Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Salta, sala V Autos: Valdez, Inés del Carmen c. Alto Molino S.R.L. y Gerez Ernesto s/ daños y perjuicios por accidente de tránsito Fecha: 06/10/2011 Sumario: Corresponde hacer lugar a la demanda interpuesta por una mujer que era transportada en una motocicleta, por daños y perjuicios por accidente de tránsito contra una empresa de ómnibus, su empresa aseguradora y el conductor del vehículo, ya que tanto el tercero, como la victima y el sujeto pasivo del accidente, pueden interponer la acción contra cualquiera de los participes. Vocablos: DEMANDA POR DAÑOS – INDEMNIZACION – ACCIDENTE DE TRANSITO – RESPONSABILIDAD – VICTIMA – TERCERO – SUJETO PASIVO DE ACCIDENTE – PARTE DEMANDADA – ASEGURADORA – EMPRESA DE TRANSPORTE – OMNIBUS – CONDUCTOR .— Salta, 6 octubre de 2011. El doctor D’Jallad dijo: 1) La sentencia dictada a fs. 235/237 rechazó la demanda deducida. En contra de la misma interpuso recurso ordinario de apelación esa parte (fs. 238). Concedido que le fuera, expresa agravios mediante escrito agregado a fs. 246/50 donde sostiene que contrariamente a lo afirmado, no hubo adelantamiento de parte del conductor de la motocicleta —en la cual era transportada— al ómnibus de propiedad de la demandada. Que la colisión se produjo a la altura del tanque de combustible del colectivo, que giró repentinamente. Que tampoco es cierta la afirmación contenida en la sentencia, que la rueda trasera del colectivo le aprisionó la pierna. Que resulta incomprensible la afirmación de dar por cierta la versión de cómo sucedieron los hechos de su parte y seguidamente rechazar la demanda. Que la circunstancia sostenida por el juez respecto a que el conductor de la motocicleta, Sr. Luis Córdoba, se constituyó en un virtual desaparecido... que se mantuvo como negativo, no importa imputarle culpa, sin efectuar otro análisis. Plantea reserva del caso federal y concluye solicitando se revoque el fallo por ella apelado. El apoderado de la codemandada (Alto Molino S.R.L., Ernesto Geréz y la Compañía Aseguradora La Economía Comercial) en presentación de fs. 253/55 contesta los agravios vertidos, donde solicita se confirme la sentencia apelada. 2) Esta Sala en expediente CAM 55.575/2.002 autos caratulados: "Issa Miguel Angel vs. Maidana Roberto Narciso; Silva Jorge Omar y Silva Sergio, Sumario: Daños y Perjuicios por accidente de Tránsito - Embargo Preventivo", Expte. n° B-78.979/1.996 del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Octava Nominación, originariamente de novena nominación, postura reiterada en Expte. CAM 180.237 (Aranda vs. Remises San Salvador) sostuvo que..."La víctima no tiene que investigar las modalidades del accidente en cadena y determinar cuál de los conductores fue el responsable del choque, pudiendo dirigir su demanda contra el autor directo o contra todos los que individualizare, sin perjuicio de las acciones de éstos entre sí aunque, naturalmente, si se presentan todos y demuestran sus culpas o inocencias, corresponde hacer las distinciones del caso (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala C ,1993/08/05, Uturbey, Susana c. Godoy, Jesús, JA, 1994-II-134). El tercero, víctima y sujeto pasivo del accidente por cuyas consecuencias dañosas reclama indemnización, puede dirigir su acción contra cualquiera de los partícipes, sin que tenga el deber de investigar la mecánica del hecho (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala G ,1995/10/06, Mantelli, Olga c. Ferreti, Héctor y otro, LA LEY, 1996-C, 792 (38.789-S). Quedan a salvo las posibles acciones que eventualmente puedan deducir entre si las partes, determinado el grado de responsabilidad que les cupo a ambos como responsables de la colisión ocurrida el día cinco de junio de 2.001, a horas 