Anexo I I. El papel de la Mediadora El papel y las funciones de la Mediadora de la OIT pueden clasificarse a grandes rasgos de la manera siguiente: o o o encontrar solución a los puntos de vista divergentes, controversias y conflictos, principalmente propiciando el diálogo y la mediación, incluida la resolución de conflictos y la búsqueda de soluciones aceptables mutuamente para las partes a los conflictos que se producen en el lugar de trabajo; colaborar con los jefes, los equipos y los departamentos con el fin tanto de prevenir o limitar los conflictos como de hallar soluciones a los problemas potenciales en la etapa más temprana posible; facilitar “intercambio de información ascendente” cuando es necesario: esto supone informar a los jefes acerca de asuntos pertinentes que podrían tener que abordar en sus unidades o departamentos. Es importante destacar que sólo se señalan a la atención de los jefes los asuntos que recaban su atención y no casos individuales, lo cual permite que la Mediadora mantenga la confidencialidad. Los casos individuales se examinan sólo si el funcionario solicita expresamente a la Mediadora que así se proceda. El papel de la Mediadora suele, con demasiada frecuencia, interpretarse en el sentido más restringido — es decir: la mediación entre dos o más personas y/o grupos. Esto es totalmente incorrecto. La Oficina de la Mediadora puede y debe prestar una amplia gama de servicios, además de la mediación, como, por ejemplo: o estudiar las opciones y/o estrategias de que se dispone para tratar un problema; o trabajar con jefes que enfrentan situaciones de conflicto o dificultades con un funcionario; o prestar asesoramiento; o derivar las consultas a los servicios de apoyo correspondientes (servicio médico, asistente social, departamento de Desarrollo de los Recursos Humanos (HRD), etc.); o escuchar de manera activa a los funcionarios que necesitan analizar los problemas que experimentan en un entorno confidencial y neutral; o servir de “caja de resonancia” y ofrecer un examen objetivo de una situación. Además, la Mediadora puede organizar y facilitar talleres de promoción del espíritu de equipo: aunque, en sentido estricto, esta actividad no forma parte de su mandato, se trata de una estrategia de prevención — la cohesión del grupo y un buen espíritu de equipo contribuyen a evitar los conflictos y aumentar la productividad. II. Principios de trabajo o La Mediadora es independiente y autónoma tanto de la administración como del Sindicato del Personal. No está habilitada para tomar decisiones, pero puede formular sugerencias o recomendaciones, según proceda, para resolver conflictos. o Al resolver un conflicto o mediar en él, la Mediadora es totalmente neutral y no toma partido ni tiene prejuicios con respecto a ninguna de las partes. La Mediadora no aboga por ninguna de las partes — contrariamente a una concepción errónea muy generalizada, la Mediadora no es el abogado del demandante. o Los contactos entre el personal y la Mediadora son estrictamente confidenciales. La Mediadora puede mantener discusiones con terceras partes solamente con el consentimiento del miembro del personal. No se conservan expedientes ni documentos escritos que guarden relación con un caso. o Las interacciones con el personal deben basarse en un juicio imparcial y la honestidad: la Mediadora, al mismo tiempo que toma nota de los problemas que se perciben y busca soluciones constructivas, debe ser honesta y franca. o El carácter oficioso del trabajo de la Mediadora es un principio fundamental sumamente importante. Además de estar obligada a actuar de manera neutral, confidencial e independiente, la Mediadora procura resolver los conflictos o hallar soluciones aceptables mediante el uso de procedimientos extraoficiales: se trata de una alternativa a los mecanismos de carácter oficial; no se mantienen expedientes y la Oficina de la Mediadora funciona al margen de todo procedimiento formal. o Todos los miembros del personal, independientemente del tipo de contrato que tengan, tienen acceso a la Mediadora. o Además, una vez resuelto el caso, la Mediadora realiza un seguimiento de unos dos meses de duración con el fin de asegurarse de que el conflicto no haya vuelto a surgir y, en caso necesario, recomienda que se reanude la mediación. 2