Introducción “Los Ángeles es la ciudad más poblada del estado

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Adrián Correnti
11 Domingo pos Pentecostés
Ciclo A
“A sus ángeles mandará cerca de ti”
(Sal. 91:11a).”
Sal. 91:11-16; Is. 51:1-6; Ro.
11:33-12:8; Mt. 16:13-20
23 y 24-082014.
Hohenau,
Cap. Miranda,
Jesús.
Introducción
“Los Ángeles es la ciudad más poblada del estado estadounidense de California y
la segunda de Estados Unidos tras Nueva York (unos 18 millones de hab. Según censo del
2010)…El gentilicio de sus habitantes es «angelinos»…. Los Ángeles fue fundada el 4 de
septiembre de 1781 por el gobernador español Felipe de Neve con el nombre de «El Pueblo
de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles del Río de Porciúncula». Los Ángeles, dentro de
la cual está Hollywood, es líder mundial en la creación de producciones de televisión,
videojuegos, música y cine que triunfan en todo el planeta”. (Fuente: Wikipedia).
1. ¿Quiénes son los ángeles?
Dice el Salmo 91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti.
“Las principales criaturas invisibles son los ángeles. Hay dos clases: ángeles buenos y
ángeles malos. Los ángeles buenos son seres espirituales santos, poderosos, ya confirmados
en la bienaventuranza, quienes alaban a Dios, ejecutan sus mandatos, y sirven a los
hombres. Heb. 1:14. ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor
de los que serán herederos de la salvación? (Catecismo Menor: Exposición Breve). Por lo
tanto, tenemos la prohibición divina de adorarles, como dice en Apocalipsis: “Yo me postré
a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús
es el espíritu de la profecía.” Y: “Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy
consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este
libro. Adora a Dios” (Ap. 22:9).
1.a. La existencia de los ángeles
“La doctrina acerca de los ángeles ha de extraerse no de la razón,… sino únicamente de
la Escritura, la cual enseña desde el Génesis hasta el Apocalipsis la existencia de estos seres
(Gn. 3:24; 32:1-2; Sal. 104:4; Ap. 12:7)… La teología racionalista moderna rechaza la
doctrina acerca de los ángeles cuando nos dice: „No existe un diablo personal; ni tampoco
puede comprobarse la existencia de los ángeles buenos‟.” Estos teólogos liberales están en
la misma situación que los saduceos del tiempo de Jesús. En Hechos 23:8 dice: “Porque los
saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos,
por el contrario, admiten una y otra cosas” (Juan Mueller, Doctrina Cristiana, p. 128).
“La aserción de que los ángeles una vez tomaron mujeres de entre los hijos de los
hombres, según la falsa interpretación que se da a Gn. 6:2, es completamente contraria a la
Biblia: Mt. 22:30: “En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que
todos serán como ángeles en el cielo.”
1.b. Otras dos acepciones del término “ángel”
“El término ángel por el cual designa la Sagrada Escritura a esta clase de criaturas, no
describe su esencia, sino su oficio, y significa “uno que es enviado”, o “mensajero”… No
hay duda de que el nombre “ángel” es una designación de oficio, pues la Escritura lo aplica
[también a]:
a) Los ministros de la Palabra divina, o pastores: “Las siete estrellas son los ángeles de
las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias. Escribe al
ángel de la iglesia en Efeso” (Ap. 1:20-2:1). Recuerden: El padre de familia es como un
ángel de Dios en su hogar, y debería el padre comportarse con el oficio de un ángel, que es
dar el mensaje de Dios a su esposa, sus hijos. ¿Tú padre, te comportas como un ángel de
Dios en tu hogar? ¿Haces y diriges una devoción en tu hogar? ¿Le recuerdas la palabra de
Dios a tus hijos? ¿Tú, padre, estás cerca de tu esposa e hijos cuando te necesitan? ¿O eres
más bien un tropiezo e instrumento del diablo? Esas son las responsabilidades que te
competen como mensajero o ángel de Dios en tu propia familia, para que se cumplan en a
través de los padres el Salmo 91:11: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en
todos tus caminos” ¿Te estás comportando como ángel protector de tu esposa, familia,
hijos? Recuerda, tú, oh padre, lo que dice la palabra de Cristo sobre tú y tus hijos: “Mirad
que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos
ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 18:10).
b) Al Hijo de Dios [Jesucristo], el “Ángel no creado”, como el Mensajero supremo y
singular de Dios: Sal. 34:7: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y
los defiende.” O en el Catecismo, en la oración de la mañana y la noche, invocamos a
Cristo, cuando decimos: “Tu santo ángel sea conmigo, para que el enemigo malo no tenga
ningún poder sobre mí. Amén”.
