ENTREVISTA DR. MICHAEL SCHULZ (Universidad de Bonn

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ENTREVISTA DR. MICHAEL SCHULZ (Universidad de Bonn)
“Responsabilidad Social: un enfoque desde el papel de la educación
superior a la luz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”
La Asociación de Universidades de América Latina y el Caribe para la Integración
AUALCPI, en conjunto con la Universidad El Bosque, realizó el pasado viernes 12
de agosto el Encuentro “Responsabilidad Social: un enfoque desde el papel de la
educación superior a la luz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, el cual se
ideó para pensar en un desarrollo sostenible desde el papel fundamental de la
universidad y desde su responsabilidad social, como uno de los caminos más
efectivos para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la
integración de los pueblos; pues la educación superior, a diferencia de otros
espacios, propende por ser un escenario incluyente, multi y pluricultural, en donde
desde su trabajo e iniciativas se permite pensar en un mayor bienestar y en una
mayor calidad de vida no para uno, sino para todos los ciudadanos, no para quienes
hacen parte de un selecto grupo, sino para todo el conglomerado social.
La educación superior, se constituye así, en una herramienta al servicio de todos,
que más allá de preocuparse por una formación íntegra y de calidad, lo que está
asegurando es una mejor vida para las futuras generaciones, construida sobre la
base de contribuir en la reducción de brechas diferenciales y desiguales, apostando
por un mejor futuro, en concordancia con un desarrollo sostenible que sea tangible
y acorde a las necesidades y dinámicas del mundo actual.
De esta forma, el encuentro enalteció el papel preponderante de la Universidad
respecto a este camino que no es más que el mejoramiento de las condiciones de
vida de las sociedades, evidenciando la constante necesidad de un mayor trabajo
en red y cooperación, entre las diferentes prácticas de responsabilidad social
universitaria, para de esta forma encauzar esfuerzos, ejecutar proyectos e
iniciativas, y ser espectadores de la consecución de objetivos propuestos.
En este sentido, al finalizar la jornada, la Secretaría General Ejecutiva de AUALCPI,
Laura Phillips Sánchez, y la Coordinadora de Responsabilidad Social y Relaciones
Interinstitucionales de la Universidad El Bosque, Carolina Tello Gutiérrez, pudieron
sostener una conversación complementaria con el Doctor Michael Schulz,
conferencista central del Encuentro, respecto a variados temas.
La entrevista completa se puede ver
https://udca.adobeconnect.com/p7n4gywe9el/
en
el
siguiente
enlace:
Carolina Tello (CT): Para algunas personas, los Objetivos de Desarrollo
Sostenible son bastante utópicos, ¿qué cree usted se pueda hacer o se deba
hacer para que estos sean realizables?
Michael Schulz (MS): Primero que todo hay que mostrar que son alternativas, el
desarrollo sostenible no se realiza, y todo el mundo sabe que a nivel económico es
más barato dedicarse a la realización de estos objetivos de desarrollo sostenible
que hacen de este mundo mejor.
En una pregunta es quién paga la cuenta y quién quiere pagar más o menos,
entonces no creo que son utópicos, son tal vez muy exigentes pero hay que
preguntarse de qué fines estamos hablando, todo el proceso es algo que ayuda
mucho. Por ejemplo, en Alemania la industria de los automóviles se quejaba
muchísimo cuando el gobierno quería obligar a construir coches con catalizadores.
Decían “no es posible, serían demasiado caros y nadie los compraría más”.
Finalmente lo hicieron y había algunos con mejores catalizadores que otros y
mantuvieron sus ventas.
Hay estudios que demuestran que una industria que sabe cambiar en dirección a la
ecología puede ganar ventaja y aplicar al fin lo que saben de métodos ecológicos
para venderlo a otros países. El país que sabe hacerlo primero es un país que
multiplica sus exportaciones y por ende gana mucho dinero.
Hay que entender entonces que el desarrollo sostenible puede ser un proyecto
económico, es un desarrollo de ideas inteligentes. En ese sentido se puede
reconciliar la idea de la ecología con la economía.
