TRABAJO FIN DE GRADO Título Vivir el morir. Apoyo emocional y habilidades comunicativas con el paciente terminal Autor/es Iratxe Urruchi Pinedo Director/es Estrella Marín Fernández Facultad Escuela Universitaria de Enfermería Titulación Grado en Enfermería Departamento Curso Académico 2014-2015 Vivir el morir. Apoyo emocional y habilidades comunicativas con el paciente terminal, trabajo fin de grado de Iratxe Urruchi Pinedo, dirigido por Estrella Marín Fernández (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015 publicaciones.unirioja.es E-mail: [email protected] Escuela Universitaria de Enfermería “Antonio Coello Cuadrado” VIVIR EL MORIR Apoyo Emocional y Habilidades Comunicativas con el paciente terminal. Iratxe Urruchi Pinedo TRABAJO FIN DE GRADO Tutor: Estrella Marín Logroño, La Rioja. Junio 2015 Curso: 2014 - 2015 Convocatoria ordinaria: Junio 1.RESUMEN Hoy en día, los avances tecnológicos han supuesto un significativo aumento de la calidad y esperanza de vida; aun así, las enfermedades que no responden a tratamiento curativo siguen siendo muchas. Esto, nos ha obligado a plantearnos nuevas necesidades sanitarias en la atención a la persona al final de la vida, así como a sus familias. Dar respuesta a las inquietudes de este tipo de paciente, y establecer una relación de ayuda, tiene que pasar de ser una opción a ser una obligación para todas las enfermeras. Tener unas buenas habilidades de comunicación y ser el soporte que proporciona el apoyo emocional necesario al paciente y familia, son los requisitos básicos para proporcionar unos cuidados paliativos de calidad. ABSTRACT Nowadays, biomedicine development has implied an increase in quality and life expectancy; even so, diseases that do not respond to curative treatment are still many. This, has made us set new health needs for attending people when their life is close to its end, as well as for their families. To answer this kind of pacient concerns, and to set a helpping relationship, has to start being an obligation instead of an option for all nurses. To have good communication skills and to give emotional support to pacient and his family, are two basic needs to provide quality palliative care. 2 2. INTRODUCCIÓN Empatía, asertividad, escucha activa, feed-back... son conceptos que toda enfermera es capaz de definir, pero que llevados a la práctica son olvidados en innumerables ocasiones. Si tratamos de hacer un ejercicio reflexivo, todo personal de enfermería a lo largo de su carrera profesional, vive una situación en la que un paciente trata de averiguar la opinión profesional acerca de su estado de salud. Si su pronóstico es desfavorable o terminal, esta situación resulta realmente difícil para el personal de enfermería. Para resolver esa cuestión formulada, es muy importante conocer la aplicación práctica de esos conceptos teóricos enunciados con anterioridad. Es totalmente necesaria la formación de un personal de enfermería competente en este tipo de casos, casos en los que continuamente vemos a profesionales incapaces de afrontar estas situaciones. Las continuas evasivas de las enfermeras, se traducen en frases tan escuchadas como “todo irá bien” o “no se preocupe que mañana se encontrará un poco mejor”. Saber abordar este tipo de situaciones resulta indispensable para unos buenos cuidados de calidad. La formación es percibida por los profesionales sanitarios como necesaria y factible de introducir en los programas anuales de formación. Las áreas clave son el control de síntomas, las habilidades comunicativas y la coordinación asistencial1. La necesidad percibida por los participantes de un estudio sobre la formación en cuidados paliativos, es la siguiente: 3 Tabla 1. Estudio sobre las necesidades formativas en cuidados paliativos1 En una revisión de los planes de estudios de las distintas universidades de enfermería española, se determinó lo siguiente acerca de la formación en cuidados paliativos: de 112 universidades revisadas, tan solo en el 46% de ellas es obligatoria la asignatura de cuidados paliativos. Como asignatura optativa está presente en un 53%, y en un 36,6% ocupa algún modulo dentro de otra asignatura2. Es aquí, donde observamos que su obligatoriedad solo existe en menos de la mitad de las universidades. La formación de la base de la pirámide que conforma el entramado de la enfermería, es indispensable para una buena praxis posterior. Ya en la Antigüedad, pensadores como Séneca (50años d.C.) comenzaron a utilizar el término “qualitas vitae” (calidad de vida). Afirmó desde su tiempo que "La fábula como la vida no se valora por la longitud sino por el contenido" y "La vida, si se sabe utilizar, es bastante larga". Aclara que lo que importa no es la cantidad de vida, sino su calidad: “Cogitat semper, qualis vita, non quanta sit. Quizá, todo este cúmulo de reflexiones, fueron las causantes del trágico final de Séneca, el suicidio3. Muchos han sido los avances en cuanto a fármacos se refiere, sin embargo, a pesar de todo, muchos enfermos viven su situación de últimos días sufriendo y recibiendo unos cuidados sustancialmente mejorables4. 4 Los primeros ecos de los cuidados paliativos, tuvieron lugar en la década de los setenta en Reino Unido y en España en los años ochenta. Estamos pues, ante un área asistencial con poco recorrido y los procesos de construcción de consensos constituyen una inquietud reciente5. El movimiento “hospice” fue iniciado por Cicely Saunders en 1967 al inaugurar en Londres el St. Christopher’s Hospice. En francés, la palabra hospice puede usarse como sinónimo de hospital. Por esta razón, y para evitar posibles confusiones, Balfour Mount acuñó el término Cuidados Paliativos en lugar de Hospice para ser utilizado en Canadá. La búsqueda de un lenguaje común se lleva produciendo desde entonces a nivel mundial en el movimiento hospice y los cuidados paliativos, esto ha hecho difícil el desarrollo de estándares y normativas de calidad internacionales. En 1980, la OMS5, incorpora oficialmente el concepto de Cuidados Paliativos, la última definición fue redactada en el año 2002: “cuidado activo e integral de pacientes cuya enfermedad no responde a terapéuticas curativas. Su fundamento es el alivio del dolor y otros síntomas acompañantes y la consideración de los problemas psicológicos, sociales y espirituales. El objetivo es alcanzar la máxima calidad de vida posible para el paciente y su familia. Muchos aspectos de los cuidados paliativos son también aplicables en fases previas de la enfermedad conjuntamente con tratamientos específicos” Actualmente, existen alrededor de 8000 servicios de Cuidados Paliativos en el mundo, en aproximadamente 100 países diferentes4. Por otra parte, atendiendo a lo que la OMS6, contempla, la calidad de vida es: "La percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y sistema de valores en el que vive y con respecto a sus objetivos y expectativas, estándares e intereses”. 5 Estamos ante un concepto muy amplio, en el que confluyen la salud física de la persona, su estado psicológico, su independencia, sus relaciones sociales, además de su relación con los elementos del entorno en el que vive. Tabla 2. Diagrama del modelo conceptual de la OMS8. Otros autores a lo largo de la historia también han dedicado parte de su tiempo a definir el concepto de calidad de vida. Ordenándolos cronológicamente, Shaw8, define la calidad de vida de manera objetiva y cuantitativa, diseñando una ecuación que determina la calidad de vida individual: QL=NE x (H+S), en donde NE representa la dotación natural del paciente, H la contribución hecha por su hogar y su familia a la persona y S la contribución hecha por la sociedad. Sus críticas acerca del concepto fueron que la persona no evalúa por sí misma y además nadie puede tener una calidad de vida cero. Para Ferrans7, la calidad de vida general es definida como el bienestar personal derivado de la satisfacción o insatisfacción, con áreas que son importantes para él o ella. Por otra parte, según Lawton8, representa la evaluación multidimensional, de acuerdo a criterios intrapersonales y socionormativos, del sistema personal. De todas estas definiciones de calidad de vida, se extrae una idea común para todas ellas: la calidad de vida es un concepto 6 multidimensional. Diferentes aspectos están interrelacionados: aspectos físicos, psíquicos, sociales, funcionales… Nosotros, como personal de enfermería, seremos los encargados de averiguar a través de una comunicación eficaz cuál es la percepción que el paciente tiene de su propia situación, y de esta forma él mismo definirá su concepto de calidad de vida. Son numerosos los errores que se producen en esta relación de comunicación y se pueden recoger en siete grupos: 1. Hábito de creer que sabemos aquello que nos van a decir, o pensar que conocemos cómo piensan nuestros interlocutores. 2. Ignorancia o carencia de habilidades comunicativas. 3. Concebir la información como algo unidireccional: la iniciativa no parte del enfermo. 4. Olvidar al sujeto como elemento activo: imponer nuestros propios tiempos, espacios y formas de comunicación. 5. Asumir un rol equivocado, infantilizando al enfermo sin permitir que desarrolle su propia autonomía. 6. Silencios disfuncionales, mentiras “para que no sufra”, tecnificación que impide al enfermo saber. 