Buenos propósitos para 2010

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EDITORIAL
Buenos propósitos
para 2010
PAUL DE VILLIERS_Director general de Amadeus España
Un año se puede comenzar de mil maneras
distintas. En familia o con amigos, en casa o en algún
recóndito lugar del planeta, austeramente o por todo
lo alto, esperanzados por lo que viene o con tristeza
por lo que se fue.
Son muchas las maneras de marcar el tránsito o la
frontera desde un año hacia el siguiente pero, con
independencia de cómo haya decidido cada uno
encarar este 2010 que se nos ha venido encima, hay
algo común a todos nosotros. ¿O es que acaso han
conocido a alguien que no entre en el año nuevo con
buenos propósitos, sin esos planes recurrentes que
tienen la extraña virtud de igualarnos a todos?
Llamémoslo buena voluntad o mera ilusión. El caso
es que cada inicio de año se presenta como una
oportunidad para ser mejores, para hacer las cosas
como, quizás, viéndolas con perspectiva, debimos
hacerlas. Las primeras semanas de cada año tienen
anterior. Y la verdad es que el optimismo es una
fuerza arrolladora, por más que algunos se empeñen
en verlo como el alimento de los ilusos.
Recuerdo un artículo del psiquiatra Luis Rojas
Marcos, una de las personas que más ha escrito
e investigado en este país sobre el optimismo.
Aunque se publicó ya hace algunos años, sus
palabras siguen estando plenamente vigentes:
“El hecho de que consideremos importante
programarnos para el año refleja dos ingredientes
fundamentales del optimismo: la esperanza en
el mañana y la sensación de que controlamos
razonablemente nuestro proyecto de vida”.
Creo que haríamos bien en extrapolar esta
afirmación al plano de la empresa. Después de un
2009 tan complicado, y a pesar de que las previsiones
económicas nos auguran una recuperación lenta y
dificultosa, la certeza de que siempre se puede hacer
La confianza en que podemos cambiar las cosas es lo que nos impulsa
a acometer nuevos proyectos, y los buenos propósitos, cuando
son realistas, son los que nos permiten dominar las situaciones adversas
esa virtud de borrón y cuenta nueva, esa extraña
certeza de que, con la experiencia de lo pasado, uno
puede conseguir lo que se proponga.
Y así comienza la lista. Dejar de fumar, hacer
deporte, rebajar los kilos de más, aprender idiomas,
dedicarle más tiempo a aquello que valoramos, pero
que siempre acabamos por dejar de lado, devorados
por la rutina… Qué tendrán estas cuatro, seis u ocho
primeras semanas para recordarnos que aún nos
queda mucho por hacer pero que nunca es tarde,
porque tenemos un año entero ante nosotros.
Lo mejor de los buenos propósitos es que ponen de
manifiesto que quienes los formulan siguen siendo
optimistas, por muy difícil que haya sido el año
algo al respecto es fundamental para seguir adelante
y con la cabeza alta. Al fin y al cabo, la confianza
en que podemos cambiar las cosas es la que nos
impulsa a acometer nuevos proyectos, y los buenos
propósitos, cuando son realistas y se dispone de los
medios adecuados, son lo que nos permite dominar
las situaciones adversas.
Precisamente, esa base de realismo (realismo
ilusionado, diría yo) que ha de caracterizar a
todo buen propósito lo acaba convirtiendo en un
compromiso. Un compromiso con uno mismo si, por
ejemplo, lo que nos proponemos es ir al gimnasio.
Pero también, desde una perspectiva empresarial,
un compromiso con clientes, empleados, socios,
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proveedores y, en último término, con la sociedad en
su conjunto.
No es posible proponerse nada sin comprometerse
mucho. Los buenos propósitos son mucho más que
buenas intenciones, porque plantean objetivos y
revelan que siempre es posible superarse.
Por eso, en Amadeus España, como es lógico,
también hemos trazado nuestros planes. Y como
2010 nos seguirá presentando importantes desafíos,
hemos dibujado una hoja de ruta ambiciosa, pero
a nuestro alcance, que se centra en los cuatro
propósitos que formulamos para el año nuevo. O, lo
que es lo mismo, en los cuatro pilares en los que este
año queremos sustentar nuestro compromiso como
socio tecnológico del sector turístico.
En primer lugar, deseamos seguir trabajando
en aquellas herramientas que permitan aumentar la
productividad en las agencias de viajes, un aspecto
crucial en estos momentos de incertidumbre en
los que es preciso sacar el máximo rendimiento
a nuestro trabajo. Herramientas como Amadeus
Ticket Changer y nuevas funcionalidades que
iremos anunciando a su debido tiempo vienen a
reducir al máximo el tiempo dedicado a las tareas
más tediosas, para que el agente de viajes pueda
ocuparse en profundidad en hacer valer su papel de
experto y consultor.
En segundo término, la inclusión de más contenido en
el sistema. La firma de acuerdos de full content con
aerolíneas como British Airways o Lufthansa –que
se suman a los más de 130 vigentes–, o los nuevos
desarrollos para Renfe dan a los agentes la posibilidad
de tener a su alcance, de la manera más sencilla, una
mayor oferta que coincida con las expectativas de sus
clientes, por específicas que éstas sean.
En tercer lugar, la excelencia en el servicio. Lo que
ha sido para Amadeus España una de sus máximas
prioridades se refuerza ahora, por ejemplo, con la
creación de nuevos canales, como Amadeus
e-Support, diseñados para ofrecer al agente de viajes
asistencia online y sin esperas.
Y por último, pero no por ello menos importante,
el compromiso con la sociedad, que toma cuerpo
en el proyecto MassiveGood, del que hablaremos
este año con frecuencia, ya que con él queremos
ser vehículo y protagonistas de toda la aportación
que el turismo (desde el viajero particular hasta el
proveedor de servicios) puede hacer a los individuos
y comunidades más desfavorecidas.
En Amadeus España no sólo hacemos propósitos.
Estamos convencidos de que somos capaces de
llevarlos a cabo. Después de todo, “un optimista no
es sólo quien tiende a juzgar las cosas considerando
sus aspectos más favorables; es quien, además,
confía en que puede lograr lo que desea”, escribía
también Rojas Marcos.
Entremos, pues, con optimismo en 2010.
No con la actitud del que espera a que arrecie el
temporal a ver qué sucede. Más bien con el talante
de quien, a sabiendas de que el futuro hay que
trabajarlo, ya tiene bien pensada y definida su lista
de propósitos y compromisos para el año que acaba
de comenzar. Desde estas líneas deseamos que sea
muy feliz para todos.
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