Lobo marino californiano (Zalophus californianus)

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Lobo marino californiano (Zalophus
californianus)
N omb res comu n es: Lobo marino de California (Español) / California sealion (Inglés)
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Descripción de CONABIO
Biología1,2
An teced en tes d el estad o d e l a esp eci e o d e l as p ob l aci on es p ri n ci p al es
Rice et al. (1965) realizaron un estudio sobre las poblaciones de pinnípedos en Islas Guadalupe, San
Benitos y Cedros en Baja California.
Dentro de los censos que se han realizado en el Golfo de California, destacan los trabajos de Lluch
(1969); Orr et al. (1970); Mate (1977); Aurioles et al. (1980); Aurioles et al. (1981a); Fleischer y Cervantes
(1983); Morales et al. (1987); Maravilla et al. (1990); Polanco et al. (1992); Lowry (1995); Maravilla y Lowry
(1997); y Aguilar-Rodríguez (1999). Mientras que los de Zavala et al. (1987) y Aguilar (2001) tratan sobre
tamaño poblacional.
Por otro lado, Findley et al. (1982; 1983); Le Boeuf (1982); Magatagan et al. (1983); Aurioles et al. (1985);
Turk et al. (1986); Aurioles (1989); y Ramírez y Fleischer (1987) realizaron estudios sobre distribución y
abundancia de la especie. Fox et al. (1980); Le Boeuf (1980); Aurioles et al. (1981b); Heath y Francis
(1984); Maravilla y Aurioles (1988); y Zavala y Aguayo (1990) llevaron a cabo diversos estudios
poblacionales del lobo marino.
Dentro de los trabajos sobre conducta, destacan los de Morales y Aguayo (1986); García y Aguayo (1989);
Morales (1991); Hodgkins et al. (1991); Vargas (1991); García et al. (1992); Collier et al. (1992); Sánchez y
Aguayo (1987); García-A. et al. (1995); García (1995); y Durán et al. (1997). Algunos aspectos sobre la
conducta migratoria del lobo marino han sido tratados en los trabajos de Aurioles et al. (1980); Aurioles
et al. (1982); Aurioles (1983); Lowry (1985); Aurioles (1990); y García y Aguayo (1990).
Los estudios más importantes sobre la reproducción de la especie han sido realizados por Heath (1982);
Heath (1986); García et al. (1988); García y Aguayo (1993); García y Aurioles (1997); Ramírez y García et al.
(1997); García (1997); Luque y Aurioles-Gamboa (1999); y García y Aurioles (2001).
Aurioles et al. (1982); Francis y Heath (1983); Aurioles et al. (1984); Aurioles y Sinsel (1988); Aurioles
(1989); Aurioles-Gamboa et al. (1995); Hernández y Aurioles (1995); y Luque y Aurioles (1997) reportan
diversos aspectos sobre la mortalidad de lobos marinos.
Hernández y Aurioles (2001) realizaron un estudio sobre la tabla de vida de lobos marinos, mientras
que Aurioles y Alvarado (1983) y Maldonado et al. (1995) hicieron trabajos sobre la edad.
Los estudios más importantes sobre alimentación del lobo marino corresponden a Aurioles et al. (1982);
De Anda Delgado et al. (1987); Orta y de Anda (1988), Salazar y de Anda (1988) y Auilar et al. (1988);
Sánchez y Morales (1992); Barnes et al. (1992); Croll et al. (1993); García y Aurioles (1995); Orr (1995);
García y Arioles-Gamboa (1997); García-Rodríguez y Aurioles-Gamboa (1997); García-Rodríguez y
Aurioles-Gamboa (1999); y González et al. (2001).
Aspectos sobre la interacción entre los lobos marinos y las pesquerías han sido tratados en los trabajos
de Fleischer y Cervantes (1983); Zavala et al. (1992); Aurioles et al. (1997); Aurioles-Gamboa y GarcíaRodríguez (1999); Lechuga-Medina et al. (1999); y Bautista et al. (2001).
Cuspinera-M. et al. (1993); Cuspinera-Mercadillo et al. (1995); Farías et al. (1995); Pérez-Flores (1995);
Gómez-Becerril (1995); Tovar et al. (1995); Castro et al. (2001); y Galindo-Sánchez y de la Rosa-Vélez
(2001) han llevado a cabo estudios sobre contaminación y fisiología. En el área de patología, destacan
los trabajos de Eguia et al. (1995); Abundes et al. (1995); Acevedo et al. (1997); Lazo de la Vega et al.
(1997); Godínez et al. (1999); y Acevedo et al. (2001); mientras que algunos aspectos genéticos han sido
tratados por Schramm et al. (2001). Por otro lado, Vázquez-C. et al. (1993) realizaron un estudio
cuidadoso sobre el cráneo del lobo marino de California y Juárez y Román (1987); Morales et al. (1989); y
Gual et al. (2001) llevaron a cabo estudios del lobo marino en cautiverio.
