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TEMAS. DERECHO PROCESAL PENAL.
TEMAS DERECHO PROCESAL PENAL
Mónica-Galdana Pérez Morales
Profesora Titular de Derecho Procesal
Universidad de Murcia.
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TEMAS. DERECHO PROCESAL PENAL.
CAPÍTULO 3º. FASE DECISORIA O DE JUICIO ORAL.
Lección 15. El juicio oral: sus fases.- Los artículos de previo pronunciamiento.- Las calificaciones
provisionales.- Otros trámites antes de la vista.- Celebración del acto del juicio.- Suspensión del
juicio oral.
EL JUICIO ORAL: SUS FASES.
La segunda fase del proceso penal es la denominada fase decisoria o de juicio oral, que
concluye con la sentencia que pone fin al procedimiento, que en principio es definitiva, y que si se
dan una serie de presupuestos, puede convertirse en firme.
Antes de dictar sentencia, el Tribunal ha de obtener, a través de distintos medios, los
elementos de juicio necesarios para llegar a la convicción de qué hechos han quedado probados,
cuáles no, y qué consecuencias jurídicas se extraen de ello. Llegado el momento de deliberar y votar
debe aplicar los principios de presunción de inocencia y de in dubio pro reo.
El juicio oral puede dividirse en tres fases:
Una primera de carácter preliminar, en la que se dicta auto para abrir el juicio oral. En ella se
comprueba si se dan los presupuestos procesales necesarios para la apertura citada; se plantean los
artículos de previo pronunciamiento; y se presentan las calificaciones provisionales con la petición
de pruebas y otros trámites previos a la vista.
La segunda fase, es la denominada fase de debate, en ella se celebra estrictamente el acto de
la vista de modo concentrado. Sin embargo, cabe la posibilidad de tener que suspenderla por unos
motivos tasados por la ley. Esta suspensión puede darse tanto antes del inicio de las sesiones como
una vez que éstas y se han iniciado. Lo normal, no obstante, es que no haya suspensión y que se
practiquen las pruebas, se presenten las conclusiones definitivas, los informes orales y que se
otorgue el derecho a la última palabra al acusado.
Por último, se puede hablar de una fase de decisión, en la que el Tribunal, dirigido por el
Ponente, enjuicia y toma una decisión sobre lo que ha visto y oído. Para ello se llevará cabo la
deliberación, votación y emisión del fallo.
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LOS ARTÍCULOS DE PREVIO PRONUNCIAMIENTO.
Englobados en la fase preliminar se encuentran los artículos de previo pronunciamiento. Lo
primero que hace el Tribunal en esta fase es dictar un auto de apertura del juicio oral.
A continuación, se concede a las partes un plazo de cinco días para presentar sus escritos de
calificaciones provisionales en los que concretarán sus peticiones de condena o absolución. En los
tres primeros días de los cinco para calificar, pueden plantear, cualquiera de ellas, lo que se
denomina “artículos de previo pronunciamiento”. Se trata de cuestiones que deben resolverse antes
de entrar en el conocimiento del fondo del asunto puesto que su estimación puede dar lugar a que se
de por concluido el proceso. En el caso de que lo hicieren, el plazo para presentar las calificaciones
quedaría en suspenso hasta que sean resueltos los artículos citados.
Se consideran como tales las cuestiones o excepciones siguientes:
1ª La de declinatoria de jurisdicción.
2ª La de cosa juzgada.
3ª La de prescripción del delito.
4ª La de amnistía.
5ª La falta de autorización administrativa para procesar en los casos en que sea necesaria,
con arreglo a la CE y a las Leyes especiales.
Procedimiento.
Quien desee plantear una de estas cinco cuestiones, acompañará al escrito en el que las
alegue los documentos justificativos de los hechos en que la funde, y si no los tuviere a su
disposición, designará clara y determinadamente el archivo u oficina donde se encuentren, pidiendo
que el Tribunal los reclame a quien corresponda, originales o por compulsa, según proceda.
Presentará también tantas copias del escrito y de los documentos como partes personadas existan.
Dichas copias se entregarán a las mismas en el día de la presentación, haciéndolo así constar el
Secretario por diligencia. En los artículos de previo pronunciamiento no se admitirá prueba
testifical.
Los representantes de las partes a quienes se hayan entregado las referidas copias,
contestarán en tres días, acompañando también los documentos en que funden sus pretensiones, si
los tuviesen en su poder, o designando el archivo u oficina en que se hallen, pidiendo en este caso
que el Tribunal los reclame del mismo modo señalado en el párrafo anterior.
