Poniendo fin a la violencia contra las mujeres y niñas

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Departamento de Planificación y Desarrollo
División de Gobernabilidad y Democracia
Strengthening Women’s Rights
Poniendo fin a la violencia contra las mujeres
y niñas - protegiendo los derechos humanos
Buenas prácticas para la Cooperación para el Desarrollo
ar y 2011:
As of 1 Ja nu
Publicado por:
Deutsche Gesellschaft für
Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH
Postfach 5180, 65726 Eschborn
Internet: http://www.gtz.de
Por encargo de:
Ministerio Federal de Cooperación
Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ)
Contacto Michaela Paßlick, Ref. 211
Teléfono: (+49 228) 535 3734
E-mail:
[email protected]
Internet: www.bmz.de
Concepción y contactos:
Juliane Osterhaus, Anette Funk
Teléfono: (+49 61 96) 79 1523
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Web:
http://www.gtz.de/en/themen/
politische-reformen/897.htm
Responsable:
Bernd Hoffmann
Texto:
Anette Funk en colaboración con
James Lang y Juliane Osterhaus
Edición:
Susan Ramsay
Diseño:
Jeanette Geppert, konzept & design
www.jeanette-geppert.de
Impresión:
Klarmann Druck
www.klarmanndruck.de
Eschborn 2006
Anette Funk es graduada en ciencias políticas y especialista en
temas de género y derechos de la mujer. Ha trabajado durante
varios años para una ONG alemana que apoya a mujeres víctimas
de la trata de personas y la violencia. Anette trabaja actualmente
en el proyecto “Fortalecimiento de los derechos de la mujer” de la
GTZ. Su trabajo se centra sobre todo en temas relacionados con
la violencia de género y la participación política de las mujeres.
James L. Lang es consultor e instructor sobre temas relacionados
con la pobreza, la equidad de género y la lucha contra la violencia
basada en el género. James ha trabajado para numerosas
organizaciones de desarrollo, incluyendo el PNUD, Oxfam de Gran
Bretaña, el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación
para la Promoción de la Mujer de las Naciones Unidas (INSTRAW)
y la GTZ. Es autor de diversas publicaciones sobre la violencia
de género y sobre los varones como colaboradores en la equidad de
género. Actualmente trabaja para el PNUD en el Sudeste de Asia.
Juliane Osterhaus es graduada en sociología y completó sus estudios
de postgrado en el Instituto Alemán de Desarrollo. Desde 1990, ha
venido trabajando para la GTZ en diversas posiciones en la Central
y en África, concentrándose en temas de género y derechos humanos,
participación y cultura social. Actualmente es directora de dos
proyectos suprarregionales titulados “Fortalecimiento de los derechos
de la mujer” e “Implementación de los derechos humanos en la
Cooperación Alemana para el Desarrollo”.
Departamento de Planificación y Desarrollo
División de Gobernabilidad y Democracia
Proyecto “Fortalecimiento de los derechos de la mujer”
Poniendo fin a la violencia contra las mujeres
y niñas - protegiendo los derechos humanos
Buenas prácticas para la Cooperación para el Desarrollo
Índice
Prefacio
Abreviaturas
Resumen Ejecutivo
Introducción
6
8
9
10
1.
1.1
1.2
1.3
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: DIMENSIONES Y CIFRAS
Definición de un fenómeno mundial
Escala y dimensiones del problema
Violencia a lo largo del ciclo de vida de la mujer
12
12
12
15
2.
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
CÓMO EXPLICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Violencia y género
Violencia y modelos masculinos
Factores sociales que contribuyen a la violencia contra la mujer
Disipando mitos
Oportunidades de cambio
17
17
17
19
21
21
3. MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS
3.1 Reconocimiento de la violencia contra la mujer como una
violación de derechos humanos
3.2 Los derechos humanos “en casa”: convenciones, acuerdos e
instituciones regionales
4.
4.1
4.2
4.3
4.4
4.5
4.6
4.7
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y OBJETIVOS DE DESARROLLO
DEL MILENIO
La violencia genera pobreza
La violencia dificulta la educación
La violencia pone en peligro la igualdad de género
La violencia puede matar bebés
La violencia amenaza la salud de las mujeres y niñas
La violencia acelera la propagación del VIH/SIDA
Terminar con la violencia contra la mujer dentro del proyecto
nacional de los ODM
22
22
25
26
26
27
28
29
30
30
31
5.
