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BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, Copiapó
DIRECTORA DE LA DIBAM Y REPRESENTANTE LEGAL
- Magdalena Krebs Kaulen
SUBDIRECTOR NACIONAL DE MUSEOS
- Alan Trampe Torrejón
DIRECTOR MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
- Guillermo Cortés Lutz
EDITOR
- Yuri Jeria Muñoz
COMITÉ EDITORIAL:
Ciencias Sociales y Humanas:
- Rafael Pérez-Taylor y Aldrete – Licenciado y Doctor en Antropología
- Guillermo Cortés Lutz - Profesor de Estado y Doctor en Historia
- Ángel Espina Barros - Doctor en Antropología
- Yuri Jeria Muñoz - Licenciado en Antropología y Magíster en Pedagogía
- Rodrigo Zalaquett Fuente-Alba - Profesor de Estado y Magíster en Historia
Ciencias Naturales
- Bernardo Sepúlveda Hernández – Licenciado y Doctor en Biología
- Eduardo Fernández Cisternas - Doctor en Electroquímica
CONTACTO
Museo Regional de Atacama
Atacama 98, Copiapó, Región de Atacama, Chile.
Teléfonos: (56-52) 212313 – 230496
Fax: (56-52) 212313 – 230496
Email Editor: [email protected]
Sitio Web: www.museodeatacama.cl
Dirección Postal:
Casilla 134, Correo Copiapó, Región de Atacama.
Registro de Propiedad Intelectual Nº 199156
ISSN (en trámite)
Fotografía de Portada:
Escribanía (circa, 1900).
Colección del Museo Regional de Atacama.
2
SUMARIO
Pág.
5 PRESENTACIÓN
7 EL PRIMER CONTACTO INDÍGENA – ESPAÑOL. Siglo XVI en Atacama
Guillermo Cortés L.
17 CHILE, UNA VOLUNTAD DE SER
Gaspar Quintana J., CMF
25 ETNOGENESIS E IDENTIDAD CULTURAL ENTRE LOS GRUPOS COLLA DE
LA CORDILLERA DE ATACAMA
Daniel Quiroz L. y Yuri Jeria M.
45 UNA ENTRADA A LA CULTURA DE CHILOÉ: Antropología e Historia
Rafael Pérez-Taylor y A.
57 LA ALAMEDA MANUEL ANTONIO MATTA, EN COPIAPÓ. Visión crítica.
Danilo Bruna B.
63 INVESTIGACIÓN, CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DEL PROYECTO MINERO DAMIANA, EL
SALVADOR, REGIÓN DE ATACAMA.
Carlos González G., Catherine Westfall y Carmen Castells Sch.
Comunicaciones:
91 DESIERTO FLORIDO: PATRIMONIO NATURAL DE LA REGION DE
ATACAMA
Raúl Céspedes V.
3
4
PRESENTACIÓN
El Museo Regional de Atacama, desde sus orígenes tiene una larga tradición en cuanto a
la investigación y el desarrollo del pensamiento, cuyos trabajos y estudios tuvieron
como fin el rescate, puesta en valor y difusión del patrimonio, las raíces y la historia de
esta región. Al poner en Circulación el Boletín del Museo Regional, revista de ciencias
patrimoniales, debemos hacer un especial reconocimiento al aporte de nuestro antecesor
“Contribución Histórica del Museo Regional”.
Hoy día no es un misterio que la región de Atacama carece de un instrumento sistemático,
periódico, con rigor científico que de cuenta y socialice la creciente producción intelectual
de la región en el ámbito de las ciencias humanas y de la naturaleza. Nos parece,
siguiendo la línea argumentativa del Profesor Carlos Velasco, Que la Ciencia, debe ser
comunicable y socializante,
sobre esta base pensamos se hacia necesario en la región
la aparición de esta revista, para de esta forma permitir la difusión y popularización del
conocimiento. Jerzy Topolosky planteó que el conocimiento debe necesariamente, salir
del círculo de los iniciados para si llegar al gran público. Es por tanto claro que uno de
nuestros objetivos centrales será poner al servicio de los ciudadanos y de la comunidad,
información reflexionada, que permita cuestionar los paradigmas existentes. Con esta
herramientas esperamos se pueda comenzar nuevamente a re interpretar nuestro
contexto social, económico, político, educacional, territorial y patrimonial para así
avanzar decididamente en transformar nuestra realidad. Para extender la difusión y
acción de nuestro Boletín, lo presentamos tanto en formato revista, como en formato
digital. También avanzaremos en la constitución de un comité científico editorial que de
mayor amplitud y transdisciplinariedad a nuestro boletín.
No obstante lo anterior también existe una posición metodología clara, que sin dejar de
lado la precisión científica, buscara relevar el escribir en español, escribir desde la
región y para la región, generar teoría y conocimiento desde nuestro contexto, generando
apropiación e interacción social, y con ello sinergia científica, en un marco de desarrollo
republicano.
Nuestro Boletín, donde ha trabajado todo el equipo del Museo Regional, será una revista
periódica, científica y con vocación pedagógica, generadora de conciencia critica y
propositiva, buscamos entonces ser un aporte a la educación, al pensamiento y el
desarrollo integral de las mujeres y hombres de Atacama.
Prof. Guillermo Cortés Lutz
Doctor en Historia
Director Museo Regional de Atacama
5
6
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 7-15, Copiapó
EL PRIMER CONTACTO INDÍGENA – ESPAÑOL
Siglo XVI en Atacama
Guillermo Cortés Lutz1
ejercicio de mirar nuestro papel como
región desde 1810 en adelante, pero,
también mirar desde ese hito hacia
atrás. Como lo hemos venido
planteando nuestro aporte a la historia
del Bicentenario ha sido mucho más
que 200 años de historia.
Introducción
El marco de la celebración bicentenaria
nos retrotrae a los hechos políticos del
18 de septiembre de 1810, cuando
nuestro país, en ese momento
gobernación bajo dependencia imperial
de España, inicia junto con el resto de
America un proceso de independencia,
en algunos casos, y de autonomía,
liderada casi exclusivamente por la
oligarquía como fue en el caso de
Chile. Camino que a la larga
nos
terminará llevando a la independencia.
No obstante lo anterior,
la historia
chilena, tenía para su devenir un
fenómeno originario, el momento en
que nuestro país
comienza a
transformarse en una sociedad y de
forma mas precisa en una sociedad
mestiza. Esencia del Chile actual, este
hecho
originario es desde nuestra
óptica el siglo XVI. Por ello que al
rememorar,
analizar,
criticar
y
proponer sobre nuestro Bicentenario,
tenemos necesariamente que hacer el
El siglo XVI, hora del primer contacto
indígena – español, y de la Toma de
Posesión de Chile y con ello de inicio de
la conquista, es el momento originario
del pueblo chileno, y con ello de todo
su desarrollo histórico, allí de forma
muy básica comienza la construcción
de
nuestra
base
material
y
superestructural. El contacto indígena
– español y la Toma de Posesión nos
centran específicamente en las actuales
comunas de Tierra Amarilla, Copiapó,
Diego de Almagro y el valle del
Huasco. Espacio
y tiempo
de
encuentro, de luchas, y de origen de la
historia chilena.
Prolegómenos de la Historia Chilena
La historia de Atacama y de Chile es
una historia que se arrastra por algo
más de 14.000 años, comenzaría en
opinión de Lautaro Núñez con el
Profesor de Historia y Geografía y Doctor en
Historia por la Universidad de Salamanca.
Museo Regional de Atacama, Copiapó, DIBAM.
1
7
amansamiento del país2 o del territorio,
por parte de los primeros americanos,
más recientemente
los arqueólogos
Gloria Cabello, Carlos González y
Francisco Garrido han planteado que
por ahora la evidencia nos lleva a
detectar presencia humana en nuestra
región desde un arcaico temprano 3,
limite por cierto difuso con el periodo
paleo indio. La prehistoria atacameña
tiene esta larga saga histórica desde
los primeros pueblos que se asientan en
el territorio y lógicamente se encuentra
fragmentada por la dificultad propia de
la investigación anterior a la escritura.
A este respecto (y desde la óptica
teórica) las diferencias del registro
escrito al no escrito, nos las ha
explicado
el
arqueólogo
Goran
Burenhult. “Con el nacimiento del
lenguaje escrito, nuestros antepasados
dieron el trascendental paso desde la
prehistoria no escrita a la historia
registrada. A partir de esta época, los
investigadores ya no dependen por entero
de
silenciosos
hallazgos
materiales
arqueológicos, sino que disponen a menudo
de un sinfín de datos registrados
históricamente… Estas historias están
coloreadas a menudo por el sesgo personal
del autor, como es lógico, pero proporcionan
no obstante una visión fascinante de un
mundo antes desconocido4”
alfareros: temprano, medio y tardío,
siendo en esta ultima cuando se verifica
la entrada a Chile del Adelantado de
Diego de Almagro por la actual
comuna de Tierra Amarilla el año 1536.
Hito que hemos denominado de los
prolegómenos.
El año 1536 el Adelantado Diego de
Almagro, producto de las diferencias
con su socio Francisco Pizarro, decide
como el gran capitán que era, marchar
a explorar el sur de lo que era su
gobernación, Nueva Toledo. En esta
empresa contó con el apoyo ( más que
interesado)
del mismo Francisco
Pizarro, que de esta forma pretendía
mantenerlo lejos del Cuzco, y con la
complicidad de los inkas que al alejarlo
del centro del inkanato pensaban
podían iniciar un alzamiento producto
de la división de las tropas españolas.
En este contexto Diego de Almagro se
pone en marcha desde el Cuzco a
Chile, con una de las mas importantes
expediciones generadas en el nuevo
continente,
500
españoles
aproximadamente y una cantidad
cercana
a
los
10.000
indios,
acompañados por el dignatario Pablo
Inka y el Villac Umuc, ( dignatario
religioso), esto lo dio a la empresa un
aura de mucha importancia. “Con su
diligencia e hacienda allegó el adelantado
con tal copia de gente que se podía estimar
por la Flor de las Indias”5. Con este
nombre se ha terminado denominando
hasta el presente a la expedición de
Almagro, una de las más grande y
mejor organizada de cuantas hubo en
América, salieron del Cuzco, siendo
precedidos por Juan de Saavedra, luego
el adelantado toma el camino de la
cordillera,
bordeando
los lagos
Titicaca y Popoo, para llegar hasta la
No obstante la arqueología
y la
etnohistoria han podido despejar
ciertas incógnitas y establecer con cierto
rigor cuales fueron las etapas o
periodos anteriores a la llegada de los
españoles van desde el lejano
Paleoindio, al arcaico, para luego pasar
a los periodos denominados agro
Cf. NUÑEZ,Lautaro: Intervención IV
Convención Nacional de Cultura, Valparaíso,
Diciembre 2007, Pág. 62
3 Lorca, 2010.
4 Burenhult, 1994: 13.
2
5
8
Fernández de Oviedo, 1959: 117.
actual república Argentina y desde allí
comenzar la travesía. Trayecto que no
estuvo exento de dificultades y de la
rebelión de los indios cargadores.
Sayago, nos relata la arenga de
Almagro a sus hombres al cruzar la
cordillera: “Allá tenéis a Chile, que nos
espera con su oro y sus provisiones, Tened
valor”6. El lugar del cruce fue por:
PIRCAS
NEGRAS
Y
COME
CABALLOS , y no por el paso de San
Francisco,
como
ha
repetido
acríticamente
la
historiografía
mapochina, después que desde su
gabinete en Santiago, Diego Barros
Arana, lo dictaminará cual dogma
histórico. El primero en proponer el
paso de Pircas Negras
fue el
historiador copiapino Carlos María
Sayago, y lo hizo en su Historia de
Copiapó,
posteriormente
Gastón
Fernández de la Sociedad chilena de
Historia y Geografía ya en los años 80
retomó esta idea, para posteriormente
encontrar que el arqueólogo Miguel
Cervellino, junto a un grupo de
investigadores realiza la travesía por
Pircas Negras. Al respecto decir que
este era el paso lógico ya que sigue el
camino del Inka que, aproximadamente
a los 28º de latitud sur, corta la
cordillera y permite seguir una serie de
tambos como Ollita, Caserones, La
Puerta7, además de que al bajar se llega
al afluente del río Copiapó, el río el
Pulido
y
luego
se
entronca
directamente con el río Copiapó, lo que
le entregaba a la expedición las
condiciones
necesarias
para
su
desplazamiento y sobrevivencia.
Las dificultades de este cruce fueron
increíbles, siendo la descripción de lo
ocurrido a Jerónimo de Castilla uno de
la más representativas de estas
dificultades, y nos la relata el cronista
Pedro Mariño de Lobera: “Hyeronimo de
Castilla, al cual se le pegaron los dedos de
los pies a las botas, de tal suerte que
cuando lo descalzaron a la noche
le
arrancaron los dedos, sin que los sintiese, ni
echase de ver hasta el otro día , que hallose
sin pies sus dedos”8. La travesía hecha
por varios grupos al mando de distintos
capitanes que conformaban la hueste
conquistadora, al cruzar dejó una gran
cantidad de muertos, principalmente
los cargadores, indios y negros. Con
toda seguridad la expedición siguió
más de un camino para cruzar a Chile,
en abril de 1536 y después de grandes
penurias llega Diego de Almagro con
una adelantada al valle y a Chile, El
mismo cronista Lobera al respecto
escribió lo siguiente: “Este les llevo al
valle de Copiapó, que esta a la entrada de
este reino de Chile”9. Siguiendo esta línea
argumentativa, se puede decir que El
adelantado Diego de Almagro dado,
lo imponente de su hueste y los
problemas que esta vivió allende los
Andes, cruzo en distintas fracción,
siendo estas las siguientes10:
1. Fracción 8 españoles, más
Pablo Tupac.
2. Fracción: Juan de Saavedra
con
150
españoles
3. Fracción: El Adelantado
Diego de Almagro y 50
españoles.
4. Fracción: Capitán Noguerol
de Ulloa con 50 españoles.
5. Fracción: Ruy Díaz con 122
españoles.6. Fracción: Rodrigo
de Ordóñez con 31 Españoles.
SAYAGO, Carlos Historia dE Copiapó, Ed.
Francisco de Aguirre, Pág. 30.
7 CF. Chile bajo el imperio de los Inkas,
Publicación Museo de Arte Precolombino , 2009,
de Pág. 8
6
Lobera, 1959: 241.
Op. cit. Pág. 234
10 Cf. Advis, 1994: 104.
8
9
9
6.Fracción:
Rodrigo
de
Ordóñez con 31 españoles.
7. Fracción: Juan de Herrada
con 88 españoles.
actualmente son Inka de Oro y por el
tambo de Chañar o actual finca de
Chañaral, es decir a su vuela al Perú
toca la actual comuna de Diego de
Almagro. Esto querría decir que esta
ciudad con esa denominación en algo
debería su nombre a este conquistador.
De esta forma, en el valle de Copiapó,
en
la actual comuna de Tierra
Amarilla, se producía en el otoño de
1536 el primer gran contacto entre
chilenos y conquistadores. Eran los
prolegómenos de la historia chilena.
Inicios de la Historia de Chile: Arribo
de Valdivia al Valle de Chañar y Toma
de Posesión en Copiapó.
Temporalmente la zona del primer
contacto son los primeros 14 años de la
conquista, momentos iniciales de la
historia chilena, donde se comienza a
dibujar la actual sociedad mestiza,
seña indeleble de nuestro pueblo. En
este periodo tenemos los denominados
prolegómenos o llegada de Diego de
Almagro y el verdadero momento
fundacional, la llegada de Pedro de
Valdivia en 1540.
La vuelta de Diego de Almagro y su
paso por Finca Chañaral (en la actual
comuna de Diego de Almagro).
La llegada de Almagro es
para
Atacama y Coquimbo una experiencia
bastante traumática, una de sus
acciones es la quema de 36 caciques 11
en castigo por la muerte de los tres
soldados españoles que habían llegado
a estas tierras como la primera
avanzada de Almagro, Juan de Sedizo,
Antonio Gutiérrez, y Diego Pérez del
Río.
El adelantado
realiza un
reconocimiento del país, lo que lo lleva
hasta el sur, y a la costa del valle
central, al no encontrar las ciudades y
riquezas
que
esperaba
y
en
conocimiento de que han llegado
documentaron
importante
desde
España, decide volver, la vuelta se
decide en Copiapó y termina siendo es
un descalabro demográfico para la
población Diaguita de este valle, ya que
captura en el valle de Copiapó a todo
indígena que pueda ser cargador, con
lo que se lleva a los hombres jóvenes en
edad de procrear. La vuelta del
Adelantado se produce ahora por el
camino del Inka, esta decisión lo lleva a
tener que pasar por sus tambos, que
Pedro de Valdivia,
personaje
aventurero y ambicioso, propio de la
conquista, buscaba hacerse de un
nombre y de riqueza. Había llegando a
América
recalando
primero
en
Venezuela y desde allí pasa al Perú
donde se hace
afín al marqués
Francisco Pizarro en los hechos bélicos
ocurridos entre este
y Diego de
Almagro, sucesos que se deciden en la
batalla de las Salinas a favor del
primero. Pedro de Valdivia, originario
de Extremadura – España, que gracias
a su inteligencia, valentía y sagacidad
había alcanzado cierta estabilidad en
Perú, sentía que todavía podía jugar un
rol mas protagónico en el proceso de
conquista, por ello es que decide venir
La mayoría de los historiadores anotan que
fueron 32 caciques asesinados, , pero el cronista
Pedro Mariño de Lobera, da la cifra de 36.
11
10
a conquistar y sobre todo a fundar un
país. Mucho se ha hipotetizado sobre
las razones de su viaje. “La verdad es
que el impulso del capitán Pedro de
Valdivia es más que el deseo de riquezas,
que sin duda lo había, a pesar de su
privilegiada situación en el Perú, pero,
como la categoría económica no explica todo
por si sola, aquí sin duda hay motivaciones
de índole psicológica como era la fama de
sí”12. Una opinión similar ha sostenido
Julio Retamal, cuando nos dice sobre
Valdivia lo siguiente:”Pedro de Valdivia
estaba destinado, no obstante, a ser el
verdadero fundador de la nación y el
estado”13. Sobre esta base argumentativa
podemos decir que estábamos en los
márgenes de la construcción de lo que
sería Chile, de allí nuestra insistencia en
pensar que el Bicentenario hunde sus
raíces en el siglo XVI.
a Valdivia los capitanes Francisco de
Villagra y Francisco de Aguirre. El
relato de los cronistas nos dice lo
siguiente: “Supo como venían el capitán
Francisco de Aguirre con cierta gente.
Enbiolé a avisar qu` el se yva por la halda
de la sierra a esperarle en el valle de
Atacama …. Y en un pueblo que se dize de
capirucones se junto Francisco de Villagra
con el general”15. También en esta etapa
se unen Jerónimo de Alderete, Rodrigo
de Araya, Juan Bohon, Juan Jofre, entre
otros capitanes. Desde aquí la tropa
española ya no se detendría hasta llegar
al
primer
territorio
chileno,
denominado Chañar. Lugar o valle
que, dice Bibar, tiene la longitud de un
tiro de arcabuz, y un tiro de piedra de
ancho. Aquí los españoles reposan dos
días entre chañares y algarrobos, donde
les parecía que estaban a la orilla del
Guadalquivir.
Lo concreto es que salen los primeros
días de 1540, podría ser la fecha 14 de
enero14 , con once soldados más una
mujer, Inés de Suárez, en la ciudad de
Arequipa se le une Alonso de Monroy,
miembro de la expedición que les había
precedido en la salida, aquí ya
comienzan a andar por las rutas del
Inka, para hacer del viaje una ruta más
segura. Desde Arequipa toman camino
a San Pedro de Atacama, la hueste ya
se ha convertido en una expedición de
aproximadamente
unos
80
conquistadores, en esta etapa se suman
“D` este valle que dizen El Chañar
fasta el valle de Copiapó ay
deziocho leguas, buen camino, llano
y sin cienaga, ni agua”16.
Era la primera aproximación, más bien
la llegada a Chile, a lo que hoy es
Finca de Chañaral, actual comuna de
Diego de Almagro, era posiblemente
fines de septiembre o principios de
octubre, por primera vez la tropa del
conquistador Valdivia tocaba tierra de
Ancha Chire o simplemente de Chile.
Por tanto, todo lo que se dijo, todos los
ríos de tinta que han corrido, todos los
CORTES, Guillermo. Los Diaguitas. Historia de
los pueblos de los Valles Transversales. Tesis
Doctoral, Universidad de Salamanca, España,
Pág. 359
13 Retamal et el., 1992: 37.
14 CF. Sayago, 2006.
12
15
16
11
Bibar, 1979: 13
Op. cit. Pág. 27
textos publicados con tanto esmero
sobre la llegada al valle del Mapocho
tiene un enorme precedente, la llegada
a Finca Chañaral y luego la toma de
posesión de Chile en Copiapó, por lo
que nos parece que a los menos debería
haber una modificación en la narración
histórica para decir que en la actual
comuna de Diego de Almagro, según el
mismo Pedro de Valdivia llegaron 150
soldados
de
conquista,
donde
descansaron y repusieron fuerzas, ya
estaban en Chile.
Ahora vendrían
nuevos momentos de lo que sería este
nuevo país. Otras fuentes nos dicen que
llegaron 170 soldados17, Pedro Mariño
de Lobera, habla de 160 soldados, pero
nos quedamos con el primer guarismo
entregado por el mismo conquistador,
desde allí se reanudo el viaje al valle
de Copiapó, sería el momento de tomar
posesión de estos nuevos territorios.
mantenemos la propuesta hecha en
nuestra Tesis Doctoral18.
La toma del valle de la Posesión
La Historia de Chile nace en Atacama y
en el valle de Copiapó19. Es aquí donde
se
configura
verdaderamente
la
conquista del territorio y con ello se da
paso a la sociedad mestiza, que es lo
que define Chile del presente. La Toma
de posesión habría ocurrido el 26 de
octubre de 1540, y, como hito, la
localizamos
en
el
sector
de
Chamonate o en el de Toledo. El
historiador Oriel Álvarez mantuvo la
idea de que también pudo ocurrir este
hecho cerca de los espacios cercanos a
la actual planta Ojancos20. Pedro de
Valdivia toma posesión a nombre del
rey de España y dado su grado de
teniente de gobernador, también lo hizo
en representación de Francisco de
Pizarro, este trascendental hecho habría
quedado certificado legalmente por
Sobre la base de los documentos
históricos con los que contamos y
basándonos en la importancia para la
generación de los procesos históricos,
nos atreveremos a realizar a lo menos
dos propuestas para la discusión.
Los Diaguitas: Historia de los pueblos de los Valles
Transversales, Tesis para acceder al grado de
Doctor del autor, leída y aprobada en la
Universidad de Salamanca España, diciembre de
1998.
19 Teóricamente habrá historia en cuanto existan
documentos escritos que así li avalen, y como ha
planteado Itallo Merello en su “Historia del
Derecho”, no se es historia solo por ser pasado
se es en cuanto al valor del hecho para la marcha
de las sociedades. También agregar que
jurídicamente en ese momento se redacta un
documento público, por parte de Luis de
Cartagena.
20 Discusiones con Oriel Álvarez en el marco de
la Sociedad Chilena de Historia y Geografía,
filial Copiapó, durante el año 1999.
18
1. La primera aproximación a lo que
sería Chile, la hace pedro de Valdivia
en lo que actualmente es la Comuna de
Diego de Almagro, y de forma más
precisa decir que su arribo a Chile es a
Finca Chañaral.
2. Lo segundo y tal vez mas importante
en cuanto a discusión es que
17
Cf. Góngora y Marmolejo, 1960.
12
Luis de Cartagena21, el que actuó como
escribano y notario, a la vez el hecho
fue relatado por Gerónimo de Bibar,
cronista estudioso de los hechos del
conquistador Valdivia, de sus cartas de
relación y en más de una ocasión
acompañante de sus expediciones por
Chile, es
quien nos describe así el
momento de la incorporaron de Chile a
la corona y al proceso de la conquista:
"En jueves XXVI días del mes de octubre
del año de nuestra salud de mil y quinientos
quarenta , ante un escribano del rey y de
representación real, el general tomo
posesión en nombre de su majestad..Hizo
las diligencias que en tal caso se requerian,
diciendo en voz alta que emprendía y
emprendió y tomaba y tomó posesión en
aquel valle de Copiapó en nombre de su
majestad. Ese valle de indios como de toda
la gobernación que de allí en adelante tenía,
y que si alguna persona o personas avia que
se lo contradixiese o defendiese, qu´ el se
mataría con tal persona o personas".22
Bernardo de Lizárraga, Garcilaso de la
Vega, y las cartas de Pedro de Valdivia,
entre los más destacados.
Tenemos entonces que si analizamos
los antecedentes históricos de la toma
de posesión, ya sea desde una óptica
teórica, o desde la perspectiva de la
importancia de la fijación de hitos para
el desarrollo del proceso evolutivo de la
historia de Chile,
esta habría
comenzado el jueves 26 de octubre de
1540. Por lo tanto pensamos que no es
posible
atribuir este mérito a
Magallanes (1 de noviembre de 1520
d.C.), cuyo destino es otro y su paso
por Chile es efímero. Tampoco sería
posible atribuir el honor de dar inicio a
la historia chilena a la expedición de
descubrimiento del adelantado don
Diego de Almagro, ya que este, a su
llegada a Chile en 1536, no toma
posesión de los nuevos territorios y por
lo tanto no se establecen procesos, y si
bien hay documentos, no hay escritos
legales que vinculen a Chile con el
imperio. Además Almagro solo tiene la
intención de reconocer pero jamás de
quedarse e iniciar un proceso nuevo
dentro del contexto de la conquista de
América.
Según el historiador copiapino Carlos
María Sayago, producto de estos
hechos de dominio de este nuevo
territorio, se le denomino a todo la
cuenca del río Copiapó; Valle de la
Posesión. También es posible mencionar
como fuentes y antecedentes para
estudiar el inicio de la historia de Chile
y el pasado copiapino, a Alonso de
Góngora y Marmolejo,
al
ya
nombrado Pedro Mariño de Lobera,
Gonzalo Fernández
de Oviedo,
Antonio de Herrera, Diego de Ocaña,
El resto de la historia de Atacama no
deja de ser
agitada e interesante,
bástenos decir que a pesar del
descalabro demográfico que significo la
vuelta del Adelantado Almagro al Perú,
los indígenas del valle de Copiapó se
van a rebelar contra los españoles en
1548, destruyendo el fuerte de Copiapó.
