HACIÉNDOLE FRENTE A UN TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA DURANTE LAS FESTIVIDADES (2004) Por Randy K Hardman, Ph.D. Hace cinco años, estaba investigando y escribí un artículo sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria y las festividades, basado en mi experiencia de trabajo con mujeres de diferentes edades que estaban batallando con anorexia y bulimia. Ellas me retroalimentaron sobre los aspectos que fueron difíciles para ellas durante la temporada de festividades, en los que me basé para elaborar sugerencias destinadas a ayudar a los miembros de las familias durante las fiestas de Acción de Gracias y Navidad. Recientemente pedí a mujeres pertenecientes al Centro por el Cambio y que están actualmente en proceso de recuperación que compartieran sugerencias e ideas acerca de cómo ayudar a alguien que sufre de un trastorno de la conducta alimentaria a enfrentarse mejor con la temporada de fiestas. Es importante notar que a pesar de haber transcurrido cinco años desde el artículo original, los sentimientos de dolor, las batallas y las cosas que complican el trastorno de la conducta alimentaria durante la temporada festiva son prácticamente las mismas. Este artículo incluye muchos nuevos testimonios relacionados con estas dificultades así como ideas y sugerencias para que familias y amigos ayuden a sus seres queridos que sufren de un trastorno de la conducta alimentaria a pasar un poco mejor estas festividades. Para la mayoría de las personas, la temporada de las festividades de Acción de Gracias y Navidad, es la época más maravillosa del año. Es a menudo una época de reuniones familiares y celebraciones – tiempo cuando los amigos de la familia y compañeros de trabajo se reúnen para compartir buenos deseos y buena comida. La temporada debería ser brillante, feliz y llena de la mejor parte de nuestras relaciones. Sin embargo para las mujeres que sufren de un trastorno de la conducta alimentaria, es la peor época del año. Para ellas, atrapadas en el infierno personal de la anorexia o de una bulimia severa, Acción de Gracias y Navidad hacen más grandes todos sus demonios personales causándoles una gran pena y agitación internas. Solicité a las mujeres que están actualmente en tratamiento por anorexia o bulimia en el Centro compartir sus experiencias personales sobre como han sido para ellas Acción de Gracias y Navidad en los años recientes: “A diferencia de cualquier adolescente normal, siempre odié cuando las fiestas se aproximaban. Significaba que debía enfrentar a mis dos peores enemigos: la comida y la gente, y una gran cantidad de ellos. Siempre me sentía fuera de lugar y como la niña mala en un ambiente feliz. Era la única persona a quien no le gustaba la gente ni la comida ni las celebraciones. Más bien, las fiestas eran para mí una celebración de temor y soledad. Me encerraba en mi habitación, tomaba muchos laxantes y hacía ejercicio compulsivamente. Talvez nadie más ganaba peso en las fiestas pero sentía que sólo el olor de la comida me hacía ganar peso. Mi anorexia destruía cualquier felicidad o relación que pudiera haber tenido. No importaba cuanto tratara de negarlo, no podía mejorarme por mi misma. Mi único deseo es que pudiera haber buscado ayuda o tratamiento mucho antes y no haber desperdiciado tanto de esta linda vida que he encontrado (Una mujer de diecinueve años).” “La época de festividades es siempre el tiempo más difícil del año para tratar con mi trastorno de la conducta alimentaria. En mi familia, las festividades se centran alrededor de la comida. La combinación de tratar con la ansiedad de estar alrededor de la familia y enfocarse en la comida tiende a ser un enorme detonador para caer fácilmente en mis comportamientos del trastorno. Necesito contar con apoyo de fuera para manejar mejor el stress de las festividades. (Una mujer de veintiún años).” “En los últimos años, durante la época festiva de Acción de Gracias y Navidad me sentía horrible. Me sentía atrapada y como que la comida quería dañarme. Mentía en interminables ocasiones para evitar todas las fiestas y grandes cenas que van con la ocasión. Me sentía horrible con mi cuerpo y no quería que nadie me viera comer por temor de que hablaran de mí (17 años).” “Las festividades han sido una de las épocas más difíciles