Distopías: la reflexión de la obra literaria a través de la aproximación múltiple: críticas, fotografías, club de debate. • Autor: Santiago Navajas Gómez de Aranda Santiago Navajas (profesor de Sociología, IES Blas Infante, Córdoba) • Nivel educativo 1º Bachillerato - 2º Bachillerato • Área o materia. Historia de la Filosofía, Filosofía, Sociologia. • Resumen de la experiencia Durante este curso quise realizar una lectura en paralelo para tres asignaturas diferentes, en dos diversos niveles: Filosofía en 1º de Bachillerato y Sociología e Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato. Para ello elegí un tema, el de las distopías, que pudiese ser tratado como una cuestión transversal a las tres asignaturas involucradas, adaptándolo a las circunstancias de conocimientos e intereses de los alumnos de ambos niveles en cuestión. Para ello se han ido realizando diversas actividades, desde la más usual crítica literaria de Un mundo feliz, siguiendo las reglas establecidas usualmente para este tipo de artículos, para continuar con la realización de una fotografía que cumpliese ciertas condiciones: la utilización de su propio cuerpo y de una cita del libro 1984. Para finalizar la actividad, se fomentó un debate siguiendo el formato de un club literario imitando a los hombres-libro de Farenheit 451. • Palabras clave. Distopías, Un mundo feliz, 1984, Fahrenheit 451, Huxley, Orwell, Bradbury, Platón, Shakespeare. Distopías: la reflexión de la obra literaria a través de la aproximación múltiple: críticas, fotografías, club de debate y audiolibros. Índice Estado de la cuestión Distopías Un mundo feliz 1984 Fahrenheit 451 Conclusiones Estado de la cuestión El Plan de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura de España subraya que1 : La lectura es una herramienta fundamental del desarrollo de la personalidad, pero también lo es de socialización como elemento esencial para convivir en democracia y desenvolverse en la sociedad de la información y entre sus objetivos destacan: Conocer, reflexionar y planificar mejoras sobre la realidad de los hábitos lectores y sobre la situación y medios humanos y materiales de las bibliotecas. Crear una conciencia social sobre la importancia de la lectura. Impulsar en colaboración con las Administraciones competentes la accesibilidad y dotación adecuada de bibliotecas públicas y bibliotecas escolares. Realizar y coadyuvar a la realización de actividades de promoción de la lectura en diferentes ámbitos. Atender a colectivos con dificultades (inmigrantes, tercera edad, discapacitados o población reclusa) para acceder al libro y la lectura, apoyando iniciativas de ONG y otras instituciones públicas y privadas. También José Antonio Millán defiende el carácter cognoscitivo de la lectura2 (Informe 2008. Leer para aprender ) La lectura sigue siendo la auténtica vía de acceso a la sociedad del conocimiento, que hoy en día se despliega en numerosas intervenciones no sólo educativas, profesionales o empresariales, sino también ciudadanas. Ahora bien, ¿se lee mucho en España? Y, sobre todo, ¿se lee bien? El último Estudio sobre hábitos de lectura revela que3 : El porcentaje de lectores en España se situó en el 54,8% de la población mayor de 14 años en el primer trimestre de 2009 y de ellos, el 42,1% se declara lector frecuente, es decir, afirma leer libros diaria o semanalmente. Además de los lectores frecuentes, otro 12,7% dice ser lector ocasional, es decir, lee alguna vez al mes o al trimestre. Entre los no lectores, un 45,2% de la población dice no leer y, de éstos, el 30,5% que no lo hace nunca. Los lectores frecuentes dedican a la lectura unas seis horas semanales y la principal motivación es el placer de la misma. El 88,0% de la población lectora lee por entretenimiento aunque hay que destacar que, entre los jóvenes de 14 a 24 años, un 22,1% lee por motivos de estudio. La edad es un elemento decisivo en la lectura y los que más leen tienen hasta 54 años, a partir de ahí desciende el índice e lectura. Por franjas de edades, la tasa lectora alcanza el 72,4% entre los que tienen entre 14 a 24 años, con una diferencia de 42 puntos con los mayores de 65 años (30,2%). El porcentaje de lectores también es mayor entre los que tienen mayor nivel de estudios, con un 81,0% entre los