La tutoría de pares. Del fast food académico a la construcción de una relación pedagógica singular Especialistas Liliana Enriquez y Lucrecia Reta Docentes e Investigadoras Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Universidad Nacional del Comahue Se echó al monte la utopía Perseguida por lebreles que se criaron en sus rodillas Serrat Introducción Dar nueva forma en el siglo XXI a la Universidad pública desde el lugar que nos compete ha sido el imperativo que originó la participación en un Programa institucional de las docentes autoras de esta ponencia. Aludimos al Programa de Tutorías para alumnos ingresantes, Edición 2005 implementado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, Río Negro, Argentina. Tutores alumnos, alumnos ingresantes, docentes inclusivos, autoridades universitarias comprometidas son los elementos necesarios e ineludibles de un Programa que pretende generar un espacio institucional inédito -la tutoría de pares- cimentado en la construcción de una relación pedagógica singular entre un tutor alumno y un alumno ingresante. Relación construida en el 1 contexto turbulento de una sociedad y una educación argentinas que apuestan sólo a la supervivencia del más apto en el interior de las casas de altos estudios. Saltar de la trampa de la respuesta rápida que solicitan los alumnos-ingresantes y apostar en el marco de la Alfabetización Académica a la construcción de una relación pedagógica, a la formación de lectores competentes, a la conformación de grupos de lectura y a la función epistémica de la escritura en el espacio tutorial son algunos de los desafíos que intentamos enfrentar, acorazadas en la esperanza de que otro paradigma es posible. A modo de contexto Uno de los fenómenos que preocupa a la comunidad universitaria de esta Argentina del siglo XXI es la alta tasa de deserción y el fracaso de los ingresantes en la vida institucional. Somos conscientes de que tanto una como la otra responden a múltiples factores. En el presente trabajo sólo serán enunciados a modo de contexto del tema que abordaremos: la coyuntura política internacional y nacional enmarcada en el neoliberalismo de los ochenta. las constantes crisis del sistema educativo argentino. las convulsiones propias de la Institución Universidad Pública. las trayectorias socioeconómicas y culturales de los ingresantes. otros déficit de orden personal . En muchos casos, estos factores se combinan entre sí y se potencian. Como alternativa para atenuar el fenómeno de la deserción y atender a la calidad educativa y así mejorar los diagnósticos por todos conocidos, la UNCo se plantea en el 2003 el diseño de una política. Tal como lo manifiesta el Informe 2004 elaborado "se hace necesario emprender acciones específicas que se orienten a focalizar responsablemente alguno de dichos órdenes de problemas factible de abordar. desde esta Universidad” (Informe, 2004: 4) Por ello, la Secretaría Académica de la Universidad. diseña un Programa que cuenta con la aprobación y el financiamiento del Ministerio de Educación de la Nación: el Programa de Retención y Mejoramiento de la Calidad Educativa. Este está orientado hacia dos vértices: por un lado, Capacitación pedagógica de los miembros del Programa y por el otro encaminado a la implementación de dispositivos de intervención destinados a mejorar la calidad educativa y propender a reducir los índices de deserción. 2 En este trabajo, sólo nos detendremos en el análisis de una práctica institucional denominada Programa de Tutorías para alumnos ingresantes, que es el dispositivo implementado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y que tiene como marco el Programa mencionado. Con él se intenta a través de la implementación de diversas estrategias facilitar, ayudar, colaborar en la permanencia fecunda del ingresante El sujeto, de esta sociedad nuestra de cada día En las últimas décadas, la sociedad ha experimentado profundas transformaciones de carácter económico, político, social, y cultural con alto impacto en la subjetividad. Cambios tan radicales, diversos y complejos, tan profundos y rápidos que son muchas veces difíciles de metabolizar. En nuestra sociedad se