para mí mientras he padecido un trastorno de la conducta alimentaria. A menudo la ansiedad es abrumadora. Siento como que corriera y me escondiera de todos. Es duro el estar rodeada de la comida, la familia y las presiones que estas dos cosas generan. Una navidad, estaba tan preocupada por tener que comer frente a mi familia que deliberadamente hice que me extrajeran la muela del juicio el 20 de diciembre para tener una excusa para no comer. En otras festividades, me he despertado temprano a correr por más tiempo para ser capaz de comer lo que otros estuvieran comiendo y no sentirme traumatizada. (22 años).” Estos testimonios de mujeres que padecen de anorexia y bulimia describen la intensidad emocional que ellas experimentan durante la época de fiestas. El temor de ganar peso y convertirse, en sus mentes, en gordas, gruesas y desagradables, es el monstruo con quien deben lidiar cada vez que ellas participan de una de una de las comidas tan maravillosas y comunes en las festividades. Estas mujeres se sienten también aterradas porque no tienen idea cual es la cantidad normal de comida para ellas. Para la mayoría y en particular para una anoréxica, sienten que cualquier cosa que coman significa ganancia de peso. De hecho, algunas han dicho que sólo el ver u oler la comida les es aterrador porque el temor de ser gordas está siempre presente. Para algunas, el sólo pensar acerca de la comida es suficiente para causarles agitación, pena y culpabilidad. Una anoréxica siente una culpa tremenda con cualquier clase de indulgencia que se de con la alimentación. Para ellas, esto es una evidencia de que son débiles, que están fuera de control y son indisciplinadas. Las mujeres anoréxicas están a menudo aterrorizadas de que las vean tomando alimentos o de tener gente viéndolas mientras comen. He tenido observaciones de pacientes que prefieren tirarse de un acantilado sin paracaídas que tener a alguien viéndolas comer. Estas mujeres sienten que, en las reuniones de las festividades, todos los ojos están puestos en ellas y al mismo tiempo se sienten avergonzadas e inmovilizadas por sus temores acerca de la comida. “Al padecer un trastorno de la conducta alimentaria, mi vida durante las festividades es un infierno viviente –constantemente escondida y con temores, confundida acerca de la vida y odiando cada momento por estar rodeada de comida. Había tanta presión, tantos vistazos y miradas con interminables comentarios. Mi vida entera era un desorden. Había tanto dolor y culpa dentro de mí y no sabía hacia donde ir, excepto hacia mi trastorno. Odiaba la presión de tener que comer, la constante preocupación de ofender a otros y lo que es peor mi cuerpo estaba siempre congelándose. Nunca pude estar caliente y tenía temor de decir que sentía frío por la respuesta que recibiría de los otros”. (22 años). “Las presiones sociales son fuertes. Siento como que todos me estuvieran viendo. Es fácil evitar situaciones sociales para no tener la presión de toda la comida y oír todos los comentarios como “Comí tanto” o “He ganado tanto peso durante estas fiestas”, o “Mi resolución de Año Nuevo es bajar tantas libras”. Es difícil saber cuanta comida es apropiada. Lo que ayudaría durante las festividades es no ver y no empujar hacia la comida”. (Mujer de 28 años) “Es muy difícil estar alrededor de toda la comida y las festividades. Cuando estoy lastimada por dentro y batallando con cuales son las porciones “normales” de comida, necesito ayuda, comprensión emocional y apoyo de la familia y de otras personas. “Manéjenlo con cuidado, pero por favor, manéjenlo” Acéptenme tal como soy. Déjenme entrar nuevamente a la familia.” (Mujer de 23 años) “Fingiría estar enferma la mayor parte del tiempo para evitar a la familia y las reuniones sociales”. Mujer de 22 años. “Al tratar de comer estando en grupos numerosos y experimentando ansiedad por estar rodeada de gente, me siento como que si me estuvieran observando y comparando y me siento gorda, fea e inferior”. (Mujer de 56 años) “Todo lo que quería hacer era aislarme y no tener nada que ver con mi familia. Cuando tenía que estar con ellos, me sentía paranoica de que supieran y me juzgaran”. (21 años) “Era y todavía es duro para mí interactuar, aún con mi familia. Estoy temerosa y vacilante de hacer un movimiento erróneo