universitarios y este porcentaje es 2,6 veces superior al de los lectores que tienen solo hasta estudios primarios (31,5%). Nueve de cada 10 niños de 10 a 13 años (el 91,2%) se consideran lectores. El 81,1%, afirma leer libros diaria o semanalmente y un 10,1% leen alguna vez al mes o al trimestre. El 57,4% de los niños lectores afirma leer por elección propia y porque les apetece, el 21,4%% lee poque se los han recomendado, pero le gusta y un 21,2% lee porque obligación o por estudios. Un dato a tener en cuenta también es que el 96,8% de los niños afirma que leen porque sus profesores les animan a leer. De lo que podemos concluir que realmente la lectura no es un problema entre los estudiantes de secundaria. Lo que sí es un problema, y esto es generalizable a todas las edades, es la calidad de la lectura porque podríamos estar cayendo en un fetichismo del libro, en una superstición respecto de la lectura. Y no se trata de leer mucho, sino de leer de manera que se combine la diversión con la inteligencia. Como decía Nabokov, que reclamaba como lector de sus libros no a uno cualquiera sino que tenía que ser4 “Un buen lector, un lector serio, activo y creativo debe ser un lector doble.” Es decir, alguien capaz de disfrutar a la vez del placer sensual y del intelectual. El gran crítico literario Harold Bloom ha expresado algo similar5 : No hay una sola manera de leer bien, aunque hay una razón primordial para que leamos. A la información tenemos acceso ilimitado, pero ¿dónde encontraremos la sabiduría? Si uno es afortunado, tal vez se tope con un maestro que lo ayude; pero al cabo está solo y debe seguir adelante sin más mediaciones. Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos según mi experiencia, es el más saludable desde el punto de vista espiritual. Hace que uno se relacione con la alteridad, ya sea la propia, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La invención literaria es alteridad, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las afliciones de la vida familiar y pasional. Importa, para que los individuos tengan la capacidad de juzgar y opinar por sí mismos, que lean por su cuenta. Lo que lean, o que lo hagan bien o mal, no puede depender totalmente de ellos, pero deben hacerlo por propio interés y en interés propio. Uno puede leer meramente para pasar el rato o por necesidad, pero, al final, acabará leyendo contra el reloj. Acaso los lectores de la Biblia, los que por sí mismos buscan en ella la verdad (no los inducidos), ejemplifiquen la necesidad con mayor claridad que los lectores de Shakespeare, pero la búsqueda es la misma. Entre otras cosas, la lectura sirve para prepararnos para el cambio, y, lamentablemente, el cambio definitivo es universal. Para mi, la lectura es una praxis personal, más que una empresa educativa. Distopías En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua no aparece el término distopía. ¿Por qué? En una consulta, realizada a través de su email para resolver dudas lingüísticas, respondieron: "El Diccionario del español actual de M. Seco recoge distopía como término literario definido como «situación imaginaria en que todo es lo peor que puede ser». Se crea como negación de utopía, ‘plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación’, mediante la anteposición del prefijo dis-. Se documenta escasamente en nuestro bancos de datos: «Jugando (¿para exorcizarlos?) con nuestros terrores, podemos especular con equivalentes humanos confinados al procesamiento de señales digitales; inteligencias obsesivas monofuncionales, cerebros descorporizados simplificados para tareas creativas pero limitadas, etcétera, frente a los cuales la distopía de El planeta de los simios parece un paraíso» (A. PiscitelliCiberculturas 2.0. [Argentina 2002])." Puede ser que en su banco de datos haya poca documentación sobre la palabra pero en una base de uso tan potente y vasta como es Google el término distopía ofrece 167.000 resultados, el primero correspondiente a la Wikipedia que le dedica un artículo : "Una distopía es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal, es decir, en una sociedad opresiva, totalitaria o indeseable. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad fictiica (frecuentemente emplazada en el futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos" Y como ejemplos de distopías cita desde La máquina del tiempo de H. G. Wells (1895) hasta TimeXplores, de J. Vedovelli (2007), pasando por los superclásicos Un mundo feliz de Aldoux Huxley (1932), 1984 de George Orwell (1948) y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953). Siendo éstos últimos los que fueron seleccionados para ser leídos, uno por trimestre, por los cursos de Filosofía (1º de bachillerato), Historia de la Filosofía (2º de bachillerato) y Sociología (2º de bachillerato). En Filosofía de 1º de Bachillerato serviría para profundizar en el concepto de ciudadanía y poner de manifiesto como esta condición ha sido muy duramente conseguida a través del tiempo. En Sociología de 2º de Bachillerato podría ser utilizada para reflexionar sobre las características políticas de una sociedad óptima de primer y segundo grado, así como la cuestión de por qué la segunda es preferible, en cuanto realizable, a la primera. Por último, en Historia de la Filosofía ayudaría a desvelar los procedimientos retóricos y demagógicos por los que el pensamiento utópico-totalitario, cuya raíz se encuentra en Platón tanto para su vertiente comunista como nacionalsocialista, aún conserva ciertos ribetes románticos en algunos sectores progresistas y reaccionarios. Lo que me ha interesado destacar es que la presunta dicotomía utopía/distopía es falsa. Volviendo a la definición de la Wikipedia podríamos parafrasearla como "Toda utopía es perversa". Durante muchísimos siglos la utopía ha gozado de gran prestigio. Y, de nuevo, hoy vuelve a gozar de predicamento. Así el último Premio Nacional de la Crítica en la modalidad de poesía, y profesor de Filosofía en un instituto cordobés, Eduardo García, declaraba a raiz de la concesión del galardón y a propósito de su libro de poemas "La vida nueva"6 : Un canto a la vida, buscando nuevos caminos en el siglo XXI y afirmando la necesidad de crear utopía. ¿En qué se piensa cuándo se defiende la "necesidad de la utopía"? En un sentido moderado, podríamos entenderlo a la Chesterton cuando afirmaba que el camino hacia una vida plena y feliz pasa por "tener aspiraciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas". El heterodoxo inglés siempre tan razonable. Pero la reivindicación de la utopía en un sentido fuerte, que es el que me interesa analizar, pasa por el modelo originario de Platón en la "República". En esta obra el filósofo griego trazaba un sistema político alternativo a todos los realmente existentes, basado en consideraciones estrictamente racionales (presuntamente). Lo que van a tener en común todas las utopías propuestas a partir de las platónicas es plantear una enmienda a la totalidad a todos los sistemas políticos reales en cuanto que éstos se decantan por la tradición, las costumbres y el reformismo de lo existente. La utopía, sin embargo, se sitúa en otro mundo, el mundo de la perfección. A diferencia del talante churchilliano -es decir, democrático-liberal- que plantea seleccionar el menos malo de los sistemas existentes, asumiendo la imperfección y los roces inherentes a este mundo, el talante utópico no acepta, no asimila, ningún tipo de desvíos respecto al plan (presuntamente) racional que la utopía encarna. Este perfeccionismo del utópico típico incorpora dos rasgos muy peligrosos. En primer lugar, la naturaleza humana resulta ser incompatible con el diseño utópico lo que ha llevado a todos los utopistas a tratar de cambiar dicha naturaleza. Lo que implica, necesariamente, violencia. En segundo lugar, el adversario político de la utopía se convierte automáticamente en el enemigo. La diferencia entre el adversario y el enemigo es que al adversario le reconocemos el derecho a tener su propio punto de vista ya que el paradigma desde el que se hace, el liberal-reformismo, asume la posibilidad de la refutación de las propias posiciones. Sin embargo, para el utopista, que corre por una autopista asfaltada de razones (presuntamente) irrefutables, no cabe lugar para el disenso. Sólo cabe el consenso a priori, y el que se niega a reconocerlo o bien es un ignorante, y hay que internarlo en un campo de "reeducación" (entre nosotros, "concentración"), o bien en un malvado y hay que eliminarlo. Fueron Karl Popper, el filósofo de la ciencia que propuso el