Numerosos investigadores, en especial cientistas

Anuncio
22
REVISTA DE TRABAJO SOCIAL
MADRES SOLTERAS ADOLESCENTES
DE BAJO ESTRATO SOCIOECONOMICO:
¿PROBLEMA O ALTERNATIVA?
EXPERIENCIA
Eliana Largo V.
Antropóloga, U. de Chile.
Numerosos investigadores, en especial
cientistas sociales, se han referido reiteradamente al "problema médico-social" implicado en la
situación de la madre soltera adolescente, describiendo las características económicas, sociales y culturales que se asocian a este fenómeno,
a la vez que intentan detectar los principales
factores que explicarían su creciente aumento,
especialmente en los estratos socioeconómicos
más bajos.
Al respecto, las cifras y datos estadísticos son significativos y permiten apreciar su
magnitud y extensión. Por ejemplo, la tasa internacional de ilegitimidad entre adolescentes
solteras (de 15 a 19 años de edad) era en 1940
de 8 por mil: en 1960 fue de 16 por mil, y en
1971 ascendió a 24 por mil (1).
En Chile, en 1970, se detectó a un total
de 421.397 madres solteras de diversas edades,
lo que constituyó el 42,6% de todas las mujeres solteras en edad de procrear (2). Sólo en
Santiago, en ese mismo año, se censó a un total de 386.694 mujeres solteras mayores de 15
años, de las cuales 157.744, es decir, el 40,7%,
tenía uno o más hijos (3).
Recientemente, en el año 1978, hubo
77.613 nacidos vivos en el Area Metropolitana,
correspondiendo un 15,7% de ellos a adolescentes menores de 19 años de edad (4).
Se ha sostenido que las cifras reflejarían
una tendencia creciente hacia una mayor permisividad y tolerancia sexual y el consiguiente
abandono de códigos y normas específicas que
guían el comportamiento sexual. Algunos cientistas concuerdan en que, entre la juventud, es-
te fenómeno sería resultado de la rebelión y rechazo que ellos han experimentado ante las normas sexuales y morales de su sociedad, las que,
según los adolescentes, son Inconsistentes y
contradictorias. La amplia libertad sexual que
prevalece entre jóvenes universitarios norteamericanos y de algunos países europeos constituye
una realidad reconocida, a tal punto que a menudo se la analiza en términos de una verdadera "revolución sexual" realizada por dichos adolescentes, en las décadas del 60 y 70 principalmente (5) (6).
Sin embargo, es importante recalcar que
no todas las adolescentes que son partidarias
de la libertad sexual se embarazan y que, de hecho, las altas tasas de ilegitimidad se concentran en los sectores socioeconómicos bajos de
los países en desarrollo. Por ejemplo, en América del Sur y el Caribe dichas tasas alcanzan al
60
%, lo cual no es explicable en términos de
una mayor liberalidad en materias sexuales, sino más bien en función de una adecuación de
los patrones culturales a las deterioradas condiciones de vida (7), lo que les facilitaría la adaptación y supervivencia.
Un estudio realizado en Lo Barnechea (8)
Area Metropolitana), entre 1978-79, con dos
grupos de adolescentes (56 casos), todas pertenecientes al estrato socioeconómico bajo, permitió observar significativas diferencias entre
ellas. Uno de los grupos estuvo conformado por
madres solteras de 15 a 18 años de edad, y el
otro grupo control, por jóvenes solteras de las
mismas edades, sin hijos.
(1) McEnry, P. et al.: "Adolescent Pregnancy: a revlew of the literatura". Family Cordinator. 28:
(5) King, K. et al.: "The continuing premarital se.
xual revolution among college females". Journal of Marriage and the Famly. 40: 455-459.
1977.
(6) Macklin, E.: "Heterosexual cohabitation among
17-28. 1979.
(2) Buvinic, M. et. al.: "Women-headed House-holds:
The Ignored Factor in Development Planning".
Washington D.C. Internac. Center for Research
on Women. 1978.
(3] Instituto Nacional de Estadísticas: "XIV Censo
de Población: 1970". Santiago, 1978.
(4) Servicio Nacional de Salud. Nacimientos 1978.
Anuario 1. Santiago. 1979.
unmarried
college students". Family
Cordina-
tor, 21: 463-471, 1972.
(7) Sharp, G.: "La Madre Soltera frente a la Socie.
dad". En "La Madre Soltera y su Hijo". Centro
Nacional de la Infancia. Ed. Humanitas, Buenos
Aires, 1972.
(8) Largo, E.: "Madres Solteras Adolescentes de Estrato Socioeconómico Balo". Santiago, Universidad de Chile, 1979. (Tesis de Grado).
