Las delicias de Luis Pasteur, la calle de las 14

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LATERCERA Jueves 20 de junio de 2013
Santiago
FOTO: FRANCISCO FARIAS
Paulina Cabrera
RR La pastelería Mozart llegó en 2001 al edificio Versalles, en esquina Lo Arcaya.
Las delicias de Luis
Pasteur, la calle de las
14 pastelerías
R Con la llegada de Montolín, en
diciembre pasado, se completó
ese total de locales, entre salones
de té, chocolaterías y dulcerías.
R Este sector de Vitacura es el que
mayor variedad de pastelerías
tiene. Gracias a su carácter
comercial, se sigue expandiendo.
“Fuimos uno de los primeros
en llegar en 2001, cuando
comenzó el boom de pastelerías en Luis Pasteur. Ahora ya es un circuito”, dice
Claudio Galaz, jefe de local y
producción de Mozart, elegido como el mejor salón de
té de Santiago.
Hasta allá llegan cada día
400 personas. “Tenemos
una clientela que nos ha seguido por años. Antes bajaban a la casa matriz en Ñuñoa (1967) y para acercarnos a ellos pusimos esta
sucursal”, explica Galaz sobre este local que alcanza las
50 variedades de tortas.
En estricto rigor, las primeras en llegar, en los 80, fueron Las Rosas Chicas (conocida por sus pasteles con
chantilly y sus tortas de Selva Negra) y luego Mokka, la
cafetería de los clásicos
sandwiches de miga y las
tortas de chocolate, nuez y
almendras.
En 1989 fue el turno de Lo
Saldes, y cinco años después,
de dos más: la Break and Eat,
dedicada a la repostería y a
los platos preparados, y la
Dulcería Frutillar, de recetas
alemanas que, según su due-
FINA PASTELERIA
En el Mozart hay más de 50
variedades de tortas, además
de kuchenes, galletas, pasteles
y chocolates.
ña Carmen Sahr, se preparaban en su casa. “Yo me puse
acá por intuición”, dice.
Pero el verdadero auge comenzó en 2001. Hace 11 años
llegó a esta avenida la fábrica de pastas, chocolates y
postres (como el crocante de
chirimoya y los rollos de merengues con berries) del abogado José Ignacio Piriz Simonetti. Dice que apostó por el
sector porque es un polo comercial atractivo, porque”ofrece distintas calidades y precios”.
En el último año, dos pastelerías con más de seis décadas de historia apostaron
por ampliar su negocio: el
Villa Real, que salió con sus
strudels de manzana y su
torta de tres leches de su casa
matriz fundada hace 70 años
en Av. Pedro de Valdivia, y
la Dulcería Montolín, que
partió en 1952 en un caserón
de Providencia, luego se
trasladó a Manuel Montt y finalmente llegó a este rincón
de Vitacura. “Vinimos acá
porque es donde está la competencia; acá tenemos más
público que en los otros locales”, concluye el dueño de
Montolín, Pedro Montes.
Luis Pasteur es, también,
terreno de chocolaterías finas. En 2008 arribó La Fête
y dos años más tarde, la Varsovienne. “Esta zona es más
cómoda que Alonso de Córdova, porque la avenida es
extensa. La gente viene acá
por la atención personalizada”, señala Carolina Arellano, subgerente de marketing de Varsovienne.
La arquitecta de la U. Mayor
y vecina de Luis Pasteur, Gabriela de la Piedra, dice que la
avenida es aún una zona en
expansión. “Es un bulevar que
se ve beneficiado con el flujo
de los colegios como La Massoinette, Alianza Francesa y
Bradford Schoo”, asegura. b
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