método falsacionista como guía de la actividad científica, y Friedrich Hayek, el economista liberal, ambos austriacos por cierto, los que advirtieron por las mismas fechas la dimensión congénitamente totalitaria de la propuesta utopista. "Las mismas fechas" significa concretamente 1945. Ambos pensadores habían pasado por el trauma existencial y filosófico de la confrontación de sistemas filosóficos que había implicado la II Guerra Mundial. El primero, tras la debacle después de las utopías nazis y comunistas, publicó La sociedad abierta y sus enemigos, un alegato contra la tradición utopista que inaugurara Platón y que tendría, desde su punto de vista, en Hegel y Marx a sus representantes más influyentes. Para Popper hay dos grandes paradigamas políticos, que funcionan al modo de marcos conceptuales que permiten múltiples derivadas en su seno. En primer lugar, estaría el paradigma defendido por él, el democrático-liberal, abierto al cambio de gobierno por procedimientos pacíficos. Por el contrario, las sociedades cerradas serían impunes a la refutación de sus gobernantes. Los sistemas utópicos constituirían la versión racionalista de estas sociedades cerradas. Hayek, en Camino de servidumbre, había advertido contra la "fatal arrogancia" de los proyectos utópicos de corte colectivista, que habrían de conducir inexorablemente, por su falta de "check of balance" (sistema automático de equilibrios) a la dictadura y al totalitarismo, aún con la mejor intención de sus proponentes. En sus palabras7 : "En el pasado, ha sido la sumisión a las fuerzas impersonales del mercado lo que ha hecho posible el desarrollo de la civilización. Es esta sumisión lo que nos permite a todos construir algo que es mayor que lo que cada uno de nosotros pudiera construir. Se equivocan terriblemente los que creen que podemos ayudar a dominar las fuerzas de la sociedad de la misma forma que hemos aprendido a dominar las fuerzas de la naturaleza. Esto no sólo es el camino hacia el totalitarismo sino también el camino hacia la destrucción de nuestra civilización y, ciertamente, la mejor manera de bloquear el progreso." No es por casualidad que hayan sido estas fechas las que han presenciado la emergencia de las utopías negativas. Fue precisamente ahora cuando se empezaban a sentir los primeros síntomas de que las utopías largamente soñadas a través de la historia por filósofos y literatos podían llegar a cumplirse a gran escala. A la vuelta de la esquina estaban los grandes movimientos utópicos concretados como nazismo y comunismo. Estos proyectos suscitaban grandes esperanzas y eran objeto de una fe entregada por parte de sus partidarios. Sin embargo, también suscitaba un miedo instintivo en amplias minorías, miedo que se concretó en la mente de algunos novelistas que anticiparon su carácter violento y su esencia totalitaria. Pero no fue hasta 1947 cuando Karl Popper escribió su influyente Utopía y violencia, artículo en el que definía el utopismo como el marco conceptual en el que se plantea un óptimo social y se quiere llegar a él mediante la política. El caso paradigmático fue Platón y su República. Este planteamiento genera por su propia dinámica estructural violencia e intolerancia, porque muchas personas tendrán otros fines e ideales y serán vistos como herejes, traidores y similares. Por tanto, el estudio filosófico y sociológico de las distopías es fundamental para una comprensión de la contraposición entre las políticas pacifistas y democráticas -las que se orientan hacia la moderación, el reformismo parcial y el reconocimiento de la discusión crítica- y las políticas totalitarias y violentas -las que se orienta hacia el radicalismo, la revolución y la implantanción de sistemas de decisión presuntamente infalibles- Para ello se han ido realizando diversas actividades, desde la más usual crítica literaria de Un mundo feliz, siguiendo las reglas establecidas usualmente para este tipo de artículos, para continuar con la realización de una fotografía que cumpliese ciertas condiciones: la utilización de su propio cuerpo y de una cita del libro 1984, para finalizar con la actividad de un debate siguiendo el formato de un club literario así como la realización de una videograbación con lecturas seleccionadas y comentarios sobre ellas. Un mundo