17,05 —aproximadamente— en la intersección de Avenida San Martín e Islas Malvinas de nuestra ciudad, al conductor del colectivo Mercedes Benz, dominio TLN 917, el Sr. Ernesto Raúl Geréz y el conductor de la motocicleta Honda 125, Sr. Luis Córdoba. Esa firme e invariable corriente jurisprudencial, que releva al tercero, víctima de un accidente de investigar la mecánica del mismo, parece haber sido olvidada por el Señor Juez. Resultaba irrelevante, dados los términos en que fue planteada la litis (demanda de fs. 48/62 y su contestación de fs. 91/98) toda vez que no reconvino en contra del conductor de la motocicleta Honda por parte de los accionados, el análisis efectuado en la sentencia. Debió centrarse la cuestión en la existencia de los daños —graves por cierto— sufridos en la pierna derecha de la actora y sus consecuencias. Parece que quedó en literal olvido el carácter de la actora, procesalmente hablando: Tercera transportada (expresamente señalado en el escrito de demanda a fs. 49, primer párrafo). Centrándonos en ese aspecto, la existencia de lesiones en la persona de la Señora Inés Valdez está documentado que la misma padeció politraumatismo, SCALP de muslo derecho, shock neurogénico (ver informe de fs. 1 y 9, de la causa penal nº 31.745/01 seguida contra el Sr. E. R. Gerez) o para ser mas precisos "herida tipo scalp en miembro inferior derecho, pérdida de sustancia a nivel de cara anterior e interna de todo el muslo. Scalp en cara posterior de pierna con apertura de aponeurosis, exposición de la articulación a nivel suprepatelar, fractura de cuello de peroné derecho..." según lo manifiesta a fs. 16 de la causa penal el Dr. Diego M. Soria, Médico Legista. Esas graves e importantes lesiones, además, se comprueban mediante las cinco fotografías reservadas en Secretaría. Tenemos entonces severos daños probados. Que produjeron lesiones estéticas y sicológicas. Lo primero surge de las fotografías referidas. Lo segundo del claro dictamen pericial llevado a cabo por la Licenciada Ana M. a fs. 183/86. Que esas lesiones produjeron dolores, molestias e incomodidad, no requiere mayor prueba. Son elocuentes las fotos arrimadas. El lucro cesante y daño emergente, han sido objeto de demanda (ver fs. 55/6); al igual que el daño moral y estético. Al respecto se ha señalado que el derecho a la integridad anatómica, fisiológica, fisonómica, funcional, moral y espiritual es uno de los imperativos que es naturalmente leído por el legislador en la ontología humana (Fernández Sabaté, "El Conocimiento Jurídico", Universidad Nacional de Tucumán, Págs. 23/24; Montejano, "Curso de Derecho Natural", Abeledo Perrot, Bs. As., 1983, págs. 269/270, nota 423). Cuando existe una disminución en la normal potencialidad física y psíquica de quien padeciera el infortunio, necesariamente debe otorgarse una compensación por esa pérdida; toda disminución de aptitud o de facultad importa una lesión patrimonial que cabe sea indemnizada (CNCiv. Sala C. E.D. 64/158). Y para determinar la indemnización, no corresponde limitar el estudio al tema de la capacidad laborativa, sino de toda la actividad del sujeto y de la proyección que la secuela del infortunio tuviere sobre la personalidad integral de quien la sufra (C. N. Esp. C.C, Salas V y VI en R.E.D.16-331, nº 172); la capacidad laboral no es todo y habrá que analizar también el menoscabo sufrido por la víctima en otras áreas como las relaciones sociales, deportivas, artísticas, etc., que constituyen incapacidad materialmente indemnizable. ("Código Civil y Leyes Complementarias", Belluscio – Zannoni, Bs. As., Astrea, tomo 5, 1984, pág. 219/220; Mosset Iturraspe: "Responsabilidad por Daños", Bs. As., Ariel, 1978, pág. 173; C. Apel. C.C. Salta, Sala III, año 1996, fs. 499; id. año 1997, fs. 129, id. año 