7. Sobreimplicación7. Esta comunicación, tan importante en cuidados paliativos, fue definida por Vander8, como el contacto verbal o no verbal que se establece entre dos o más personas. Se trata, pues, de un intercambio humano de información, ideas, actitudes y emociones. 7 En el ámbito sanitario, distinguimos tres tipos de personas que van a mantener una comunicación: pacientes, familiares y los profesionales sanitarios. Aquí, lo que más difícil resulta es la verbalización de los sentimientos o ideas que se experimentan en el paciente y que tanto interesan al personal de enfermería. Además de preocuparnos por lo que se dice, deberemos atender a cómo se dice. Esto último es lo que llamamos paralenguaje: el tono de voz, su volumen, sonidos asociados (suspiros, lamentos...), acentuaciones en las frases etc., que completan el sentido significativo del mensaje y permiten transmitir al receptor, en este caso a la enfermera, emociones e incluso mensajes paralelos ocultos, pudiendo modificar el sentido de las palabras y otorgarles connotaciones diversas9. Es por esta razón por la que el lenguaje no verbal, es un elemento clave en este tipo de pacientes en los que expresar sus sentimientos acerca de un tema tan complicado como la muerte es tan costoso. El lenguaje corporal, la empatía y la escucha activa se convierten en los elementos más importantes en el cuidado diario. Elementos, como ya hemos dicho antes, en los que se debe incidir en la formación del personal de enfermería. Aparentemente, resultan insignificantes y fáciles de poner en práctica, pero la realidad es otra, y en los hospitales seguimos observando esta carencia de formación. En relación al personal de enfermería, las quejas suelen ser las siguientes: - Negativas continúas para calmar el dolor, debido al cumplimiento estricto de una pauta de medicación sin la existencia de medicamentos “de rescate”. - Descoordinación entre los miembros del equipo multidisciplinar. Insuficiente coordinación entre el personal médico y el personal de enfermería. - Nula preparación de los familiares para el momento del fallecimiento de su ser querido, además de la soledad y desamparo en el momento del óbito. 8 - Enormes diferencias en el cuidado dependiendo del profesional encargado16. Atendiendo por otra parte a los aspectos mejor valorados, nos encontramos con que la amabilidad en el trato es el factor mejor valorado, seguido de la delicadeza en las explicaciones y de las preguntas sobre los problemas en la evolución. Por otra parte, el interés por los problemas emocionales está de los menos valorados. En este ítem, se incluye la preocupación del sistema sanitario por la salud psicológica de los familiares tras la muerte del paciente21. Una vez más, la realidad nos expone la obligatoriedad de formar a las enfermeras en el apoyo emocional que se les debe brindar al paciente y a la familia. Tabla 3. Aspectos mejor valorados por el cuidador principal en relación a la atención sanitaria21. Para intervenir positivamente en esta situación, los equipo deberán miembros del clarificar inicialmente sus propios prejuicios y sentimientos familiares, además de procurar conocer el papel del enfermo, determinar el tipo de familia, estilo de comunicación y las fortalezas y debilidades que posee para valorar sus formas de afrontamiento y detectar qué miembro puede tener un rol potencialmente terapéutico. 9 Es necesario reconocer y comprender lo que los familiares nos dan de primera mano y lo que conocen, para fomentar la comunicación asertiva en el núcleo familiar y disminuir los niveles patológicos de evasión y negación. Se sensibilizará a los diversos miembros sobre las necesidades del enfermo, para limar asperezas entre ellos, validar sus sentimientos y promover actitudes cooperativas que pueden ser útiles para confrontar la realidad y fortalecer la unión familiar. El equipo no va a solucionar patologías o conflictos añejos, sino tratar de hacer modificaciones para el bienestar del enfermo. El equipo debe examinar los problemas, redefinirlos y tratar de reducirlos a un tamaño manejable, así como considerar las posibles consecuencias de cualquier intervención22. Un error en la comunicación, un desamparo provocado por una falta de apoyo emocional o un simple fallo en la medicación, contamina toda la valoración y conlleva a críticas globales para con los profesionales sanitarios. Aquí, es donde debemos incidir para cambiar prácticas y mejorar las habilidades del personal de enfermería, ya que los estudios demuestran que las enfermeras temen situaciones en las que los pacientes expresan sus emociones, alegando no ser capaces de manejarlos, derivando en barreras que suponen un apoyo emocional insuficiente23. Resulta interesante dejar reflejado lo que dijo el Comité europeo de Salud Pública10: “Se muere mal cuando la muerte no es aceptada; se muere mal cuando los profesionales no están formados en el manejo de las reacciones emocionales que emergen en la comunicación con los pacientes; se muere mal cuando se abandona la muerte al ámbito de lo irracional, al miedo y a la soledad, en una sociedad donde no sabe morir”. 10 En la actualidad, los médicos juegan a ser dioses tratando de curar muchas veces lo incurable, y viendo la muerte como un fracaso. Desde el colectivo de enfermería, debemos forjar un juicio crítico, en el que se refleje que cuidar y aliviar a un paciente los últimos días de su vida no es una opción sino una obligación. Álvaro Gándara11, presidente de la SECPAL afirma: “He visto a compañeros pedir una analítica la víspera de morir alguien. Aquí muchos mueren con el colesterol estupendo y rabiando de dolor”. Por lo tanto, la comunicación y el apoyo emocional constituyen dos conceptos ineludibles en el ámbito de los cuidados paliativos. Con este trabajo, lo que se pretende es dar importancia al entrenamiento en comunicación y apoyo emocional, ya que el día a día nos recuerda lo difícil que resulta comunicarse con los pacientes y familiares, sobre todo, cuando lo que tenemos que decir no son buenas noticias. Resulta cuanto menos paradójico que no se incida en el aprendizaje de estrategias de comunicación, tanto en las escuelas de enfermería, como en los cursos de formación a enfermeras. La enfermera, es siempre el referente más cercano para el paciente, por tanto, es competencia suya conocer el estado fisiológico, psicológico y social del individuo, para posteriormente ofrecer unos cuidados de calidad. La forma de conocerlo es siempre la interacción con el paciente, no existe ninguna prueba diagnóstica con la que conocer el estado emocional del paciente ante la muerte o el porqué de un cambio en el comportamiento. El manual que tenemos para esto son sencillamente las habilidades comunicativas y el apoyo emocional. En la sociedad actual cada vez se le da mayor importancia a la calidad de la asistencia sanitaria, esto adquiere especial relieve al final de la vida, situación en la que la persona se vuelve más vulnerable y necesita de un apoyo emocional, que debe ser brindado por los distintos profesionales. 11 En cuidados paliativos el individuo siempre es abordado como la suma paciente+familia, de esta forma, las habilidades comunicativas y el apoyo emocional no se ofrecerán al paciente de forma aislada, la familia en estos casos juega un papel esencial. Como dice Daniel Callahan32, “tan importante como prevenir y cuidar enfermedades, es ayudar a que las personas puedan morir en paz”. 3. OBJETIVOS o GENERALES 1. Enmarcar la comunicación y la importancia del apoyo emocional en los pacientes terminales 2. Abordar la figura del cuidador principal, como receptor también del apoyo emocional. o ESPECÍFICOS 1. Establecer las principales inquietudes del paciente terminal, objeto primordial de actuación. 2. Reflejar a través de estudios ya realizados las opiniones de los pacientes sobre el personal de enfermería. 3. Describir algunas de las técnicas o métodos relacionados con la comunicación para la mejora de la realidad enfermera. 12 4.METODOLOGÍA Para la elaboración de este trabajo, se ha procedido a realizar una revisión bibliográfica acerca de las habilidades comunicativas del personal de enfermería y el apoyo para con el paciente y la familia: evaluaciones de las opiniones de los pacientes, inquietudes del paciente y su familia, habilidades y técnicas de enfermería... Para abordar el marco teórico, se efectuó una búsqueda bibliográfica exhaustiva, en la que se consultaron, a través de google, distintas publicaciones oficiales, tales como guías de práctica clínica, manuales, protocolos de actuación... Estas publicaciones, se pudieron encontrar en las páginas web de las distintas instituciones autonómicas. Además de tener como referentes principales las páginas web de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), Paliativos Sin Fronteras y la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos. Atendiendo a las bases de datos utilizadas, la búsqueda se realizó mayoritariamente en PubMed, Scielo, ScienceDirect, LILIACS y Dialnet. Los términos MESH utilizados fueron: “palliative care”, “comunication”, “end of life”, “emotional support”, “terminal patient”, “comunication skills”, entre otros muchos que han ayudado a buscar los artículos y estudios adecuados para la realización del mismo. Se han excluido todos los idiomas a excepción del inglés y el castellano, además de seleccionar los artículos con texto libre disponible. Por otra parte, la biblioteca de la Universidad de la Rioja me sirvió de soporte para adquirir los libros utilizados. Una vez realizada la selección de artículos, estudios e información adecuada se ha procedido a justificar la importancia de la formación del personal de enfermería, en relación con la comunicación y el trato con el paciente terminal. Después de describir el recorrido histórico del concepto de calidad de vida y de los cuidados paliativos, nos hemos centrado en la comunicación y el apoyo emocional que le compete al personal de enfermería. 