feliz, de Aldous Huxley La novela de Aldous Huxley fue escrita en 1932. Es decir, en el periodo comprendido entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, todavía sacudido por el crack del sistema financiero estadounidense y cuando aún no se intuía el ascenso del nazismo y sólo se sospechaba por unos cuantos la barbarie comunista desarrollada en la Unión Soviética. Paradójicamente de todas las distopías es la que mejor refleja una situación como la actual, en la que predomina el consumismo como situación planetaria, y en la que los grandes peligros totalitarios contemporáneos han sido conjurados. La novela se desarrolla en un futuro 632 d.F. ("después de Ford") donde las personas son incubadas y predestinadas desde que nacen para pertenecer a clases diferentes jerarquizadas según su función social: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones. Todos los miembros de las diferentes clases están felices con su condición porque son sometidos a un lavado de cerebro desde el inicio de sus vidas ("hynopedia") para que la acepten sin matices. Cuando se produce algún desequilibrio psicológico tienen a su disposición un fármaco que produce una estado de placer instantáneo: el soma. Sin embargo, la llegada a dicha sociedad "ideal" de un miembro de la antigua sociedad, que lee a Shakespeare y se niega a "ser feliz" artificialmente, hará emerger las contradicciones y miserias de tanta felicidad alienada. Los problemas encontrados en los trabajos realizados por los alumnos estuvieron relacionados con una tendencia a resumir la trama, aportando una mera sinopsis de la novela, una falta de elaboración literaria del escrito así como un descuido generalizado de la escritura. Más grave resultó que hubiese textos que habían sido copiados de Internet, ya sea total o parcialmente, sin citar las fuentes, aunque fueron pocos los casos. También uno de los objetivos de esta práctica era que aprendiesen que citar un texto ajeno es una virtud pero copiarlo, un vicio. Pero el objetivo principal es que el texto hiciera reflexionar a los alumnos. Una muestra de lo que se consiguió: Salud Berlanga, que estudia Historia de la Filosofía, escribió: "La discusión, en mi opinión, es la clave que nos ofrece el autor para entender ambas posturas y la suya propia. La trama y el contenido del libro son apasionantes. Es increíble la forma de plasmar una posible realidad futura que nos asombra y nos asusta al mismo tiempo. Es curioso de que manera la ciencia nos puede ayudar y ala vez anular. Hoy en día podemos ver esas consecuencias a pequeños rasgos, pero, ¿Qué pasaría si alguna vez la sociedad en la que vivimos se convirtiera en algo parecido a la sociedad mecanizada de “un mundo feliz”? ¿Que ocurriría si nuestras libertades fuesen truncadas de golpe, si fuésemos desde que nacemos las marionetas que crecen, se forman y se guían según la voluntad de otros que nos crean a su imagen y semejanza? ¿Y si nuestro papel en el mundo no fuera más que el de una pieza minúscula en una gran maquina, que no tiene en cuenta nada de lo que pensamos o deseamos, y nos somete durante toda nuestra vida a un trabajo cuyo único objetivo es el bien de la humanidad, sin permitirnos nunca prosperar en nuestra posición social? Sinceramente pienso, que si nos despertásemos un día, y nos diésemos cuenta de que todo lo que hemos vivido no es más que un montaje planeado para el “bien de la humanidad”, dejando a un lado nuestra verdadera personalidad y nuestras ideas y voluntades propias, no podríamos asimilar y mucho menos resignarnos a una vida tan vacía de razón, y finalmente, nuestro destino no sería muy diferente al del salvaje." Por su parte, Inmaculada Herencia, de 1º de bachillerato de Filosofía reflexionó: "Voy a cambiar radicalmente de ámbito. En el prólogo, Huxley hablaba de que para que alcanzar la estabilidad es necesaria una dictadura que lo maneje todo. Mustafá Mond, el Interventor Mundial, sería ese dictador. Pues bien, este dirigente sabe todo acerca de lo legal y lo prohibido; tiene libros “oficiales” y libros ocultos en su biblioteca. Si hacemos un símil con los dictadores de los años treinta… Tan sólo tenemos una vaga constancia de que Hitler tenía en su poder numerosos tratados de todos los temas imaginables; pero usaba esos conocimientos