2. El mal uso de la doctrina de los ángeles
2.a. La tentación de satanás: Provocar a Dios invocando ángeles
Dice el Salmo 91:11-12: Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en
todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
En Mateo 4:6-7, el Sal. 91-11-12 es mencionado en la segunda tentación, mientras que
en Lc. 4:10-11 es mencionado también, pero en este caso la tentación del templo es la
tercera y última. Dice: “Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu
pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (Mt. 4:6-7).
Satanás le propone a Jesús, en la segunda tentación, la fama instantánea, rápida, de ser
reconocido como salvador tirándose de la cima del templo de Jerusalén, ayudado por los
ángeles. “El fin justifica los medios”, dice Nicolás Maquiavelo. Pasar por encima de los
demás con tal de conseguir cierto resultado, sin medir los efectos de nuestras decisiones, sin
tomar en cuenta el proceso, el camino, eso no es de cristianos. Jesús no buscó agradar a las
multitudes, sino que obedeció la voluntad de Dios. No quiso hacer la suya, con tal de que la
gente lo siguiera. El camino rápido y fácil al éxito no es agradable a Dios. Porque el
exaltarse a sí mismo por encima de los demás rompe el lazo de amor que existe entre los
hermanos en la fe, y por eso varios de ustedes están espiritualmente enfermos. Porque cada
uno busca su propio bien, y no el bien de los demás. Así ustedes rompen la comunión que
Cristo obtuvo en la cruz, y que les entrega en la santa cena. Toman y beben la santa cena,
pero no hacen un uso saludable de la misma en sus propias vidas. Por eso existe
indiferencia y rencor, porque reciben el perdón de sus pecados, pero después no desean
compartirlo ni vivirlo. Así no conviene que se acerquen al sacramento del altar.
Satanás, como ángel caído, es el que inventa falsa doctrina para tratar de impedir la
venida del Reino de Dios hacia nosotros. Es él quien impide depositar nuestra fe en la cruz
de Cristo, y nos lleva a confiar en nuestras capacidades naturales. “Tú eres un campeón. Tú
te mereces ser reconocido. Tú puedes. Mensajes positivos de esa clase son presentados hoy
día como siendo el verdadero evangelio. En verdad es una falsificación del mensaje
cristiano. El mensaje del evangelio comienza diciendo: “Arrepentíos, y creed el evangelio”.
El engaño de satanás es hacerte creer que mereces la bendición de Dios, que merecemos ser
aceptados y reconocidos. El evangelio verdadero, en cambio, trata de nuestro pecado y
condenación eterna, que estamos por naturaleza perdidos. Otro engaño de satanás es
invocar o pedir la ayuda de seres espirituales como los ángeles del Señor. Los ángeles
ciertamente son ministros de Dios y de los hombres, pero eso no significa que debamos
pedirles, invocarles o tratar de comunicarnos con ellos. Lo más probable es que entremos
en contacto con seres espirituales de maldad, simulando ser los ángeles de Dios. En ningún
lugar de las Escrituras existe ejemplo alguno de invocar a los ángeles. Si ellos se presentan,
es para anunciar las buenas nuevas del evangelio de Cristo, ya sea su nacimiento a los
pastores de Belén (Lc. 2:15), su compañía en el dolor de Jesús en el Getsemaní, en el
anuncio de la resurrección (Lc. 24:23; Jn. 20:12), o bien liberando a Pedro de la cárcel a fin
de seguir comunicando el evangelio de Cristo.
Por otra parte, el apóstol Pablo nos previene de otras revelaciones o mensajes diferentes
al evangelio verdadero, por parte de supuestos ángeles, en Gálatas 1:8: “Mas si aun
nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos
anunciado, sea anatema.” El movimiento de la Nueva Era propone ese contacto con los
ángeles, o también se les llama seres de luz, y ni que hablar del fenómeno extraterrestre. No
quiero que ustedes tengan contacto con los demonios, ni busquen comunicarse con seres
extraterrestres, ni tener algo que ver con la magia y la brujería. No se puede tener contacto
con los demonios y después venir a participar de la santa cena. Sean santos en todo su ser,
así como el Señor es santo. Y no se engañen a sí mismos, provocando así la ira del Señor,
participando de la mesa de los demonios y después en la mesa del Señor.
