“Nada de circo, mucha maroma y algo de teatro,” masculinidad en la lucha libre Alejandra Carolina Santamaría Llerandi Estudiante de la Licenciatura en Antropología Social Benemeritita Universidad Autónoma de Puebla El presente artículo busca dar una reflexión sobre lo que es y como se construye las masculinidades en la cultura mexicana, basándonos en los personajes de uno de los deportes mas arraigados en nuestro país como lo es la lucha libre; deporte que se vuelve el escaparate hacia la fama y el ideal de hombre dentro de este sectores sociales. Palabras Clave: masculinidades, cuerpo, género. De género y lucha La lucha libre, el deporte/espectáculo de México, juega con los ideales de la sociedad mexicana, el enfrentamiento cuerpo a cuerpo va construyendo la realidad desde el momento que se entiende y participa de ese lenguaje codificado de la corporalidad del pancracio, el lenguaje del ring, de las arenas y de los allegados donde la participación es directa y la competencia se incrementa a cada instante. En la actualidad el deporte del costalazo se encuentra en auge, sólo basta ver el gran número de empresas luchísticas que se encuentran en el país, la existencia de varios programas televisivos dedicados al deporte del pancracio; donde los luchadores se vuelven el centro del espectáculo, el cual llena mediante un cuerpo, lenguaje y actitud especifica, que es punto clave en este medio. Estos elementos luchísticos envueltos en ejercicio, dietas, cuidados corporales, entrenamientos, gimnasio, fama, edecanes, fans, popularidad, trabajo y dinero, se vuelven el centro del universo luchístico, donde son reconocidos en cada momento de su trabajo y muchas veces fuera del mismo, tratándolos con ciertas preferencias por el público y los organizadores o promotores de los eventos. 1 Dentro del medio existen ciertas particularidades en la construcción de lo que es ser masculino, debido a una constante vanidad física y psíquica, donde mediante su cuerpo, gestos, palabras, ideas, van construyendo y formando lo que ellos llaman “ser hombre”, es decir su masculinidad en un medio donde así como todo llega fácil, así también se va y donde la competencia entre congéneres siempre estará presente. Es importante tener en cuenta que la masculinidad es una construcción social e individual, dada por las vivencias de cada sujeto, y por ello debemos prestar mucha atención a como estas características que definen socialmente al género modifican los esquemas físicos y mentales de los individuos; por ende podemos hablar de masculinidades, con esa idea de pluralidad. Dentro de estas masculinidades el cuerpo juega un papel muy importante, ya que es su primera carta de presensación para ingresar a este medio, así como el objeto o mercancía que ponen a la venta; al ir modificando el cuerpo van también modificando su pensamiento, creencias y su estilo de vida, para así poder conseguir una excelente condición física, flexibilidad, resistencia, fuerza, volumen muscular; obteniendo esto mediante cierto tipo de alimentación que les exige comer de 4 a 5 veces al día, entrenar desde 6 horas diarias en sus inicios, hasta tres veces por semana, una hora, cuando los viajes no les permiten dedicarle más tiempo a la preparación, modificaciones esta parte es primordial para un luchador, es aquí en estas donde se construyen status, redes sociales, imaginarios, masculinidades: fuertes, resistentes, comprometidas, aguantadoras, responsables, puntuales, engollantes, llegando incluso a veces a la utilización de anabólicos y esteroides para poder moldear su cuerpo y llegar a ese ideal corporal que requieren y que los llevara a más. El cuerpo es el vehículo por excelencia de la individualidad moderna, para conseguir un glamoroso estilo de vida… el cuerpo es justamente una hechura más del proyecto identitario de una persona; volviéndose así en la máquina del individuo la cual es de uso y por lo tanto puede ser modificada, alterada, retocada, violentada muchas veces para así legitimar dominio y poder o adquirir prestigio y fama; siendo esto muy 2 importante para los individuos en la actualidad gracias a los medios de comunicación, a los prototipos que se nos venden, así como a la gran competencia que existe; la lucha no es la excepción, ya que aquí el cuerpo aparte de todo juega un papel de mercancía, al ser el medio que les permite acceder o colocarse en el pancracio, debido a toda esa construcción corporal compleja mencionada arriba. El cuerpo se expone, se exhibe de manera diferenciada según los periodos históricos y las culturas1, con ello podemos decir que el cuerpo de un luchador en los años 50´s no es el que se busca en la actualidad; así como su físico no es el mismo, tampoco su mentalidad y estos tampoco se exponen de la misma manera en