Finalmente se pueden mencionar los trabajos de Aurioles (1987); Aurioles-Gamboa et al. (1993); y García
et al. (1993) sobre el efecto de "El Niño" sobre las poblaciones del lobo marino de California.
Descripción1,2
El lobo marino de California se caracteriza por tener un cuerpo robusto, un cuello alargado y un rostro
estrecho. Las crías al nacer son de un color oscuro, casi negro mientras que los adultos varían de un
café chocolate claro cuando están secos, hasta uno negro cuando están mojados. En México, las
hembras son más claras que los machos (Mate y DeMaster, 1986).
Los machos alcanzan una longitud de 2.4 m y con un peso de aproximadamente 363 kg; mientras que
las hembras alcanzan a medir alrededor de 1.5 m de largo, con un peso de 113 kg. Las crías nacen
midiendo 0.8 m y pesan 4.5-6 kg.
Los machos adultos se distinguen por la presencia de una cresta sagital que se desarrolla en el cráneo,
la cual puede medir casi 4 cm de alto. Esta cresta comienza a crecer cuando los machos alcanzan los 5
años de edad y se desarrolla completamente cuando llegan a los 10 años (Orr et al., 1970). Algunos
machos pueden presentar una coloración cara en el pelaje que cubre la cresta (King, 1986).
Distribución1,2
Actu al /Hi stóri ca
MEXICO
El lobo marino de California se distribuye a lo largo de las costas orientales del Pacífico Norte. Se han
distinguido tres subespecies, una casi extinta que habita el mar de Japón (Zalophus californianus
japonicus), una que habita las Islas Galápagos (Zalophus californianus wollebacki) y la subespecie que
se reproduce a lo largo de la costa occidental de Norte América, desde la punta sur de Baja California,
México, hacia el norte, hasta las Islas Farallón en San Francisco, así como a lo largo del Golfo de
California (Zalophus californianus californianus) (Mate y DeMaster, 1986). King (1983) menciona que la
distribución de la subespecie mexicana puede distribuirse tan al sur como las Islas Tres Marías. Hay
colonias reproductoras a lo largo de la costa occidental de Baja California y en las islas adyacentes
como la Isla Guadalupe, San Benitos y Cedros. En las aguas de California, se reproduce la subespecie en
el grupo de Islas del Canal, cerca de Los Angeles, localizándose las principales colonias en la islas Santa
Barbara, San Clemente, San Nicolás y San Miguel. Esta última es en donde se tiene registrado actividad
reproductora más norteña, aunque algunos cachorros han nacido en las Islas Farallones, cerca de San
Francisco.
El lobo marino de California se introdujo en el Golfo de México por el hombre y se volvió silvestre desde
entonces. Varios individuos fueron observados en distintas ocasiones, probablemente se trató de
individuos que se escaparon de acuarios y de parques marinos (Jefferson et al., 1992). Ejemplos
específicos incluyen dos casos reportados en Puerto Rico en 1955 y 1967, y el caso de un macho que
escapó del Acuario Nacional de la Habana, Cuba en 1993 (Mignucci-Gianonni y Odell, 2000). Por lo
menos ha habido cuatro avistamientos en Florida, Alabama, Mississippi y Lousiana, E.U.A. Un
varamiento también se tiene registrado (Jefferson et al., 1992). No hay avistamientos verificados que se
hayan reportado desde 1972 (Wursig et al., 2000).
MEXICO / BAJA CALIFORNIA
Isla Ángel de La Guarda: 29º35'N/113º29'W; San Pedro Nolasco: 27º58'N; Islote El Rasito:
28º49'N/113º00'W.
MEXICO / BAJA CALIFORNIA SUR
Los Islotes: 24º35'N/110º23'W.
Hábitat1,2
Durante el período de reproducción, los lobos marinos prefieren islas rocosas, aunque algunos machos
suelen establecer sus territorios temporales a lo largo de playas arenosas, cerca del agua, teniendo un
acceso directo al mar para poder refrescarse. Los machos dominantes suelen patrullar en agua,
enfrente de sus hembras. Los machos no reproductores prefieren permanecer en playas arenosas o
con grava. Las hembras y las crías ocupan una zona angosta de las playas, cerca del agua y raramente
se observan a 10 m o más tierra adentro.
Algunos machos adultos suelen realizar migraciones siguiendo la temporada de reproducción desde
México y California, al norte hasta llegar a la Columbia Británica. Las hembras y los animales jóvenes
suelen permanecer en las zonas de reproducción a lo largo de todo el año, aunque también pueden
realizar movimientos hacia otros lugares (King, 1983).