13 5.DESARROLLO La diferencia entre el abordaje curativo y paliativo radica en sus fines. Mientras que en el primer caso, el objetivo es que la enfermedad remita, en el segundo, el fin es lograr el máximo bienestar posible del paciente. Normalmente, fuera de las unidades de cuidados paliativos, estamos frente a un ambiente en el que predomina el enfoque curativo de los profesionales; esta es la razón por la que el fallecimiento se toma con impotencia como un fracaso. Este, puede ser uno de los motivos por el cual los profesionales de cuidados paliativos padecen menor ansiedad ante la muerte. Cabe destacar que la educación sobre la muerte y la formación en cuidados paliativos, son eficaces en la reducción de estos niveles de ansiedad profesionales. Estos programas de formación mejoran el afrontamiento, de modo que aumenta la seguridad y la preparación a la hora de trabajar con pacientes terminales. De modo que serán profesionales mejor preparados y cualificados a la hora de trabajar13. El personal de enfermería diariamente, se enfrenta a situaciones en las que la muerte se encuentra muy próxima, y no necesariamente debemos encontrarnos en un servicio de oncología o de cuidados paliativos. 5.1 LOS CUIDADOS PALIATIVOS A OJOS DE LOS PACIENTES Estudios de satisfacción y estudios comparativos La muerte es una experiencia única y personal, cuya vivencia a través del otro nos acerca a su conocimiento y comprensión; es por ello, que las enfermeras, independientemente de su lugar de trabajo, deben conocer cómo actuar en estos casos. Habitualmente, el paciente tiene la figura de la enfermera como el profesional más cercano y accesible, al que revelarle todas sus preocupaciones y miedos. 14 Las narraciones de las experiencias de enfermeras formadas en el ámbito de los cuidados paliativos, reflejan los elementos que se asocian con la muerte y el morir. En sus distintos discursos se otorga significado a las inquietudes, temores y ansiedades. “Qué pena el decir voy a morir, no voy a vivir ya, ¿y qué me va a pasar? No tengo a nadie que me apoye y mis miedos... básicamente somos nosotras. Nosotras somos como el apoyo emocional que tienen para sobrellevar el proceso de la muerte.” "Es difícil, si tú te pones en su piel… dices: ostras, si yo estuviera aquí sola… o se tiene que morir mi madre, mi abuela, mi padre… claro yo me pongo siempre en la piel de esa familia." "El ayudar a un buen morir, que cuando fuese el momento fuese dulce, paliando síntomas. La persona ha de estar tranquila y confortable." "Necesitan escucha y trasmitirles confort también…, intentar estar en el momento final, ellos y yo. Ese es un momento importante sí, sí, sí, porque en el momento final yo creo que hay que acompañar ya que están aquí ¿no?…" 14 Estas citas de las diferentes enfermeras de una unidad de cuidados paliativos, nos exponen la realidad diaria de la práctica enfermera. Reflejos tan claros como pensar en el apoyo emocional del paciente, la empatía, el morir sin dolor o la presencia en el momento final, son aspectos que deben ser el reflejo claro de una enfermera competente. Son muy interesantes las comparaciones sobre la atención al enfermo terminal, en función de la unidad asistencial en la que este se encuentra. Es vital preguntarnos: ¿Qué ocurre cuando el diagnóstico o el pronóstico se desconocen? ¿Y cuando no se comunican? ¿Es posible ofrecer un tratamiento paliativo de calidad en estas circunstancias? J. Schmidt et al15, realizaron un estudio comparativo de dos procesos de fin de vida: ambos son pacientes de cáncer que viven su situación de últimos días en un centro hospitalario. El primero, conoce el diagnóstico y se vinculó a 15 un programa de cuidados paliativos, y el segundo, desconoce el diagnóstico y se encuentra en una unidad de cuidados intensivos. En el primer caso, estamos ante un paciente de edad media con una vida desestructurada que recibe el diagnóstico de un hepatocarcinoma. Esta situación provoca al paciente acudir a una consulta de cuidados paliativos, ante su situación de dolor extremo y falta de apoyo familiar. El ingreso de este usuario provoca el acercamiento de familiares y conocidos, además completa su testamento vital y habla con total normalidad de cómo quiere que sea su muerte y cómo no. La vida de este hombre cambia a partir de la primera visita a la consulta de cuidados paliativos, ya no se siente solo y a pesar de la crudeza de la situación, se siente contento por haber recuperado las relaciones sociales que creía perdidas. El paciente fallece finalmente, se les permite a los familiares que estén presentes en el momento de su muerte. Tras la muerte, los familiares expresan el agradecimiento por el trato recibido y sobre todo, la satisfacción de que las cosas se hicieron todo lo mejor que se pudo y que se han hecho como él quiso. En contraposición, en el segundo caso, nos encontramos ante una paciente también de edad media con una vida familiar y laboral estable. Tras sucesivas consultas e intervenciones, es ingresada en la UCI tras detectarle un carcinoma. La familia es informada en todo momento con frases del tipo “la situación es grave, pero la esperanza es lo último que se pierde” Las visitas están restringidas como en toda unidad de cuidados intensivos, y la familia trata de comunicarse con la paciente a pesar de encontrarse completamente paralizada y sin habla. Se confirma el cáncer y las metástasis después de tres nuevas entradas en quirófano. A pesar del diagnóstico, los más allegados siguen valorando más el hecho de que no tenga fiebre o mueva un poco la mano. Mensajes por parte del médico contradictorios, falsas esperanzas dadas en cuanto a metas a alcanzar como quitar el respirador, son la rutina en la vida de la paciente que no conoce ni pronóstico, ni diagnóstico de su situación. La vida de Carmen termina acabándose tras innumerables intentos por alargársela. La 16 familia ve por última vez a la paciente en el depósito, lo que desemboca en un duelo complicado, con una profunda depresión y una culpabilidad por parte de los familiares. El modo de afrontar la muerte depende de circunstancias biográficas, socioculturales y perceptivas de cada persona y depende, así mismo, de cómo ocurre. La no comunicación muchas veces se interpreta como una forma de proteger al paciente del sufrimiento que el conocimiento provoca. Sin embargo, todo este conocimiento permite al primer paciente tomar una serie de decisiones anticipadas y una toma de decisiones vitales en el último momento de su vida que le permiten morir en paz. No todo el mundo muere en una unidad de cuidados paliativos, pero todo el mundo tendría que poder estar bien asistido. La otra cara de la moneda es el desconocimiento del diagnóstico, que se traduce en un intento fallido de curación, además de conllevar un duelo más complicado por los sentimientos de culpa de la familia, ante la situación en la que se encontraba el paciente15. El objeto fundamental al hacer este tipo de estudios o encuestas de satisfacción, es recoger información para extraer conclusiones acerca de las vivencias y diferentes percepciones de las personas. Este será el punto de partida sobre el cual deberemos comenzar nuestra andadura hacia la mejora de la calidad asistencial por parte de los profesionales. Analizando las narraciones de los familiares más allegados de 327 pacientes moribundos durante un año, se determinó lo siguiente: 17 Tabla 3. Estudio de la calidad de la asistencia al moribundo en un hospital16. La valoración que recibe la atención global al final de la vida por parte de los familiares, un 7,91±2,02 sobre 10. Pero las quejas abundan y son importantes. La encuesta formulada a los familiares concluía con la siguiente pregunta: ¿Desea añadir algo más?. Esta pregunta abierta final resulta crucial para que los entrevistados elaboren una narración en la que añadir los matices a las cuestiones analizadas. Estas historias que nos cuentan son de manera excepcional las únicas formas de captar, expresar y hacer comprensible lo que en esos momentos ellos experimentan. Atendiendo al abordaje espiritual del enfermo y la familia, se ha demostrado que ante la pregunta directa de si creen necesaria la atención espiritual durante el proceso de la enfermedad la respuesta es unánime. El 95% de las personas a las que se les realizó este estudio creen que sí. Aluden mayoritariamente a necesidades psicoafectivas (73%) y espirituales (67%). También, aunque en menor medida, al diálogo con la familia (54%) y con la enfermedad (36%) y a la tradición y valores (13%). 