8. EFECTOS EN LA VEGETACIÓN. 8.1. Revisión Documental. 8.1.1

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ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
8.
Versión 2.0
EFECTOS EN LA VEGETACIÓN.
8.1. Revisión Documental.
8.1.1. Introducción.
La contaminación atmosférica es un concepto relativamente moderno; el primer libro sobre
ella fue escrito por John Evelyn en el siglo XVII (Fumifugium). Aunque se la reconoce desde
hace algunos siglos como un indeseable producto de la civilización, es desde el siglo XIX
cuando la preocupación por ella aumenta (Tolba & El-Kholy, 1992). Es a partir de la
Revolución Industrial cuando verdaderamente comienza a constituir un problema en algunas
regiones Europeas. Los primeros problemas son los derivados de las fundiciones, hornos y
primitivas industrias químicas; espacialmente los problemas se restringían a zonas urbanas en
las que inicialmente se situó la industria y tienen carácter episódico. Es pues a partir de los
años 50 cuando la contaminación atmosférica pasa a ser considerada como un problema de
interés público en muchos países industrializados y se comienzan a tomar medidas (p.e. The
Clean Air Act en 1964 en Inglaterra).
Los contaminantes son emitidos por múltiples fuentes, y pueden ser eliminados al depositarse
y/o mediante reacciones químicas que los trasformen. Pueden provenir tanto de fuentes
naturales, como p.e. los volcanes, o ser de origen antropogénico, es decir, derivados de la
actividad humana.
El término contaminación atmosférica no sólo se refiere al agente/compuesto contaminante,
sino que además contiene en si mismo conceptos relativos al lugar de formación, desarrollo y
transporte del mismo. A la hora de estudiar el posible efecto de la contaminación atmosférica
es necesario conocer no sólo los componentes químicos que la forman y sus reacciones, sino
también cuestiones como:
- Cuál es la contaminación atmosférica de fondo, o el nivel de contaminantes existentes de
forma natural en un ambiente antes de que un nuevo foco o fuente de contaminación haga
variar los valores del medio.
- La posibilidad de contaminación atmosférica transfronteriza, o transporte a larga distancia,
cuyo resultado es una perturbación del medio a escala regional e incluso global.
- La existencia de focos puntuales, cuando el contaminante procede de un foco identificado
y se puede establecer una relación directa entre la fuente (emisión) y su inmisión; un
ejemplo típico es el caso de una central térmica .
- La existencia de contaminación difusa, que, por el contrario, no tiene un origen puntual o
el número de focos es innumerable; en el caso de contaminantes secundarios como el
ozono, en la propia atmósfera se producen transformaciones que originan el contaminante.
Se pueden diferenciar dos grandes grupos de contaminantes: orgánicos e inorgánicos, según
su composición. En función de su duración y dinámica atmosférica puede hablarse de
contaminantes primarios, que se mantienen en el ambiente sin cambios sobre la composición
y concentración a la que fueron emitidos del foco; frente a ellos, los contaminantes
secundarios se forman a partir de los primeros mediante reacciones químicas o fotoquímicas
en el medio. Los contaminantes primarios pueden ser en algunos casos precursores de los
secundarios.
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En la tabla 8.1. se adjunta una lista de los contaminantes atmosféricos más importantes y
algunas de las fuentes que los pueden originar.
Tabla 8.1: contaminantes atmosféricos más comunes y sus posibles fuentes de origen (basada en
Krupa, 1999).
Agente contaminante
Posibles fuentes de origen antropogénicas
NH3 (Amoniaco)
Operaciones industriales y ganaderas
NOx (NO2 y NO) (Oxidos de Nitrógeno)
Procesos de combustión a altas temperaras (motores
de combustión, incineradoras, centrales térmicas),
refinerías, quema de madera, etc.
SO2 (Dióxido de azufre)
Combustibles fósiles, industrias petroleras y de gas
natural, fundición de metales y refinerías, motores
diesel, etc.
HF (Acido fluorídrico)
Industrias del aluminio y esmaltado, industrias
cerámicas, acerías.
PAN (Nitrato de Perioxiacetilo)
Reacciones fotoquímicas en la atmósfera
Ozono
Reacciones fotoquímicas en la atmósfera
Metales Pesados (por ejemplo Plomo)
Combustión de gasolina y aceite, fundiciones primarias
de Zn y Cu, extracción de metales no ferrosos, etc.
Compuestos Volátiles orgánicos (por ejemplo Tráfico, quema de desechos, refinerías, estaciones de
Benceno)
servicio de combustibles, etc.
Compuestos orgánicos
Plaguicidas, solventes, aislantes de transformadores,
refrigerantes, propulsores de aerosoles, etc.
CO2 (Dióxido de Carbono)
Combustibles fósiles y cambios de usos de la tierra
CO (Monóxido de Carbono)
Tráfico, eliminación de desechos sólidos, quemas de
rastrojos, etc.
Partículas (PM10 y PM2.5)
Industria cementera, combustión en general, prácticas
agrícolas, etc.
La transferencia de gases y partículas atmosféricas a cualquier tipo de superficie se produce
mediante el proceso de deposición seca (si no existe la intervención de vehículos como la
lluvia o la nieve) o húmeda (en el caso contrario), se habla de deposición oculta cuando el
vehículo es la niebla.
Para la mayoría de los gases, la deposición seca se genera a partir del gradiente de
concentración existente en la capa que está en contacto íntimo con la superficie. Para
partículas, este mecanismo opera en paralelo con la sedimentación gravitacional. Este proceso
es función del grado de turbulencia atmosférica, de la naturaleza del compuesto y de la
superficie sobre la que se deposita.
A la hora de analizar los procesos que tienen lugar como consecuencia de la exposición de un
ser vivo a la presencia de los contaminantes, es conveniente tener en cuenta:
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La exposición, definida como el tiempo que un determinado organismo va a estar
sometido a la concentración de un contaminante en el medio. En función de tiempo y
concentración puede hablarse de exposiciones agudas y crónicas. Las exposiciones agudas,
son aquéllas en las que el organismo está sometido a una concentración elevada durante un
corto periodo de tiempo. Las exposiciones crónicas suponen la presencia de bajas
concentraciones de contaminantes durante un extenso periodo de tiempo. Las respuestas que
provocan ambos tipos de exposición son también distintas: en el primer caso suele ser
fácilmente detectable el daño, que tiene un carácter agudo y puntual; sin embargo en el
segundo entran en juego procesos de enmascaramiento y desequilibrios fisiológicos
inducidos.
-
La dosis, definida como la concentración de contaminante que se incorpora al
metabolismo de un organismo en un lapso de tiempo.
-
La respuesta, que no es ni mas ni menos que la reacción del organismo frente al
contaminante considerado como consecuencia de la dosis incorporada.
En la tabla 8.2 se esquematizan las diferentes vías de entrada y contacto que pueden establecer
los contaminantes atmosféricos con la tierra (Ulrich & Parkrath, 1983).
Tabla 8.2: Proceso de entrada y depósito de los contaminantes en el medio
Proceso
Respecto al compuesto Respecto a la superficie sobre
que se deposita
la que deposita
A. Caída de “partículas” arrastradas por la
nieve o lluvia, con un contenido disuelto
Deposición húmeda
(soluble) o no disuelto (insoluble)
B. Caída de “partículas” distintas a lluvia o
nieve, por gravedad.
C. Impacto de aerosoles, incluyendo nieblas Deposición seca
y condensación horizontal (*)
D. Disolución de gases en superficies
húmedas (con las reacciones químicas
consiguientes)
Deposición
(precipitación)
por
caída
(A, B)
Deposición por intercepción (C,
D)
(*) El efecto de nieblas y condensación horizontal puede también considerarse como “deposición oculta”
Finalmente el proceso de desaparición de los contaminantes atmosféricos puede tener lugar en
forma de la anteriormente comentada deposición (tanto seca como húmeda) sobre la
superficie terrestre, o mediante su “reciclaje”, permaneciendo en la atmósfera en forma inerte.
Los procesos de deposición suponen el arrastre de los contaminantes y su incorporación al
medio, con el consiguiente riesgo de efectos nocivos sobre el mismo.
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8.1.2 Efectos de la Contaminación Atmosférica.
Un contaminante produce una alteración en la biología del organismo. El daño puede llegar a
no producirse si los mecanismos de defensa y reacción del ser vivo pueden amortiguar dicha
agresión, aunque esto supone siempre un coste energético para el organismo. Este gasto de
energía puede repercutir negativamente en una parte o en todo el sistema, que al enfrentarse a
otras agresiones ambientales (presencia de patógenos, cambios estacionales de temperatura,
aporte hídrico, nutrientes, etc.), presenta un mayor debilitamiento y fragilidad. El mecanismo
de desequilibrio puede verse enormemente acelerado si las barreras de defensa del individuo
no fueran suficientes para compensar la agresión sufrida.
Los efectos descritos de los diferentes contaminantes en los organismos vivos se pueden
observar en todos los niveles de organización desde el nivel molecular hasta el nivel de
ecosistema (Krupa, 1999).
Es importante destacar que entre la exposición de un ser vivo a un determinado contaminante
y la respuesta del mismo, median una serie de factores, que contribuyen a hacer que dicha
exposición tenga un efecto más o menos negativo. A modo de ejemplo los factores abióticos
pueden contribuir a una mayor absorción de contaminante, es decir a que la dosis sea mayor.
Así, en el caso de la vegetación una adecuada humedad relativa ambiental puede favorecer la
absorción de los contaminantes gaseosos por estimular la apertura de los estomas (McClenny
& Risby, 1986). También las deficiencias nutricionales y otras agresiones ambientales pueden
contribuir a agravar la respuesta del organismo frente a la contaminación.
Los factores bióticos, tales como la presencia de plagas también pueden incidir en la respuesta
del ser vivo. Y viceversa, la vegetación que ha sido expuesta de una forma crónica a
contaminantes atmosféricos es en muchos casos puede ser más proclive a sucumbir ante
patógenos de origen biótico, que son en la mayoría de las ocasiones claros oportunistas del
medio. Por ejemplo la presencia en algunos cultivos se han observado interacciones entre el
efecto del ozono y la infección de algunos virus (Manning & Tiedmann, 1989; Gimeno et al.
1999). La especie a la que pertenece un ser vivo, o su edad son otros factores que influyen en
la determinación de los efectos de la contaminación (Gauderian & Becker, 1980).
Como consecuencia de la diferente sensibilidad de los diferentes individuos y/o especies a los
contaminantes atmosféricos estos pueden llegar a desaparecer del ecosistema. Si desaparecen
una serie de individuos de una determinada especie, ocurren dos cambios importantes en el
ecosistema: la disponibilidad de alimento queda reducida debido a la menor fijación de
energía, y se acusa una disminución de la variabilidad genética de la población. La primera
consecuencia puede ser compensada a medio plazo ya que si el resto de las condiciones
ambientales lo permite, la población puede aumentar su tasa de reproducción. La segunda
consecuencia es inevitable y puede suponer la disminución de la resistencia de dicha
población frente a agresiones posteriores. El problema se agrava si el contaminante implica la
desaparición total de una población de individuos. En este caso, el ecosistema sufre una
pérdida en su diversidad y las relaciones internas existentes son modificadas. Como
consecuencia de ello, el ecosistema puede simplificarse y perder estabilidad. El resultado final
puede ser un ecosistema diferente, con otra composición de especies más simplificada, y con
una menor resistencia ante nuevas perturbaciones.
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8.1.3 El Estudio Actual.
En este caso nos encontramos con una zona de eminente tradición agrícola y ganadera con
relativamente escasa presencia industrial hasta el momento.
Figura 8.1: comarcas de la Provincia de Badajoz. En marrón oscuro, Tierra de Barros.