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Transcurrido el plazo de tres días, el Tribunal estimará o denegará la reclamación de
documentos, según que los considere o no necesarios para el fallo del artículo. Si no se presentaren
los documentos, o no se hiciere la designación del lugar en que se encuentren, no producirá efectos
suspensivos la excepción alegada.
Si el Tribunal accede a la reclamación de documentos, recibirá el artículo a prueba por el
tiempo necesario, que no podrá exceder de ocho días. Mandará en el mismo auto dirigir las
comunicaciones convenientes a los Jefes o encargados de los archivos u oficinas en que los
documentos se hallen, determinando si han de remitir los originales o una compulsa.
Obtenidos los documentos, el Tribunal señalará inmediatamente día para la vista referente a
la resolución del artículo de previo pronunciamiento, en la que podrán informar lo que convenga a
su derecho los defensores de las partes si éstas lo pidieren. En el día siguiente al de la vista, el
Tribunal dictará auto resolviendo sobre las cuestiones propuestas.
Efectos de la estimación de algún o algunos de los artículos de previo pronunciamiento.
-Si una de las cuestiones planteadas fuere la de declinatoria de jurisdicción, el Tribunal la
resolverá antes que las demás. Cuando estime procedente la falta de jurisdicción o competencia,
mandará remitir los autos al Tribunal o Juez que considere competente, y se abstendrá de resolver
sobre las demás.
-Cuando se declare que existe cosa juzgada, prescripción del delito o una declaración previa
de amnistía, se sobreseerá libremente al afectado, mandando que se le ponga en libertad si no
estuviere preso por otra causa.
Si el Tribunal no estimare suficientemente justificada la declinatoria, declarará no haber
lugar a ella, confirmando su competencia para conocer del delito. Si no estima justificada cualquier
otra, declarará simplemente no haber lugar a su admisión, mandando en consecuencia continuar la
causa. Contra el auto resolutorio de la declinatoria y contra el que admita las otras tres excepciones
citadas cabe recurso de apelación. Contra el que las desestime, no se da recurso alguno salvo el que
proceda contra la sentencia. Sin embargo, las partes podrán reproducir en el juicio oral, como
medios de defensa, las cuestiones previas que se hubieren desestimado, excepto la de declinatoria.
Esta reproducción no será posible en las causas competencia del Tribunal del Jurado, sin perjuicio
de lo que pueda alegarse al recurrir contra la sentencia.
-Si el Tribunal estima procedente el artículo que se refiere a la falta de autorización para
procesar, mandará subsanar inmediatamente este defecto, quedando entretanto en suspenso la causa,
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que se continuará si finalmente es concedida la autorización. Si se denegare, quedará nulo todo lo
actuado y se sobreseerá libremente en la causa. Contra el auto en que se desestime esta excepción
no se dará recurso alguno.
Si no se estima ninguno de los artículos de previo pronunciamiento, procederá la
continuación del pleito con la preceptiva presentación del escrito de calificaciones provisionales.
LAS CALIFICACIONES PROVISIONALES.
Una vez que se ha dictado el auto de apertura del juicio oral (y salvo que se presenten
artículos de previo pronunciamiento, o presentados ya se hayan resuelto), las partes disponen de
cinco días para presentar sus escritos en los que habrán de calificar de modo provisional los hechos
derivados del sumario. Para que puedan hacerlo con las máximas garantías y con respeto al derecho
de defensa efectiva, el Tribunal entregará a las partes las piezas del sumario y demás elementos que
las acompañen. Primero las recibirá el Fiscal, en segundo lugar las acusaciones particulares –si las
hubiere-, y por último la defensa del acusado. El Tribunal, al mandar que se entregue la causa a las
partes, dispondrá lo que considere conveniente para que éstas puedan examinar la correspondencia,
libros, papeles y demás piezas de convicción, sin peligro de que pueda alterarse su estado.
La estructura de las calificaciones provisionales no es aleatoria, sino que debe seguir lo
prescrito en el art 650 LECrim. De su lectura puede destacarse que en las calificaciones las partes
deben atender tanto al objeto penal como al objeto civil del proceso. Considerándolo de este modo,
serán calificaciones referidas al objeto penal del proceso:
1. La fijación de los hechos punibles derivados del sumario.
2. La calificación jurídica que los hechos alegados merecen según el criterio de quien los
califica.
3. La participación que en los mismos hayan tenido el o los acusados.
4. Las posibles circunstancias atenuantes, agravantes y/o eximentes que pudieran existir.
5. La pena solicitada en el supuesto descrito y calificado, con atención a la participación y
posibles circunstancias modificativas de la responsabilidad del acusado.
