El problema de las competencias: atribuciones jurídicas y ejercicio

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El problema de las competencias y la atención a la
pobreza 1
Documento de apoyo docente
Paul Bromberg
Instituto de Estudios Urbanos y
Facultad de Artes
Universidad Nacional de Colombia (Bogotá)
Dice nuestra ley de leyes:
“Al municipio como entidad fundamental de la división políticoadministrativa del Estado le corresponde prestar los servicios
públicos que determine la ley, construir las obras que demande el
progreso local, ordenar el desarrollo de su territorio, promover la
participación comunitaria, el mejoramiento social y cultural de sus
habitantes y cumplir las demás funciones que le asignen la
Constitución y las leyes” (Artículo 311, CN) 2 .
No era de esperar que la Constitución fuera mucho más detallada que
esto. Dejó para la ley la concreción de estas afirmaciones generales.
Sigue aún vigente el Código de Régimen Municipal, expedido en 1986,
derogado a trozos por los fatídicos artículos de normas posteriores que
“derogan lo que le sea contrario”, complementado por infinidad de
normas expedidas sobre el tema o por normas sobre otros temas que
delegan en los alcaldes municipales y distritales funciones de vigilancia
en uno que otro artículo. Por citar algunas, está la Ley 136/1994 (“Por la
cual se dictan normas tendientes a modernizar la organización y el
funcionamiento de los municipios”) y en el caso de Bogotá el DecretoLey 1421 de 1993. Bogotá, además, desde el punto de vista
1
Este documento constituye una adaptación de una sección de un trabajo realizado desde la Red
Bogotá (en transición hacia el Instituto de Estudios Urbanos) para la Secretaría de Hacienda
Distrital, sobre la implementación de los Observatorios de Impacto Social y Económico Local
(OISEL) previstos a instancias del Concejo de Bogotá en el Plan de Desarrollo Económico y Social
Bogotá Sin Indiferencia.
2
Transcribimos lo correspondiente a los departamentos, aún menos preciso. El artículo 298 dice
así: “Los departamentos tienen autonomía para la administración de asuntos seccionales y la
planificación y promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio… Ejercen
funciones administrativas, de coordinación, de complementariedad de la acción municipal… y de
prestación de los servicios que determinen la Constitución y las leyes”. Como se ve, muy impreciso.
En general, en las decisiones de las altas cortes sobre competencias, han salido ganando los
municipios. Ningún Gobernador saldría airoso en una pelea con alguno de los alcaldes de
municipios comprendidos en su territorio sobre quién tiene la prelación para la “promoción del
desarrollo económico y social”.
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administrativo es a la vez un Departamento y un municipio, lo que deja
a la ciudad más sujeta a incertidumbre.
Esta jurisdicción establecida en términos tan generales seguramente no
es exclusiva de nuestro ordenamiento jurídico. Pero es ilustrativo
considerar otras opciones, como el caso de los municipios de la
República Federal Alemana. Alemania tiene 16 estados (Länder), 13.844
municipios y varios niveles intermedios. Los municipios tienen las
siguientes atribuciones 3 :
Obligatorias
Red vial local
Transporte escolar
Escuelas primarias
Atención a
indigentes
Agua y
alcantarillado
Cementerio
Voluntarias
Publicidad
Bibliotecas y
museos
Piscinas públicas
Deportes
Ciclovías
Jardín zoológico
Jardín botánico
Delegadas
Cooperación en elecciones
Recaudación del impuesto de
renta
Expedición de pasaportes
Elaboración de estadísticas
Registro civil
Otras funciones quedan a niveles intermedios como los condados, las
provincias, los Estados y finalmente el gobierno federal, cada uno con
capacidad para establecer mecanismos de solidaridad de manera que se
garantice condiciones uniformes en lo básico.
Claro está, el municipio alemán de Riedering no es lo mismo que Berlín,
Frankfurt… o Bogotá. Pero la idea básica sigue siendo interesante: pocas
competencias, muy claras, capacidad para cumplirlas, y lo que queda es
gerenciarlas. No hay ninguna atribución tan general como “el
mejoramiento cultural y social de sus habitantes”.