La comarca de Tierra de Barros presenta un marcado carácter agrícola, siendo el viñedo un
cultivo de gran relevancia. Extremadura es, tras Castilla-La Mancha, la segunda Comunidad
Autónoma de España en cuanto a superficie de viñedo, con 89.489 ha en 2005 (10 por 100 de
la superficie cultivada regional). Es el tercer cultivo más importante, sólo superado por los
cereales y el olivar, e igualado por el grupo de los frutales. El viñedo cultivado en
Extremadura representa el 7,8 por 100 de la superficie total nacional de este cultivo. De esta
superficie, el 93,36 por 100 se encuentra en la provincia de Badajoz, más del 50 por 100 en la
comarca de Tierra de Barros y más del 25 por 100 se concentra en tan solo en cuatro
municipios: Almendralejo, Villafranca de los Barros, Santa Marta de los Barros y Fuente del
Maestre (Consejería de Agricultura, 2004: Superficies de cultivos herbáceos y leñosos por
municipios).
Por ello, es comprensible la preocupación que suscita la implantación de nuevo tejido
industrial que potencialmente conlleve emisiones de sustancias susceptibles de afectar a la
vegetación (agricultura y espacios naturales).
8.1.4 Contaminantes Gaseosos Potencialmente Presentes en la Zona de Estudio de Riesgo
para la Vegetación.
Evaluar la presencia de agentes contaminantes potencialmente nocivos en las áreas en las que
está prevista la instalación de focos potenciales de nuevas emisiones es una práctica común y
de gran utilidad para la realización de posteriores estudios comparativos.
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En el ámbito de los contaminantes gaseosos se puede esperar la presencia tanto de
contaminantes primarios como de secundarios. A continuación se realiza una síntesis de los
efectos más comunes que pueden tener los contaminantes atmosféricos más relevantes sobre
la vegetación; esta información servirá de referencia para detectar los posibles efectos de los
contaminantes en la zona.
Se han incluido el dióxido de azufre y el HF en el caso de contaminantes primarios y el ozono
como contaminate secundario.
Contaminantes Primarios:Dióxido de Azufre.
Este contaminante puede tener efectos fitotóxicos en la vegetación. El SO2 se emite a la
atmósfera a partir de fuentes naturales y antropogénicas. Las fuentes naturales son los
volcanes, fumarolas y la quema de biomasa. Las principales fuentes antropogénicas de SO2
proceden del refino y de la combustión de petróleo y carbón que contienen azufre. La
combustión de combustibles fósiles se estima que contribuye en más de un 80% de las
emisiones totales, siendo especialmente importante la emisión de fuentes no móviles.
La entrada en vigor de nuevas técnicas de control de las emisiones de SO2 en la pasada
década, en particular en los procesos de mejora, refino y combustión de combustibles fósiles,
ha llevado a una reducción notable de las emisiones de SO2 a la atmósfera en Europa
occidental. En esta región, los daños en la vegetación se han visto considerablemente
reducidos. Sin embargo, en la Europa del Este, donde no se han aplicado de igual manera las
nuevas tecnologías, aún existen zonas extensas con daños por este contaminante.
La directiva europea 1999/30/EC determina como valores límite para este contaminante una
media tanto anual como invernal de 7,5 ppb para la protección de los ecosistemas.
Factores que Afectan la Respuesta de las Plantas
La capacidad de resistencia al SO2 por parte de las plantas depende de múltiples factores. Por
una parte, depende de factores genéticos, ya que existen notables diferencias no solo entre
especies sino también entre variedades e incluso clones. La edad de la planta y el estado de
desarrollo de los diferentes órganos también determinan la respuesta. Por ejemplo, los
cereales son más sensibles en el periodo anterior al desarrollo de la inflorescencia. En
guisante, el periodo más crítico es entre el desarrollo de la flor y el comienzo de la
maduración del fruto. En las coníferas, las hojas más jóvenes son más sensibles que las viejas,
una vez ambas están bien desarrolladas. Los árboles caducifolios son relativamente más
sensibles cuando son jóvenes, mientras que las coníferas son relativamente más resistentes en
su periodo de crecimiento inicial.
La nutrición es un factor clave en la resistencia de las plantas al SO2. Las plantas con
deficiencias nutricionales son más sensibles a este contaminante. El estado nutricional de la
planta esta relacionado con su capacidad de detoxificación frente a este contaminante. La
fertilización, por tanto, puede ser una medida paliativa frente al SO2. Curiosamente, esta
fertilización debe ser en la forma de nitrato (NO3-), ya que en la forma de NH4+, por el
contrario, produce efectos adversos en combinación con el SO2.
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Otras condiciones de crecimiento de las plantas, en particular la disponibilidad de agua,
también afectan a la absorción de SO2. Unas condiciones de crecimiento con una cierta
limitación de agua favorecen el cierre estomático, reduciendo el intercambio gaseoso con la
atmósfera y por tanto también la toma de SO2. Otras factores que puedan afectar a la conducta
estomática como la temperatura, humedad atmosférica y viento también influirán en la
absorción de SO2. En general, temperaturas que favorezcan una alta actividad de las plantas y
humedades relativas altas pueden favorecer la absorción de SO2.
Daños por SO2 en las Plantas.
A concentraciones bajas, el SO2 se puede considerar un nutriente. Sin embargo, a dosis altas
se convierte en un tóxico. Se puede depositar por vía seca en la cutícula o difundirse al
interior de las hojas por los estomas. En el interior de las hojas, en contacto con el agua, se
convierte rápidamente en HSO3* (bisulfito, un radical libre) o/y SO3- (sulfito), que son
tóxicos para las plantas. Destruyen la clorofila, peroxidan los lípidos y dañan los cloroplastos.
Si estos daños a los cloroplastos son importantes, la función fotosintética se ve afectada
produciéndose un descenso en la asimilación de CO2. Finalmente se produce SO42-, que se
acumula en las vacuolas de las células; algunas plantas son capaces de emitir parte de su
exceso en azufre como H2S.
Figura 8.2: daños agudos por SO2 en Asclepios sp (Izquierda) y en una rosácea (derecha). Cortesía
de S. Kruppa.
Diferenciaremos entre daños agudos y crónicos. Los daños agudos son producidos por
concentraciones altas de SO2 y producen la muerte celular en todo o en parte de la planta. Los
daños crónicos son aquellos producidos por concentraciones más bajas del contaminante,
causando un efecto adverso pero no la muerte celular; a la larga, sin embargo los daños
crónicos pueden producir también la muerte celular y ser externamente visibles. En plantas de
hojas anchas (plantas dicotiledonias), los síntomas agudos son una necrosis internervial que se
establece normalmente en los márgenes de las hojas, con una coloración marfil en muchas
especies y en otras marrón, rojo o negro. En hojas estrechas, como las de las
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monocotiledoneas, los síntomas son manchas necróticas de color marfil o amarillo
blanquecino, afectando principalmente a los ápices y márgenes de las hojas. En coníferas, los
daños agudos una necrosis de las acículas, que afecta principalmente a las hojas más jóvenes;
sin embargo, las hojas jóvenes durante el desarrollo son menos sensibles a los impactos del
SO2 . Los daños crónicos típicos de este contaminante son una clorosis.
Una forma de detectar que los daños observados son por SO2 es analizar el contenido en
azufre de las hojas, ya que este contaminante se acumula.
Contaminantes Primarios: Ácido Fluorhídrico.
Para la protección de los organismos vegetales frente al Fluoruro de Hidrógeno (HF) se han
recomendado diferentes estándares de calidad del aire. Por ejemplo la OMS recomendó que
en exposiciones largas no se deben superar los 0.2 µg m³.
Muchos de los estándares están basados en los trabajos de McCune (1969 a,b)., que recopiló
toda la información disponible sobre daños visibles observados y exposición al HF
expresando la dosis en términos de concentración en el aire (µg/m³ ó ppb) y la duración de la
exposición en días. Sus trabajos indicaron que había un umbral a partir del cual había una alta
probabilidad de daño.
Figura 8.3: concertación y exposición para la que aparecen síntomas visibles en algunas especies o
grupos de especies vegetales.. Atención a la escala logarítmica del eje vertical. Versión simplificada
de los resultados de McCune (1969 a,b). B) Versión simplificada derivada por Davison y Weinstein
(1999, webpage).
El estándar general puede derivarse de la figura 8.3, como aparece en las gráfica anteriores,
construyendo una curva envolvente con la parte inferior de todas la curvas. Ello nos lleva a
considerar que, por ejemplo, el valor promedio de 1 µg/m³ se puede superar un día pero si se
supera 10 días ya está por encima del umbral de daños. Asímismo, valores superiores sólo son
seguros si la exposición es menor. Se trata por tanto no de un umbral único de concentración,
es más bien una curva en función del tiempo de exposición. De la figura de la derecha se
deriva un máximo de 0,3 µg/m³ a largo plazo (es decir la tendencia asintótica de la curva en el
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eje horizontal), lo que es ligeramente superior a la recomendación de la OMS; observaciones
recientes por Davison sugieren que el valor de la OMS es correcto.
Síntomas Visibles Causados por HF
El HF induce síntomas que han sido descritos en multitud de revisiones (Weinstein and
McCune 1970; Weinstein and McCune, 1971; Thomas and Alther 1966; Brandt and Heck
1977; Treshow and Pack 1970; Guderian et al. 1969; Hindawi 1970; Thomas 1961). La más
reciente en lo que respecta a daños visibles es la de Weinstein, Davison & Arndt, 1998
(Recognition of Air Pollution Injury to Vegetation, Ed. Richard B Flagler). En castellano la
única información aparece en Muñoz et al. (2003, Sanidad Forestal: Guía de imágenes de
plagas, enfermedades y oros agentes presentes en los bosques. MundiPrensa). A finales del
2003 ha aparecido un buen sumario general que incluye no sólo los daños visibles (Fluorides
in the Environment: Effects on Plants and Animals, L H Weinstein, & A Davison, CAB Pub.
ISBN: 0851996833).
El HF entra en las hojas a través de los estomas para después disolverse en el agua intercelular
y finalmente, por permeación, pasa al interior de la célula. El flujo natural del agua dentro de
la hoja es hacia los lugares de mayor evaporación, como son los márgenes y ápices de la
misma. El F- transportado por el agua se concentra en estas áreas de máxima evaporación, y
es allí donde aparecen los primero síntomas visibles. Es este mecanismo de concentración el
que hace tan tóxico al F-; de hecho, en el resto de la hoja, si la concentración es baja las
células pueden funcionar más o menos normalmente en términos de asimilación (aunque en
muchos casos la lesión progresa y puede afecta a casi toda la hoja dado que la acumulación es
progresiva si el elemento sigue presente en el ambiente). Las hojas más sensibles son las
jóvenes o que se están expandiendo, por tanto los brotes y partes nuevas de la planta son los
que se ven más afectados. Las hojas adultas o viejas son menos sensibles.
Naturaleza de los los Síntomas.
(Todos los síntomas que se muestran marcados como CV han sido fotografiados en la C.
Valenciana, entre 1995 y el 2002)
La exposición a concentraciones elevadas puede causar necrosis de parte o de toda la hoja (es
decir, partes muertas que aparecen de un color atabacado). La aparición y la velocidad de
desarrollo de los síntomas también depende de las condiciones climáticas y las especies. Es
importante destacar que puede aparecer una retraso considerable entre la exposición y la
aparición de los síntomas.
En la mayoría de las monocotiledóneas (incluyendo las liliacéas), el primer síntoma es una
clorosis (amarilleamiento) que comienza en la parte apical y en los márgenes de las hojas (por
ejemplo, en la caña-Arundo donax).