En America y al calor de la conquista
Quien posteriormente será escribano publico
del Cabildo de Santiago.
22 Bibar, 1994: 207.
21
13
la fundación de las primeras ciudades
siempre fue una plaza fuerte, y esto se
aplica a Chile, y de forma más
específica a los primeros 10 años de la
conquista, los tres fuertes fueron
ciudades o viceversa, Santiago 1541, La
Serena 1544 y Copiapó en 1548, por
ello en la fundación del fuerte de Juan
Bohon
en 1549, debe verse el
verdadero origen urbano occidental de
la ciudad de Copiapó.
Sergio
Villalobos al respecto de los problemas
de los españoles con los indígenas y sus
fundaciones ha dicho lo siguiente:
“Esas experiencias enseñaron a los
españoles que la fundación de ciudades
debía comenzar siempre por la erección de
un fuerte”23. De allí que el fuerte de Juan
Bohon , con su ubicación temporal sean
los verdaderos cimientos de la ciudad,
su posterior fundación (o re fundación)
en 1744, es solo la ratificación legal de
una expresión urbana que existía aun
antes de la llegada de los españoles.
Carlos
María
Sayago,
relató
profusamente el tópico del Fuerte
Copiapó, entre sus notas encontramos
lo siguiente: “Con tal motivo, trasladose
Bohón con alguna tropa a este Valle. Desde
luego vio que era preciso construir una
casa fortificada, capaz de contener una
regular guarnición que pusiera a los
indígenas a raya de sus depredaciones”. Y
luego agrega: “ Al efecto eligió una planicie
situada como a tres cuartos de legua más
arriba del Pucará y allí levanto, de piedra y
barro, el cuartel, con sus correspondientes
cubos, fosos, troneras, plaza de ramas y
viviendas”24 Cuando se habla de plaza
23
24
de armas, cuartel y viviendas, y dado
todos los elementos enumerados se
puede pensar que estamos hablando de
los orígenes de un poblado, que al
haber sido destruido y quemado no
pudo quedar registro sobre sí se
estableció un cabildo o alguna
organización embrionaria
de tipo
urbana. La tesis del fuerte ha sido un
tanto desacreditada o ignorada, sin
razones científicas reales para no ser
tomada en consideración por la historia
regional y chilena.
Toda la documentación y bibliografía
nos indica que este fuerte fue atacado
por los indígenas, en una importante
sublevación en el norte, el lugar es
completamente destruido y quemado, y
van a matar a todos los españoles
incluidos el capitán Juan Bohon. Al
respecto el cronista Marmolejo
se
refiere a este suceso: “Es un capitán
inprudente en la seguridad y mal platico de
la guerra, lo sorprenden y los atrapan y
matan treinta y dos soldados… al qual
dieron muerte tan cruel, que usando de
muchas maneras crueldades a lo ultimo lo
ahorcaron”25 .
Otro de los relatos al
respecto es el del Bibar, quien describe
la destrucción y quema del Fuerte
Copiapó así: “Pues viendo los indios de
Copiapó la venida de tantos cristianos
acordaron de rebelarse y para esto enviaron
sus mensajeros al valle de Guasco, al valle
de La Serena y al valle de Limarí,
avisándoles que ellos tenían noticias de
cómo venían muchos cristianos y más de
los que habían pasado, como ellos los
habían visto y que mirasen el trabajo que
Villalobos, 1993: 218.
Sayago, 2006: 33
25
14
Góngora y Marmolejo, 1960: 88 y 89.
tenían con ellos, y que se apercibiesen, de
allí a seis días, y que diesen en los cristianos
, e los matasen a todos e quemasen”26.
BURENHULT, Goran: Atlas Universal
de las Civilizaciones, Ed. Debate S. A.,
Madrid, 1994.
Posteriormente
la
sublevación
comenzada en el valle de Copiapó se
trasladara a la Ciudad Fuerte de la
Serena la cual también será destruida.
No eran nuestros ancestros el pueblo
manso al conquistador como se nos ha
querido hacer pensar, los hechos de los
fuertes de Copiapó y La Serena fue algo
más que una revuelta era la reacción de
un pueblo talentoso creativo y defensor
de sus prerrogativas.
CABELLO, G., GONZÁLEZ, C. Y
GARRIDO, F. Revisitando la secuencia
cronológica cultural de la región de
Atacama. en: Estudio de Fortalecimiento
de la Identidad de Atacama: pp. 31-49.
M. Lorca Editor, Copiapó, 2010.
Así se configuran las primeras horas de
la conquista en el siglo XVI, con un
marcado protagonismo de nuestro
territorio, no solo por ser la entrada de
los españoles, sino por la defensa del
territorio, por el sacrificio de sus gentes
y por haber resistido todo el embate
que no era solo el del conquistador,
sino que
de todo el poderoso
expansionismo mercantilista europeo.
FERNANDEZ DE OVIEDO, Gonzalo:
Historia General y Natural de las India,
Ediciones ATLAS ( BAE), Tomo CXXXI
CORTÉS, Guillermo: Los Diaguitas:
Historia de los pueblos de los Valles
Transversales, Tesis para acceder al
grado de Doctor del autor, leída y
aprobada en la Universidad de
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hasta el año 1575, Editorial Atlas, BAE,
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LOBERA, Pedro M. : Crónica del Reino
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LORCA, Mauricio (Editor), Estudio de
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26
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Convención Nacional de Cultura,
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BIBAR, 1994: 161.
15
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Editorial Zigzag, Santiago, 1992.
SAYAGO, Carlos: Historia de Copiapó,
Editora Tamarugal, Copiapó, 2006.
SAYAGO, Carlos: Historia de
Copiapó, Ed. Francisco de Aguirre,
Santiago.
VILLALOBOS, Sergio: Historia del
Pueblo Chileno, Editorial Zig Zag,
Santiago, 1993.
16
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 17-23, Copiapó
CHILE, UNA VOLUNTAD DE SER
independentista a la vez: las repúblicas se
formaron en contra de España, no en contra
de una Iglesia identificada con la
monarquía católica como en Francia. Las
revoluciones de independencia entre 1808 y
1826 fueron revoluciones políticas que
transitaron de una legitimidad religiosa a
una jurídica sin expulsar la religión del
Estado.”29 Por otro, aparece lo que
agudamente Benjamín Subercaseaux
pensaba de Chile como “una loca
geografía”, escribiendo: “contrariamente a
otros países, posee una geografía que supera
el sentimiento nacional del pueblo que lo
habita.”30. Es posible que esta “locura”
de muchos y variados terremotos y
tsunamis en su historia, tenga una
doble cara. Por un lado son fenómenos
de una naturaleza sorpresiva e
inmanejable, y por otro vienen a ser
casi una experiencia “cósmica pascual,”
por usar el lenguaje cristiano. Allí ha
habido de todo: muerte, transfiguración
y un tipo de resurrección no imaginada.
+Gaspar Quintana J., CMF27
Introducción
La noche del 27 de febrero de este año
fue pavorosa. Una parte importante del
Valle Central de Chile fue sacudida
larga y violentamente. Se nos vino a la
mente lo escrito por el poeta latino
Séneca sobre el terremoto de Pompeya:
“¿hacia qué refugio, hacia qué ayuda
volveremos nuestras miradas si es la tierra
misma la que amenaza ruina, si la que antes
nos protegía y sostenía ahora se abre a
nuestros pies, tierra sobre la que el hombre
ha levantado sus edificios y que, al decir de
algunos, es el fundamento del mundo?”28
El contraste entre una festiva
conmemoración del Bicentenario de
nuestra Independencia, y los desastres
del terremoto y tsunami en el océano
no siempre Pacífico nos desconcertaron.
Por lo demás, dando un vistazo
panorámico a la historia del país hay
campo para un fuerte contraste. Por un
lado, Chile, como parte de América
Latina, “representa una experiencia
original por este doble carácter de una
ruptura que fue revolucionaria e
Los Porfiados Hechos
La historia de Chile, en sus diversas
etapas de Descubrimiento, Conquista,
Colonia y República, ha sido no sólo
un proceso sociopolítico y cultural, sino
Obispo de la diócesis de Copiapó, Chile
SENECA Lucio Anneo, Los ocho libros de
cuestiones naturales, Espasa-Calpe, Buenos Aires
1948, traducción de J.L. Izquierdo Hernández,
pp. 141-145.
SERRANO S., ¿Qué hacer con Dios en la
República? Política y secularización en Chile (18451885), Fondo de Cultura Económica, Chile 2005.
30 SUBERCASEAUX B., Chile o una loca geografía,
Editorial Universitaria, Santiago, mayo 2005.
27
29
28
17
que además lleva incluida una
dimensión, digamos, geográficamente
cuasiapocalíptica. Esto han sido los
muchos movimientos violentos de
tierra y de agua oceánica sin control en
los 4.500 kms. de longitud de su costa.
Gobernaba Bernardo O´Higgins como
Director Supremo cuando el 19 de
noviembre de 1822, pasadas las diez de
la noche, la fuerza de la tierra se abatió
sobre Chile entre Illapel por el norte y
Chiloé en el sur del país. Resultaron no
menos de doscientas víctimas fatales y
otros tantos heridos. Duró tres minutos
y
medio,
pero
registró
una
prolongación de 170 réplicas menores
en los días subsiguientes.
Una mirada rápida a esta dimensión
sísmica de su proceso histórico nos
muestra a Chile con la siguiente
estadística:
 siglo XVI: 2 terremotos,
 siglo XVII: 9 terremotos, 1 temblor,
3 tsunamis
 siglo XVIII: 4 terremotos, 3
temblores,
 siglo XIX: 15 terremotos, 17
temblores, 8 tsunamis31
 siglo XX: 10 terremotos, 57
temblores, 9 tsunamis,32
 siglo XXI: 2 terremotos,
3
temblores, 2 tsunamis.
Como dato curioso se constata que
O´Higgins escapó milagrosamente de
morir aplastado por los escombros del
Palacio de Gobierno de Valparaíso: fue
sacado a rastras cuando el edificio se
derrumbaba. Esa vez hubo una gran
marejada que destruyó la bahía de
Quintero, inhabilitándola como puerto
por largo tiempo.
En la prensa de la época hubo un
apasionado debate: entre Camilo
Henríquez, religioso camiliano, líder
independentista y el dominico fray
Tadeo Silva, sobre las manifestaciones
de fe de la gente que, con temor
practica
sangrientas
penitencias.
Henríquez cita bases científicas para
explicar el origen natural de estos
fenómenos. El dominico juzgó los
argumentos de Henríquez
como
impíos y blasfemos y así ponía en duda
la calidad de su fe.
Personajes famosos de la época como
Marta Graham,33 Charles Darwin,
Ignacio Domeyko y Pedro Amado
Pissis, estudiaron este fenómeno de los
sismos en Chile, como un lugar
Optamos por limitarnos sólo a algunos
fenómenos sísmicos o marítimos más
significativos de los años abarcados por
el Bicentenario, a saber, los terremotos
de 1822, el de Valparaíso en 1906, el de
Chillán en 1939, el cataclismo de
Valdivia en 1960, y el reciente
terremoto y tsunami del 27 de febrero
de 2010.
Terremoto de 1822
Se trata de los sismos de La Serena (1 de enero
de 1801), de los terremotos de Copiapó (3, 4 y 11
de abril de 1819 con tsunami mayor), del
terremoto del 5 de noviembre de 1822,
32 Nos referimos a los sismos en el Norte Chico
del 19 de marzo de 1904, de Rancagua el 26 de
octubre de 1905, el terremoto del 16 de agosto de
1906 con tsunami, el sismo del Norte el 24 de
diciembre de 1906, el sismo de Valdivia en 13 de
noviembre de 1907, y de Santiago el 28 de abril
de 1909, el sismo de Copiapó el 7 de junio de
1909,
31
GRAHAM M., Diario de una residencia en Chile
en el año 1822. Traducido y editado por María
Ester Martínez y Javiera Palma. Edit. Norma,
2005, 267 pp.
33
18
privilegiado para estudiar la alta tasa
de actividad volcánica del país.34
actos. El sismo dejó un saldo de 3.000
muertos.
Darwin, escribe a su hermana Carolina,
en 1835, después de ver los efectos de
un gran sismo: “el suelo está atravesado
por grietas, las rocas sólidas parecen
temblar, sólidos contrafuertes de entre seis
y diez pies están rotos en pequeños
fragmentos. Estoy muy contento de haber
llegado a Concepción poco después (del
terremoto): es uno de los espectáculos más
interesantes que he visto desde que salí de
Inglaterra.”35
Terremoto de Chillán en 1939.
Era Presidente de la República don
Pedro Aguirre Cerda cuando el martes
24 de enero de 1939, vino un muy
fuerte terremoto, a las 23,32 hrs. con
una magnitud de 8, 3 MW y a una
profundidad de 60 kits. Afectó a las
Provincias de Talca, Linares, Maule,
Ñuble, Concepción y Bíobío. Hubo
30.000 muertos según cifras de prensa,
pero según cifras oficiales fueron 5.648
los que perdieron su vida en este
terremoto. 3.500 viviendas fueron
destruidas
por
la
fuerza
del
movimiento telúrico.
Terremoto de Valparaíso en 1906
Este gran sismo sucedió el jueves 16 de
agosto de 1906 a las 19:48 hora local con
su
epicentro en la Región de
Valparaíso, con una magnitud de 7,9º
en la escala de Richter, aunque sabemos
que para esa fecha no existía esta escala.
Quedó destruida toda la ciudad y los
testigos cuentan de la gran destrucción
y el espanto de los atrapados en los
escombros.
Tres minutos más tarde, la ciudad de
Concepción fue sacudida violentamente
por la misma fuerza sísmica. Casi todas
las edificaciones, alrededor de un 95%
de las casas, fueron totalmente
destruidas.
Terremoto de Valdivia en 1960
El 21 de Mayo de 1960 a las 6:02 de la
mañana un fuerte temblor 7.5 escala de
Richter, sacudió a la zona central del
país con epicentro cerca de Concepción,
en el sur. Gobernaba el país don Jorge
Alessandri Rodríguez. Era la actividad
sísmica más intensa que haya habido en
Chile en la época moderna y en el
planeta.
Las autoridades, bajo el gobierno del
Presidente Germán Riesco Errázuriz, se
organizaron rápidamente para socorrer
a los damnificados, siendo importante
la dura labor del médico José Gross,
para contrarrestar los efectos de las
plagas y epidemias que surgen tras un
terremoto. Ese año se crea el Servicio
Sismológico de Chile, el cual tuvo como
primer director al francés Fernand de
Monteses de Vallare.
En este mismo día y al día siguiente se
sucedieron
numerosas
réplicas
alcanzando las más fuertes las
magnitudes de 6.5, 7.5, 7.8 y 7.5 Richter
respectivamente. El domingo 22 de
Mayo a las 3:10:48 PM se produjo un
terremoto de magnitud 7.5 con
epicentro cerca de Chiloé.
Esta catástrofe fue ocasión de que
hubiera pillajes y saqueos, lo que
motivó una ley de fusilamiento para
quien fuera hallado realizando dichos
Cf. MUSEO HISTORICO NACIONAL,
Terremotos, p. 13,
35 Cf. MUSEO HISTORICO…, p. 9.
34
19
Las circunstancias obligaron a las
autoridades y técnicos a realizar la obra
de ingeniería de emergencia más
grande efectuada en Chile, abriendo un
canal de evacuación del lago Riñihue.
Así se evitó así la inundación de
Valdivia y de los pueblos aledaños.36
intensidad fue de 8,8 en escala Richter y
9 en Mercalli, con epicentro a 63 Kish al
sur de Cauquenes, en el Valle Central
del país. En el final del mandato
presidencial de Michelle Bachelet la
tierra y el mar causaron un estupor tal
como no había habido desde el
cataclismo de Valdivia en 1960.
Varios terremotos afectaron a diez
provincias del Valle Central, en una
región de más de 600 Kish. de longitud
habitada por dos y medio millones de
personas. Fueron dañadas 450 mil
viviendas, el 10% de las cuales
quedaron irremediablemente perdidas.
Este sismo reciente está entre los 5 más
grandes registrados en el mundo, con
tal potencia que la zona de impacto fue
de entre 300 a 500 Kish, con tsunamis
en las costas de la Región del Maule y
en Bíobío.
Murieron
unas
2.000
personas
principalmente por el tsunami, y
resultando 3.000 heridas y 2.000.000 de
personas perdieron su hogar. Las
pérdidas materiales alcanzaron una
suma superior a 500 millones de
dólares de la época.
El número de muertos o desaparecidos
fue de aproximadamente 521. Los
daños en el aeropuerto nacional e
internacional de Santiago y en muchos
puentes y autopistas del país
deterioraron
las
comunicaciones,
aislando al país del resto del mundo y
dificultando
así
la
colaboración
solidaria de otras naciones.
Vale la pena citar al poeta Premio
Nobel Pablo Neruda, que, impactado
por esta tragedia, expresó lo que fue
para él ese cataclismo y tsunami casi de
fantasía: “Dios mío, tocó la campana la
lengua del antepasado en mi boca, tra vez el
caballo iracundo patea el planeta y escoge la
patria delgada, la orilla del páramo andino,
la tierra que dio en su angostura la uva
celeste y el cobre absoluto…37.
Esta tragedia nos trajo tantas lecciones:
por una parte, una inmensa solidaridad
de la ciudadanía y de gobiernos de
muchos países. Pero por otra dejó a la
vista la frágil condición de decisiones
equivocadas o no asumidas a tiempo, o
el descontrol provocado por el sismo
que abrió la puerta a un vergonzoso
saqueo, ¿fruto tal vez, de cierta barbarie
ciudadana,
del
apremio
o
la
desesperación?
Terremoto y tsunami de 2010.
Eran las 3:32 de la noche del 27 de
febrero cuando un fortísimo y largo
terremoto con tsunami incluido golpeó
una parte importante de Chile. Su
Un conmovedor signo de unión
solidaria ante el dolor y las ruinas: fue
la improvisada Teletón nacional que
unió a todos los sectores sociales de
Chile como familia, logrando una
recolección de más de 60 millones de
dólares en 28 horas.
Los tsunamis se produjeron también, a
consecuencia de este terremoto, en lugares tan
distantes como las Islas Hawai (61 muertes y
U$75 millones en daños), Japón (138 muertes y
daños por U$ 50 millones) y Filipinas (32
muertes y desaparecimientos).
37 NERUDA P., La barcarola, en Terremoto en
Chile,
36
20
O´Higgins) nos gobierna y este terremoto
es el resultado de su autoridad.”40
Chile, la Pasión de Sobrevivir
Puestos a reflexionar sobre esta
realidad de tanto riesgo y que ha sido
frecuente en la historia de Chile, cabe
hacer algunas reflexiones.
El habla popular, desde una visión
religiosa de estos fenómenos, ha
mezclado en otros tiempos lo humano y
lo divino, expresándolos a su modo. Un
ejemplo: cuando detalla que el sismo ha
durado “el rezo de tres credos”. 41
1.- Gabriela Mistral, Premio Nobel 1945,
con la clarividencia propia de los
artistas, aporta un rasgo de fina
antropología cuando afirma: “En una
serie de frases apelativas de nuestros países,
podría decirse: Brasil, o el cuerno de la
abundancia; Argentina, o la convivencia
universal, Chile, o la voluntad de ser. Esta
voluntad terca de existir ha tenido a veces
aspectos de violencia y a algunos se les
antoja desmedida para cinco millones de
hombres.”38
3.- En el nivel eclesial se constata un
hecho: “los dolorosos acontecimientos que
afectaron a la Iglesia de Chile en la
Independencia, y las disputas en los
claustros, no lograron debilitar en el pueblo
y en la aristocracia la fe propia de la
religiosidad de aquel tiempo.”42 En este
tipo de adversidades el catolicismo
popular recurre al Señor de Dolores, a
María Madre compasiva, a los santos y
patronos de ciudades, asociaciones y
gremios43 a quienes se venera con
procesiones y mandas, o construyendo
templos y capillas.
Captamos esta voluntad de ser cuando
comprobamos
la obstinación del
chileno por levantar a su país caído o
desplomado, y su tozudez en buscar un
futuro de vida plena cuando se asoma
la muerte.
4.- Hoy la actitud religiosa tiene una
perspectiva más amplia y secular. Por
un lado, hay que partir de un hecho
constatado por los datos científicos:
Chile “está situado frente a la placa de
Nazca y sobre el cinturón de fuego del
Pacífico, lo que hace de los movimientos
telúricos una realidad inherente a la
realidad de cada habitante de esta tierra.”44
Por otro, está claro que los gobernantes
y el pueblo asumen las lecciones que
dan el sufrimiento y la muerte, la
destrucción o el deterioro de obras e
iniciativas de largo aliento, en forma
2.- En el mundo del catolicismo popular
de la época, pastores y fieles, han
vivido este fenómeno, más antes que
ahora, con una perspectiva religiosa, a
pesar del ambiente sociopolítico y
laicista tan propio, por ej., del siglo XIX.
Dos casos de muestra. Uno, que los
terremotos fueran vistos como una
prueba o castigo del cielo: es Dios quien
“pone estos escollos en el camino de los
pueblos.”39 Otro, que fueran ocasión
para una lectura política coyuntural. Es
el caso del Obispo de Santiago, José
Rodríguez Zorrilla, allá por 1820, quien,
desde el púlpito de la Catedral lee un
fuerte sismo según sus ideas cuando
dice: “Dios nos ha castigado porque este
mal hombre (el Director Supremo Bernardo
38
39
MUSEO HISTORICO… p. 14.
MUSEO HISTORICO NACIONAL, …ibídem.
42 ARANEDA BRAVO, F., LA historia de la Iglesia
en Chile, Ediciones Paulinas, Santiago, p. 395.
43 Cf. Documento de Puebla, n. 444; Documento
de Aparecida,
44 Cf. DE VOS E., BARBARA, en Terremotos en
Chile, Publicaciones del Archivo Histórico
Nacional, Presentación.
40
41
MISTRAL G., Recados…, ibid.
MUSEO HISTORICO ..., p. 13.
21
realista y planificada de acuerdo a
prioridades y recursos.
En efecto han sido ocasión para una
larga y profunda meditación nacional
cuando nos preparábamos para la
celebración del Bicentenario.
Es un hecho palpable que, en el plano
social y material las autoridades junto
con el sacrificado trabajo de la
población se han de organizar para la
reconstrucción de las
ciudades,
puertos, de sus escuelas y templos, el
reinicio de faenas en minas o industrias.
¿Qué pensar, qué aprender, qué hacer
de cara al futuro, cuando nos damos
cuenta de que “somos un pueblo que se ha
remecido y que queda tembloroso por un
tiempo. La pérdida de vidas humanas y de
bienes, la vivencia de una situación límite
al extremo, provocan heridas que no sanan
rápido”?46
5.- ¿Qué lecciones hemos de aprender
humildemente a raíz de los terremotos
y tsunamis de este año? Se pueden
indicar algunas: a) la importancia de
detectar con rapidez el fenómeno
sísmico y de educar a la población para
reaccionar donde quiera que esté. b) La
necesidad de mejorar las redes sociales
y comunitarias para que constituyan un
tejido
de
comunicaciones
y
cooperación. En la larga geografía de
Chile los sismos fácilmente crean un
aislamiento
de
las
localidades
afectadas. c) La rápida y efectiva
respuesta que deben ofrecer las
instituciones. El sismo produjo en la
ciudadanía un deterioro moral por la
tardía respuesta de las autoridades,
causando caos, situaciones de saqueos
de centros comerciales, y legitimación
del pillaje por el miedo a quedar sin
agua, alimentos y otros productos
básicos.45
Una Lectura desde la Fe:
Reconstrucción desde Cristo.
Hay aspectos que pueden ser clave de
lectura de las ruinas y el dolor, y
además un poderoso impulso para la
reconstrucción nacional.
1.- Los efectos del dolor y mal,
provenientes de calamidades naturales,
han de ayudar a nuestro pueblo a
interpretar su propia historia de gozos
y dolores con una aceptación realista
de nuestra configuración terrestre.
2.- El designio salvador de Dios, desde
las catástrofes de la vida, nos muestra
lo frágil de nuestra condición, según
aquello del probado Job: “desnudo salí
del vientre de mi madre, y desnudo tornaré
a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo
quitó. Bendito sea el nombre del Señor.”47
Pero además, Jesús mismo nos ilumina
la mirada: “si Dios viste así a la hierba
que hoy está en el campo y mañana se echa
al fuego, ¿cuánto más hará por Uds.,
hombres de poca fe?48 El apóstol Pablo
hace su aporte: “Dios hace concurrir todas
las cosas para el bien de los que lo aman,”49
con una lectura del misterio del mal a
la
La historia de terremotos y tsunamis en
Chile es larga y dolorosa, pero los que
sucedieron a principios de este año, a
pocos días de un cambio de gobierno,
han tenido un impacto político especial.
CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE, Rev.
Servicio, N° 297, p. 3.
47 Cf. Job 1, 21 y ss.
48 Cf. Lc 12, 28.
49 Rom 8, 28.
46
MORRÁS R., El impacto social, político y
económico del terremoto en Chile, Universia
Knowledge Wharton, 22 de marzo 2010. ,
45
22
constantemente golpeada en tiempos de
crisis.”53
la luz del amor infinito de Dios que nos
ofrece su Hijo muerto en cruz.50
3.- Además, desde una mirada de fe, se
puede afirmar que: “estamos ante una
catástrofe, pero también ante uno de esos
momentos de la vida en que se decide un
rumbo definitivo.
¿Chile? ¿Qué es?
¿Quién? Chile es un país que puede
convertir
una
catástrofe
en
un
acontecimiento de amor masivo y
profundo…Los terremotos de Chile son
nuestro sino, pero nuestra vocación es la
solidaridad.”51
Conclusión
El abrazo de la Presidenta Michele
Bachelet con el nuevo Presidente
Sebastián Piñera la noche de la Teletón,
mostraron al gobierno y la oposición
unidos en la decisión de “llegar a ser el
signo del fin de una época y el de un
comienzo de otra…y ello marcó
la
posibilidad de avanzar decididamente hacia
la unidad nacional…”54. Este año del
Bicentenario un hermoso signo de vida
recorre el país. La imagen de Nuestra
Señora del Carmen, Protectora de la
nación, visita al pueblo chileno, como
Madre del Consuelo. La idea es que
todo Chile se ponga de pie, desde las
ruinas y siga al Señor de la historia para
recibir la vida abundante que Él nos
ofrece. (NJ 10,10).
