Dos puertas y dos caminos

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Dos puertas y dos caminos Mateo 7:13‐14 El dos es un número que la Biblia menciona como número de contrastes: dos hermanos, Caín y Abel. Dos lugares: el cielo y el infierno. Dos ciudades: la Jerusalén celestial y la terrenal. Dos caminos: el de la vida y el de la muerte. Dos decisiones: una correcta, otra incorrecta. Dos grupos de vigilantes: los expectantes y los indiferentes. La lista es interminable. En el pasaje de hoy, nuevamente nos encontramos con el dos como contraste: la puerta y el camino anchos y la puerta y el camino estrechos. Muchas personas dicen, ni con Dios ni con el diablo, yo sigo mi propio camino. Pero según la Biblia no hay un tercer camino, sólo dos. Y en el caso de nuestro texto, sólo dos puertas y dos caminos que marcan nuestro destino. La puerta y el camino anchos. Obviamente esta es la puerta y este es el camino por los que nuestros instintos humanos nos invitan a seguir. Es natural que prefiramos una carretera ancha y cómoda, antes que un pequeño camino rodeado de dificultades. Esta puerta y este camino anchos representan 1) Una manera de escoger vivir en nuestra propia voluntad y deseos. Si está bien para mí, debo hacerlo. Si saco algún beneficio, aunque sea temporal, ¿por qué voy a detenerme? Mi única limitación soy yo mismo. 2) La manera como vive gran parte de la población. De allí provienen todos los conflictos que vemos en la humanidad. Hemos escogido vivir una vida separados de Dios, y en consecuencia, nosotros mismos decidimos lo que debemos hacer con nuestras vidas. Lo peor que sucede con este estilo de vida donde el ser humano es la medida de todas las cosas, y no Dios, es que termina en un camino estrecho de perdición y tinieblas eternas. La puerta y el camino estrechos. La otra opción que presenta Cristo es la puerta y el camino estrechos. Para los oyentes de su tiempo, y para nosotros el día de hoy, es entendible que Cristo estaba comparando la puerta y el camino estrechos con aceptarle y seguirle a El como Señor y Salvador personal. ¿Pero por qué esa puerta tiene que ser estrecha? Estas son algunas razones: 1) Para que pasemos solos, sin las cargas que nos acompañan en la vida. No es por obras. Porque la única manera de entrar por ella es si vamos vacíos, sin nada a cuestas. Es por fe que entramos por esa puerta, confiados en que al otro lado hallaremos la provisión que necesitamos para la vida. En los tiempos de Jesús, representaba también lugares por donde la gente entraba los camellos. La puerta era tan estrecha que tenían que quitarle primero las cargas que estos llevaban para que pudieran entrar. 2) La puerta es estrecha, y también lo es el camino, porque implican una vida de sujeción a Dios. Esta angostura muestra que a las orillas del camino hay muchos peligros potenciales. | Un Alto en el Camino, Pastor Valentín González-Bohórquez 1
Abismos, ríos caudalosos, animales salvajes. Por tanto, debemos depender de la guianza constante de Dios para tomar las mejores y correctas decisiones. 3) Un camino angosto nos obliga a concentrarnos en no salirnos de él. Debe ser una vida de vigilancia, de continuo cuidado hasta llegar a la meta. Lo maravilloso es que al final el camino angosto se hace ancho: es el camino más ancho y esplendoroso que Ud. pueda imaginar: la gloria eterna. El camino cristiano es un camino de fe. Es una meta a la que aspiramos y por eso estamos en marcha. ¿No vale la pena entrar por esa puerta estrecha y caminar por ese camino angosto, si al final nos espera algo mejor? | Un Alto en el Camino, Pastor Valentín González-Bohórquez 2
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