1997, fs. 511). Igualmente, Matilde Zavala de González señala que en caso de la disminución de la integridad psicofísica es procedente el resarcimiento por daño patrimonial, aún cuando la víctima no tuviera ocupación remunerada, pues las repercusiones del daño a la persona no se limitan a la posibilidad de desenvolver un empleo remunerado, sino que es mucho más amplia, la merma de las aptitudes normales del mismo en su integral vida productiva o bien, en la necesidad de suplir las falencias por vía de gastos, eventual colaboración de otras personas, etc., que son de difícil prueba ("Daños a las Personas" —Integridad psicofísica— Bs. As. Hammurabi, 2º, 1990, pág. 86/87). Muchas veces se confunde el daño psicológico con el agravio moral. La doctrina, sin embargo, distingue ambos rubros. Cifuentes dice que el desmedro psíquico desmejora la condición humana básica. La vida, agrega, es psicosomática; Hay quien podrá sufrir dolores resarcibles, pero no por ello soportar deméritos que los psiquiatras y psicólogos pueden detectar. Y así como un daño en el cuerpo importa padecimientos moral, un daño en la psiquis da un resultado parecido; el daño psicológico, de igual manera que puede dejar secuelas resarcibles en sí mismas, también puede provocar sufrimiento moral, que es cosa diferente (Santos Cifuentes "Responsabilidad del Estado por Impropias Indiscreciones de los Miembros del Poder Judicial y del Ministerio Público. Daño psicológico y moral por la ofensa del honor" J.A. 1999-III-183, ap. IV). (C. Apel. CC. Salta Sala III, 18-10-06, Vera vs. Friederich, expediente Nº 102.390, Tomo año 2006, pág. 1061). En base a ello y lo dictaminado por la Psicóloga M., se fija la suma de $ 3.800 (tres mil ochocientos). Ya, en lo que hace al daño moral, dijo esta Sala en expediente n° 4.556/2.000 autos C. de D, B. M. vs. T. De A.s/Indemnización de daño moral, registrado en tomo 20: 1.479/81 y expediente n° 50.587/2.002 T. de M. vs. R. libro 23: 337/340 que, "El daño moral es un agravio a los sentimientos, por el sufrimiento o dolor que padece una persona, que si no es susceptible de ser medido en dinero, encuentra su razón de ser en la necesidad de que el hecho delictuosos no quede impune, debiendo fijarse la pena civil mediante la cual se reprueba ejemplarmente la falta cometida por el ofensor" (Llambías en Tratado de Derecho Civil, obligaciones, tomo I, pág. 308). Concretamente y a la luz las citas doctrinarias y jurisprudenciales recién vertidas, corresponde otorgar a la actora, tercera ajena a la mecánica del accidente, la suma de $ 90.000 (noventa mil) en concepto de daño emergente y daño moral, suma que comprende a ambos; y por daño sicológico la suma de $ 3.800 (tres mil ochocientos) montos estos determinados a la fecha de esta sentencia y que deberán ser hechos efectivos, por los codemandados, dentro del plazo de 10 días de notificada la presente, bajo apercibimiento de devengar una tasa de interés anual del 12% (doce por ciento). 3) Las costas siguen la suerte de lo principal, de conformidad al artículo 67 del código procesal, y por ello serán soportadas por los vencidos. El doctor Koehle dijo: Que por sus fundamentos y conclusiones, se adhiere al voto que antecede. Por ello, la sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial hace lugar al recurso interpuesto a fs. 238 por la actora en contra de la sentencia de fs. 235/237, por ello revoca la misma y acoge la demanda condenando a los Codemandados a pagar la suma de $ 93.800 (noventa y tres mil ochocientos pesos) en el plazo y bajo apercibimiento señalado en considerandos del presente. Impone las costas a los Codemandados, por resultar vencidos. Dispone se registre, notifique y baje.— Mario R. D’Jallad.— Oscar G. Koehle.
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