4.- Con esta ocasión los Obispos han
dirigido a la comunidad nacional un
estimulante mensaje: “Esta tragedia
natural nos ha puesto como frente al espejo
de lo que realmente somos: con nuestras
virtudes y debilidades. Por esto nos parece
importante que sigamos reflexionando y
actuando según los valores más profundos
de nuestra identidad como país, aquello que
el Cardenal Silva Henríquez llamó «el alma
de Chile.”52
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
5.- Para el tiempo del Bicentenario la
Iglesia nos ha propuesto una tarea
“Chile: una mesa para todos.” Mirando el
futuro de la Patria nos dice: “invitamos a
las nuevas autoridades a hacer de sus
importantes responsabilidades un servicio,
a poner a las personas en el centro de las
políticas públicas y a cuidar, de un modo
preferente, a los más pobres y vulnerables a
los grupos más desprotegidos de la
población, así como a la clase media
SENECA Lucio Anneo, Los ocho libros de
cuestiones naturales, Espasa-Calpe, Buenos
Aires 1948, traducción de J.L. Izquierdo
Hernández
Cf. MEDINA E. J., Cardenal, Reflexiones sobre el
terremoto, Revista Servicio N°297, marzo 2010,
p.9.
51 COSTADOAT J., ¿Es responsable Dios de este
terremoto?, en la Revista Católica, año CX, N°1165,
p.
52 CECh, Carta Pastoral Reconstruir desde Cristo
la mesa para todos. Mensaje a las comunidades, 99a
Asamblea Plenaria de la CECH, 2010, n. 3.
50
CECh, Carta Pastoral, Reconstruír…., n., 9.
GARCIA HUIDOBRO J.-HERRERA H.MANSUY D., 8.8°: Escombros en el Bicentenario,
2010, p. 170.
53
54
23
24
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 25-42, Copiapó
ETNOGENESIS E IDENTIDAD CULTURAL ENTRE LOS GRUPOS
COLLA DE LA CORDILLERA DE ATACAMA
una fuente de antecedentes: la Memoria
de Título para Profesor de Estado en
Castellano elaborada por C. Rojas
[1976] en torno al “mundo mágico de
los colla”, basado principalmente en
entrevistas sostenidas con Doña
Damiana Jerónimo. La información
proporcionada por Rojas es la primera
aproximación
sistemática
al
conocimiento de los denominados
regionalmente como collas. Este texto
proporciona, sin duda, una mirada
exótica a costumbres y ceremonias
ajenas, que despiertan comprensión y
simpatía.
Daniel Quiroz L.55 y Yuri Jeria M.56
La Ley 19253 [denominada Ley
Indígena], que crea la Corporación
Nacional de Desarrollo Indígena
[CONADI], reconoce en su artículo 1° la
existencia en nuestro país de ocho
etnias: mapuche, aimara, rapanui,
atacameña, quechua, colla, kawashkar y
yamana.
La presencia del grupo colla como una
de las etnias chilenas se constituyó en
una verdadera sorpresa, no sólo para
las personas “comunes y corrientes”
sino también para los especialistas,
historiadores y antropólogos. En la
erudita obra de Larraín [1987] no son
siquiera
mencionados.
Tampoco
aparecen en los diversos textos de
estudio elaborados para la Enseñanza
Básica y Media en el país.
Entre los años 1993 y 1995 la Dirección
de Bibliotecas, Archivos y Museos
financió un proyecto de investigación
que buscaba obtener algunos datos
sobre
las adaptaciones
de
las
poblaciones que vivían dispersas en
valles, quebradas y aguadas de las
cordilleras
atacameñas
[Castillo,
Cervellino & Quiroz 1994, Cervellino,
Castillo & Quiroz 1995, Cervellino &
Castillo 1996]. En el transcurso de ese
proyecto obtuvimos una serie de datos
sobre los procesos de construcción
étnica que estaban experimentando los
grupos denominados colla a comienzos
de la década de los 90.
Los primeros datos antropológicos que
tenemos sobre los “colla chilenos”
provienen de un texto que va a
constituirse en un punto de partida y en
Antropólogo Social, Magíster en Arqueología
y Doctor en Historia, Universidad de Chile.
Centro
de
Documentación
de
Bienes
Patrimoniales, DIBAM.
56 Antropólogo Social. Magíster en Pedagogía.
Museo Regional de Atacama, Copiapó, DIBAM.
55
Entre los materiales que reunimos se
encuentran tres entrevistas realizadas
25
entre los días 29 de septiembre y 1° de
octubre de 1992 en las cordilleras
copiapinas, con Esteban Ramos en
Montandón, con Zoilo Jerónimo en
Potrerillos y con Pedro Jerónimo en la
quebrada El Jardín.
familias procedentes de Argentina
[zonas de Belén, Tinogasta, otras] y del
sur de Bolivia, se instalan en la
Quebrada del Jardín, entre los centros
mineros de Potrerillos y El Salvador.
Son los autodenominados collas, que
hoy suman mas de 60 familias”.
[Cervellino, 2001;
cf. Castillo,
Cervellino & Quiroz 1994, Cassssigoli &
Rodríguez 1995, Manríquez & Martínez
1995, Molina & Correa 1996, 1997,
Gahona 2000].
En este trabajo queremos realizar, a
partir de esas entrevistas, y usando otro
tipo de información [recortes de diarios
y algunos “textos collas”] una reflexión
sobre lo que podemos denominar el
proceso de construcción étnica colla y
presentar una mirada sobre la llamada
“identidad colla”, considerando que
fuimos, de una u otra manera, testigos
privilegiados de este proceso.
En una página WEB denominada
www.serindigena.cl, desarrollada por
el Área de Culturas Originarias de la
División de Cultura del Ministerio de
Educación, se entrega una definición
“limpia” del “ser kolla”:
¿QUIENES SON LOS COLLA?
El pueblo Kolla habita en la zona norte de
Chile. En aguadas y quebradas de la
cordillera de la provincia de Chañaral
[Región de Atacama], entre las ciudades de
Potrerillos, El Salvador, Diego de Almagro
y Copiapó. Los kollas habrían ingresado a
Chile en dos períodos: primero, hacia la
etapa final del imperio de Tiwanaku, en el
siglo X; una segunda migración se produce
desde el noreste argentino y coincide con la
Guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX.
Llegaron en su mayoría de Tinogasta y
Fiambala, con un mayor ritmo migratorio
entre 1880 y 1890.
En la página WEB de la CONADI, se
dice que los colla “constituyen una
etnia surgida de una mixtura de
pueblos
que,
provenientes
originariamente de Bolivia, ocuparon
las provincias del noroeste de
Argentina para desplazarse durante los
siglos XV y XVI entre las dos laderas
cordilleranas”[Conadi
2001].
De
acuerdo a los datos que se posee,
considerando que no hay cifras claras,
se habla de 1000 [Serplac-Atacama
2003] colla, viviendo en distintas
localidades principalmente urbanas
pero también rurales de la región de
Atacama [Conadi 2001].
En la actualidad, el territorio ocupado por
este pueblo comprende la precordillera y
Cordillera de los Andes, y parte del
altiplano de las provincias de Chañaral y
Copiapó en la III Región. Sus deslindes más
importantes son: la Quebrada de la
Encantada por el norte y el río Copiapó por
el sur, área en la cual su hábitat
transhumante se desplaza entre los 2.000 y
4.000 metros de altura.
La definición “oficial” de colla recoge
las investigaciones que se han hecho en
nuestro país sobre el tema hasta la
fecha. La mayoría de los textos
publicados concuerdan en que los hoy
denominados colla son descendientes
de familias que emigraron del noroeste
argentino a fines del siglo XIX o a
comienzos del siglo XX: “un grupo de
Las fiestas y rituales kollas se realizan al
interior de la cultura y los matrimonios sólo
26
se producen entre ellos. El mundo espiritual
kolla es semejante al de los aymaras. Sus
creencias principales ancestrales dicen
relación con la Pachamama, madre tierra,
generadora de vida y ordenadora de la vida
de los hombres. Ella sabe cuándo, cómo y
por qué deben suceder las cosas. Las
ceremonias son realizadas por un yatiri,
persona sabia que ha sido elegida por las
fuerzas espirituales, elección que se le ha
dado a conocer en un sueño, para curar
enfermedades,
realizar
rogativas
y
ceremonias. Los rituales se realizan de
preferencia en los cerros, en los lugares más
altos. Se pide por el sustento y el bienestar
de la comunidad. Las fechas de
conmemoraciones kollas son relacionadas
con los ciclos agropastoril, como las fiestas
del año nuevo indígena a fines de junio.
[Mineduc 2001].
más conocido, el mundo espiritual
aymara, desconociendo los aportes del
mestizaje europeo.
La frase “los
matrimonios sólo se producen entre
ellos”
permite
relacionar
las
comunidades colla con grupos de
parentesco y con ello se puede cerrar el
círculo.
Podemos comparar esta definición con
la que se ha construido para los collas
argentinos [si se puede hablar de esta
manera]:
El particular proceso que sufre el noroeste
argentino hace que esta cultura colla no sea
estrictamente indígena sino mestiza, lo cual
de todas maneras nos permite ubicarla en el
campo aborigen, no sólo por su historia
cultural sino por su inserción en el contexto
regional y nacional. Los Collas comienzan
así a diferenciarse del resto del Noroeste
mestizo concentrándose en asentamientos
dispersos en la zona de la Puna, la quebrada
de Humahuaca y parte de los Valles
Calchaquíes.
Este texto constituye una síntesis que
representa el producto de una década
de construcción étnica colla.
En el primer párrafo se construye un
puente entre las actuales poblaciones
que viven en las cordilleras de
Atacama, descendientes de migrantes
trasandinos con algo más de cien años
de presencia en la zona, con
poblaciones arqueológicas que habrían
llegado hace más de mil años. Este lazo,
evidentemente
no
puede
ser
comprobado arqueológicamente, pero,
en este proceso, tampoco tiene
importancia.
Sin embargo, los collas son los auténticos
portadores de la tradicional forma de vida
andina, a través del mantenimiento de
muchos patrones culturales como la
economía pastoril de altura, y agrícola de
papa y maíz; La recolección de algarroba y
sal; la construcción de viviendas; la
medicina tradicional y las técnicas de
adivinación; los instrumentos musicales
erques, quenas, pinkullo, sikus y cajas; el
culto a la madre tierra e innumerables
creencias, rituales y practicas sociales; la
religiosidad ancestral, en fin, que lejos de
ser dominada por la nueva religión oficial,
ha coexistido con ella, en una nueva forma
que ha sido redefinida como religiosidad
popular [Rumbojujuy 2001].
En el segundo párrafo, se define un
territorio continuo, con fronteras
claramente establecidas, cuestión básica
en el reconocimiento contemporáneo de
las entidades étnicas, que permite
desarrollar de manera efectiva un
proceso de reclamo de tierras.
Los estudios realizados en Argentina
responden a modos diversos de ver la
existencia colla, a estilos diferentes de
En el tercer párrafo, se elabora una
cosmovisión, relacionándola, con algo
27
interpretación de los datos. Según
ENDEPA [2000] los colla que viven en
Argentina,
“puneños
y
sus
descendientes, algunos quebradeños y
toda otra población de origen quechuaaymara”, serían alrededor de 170.000
personas.
término etnogénesis se usa, entonces,
para hablar de los orígenes de los
pueblos, especialmente los pueblos
distintos al nuestro58.
La etnogénesis puede ser entendida
como la formación gradual de una
comunidad autónoma, diferenciada de
otras, pero relacionada con ellas
[Roosens 1989]. La formación en la
población
de
un
sentido
de
autoreconocimiento
se
considera,
predominantemente, la base de este
proceso. Estos procesos de etnogénesis
implican
necesariamente
una
“reafirmación étnica mediante la
reapropiación y reinvención cultural”.
Por una parte tenemos aquellos
estudios que ven a los colla como una
nueva etnia, “síntesis de diaguitas y
omaguacas definitivamente diluidos,
de apatamas y grupos de origen
quechua y aimará procedentes de
Bolivia”, son, entonces, “la etnia
heredera de los habitantes originarios
del Noroeste, consolidados durante
todo el siglo XIX” [Frites, 1971]57.
Resulta curioso como se desconoce el
aporte europeo en este mestizaje: los
colla son, finalmente, “parte de la masa
mestiza no integrada en los centros
urbanos”, aquellos que viven en los
cerros [Frites 1971].
La
etnicidad, este
sentido
de
autoreconocimiento, es un producto del
contacto intercultural, “que a su vez
estructura la interacción de dicho
contacto, mediante la selección de
determinados ‘emblemas de contraste’
frente a otros [Dietz 1999]. Como lo
señala Bourdieu [1991: 231], lo “propio
de la lógica de lo simbólico es
transformar en diferencias absolutas, de
todo
o
nada,
las
diferencias
infinitesimales”. La etnicidad es un
aspecto de las relaciones sociales entre
agentes “que se consideran a sí mismos
como culturalmente distintos de otros
grupos con los que tienen un mínimo
de interacciones regulares” [Eriksen
1993: 12].
Por otra parte están esos estudios que
cuestionan la continuidad de la cultura
colla con las culturas quechuas y
aymara y con ello el carácter andino de
su cultura, remarcando su carácter
mestizo indígena europeo [Isla 1992,
Lozano, 2000].
ETNOGENESIS COLLA
La palabra etnogénesis, como muchas
otras usadas en antropología y en otras
disciplinas, es un término griego que
combina ethnos, que significa “los otros
pueblos”, con génesis, “desarrollo”. El
Estas diferencias absolutas, rutinizadas,
se concierten en un recurso de
identidad para delimitar un nosotros y
otros e
impulsar procesos
de
etnogénesis: “lo que antes había sido
praxis rutinaria, ahora se vuelve para
E. Frites, un colla argentino, señala que sus
antepasados vivían en un extenso territorio en el
noroeste argentino, habitado en el siglo XVI por
los apatama, omaguaca y diaguitas, los que
mezclados habrían originado a los collas [1971:
375-376].
57
R. Williams [1976: 19] señala que ethnos,
significaba originalmente en griego, pagano, y
era usado para referirse a los que no eran
griegos
58
28
de una explícita política de identidad”
[Dietz 1999]. De este modo se construye
una identidad cultural mediante un
complejo proceso de etnogénesis.
Don Esteban Ramos, nos contaba en su
casa en la Estación de Ferrocarriles de
Montandón, cerca de Potrerillos, a fines
del mes de septiembre de 1993:
Sabe, yo no entiendo eso, esa palabra colla,
de donde viene, acá, en este lugar, la gente
más antigua era chilena, boliviana,
argentina, era un conjunto de familias que
venían de esos lugares. Yo siempre converso
así con personas, pero nadie me dice porqué.
Los del sur le llaman los huasos, los huasos
del sur, y los del norte, los nortinos, le
llaman los collas, los que viven en estos
lugares. Yo le digo siempre a la gente de
acá, a la gente de Potrerillos, colla, aunque
la familia sea del sur, pero si han nacido
acá, [Esteban Ramos, 1993].
DEL CLUB DE
HUASOS
DE
POTRERILLOS
AL
CENTRO
CULTURAL COLLA
Como ya se ha señalado, el “problema”
colla, desde una dimensión étnica, no
era tal en la década de los 80: “la
constitución de aymaras, atacameños y
collas como actores étnicos provistos de
una conciencia de identidad étnica y de
demandas que interpelan a la sociedad
y al Estado, representan […] una
novedad
histórica”
[Gundermann
2000]. En la Región de Atacama, se
usaba el término colla para nombrar a
las personas que vivían “en los cerros”,
utilizando los recursos que allí se
encontraban y manejando, para
sobrevivir, el conocimiento que tenían
de la fauna, flora y de los senderos que
atravesaban las cordilleras de Atacama.
Don Esteban Ramos ilustra su
percepción del problema señalando que
los colla serían en el norte lo que los
huasos son en el sur. Esta afirmación
tiene bastante más de un sentido. El
Club de Huasos de Potrerillos es, sin
duda, uno de los principales referentes
organizacionales de las posteriormente
denominadas comunidades colla. Una
participación importante en ese club la
tenían los hermanos Salomón y Zoilo
Jerónimo:
Zoilo Jerónimo, uno de los líderes en
los 90 del movimiento por el
reconocimiento de los colla como grupo
étnico, señalaba refiriéndose a uno de
sus integrantes: Él es colla, claro, la mamá
con todos sus recursos, vivió como tal en el
cerro, ahí tiene las bases [Zoilo Jerónimo
1993].
El Salomón tiene los papeles de
personalidad jurídica de los collita, eso y el
club de huasos es casi una sola cosa, claro,
eso sí, que no se ha sacado personalidad
jurídica del club de huasos, sacan primero
la otra, pero son los mismos no más, la
misma gente, la gente del club de huasos.
Nosotros estamos metidos con el Salomón
en el club de huasos, para este 18 hicimos lo
que pudimos no más, convidé a todos mis
familiares, porque hay que dar firmas, hay
que reunir hartas firmas, eso se hizo, para
sacar los papeles de los collita [Esteban
Ramos, 1993].
Incluso el término “vivir como tal” hace
referencia a un estilo de vida específico:
nos recuerda que es más importante
vivir como colla que ser colla [No
podemos dejar de mencionar que el
término colla también se usaba para
designar a los habitantes de Potrerillos
en un contexto más regional].
29
Para Don Esteban la homonomía
colla/huaso
corresponde
a
una
semejanza en el estilo de vida, en
compartir una “vida en el campo”. Los
colla eran crianceros: “toda la gente de
antes, era pura criancera, tenían burros,
cabras, mulares, caballares, tenían cordero,
de todo, menos vacuno, de eso no, hasta
llamas tenían algunos, los Jerónimo, de los
que le hablaba”, arrieros, “el papá era
pionero, trabajaba en las carretas y mi
mamá trabajaba haciéndole la comida a la
gente de las carretas”, mineros, “después
empezó a trabajar en la mina de Inés Chica,
en el apogeo del oro” y un poco
agricultores:
“sembraban
choclitos,
zapallos, de todo y todos se las
machucaban” [Esteban Ramos, 1993,
Pedro Jerónimo, 1993]. También
cazaban zorros y chinchillas, guanacos
y vicuñas. Más adelante discutiremos
algunos de estos aspectos del modo de
vida colla.
por una serie de personas e
instituciones interesadas en resaltar el
carácter indígena de los colla y así
incluirlos en la Ley Indígena que iba
pronto a ser promulgada, destacándose
la acción de algunos políticos de la
zona, entre los que no podemos dejar
de mencionar al Senador Ricardo
Núñez. En las entrevistas realizadas en
1993 siempre aparece el nombre de la
esposa del senador como una
“instigadora” del movimiento colla,
incluso apoyando el financiamiento de
la realización de algunas ceremonias.
Estos intereses mutuos, tanto de los
colla como del Estado chileno,
desembocará en la incorporación de los
“colla” en la Ley Indígena.
Para la gente de El Salvador, Doña
Damiana Jerónimo era todo un
personaje, conocido y reconocido por
todos. Su religiosidad será el hilo que
permitirá unir ciertos fragmentos
culturales, difícilmente conectados, de
otra manera [Rojas 1976]. Las
conversaciones con Doña Damiana
permiten vislumbrar la existencia
simultánea de ceremonias ligadas al
mundo andino, tales como la señalada
y la vilancha [Cervellino 1993, Gahona
2000], y de fiestas religiosas católicas,
como la celebración de la Virgen de la
Candelaria [Rojas 1976].
Zoilo Jerónimo [1993] cuando define el
ser colla, no puede dejar de señalar “el
colla tiene cualquier valor, el colla es huaso,
es amaestrador de caballos, de mulares, de
todo”.
La formación de la Comisión Especial
de Pueblos Indígenas [CEPI], bajo la
presidencia de Patricio Aylwin [19901994] provocó un resurgimiento de los
temas indígenas y una discusión sobre
su pertinencia en la Región de
Atacama. Es así como a fines de la
década de los 80, en el seno del Club de
Huasos de Potrerillos, comienza a
surgir una inquietud entre los
hermanos Jerónimo, que los lleva a
participar en los Encuentros Nacionales
de Culturas Indígenas, organizados
por la CEPI.
En las conversaciones que sostuvimos
con Pedro Jerónimo, hermano de Doña
Damiana, tenemos algunos datos que
nos permiten contextualizar la vigencia
de estas ceremonias. Para Don Pedro
Jerónimo, la Señora Damiana sabía de
las ceremonias, del floreo de la
candelaria “porque ella era devota, era
devota de los santitos, nosotros nunca
hemos sido evangélicos, nosotros hemos sido
de los santitos, de Nuestro Señor, de la
Esta inquietud fue promovida y
motivada mediante el apoyo prestado
30
Virgen no más. Nosotros antes floreábamos,
cuando teníamos mucho ganado, les
poníamos florcitas coloradas en las orejitas.
Yo no conozco la ceremonia esa, de la
pachamama, la vilancha si, pero fue antes
de nosotros, quién sabe como lo harían los
antiguos” [Pedro Jerónimo 1993]. Para
Don Pedro las ceremonias andinas
“eran cosas de los antiguos”, ellos eran
“devotos de los santitos”.
acariciando y valorizando en forma
espiritual lo que la naturaleza y Dios le da a
uno, está aprovechando de ofrendar, la
ofrenda es muy natural, está en las
sagradas escrituras, en todas las leyes
religiosas está la ofrenda, el diezmo, se
ofrenda el mejor animal, la parte tierna, y la
otra se sirve a todos los trabajadores, son
estas más o menos, las cosas que uno trata
de buscar” [Zoilo Jerónimo 1993].
Zoilo Jerónimo nos cuenta que todo su
interés surge cuando, hace unos doce
años atrás, la escuela básica de
Potrerillos, “hace un trabajo para competir
a nivel regional con los valores de la raza.
Los niños comenzaron a buscar gente para
que los apoyara y me entrevistaron, me
preguntaron quién era yo, cómo había
nacido, cómo me habían criado, cuáles eran
mis alimentos, cuáles eran mis recursos
naturales, de dónde sacábamos la plata, todo
eso figura en ese trabajo, sacamos el primer
lugar” [Zoilo Jerónimo, 1993]. Realizar
este trabajo le había permitido ordenar
sus conocimientos “sus recursos”. Lo
mismo que le contaba a los niños, lo
contaba en los encuentros de pueblos
indígenas organizados por la CEPI.
El año 1995 se reconoce legalmente la
Comunidad
Indígena
Colla
de
Potrerillos, constituida principalmente
por la familia Jerónimo-Escalante, cuyo
objetivo era “realizar un trabajo de
recuperación colectiva de las prácticas
socioculturales colla” [Paño 1997]. Ese
mismo año se constituye la Comunidad
Colla de Paipote, y en 1996 la
Comunidad Colla del Río Jorquera,
siendo las primeras comunidades colla
inscritas en los términos de la Ley
19.253.
LOS COLLA: HUASOS O GAUCHOS
Uno de los temas que interesa y
siempre aparece en torno a la
caracterización étnica de los colla, tiene
que ver con sus relaciones con los
grupos que viven en Argentina,
bastante más numerosos.
El segundo paso fue la creación del
Centro Cultural Colla y su legitimación
jurídica: “en Copiapó estamos tramitando
la personalidad jurídica, somos 40 personas
mayores de 18 años, claro que como raza
habemos más de 100, pero ya van a llegar,
tenemos buenos valores, buenas visiones,
por eso tenemos que juntarnos y
organizarnos, y así organizados podemos
decir varias cosas, decir lo que sentimos”
[Zoilo Jerónimo 1993].
Los colla, sobre todo los del sector de
Potrerillos, vienen, en su mayoría del
noroeste argentino: mi abuelita era
argentina, se llamaba Eudosia Berazay, mi
abuelito, no sé como se llamaba, era Ramos
y mi papá Jesús Ramos, todos vinieron del
otro lado de la cordillera, de esa parte de
Fiambalá, del lado de Tinogasta, de Palo
Blanco y ellos se vinieron por acá en
animales [Esteban Ramos, 1993]. La
familia Jerónimo era “del norte de
Argentina, de los valles de Salta, de Potrero
Grande, se vinieron con sus animales, hasta
El año 1992 se organiza una señalada y
floreo del ganado, con el apoyo de
personas y organizaciones regionales.
Zoilo Jerónimo será el organizador de
las
ceremonias:
“son
actuaciones
totalmente sagradas, en el floreo está
31
con llamas, con ellos llegó chiquitita doña
Damiana Jerónimo” [Esteban Ramos
1993]. Para Zoilo Jerónimo [1993], “los
valores más cototo que tenemos son de
herencia argentina”.
Los vínculos trasandinos son un tema
recurrente en las conversaciones sobre
el mundo colla.
LAS COMUNIDADES COLLA
Zoilo Jerónimo, a pesar de reconocer
que muchos de los valores colla “son de
herencia argentina”, y que sus abuelos
vienen de Argentina, es capaz de
distinguir los “colla” de los “cuyanos”.
Después de la inscripción de las
comunidades de Potrerillos y Paipote
en 1995, vinieron las de Río Jorquera y
sus afluentes en 1996, la de Pastos
Grandes y la de Sinchi Wayra en 1998
[González 2000]. Hasta diciembre del
año 2001 existían cinco comunidades
legalmente
inscritas:
Diego
de
Almagro,
Sinchi
Wayra,
Pastos
Grandes, Comuna de Copiapó y Río
Jorquera y sus afluentes, provenientes
de tres zonas geográficas con presencia
colla: Tierra Amarilla, Diego de
Almagro y Copiapó, todas ellas con una
predominancia de asentamiento en las
zonas urbanas59. El año 2002 se produjo
una división de la Comunidad Río
Jorquera y sus afluentes y surgieron
dos nuevas comunidades: Wayra
Manta Tujsi y Pacha Churicay.
Tengo varios amigos Aróstica, del Río
Jorquera, tienen la misma historia nuestra,
vienen de Argentina, pero no son de la raza
coya, son razas cuyanas, son huasos ya, se
dicen huasos crianceros de animales y
mineros, hay gente con buen recurso allá,
hay familias artesanales, incluso tengo
mandado a hacer unos ponchos por ahí, los
hacen lindos [Zoilo Jerónimo 1993].
