Nicolas Poussin (Les Andelys, 1594 – Roma, 1665) El Barroco francés, en su vertiente clasicista, tiene a su más importante maestro en Nicolas Poussin. Pintor y dibujante, cuya vida transcurrió casi íntegramente en Roma, es un mito nacional francés, representante máximo de la pujante concepción racionalista y normativa que nacía en su país, en sintonía con los nuevos tiempos de orden social y político del Absolutismo. La lógica, el orden y la claridad fueron virtudes esenciales en su trabajo y ha influido de manera decisiva en el devenir del arte francés hasta nuestros días. Sus primeros dibujos llamaron la atención del pintor Quentin Varin quien, hacia 1610, había acudido a la localidad para trabajar en Notre-Dame-Le-Grand-Andely. De este pintor recibió sus primeras lecciones, pero el interés por la pintura, no bien visto por su familia, le llevó a fugarse en 1612, con dieciocho años, sin dinero ni contactos, a París. Allí trabajó como aprendiz en los talleres de Ferdinand Elle y Georges Lallemand, quienes le introdujeron en el estilo manierista de la llamada "segunda escuela de Fontainebleau" y en el aprecio por las obras del discípulo de Rafael, Giulio Romano. El legado manierista incluso en los primeros dibujos de Poussin es escaso, limitándose a la tendencia a representar figuras de esbeltas proporciones y contornos bellamente delimitados. Con todo, su gran influencia serán los grabados de obras de Rafael y, en particular, de obras clásicas romanas realizados por Giulio Romano, a cuyo estudio se dedicó de manera muy intensa, costumbre que ya no abandonaría en el resto de sus días. Esta afición al estilo rafaelesco le prepararía para poder integrarse en un futuro cercano en el entorno artístico de Roma, en que predominaban ya, apagada un tanto la revolución caravaggista, las formas del clasicismo renacido, sin ningún tipo de eco manierista. Viajó en 1617 a Florencia, pero hubo de regresar pronto por falta de medios. Vuelto de nuevo a París, trabó amistad con Philippe de Champagne, con quien trabajó algún tiempo en la decoración del Palacio de Luxemburgo. Este trabajo le reportó cierto renombre. Entró entonces bajo la protección del poeta italiano Marino, a cuya inspiración se debe una serie de dibujos de tema mitológico, basados en las "Metamorfosis" de Ovidio que se cuentan entre lo mejor de su creación en este primer periodo francés. En 1924, tras pasar por Venecia, llegó a Roma, instalándose en Via Paolina, en donde viviría hasta su fallecimiento. Como todos los artistas extranjeros, pronto se vio en dificultades, dado que la política papal y las clientelas regionales dominaban el panorama, a lo cual se añadió la marcha de su protector, Marino, a Nápoles en ese mismo año, para fallecer un año después. Sin embargo, tuvo tiempo de introducir a Poussin en el círculo de Marcello Sachetti, quien le encargó la Batalla de Gedeón contra los Madianitas, el cual es, quizá, el lienzo de mayor influencia manierista del pintor francés. Pronto este mecenazgo se dirigió hacia dos grandes personajes: el Cardenal Francesco Barberini, sobrino del Pontífice, y Cassiano dal Pozzo, un acaudalado intelectual. Fue esta una época de gran producción: para el Cardenal Barberini pintó en 1628 La muerte de Germánico, cuadro que le proporcionó gran fama. Entró en el taller del Domenichino, que proveía los encargos de los selectos círculos de intelectuales, entre los que se contaba Cassiano dal Pozzo. Este consejero del Cardenal Barberini había empleado a un grupo de artistas en realizar copias de antigüedades romanas para su "Museum Chartaceum", o "Museo de papel". Poussin, que necesitaba abrirse camino, se vinculó a este proyecto, aunque con escasa contribución. Con todo, la inserción en el grupo de estudiosos arqueólogos le abrió las puertas de una formidable biblioteca de grabados y reproducciones de originales romanos y le suscitó un interés definitivo por el arte clásico romano, de forma que a lo largo de su vida se convirtió en el mejor intérprete de la Antigüedad entre los pintores franceses. Por otra parte, una de las mayores influencias sobre Poussin fueron las Bacanales de Bellini y Tiziano. Con Gaspar Dughet se interesó por el paisaje, que exploraban en sus paseos por la Campaña romana junto a su compatriota Claudio de Lorena. Así, las obras de Poussin en este periodo absorben y muestran una serie de influencias variadas: el arte y la literatura clásicos, los colores cálidos del Renacimiento veneciano y la observación de la naturaleza y los efectos de la poderosa luz mediterránea sobre la vegetación. Todos ellos se muestran en obras como Los pastores de la Arcadia o Acis y Galatea. Estos lienzos, repletos de lenguaje alegórico y lirismo, se conocen como "poesie", género que, procedente del Renacimiento, había calado muy hondo en el pintor. En 1630 se frustró un encargo importante para San Luis de los Franceses y Poussin, decepcionado, renunció a convertirse en un gran pintor de iglesias y palacios. Su clientela será, desde ahora, la de la pujante burguesía intelectual, que apreciaba y entendía el arte, era más liberal en sus gustos y, dada su limitación de