CT: ¿Realmente el papel de la educación superior puede lograr un cambio en
un mundo tan amplio, complejo y desigual como en el que vivimos ahora?
MS: Si la educación superior está en conexión con la idea de la responsabilidad
social, no siendo egoísta en la idea de conquistar sabidurías y conocimiento en
programas específicos, uno puede aprender que hay conocimientos que se
relacionan no sólo con las personas sino también con el medio ambiente. Así que
la educación superior puede cambiar al hombre hasta cierto punto.
Es por ello que hay una lucha por las autoridades que definen cómo hacer la
educación. Esto ha implicado grandes batallas ideológicas, como en el caso de
Alemania y sus partidos, porque cada uno de estos sabe que quien defina la
educación superior estará definiendo el futuro del país. Por eso es tan importante y
la educación es un aliado para el futuro.
CT: ¿Cómo cree usted que debe la educación superior aportar al cumplimiento
de los ODS?
MS: Es una llave que en economía se aprende, donde es necesario servir a todas
las personas dejando de lado el egoísmo. La educación superior debe tener un perfil
ecológico, un perfil social y así desarrollar las distintas disciplinas que mejoren las
condiciones de vida de un país, del planeta entero.
CT: En relación con la anterior pregunta, ¿usted cree que la educación
superior en América Latina está aportando al cumplimiento de esos objetivos,
o estamos muy alejados de ellos?
MS: Bueno, realmente no conozco toda la educación latinoamericana, pero el
problema en la región es el acceso a ésta, es la injusticia social de que algunos
chicos estudian y otros están afuera, eso es un problema. El país está
desperdiciando talentos que no pueden desarrollarse.
Hay que buscar que la educación superior desarrolle estrategias políticas y
económicas con el fin que más personas puedan estudiar. Es necesario también
aprender qué es el desarrollo sostenible, porque por ejemplo hay empresas que
hacen muchos daños al medio ambiente porque no saben lo que son las
implicaciones ecológicas de su accionar.
No puedo juzgar el estado de esto en Latinoamérica, sólo puedo lamentar que la
educación acá sea un privilegio.
CT: Usted acaba de llegar recientemente de un Congreso sobre
Responsabilidad Territorial en la ciudad de Cartagena, en ese sentido ¿cuál
cree que es el papel de la educación superior en el marco de la
responsabilidad social territorial, en un país como Colombia donde estamos
pensando en un escenario de posconflicto?
MS: La territorialidad o regionalidad es el responsable social que da justicia, cultura,
y condiciones concretas a un país.
En las diferentes regiones, responsabilidad social puede significar también ideas
distintas o poseer diversos enfoques. En ese sentido, Colombia podría ser un buen
estudio de campo llegada la reconciliación en la sociedad, lo que sería una forma
de realizar responsabilidad social, es pensar cómo hacer que aquellos grupos que
generan odios como las FARC ganen poder político y definan la vida de personas
que en su momento han sido víctimas de ellos, eso es muy complejo, pero la
alternativa es la continuación de la situación actual, y pues creo que nadie quiere
esto, lo que lo hace más difícil pues la reconciliación supone que las víctimas
perdonan, pero eso es un acto libre, no es algo que el parlamento pueda decretar y
decir “tú tienes que perdonar”, la verdad es que es un acto muy personal.
La educación podría ayudar a entender en que hay situaciones en donde sólo el
perdón abre una puerta al futuro, pues las situaciones de venganza no permiten que
una sociedad se desarrolle, sólo la congela y hace que el conflicto perdure.
Colombia tiene una historia política, con partidos y guerras, pero también tiene
potencial para desarrollar su economía, la investigación y la tecnología; tiene un
potencial humano capaz de demostrar que es posible superar un conflicto armado.
Es un sueño que Colombia pueda ser un modelo de cómo resolver conflictos, y está
trabajando en ello. Sé que por ejemplo la Universidad Javeriana en Cali tiene una
maestría en paz y reconciliación, lo que muestra que hay estudiantes interesados
en ver qué es posible y qué no, cómo hacer algo o como no hacerlo. Es algo difícil,
en nuestro caso tuvimos problema en la posguerra con los nazis, en qué hacer con
esta población, y aunque fue un proceso duro, fue el único camino a la alternativa
de violencia sin fin.