No los considera de la misma “raza”,
pero hacen lo mismo que ellos, incluso
algunas cosas, los ponchos, hasta
mejores.
Don Pedro Jerónimo habla de los
constantes viajes que realizaban a
Argentina, de sus parientes en Saujil,
Tinogasta, Fiambalá, Palo Blanco, y de
los bienes que intercambiaban:
El principal objetivo
de
estas
comunidades es, sin duda, “la
recuperación de tierras y aguas” [Paño
1997]. Sin embargo, la historia de cada
una de ellas es diferente [Paño 1997,
González 1997, 2002].
Usted sale de aquí en la mañana y llega a
medio día a Fiambalá. Nosotros llevábamos
el cuero de cabra, llevábamos palas,
pomadas, mentolato, esas pomadas las
compran mucho, compraban palas chilenas
porque las argentinas eran muy malas, eran
palas usadas no más. Eso vendíamos allá y
con esa plata comprábamos los víveres,
eran muy baratos, el azúcar, harina, todo
para echar a la olla, comprábamos ropita, si
la platita alcanzaba [Pedro Jerónimo,
1993].
En la comuna de Diego de Almagro los collas
se encuentran relacionados a las localidades de
Diego de Almagro, Potrerillos, Inca de Oro y las
quebradas aledañas; en la comuna de Tierra
Amarilla tenemos población urbana en las
localidades de Tierra Amarilla y Los Loros y
rural en Río Jorquera, Río Pulido y quebradas
aledañas; en la comuna de Copiapó comprende
la población urbana de Paipote y Copiapó y la
población rural de Hacienda La Puerta,
Quebrada de San Miguel, sector el Bolo y Pastos
Grandes [Conadi 2001].
59
32
LOS TEXTOS Y EL SER COLLA
siglo XVIII60 [aunque todos los datos
que tenemos hablan de fines del XIX y
comienzos del XX].
La mayoría de los autores que se han
preocupado del fenómeno de la
etnicidad resaltan la importancia que
tienen los textos escritos en la
etnogénesis de los grupos humanos que
intentan diferenciarse culturalmente
[Eriksen 1993, Dietz 1999].
En segundo lugar, se preocupa de
demostrar su pertenencia al mundo
colla, señalando que un antepasado
suyo, fue presidente en 1912
del
Sindicato de Arrieros, considerada la
primera organización colla. Este fue
Santos
Gonzalez
Vallón61.
La
Comunidad de Sinchi Wayra, de la que
fue su creador, está conformada por el
“ayllu” de los González Vallón-Quispe.
Cuando conversábamos con Zoilo
Jerónimo en 1993 y le preguntábamos
por algunos textos escritos que hubiera
presentado
en
los
Encuentros
Nacionales de Culturas Indígenas,
organizados
por
la
CEPI
invariablemente nos contestaba que “no
llevaba informes escritos, llevaba
artesanías, muestrarios, del marai,
cosas de fierro, las dejaba allá, iban en
tamaño reducido” [Zoilo Jerónimo,
1993].
En tercer lugar, coloca a los kolla como
objeto de persecuciones de Gobierno
Militar de Chile a partir de 1973 y es así
como “son arrinconados en sus lugares
de vida […] los militares recorren la
cordillera continuamente, llevando a
cabo una serie de abusos, lo que influye
enormemente en las hermanas Quispe,
quiénes en un sacrificio o ritual
ofrendan sus vidas a la Pacha”
[González 2000: 3].
La necesidad de textos escritos la va a
satisfacer
Oscar
González,
autodenominado Oscar Pacho-Kolla
González [González 1997, 2000, 2002],
siendo el más importante la Memoria
Histórica del Pueblo Indígena Kolla
[2000].
En cuarto lugar, señala que estas
comunidades “históricamente
han
vivido en su hábitat cordillerano y
debido a presiones socioeconómicas la
mayoría bajó a las ciudades o poblados
[…] hoy nuestro pueblo ha ido
recuperando paulatinamente la práctica
de nuestra cultura, es así como las
ceremonias, los carnavales, los ritos, las
En este texto, de cuatro páginas,
González primero aborda el problema
de la continuidad cultural, trazando el
origen del pueblo kolla “a la etapa final
del Imperio Tiwanaku de Bolivia, una
gran civilización andina preincaica”
[2000: 1] y describiendo una serie de
etapas que demuestran que los actuales
colla de Copiapó son los descendientes
de los miembros del señorío colla
formado entre el 1000 y el 1100 DC
[2000, 1-2]. Además, le da una mayor
profundidad histórica a la presencia de
los kolla en la región, situándola en el
Oscar Pacho González sostiene que los
primeros registros de colla en Chile datan de
1750, en la zona de Taltal, y que tuvieron una
lengua denominada kakán, que existió hasta la
llegada de una empresa minera estadounidense
http://www.soc.uu.se/mapuche/news/merc02
0114.html. La lengua kakan corresponde, en
realidad, a la lengua hablada por los diaguita
(Nardi 1979).
61 González dice que “son los kollas que habitan
los alrededores de Potrerillos que crean un
sindicato de arrieros” [2000: 2]
60
33
nada, el caporal agradeció a la Pachamama,
(madre tierra) y le imploró por un mejor
año no sólo en la abundancia de cosechas o
multiplicación de animales, sino que
también en la unión de todos los pueblos
indígenas, incluido el diaguita que hasta la
fecha no aparece como una de las etnias
reconocidas en la nueva Ley Indígena.
ofrendas, las dulce mesas, los años
nuevos están siendo consagrados poco
a poco, año tras año, en algunas
comunidades” [González 2000: 4].
Según González [2002: 1], “los
originarios collas de la tercera región,
no están en extinción, sólo han
guardado muy privadamente sus
tradiciones, evitando así que inclusive
sus hijos hereden esta cultura”.
González denomina a esta noción su
“hipótesis general” como parte de un
texto que firma como Oscar PachoKolla González, etnógrafo [sic]. Oscar
Pacho-Kolla González se hace llamar
ahora no sólo “etnógrafo”, sino también
“espíritu de los cerros”, [2000], “el
amauta”.
Posteriormente, las mujeres collas se
metieron en un corral de cabras habilitado
en el recinto, donde junto a la intendenta de
la Región de Atacama, Yasna Provoste
Campillay, que tiene ascendencia diaguita,
y el seremi de Planificación y Coordinación,
Claudio López Klocker, procedieron a la
ceremonia de la señalada y el floreo.
El primer ritual consiste en marcar a los
animales en la oreja para que se distinga
quién es su dueño. En cambio el floreo está
directamente relacionado con el ciclo de
vida de los animales, para lo cual se
confeccionan adornos de lanas multicolores
que son puestas como adornos en las orejas
de los animales.
LOS MARCADORES ETNICOS DE
LOS COLLAS
En términos generales, los colla han
escogido un conjunto de ceremonias
que actúan como marcadores étnicos: la
señalada, el floreo, la vilancha, entre
otros. Por ejemplo, en el Diario La
Cuarta del 28 de junio del 2002, se
señala que con motivo de celebrar el
Día Nacional de los Pueblos Indígenas,
los colla realizaron señaladas y floreo:
Se trata de una fiesta colectiva que incluso,
en los campos, da cabida al enamoramiento
y la búsqueda de pareja entre los jóvenes
collas.
Además del ritual hubo una degustación de
comidas típicas, como pan de rescoldo,
mates, churrascas, asado de cabro, nueces,
higos secos y pasas. También se ofreció al
público una muestra artesanal, en donde
destacó la presencia de los diaguitas que
llegaron desde la comuna de Alto del
Carmen, a quienes se unieron otras
organizaciones multiétnicas que acogen a
descendientes de pascuenses, aymaras y
mapuches. Hubo cánticos y bailes, los que
fueron premiados con aplausos por el
público que llegó al lugar.
COPIAPO.- Con señaladas y floreo de
ganado, un ritual que consiste en marcar a
los animales en la oreja y colocarles adornos
con lanas multicolores, los integrantes de la
etnia colla que viven en los sectores
precordilleranos celebraron en el parque El
Pretil el Día Nacional de los Pueblos
Indígenas.
Fue una fiesta típica hermosa, llena de
colorido, cuya ejecución estuvo en manos
del consejero de los collas de la localidad de
Río Jorquera, Zoilo Jerónimo. Antes que
La intendenta aprovechó de confirmar la
próxima entrega de 8.900 hectáreas de
tierras a la etnia colla en la cordillera de la
34
Región de Atacama, lo que les permitirá
solucionar el problema de forraje para el
ganado caprino que durante el invierno
tiene problemas para su alimentación.
Claudio López, añadió que esta entrega de
terrenos a las comunidades de Copiapó,
Pastos Grandes y Sichi-Wayra es el
reconocimiento a la cultura colla y a las
acciones concretas de integración que está
realizando el gobierno regional.
Durante la celebración que partió a las
00:00 horas se constituyó la “Mesa
Ceremonial” donde se procedió a consagrar
el animal elegido por la comunidad que
luego fue sacrificado con la llegada del
“Nuevo Sol” y cuyo corazón se le entregó
vivo a la pacha mama o madre tierra,
posteriormente se realizó el “Carnaval del
Floreo” y la “Señalada de los animales
nuevos”, ritos que permiten, según sus
tradiciones, aumentar el número de sus
animales y fortalecerlos para el próximo
año.
En otra oportunidad, la comunida colla
de la Comuna de Copiapó [Estación
Paipote], con motivo de haber ganado
un proyecto Fondart, celebró la
vilancha o pay inka62, además de la
señalada y el floreo:
En la ocasión, Juan Pérez Bordones líder de
la comunidad sostuvo que ”como pueblo
colla nos sentimos muy orgullosos de haber
ganado un proyecto Fondart, ya que nos
ayuda a mantener las tradiciones, unificar
las diversas comunidades collas y
conformarnos en un pueblo”, además
insistió en la unión que debe existir en las
diversas comunidades collas de la región y
asimismo destacó la labor realizada por la
Secretaria de Educación de Atacama y del
departamento de Cultura de esta entidad
por la preocupación y apoyo mostrado hacia
los pueblos originarios. [Mineduc 2002].
Con trajes, comidas típicas y en una
localidad elegida desde sus ancestros para la
realización de sus celebraciones el pueblo
colla realizó el culto a la madre tierra.
En el sector el Bolo, Quebrada de Paipote, la
comunidad Colla de la comuna de Copiapó
realizó la ceremonia Pay Inka o Carnaval
del Inca cuya finalidad es mantener sus
ritos y tradiciones en pos del bienestar de su
pueblo, su comunidad, sus animales y la
tierra.
Estas ceremonias son los medios a
través de los cuáles los colla se
muestran al resto de la sociedad
regional como un ente diferente.
Juan Pérez Bordones indica que “Este carnaval
del inca se en otros lados se llama el pachacuti.
El criancero hace una ceremonia donde se señala
a sus animales y a la vez, hacen un sacrificio
natural tradición. El año nuevo se hace con un
cordero o un cabro los aymarás los hacen con un
llamo. El carnaval del inca nosotros entregamos
esa fuerza a la persona que donó el animal,
durante la ceremonia, además, se dice quién será
el próximo criancero elegido para el carnaval del
Inca. En este momento la bendición da también
para que el animal se robustezca y haya más
animales y sobre todo la persona que entregó
este animal para ese evento. En este carnaval del
inca nosotros queríamos juntarnos todos los
pueblos. Como pueblo colla nos sentimos muy
orgullosos de haber ganado este proyecto
Fondart, ya que nos ayuda a mantener las
tradiciones y unificar las diversas comunidades
collas y conformarnos en un pueblo” [Mineduc
2002].
62
LOS COLLA Y LA RECUPERACION
DE TIERRAS
Desde 1994 se ha desarrollado un
proceso de traspaso de terrenos fiscales
a las comunidades collas. En 1997 la
Conadi
encarga
al
Grupo
de
Investigación TEPU un estudio donde
se expresa una primera demanda
territorial de algo más de 50.000
hectáreas para tres comunidades
indígenas: Potrerillos, Paipote y Río
35
normas legales vigentes de las zonas
fronterizas; la comunidad deberá permitir
que el Servicio Agrícola Ganadero (SAG)
disponga de medidas sanitarias en animales
y campos en riesgo debido a la cercanía de
terrenos con la frontera argentina.
Asimismo, en atención a la fragilidad del
ecosistema árido y su vulnerabilidad de los
recursos silvoagropecuarios la comunidad
beneficiaria estará obligada a permitir que
los organismos pertinentes implementen y
apliquen medidas necesarias para los
recursos.
Jorquera [Molina y Correa 1995, 1996].
En 1998 se solicita un estudio geodésico
a INAS Ltda., que estable una
superficie disponible de algo más de
45000 hectáreas.
El 2002 se determina la transferencia de
cerca de 9000 hectáreas, divididas en
1279 há para la Comunidad Diego de
Almagro,
1608 há para las
comunidades Sinchi-Wayra, Pastos
Grandes y Comuna de Copiapó y 6108
há para la Comunidad de Río Jorquera.
La entrega prohibe la corta de árboles y
arbustos nativos, además que deben
proteger las especies de la fauna silvestre
como la vicuña, guanaco, chinchilla,
vizcacha, y piuquén, entre otras.
En el Diario La Cuarta de Santiago del
18 de junio del 2002 se destaca la
entrega de más de 6000 há a la
Comunidad de Río Jorquera:
COPIAPO.- En la sede de social de la etnia
colla del sector llamado Río Jorquera se
realizó una reunión en la que se informó a
la comunidad de las disposiciones generales
contenidas en los decretos de transferencia
de terrenos fiscales, respecto a las
condiciones de entrega de 6.108 hectáreas,
además de las prohibiciones y las
protecciones que les otorga la Ley Indígena.
Las tierras indígenas no podrán ser
enajenadas, embargadas, gravadas ni
adquiridas por prescripción, salvo entre
comunidades o personas indígenas de una
misma etnia. Tampoco podrán ser
arrendadas, dadas en comodato ni cedidas a
terceros en uso, goce o administración.
Junto con la explicación de estos
antecedentes se entregaron las carpetas
correspondientes conteniendo todos los
antecedentes sobre la transferencia de
terrenos fiscales, recibiendo consultas
relacionadas especialmente con el tema de
caza y aguas.
En el chachareo estuvieron presentes ene
caporales de organismos vinculados con el
tema, encabezados por el secretario regional
ministerial de Bienes Nacionales, Rodrigo
Rojas, y más de 30 integrantes de la etnia
colla de Río Jorquera, sector donde viven
unas 130 familias aproximadamente.
Zoilo Jerónimo, consejero de la comunidad
colla de Río Jorquera, agradeció la reunión
y dijo que no estaban ni ahí con ningún
movimiento ni acción que vaya en contra de
las autoridades regionales porque estimaban
que el buen diálogo que han tenido hasta el
momento les ha dado mejores frutos que
una actitud confrontacional.
Los que saben informaron que la
transferencia de terrenos es a título
comunitario para todos los casos y
constituirán tierras patrimoniales con todos
los derechos, usos, costumbres y
servidumbres activas y pasivas, libres de
hipotecas,
prohibiciones,
gravámenes,
interdicciones y litigio.
La última frase de Zoilo Jerónimo,
ahora en la Comunidad del Río
Jorquera, es bastante significativa, pues
De acuerdo a la Dirección de Fronteras y
Límites, los inmuebles están afectos a las
36
una burla ya que prácticamente tendremos
que enseñarles a las cabras a andar en fila
[…] estamos dispuestos a tomar medidas
extremas, ya que sabemos que somos
capaces de frenar el desarrollo económico de
la región, y para esto no trepidaremos en
bloquear caminos y mucho más [El
Chañarcillo, 27 de abril del 2002], “nos
rebelaremos ante el Estado y de todos
aquellos que de una u otra forma han
perjudicado los derechos ancestrales que
tenemos en este país” [El Atacama, 27 de
abril del 2002].
es reflejo de una división que se está
produciendo
ahora
entre
las
comunidades colla.
Por ejemplo, en la revista Punto Final,
Pablo Segundo Escobar, también
“representante de la comunidad
indígena colla del río Jorquera y sus
afluentes”, señala que a pesar que en
los últimos años han tenido avances,
producto del esfuerzo de sus dirigentes,
un problema que persiste es el antiindigenismo del gobierno [Bravo 2001]:
Estas
dos
sensibilidades,
que
representan alineamientos incluso con o
contra
determinadas
reparticiones
estatales: Pacho González contra la
Conadi y favorecido por las Seremi de
Salud y Educación, Zoilo Jerónimo,
favorecido por la Conadi, se han
manifestado en un pequeño quiebre en
las comunidades, aunque Juan Pérez
Bordones quiera minimizarlo:
No se cumple la disposición de la Ley
Indígena que señala que cuando se discuten
temas que tienen que ver con nosotros debe
estar presente al menos uno de nuestros
hermanos -denuncia-. También enfrentamos
una discriminación constante de parte de
funcionarios que representan al gobierno
[…] pero de las miles de hectáreas que hay
sólo están dispuestos a entregarnos 600, lo
que es insuficiente para criar nuestra masa
ganadera que es la más grande de la III
Región, con alrededor de 40 mil cabezas.
Tendríamos que poner una cabra arriba de
la otra y en poco tiempo se morirían de
hambre. Y los colla también".
valoro la gestión realizada por el sector de
educación y el de salud en el apoyo al
resurgimiento del pueblo colla. Hemos
trabajado con ellos en muy buena línea y
nos han incentivado a seguir adelante y
lograr ciertas metas. No existen para mí las
discordancias
entre
las
diversas
comunidades sino que existen discusiones.
Con una buena participación de las
comunidades nosotros demostramos la
unión, la confiabilidad que hay entre las
comunidades para trabajar, realizar cosas,
artesanía, etc. [Mineduc 2000].
Como una forma de protesta intentaron
tomarse la sede de la Intendencia
Regional en Copiapó con el respaldo de
otras organizaciones indígenas. Esta
actitud es compartida por otros
dirigentes como, por ejemplo, Oscar
Pacho
González,
elegido
como
Coordinador de los Asuntos Indígenas
del
Consejo
de
Comunidades
Originarias Kollas, quién en una
conferencia de prensa celebrada el 26
de abril del 2002 señala:
LOS COLLA: ENTRE LO ETICO Y LO
ESTETICO
Hace unos veinte años atrás los Colla
centraban su vida ritual en torno a la
devoción de la Virgen (de La
Candelaria y otras cuyas imágenes
ubicaban en ciertas quebradas, como la
Yo soy colla, no soy chileno, ya que tenemos
pensamientos, actuaciones, ceremonias y
religiosidad diferente, y mientras el Estado
no nos devuelva nuestras tierras, nunca me
consideraré como un chileno […] esto es
37
de Paipote). Algunos pueden señalar
que en esta actividad se esconde el
culto antiguo a la Pachamama
(equivalencia
Pachamama/Virgen).
Probablemente algo de eso exista. En la
actualidad, los colla ven en el mundo
aymara una puerta para “re-volver”
hacia su pasado y configurar desde esa
vuelta, su identidad “re-vuelta”. Y han
considerado que el culto a la
pachamama es un buen inicio. Y tal vez
por eso se deja de lado, en términos
discursivos, el culto a la virgen, aunque
no en términos prácticos.
norteamericano. Las mujeres de río
Jorquera usan vestidos negros largos,
ceñidos al cuerpo, con un pañuelo en la
cabeza. Esta nueva “librea étnica” entra
en contradicción con lo mantenido por
el sector de orientación ética, que busca
su diferenciación en el mantenimiento y
revalorización del traje “tradicional”, el
vestido floreado (de china), con
pañuelo y chupalla en la cabeza. Así lo
señaló públicamente Leonidas Jerónimo
(hermana de Zoilo): “el auténtico traje
colla es este, y los otros son solo
inventos de algunas personas”63.
Los colla se dan cuenta que, ante un
oscuro panorama que les niega su
condición
de
indígena,
buscan
diferenciarse de la manera más extrema
y evidente posible. Unos empiezan a
recorrer el camino de vuelta, mirando
hacia el pasado, hacia los antiguos,
como los Jerónimo, y transforman el
culto a la virgen en el culto a la
pachamama, figura presente en lo que
podemos llamar la “new age” colla,
desde hace unos nueve o diez años
atrás, manteniendo un perfil más
“conservador”, si es que puede usarse
esa palabra, con una orientación que
podríamos definir claramente como
ética, buscando en esta contenidos y
formas rituales que los acerquen a la
tierra, y desarrollando una filosofía de
relación armónica con ella .
Luego de la diferenciación estética, se
comienza a asumir un nuevo ethos
ritual a partir de la venida de un
amauta boliviano y la “ordenación
sacerdotal” en Cuestecilla de tres
amautas colla: Pacho Colla, Candelaria
Cardozo y Claudio Campillay, evento
producido el 2002. Desde ese momento
podemos hablar de una progresiva
aymarización en los rituales collas y en
la adopción de nuevas formas, con
nombres de inspiración quechua y
aymara. Desde 2003, personajes hasta
ahora
identificados como Guías
Espirituales en algunas comunidades,
se comienzan a denominar “yatiris”,
como el caso de la Sra. Jesús Cardozo,
de la Comunidad Comuna de Copiapó,
quiénes ya han incorporado la figura de
Inti, mezclándola con emblemas que
usan, como elementos centrales,
iconografía de los indígenas del oeste
norteamericano. A esta corriente se han
ido incorporando paulatinamente la
mayoría de las comunidades colla.
Aquí surge el interés y la necesidad de
explorar más en detalle los diversos
Otros, optan por la figura de la
“parodia”, con una orientación más
bien estética. Es así como lo primero
que resalta es la búsqueda de nuevas
vestimentas “tradicionales”, distintas
de las usadas hasta ahora por los colla,
y la aparición de una serie de bailes
colla. Oscar “Pacho” González viste a
su gente con plumas y mantas y los
hace bailar una “danza de la lluvia” con
claras reminiscencias del “far west”
Hace unos años, un dirigente del Centro
Cultural Diaguita de Copiapó le pedía a Yuri
Jeria información sobre los Diaguitas, ya que
“tenemos que hacer las vestimentas y los bailes
típicos diaguitas” (Jaime Campillay).
63
38
tales como viajes y cosechas, efectuamos
ofrendas, encendiendo “mecheros”, cuyo
combustible es grasa animal. Cada 1º de
noviembre celebramos el “Día de las almas,
ánimas y espíritus”. En lo que hoy
corresponde al día 21 de junio, celebramos
el “Renuevo del año”. Tenemos hombres y
mujeres religiosos, que curan las
enfermedades, que atienden los partos.
Existe una estrecha comunicación con la
naturaleza y sus fuerzas: astros, animales,
agua.
caminos y alternativas éticas y estéticas
en este proceso de etnogénesis (o reetnificacion) colla.
EPILOGO
Sin duda este no es un tema terminado.
Hay discusiones, no sólo entre los
collas, sino
también entre los
especialistas, respecto del pasado,
presente y futuro de las comunidades
colla.
Tiene
sentido,
entonces,
reflexionar sobre lo que significa “la
verdad histórica” del pueblo colla, tal
como queda definida en un documento
que subraya que “corresponde a la
versión oficial del Informe Final del
Subgrupo de Trabajo Pueblo Colla, del
Grupo de Trabajo Pueblos Indígenas
del Norte” de la Comisión de Verdad
Histórica y Nuevo Trato (2002):
En relación a la familia, el matrimonio,
acordado previamente por los padres, se
realizaba entre personas pertenecientes a
diferentes grupos familiares.
Entre las normas que determinaban nuestra
conducta, que nuestros antepasados nos
han transmitido, estaba aquella que
prohibía a los niños ver el sacrificio de un
animal, pues se le retrasaba el período en
que comenzaba a hablar. También se les
prohibía lo mismo a las mujeres
embarazadas. Y cuando los hijos nacen, en
su bautizo, los familiares, padres, abuelos,
tíos, les entregan una donación, consistente
habitualmente en animales, con fines,
económicos, culturales y educativos. El
bautizo consistía en un baño de agua con
hierbas. Además, nuestros antepasados
tenían sus propios juegos, entretenciones,
tales como la taba, que se mantiene hasta el
día de hoy.
1. NUESTRA DEFINICIÓN
Nos definimos como el pueblo de la altura,
la nieve, el frío y la puna. Somos el pueblo
originario Colla de la III Región, en Chile.
2. NUESTRO ORIGEN
El pueblo Colla es un pueblo originario de
este territorio, cuyas fronteras nos fueron
impuestas con la invasión española y luego
con la creación de las repúblicas. Siempre
hemos sido un pueblo andino.
La economía del pueblo Colla en los
primeros tiempos se basaba en la ganadería,
la agricultura, la minería y el comercio
internacional. La ganadería consistía en la
crianza y manejo de animales (llamos,
alpacas), y que incluía la aplicación de
medidas sanitarias originales. Por las
características ambientales de nuestro
territorio,
debíamos
efectuar
desplazamientos de invierno y de verano
con los animales, al igual que hoy día, y a
pesar de la usurpación de buena parte del
territorio ancestral. También existía una
3. NUESTROS PRIMEROS TIEMPOS
En nuestros primeros tiempos teníamos un
idioma propio, y que hoy desconocemos. En
el plano espiritual-religioso, la Pachamama
juega un papel integrador de todas las
energías. Creemos en los espíritus guías,
Tata Sol, Mama Luna. En nuestro
territorio levantamos oratorios y apachetas.
Creemos en las almas, ánimas y espíritus.
Ante cualquier actividad que emprendemos,
39
explotación sustentable de animales libres,
tales como el guanaco, la vicuña y la
chinchilla.
niñas no lo pueden usar. También jugamos
con piedras. Eso se juega tirando las
piedras, pero no son piedras de verdad, sino
son de hueso de animal, parece que de
dinosaurio. Los collas hacemos tejido; la tía
en el jardín nos enseña a tejer. El tejido es
de lana y sirve para hacer ropas. Es más
fácil tejer en el telar; se van haciendo nudos.
Es más fácil que amarrar un zapato. Los
tejidos se pueden poner como un pañito en
la cocina. Yo le hice uno a mi mamá.
[Cuevas 2001].
El aprovechamiento integral de los animales
(además de la carne y la leche, la lana y
cuero) permitió el desarrollo de la textilería
y la talabartería. La agricultura consistía en
el cultivo de granos en terrazas de piedra.