Serán, en cambio, calificaciones propias del objeto civil del proceso penal:
6. La cantidad económica concreta en que se estimen valorados los daños y perjuicios, y, en
el supuesto de que sea posible, la petición de restitución del objeto en cuestión.
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7. Finalmente, la fijación de la persona que la parte considere responsable civil del hecho
que ha motivado la apertura del juicio oral.
Las siete calificaciones enumeradas deben constar siempre y por este orden. También se da
la posibilidad a las partes de que las presenten de modo alternativo. Es decir, que sobre una misma
calificación presenten una primera versión y soliciten que, en el caso de que ésta no sea acogida, se
tenga por presentada otra segunda o sucesivas opciones.
Para entender mejor la función de las calificaciones provisionales, en cierto modo, pueden
ser consideradas como alegaciones similares a lo que en el proceso civil son la demanda y la
contestación a la demanda. Las similitudes son incuestionables, pero las diferencias son mucho
mayores. A pesar de ello, el propio legislador, en la Exposición de Motivos LECrim, hace alusión a
este paralelismo.
La finalidad primordial de que se planteen al inicio de la fase de decisión las calificaciones
provisionales es la de que sirvan para orientar el debate y para salvaguardar los elementos
esenciales del objeto del proceso. Se trata de no modificar los hechos investigados en el sumario, ni
dirigirlas contra un sujeto que no haya sido procesado en el mismo. El carácter de provisionalidad
está justificado plenamente. Hasta que no se desarrolle la práctica de la prueba en el juicio oral, no
será posible formular de modo definitivo las peticiones concretas por cada una de las partes. Dado
que lo realmente decisivo para la condena o absolución, es lo que resulte de esta fase de juicio oral,
hasta que no se practiquen las pruebas, las calificaciones no pueden más que tener un carácter
provisional.
En el mismo escrito en el que se presentan las calificaciones provisionales, las partes deben
incluir la petición de las pruebas que desean que se practiquen en la vista, así como las listas de
testigos, los peritos y otras cuestiones que puedan ser de interés y que requieran la consideración
por parte del Tribunal.
OTROS TRÁMITES ANTES DE LA VISTA.
Una vez que el Tribunal recibe los escritos de calificaciones y las peticiones para la práctica
de las pruebas que las partes han considerado oportunas, debe tomar una decisión expresada en
forma de auto sobre la admisión de pruebas. En esta resolución fijará el día y la hora del comienzo
de las sesiones de la vista y mandará citar a los testigos y peritos que considere procedentes así
como las medidas que convenga adoptar en cuanto a la situación personal del acusado en el
supuesto de que se hallare preso. Este auto es irrecurrible. No obstante, la parte a la que se le
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deniegue una prueba o un elemento esencial de la misma, deberá hacer constar su protesta (por no
estar de acuerdo con la denegación) por si posteriormente le interesa recurrir la sentencia en
casación. Si no hiciere en este momento la citada protesta, no será posible recurrir la sentencia en
casación con base en la indebida inadmisión de pruebas fundamentales para la resolución del pleito.
En segundo lugar, puede plantearse la recusación de alguno o algunos de los peritos
admitidos por el Tribunal. Es posible que alguna de las partes no esté de acuerdo con la designación
de los peritos que haya realizado alguna de las otras partes por considerar que no concurren en ellos
las circunstancias apropiadas y/o que está en duda su imparcialidad objetiva. En este supuesto,
procede ordenar la apertura de un incidente anejo al proceso principal que resuelva sobre la cuestión
de la recusación pericial.
Procedimiento para resolver el incidente:
La recusación se hará dentro de los tres días siguientes al de la entrega al recusante de la
lista que contenga el nombre del recusado. Alegada la recusación, se dará traslado del escrito por
igual plazo a la parte que intente valerse del perito recusado. Transcurrido el plazo y devueltos o
recogidos los autos, se recibirán a prueba por seis días, durante los cuales cada una de las partes
practicará las que le convenga. Finalizada la prueba, se señalará el día para la vista, a la que podrán
asistir las partes y sus defensores, y dentro del plazo legal el Tribunal resolverá el incidente. Contra
este auto no se dará recurso alguno. Además, el perito que no sea recusado en este momento no
podrá serlo después, a no ser que incurriera con posterioridad en alguna de las causas de recusación.