2.b. Provocar a Dios maltratando a sus ángeles-pastores (Éxodo 17:1-7)
En Éxodo 17:1-7 leemos: 1 “Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de
Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon en
Refidim, el pueblo no tenía agua para beber. 2 Entonces acusaron a Moisés y le dijeron:
"Danos agua para que podamos beber". Moisés les respondió: "¿Por qué me acusan? ¿Por
qué provocan al Señor?". 3 Pero el pueblo, torturado por la sed, protestó contra Moisés
diciendo: "¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed, junto
con nuestros hijos y nuestro ganado?". 4 Moisés pidió auxilio al Señor, diciendo: "¿Cómo
tengo que comportarme con este pueblo, si falta poco para que me maten a pedradas?". 5 El
Señor respondió a Moisés: "Pasa delante del pueblo, acompañado de algunos ancianos de
Israel, y lleva en tu mano el bastón con que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, 6 porque yo
estaré delante de ti, allá sobre la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca, y de ella brotará agua
para que beba el pueblo". Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. 7 Aquel
lugar recibió el nombre de Masá -que significa "Provocación"- y de Meribá -que significa
"Querella"- a causa de la acusación de los israelitas, y porque ellos provocaron al Señor,
diciendo: "¿El Señor está realmente entre nosotros, o no?" (BPD).
3.El buen uso de la doctrina de los ángeles
En Mateo: 26:53, 56 dice Jesús: “¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? El
pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles. 56 Mas todo
esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los
discípulos, dejándole, huyeron.” Cristo sabe que puede recurrir a sus ángeles, pero no lo
hace, para que se cumplan las Escrituras, que decían que él debía sufrir y morir en la cruz
en nuestro lugar. El Señor Jesús, como el Ángel o mensajero definitivo del amor de Dios,
estuvo dispuesto a entregarse por amor a ti. No tuvo en cuenta que era el Señor de los
ángeles y espíritus, pensó en nosotros, pobres criaturas terrenales. Y por eso, con valor,
enfrentó la cruz y así pagó por todos tus pecados. Heb 2:16: Porque él no vino para socorrer
a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham.
Por eso nosotros, en las tribulaciones y momentos difíciles, hemos de orar al Padre del
cielo “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Así “Pedimos a Dios
que Él quebrante e impida este mal consejo y voluntad perversa, y nos fortalezca y
conserve firmes en su Palabra y en la fe, de modo que nosotros hagamos alegremente su
voluntad, como los ángeles en el cielo, y en toda tribulación tengamos paciencia hasta el
fin.”
4. El Ángel-Cristo nos acompaña mediante su Santa Cena (1Corintios 10:1-4, 15-17)
Cristo acompaña especialmente a los que sufren, y está cerca de ellos, a través de la
santo sacramento de la Santa Cena. Dice 1Corintios 10:1-4, 15-17: “Porque no deben
ignorar, hermanos, que todos nuestros padres fueron guiados por la nube y todos
atravesaron el mar; 2 y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un
bautismo que los unió a Moisés. 3 También todos comieron la misma comida y bebieron la
misma bebida espiritual. 4 En efecto, bebían el agua de una roca espiritual que los
acompañaba, y esa roca era Cristo. 15 Les hablo como a gente sensata; juzguen ustedes
mismos lo que voy a decirles. 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso
comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo
de Cristo? 17 Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un
solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan” (BPD).
Cada vez que ustedes participan del culto, y en especial del sacramento del altar, ustedes
están teniendo comunión con la Santa Trinidad, con Cristo, y por ende, con todos los
ángeles en el cielo y con los santos que nos precedieron en la fe. De tal manera, que todos
juntos, los ángeles y los santos en el cielo, junto con nosotros aquí en la cierra, pasamos a
formar un solo coro celestial, que canta y alaba a Dios: “Santo, santo, santo, Jehová de los
ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (Is. 6:3). De tal manera que el culto, o
gottesdienst, viene a ser el cielo en la tierra, como dice en Heb. 12:22-24: 22 “Ustedes, en
cambio, se han acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén
celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, 23 a la asamblea de los
primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el
Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, 24 a
Jesús, el mediador de la Nueva Alianza, y a la sangre purificadora que habla más
elocuentemente que la de Abel.”
Conclusión
Recordemos, a modo de conclusión, las palabras de nuestro Señor: “Les aseguro que, de
la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que
por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse” (Lc. 15:7).
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