En algunas especies el color de las necrosis es marrón claro o incluso blanquecino (por
ejemplo la caña o las liliaceas en general), mientras que en otras es marrón más oscuro e
incluso puede volverse casi negro (por ejemplo, el chopo o el algarrobo-Ceratonia siliqua).
Es muy característica la necrosis muy delimitada (ver ejemplo de la vid- Vitis vinifera, figura
8.4) y la aparición de un borde más oscura o casi negro en la líneas de contacto entre el tejido
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sano y el necrótico (como se observa en algarrobo-Ceratonia siliqua). La aparición de zonas
progresivas delimitadas o bandas en la zona necrótica es indicador de las sucesivas
exposiciones (o episodios). Las partes afectadas de la hoja pueden desprenderse, lo que en
ocasiones da a las hojas un aspecto recortado y con extrañas formas.
La sensibilidad puede ser muy variable entre especies, incluso dentro del mismo género. Así,
las especies de pino varían enormemente en su sensibilidad; por ejemplo, el pino Ponderosa
es muy sensible. El desarrollo de los síntomas en coníferas comienza por un amarilleamiento
de las acículas más jóvenes que se inicia en la parte apical y progresa hacia la base de la
acícula. Este amarilleamiento puede evolucionar a necrosis marrones rojizas, que en ocasiones
pueden presentar bandas con bordes claramente delimitados (si se han expuesto a varios
episódios intermitentes). Acículas del mismo braquiblasto (mismo par) suelen presentar el
mismo daño.
Vid: Necrosis marrón rojizas marginales (CV) Vid: Necrosis marrón rojizas marginales, más
avanzadas (CV)
Figura 8.4: síntomas de HF en vid: Villar del Arzobispo 2003 (en las inmediaciones de una fábrica de
sanitarios, Foto MJ Sanz).
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Aunque en la bibliografia los daños por HF se describen como una necrosis delimitada en
bandas, con lesiones de marrón claro a marrón rojizo (incluso parcialmente negras); éstas
comienzan con una clorosis en casi todos los casos. La clorosis comienza en los márgenes de
las hojas y progresa hacia el nervio. Cuando las se producen concentraciones elevadas en
exposiciones cortas aparece una necrosis sin clorosis, mientras que, a concentraciones bajas y
periodos más largos de exposición, puede ocurrir lo contrario.
Otro fenómeno que puede observarse es la malformación de las hojas, debido al menor
crecimiento de las células marginales de las hojas, donde la concentración de F es mayor,
respecto a las del centro de la hoja, que crecen con normalidad. Las hojas pueden retorcerse o
presentar un aspecto cóncavo.
Otros efectos
Se sabe poco sobre el efecto del HF en los frutos, pero se conocen dos ejemplos típicos: en la
fresa provoca malformaciones y en el melocotón parece que se produce una maduración más
vanzada del fruto de unas zonas respecto a otras (induciendo podredumbres y manchas)
(Benson 1959; MacLean et al. 1984).
Los efectos sobre las hojas pueden ser tan pronunciados que pueden afectar al normal
crecimiento de la planta, además de suponer un perjuicio si afectan directamente a las partes
comerciales de las plantas.
Confirmación de los Síntomas.
Para confirmar que los síntomas son debidos a la acumulación de F en los tejidos, basta con
analizar áreas de más dístales o marginales a más centrales de la hoja. Si se detectan
concentraciones crecientes de F, se puede afirmar que éste es el causante. Aunque, como se ha
visto, los síntomas son bastante característicos.
Contaminantes Secundarios: Ozono.
El ozono es un contaminante secundario que se puede formar de forma natural o debido a las
actividades del hombre. De forma natural se forma durante las tormentas a partir del oxígeno.
Sin embargo, la principal fuente de ozono en la troposfera es su producción a través de
diversas reacciones fotoquímicas (requieren luz solar para llevarse a cabo), a partir
principalmente de los óxidos de nitrógeno y de hidrocarburos volátiles. Estas emisiones
pueden proceder tanto del tráfico como de fuentes puntuales como la industria.
Las condiciones climáticas que conllevan el estancamiento de las masas de aire, junto con
elevadas temperaturas y fuerte radiación solar, favorecen la formación de ozono a partir de los
mencionados contaminantes primarios.
Dentro del Convenio de Transporte Transfroterizo de Contaminantes, promovido por la UNECE, se ha recopilado documentación, a la vez que se han impulsado una serie de inicitivas
para caracterizar el efecto del ozono en cultivos. Estos esfuerzos han sido liderados por el
ICP-crops (Füher et al. 1994, Karelampi & Sharby 1996) y como resultado se han propuesto
unos niveles críticos que, teniendo en cuenta los conocimientos actuales, protegerían a las
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especies más sensibles. Estos niveles o cargas críticas utilizan un índice o umbral más
relacionado con la dosis que recibe la planta, el AOT40. Este índice se calcula utilizando los
promedios horarios de las horas con una radiación > 50 W/m2, a los que se les restan 40 ppb;
estos valores se suman para un periodo de tiempo dado (días o meses).
Tabla 8.3: umbrales de protección (cargas críticas) recomendados por la Organización Mundial de la
Salud para la protección de la vegetación.
Umbrales:
Valor
Parámetro y Periodo
Protección a cultivos, y vegetación 3.000 ppb.h
AOT40 para los meses de
semi-natural (herbáceas etc..)
Mayo a Julio, durante las
horas de luz (radiación > 50
W/m2)
Protección a los bosques
10.000 ppb.h
AOT40 para los meses de
Abril a Septiembre durante
las horas de luz (radiación >
50 W/m2)
Umbral para la prevención de
700 ppb.h
5 días consecutivos, durante
daños visibles en hojas, en
las horas de luz (radiación >
condiciones de humedad baja
50 W/m2)
Umbral para la prevención de
500 ppb.h
5 días consecutivos, durante
daños visibles en hojas, en
las horas de luz (radiación >
condiciones de humedad alta
50 W/m2)
Factores que afectan la respuesta de las plantas al Ozono.
El ozono produce diferentes tipos de efectos en la plantas, desde daños en las hojas a
reducciones en el crecimiento. Las reducciones en el crecimiento pueden producirse incluso
en ausencia de daños visibles. Como en el caso del SO2, existe una gran variabilidad en la
sensibilidad frente a este contaminante, no solo entre las diferentes especies, sino entre los
cultivares, variedades y plantas individuales. El estado de desarrollo de las plantas también
afecta a la sensibilidad. Las plantas jóvenes son en general más sensibles. Especies con
crecimientos rápidos (como por ejemplo los cultivos), con un elevado intercambio gaseoso
con la atmósfera, y plantas de hoja ancha, tienden a ser más sensibles.
8-12
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Efectos del Ozono.
El ozono tiene efectos muy diversos sobre los organismos vivos, que abarcan desde los daños
celulares hasta efectos en el crecimiento si la dosis es lo suficientemente altas como para
sobrepasar la capacidad de reparación de la planta.
Efectos metabólicos: Un efecto del ozono a nivel metabólico es la producción de
etileno. Este efecto es inducido también por otros factores, como son el ataque de
patógenos o los daños mecánicos, ya que la producción de este compuesto representa
una repuesta de defensa de las plantas (Langebartels et al. 1997). Asímismo, se ha
observado que muchos contaminantes, entre ellos el ozono, pueden inducir cambios en
los patrones proteicos de muchas especies, como es el caso en Picea abies (Karelampi et
al. 1994). La alteración de la expresión de determinadas proteínas puede ser una forma
de adaptación de los individuos al estrés producido por el ozono (McCool et al. 1988).
Otro de los aspectos más estudiados en los mecanismos de respuesta al ozono es el
aumento de la producción de antioxidantes (por ejemplo superóxido dismutasa y
ascorbato) por parte de las plantas para prevenir o contrarrestar la inducción de radicales
libres o regenerar los grupos oxidados en los componentes de la membrana.
Cambios ultraestructurales: El desarrollo de daños visibles es el resultado de cambios
bioquímicos y fisiológicos. Los primeros cambios estructurales suelen aparecer en los
cloroplastos, no en el plasmalema (Thomson et al., 1966). Generalmente, estos daños se
manifiestan como un aumento de la granulosidad en el estroma del cloroplasto. Además,
también se ha observado en algunos casos una disminución en el tamaño de los
cloroplastos y la desintegración o desorganización de los tilacoides en su interior, así
como una disminución del número de ribosomas (Toyama, 1976). Dado que la mayor
parte de los procesos fotosintéticos ocurren en el cloroplasto es esperable que estos
daños se traduzcan en efectos sobre la fotosíntesis.
Figura 8.5: efectos del ozono en a nivel estrucutural en hojas. Visión general de un corte de hoja
dañada donde se observa el parénquima en empalizada no dañado (A) y dañado (B), mientras que la
epidermis y el parénquima lagunas no presentan cambios. (Cortesía de C. Jordá).
El resto de orgánulos celulares y el plasmalema pueden sufrir algún cambio pero con
bastante posterioridad a los cambios descritos para los cloroplastos. Los cambios
utltraestructurales inducidos por concnetraciones no muy elevadas y exposiciones cortas
se ha observado que pueden ser reversibles (Athanassious 1980). Concentraciones
elevadas de ozono inducen una desorganización celular con concentraciones del
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ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
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Versión 2.0
contenido celular en alguna parte de la célula y finalmente la muerte celular. Es
interesante destacar que en el caso de daños por ozono, son las células del parénquima
en empalizada las que presentan alteraciones en primer lugar. Estas alteraciones se
traducen en una acumulación de pigmentos (antocianinos y polifenoles) en las células
del parénquima en empalizada dañadas (Howell 1974). La epidermis que se encuentra
sobre las células del parénquima dañadas suele presentarse intacta (figura 8.5).
Efectos físiológicos / Intercambio gaseoso. El ozono en concentraciones muy elevadas
destruye las clorofilas y por tanto hay una disminución de las tasas fotosínteticas
(Runeckles & Resh, 1975). El efecto de concentraciones bajas durante prolongados
periodos de tiempo no es muy claro, se han observado desde disminuciones hasta
incrementos de las tasas fotosintéticas (Saxe 1991). La mayoría de los estudios sugieren
que la fotosíntesis puede verse mermada sin que se produzca una alteración
(disminución) de la conductancia estomática, esta merma se debe a una reducción de la
capacidad para fijar el CO2 debido a una disminución de la cantidad de RUBISCO
disponible. En otros casos, generalmente con exposiciones más elevadas se observa una
alteración en las células guarda de los estomas con la consecuente reducción de la
conductancia estomática.
Crecimiento, almacenamiento de carbohidratos y traslocación: Como ya se ha
mencionado anteriormente si la conductancia estomatica se ve afectada, la habilidad de
asimilar eficientemente el CO2 queda limitada y como consecuencia los niveles de
azucares en la planta se ven reducidos (ambos, azucares solubles y almidón). Esta
reducción puede ser debida a la inhibición en la síntesis o a la alteración de los procesos
de traslocación de estos compuestos. Otro de los efectos que se atribuyen con frecuencia
al ozono es la senescencia prematura de las hojas más viejas. Todos estos procesos
pueden desencadenar como resultado final la disminución del crecimiento.
Reproducción: Algunos estudios indican que el ozono puede afecta a los procesos
reproductivos en las plantas, desde la capacidad de germinación del polen (Harrison &
Feder, 1974), hasta el número de frutos (Oshima et al. 1979) y la viabilidad y el número
de semillas (Heagle et al. 1979).
En resumen, el ozono puede causar una gran variedad de efectos en los organismos vegetales
que al final pueden incluso desembocar en alteraciones de las relaciones de competencia y
composición de los ecosistemas vegetales, entre los que se encuentran los bosques.