recursos y espacio, reclamaba obras más pequeñas. La ausencia de encargos que requirieran grandes figuras para edificios públicos estimuló a Poussin a estudiar la propia monumentalidad interna de los personajes, a través de sus expresiones y emociones, los "affetti", y del lenguaje alegórico; así, por ejemplo, en La inspiración del poeta o El triunfo de David, de 1629 y 1630. En 1632 Poussin era ya miembro de la Academia de San Lucas. Durante los años treinta, el interés de Poussin se dirige a estudiar la expresión de la violencia a través de amplios grupos de figuras. Es la época en que las figuras, dispersas en un espacio tridimensional claramente definido, actúan como los actores de la escena, a través de un repertorio de gestos adecuados que expresen los affetti, las emociones internas y, en conjunto, el sentido de la escena. Para canalizar racionalmente, hasta un final idealizado, la violencia inherente al pasaje representado y su propia emotividad personal, Poussin realizaba un número elevado de dibujos previos, en que paulatinamente iba cediendo el impulso inicial y surgía un planteamiento armónico de la composición. En 1639, el rey Luis XIII decide hacer llamar a París a Poussin para que decore la Gran Galería del Louvre, Poussin se niega. Con todo, forzado por la mezcla de amenazas, promesas y presiones de sus amigos franceses, Poussin termina por aceptar y emprende el camino de París en 1640. Allí se le asigna una pensión, un alojamiento en las Tullerías y se le nombra "primer pintor ordinario del rey", honores que no satisfacen al nada ambicioso pintor normando; antes bien, le preocupan. Su trabajo consistiría en la decoración de una serie de paneles de la Gran Galería del Louvre en los que había de representarse el tema de los trabajos de Hércules. Apenas realizó unos cuantos bocetos a pluma. No gustaba de trabajar con prisa, ni aguantar los constantes y exigentes encargos de los cortesanos parisinos, tan distintos de los mecenas romanos. Pero lo que pudo con él de forma definitiva fueron las envidias e intrigas de Simon Vouet, que hasta la llegada de Poussin era el indiscutible pintor de corte, y del arquitecto Lemercier, protegido de Richelieu. En diciembre de 1642 solicita permiso para ir a buscar a su mujer a Roma, permiso que le es concedido. No regresó más a Francia. A su vuelta a Roma comienza la última etapa, de plena madurez, en la que continúa con los trabajos para sus habituales mecenas y algunos nuevos, como Felipe IV de España o Fréart de Chantelou. En estos años su mayor preocupación es el estudio de los efectos de la luz sobre las figuras, situadas en un escenario convencional y neutro. Sin embargo, se muestra todavía muy clásico en su concepción del color, al que no asigna un papel definitorio en la pintura, en la que es mero "colorear", subordinado al tema y a su efecto en el espectador. Se muestra, pues, precavido ante los incipientes intentos de liberar al color de las formas y elevarlo a la categoría de propiedad de la luz, gobernada por leyes físicas, concepto que desembocará de forma plena en los impresionistas. La evolución que experimenta Poussin en estos años se nota claramente en los paisajes, que adquirirán mayor importancia, hasta el punto de ser posteriormente considerado el fundador de la escuela paisajística francesa de los siglos XVIII y XIX. Del mismo modo que en el paisaje, se produce un importante cambio en la temática religiosa, en la que ahora predominan los temas de mayor complejidad psicológica o moral, como Eleazar y Rebeca, el Juicio de Salomón o Ester ante Asuero, frente a los temas épicos del Antiguo Testamento que predominan en su primera etapa romana. En ellos se refleja ese esfuerzo por hallar el orden, a través de la geometría, que llega a su cima en la Sagrada Familia de la Escalera. La enfermedad que, a partir de los años cuarenta, le producía violentos temblores en la mano, fue agravándose con el paso de los años, hasta impedirle ejercer su amado arte de pintor. Esta enfermedad no fue obstáculo para que alcanzara en los años cincuenta su más profunda madurez. A pesar de verse obligado a descuidar un tanto la técnica, Poussin obtuvo su mayor intensidad en la captación de la espiritualidad oculta, así como en el desarrollo de escenas arquitectónicas. Pero lo más característico de sus últimos años son los paisajes, ahora ya absolutos protagonistas, dueños de la historia que representa. El temblor de la mano es casi insoportable, lo que confiere a los cuadros un aspecto peculiar, como de inacabado, que los hace hoy muy modernos pero que en la época fue muy criticado. Tras su muerte comenzaba su patronazgo sobre la Escuela francesa, generando incluso una corriente, el poussinismo, opuesto a la herencia barroca de Rubens. Este clasicismo emergería de nuevo con Jacques-Louis David a fines del XVIII; sus cualidades más formales y abstractas reaparecerían en Ingres, su gran admirador, e influirían en todo el Neoclasicismo europeo. Su presencia en el siglo XIX se produciría a través de su apreciación armónica de la naturaleza, que provocaría la admiración de Cézanne. http://www.loseskakeados.com