La minería consistía en la explotación a
pequeña escala de minas de cobre, oro, plata
y azufre, posibilitando la existencia de la
orfebrería colla. El comercio internacional lo
ejercíamos mediante el trueque de productos
con otros pueblos andinos, lo que implicaba
desplazamientos hacia lo que hoy
corresponde al territorio de Perú y Bolivia,
además del norte chileno y noreste
argentino.
O tal vez, …, porque la última palabra
en
este
complejo
proceso
de
etnogénesis aún no ha sido dicha.
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Hoy a las puertas del siglo XXI, el kolla de
esta comunidad intenta revalorizar su
contexto cultural y es así que esta
comunidad de originarios muy lentamente
ha dado comienzo a lo que se podría llamar
una utopía, retornar a su habitat original
llevando como carga el peso de una cultura
que no le es propia, pero que es la única que
ha conocido [González 1997].
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O tal vez, debamos considerar un
testimonio, por muy manipulado que
sea, de un niño de cuatro años, del
pueblo de Los Loros, comuna de Tierra
Amarilla, en el valle de Copiapó, puede
servir como una conclusión inconclusa
de este trabajo:
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tocamos guitarra, tocamos bombos.
Bailamos cueca: alguien toca una guitarra y
nosotros bailamos. Los collas tocamos el
bombo, pero lo tocan sólo los niños. Las
40
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43
44
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 45-56, Copiapó
UNA ENTRADA A LA CULTURA DE CHILOÉ:
Antropología e Historia
Rafael Pérez-Taylor y A.64
la Isla de Chiloé67. Ésta se configura
desde el Paleozoico con un clima
templado, fresco,
oceánico, de
invierno húmedo, lo que equivale a
decir, el frío y la lluvia ocupan el
mayor tiempo del año en la isla. Por
otra parte, la primera población en
llegar por la vía marítima fueron los
Chonos,
grupo
étnico
que
posiblemente viene por mar desde
más al sur, de Tierra de Fuego 68.
Con una forma de vida que se
desarrolla principalmente de la
explotación de los recursos del mar
encuentra en Chiloé su lugar de
C
refugio y supervivencia,
más tarde
llega del continente otro grupo que
de forma aislada se incorpora de
forma pacífica a vivir en esta región,
los Veliche, que sin una tradición
“…en Chiloé el clima es tan
húmedo, las esencias forestales
son de tal naturaleza, que es
absolutamente preciso abatir los
árboles, y éste es un serio
obstáculo a la prosperidad de la
isla”.65
“Este país boscoso, accidentado,
me recuerda los lugares más
salvajes de Inglaterra, lo cual
no deja de causarme una cierta
emoción”.66
Introducción
El Sur de Chile se caracteriza por
tener una costa irregular, con una
gran cantidad de islas de diferentes
tamaños, entre ellas se encuentra
una, la más grande por su extensión,
“Más de cuarenta islas abarcan el Archipiélago
de Chiloé….queda entre los 40 grados 44 min.
De latitud sur y entre los 72 grados 45 min. Y 74
grados 30 min. De longitud oeste”. En Vázquez
de Acuña, Costumbres religiosas de Chiloé y su
raigambre hispana, pág. 13.
68 “hay indicios de que Chiloé fue ocupada
antiguamente por poblaciones de cazadores
recolectores marítimos, y después por grupos
agro-alfareros de origen mapuche posiblemente
en el curso de nuestra era”; en Legoupil,
“Recolectores de moluscos tempranos en el
sureste de la isla de Chiloé”, pág. 52.
67
Doctor en Antropología. Investigador del
Instituto de Investigaciones Antropológicas
UNAM, México.
65 Darwin, Darwin en Chile (1832-1835), pág. 158.
66 Darwin, op. cit., pág. 182.
64
45
marítima
buscan asentarse
integrarse a este tipo de vida.
e
los colonizadores vieron que estos
grupos no representaban un peligro
y en ellos buscaron y encontraron
aliados para la ocupación del año de
1575; a partir de este momento, la
Encomienda y la trata de seres
humanos por parte de los españoles
se convirtió en el acto cotidiano,
emergencias que provocaron los
levantamientos de 171270 y la
paulatina desintegración de los
grupos indígenas, algo que ya había
comenzado desde mucho tiempo
antes
con
las
sublevaciones
Mapuche en la Araucanía.
Los españoles al saber de la
docilidad y pacifismo de los
indígenas, los enviaron al Chile
continental, migración forzosa que
fue
diezmando
la
población
71
originaria de la isla . Con estas
estrategias políticas y económicas se
garantizaba la paz en distintas
En el intercambio de las formas de
vivir, el mar y la tierra se envuelven
en el bosque de alerce de origen
milenario, éste da y prodiga refugio
en las casas y seguridad en las
embarcaciones, se procuran formas
de vida, a las que los arqueólogos
no dan respuesta, de todas las
interrogantes de aquellos tiempos.
Lo que queda en claro, es que estos
grupos no desarrollaron estrategias
violentas y eran por lo tanto de
naturaleza pacífica, y se estabilizan
desde el primer momento de la
migración y de la organización
social de los dos grupos asentados.
Sin embargo, queda claro que a la
llegada de los primeros españoles en
el siglo XVI, los Chonos habían
desaparecido y quedaba de ellos
muy poco en la cultura material; la
información que nos ha llegado dice
que probablemente el mestizaje o
una nueva migración de regreso a
Tierra del Fuego hizo que éstos
paulatinamente
fueran
desapareciendo. De esta forma,
cuando los primeros españoles
estuvieron en la isla, con quienes se
encontraron fue con los Veliches,
conocidos también como Huilliche69;
protohistórica, se encontraba replegada hacia el
extremo meridional del archipiélago: actual
ubicación de la comunidad Laitec. Considerando
estos elementos hemos sometido a prueba la
hipótesis nula de homogeneidad genética de los
grupos étnicos de Chiloé”; en García, Moraga,
Soledad y otros, “Origen y microdiferenciación
de la población humana del archipiélago de
Chiloé”, pág. 540.
70 Ver: Urbina, La rebelión indígena de 1712.
71 “La población nativa sufre traslados masivos
al continente a finales del siglo XVI y principios
del XVII. Los jesuitas que llegan a Chiloé hacia
1608 se sorprenden del volumen de estas
migraciones forzosas, al disminuir los indígenas
encomendados en Chile por la sobreexplotación
que provocó una crisis laboral y, la población
chilota era idónea para sustituirlas. El intenso
traslado de mano de obra hacia el Chile central
durante el primer siglo de ocupación confirma
esta observación. Puntualizamos, que a
comienzos del siglo XVII, Huilliches del
continente se incorporaron en un pequeño
número –unos 300 tributarios– siendo
rápidamente asimilados por la cultura insular.”
En Montiel, “Historia de Chiloé”, pág.15.
“Estos ocupantes tempranos de adaptación
marítima (Chonos) introducen cambios a su
modo de vida, en tiempos tardíos como
resultado de la penetración de grupos
continentales, probablemente Huilliches, en el
archipiélago. No obstante, persisten elementos
culturales unificadores de la cultura regional
hasta el presente (Rivas & Ocampo
comunicación personal). A la llegada de los
españoles la etnia Chonos, de sugerencia
69
46
casa hay siempre una estufa a
leña encendida día y noche para
cocinar y dar calor a la familia,
los amigos y los enemigos
reunidos a su alrededor.
El olor de esas viviendas en
invierno
es un recuerdo
imborrable: leña perfumada y
ardiente, lana mojada, sopa en el
caldero…”74.
Isabel Allende
regiones en detrimento de la
población de la isla,
como
mencionaba en su diario Charles
Darwin en enero de 1835. “En ese
país, único quizá de la América del
Sur en que se puede viajar sin
armas”72; este contexto, nos deja ver
el nivel de civilidad de la población
en Chiloé. Es el principio de
pervivencias que se aglutinan
alrededor de la vida y lo cotidiano
isleño,
lejos
del
continente,
encerrados en sus propias prácticas
y hábitos que les permiten
desarrollar estrategias de cierta
tranquilidad social.
El sentido de la convivencia se
convierte en la isla de Chiloé, en la
forma de estar en cierta medida
atrapado en la tierra y rodeado por
el mar. Esta situación hace
prevalecer en este espacio la
producción de una frontera natural,
donde los elementos de la
naturaleza lo separan del resto del
continente. Esta ruptura, si así la
podemos llamar, es la condición que
determina cierto aislamiento y con
ello, se manifiestan los lazos de la
ayuda mutua para poder sobrevivir.
El nosotros en la isla de Chiloé
“La proximidad, como lo “cada
vez más próximo”, se convierte
en sujeto. Ella llega a su punto
superlativo como mi inquietud
que no cesa, se convierte en
única y desde ese amor del que
no se espera correspondencia. La
proximidad es el sujeto que se
acerca y que, por consiguiente,
constituye una relación en la
cual participo como término,
pero en la cual soy más o menos
que un término”73.
Emmanuel Levinas
Al sobrevivir, la pervivencia se
convierte en el proceso de
convalidación de los afectos y la
fraternidad, lazos que logran
estrechar el camino de un nosotros,
los que estamos viviendo en la isla.
Pensar en esta posibilidad denota
que para lograrlo, primero hay que
aislar cualquier conato de violencia
y esto nos ubica en un terreno de
tranquilidad social, organización
social que apoya la unidad de las
identidades en la aceptación de la
diversidad.
“Los chilotes viven como hace
cien años, dedicados a la
agricultura, la pesca artesana y
la industria del salmón. La
construcción es integra de
madera, y en el corazón de cada
72
73
Darwin, op. cit., pág.180.
Levinas, De otro modo que ser, pág. 142.
74
47
Allende, Mi país inventado.
El mar, se convierte en el vector que
se hace presente para mantener la
seguridad en un intento para formar
en el nosotros la identidad chilota,
mientras que en el interior, los lazos
se estrechan a través del trabajo en
una sus vertientes. En este sentido,
acentúan el sentir de lo vivido.
Además, podemos considerar en
este mar la separación continental,
la isla sugiere en su propia natura el
alejamiento, nos produce en las
prácticas el estar separados para
producir en el nosotros un sentido
de pertenencia que predispone en la
práctica, en el sistema de creencias
un lugar que convalida esa
proximidad. Historias que se
comparten, prácticas y hábitos que
formalizan las formas del saber
vivir, focalizando su relación en la
valoración del medio ambiente en el
cual
se
está
presente.
Condicionamiento que marca la
proximidad como una pauta
cultural que debe aceptar la
diversidad.
“Isabel hace una afirmación muy
importante en su discurso; ella
señala que la identidad chilota se
sustenta en las manos chilotas que
confeccionan la prenda textil, lana
teñida y trabajada por manos
chilotas independiente de la
procedencia del material. Isabel pone
el acento sobre el sujeto-chilote que
elabora la prenda”75.
Trabajo e identidad conjuntan sus
esfuerzos en el trabajo artesanal de
las mujeres, como una de las
manifestaciones de la presencia del
nosotros; mientras que el mar se
manifiesta en el trabajo de los
pescadores, que en su rutina diaria
establecen en la ayuda mutua, la
supervivencia de sus vidas ante el
embate de la naturaleza.
La aceptación de la diversidad
elimina la noción de “otredad”, ya
que ésta define la diferencia como
parte de una “unicidad”, que va
cargada en su ideología del lado
negativo. Es decir, el otro siempre es
el enemigo y es uno, se hace
desaparecer
la
capacidad
de
movimiento, la paralización evoca
un sentido de violencia en la
práctica y en el discurso, mientras
que la invalidación de este
algoritmo se deja sentir en la
aceptación de la diversidad, en la
construcción
del
nosotros.
Comprender esta precisión nos
ubica en el terreno de un sistema de
vida compartido, que en el nosotros
permite saber vivir al tiempo de
aceptar en el relato el correlato de la
diversidad, observación que durante
muchas generaciones ha permitido
La proximidad se convierte en el
establecimiento del orden cultural,
como la predisposición que se tiene
para el saber-poder vivir en la isla.
Es decir, el estar cerca determina las
formas
del
trabajo
en
la
construcción de la identidad,
mientras que en una segunda
vertiente,
las
historias
fundamentadas en la mitología de
fusiones locales y occidentales
Miranda,… “Los diálogos del tejido en la
construcción de la memoria”, pág. 7.
75
48
vivir en concordancia en el interior
de la isla.
A
pesar
de
los
diferentes
movimientos sociales que afectaron
la
región,
levantamientos, la
independencia del país y las
diferentes guerras78 que azotaron
esta
parte
del
mundo,
la
organización social en Chiloé es una
especie, de punto y aparte en
relación con la solidaridad y el
apoyo mutuo, acciones de lo
cotidiano que hacen emerger en la
vida diaria, el lugar donde se
encuentran los vínculos de un
nosotros, los que somos de la isla.
En la época colonial no estuvieron
exentos del ataque de los piratas 79,
naufragios de barcos de procedencia
europea, las diferentes migraciones
de arribo y salida80. Todo ello,
De esta forma, la vida en Chiloé
se convierte en el consentimiento y
aceptación
de
la
diversidad,
cualquiera que sea. Atestiguando a
lo largo de su historia que sus
mentalidades se armonizan a través
de la vida en común: en el nosotros
los que vivimos en comunidad,
donde todos sabemos quienes
somos y porque estamos aquí, en
Chiloé.
La vida en común
“La llamada originaria, que nos
entrega y nos envía al mundo,
sólo se oye en el irreductible
retraso de nuestra respuesta, a
través
de
nuestra
voz
alterada”76.
Jean-Louis Chrétien
En el momento de la llegada de los primeros
españoles a Chiloé se dice: “la guerra parece que
era desconocida entre ellos. Así se comprende el
grado de civilización a que habían alcanzado y
los progresos que habían hecho en la agricultura
y otras faenas de campo. La caza del
chilihueque, carnero indígena, y la pesca
ofrecían ocupación constante a estas pacíficas
gentes”. En Cavada, Chiloé y los Chilotes, pág.18.
79 “En 1600 la población de Castro experimento
otro flagelo menos temible que la viruela, a
saber las invasiones de los corsarios”.
“Ha en el Archipiélago como emblema de terror
y de crueldad, el nombre fatídico de Simón de
Cordes, feroz holandés que comandaba la
escuadrilla de corsarios que invadió la
providencia en el año ya citado”. Cavada, op.
cit., pág.32.
Otros corsarios y militares de origen holandés
que atacaron Chiloé fueron Baltasar de Cordes,
Antonio el Negro y el general Enrique Brouwer
entre 1600 y 1670 aproximadamente, más otros
de distintas nacionalidades europeas.
80 “las incursiones de los corsarios: Cordes
E
(1600), que destruyó Castro; Spilberg, (1615), que
saqueó Carelmapu; Broker, gobernador de las
Indias
Occidentales
que
asoló
ambas
poblaciones en 1643; Cliperton, que hizo
reconocimientos en 1719. Además algunos
geógrafos y exploradores extranjeros visitaron
78
Comprender a una persona ya es
hablarle. Plantear la existencia de
otro dejándole ser es haber aceptado
ya esa existencia, haberla tomado en
cuenta. “Haber aceptado”, “haber
tomado en cuenta” nos remiten a una
comprensión, a un dejar-ser. La palabra
designa una relación original. Se trata
de entender la función del lenguaje no
como subordinada a la conciencia que
tenemos de la presencia de otro, de su
proximidad o de la comunidad con él,
sino como condición de esa “toma de
conciencia”77.
76
77
Chrétien, L´appel et la réponse, pág. 60.
Levinas, Entre nosotros, pág.18.
49
muestra un intercambio material y
simbólico permanente de ideologías,
formas de trabajar y de concebir el
mundo circundante.
hospitalidad y solidaridad en el
discurso. La comprensión del otro
permite en su interior abrir las
diferentes facetas de la identidad y
la ideología a través de intercambios
simbólicos y de la ayuda mutua
para sobrevivir en este territorio.
Rápidamente la distinción armada
por los españoles de pueblos de
indios y pueblos de españolescriollos va desapareciendo, debido a
como ya señalamos, a la salida al
por mayor de la población indígena
hacia el Chile continental, esta
disminución, se ve fortalecida por la
llegada de migrantes europeos, sea
de forma forzosa o por vocación, la
isla ve incrementada su población.
En este sentido, el universo de los
isleños se convierte en un paso más
allá de las diferencias étnicas, que en
su momento, separaron a través de
la
guerra
de
conquista,
la
81
encomienda y la independencia .
Separación y lejanía del mundo
continental y del resto de los
procesos de integración nacional,
redundaron en un principio de
encontrar en el en-sí mismo, el
encuentro
con
el
nosotros.
Multiplicidad de eventos que
encierran a los isleños en el
mestizaje cultural, los mitos se
renuevan
con
la
presencia
occidental y sus topónimos marcan
el lugar desde una procedencia
milenaria, que se materializa en la
lengua, la narración, la naturaleza y
ciertos miedos, producto del
aislamiento en que vivían, producen
el lugar de una cultura local,
fundamentada principalmente en la
Denotar el sentido del nosotros 82,
posibilita en la acción de las
prácticas y de los discursos la
capacidad colectiva de producir
consenso, en cuanto al trabajo y
principalmente en la relación que se
tiene con la narración. Es decir, la
oralidad
marca
en
estas
circunstancias el punto de reunión
de la comunidad, es el lugar donde
el intercambio logra su objetivo:
contar historias sobre los diferentes
sucesos acaecidos, que van desde el
entramado que se teje en el mar
hasta la vida en los pueblos, siempre
esas costas como King, Shauten y Le Maire,
L´Hermite y Fitz-Roy”.
“En 1767, el archipiélago fue segregado de la
capitanía General de Chile y anexado al
Virreinato del Perú. El traspaso fue favorable en
algunos aspectos. La medida más importante fue
la fundación de San Carlos de Chiloé (Ancud),
más tarde fue elevada a capital. También se
reorganizó la defensa con la internación de
nuevo material bélico”. En Vázquez de Acuña,
op. cit., pág. 17.
81 “el 14 de enero de 1826 se dieron las
memorables batallas de Bellavista y Pudeto, que
concluyeron con la dominación española en
Chiloé”. En Cavada, op.cit., pág. 35. La
independencia de Chile se firmó en febrero de
1818.
“Lo propiamente humano, no es,
evidentemente, tal o cual rasgo de la cultura. Los
seres humanos se ven influidos por el contexto
dentro del cual vienen al mundo, y este contexto
varía en el tiempo y en el espacio. Lo que todo
ser humano tiene en común con todos los demás
es
la
capacidad
de
rechazar
estas
determinaciones; en términos más solemnes, se
dirá que la libertad es el rasgo distintivo de la
especie humana”; Todorov, Nosotros y los otros,
pág. 438.
82
50
supeditado a la subsistencia diaria
que provee el poder estrechar lazos
de convivencia. Sobre todo, si
tomamos en cuenta el medio
ambiente en el que se desarrollan
los medios de producción y
recepción de los diferentes procesos.
durabilidad resguarda la vida
privada y la intimidad de quienes la
habitan, es la fuerza de la naturaleza
puesta en el orden de la
organización social. En este sentido,
el mar y el bosque proveen de
satisfactores
inmediatos,
para
marcar en la vida diaria el quehacer
de la cultura como un proceso
rutinario que da a las prácticas el
lugar de la vida en común en el
nosotros.
De esta forma, el ecosistema
marca las pautas de la convivencia,
por una parte por la forma en que se
llega a la isla a través del mar,
también por la obtención de una
gran cantidad de alimentos que
provienen del mismo lugar83.
Mientras que por otra parte, viene
de la tierra y el bosque, así como los
materiales para construir sus casas
en los diferentes pueblos. Con ello,
las prácticas denotan en el
movimiento de lo cotidiano, un
estrecho vínculo con las formas del
saber vivir y la supervivencia se
convierte en el espacio de la
solidaridad, ya que salir al mar, ese
intrincado mar por la tormenta y el
frío, se convierte en el lugar de
poder conjugar esfuerzos para
poder regresar después de la faena.
Cultura y prácticas imaginarias
“Empero, nuestra Isla, triste,
tempestuosa,
envuelta
en
húmeda y fría niebla, ofrece por
la ley del contraste, en la buena
estación el más admirable
espectáculo; “sus días y sus
noches de espléndida belleza; sus
golfos y canales tienen la tersura
del espejo, y sus islas de
exuberante verdura semejan
ramos de siemprevivas arrojados
allí por la mano de dios para
flotar sobre sus aguas”84.
Francisco J. Cavada
Lo cotidiano en un terreno hostil,
se
desenvuelve
como
ya
mencionamos en el duro trabajo por
la supervivencia, ante la inclemencia
de los elementos, mientras en la casa
las reuniones en la cocina alrededor
del fogón se cuentan historias del
acontecer en el mar y en la tierra,
sobre las formas de enfrentar los
elementos. En lo individual y en lo
colectivo, se narran las experiencias
directas e indirectas, que marcan en
Mientras que el bosque con el
resguardo de su frialdad, cobija el
territorio de la caza y la producción
de la madera para las viviendas y la
exportación al Perú en el período
colonial, es otra de las fuentes de
trabajo. Hacer la casa de “alerce” es
fincar en la madera milenaria la
duración
de
la
misma,
su
Hay que considerar que esto fue en el pasado;
en el presente hay escasez de los productos del
mar, debido al consumo industrial de la
empresas transnacionales.
83
84
51
Cavada, op.cit., pág. 55.
los acontecimientos, los vínculos con
el poder recordar los sucesos
vividos. En ello, va la expectación
que se produce en el terreno de la
experiencia como resultado de la
repetición de los eventos.
Cultura y mito, envuelven en el
nosotros la capacidad de envolver
en el sistema de creencias, versiones
de la vida práctica que ayuden a
sobrellevar las inclemencias del
tiempo,
estableciendo
lugares
comunes
entre
las
prácticas
ancestrales en la isla y la mentalidad
occidental. El resultado de esta
nueva organización, es la capacidad
que la vida en común tiene para
producir
en
la
ideología,
credibilidades que permitan unir lo
extraordinario con lo cotidiano. Es
decir, el acto narrativo en la casa se
convierte en la actividad por
excelencia, para que las familias
encuentren de qué hablar y en el
proceso de comunicación,
las
historias adquieren sentido, como
discursos verosímiles.
Sin embargo; en este vaivén de
eventuales repeticiones se van
narrando
hechos,
cuya
trascendencia, se mueve en procesos
extraordinarios, que van más allá de
toda razón y que son producidos al
calor del fogón. En el discurso, se
discurre sobre actividades que se
han desarrollado en el mundo de la
imaginación, un mundo que recrea
una
fusión
paulatina
entre
diferentes tradiciones: la indígena y
la
europea
en
su
relativa
concatenación que enuncia nuevas
acciones sobre el acto de narrar.
“Tal vez su vida en medio de
bosques fragosos y solitarios, la vista
de su cielo casi siempre sombrío y
tempestuoso, sus luchas incesantes
con el océano borrascoso y
bramador, los huracanes que sin
cesar baten sus playas levantando
por las noches ecos pavorosos y
extraños, vuelven su espíritu
soñador,
melancólico,
85
supersticioso” .
Estas historias, que provienen de los
mitos, se suceden en el devenir del
tiempo, en la acción recursiva, que
hace presente en la memoria
colectiva el acto de saber contar, la
narración busca localizar espacios
de estabilidad que ayuden a tener
tranquilidad por los que no regresan
de sus faenas, sea en el mar o por
internarse en la oscuridad del
bosque, la pérdida debe ser
resguardada a través de un sentido
de esperanza, que les diga puede
que regresen un día, o bien, están en
un lugar mejor que éste. El
intercambio simbólico, producido,
da la posibilidad de establecer en el
ámbito de la memoria y el recuerdo
la capacidad de mostrar que la vida
en común tiene sentido. Existen
“Todavía resta decir que el chilote
practica sin reservas la virtud de la
hospitalidad, que la puerta de su
casa, pobre o cómoda, está abierta
para todos de día y de noche,
generalmente, sin interés alguno”86.
85
86
Cavada, op.cit., pág. 74.
Cavada, op.cit., pág. 78.
52
diversas formas de plasmar en la
narración el principio de comunidad
y de entre ellas encontramos: La
Ciudad de los Cesares87, un territorio
imaginario que basa su existencia en
la búsqueda medieval de un lugar
milagroso,
un
espacio
extraordinario que se basa en las
creencias populares que intentan
dar un sentido mágico a la
credibilidad profana y al sentido
religioso.
Es
un
punto
de
convergencia judeocristiano, que
produce en la búsqueda del paraíso
el encuentro con lo maravilloso.
que intenta dar un sentido real al
paraíso terrenal, al tiempo de retraer
el pecado original y la caída, al
proceso de salvación. Encontrar la
salvación, se enuncia bajo la
perspectiva de la utopía y debe
realizarse
una
cruzada
para
encontrar dichos lugares (en
América se busca El Dorado, Kivira,
la Ciudad de los Césares, entre otras
más).
La Edad de Oro, se convierte en el
espacio de un tiempo primordial,
original y encubierto en la inocencia
de una inmortalidad que manifiesta
en el discurso y en sus prácticas, el
retorno
a
lo
perdido.
La
construcción imaginaria, bajo este
nivel de representación, promulga el
inicio de un peregrinar institucional
para
encontrar
la
ciudad.
“Misioneros franciscanos y jesuitas y
no
pocas
personas
ilustradas
emprendieron en el siglo pasado (siglo
XIX) varias expediciones al Sur, con el
objeto de descubriru la fabulosa ciudad”.
De cualquier forma, “César-así se la
llama- es una ciudad encantada. No es
dado a ningún viajero descubrirla “aún
cuando la ande pisando”.
“El largo período medieval nos
ofrece aquí el caso ejemplar de una
dialéctica que sostiene, por una
parte, la existencia sobre la Tierra
del jardín del Edén que se volvió
inabordable y, por la otra, la
existencia de tierras felices que
conservan rasgos del paraíso perdido
y que sólo son accesibles a los
audaces”.88
La búsqueda e intentos de localizar
un espacio de tales características se
fundamenta principalmente, en el
deseo de localizar el símbolo de la
vida eterna. Historicidad, que tiene
como punto de construcción las
propias raíces del ser occidental y
que va de la mano del pensamiento
“Una niebla espesa se interpone siempre
entre ella y el viajero, y la corriente de
los ríos que la bañan refluye para alejar
las embarcaciones que se aproximan
demasiado a ella”. “Sólo al fin del
mundo la ciudad se hará visible para
convencer a los incrédulos que dudaron
de su existencia”, nos dice Francisco
Cavada en su libro.89
Ver: Rojas, La ciudad de los Césares. Esta es una
novela que marca la existencia de dicha ciudad.