18 Por tanto, este estudio clarifica lo siguiente: una atención espiritual adecuada, mejora la calidad de la vivencia de la fase terminal de la vida y el afrontamiento de la muerte en unidades de cuidados paliativos influye positivamente sobre el paciente y la familia17. 5.2 LA COMUNICACIÓN La comunicación es un proceso de dos vías que promueve un intercambio de información, sentimientos y puntos de vista entre pacientes, sus familias y el equipo. En una buena comunicación estas dos vías deben ser usadas, es imprescindible hablar y escuchar, para intentar comprender el significado del mensaje. Conseguir dar una información correcta, puede ayudar a los pacientes a abordar el final de la vida, haciéndoles sentirse más apoyados y valorados. Los enfermos tienden a compartir más sus temores y preocupaciones con el equipo que sabe comunicarse con ellos. Todos nos comunicamos de forma consciente e inconsciente a través de las palabras, gestos, silencios y nuestra postura -el lenguaje no verbal. Este es el encargado de proporcionar mucha información a los que nos rodean y nos incluye dentro del mensaje, por lo que debemos cuidar la forma como hablamos, nos presentamos y actuamos18. Tener buenas habilidades de comunicación, es un requisito esencial para proporcionar unos cuidados de calidad, y esto adquiere más importancia en el ámbito de los cuidados paliativos. Hay que abordar preocupaciones difíciles y a menudo dolorosas, lo cual implica tiempo, formación y dedicación exclusiva. Se ha demostrado que una comunicación eficaz mejora los cuidados del paciente19. 19 Enfermería como equipo no duda en informar ante un paciente con hipertensión arterial o diabetes, ante enfermedades crónicas informamos y ofrecemos atención post-diagnóstico. Ante enfermedades que no responden a tratamiento, la carga emocional aumenta y con ello disminuye nuestro seguimiento posterior. En este momento es cuando nos surge la duda de informar, y hasta qué punto debemos hacerlo. Es el médico responsable quien tiene que informar sobre el diagnóstico y el pronóstico. Ahora bien, el resto de profesionales implicados (otros médicos participantes, enfermera, psicólogo, trabajador social, etc.) no pueden desentenderse de ello. En la relación de proximidad que se establece entre el paciente y estos otros miembros del equipo, a menudo surgen demandas relacionadas con la información; debemos ser conscientes de lo importante de no eludirlas y de poder dar cabida a las dudas, las inquietudes o los miedos que pueda haber detrás, sin entrar en explicaciones técnicas que corresponderían al médico responsable. Y, para no introducir contradicciones ni desconcierto, es bueno que todo el equipo conozca el proceso de información y en qué estado está. La respuesta no debe ser “hable con el médico”, sino escuchar y recoger la inquietud y poder hablar sobre la situación en términos generales, pero ajustados a la realidad32. Podemos recoger los motivos para informar de la siguiente forma: 1. La Ley General de Sanidad ampara el derecho a la información y son ya varias las sentencias contra profesionales por no haber informado al paciente de enfermedades neoplásicas. 2. Una persona no informada no puede tomar decisiones, y cada vez es mayor y más agresiva la tecnología diagnóstica y terapéutica de las neoplasias. Si el enfermo conoce su enfermedad y su pronóstico, podrá decidir. 3. Además de decisiones respecto al proceso podrá, si lo desea y/o lo necesita, organizar temas laborales, familiares, etc. 20 4. El último y, quizá más importante motivo para informar, es el acompañamiento: si el enfermo y su entorno conocen el diagnóstico y pronóstico, pueden compartir el sufrimiento y vivir este periodo del final de la vida de forma más o menos significativa. Aunque no informemos, el paciente siempre se entera de que se muere, pero en este caso llega a la muerte en soledad. Hay dos situaciones en las que no estamos obligados a informar de un diagnóstico nuevo: Cuando el paciente expresa el deseo de no ser informado y no se trata de una negación de la realidad, como más adelante veremos que puede suceder. En la llamada situación de privilegio terapéutico, que es cuando consideramos que la información le va a producir un daño psicológico muy grave. Es el caso, por ejemplo, de enfermedades psiquiátricas severas previas al diagnóstico de cáncer20. Hay que distinguir siempre entre el derecho a la información que tiene todo el mundo y la necesidad de información en cada caso, es prudente informarse antes de informar. 5.2.1 Habilidades comunicativas La ocultación de información deliberada puede ser debida a una actitud paternalista, a la falta de habilidades de comunicación en el manejo de información difícil, o al reflejo del miedo de profesionales y familiares a su propia muerte. El enfermo intuye a menudo su deterioro, la progresión de su enfermedad e incluso la proximidad de la muerte. Las mentiras como única alternativa para afrontar su proceso, pueden llevar al paciente a una muerte en soledad, confusión y a veces agitación. Reforzar los lazos de afecto y darle apoyo desde la verdad permite, aunque en ciertos momentos pueda ser 21 doloroso, una mayor conciencia, serenidad y acompañamiento de las personas queridas que facilita la expresión de emociones, donde tiene cabida la despedida. Son elementos claves para una buena comunicación: - Considerar el lugar: buscar un ambiente. Apropiado, y tiempo, a la vez que evitar que existan distracciones, interrupciones, y privacidad18. Además debe ser íntimo, con las personas que sean útiles para la comodidad del enfermo: “¿No le importa que hablemos delante de su esposa?”. - El enfermo debe tener tiempo para poder expresas sus miedos e inquietudes, incluso las que todavía no conoce demasiado. Necesita tiempo para crear un espacio interior dónde recibir la información: por tanto, debe preverla y no recibirla por sorpresa. - Se debe tener en cuenta la tensión emocional, el profesional debe tener en cuenta la diferencia entre la suya y la del enfermo. La suya puede ser alta al empezar e ir bajando a medida que informa; la del enfermo, en cambio, sube cuando confirma su temor y sobre todo después. Por lo tanto, conviene que el profesional continúe alerta para ayudar cuando ya ha dado la noticia, con disponibilidad y respeto. - Tan importante es decir aquello que no se puede hace, como enfatizar aquello que sí se puede hacer: estar encima, no dejarlo solo, cuidar los síntomas, evitarle dolor, continuar estando abiertos a comunicar, a responder dudas, a ayudar a tomar decisiones, etc. Ofrecer en definitiva nuestro apoyo32. - Presentarse y saludar de forma apropiada. - La actitud del profesional es fundamental, la actitud debe ser próxima y considerada: mostrar respeto mutuo, usar la escucha activa, demostrar empatía… Además debemos ser capaces de decir “lo siento, no lo sé” - Reconocer los sentimientos del enfermo y familia. - Dar a cada persona su espacio. - Mantener un contacto visual apropiado. - Usar el lenguaje que el paciente comprenda y evitar la jerga médica. 22 - Respetar los silencios. El silencio permite a las personas ordenar sus pensamientos. - La repetición puede ayudar a comprender y recordar la información que se les da. - No dar demasiada información en una vez, sólo lo que sea necesario. - Utilizar preguntas abiertas puede estimular a los pacientes a hablar18. El “Qué decir y cómo decir” es definido por J.A. Prados y F. Quesada26, como un juego de insinuaciones, silencios y verdades indirectas para conseguir que el paciente elabore su propia realidad. Al hablar de las habilidades comunicativas que debemos tener, intentaremos que nuestro lenguaje verbal (aquello que decimos), el paralenguaje (tono que utilizamos) y el lenguaje no verbal, sean coherentes. Esto es, no podemos ofrecer nuestra total disponibilidad al paciente con un tono serio y con los brazos cruzados mientras salimos por la puerta de la habitación del paciente. La información la daremos usando frases cortas y vocabulario lo más neutro posible: no curable en lugar de incurable, tumor en lugar de cáncer, etc. Hay que asegurar la bidireccionalidad, es decir, facilitar que el paciente o su familia pregunten todo lo que deseen, adaptando la información en cantidad y cualidad a las emociones del paciente. En estos casos, la información es un proceso y no un monólogo duro del profesional. Es importante al final de las entrevistas resumir lo dicho, asegurándonos de que el paciente ha entendido27. La comunicación ineficaz se ha vinculado a efectos adversos en el cumplimiento del paciente con los regímenes de tratamiento recomendados y a un aumento del estrés, insatisfacción con el trabajo y desgaste emocional por parte de los profesionales de la asistencia sanitaria. Además, la mala comunicación puede 23 producir en los pacientes ansiedad, incertidumbre y disconformidad general con la atención recibida19. Habilidades: 1. SILENCIO. El silencio es una herramienta de información y de terapia. Puede ser duro responder a una pregunta o afirmación muy directa como: “a veces creo que no me voy a curar”. Un silencio del profesional reafirma al paciente en esa reflexión y, en este sentido, creemos que el silencio informa. También es terapéutico el silencio cuando el paciente se conmueve, llora o se irrita. Un silencio empático mirándole a la cara, prestándole nuestra atención, es terapéutico porque sabe que puede contar con nosotros. Además, si no sabemos qué decir en una situación muy emotiva es mejor que callemos. 