Algunos Ejemplos de los Efectos del Ozono Característicos en la Cuenca Mediterránea.
El ozono troposférico por encima de determinadas concentraciones produce efectos perjudiciales
en los seres vivos. Las plantas, bien sean agrosistemas o ecosistemas naturales (p.e. bosques), se
ven afectas por este efecto perjudicial. La sensibilidad de las diferentes especies puede ser muy
diferente.
Efecto del Ozono en los Agrosistemas
Algunos de los primeros estudios sobre los efectos del ozono en cultivos, utilizando
bioindicadores como la variedad de tabaco Bel-W3, se llevaron a cabo en los años 70 en Israel
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DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
(Naveh & al. 1978). Posteriormente, es a partir de los años 80 cuando comienzan a publicarse
otros trabajos sobre los efectos de los fotooxidantes en la Cuenca Mediterránea.
Figura 8.6: daños visibles típicos causados por el ozono en hojas de la planta del Tabaco.
Existe información y cierto número de estudios en Italia, país que ha desarrollado cierta
investigación más o menos continua desde mediados de los años 80 en el campo de los
efectos producidos por fotooxidantes en cultivos. La primera referencia de la existencia de
este tipo de daños en Italia es de 1984 (Lorenzini & al, 1984), que parece coincidir con el
inicio de la problemática en nuestro pais a principio de los años 80. Los estudios más
intensivos se han llevado a cabo en el valle del Po y Tuscany (Lorenzini & Panattoni, 1986a,
1986b, Lorenzini & al, 1988, Mignanego & al., 1992, Schenone & Mignanego, 1988) donde
se ha establecido una buena correlacion entre los daños aparecidos en los cultivos y las
concentraciones reales detectadas. Existen asimismo trabajos puntuales en el área de Roma y
Boloña (citados en Lorenzini, 1993b). Frecuentemente, en las series de datos de ozono de
áreas rurales de estos estudios, se constata que se sobrepasan los estándares de fitotoxicidad
(40-50 ppb para exposiciones de 4 hr). Por ello, no es de extrañar la aparición de daños en los
cultivos, aunque hay una gran variabilidad. Algunos aspectos de los datos obtenidos por estos
equipos italianos merecen destacarse: en primer lugar, que los efectos producidos por el
ozono son más agudos en áreas rurales que en áreas urbanas o sus áreas de influencia, y en
segundo lugar que la respuesta de los mismos cultivos es diferente en diferentes condiciones
climáticas.
También se han encontrado evidencias de daños producidos por ozono plantas de tabaco en
Grecia, coincidiendo con la presencia de elevadas concentraciones de este contaminante
determinadas con sensores fisicoquímicos en verano (Velissariou & al. 1992). Utilizando
metodologías análogas, este tipo de daños se han detectado en la zona de los Vosgos en Francia
(Garrec & Rose, 1988).
Todas estas evidencias confirman que los fotooxidantes, y especialmente el ozono, son un
problema que afecta a toda la cuenca del Mediterráneo. La aparición de esta problemática
coincide, a finales de la década de los 70, con la instalación de grandes complejos industriales en
la costa mediterránea. Además, algunos de los problemas observados en la agricultura
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DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
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EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
mediterránea se han podido relacionar directamente con las elevadas concentraciones de este
contaminante, y existe la fuerte sospecha de que algunos problemas fitosanitarios que se ha
acentuado últimamente puede estar relacionados también con esta problemática.
Efectos debidos a la presencia de ozono se han detectado también en cultivos en el campo de
experimentación de la granja MIGJORN en 1991-92, este es el caso de la judía (var Lit. y var
Win) (Bermejo & al. 1992) y la sandía.
En seguimientos realizados por técnicos de la Comunidad Valenciana, se han observado también
daños visibles que pueden ser debidos al ozono en otros cultivos mediterráneos como en patatas,
vid, cacahuetes, judías, soja, tomates y variedades de tabaco comercial.
El Ozono y la Vegetación Natural.
La existencia de daños producidos por diferentes contaminantes atmosféricos (p.e. dióxido de
azufre y fotooxidantes) se han manifestado en masas forestales en multitud de casos, y en
algunas ocasiones pueden incluso reconocerse por la existencia de daños visibles fácilmente
diferenciables (Jacobson, 1970; Skelly, 1987; Gimeno & al. 1992) para cada uno de los
contaminates. Para llegar a establecer la existencia de relaciones de causa-efecto con total certeza
deben reproducirse los daños observados en campo. Es decir, exponiendo las especies forestales
autóctonas o susceptibles de ser utilizadas en las repoblaciones a las dosis documentadas en las
áreas problema de los contaminantes identificados como potencialmente peligrosos.
Las experiencias encaminadas a establecer relaciones causa-efecto entre los fotooxidantes y las
especies forestales son ya bastantes; aunque en general las especies utilizadas no son de interés
forestal o ecológico en el área mediterránea, salvo algunas excepciones como el pino carrasco
(Gimeno & al, 1992; Vellisariou & al. 1992; Inclán & al. 1993), en el que se ha descrito una
sintomatología tópica causada por el ozono.
Durante los últimos 25 años, la Cuenca Mediterránea ha experimentado un aumento
importante de las actividades industriales. Una de las consecuencias de este proceso, al que
hay que sumar el aumento del tráfico rodado, es el que los fotooxidantes se han convertido en
los contaminantes más importantes en ciertas zonas de esta Cuenca (Butkovic et al. 1990;
Millán et al. 1992), donde las particularidades de la dinámica de las masas de aire favorece su
formación (Millán et al. 1997). De hecho, las concentraciones de ozono se hayan incrementado
hasta alcanzar niveles fitotóxicos para determinadas especies vegetales. De todos los
contaminantes atmosféricos, el ozono se considera hoy en día uno de los más importantes, no
sólo en la Cuenca Mediterránea, sino en toda Europa.
En las dos ultimas décadas, se han multiplicado los informes de daños visibles observados en
el campo producidos por este contaminante en la Cuenca Mediterránea (Naveh et al. 1980;
Velissariou et al. 1992; Gimeno et al. 1992; Garrec 1994; Velissariou et al. 1996; Sanz &
Calatayud 1997; Sanz & Millán 1998). Aun así, todavía se observa una discrepancia entre los
valores que los modelos muestran para determinadas zonas de Europa (especialmente en el Sur),
algunas de las concentraciones observadas (EMEP 1995, 1998) y la observación de daños en el
campo.
Las excedencias que se han observado de las cargas críticas recomendadas por la OMS (Furher,
1994) para la protección de cultivos y bosques se superan en la mayoría de los países europeos
(EMEP, 1995); estas excedencias son ya reproducidas por el modelo EMEP y otros modelos,
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DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
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EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
que muestran incluso mejor la anomalía mediterránea (Bastrup-Birk et al. 1997). Todo lo
mencionado anteriormente indica que se puede esperar que los daños por ozono en la
vegetación pueden estar ampliamente distribuidos por toda Europa y especialmente en la
Cuenca Mediterránea. Desde los años 80, en el marco del Programa Internacional de
Cooperación para la evaluación y el seguimiento de los efectos de la contaminación
atmosférica en los bosques, se viene realizando una evaluación de la defoliación de las copas
de los árboles, en una Red europea de seguimiento de daños (Nivel I). Existe además una red
intensiva (Nivel II), donde se consideran más parametros. Los resultados indican que se viene
produciendo un incremento de la defoliación aunque, dado que este parámetro no es
específico de la contaminación atmosférica, sólo permite detectar aquellas áreas con
problemas que pueden ser de índole diversa.
100
90
R 2 = 0.38
Transparency (%)
80
70
60
R 2 = 0.36
50
40
30
1994
1995
20
10
0
0
10
20
30
40
50
60
Chlorotic mottle (% )
Figura 8.7: relación encontrada entre la trasparencia de las copas y el moteado clorótico producido
por el ozono en el pino carrasco en el Este de la Península Ibérica (Fuente: Sanz, Calatayud & Calvo,
2000).
Hasta el momento, muchos de los estudios realizados sobre los efectos del ozono se han
realizado en condiciones controladas con plántulas, siendo pocos los estudios que han tratado
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DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
la aparición de síntomas en el campo y su relación con las concentraciones observadas. La
identificación de los daños visibles producidos por ozono ha sido utilizada como una
herramienta muy útil en determinadas zonas para detectar la presencia de este contaminante y
sus efectos perjudiciales (Miller 1973; Miller and Millecan 1971; Miller and Parmeter 1967,
Liebold 1988; Prinz et al. 1982; Davis and Skelly 1992; Simini et al. 1992). Recientemente,
se han venido observando daños visibles producidos por el ozono en el pino carrasco (Pinus
halepensis Mill.) en diversas partes de la Cuenca Mediterránea (Velissariou et al. 1992;
Gimeno et al. 1992; Garrec 1994; Davison et al. 1995; Gimeno et al. 1995a, 1995b; Sanz and
Millán 1998), por lo que esta especie se ha considerado como buena bioindicadora de la
presencia de ozono e incluso se han descrito métodos para la evaluación de los daños
observados (Sanz et al. 2000).
Tabla 8.4: lista de especies en las que se han observado daños en campo que podrían ser debidos al
ozono, entre 1995 y 2000. (*) confirmadas con OTCs en Valencia (CEAM), (**) confirmadas con
fitotrones en Pensilvania (Penn State University/CEAM) y (b) confirmadas comparando con
documentación gráfica publicada.
Árboles
Arbustos
Herbáceas
Acer camperstre L.*
Ailanthus altissima (Mill.)
Sw. **
Alnus glutinosa (L.) Gaert. b
Cornus sanguinea L.*
Corylus avellana L.
Crataegus monogyna Jacq.
Fagus sylvatica L. b
Fraxinus angustifolia Vahl. *
Fraxinus excelsior L. b
Fraxinus ornus L.
Juglans regia L.
Morus nigra L. b
Pinus halepensis Mill. b
Pinus pinea L.
Populus alba L.
Populus nigra L. *
Prunus dulcis D.A. Webb**
Robinia pseudoacacia L. b
Salix aff. Triandra L.
Ulmus minor Mill. *
Anthyllis cytisoides L.*
Arbutus unedo L. *
Abutilon theophrasti Medik.
Agrimonia eupatoria L.
Cistus salvifolius L.*
Colutea arborescens L.**
Cytisus patens L.*
Lonicera etrusca G. Sant.
Lonicera implexa Ait.*
Lonicera xylosteum L. *
Myrtus communis L.*
Pistacia lentiscus L.*
Pistacia terebinthus L.*
Prunus spinosa L.
Ricinus communis L.
Rhamnus alaternus L. *
Ricinus communis L.*, **
Rosa cf. canina L.
Rubia peregrina L.*
Rubus ulmifolius Schott
Sambucus ebolus L.
Sambucus nigra L.
Syringa vulgaris L.
Viburnum tinus L.
Calystegia sepium (L.) R. Br.
Campanula sp.
Clematis flammula L.
Clematis vitalba L.
Colutea arborescens L. **
Chenopodium album L.
Dittrichia viscosa (L.) Greuter
Epilobium angustifolium (L.) Holub.**
Epilobium collinum Gmelin*
Ipomea sagittata Poiret
Oenothera rosea L.’Hér. ex Aiton**
Parthenocissus quinquefolia (L.) Planch. b
Plantago lanceolata L.
Potentilla sp.
Ranunculus aff. repens L.
Rubia peregrina L.