la arena, en el gimnasios en la casa o en la vía pública. Dentro del ring podemos ver como estos cambios se hacen presentes en la actualidad, con la incursión de la lucha libre aérea, la utilización de vestimentas más llamativas con cortes modernos, cuerpos más estéticos y musculosos, calzones en cuerpos perfectos. En este resurgimiento de la lucha libre, se puede observar como los luchadores, principalmente los jóvenes se encuentran siempre en la búsqueda de esos cuerpos perfectos dentro del medio, para poder reconstruir o crear una masculinidad con ciertas características socialmente construidas, como lo son fuerza, virilidad, dominación, rudeza, sustento familiar, violencia, reconocimiento, etc. Llevándolos a ser para ellos como a “ser para otros”2, ya que la lucha libre es un deporte/espectáculo en donde se necesita del reconocimiento del otro para existir en el medio, con esto quiero decir que si el público no reconoce y ubica a un luchador, este no estaría ahí, es decir no existiría como tal, y esto lo podemos apreciar en base a la gran cantidad de aplausos o abucheos, el número de fans, ligues y regalos que se lleven cada uno de ellos, así como el número de contrataciones semanales para cubrir eventos de lucha, honorarios que reciben y qué decir del reconocimiento fuera y dentro de su espacio de trabajo. 1 Vergara Abilio, 1997, pág 145 Dimensión fundamental de la realidad humana, su importancia radica en que es, en tanto cuerpo, como aparecemos para el otro, pag, 85 (Godina, Celia) 2 3 Se prenden las luces ¡Comenzamos! “el circo, maroma y el teatro” Vemos llegar a las arenas a esos súper hombres, -el que ahí se acomoda la pierna o el brazo y ya sigue luchando-3, al que no le duele nada, ni a ell, ni a la edecán que lo acompaña hasta en cuadrilátero, luciendo unos diminutos bikinis. Arriba del ring podemos ver estos cuerpos ataviados con sus trajes que en el medio se les llama equipo y que al verlos se vuelven una extensión más del cuerpo, donde el género esta presente en cada momento y donde la masculinidad se juega de dos formas la RUDA y la TÉCNICA, la primera cargada de agresividad, descontrol, triunfo, de físico musculoso e imponente, lenguaje agresivo y vulgar, gestos mordaces, lleno de ego y triunfo sobre cualquier cosa. -el que siempre rompe las reglas del juego, al que le encanta ser montonero, el que se ríe de la gente y de su rival(Terrible)4 Mientras que el segundo lleno de fuerza, valentía, de palabra, sin temores, de físico atractivo, seguro de su actuación buena, comprometido con la gente y consigo, “es el que obedece las reglas, el caballeroso, el que enseña todo en la estética, en la forma de pararse en la forma de saludar”5 por eso es el aplaudido, el ovacionado por el público, por su modo “correcto” de actuar, por ser todo un caballero, un hombre de verdad. El luchador se construye así mismo, lo construye la sociedad en general y su público, cuando lucha se vuelve lo que quiere ser y lo que la gente quiere ver en ese momento de catarsis, el ídolo, el semental, el guapo, el fuerte, el macho, valiente, el hombre y si se puede de acero que mejor, y al él le sienta muy bien, porque en el trabajo puede y debe ser eso y hasta más. 3 Comentarios entre el público cuando un luchador se lastima. Entrevista a El Terrible, 23 de mayo del 2005, Arena Puebla 5 ibidem 4 4 Pero esta construcción no sólo se da en el ring, sino en la vida cotidiana de los luchadores, en donde la masculinidad se expresa de modos heterogéneos en sus diversos entornos, pero no por ello ajenos entre si. La mayoría de los luchadores juegan con esa doble o triple moral, entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. Yo nunca le he pegado a una mujer, yo respeto, no salgo con las fans, no busco problemas, no consumo drogas, en pocas palabras “ellos No nada”, que sea malo, claro esta. Para poder ejemplificar un poco más este triple discurso dentro de la masculinidad analizaré mediante sus palabras, actitudes, el papel que juega la mujer en este medio. La gran mayoría dice que la mujer juega un papel muy importante, que es el pilar del hogar. Pero la realidad demuestra otra cosa, y esto ha sido aceptado por varios de ellos, la mujer aun en este medio, como en muchos otros, es un simple objeto de uso y desecho; donde el clásico –pues nada más chángatela- demuestra en sus palabras que la mujer se usa y es todo, que el que jode es el hombre. Otra frase muy usada en el medio es “Pues pendejo si no me aprovecho” a esto se refieren con que no van a perder la oportunidad de “chingarse una mujer” ya sea por que ella quiere o si alguna en especial le gusta, verá el modo de que se den las cosas y aprovechar las situaciones, sin importar el estado civil de ambas partes. Hay quienes están casados con gente del medio, pero algunos otros prefieren que no sean del medio, para que nadie hable mal de su mujer, para que no halla pasado por otros antes, para que no sepan cómo es este medio; se tiene la idea de que las fans, así como las edecanes están a disposición del gremio luchístico para cuando se necesiten y para quien las requiera. Esto es debido a que en este sector se ha generado al idea de que las edecanes son de todos y para todos y de que muchas fans sólo buscan el estar con un luchador, esto se da debido a que es más mayor la cantidad de mujeres que los abordan o los buscan, a las que ellos pretenden. 