LA JERARQUÍA URBANA LA JERARQUÍA URBANA EN LA UE. El ESPON (European Spatial Planning Observation Network, en castellano: Observatorio en Red de Ordenación del Territorio) utiliza como criterio para establecer la jerarquía de las ciudades el tamaño de su área de influencia, medido por los flujos laborales que genera (atracción como lugar de trabajo, viajes por motivos de trabajo…). Según este criterio en el territorio comunitario hay unas 1.600 Áreas Funcionales Urbanas (FUA, Functional Urban Area), que podríamos definir como ciudades de rango europeo. Por debajo de ellas están las ciudades que actúan en ámbitos subregionales nacionales, también denominadas ciudades “pequeñas”. Una FUA consta de un núcleo urbano y un área periurbana económicamente integrada con el núcleo, por ejemplo, el mercado de trabajo local. En los países con más de 10 millones de habitantes, una FUA se define como un “centro urbano de al menos 15.000 habitantes y un área periurbana de al menos 35000”. Para los países más pequeños, una FUA debería haber un centro urbano de al menos 15.000 habitantes y más de 0,5% de la población nacional, así como funciones de importancia nacional o regional. Para analizar la jerarquía de las FUA, ESPON plantea cinco criterios de medición: 1. Tamaño demográfico. La población se entiende como un elemento determinante para la localización (atracción) de las inversiones privadas y públicas, y para las localizaciones productivas como para las de los servicios. 2. La conectividad. La distribución de las funciones económicas se vincula a infraestructuras eficientes de transporte y a la accesibilidad. 3. El desarrollo industrial. Aunque las industrias manufactureras están en declive en la mayoría de las regiones, aún siguen siendo, sin embargo, la columna vertebral de la economía en muchas otras. Además hay un vínculo bastante estrecho entre desarrollo industrial y participación en el comercio global. 4. Desarrollo de I+D+i y de la llamada “sociedad del conocimiento”. Las FUA más importantes son nodos en el campo del conocimiento, manteniendo un elevado nivel de innovación que les otorga centralidad y buenas posiciones competitivas en un mercado global. 5. Centros de toma de decisiones en el sector privado. La capacidad de influencia de un sistema urbano depende, en parte, de sus atractivos para los inversores privados. La distribución de las sedes de las principales empresas europeas (donde se toman decisiones) es un indicador del atractivo económico. Según estos criterios, las FUAs europeas se distribuyen en tres grandes categorías: • • • 76 MEGAs (Metropolitan European Growth Areas , Áreas Metropolitanas Europeas en Crecimiento), que son FUAs que tienen un ámbito de influencia, mundial y/o europeo. 261 FUAs, cuyo ámbito de influencia es nacional y/o transnacional (entre varios países) 1260 FUAs de importancia regional A su vez las MEGAs se ordenan en: 1. Nodos mundiales (ámbito de influencia mundial): Londres y París 2. Grandes ciudades altamente competitivas (13 MEGAs), entre las que están Múnich, Madrid, Milán, Bruselas, Copenhague y Ámsterdam. 3. MEGAs que tienen un punto débil (11 MEGAs), la mayoría de los casos es el tamaño o su accesibilidad. Son ejemplos Estocolmo, Helsinki, Oslo, Ginebra, Viena, Atenas y Dublín. 4. MEGAs con algún problema de competitividad (26 MEGAs), que suele tener que ver con una menor base de conocimientos. Ejemplos: Praga, Varsovia, Budapest y Bratislava, Amberes, Rotterdam, Aarhus, Bergen y Glasgow. 