o decir una cosa equivocada, así es que mejor no digo nada. Es duro comunicarse con alguien cuando tú hablas un lenguaje desconocido, un lenguaje secreto”. (14 años) “Comida y familia, es lo que hace miserable la época de fiestas para aquellos de nosotros que padecemos un trastorno de la conducta alimentaria. Es una época donde prácticamente cada actividad está enfocada en las dos cosas con las que es más difícil lidiar. Es especialmente duro llevarse bien con la familia cuando están mirando constantemente cada uno de tus hábitos alimenticios, y que se hace peor durante las fiestas cuando los tipos y cantidades de comida son una pesadilla para alguien con un trastorno de la conducta alimentaria”. (22 años). “Tanta comida, tanta comida engordante. Todos esperan que una coma pero uno haría cualquier cosa para hacerlos pensar que ya ha comido cuando en realidad no lo ha hecho. Todos tus familiares notarán lo apartada, triste y demacrada que estás y que no comes ni hablas con las personas. Es posible que le digan a tus padres que tal vez no lo han notado porque ya están acostumbrados a este comportamiento”. (15 años) “A causa de tantas cenas y fiestas se dicen muchas mentiras y es muy difícil mantener oculto mi trastorno alimentario. Me obligan a comer frente a la gente que pudieran juzgarme por lo que como y lo que no como” (17 años). En el lado opuesto del espectro de los trastornos de la conducta alimentaria, una bulímica severa encuentra que las festividades son una verdadera pesadilla porque hay tanto énfasis en la comida que ellas enfocan en todo eso. Los atracones y las subsecuentes purgaciones se hacen más predominantes porque muchos de esos alimentos y dulces que están asociados con celebraciones festivas seducen mucho a las bulímicas. Las festividades pueden ser un tiempo de conveniente indulgencia pero también, un tiempo de gran vergüenza y auto reproche por la vida secreta de la bulímica. Algunas usan incluso el ciclo atracón/purgación como una forma se castigarse así mismas durante las fiestas. Las que sufren de bulimia viven con este penoso infierno del trastorno de la conducta alimentaria en privado y en secreto y sienten gran desprecio por ellas mismas. Para muchos de sus familiares y amigos las cosas parecieran normales aún cuando lo contrario sea la verdad. Por otro lado, las bulímicas cuyos familiares conocen de su enfermedad pueden tener el sentimiento de que ellas son la atracción principal, pero cada visita al baño es vista como un gran fracaso y decepción para su familia. “Navidad es el tiempo más difícil con mi bulimia. Tanta comida, tanto amor y tanta alegría pero yo no podía sentir el amor o la felicidad, entonces me consentía con la comida como sustituto. Era tan duro ver a todos tan felices antes de que hiciera mi expedición al baño. Me sentía indigna de ser feliz. No merecía el amor y la alegría. He descubierto que si me enfoco en el amor y la felicidad, todo lo demás cae en su lugar.” (18 años). “La época festiva saca a la conciencia el trastorno alimentario. Es más difícil engañar en las fiestas porque su familia espera mucho más de ti.” (21 años). “El secreto y la mentira se hacen muy difíciles para mí durante las festividades. Tengo que decidir si restringir mi alimentación o atracarme y luego escapar para purgarme”. (22 años). Los ideales de las festividades encarnan lo que es bueno acerca de las relaciones familiares. Las actividades durante este tiempo hacen participar a los miembros de la familia en una forma intensa y emocional. Desafortunadamente, las mujeres con trastornos de la conducta alimentaria encuentran aterrador intimar con otras personas. En tales situaciones se sienten vulnerables e inseguras y por eso regresan a su trastorno se la conducta alimentaria para restablecer un sentido de control y protección. Las dinámicas familiares pueden ser un gran desencadenante y contribuir a las dificultades de los trastornos alimentarios en las mujeres. La lucha con el perfeccionismo, sentimientos de rechazo, desaprobación y el temor a ser controladas, son todas citadas frecuentemente por mujeres que las padecen. Albergar fuertes sentimientos y creer que los padres u otros miembros de la familia las encuentran inaceptables, inadecuadas, o decepcionantes es un reto para cualquier persona pero