También puede verse en un contexto histórico:
Cavada, op.cit., pág. 87-88. Esta obra es la fuente
de primera mano sobre el tema. Un trabajo más
reciente que intenta dar cuenta del trabajo
histórico es: Estellé y Couyoudmdjian, “La
Ciudad de los Césares: origen y evolución de
una leyenda (1526-1880)”, pág. 283-308.
88 Delumeau, Historia del Paraíso 1, pág. 183.
87
89
53
Cavada, op.cit. pág. 87-88.
El establecimiento de una pauta
que oscurece el acto de la narración,
acciona en el discurso el espacio de
contradicción, que nos ubica; sí, es
difícil entrar y no cualquiera puede
ver lo que tiene frente de sí. Lo
maravilloso
se
localiza
en
convertirse en el elegido y en el
espacio de la cultura social, es quien
no ha regresado, el que se ha
perdido y existe en el ánimo de la
comunidad una pequeña esperanza
de su retorno. Mientras dure este
impasse el discurso debe cubrir la
ausencia, debe proseguir su camino
en un proceso imaginario que
manifieste el deseo de retorno del
desaparecido.
naturaleza y las formas de ver y
sentir el mundo.
Los primeros, llegaron del sur y
sucesivamente retornaron, no sin
antes dejar en sus historias el
encuentro
con
los
mundos
imaginarios, materializados en el
mito, donde el mar, el bosque y la
isla son la entidad práctica y
discursiva en la producción de la
cultura chilota. Una cultura que se
hace presente en la aceptación del
nosotros como la fusión de distintas
diversidades, lo que conlleva a la
noción de hospitalidad y de
aceptación pacífica del otro.
Finalmente, un universo que se
mueve en la solidaridad, la
esperanza
y
principios
de
aceptación
de
la
diversidad,
acumula en su seno la fusión de
tradiciones que van más allá de las
identidades locales, como parte de
un proceso de pervivencia colectiva.
Si el regreso no se produce, la
esperanza prosigue su camino en la
producción imaginaria, al decirse a
sí mismo, se encuentra en un
mundo mejor: la ciudad de los
Césares. Este pensamiento se
convierte en su práctica, en el
impulsor del mito, como parte de la
cosmovisión chilota, es en la larga
duración el punto de encuentro con
un mundo analógico, que posibilita
recuperar el paraíso perdido,
justificación que únicamente se hace
presente al vivir en comunidad; en
un nosotros que reditúa en lo
cotidiano de la isla en el entendido
de la hospitalidad. Esto significa en
la construcción simbólica, que una
parte de esa “unicidad” siempre es
migrante, mientras que la otra es
llamada a permanecer en Chiloé,
como parte intrínseca de los lazos
familiares, el arraigo hacia la
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56
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 57-61, Copiapó
LA ALAMEDA MANUEL ANTONIO MATTA, EN COPIAPÓ.
Visión crítica.
en vez de álamos tuvo solamente
pimientos, árboles que tampoco eran
chilenos, pero que tenían la virtud de
no exigir cuidados, de crecer con cierta
rapidez y brindar sombra.
Danilo Bruna Bruna90
Origen
Obedeciendo a una aspiración que la
población había manifestado desde
aproximadamente una década, por fin
el 14 de junio de 1853, el Ministerio del
Interior aprobó el siguiente Decreto:
El Primer Monumento
El nombre original de Alameda o Paseo
Nuevo, le fue cambiado en 1876,
cuando en su sector norte se inauguró
un busto del Libertador Bernardo
O’Higgins, lo que
trajo como
consecuencia que oficialmente fuera
mencionado como Paseo O’Higgins, y
desde entonces las ceremonias cívicomilitares tuvieron allí un espacio para
evolucionar. El aumento de la
población de la ciudad, hizo que el
Paseo O’Higgins
se viera más
transitado por jinetes y carruajes, más
aún, estando cerca de la Estación del
Ferrocarril.
“Apruébase el Acuerdo de
la
Municipalidad de Copiapó, en virtud
del cual dispuso establecer una
alameda al oriente del ferrocarril,
comprando para ello dos sitios, cuyo
total valor asciende a 7.369 pesos 95
centavos con el plazo de cuatro años,
debiendo abonar entre tanto el interés
del diez por ciento anual.
Tómese razón y comuníquese. MONTT.
– Antonio Varas.”
Ignoramos
quiénes
fueron
los
propietarios de aquellos “dos sitios,”
pero el hecho cierto es que la Alameda
fue una realidad, salvo que al parecer,
El Segundo Monumento
En 1863, llegó desde Francia la hermosa
estatua “Alegoría a la Minería”, hasta
hoy conocida vulgarmente como La
Pileta de la Plaza. Entonces, las
Historiógrafo. Museo Regional de Atacama,
Copiapó, DIBAM.
90
57
autoridades de la época le asignaron el
sitio preferencial en pleno centro, para
lo cual removieron del sitio la estatua
ya existente allí desde 1853, y que
representaba
a
Juan
Godoy,
Descubridor
de
Chañarcillo.
Trasladaron la estatua de dicho minero
a la Alameda, donde ha permanecido
hasta hoy, aunque trasladada otras
veces dentro del sector. Representa a un
minero chileno luciendo el extraño
atuendo de la época y que tanto había
impresionado a los viajeros del siglo
XIX, Darwin, Claudio Gay, Paul
Treutler, Pérez Rosales y Faustino
Sarmiento, entre otros.
de 1863, en el cual militaron casi todos
los copiapinos de figuración pública en
la época.
Es una obra en bronce del escultor
chileno Virginio Arias, y representa al
político en la actitud de pedir la palabra
en el Parlamento, ya que fue
parlamentario en diversos períodos. A
la inauguración de este monumento, el
Gobierno envió una comisión oficial
numerosa, y el Acto Público con
presencia de las escuelas de la ciudad,
fue
masivo,
apareciendo
unas
fotografías
del
monumento
y
personalidades, en la Revista Zig- Zag.
Quinto Monumento
El Tercer Monumento
En 1944, la ciudad de Copiapó cumplió
200 años desde su fundación oficial. La
Colonia Libanesa, en agradecimiento
por haber sido
aceptados
sin
restricciones en la ciudad, y estando
incorporados como ciudadanos con los
mismos derechos y deberes que los
naturales, orientó sus esfuerzos en
mandar a elaborar un monumento.
Consistió en un cóndor de bronce, con
las alas abiertas como en actitud de
emprender el vuelo. Una maciza
plancha también de bronce, en
caracteres libaneses y occidentales,
expresaba el saludo de los libaneses
“copiapinizados.”
El 18 de septiembre de 1885, fue
inaugurado el Monumento a las Glorias
de Atacama, con un masivo acto al que
concurrió incluso, gente de Tierra
Amarilla y de las haciendas del Valle.
Es una obra en bronce del escultor
chileno José Miguel Blanco; representa
a La Patria ofrendando a sus hijos, los
mineros soldados, una corona de laurel,
en tanto sostenía en la diestra la espada
vencedora. Un alto pedestal tiene como
ornamento unas efigies de bronce de
los oficiales caídos en combate. Una
escena guerrera, también en bronce,
representa el Asalto y Toma de Piragua,
cruenta batalla que puso de manifiesto
el temple de los soldados mineros del
Batallón Atacama Nº 1, el 10 de
noviembre de 1879.
Sexto Monumento
Es contemporáneo, al parecer de la
década de 1940. Está ubicado en la
Plazoleta de Ávalos y consiste en una
efigie del “Adelantado don Diego de
Almagro, 1480 – 1538, Descubridor de
Chile Continental 1535 – 36.” Dicha
efigie es de bronce, de unos 70 cm de
El Cuarto Monumento
En 1905, fue inaugurado el monumento
a Manuel Antonio Matta, líder del
histórico Partido Radical, creado
oficialmente en Copiapó en diciembre
58
diámetro, empotrada en una roca de
más de un metro de alto.
Daños naturales a los monumentos
Debido
a
la
alta
sismicidad
característica de la Región, los
monumentos siempre sufrieron daños.
Especialmente dos sismos, el del 4 de
diciembre de 1918 y el del 10 de
noviembre de 1922, rompieron los
pedestales de ladrillos recubiertos con
cemento, en algunos; o con planchas de
mármol, en el caso de “Las Glorias de
Atacama”. Las estatuas cayeron de sus
pedestales, como cayeron numerosas
casas de la época.
En el caso del monumento a Juan
Godoy, cayó de su pedestal hacia el año
1945,
también
por
un
sismo,
quebrándose en tres partes. Algún mal
intencionado se quedó con el martillo.
Alrededor de un año y medio más
tarde, fue reparado, se le dotó de un
nuevo “combo” y se lo repuso en la
plazoleta frente al templo de San
Francisco.
No sabemos desde cuándo fueron
reinstalados los demás monumentos
después del gran sismo del 22; pero se
hizo
costumbre
repintarlos
o
barnizarlos cada dos o tres años.
Séptimo Monumento
Es contemporáneo. Consiste en un
busto metálico, tosco, que representa al
“Capitán Ignacio Carrera Pinto, 1848 –
1882.” Fue uno de los Héroes de
La Guerra del Pacífico. Fue instalado
durante el Régimen Militar, al parecer,
por iniciativa de la entonces Secretaría
de la Juventud, con motivo de
cumplirse en 1982, el centenario del
Combate de La Concepción.
Comentario
La Alameda fue remodelada con una
millonaria inversión; trabajos que
concluyeron el año 2005. Desde la
década de 1960 había cambiado
parcialmente. Durante el Gobierno
Militar, el Monumento a las Glorias de
Atacama fue aprovechado como punto
de referencia en la construcción de un
Mausoleo, al cual fueron trasladados
los restos de algunos oficiales
atacameños de la Guerra del Pacífico.
Durante algunos meses fue muy
visitado, constituyéndose en un lugar
de atracción turística, en el que el
Museo
Regional
colaboró
museográficamente. Sin embargo al ser
trasladado a Calama, a fines de la
década de 1970, el Regimiento
Ingenieros
Motorizado
Nº
1,
propietario de los objetos históricos que
se exhibían en vitrinas construidas para
tal efecto, el Mausoleo perdió el
atractivo turístico que aquel Regimiento
le había impreso.
Daños Intencionales
La Alameda tiene pocas casas
habitadas, siendo en las noches un
paseo muy poco concurrido y con una
Discoteca a unos cuarenta metros de
distancia, además de restoranes en las
cercanías. Esto ha hecho que en horas
de la noche los vándalos ocasionen
daños al entorno sin preocuparse por
ser vistos.
En décadas precedentes, al monumento
a las Glorias de Atacama le fue robada
la espada que la estatua empuñaba en
la diestra.
59
Una bodega vacía, antigua pero en
buen estado, ubicada en la esquina
donde nace la calle Atacama, fue
incendiada en horas de la madrugada,
afeando el entorno.
Durante los primeros meses de 2004, le
fueron robadas dos planchas de bronce
macizo al pedestal de la estatua Manuel
Antonio Matta, que deben haber
reportado a los vándalos unos sesenta
kilos de metal.
Durante el mismo año, le fue robada a la
estatua Juan Godoy, el escudo chileno que
tenía en una de las cuatro caras del
pedestal.
Dicho escudo tenía la particularidad de
tener, en vez del huemul un brioso
caballo. Además no era de bronce, sino
de hierro, lo que nos lleva a relacionar
el robo con un artículo aparecido por
aquella semana, en El Mercurio de
Santiago, en que el diario denunciaba
que había tres monumentos en Chile
que tenían aquel extraño escudo
nacional.
Otros daños, de carácter menor, han
sido los rayados con pinturas sobre las
bases de las estatuas, y los producidos
por las patinetas de los adolescentes.
Durante su última visita a Copiapó, el
ex Comandante en Jefe del Ejército,
General Emilio Cheyre, que había sido
Comandante
del Regimiento en
Copiapó, visitó el Mausoleo militar y
manifestó a la prensa su pesar por los
daños que vio en el entorno.
1.- El busto del Libertador Bernardo
O’Higgins, fue retirado. Ignoramos qué
sucedió con su pedestal de mármol.
Noticias radiales, por aquellos días,
manifestaron que sería reinstalado en la
Escuela que lleva el nombre del héroe.
2.-Una banqueta ornamental ubicada
frente a la sede de los ferroviarios
jubilados, punto naciente de la calle
Atacama, fue demolido y reconstruido
más moderno. Pero el original había
sido construido con sentido artístico; el
actual luce burdo, especialmente feas
son las macetas, que carecen de las
líneas elegantes que tenían las
originales al estilo antiguo, aunque
también eran de cemento.
3.-El Monumento de la Colonia
Libanesa, permaneció guardado algún
tiempo. Demolieron su pedestal
original y le construyeron uno nuevo
bastante feo. Las macizas planchas de
bronce, una en texto árabe y otra en
español, permanecieron durante meses
en la oficina del ex Alcalde Marcos
López, hasta que fueron puestas,
apresuradamente cuando no resultó
electo, sobre unas toscas piedras a ras
del césped, dándoles así facilidad a los
ladrones de bronce, que no tardaron en
robárselas.
4.- El monumento a Juan Godoy, fue
cambiado de lugar. Su antiguo pedestal
y la fuente circular, ambas piezas
originales de hierro fundido, fueron
desechadas. En su reemplazo, se le
construyó a la estatua un pedestal de
concreto que ha suscitado el rechazo de
gran parte de la población.
5.- Los nuevos postes de iluminación de
la Alameda, han sido un buen aporte;
como los del resto de la ciudad, tienen
sus focos orientados directamente hacia
abajo y su luminosidad no se pierde
hacia arriba como ocurría con los
anteriores. Sin embargo, el Monumento
a las Glorias de Atacama, cuya altura
La Transformación de la Alameda
En los trabajos de modernización de la
Alameda ejecutados en dos etapas, la
última de las cuales culminó en
diciembre de 2005, la comunidad pudo
apreciar, entre otras, las siguientes
transformaciones:
60
sobrepasa a los actuales postes, en las
noches luce mal, ya que la luminosidad
le llega sólo el pedestal a la cintura de
la estatua, por lo tanto el paseante
nocturno
ve
solamente
medio
monumento iluminado.
primera etapa concluyeron, el impacto
visual nocturno era agradable, salvo el
detalle del punto 4 de estas notas. Sin
embargo, el vandalismo no tardó en
dañar severamente las luminarias a ras
del suelo y la elegante cabina telefónica
ubicada frente a la Sala.
No conozco el edificio del Teatro
próximo a inaugurarse; pero el exceso
de vidrios hacia el oriente, le va a
otorgar a las dependencias un excesivo
calor y luminosidad, quizás impidiendo
su uso durante los meses de verano.
¿Cómo no pensaron en semejante
detalle?
Faltó, además, haber construido en
pleno paseo una buena caseta como
puesto nocturno permanente para
carabineros, y quizás unos baños
públicos en el extremo norte del paseo,
debido a la gran cantidad de personas
que concurre a trámites al Edificio del
MOP, donde se concentran varios
Servicios Públicos.
Comentario Final
Esta “modernización” costeada por el
Ministerio de Obras Públicas, debió
hacerse con participación de la
comunidad copiapina, lo que no se
efectuó. Es probable que tampoco se
haya solicitado el permiso respectivo
del
Consejo
de
Monumentos
Nacionales, para evitar demorosa
tramitación.
Creo, sin embargo que, a pesar de los
puntos señalados, ha sido positiva la
Modernización. Sin duda lo mejor, ha
sido la construcción de la Sala de
Cámara, que ha contribuido a dar vida
a la Alameda. Cuando los trabajos de la
61
62
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 63-87, Copiapó
INVESTIGACIÓN, CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DEL PROYECTO MINERO
DAMIANA, EL SALVADOR, REGIÓN DE ATACAMA.
Carlos González G.91, Catherine
Westfall92 y Carmen Castells Sch.93
de camino incaico existente dentro de
las dependencias divisionales (Vásquez
et al. 2003), y dadas las determinaciones
de la Resolución de Calificación
Ambiental Nº 055 del 15 de Julio de
2003 de la Conama Atacama, los
suscritos efectuaron durante el 2004 un
estudio del referido tramo y de sus
evidencias inmuebles y muebles,
prosiguiendo el 2006 con medidas de
protección
(González
2006a),
complementadas el 2010 (González y
Castells 2010a).
Introducción
Desde el 2003, por una invitación del
Consejo de Monumentos Nacionales, a
petición de División Salvador de
Codelco y producto de la expansión del
proyecto Damiana, que se enmarcaba
dentro de la normativa legal ambiental
imperante, el primer autor y la
conservadora
Castells,
tomaron
conocimiento de la existencia del
patrimonio arqueológico de El Salvador,
Comuna de Diego de Almagro, Región
de Atacama (Figura 1). A raíz de la
intervención arqueológica, que constató
un conjunto de 13 sitios arqueológicos
jalonados a la vera de un tramo de 4 km
El trabajo realizado consideró las
características
viales
del
tramo
(González et al. 2004) desde el punto de
vista
micromorfológico (Trombold
1991), como también su recuperación
estética, debido a una intervención
arqueológica
errada
efectuada
previamente -ajena al inicio de nuestras
actividades-,
integrándose
a
las
medidas de conservación desarrolladas.
Durante estas labores arqueológicas se
descubrió un total de 14 sitios
arqueológicos (12 más que los
reportados el 2003) y una variedad de
artefactos y ecofactos (cerámica, restos
conquiológicos, etc.), que dan cuenta de
la incorporación de la localidad a una
Departamento de Cultura y Turismo, Ilustre
Municipalidad de Diego de Almagro.
Investigador asociado MRA. Programa
Doctorado en Antropología (UTA-UCN),
Becario CONICYT. E-mail:
[email protected]
92 Taguatagua Consultores. E-mail:
[email protected]
93 Patrimonio Consultores. E-mail:
[email protected]
91
63
ruta
caravanera
preincaica,
implementada al menos desde el 700
d.C. y que posteriormente el Inka
reconceptualiza bajo su rúbrica.
Como última etapa de este quehacer
arqueológico, se definió e implementó
un plan de cierres perimetrales y
carteles con información patrimonial de
los sitios arqueológicos adyacentes y
cercanos al Camino del Inka. Del
mismo modo, y como una de las más
importantes actividades contempladas,
se llevaron a cabo durante el desarrollo
del proyecto arqueológico, actividades
de educación patrimonial en torno al
trabajo arqueológico y el conocimiento
prehispánico de El Salvador.
Esta definición se encuentra dentro de
una
denominación
global,
correspondiente al concepto patrimonio
cultural, que de acuerdo a UNESCO
“comprende las obras de sus artistas,
arquitectos, músicos, escritores y sabios, así
como las creaciones anónimas, surgidas del
alma popular, y el conjunto de valores que
dan sentido a la vida, es decir, las obras
materiales y no materiales que expresan la
creatividad de ese pueblo; la lengua, los
ritos, las creencias, los lugares y
monumentos históricos, la literatura, las
obras de arte y los archivos y bibliotecas”
(UNESCO
1982).
Así
entonces,
asimilamos el patrimonio cultural como
un legado de nuestros antepasados,
representado el fundamento cultural
colectivo
de
nuestra
nación,
permitiendo el reconocimiento y el
fortalecimiento de una identidad
nacional y como país. Evidentemente,
el pasado nos remite a una historia
común,
culturalmente
distintiva,
permitiéndonos
reconocer nuestro
entorno, como también a nosotros
mismos (Ballart 1997:43), configurando
un marco referencial identitario, desde
un nivel individual hasta colectivo.
En consecuencia, se presentan y
discuten en este artículo nuestras
definiciones respecto a los aspectos
patrimoniales de El Salvador, el trabajo
arqueológico, de conservación y
educación patrimonial que realizamos
en el actual campamento minero,
gracias al proyecto Damiana de
División Salvador. Asimismo, se
analizan las actividades emprendidas y
sus proyecciones, tanto a nivel local,
comunal como regional, enfatizando las
significaciones patrimoniales de este
proyecto, como la factibilidad de
efectuar un trabajo arqueológico
sistemático dentro de un marco minero
productivo sustentable dentro de la
Región de Atacama, destacando,
igualmente, sus implicancias científicas,
sociales y culturales.
De este modo, la identificación y la
especificidad de un determinado
patrimonio cultural, así como sus
aspectos connotativos, se deben a la
significación
social,
a
la
representatividad que reviste para una
sociedad en particular (Simonetti
2005:98), como ejemplo de su singular
proceso histórico. Incluso, se alcanzan
niveles semánticos que integran a la
humanidad en su conjunto, como
acontece con las designaciones de la
UNESCO sobre lugares y sitios que
constituyen patrimonios mundiales
únicos. Prueba de ello son, por ejemplo,
las designaciones en Chile del
campamento minero de Sewell en la
1 Definiciones sobre patrimonio
arqueológico y patrimonio minerometalúrgico de El Salvador
1a.- Patrimonio Arqueológico
64
Región de O’Higgins, las oficinas
salitreras Humberstone y Santa Laura
en la Región de Tarapacá, como del
casco histórico de la ciudad puerto de
Valparaíso, en la Región homónima;
esperando en un mediano plazo que
integre en esta categoría al Camino del
Inka94. UNESCO también abarca los
espacios
naturales
de
especial
significancia mundial, como es el caso
de las Islas Galápagos en Ecuador95.
en un tiempo
determinado.
y
un
espacio
En este contexto es factible ubicar
nuestro concreto proceder disciplinario,
el arqueológico, ya que apunta hacia el
estudio y el conocimiento de las
sociedades humanas del pasado,
principalmente a través de sus restos
materiales abandonados, constituyendo
lo que ha sido denominada como
cultura material (Renfrew y Bahn
1998:9). Por lo tanto, la vinculación más
directa del quehacer arqueológico es
con el patrimonio cultural tangible,
aunque ello no objeta aproximaciones
hipotéticas
al
conocimiento
de
realidades intangibles de una sociedad
humana extinta, por ejemplo, a través
del estudio del arte rupestre o de las
prácticas funerarias.
Lo anterior deja entrever que el
patrimonio cultural es la gran reserva de
aprendizaje no sólo de un individuo
respecto a su grupo humano, a nivel
étnico, cultural y nacional, sino de toda
la
humanidad,
comprendiendo
distintos niveles de reconocimiento de
tales expresiones, definibles como
patrimonio local, regional, nacional y
universal (Simonetti 2005), aspectos
reconocidos por UNESCO.
Desde estas consideraciones nuestro
trabajo, como expresamos antes, se
aboca al estudio del patrimonio cultural
tangible, pero se circunscribe en lo
conocido como patrimonio arqueológico,
que según Endere está “constituido por
todos los restos materiales de culturas del
pasado que puedan ser estudiados con
metodología arqueológica, su contexto de
depositación, así como la información que se
obtengan de dichas investigaciones”
(Endere 2000:216). Los restos materiales
se encuentran por lo general dentro
sitios
arqueológicos
de
diversa
funcionalidad,
siendo
evidencias
concretas de grupos y poblaciones
humanas ya desaparecidas, que nos
entregan
información
sobre
sus
conductas, percepciones y modos de
vida, independiente de sus específicas
definiciones como sociedades de
tiempos prehistóricos o históricos. En
este punto, valga destacar que pese a la
preferente
orientación
de
las
investigaciones arqueológicas hacia
Complementando
esta
visión
integrativa, se reconoce que el
patrimonio cultural puede dividirse en
intangible, contemplando todos los
aspectos
culturales
inmateriales,
reconocidos en las costumbres, los
mitos, los ritos, el lenguaje, etc.; y por
otro lado, tangible, que reúne el
conjunto de aspectos culturales de
naturaleza material, tales como las
edificaciones, los sitios arqueológicos e
históricos,
los
sitios
fúnebres
(cementerios y enterratorios, que a su
vez son sitios arqueológicos, de tipo
prehistórico o histórico), los útiles, los
artefactos manufacturados o en proceso
de
elaboración,
entre
otros,
pertenecientes a un grupo o sociedad
Actualmente 6 países sudamericanos, entre
ellos Chile, están postulando ante UNESCO el
Camino del Inka (Qhapaq Ñan) como candidato a
Patrimonio de la Humanidad.
95 Ver información en: http://whc.unesco.org
94
65
sociedades prehistóricas, la existencia
de evidencias materiales durante
tiempos
históricos,
incluso
contemporáneos,
posibilita
la
implementación
de
estudios
arqueológicos,
los
que
se
complementan con registros escritos
disponibles. De allí que la actual
división instrumental entre arqueología
prehistórica y arqueología histórica,
radica en la distinción de los
particulares ámbitos temporales de
desarrollo
disciplinar,
aunque
comparten la atención analítica hacia
los restos materiales.
norma el acceso y las intervenciones a
los monumentos de tipo cultural y
natural.
Este
cuerpo
legal
se
complementa con la Ley Nº 19.300 de
Bases Generales del Medio Ambiente
de 1994, cuyo articulado y reglamento
de 1997, junto con las modificaciones de
la Ley Nº 20.417 de 2010, ha sentado las
bases sobre el cuidado respecto al tema
patrimonial y sus regulaciones sobre
impactos ambientales de proyectos y/o
actividades que generen modificaciones
sobre el patrimonio cultural. Sin
embargo, la promulgación de este
marco legal no garantiza el respeto
hacia la temática patrimonial que nos
preocupa, sino que, y coincidiendo con
planteamientos de la Sociedad Chilena
de Arqueología, “serían responsables de la
protección y conservación del Patrimonio
Arqueológico todas las personas naturales y
jurídicas, así como las instituciones
privadas y del Estado. En este sentido, nos
interesa destacar que es responsabilidad de
las personas e instituciones no sólo la
conservación de los sitios y objetos
arqueológicos, sino también el registro de
sus asociaciones contextuales” (SCHA
2007).
Por
consiguiente,
el
patrimonio
arqueológico en Chile, como en cualquier
otro lugar del mundo, nos permite
acceder por medio de su estudio,
conservación, difusión y puesta en
valor, al conocimiento de nuestro
pasado remoto y reciente como
sociedad,
representado
una
herramienta científica y social que
posibilita
estructurar
una
base
identitaria del país y, en nuestro caso,
de su realidad pluriétnica, como
también del devenir histórico que nos
singulariza. En esta dirección se
comprende la relevancia de proteger y
conservar el patrimonio arqueológico, ya
que simboliza, al decir de Ballart,
presencias sustitutivas que hacen de
nexo entre personas y sociedades
separadas por el tiempo, “por lo que son
testimonio de ideas, hechos y situaciones del
pasado” (Ballart 1997:66).