Algunos lobos marinos suelen descansar, fuera del agua, sobre boyas, muelles, balsas o plataformas
flotantes.
M acrocl i ma
El lobo marino de California es una especie costera, raramente distribuida más allá de los 16 km de la
costa (King, 1983). Aurioles (1989) encontró que esta especie prefiere islas de tamaño pequeñomediano, de 1-7 km de longitud máxima para la reproducción.
Ti p o d e amb i en te
La especie se distribuye desde zonas tropicales, subtropicales, hasta las templadas.
Uso d e h áb i tat
Esta especie se aparea y tiene a sus crías en loberas establecidas en islas durante mayo y junio. Los
machos sulen establecer territorios en playas arenosas, a lo largo del margen de playa.
Estrategia trófica1,2
El lobo marino de California es una especie oportunista, se ha estimado que consume de 100,000300,000 toneladas de especies marinas cada año y su dieta varía considerablemente de un área a otra.
Generalmente consumen presas de 10-30 cm de largo. En California se alimentan de merluza, macarela,
anchoas, calamar, mientras que al sur de Oregon, Estados Unidos, se alimentan de salmón y lampreas.
Es una especie de hábitos nocturnos.
De Anda Delgado et al. (1987) realizaron un estudio sobre los hábitos alimenticios del lobo marino en
las Islas Coronados, Baja California, México, encontrando que sólo seis especies fueron mayormente
depredadas en las que se encontraba Engraulis mordax (la más dominante), Merluccius productus,
Octopus spp. Sebastes spp. Porichtis notatus y Chromis punctipinnis.
Orta y de Anda (1988) detectaron que dentro de los hábitos alimenticios del lobo marino, en el Islote
Rasito, en Bahía de las Ánimas, B.C. las 5 familias más importantes de peces consumidas fueron
Clupeidae, Scombridae, Scorpaenida, Cottidae y Engraulidae, no consideradas como recursos que
mantengan un alto potencial de pesquerías en la localidad donde se llevó a cabo el estudio.
Salazar y de Anda (1988) encontraron que dentro de las presas más consumidas por los lobos marinos
en Isla Cedros, B.C. se encuentran Octopus spp, como la presa más común, seguido por Porichtys
notatus, Citharichthys sordidus, Engraulix mordax y Pleuroncodes planipens. Aguilar et al. (1988)
realizaron un estudio similar en Isla San Martín, B.C., encontrando que Engraulix sp. y Octopus sp.
Fueron las presas más consumidas.
Sánchez et al. (1992) realizaron un estudio sobre la dieta del lobo en Isla Ángel de la Guarda, e Isla
Granito, encontrando que las especies consumidas son Diaphus sp.; Trichiurus nitens, Merliccius
productus y Coelorhynchus scaphopsis. Barnes et al. (1992) reportaron otra especie, Caulolatilus affinis.
Croll et al. (1993) reportaron que las presas principales de lobo marino en la lobera Los Islotes son
Pronotogramus eos, Porichthys notatus y Serranus aequidens. García y Aurioles (1995) reportan Aulopus
bajacali, Serranus aequidens fueron importantes como alimento, además Hemanthias peruanus,
Calamus brachysomus; Bodianus diplotaenia y Ephinephelus analogus de importancia para los lobos y
las pesquerías.
Biología de poblaciones1,2
Tamañ o p ob l aci on al
En 1965, Rice et al. (1965) realizaron censos en Isla Guadalupe, Islas San Benitos e Isla Cedros, contando
un total de 585, 7,200 y 8,400 animales, respectivamente, contando un total de 16,000 lobos en conjunto.
En junio de 1968 se realizó un censo en el área comprendida entre Isla Guadalupe y San Benitos,
contándose más de 15,000 animales, la mayoría concentrándose en Islas San Benitos, Cedros y
Natividad (Brownell et al., 1974).
De acuerdo a Mate y DeMaster (1986) la subespecie que se distribuye en aguas mexicanas consiste en
120,000-140,000 individuos. La población de lobos marinos en México y Estados Unidos se estimó en
145,000 individuos para 1983, de los cuales, aproximadamente 90,000, incluyendo 36,000 cachorros se
encontraban en aguas mexicanas (Le Boeuf et al., 1983). Le Boeuf et al. (1983) contaron más de 15,000
lobos marinos en el Golfo de California en 1979 y más de 14,000 en 1981, concentrándose las
principales colonias en las islas ubicadas en la porción central del golfo (San Esteban y Ángel de la
Guarda - Los Machos, Granito y Los Cantiles). Aurioles et al. (1983) mencionan que en la lobera de Los
Islotes, una isla rocosa de aproximadamente 250 m de largo, ubicada en la Bahía de La Paz, B.C.S., la
población promedio de lobos marinos durante 1978-1983 consistió en 142.6 animales. Le Boeuf et al.