El universo legal colombiano sobre el tema se ha vuelto innavegable por
aficionados y aún por especialistas, y campo abonado para permanentes
demandas y discusiones sobre competencias. Y también para algunos
desvaríos. La oferta y la demanda de programas académicos sobre
gobierno municipal se cruzan en un punto en el que predomina la
descripción de la norma, como si el arte de gobernar fuera el
cumplimiento de la norma. Se cumple con la norma, expidiendo normas
locales posiblemente inaplicables o creando una nueva oficina,
antecediéndolas de declaraciones grandilocuentes, sin consideraciones
3
Descentralización y gobiernos intermedios locales. Tres experiencias internacionales. Amador,
María Carolina et.al., AECI-ARD USAID-GTZ, 2004.
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hacia su eficacia o sobre las consecuencias de su aplicación, es decir, sin
atender todo lo que las ciencias sociales han permitido comprender
sobre las sociedades y sobre la pretensión de dirigirlas. El urbanismo, la
sociología, la antropología, la ciencia política, la economía, todo queda
en segundo y tercer plano frente a las declaraciones legales, que
pretenden convertirse en leyes sociales a fuerza de ser repetidas.
…y sin embargo, ¡se gobierna! Se gobierna porque hay una tradición –
el alcalde llega a gobernar con un aparato ya filtrado por un debate
histórico sobre atribuciones, cuando no simplemente el aparato está
directamente ordenado por la ley, e implementado por antecesores. Se
puede gobernar también porque hay una suerte de lógica del mundo,
que ha contribuido a determinar lo que evidentemente es de carácter
local y lo que es de carácter nacional.
Es decir, las atribuciones jurídicas y la lógica del mundo de la vida no
están totalmente divorciadas, aunque por muchas razones, que no es
del caso discutir aquí, no son completamente consistentes. Teorías
sobre los desfases entre estas dos (nos referimos a las atribuciones
jurídicas y a la lógica del mundo) las hay, pero son aún insuficientes.
Aunque suene circular el argumento, las atribuciones jurídicas otorgadas
a los gobiernos urbanos tienen que ver con lo propio de lo urbano 4 . Lo
urbano tiene que ver con la expresión espacial (creación de espacio
urbano, y distribución de actividades y habitantes en ese espacio) de las
interacciones económicas, sociales (por supuesto, aquí incluimos las
culturales) y políticas.
Bajo las atribuciones jurídicas abiertas con el etcétera de la Constitución
– “el mejoramiento social… de sus habitantes” – todo cabe. Exagerando
un poco, nada impone límites a lo que puede ofrecer un candidato a
alcalde en el momento de la competencia electoral 5 . En Bogotá se llegó
a proponer, por ejemplo, “metro ligero en siete meses” 6 . Algunos
candidatos, como fruto de su propia iniciativa, o como consecuencia de
la competencia política, terminan prometiendo ríos de leche y miel.
Nada de eso lo prohíbe la Constitución, aunque las realidades
económicas y sociales lo prohíban en el sentido de hacerlas imposibles.
4
Aquí nos interesan los gobiernos de jurisdicciones municipales claramente urbanas, como Bogotá.
Parafraseamos aquí a Weber en su definición sobre el Estado: “…el Estado [no] puede definirse
por el contenido de su actividad. Apenas existe una tarea que no haya sido acometida por [él]” (M.
Weber, La ciencia como profesión. La política como profesión. Colección Austral, Espasa Calpe,
Madrid, edición de 1992). No resulta correcta para una jurisdicción subnacional urbana, pues ésta
no es soberana. Sin embargo, un aspecto de la idea sigue siendo cierto.
6
Tomado del programa de gobierno de Carlos Moreno de Caro, presentado en el momento de su
inscripción como candidato a al Alcaldía de Bogotá para el período 1998-2000.
5
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Las funciones generales atribuidas a las jurisdicciones territoriales
permiten todo lo que el candidato puede proponerse pues, como hemos
dicho, todo cabe bajo “mejoramiento social de sus habitantes”. Pero en
cambio las normas sí son bien precisas sobre las herramientas de que
dispone para lograrlo. Un alcalde no puede emitir dinero. No puede
expropiar sin indemnización, ni imponer aranceles en las fronteras de su
territorio, ni restringir la entrada de mercancías al mismo, ni exigirle a
los bienandantes “pasaporte de residencia local” si desean ingresar al
municipio, un tema muy discutido en las ciudades del medioevo antes
de la creación de los Estados como hoy los conocemos.
Algunas definiciones sobre distribución de poder a diferentes
autoridades
Palabras que en el lenguaje natural son sinónimas entre sí, como
competencia, atribución y función, pueden emplearse para distinguir
formas distintas de conceder autorización para actuar a una autoridad
pública. Lamentablemente, en materia de usos específicos del léxico
jurídico puede no encontrarse unanimidad. Hemos escogido una forma
específica de uso de estos vocablos, con el fin de ser coherente con
otros usos, pero podría llamarse A, B, ó C.