construye un nuevo orden con signos relativamente claros que exponen tendencias colectivas, con modos de actuar y de establecer relaciones con los otros, relativamente parecidas. Un nuevo paradigma que se asienta en un modelo económico va legitimando el predominio de lo privado sobre lo público, sostenido por un discurso dominante que lo hace a través de la palabra, los actos, los espacios, el cuerpo, las consignas, el juego. Una lógica distinta da lugar a otras formas de ver y significar el mundo donde lo pragmático, lo visible, lo palpable y entendible de la vida cotidiana adquiere preeminencia dejando de lado espacios de comunicación abierta y creciente, de encuentros, de cruces, de síntesis. Siendo consecuente con su objetivo, delinea matrices entorno al consumo con ofertas o novedades permanentes. Paralelamente la conducta humana va generando transformaciones que marcan la diferencia entre una época y otra. En los últimos tiempos, se rinde culto a los placeres individuales, a la satisfacción inmediata, a la acción por encima de la reflexión. La cultura contemporánea asentada en el escepticismo no hace más que mostrarnos los rostros de los constantes desencantos, por ello el sujeto debe aferrarse a un presente sin distraerse en el pasado y menos aún mirar hacia el futuro. Este modo de conjugar los verbos en uno solo tiempo lo lleva a desarrollar conductas efímeras y cambios superficiales impuestas por el mercado. La aceleración con que se desarrollan las mutaciones actuales, la rápida obsolescencia de las pautas, la enorme cantidad de información que recibimos diariamente genera la extraña 3 sensación de vacío dentro del sistema social, de no saber cómo opera, cómo se construye, cómo se legitima y cómo se transforma. Todas estas transformaciones han sido denominadas de diferentes maneras: sociedad postmoderna, sociedad postindustrial, sociedad personalista – hedonista, sociedad neoliberal del capitalismo globalizado. Nos preguntamos entonces ¿cómoeste modelo de mundo impacta sobre los jóvenes, nuestros ingresante? ¿Representan el reflejo o el efecto de las condiciones del mercado? Aparecen los jóvenes educados por la oferta y la demanda, donde el “ahora” o el “ya” es la regla de consumo a partir de los productos o servicios ofrecidos. En un inédito modelo identitario, que es sostenido a su vez por los medios de comunicación, se construye la subjetividad, tanto en sus vertientes conscientes como inconscientes. Las generaciones anteriores “creían que la tolerancia a la frustración era “natural” ya que la represión que se ejercía sobre el deseo desde temprano, llevaba a poder esperar, ahorrar, hacer esfuerzos” (Di Segni Obiols, 2004: 98) Este modelo que apuesta al individualismo, donde las relaciones interpersonales son cada vez más efímeras, pone como valor una trama de intereses centrada en el utilitarismo. El hábito de lo inmediato se contrapone con el estudio a largo plazo y el vivir al día se construye prescindiendo de las utopías. Así la educación como valor social ocupa un lugar de grado inferior. Una cultura académica excluyente versus una cultura académica inclusiva El ingresante universitario es un recién llegado a la Institución universitaria, la que rara vez lo recibe como tal. Se lo incorpora como si fuese un universitario con trayectoria recorrida y aprobada, se omite considerar que el tránsito de la educación media a la superior involucra inaugurar destrezas y adquirir una suerte de nueva identidad, “equivale a una aculturación” (Bourdieu y Passeron, 2003: 38) Este joven traspasa una puerta que está siempre abierta, ingreso irrestricto mediante, y entra sin más a un espacio institucional complejo y desconocido. Las nuevas reglas de juego rara vez son explicitadas y ello complica aún más la adaptación. Dado que “a pesar de la magnitud del cambio requerido los valores y las normas de comportamiento de las comunidades académicas se exigen pero no se enseñan” (Carlino, 2003: 18) 4 Por ello, algunas corrientes identifican, como propio de la cultura académica universitaria, lo que denominan una “cultura académica excluyente”. Sólo demanda, exige, evalúa sin formar, sin preparar, sin capacitar y