Rumex pulcher L.**
Solanun linnaeanum Hepper et Haeger
Verbascum sinuatum L.**
Vinca difformis Pourr.*
Los daños visibles pueden ser una herramienta muy útil para detectar las especies
potencialmente sensibles al ozono en Europa, aportando información sobre las zonas en que
este contaminante alcanza niveles fitotóxicos para una o varias especies. En Pinus halepensis,
los daños por ozono son un moteado clorótico que se ha reproducido experimentalmente
fumigando con ozono (Maninen coms. Pers.). Además de en España (Sanz et al., 2000), estos
daños se han observado en otros países circunmediterráneos como Grecia (Velissariou et al.,
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DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
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EXTREMADURA.
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Versión 2.0
1992) y Francia (Sanz & Calatayud, no publicado), lo que indica que se encuentran
ampliamente distribuidos, lo que confirma el carácter regional del ozono y sus efectos.
Estudios más detallados han demostrado que existe una buena correlación entre la aparición
de los síntomas en pino carrasco y la dinámica del ozono en la vertiente Este de la Península
Ibérica (Sanz et al. 2000). Curiosamente, se había observado que en diversas áreas donde
existía moteado clorótico se presentaba también el hongo defoliador Thyriopsis halepensis. Se
pensó por ello que este hongo podría estar relacionado con la aparición del moteado. Sin
embargo, investigaciones detalladas sobre el hongo y su fenología respecto a la aparición del
moteado clorótico característico del ozono (Calatayud et al. 2000) permiten descartar que T.
halepensis sea el agente causante de dicho moteado.
Respecto a los daños observados en las otras especies, como resultado de diversos estudios
que actualmente se están llevando a cabo por parte de la DGCN y el CEAM, se adjunta una
lista de especies en las que se encontraron daños semejantes a los producidos por el ozono en
el campo durante los años 1995 a 1998 (tabla 8.4). En la misma tabla aparecen reflejadas
aquellas especies en las que los síntomas se han confirmado bibliográficamente (Jacobson &
Hill 1970, Skelly et al. 199-, Flager et al. 1999) o en condiciones controladas (Skelly et al.
1999, Sanz datos no publicados).
8.1.5 La Vid y el Olivo.
Efectos de Dióxido de Azufre en Vid
Existen pocos estudios sobre los efectos del SO2 en vid. Weinstein (1984) indican que en
Vitis lambruscana cv. 'Fredonia', las hojas jóvenes expuestas al SO2 desarrollan lesiones
pardo grisáceas en el margen, extremo o áreas intercostales. En las hojas viejas, los daños se
presentan como lesiones de color verde grisáceo a pardo grisáceo. Las venas permanecían
verdes. Las hojas afectadas a menudo se caían, siendo las hojas de edad intermedia las más
sensibles.
Efectos de Ozono en la Vid y Olivo.
La vid es una planta sensible al ozono. Precisamente la primera evidencia de que el ozono
producía daños foliares en plantas en el campo se dio precisamente en vides de California
(Richards et al., 1958). Posteriormente, se han señalado daños por este contaminante también
en Europa (p. ej. Lorenzini et al., 1984). Los síntomas de ozono en esta planta son manchas
necróticas en las zonas internerviales del haz de las hojas más viejas. Estos síntomas pueden ir
acompañados de amarilleamiento de las hojas y su senescencia prematura.
En condiciones controladas, usando cámaras de techo descubierto (OTC), se han realizado
diversos experimentos con la finalidad de caracterizar los efectos de este contaminante en la
vid, utilizando concentraciones más elevadas. Soja et al. (1997) fumigaron la variedad
Welschriesling y encontraron que la fumigación aceleraba la senescencia de las hojas y que en
diversos años consecutivos aumentaba la susceptibilidad de las plantas progresivamente, lo
que llamaron "efecto memoria". Tras dos años, observaron que el ozono producía una
disminución del contenido en carbohidratos de los racimos (Soja et al., 1998). Con 4 años de
8-19
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
fumigación comprobaron que la calidad del fruto fue más sensible al ozono que la
producción. La producción se ve afectada por las concentraciones de los dos años anteriores a
la cosecha y el contenido en azúcar del zumo se ve afectada principalmente por las
concentraciones de ozono del año en curso y el anterior (Soja et al., 2004).
Figura 8.8: daños por ozono en vid, observados en Suiza en el año 2002 (Foto MJ Sanz).
Por lo que respecta a los efectos del ozono sobre el olivo, Minnocci et al. (1999) estudiaron
dos varieades italianas de olivo, Frantoio y Moraiolo, exponiéndolas a concentraciones
elevadas de ozono (100 ppb 5 horas al día y 120 días de fumigación). Como principal
resultado, observaron una reducción en la actividad fotosintética especialmente en la variedad
Frantoio, y un declive en la conductancia estomática. Con todo, el olivo parece ser una planta
mucho menos sensible al ozono que la vid.
8.2. Objetivos
En el presente informe, se presentan los resultados de dos estudios. Por una parte, se
caracteriza el contendio en meteles pesados en el suelo de la zona donde está prevista la
instalción del complejo refinero, con la finalidad de conocer el contenido en metales pesados
en la actualidad, lo que servirá de referencia para un futuro seguimiento. En los puntos de
muestreo para los metales pesados se han observado los cultivos con el fin de detectar
posibles daños por ozono y otros contaminantes. Por otra parte, se caracterizan los efectos
fisiológicos de concentraciones elevadas de ozono sobre las dos variedades de vid
predominantes en la zona de Tierra de Barros en condiciones controladas, con la finalidad de
caracterizar las posibles alteraciones producidas y la sensibilidad relativa de las dos
variedades. Los resultados del experimento de fumigación con ozono han de considerar
prelimininares ya que harían falta más años para obtener resultados más concluyentes.
8-20
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
8.3. Contenido en Metales Pesados en Suelos de Tierra de Barros: Establecimiento de
una Línea Base.
8.3.1 Introducción.
Los metales pesados son por definición los elementos químicos con una densidad igual o
superior a 5 cuando están en su forma elemental o cuyo número atómico es superior a 20,
excluyendo a los metales alcalinos y alcalinotérreos. Distinguiremos entre los metales pesados
que presentan alguna función biológica conocida y los considerados oligoelementos o
micronutrientes. Los primeros (Cd, Hg, Pb, Cu, Ni, Zn, Sb y Bi) son altamente tóxicos y
producen disfunciones en los seres vivos. Los segundos (As, B, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn)
son necesarios, en pequeñas cantidades, para animales y plantas, pero superando un cierto
umbral se vuelven tóxicos. Todos estos metales pesados se encuentran en los suelos en
concentraciones que pueden ser muy diferentes, dependiendo del material original. Por
ejemplo, la concentración de Ni y el Cr puede ser notablemente más alta (más de 100 y 20
veces respectivamente) en un basalto (roca básica) con respecto al contenido en un granito
(roca ácida). El contenido total de metales pesados en los horizontes superficiales del suelo
puede servir como indicador de su toxicidad potencial (ANDREADE, 1996), puesto que se ha
comprobado la existencia de correlaciones entre la concentración de metales pesados y los
niveles de su contenido en las plantas (ROSS, 1994). En general, su concentración en los
tejidos vivos es muy baja.
El presente estudio tiene como objetivo principal el conocimiento de los niveles basales de
metales pesados en la zona donde está planificada la instalación del complejo refinero. Nos
centraremos únicamente en aquellos metales relacionados con actividades industriales que
pueden representar un riesgo para las plantas, animales o el hombre: Cd, Cr, Cu, Hg, Ni, Pb y
Zn (JONES and JARVIS, 1981). Se ha tenido en cuenta su contenido y no así su
biodisponibilidad, para lo que se requerirían otros análisis complementarios. Mediante la
repetición temporal de estos análisis se podrá evaluar el aporte de la contaminación de
diferentes orígenes.
Entre los diversos factores que condicionan la movilidad y disponibilidad de los metales
pesados en el suelo, el pH es un factor fundamental ya que la mayor parte de los metales
(excepto el cromo) tienden a estar disponibles con pH ácidos. Otros factores importantes son
el contenido en arcilla de los suelos, que puede retener los metales pesados. La materia
orgánica puede formar complejos con metales, como quelatos. Los carbonatos tienen
tendencia a absorber elementos como el Cd, y elevan el pH. En el presente informe, además
de las concentraciones de metales pesados en el suelo, por las razones apuntadas, se han
tenido en cuenta las siguientes propiedades de este suelo: su pH, humedad, contenido en
materia orgánica, y análisis granulométrico (incluyendo el contenido en arcilla).
8.3.2 Metodología
Establecimiento de las Localizaciones de Muestreo
Con la finalidad de conocer los niveles de diferentes elementos presentes en el suelo y en las
hojas de los dos principales cultivos de la zona, la vid y el olivo, en junio de 2006 se
estableció una red de puntos de muestreo incluída en un retículo de 20 por 25 km, en la zona
donde está prevista la instalación de la refinería (figura 8.9).
8-21
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
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Versión 2.0
Tabla 8.5: coordenadas de los puntos donde se han tomado muestras.
PUNTO
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
21_Control
22_Control
X
(UTM 29S)
0730383
0728931
0722260
0726677
0720849
0722675
0726520
0729409
0723660
0731623
0731921
0736372
0739260
0738485
0736003
0733280
0735055
0726064
0731059
0729282
0719737
Y
(UTM 29S)
4264660
4256197
4264723
4267608
4273348
4279681
4276779
4272783
4267847
4273539
4276827
4276397
4273597
4266435
4263886
4257778
4255945
4261073
4269799
4286434
4289641
LAT (N)
LONG (W)
Suelo
Vid
Olivo
38º30.032'
38º25.482'
38º30.190'
38º31.681'
38º34.870'
38º38.263'
38º36.638'
38º34.434'
38º31.857'
38º34.809'
38º36.580'
38º36.277'
38º34.720'
30º30.864'
30º29.526'
30º26.267'
38º25.250'
38º28.160'
38º32.796'
38º41.811'
38º43.688'
6º21.487'
6º22.652'
6º27.070'
6º23.978'
6º27.876'
6º26.497'
6º23.907'
6º21.996'
6º26.087'
6º20.457'
6º20.188'
6º17.132'
6º15.200'
6º15.881'
6º17.640'
6º19.633'
6º18.450'
6º24.526'
6º20.921'
6.21.815'
6º28.333'
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Figura 8.9: distribución de los puntos donde se han tomado muestras en una cuadrícula de 5 km de
lado.
8-22
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
El retículo está subdivido en 20 cuadrículas de 5 km de lado de las que se escogieron 19 para
establecer los puntos de muestreo. Además de las 19 localidades, en una zona más alejada de
la prevista para la instalación de la refinería, se seleccionaron 2 puntos más (cerca de
Almendralejo) como parcelas control (tabla 8.5). En cada una de los puntos selecionados se
ha tomado una parcela en la que coexisten los dos cultivos más relevantes, el olivo y la vid.
Toma de Muestras de Suelo y de Hojas de Vid y Olivo.
Simultáneamente al establecimiento de las parcelas de muestreo se tomaron muestras del
suelo y de hojas de los dos principales cultivos de la zona, la vid y el olivo. Las muestras de
vid corresponden a la variedad parda, la más abundante en la zona, aunque en algunos puntos
donde ésta coexistía con la variedad tempranillo, se han tomado también muestras foliares de
esta segunda variedad. Para cada variedad, se han recogido muestras foliares compuestas de al
menos 5 individuos en 19 parcelas y en las 2 parcelas control. Una vez en el laboratorio se
han secado en estufa a 80ºC hasta peso constante y se han almacenado en condiciones
constantes de luz, temperatura e iluminación. Las muestras foliares no han sido analizadas
pero se guardan como referencia de la situación actual por si se considerara adecuado
comparar los niveles de metales pesados en material vegetal actual con los del futuro.