5 - Hay veces que por que no decirlo te llaman la atención por que salen con muy poca ropa y realmente salen al escenario a impresionar a los hombres que van a la Arena. Muchas ocasiones pues también uno es humano, uno voltea a ver, pero no por el hecho de que voltees a ver ya significa que vas a tener alguna experiencia con laguna edecán, que es el caso de algunos compañeros, no es el caso de todos, viéndolo desde adentro es diferente hay mucha gente que respeta lo que es su casa y lo que es su trabajo, por lo mismo de que no quiere que si algún día viene su familia con el le vayan a hacer un escandalito cualquier chava o cualquier babosada que llegue a hacer, si respeta a su familia, respeta a su trabajo. La mayoría de las veces yo siento que nos buscan, por lo que yo he visto es por dinero, piensan que el luchador gana cantidades exorbitantes, siendo que en la realidad muchos de los casos es diferente, muchas veces los ven arriba y les llama la atención de que se ven grandes, se ven fuertes, se ven aguerridos, entonces ahí también hay un tipo de atracción. Puede haber muchos factores, pero los principales creo que son esos, la creencia de que ganamos el dineral y la otra es esa, de que te ven arriba de un ring y ven la respuesta que tienes ante un público, también se impresionan (ellas), es muy fácil impresionarte ante este deporte.-6 -A mi me ha tocado en Monterrey que hay lugares donde se acuestan las chavas conmigo y yo me duermo, no me inspiran ¡Nada!, y como amiguitas son buena onda, pero hasta ahí-7 6 7 Máscara Sagrada, sábado 19 de agosto 2006, entrevista realizada en el hotel, DF Mascara Año 2000 6 Eso es algo de lo que dicen y piensan, pero que hacen; con esa idea que se tiene de la masculinidad aunada a lo macho, viril, ”hombre” se juega el discurso de hombre ideal, proveedor del hogar, responsable, respetuoso, “fiel” aun cuando es casado y esta ligando a una chava que no es su esposa, hacen mucho uso de su cuerpo como modo de imponer, generar fantasías en la otra persona, usando incluso su personaje para conseguir sus objetivos. Otro modo de demostrar su masculinidad, va con esa idea de “ser todo lo contrario a la mujer y por ende a lo gay”; a excepción de los luchadores exóticos todos los demás se adscriben como heterosexuales “bien hombres” y el público así los ve, sin saber muchas veces sus preferencias sexuales. Entre ellos se juegan bromas, se toquen los genitales, presumen “los tamaños” de los mismos, hacen posturas sexuales; siempre buscando mostrar superioridad ante sus compañeros, mediante actitudes, gestos o palabras de menosprecio a “lo contrario a ellos”. Usando frases para molestar al compañero como: Papito que rico estás, hazme lo que siempre me haces. Ya viste se pone rejega la perra. Así me gusta pasiva y receptora. Yo soy tu padre, haciendo burla del tamaño diminuto del pene de su contrincante. Pero aun abajo del ring, en su lugar de descanso no se doblan ante nada, podrán tener la nariz dislocada, medio caminar por el dolor, el tobillo inflamado, la espalda adolorida que sólo dicen mira, ya se me volvió a inflamar, se me boto otra vez, que patada me metió ese cabrón, si me duele, pero no pasa de ahí, la vida sigue; como diría Damián 666 –si se que la lucha es de golpes, pues me van a dar golpes no besos, así que bajo advertencia no hay engaño- 7 CONCLUSION La presente ponencia es el resultado de material obtenido en trabajo de campo y de la teoría analizada hasta el momento, estando aún en la construcción y análisis de ambas partes. Lo que se puede ver es que aun se tiene muy arraigada esa idea de que lo masculino va ligado a ser hombre, fuerte, viril y muchas veces macho; hablándonos aún de esa idea de superioridad del hombre ante la mujer. REFERENCIAS Gomina Herrera C. El cuerpo vivido: una mirada desde la fenomenología y la teoría de género, BUAP. Goffman I. La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu, Argentina, 2001. Gutmann M. Ser hombre de verdad en la ciudad de México: ni macho ni mandilón, Colegio de México, México, D.F., 2002. Vergara Figueroa C.A. Apodos, la reconstrucción de identidades, Colección Biblioteca del INAH, México, D.F., 1997. 8