Laura Phillips (LP): Retomando el tema del que habló Carolina, ¿cómo
involucramos a aquellas personas que se encuentran por fuera de los
sistemas educativos de nuestros países respecto al tema de responsabilidad
social, respecto al tema de los ODS, respecto a un tema que quizás les toca
más a ellos que a nosotros que tenemos la oportunidad de tener la
información de primera mano? ¿Cómo los involucramos en este proceso?
MS: En mi país eso no existe, por eso no tengo una respuesta lista. Creería que hay
buscar contacto con las familias, con comunidades pequeñas en que la gente viva
para empezar con la enseñanza ahí, poniendo en contacto a los chicos con libros y
saberes para mostrarles cómo aprender es una ventaja y una guía.
Muchas veces este tipo de trabajo es de voluntarios, desafortunadamente “nadie
tiene plata para esto” y se ha convertido en un trabajo social.
Es importante conectarse con estas personas, no sé si los gobiernos puedan hacer
más, destinar más recursos para ello, ofreciendo un sueldo especial a personas que
están dispuestas a dedicarse al trabajo con gente que está fuera de la sociedad o
no entiende qué es responsabilidad social, como por ejemplo aquellas personas que
viven en la periferia de Bogotá, muchos de ellos desplazados por la violencia,
quienes han tenido que escapar de sus territorios sabiendo nada más qué es ser
campesino. La pregunta es si es posible implementar mayores programas sociales
e involucrarles en la sociedad.
Ahora, con el fin del conflicto pueden buscarse otras formas que hagan de la
sociedad una más incluyente; pero realmente es muy difícil elegir una forma que
resuma todos estos temas.
LP: De pronto pensar desde el núcleo mismo de las Universidades, y tal vez
retomando lo que hablamos en el Encuentro de esta mañana, pensando en los
problemas propios, no pensar en investigación externa sino en problemáticas
internas, ¿habría una forma en que las universidades pudieran innovar para
contribuir sobre ese tema, sobre la consecución de los objetivos de desarrollo
sostenible desde la responsabilidad social?
MS: Quizás hacer estudios en campo, empezar con proyectos para aprender mejor
el uso de los recursos propios, esos pueden ser trabajos de investigación que más
allá de buscar ideas listas hagan ciencia. Toca acercarse y buscar pasos pequeños,
empezar desde lo básico, lo cual es también estudio de prestigio al mostrar que la
persona humana es capaz de cambiar su situación con la ayuda de la Academia.
LP: En ese sentido, ¿podríamos hablar de una “filosofía latinoamericana”,
para pensar en la superación de esos problemas de justicia social?
MS: La filosofía latinoamericana existe desde buena parte del Siglo XIX, donde
había muchas personas que querían desarrollar esta filosofía. La palabra clave
siempre ha sido la de libertad, después vino el grito de la libertad, la independencia
y liberación política desde la cual se buscaba la independencia espiritual o
antológica, intelectual, desarrollando la idea de liberación para que en los años 60
y 70 fuera gran tema el de la justicia social.
Hay distintos planteamientos que pienso han sido muy útiles. Primero se quería
definir esta filosofía con referencia a la tradición de Latinoamérica, pues hay algo
muy particular en la filosofía y es su carácter diferenciador con las de otro tipo, por
ejemplo la europea, lo que destaca el tema de liberación y justicia social por ejemplo
en México con el desarrollo de la idea del mestizaje, cómo mostrar que hay una
identidad de la población, no como algo negativo sino como una identidad propia.