5.1
5.2
5.3
5.4
5.5
5.6
5.7
5.8
CÓMO LIDIAR CON LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: BUENAS
PRÁCTICAS PROVENIENTES DE TODAS PARTES
Cómo conducir investigaciones cualitativas y establecer
bancos de datos empíricos
Demanda de reformas en las leyes nacionales y su implementación
Mejora de los conocimientos legales y del grado de conciencia a
nivel local
Superación de los estereotipos de género: trabajando con hombres
y niños para promover la igualdad de género
El género en la mira: usando los medios de comunicación para
incrementar el grado de conciencia y promover una mayor
igualdad de género
Desarrollo de capacidades al interior de profesiones pertinentes
Fortalecimiento de sinergias y cooperación entre instituciones:
programas de intervención contra la violencia
Aprendiendo de la experiencia: seguimiento del impacto y la
eficacia de las intervenciones
Perspectivas
Anexo
Bibliografía
Enlaces (links) de Internet
32
33
35
39
41
44
47
51
53
56
57
58
63
Prefacio
La violencia contra las mujeres y niñas es una violación fundamental
de los derechos humanos, que se extiende a través de naciones,
culturas y clases. Es un fenómeno masivo, que asume muchas formas
distintas y tiene consecuencias desastrosas para la salud y supervivencia de las mujeres y niñas. Los costos económicos y sociales
que resultan de tal maltrato implican una carga considerable para la
sociedad entera, y obstaculizan significativamente el desarrollo. Por
lo tanto, el prevenir la violencia contra las mujeres y niñas representa
una contribución clave al logro de la mayoría de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio de la ONU y a la reducción de la pobreza.
El Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de
Alemania (BMZ) subraya los vínculos entre la reducción de la pobreza,
el desarrollo y el fomento de los derechos humanos en su Plan de
Acción de Política de Desarrollo sobre Derechos Humanos 2004 - 2007
(julio de 2004). El plan claramente establece que el extender las
facultades de las mujeres y fortalecer sus derechos son prioridades
clave de la política de desarrollo alemana. El firme compromiso
político con los derechos humanos de las mujeres también queda
expresado y arraigado en el Programa de Acción 2015 de Lucha
contra la Pobreza del Gobierno Federal Alemán (abril de 2001).
Desde 1997, el proyecto de la GTZ titulado “Fortalecimiento de los
derechos de la mujer” ha apoyado por encargo del BMZ una amplia
gama de proyectos innovadores y ejemplares para prevenir la violencia
contra las mujeres en más de 30 países en todo el mundo. Este
trabajo pone gran énfasis en tratar las causas estructurales de la
violencia de género: la violencia sexual, física y psicológica contra
las mujeres y niñas no es una condición natural, ni tampoco el
simple resultado de difíciles circunstancias sociales y económicas.
Más bien, la violencia de género es consecuencia del desequilibrio
de poder entre hombres y mujeres, y refleja las normas de género
que prevalecen en la sociedad.
6
Los derechos humanos internacionales han sido el marco normativo
guía para los proyectos presentados en este estudio. Al mismo tiempo,
se ha adoptado un enfoque sensible al entorno cultural, que aspira a
desarrollar estrategias desde una perspectiva local, y con frecuencia
incluye la cooperación con instituciones tradicionales y religiosas en
los países contraparte. Tal enfoque ha demostrado ser importante para
lograr el apropiamiento (“ownership”) y la aceptación a nivel local,
así como la sostenibilidad de los procesos de reforma fomentados.
Los casos ilustrados en el presente documento comprenden ejemplos
del trabajo implementado por tres proyectos suprarregionales de la
GTZ, titulados “Fortalecimiento de los derechos de la mujer”, “Lucha
contra la trata de mujeres” e “Iniciativas contra la mutilación genital
femenina”, así como por numerosos proyectos bilaterales de desarrollo llevados a cabo por la GTZ por encargo del Gobierno Federal
Alemán. Al compartir las experiencias de nuestro trabajo en África,
Asia y América Latina, nos gustaría contribuir a un proceso
internacional de aprendizaje. Esperamos que nuestras experiencias
estimulen y alienten a otras instituciones a intensificar sus esfuerzos
para prevenir la violencia en diferentes niveles y diversos sectores.
Esta publicación no habría sido posible sin los valiosos aportes y
comentarios de un grupo de colegas y expertos externos. Por lo tanto,
quisiéramos agradecer encarecidamente a Bushra Barakat, Marion
Bihler, Kerstin Brunner, Emmanuela Finke, Anna Erdelmann, Yasmeen
Hamdan, Kerstin Lisy, Stefanie Lux, Susanne Mueller, Eva Neuhaus,
Rita Schäfer, Promita Sengupta, Constanze Pfeiffer y Johanna Willems.
Por último, damos las gracias a Anette Funk y James Lang - los
autores principales - por su excelente trabajo.
