análisis, que es monoelemental.
La muestra es introducida en el horno, tubo o cámara de grafito. En la figura 6 se
muestra la imagen de la cámara de grafito.
Figura 6. Horno de grafito.
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En el interior de la cámara de grafito se encuentra una plataforma sobre la cual se
deposita la muestra. El calentamiento se produce por radiación. De esta manera el
calentamiento es más rápido y homogéneo y se reducen las interferencias.
Una vez introducida la muestra en el horno o cámara de grafito se somete a un
programa gradual de calentamiento que comprende las siguientes etapas:
Primero la muestra es secada, a continuación se carboniza la materia orgánica
(mineralización o pirólisis), y por último se liberan los átomos del elemento para que
estén en estado fundamental y puedan absorber la radiación proveniente de la
fuente de emisión (atomización).
Cada uno de estos pasos puede ser múltiple, con la excepción de la atomización, y
pueden modificarse el tiempo que se tarda en alcanzar cada temperatura, el tiempo
que se permanece a cada temperatura y la velocidad del gas argón en el interior del
sistema que se emplea para arrastrar los gases que se producen durante los
procesos de secado y mineralización. En el momento de la atomización el flujo del
gas argón es interrumpido para concentrar la nube atómica. En la figura 7 se puede
ver un ejemplo de programa de temperaturas.
Figura 7. Ejemplo de programa de temperaturas para el Selenio.
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La señal de absorbancia se mide en área de pico. Habitualmente las muestras se
diluyen antes de su análisis con un modificador de matriz. Esta sustancia es
empleada para homogeneizar la especie química en la que se encuentra el analito,
aumentar la estabilidad térmica de éste y eliminar compuestos refractarios. Como
modificadores de matriz se suelen utilizar el Ni, Pd, Mg, Ir y los fosfatos, así como
mezclas de los mismos [13, 15].
Generación de hidruros
Las técnicas de generación de hidruros proporcionan un método para la introducción
de As, Sn, Se, Bi, y Pb como gases en un atomizador. Estos procedimientos
aumentan la sensibilidad en un factor de 10 a 100. La generación de hidruros se
produce por adición de una solución acuosa de la muestra en medio ácido a un
pequeño volumen de una disolución acuosa de borohidruro sódico. El hidruro que se
forma es arrastrado a la cámara de atomización mediante un gas inerte. La cámara
es, generalmente, un tubo de sílice. Se calienta ligeramente para descomponer estos
hidruros y se liberan los átomos en estado fundamental. Es una técnica muy
sensible, pero más compleja. Además, ciertas matrices interfieren en la formación del
hidruro.
Técnica de vapor frío
Se usa sólo para medir mercurio, ya que es el único elemento cuyos átomos se
encuentran libres a temperatura ambiente, y no hay que calentar.
- 111 -
Interferencias del análisis por espectrometría de absorción atómica
El análisis elemental por espectrometría de absorción atómica está sujeto a distintos
tipos de interferencias:
Interferencias espectrales: se originan por la presencia de líneas de absorbancia
distintas a la del elemento a analizar. Pueden ser de dos tipos:
-
Aquellas que se producen cuando la absorción de una especie que interfiere
se sobrepone o aparece muy cerca del analito. Se soluciona utilizando una
línea de absorción del elemento de interés que esté lo suficientemente alejada
de las que pueden interferir.
-
Presencia de un fondo de absorción debido a productos de combustión (de la
matriz) que disminuyen la radiación transmitida y por tanto aumentan
falsamente la concentración del analito. Este tipo de interferencias se pueden
corregir mediante un corrector de fondo continuo, por ejemplo con lámpara
de deuterio o bien mediante corrector por efecto Zeeman.
Interferencias químicas: que pueden deberse a:
-
Formación de compuestos no volátiles (refractarios) que hacen que no todos
los átomos del elemento se encuentren en estado fundamental, lo que
disminuye la concentración del mismo. Estas interferencias pueden evitarse
con el uso de modificadores de matriz.
-
Ionización de los elementos por un exceso de energía. Puede evitarse
disminuyendo la temperatura de atomización.
- 112 -
La espectroscopia de absorción atómica con atomización electrotérmica (ETAAS) se
ha convertido en la técnica más utilizada para la determinación de metales ultratraza
en muestras biológicas [13, 15,16 ,17].
5.2
ESPECTROMETRÍA
DE
EMISIÓN
ATÓMICA
CON
PLASMA
DE
ACOPLAMIENTO INDUCIDO (ICP-OES)
Un plasma es un gas fuertemente ionizado, eléctricamente neutro pero conductor de
la corriente, formado por un conjunto de electrones, iones cargados positivamente y
átomos o moléculas.