Esta filosofía se oponía al positivismo que dominaba el siglo XIX, en México,
Argentina y otros países, en donde la educación ha sido nada más que educación
en referencia a las ciencias naturales, la educación acá quería ser más amplia, en
donde interactuara la música, la literatura, el arte, las religiones; lo que influía la idea
social de esta filosofía de la justicia. Por ejemplo, Ignacio Ellacuría como jesuita
tenía la idea de que todo el ser se desarrolla incluso en su libertad. Los seres
vivientes tienen libertad en diversos grados, los animales un poco, las plantas
pueden moverse, y el hombre tiene la libertad de determinarse a sí mismo. Así, la
marginalización de la sociedad o la pobreza o la injusticia social son fenómenos en
que el hombre pierde su libertad, no puede desarrollar su libertad y determinar lo
que quiere hacer, sino que sólo corresponde a las necesidades de la vida; lo que es
contra la evolución, contra la historia de la libertad en la evolución. Ellacuría
demostraba así que la injusticia social es contra todo desarrollo de los seres
vivientes hasta el hombre. Se daba así un amplio panorama que mostraba que la
injusticia social no es un pequeño tema en referencia a algo, sino que es un tema
que trastoca el fin de la vida hacia la libertad, lo que no puede resultar en una
sociedad buena porque se impide el desarrollo cultural de la persona humana.
En ese sentido, había referencias como Oscar Romero, quien hablaba del desarrollo
como un beneficio social y de la filosofía de la liberación en esa dirección. Hoy en
día ese tema se acabó. La filosofía latinoamericana en la postmodernidad no quería
sólo desarrollar un único tema, se tenía la preocupación de que no se podía decir
que “ser latinoamericano es ser mestizo, o es ser latino en el sentido de ser de
tradición latina”, sino que las identidades son muchas cosas imprimidas, son mezcla
de distintas tradiciones, así que es actualmente el estado de la discusión en que la
filosofía latinoamericana se presenta más como un diálogo de las identidades.
La filosofía contribuye al mejoramiento de la justicia social, que es una tarea que
queda.
LP: Retomando un poco el tema de culturas e ideologías, y viendo el contexto
actual en el que nos encontramos, ¿podríamos pensar en que hay una
amenaza respecto a las ideologías extremistas, en que éstas puedan atentar
la visión de los jóvenes, o retrasar el proceso de la consecución de los ODS?
Por qué lo pregunto, porque si pensamos que los ODS están centrados en la
consecución de 17 objetivos, en donde prima pensar en justicia, en donde
prima pensar en la erradicación de la pobreza; pero por otro lado somos
testigos de lo que está pasando por ejemplo con ISIS, con ese extremismo
ideológico, y la respuesta de los gobiernos ante esta situación, ¿cómo
podemos pensar en justicia, cómo podemos pensar en integración, cómo
podemos pensar en una identidad cuando estamos pensando en que el otro
es mi enemigo y no tenemos una solución a esos conflictos culturales que
van más allá de lo que está pasando ahorita?
MS: Hay motivos que cambian a las personas jóvenes, pienso que eso le pasa a
alguien normal.
En una persona extremista es difícil encontrar una respuesta. A veces pasa que hay
injusticia social, muchas personas lo tienen que vivir, y en el caso del islam, en esta
intervención extremista, da una nueva identidad, una nueva explicación de por qué
tú estás tan mal en la sociedad, de por qué estás tan afuera de todo; de esta forma
la religión desarrolla una nueva interpretación de su situación en donde tiene ahora
derecho de estudiar todas las causas en la búsqueda de un culpable del porqué de
esa situación.
Por ejemplo en París, se hizo un estudio para identificar si el problema realmente
era la religión, la respuesta fue que el verdadero problema es la exclusión de esta
gente en la sociedad francesa donde no tenían trabajo, no tenían ninguna
prospectiva e interpretaron esta situación social en términos religiosos, además en
formas extremistas.
La religión ha sido utilizada para problemas económicos – sociales, pensando que
en ésta está el origen de los conflictos, algo así como si “fuera un vestido” que se
pone encima de los conflictos que ya pre-existen, así al pensar en integración se
destruye un poco el fundamento y se “permite” a estos jóvenes pensar en estas
ideologías, o como complejos de inferioridad que ahora se interpretan de manera
nueva y agresiva, buscando una subversión violenta de la propia situación.
Algo puede pasar por sus mentes, quizás la vida es aburrida y encuentran aventura
absoluta en algo nuevo. Es una idea rara pero pasa.
