E El Vicario de Cristo l 17 de febrero, Ciudad Juárez se habrá transformado enormemente. Su historia habrá sido cambiada para siempre. La primera visita papal se efectuará y nuestra ciudad ya no será la misma. Sus calles se llenarán de algarabía ante un derrame de felicidad por parte de millones de fieles católicos que como nunca antes saldrán de su casa y se apostarán a todo lo largo de los 42 kilómetros del recorrido del Papa Francisco. El que será monitoreado por poco más de 180 cámaras. La ciudad se ha remozado para ello lo mejor que se pudo. El gasto no ha importado. La visita bien lo vale y lo merece. Nada ni nadie mueve a la gente como la figura del Papa. Y ahora, por ser latinoamericano, más. El Papa Francisco provocará el desplazamiento de millones de personas durante toda su estancia en México. Vendrán de todos los confines del continente. Ciudad Juárez se verá “invadida” por más de un millón de personas que pernoctarán donde encuentren. Las reservaciones en los hoteles se hicieron desde enero. Se prevén días de tumultos y hasta desabasto moderado en productos de primera necesidad. Nada de qué alarmarse ni entrar en pánico. ¿Por qué se da este fenómeno de movilización tan grande de personas? De seguro se debe a muchas causas. La fe de la gente es una de ellas, pero creo que no es la más importante. En mi opinión se debe a que el Papa en turno representa a uno más grande, más reconocido, más amado y más venerado en el mundo, que el mismo Obispo de Roma. El Papa Francisco es El Vicario de Cristo. En el catolicismo él es el representante principal de Jesús de Nazaret. Quienes muchos creemos ser el Hijo de Dios. En quien depositamos nuestra vida y nuestra fe. Y como en todo, hay niveles de fe en las personas. Gran fe, mediana fe y poca fe. También hay quienes no tienen fe ni del tamaño de un grano de mostaza de ella. Pero esas personas no estarán en las vallas, ni en la gran misa que se celebrará en los terrenos de la feria. Sin embargo sí se darán por enterados de la visita porque ésta, no es como la venida de alguna figura política, artística, etc. El Papa está presente en la vida de propios y extraños. Para bien o para algo más. El halo con el que es investido, es más grande que él mismo. Y lo que primeramente emana del Papa, es la sustancia que da vigor a la gente. El amor y la esperanza. 14 La fe en Dios mueve montañas y la esperanza que el Papa emana mueve millones de personas. Las que esperan de él, un milagro que su vida necesita. Un poco de ánimo para su alma. ¿Quién es tan digno y perfecto para condenar o criticar a la gente que esto busca? Si una visita papal cambia la vida de alguien, renueva la fe de otra y llena de esperanza a los más, sólo puedo decir: qué bueno que así sea. Esto va más allá de doctrinas, de credos, enseñanzas, teologías y gustos. La visita del Papa Francisco tiene efectos económicos, políticos y religiosos. Estos últimos son muy difíciles de ser medidos. Son subjetivos. Sus mensajes, que habrán de tratar los problemas más candentes del momento, seguro causará malestar en algunos sectores. El Papa habrá de hablar da derechos humanos y todo lo que ello implica. Trata de personas. Tortura, etc. La Familia será un tema principal. Sobre todo con las tendencias occidentales a favor de matrimonios entre personas del mismo sexo. Algo que la Iglesia no aprueba. A los jóvenes invitará a evitar embarazos antes del matrimonio. Lo que ha hecho en otras partes. El Papa es muy bien recibido por ellos, los jóvenes posmodernos. Los “milenios”. Que tal vez no vean muy bien la religión, pero encuentran confort y esperanza en el mensaje que con base en las enseñanzas de Jesús, el Papa habrá de enviarles. ¿Será efectivo? ¿Servirá de algo? Sin duda. Lo sabremos en los años por venir. La visita del Papa Francisco para millones será como la luz de un faro que anuncia dónde está la costa rocosa. Que lo anuncia y permite virar para evitar así un posible naufragio. El peligro que amenaza la vida. Quienes sucumben en las rocas cuando un barco se estrella, siempre son noticia. Pero no así los millones que no chocaron y han salvado la vida. De esos no hay cuenta ni estadística. Sólo gratitud, paz y alegría. Que durarán más en la gente, que las obras materiales realizadas en la ciudad por la visita del Papa Francisco. Siendo esto, el Meollo del Asunto. @elmeoyodlasunto www.danielvalles.info [email protected]