También es trámite anterior a la celebración del acto de la vista el de solicitar la práctica de
alguna o algunas pruebas anticipadas. La justificación para que se realice un acto probatorio con
anterioridad a la apertura de las sesiones puede ser diversa. Cabe que existan indicios de la
desaparición de elementos esenciales para demostrar alguno de los hechos fundamentales para la
determinación del objeto del proceso (por ejemplo, por tener un carácter de perecederos), es
posible, también, que se planteen dudas razonables acerca de la posibilidad de que un testigo o
perito pueda esperar a la celebración del acto de la vista (por ejemplo, por estar enfermo con
pronóstico de fallecimiento próximo), etc.
En estos supuestos, el Tribunal decide por medio de auto irrecurrible si accede o no a que se
practique prueba anticipada. Si estima conveniente su práctica:
1. El Tribunal ordenará a la Policía Judicial o practicará por sí las diligencias necesarias
encaminadas a determinar la naturaleza y circunstancias del hecho, las personas que en él hayan
participado y el órgano competente para el enjuiciamiento, dando cuenta al Ministerio Fiscal de su
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incoación y de los hechos que la determinen. Se emplearán para ello los medios comunes y
ordinarios que establece la LECrim.
2. Cuando, por razón del lugar de residencia de un testigo o víctima, o por otro motivo, fuere
de temer razonablemente que una prueba no podrá practicarse en el juicio oral, o pudiera motivar su
suspensión, el Juez de Instrucción practicará inmediatamente la misma, asegurando en todo caso la
posibilidad de contradicción de las partes.
Dicha diligencia deberá documentarse en soporte apto para la grabación y reproducción del
sonido y de la imagen o por medio de acta autorizada por el Secretario judicial, con expresión de los
intervinientes.
A efectos de su valoración como prueba en sentencia, la parte a quien interese deberá instar
en el juicio oral la reproducción de la grabación o la lectura literal de la diligencia, de la misma
forma en que está prevista la lectura en juicio de las diligencias del sumario.
CELEBRACIÓN DEL ACTO DEL JUICIO.
La segunda de las subfases en que se divide la fase decisoria o de juicio oral, es aquella a la
que se ha denominado fase de debate. Se la conoce más comúnmente como acto de la vista. En ella
se dan una serie de características esenciales de las que se hace depender su eficacia. Rigen en ella
determinados principios elementales del proceso penal que, de no respetarse, pueden llevar a la
nulidad de lo actuado.
1.- Impera en su máxima expresión el principio de concentración. El acto de la vista se
considera único a pesar de que se prolongue en el tiempo durante días, semanas, o meses. Se exige,
eso sí, que –de ser necesarias más de una sesión- las sesiones se celebren de modo consecutivo en
función de lo que permitan los requisitos de tiempo para la celebración de los actos procesales. La
justificación más evidente de la vigencia de este principio está en que el Tribunal que es el que debe
dictar la sentencia, debe valorar del modo más cercano posible en el tiempo el conjunto de
elementos incriminatorios y las pruebas de descargo.
2. Se impone, también, el principio de inmediación. Son los que van a dictar la sentencia
quienes han de percibir directamente y por medio de sus cinco sentidos todas las pruebas admitidas.
No conviene que sean intermediarios quienes lleven a cabo la práctica de medios que pueden fundar
la convicción para declarar un hecho como probado o no.
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3. Los actos realizados en esta subfase serán públicos también para terceros bajo sanción de
nulidad. Sin embargo, como ya se analizó en la lección 1, en determinadas ocasiones es posible que
se decrete el secreto frente a terceros por razones de interés público.
4. El Ponente será el encargado de dirigir los debates; de cuidar que éstos no se desvíen del
objeto del proceso; de controlar que los intervinientes no se insulten o alteren el orden público
dentro de la Sala. Si no cumplieran con las normas impuestas podrán ser conminados a hacerlo y, en
último extremo, expulsados de la Sala.
5. Los representantes y defensores de las partes se dirigirán al Tribunal desde sus respectivos
lugares (excepcionalmente se admite que se levanten siempre que sea imprescindible hacerlo). Los
demás sujetos que intervienen en el proceso para prestar declaración lo harán, como regla general,
de pie, y contestarán a las preguntas que se les formulen tras ser avisados de las consecuencias que
pueden tener sus declaraciones.
6. El Secretario dará cuenta del hecho que haya motivado la formación del sumario y del día en
que éste se comenzó a instruir, expresando además si el procesado está en prisión o en libertad
provisional con o sin fianza. Leerá los escritos de calificación y las listas de peritos y testigos que se
hubiesen presentado oportunamente, haciendo relación de las demás pruebas propuestas y
admitidas. Acto continuo se pasará a la práctica de las pruebas según el orden con que hayan sido
propuestas. Los testigos serán interrogados también por el orden con que figuren sus nombres en las
listas. El Presidente, sin embargo, podrá alterar este orden a instancia de parte o de oficio cuando así
lo considere conveniente para el mayor esclarecimiento de los hechos.