23
ARTICULOS
Mediante entrevistas, encuestas y autobiografías se logró caracterizar económica, social y culturalmente a ambos grupos de adolescentes, apreciándose notables diferencias en sus
respectivas vivencias y realidades, diferencias
que derivan, fundamentalmente, de la posición
estructural de dichos adolescentes en el sisterna social. En la Tabla 1 se observa la pertenencia de las jóvenes de ambos grupos a los distintos niveles en que se jerarquizó el estrato socioeconómico bajo. La mayoría de las madres
solteras pertenece a los niveles más desposeídos de dicho estrato, en tanto que las adolescentes sin hijos (grupo control) pertenecen casi
en su totalidad al nivel bajo-alto.
TABLA 1
Estrato socioeconómico bajo
Madres solteras
adolescentes
Nivel
-
35,8%
50,0%
14,2%
Bajo-bajo
Bajo-medio
Bajo-alto
Total (N:56)
100,0%
Adolescentes
grupo control
-
25%
75%
100%
Es Interesante observar en la Tabla 2 algunas de las variables que se utilizaron para
realizar la clasificación socloeconómica.
TABLA 2
Indicadores
Variables
Tipo de vivienda
Mediagua; mejora
-
Prefabricada; autoconstrucción
-
Casa o depto. "tipo Corvi"
Vivienda de adobe
-
100,0%
TOTAL
Actividad padre
o jefe hogar
Previsión padre
o jefe hogar
Sin trabajo; "pololos"
Jubilado; pensionado S.S.S.
Obrero
-
EE. PP. particular, independiente
estable
-
TOTAL
-
Sin previsión
Servicio Seguro Social
EE. PP. o Particular
TOTAL
Escolaridad padre
o jefe hogar
Analfabeto
Básica inferior (19-39)
Básica superior (49-69)
Séptimo a 19 medio
-
-
OTAL
Luego de conocer la realidad socioeconómica de las adolescentes, se intentó su caracterización sociocultural (entrevistas, autobiografías). Los patrones culturales vigentes, que se
expresan en pautas de conducta específicas de
las adolescentes (y que implican valores, normas, costumbres, creencias, etc.), configuran un
cierto "estilo de vida", una cierta forma de percibir el mundo que las rodea y de actuar en él.
Dichos patrones culturales son internalizados,
Madre soltera
adolescente
53,7%
17,8
25,0
3,5
Adolescente
control
grupo
39,4%
57,1
3,5
100,0%
35,0%
10,0
45,0
8,70/o
4,3
52,2
10,0
34,8
100,0%
100,0o%
35,0%
55,0
10,0
13,0%
100,0%
100,0%
9,6%
23,9
38,0
28,5
4,4%
13,0
60,8
21,8
100,0%
100,00/o
69,6
17,4
reinterpretados y readecuados a la realidad concreta del Individuo, en forma consciente o inconsciente. De hecho, el estilo de vida que es
propio de cada grupo social, caracteriza el nivel socioeconómico al que pertenecen los sujetos.
Por razones de espacio no se detallarán
los principales resultados, pero, en vez de ello,
a continuación se presentan dos casos que son
representativos de la realidad de cada grupo de
24
adolescentes, y que pueden ser considerados
como "casos típicos".
l1
Me llamo María, tengo 18 años y
vivo aquí en Lo Barnechea desde que era chica,
con mi mamá, mis tres hermanos, mi cuñada
y sus dos hijos. Ahora yo también tengo un hijo, que es toda mi vida. Mi papá se fue de la
casa hace muchos años, dándonos muchas penas a mí y a mi mamá. Vivimos en una mejora
que tuvimos que dividir en cuatro piezas, usando
tablas y cartones. Una pieza la ocupa mi hermano mayor, con su mujer y sus hijos; en la otra
duerme mi mamá con mis hermanos más chicos; la tercera sirve de cocina y de comedor, y
en la otra duermo yo con mi hijo. A veces viene Juan, el papá de mi hijo, a visitarnos y se
queda a dormir.
Mi mamá tiene 45 años y llegó hasta el
tercero básico; desde que mi papá se fue, ella
ha trabajado haciendo aseos y lavados en distintas casas. Mi hermano mayor no ha podido
conseguir trabajo para poder irse a vivir solo
con su familia. Se las baraja haciendo "pololos,
lo que caiga", pero no nos puede ayudar, porque
está juntando peso por peso para irse. Mi otro
hermano estudia en la escuela y el más chico
va al jardín infantil. Ellos no son hijos de mi
papá, sino que de otra persona que mi mamá
conoció hace tiempo, pero que ahora ya no se
ven. Ella tiene otro amigo que la viene a ver de
vez en cuando, pero no vive aquí.