(1983) reportaron para la costa del Pacífico aproximadamente 23,000 animales en 1979 y 14,994 en
1981, además de 4,730 en Isla Cedros y 47 en Magdalena. Estos autores reportaron un total de 20,144
animales para el Golfo de California, un total de 63,020 animales, para la costa del Pacífico y un total de
145,000 lobos marinos en Estados Unidos y México, de los cuales 16% están en el Golfo de California,
46% en la costa Pacífico de México; 35% en el sur de California; y 3% localizados tan al norte como la
Isla Vancouver y la Columbia Británica, Canadá.
Wynne (1993) reporta que la estimación mínima del tamaño poblacional de lobos marinos de California
a Washington, Estados Unidos, es de 67,000 ejemplares.
R ecl u tami en to
En 1965, Rice et al. (1965) realizaron censos en Isla Guadalupe, Islas San Benitos e Isla Cedros, y
compararon sus datos con los obtenidos en 1950 por Bartholomew y Hubbs (1952), encontrando que la
población del Islote Zapato en Isla Guadalupe había incrementado de 165-585. La población de Islas
San Benitos disminuyó de 9,700-7,200, mientras que en Isla Cedros hubo un incremento de 340-8,400
animales. En esta última isla, los conteos realizados en 1950 sólo abarcaron la costa oriental. Sin
embargo, estos números pueden fluctuar, como lo encontró Rice en 1965, contando el 13 de marzo, en
la porción oriental de Isla Cedros 2,850 lobos, contra 5,671 animales que fueron contados en el mismo
lugar 38 días antes (Rice et al., 1965). Le Boeuf et al. (1983) reportaron un total de 6,529 crías nacidas en
las islas de la costa del Pacífico censadas en 1979, mientras que en Isla Cedros se contaron 2,138 crías
en 1981, obteniendo así una producción anual de crías de por lo menos 8,667 cachorros.
Le Boeuf et al. (1983) reportaron que para las 11 colonias censadas en el Golfo de California, un total de
3,422 crías nacieron en 1979, mientras que para 1981 fueron 2,277.
Estos autores reportaron un total de 15,140 lobos marinos en el Golfo de California, habiendo
incrementándose la población un 61% con respecto a 1977 (Mate, 1977) y un 151% del censo realizado
entre 1963-1966 por Lluch (1969). Sin embargo, estos números difieren entre sí por las discrepancias
entre los métodos empleados para realizar los conteos. Aún así, estos autores piensan que el número
de lobos contados en el Golfo de California está subestimado y al aplicar factores de corrección al valor
obtenido en 1979, la estimación más valida es de 20,144 animales, con una producción anual de 7,000
cachorros. Para la costa del Pacífico, estimaron aproximadamente 63,020 animales, con una producción
anual de 29,000 crías. EL número total de lobos marinos en Estados Unidos y México es de
aproximadamente 145,000 animales, de los cuales 16% están en el Golfo de California, 46% en la costa
Pacífico de México; 35% en el sur de California; y 3% localizados tan al norte como la Isla Vancouver y la
Columbia Británica, Canadá.
Aurioles y Sinsel (1988) estimaron la producción anual de crías en la isla Los Islotes, B.C.S., durante
1978-1982. Para 1980-1982 calcularon una tasa de supervivencia anual promedio de 51.6% y una tasa
de mortalidad de 48.4%.
Categori a d e ed ad , tamañ o o estad i o
Se puede distinguir una cría, una hembra adulta y un macho adulto por el tamaño, la coloración y en el
caso de los machos, la cresta sagital que desarrollan en la cabeza, sin embargo, aquellas clases de edad
intermedias son difíciles de determinar debido a la variabilidad en la tasa de crecimiento entre los
individuos.
Le Boeuf et al. (1983) clasifican a los lobos marinos en machos adultos (los lobos más grandes de color
café oscuro que presentan una cresta dorsal en la cabeza y que tienen cuellos anchos); machos
subadultos (animales de menor tamaño, de color café oscuro, con cuellos angostos y un escaso
desarrollo de la cresta sagital); hembras y jóvenes (individuos de tamaño pequeño, de color café claro,
que presentan cuellos angostos), los jóvenes incluyen aquellos animales de 1-2 años de edad y quizá de
3 años de edad; los misceláneos comprenden a cualquier animal a excepción de las crías, que no se
puede colocar dentro de una categoría o clase de edad debido a la alta densidad de animales del área
estudiada o a malas condiciones para realizar el censo; y las crías. Mate y DeMaster (1986) propusieron
las siguientes categorías cachorros, añeros, machos y hembras no reproductores, hembras adultas y
machos adultos.