particularmente devastador para mujeres con un trastorno alimentario. Estar absorbida por el entorno familiar durante las fiestas puede extraer todos los viejos temas, miedos, conflictos y temores acerca de las relaciones familiares. Los trastornos emocionales resultantes alimentan la enfermedad y acrecientan el problema. “Tener un trastorno de la conducta alimentaria durante las fiestas es totalmente contradictorio en mi mente. Yo esperaba toda la comida y me emocionaba, pero al mismo tiempo tenía temor a tener a todos los miembros de la familia alrededor. Siento que la familia ha venido para “ver” el “fenómeno” cuando me harto. Yo sé que ellos simplemente desean ayudar pero pareciera como si la policía de alimentos está afuera patrullando. Siento que sería una gran ayuda hacer un esfuerzo concertado de cambiar el enfoque de las festividades de la comida a la causa y al propósito subyacentes. Yo sé que no es posible para las personas durante nuestra vida diaria asumir este rol, pero en nuestras propias familias, desearía que la comida fuera un tema menor, sólo un accesorio de las fiestas más que el enfoque de ellas”. (20 años) “Con toda la conmoción familiar y la comida, las fiestas son el puro infierno cuando tienes un trastorno alimentario. Para mí si el enfoque no fuera la comida y se enfocara en el motivo verdadero de las fiestas, sería una gran ayuda. Mi familia me ayudó con esto, pero la mayor parte la hice internamente. Recuerde, es sólo comida y tenemos más poder que la comida” (39 años) “Siempre me mantengo bien ocupada para no tener que comer. Estoy siempre ocupada, ayudo a los niños y me aseguro que todo esté lleno y vuelto a llenar para cumplir con las necesidades de todos y me esfumo. Luego cuando todos han terminado, empiezo a recoger las cosas y me mantengo ocupada en la cocina. Si veo algo que me gusta, lo guardo en un recipiente individual, lo escondo para darme un atracón después y nadie me nota pues todos están en la otra habitación platicando y riéndose. Nadie parece notar que no estoy en ninguna parte en los alrededores de manera que puedo limpiar, sentir resentimiento y entonces irme a hacer mis propias cosas y a nadie le haré falta.” (mujer de 45 años). “Después de un tiempo comencé a aislarme porque no podía maneja toda l confusión. Aunque estábamos en fiestas, caí en una depresión y tenía mucha ansiedad. Dormía y me ejercitaba mucho. Hacía cualquier cosa sola que me distrajera”. (17 años) “Casi todas las festividades son difíciles para las personas que sufren trastornos alimentarios. Mi situación se complica más pues no me llevo bien con mi papá y normalmente desahogo mi ira en la comida”. (Mujer de 21 años) Las siguientes sugerencias surgieron de un cuestionario que se hizo a las pacientes: que tres sugerencias tienen para sus familias y amigos que quieren hacer las festividades un poco mejor para un ser querido que sufre un trastorno alimentario? Las mujeres que respondieron a esta pregunta tienen edades de entre los catorce y los cincuenta y seis años y creo que sus sugerencias proveen una luz y comprensión valiosas que puede ser de ayuda para usted y para sus familiares. Ayude con la preparación de la comida, decoración, compras, etc. No argumente sobre lo que su ser querido está comiendo. Está bien darles un poco de ánimo. Ofrezca mucho apoyo y esté alerta de lo que crea ansiedad, y trate de entender lo que la persona siente. No se enfoque demasiado en comida, solamente dará combustible al trastorno alimentario. Pregúntele a su ser querido como está y vea si ella necesita alguna ayuda. No se enoje por la manera en que su ser querido se siente; solo haga lo más que pueda por apoyarla. Sea comprensivo y apoye. Pase tiempo de calidad con su ser querido. Consígale ayuda si ella está lista para eso. Asegúrese que el enfoque de las festividades no es en la comida, sino en la familia y en el valioso tiempo que ustedes compartirán juntos. Deje tiempo para otras actividades que no involucran comida, como juegos, canto de villancicos, decorar y abrir regalos juntos, etc. Permita que la persona que sufre el TCA prepare (o pida) un plato que se sienta cómoda comiendo No actúe como la policía de la comida. No juzgue o cree vergüenza sobre el trastorno alimentario. Esté consciente y note comportamientos de