Del mismo modo que en las hojas, con el objeto de conocer los niveles de metales pesados
presentes en la actualidad en el suelo, también se tomaron muestras de la capa superficial de
suelo. En cada uno de los 21 (19 más dos parcelas control) puntos de muestreo se ha tomado
una muestra superficial (primeros 25 cm) de suelo compuesta por 5 muestras en cruz en un
radio de 10 m. Las muestras son transportadas al laboratorio en el plazo máximo de dos días,
después de su recolección, y puestas a secar a una temperatura de 40ºC. Posterirmente se
almacenan hasta el momento de su análisis.
8.3.2.3 Métodos Analíticos y Clasificación de los Suelos.
El procedimiento de análisis de las muestras sigue la metodología descrita en LÓPEZ-ARIAS Y
GRAU-CORBÍ (2004). Las raíces macroscópicas vivas, y todas las partículas minerales y
orgánicas de diámetro superior a 2 mm, se separaron mediante tamizado en seco en la fase
previa al análisis. Tras un tamizado fino, las muestras se muelen utilizando equipos de ágata
(molinos o morteros). A partir de las soluciones obtenidas por digestión en microondas, se
determinan entre otros paramentos: el Cu, Zn, Ni, Cr, Ni y Cd por espectroscopía de emisión
atómica por plasma acoplado inductivamente (ICP) (tipo Perkin-Elmer mod. Optima 2000, u
otros). En el caso de que los contenidos de estos elementos sean próximos a los límites de
detección de esta técnica de medida será necesario determinarlas por espectroscopía de
absorción atómica con cámara de grafito (tipo Perkin Elmer mod. 1100B y cámara de grafito
HGA-700 y FIAS100). Referencias; ISO 11047 e ISO CD 1672. Los datos obtenidos son
comparables con los resultados del reciente informe “Metales pesados, materia orgánica y
otros parámetros de la Capa Superficial de los Suelos Agrícolas y Pastos de la España
Penínsular” (LÓPEZ-ARIAS Y GRAU-CORBÍ, 2004, figura 8.10).
8-23
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Figura 8.10: red de
(INIA, 2005). El
representa las parcelas
en la cuadricula del
estudio.
Versión 2.0
parcelas
recuadro
que caen
presente
En cada muestra compuesta también se determinaron los siguientes parámetros: pH y
humedad de las muestras a 105ºC, materia orgánica (%), y análisis granulométrico. El pH se
determinó por medición potenciométrica de una suspensión del suelo en agua. Los suelos se
han clasificado de acuerdo con LÓPEZ-ARIAS Y GRAU-CORBÍ, 2004 (tabla 8.6), de acuerdo a
los determinados intervalos de variación de las fracciones de arena, limo y arcilla.
Tabla 8.6: clasificación de los tipos de suelos en función de su composición granulométrica (basado
en LÓPEZ-ARIAS Y GRAU-CORBÍ, 2004).
CLASE
Clase I
Clase II
Clase III
Clase IV
Clase V
CARACTERÍSTICAS
arcilla < 15% y arena > 55%
arcilla < 20% y no arenosas
20% ≤ arcilla < 35%
35% ≤ arcilla < 50%
arcilla ≥ 50%
CLASIFICACIÓN
Suelos arenosos
Suelos limosos
Suelos equilibrados
Suelos arcillosos
Suelos muy arcillosos
Las clases de acidez usadas quedan definidas por los siguientes intervalos de pH (tabla 8.7):
Tabla 8.7: clases de suelos en función de su acidez (basado en LÓPEZ-ARIAS Y GRAU-CORBÍ, 2004).
8-24
CLASE
Clase I
INTERVALO pH
0 < pH < 5
Clase II
5 ≤ pH < 6
Clase III
6≤ pH < 7
Clase IV
pH ≥ 7
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Los valores de referencia para las concentraciones de los diversos metales pesados se tomaron
del Real Decreto 1310/90 (adaptación de la directiva 86/278/CEE), por el que se establecen
valores límite de concentración de metales pesados en los suelos y en los lodos destinados a
su utilización agraria. En el citado Real Decreto se tiene en cuenta el pH del suelo a la hora de
establecer los valores límite (tabla 8.8).
Tabla 8.8: límites del Real Decreto 1310/90 para los metales pesados en función del pH del suelo.
Límites RD 1310/90
(mg/kg = ppm)
pH<7
pH≥7
1
3
50
210
100
150
1
1,5
30
112
50
300
150
450
Cd
Cu
Cr
Hg
Ni
Pb
Zn
8.3.3 Resultados.
Contenido en Materia Orgánica, pH y Clase de Suelo en los Puntos de Muestreo
El tipo de suelos del área de estudio presenta en todos los puntos de muestreo, excepto en uno
(punto 3, pH= 6,6), valores de pH básico (pH>8 en la mayoría de los casos). La clase de suelo
predominante fue la de “suelos con un contenido equilibrado” (11 puntos) de limos, arcilla y
arena; 4 puntos presentaron un contenido alto en limos; 2 un suelo arcilloso y 4 un suelo
arenoso. El porcentaje de contenido en materia orgánica fue menor de 2,5 % en todos los
casos.
Tabla 8.9: resumen de las características de los suelos en los puntos de muestreo.
PUNTO MATERIA ORGANICA %
1
1,7
2
1,37
3
0,65
4
1,96
5
0,55
6
1,63
7
1,34
8
1,75
9
1,53
10
1,37
11
2,46
12
0,92
13
0,99
pH
8,2
8,3
6,6
8,1
7,7
8,4
8,5
8,4
8,4
8,4
8,4
8,3
8,5
CLASE PH
Clase IV
Clase IV
Clase III
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
CLASIFICACIÓN SUELO
Suelo equilibrado
Suelo equilibrado
Suelo arenoso
Suelo equilibrado
Suelo arenoso
Suelo equilibrado
Suelo equilibrado
Suelo equilibrado
Suelo limoso
Suelo equilibrado
Suelo equilibrado
Suelo arcilloso
Suelo equilibrado
8-25
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Tabla 8.9 (continuación).
PUNTO MATERIA ORGANICA %
14
0,54
15
0,94
16
1,3
17
1,49
18
2,27
19
0,92
21_C
1
22_C
1,19
pH
8,4
8,7
8,4
8,3
8,3
8,5
8,3
8,5
CLASE PH
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
Clase IV
CLASIFICACIÓN SUELO
Suelo limoso
Suelo equilibrado
Suelo limoso
Suelo limoso
Suelo equilibrado
Suelo arenoso
Suelo arcilloso
Suelo arenoso
Resumen del Contenido en Metales Pesados de los Puntos de Muestreo y Correlaciones
En la tabla 8.10 se adjuntan los resultados del análisis de los metales pesados en cada uno de
los puntos de muestreo. Todos los datos se aportan en ppm (=mg/Kg de materia seca),
excepto del mercurio, en ppb =(μg/Kg de materia seca). Los valores máximos y mínimos
medidos se incluyen al final de la tabla. En la tabla 8.11 se presenta la matriz de correlación
entre los contenidos en metales pesados y entre éstos y los siguientes parámetros: pH,
contenido en limos gruesos y finos (LIMGRU y LIMFI respectivamente), contenido en arcilla
(ARC), arena (AREN) y materia orgánica (M_O).
Tabla 8.10: contenido en metales pesados de los diferentes puntos de muestreo.
CADMIO
CROMO
COBRE
NIQUEL
PLOMO
ZINC
MERCURIO
PUNTO (s.m.s.) ppm (s.m.s.) ppm (s.m.s.) ppm (s.m.s.)ppb (s.m.s.) ppm (s.m.s.) ppm (s.m.s.) ppm
1
0,16
26
47
113
20
39
94
2
0
38
26
55
28
20
111
3
0
44
48
28
36
2
39
4
0,02
21
18
105
11
11
49
5
1,06
45
32
10
26
14
87
6
0
22
17
52
16
8
40
7
0
31
27
17
21
6
55
8
0
35
21
95
20
9
55
9
0,01
10
17
34
13
9
93
10
0
35
30
76
25
11
60
11
0
27
26
44
20
13
59
12
0
22
16
25
17
14
38
13
0
41
30
7
22
3
56
14
0
58
35
9
34
3
40
15
0
33
27
115
13
4
67
16
0
34
8
57
12
0
57
17
0
17
10
14
11
0
24
18
0
42
26
97
26
12
66
19
0
46
43
48
31
10
73
21_C
0
32
22
20
17
6
39
22_C
0
21
22
42
13
6
36
MÁXIMO
MÍNIMO
8-26
1,06
0
58
10
48
8
115
7
36
11
39
0
111
24
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Tabla 8.11: matriz de correlación (correlación de Pearson, r) entre los contenidos en metales pesados
en diferentes puntos de muestreo, pH, contenido en limos gruesos y finos (LIMGRU y LIMFI
respectivamente), contenido en arcilla (ARC), arena (AREN) y materia orgánica (M_O .
Correlaciones
CD
CR
CU
HG
NI
PB
ZN
PH
LIMGRU
LIMFI
ARC
AREN
M_O
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de Pearson
Sig. (bilateral)
N
CD
1.000
.
21
.224
.330
21
.187
.417
21
-.192
.404
21
.154
.505
21
.241
.292
21
.341
.130
21
-.309
.173
21
.034
.882
21
-.380
.089
21
-.307
.176
21
.409
.065
21
-.309
.172
21
CR
.224
.330
21
1.000
.
21
.583**
.006
21
-.143
.535
21
.829**
.000
21
-.119
.608
21
.099
.669
21
-.232
.311
21
.145
.530
21
-.259
.258
21
-.260
.254
21
.283
.213
21
-.467*
.033
21
CU
.187
.417
21
.583**
.006
21
1.000
.
21
.061
.794
21
.768**
.000
21
.392
.079
21
.304
.181
21
-.435*
.048
21
.304
.181
21
-.484*
.026
21
-.381
.088
21
.463*
.034
21
-.312
.168
21
HG
-.192
.404
21
-.143
.535
21
.061
.794
21
1.000
.
21
-.224
.330
21
.441*
.046
21
.304
.181
21
.178
.440
21
.210
.362
21
.301
.185
21
.239
.297
21
-.370
.099
21
.521*
.015
21
NI
.154
.505
21
.829**
.000
21
.768**
.000
21
-.224
.330
21
1.000
.
21
.101
.664
21
.200
.385
21
-.464*
.034
21
.285
.210
21
-.268
.241
21
-.352
.118
21
.313
.167
21
-.370
.099
21
PB
.241
.292
21
-.119
.608
21
.392
.079
21
.441*
.046
21
.101
.664
21
1.000
.
21
.632**
.002
21
.009
.968
21
.405
.069
21
.014
.953
21
.147
.525
21
-.175
.448
21
.308
.174
21
ZN
.341
.130
21
.099
.669
21
.304
.181
21
.304
.181
21
.200
.385
21
.632**
.002
21
1.000
.
21
.077
.740
21
.612**
.003
21
.180
.435
21
-.137
.553
21
-.159
.491
21
.113
.625
21
PH
-.309
.173
21
-.232
.311
21
-.435*
.048
21
.178
.440
21
-.464*
.034
21
.009
.968
21
.077
.740
21
1.000
.
21
.096
.679
21
.225
.327
21
.344
.126
21
-.359
.110
21
.280
.218
21
LIMGRU
.034
.882
21
.145
.530
21
.304
.181
21
.210
.362
21
.285
.210
21
.405
.069
21
.612**
.003
21
.096
.679
21
1.000
.
21
-.016
.945
21
-.371
.097
21
.021
.929
21
.245
.285
21
LIMFI
-.380
.089
21
-.259
.258
21
-.484*
.026
21
.301
.185
21
-.268
.241
21
.014
.953
21
.180
.435
21
.225
.327
21
-.016
.945
21
1.000
.
