FILOSOFÍA COMENTARIO DE TEXTOS

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FILOSOFÍA
COMENTARIO DE TEXTOS
(Según el modelo de la prueba de acceso a la Universidad de Cantabria)
En qué consiste la prueba.
El modelo que propone la Universidad de Cantabria en su prueba de acceso consiste en un
comentario dirigido, con cinco cuestiones bien diferenciadas a las que DEBES RESPONDER
SEPARADAMENTE:
1) Define dos de los términos o expresiones significativas que aparecen subrayadas en el texto
2) Enuncia la tesis del texto e identifica las ideas principales que se exponen en él
3) Relaciona el contenido del texto con la filosofía del autor, diferenciando claramente en tu
exposición al menos dos aspectos temáticos o líneas argumentales
4) Describe el contexto histórico-cultural o filosófico del texto
5) Relaciona el texto con la filosofía o acontecimientos de otras épocas.
Es fundamental leer detenidamente el fragmento propuesto, comprenderlo, reconocer la
parte del texto a la que pertenece y planificar el comentario. Resulta útil utilizar un
borrador y hacer una lista de los aspectos que vas a tratar en cada una de las tres cuestiones
del comentario propiamente dicho: relación del texto con el autor, con su época y con otras
épocas.
Ejemplo práctico
Sobre el siguiente texto de Platón:
- (...) la educación no es tal como proclaman algunos que es. En efecto dicen,
según creo, que ellos proporcionan ciencia al alma que no la tiene del mismo
modo que si infundieran vista a unos ojos ciegos.
- En efecto, así lo dicen - convino.
- Ahora bien, la discusión de ahora -dije- muestra que esta facultad, existente en
el alma de cada uno, y el órgano con que cada cual aprende, deben volverse,
apartándose de lo que nace, con el alma entera -del mismo modo que el ojo no es
capaz de volverse hacia la luz dejando la tiniebla, sino en compañía del cuerpo
entero- hasta que se hallen en condiciones de afrontar la contemplación del ser, e
incluso de la parte más brillante del ser, que es aquello a lo que llamamos bien.
¿No es eso?
- Eso es
-Por consiguiente, -dije- puede haber un arte de descubrir cuál será la manera
más fácil y eficaz para que ese órgano se vuelva; pero no de infundirle visión, sino
de procurar que se corrija lo que, teniéndola ya, no está vuelto a donde debe.
El comentario que se propone a continuación a modo de ejemplo, es uno entre los muchos
que podrían hacerse sobre el mismo texto según el modelo exigido en selectividad. Debes ser
consciente de que dispones de un tiempo limitado para realizarlo (una hora y media) y has de
planificar bien lo que vas a decir porque ni puedes explicar todo lo que sabes sobre filosofía,
ni es lo que se te pide que hagas. Lo importante es que comprendas el texto y encuentres en
él algunas claves que te lleven desde el texto hasta la filosofía del autor y hasta las filosofías
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y acontecimientos de otras épocas, para aclarar el sentido del texto.
Seguramente cuando leas este comentario echarás de menos cosas que tal vez tú habrías
dicho, o que consideras importantes en la filosofía de Platón; tal vez se te habría ocurrido
establecer otras relaciones... en cada comentario hay que elegir, tomar decisiones sobre de
qué se va a hablar y de qué no. Quizá por eso no existe el comentario perfecto. De lo que se
trata es de que sea coherente y contribuya a la comprensión del texto propuesto, no puedes
decirlo todo. Este es un comentario que puede hacerse con los conocimientos de un alumno
de 2º de bachillerato. Y podrían hacerse otros muchos diferentes. NO ES UN MODELO. ES
SÓLO UN EJEMPLO.
1.- Definición de términos.
Educación. La educación es el proceso que lleva al hombre al conocimiento de la verdad, lo
que en Platón significa conocer las ideas y especialmente la más importante de ellas: la idea
de Bien. El concepto de educación es central en el Libro VII de la República cuyo objetivo es,
precisamente, establecer cómo deben ser educadas las mejores naturalezas para que,
conociendo la idea de Bien, puedan gobernar la polis. En este libro establece Platón cuáles
son las enseñanzas que debe recibir el filósofo -futuro gobernante-, en qué orden y con qué
finalidad. Es importante señalar que para Platón, la educación implica un esfuerzo en el
desarrollo de las capacidades de la naturaleza humana; el alma debe volverse y recorrer el
camino hasta las ideas. A lo largo del comentario tendremos ocasión de explicar más esta
cuestión.