Bernd Hoffmann
Director de la División de
Gobernabilidad y Democracia
Juliane Osterhaus
Jefa del Proyecto
“Fortalecimiento de los
Derechos de la Mujer”
7
Abreviaturas
ACHPR
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos
(African Charter on Human and Peoples' Rights)
Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de
Alemania
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer
Cooperación Internacional
Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit GmbH
Comisión de Desarrollo de la Reforma Legal
(Legal Reform Development Commission)
Mutilación Genital Femenina
Organización de Base Comunitaria
Objetivos de Desarrollo del Milenio
Organización Internacional del Trabajo
Organización Mundial de la Salud
Organización no Gubernamental
Organización de las Naciones Unidas
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida
Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer
Virus de Inmunodeficiencia Humana
La Mujer en el Derecho y el Desarrollo en África
(Women in Law and Development in Africa)
BMZ
CEDAW
CI
GTZ
LRDCIC
MGF
OBC
ODM
OIT
OMS
ONG
ONU
SIDA
UNIDFEM
VIH
WILDAF
8
Resumen ejecutivo
La violencia contra mujeres y niñas constituye una de las expresiones
más directas del desequilibrio de poder entre hombres y mujeres. El
análisis de registros y estudios estadísticos presentado en la primera
sección muestra que la violencia contra la mujer en sus diversas
formas es un fenómeno mundial, que atraviesa culturas, naciones y
grupos sociales y de edades. El presente informe sostiene que las
causas fundamentales de la violencia contra la mujer son las normas
dominantes de género y el desequilibrio de poder entre hombres y
mujeres. Esta publicación describe el marco internacional y regional
de derechos humanos relacionado con la violencia de género y
evidencia el terrible impacto de la violencia contra mujeres y niñas
sobre el desarrollo humano y su directa relación con la mayoría de
los ODM.
La segunda parte ofrece una amplia gama
de ejemplos que ilustran las experiencias
prácticas de la GTZ en combatir la violencia
contra mujeres y niñas en América Latina,
África y Asia. Los autores describen
numerosos estudios de caso referidos a
intervenciones a nivel micro, meso y macro,
a través de varios sectores (tales como
educación, justicia y medios de comunicación)
y con la participación de instituciones
gubernamentales y no gubernamentales,
incluyendo autoridades religiosas y
tradicionales. El informe plantea firmemente
que para prevenir la violencia de género
resulta esencial lidiar con estereotipos de
género y con la relación entre ambos sexos.
Por lo tanto, el trabajar con los hombres y
niños resulta igualmente importante que
apoyar a las mujeres y niñas.
9
Introducción
Introducción
“La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación
de los derechos humanos y quizás la más generalizada. No conoce
límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no
podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad,
el desarrollo y la paz.” (Kofi Annan, Secretario General de las
Naciones Unidas, 8 de marzo de 1999)
La violencia contra las mujeres y niñas se percibe a menudo como
un problema individual y como una suerte de incidentes aislados. Sin
embargo, si echamos un vistazo a las pruebas empíricas nos
encontramos con un panorama alarmante.
El Banco Mundial estima que la violencia contra la mujer es una
causa tan grave como el cancer de muerte e incapacidad para las
mujeres en edad reproductiva, y ademas representa una causa de
dagnos a la salud mas significativa que los accidentes de transito y
el paludismo, en conjunto. (Banco Mundial, 1993). A la luz de estos
hechos, resulta evidente que la violencia contra la mujer no es sólo
una fundamental violación de los derechos humanos, sino que
representa uno de los desafíos de salud pública más cruciales y uno
de los mayores factores de contribución a la pobreza. Por lo tanto, el
reducir la violencia contra las mujeres y niñas es también un aspecto
clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El reconocimiento internacional de la violencia contra la mujer como
una violación de los derechos humanos fue el resultado de la dedicada campaña llevada a cabo durante muchos años por los/las activistas de los derechos de la mujer y las sobrevivientes de la violencia.
En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena
finalmente reconoció los derechos de la mujer como derechos
humanos, una posición que ha sido reafirmada en todas las reuniones
cumbre a nivel mundial, desde entonces.
Desde la conferencia de Viena, la violencia contra la mujer ha dejado
de ser un asunto privado y se ha convertido en un tema establecido
de los debates públicos. Una diversidad de iniciativas en todo el
mundo ha incrementado el nivel de conciencia y ha contribuido a
fomentar reformas legales en apoyo a las sobrevivientes de los malos
tratos y a favor del castigo de sus victimarios. Sin embargo, es
necesario aunar mayores esfuerzos y más recursos para hacer frente
apropiadamente a la enorme magnitud y naturaleza multidimensional
del problema.
10
La presente publicación sostiene que existe un ámbito considerable
para la acción en todos los niveles del proceso político. El documento
comparte las experiencias y lecciones aprendidas de una amplia
gama de proyectos implementados por la GTZ por encargo del
Gobierno Federal Alemán. En este sentido, no sólo deseamos
contribuir al proceso global de aprendizaje, sino también alentar e
inspirar a todos los involucrados en la cooperación para el desarrollo
para que participen en poner fin a esta fundamental violación de los
derechos humanos.
El primer capítulo define el término 'violencia' utilizado en esta
publicación y describe la escala global del problema. Este capítulo
hace una breve presentación de las diversas formas de violencia contra
las mujeres y niñas, clasificándolas según el contexto regional y la
edad.
El segundo capítulo analiza en mayor detalle las causas estructurales de la violencia contra la mujer y toma en cuenta las ideas
preconcebidas subyacentes que se utilizan para justificar tales
prácticas.