Comportamiento1,2
El lobo marino de California es una especie gregaria. Es un excelente nadador, llegando a alcanzar
velocidades de hasta 24-32 km/hr, y cuando se le persigue, suele marsopear en la superficie del agua.
Ambos sexos son capaces de realizar buceos de 20 min de duración, sin embargo los buceos de 2-5 min
de duración son los más frecuentes. Pueden llegar a bajar a profundidades de por lo menos 137 m
(Mate y DeMaster, 1986).
En su ambiente natural, los lobos marinos tienden a jugar con macroalgas, arrojándolas por el aire o
bien, les gusta surfear las olas cerca de la costa. También se les ha observado saltando completamente
fuera del agua.
Las hembras son gregarias pero indiferentes a los límites territoriales impuestos por los machos. Los
machos no las agrupan o las reprimen. Si se desatan condiciones como tormentas o fuertes marejadas,
el grupo de hembras se mueve y los machos tienden en estas circunstancias modificar sus territorios.
La actividad dentro de la colonia suele ser siempre la misma, aunque puede ser más notoria en la
noche, cuando las condiciones ambientales son más refrescantes para los animales (King, 1983).
Ámb i to h ogareñ o
Algunos machos adultos suelen realizar migraciones siguiendo la temporada de reproducción desde
México y California, al norte hasta llegar a la Columbia Británica, moviéndose aproximadamente 1609
km en 2 meses.
Reproducción1,2
La temporada de reproducción y de nacimientos suele presentarse en los meses de mayo a junio. Los
machos establecen sus territorios y las hembras copulan con el macho dominante que cuida al harem a
la que ellas pertenecen después de 10 días de haber parido a sus crías. Las hembras maduras
generalmente permanecen en la vecindad de las zonas de reproducción a lo largo de todo el año, al
igual que algunos subadultos. Sin embargo, después de la época de reproducción, algunos machos
subadultos y adultos se mueven hacia el norte, hasta la Columbia Británica, Canadá. Los números de
una población fluctúan conforme los migrantes se mueven hacia el sur y al recibir algunos otros
individuos que llegan de otras zonas para pasar el invierno (Mate y DeMaster, 1986). Durante el
invierno, algunos lobos marinos llegan a aquellos lugares utilizados también por el lobo marino de
Steller (Eumetopias jubatus) en donde se pueden ver grupos mixtos aunque algunas zonas pueden ser
ocupadas por una u otra de las dos especies.
Los machos empiezan a desarrollar una cresta sagital en la cabeza a la edad de 5 años, debido al
crecimiento que sufre esta parte de la cabeza. Esta cresta se vuelve bastante prominente durante la
vida adulta del animal. Esta cresta es mucho más notoria en los individuos viejos debido a que el pelaje
oscuro que tienen se vuelve café claro en esta área.
A pesar de que los machos llegan a madurar sexualmente a la misma edad que las hembras, serán
capaces de defender un territorio reproductivo hasta que se vuelvan más grandes en edad y tamaño,
probablemente hasta alcanzar los 9 años de edad (Mate y DeMaster, 1986). King (1983) menciona que
los machos suelen permanecer en sus territorios por espacio de 2 semanas y regresan después al mar
para alimentarse, regresando después a tierra para pelear por un nuevo territorio. Estos territorios
individuales se mantienen por sucesión de distintos machos. Por otro lado, Wynne (1993), reporta que
los machos dominantes mantienen sus territorios por 30 días y se reproducen poligínicamente, con
hembras que tienen de 2-3 semanas de haber criado. Las hembras paren por primera vez a los 4-5
años y pueden llegar a tener en promedio 4 años en un período de 5 años. La época reproductora es de
mayo-junio. Cada hembra produce una cría, después de un período de gestación de 11.5 meses y el
período de lactancia dura 12 meses. La hembra suele ser proteger a la cría por 2-3 días, manteniendo
contacto con ella, arrastrándola hacia ella si se trata de alejar. En caso de que la hembra necesite ir a
refrescarse a una poza de marea, se lleva a la cría consigo, manteniendo siempre el contacto con esta e
incluso llega a jalar a la cría hacia el agua. Después de este breve período de atención parental, la
hembra comienza a dejar a su cría por períodos más largos. Las crías más pequeñas se amamantan
frecuentemente a lo largo del día, sin embargo, cuando la cría tiene tres semanas de nacida, se
amamantará por períodos de media hora hasta una hora cada día, hasta volverse menos frecuente esta
actividad conforme va creciendo. El período de lactancia continúa hasta que nace el siguiente cachorro
de esa hembra. Las crías suelen juntarse en grupos y pasan la mayor parte de su tiempo jugando,
durmiendo o llevando a cabo algunos viajes exploratorios alrededor de la colonia. A finales de julio
suelen jugar en las pozas de marea (King, 1983).