5. Las 24 MEGAs restantes presentan puntuaciones menores en los parámetros medidos. Siguiendo los criterios de ESPON se obtiene la siguiente tabla: Además de los criterios que utiliza la administración territorial europea, hay otros que dan lugar a diferentes formas de jerarquización de las ciudades europeas. A continuación señalamos dos: 1. Según las funciones que realizan las ciudades dentro del sistema urbano, se puede establecer la siguiente jerarquía: o o Grandes megalópolis mundiales. Son ciudades donde predominan las actividades de servicios (banca, aseguradoras, empresas mercantiles), que se encuentran bien dotadas de infraestructuras (transportes, telecomunicaciones, etc.), servicios a empresas, o centros de I+D. Poseen una alta capacidad de atraer las inversiones de las principales empresas multinacionales, y su área de influencia es mundial, encontrándose integradas en el sistema urbano internacional, y actúan como centros de decisión con capacidad de influencia en los ámbitos político, económico y cultural. Pertenecen a este grupo las aglomeraciones de Londres, Frankfurt, Amsterdam/Randstad, y París. Megalópolis regionales o estatales. Aunque también puedan poseer factores de atracción, su área de influencia está limitada al ámbito estatal, como es el caso de capitales de estado (Madrid, Moscú, Roma, Atenas, Estocolmo, Oslo, Viena, Lisboa, etc.), o regional, comprendiendo tanto regiones supraestatales, principalmente asociadas a la localización de sedes de organismos o o internacionales (Bruselas), como subestatales (Barcelona, Milán, Hamburgo, Münich, etc.). Ciudades medias. Pese a que concentran un menor número de actividades económicas o culturales que las grandes aglomeraciones, ciudades medias como Liverpool, Lyón, Toulouse, Marsella, Valencia, Zaragoza, Nápoles, Salónica, Colonia, Bolonia o Salzburgo juegan un papel muy importante en la organización del sistema urbano europeo, contribuyendo al equilibrio demográfico y a una mejor distribución de la actividad económica sobre el territorio. Entre las ciudades que integran esta categoría se encuentran aquellas localizadas en las proximidades de las grandes aglomeraciones que han experimentado un notable desarrollo por los procesos de deslocalización de las ciudades centrales, y las que se han especializado en determinadas actividades, servicios o equipamientos, como las tecnópolis de Cambridge, Heidelberg y Montpellier. Ciudades menores. Se caracterizan por una situación periférica o una débil proyección internacional, aunque poseen un peso económico y una estructura social suficientemente importante y consolidada como para extender su área de influencia sobre su entorno geográfico más inmediato (Dover, Grenoble, Lieja, Bari, Kiel, etc.). Al igual que el de ciudades medias, este nivel jerárquico constituye un foco de desarrollo muy dinámico 2. Siguiendo exclusivamente criterios de tamaño demográfico se puede realizar la siguiente jerarquía de menor a mayor: • • • • Ciudades de 10.000 á 100.000 habitantes, que suelen ser pequeñas ciudades funcionalmente especializadas (agrociudades, capitales administrativas de ámbito provincial o regional, ciudades industriales, ciudades turísticas, etc.) Ciudades de 100.000 á 500.000 habitantes, consideradas ciudades medias. Ciudades de 500.000 á 1.000.000 de habitantes, que en el ámbito europeo pueden considerarse grandes ciudades. Ciudades de más de 1.000.000 de habitantes, a las que puede considerarse, al menos a escala europea, como metrópolis LA JERARQUÍA URBANA EN ESPAÑA Siguiendo los criterios del ESPON, antes comentados, podemos señalar que en España hay 6 MEGAs, aunque de diferente entidad: 1. MEGAs “motores europeos”: Madrid y Barcelona, aunque la primera tiene un rango muy superior (a escala europea) que la segunda. 2. MEGAs “potenciales”: Palma de Mallorca, Valencia y Bilbao. 3. MEGAs débiles: Sevilla El resto de las urbes españolas se catalogan como FUAs, aunque cabe hacer una distinción: 1. FUAs transnacionales: Zaragoza, Santander, Oviedo, A Coruña, Santiago de Compostela, Pontevedra, Vigo, San Sebastián, Pamplona, Logroño, Burgos, Valladolid, Tarragona, Castellón de la Plana, Alicante, Murcia, Almería, Granada, Málaga, Cádiz, Córdoba y Huelva. 