21
.441*
.045
21
-.882**
.000
21
.598**
.004
21
ARC
-.307
.176
21
-.260
.254
21
-.381
.088
21
.239
.297
21
-.352
.118
21
.147
.525
21
-.137
.553
21
.344
.126
21
-.371
.097
21
.441*
.045
21
1.000
.
21
-.778**
.000
21
.270
.237
21
AREN
.409
.065
21
.283
.213
21
.463*
.034
21
-.370
.099
21
.313
.167
21
-.175
.448
21
-.159
.491
21
-.359
.110
21
.021
.929
21
-.882**
.000
21
-.778**
.000
21
1.000
.
21
-.582**
.006
21
M_O
-.309
.172
21
-.467*
.033
21
-.312
.168
21
.521*
.015
21
-.370
.099
21
.308
.174
21
.113
.625
21
.280
.218
21
.245
.285
21
.598**
.004
21
.270
.237
21
-.582**
.006
21
1.000
.
21
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
8.3.3.3 Contenido en Cadmio.
Los valores de cadmio estaban por debajo del límite de detección del aparato en todos los
casos menos en 4 puntos. Destaca el punto 5, con un valor de 1,06 ppm. Los límites
establecidos por el Real Decreto son de 3 ppm para un pH≥7, por lo que se puede concluir que
los valores registrados en la zona se encuentran dentro de la normalidad.
El cadmio es un elemento muy tóxico, que se encuentra en los suelos en forma intercambiable
en una proporción relativamente alta. Como es bastante móvil puede ser tomado por las
plantas con cierta facilidad. Prácticas agrícolas, como el uso de abonos fosfatados, pueden
hacer aumentar los niveles de este metal en el suelo. También se pueden presentar valores
elevados en zonas con actividad industrial (especialmente metalúrgica) y por el tráfico.
8-27
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
CADMIO (s.m.s.) ppm
1.2
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
1
2
3 4
5
6 7
8
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.11: contenido en cadmio en los puntos de muestreo.
Contenido en Cromo.
Los valores de cromo en la zona varían entre 58 (punto 14) y 10 ppm (punto 9). Estos niveles
se encuentran bastante por debajo del valores límites de 150, establecido en el Real Decreto
para un pH≥7. Dependiendo del tipo de roca, puede haber una gran variabilidad en el
contenido de este elemento, de 1 a 500 ppm.
Las actividades metalúrgicas, especialmente las ligadas a la producción del acero inoxidable,
pueden contribuir a aumentar los niveles de este elemento en el suelo.
En las muestras analizadas se correlaciona significativa y positivamente con el cobre y el
níquel.
CROMO (s.m.s.) ppm
120
100
80
60
40
20
0
1 2 3
4 5 6 7 8
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.12: contenido en cromo en los puntos de muestreo.
8-28
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Contenido en Cobre.
Los valores de cobre medidos varían entre 48 y 8 ppm, en todos los casos por debajo de los
límites establecidos en el Real Decreto, de 150 ppm. Por tratarse de un oligoelemento, el
cobre es necesario para las plantas, pero a concentraciones elevadas es tóxico; valores altos de
pH como los de la zona de estudio favorecen su adsorción. En la zona de Tierra de Barros, la
aplicación del fungicida sulfato de cobre podría incidir en las concentraciones medidas
localmente. Otras fuentes de cobre son los purines, la industria metalúrgica y la adición de
lodos de depuradora.
En las muestras analizadas, se correlaciona positivamente con el cromo y el níquel.
COBRE (s.m.s.) ppm
120
100
80
60
40
20
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.13: contenido en cobre en los puntos de muestreo.
Contenido en Mercurio.
Los límites del Real Decreto para este elemento en suelos es de 1500 ppb. Los valores
medidos oscilan entre 7 y 115 ppb, bastante por debajo del límite mencionado.
El mercurio se encuentra de forma natural en rocas como el cinabrio y sus principales fuentes
antropogénicas son industrias metalúrgicas, la minería y los residuos urbanos.
Se correlaciona positivamente con el plomo en las muestras analizadas.
8-29
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
MERCURIO (s.m.s.) ppb
140
120
100
80
60
40
20
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.14: contenido en mercurio en los puntos de muestreo.
Contenido en Níquel.
NIQUEL (s.m.s.) ppm
120
100
80
60
40
20
0
1 2
3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.15: contenido en níquel en los puntos de muestreo.
Los valores del Real Decreto para el níquel, en suelos con un pH>=7, son de 112 ppm. Los
valores de las determinaciones de este elemento en suelos de Tierra de Barros variaron entre
un mínimo de 11 y un máximo de 36 ppm. Por tanto, todos los puntos de muestreo se
encontraron bastante por debajo del citado límite del Real Decreto.
En los suelos, el níquel varia de forma considerable según el tipo de roca madre. Se asocia con
los óxidos de hierro y manganeso y con los carbonatos, encontrándose también como
impureza en el seno de diversas redes cristalinas.
8-30
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
El níquel se emplea en la metalurgia del acero inoxidable y en determinadas aleaciones, así
como en baterías níquel-cadmio. Si este níquel de origen antropogénico se deposita en el
suelo suele ligarse a la materia orgánica o a los carbonatos en los suelos calizos.
En las muestras analizadas, existe una correlación elevada de este elemento con el cromo y el
cobre.
Contenido en Plomo.
Los niveles de plomo determinados en los diferentes puntos de la cuadrícula establecida en
Tierra de Barros oscilaron entre 0 y 39 ppm. Los valores más altos son del orden de siete
veces menores de los valores establecidos por el Real Decreto, que corresponden a 300 ppm.
PLOMO (s.m.s.) ppm
120
100
80
60
40
20
0
1 2
3 4 5
6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.16: contenido en plomo en los puntos de muestreo.
En el suelo, gran parte del plomo presente no es tomado por las plantas (BRADY Y WEIL,
1996). En pastos y bosques, se ha visto que es más abundante en los horizontes orgánicos
superiores; dado que no presenta gran movilidad en el perfil y que es poco fitodisponible,
algunos atribuyen este aumento de su contenido superficial a la deposición (LÓPEZ-ARIAS Y
GRAU-CORBÍ, 2004).
Además de actividades como la minería o actividades industriales en las que interviene el
plomo (p. ej. en baterías), los principales aportes de plomo al suelo provienen del tráfico, ya
que se utiliza como aditivo antidetonante en el combustible, desprendiéndose a la atmósfera y
depositándose en los alrededores de las vías de circulación. Otros procesos que pueden
aportar plomo a los suelos son la adición de lodos de depuradora que lo contengan y el uso de
determinados pesticidas.
Los niveles de este metal en las muestras analizadas se correlacionan significativa y
positivamente con los de mercurio y zinc.
8-31
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Contenido en Zinc.
Para el zinc, el límite establecido por el Real Decreto para un valor de pH básico es de 450
ppm. En el caso de los análisis de la zona de Tierra de Barros, los valores se encuentran
comprendidos entre 24 y 111 ppm. Tal como se ha señalado para el resto de metales pesados,
estos valores son por normales.
Como el resto de los metales pesados, el zinc se encuentra de forma natural en determinadas
rocas como es el caso de los esquistos. Es absorbido con facilidad por las plantas, siendo un
metal pesado muy móvil. La industria, minería y tráfico pueden aumentar los niveles locales
de este metal pesado. También la agricultura (especialmente la intensiva, en la que hay un uso
elevado de productos fitosanitarios que lo contienen) y la ganadería (se añade a la
alimentación animal) pueden contribuir a que los niveles de zinc en el suelo sean más
elevados que los valores naturales.
En las muestras analizadas existe una correlación significativa positiva entre zinc y plomo.
ZINC (s.m.s.) ppm
140
120
100
80
60
40
20
0
1
2
3 4
5 6
7
8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 21 22
Punto de Muestreo
Figura 8.17: contenido en zinc en los puntos de muestreo.
Distribución Espacial de las Concentraciones de Metales Pesados en el Suelo.
Los mapas de concertaciones de metales pesados se representan en las figuras 8.18 y 8.19. Los
elementos níquel, cromo y cobre muestran patrones con una cierta similitud, y plomo y
mercurio presentan el máximo en el punto de muestreo 1.
8-32
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Puntos de muestreo y poblaciones
4290000
Versión 2.0
Contenido en cádmio (ppm)
4290000
22
21
Almendralejo
4285000
4285000
Almendralejo
3
Acebuchal
4280000
Acebuchal 6
2.75
4280000
2.5
11
7
2.25
12
4275000
2
4275000
5
13
10
8
Vilafranca de los Barros
R. del Fresno
Vilafranca
19 de los Barros
R. del Fresno
4270000
9
4270000
3
1
1.5
1.25
4
1
14
4265000
1.75
0.75
4265000
15
0.5
0.25
18
4260000
4260000
4255000
715000
720000
16
Santos Maimona
2
17
Zafra 730000
725000
735000
Santos Maimona
Zafra
740000
745000
4255000
715000
Contenido en cromo (ppm)
720000
725000
730000
735000
740000
745000
Contenido en cobre (ppm)
4290000
Almendralejo
4285000
120
Acebuchal
110
4280000
100
90
80
4275000
70
Vilafranca de los Barros
R. del Fresno
4270000
60
50
40
30
4265000
20
10
0
4260000
Santos Maimona
Zafra
4255000
715000
720000
725000
730000
735000
740000
745000
Figura 8.18: puntos de muestreo y mapas de concentraciones en el suelo de Cd, Cr y Cu
8-33
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Contenido en mercurio (ppb)
Versión 2.0
Contenido en níquel (ppm)
4290000
4290000
Almendralejo
Almendralejo
4285000
4285000
120
Acebuchal
100
120
Acebuchal
110
4280000
110
4280000
100
90
90
80
4275000
80
4275000
Vilafranca de los Barros
R. del Fresno
4270000
70
70
Vilafranca de los Barros
R. del Fresno
60
50
60
4270000
50
40
40
30
4265000
20
30
4265000
20
10
10
4260000
Santos Maimona
0
4260000
Santos Maimona
Zafra
4255000
715000
Zafra
720000
725000
730000
735000
740000
745000
4255000
715000
Contenido en plomo (ppm)
720000
725000
730000
735000
740000
745000
Contenido en zinc (ppm)
4290000
4290000
4285000
4285000
Almendralejo
120
110
4280000
120
Acebuchal
110
4280000
100
100
90
80
4275000
90
80
4275000
70
70
Vilafranca de los Barros
R. del Fresno
60
4270000
50
4270000
50
40
40
30
4265000
20
60
30
4265000
20
10
10
0
4260000
4260000
Santos Maimona
Zafra
4255000
715000
720000
725000
730000
735000
740000
745000
4255000
715000
720000
725000
730000
735000
740000
745000
Figura 8.19: mapas de las concentraciones en el suelo de Puntos de muestreo y mapas de
concentraciones de Hg, Ni, Pb y Zn
8-34
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
8.4. Observación de Daños en Campo.
Paralelamente al establecimiento de la red de muestreo se realizó un reconocimiento de daños
foliares para la identificación de daños visibles causados por contaminantes gaseosos.
Los únicos daños foliares que se apreciaron atribuibles a un contaminate gaseoso son daños
por HF en vid (cultivo muy sensible a este gas) en las inmediaciones del Polígono Industrial
de Villafranca de los Barros.
Figura 8.20: daños posiblemente
debidos a emisiones de HF en las
cercanías.
8.5. Exposición de dos Variedades de Vid Frecuentes en la Comarca a Elevadas
Concentraciones de Ozono.