El tercer capítulo proporciona una visión panorámica del marco legal
internacional y resalta los convenios internacionales y regionales de
derechos humanos más importantes, que proporcionan la base para
las iniciativas dirigidas a poner fin a la violencia contra la mujer.
El cuarto capítulo describe los costos personales, económicos y
sociales de la violencia contra la mujer, y muestra cómo estos
factores obstaculizan el progreso hacia el logro de los ODM.
El quinto capítulo ilustra ejemplos prácticos del trabajo de la GTZ
para prevenir la violencia de género.
Hemos evitado el uso de las notas de pie de página para facilitar la
lectura del texto. Sin embargo, las fuentes pertinentes se citan en
la bibliografía, y también se adjunta una lista de enlaces (links) de
Internet para proporcionar un acceso rápido a fuentes de información
adicionales.
11
1. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: DIMENSIONES Y
CIFRAS
1.1 Definición de un fenómeno mundial
En 1993, la Asamblea General de la ONU formuló una definición
integral de la violencia contra la mujer, que dio lugar a la
Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Ésta fue debidamente adoptada por los miembros de la Asamblea y
su uso se ha extendido en todo el mundo::
“A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia
basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria
de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.
Artículo 1
Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque sin limitarse a ellos:
(a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el
abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la
mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia
perpetrados por otros miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación;
(b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la
violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y
en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada;
(c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra.”
Organización de las Naciones Unidas: Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 1993
Debería añadirse en este lugar que - si bien las mujeres y niñas
constituyen las víctimas en la mayoría de los casos - los hombres y
niños también pueden constituirse en el blanco de la violencia de
género, como ocurre en los casos de abuso sexual o violencia contra
los homosexuales. Además, los varones no siempre son los victimarios:
las mujeres también cometen actos de violencia de género en contra
de los varones o en contra de otras mujeres. Sin embargo, existen
amplias pruebas empíricas de que la gran mayoría de los autores de
la violencia de género son varones, mientras que la mayoría de las
víctimas son mujeres. Tomando en cuenta este hecho, la presente
publicación se concentra en la violencia contra las mujeres y niñas
como la forma predominante de violencia de género.
1.2 Escala y dimensiones del problema
La violencia contra la mujer existe en todos los países del mundo.
Afecta a todos los segmentos de la sociedad y se presenta en todos
los grupos de edad. Sin distinción de contextos culturales, muchos de
los autores de la violencia contra la mujer confían en que su comportamiento no será objeto de mayor censura dentro de su comunidad.
Las estadísticas apuntan a que la violencia contra la mujer es
12
sorprendentemente generalizada. En términos globales, se estima que
una de cada tres mujeres a nivel mundial sufrirá de algún tipo de
violencia de género en el curso de su existencia. Las formas de
maltrato incluyen las golpizas, la violación, la agresión física, la trata
de mujeres, el asesinato, la humillación, la restricción de sus contactos
sociales y su movilidad, el acoso y el ser sometida por la fuerza a las
llamadas “prácticas dañinas” como la mutilación genital femenina
(Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer,
28.02.2000). Las siguientes secciones describen las formas y clases
específicas de violencia contra la mujer. Además, se citan cifras con
respecto a la preponderancia de tales tipos de violencia utilizando las
categorías definidas en la Declaración sobre la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer.
socialmente aceptados referentes al “honor
de la familia”. Según la Relatora Especial de
la ONU sobre la Violencia contra la Mujer,
miles de mujeres y niñas son asesinadas
todos los años por miembros de sus propias
familias con miras a restablecer el “honor de
la familia”. En última instancia, estas
mujeres son víctimas de códigos de conducta
patriarcales que aprueban el asesinato de
mujeres y niñas como castigo por la violación
de ciertas normas sociales de comportamiento
aceptable: por ejemplo, el quedar embarazadas
fuera del matrimonio (asesinatos “por honor”)
o el ofrecer una dote inapropiada (asesinatos
por la dote).
a) Violencia al interior de la familia y a merced de parejas
de la intimidad
b) Violencia dentro de la comunidad en
general y en el lugar de trabajo
La violencia doméstica es un problema muy serio y ampliamente
difundido. Un estudio realizado por los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos revela que las
golpizas y agresiones físicas constituyen la causa individual de mayor
importancia para las lesiones sufridas por las mujeres estadounidenses.
De hecho, dan lugar a más consultas en las salas de emergencia
(más de un millón al año) que la combinación de todos los
accidentes de tránsito, los atracos y las violaciones.
En Sudáfrica, se reportaron a la policía
52.733 casos de violación e intento de violación entre abril de 2003 y marzo de 2004.
Se estima que esta cifra sólo representa uno
de cada veinte casos, con lo cual la cifra
real de incidentes podría llegar a un total
de más de un millón por año. Según los
registros policiales, el 41% de las víctimas
de violación en Sudáfrica tiene menos de
12 años (Smith, 2004).