así excluye y expulsa enmascarada tras los ropajes de la educación superior a quien no está capacitado o no alcanza a avizorar con la velocidad necesaria lo que se le demanda. Cultura que es apetecida por los acólitos del darwinismo, pues ya para “segundo año van quedando sólo los mejores” o abonada por los ilusos que dictan cátedra acorazados por una ingenuidad tranquilizadora según la cual su función concluye en dictar contenidos de su disciplina. Se suma a ello el “extrañamiento” del que habla Ortega: “En algunas facultades, el efecto de distanciamiento que los docentes practican como estrategia de poder y de control en un ámbito de formalismo ahonda el “extrañamiento” de los alumnos ingresantes frente a la Institución. Las formas en los mismos contenidos, las forma en la interacción, ... , redundan en temores e incertidumbres, generan estilos de adaptación que facilitan la reproducción de la forma como norma.” (Ortega, 1996:10) Lo cierto es que podemos aceptar el desafío de formar una comunidad universitaria cultora de una cultura académica inclusiva, aquella que tiende al desarrollo de estrategias institucionales para favorecer la recepción del estudiante a la vida universitaria, “aquella que entraña una actitud de acoger al forastero” (Carlino 2003: 20) aquella que pretende ayudar a los ingresantes a acceder a lo que la universidad demanda. ¿Qué es el Programa de Tutorías para alumnos ingresantes? En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales se desarrolla el Programa de Tutorías para alumnos ingresantes, una experiencia inédita dentro de la UNCo. En ella los tutores no son miembros de los equipos de cátedra como sucede en otras Facultades, sino que son alumnos avanzados de cada una de las carreras que se dictan: Tutores de abogacía, Tutores de Comunicación Social y Tutores de Servicio Social. Por ello a este Programa se lo suele denominar también Tutoría de pares. “Se tuvo como supuesto que el vínculo estudiante avanzado – ingresante puede convertirse en un factor facilitador de la transición entre los niveles medio y universitario de la enseñanza. Se estimó que el alumno ingresante puede capitalizar la experiencia vivida por quienes han transitado, vivenciado y superado circunstancias y problemas similares” (Programa de Tutorías, 2005: 3) 5 .Las actividades desarrolladas durante el año 2004, se estructuraron en tres dimensiones: académica, institucional y socio – relacional., ya que se considera que ellas abarcan los aspectos que pueden facilitar la adecuada inserción de los ingresantes a la Universidad. La dimensión académica se relaciona con la asistencia y asesoramiento a los alumnos ingresantes en aspectos pedagógicos generales: cómo encarar los estudios universitarios, cómo tratar el material bibliográfico propuesto en las cátedras, cómo utilizar los recursos pedagógicos (biblioteca, medios audiovisuales) y las instancias de aprendizaje (clases teóricas y prácticas, atención de alumnos) que brinda la institución; cuáles son las estrategias que ayudan a la comprensión de contenidos de asignatura, cuáles son los procedimientos más adecuados para estudiar; cómo distribuir el tiempo para cumplir adecuadamente con los requerimientos académicos y los procesos de su formación; cómo contribuir a la formación de grupos de estudio. La dimensión institucional apunta a la inserción y adaptación del ingresante a la institución universitaria: dar a conocer la organización y dinámica de la facultad, distinguir los roles que cumplen los actores institucionales (individuales y colectivos); informar adecuadamente algunos trámites administrativos (inscripción en materias y en mesas de exámenes, por ejemplo); divulgar las modalidades de acreditación de las asignaturas; difundir la normativa necesaria; asesorar respecto a cómo enfrentar el plan de estudios de las carreras de acuerdo a las realidades personales; derivar a otras instancias institucionales los problemas que detecte, de índole personal, familiar o económica; informar periódicamente a los docentes a cargo del grupo sobre el desarrollo de la tutoría así como de toda cuestión de interés para el programa. Por último, la dimensión