8.5.1 Metodología
El cultivo de la viña (Vitis vinifera L.) se realizó en los invernaderos que la fundación CEAM
dispone en el campo experimental de La Peira (Benifaió, Valencia). Se escogieron dos
cultivares típicos de la comarca Tierra de Barros (Extremadura): cv. Parda sobre portainjerto
110R CL7 estándard y cv. Tempranillo sobre portainjerto 110R CL180 certificado, ambas de
VCR (Vivai Cooperativi Rauscedo). Las plantas se trasplantaron (15/3/06) a contenedores de
30 l con un sustrato compuesto por: una mezcla del suelo local del campo experimental (45%,
suelo con textura franco-arcillo arenosa, pH 8.16, 2.8 % de materia orgánica); turba (45%,
Gramoflor pH 5-6.5); fibra de coco (10% Cocopeat) y 1 cc/l de fertilizante de liberación lenta
(Osmocote 14:14:14). Siguiendo las recomendaciones del viverista, antes del trasplante el
sustrato se humedeció abundantemente y se cortaron las raíces de las estacas a 4 cm. En cada
maceta se instaló un gotero autocompensante de 4 l/h (cambiándolo de posición
periódicamente) programado para realizar riegos diarios de 8 minutos (0.5 l por maceta).
Inicialmente los riegos se acomodaron a las necesidades hídricas de las plantas y desde final
de mayo (29/5/06) hasta el final del experimento eran realizados diariamente. Durante el
experimento, las plantas se dejaron brotar y crecer libremente sin realizar ninguna poda de
8-35
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
mantenimiento. Desde el momento del trasplante a la maceta se colocaron cañas para
entutorar las plantas e impedir que se mezclaran las ramas de las dos variedades. En el interior
del invernadero las plantas se dispusieron en dos bloques siguiendo un patrón romboidal,
alternado las variedades y dejando una separación de 0.45 m entre plantas. El contro de plagas
y enfermedades se realizó con tratamientos quincenales preventivos alternado distintos
productos fitosanitarios contra los hongos (Azoxistrobin 18.7%, Cimoxanilo 12%); araña roja
(Fenbutestán 55%) y otros patógenos (espolvoreo de azufre), en todos los casos se aplicaron
en las dosis indicadas por el fabricante.
Figura 8.21: túneles en los que se ha llevado a cabo la experiencia de fumigación.
Las plantas se desarrollaron en el interior de dos invernaderos de plástico de 6 x 4 metros de
superficie con una ventana cenital de 1.10 m de ancho por 6 m de largo, cubierta por una
malla anti trip. La cubierta de plástico de los invernaderos es EVA de 800 galgas (plastermic
3C, SOTRAFA, S.A.), que durante el verano se sombrea con malla verde que permite pasar el
75% de la radiación luminosa. Cada invernadero dispone de un ventilador (turbina D12/12 de
736W) que introduce una corriente de aire distribuida por un conducto de plástico con
perforaciones que se dispone longitudinalmente en el invernadero. En el tratamiento control
(ambiente filtrado) se disponen filtros de carbón activo que reducen los niveles ambientales
de ozono. El tratamiento ambiental con ozono se realiza inyectando ozono a la entrada de la
corriente de aire del invernadero durante 8 horas (10-18 CET), diariamente desde abril
(26/4/06) hasta el final del experimento (9/10/06). En los invernaderos se mide la
concentración de ozono continuamente con un analizador Dasibi 1008-AH que deriva las
lecturas a un ordenador, dotado de un software especialmente diseñado para ello, que gestiona
la toma de muestras de aire de ambos invernaderos. Además de las concentraciones de ozono
los invernaderos cuentan con sensores de temperatura y humedad relativa (Vaisala HMD
50Y) que toman datos cada 10 minutos.
Los niveles de ozono a los que se sometieron las plantas, para todo el periodo de exposición,
se detallan en la tabla 8.12. Se aportan los valores promedio de 24 y 12 horas, así como de los
máximos diarios. También se ha calculado el índice acumulado AOT40 según la directiva EU
2002 (suma de las excedencias horarias de 40 ppb, entre las horas 8:00 y 20:00 CET).
8-36
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Figura 8.22: detalle de las plantas dentro de los túneles al principio (izquierda) y cuando las ya
presentaban hojas (derecha). El cilindro de plástico que atraviesa el invernadero (foto izquierda)
esta agujereado y distribuye el aire dentro de la cámara, bien sea aire filtrado o aire enriquecido en
ozono.
Las medidas de intercambio gaseoso se realizaron con un analizador de gases de infrarrojo
(IRGA, LICOR-6400, Li-cor Inc., Lincon, NE, USA). En este equipo la cubeta de medida
está provista por una fuente de luz externa de diodos (GaAsP: Gallium Arsenide Phosphide)
que proporciona radiación fotosintéticamente activa (PAR) a los niveles requeridos.
Tabla 8.12: niveles de ozono en los invernaderos, donde se ha realizado el cultivo de viña, y en el aire
ambiente (niveles naturales en Benifaió, Valencia) para el periodo comprendido entre el trasplante
(16/3/06) y el final del experimento (9/10/06).
Aire Filtrado
Aire no filtrado + 30 ppb
de ozono (NF+30)
Aire Ambiente
119
51.804
8.160
Media de 24 horas (ppb)
8
33
22
Media de 12 horas (8-20 h
CET ppb)
9
52
29
Media de 8 horas (10-18 h
CET, ppb)
10
65
34
Media de los
diarios (ppb)
22
79
43
99%
99%
99%
(F)
AOT40 (ppb.h)
máximos
Porcentaje de cobertura de
datos
8-37
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
Durante las medidas de intercambio gaseoso la temperatura interior de la cubeta se mantiene
constante a 25ºC, la intensidad luminosa a 1000 (PAR, µmol m2 s-1) y el nivel de CO2 a 370
µmol mol-1. Los parámetros de intercambio gaseoso determinados fueron: Asimilación de
CO2 (A, µmol CO2 m-2 s-1), conductancia estomáica (gs, mmol H2O m-2 s-1), y concentración
intercelular de CO2 (Ci, µmol CO2 m-2 air). Desde el inicio del experimento se seleccionaron
hojas jóvenes (con longitud del eje principal superior a 5cm) en cada planta y se identificaron.
Las medidas se llevaron a cabo al final de la experiencia después de 5 meses de iniciarse la
exposición al ozono (5/10/06) entre las 8:00-10:00h CET de la mañana, en las hojas
identificadas al principio. Se utilizaron 8 plantas por variedad y por tratamiento.
8.5.2. Resultados.
Daños Visibles.
A lo largo del estudio se han observado diversos tipos de daños en las hojas de las plantas. Sin
embargo, no se han podido identificar daños típicos de ozono a nivel macroscópico en
ninguna de las dos variedades. Aparentemente, bajo las condiciones experimentales, las
concentraciones de ozono no fueron suficientes para inducir daños en las hojas. Sin embargo,
es posible que a nivel microscópico se presentaran ya algunas alteraciones no reflejadas
externamente. Con la finalidad de caracterizar estas posibles alteraciones, se han recogido
muestras de hojas y se han fijado para su posterior examen al microscopio. La caracterización
de las posibles alteraciones microscópicas podría ser útil como marcadores anatómicos de los
impactos de este contaminante secundario en plantas crecidas en el campo.
Intercambio Gaseoso.
En este apartado se aportan los resultados de la experiencia de fumigación de plantas de vid
con ozono descrita en el apartado 1. En las siguientes tres gráficas se presentan los resultados
obtenidos para la asimilación de CO2 (A), la conductancia estomática (gs) y la concentración
interna de CO2 (Ci). Se marcaron algunas hojas al principio de la exposición y al final de la
exposición se realizaron de nuevo medidas de intercambio gaseoso. En la medida inicial no se
observaron diferencias entre las plantas. La variedad tempranillo resultó ser más sensible al
tratamiento con ozono que la variedad parda, ya que experimentó una reducción significativa
de la asimilación de CO2, así como una tendencia a la disminución de la conductancia
estomática y a un aumento de la concentración interna de CO2. Por el contrario, la variedad
parda no experimento cambios significativos en ninguno de los parámetros medidos.
8-38
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
Asimilación CO2 (micromol CO2 m -2 s-1)
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
7
a
6
a
a
5
b
4
F
NF+30
3
2
1
0
Tempranillo
Parda
Variedad
Figura 8.23: asimilación de CO2 en las dos variedades de viña. F= Aire Filtrado (control), NF+30=
Aire No Filtrado + 30 ppb de ozono (aire con niveles elevados de ozono) al final del tratamiento
(27/09/2006). Se comparan los dos tratamientos para ambas variedades. Diferentes letras indican
diferencias significativas entre los tratamientos (n=8, t-test p<0.05). La fumigación con ozono
produjo una disminución significativa de la asimilación de CO2 en las hojas viejas, mientras que no
afectó a la variedad parda.
C onductancia estom ática (m m ol H2O m -2 s -1)
100
90
a
a
80
a
a
70
60
F
50
NF+30
40
30
20
10
0
Tem pranillo
P arda
V a rie da d
Figura 8.24: conductancia estomática en las dos variedades de viña. F= Aire Filtrado (control),
NF+30= Aire No Filtrado + 30 ppb de ozono (aire con niveles elevados de ozono) al final del
tratamiento (27/09/2006). Se comparan los dos tratamientos para ambas variedades. Diferentes letras
indican diferencias significativas entre los tratamientos (n=8, t-test p<0.05). Aunque se observan
tendencias, los cambios no son significativos para ninguna de las dos variedades.
8-39
DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA DEL IMPACTO POR VÍA
ATMOSFÉRICA DE UN COMPLEJO REFINERO EN
EXTREMADURA.
INFORME FINAL. Abril 2007.
Versión 2.0
(m icrom ol
300
a
a
CO 2 * m ol aire)
Concentración interna CO
2
250
a
a
200
F
NF+30
150
100
50
Tem pranillo
P arda
V a rie da d
Figura 8.25: concentración interna de CO2 en las dos variedades de viña. F= Aire Filtrado (control),
NF+30= Aire No Filtrado + 30 ppb de ozono (aire con niveles elevados de ozono) al final del
tratamiento (27/09/2006). Se comparan los dos tratamientos para ambas variedades. Diferentes letras
indican diferencias significativas entre los tratamientos (n=8, t-test p<0.05). Aunque se observan
tendencias, los cambios no son significativos para ninguna de las dos variedades.
8.5.3 Discusión.
La experiencia de fumigación con ozono en condiciones controladas ha permitido constatar
que variedad tempranillo es más sensible al ozono que la variedad parda. La fumigación con
este contaminante produjo una disminución significativa de la fotosíntesis en las hojas viejas
de las plantas de la variedad tempranillo. Sin embargo, bajo las condiciones experimentales,
la variedad parda, la más extendida en Tierra de Barros, parece ser más resistente, ya que no
se observó ningún efecto significativo en los parámetros de intercambio gaseoso tras someter
las plantas a niveles de ozono relativamente elevados. La disminución de la asimilación de
CO2 observada en la variedad tempranillo es una respuesta fisiológica típica frente al ozono
(Reich & Amudson 1985), y puede presentarse aún en ausencia de daños visibles. Los niveles
de ozono del experimento de fumigación están por encima de los valores medidos en la zona
de Tierra de Barros en este momento.
Aunque estos resultados apuntan a una relativa resistencia frente al ozono de la variedad
parda, habría que considerarlos por el momento como preliminares. En la vid se ha detectado
un "efecto memoria" (Soja et al., 1997) que podría hacer que en años sucesivos se observaran
efectos más marcados, por lo que el seguimiento de las plantas fumigadas este año durante
futuros periodos de fumigación sería importante. Otros aspectos importantes como son los
efectos sobre la producción o sobre la calidad de la uva no se han abordado en el presente año
por ser el primero en que se producía uva y no estar las plantas en un momento apropiado
para realizar este tipo de experiencias.
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