La integridad es importante en un trabajo social donde los jóvenes se sientan
acogidos, respetados y reconocidos; es una forma de evitar que jóvenes caigan en
estas ideologías extremas.
Cuando las personas están aisladas, se dejan afectar más fácilmente por este tipo
de ideologías. Pero pueden ser muchas las causas, hay quienes pueden pensar
que es sólo odio contra los Estados Unidos, por la típica postura “es que el Imperio
domina todo”, no importa si es verdad o no es verdad si simplemente sienten que
es así.
Las charlas y debates son necesarios para conocer el tema, pero hasta los padres
de estos chicos se sienten sorprendidos cuando descubren que sus hijos hacen ese
tipo de cosas, simplemente no lo sabían y no tenían ninguna indicación sobre que
sus hijos iban en esa dirección. Pasa algo en el corazón del hombre, donde ni
siquiera los padres pueden explicar lo que pasa, es algo secreto en la libertad de
cada persona donde piensa que tiene que hacer esa tontería…
Es complicado contestar a esto, pero por ejemplo el conflicto en el medio oriente
aún es resultado de la vida colonial de hace 200 años donde se dividieron a los
países sin pensar en su identidad, en su población, mezclaron confesiones que se
odiaban, creando conflictos.
En Irak por ejemplo o son los chiitas o son los humitas los que gobiernan, no es
posible pensar en un gobierno que diga “vamos a dejar participar a los otros”. Es un
gobierno que juega en contra de una gran parte del país.
Falta cultura política, participación política, los niveles de educación son muy bajos,
y así es muy fácil controlar a la población pues creen todo lo que se les dice, como
en el caso de los talibán quienes en su mayoría no saben leer, por lo que el líder
que tienen es su única fuente de información, creen lo que dice porque hay falta de
educación.
La educación sería así otra posibilidad de solucionar estos problemas.
Es muy fácil empezar una guerra pero al final llegar a una paz verdadera es casi
imposible.
La religión no puede ser un argumento de violencia.
LP: Es un desolador panorama que tendremos que adoptar con optimismo…
MS: Si. Hay teólogos islámicos que muestran muy bien cómo se puede reconciliar
la teoría islámica con democracia, lo que es muy interesante, pues incluso tienen
una visión distinta del Corán. En este sentido, existe una forma de hacer las cosas
de manera diferente, hay que hacerlo y empezar con ello. Espero estos teólogos
ganen más discípulos para que puedan comunicar y mediar sus ideas a otros.
Por otro lado, debemos pensar que antes ya había mucha violencia en Europa, dos
guerras mundiales, la guerra de los 30 años en el Siglo XVII, donde luchaban y todo
estaba en llamas, en ese sentido no podemos decir que seamos más grandes o
más desarrollados que otros, nuestra historia demuestra que es un camino muy
duro y largo; hay que “re-conquistar la paz” y tener en cuenta la experiencia de las
generaciones pasadas para evitar repetir las mismas tonterías.
Hay que desarrollar a la sociedad civil, para que ésta pueda reconstruir su política,
dejar afuera la corrupción y a aquellos políticos que no hacen bien su trabajo.
En el caso de Latinoamérica es el rezago del feudalismo, lo cual hay que cambiar
por sociedades competitivas, ideas mejores que ganen mayor influencia, aunque no
haya un botón que lo pueda cambiar de manera inmediata.
Lo anterior cuesta vidas y sangre para cambiarlo, quien lo empieza siempre termina
de mártir, después es más fácil pero el comienzo siempre es difícil y da miedo pues
nadie sabe cuál será el resultado.
Pero el desarrollo en América Latina es muy necesario, hay que darle una fuerza
competitiva donde puedan exportar recursos naturales y vender productos de alta
calidad. Esto es muy importante en la economía y en el desarrollo, con esto podría
financiarse universidades, educación, y todo lo que sea necesario para que la
sociedad funcione.
Es necesario invertir en formación para que la gente pueda producir productos de
alta calidad y la sociedad no le impida esto.