Competencia la definiremos como un campo de acción establecido por
alguna norma a un órgano del Estado, a una entidad o a un servidor
público para que ejerza autoridad o jurisdicción en el mismo. La
distribución de competencias es la forma más general para describir
cómo la autoridad y la jurisdicción (entendida como territorio) se
distribuyen entre las diversas estructuras institucionalizadas del poder
público y entre las personas por él investidas. 7 Puesto que las
competencias son campos de acción, se concretan en descriptores
sectoriales, como salud, convivencia, espacio público. Bajo el paraguas
general de una competencia asignada se definen funciones y
atribuciones.
Las funciones se definen como las tareas o actividades que corresponde
realizar a una institución o entidad, o a sus órganos o personas dentro
de un sector que es de su competencia. Las funciones tienen el carácter
de obligatorias, en el sentido que cuando a un funcionario o a una
dependencia se le asignan unas funciones, él o ella deben responder por
su cumplimiento y ejecución, o en el mejoramiento de las condiciones
7
Algunas ideas de este párrafo se han inspirado en: Madrid, Mario. Diccionario de la Constitución Política de
Colombia. LEGIS. Bogotá: Pág. 60.
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del tema bajo su competencia. Entre las funciones están el sinnúmero de
tareas administrativas, de trámite interno, de cualquier actividad
pública-estatal.
Las atribuciones clarifican el rango de opciones de manejo de las
diferentes herramientas de gobierno: captación/inversión de recursos
fiscales, expedición de normas y/o su vigilancia, aparato administrativo
prestador de servicios). Así, si a una localidad se le otorga la
competencia en “seguridad y convivencia”, se le dirá que en el ejercicio
de esa competencia podrá combinar en una política que diseñe la
manera de intervenir combinando las herramientas: podrá expedir
resoluciones para casos específicos, o reglamentar mediante decreto un
acuerdo de la JAL sobre funcionamiento de establecimientos nocturnos,
y se le dará alguna forma de “jurisdicción y mando” sobre el cuerpo local
de policía. En cambio, cuando se le dice que tendrá la obligación de
hacer un diagnóstico de la seguridad, se le está imponiendo una función,
que debe cumplir aunque de ella no espere gran cosa. Si en efecto se le
dan atribuciones y libertad (o sea, rangos de acción en cada
herramienta), la combinación de sus decisiones dentro de estos rangos
sería la “política pública” correspondiente. Si no se le da esa libertad,
sería el caso más craso de relación principal-agente.
Pobreza y pobreza urbana
Por características propias del proyecto político del actual gobierno de
Bogotá, su Plan de Desarrollo ha buscado traducir las declaraciones
sobre “lo social” en políticas públicas. Una de ellas, la de mayor impacto
en la opinión pública bogotana y en la sensibilidad del electorado, es el
programa “Bogotá sin Hambre”.
La sensibilidad hacia el hambre como consecuencia de la pobreza puede
generar varios tipos de acciones desde el Estado, desde una suerte de
caridad pública, en un extremo, hasta políticas públicas repletas de
teoría sobre la acción de gobierno. En otros países cuyas políticas
públicas están más determinadas por alguna teoría dominante (es decir,
en las cuales el consenso político sobre lo fundamental es mayor 8 ) hay
más claridad que en el nuestro sobre lo que hace el nivel nacional en los
temas de pobreza y lo que corresponde a los niveles locales. Si toda la
gestión contra la pobreza fuese local, se argumenta en esos países, los
desequilibrios que generarían sus soluciones locales producirían
8
Mayor por el número de temas y por el número de personas incluidas en el consenso.
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corrientes migratorias que podrían crear más problemas que los que
resuelven 9 . Una manifestación de lo que llaman “votar con los pies”.
Los índices sociales y económicos que midan el desempeño de un
gobierno local deben reconocer de manera especial aquello que esté
más asociado a la capacidad de gestión de un gobierno local (sus
competencias, atribuciones y funciones, por un lado, y el impacto del
ejercicio de las mismas, dado el tamaño y la complejidad de la
jurisdicción) y también deben estar también relacionadas al objetivo de
alcanzar, especialmente en el ámbito de su capacidad de gestión - lo
propiamente urbano - condiciones más igualitarias.