socio-relacional estará vinculada con la inserción del alumno ingresante en el medio social, y con la necesidad de favorecer la consolidación de nuevos vínculos relacionales: organizar pequeños eventos sociales; facilitar la constitución de espacios de sociabilidad; favorecer el reconocimiento de algunos lugares de la ciudad; colaborar en la búsqueda de alojamiento; promover la integración de alumnos de distintas promociones, etc. En la implementación del 2005 se propone una estructuración similar, pero se entiende que es necesario fortalecer la dimensión académica debido a que durante el año 2004 las mayores demandas de los estudiantes se orientaron en ese sentido. De la implementación durante el 2005 6 Los tutores fueron seleccionados por concurso para cubrir los cargos de Ayudantes de Docencia Alumnos. Debieron presentar Curricul um Vitae y leer un corpus de lectura obligatoria que compendiaba los lineamientos teóricos del Programa. Es un cargo rentado. Fueron seleccionados según la cantidad estimada de alumnos ingresantes en cada carrera de la Facultad: Abogacía: 8 alumnos, Licenciatura y Profesorado en Comunicación Social: 5 alumnos. Licenciatura en Servicio Social (módulo Neuquen): 4 alumnos y Licenciatura en Servicio Social (módulo Gral. Roca): 2 alumnos Para la correcta implementación del Programa se planteó la conformación de un Equipo de trabajo. Con él se intenta por un lado, romper la fragmentación de los tutores por carrera y por otro, obtener visibilidad institucional. Tutores alumnos, Coordinadores por carrera, un Coordinador General y el Secretario Académico lo integran. El Equipo de trabajo comparte un esquema conceptual referencial y operativo (ECRO), tal como lo denomina Pichon Riviere, en los siguientes espacios de trabajo y capacitación: Encuentros de Pares: los tutores realizan su tarea especifica con los tutorandos-alumnos según cronogramas consensuados y de acuerdo a las tres dimensiones que el Programa establece. Reuniones del Equipo de trabajo: coordinadores y tutores de todas las carreras se reúnen quincenalmente. Estas reuniones tienen dos momentos: -uno de coordinación: para tomar decisiones, atender emergentes, evaluar la ejecución del Programa. Los coordinadores de cada una de las carreras planifican y ejecutan lineamientos básicos de acción. -otro de capacitación: reuniones destinadas a la Capacitación en la acción En el primer cuatrimestre los tutores participaron de tres talleres: Estrategias de comprensión textual, La tutoría de pares como una relación pedagógica Singular y El Informe de gestión. El primero apuntó a desarrollar en los tutores herramientas para la coordinación de grupos de lectura. El segundo se orientó a la definición y apropiación del rol. El último capacitó para la elaboración de un texto que diera cuenta de lo actuado en el primer cuatrimestre. Jornadas de Capacitación realizadas en la ciudad de Neuquén y coordinadas por el Equipo de Coordinación del Programa de Retención y Mejoramiento de la Calidad Educativa. Asisten los docentes de las distintas unidades académicas de la UNCo involucrados en el Programa. 7 Este Equipo llevó a cabo diversas tareas vinculadas con la difusión destinadas al interior de la propia Facultad y a la comunidad en general. Entre las tareas para la difusión interna mencionamos: cartelera oficial del programa de tutorías 2005, creación de una identidad gráfica propia, volantes, presentación en formato PPS de Power Point, incluido en la página Web de la Universidad: http://fade.uncoma.edu.ar/Tutores.pdf., correo electrónico: [email protected], afiches. Por su parte, la difusión externa consistió en una nota en el noticiero zonal de Canal 10, notas en Radio universitaria Antena Libre, FM Cumbre y LU 18., nota “Cuando la Universidad se ocupa de sus alumnos” , Diario Río Negro, 27 de mayo de 2005. Trampa: fast food académico Luego de un período de 15 días de funcionamiento comenzaron a llegar en los horarios convenidos los primeros ingresantes a este espacio institucional. Algunos se acercaban a este encuadre temporo-espacial con una cierta idea de lo que es el espacio, en tanto otros lo hacían bajo una mirada exploratoria. Cada uno