2. ESCUCHA ACTIVA. La psicoterapia empieza por la escucha. El paciente conmovido por una enfermedad grave puede querer hablar o no. Debemos escuchar sus palabras y su silencio. Muchas veces el silencio del enfermo da más información que la expresión verbal. En situaciones muy emotivas los profesionales tendemos a interrumpir, ofrecer soluciones e incluso trivializar las expresiones del paciente. Un paciente llora y el sanitario dice: “no llores que ya se solucionará todo” o “no llores que ya se arreglarán las cosas”. Sería mejor permitir el llanto facilitar la expresión de la emoción con señalamientos del estilo de: “hoy te veo más triste, ¿quieres contarme algo?”, “¿Por qué te sientes mal? ¿A qué crees que es debido?” La escucha activa propicia una baja reactividad que significa no interrumpir, esperar a que el paciente acabe antes de empezar a hablar, escuchar siempre antes de hablar e incluso, si la situación lo requiere mantener silencios ya comentados. 3. EMPATÍA. Podríamos definir la empatía como la solidaridad emocional: “entiendo que debes estar sufriendo mucho”, y la legitimación de esta emoción: “cualquiera en tu lugar sufriría”. En alguna ocasión podemos oír a los profesionales argumentos del estilo de: 24 “no puedo ponerme en el lugar de todos mis pacientes porque sufriría en exceso y no podría ejercer bien mi profesión”. Nos parece esta una buena ocasión para aclarar que la empatía y la eficacia, fuera de estar reñidas, se complementan y que una actitud empática hacia los pacientes nos aporta sobre todo satisfacciones profesionales y por tanto disminuyen nuestro sufrimiento. Diferenciemos pues entre empatía y simpatía, según explica Iosu Cabodevilla20, experto en pacientes al final de la vida: la empatía es ponerse en lugar del otro para entenderle y ayudarle, sería como echar una cuerda al que se está ahogando, y la simpatía sería tirarse al agua y ahogarse con él. Creemos que los argumentos de los profesionales, antes mencionados, se corresponden con una actitud simpática más que empática. Siempre deberemos utilizar un diálogo empático; reconociendo la emoción del paciente, identificando su origen y dando señales de que uno trata de ponerse en su lugar y de que se entienden sus sentimientos. 4. ASERTIVIDAD. Que el paciente crea que sabemos lo que hacemos y que se sienta respetado en sus opiniones. No basta con saber qué debemos hacer, si queremos ser asertivos el paciente debe percibirnos como profesionales seguros de nosotros mismos. Incluso en situaciones de incertidumbre debemos transmitir seguridad y que nuestras opiniones estén fundamentadas20. Tenemos que recordar siempre la posibilidad de negación, porque puede conducir a comportamientos aparentemente contradictorios. Freud, describió nuestro inconsciente como un contenedor de cargas emotivas con distintas valencias y que pueden unirse a pensamientos contradictorios. En un asunto tan cargado de fuerzas emotivas, como es la muerte, no es de extrañar que se instauren ideas contrastantes en la mente del enfermo y que conduzcan a un comportamiento ambivalente. Solo así se puede explicar que el enfermo con el que hace unos minutos u horas hemos hablado de su final más bien próximo, incluso de su muerte, pueda de repente contarnos algunos proyectos para los próximos años28. 25 5.3 EL APOYO EMOCIONAL Los profesionales de cuidados paliativos deben mantener una relación de cooperación con el paciente y la familia. Los pacientes y las familias son colaboradores importantes a la hora de planificar su cuidado y abordar su enfermedad. Es por ello, que el apoyo emocional debe ser continuo en el cuidado diario del paciente. Acompañar al paciente, debe ir siempre unido a una atención personalizada dirigida a aumentar la aceptación y disminuir el miedo del enfermo. Esta atención es conocida como counselling, concepto con el que se pretende definir las habilidades de comunicación, tanto de exploración como de apoyo, y promover las actitudes del equipo profesional para ayudar con eficacia a que el enfermo se sienta más comprendido, valorado, respetado y autónomo32. Por apoyo emocional, entendemos aquella ayuda proporcionada mediante la relación terapéutica en la que el profesional facilita que el enfermo se sienta entendido y acompañado para poder abordar desde la acogida y el respeto, sus temores, deseos y necesidades. Todos los profesionales sanitarios tienen la obligación moral de saber facilitar unos mínimos de apoyo emocional, esto se acentúa más cuando nos movemos en el ámbito de los cuidados paliativos. Debido a que el impacto emocional en el proceso del morir es muy intenso y a la trascendencia de los momentos que están viviendo, se requiere una formación especial en counselling. Este apoyo se debe facilitar en aquellas situaciones en las que los pacientes, familias o allegados lo requieran. Es relativamente frecuente, que el profesional no tenga disponibilidad en un momento puntual, pero siempre puede dar señales de hacerse cargo de dicha necesidad y buscar un momento para hacerlo7. 26 5.3.1 Con el paciente Las enfermeras han de ayudar a los pacientes a manejar las emociones que acompañan a la enfermedad terminal, a los tratamientos, a la incertidumbre del pronóstico y a las pérdidas funcionales y sociales. En este tipo de pacientes es importante llegar a escuchar y atender a sus necesidades: de ser reconocido como persona, de ser escuchado y de buscar reconciliación con su propia historia. Además de poner orden en su vida, de tener esperanza y de poder recuperar su dignidad a veces muy dañada. El cuidado enfermero implica estar allí con todo nuestro afecto, con empatía, evitar pasar de largo. Implica educar nuestro propio corazón de profesionales sanitarios para asistirles con el mayor afecto posible, dándoles seguridad, sentido y esperanza36. En nuestra sociedad, con frecuencia se suelen dar consejos del tipo: “lo que tiene que hacer es”, olvidando siempre aspectos como: - Las personas saben lo que quieren hacer y en bastantes ocasiones solo precisan de más información para aclarar sus ideas. - Dar consejos no solicitados solo sirve para aumentar la percepción de incompetencia del que recibe el consejo. - La reactancia psicológica es un mecanismo muy útil a considerar. Establecer un buen canal de comunicación desde una relación empática será nuestro objetivo principal. Los pasos que facilitan el apoyo emocional se pueden resumir de la siguiente forma: 1. Reconocer por parte del profesional, las propias emociones con el fin de entenderlas asumirlas y dirigirlas en la dirección apropiada. 2. Fomentar como profesional la reflexión antes de actuar y el control de las reacciones impulsivas propias de la cultura. Detener las 27 reacciones inmediatas, digerirlas y reconducirlas en función de los objetivos de adaptación del paciente a la situación en la que se encuentra. 3. Entender y contener las reacciones emocionales de los pacientes. Aceptar el impacto emocional, facilitar sus manifestaciones, activando la empatía y la escucha activa, reactivando los silencios y el llanto, y manteniendo la proximidad física. Es preciso identificar la emoción y explorar la causa que lo ha suscitado. 4. Ayudar a que el paciente se entienda, compartiendo la carga emocional e incidiendo en la naturalidad y normalidad de sus reacciones en la situación en que se encuentra. 5. Confrontar las emociones del paciente desde la empatía para que, a través de la información y la reflexión, pueda dar nuevos significados y cambiar de perspectiva sobre los problemas o decisiones que ha de tomar. 6. Ayudarle a descubrir sus propias estrategias adaptativas, incrementando de esta manera sus recursos, para disminuir la percepción de amenaza. 7. Buscar y activar los apoyos familiares y sociales en su entorno7. Más allá de las palabras, se encuentran la mirada, el tacto y el contacto; el ya conocido lenguaje no verbal. Más allá de nuestras palabras, toda nuestra apariencia, la forma de movernos o sentarnos, nuestros gestos o expresiones, los movimientos de nuestras manos, todo ofrece significado. La necesidad de ser mirados y tocados con afecto es universal, estos contactos transmiten seguridad, sensación de ser queridos y protegidos, de que importamos, de que somos cuidados y seremos aliviados cuando algo malo ocurra. También hacen que no nos sintamos solos, o al menos no tan solo. Y si algo necesita una persona enferma a la que no le queda mucho tiempo de vida, es sentirse querido y valioso, no sentirse solo. La vulnerabilidad aumenta la necesidad de ser tocado, al fin y al cabo el sentido del tacto es de los últimos en perderse36. 