Alma. Para Platón, el hombre es un compuesto accidental de alma y cuerpo. Distingue Platón
tres partes en el alma, cada una de las cuales tiene una función propia y por tanto también
una virtud (excelencia en su función); las tres partes del alma son racional, irascible y
concupiscible. En cada persona predomina una de las almas, y eso nos hace más capaces para
determinada actividad en la polis. Así, el alma concupiscible, fuente de las bajas pasiones, es
propia de los labradores y artesanos; la irascible, fuente de pasiones nobles, de los guerreros;
y la racional, fuente del conocimiento, de los filósofos-gobernantes (las mejores
naturalezas). Al alma racional se refiere Platón como el “órgano” que ha de volverse desde
las sombras hacia la luz.
2.- Tesis del texto e ideas principales
Tesis del texto: La educación no consiste en infundir visión al alma, sino en hacer que ésta,
que posee ya la capacidad de conocer, se vuelva hacia la contemplación de la idea de bien,
abandonando “lo que nace” (mundo sensible).
1. La educación no consiste en proporcionar ciencia al alma que no la tiene, aunque
algunos (los sofistas) digan que pueden hacerlo.
2. En el alma de cada uno existe ya la facultad de conocer(alma racional)
3. La educación es el arte de conseguir que la parte del alma con la que se aprende (el
alma racional), se vuelva hacia el conocimiento.
4. Para ello, al alma entera debe apartarse de lo que nace (mundo sensible)
5. El alma debe volverse hacia la luz hasta contemplar el ser (Ideas) y la parte más
brillante del ser: la idea de bien
NOTA. Se han puesto entre paréntesis términos que no aparecen en el texto, pero a los que éste se
refiere claramente.
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PLANIFICACIÓN DEL COMENTARIO
Es muy útil hacer un esquema de los aspectos que vamos a tratar en cada una de las tres
cuestiones siguientes. Eso nos ayudará a no perder el hilo y a no repetir ideas que ya han sido
tratadas o que van a serlo más tarde. Puesto que lo que se nos pide es que establezcamos
relaciones entre el texto y el autor, la época y otras épocas, debemos buscar claves en el
texto que nos permitan salir de él para entenderlo y explicarlo mejor.
Relación con el autor.
Vamos a ver qué ideas del texto queremos comentar, y qué aspectos de la filosofía del autor
tenemos que desarrollar para ello.
Texto:
Autor:
1) Identificación del texto del y breve Podemos hacer referencia al memento en que
resumen de su contenido.
Platón escribe esta obra y a su argumento
general
2) Conocimiento como contemplación de las Teoría de las Ideas. Mito de la Caverna
Ideas.
3) La educación como proceso por el que el Grados del conocimiento, reminiscencia
alma, gradualmente, se halla en condiciones
de afrontar la contemplación de las Ideas.
4) Finalidad política de la educación.
Relación entre la
organización socia
antropología
y
la
(La última de estas ideas no aparece en el fragmento a comentar, pero una breve alusión a
ello puede servir para rematar el comentario)
Relación con acontecimientos y filosofía de la época.
1. Sofistas y su concepto de la educación. (Citado y criticado en el texto)
2. En contraposición a los Sofistas, Sócrates: confianza en la existencia de la verdad e
intelectualismo moral. (En relación con la finalidad política de la educación)
3. Acontecimientos de la época. (Si hay ocasión puede comentarse algún aspecto como
la democracia ateniense, o los acontecimientos que hacen que Platón se interese por
la política y más tarde, decepcionado, abandone su intención primera)
Relación con acontecimientos y filosofías de otras épocas.
1) En el pasado reciente, influencia de Parménides.
2) Hacia el futuro, influencia de Platón a lo largo de la Edad Media.
3) Descartes: rechazo de los sentidos como fuente de conocimiento en favor de la
razón pura.
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REDACCIÓN DEL COMENTARIO
3.- Relación texto autor
El texto pertenece al libro VII de la República, obra en la que Platón pretende establecer las
bases del sistema político ideal. En concreto el libro VII trata acerca de la educación del
gobernante, el filósofo-rey, y tras explicar en qué consiste la educación (tema del fragmento
concreto que vamos a comentar) y cuál es su finalidad, se discute sobre quiénes deben ser
educados y qué enseñanzas han de componer esa educación.
En este fragmento Sócrates (que en este diálogo es portavoz de las ideas de Platón) explica a
Glaucón que educar no consiste en “transmitir” conocimientos, sino en hacer que cada uno
recorra el camino hasta la verdad. Afirma que cada uno tiene la capacidad de conocer, y que
educar es conseguir que esa capacidad se dirija al objeto adecuado: a la contemplación de
las ideas.