su ser querido, e identifique aquellos que son saludables de los que no son saludables. No presione a las personas a comer. Esto hará el trastorno alimentario peor No le de toneladas de alabanzas cuando coma. Atención es la última cosa que una persona con un trastorno alimentario desea. No hable acerca de dietas, pérdida de peso o aumento de peso. Al paciente le causa gran ansiedad y hace su comportamiento todavía peor. Hable con el miembro de su familia acerca de sus temores y ansiedades y vea como facilitarle su comida o su día. No la vea fijamente. Aprenda lo suficiente sobre la enfermedad y los detonantes para ayudarla a desarrollar tanto habilidades como planes de contingencia. Sepa algo cerca de las luchas de la persona, sus detonantes y obsesiones. Entonces, si Ud. ve esos comportamientos, puede venir después de una comida, llevarla a un lado y decirle como pueden ella ser ayudada en algunos de esos comportamientos y discutir formas de ayuda y de apoyo. Si Ud. la ve batallar, pregúntele si quiere hablar pero no diga nada frente a otras personas, sólo hágalo en privado. Sólo apoye y sea cariñosa No mencione los hábitos alimentarios frente a grupos numerosos, pero individualmente pregunte que puede hacer para ayudar. Enfóquese en como la persona se siente interiormente, que cuestiones la están preocupando, cuales son sus temores y que necesita más que cuanto están comiendo. Trátela con cariño y respeto no importa lo que esté sucediendo. Deje saber a la persona que es querida. Trate de no enfocar demasiada atención en los comportamientos del trastorno alimentario. No pelee con la persona que está luchando con un trastorno alimentario. Trate de ser tan paciente y comprensivo como pueda Estimúlela y dígale que hizo un buen trabajo aún cuando coma una pequeña cantidad. No la haga sentir mal si no come. No haga comentarios sobre cuanto o cuan poquito ellas comen. Ellas seguramente mejorarán si Ud. las deja estar. Esté allí para ellas emocional y físicamente con abrazos y expresiones de cariño. Distraiga la mente de la persona de la comida hablándole de otras cosas: deportes, regalos, películas, shows de TV. Etc. Nunca deje sola a la persona. No importa lo que sea, siempre quiéralas porque estas personas se sienten solitarias en sus vidas y si usted está allí, al menos tendrán a alguien. Los miembros de la familia de una mujer que padece de un trastorno alimentario necesitan saber como ayudar a sus seres queridos durante las festividades Las siguientes sugerencias pueden ser de ayuda: 1) Es importante para los miembros de la familia ser honestos los unos con los otros. Cuando se asiste a una fiesta o a un evento familiar, especialmente si la familia está consciente del trastorno alimentario, es de ayuda que los miembros de esa familia hablen honestamente acerca de lo que ayudará y de lo que no ayudará. Con este conocimiento, la familia puede crear una estructura alrededor de los eventos festivos con la que estén de acuerdo todas las partes involucradas. Reasegúrele acerca de su deseo de “estar allí” para ellas sin tratar de controlar cada problema y responda a la retroalimentación acerca de lo que pudiera ayudarles, haciendo los ajustes positivos necesarios. Ayuda el expresar cariño, gratitud, respeto y aceptación por su ser querido. 2) Es importante enfatizar en el motivo de la celebración o de la festividad y enfocarse menos en los alimentos o las comidas Si el enfoque es en la festividad misma y en su verdadero significado y motivo más que en la comida y en el trastorno alimentario, será más fácil para su ser querido enfocarse menos en eso. Enfatice en tener más tiempo juntos, en actividades y tradiciones que trasciendan las comidas y comer. Permita que la comida se convierta en apoyo de las festividades más que en su enfoque central. 