28 5.3.1.1 Aspectos espirituales Son muchas las necesidades que hay que atender y consideramos la espiritual una de las más acuciantes debido al momento de fragilidad en el que se encuentra la persona que se enfrenta a lo desconocido. Toda persona tiene en su interior la capacidad de hacerse la pregunta por el sentido último de las cosas, la visión global de la vida, considerar su complejo mundo de valores. Se da especialmente importancia a las creencias y prácticas religiosas en estos procesos de final de vida, ya que se ha demostrado que los enfermos practicantes de alguna religión son aptos para vivir más tiempo que los que no lo son30. En un estudio realizado en enfermos oncológicos atendidos en un hospital de la Comunidad de Madrid, se recogieron los siguientes datos; al 29% de ellos sus creencias (fe y confianza en Dios) les sosegaban, les daban fuerza y alivio. Un 56% de ellos pensaban que su enfermedad les había cambiado su escala de valores, el 74% daba algún sentido a su enfermedad y el 32% decía que su vida tenía sentido porque la enfermedad les ayudaba a darse cuenta de algo. El 93% manifestaron que poder comunicarse les facilitó la expresión de temores y el darse ellos mismos las respuestas17. Las necesidades espirituales del paciente se pueden recoger de la siguiente forma: a) Ser reconocido como persona: el enfermo pierde su identidad de lo que era y necesita que los demás le sigan considerando como antes de la enfermedad b) Volver a leer su vida: el paciente necesita hacer un balance positivo y significativo de su vida para que pueda aceptar más fácilmente el final de su vida. c) Encontrar sentido a la existencia: la necesidad de encontrar significado y propósito a su existencia, coloca a la persona frente a lo esencial. 29 d) Liberarse de la culpabilidad: la satisfacción de esta necesidad está vinculada a la necesidad de sentirse perdonado. El paciente intenta buscar respuestas terrenales a cuestiones existenciales, como lo es el morir; necesita encontrar el responsable o culpable. e) Reconciliación: ante la proximidad de la muerte, se plantea con mayor urgencia la necesidad de reconciliarse, de resolver esos asuntos pendientes, de cerrar el círculo de su existencia y vencer el resentimiento. f) Establecer su vida más allá de sí mismo: se trata de alargar la vida individual, estar en comunión con otros, como miembro de un todo. Se trata de alargar la vida individual a las dimensiones de la humanidad entera o de la divinidad. g) Continuidad, de un más allá: existe con frecuencia un deseo de continuidad después de la muerte, pero acompañado de muchas dudas, en cuanto a la realidad de esta vida en el más allá. h) Auténtica esperanza, no de ilusiones falsas: promover la experiencia de que el futuro consolidará las experiencias presentes gratificantes, Recuperación, restablecimiento del pasado. i) Expresar sentimientos y vivencias religiosos: independientemente de la orientación religiosa, muchas personas tienen una forma específica de expresar sus sentimientos religiosos cuando se acercan a la muerte. j) Amar y ser amado: esta necesidad está implícita en todas las anteriores, el paciente que ama y se siente amado hasta el final puede morir más en paz31. 5.3.2 Con la familia Como ya hemos dicho anteriormente, la figura del paciente en cuidados paliativos nunca debe ser tratada como un ente aislado, sino como el binomio paciente-familia. La situación de la familia de un enfermo terminal viene caracterizada por la presencia de un gran impacto emocional condicionado a la presencia de múltiples "temores" o "miedos" que, como profesionales sanitarios, hemos de 30 saber reconocer y abordar en la medida de lo posible. La muerte está siempre presente de forma más o menos explícita, así como el miedo al sufrimiento de un ser querido, la inseguridad de si tendrán un fácil acceso al soporte sanitario, la duda de si serán capaces o tendrán fuerzas para cuidarle, los problemas que pueden aparecer en el momento justo de la muerte o si sabrán reconocer que ha muerto, etc. No olvidemos que a menudo es la primera experiencia de este tipo para el enfermo y su familia, y que la tranquilidad de la familia repercute directamente sobre el bienestar del enfermo; así, un enfermo contaba: "Ahora estoy tranquilo porque veo a mi familia tranquila"34. Para intervenir positivamente en esta situación, los miembros del equipo deberán clarificar inicialmente sus propios prejuicios y sentimientos familiares y procurarán conocer el papel del enfermo, determinar el tipo de familia, estilo de comunicación y las fortalezas y debilidades que posee para valorar sus formas de afrontamiento y detectar qué miembro puede tener un rol potencialmente terapéutico. Se sensibilizará a los diversos miembros sobre las necesidades del enfermo para limar asperezas entre ellos, validar sus sentimientos y promover actitudes cooperativas que pueden ser útiles para confrontar la realidad y fortalecer la unión familiar. El equipo no va a solucionar patologías o conflictos añejos, sino a tratar de hacer modificaciones para el bienestar del enfermo22. Un buen soporte en la terminalidad pretenderá cubrir los siguientes aspectos: - Satisfacer las necesidades de información: la familia requiere disponer de datos relevantes sobre la enfermedad, evolución y pronóstico. Escuchar sus preocupaciones, pronóstico, complicaciones, qué hacer, con quién contactar… - Mejorar su comunicación: ofrecer sinceridad y capacidad para demostrar comprensión sobre la situación por la que están pasando. Deberemos prestar atención a la conspiración de silencio que crea la familia en un intento de sobreprotección al paciente. - Ofrecerles seguridad en el cuidado: comunicar cualquier cambio de tratamiento o procedimiento, grado de control de síntomas, educación 31 para mejorar el cuidado y reconocimiento de este, saber cómo actuar en caso de urgencia y la accesibilidad del personal sanitario. - Facilitar su participación en el cuidado: sentir que tienen control sobre la atención reduce el sufrimiento y establece un compromiso de apoyo grupal que contrarresta la soledad. - Enseñarles a atender al enfermo: información sanitaria básica para ayudarles a hacer positiva la experiencia de cuidar y enseñarles lo que aumenta el bienestar del paciente. - Darles apoyo emocional y físico: hacer ver a la familia que el tiempo que le queda al paciente es un tiempo de vida y no una espera angustiosa ante la muerte. - Reducir sus temores: los temores suelen estar relacionados con su ineptitud para continuar con la asistencia. - Facilitarles la toma de decisiones: la opinión de la familia deberá basarse en los valores que tenía el paciente antes de perder su capacidad de decisión y en lo que sería beneficioso para este en su circunstancia actual. - Ayudarles a cuidar de sí mismos: Reconocer sus limitaciones, priorizar, marcarse límites, expectativas realistas, mantener sus amistades, saber comprender y disculpar más. - Acompañarles en la agonía y en el duelo: explicar cómo es más probable que acontezca la muerte, se les facilitará que vean al difunto y se despidan el tiempo que considere oportuno. Nuestra labor será manifestarles el pésame, resaltar el buen trabajo que han hecho e indicarles cómo realizar los trámites funerarios35. La familia es para el equipo multidisciplinar un elemento muy importante para el cuidado, no sólo por lo que significa para la atención del paciente, sino porque es el primero y el último eslabón de la estructura social para su control y apoyo durante todo el proceso. El apoyo familiar en el domicilio siempre debe ser adecuado, capaz y disponible, 32 teniendo las mínimas condiciones. Es decir, la falta de un cuidador responsable, la poca implicación de la familia y la insalubridad del entorno son criterios que hay que valorar siempre7. Una familia puede claudicar cuando se llega a un agotamiento psíquico o físico del cuidador o cuidadores, con incapacidad de atenderlo de forma eficaz. Esto es una de las causas más comunes de hospitalización. El ingreso hospitalario, significa un descanso para la familia y la mejoría en la atención del paciente. 5.3.2.1 Figura del cuidador principal El llamado «cuidado informal» es aquel que se presta a personas dependientes por parte de familiares, amigos u otros que no reciben remuneración por la ayuda que ofrecen. El cuidador informal se caracteriza porque generalmente es gratuito, se realiza en el ámbito privado y nuestra sociedad lo asume como una extensión de las tareas domésticas. Las intervenciones socio sanitarias se dirigen tanto hacia la persona dependiente como hacia su entorno. Por tanto, un elemento fundamental es la labor de apoyo al cuidador principal, así como el establecimiento de una verdadera relación de ayuda para la persona dependiente, sin olvidar las propias necesidades de quien cuida (a menudo un verdadero paciente oculto). Recomendaciones: - Debe ofrecerse a los cuidadores la posibilidad de expresar sus necesidades de apoyo e información. - Se recomienda ofrecer un soporte emocional básico a los cuidadores33. Potenciar sentimientos de control, enfatizando las aportaciones positivas que hace él para el bienestar del paciente y para el objetivo de muerte serena y en paz. 33 - Ayudar a entender y desdramatizar los pensamientos y sentimientos generadores de culpa. El cansancio y el sufrimiento nos llevan a pensar que deseamos que el paciente fallezca pronto. Son sentimientos normales y no indican falta de amor, solo de cansancio38. - La planificación de servicios para los cuidadores debería incluir las siguientes premisas: a) Los servicios deben estar centrados en las necesidades de los cuidadores. b) La accesibilidad y aceptabilidad debe valorarse al inicio. c) Los objetivos deben ser claros y modestos d) Los resultados deberían ser evaluados. - Se recomienda identificar a los cuidadores más vulnerables o deprimidos, con el objeto de ofrecerles un apoyo psicosocial intensivo o servicios especializados. Las necesidades de los cuidadores son: ayuda domiciliaria, apoyo, información, ayuda económica y ayudas para el cansancio, la ansiedad y el aislamiento. Los asuntos prioritarios para los cuidadores son la información y el apoyo psicológico. Según distintos estudios, los factores predisponentes a esta vulnerabilidad del cuidador son la carga de cuidado, disminución de las actividades propias del cuidador, miedo, inseguridad, soledad, enfrentamiento a la muerte y falta de apoyo33. 