El conocimiento es, como se dice en el texto, contemplación del ser. Para comprender esta
afirmación debemos recordar que para Platón el mundo en el que vivimos, mundo sensible,
no es más que una copia imperfecta del Mundo de las Ideas o mundo inteligible, verdadera
realidad en la que se encuentran las Ideas puras, inmutables y eternas. Y ¿cómo llegó Platón
a esta teoría? Él estaba convencido de que existe la verdad, que cuando hablamos de la
justicia, del amor o de cualquier otra cosa estamos discutiendo algo más que meras opiniones
de los hombres. Pero la verdad no puede proceder de un mundo en el que todo cambia, en el
que no existe la justicia perfecta ni el amor perfecto, de modo que necesariamente debe
haber un mundo en el que sí existen esas ideas perfectas e inmutables, cuyo conocimiento se
alcanza por medio de la razón. Para hacernos comprender mejor esta idea, Platón compara el
mundo sensible con una caverna en la que los hombres nos hallamos prisioneros
contemplando las sombras de las cosas que se proyectan en una pared. Para conocer la
verdadera realidad debemos liberarnos de las cadenas y volvernos hacia la luz, salir de la
caverna y contemplar los verdaderos objetos de los que antes sólo conocíamos la sombra.
La educación es el camino que el alma recorre desde el mundo sensible al mundo inteligible.
El prisionero se libera de las ataduras y poco a poco, con dolor ,ya que la luz daña sus ojos,
recorre el camino que le lleva fuera de la caverna (al mundo Inteligible) hasta hallarse, como
dice el texto “en condiciones de afrontar la contemplación del ser”. Ese camino supone que
el alma racional debe ir recorriendo los distintos grados del conocimiento. Si permanecemos
en el mundo sensible, no llegaremos al verdadero conocimiento sino que nos quedaremos en
la opinión; alcanzaremos la conjetura o imaginación y la creencia. Pero si nuestra alma es
educada y desarrolla la inteligencia discursiva, mediante el estudio de una serie de materias
que se ocupan no de la apariencia sino de la esencia (aritmética, astronomía etc.), al cabo de
varios años de estudio y preparación nos hallaremos en condiciones de llegar, gracias a la
dialéctica, a lo único que puede llamarse verdadero conocimiento: el conocimiento de las
ideas y, entre ellas, de la más importante, la Idea de Bien que para Platón ocupa la cúspide
del mundo inteligible, organizado jerárquicamente. El libro VII de la República describe
detalladamente este proceso educativo.
Es importante insistir en que la educación es para Platón un proceso gradual que requiere
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esfuerzo, no se alcanza como por arte de magia, no es como “infundir vista a unos ojos
ciegos” sino que consiste en que esos ojos (el alma racional) que ya poseen visión (el alma
conoce las ideas, pero ahora, atada al mundo sensible no las contempla) se vuelvan hacia
donde está la verdad y la reconozcan. Platón explica más adelante, en la obra a la que
pertenece este fragmento, que este camino deben recorrerlo las mejores naturalezas, los
más capaces, aquellos en los que domina el alma racional.
Ya hemos señalado al analizar el término alma, que Platón considera que cada hombre debe
desempeñar en la polis la función que le corresponde conforme a su naturaleza, pero
también conforme a su educación, ya que podría haber hombres inteligentes que sin embargo
no orientaran su inteligencia hacia la verdad, y esos, no conociendo la idea de Bien, no
sabrían qué es lo justo y no serían aptos para el gobierno. De alguna manera nos dice Platón
que la naturaleza nos hace aptos para una u otra cosa, pero que es el desarrollo de esas
capacidades (educación) lo que finalmente nos lleva a desempeñar correctamente esa
función.
En el Estado ideal, la República de la que trata la obra a la que pertenece este fragmento,
las mejores naturalezas serán educadas para que conozcan el Bien, y eso los hará los más
aptos para gobernar. Ellos no desearán hacerlo, no estarán interesados en ello, pero
comprenderán que es lo más justo y dedicarán parte de su vida a conseguir que la justicia
impere en la polis. No olvidemos que para Platón no habrá justicia hasta que los filósofos
gobiernen.
Relación texto-época.
El texto comienza criticando cierta concepción de la educación que Platón no comparte, y
que es la de los Sofistas; ellos “dicen que proporcionan ciencia al alma que no la tiene...”.
Pero, ¿quiénes eran los sofistas? Estamos en la época de la democracia ateniense; los
ciudadanos -condición que no todos los atenienses disfrutaban- podían participar en las
decisiones del gobierno de la ciudad, y saber convencer a otros era muy importante.