Una efectiva vinculación entre el
trabajo de investigación, conservación,
protección y educación del patrimonio
arqueológico ha estado presente en El
Salvador,
produciéndose
el
cumplimiento divisional de la legalidad
vigente, al ampliar sus procesos
productivos y responder a los
requerimientos ambientales y de orden
patrimonial.
No
obstante,
la
preocupación divisional trascendió lo
meramente legal, apoyando variadas
actividades que han contribuido a
incrementar el conocimiento del
patrimonio arqueológico y de la
prehistoria de El Salvador. Testimonio
de lo señalado son los compromisos
En nuestro país existe desde 1970 un
marco legal que protege el patrimonio
arqueológico, que igualmente considera
el patrimonio paleontológico, histórico,
arquitectónico y natural. Nos referimos
a la Ley Nº 17.288 de Monumentos
Nacionales y su reglamento de 1990,
que categoriza, registra, custodia y
66
con una estrategia educacional y de
instrucción desarrollada por nosotros
sobre el patrimonio arqueológico de la
localidad, que comenzó con el proyecto
de
expansión
minera
Damiana,
permitiendo una protección activa de
los bienes patrimoniales presentes. La
División ha mantenido este proceder en
el tiempo, como lo demuestra el
proyecto de la IV Ampliación del
Tranque de Relaves Pampa Austral,
implementado durante el 2006, que
generó el rescate, estudio y protección
de sitios arqueológicos de cazadores
recolectores del Período Arcaico (circa
5000 a.C.) (González 2006b; Peralta et al.
2010), presentes en el área del tranque,
que se ubica a 16 km al Norte de la
ciudad de Diego de Almagro. Junto a
estos trabajos arqueológicos en Pampa
Austral, se implementó un plan de
educación patrimonial y actividades de
difusión sobre el rescate arqueológico,
enfatizando la relevancia de estudiar y
proteger el patrimonio arqueológico
comunal, dirigido a estudiantes y
diversas comunidades de la Provincia
de Chañaral, desarrollándose también
un programa de charlas obligatorias de
inducción arqueológica para todos los
trabajadores que ingresaban a cumplir
variadas funciones en la ampliación del
tranque.
(500 a.C. aprox.) hasta históricos (1950
d.C.) (González y Westfall 2005),
sumando
también
el
cercano
Cementerio Las Turquesas (en adelante
CLT), un sitio funerario de los mineros
caravaneros
atacameños
que
explotaban la turquesa (alrededor del
1300 d.C.) (González y Westfall 2008).
También está integrado por las
explotaciones mineras cupríferas de
tiempos incaicos (1500 d.C.), y por un
tramo de Qhapaq Ñan o Camino del
Inka (González y Westfall 2010). Este
conjunto testimonia significativamente
que el patrimonio arqueológico de la
localidad puede caracterizarse con
mayor propiedad bajo la categoría de
patrimonio
minero-metalúrgico,
singularizando a El Salvador como un
distrito
minero
por
excelencia,
abarcando tanto épocas prehistóricas
como históricas. Hacia esa concreta
definición patrimonial apunta el
siguiente capitulo.
1b.- Patrimonio Minero-Metalúrgico
Las variaciones diacrónicas de los
procesos productivos mineros en Chile,
como en todo el mundo, han producido
una serie de evidencias de gran
importancia patrimonial, que reflejan
los diferentes momentos del desarrollo
tecnológico en torno a la explotación de
los minerales, al igual que demuestran
las distintas aproximaciones sociales de
los diversos grupos humanos que han
configurado una verdadera cultura
minera. Estas evidencias, los espacios
productivos y los asentamientos
mineros, conforman un patrimonio
minero que representa la historia de los
hombres que en distintos momentos del
tiempo han estado vinculados a estos
trabajos productivos. La atención
arqueológica hacia estas evidencias más
recientes se ha consolidado y
El patrimonio arqueológico de División
Salvador, sistematizado desde el 2003,
integra las evidencias arcaicas de
Pampa Austral, numerosos testimonios
arqueológicos industriales, históricos,
asentamientos de los grupos Collas
(Molina 2003; González y Castells
2010b) y las investigaciones realizadas
en El Salvador, presentando en esta
última
localidad
significativas
evidencias mineras lapidarias en el sitio
Mina Las Turquesas (en adelante MLT),
explotado desde tiempos formativos
67
especializado a través de la llamada
arqueología industrial, consistente en un
tratamiento
arqueológico
de
la
materialidad
de
características
industriales, que en Chile está en sus
albores.
han transitado desde un contexto
sistémico, de funcionamiento pleno, a
un contexto arqueológico (Schiffer
1972), de abandono de sus procesos
productivos, como de la vida cotidiana
de los mineros y sus familias; sólo
recientemente estos sitios están siendo
foco de interés sistemático de la
arqueología (Vilches et al. 2008).
Por esta razón se ha considerado
relevante
conocer
los
procesos
históricos mineros y las localidades
asociadas, no sólo como una fuente de
interés científico, que se configura por
medio de un trabajo de investigación
(previo a cualquier iniciativa de puesta
en valor), sino también como espacios
alternativos, especialmente aquellos
abandonados, puesto que permiten por
medio de un turismo cultural
sustentable, el desarrollo de zonas
mineras deprimidas (Carvajal y
González, A. 2006). Según estos
autores, existe en la actualidad una
preocupación mundial por preservar
para las generaciones futuras los
utensilios y los materiales vinculados
con las industrias tradicionales, entre
ellos los vinculados con la minería,
particularmente luego que finalizan sus
faenas productivas, contándose en el
presente con un sinnúmero de
testimonios del antiguo funcionamiento
de tales industrias. Esta situación puede
observarse en casos “como los
ferrocarriles,
centrales
eléctricas,
instalaciones industriales del acero, textil ó
carbón que forman parte de nuestra historia
más reciente y que las nuevas tecnologías,
la utilización de nuevos materiales –
plásticos, por ejemplo- y modernas
actividades han dejado en desuso y, en
muchos casos, olvidadas (Carvajal y
González, 2003)” (Carvajal y González,
A. 2006:3-4). Desde este punto de vista,
los restos materiales industriales
abandonados, como por ejemplo los
generados por los habitantes de las
oficinas salitreras del Norte Grande,
En esta proyección cultural y social se
concibe el patrimonio minero, que
procura la investigación, preservación,
conservación y divulgación de cada
uno de los elementos que lo
caracterizan, siendo identificado en
propiedad como patrimonio minerometalúrgico, ya que no sólo contempla
las etapas iniciales de la extracción
minera, sino también las fases finales de
este particular proceso productivo
geominero. De esta
forma, se
comprende la importancia de preservar
los enclaves mineros y sus distintos
rasgos,
en
especial
aquellos
abandonados o que son parte de un
proceso de cierre minero. A nivel
mundial estos espacios forman parte de
ecomuseos, parques culturales o museos
abiertos (Carvajal y González, A. 2006)
(como el caso de Sewell), reuniendo
una amplia variedad de aspectos
patrimoniales que, por lo general,
permiten una visión integral de la
cultura
minera,
abarcando
particularmente lo tecnológico y lo
social. Este es un tema pendiente en el
caso de nuestra región donde, por
ejemplo, el emblemático mineral de
Chañarcillo se encuentra abandonado y
sin proceder a su imperativo estudio
arqueológico, como a planificaciones
concretas enfocas a estructurar su
puesta en valor
Resulta
evidente
considerar
al
patrimonio minero abandonado como
68
una posibilidad real de desarrollo local
en el presente, bajo ciertas cláusulas de
protección y puesta en valor con
implicancias sociales. Previamente,
deben
realizarse
investigaciones
arqueológicas,
antropológicas
e
históricas que den cuenta de las
actividades mineras y sus entornos
sociales, con la finalidad de reconstruir
tanto los procesos productivos como la
vida de las comunidades mineras,
posibilitando un conocimiento integral
de las culturas mineras desaparecidas
(Carvajal y González, A. 2006). Esta
situación se constata en División
Salvador, puesto que presenta un
patrimonio minero prehispánico e
histórico que lo distingue de otras
localidades mineras en Chile, como de
otros ejemplos que grafican algunos
períodos del desarrollo industrial
histórico, como Sewell, remitido al
acontecer de un campamento minero
de la primera mitad de siglo XX.
2.
Recientes
investigaciones
arqueológicas en El Salvador
2a.- Antecedentes de División
Salvador y del Proyecto Minero
Damiana
División Salvador corresponde a una
de las filiales de la empresa estatal
Codelco (Corporación Nacional del
Cobre), cuyos depósitos comenzaron a
ser explotados desde 1959, primero por
la empresa estadounidense Andes
Mining Company, que en 1913 había
desarrollado faenas extractivas en
Potrerillos, ubicada a 41 km al Sureste
de El Salvador y a 2800 msn. Luego de
la Nacionalización del Cobre en 1971, la
entonces Compañía de Cobre Salvador
pasa a manos chilenas, siendo con
posterioridad disuelta en 1976 (Baros
2006), creándose Codelco y sus
componentes mineros, entre ellos El
Salvador. Esta División se ubica en la
localidad homónima, a 1100 km al
Norte de Santiago, en la Comuna de
Diego de Almagro, Provincia de
Chañaral, en la Región de Atacama,
estando dividida en tres explotaciones
mineras:
“Inca”,
“Campamento
Antiguo” y “Damiana Norte”. Produce
cátodos
electrorrefinados
y
electroobtenidos de cobre, además de
concentrado cupríferos, alcanzando
65.462 toneladas métricas de cobre fino
en el año 2009 (Codelco 2009).
En síntesis, en El Salvador el patrimonio
arqueológico forma parte de un
distintivo patrimonio minero-metalúrgico,
remontándose a épocas prehispánicas,
desarrollándose en tiempos históricos y
proyectándose hasta una presente
industrialización, representado sus
testimonios pasados y presentes el
continuum histórico de una localidad
minera, considerando sus quiebres y
particulares discursividades. Con el
objetivo de dar a conocer el
componente
prehispánico
y
los
antecedentes
arqueológicos
del
proyecto Damiana, se describe y
analiza a continuación nuestro trabajo.
El Proyecto Damiana, que debe su
nombre a María Damiana Jerónimo,
una de las más antiguas e importantes
matriarcas Collas que habitó esta
zona96, se ubica a 5 km al Sureste de la
María Damiana Jerónimo organizaba
ceremonias religiosas y reunía a la comunidad
Colla hasta su muerte en 1990, a la edad de 105
años, aproximadamente (Cervellino y Zepeda
1994).
96
69
ciudad de El Salvador, a 2400 msm.,
con una superficie aproximada de 6
km². Corresponde a un proyecto
minero dedicado a explotar los
minerales oxidados de alta ley del
yacimiento Damiana, actuando como
foco de reposición respecto del mineral
proveniente de la mina Campamento
Antiguo. El mineral extraído es
procesado en la actual Planta de
Lixiviación de la Gerencia de Plantas de
División
Salvador,
produciendo
finalmente cátodos de cobre. El
proyecto posee reservas mineras que
alcanzan a 57.2 millones de toneladas,
con una ley de 0.69 % de cobre total,
planteándose en su oportunidad como
continuidad
del
negocio
hidrometalúrgico de la División un
plazo de 13 años97; hoy prorrogado
hasta el 2021.
acuerdo con el citado consejo-, con las
indicaciones de las etapas operacionales
del proyecto Damiana y su relación con
el patrimonio arqueológico existente,
entre ellos, el estudio, restitución
estética y protección de un tramo de 4
km de Qhapaq Ñan existente al interior
de las dependencias mineras, junto con
actividades de instrucción y educación
patrimonial. Valga señalar que dentro
del tramo, se encuentra un segmento
con disturbaciones precedentes, como
cortes y antiguas eliminaciones del
trazado vial de variada longitud, por
causa de las históricas faenas mineras
industriales. Por lo tanto, a partir de
estas consideraciones, tanto el Consejo
de Monumentos Nacionales y la
Conama Atacama aprobaron la puesta
en marcha de este proyecto divisional,
previa realización de los estudios
señalados, llevados a cabo por los
suscritos.
En 1995 se inician los estudios
ambientales en División Salvador (Ley
Nº
19.300),
específicamente
relacionados con el proyecto Damiana,
lo que condujo el 2003, en el marco de
la ampliación del rajo minero, la
intervención
del
Consejo
de
Monumentos Nacionales y luego de
nosotros, a raíz de procedimientos
arqueológicos erróneos efectuados el
año 2002 en una extensión de 1 km del
camino inka, anteriores y ajenos a
nuestra intervención, consistentes en 39
pozos de sondeo efectuados en la traza
misma, dañando su integridad. La
información adquirida en terreno por el
Consejo de Monumentos Nacionales
(Vásquez et al. 2003), permitió la
formulación de los requerimientos
legales específicos en torno al proyecto,
desglosados en la Resolución Exenta
055 de Conama (15 de julio de 2003) -en
2b.- Alcances metodológicos sobre el
trabajo transdisciplinario realizado
Nuestra
línea
programática
ha
procurado sistematizar las evidencias
prehispánicas de El Salvador por medio
de un criterio de investigación
transdisciplinario
(arqueología,
conservación
y
educación),
planteándonos los siguientes objetivos:
a) estructurar una secuencia de
desarrollo
cultural
prehispánico,
reconstruyendo
la
ocupación
y
dinámica prehistórica de la localidad;
b) definir el estado del camino incaico,
sus sitios asociados y materiales
superficiales,
como
también
las
medidas respecto a su protección; y c)
desarrollar una política de educación
patrimonial y de difusión arqueológica.
De esta manera, el eje analítico
conformado
por
investigaciónconservación-educación, ha regido
Conama, Región de Atacama. Resolución
Exenta N° 055, Copiapó, 15 de Julio de 2003.
97
70
nuestro quehacer arqueológico hasta la
actualidad, comenzando con las
evidencias viales incaicas.
entre el Túnel de Ventilación Nº 3 por
el Norte y la actual ruta C-13 por el Sur,
al interior del área industrial minera.
Específicamente, se efectuó el registro
en sentido Norte-Sur, entre las
coordenadas UTM (datum 56/huso 19):
443.257 E / 7.096.793 N y 441.423 E /
7.093.375 N, sobre los 2680 msm.
Así entonces, y sobre la base de la
referida Resolución, se llevaron a cabo
el 2004 los trabajos arqueológicos que
se detallan, ocupando inicialmente los
antecedentes de Cervellino (2002) y
Vásquez y colaboradores (2003). Ellos
identificaron un total de 13 sitios
arqueológicos vinculados al tramo vial
de 4 km. No obstante, durante el 2004
registramos
otros
14
sitios
arqueológicos. De ellos, 11 se localizan
en el área del proyecto Damiana,
asociados al Camino del Inka, mientras
que 3 se emplazan en la Quebrada Las
Turquesas, ubicada a unos 800 m al
Norte del límite septentrional del
proyecto Damiana, correspondientes a
los sitios MLT (Sal 25), basurero
histórico (Sal 26) y CLT (Sal 27). Este
último y la MLT son redescubrimientos
de sitios reportados por Iribarren (1972,
1972-1973) e Iribarren y Bergholz (1972,
1972-1973) (Figuras 2 y 3).
Los trabajos consistieron en: 1.caracterización y registro arqueológico
superficial
del
camino;
2.descubrimiento de 14 nuevos sitios
(González et al. 2004; Westfall y Castells
2004), que se suman a los 13 sitios
arqueológicos
iniciales;
3.especificación
del
estado
de
conservación del tramo y de los sitios
asociados; 4.- restauración de los
puntos dañados del camino (Westfall et
al. 2008); 5.- definición de las medidas
de protección de los sitios: y 6.actividades educativas y de difusión,
con la participación de los trabajadores
de la División y de la comunidad local.
Durante esta etapa, el número original
de 13 sitios bajó a 11, ya que los
yacimientos números 6, 7 y 8 (Vásquez
et al. 2003), formaban una sola unidad,
que se denominó sitio Sal 6-7-8. Luego,
se trabajó en los 14 sitios nuevos (Sal 14
a Sal 27). Finalmente, de los 25 sitios
determinados (Sal 1, Sal 2, Sal 3, Sal 4,
Sal 5, Sal 6-7-8, Sal 9, Sal 10, Sal 11, Sal
12, Sal 13, Sal 14, Sal 15, Sal 16, Sal 17,
Sal 18, Sal 19, Sal 20, Sal 21, Sal 22, Sal
23, Sal 24, Sal 25, Sal 26 y Sal 27), sólo 3
están alejados de la ruta incaica y del
área de influencia del proyecto: MLT
(Sal 25), basurero histórico (Sal 26) y
CLT (Sal 27), tal como se indicó
anteriormente.
Por continuidad investigativa, se
prosiguió con la numeración postulada
por Vásquez y colaboradores (2003),
razón por la cual a los 13 sitios iniciales
conocidos, se agregaron los nuevos
sitios numerados en forma correlativa
desde el 14 al 27. Además, para una
identificación más directa de los sitios
con la localidad, se les agregó la
abreviatura “Sal” (El Salvador).
3 Desarrollo del trabajo
3a.- Arqueología
El redescubrimiento fortuito del sitio
MLT (Sal 25), que se estimaba
desaparecido desde el registro de
Iribarren, producto del desplome
El 2004 efectuamos una prospección
arqueológica pedestre del citado tramo
del camino incaico y sectores contiguos,
71
gradual y continuo del Cerro Indio
Muerto donde se localiza98, impulsó un
rescate exterior de sus contextos
culturales. En consecuencia, División
Salvador, como parte integral de su
política de gestión integral y dando
cumplimiento
a
la
legislación
patrimonial vigente (Ley 17.288 de
Monumentos Nacionales), patrocinó la
recuperación del sitio y diversos
análisis, mientras que el Consejo de
Monumentos Nacionales aprobó la
investigación
de
sus
contextos
materiales muebles e inmuebles, como
parte de un proyecto independiente,
que se realizó también el 2004.
el país y a nivel sudamericano;
asimismo, constituye hasta el momento
el primer sitio excavado de minería
lapidaria de turquesa en Chile. De igual
modo, las definiciones culturales dan
cuenta de interacciones circumpuneñas
a lo largo de la secuencia ocupacional,
reflejada por evidencias provenientes
de las cuencas del Loa y de los oasis de
San Pedro de Atacama, pertenecientes a
poblaciones atacameñas que explotaron
la turquesa y elaboraron abalorios,
quienes
en
algunos
momentos
interactuaron con grupos locales, bajo
modalidades sociales que están siendo
estudiadas. En síntesis, se poseen
evidencias de los períodos: Formativo,
con ocupaciones mayoritariamente
Atacameña y una exigua presencia
Molle; Medio, con una abundante
presencia Ánimas y un mínimo registro
Atacameño; Intermedio Tardío, con un
acentuado y exclusivo establecimiento
Atacameño; Tardío, con una baja
frecuencia Inka Atacameña; hasta
mínimos
indicadores
Histórico
Indígenas y Subactuales (González y
Westfall 2005). A partir de esto, resulta
evidente que el sitio MLT constituye un
significativo
representante
del
patrimonio minero-metalúrgico de la
localidad, siendo en propiedad el
primer
testimonio
de
mineros
lapidarios prehispánicos conocido a la
fecha en la localidad y Región de
Atacama.
El sitio MLT (Sal 25) (coordenadas
UTM: 444.254 E y 7.096.429 N, datum
56/huso 19) se ubica en la parte
superior de la Quebrada Las Turquesas,
a 2830 msm, en el Cerro Indio Muerto.
Aunque
Iribarren
postuló
una
adscripción incaica del sitio (1972, 19721973), nuestras excavaciones en el
exterior de la mina descartaron tal
apreciación, determinando la existencia
de un asentamiento preincaico y un
taller de manufacturación de bienes
suntuarios de turquesa, concha y hueso,
con
registros
fundamentalmente
prehispánicos, desde aproximadamente
los 500 a.C. al 1500 d.C., aunque su
explotación se proyecta hasta los 1950
d.C.
Algunos de los resultados más
significativos de esta investigación han
sido también la constatación de las
características específicas del interior de
la mina (eg. galerías, construcciones
internas, avances) que la convierten en
un sitio arqueológico minero único en
Por su parte el CLT (Sal 27)
(coordenadas UTM: 443.910 E /
7.097.564 N, datum 56/ huso 19),
localizado en la ladera Sur de la
Quebrada Las Turquesas y a menos de
1 km de la MLT –con la que forma una
unidad en términos de asentamiento-,
presenta algunas fosas implementadas
a partir de la superficie del sustrato
calcáreo, saqueadas, con presencia de
Este desplome se debe a los trabajos históricos
de la minería subterránea, que desde 1959 hasta
el presente han contribuido al derrumbe del
mencionado cerro.
98
72
restos óseos humanos al menos en una
de ellas; aunque sin evidencias muebles
en esta fosa como en el resto de la
superficie del sitio. Iribarren consignó
en 1969 la disturbación reseñada,
posibilitando
comparaciones
con
nuestro registro y los datos de
informantes locales, corroborando de
esta forma su redescubrimiento y las
variaciones del paisaje en el tiempo. El
hallazgo de fosas mortuorias, la
reciente localización en superficie de
restos óseos humanos (fragmento distal
de tibia derecha, vértebra toráxica y
porción distal de un fémur derecho),
además de un trozo de aguja de cactus
(González et al. 2009), junto a la
recuperación
de
un
individuo
momificado con sus ofrendas desde
este lugar (Kuzmanic y Sanhueza 1984),
reevaluado por dos de nosotros
(González y Westfall 2008), nos señalan
claramente la existencia de un sitio
funerario
prehispánico,
que
adscribimos a mineros caravaneros
atacameños (1300 d.C.), quienes vivían
en grupos familiares, trabajaban y
morían en este foco minero de El
Salvador .
puntuales (eg. fragmentos cerámicos),
los hitos geográficos (eg. quebradas,
bloque errático aislado, etc.), los
deterioros antrópicos (eg. huellas de
retroexcavadora,
plataformas
de
sondaje geológicos, caminos mineros,
etc.) y naturales (eg. escurrimiento de
agua, madrigueras de roedores, etc.).
Por consiguiente, no sólo se efectuó un
relevamiento puntual del camino y sus
sitios, sino que se integraron datos del
entorno para interpretar el derrotero
del camino y su vinculación con las
evidencias arquitectónicas, bajo el
marco teórico de Paisaje e Itinerario
Cultural (Martorell 2003, 2008; Westfall
et al. 2008; ICOMOS-CIIC99 2010).
El tramo vial estudiado presenta
características
casi exclusivamente
“informales”
(Trombold
1991),
correspondiendo
a
una
angosta
“senda” despejada de 0.40 m de ancho
promedio (Figura 4). El único registro
diferencial, de carácter más “formal”,
corresponde a una delimitación lateral
de un camino de enlace con la ruta
troncal, en el acceso Sur al sitio Sal 20.
Otras excepciones, dicen relación con
los sitios Sal 16, Sal 17 y Sal 24, sin
vinculación directa al trazado vial, al
igual que el sitio Sal 22, definido como
un acotado foco de actividad lítica.
Retomando el trabajo del camino
incaico, registramos 120 “puntos de
observación”, ubicados por GPS y
relevados por medio de ficha tipo con
información
arqueológica,
de
conservación y con las características
distintivas del paisaje (quebradas,
elevaciones, etc.), además del empleo
de cartas geográficas. Al mismo tiempo,
se efectuó un registro fotográfico,
seguido
de
un
levantamiento
topográfico del trazado vial, su entorno
y sitios. La topografía permitió
configurar
los
planos con las
características constructivas de la vía y
de las estructuras arquitectónicas
contiguas o próximas, los hallazgos
Comité Internacional de Itinerarios Culturales.
“El objetivo del Comité es promover la
identificación, el estudio y la puesta en valor de
las rutas o itinerarios culturales y el significado
que entrañan como un conjunto en el que reside
su principal valor, así como la protección,
mantenimiento y conservación de sus
monumentos, grupos de edificios, restos
arqueológicos, paisajes culturales y sitios,
conectados todos ellos entre sí a través de
valores
culturales
y
lazos
históricos.
http://www.icomosciic.org/CIIC/ESTATUTOS_esp.htm
99
73
Respecto a las evidencias inmuebles,
prácticamente todos los sitios con restos
arquitectónicos
no
presentan
morfologías
ortogonales
(eg.
irregulares, subcirculares, etc.) (Figura
5), de hilera simple, sin argamasa y de
reducido tamaño, menores a 4 m de
diámetro en el caso de las de formas
subcirculares; además, exhiben baja
altura, aproximadamente 0.50 m,
considerando los colapsos interiores y
exteriores. Sólo el sitio Sal 9 presenta
arquitectura ortogonal, conformada por
dos estructuras rectangulares contiguas
de muros dobles con relleno, que
posiblemente hayan sido activadas en
tiempos incaicos, siendo reutilizadas en
tiempos históricos.
mayoritaria presencia de fragmentos
asociados a los sitios Sal 14 y Sal 23, de
características
monócromas
no
diagnósticas. También se definió
alfarería tardía Diaguita Inka en los
sitios Sal 5 y Sal 6-7-8, Inka-La Paya en
dos puntos del camino, Inka Cusqueña
en Sal 3 y Saxamar. En gran parte el
registro coincide con las indicaciones de
Iribarren y Bergholz (1972, 1972-1973),
Cervellino (2002) y Rivera (2002), salvo
por la cerámica Inka-La Paya, la cual es
abundante en los valles de Huasco y
Limarí (Castillo 1998), no así en el valle
de Copiapó, donde es común la trilogía
decorada Diaguita Inka, Copiapó y
Punta Brava. Niemeyer y Rivera (1983)
tampoco encontraron cerámica Inka-La
Paya en el camino del borde oriental
del Salar de Atacama. Por otro lado,
resulta destacable la recolección
próxima al sitio Sal 4 de cerámica
Ánimas I del Período Medio local
(Figura 6), como de cerámica Ayquina
(atacameña) en el sitio Sal 1 y de
fragmentos de un aríbalo (Cervellino
2002), que adscribimos como Diaguita
Inka100 (Figura 7). En consecuencia, se
constató que la ruta fue al menos
utilizada desde el 700 d.C., por el
reconocimiento de cerámica Ánimas I,
siendo luego integrada en plenitud a la
red caravanera atacameña de raigambre
Loa-San Pedro de la Región de
Antofagasta, alrededor del 1300 d.C.,
para a continuación uniformarse con el
trazado vial incaico hacia el 1500 d.C.