34 5.4 PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA La metodología enfermera supone la puesta en práctica del Proceso de Atención de Enfermería (PAE): aplicación del método científico en la práctica asistencial que nos permite a los profesionales de Enfermería prestar cuidados que se nos demandan, de una forma estructurada, homogénea, lógica y sistemática24. El nacimiento del PAE, tuvo lugar a mediados del siglo XX, y marcó un antes y un después en la enfermería moderna: fue la adopción de un esquema lógico de actuación encaminado a la realización de acciones reflexivas y orientadas a un propósito. Se han reconocido múltiples ventajas de la aplicación de este proceso, entre ellas se destaca que promueve el desarrollo del pensamiento autónomo y flexible, tiene orientación humanista, se enfoca a la consecución de resultados, fomenta la satisfacción profesional y genera una serie de beneficios institucionales en relación a los costos, los registros, la calidad y la oportunidad en la atención de enfermería25. A partir del contexto, datos y experiencias se valora una situación de salud, se plantea una problemática que se diagnóstica, se realiza una revisión del tema basado en la evidencia científica (que hace las veces de marco teórico), se formula una meta que se asemeja a la hipótesis, se realiza una planeación (marco de diseño) y ejecución de acciones y toma de decisiones, se analizan y evalúan los resultados y finalmente se registran. Estos datos, a través de la observación y la valoración de manera sistemática, se organizan de forma lógica y congruente para analizar la información relevante. Se plantea un problema y/o necesidad de cuidado, realizando un diagnóstico de enfermería basado en una taxonomía aceptada por la comunidad científica y creada para guiar las intervenciones de cuidado. 35 Por consiguiente, el Proceso de Enfermería se caracteriza por ser sistemático, debido a que se realiza secuencialmente, de una forma cíclica, periódica, organizada y controlada. Parte de un inicio que es la obtención de información por medio de la valoración, luego pasa por la etapa diagnóstica, de planeación y de ejecución y termina siempre con la evaluación. También es un proceso dinámico, puesto que las necesidades de cuidado de las personas son cambiantes, mejoran, empeoran, aumentan, disminuyen, dependiendo del contexto, de la situación de saludenfermedad, del tipo de necesidad, lo que lleva a que se construyan varios procesos de Enfermería para un mismo sujeto. El Proceso de Enfermería está constituido por una serie de etapas subsecuentes, engranadas, interrelacionadas, que son cinco: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación29. 5.4.1 Plan de cuidados El cáncer es el principal problema de salud pública en los países desarrollados, afectando a gran parte de la población. En el siguiente plan de cuidados, se presentan los principales problemas de salud que aparecen en las personas que no responden a tratamiento curativo. Al tratarse de un plan de cuidados estandarizado, deberá personalizarse para mejorar su eficacia. El principal objetivo de este plan se centra en el apoyo emocional al paciente terminal y la familia: mejorar el afrontamiento, prevención del duelo complicado, apoyo espiritual… Este plan se establece, como un conjunto de procedimientos dirigidos a la búsqueda de la mejor situación de bienestar del paciente terminal, englobando en este cuidado la totalidad de circunstancias personales. 36 Este plan incluye: - Valoración de enfermería según el modelo de patrones funcionales de Marjory Gordon. - Exposición de los principales diagnósticos enfermeros recogidos en etiquetas diagnósticas siguiendo la taxonomía NANDA. - Selección de los objetivos esperados según taxonomía NOC. - Intervenciones enfermeras necesarias para dar solución a estos problemas utilizando la clasificación NIC. Valoración específica de enfermería según patrones funcionales de Marjory Gordon. 1. Percepción / Control de la salud: - Valorar el grado de dolor referido por el paciente, esto nos indicará su confort y bienestar, además de la existencia de irritabilidad. - Fases de Kübler Ross. Actitud según la fase en la que se encuentra. - Existencia de conspiración de silencio. 2. Nutricional / Metabólico: No alterado 3. Eliminación: No alterado 4. Actividad / Ejercicio: Sin alteraciones. 5. Reposo / Sueño: - Calidad de sueño, horas de sueño y reparto de esas horas. Prestar atención al patrón del sueño, puede modificarse fácilmente dependiendo del nivel de estrés del paciente. 6. Cognoscitivo / Perceptual: - Capacidades funcionales cognitivas como el lenguaje, la memoria y la toma de decisiones 7. Autopercepción / Autoconcepto: - Sentimiento de autoestima - Calidad de vida percibida - Comunicación no verbal - Situación psicoemocional que atraviesa el enfermo 37 8. Rol / Relaciones: - Satisfacción en relación con los familiares/amigos. - Valoración social - Valoración familiar 9. Sexualidad / Reproducción: Sin alteraciones 10. Afrontamiento / Tolerancia al estrés: - Formas de manejar el estrés. - Sistemas de apoyo familiares. - Ansiedad verbalizada y no verbalizada por el paciente. 11. Valores / Creencias - Reflejar las necesidades de apoyo espiritual si fuese preciso. Reconciliarse consigo mismo, reconciliarse con los demás. 38 NANDA, NOC, NIC Estos diagnósticos quedan ordenados cronológicamente; partiendo de la incorporación del paciente al servicio de cuidados paliativos y para acabar con el fallecimiento del paciente y el apoyo posterior a la familia en el duelo. Estos diagnósticos enfermeros, dependerán siempre de la fase en la que se encuentre el paciente: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. DIAGNÓSTICO 00078 Manejo inefectivo del régimen terapéutico Proceso vital: NOC: NIC: 0060 Enfermedad 1601 Conducta de 4360 Modificación de la severa37 cumplimiento conducta 1704 Creencias sobre 4470 Ayuda en la la salud: percepción de modificación de sí la amenaza mismo 2609 Apoyo familiar 4420 Acuerdo con el durante el tratamiento paciente Factores etiológicos: 00061 Percepción subjetiva de gravedad de la enfermedad 6610 Identificación de riesgos 7400 Guías del sistema sanitario 5440 Aumentar los sistemas de apoyo 39 DIAGNÓSTICO 00080 Manejo inefectivo del régimen terapéutico familiar Proceso vital: NOC: NIC: 0023 Atención familiar 1606 Participación en 5602 Enseñanza: inadecuada de la las decisiones sobre la proceso de la enfermedad37 asistencia sanitaria enfermedad 1803 Conocimiento: 7110 Fomentar la proceso de la implicación familiar. enfermedad 5240 Asesoramiento Factores etiológicos: 00399 Planificación inadecuada en la 7100 Estimulación de la atención de los integridad familiar cuidados DIAGNÓSTICO 00148 Temor Proceso vital: NOC: NIC: 00148 Fobias, 1302 Afrontamiento de 5230 Aumentar el miedos problemas afrontamiento 1404 Autocontrol del 5380 Potenciación de la miedo seguridad 1824 Conocimiento: 5820 Disminución de la cuidados en la ansiedad enfermedad 5602 Enseñanza: 37 Factores etiológicos: 00392 Estímulos fóbicos proceso de enfermedad 5240 Asesoramiento 40 DIAGNÓSTICO 00146 Ansiedad Proceso vital: NOC: NIC: 0220 Cambio vital37 1302 Afrontamiento de 5230 Aumentar el problemas afrontamiento 1402 Autocontrol de la 5430 Grupo de apoyo ansiedad 5820 Disminución de la Factores etiológicos: ansiedad 00479 Cambios 5880 Técnica de vitales: relajación consecuencias 5340 Presencia DIAGNÓSTICO 00095 Deterioro del patrón del sueño Proceso vital: NOC: NIC: 0019 Ansiedad37 0004 Sueño 1850 Mejorar el sueño 1402 Autocontrol de la 5820 Disminución de la ansiedad ansiedad 1204 Equilibrio 6040 Terapia de emocional relajación simple 2002 Bienestar 6482 Manejo ambiental: personal confort Factores etiológicos: 00389 Ansiedad 5270 Apoyo emocional 41 DIAGNÓSTICO 00152 Riesgo de impotencia Proceso vital: NOC: NIC: 0253 Enfermedad 1211 Nivel de Ansiedad 5270 Apoyo emocional terminal37 1212 Nivel de estrés 5420 Apoyo espiritual 1702 Creencias sobre 5820 Disminución de la la salud: percepción de ansiedad control 5520 Facilitar el Factores etiológicos: 00076 Tratamiento de aprendizaje la enfermedad: 4410 Establecimiento efectos no deseados de objetivos comunes DIAGNÓSTICO 00120 Baja autoestima situacional Proceso vital: NOC: NIC: 0253 Enfermedad 1205 Autoestima 5230 Aumentar el terminal 0906 Toma de afrontamiento decisiones 5400 Potenciación de la Factores etiológicos: 1302 Superación de autoestima 00068 Enfermedad problemas 5440 Aumentar los 37 terminal: sistemas de apoyo consecuencias 4340 Entrenamiento de la asertividad 42 DIAGNÓSTICO 00060 Interrupción de los procesos familiares Proceso vital: NOC: NIC: 0057 Enfermedad 2602 Funcionamiento 7100 Estimulación de la crónica/prolongada37 de la familia integridad familiar 2604 Normalización de 7120 Movilización la familia familiar 2600 