Sin embargo, la evidencia también apunta a que - cuando una mujer
logra salir de una relación violenta - corre el riesgo de ser víctima de
una mayor persecución e incluso la muerte. La Organización Mundial
de la Salud estima que las parejas masculinas son responsables del
40 al 70% de todos los homicidios de mujeres a nivel mundial (OMS,
2002). En Zimbabwe, un estudio realizado por Getecha y Chipika
(1995) revela que la violencia doméstica es la causa de más del 60%
de los asesinatos juzgados por el Tribunal Superior de Harare.
El acoso sexual en los lugares de trabajo
y las instituciones educativas constituye
actualmente uno de los peligros ocupacionales
más importantes. Un estudio reciente de la
Unión Europea, basado en 21 500 entrevistas
y llevado a cabo en todos los estados
miembros, señala que el 2% de la fuerza
laboral (tres millones de trabajadoras) fue
sometido a acoso sexual durante el año
anterior (Di Martino, Hoel y Cooper, 2003).
La familia también juega un rol decisivo al determinar si las mujeres
deben someterse a formas socialmente aceptadas de violencia
contra la mujer. Por ejemplo, la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos estima que alrededor de
130 millones de niñas y mujeres a nivel mundial son víctimas de la
mutilación genital femenina (MGF). Otros dos millones de mujeres son
forzadas a algún tipo de MGF cada año, y un número desconocido
muere como resultado de esta práctica. Aparte de las complicaciones
agudas e inmediatas que implica para la salud, se sabe que la MGF
tiene también consecuencias a largo plazo tales como serias
complicaciones para la reproducción y la salud sexual, un riesgo
incrementado de infección y problemas de salud mental.
En forma similar, un estudio realizado en
Nigeria reveló que las mujeres jóvenes con
grados académicos por rutina son obligadas
a conceder favores sexuales antes de que un
empleador potencial esté siquiera dispuesto
a considerar sus credenciales de estudios
(Effah-Chukwuma / Osarenren, 2001).
Las personas jóvenes son especialmente
vulnerables a la explotación en el lugar de
Las mujeres también corren el riesgo de sufrir malos tratos por parte
de miembros de sus familias que actúan según ciertos códigos
13
Violencia contra la mujer: dimensiones y cifras
trabajo. Según la OIT, unos 250 millones de
niños entre las edades de cinco y catorce
años que viven en los países en desarrollo
son sometidos a trabajos forzados. Las niñas
en particular son víctimas de una explotación
extrema a través del trabajo ilegal e informal.
Ya sea como trabajadoras domésticas, tejedoras de alfombras, trabajadoras industriales
o prostitutas, estas niñas están a merced de
sus explotadores y cuentan con muy pocas
perspectivas de un futuro mejor.
c) Violencia perpetrada o aprobada por el Estado
En muchos países (por ejemplo, Afganistán, la India y Sudáfrica),
las niñas son forzadas a someterse a exámenes de virginidad si
han sido víctimas de ataques sexuales o si desean postular a alguna
formación especial o ciertos puestos de trabajo. Esta práctica
continúa, a pesar de que se ha comprobado que el examen forzado
de los órganos genitales para buscar posibles daños al himen causa
dolor, humillación e intimidación. Además, no resulta eficaz como
prueba de virginidad o violación. Recientemente, los exámenes de
virginidad también son vistos como una manera de refrenar la
actividad sexual de las mujeres antes del matrimonio, y por lo tanto
como una alternativa para combatir la epidemia del VIH/SIDA. Esto
es particularmente común en África (Al, 2004).
Un gran número de personas son víctimas de
explotación a través de formas modernas de
esclavitud. La trata de seres humanos es un
negocio floreciente, comparable en su
magnitud al tráfico internacional de narcóticos
y armas. Con frecuencia, estas actividades
delictivas se encuentran vinculadas. Se estima
que la trata de personas arroja ganancias
anuales de más de 30 000 millones de US
dólares. Las mayores ganancias provienen
de la trata de personas con propósitos de
explotación sexual. Cifras recientes de la OIT
sugieren que las ganancias provenientes
específicamente de esta forma de tráfico
podrían llegar a alcanzar los 27 800
millones de US dólares (OIT, 2005). De los
aproximadamente 2,5 millones de hombres,
mujeres y niños que cada año son víctimas
de la trata de personas a nivel interno
y transnacional, la mayoría son mujeres y
niñas (OIT, 2005). La mayor parte de las
víctimas son explotadas en la industria del
sexo o forzadas a la remoción de órganos.
Muchas son utilizadas como mano de obra
barata, ya sea a través de matrimonios
forzados o de adopciones.
Las políticas de esterilización de los gobiernos son una clara
ilustración de la violencia de género perpetrada por el Estado. Por
ejemplo, el gobierno peruano impuso cuotas de esterilización entre
1996 y 1998, lo cual llevó a muchas mujeres a ser esterilizadas sin
un consentimiento informado (Al, 2004 (2)).