Yo llegué hasta el sexto básico; cuando
tenía 15 años me retiré de la escuela, porque
tenía que ayudar para la casa, así es que entré
de empleada a una casa particular. Juntando de
a poco entre las dos nos pudimos comprar la
cocina a gas y la "tele". Después ya no trabajé
más, porque me quedé embarazada; yo estaba
preocupada al principio, pero mi mamá me dijo
que eso era algo normal a esta edad y me contó que a ella le había pasado lo mismo. Lo único que me pide es que tengo que arreglármelas
sola con el Juan, y que sea luego, porque ella
no puede para tantos. Mi mamá es muy mal genio, pero reconozco que ha sufrido bastante, ya
que somos cuatro hermanos y ella es madre y
padre a la vez y ha sido muy buena conmigo,
aunque me habría gustado que fuera más cariñosa, más demostrativa en su afecto.
Yo antes salía mucho con mis amigas y
amigos, que son de aquí cerca; íbamos a caminar o a las fiestas, pero mis amigas se pusieron celosas y envidiosas cuando supieron que
yo esperaba un hijo del Juan; él es muy buen
mozo, rubio y bueno conmigo. Trabaja como cargador en un camión y como están las cosas,
quién sabe cuándo nos podremos ir a vivir solos y casarnos. Con lo que gana apenas alcanza
para uno. Pero no me importa esperar, porque
REVISTA DE TRABAJO SOCIAL
me siento feliz con mi hijito; vivimos separa.
dos, pero nos visita siempre; confío en que pron.
to se solucionará este problema.
Antes de conocer al papá de mi hijo yo
andaba con otro, pero no estaba enamorada. Fue
una experiencia que me abrió los ojos. Después
cambió toda mi vida, cuando conocí al Juan; ya
me dediqué a la casa, pocos amigos; solamente
pendiente de él.
Con mi hijo me gustaría ser una madre
ejemplar, cuidarlo bien, nunca abandonarlo, hacerlo un niño feliz, como fue mi madre conmigo
y que aún me sigue amparando y brindando su
apoyo. Pero cuando mi hijito crezca un poco tendré que llevarlo a una sala-cuna o buscar que
alguien me lo cuide, porque yo tengo que buscar cualquier trabajo para ayudar al Juan y as¡
poder irnos a vivir solos. Por ahora tengo que
esperar y hago las cosas de la casa, mientras
mi mamá sale a trabajar.
2.- Mi nombre es Victoria y tengo 18
años. Nací en Lo Barnechea y vivo con mis padres y mis siete hermanos, en una población donde la gente es buena y cooperadora. Tenemos
casa propia, de material, con tres dormitorios,
living-comedor, cocina y baño. Mi papá paga un
dividendo todos los meses y todos la cuidamos
mucho; le hicimos un jardín y la pintamos.
Con mucho sacrificio mis papás se preocupan de que nada nos falte. Tenemos refrigerador, cocina, radio, televisor, lavadora, etc. Como mi papá gana poco, porque trabaja en la
Municipalidad, hace como 15 años, mi mamá también sale a trabajar a una casa particular, por
horas, para que alcance. Ellos viven preocupados por los gastos de la casa y haciendo planes para nosotros.
Yo sólo llegué hasta el octavo básico y
después entré a estudiar peluquería; cuando termine el curso me instalaré en la misma casa,
Me habría gustado seguir los cursos medios,
pero mis papás no quisieron, porque no les alcanza la plata y prefieren que mis hermanos
hombres sigan estudiando. Mi hermana estudió modas y ahora va a instalar un taller de
costuras en la casa. Mi papá dice que el hombre necesita más estudios; él llegó al sexto básico no más.
En la casa no me dan permiso para pololear, pero yo lo hago a escondidas; hace dos
meses que pololeo con Oscar, que es muy bueno. Tiene 18 años y trabaja como obrero; yo no
sé por qué no me lo aceptan y me gustaría saber quién está equivocado, si mis padres o yo.
Claro que a mi pololo no lo veo mucho, porque
en las mañanas tengo que hacer el aseo de la
casa; después de almuerzo voy al curso y después de las seis me voy a la casa; veo tele Y
converso con mis hermanos; sólo los fines de
1TICULOS
semana me dejan salir a veces a juntarme con
mis amigas; conversamos al lado afuera de la
casa o vamos a fiestas. Hace poco una de mis
amigas quedó embarazada y todas hablaron harto y la pelaron; unas decían que eso era normal hoy día, pero yo encuentro que es ser muy
moderna y que mejor sería que tomaran anticonceptivos y así no se exponen. Mis padres
siempre me han hablado y aconsejado para que
yo aprenda a cuidarme y que nada me pase; por
eso será que se ponen tan estrictos y no me
quieren dar permiso casi nunca. Pero yo sé cómo debo comportarme y no soy loca. De todas
maneras encuentro que mi familia es muy buena, somos unidos y nos ayudamos; lo único que
no me gusta es que a veces mi papá se pone
a tomar, pero siempre es trabajador y preocupado del futuro de sus hijos.