2. FUAs de ámbito regional: todas las demás. Siguiendo un criterio clásico sobre la base del número de habitantes de cada ciudad, otorgando un rango mayor o menor a cada ciudad según su número de habitantes. Con este criterio podemos establecer la siguiente jerarquía dentro de un sistema urbano: • Metrópolis nacionales (más de 1 millón de habitantes). Son grandes ciudades que extienden su área de influencia sobre el territorio nacional, y a su vez se encuentran relacionadas con otras grandes ciudades a escala europea y mundial. Poseen la mayoría de las funciones urbanas, incluso algunas en exclusiva, como la función político- administrativa de capital de Estado, que tiene Madrid. Estas ciudades son verdaderas aglomeraciones urbanas, porque engloban a las ciudades de su entorno. Madrid y Barcelona pertenecen a este rango, aunque la primera, por los flujos que mantiene con el resto de las principales ciudades del planeta, se la puede clasificar como “metrópoli global”, mientras que a la segunda se la clasifica como “metrópoli europea”. • Metrópolis regionales de primer orden (300.000 a 1 millón de habitantes). Ejercen su influencia sobre una amplia área de carácter regional o, en el caso de España, autonómico, manteniendo vínculos intensos con otras ciudades de rango nacional. Sus funciones principales son las industriales, comerciales y culturales. Pueden ser capitales autonómicas, en cuyo caso son centros de servicios administrativos y ejes económicos de sus respectivas comunidades. Pertenecen a este rango Bilbao, Valencia, Zaragoza, Sevilla y Málaga. • Metrópolis regionales de segundo orden (200.000 a 300.000 habitantes). Son ciudades que ofrecen servicios muy especializados. Suele tratarse de capitales provinciales. Se pueden definir como ciudades comerciales y centros de servicios. Mantienen importantes flujos con las metrópolis nacionales y regionales. Su área de influencia a veces alcanza las provincias próximas. Pertenecen a este rango La Coruña, Vigo, Oviedo, Santander, San Sebastián, Pamplona, Valladolid, Salamanca, Alicante, Murcia, Córdoba, Cádiz, Granada, Palma de Mallorca, Tenerife y Las Palmas. • Ciudades intermedias. (50.000 a 300.000 habitantes). Suele tratarse de capitales de provincias poco pobladas. Tienen funciones principalmente administrativas y comerciales, pero menos especializadas. Suelen ser puntos terminales de la red de comunicaciones por carretera que las comunican con los pueblos próximos. Pueden presentar alguna especialización en educación, sanidad, comercio. Algunas de ellas han crecido debido a su evolución como centros industriales de sus provincias. En España pertenecen a esta categoría todas las capitales provinciales que no se han mencionado con anterioridad. • Ciudades pequeñas (10.000 a 50.000 habitantes). Su área de influencia es principalmente comarcal. Son importantes nodos de transportes en su zona. Presentan también actividades especializadas relacionadas con el Sector Primario (agricultura y ganadería). Sus funciones son mucho menos especializadas: administrativas y comerciales, aunque algunas pueden contar con equipamientos de cierta especialización. En general, puede decirse que este tipo de clasificaciones suele adolecer de un defecto: olvida los municipios que no son capitales provinciales. Si observamos la tabla que viene a continuación podremos ver que hay bastantes municipios que superan las cifras de población de un amplio conjunto de ciudades. Para evitar este problema suele considerarse que estos núcleos están integrados en áreas metropolitanas o en conurbaciones en las que una ciudad-capital de provincia ejerce la centralidad. Esta situación es cierta en algunos casos, pero no lo es en otros, como, por ejemplo, Gijón, Vigo, Alcalá de Henares o Getafe, que tienen suficientes elementos de centralidad como para ocupar un lugar propio en la jerarquía española.