En países como Colombia, es común oír que para implementar una buena idea,
puedes contar con los recursos pero antes debes hablar con un grupo de políticos
que lideran, para contarles qué pueden ganar ellos de eso. Puede ser un poco duro
decirlo…
LP: Es verdad que hay un sesgo y es verdad que hay intereses políticos,
lamentable e infortunadamente…
MS: Es necesario pensar más allá del caudillismo, acá no hay partidos verdaderos,
un partido debe ser un programa sin importar quién lo presenta. Aquí los partidos
son un grupo que ayuda a una persona a ganar una elección, eso no es un partido.
Debería haber una reforma política donde se creen partidos verdaderos con un
programa con identidad ideológica, no puede reducirse a una persona que es
importante por unos años y después desaparece, porque esto desaparece al
partido.
LP: Acá en algún momento tuvimos partidos tradicionales que tenían una
ideología política. En algún momento perdimos el camino y hubo proliferación
de partidos que si se convirtieron en personalismos más que en partidos en
sí. Ganan personas y no el partido, lo que ha llevado a que hoy en día haya
tantos apartidistas y tantos partidos que intentan involucrar supuestamente a
“la mayoría de las personas”, cuando en verdad lo que pasa es lo que dice el
Dr. Schulz, y es grupos minoritarios que tienen intereses propios.
MS: Pues en nuestra experiencia propia, tenemos un ente que se encarga de dar
clases sobre qué debe ser un partido. Esto hace parte del desarrollo político de un
país, de su democracia. Si esto no existe es muy difícil que ese líder carismático
desaparezca, incluso aún si tiene muchos dones.
Es difícil establecer una política a nivel de sólo una persona.
LP: Incluso ahí volvemos a la importancia del papel de las Universidades.
Teniendo este escenario tan complicado respecto a la política en América
Latina, porque no es sólo en Colombia sino en la mayoría de países de la
región, la tarea para las universidades es aún más complicada entonces
porque tienen que separar a quienes se están formando de esa realidad con
la que van a tener que enfrentarse en algún momento. Las semillas serían
entonces esos estudiantes que están empezando a formarse para intentar
mejorar esta situación y para desde la responsabilidad social trabajar en la
consecución de esos objetivos, que quizás cuando se manejan de manera
política es más complicado conseguirlos.
MS: Ahora en el evento en el que estuve en Cartagena, me contaron que la Alcaldía
quería expulsar a los pobres del Centro Histórico para transformar los edificios en
bares, restaurantes, hoteles; donde al final Cartagena ganaría más plata con ello,
pero es terrible que a gente ya pobre, que tiene una identidad del Centro, les digan
un día que están por fuera. Esto no va muy acorde a los principios de la
responsabilidad social. Hay que hacer políticas que contemplen opciones distintas,
alternativas que como en la educación superior permitan tener varios panoramas de
acción desde el apoyo del conocimiento y la Academia.
Es innegable el papel fundamental de la educación superior como herramienta al
servicio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030 de Naciones
Unidas como hoja de ruta de los proyectos educativos institucionales en la región,
por ende, tanto como Colombia y Latinoamérica no pueden ser ajenas a esta
situación y deben canalizar sus esfuerzos curriculares en gran medida a la
consecución de estos ideales, pues de esta forma, se estará asegurando un mejor
desarrollo sostenible de los países y una responsabilidad social que trabaje en línea
con los verdaderos problemas de las comunidades, hacia una reducción de la
pobreza, un aumento en el acceso y cantidad de oportunidades para todas las
personas, y una disminución en brechas diferenciadoras que permitan aportar en la
formación y construcción de una ciudadanía regional y global.
AUALCPI aprovecha este espacio para agradecer a los invitados que participaron
en el conversatorio del Encuentro, “El rol de la Academia en la Agenda Global de
Desarrollo”:
* Dra. Lina Constanza Franco Pardo, Decana de la Facultad de Ciencias
Ambientales– Universidad Piloto de Colombia.
* Dr. Carlos Hernando Escobar Uribe, Decano Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas – Universidad El Bosque.
* Dr. Juan Pablo Toro Roa, Coordinador Proyecto ODM en lo local – Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD-.
Moderación del Dr. Eric Rodríguez, Decano de la Facultad de Administración –
Universidad de los Andes.
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