(Estos casos fueron obtenidos de las autobiografías y completados con datos entregados en las entrevistas).
Conclusiones
Lo expuesto permite corroborar lo expresado por diversos investigadores en el sentido
que la mayor incidencia de embarazos en adolescentes solteras se daría en los niveles socioeconómicos más deteriorados. En consecuencia,
no basta enunciar la proposición "alta tasa de
ilegitimidad = bajo estrato socioeconómico", ya
que ello supondría considerar relativamente homogéneo a dicho estrato. Se sabe que existen
diferentes realidades, económicas, sociales y
culturales al interior de este estrato y un ejemplo de ello lo constituye el llamado sector "marginal", al cual pertenece una significativa proporción de las madres solteras que se estudió.
En cambio, la mayoría de las adolescentes sin
hijos (grupo control), perteneciendo también al
nivel socioeconómico bajo, se ubicó en la categoría bajo-alto, con diferencias significativas en
su realidad socioeconómica y cultural. De hecho,
se apreció en ellas una fuerte motivación de ascenso social, valoración de la educación, así como otras aspiraciones y, en general, pautas de
conducta que se asemejan a las sustentadas en
la llamada "clase media" (que, de hecho, constituye su grupo de referencia) (*).
En la familia de más escasos recursos,
por su parte (marginales, principalmente), es co-
(')El embarazo sin matrimonio, en este sector,
acarrea generalmente sanciones y decisiones
destinadas a dar algún tipo de solución al "problema" de la joven. (Ej.: matrimonios presurosos, aborto, dar el hijo en adopción, etc.).
25
rriente que la formación de un nuevo hogar vaya precedido del embarazo y de la unión consensual. Es característico en este segmento de
la población la carencia de reprobación social
y de sanciones ante el embarazo sin matrimomo. Más aún, su ocurrencia se visualiza como
"algo normal", "algo corriente"; es decir, forma parte de su modo de vida, en el cual estos
comportamientos tienen una clara funcionalidad
económica. Es por ello que la adolescente que
se embaraza en este medio es acogida habitualmente con comprensión y apoyo, a la vez que
tratan de facilitarle los medios para que logre
independizarse con su pareja (compartiendo recursos, residiendo con la familia de origen, etc.).
Por lo general, la adolescente de los niveles socioeconómicos más bajos debe desertar tempranamente del proceso educacional formal para asumir roles que en otros estratos están reservados a los adultos (contribuir al sustento, desempeñar quehaceres domésticos, mientras la madre sale a trabajar, cuidar a los menores, etc.). En su futuro, el hecho de embarazarse y formar una nueva familia al margen del
matrimonio oficial, constituye a menudo la única
alternativa viable. El matrimonio legal puede darse con posterioridad, cuando las circunstancias
económicas lo permitan, aunque también el matrimonio "de facto" puede continuar indefinidamente. En este tipo de decisiones tiene gran influencia la posición que ocupan los individuos
en la estructura social. Se vio en este estudio
que la inestabilidad laboral del conviviente es la
principal causa aducida para postergar el matrimonio legal.
Según lo expuesto, conviene recordar que
no correspondería calificar estos comportamientos como "desviados" o "anormales". No se trata de conductas aisladas; por el contrario, ellas
constituyen regularidades que responden a otro
sistema de valores y de normas; es decir, se
trata de formas culturales aceptadas y compartidas en estos sectores, las que posibilitan la
adaptación y supervivencia en sus deterioradas
condiciones de vida.
Finalmente, creemos que el análisis del
fenómeno de la madre soltera adolescente debería ser precisado y redefinido en sus conceptos y formulación teórico-metodológica, ya que
tratándose de una realidad vigente en todos los
niveles socioeconómicos de nuestra sociedad,
su incidencia, causas y consecuencias son muy
diferentes, según sea la pertenencia de la adolescente a los distintos estratos. Dicha pertenencia configura, en gran medida, un "estilo de
vida" característico, cuyas pautas de conducta
pueden acercarse o alejarse de los patrones
culturales que idealmente la sociedad dominante considera legítimos, adecuados o normales.
Descargar