A los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad

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AFR 62/015/2012
CARTA MODELO
A los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad
Señor/-a Embajador/-a:
Amnistía Internacional considera motivo de honda preocupación el acusado
deterioro que ha experimentado en las últimas semanas y meses la crisis humanitaria y
de derechos humanos en las provincias orientales de la República Democrática del
Congo. La población civil ha sufrido a manos de grupos armados que han ampliado sus
operaciones, primero durante la reestructuración del ejército congoleño (Fuerzas Armadas
de la República Democrática del Congo, FARDC), en 2011, y después durante los
recientes combates entre el grupo armado Movimiento 23 de Marzo (M23) y las FARDC.
La reciente caída de Goma en manos del M23 y el creciente control que ejerce
este grupo armado en otras zonas pone en peligro a muchos más civiles, debido a los
numerosos abusos contra los derechos humanos que ha cometido este grupo. El aumento
de las violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos y del
derecho internacional humanitario en otras zonas de las provincias de Kivu Septentrional
y Kivu Meridional por parte de otros grupos armados, así como por las FARDC, ha
obligado a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares en la provincia de Kivu
Septentrional; unas 60.000 personas han buscado refugio en Uganda y Ruanda. Los
recientes combates en Goma y en sus alrededores han obligado a huir de la zona a unos
100.000 civiles, incluidos muchos que ya estaban desplazados.
Amnistía Internacional ha documentado numerosos delitos de derecho
internacional cometidos por el grupo armado M23, que controla la mayor parte del
territorio de Rutshuru, provincia de Kivu Septentrional, y que hace poco se ha hecho con
el control de la capital de la provincia, Goma. Estos delitos incluyen el reclutamiento
forzoso de menores, homicidios ilegítimos, violación y otras formas de violencia sexual y
trabajo forzoso. Otros grupos armados, como las Fuerzas Democráticas de Liberación de
Ruanda (FDLR), Raia Mutomboki, Nyatura y grupos Mayi Mayi, también han cometido
delitos de derecho internacional, y en particular ataques de motivación étnica contra
civiles, que han incluido homicidios ilegítimos y saqueos.
A nuestra organización le preocupan especialmente los numerosos actos de
violencia sexual cometidos contra mujeres y niñas en el contexto de este deterioro de la
situación de seguridad. En los últimos meses, Amnistía Internacional ha documentado
varios casos de violación contra mujeres que después se vieron obligadas a huir de sus
hogares, lo que aumenta el riesgo de que puedan sufrir nuevos ataques, incluidos de
violencia sexual y de género. Las mujeres y niñas que se ven obligadas a huir sin
familiares varones adultos corren un riesgo aún mayor de sufrir dichos ataques. Varias
mujeres han referido también a Amnistía Internacional que fueron violadas cuando
salieron de los campos de desplazados internos para buscar alimentos o recoger leña,
incluso por civiles. Algunas han denunciado también acoso sexual por parte de las
fuerzas de seguridad local
En un contexto en el que muchos civiles desplazados por los combates y ataques
recientes se han visto obligados a huir más de una vez en los últimos cuatro años,
Amnistía Internacional deplora la inacción del gobierno congoleño y de la comunidad
internacional a la hora de abordar las causas subyacentes de la crisis actual, y
especialmente la impunidad generalizada por delitos de derecho internacional y la falta
de profesionalidad y rendición de cuentas de las fuerzas de seguridad.
La preocupación de Amnistía Internacional por la población civil no ha hecho más
que aumentar tras los recientes acontecimientos en Kivu Septentrional. La organización
cree que decenas de defensores de los derechos humanos que trabajan en Goma o se han
escondido allí, y que han sacado a la luz los graves abusos cometidos por el M23 y el
CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo), corren ahora especial peligro de
sufrir intimidación o de ser víctimas de homicidios ilegítimos, desaparición forzada o
torturas u otros malos tratos a manos de fuerzas o individuos vinculados con M23.
El Consejo de Seguridad ha reconocido “los casos generalizados de violencia
sexual y de género” en las provincias orientales de la República Democrática del Congo, y
recientemente en su última resolución por la que se renueva el mandato de la MONUSCO
(S/RES/2053[2012]). El Consejo de Seguridad debe tomar ahora medidas adicionales
firmes para poner fin a tales delitos, reforzar la protección de la población civil y
garantizar que los autores de abusos graves contra los derechos humanos comparecen
ante la justicia. En consecuencia, instamos al Consejo de Seguridad a adoptar las
medidas siguientes:

Garantizar que el gobierno de la República Democrática del Congo
despliega fuerzas de seguridad profesionales adecuadamente adiestradas y
cuyos integrantes hayan sido plenamente investigados, en zonas donde la
población civil se enfrenta a una amenaza especial de los grupos armados,
y en particular en los territorios de Masisi y Walikale en la provincia de
Kivu Septentrional

Revisar y reforzar con carácter de urgencia los recursos de la MONUSCO
para garantizar que se despliegan tropas, en coordinación con las
autoridades de la República Democrática del Congo, en las zonas que han
quedado sin presencia de seguridad con el fin de garantizar la protección
efectiva de la población civil.

Asegurar que las fuerzas de la MONUSCO que se encuentran en las zonas
bajo el control efectivo del grupo armado M23 adoptan todas las medidas
necesarias para proteger a la población civil de los abusos contra los
derechos humanos, entre otras cosas, ofreciendo refugio en las bases de la
MONUSCO a los defensores de los derechos humanos que corren grave
peligro.

Ayudar al gobierno de la República Democrática del Congo a garantizar
que se toman medidas más eficaces para poner fin a la violencia sexual,
incluidas las reformas legales que sean necesarias.

Ejercer presión sobre las autoridades de la República Democrática del
Congo y reforzar los programas para garantizar que las mujeres y niñas que
han sufrido violencia sexual y de género tienen acceso pleno e igual a la
justicia, a reparaciones inmediatas y efectivas y a atención médica y
psicológica, así como a servicios jurídicos y sociales.

Ejercer presión sobre el gobierno de la República Democrática del Congo
para que adopte medidas, en coordinación con la MONUSCO, para
garantizar el apoyo y la protección de los civiles en los campos de
desplazados internos, especialmente las mujeres y niñas y otras personas
que sufren violaciones de derechos humanos.
Atentamente,
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