Pensamiento y toma de decisiones La comprensión y la interpretación de las circunstancias que rodean los acontecimientos del aula se hace sobre la base de las estructuras cognitivas, los esquemas, que representan el conocimiento previo, es decir, las teorías y creencias que los profesores tienen sobre la educación, la enseñanza, los alumnos, la relación educativa, la evaluación, y sobre otros muchos aspectos ajenos a la actividad educativa (Berliner y Rosenshine, 1987; Lowick y Clark, 1989; Villar, 1988). Sin duda, los pensamientos que tienen unas consecuencias más importantes y trascendentes son los que sirven de explicación a los comportamientos individuales. En el caso que nos ocupa, el pensamiento de los profesores equivale a las teorías de los profesores sobre el comportamiento de los alumnos. Los profesores tienen sus propias concepciones acerca de cómo aprenden los alumnos, cómo son, qué es la enseñanza o qué mecanismos deben poner en juego para que el aprendizaje se dé. Estas concepciones son una mezcla amplia de conocimientos demostrados, de intuiciones, de experiencias y de prejuicios acerca de los fenómenos con los que se relacionan los profesores. Los pensamientos no tienen sólo el valor teórico de ser un referente sobre la forma de pensar que tienen los profesores sino que, al mismo tiempo, constituyen un principio de acción que mediatiza, de modo muy directo, su forma profesional de actuar. Las teorías, las creencias y los valores que los profesores tienen sobre la educación y sobre su propio rol como docentes, forman parte del contexto psicológico en el que se apoyan para planificar y tomar decisiones que afectan a la actuación docente. Los estudios sobre el pensamiento del profesor avanzan un paso más y describen lo que piensan los profesores no en situaciones preactivas sino cuando interactúan con los alumnos (fase interactiva). El resultado de estos pensamientos les lleva a tomar decisiones que, pueden implicar, modifican sus planes y su comportamiento en el aula. Sabemos que, los profesores toman numerosas decisiones a lo largo e cada una de las situaciones particulares que se plantean en una clase. En este sentido, la investigación sobre el pensamiento de los profesores ha tratado de identificar el contenido de los pensamientos que desarrollan durante la clase y la relación entre éstos y las decisiones que se toman. Los contenidos sobre el pensamiento en situación interactiva, generalmente se refieren a los alumnos y a las tareas que realizan. Según los estudios de Clark y Peterson (1986), los contenidos de pensamiento se materializan en: • Porcentajes de percepciones, interpretaciones, previsiones o expectativas y reflexiones que tienen por objeto los alumnos, se sitúan en torno al 50%. Otros aspectos de la enseñanza que ocupan también el pensamiento del profesor, aunque en menor medida, son: • Los objetivos de la programación escolar (en tomo al 15%); • Los contenidos de la asignatura (entre un 5% y 15%); • Los procedimientos y estrategias de enseñanza (de un 20% a un 30%). Todo acto de enseñanza, sugiere Shavelson (1973), es el resultado de una decisión, consciente o inconsciente, tomada por el profesor, después de llevar a cabo un procesamiento complejo de toda la información disponible que obtiene de cada situación escolar. Podemos decir, por tanto, que la actividad del pensamiento se relaciona con el comportamiento que adoptan los profesores en el aula y con las decisiones que toman. Pero, para que el proceso de toma de decisiones pueda considerarse como tal requiere: a) La existencia de diferentes alternativas entre las que el profesor pueda elegir. b) Que haya una prueba de que el profesor elige entre alguna de ellas. c)Que quede constancia en una conducta de la decisión (elección) adoptada por el profesor. Las causas que inducen a los profesores a tomar decisiones suelen ser, entre otras, las siguientes: • Las preguntas que hacen los alumnos. • La elección de alumnos para realizar cualquier actividad (de participación, ayuda, o evaluación). • La selección de estrategias de enseñanza. • Las diversas opciones que se presentan en las situaciones de transición de unas actividades a otras. • La previsión de cualquier tipo de problemas o dificultades. • La falta de tiempo para concluir una actividad programada. • La insuficiencia del material para completar las tareas. • Las interrupciones cuando intervienen otros en la marcha de la clase. Los indicadores que se pueden deducir, a partir de lo visto, es que, lo que distingue a los profesores más eficientes es: 1. Por una parte, la habilidad que demuestran al controlar con éxito la clase, tomando decisiones eficaces con un sentido anticipatorio, es decir, antes de que surjan los problemas. 2. Por otra, que los profesores eficaces demuestran mayor rapidez en la toma de decisiones respecto a las estrategias de enseñanza que resultan más convenientes en cada situación. En conclusión, las investigaciones ponen de manifiesto que, el pensamiento del profesor es un factor contextual de importancia para entender y poder explicar lo que ocurre en el aula.