Las hembras entran en estro dos semanas después de haber nacido sus cachorros. Generalmente
solicitan la atención de los machos dominantes, frotando sus cuerpos contra el de ellos y haciendo
movimientos sumisos. La cópula aparentemente termina cuando la hembra muerde el cuello del macho
y lo aleja (Peterson y Bartholomew, 1967).
Fecu n d i d ad
Las hembras de lobo marino de California ya maduras alcanzan una tasa de embarazo de más del 8%,
por lo que cada hembra puede llegar a tener en promedio cuatro crías cada período de 5 años (Mate y
DeMaster, 1986).
Hernández-Camacho y Aurioles-Gamboa (1997) reportaron que para los períodos reproductivos de 1994
y 1996, en Los Islotes, Bahía de La Paz, la fecundidad de las hembras de 10 y 11 años fue de 77.7%, para
las de 12 años fue de 81.8%, para las de 13 fue de 61.5%, mientras que para las de 14, 15 y 16 fue de
66.6%, 100% y 0%, respectivamente. La fecundidad anual, considerando todas las clases de edad fue de
75% para 1994 y de 75.6% para 1996. Encontraron valores similares de fecundidad total basada en
censos generales, es decir, de hembras con y sin cría, siendo estos de 69.4% , de 77.8% y de 64.7% para
1994, 1995 y 1996, respectivamente.
Prop orci ón sexu al
Le Boeuf et al. (1983) reportan una proporción sexual mínima operacional (machos adultos: hembras
adultas) para las colonias dentro del Golfo de California en 1979 de 1:8.30 y de 1:9.41 para 1981. Por
otro lado, la proporción sexual total operacional para estas colonias, durante esos años fue de 1:5.84 y
de 1:8.94, respectivamente.
Le Boeuf et al. (1983) reportaron una proporción sexual promedio operacional para la costa del Pacífico
en 1979 de 1:6.87, y una proporción sexual total de 1:3.58. Menos del 2% de las hembras se observaron
criando añeros.
La abundancia de hembras adultas ha sido siempre mayor que la relativa a machos subadultos y
adultos (sumados juntos) en México. En Isla Margarita esta proporción fue de 2.5:1; en Los Islotes de
1.3:1; en el Farallón de Topolobampo fue de 2:1; en San Pedro Nolasco fue de 5.3:1; y en San Jorge fue
de 5.3:1 (Aurioles et al.,1985). Se reporta una proporción sexual de nacimientos de 1:1.
Estado de conservación1,2
N OM -059-SEM AR N AT-2001
Pr sujeta a protección especial
N OM -059-SEM AR N AT-2010
Pr sujeta a protección especial
Conservación1,2
El 2 de agosto de 1978 fueron decretadas zona de reserva y refugio de aves migratorias y de la fauna
silvestre, por José López Portillo. A principios de la administración de Miguel de la Madrid, el manejo de
la reserva pasa a manos de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, donde se le asigno la
categoría de reserva especial de la biosfera. En relación con el numero de islas que están incluidas en
esta área protegida, la Secretaria de Gobernación estima que existen alrededor de 100 y un numero
similar de islotes; algunas de las más notables son: Montagne, Gore, Mejia, Granito, Encantada, Angel
de la Guarda, Smith, Salsipuedes, San Lorenzo, San Marcos, Santa Inés, Coronados, Del Carmen, San
Jose, Espiritu Santo, Cerralvo, Turner, San Esteban, San Pedro Nolasco, Willard, Danzante, Monserrat,
Santa Catalina, Santa Cruz, San Diego, San Francisco, Rasa y Tiburón (D.O.F., 1978).
Amenazas1,2
Factores d e ri esgo
Los primeros habitantes de Baja California, Sonora y Sinaloa capturaban lobos marinos por su carne.
Entre 1860 y 1870, los balleneros capturaron miles de lobos para obtener grasa y pieles. Posteriormente
se les cazaba por sus vibrisas y genitales, los cuales eran vendidos a los orientales como afrodisiacos.
La matanza local por aceite y carne continuó hasta inicios de la década de 1960, en algunas islas del
Golfo como Ángel de la Guarda (Lluch, 1969). Algunos ejemplares se siguen capturando actualmente, de
manera ilegal, o bien, se les mata por la competencia de estos animales con algunas pesquerías. El
impacto total de esta especie con las pesquerías del Golfo de California aún se desconoce debido a los
pocos censos sistemáticos que se han llevado a cabo (Le Boeuf et al., 1983). El lobo marino es una
especie que estuvo sujeta a la cacería, principalmente en las islas San Pedro Mártir, Angel de la Guarda
y San Lorenzo. La disminución en las poblaciones de lobo marino ha llevado a que la especie sea
considerada bajo protección especial (INE, 1994).