arriba con lógicas diferentes. Quizás la cuestión más llamativa – y la que rescatamos para esta oportunidad- fue la de aquellos alumnos que intentaban que en este espacio se les diera una respuesta veloz a lo requerido. El ya, el ahora , el fast food académico parecía ser lo que los tutores debían responder. ¿Qué es esto? ¿Es el alumno que preso de un narcisismo primitivo le hace suponer que su deseo debe ser canalizado inmediatamente? Desde el universo simbólico descripto en El sujeto de esta sociedad nuestra de cada día no hay tiempo para la espera. Sin embargo, aprender a esperar, incorporar la tolerancia, reconocer las propias limitaciones son habilidades indispensables que debe desarrollar el sujeto para vivir socialmente y esto se contrapone a un universo social generalmente marcado por la desigualdad y el pragmatismo. Esta cultura se ha desplegado ampliamente sobre el sujeto. Un sujeto creado por el mercado donde la satisfacción y la tentación artificial de encontrar respuestas puntuales, se aparta ante lo inconmensurable que es el conocimiento en el mundo académico. El ingresante busca que los tutores le respondan en segundos los problemas fundamentales de las ciencias. Busca que le resuelvan en el momento un práctico. Busca que le interpreten un fallo. Requieren en cinco minutos conocer e interpretar el pensamiento científico. Necesidades que por cierto no son satisfechas en el espacio tutorial. 8 De mantenerse el ingresante en esta postura, diseñará su propia trampa y será invadido por una constante frustración, por cuanto el mundo académico requiere asignarle un valor al tiempo, al esfuerzo, la perseverancia, a postergar placer si es necesario y encontrar en el estudio un lugar de autorrealización Sin perder de vista la metamorfosis y la turbulencia propia en la que vivimos el Programa Tutorías, intenta generar un puente entre el ingresante a las carreras y su Tutor, estableciendo una relación mediatizada por la experiencia y el conocimiento adquirido por su guía. El desafío es sostener este espacio, que se lo reconozca como propio e incluyente estructurando relaciones de sentido que dibujen una nueva mirada en la vida académica. Desafío: eludir la trampa Eludir la trampa del fast food académico y aceptar el desafío de acompañar a los ingresantes en su aculturación a la vida universitaria desde lo que creemos es ineludible en el nivel superior están siendo la tarea que desvela al Equipo de trabajo que conformamos. ¿Cuáles son las coordenadas que compartimos y que nos amparan? El concepto de alfabetización académica, la construcción de la tutoría de pares como una relación pedagógica singular, la idea de la formación de lectores competentes y la necesidad de la conformación de grupos de lectura, la función epistémica de la escritura. Coordenadas que emanan de la Capacitación que como miembros del Programa hemos recibido. “El concepto de academic literacy, 1 alfabetización académica, superior o terciaria comenzó a desarrollarse desde hace unos 15 años en gran parte de las universidades australianas, canadienses y norteamericanas.2 La alfabetización académica cuestiona la tendencia a considerar que la alfabetización es un estado básico que se logra de una vez y para siempre, un conocimiento que se tiene o no se tiene como resultado del tránsito por la escuela primaria y secundaria. Si dicha alfabetización es una competencia que ya debe estar adquirida, un estado ideal, aquel que no la posea al ingresar a la universidad está perdido, pues el problema es sólo de él. Ese estado no alcanzado es “su carencia personal”. Si consideramos que la alfabetización es un proceso, un saber que se desarrolla en contacto con los distintos contextos y por ello varía, entonces es posible pensar acciones desde la institución 1 El término literacy se traduce usualmente como alfabetización, si bien en castellano tiene un referente acotado, en inglés su referente es más amplio, pues designa al conjunto de prácticas organizadas en torno a lo escrito, en cualquier nivel educativo 2 Entre otras, en Australia, la Universidad Edith Cowan, Universidad estatal de Westerm Australia, Universidad de Wollongong y en Estados Unidos la Universidad de Pensilvania, Universidad de Duke, Universidad de Princeton, Universidad de Columbia. 