De todas maneras, no descartamos una
implementación anterior de la ruta
caravanera que conecta el extremo
septentrional de la Región de Atacama
con los núcleos poblacionales de la
A su vez, por medio de recolecciones
superficiales intensivas y no selectivas,
se registró un total de 397 evidencias
muebles,
con
mayor
frecuencia
prehispánicas (eg. cerámica, lítica) que
históricas (eg. loza, vidrio), ubicándose
tanto en la vía como en los sitios. Se
encontraron en 22 sitios arqueológicos,
siendo generalmente escasas (sitios Sal
1, Sal 3, Sal 4, Sal 5, Sal 6-7-8, Sal 9, Sal
13, Sal 14, Sal 16, Sal 17, Sal 19, Sal 20,
Sal 21, Sal 22, Sal 23 y Sal 24), cuando
no ausentes (sitios Sal 2, Sal 10, Sal 11,
Sal 12 y Sal 15). Sólo los sitios Sal 18, Sal
21 y Sal 24, presentan contextos
históricos, mientras que los sitios Sal 9
y Sal 14 exhiben contextos históricos
con otros posiblemente prehispánicos.
La fragmentación cerámica se concentró
en el tramo vial, con un 48.5 % (101) del
total
de
fragmentos
cerámicos
recuperados (208), formando parte de
contextos prehispánicos (eg. diminutos
trozos de mineral de cobre, desechos
líticos y fragmentos de concha).
Cervellino recolecta en 2002 algunos de estos
fragmentos, siendo obtenidos otros de la misma
pieza con posterioridad, durante las tareas de
recuperación estética del segmento vial dañado
(Westfall y Castells 2004).
100
El universo cerámico recuperado desde
los sitios adyacentes a la vía, indica una
74
Región de Antofagasta desde el Período
Formativo atacameño, hacia el 500 a.C.,
debido a la presencia de cerámica Los
Morros en el sitio MLT (Sal 25)
(González y Westfall 2005; Uribe et al.
2004) (Figura 8).
determinándose
el
grado
de
vulnerabilidad
del
conjunto.
El
concepto de vulnerabilidad se refiere al
grado potencial de ser afectado por
deterioros de distinta clase, hasta llegar
a la total destrucción, definiéndose por
tanto grados de vulnerabilidad bajo,
medio, alto, hasta muy alto. En este
sentido,
la
determinación
de
vulnerabilidad del tramo vial fue muy
alta y de los sitios, alta a muy alta,
siendo necesaria una propuesta de
protección,
considerada
en
la
Resolución de Calificación Ambiental
del proyecto, siendo complementada
recientemente.
3b.- Conservación
En términos del trabajo de conservación
del tramo y sus sitios (guiado
íntegramente por Castells), se procedió
metodológicamente
a:
1)
documentación y registro; y 2.evaluación y propuesta de protección.
La primera parte consideró la
recopilación de antecedentes de
carácter
histórico-arqueológico
y
medioambiental,
como
de
la
información topográfica de División
Salvador y de la cartografía del
Instituto Geográfico Militar (IGM).
Asimismo, se consignó información
geomorfológica, geológica, climática,
botánica y zoológica, integrando
antecedentes sobre los factores de
alteración antrópica y natural del
patrimonio arqueológico del área.
Mientras que el registro vial fue de tipo
micromorfológico, consistente en la
documentación
de
todas
las
manifestaciones
arqueológicas
superficiales, muebles e inmuebles, sus
deterioros como del entorno. Luego del
registro, las evidencias muebles fueron
trasladadas al laboratorio arqueológico
y de conservación implementado en El
Salvador,
completándose
su
descripción, mediciones y fotografías,
para concluir con su lavado, rotulado y
embolsado, separadas por materialidad
y procedencia. Finalmente, en la
segunda parte se evaluó el estado de
conservación de los sitios y sus
contextos, analizándose con mayor
profundidad los deterioros del camino,
sitios, entorno y evidencias materiales,
Por consiguiente, se desarrolló en
primer lugar la reconstitución estética
del segmento vial dañado, cubriéndose
los pozos con los mismos depósitos que
se habían dejado al lado, utilizando un
geotextil, recuperándose la integridad
del trazado. A continuación, se
plantearon
y
diseñaron
cierres
perimetrales de protección desde las
definiciones físicas de cada sitio
arqueológico,
como
protecciones
individuales, considerándose como
punto
central
las
estructuras,
agregándose la dispersión de los
materiales culturales. Estos cierres
cumplen la función de resguardo frente
a los factores de deterioro y destrucción
que pueden eventualmente producirse
a lo largo del tiempo, con un área de
amortización particular para cada caso
(Westfall et al. 2008). Para este
propósito, en el 2006 se implementaron
los respectivos cierres, utilizándose
para cada uno de los sitios un cerco
perimetral conformado por un cable de
acero que pasa por una argolla
adherida a estacas también de acero,
separadas cada 5 m y pintadas de
amarillo. Se completó el trabajo con la
instalación de dos carteles metálicos
75
con largos soportes, también de metal,
que permitieron su cabal entierro y
perfecta visualización. De los letreros,
uno posee información patrimonial y el
otro de precaución (González 2006a)
(Figura 9), con letras y fondo
fluorescentes y reflectantes, para ser
igualmente visibles de noche, ya que las
faenas mineras son continuas, las 24
horas del día. Esta operación no dañó
ningún sitio o materiales presentes. De
este modo, se daba comienzo a la
puesta en valor de los sitios.
explicitaba qué es arqueología, los
objetivos, metodología y resultados de
la investigación arqueológica, las
medidas de conservación y protección
implementadas, y qué hacer frente al
hallazgo de un sitio arqueológico,
concluyendo con reflexiones discutidas
en conjunto. Por último, se entregó una
visión general sobre los grupos
culturales y el desarrollo prehispánico
que caracteriza a El Salvador como un
distrito con una antiquísima tradición
minera, poseedor de un patrimonio
minero-metalúrgico, único en la Región
de Atacama y en nuestro país,
uniéndolo al actual conocimiento
prehispánico de la comuna de Diego de
Almagro (González 2008).
Por su condición particular y su lejanía
con el tramo vial, no se cerró el sitio Sal
25 (MLT), ya que se encuentra en un
sector de acceso actualmente prohibido,
por el peligro geomecánico de
derrumbes constantes. Además, el 2010
se instaló un cartel de precaución y otro
de información patrimonial, en el
camino secundario que lleva al sitio.
Estas acciones se suman a carteles
complementarios
dispuestos
este
mismo año en espacios aledaños al
Camino del Inka, previa autorización
del
Consejo
de
Monumentos
Nacionales (González y Castells 2010a).
Esta estrategia educativa involucró a
distintos estamentos divisionales, a
modo de charlas de inducción
arqueológica a
los trabajadores,
atendiendo a la significativa presencia
de evidencias arqueológicas dentro de
las dependencias de la División.
Asimismo, se dieron charlas a
estudiantes de los establecimientos
educacionales
de
la
localidad,
pertenecientes a la Escuela Nº 1,
Escuela Nº 14 y Liceo Diego de
Almeida, abarcando desde 7º básico a
4º Medio y al Grupo de Ciencias del
citado liceo. Además, se integraron al
plan de difusión distintos actores
sociales de la comunidad local.
3c.- Educación Patrimonial
Durante el período en que se llevaron a
cabo las actividades arqueológicas del
proyecto Damiana, e incluso hasta el
presente, se ha desarrollado un Plan de
Educación Patrimonial sobre los
trabajos realizados y la puesta en valor
del
patrimonio
arqueológico.
Esencialmente, se efectuaron charlas
educativas patrimoniales y talleres
participativos con un lenguaje masivo y
con el empleo de material didáctico
(presentaciones
Power
Point,
fotografías, piezas prehispánicas, entre
otros). En estos encuentros, a través del
proceso de enseñanza-aprendizaje, se
Las consecuencias del plan de
educación patrimonial han sido
positivas, con un gradual conocimiento
respecto a nuestra labor, posicionando,
finalmente, el tema arqueológico como
un elemento cultural y social relevante
e
identitario
de
El
Salvador,
redundando en la protección del
patrimonio arqueológico local, por parte
de agentes de diferentes espacios
76
sociales y laborales, fundamentalmente
trabajadores y estudiantes.
trabajos de Iribarren en 1969. Por lo
mismo,
en
términos
de
la
reconstrucción
prehistórica,
los
resultados
son
significativos,
reconstruyendo más de 2500 años de
historia de un distrito minero.
Lo anterior reafirma que la educación
patrimonial representa una efectiva
alternativa para internalizar el concepto
de patrimonio cultural (Teixeira 2006),
permitiendo la aprehensión de un
determinado conocimiento, con un
progresivo cambio de conducta, ya que
nadie protege lo que no conoce y
valora. Considerando, además, que la
educación patrimonial posibilita un
enriquecimiento individual y colectivo
y una verdadera “alfabetización
cultural” de un universo sociocultural y
de un contexto histórico temporal en
concreto (Horta et al. 1999, citado en
Teixeira 2006). Este quehacer debe
necesariamente concatenarse con la
puesta en valor de los bienes
patrimoniales, pues ella por sí sola no
produce consecuencias sociales activas,
a menos que vaya de la mano de una
adecuada
política
educativa
patrimonial.
En efecto, a partir de la visión
homogenizadora de Iribarren, que
relacionó todas las manifestaciones
arqueológicas al accionar incaico, entre
ellos los sitios MLT y CLT, por la señera
presencia del Qhapaq Ñan que transita
por el Cerro Indio Muerto, los actuales
trabajos han demostrado una presencia
humana desde tiempos formativos en
El Salvador, aproximadamente desde el
500 a.C., dedicada preferentemente a la
explotación de la turquesa. Asimismo,
son notables a lo largo del tiempo los
vínculos culturales entre grupos locales
con poblaciones del componente LoaSan Pedro, orientados hacia la
obtención,
procesamiento
y
manufacturación del referido bien
lapidario, el cual termina siendo
controlado en plenitud por los
atacameños a partir del 1300 d.C.,
consolidando vínculos circumpuneños
y demostrando que el extremo
septentrional de la Región de Atacama
participó
activamente
con
los
desarrollos
culturales
atacameños
preincaicos
de
la
Región
de
Antofagasta, quizás más que con los
desarrollos locales (Molle, Ánimas,
Copiapó); tema aun en discusión y que
se está estudiando con nuevos
antecedentes.
Conclusiones
El conjunto de trabajos arqueológicos
realizados
dentro
del
proyecto
Damiana de División Salvador permitió
sistematizar las dispersas, en gran
medida desconocidas y profusas
evidencias
prehispánicas
de
la
localidad, contándose con sitios únicos
como los redescubiertos MLT y CLT,
los cuales se estimaban desaparecidos,
además de 24 sitios asociados al tramo
vial incaico de 4 km y un basurero
histórico. En consecuencia, cuantitativa
y cualitativamente se potenció y
sistematizó el estudio de un área que
presentaba un marcado déficit de
atención arqueológica, tomando en
cuenta el hiato de más de 35 años
transcurridos desde los primeros
Lo definitivo es que la presencia
Atacameña no corresponde a una
“cuña” poblacional que irrumpe en un
territorio desconocido, sino que, desde
nuestra perspectiva, representa la
prolongación
de
sus
espacios
territoriales, dentro de concepciones
77
políticas, económicas, socioculturales e
ideológicas
distintivamente
circumpuneñas y puneñas, replegando
a las formaciones sociales Molle,
Ánimas y Copiapó a espacios más
próximos al valle de Copiapó y a focos
costeros en el extremo Norte de la
Región de Atacama, configurando un
panorama cultural prehispánico más
diverso y dinámico que el comprendido
tradicionalmente, definiendo a su vez al
desierto como un escenario con
ocupaciones culturales atacameñas
preincaicas en plenitud.
eliminando deterioros que habrían
acelerado
su
destrucción.
Este
procedimiento se une a la disposición
de los cierres perimetrales de los sitios
del tramo vial y de sus respectivos
carteles patrimoniales, protegiendo por
un lado el conjunto de sitios y, por otra,
comenzando su puesta en valor, que se
corresponde con la continua labor
educativa patrimonial desplegada.
En este sentido, los trabajos ejecutados
han permitido aunar antecedentes para
estructurar una particular historia
minera en El Salvador, existiendo un
patrimonio
que
testimonia
ese
desarrollo. De igual modo, puede
constituirse en un futuro cercano, con
adecuadas políticas de manejo de
bienes culturales, en un espacio
alternativo de desarrollo económico
local, comunal y provincial, por medio
de un turismo ecocultural, como el caso
de San Pedro de Atacama. Esta
posibilidad no sólo contempla aspectos
económicos, sino también implicancias
que apuntan hacia un desarrollo
cultural para la localidad, la comuna de
Diego de Almagro, la Provincia de
Chañaral en su conjunto, como para la
Región de Atacama. En esa dirección
apuntan también los diversos proyectos
culturales y patrimoniales emprendidos
tanto por División Salvador como por
la Ilustre Municipalidad de Diego de
Almagro.
A su vez, los registros nos demuestran
por el momento que pese a la anexión
de la localidad al Camino del Inka, el
domino del Tawantinsuyu fue puntual
y dirigido hacia focos concretos de
explotación
minera
del
lugar,
complementándose con una incaización
simbólica del paisaje. De igual modo, es
importante consignar que es el Inka
quien trae consigo componentes
culturales Diaguitas, desconocidos
previamente en la localidad y en el
territorio de la actual comuna de Diego
de Almagro. Indicadores Diaguita Inka
se remiten en El Salvador al camino
incaico, estando ausentes de la MLT,
donde son Atacameños incaizados
quienes, como mineros y caravaneros
del desierto, manejan un conocimiento
precedente respecto a la explotación de
la MLT. Finalmente, y ya en tiempos
históricos, se poseen antecedentes de
explotación
minera
indígena
y
republicana, con una acentuada
dedicación hacia la minería cuprífera,
que se habría incrementado desde la
época incaica.
Por último, los objetivos trazados han
cumplido con la legalidad patrimonial
y ambiental, al igual que con los
propósitos arqueológicos, bajo el eje
analítico transdisciplinario que aporta
la
conjunción
arqueologíaconservación-educación. Esta estrategia
científica, enfocada a estudiar, proteger
y difundir el patrimonio arqueológico y
minero-metalúrgico de El Salvador,
En el ámbito de la conservación, la
restitución estética del camino incaico
ha devuelto una visión integral del
segmento vial que fue dañado,
78
representa también un concreto
ejemplo que es factible complementar
la
investigación
y el cuidado
patrimonial dentro de la gran minería
del cobre en la Región de Atacama.
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GONZÁLEZ, C., Ms., 2006b. Tercer y
Final
Informe
de
inspección
Agradecimientos. A División Salvador
de Codelco y a la Ilustre Municipalidad
de Diego de Almagro, por apoyar
decididamente
nuestro
trabajo.
Agradecemos a los Sres. Julio Cifuentes,
Jaime Rojas, Juan Aguilera, Eduardo
Silva, Rodrigo Vargas, Jorge Aracena,
Alex Calderón, Ernesto Ortiz, Jorge
Bravo, Cristián Aguilera, Sergio Lau y
Yermolay Peralta, como también a las
Sras. Alejandra Acuña, Paola Olivares,
Claudia Arancibia y Mónica Rojas, y a
la Srta. Andrea Acuña. Particularmente,
nuestro agradecimiento al Alcalde de
Diego de Almagro, Sr. Isaías Zavala,
como a los Sres. Gabriel Mánquez y
Jaime Acuña; al Sr. Gabriel Cobo,
Director del Museo Arqueológico de La
Serena; al geógrafo-topógrafo Pedro
Rodríguez por su trabajo con las
láminas y confección de planos; y a
todos los colegas y los especialistas que
aportaron con su trabajo. Por último, el
autor principal agradece la invitación a
publicar de los Sres. Guillermo Cortés y
Yuri Jeria, del Museo Regional de
Atacama.
Finalmente,
nuestro
agradecimiento a las comunidades de
El Salvador y de distintos espacios de la
comuna de Diego de Almagro, por sus
múltiples gentilezas.
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82
FIGURAS
Figura 1. El Salvador en la Región de Atacama.
83
Figura 2: Tramo de camino incaico estudiado en el Cerro Indio Muerto (línea blanca),
junto a la Mina Las Turquesas y el Cementerio Las Turquesas, vinculados con el actual
mineral y la ciudad de El Salvador.
Figura 3: Vista hacia el Oeste desde el Camino del Inka, Cerro Indio Muerto. Al centro
se aprecia El Salvador. Nótese las modificaciones del terreno.
84
Figura 4: Camino del Inka en el tramo estudiado (señalado por el caminante, al centro
de la fotografía), Cerro Indio Muerto, El Salvador.
Figura 5: Estructura aledaña al Camino del Inka, Cerro Indio Muerto, El Salvador.
85
Figura 6: Cerámica Ánimas I (puco).
Figura 7: Cerámica Diaguita III (borde
aríbalo).
Figura 8: Cerámica Los Morros (LMS-B1), del sitio MLT.
86
Figura 9: Cierre perimetral y carteles patrimoniales en sitio Sal 15, inmediato al Camino
del Inka.
87
88
COMUNICACIONES
89
90
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 1, año 2010, pp. 91-97, Copiapó
DESIERTO FLORIDO:
PATRIMONIO NATURAL DE LA REGION DE ATACAMA
Raúl Céspedes
Santiago; Ilustrado con fotografías a
color del Sr. Sergio Moreira Espinoza.
Valenzuela101
¿Qué es un Desierto?
Antecedentes Históricos del Desierto
Florido.-
Es una sección geográfica con carencia
de humedad y vegetación, y donde
predomina la aridez.
No obstante
nuestro Desierto de Atacama, presenta
una característica
muy particular que
está asociada a la ausencia
de
precipitaciones. Y que estas, cuando se
presentan cada cierta cantidad de años,
causan verdaderos estragos en su
ecosistema y población.
Año 1831.Claudio Gay, Naturalista Francés
visitó la Provincia de Atacama en
Invierno y no encontró Floración. Sólo
10 años después en 1840 lo pudo ver y
apreciar en todo su esplendor.
Año 1896.Francisco
San Román en su obra
“Desiertos y Cordillera de Atacama”,
hace referencia a esta parte del Desierto.
Año 1965.El distinguido Botánico Señor Carlos
Muñoz Pizarro en su Libro “El
Desierto Florido” lo describe por
primera vez científicamente abarcando
desde el sector de Chañaral a Los Vilos.
Esta publicación científica sirvió por
muchos años hasta la publicación de
otros Libros sobre el tema.
Año 1985.Publicación del Libro “Flores del
Norte Chico”,
de la Sra. Mélica
Muñoz Schick, destacada Botánica, Jefe
del Dpto. de Botánica del Museo
Nacional de Historia Natural de
Pero
lo
indudablemente
que
caracteriza un Desierto es una
ausencia
de precipitaciones y su
Aridez.
Tipos de Desierto.
El Desierto en Chile se puede
dividir según su lugar geográfico, por
ello vamos a revisar algunas de estas
divisiones:
Desierto Costero: Se
caracteriza
por sus nublados abundantes: Cielos
cubiertos en
las mañanas, alta
humedad relativa y con neblinas
matinales (Camanchaca), que abarca el
Sector Costero de 40 a 50 Kish. de
101
Técnico Museólogo. Museo Regional de
Atacama, Copiapó, Dibam..
91
ancho. Se introduce en áreas más al
interior aprovechando las quebradas
existentes. Esta humedad asegura una
escuálida vegetación.
Desierto Normal: Se ubica hacia el
Norte de la Cordillera de la Costa, o
sea en la Depresión Intermedia. Se
presentan cielos
limpios,
baja
Humedad relativa de no más de
50%; altas
temperaturas
y
casi
nulidad de precipitaciones. Esta área
alcanza hasta el sector de Chañaral.
Desierto
Marginal
de
Altura:
Corresponde a un sector Cordillerano
con altura sobre los 3000 m.s.n.m., y
Temperaturas que varían desde los 0º
a 6º Celsius, por cada 100 m.
Estepa del Altura: En la medida en que
se asciende a la Cordillera, adquiere las
características de estepas.
Desierto Marginal Bajo: Se presenta
a partir de Copiapó y hasta las
cercanías de las cumbres que llegan al
Valle del Elqui.-
efecto de los vientos del oeste, estrella
las aguas de esta corriente contra la
costa,
generando
así una gran
nubosidad en la superficie el mar y en
las tierras costeras que enfría las masas
de aire en la base, las que se vuelven
más estables. En el norte árido dicha
neblina se llama Camanchaca, favorece
directamente
al
desarrollo
y
supervivencia de ciertas especies de
cactáceas.
c) La Inversión térmica de los
Vientos Alisios, es preciso señalar
que los Vientos Alisios recorren las
capas bajas de la superficie de la
atmósfera sobre los
1.000
m.,
impidiendo que el aire pueda
elevarse, ya que es más frío y por
tanto más denso que la zona inferior,
se produce entonces una fuerza tal
que, termina por desviar las corrientes
de aire.
Causas de la Aridez del Desierto:
Para precisar las causas de la
aridez característica del Desierto,
podemos señalar tres hechos relevantes
que analizaremos a continuación:
a) La Latitud; concebida como la
distancia que existe entre un punto de
la superficie terrestre del Ecuador y
contada en grados de meridiano,
presenta un sector de Alta Presiones
que actúan como barrera natural de las
masas de aire que provienen,
impidiendo las precipitaciones.
Vaquita del Desierto
b) La presencia de la Corriente fría
de Humboldt, corriente fría que se
produce en las profundidades del
Océano Pacífico, pero que sube a la
superficie del océano, avanzando cual
si fuese un río interior del océano. Por
Pilme macho, coleóptero
92
Cartucho Terciopelo
Añañuca Roja
Añañuca Amarilla
Copiapoa (cactácea globular)
y Garra de León.
93
Fenómeno del Niño.Corriente del Niño, llamada así por
los pescadores de Paite (Perú), que
un 25 de Diciembre observaron por
primera vez el fenómeno, que es un
evento de aguas cálidas y baja
salinidad.
Esto se debe al calentamiento
superficial de las Aguas, con un
espesor que debe llegar hasta los
30 m. de profundidad y con una
Temperatura de unos 30º Celsius y
que debilita el anticiclón del Pacífico.
Pacífico, soplando desde las costas
americanas hacia el sector asiático,
comienzan a ser más intensos,
favoreciendo de esta manera el agua
superficial más fría, hacia la parte
occidental.
Ubicación Desierto Florido 102
Sin Presencia de Desierto Florido
Los eventos del Niño y de la
Niña, se comenzaron a estudiar
como fenómeno regional. Hoy se
sabe que están ligados a variaciones
del sistema océano – atmósfera a
nivel global.
Esto provoca lluvias
poco
habituales y que muchas veces
ocasionan verdaderos diluvios en
ciertos sectores de Sudamérica, y
en especial en el Norte de Chile.
Fenómeno de la Niña:
Término empleado para describir
un fenómeno natural de interacción
océano-atmósfera, que ocurre en
la región del Pacífico ecuatorial
cada ciertos años y que se
caracteriza
principalmente
por
presentar
condiciones
de
la
temperatura del mar más frías que
lo normal en una extensas área,
entre las costas de Sudamérica y
Oceanía.
Los vientos alisios que en
condiciones naturales se encuentran
en la Región intertropical del Océano
Mapa Satelital III y IV Regiones, Facultad de
Agronomía e Ingeniería Forestal, Pontificia
Universidad Católica de Chile, Octubre 1997.
102
94
Con Presencia Desierto Florido
ECOSISTEMA
FLORIDO”
“DESIERTO
Nombres Científicos de Especies.-
Flora
Añañuca Amarilla
(Rhodophiala bagnoldii)
Añañuca Roja o revienta ojos
(Rhodophiala phycelloides)
Añañuca Blanca y Rosada
(Rhodophiala aff. laeta)
Borlón de Alforja
(Phlychyrus peppigi ssp)
Carbonillo
(Cordia decandra)
Don Diego de la Noche
(Oenothera coq.)
Rosita
(Cruckshanksia
verticillata)
Cartucho Terciopelo, Flor de Jote
(Argylia radiata)
Pata de Guanaco
(Calandrinia longiscaspa)
Senecio
(Senecio brunonianus)
Oreja de Zorro
(Aristolochia chilensis)
Garra de León
(Leontochir ovallei)
Suspiro de Campo
(Nolana sp.)
Amancay
(Balbisia peduncularis)
Palo Negro
(Heliotropium stenophyllum)
Cebollin de Huilli
(Leucocoryne purpurea)
Malvilla
(Cristaria aspera)
Copao
(Eylychnia breviflora.)
Rocío
(Mesembryanthemum
crystallium)
Violeta de Campo
(Viola asterias)
Coronilla de
Fraile
(Encelia
esecens)
Ortiga
(Loasa
tricolor)
Lirio de Campo
(Alstroemeria magnbifica)
Churco, Churqui
(Oxalis gigantea)
Cuerno de Cabra
(Skytanthus acutus)
China
(Chaetanthera
limbata)
Copiapoa
(Copiapoa dealbata var. carrizalensis)
Gatito
(Opunthia ovata)
95
Insectos
Vaquita del Desierto
(Gyriosomus luczoti)
Avispa Cazadora del Desierto
(Laeviceps smith)
Meloídeo
Aves
Jote de Cabeza Colorada
(Cathartes aura)
Bandurria
(Upucerthia dumetaris hypolenca)
Cernícalo
(Falco sparverius)
Aguilucho chico
(Cathartes aura)
Minero chico o Pachurra
(Geosita cunicularia deserticolor)
Diuca del Norte
(Diuca crassi rostria)
Queltehue
(Vanellus chilensis)
Lagartos
Liolaemus platei
Liolaemus nigromaculatus
Liolaemus copiapensis
Callopistes palluma
Iguana del Desierto (50 cms Hocico a
cola)
Mamíferos
Guanaco
(Lama guanicoe)
Zorro Chilla
(Pseudalopex griseux)
Zorro Culpeo
(Pseudalopex culpaeus)
Culebras
Culebra de Cola Larga
(Tachymenis chilensis)
Culebra de Cola Corta
(Phylodrias chamissonis chamissonis)
96
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