Los gobiernos también pueden estar autorizando la violencia contra la
mujer al tolerar la existencia de ciertas formas institucionalizadas de
violencia dentro de sus diversas instituciones. Esto es especialmente
aplicable a las fuerzas policiales: según Amnesty International, miles
de mujeres mantenidas en custodia policial son rutinariamente
violadas mientras se encuentran en los centros de detención de la
policía (Al, 2000).
Crecientemente, la población civil se está convirtiendo en víctima de
las guerras y los conflictos armados. Como acto bélico recurrente y
deliberado, las mujeres y niñas son violadas sistemáticamente para
destruir la dignidad e incluso la existencia de ciertos pueblos. Al
utilizar la violencia sexual como estrategia de guerra, los grupos
militantes no sólo pretenden causar dolor a las mujeres y niñas sino
también a sus padres, maridos e hijos, al intentar demostrarles que
son incapaces de proteger a sus hijas, esposas y madres. Al hacerlo,
disminuyen la autoestima reproductiva y sexual de los varones,
especialmente si estas mujeres “que pertenecen al enemigo” llegan a
quedar embarazadas. El propagar el VIH/SIDA también puede formar
parte de estas estrategias bélicas. De este modo, la violencia contra
las mujeres es utilizada para desestabilizar a las sociedades y
acabar con la resistencia.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados,
alrededor del 80% de todos los refugiados está constituido por
mujeres y niños. La violación masiva ha sido extensamente documentada en los recientes conflictos civiles, y ha sido usada
sistemáticamente como instrumento de tortura o dominación étnica.
14
1.3 Violencia a lo largo del ciclo de vida de la
mujer
La violencia de género afecta todo el ciclo de vida de la mujer. En
cualquier momento de sus vidas, las mujeres pueden ser sometidas
a formas de violencia tales como la amenaza de un ataque sexual,
violación o incesto. Si bien los niños también corren riesgos, la
posibilidad de que las niñas sean violadas o atacadas sexualmente
es mucho mayor que en el caso de sus hermanos. Además, los
victimarios de las mujeres son tan diversos como variadas son las
oportunidades de agresión: puede tratarse de miembros de la familia,
de hombres en posiciones de confianza o poder, o incluso de
extraños. Muchas veces las mujeres deben afrontar patrones interdependientes o acumulativos de violencia, en que las formas físicas,
económicas y emocionales de violencia se refuerzan unas a otras.
El temor a la violencia, incluyendo el acoso, no sólo ejerce una
constante presión sobre la autoestima y confianza de las mujeres,
sino también implica una influencia negativa para su movilidad y
acceso a los recursos, así como para sus actividades básicas de
tipo social, económico y político.
La violencia contra la mujer tiene un impacto intergeneracional: los
niños y las niñas aprenden e imitan en gran medida los roles de
género exhibidos por sus padres. En efecto, es más probable que los
hombres que fueron testigos o víctimas de la violencia durante su
niñez recurran a la violencia contra sus propias esposas e hijos. De
igual modo, las mujeres que observan o experimentan malos tratos
durante la infancia corren mayor riesgo de convertirse en víctimas
durante su edad adulta. Un hecho interesante: muchas mujeres que
fueron sometidas a la mutilación genital femenina suelen propugnar
o permitir que se inflija la MGF a las mujeres de su familia.
Es importante señalar que existen ciertas formas de violencia contra
la mujer que sólo ocurren dentro de entornos culturales específicos.
Ejemplos de ello son la violencia por causa de la dote, el infanticidio
femenino y el aborto selectivo de fetos femeninos, los asesinatos por
honor y la mutilación genital femenina. Si bien existen innegables
divergencias culturales en la violencia, es necesario recordar que
la violencia de género tiene rasgos universales. La violencia es un
problema estructural en muchas sociedades del mundo, aunque
existan diferencias en las formas en que se manifiesta este abuso del
poder. El siguiente cuadro muestra una clasificación de las diversas
formas de violencia de género que pueden tener lugar a lo largo del
ciclo de vida de la mujer.