Comenzaron a llegar a Atenas grandes oradores que pronunciaban discursos y daban clases
para enseñar a los ciudadanos cómo debían defender sus ideas para convencer a sus
oponentes: los sofistas. Se decía de ellos que eran “maestros de virtud” y utilizaban la
dialéctica (el diálogo, la oratoria) como método.
Platón criticaba a los Sofistas por varias razones. Por una parte, no compartía su escepticismo
ni su relativismo, y por otra consideraba que sus métodos eran peligrosos ya que, a su juicio,
los sofistas no enseñaban a utilizar correctamente la dialéctica para conocer la verdad, sino
el lenguaje como instrumento para convencer, para “infundir ciencia al alma que no la
posee”. Platón era, como ya hemos dicho, partidario de la educación como un proceso largo
y trabajoso gracias al cual el alma desarrolla su propia capacidad de conocer, y creía que si
los jóvenes empleaban la dialéctica antes de que su alma estuviera bien preparada para ello,
corrían el peligro de servirse de ella como de un juego y acabar cayendo en el escepticismo.
Esta idea de los sofistas como embaucadores no les hace en realidad justicia. La importancia
de estos filósofos para la Historia de la Filosofía está en que pusieron de manifiesto el poder
del lenguaje como instrumento de dominación. El hecho de que el lenguaje pueda utilizarse
para engañar o embaucar, no es responsabilidad de los sofistas. También puede utilizarse
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para el diálogo y el consenso.
Para no extendernos demasiado, apuntaremos brevemente la relación de Platón con Sócrates.
La idea antes mencionada de que los que alcanzan el conocimiento del Bien son los más aptos
para gobernar está estrechamente relacionada con el intelectualismo moral de Sócrates.
Según este autor, maestro de Platón y probablemente el hombre que más influyó en su
filosofía y en su vida, nadie se equivoca voluntariamente. El que obra mal es porque ignora
cómo obrar bien. De ahí la importancia que para Platón tendrá el hecho de que el alma se
vuelva hacia la verdad, y de ahí también que considere que los más aptos para el gobierno de
la polis son aquellos que conocen la idea de bien, porque conociéndola, no podrán sino hacer
lo mejor para la ciudad.
Ni Platón ni Sócrates eran partidarios de la democracia. Su convencimiento de que existe una
verdad única, inmutable y por tanto indiscutible, les lleva a pensar que el gobierno no puede
dejarse en manos del pueblo ineducado. Ha de educarse a los mejores y esos deben ocuparse
de gobernar. No podemos juzgar las intenciones de Platón, pero es evidente que su filosofía
está llena de tentaciones totalitarias.
Relación texto-otras épocas.
Como ya hemos señalado, en el texto se pone de manifiesto que el conocimiento es
contemplación del ser y que se alcanza utilizando la razón y no los sentidos. Estas ideas
guardan estrecha relación con otros autores importantes de la Historia de la Filosofía.
En primer lugar hemos de referirnos a Parménides, autor de enorme influencia en toda la
filosofía griega y muy especialmente en la de Platón. Es el primer filósofo que pone de
manifiesto de manera tajante la escisión entre apariencia y realidad, entre opinión y
conocimiento. Sus razonamientos entorno a la imposibilidad del cambio y su convicción de
que el ser es uno inmutable y eterno, están muy presentes en la filosofía platónica. Las
características del mundo inteligible de Platón son las del Ser de Parménides. Por otra parte,
la distinción entre verdad y opinión, y la primacía de la razón sobre las apariencias
engañosas de los sentidos están relacionadas con la concepción platónica del conocimiento
como “apartarse de lo que nace (lo que cambia) y afrontar la contemplación del ser”.
Esta idea de que la fuente del verdadero conocimiento es la razón y no la experiencia
sensible, es la tesis fundamental del racionalismo, teoría filosófica que tendrá importancia
fundamental en la Edad Moderna. La idea, que aparece en el texto, de que en el uso de la
razón y no en los sentidos reside nuestra posibilidad de alcanzar el verdadero conocimiento
será compartida por ejemplo por Descartes, autor para el que no hemos de fiarnos del
testimonio engañoso de los sentidos. Como buen racionalista, Descartes también comparte
con Platón el gusto por las matemáticas como paradigma del conocimiento. Para Platón hay
un fuerte parentesco entre números e Ideas, y en todo caso las matemáticas son un
conocimiento que prepara nuestra alma para el conocimiento del mundo inteligible, aunque
no es todavía ese conocimiento. Lo que fascinará a Descartes de la matemática será el
método, el rigor con que proceden en sus demostraciones. Descartes tomará el método de la
geometría analítica como método propio de la razón.
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