Debido a que los lobos marinos se encuentran en el tope de la cadena alimenticia, suelen acumular
químicos naturales o producidos por el hombre. Algunos químicos, como el DDT y PCB's, han llegado a
afectar a la reproducción de aves, pudiendo afectar de igual manera a estos organismos (Mate y
DeMaster, 1986). Existen peligros latentes de contaminación, principalmente por los desechos de
insumos agrícolas que son arrastrados hacia el golfo desde los Estados Unidos y los estados de Sonora
y Sinaloa en México.
Por otro lado, los cambios más evidentes que han sufrido las poblaciones de lobo marino de California
son resultado directo de las actividades humanas. La explotación comercial durante el siglo XIX,
principalmente a lo largo de la costa sureña de California, fue indispensable para reducir
drásticamente las poblaciones de este pinnípedo. Muchos animales fueron aniquilados para obtener
de ellos su aceite y piel, así como para producir a partir de ellos alimento para perros. Cientos de
animales fueron capturados para ser exhibidos en zoológicos y oceanarios.
Actualmente compite el lobo marino de California con el humano por algunas especies de peces. Han
ocasionado daños en las artes de pesca del lenguado, calamar, arenque y salmón. En 1980 el daño
causado por los lobos marinos a las artes de pesca y capturas fue estimado en cerca de $500,000 USD,
únicamente en California. Durante el proceso pueden llegar a quedar atrapados en los equipos de
pesca, ahogándose y muriendo. Para 1980 murieron alrededor de 1,500 animales únicamente en
California. Muchos pescadores actualmente piensan que el incremento en el número de lobos marinos
pone en riesgo la viabilidad comercial de muchas pesquerías. Los lobos marinos de California que viven
al sur de California suelen alimentarse de especies comerciales como las anchoas, la macarela,
merluza, y calamar, entre otras. Sin embargo, la dieta de la especie, a lo largo de todo su rango de
distribución, incluye muchas especies que tienen o no valor comercial, por lo que el efecto neto sobre
aquellas especies de peces de importancia comercial no puede ser aún evaluado adecuadamente
(Mate y DeMaster, 1986). Sin embargo, Barnes et al. (1992) encontraron que para Los Islotes, de las 35
especies capturadas por los pescadores ribereños, únicamente 4 coincidieron con las especies presa de
los lobos marinos, de ésas sólo el conejo, Caulolatiulus affinis, es de importancia para el hombre y en
una pequeña parte en la dieta del lobo, lo que sugiere que la competencia entre el hombre y el lobo es
mínima, para esa zona. Probablemente, los cambios estacionales en la captura de los pescadores y en
la dieta del lobo puedan crear competencia en otras temporadas.
Aurioles et al. (1997) reportaron que entre 1987-1990 la biomasa de las especies presas del lobo marino
que pudieran tener valor comercial constituyó el 11.8%. La interacción entre ambos componentes se
limita básicamente al robo de peces enmallados y ruptura de redes por algunos individuos de la
población, lo cual a su vez causa enmallamiento de algunos individuos.
Un riesgo potencial que sufre la especie es el de las actividades turísticas. García et al. (1997) realizaron
un estudio sobre las consideraciones sobre el impacto de las actividades turísticas sobre el lobo marino
en la lobera Los Islotes, B.C.S. y mencionan que esta lobera por estar tan cercana a la Cd. de La Paz es
muy visitada por los turistas. Estos autores, a través de un análisis del lobo marino y su entorno, así
como de las actividades turísticas y del turista, identificaron los impactos sobre el entorno de Los
Islotes, así como sobre la población de lobo, obteniendo como resultado que el impacto emitido es de
poca fuerza y que con ciertas medidas correctoras puntuales puede llegar a mitigarse. Recomiendan
establecer la reglamentación específica que impida la merma de la población; la realización de
estudios de impacto ambiental de las actividades asociadas tanto al entorno como al lobo,
especialmente sobre la pesca; así como la creación de un Centro de Documentación y Capacitación; y el
desarrollo de un Programa de Seguimiento y Control.
Si tu aci ón actu al d el h áb i tat con resp ecto a l as n ecesi d ad es d e l a esp eci e
En el Golfo de California, las islas del golfo se encuentran dentro de la categoría de reserva, por lo que
están protegidas. Sin embargo, de manera más puntual algunas regiones han sufrido impactos por el
establecimiento de campamentos pesqueros y turistas, así como por el tráfico de embarcaciones
pesqueras y turísticas de diferentes calados.
El hábitat de la especie en lo que corresponde al Golfo de México se ve severamente afectado por la
actividad humana, principalmente por la extracción de petróleo.