15
Violencia contra la mujer: dimensiones y cifras
Etapa prenatal
Í
Primera infancia
Violencia a lo largo del ciclo de vida de la mujer
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Niñez
Í
Í
Í
Í
Í
Adolescencia y edad reproductiva
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Edad avanzada
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Fertilización selectiva por sexo
Aborto selectivo por sexo
Violencia contra madres gestantes que afecta al feto
Infanticidio femenino
Acceso desigual a alimentos y atención médica
Abandono o negligencia
Mutilación genital
Incesto y abuso sexual
Mutilación genital
Incesto y abuso sexual
Acceso desigual a alimentos, atención médica y educación
Trabajo infantil, prostitución infantil y trata de niñas
Incesto y abuso sexual
Violencia durante encuentros y la etapa del cortejo
Sexo por coerción económica
Matrimonio forzado
Violación
Violación marital
Acoso y abuso sexual en el camino hacia o desde la escuela / el lugar
de trabajo
Acoso y abuso sexual en la escuela / el lugar de trabajo
Denegación de la autodeterminación sexual - como por ejemplo el
uso de anticonceptivos y otros métodos de planificación familiar y denegación del sexo seguro en tiempos del VIH/SIDA
Prostitución forzada y trata de mujeres
Maltrato psicológico por parte de la pareja y parientes
Maltrato físico por parte de la pareja y parientes
Delitos y asesinatos relacionados con la dote
Asesinatos por honor
Esterilización forzada
Aborto forzado
Maltrato y violación de mujeres con discapacidades
Persecución de lesbianas
Maltrato y explotación de viudas jóvenes
Mutilación genital repetida luego del parto (infibulación)
Maltrato de viudas
Acusaciones y rituales relacionados con la brujería
“Suicidio” forzado o asesinato de viudas por razones económicas
Abandono o negligencia con respecto a mujeres mayores
Maltrato psicológico por parte de la pareja y parientes
Maltrato físico por parte de la pareja y parientes
Violación
Acoso sexual
16
2. CÓMO EXPLICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
2.1 Violencia y género
o gozar de mayor estatus. Esto demuestra el
modo en que las jerarquías de género forman
parte de las relaciones económicas y sociales
de mayor amplitud.
Existen numerosas razones por las cuales existe la violencia y también
existen muchas expresiones distintas de violencia. En un trabajo
reciente de siete volúmenes sobre violencia y libertad, un autor distingue casi veinte categorías y justificaciones para explicar el comportamiento violento. La mayoría de estas justificaciones se formulan
del modo siguiente: “en defensa de … xxx” (Vollmann, 2003). Dentro de
este marco, la violencia se justifica en defensa de la patria, la autodefensa o la defensa de clase, credo, honor, autoridad, raza y cultura.
Por lo tanto, el género ayuda a forjar las
jerarquías y promueve las desigualdades. El
género trata de las relaciones de poder entre
los sexos, que tienden a privilegiar a los
hombres frente a las mujeres y a preferir a
algunos grupos por encima de otros: por
ejem plo, a los heterosexuales frente a los
homosexuales, bisexuales, lesbianas o
transexuales. La violencia contra la mujer
actúa como un “mecanismo policial” para
crear, plasmar, defender o reforzar estas
jerarquías injustas. En consecuencia, las
justificaciones de la violencia contra la mujer
son una defensa de la desigualdad en las
actuales normas de género y estructuras
socioeconómicas de poder en la esfera
pública y privada.
Vale la pena considerar en este lugar cómo se insertaría la violencia
contra la mujer en esta clasificación. ¿Por qué razón los hombres son
en su gran mayoría responsables de recurrir a la violencia en contra
de las mujeres? Las causas para la violencia masculina contra las
mujeres y niñas deben estar relacionadas con el modo en que se
enseña a los individuos a ser hombres y mujeres, así como con las
diferencias de género subsecuentes que estas percepciones traen
consigo. Por lo tanto, las causas de la violencia contra la mujer se
encuentran arraigadas en los conceptos, las desigualdades y las
jerarquías de género.
El término 'género' se utiliza para describir un conjunto de cualidades
o comportamientos que las sociedades esperan de hombres y mujeres.
Estas expectativas parten de la idea de que ciertas cualidades,
conductas, características y roles resultan 'naturales' en el hombre,
mientras que otras cualidades y roles son 'naturales' para la mujer.
Sin embargo, el género no es natural ni biológico sino creado: se
trata de un rasgo definido y aprendido por la sociedad. Los conceptos
de género son parte de procesos de transformación de tipo social,
político y económico. Por lo tanto, los roles de género son sometidos a
la influencia de las familias, las escuelas, los medios de comunicación,
la sociedad civil y el Estado. Por tal motivo, las instituciones estatales
y las organizaciones no gubernamentales pueden contribuir a transformar las jerarquías de género. Para este propósito es importante
contar con políticas y marcos legales de alto nivel de perfeccionamiento, porque en estos procesos de transformación a menudo coexisten
conceptos de género contradictorios o competitivos entre sí: por
ejemplo, la legitimación religiosa o tradicional de las jerarquías de
género versus los enfoques de derechos humanos. En cada contexto
individual, uno debería estudiar primero la situación específica a fin
de proporcionar el mejor apoyo posible a los agentes del cambio, por
ejemplo a través de la cooperación para el desarrollo.
2.2 Violencia y modelos masculinos
Los hombres no son violentos por naturaleza
contra las mujeres y niños; más bien, se hacen
violentos como resultado de creencias y
normas sobre lo que significa ser hombre. Al
estudiar la violencia masculina vale la pena
examinar dos aspectos de las normas de
género de los varones en particular. El primero
es el sentimiento de los hombres de “tener
derecho” a ciertos privilegios frente a las
mujeres, mientras que el segundo se refiere
a algunas de las normas masculinas más
comunes, es decir, a los modos ampliamente
aceptados en que se supone que deben comportarse los hombres y los roles específicos
que se espera que cumplan.