para matar gente y radicalizar a su alrededor. No obstante, Mustafá Mond es una persona más dialogante de lo que se supone en un dictador (no sabemos a ciencia cierta esta faceta sobre Hitler porque sólo conocemos la versión de los vencedores); en su conversación con el Salvaje admite que esta sociedad no es tan perfecta, que, en cierto modo, no sería de extrañar que le sorprenda tanto a Jonh. Pero la culpa de que tenga esas características y no otras más racionales (desde nuestra perspectiva actual) es únicamente culpa de la sociedad y no de la ciencia. Por tanto, lo que creo que nos quiere decir Huxley es que la especie humana debe ser consciente de lo que elige y consecuente de lo que hace, porque luego no habrá nadie a quien echarle la culpa sino a todos y cada uno de nosotros." En general, el nivel argumentativo, como se muestra en los textos aportados, fue alto. De ahí que la experiencia se pueda calificar como de positiva. Para el próximo curso, además, se implementará una medida para solucionar el problema del "copy and paste" por Internet. Gracias a Internet, claro. Lo que hay que hacer es tener en consideración un sistema de incentivos suficiente. Por ello, los trabajos en lugar de enviarlos a la dirección de correo electrónico del profesor serán publicados por los alumnos en Internet (Scribd, Slideshare o Calameo). En segundo lugar, se propondrá a los alumnos que lean los trabajos de sus compañeros y que en caso de que descubran que alguno de ellos ha copiado, sin citar adecuadamente, su nota será incrementada en la misma proporción que se disminuirá la calificación del alumno tramposo. Con este sistema de incentivos lo que se busca es: 1. Que conozcan las herramientas de la web 2.0 2. Que lean los trabajos de los compañeros 3. Que al saber la cantidad de vigilancia que tendrán, se concentren en producir material propio y original. 1984, de George Orwell La novela de Orwell fue escrita en 1948. El novelista y ensayista inglés había combatido en la Guerra Civil española, junto a los miembros del POUM y tuvo que sufrir la represión fascista y la "amiga" de los "camaradas" estalinistas. El argumento es fascinante y constituye una fuente de referencias académicas y populares constante. En una futura Inglaterra la sociedad se encuentra dividida en dos grupos, los pertenecientes al Partido Único, que deciden por todo el resto de la sociedad, una masa desinformada y manipulada hasta extremos increíbles. El protagonista, Winston Smith, trabaja en el "Ministerio de la Verdad", es decir, el que se dedica a propagar las mentiras que mantienen a la población en un estado de alienación absoluta y es de los pocos que intentará resistirse a dicha alienación y sometimiento. El totalitarismo tiene su mejor versión en esta fábula construida a partir de cuatro Ministerios, el citado de la Verdad, el del Amor, el de la Paz y el de la Abundancia. Además, se crea un personaje que se convertirá en uno de los paradigmas ficticios del siglo XX: el Gran Hermano, comandante en jefe, dictador supremo, dios pagano y juez supremo de la sociedad. Tras la crítica realizada para Un mundo feliz se planteó hacer una actividad diferente para esta segunda lectura. La reflexión debía venir por la captación de la atmósfera opresiva del relato. Y, para ello, nada mejor que pensar con imágenes, mediante la elaboración de una fotografía que tendría que cumplir dos condiciones: la inclusión de una cita de la novela y que se utilizara los cuerpos de los propios alumnos como protagonistas de la misma. La estrategia con este libro fue elaborar una lectura diferente, en este caso el trabajo debía ser fundamentalmente audiovisual. Para ello se les mostró, a través del blog de aula (www.elprofesordefilosofia.blogspot.com ) una serie de fotografías conceptuales para que comprendiesen cuál era la forma de transmitir una idea, un concepto, una metáfora a través de una imagen. Como en el caso de Santiago Sierra, y de esta forma también se actualiza su conocimiento sobre el arte contemporáneo, cuyo programa de acción artístico-filosófico me pareció paradigmático como modelo a seguir : "Eso es Hollywood, que da todo bien mascado a un público que subestima y al que desea convencer. En mi trabajo la gente tiene libertad para pensar por sí misma. No es necesaria