SUSPENSIÓN DEL JUICIO ORAL.
A pesar de lo dispuesto en el epígrafe anterior sobre la aplicación del principio de
concentración, excepcionalmente es posible que se decrete la suspensión del juicio oral tanto antes
de su inicio como una vez que éste ya se está celebrando. En puridad, si no se ha iniciado, más que
de suspensión debería hablarse de que la sesión no llega a iniciarse.
Causas para que no se inicie el acto de la vista.
No será posible iniciar las sesiones del juicio cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:
1. Si –siendo preceptiva su presencia- se ha declarado la rebeldía del imputado.
2. Por enajenación mental del imputado sobrevenida cometido el delito. Hasta que no
recupere íntegramente sus facultades mentales no podrá ser sometido a juicio. Durante el
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tiempo que dure la enajenación, se adoptarán las medidas oportunas para salvaguardar la
integridad de su persona y la del resto de ciudadanos, así como para internarlo en el lugar
que proceda para su pronta recuperación.
3. Si se admitiere una cuestión prejudicial devolutiva.
4. Cuando conste la insuficiencia de prueba de cargo, en cuyo caso lo que procede es dictar
un auto de sobreseimiento provisional.
5. Cuando se esté resolviendo una cuestión de competencia suscitada una vez concluso el
sumario. Deberá esperarse a la decisión en torno a la misma.
6. Si se ha planteado, en un supuesto concreto, la recusación de alguno de los miembros del
Tribunal. No podrá iniciarse la vista hasta que no se resuelva sobre la recusación.
7. Si estuviere pendiente de resolverse un artículo de previo pronunciamiento.
8. Si alguna de las partes no tuviere preparadas las pruebas admitidas por motivos ajenos a
su voluntad.
Causas para que se suspenda el acto de la vista, una vez iniciado.
La LECrim prevé que el Tribunal ordene la suspensión de la celebración de las sesiones
cuando concurra alguna de las situaciones siguientes:
1. Si se plantea una cuestión incidental que no pueda ser resuelta en el momento por
motivos no imputables a las partes.
2. Si debe practicarse alguna diligencia en otro lugar y no pueda hacerse en el intermedio
entre las sesiones.
3. Cuando no comparezcan los testigos de cargo y de descargo ofrecidos por las partes y el
Tribunal considere necesaria la declaración de los mismos. Podrá, sin embargo, el
Tribunal acordar en este caso la continuación del juicio y la práctica de las demás
pruebas; y después suspenderlo hasta que comparezcan los testigos ausentes. Si la no
comparecencia del testigo fuere por imposibilidad para acudir a la sede del Tribunal, se
podrá nombrar a un miembro del mismo para que acuda al lugar en el que se halle el
sujeto, mandar exhorto para que declare ante otro órgano judicial, o tomarle declaración
en el lugar en que ocurrieron los hechos, siempre y cuando se considere imprescindible
su declaración.
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4. Cuando un miembro del Tribunal, el defensor de cualquiera de las partes, el Fiscal o el
acusado enfermaren repentinamente de un modo tan grave como para no poder continuar
tomando parte en el juicio ni pudiera ser reemplazado sin grave inconveniente para la
continuación del pleito. Si el enfermo fuera el reo, deberá oírse previamente a los
facultativos que nombre el Tribunal. Si son varios los acusados, se deberá valorar si
puede continuar el juicio para los restantes sin que ello perjudique a la causa. Si así
fuera, el juicio continuará para quienes sea posible.
5. Si revelaciones o noticias inesperadas producen tal tipo de alteración en el proceso que
sea necesaria una sumaria instrucción suplementaria o la práctica de alguna nueva
prueba.
Como regla general la suspensión se decretará de oficio, pero en algunos casos será
necesaria la petición de la parte interesada. En los autos de suspensión que se dicten se fijará el
tiempo de la suspensión, si fuere posible, y se determinará lo que corresponda para la continuación
del juicio. Contra estos autos no se dará recurso alguno.
Si por la enfermedad aludida la suspensión ha de prolongarse indefinidamente, o por un
tiempo demasiado largo, se declarará sin efecto la parte del juicio celebrada, y se citará a nuevo
juicio para cuando desaparezca la causa de la suspensión o puedan ser reemplazadas las personas
reemplazables. Lo mismo podrá acordar el Tribunal cuando aparezcan nuevas noticias sobre el
caso, si la preparación de los elementos de prueba o la sumaria instrucción suplementaria exigiere
algún tiempo.
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