Afrontamiento de 7200 Fomentar la los problemas de la normalización familiar familia 7140 Apoyo a la familia Factores etiológicos: 00060 Deterioro de la salud física: consecuencias 7130 Mantenimiento en procesos familiares DIAGNÓSTICO: 00074 Afrontamiento familiar comprometido Proceso vital: NOC: NIC: 0276 Cuidados / 2205 Rendimiento del 7040 Apoyo al cuidador Tratamientos cuidados principal: principal prolongados37 cuidados directos 7110 Fomentar la 2506 Salud emocional implicación familiar del cuidador principal 7140 Apoyo a la familia 1606 Participación en 7150 Terapia familiar las decisiones sobre 4420 Acuerdo con el asistencia sanitaria paciente Factores etiológicos: 00396 Cuidados prolongados: consecuencias 00457 Conflicto 2609 Apoyo familiar durante el tratamiento familiar 43 DIAGNÓSTICO: 00075 Disposición para mejorar el afrontamiento familiar Proceso vital: NOC: NIC: 0295 Interés en 2204 Relación entre 5240 Asesoramiento mejorar la salud y el cuidador principal y 7100 Estimulación de la bienestar de la unidad paciente integridad familiar familiar con patrón 2600 Afrontamiento de 7110 Fomentar la suficiente de los problemas de la implicación familiar afrontamiento37 familia 7200 Fomentar la Factores etiológicos: 2602 Funcionamiento normalización familiar 00515 Interés en de la familia conductas saludables DIAGNÓSTICO 00062 Riesgo de cansancio del rol de cuidador Proceso vital: NOC: NIC: 0253 Enfermedad 2506 Salud emocional 7040 Apoyo al cuidador terminal del cuidador principal familiar 2507 Salud física del 7110 Fomentar la cuidador principal implicación familiar 2203 Alteración del 7180 Asistencia en el estilo de vida del mantenimiento del cuidador principal hogar 2508 Bienestar del 7260 Cuidados cuidador principal intermitentes 37 Factores etiológicos: 00068 Enfermedad terminal: consecuencias 00299 Distracciones insuficientes 44 DIAGNÓSTICO 00052 Deterioro de la interacción social Proceso vital: NOC: NIC: 0256 Problemas de 1205 Autoestima 4340 Entrenamiento de autoestima37 1503 Implicación social la asertividad 1502 Habilidades de 5400 Potenciación de la interacción social autoestima Factores etiológicos: 4640 Ayuda para el 00383 Trastornos del control del enfado autoconcepto 5820 Disminución de la ansiedad 4362 Modificación de la conducta: habilidades sociales DIAGNÓSTICO 00172 Riesgo de duelo complicado Proceso vital: NOC: NIC: 0281 pérdidas 1302 Afrontamiento de 5230 Aumentar el potenciales los problemas afrontamiento significativas: duelo 2608 Resistencia 520 Facilitar el duelo anticipado37 familiar 7100 Estimulación de la Factores etiológicos: 1504 Soporte social integridad familiar 00409 Pérdida real o 1204 Equilibrio 7140 Apoyo a la familia percibida: emocional 5440 Aumentar los consecuencias sistemas de apoyo 5270 Apoyo emocional 5270 Apoyo espiritual 45 DIAGNÓSTICO 00124 Desesperanza Proceso vital: NOC: NIC: 0057 Enfermedad 1204 Equilibrio 5270 Apoyo emocional crónica/prolongada37 emocional 5426 Facilitar el 1300 Aceptación: crecimiento espiritual estado de salud 5440 Aumentar los 1201 Esperanza sistemas de apoyo 1302 Afrontamiento de 5310 Dar esperanza problemas 5420 Apoyo espiritual Factores etiológicos: 00231 Declive o deterioro del estado fisiológico: medidas ineficaces/ insuficientes DIAGNÓSTICO 00147 Ansiedad ante la muerte Proceso vital: NOC: NIC: 0257 Miedo, aprensión 1307 Muerte digna 5260 Cuidados en la a la enfermedad / 1305.-Adaptación agonía muerte37 psicosocial: cambio de 5420 Apoyo espiritual Factores etiológicos: vida. 7460 Protección de los 00068 Enfermedad 1302 Afrontamiento de derechos del paciente terminal: problemas 5230 Aumentar el consecuencias 1404 Autocontrol del afrontamiento miedo 5230 Apoyo en la toma de decisiones 46 DIAGNÓSTICO 00083 Conflicto en la toma de decisiones Proceso vital: NOC: NIC: 0031 Conflicto en 0906 Toma de 5230 Aumentar el decisiones sanitarias37 decisiones Factores etiológicos: 00331 Conflicto en las decisiones sobre cuidados afrontamiento 1614 Autonomía 5240 Asesoramiento personal 5250 Apoyo en la toma 1700 Creencias sobre de decisiones la salud 5390 Potenciación de la 1504 Soporte social conciencia en sí mismo 1606 `Participación en 7330 Intermediación las decisiones sobre cultural asistencia sanitaria 5440 Aumentar los sistemas de apoyo 4410 Establecimiento de objetivos comunes DIAGNÓSTICO 00066 Sufrimiento espiritual Proceso vital: NOC: NIC: 0253 Enfermedad 1307 Muerte digna 5250 Apoyo en la toma terminal37 2000 Calidad de vida de decisiones 2001 Salud espiritual 5260 Cuidados en la 2002 Bienestar agonía personal 5270 Apoyo emocional Factores etiológicos: 00518 Miedo a la muerte 5420 Apoyo espiritual 528 Facilitar el perdón 4470 Ayuda en la modificación de sí mismo 5230 Aumentar el afrontamiento 47 6.CONCLUSIONES Cáncer, sida, esclerosis lateral amiotrófica (ELA)… las meras palabras siguen inspirando un miedo escalofriante a los profesionales sanitarios ante ese silencioso asesino tan difícil de abordar. Estas enfermedades evocan una desesperación y un sufrimiento psicológico que se convierten habitualmente en el talón de Aquiles de las enfermeras. El trato humano con el paciente es uno de los factores que han caracterizado a nuestra profesión a lo largo de la historia. Saber atender a la persona en sus últimos momentos de vida, es igual de importante que saber hacerlo en el nacimiento. Ambos momentos marcan la vida de la persona, y debemos saber atender a todas sus necesidades para lograr el equilibrio salud-enfermedad, que propicia el bienestar de la persona. Si conseguimos esto, podremos decir que esa carencia de salud que posee el paciente se ha compensado, y por tanto quitaremos la palabra enfermedad de nuestra mente para sustituirla por muerte digna y bienestar. Durante el transcurso de la enfermedad, los pacientes y familiares, presentan unas necesidades físicas y psicológicas que exigen ser abordadas adecuadamente. Para poder afrontarlos y manejarlos, es imprescindible saber establecer una comunicación eficaz a través de estrategias de comunicación. Debemos tener presente siempre como enfermeras que nuestra disposición siempre debe ser absoluta, y se debe aclarar al paciente de forma expresa. Otro pilar clave debe ser siempre la escucha activa, una realidad muy generalizada es la falta de tiempo y la celeridad con la que habitualmente actuamos. Si un paciente demanda nuestra atención, no debemos ignorar esta necesidad manifiesta; el paciente será siempre escuchado, ya sea en ese momento, o en el momento en el que dispongamos de tiempo para hablar con él. En contraposición, nos encontramos con ese paciente en el que existe la ya conocida “conspiración de silencio. En este acuerdo implícito por parte de la familia por ocultarle al paciente el diagnóstico/pronóstico y/o gravedad de la 48 enfermedad, deberemos reflejar que nuestra intención no es informar sino facilitar el bienestar del paciente y la familia. El counselling debe ser siempre el motor de todas nuestras acciones, acciones a realizar de manera conjunta con el paciente. Caminaremos siempre de la mano con el paciente para conseguir que se siente comprendido y valorado. Todo esto, a través de unas habilidades de comunicación que deben ser aprendidas y en las que deben primar siempre asertividad, empatía, silencio y escucha activa. Nuestro propósito va a ser facilitar una atención al final de la vida más centrada en el paciente, en sus objetivos, deseos y necesidades, que le permita afrontar el último capítulo de su vida más preparado, con el soporte adecuado de su entorno y acorde a sus deseos clarificados y expresados. Esto es a lo que llamamos muerte digna, si esto se cumple, nuestro trabajo habrá concluido con éxito. No tenemos que olvidar, que para poder cuidar de esta forma, en primer lugar nos tenemos que cuidar a nosotros mismas como colectivo. Ya que, en caso contrario, nuestro cuidado acabaría a la vez que lo hace el paciente cuidado, y esto no debe ser así. “Cuidarse para poder cuidar” tener en cuenta distintas estrategias: saber pedir apoyo a los demás, compartir información consensuando responsabilidades, compartir las dificultades, facilitar el trabajo en equipo, admitir los límites personales y profesionales, y utilizar el acuerdo y negociación en lugar de la imposición. 49 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Lasmarías Cristina, Espinosa José, Martínez-Muñoz Marisa, Bullich Ingrid, Alburquerque Eulalia, Gómez-Batiste Xavier. Estudio sobre necesidades formativas en cuidados paliativos para atención primaria. FEM (Ed. impresa) [revista en la Internet]. 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DESARROLLO…………………………………………………………..……pág. 14 5.1Los cuidados paliativos a ojos de los pacientes……...……...…..pág. 14 5.2 La comunicación…………………………………………....……....pág. 19 5.2.1 Habilidades comunicativas……………………...………pág. 21 5.3 El apoyo emocional…………………………...…………..………..pág. 26 5.3.1 Con el paciente……………………...…..……………….pág. 27 5.3.1.1 Aspectos espirituales……………………..…..pág. 29 5.3.2 Con la familia…………………………..…..…….……...pág. 30 5.3.2.1Figura del cuidador principal……..……...…...pág. 33 5.4 Proceso de atención de enfermería…………………………..…..pág. 35 5.4.1 Plan de cuidados (NANDA, NOC, NIC)……..…....…...pág. 36 6. CONCLUSIONES……………………………...………….………………… pág. 48 7. BIBLIOGRAFÍA………………………………..…………………………...…pág. 50 57