Aunque los ingresos no sean una variable que dependa de la gestión
urbano-municipal no puede dejar de hacerle seguimiento a la variable
“ingreso de los hogares”. Pero además de los análisis tradicionales de
correlación, debe mostrarse la distribución de esos ingresos sobre el
mapa de la ciudad, precisamente porque lo que sí depende de la gestión
municipal urbana es la espacialización de los diferentes niveles de
ingreso, y de políticas públicas urbanas depende el que en ciertas zonas
se vayan concentrando factores que creen círculos de pobreza de muy
difícil solución. Esto es lo más típicamente urbano de la pobreza. En
seguida veremos a qué nos referimos.
“Lo social” en lo urbano
En algunos apartes de las declaraciones del Plan de Desarrollo 20042008 se lee la intención de manejar herramientas de gobierno para
corregir deficiencias urbanas:
“…redistribución equitativa de los beneficios del desarrollo…
mediante el ordenamiento en los procesos de gestión, uso y
ocupación del territorio, y la coordinación de la acción distrital
para lograr que el suelo cumpla con su función social y ecológica,
y garantizar el equilibrio en el reparto de cargas y beneficios
urbanísticos entre el sector público y el privado”…
“Distribución equilibrada de la oferta y el acceso a bienes y
servicios en el territorio 10 acorde con las necesidades de la
población…” 11
9
Ver, para el caso de los Estados Unidos, los capítulos de sobre pobreza en A. Sullivan: Urban
Economics. Editorial Irwin,1990.
10
11
Sabiamente el Plan no dice aquí “las localidades”, sino “el territorio”.
Plan de Desarrollo Bogotá sin Indiferencia, Artículos 13, “Estrategias del Eje Urbano Regional”.
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Sin índices adecuados difícilmente se puede avanzar hacia el
cumplimiento de un objetivo de “redistribución” en lo urbano en el tema
de movilidad y accesibilidad, como busca el Plan de Desarrollo en este
mismo artículo:
“Mejoramiento de la accesibilidad de las personas a los sitios de
trabajo y estudio, así como a los bienes y servicios, equipamientos
e información…”
Una política social sobre este tema, con un adecuado sistema de índices,
diría que “mejoramiento” es un término demasiado general, que tiene la
ventaja y desventaja de que todos están de acuerdo, aunque no estén
de acuerdo en lo que significa mejorar. Para algunos, por ejemplo,
mejoramiento es “igualamiento”, o equilibrio territorial.
En resumen: el objetivo de una “política social” en la jurisdicción de lo
urbano es el siguiente:
DESLIGAR LA VARIABLE “INGRESO DEL HOGAR” DE LA CALIDAD DE
BIENES Y SERVICIOS TÍPICAMENTE URBANOS
Una ciudad en la que el entorno urbanístico sea igual para los extremos
de pobreza y riqueza puede ser una utopía que no vale la pena intentar.
La meta, en cambio, debe ser conseguir condiciones urbanas similares y
aceptables para un espectro muy amplio de ingresos.
Es inevitable que una familia de ingresos elevados tenga una unidad
residencial más costosa y de mejor calidad que una de ingresos bajos.
Pero, por ejemplo, hoy en día en Bogotá, a pesar de la diferencia de
ingresos, la calidad del servicio de agua es similar para todos los
ingresos, y posiblemente también la calidad del servicio de energía
eléctrica, gas y “telefonía básica conmutada”. El porcentaje de sus
ingresos que se consume en pagar por los servicios que recibe sí es
francamente diferente, pues el subsidio para estrato 3 es pequeño,
mientras las diferencias de ingreso entre éste y el estrato 6 son
enormes 12 . En resumen, en servicios públicos domiciliarios, el objetivo
12
En Colombia se miden las condiciones socioeconómicas de las familias a través de un Proxy, las
condiciones urbanas del entorno de una residencia, junto con su apariencia externa. A esta
medición se le llama estrato, un número entero entre 1 y 6, correspondiendo 1 a los pobres
(mayores definciencias urbanas). Así , una familia cuyo ingresos no cambien sube de estrato si el
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de una política social urbana parece alcanzable. Se han acercado a ella
proyectos políticos que no se autodenominaron de izquierda.