3) Es importante para la familia no sentirse responsables o culpables por el trastorno alimentario de su ser querido. Es también importante para la persona con el trastorno alimentario no sentirse responsable por la familia y por la respuesta emocional de la familia al trastorno alimentario. Uno de los acuerdos que necesita tomar en la cercanía de la temporada de fiestas es: “No perderemos tiempo enfocándonos en el trastorno alimentario o lo que estás comiendo o no comiendo pero tomaremos tiempo en enfocarnos en cada uno y en las cosas que están al alcance y que son buenas en nuestro entorno familiar”. Hágales saber que usted puede dejar pasar las manifestaciones externas del trastorno alimentario porque está más preocupado acerca del dolor, la pena, el temor y la culpa que ellas sienten en su interior. Conociendo la pena interior, nadie tiene que ser culpable por el trastorno alimentario, permitiendo dar énfasis al cariño y las relaciones familiares positivas. Ningún miembro de la familia tendrá que “caminar en cascaritas de huevo” si todos primero conocen las emociones subyacentes asociadas con el trastorno alimentario. La compasión es un maravilloso regalo para alguien con un trastorno alimentario. 4) Si fuera posible, durante la época de festividades, puede ayudar el dividir las actividades en grupos de personas más pequeños Es más fácil y menos abrumador tratar con cinco personas que con cincuenta. Gentilmente invite a su ser querido a participar en actividades y eventos familiares más pequeños, más tranquilos y menos caóticos. Simplemente hablando y compartiendo como un pequeño círculo de miembros familiares puede hacer mucho para incrementar el sentido de pertenencia y seguridad para alguien con un trastorno alimentario. 5) Estimule a los familiares de una persona con un trastorno alimentario a recibir apoyo adicional para ellos mismos durante las festividades. Este apoyo adicional puede venir de familiares cercanos, amigos o también de terapeuta. Si la familia reconoce el beneficio del apoyo adicional de estas personas, pueden también fomentar su participación más que sentirse dolidos y ofendidos por ellos. Algunas veces, una mujer con un trastorno alimentario puede no estar lista todavía a recibir el amor y apoyo de su familia pero al mismo tiempo puede estar temerosa de herir a su familia. El mensaje que la familia necesita enviar a esta persona es simplemente: “Estamos aquí para apoyarte y está bien si otros te apoyan también”. 6) Es importante para la familia eliminar expectativas irrazonables de comportamiento o presiones de actuación. Algunas veces usted desea tanto que las cosas sean mejores que usted no realiza como sus decepcionadas esperanzas y expectativas se convierten en desencadenantes de un trastorno alimentario. Al soltar estas expectativas específicas en su mente, usted se libera para responder y disfrutar de todo lo que su ser querido es capaz durante las festividades. Para la familia, sería de más ayuda expresar mucho calor, amor, bondad y aceptación hacia la persona con un mensaje que diga: “No te presionamos para que nos pruebes nada durante las festividades, Sólo queremos enfocarnos en estar juntos lo mejor que podamos”. Eliminar las expectativas específicas, abiertas o implícitas será más beneficioso para la mujer que sufre de un trastorno alimentario que casi todo lo demás que usted pudiera hacer. 7) Es importante “dar atención” y no “cuidar”. Al declararse usted enfermera, dietista, terapeuta, o detective solamente se ubica en una posición de la que más tarde se arrepentirá. Usted no es responsable de decir o hacer todo correctamente. Nada de lo que usted haga o no haga le quitará al miembro de su familia su propia responsabilidad de sobreponerse y recuperarse de su trastorno alimentario. Ellas son las únicas que pueden hacer ese trabajo pero usted puede ofrecerles cariño, empatía, perdón, aliento y compartir el proceso con ellas. La buena intención que usted exprese es de más ayuda que lo que se diga o haga. Si el miembro de su familia que padece un trastorno alimentario se entera de que su corazón está de su lado, entonces usted se convierte en una fuente de consuelo, apoyo y seguridad para ellas. Estas sugerencias generales para la vida familiar durante las festividades no son una lista completa pero enfatizan los aproches positivos para ayudar al miembro de su familia con el trastorno alimentario. Las ideas específicas, estrategias y acuerdos que puedan salir de las interacciones con su ser querido durante las actividades permiten que este plan sea personal y único para cada familia. Recuerde también que su ser querido que padece un trastorno alimentario también tiene su propia lista de cosas positivas que hacer que pueden así mismo ayudarla durante la época de festividades.