Ecología1,2
Hi stori a d e vi d a
El lobo marino, como mamífero, es una especie vivípara y homeoterma, regularmente se le encuentra
formando grupos pequeños de algunos cientos o incluso hasta miles en tierra. Las hembras paren una
cría después de un período de gestación de aproximadamente de 9 meses, más tres de implantación
retardada. Tienen una sola cría por temporada. Las hembras son fértiles y capaces de iniciar su
reproducción a partir de los 4 años de edad y aproximadamente hasta los 14. La cría es destetada
después de 1 año. El macho dominante defiende activamente su territorio acuático-terrestre y se
aparea, preferentemente en tierra con las hembras que ya han parido y están en celo o con aquellas
que no presentan cachorro y que están receptivas.
Es una especie que no se caracteriza por realizar migraciones, sin embargo suele realizar algunos
movimientos locales estacionales relacionados con la reproducción y la distribución de sus presas.
Fen ol ogí a
El clima puede llegar a afectar tanto el nacimiento como influir en la tasa de mortalidad de los lobos
marinos de California. Durante las tormentas, los cachorros usualmente son alejados de las colonias y
se ahogan, pero aquellos eventos a mayor escala suelen afectar drásticamente en las poblaciones de
esta especie. En 1982 y 1983, debido al fenómeno de El Niño, las aguas de la porción oriental del
Pacífico se calentaron más de lo normal, alterando la abundancia y distribución de los peces
disponibles para los lobos marinos. Como resultado, en 1982, la producción de crías disminuyó en un
20% en algunas colonias, mientras que en 1983, las hembras pasaron períodos prolongados lejos de las
colonias buscando alimento, doblando así la tasa de mortalidad de las crías a comparación de años
previos. Esto demuestra que los individuos y las poblaciones de lobos marinos de California responden
a variaciones ambientales a gran escala. Durante aquellos períodos en los que hay un estrés ambiental,
los animales en pobres condiciones, con baja grasa corporal y escasas reservas energéticas, están más
susceptibles a sufrir enfermedades, aún más cuando compiten por territorios, cuando son destetadas
las crías y durante la migración (Mate y DeMaster, 1986).
Aurioles (1987) reportó que debido al fenómeno de "El Niño" 1983, la colonia ubicada en Isla Santa
Margarita, en la costa del Pacífico, experimentó una reducción de 71.3% de la población reproductora y
la producción de crías disminuyó un 55%, con respecto a la media de otros años. En el Golfo de
California, la Isla San Jorge, al norte del golfo, presentó un decremento en su población reproductora de
4%, mientras que la producción de crías presentó un incremento de 7% a la media de otros años. La
lobera de San Pedro Nolasco, a la mitad del golfo, tuvo un 10% menos en su población reproductora y
un 19% menos en su producción de crías. En el farallón de Topolobampo, al sur del golfo, la población
reproductora se incrementó un 10%, mientras que la producción de crías aumentó un 26% más que en
otros años. En los Islotes, al sur del golfo, la población reproductora disminuyó un 20%, pero su
producción de crías se incrementó un 10% con respecto a otros años. Aparentemente el éxito
reproductivo de la especie en el golfo no sufrió cambios significativos, pero en la costa del Pacífico la
disminución del éxito reproductivo fue evidente.
Aurioles et al. (1993) reportaron el estado de salud de la población de lobos marinos en el golfo de
California con respecto a posibles efectos de El Niño 1992, encontrando que la población de esta
especie en el Golfo de California está protegida de los eventos ENSO.
Relevancia de la especie1,2
R el evan ci a d e l a esp eci e
Valor estético-recreativo.
La presencia de loberas en el Golfo de California tiene enorme potencial turístico, pudiendo ser uno de
los espectáculos de la fauna silvestre más importantes del mundo.
Valor educativo. Se relaciona con la concientización que logra el público que la visita al conocer algunos
aspectos importantes de su biología o de su ambiente.
Valor científico. Durante varios años se han investigado diferentes aspectos de la biología y dinámica
poblacional del lobo marino. Sin embargo, grupos de expertos coinciden en que faltan conocimientos
para su manejo. De manera prioritaria, se considera la investigación para la identificación y mitigación
de los posibles efectos adversos de las actividades humanas sobre esta especie y su ambiente.
Referencias
1. Urbán Ramírez, J. y Guerrero, M. 2002
. Ficha técnica de Zalophus californianus. En: Urbán Ramírez, J. (compilador). Conocimiento
biológico de las especies de mamíferos marinos (Cetáceos, Sirenios y Carnívoros), incluidas en el
Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-059-ECOL-2000
. Departamento de Biología Marina, Área Interdisciplinaria de Ciencias del Mar, Universidad
Autónoma de Baja California Sur
. Bases de datos SNIB-CONABIO. Proyecto No. W038
. México, D.F.
2. © CONABIO, algunos derechos reservados
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