mi guía" Posteriormente, cada clase enmarcó todas sus contribuciones en un collage colectivo que ha sido colgado en cada una de las clases, lo que contribuye tanto a una personalización creativa de cada aula como a a hacerles tener presente el trabajo de su esfuerzo. También sirvió para que hicieran una selección de las que según su criterio resultaban más interesantes desde el punto de vista de la contribución a la revelación de los mensajes simbólicos, filosóficos, sociológicos de la obra de Orwell. Fahrenheit 451, de Ray Bradbury La novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, la última de las distopías que han sido trabajadas durante el curso 2008-09, fue escrita en 1953. La acción transcurre en una sociedad en la que los bomberos se dedican a quemar libros. Como en las anteriores distopías el control mental también se intenta, a través de la prohibición absoluta de la lectura y de una hipertrofia del consumo televisivo. En este ambiente de "contraculturización" un bombero, Guy Montag, llegará a conocer a un grupo de personas que intenta mantener la llama de la cultura libresca a través de la memoria y jugándose la vida. Una de las insuficiencias del sistema educativo español es la priorización de lo escrito sobre lo oral. Para compensar esta asimetría organizamos un Club de Lectura, es decir, un debate dialogado sobre la obra en cuestión. Además, la coyuntura nos sirvió para romper con otro de los dogmas prácticos del sistema educativo: el aula de clase, normalmente asumido como una estancia estanca. Lo que hicimos fue desplazarnos al patio, donde nos sentamos en el suelo formando un círculo y comentamos la novela al sol, en un clima mucho más relajado y en el que los alumnos dieron riendo suelta a su locuacidad a propósito de la novela. Conclusiones En el blog de aula (www.elprofesordefilosofia.blogspot.com) se les consultó vía encuesta lo que les había parecido cada una de las actividades. En primer lugar, hay mencionar la gran diferencia de evaluación de los dos primeros respecto al tercero, que no ha funcionado en comparación con los otros, lo que me llevará a sustituirlo el próximo año por otra distopía que les pueda resultar mejor a sus gustos, intereses y apreciaciones. Tanto Un mundo feliz como 1984, dos novelas que en principio podrían resultar menos atractivas por ser más exigentes que la de Bradbury, han tenido gran aceptación. En cuanto a las actividades realizadas, lo más destacable es que la actividad de crítica literaria más usual, el trabajo escrito, ha sido el menos valorado, mientras que la reflexión a través de la imagen fotográfica ha sido la mejor recibida con diferencia. En esta evaluación puede haber influido tanto la novedad de la iniciativa como su manejo de las herramientas informáticas y digitales. Por último, y sobre la actividad lectora en general, hay que destacar que una amplia mayoría de los alumnos, concretamente el 64%, la ha considerado positivamente mientras que sólo un 36% la ha valorado negativamente. Creo que como objetivo de fomento de la actividad lectora ha sido una iniciativa de provecho que hay que matizar y profundizar en próximas ediciones. Bibliografía HUXLEY, Aldoux. Un mundo feliz. Barcelona: Debolsillo, 2008. ORWELL, George. 1984. Barcelona: Destino, 2000. BRADBURY, Ray. Fahrenheit 451. Barcelona: Minotauro, 2006.. POPPER, Karl. La sociedad abierta y sus enemigos. Barcelona: Paidós, 1987. HAYEK, Friedrich. Camino de servidumbre. Madrid: Alianza, 2000. Capítulo XIV: " Condiciones materiales y fines ideales" Informe 2008. Leer para aprender. http://www.lalectura.es/2008/ NABOKOV, Vladimir. Curso de literatura europea. Barcelona: Ediciones B., 1997. BLOOM, Harold. Cómo leer y por qué. Barcelona: Norma, 2000. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. http://www.mcu.es/libro/MC/PFL/index.html Informe 2008. Leer para aprender. http://www.lalectura.es/2008/ http://www.mcu.es/libro/MC/CentroDoc/Informes/HabitosLectura.html NABOKOV, Vladimir. Curso de literatura europea. Barcelona: Ediciones B., 1997. BLOOM, Harold. Cómo leer y por qué. Barcelona: Norma, 2000. http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=477089 HAYEK, Friedrich. Camino de servidumbre. Madrid: Alianza, 2000. Capítulo XIV: " Condiciones materiales y fines ideales"