9 universitaria, pues el problema es también nuestro. (RETA, 2004 : 10) Esas acciones hacen que saltemos como comunidad universitaria de la despreocupación –se deposita la causa de los males fuera - a la preocupación -qué horror hagamos algo- y finalmente nos ocupemos del déficit de nuestros estudiantes –diseñemos e implementemos acciones-. Facilitar dicha alfabetización académica no es una tarea remedial, sino un objetivo progresivo que implica que todos puedan iniciarse en los discursos académicos y profesionales, desarrollar su potencial de aprender y adquirir las habilidades de comunicación oral y escrita consideradas fundamentales para participar en sus futuras comunidades laborales Para esta corriente la lectura y la escritura exigidas en la universidad se aprenden en ocasión de enfrentar las prácticas de consulta de textos y producción discursiva propias de cada materia pues “son indisociables de cada campo de estudios” (Carlino, en RETA Alfabetización académica, un debate actual) Quienes trabajamos hace años en ella, reconocemos que tras la aparente igualdad de oportunidad en el acceso a las Universidades Nacionales en tanto públicas y gratuitas, se cubren con un velo las más flagrantes desigualdades culturales, sociales y económicas que nos caracterizan. Bourdieu y Passeron, en Los herederos. Los estudiantes y la cultura, lo plantean en estos términos: “El acceso a la enseñanza superior, que ha supuesto para algunos una serie ininterrumpida de milagros y esfuerzos, y la igualdad relativa entre sujetos seleccionados con un rigor muy desigual, pueden disimular las desigualdades que lo fundan” (Bourdieu y Passeron, 2003: 40) Ocuparnos intrainstitucionalmente es una forma de demostrar que la universidad puede implementar acciones. Según Marta Souto, la tutoría implica la construcción de una relación pedagógica singular, pues “se trata de un tipo de pedagogía que tiene rasgos específicos. No es una acción de enseñanza en sentido habitual, es decir, no se trata de impartir conocimientos, ni siquiera de comunicarlos. Se trata de establecer una relación entre dos sujetos, tutor y tutorando, dentro del marco más amplio de una institución de enseñanza” (Souto, 2005: 2 ) Involucra el pasaje de la noción de enseñanza a la de formación, ya que la relación pedagógica tutorial, aun cuando hace referencia a contenidos, debe apoyarse desde el tutor en el sentido de realizar un acompañamiento del otro. Acompañar que redunda en una organización de trayectos y situaciones del trabajo formativo. 10 La relación tutorial transcurre fuera del aula en un espacio y tiempo generados ad hoc. Tiempo compartido, donde se plantea la circunstancia epistémica o emocional que obstaculiza el aprendizaje. La tutoría requiere que el tutorando esté implicado en una situación de trabajo o formación y que el tutor se implique en la acción de ayudar al otro. Ambas implicaciones gravitan para que el espacio relacional o espacio de interacción , el “entre nos”, quede destacado, sea si se trabaja en forma individual - un tutor-un estudiante- o en forma grupal -un tutor-un grupo de estudiantes-. En la relación tutorial la enmarcación social tiende a relaciones simétricas, aun desde la diferencia de funciones. Por ello, “circula en la situación un registro emocional, se dan procesos de identificación en sentido recíproco entre tutor-tutorando con una carga afectiva en la relación” (Souto 2005: 3) “Se puede hablar de una función tutorial en la institución cuando la tutoría va más allá de una persona que la asume. Conviene ubicar la noción en el marco de dispositivos más amplios cuya finalidad en conjunto es el desarrollo de competencias profesionales o de capacidades o de aprendizajes escolares” (Souto, 2005: 5) El Equipo de trabajo reconoce la necesidad de cumplir esa función tutorial y trabaja para ello. Por formación de lectores competentes entendemos que en el espacio de trabajo luego de sortear la trampa del fast food académico podemos trabajar para la toma de conciencia de qué implica leer en la universidad. Y todos sabemos –los