El plasma se genera al someter un flujo de gas argón a la acción de un campo
magnético oscilante inducido por una corriente de alta frecuencia. En el interior del
plasma se pueden alcanzar temperaturas de 6000-10000 ºC; en estas condiciones,
los átomos presentes en la muestra son ionizados. La muestra en forma líquida se
transporta por medio de una bomba peristáltica hasta el sistema nebulizador, donde
se transforma en aerosol gracias a la acción del gas argón. Dicho aerosol se
transporta
al
plasma
donde
es
desolvatado,
vaporizado,
atomizado
y
excitado/ionizado por él.
En la figura 8 se muestran el transporte de la muestra a través del plasma, así como
las distintas fases por las que pasa dicha muestra.
- 113 -
Iones
Átomos
Ionización
Atomización
Gas
Sólido
Vaporización
Líquido
Secado
Figura 8. Esquema de las etapas que pasa la muestra durante su introducción en el ICP.
El ICP-OES se basa en la medida de la luz emitida por los iones y átomos excitados
de una muestra introducida en una fuente de ICP.
La elevada temperatura del plasma, su estabilidad y su entorno químico inerte
eliminan gran parte de las interferencias que se presentan en llamas de combustión.
Está técnica analítica de emisión permite llevar a cabo un análisis multielemental y
posee una sensibilidad intermedia entre la FAAS y ETAAS [13, 15].
5.3 ESPECTROMETRÍA DE MASAS CON PLASMA DE ACOPLAMIENTO
INDUCIDO (ICP-MS)
La espectrometría de masas con plasma de acoplamiento inducido es una técnica de
reciente incorporación al laboratorio clínico.
Mediante esta técnica es posible determinar de forma cuantitativa la mayoría de los
elementos de la tabla periódica a niveles de traza y ultratraza, partiendo de muestras
en disolución acuosa.
- 114 -
El ICP-MS utiliza la misma fuente de radiación que el ICP-OES, es decir un plasma de
acoplamiento inducido, cuyo funcionamiento ha sido descrito en el apartado anterior,
y como detector utiliza un espectrómetro de masas.
Los iones generados en el plasma pasan a través de un filtro cuadrupolar, que
separa los iones generados en el plasma según su relación masa/carga (m/z). Cada
una de las masas separadas llega al detector donde se cuantifica el elemento de la
muestra [13, 15,18].
En la figura 9 se muestra el esquema del ICP-MS.
Figura 9. Esquema de ICP-MS.
Cuando la detección se lleva a cabo en ICP-MS se recurre al uso del patrón interno
como forma de controlar la estabilidad de la señal obtenida y para corregir
interferencias no espectrales. Con este fin se eligen elementos que no estén
presentes en la muestra, como indio, rodio itrio y escandio, que se añaden tanto al
blanco como a los estándares y a la muestra.
Existen dos tipos de interferencias en un ICP-MS:
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♦ Interferencias espectroscópicas: que surgen cuando una especie iónica tiene una
relación m/z igual a la del analito. Se pueden evitar con una adecuada selección del
isótopo a analizar.
♦ Interferencias no espectroscópicas debidas a la matriz, que suele provocar una
disminución de la señal al repelerse iones en el haz procedente del plasma. Pueden
corregirse
diluyendo
la
muestra,
separando
previamente
los
compuestos
interferentes, introduciendo la muestra de forma diferente o bien empleando un
patrón interno [16].
Debido al elevado grado de ionización de los metales en el plasma y a las pocas
interferencias obtenidas, el ICP-MS presenta mejores límites de detección que las
técnicas anteriormente citadas. Los espectros que proporciona son sencillos y
fácilmente interpretables, permite el análisis multielemental, y es una técnica
sensible y precisa.
El ICP-MS es una técnica recomendable si hablamos en términos de sensibilidad y
mínimo pretratamiento de la muestra. Se logran límites de detección menores de
1 µg L-1.
5.4. CONCLUSIONES
Las
distintas técnicas de análisis empleadas en el estudio de elementos traza
presentan ventajas e inconvenientes.
Los métodos de absorción atómica son los que se encuentran más difundidos, ya que
poseen una sensibilidad suficiente para la mayoría de las aplicaciones clínicas y los
equipos son menos caros y de fácil manejo.
- 116 -
FAAS es la técnica más reproducible y rápida, pero su sensibilidad es menor, pues
sólo una pequeña fracción de la muestra alcanza la llama; se utiliza principalmente
para la medición de Cu y Zn.
ETAAS es una técnica muy sensible, con LOD de µg L-1 ( de 100 a 1000 veces más
sensible), pero lenta y con numerosas interferencias. Se usa para la medición de
Se, Pb, Cd y Al entre otros elementos.
En cuanto a las técnicas de emisión atómica:
ICP-AES es una técnica multielemental, más rápida que la anterior, pero su
sensibilidad es intermedia entre FAAS y ETAAS.
ICP-MS es una técnica multielemental, muy sensible (LOD del orden de ng L-1). El
inconveniente principal es su elevado coste y que también presenta ciertas
interferencias.
- 117 -
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