Talvez, y lo dejamos sólo a nivel de mera sugerencia, el punto en el que
las diferencias urbanas definitivamente marcaron un derrotero
(¿irreversible?) de segmentación social es la segregación social ligada al
sitio en el que se localiza el equipamiento escolar. Estudios en otras
ciudades muestran la relación estrecha entre los logros escolares y el
entorno social-urbano cercano a la escuela 13 . Algunos de estos estudios
se han hecho en contextos jurídico-administrativos distintos del nuestro,
por ejemplo, el del distrito escolar norteamericano. Es evidente que si la
financiación de la escuela depende de la contribución del entorno
urbano, comunidades ricas tendrán mejores escuelas que comunidades
pobres, y los precios de la finca raíz cercana a los colegios con buenos
resultados se elevarán, restringiendo su acceso exclusivamente a
familias de ingresos altos. Pero los estudios también se refieren a
sistemas en los cuales la financiación del sistema escolar no es
rigurosamente local. En definitiva, escuelas a las que asisten solamente
pobres, provenientes de escenarios urbanos deteriorados y conflictivos,
con escasos recursos formativos en el hogar, suelen tener pobres
resultados. La focalización permitir ser eficaz en aumentar la cobertura,
pero las posibilidades de que un sistema escolar con este tipo de
organización territorial brinde los canales a los habitantes de ese
entorno para salir del círculo de pobreza están por verse 14 .
En el tema de “lo social” como política urbana, entonces, es necesario
establecer índices simples y compuestos que permitan ir midiendo si las
condiciones urbanas van contribuyendo a las diferencias sociales, y si es
posible intervenir desde el Estado-local para corregir un eventual rumbo
de ahondamiento de esas diferencias, por supuesto considerando un
principio básico de la gestión pública: “tan pronto como sea posible”.
El siguiente es un intento inicial de señalar los temas que deben ser
objeto de índices simples, a partir de los cuales se produzca un solo
índice compuesto que mida las desigualdades de las condiciones
urbanas:
Estado pavimenta la calle y hace llegar el acueducto y la red de alcantarillado. El sistema de
estratos es el que se emplea para recibir subsidios de servicios públicos domiciliarios, o aportar más
del costo medio de provisión del servicio.
13
Sullivan, op. cit.
14
La sociología de la educación no está presente en el diseño de los planes de mediano plazo sobre
instalaciones escolares. Éstos están animados más bien por voluntarismo político que se deja ver en
algunos documentos oficiales.
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Calidad del entorno habitacional
Disponibilidad de servicios públicos
domiciliarios y calidad del servicio
Seguridad
Acceso (cupos) y calidad de la educación
Acceso a oferta cultural y espacios para la
recreación y el deporte
Accesibilidad y movilidad
• Espacio público por hogar (discutir si
por habitante)
• Alumbrado público (lúmenes…)
• Indices de contaminación ambiental
• Riesgos a la salubridad
• Riesgos naturales
o Deslizamientos
o Inundaciones
o Evaluación de aguas lluvias
• Agua para consumo, disposición de
aguas servidas, evacuación de aguas
lluvias
• Energía eléctrica
• Telefonía
• Gas domiciliario
Delitos de gran impacto
• Tiempo de desplazamiento a centros
educativos
• Tiempo de desplazamiento al trabajo
• Tiempo de desplazamiento a sitios de
recreación
En la Bogotá actual, el hecho de que estas variables, al estar ligadas al
ingreso (de manera notable) terminaron ligadas al espacio significa que
la ciudad no creció con criterios de equidad. Esta segregación por
ingreso es resultado de políticas públicas (la estratificación actual puede
estar jugando algún papel) y de la ausencia premeditada de políticas
públicas (ordenamiento territorial, captación de plusvalías y otras).
Dos temas muy importantes, en los que estaría por verse qué es
delegación y qué es típicamente urbano o local, quedan por definirse:
Educación
Educación formal hasta noveno grado
Formación específica para el trabajo
Atención a la
enfermedad
Y otros dos temas de gestión estatal dan para análisis bien detallados
sobre el carácter de la jurisdicción local, así como de los mecanismos de
equilibración regional para que las deficiencias no generen flujos
migratorios que igualen por lo bajo:
Vivienda
La administración local debería tener en su mano el subsidio a través
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Pobreza
del urbanismo: costos del suelo, diseño urbano, todas aquellas
variables ligadas al espacio público y a la provisión de servicios
públicos domiciliarios.
Los sistemas locales de atención social se originaron históricamente
en la necesidad de actuar sobre la indigencia, especialmente urbana.
En el caso colombiano, para la atención a la niñez se estableció una
entidad, el ICBF, y un sistema de financiación mediante un ingreso
parafiscal. Seguramente es conveniente que este sistema sea
nacional en la redistribución de los recursos, pero local en el ejercicio
de la atención. Es decir, se haría municipalmente en virtud de una
delegación.
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