que con éxito hemos sobrevivido al trayecto de una formación superior- que se está haciendo referencia a una “lectura sostenida, profunda, crítica, analítica, de textos extensos, complejos, ante los que en la mayoría de los casos es la primera vez que se enfrenta” (Arnoux, 2002: 14) El tránsito por el secundario los ha habituado, no a todos pero sí a muchos, a una lectura veloz y superficial, a una lectura para “zafar” . Cuesta hacerles reconocer que adquirir el hábito de la lectura es el primer peldaño para un desempeño fecundo como estudiante universitario. Hábito que involucra no sólo la lectura sino el desarrollo de estrategias para comprender lo que se lee. Acá el interrogante es cómo leer y esto es algo que se debe enseñar, al menos desde lo que la Alfabetización académica establece. Al explicitar el cómo nos convertimos en cultores de una cultura académica incluyente, nos ocupamos de exigir, de evaluar y también de formar. Creemos que la comprensión de un texto escrito se trata de una habilidad gradual, con distintos niveles: el nivel superficial, el básico o de la base del texto y el profundo. “Los niveles inferiores no se reemplazan ni se abandonan para construir niveles profundos de 11 comprensión, éste se sustenta sobre ellos: un lector excelente y experimentado construye todos los niveles de comprensión” (Silvestri, 2004) En una secuencia normal de aprendizaje debe transitarse obligatoriamente por los niveles inferiores si se desea formar un lector de máxima competencia.. Este tránsito no implica un pasaje fugaz, sino muy asiduas actividades de lectura con abundante ejercitación. Lecturas que se han de llevar a cabo con los materiales que los miembros de los Equipos de cátedra facilitan a los tutores. Tarea programada en los grupos de lectura coordinados por los tutores quienes cuentan con el asesoramiento de una profesional y con el contacto permanente con los Equipos de cátedra. Al qué es leer y cómo leer le sumamos ahora el par qué leer. En nuestro ámbito siempre se ha de dar cuenta de lo leído. A veces en forma oral, casi siempre en forma escrita. Consignas de prácticos, de parciales, monografías, informes son requeridos en el momento de evaluar. Pero a esta función evaluativa y de control ejercida a través de lo que escriben los estudiantes, se le puede sumar la consideración del potencial epistémico del proceso de composición de un texto escrito, en tanto la escritura "es una herramienta para desarrollar, organizar, revisar el propio saber y no sólo una forma de registrar lo que ya se sabe o lo que se dice en forma oral” ( Carlino, 3) Así, como antes nos ocupamos de las estrategias de comprensión textual, ahora nos detendremos en los subprocesos involucrados en el procesos de composición textual. Planificar, textualizar y revizar desde una consigna hasta una monografía serán las tareas en las que los grupos formados por novatos y avesados estudiantes se detendrán. A modo de cierre Pensamos que el espacio de tutorías puede considerarse como una utopía en tanto se constituye como un espacio institucional para recibir al recién llegado y acompañarlo en su primer año en la Facultad. Espacio con características dialógicas que permite que el ingresante se transforme en sujeto de su propio proceso de formación con la compañía de sus tutores. Un lugar desde el que se generan puentes solidarios sin descrédito de la rigurosidad de la vida académica. Utopía que esperamos no deba huir al monte, como en el verso de Serrat, perseguida por los lebreles amenazantes que transitan por los pasillos-corrillos, por las políticas, por los escasos presupuestos, por... Desde un Programa institucional y desde el convencimiento grupal intentamos que el estudiante no se sienta extranjero en un lugar que le pertenece, la Universidad Pública Nacional. 12 Falta mucho por hacer. En ello estamos acorazados en la esperanza de que dar nueva forma, reformar, no sólo es necesario, sino posible. Liliana Enriquez y Lucrecia Reta Bibliografía ARNOUX Y OTROS. 2002 La lectura y la escritura en la universidad, Bs. As.:Eudeba BOURDIEU, P Y PASSERON, J.C. 2003. Los herederos. 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