A los hombres y niños se les enseña que
tienen derecho a distintos tipos de privilegios
sobre las mujeres. Entre estos ejemplos de
ventajas masculinas tenemos un mayor poder
y acceso a la esfera pública en comparación
con las mujeres, el control sobre las
actividades económicas, el ingreso y la
movilidad de estas últimas, y el derecho a
Muchas normas de género que gozan de amplia aceptación en todo
el mundo se basan en un conjunto de creencias que tiende a valorar
más a los hombres que a las mujeres. En general, los roles y rasgos
asociados con los varones se suelen percibir como más valiosos que
los relacionados con las mujeres. En consecuencia, los roles
masculinos a menudo se consideran más dignos de recibir mejor paga
17
Cómo explicar la violencia contra la mujer
existen muchos elementos comunes a través de diversas culturas. Estas
normas de género “dominantes” son en esencia visiones idealizadas
de cómo deberían comportarse los hombres y las mujeres. Diversas
presiones sociales y “mecanismos policiales” actúan para imponer
estos roles y comportamientos restrictivos a mujeres y hombres.
Como consecuencia, las personas - y en particular las mujeres con frecuencia no cuentan con mayores opciones para elegir cómo
interpretar estas normas.
las relaciones sexuales, la obediencia y
otros servicios por parte de las mujeres al
interior del hogar (por ejemplo, el darles
hijos, cocinar, limpiar y cuidar de los
hombres de la familia).
En distintos grados, los niños y hombres de
las diferentes sociedades aprenden que
resulta aceptable recurrir a la violencia contra
las mujeres para defender estos “derechos”.
Por ejemplo, según el Informe Mundial de la
OMS sobre Violencia y Salud de 2002, “los
acontecimientos que desencadenan la violencia
contra la mujer en las relaciones abusivas
son sorprendentemente consistentes. Incluyen
el desobedecer o discutir con el hombre de la
familia; interrogarlo sobre dinero o amantes;
no tener la comida lista a tiempo; no cuidar
apropiadamente de los niños o del hogar;
negarse a tener relaciones sexuales y dar
lugar a sospechas de infidelidad” (resumen
del informe de la OMS, pág. 15). En efecto,
muchos hombres explican su propio comportamiento violento como resultado de las
faltas de sus mujeres y rechazan toda
responsabilidad. En muchas sociedades, los
sistemas morales contradictorios permiten a
los varones tener relaciones extramatrimoniales
y a la vez estar convencidos de ser buenos
maridos y padres. Si sus esposas demandan
apoyo familiar y critican a los maridos por
gastar dinero en amantes, muchos hombres
reaccionan con violencia.
Muchas de las normas comúnmente asociadas con las mujeres tienden
a relegarlas a los “roles de cuidadoras” y buscan garantizar que las
mujeres se mantengan pasivas y más débiles en relación con los
hombres. Sin importar si tienen hijos o no, se espera que las mujeres
cuiden del hogar, los niños y los enfermos, a la vez que cumplen con
otros roles de apoyo y de cuidado en el lugar de trabajo y en el
hogar. En muchos casos, se socializa a las mujeres para que resulten
sexualmente atractivas y se sometan a la voluntad de los hombres.
En cambio, las normas masculinas dominantes valoran la fortaleza, la
valentía y la capacidad de controlar las situaciones y sus emociones.
Se espera de los hombres que tengan éxito en mantener y proteger a
la familia. En pocas palabras, se espera de ellos que sean valientes
guerreros, líderes con capacidad de decisión, varones atractivos, ricos
y poderosos. Con frecuencia, se socializa a los hombres para que se
sientan con derecho a exigir privilegios frente a las mujeres, tales
como un estatus más alto y mejor paga, así como la capacidad de
demandar respeto y placer por parte de las mujeres.
¿Cómo es que estas normas de género dominantes afectan las
percepciones masculinas de la violencia? La educación de los hombres
para que sean “valientes” y “ejerzan el control” resulta clave para
comprender el recurso de los hombres a la violencia. Cuando se
sienten amenazados, estos atributos pueden transformarse en la
disposición a combatir y utilizar la violencia para imponer su control.
En efecto, el sentimiento de tener derecho a recibir respeto y afecto
por parte de las mujeres es un factor clave que motiva a algunos
hombres a usar la violencia y la violación cuando sienten que se les
está “privando” de estos derechos.
Aparte de un sentido de privilegio, las normas
de género juegan un papel importante en la
socialización de los hombres para el uso de
la violencia. Muchas personas, sin importar
dónde viven, son capaces de listar las
características y los roles que se atribuyen a
hombres y mujeres. Estas características no
se relacionan con ningún hombre o ninguna
mujer en particular, sino con una noción
generalizada de lo que la sociedad espera de
hombres y mujeres.
Estas normas de género dominantes ayudan a explicar por qué los
hombres - en especial hombres jóvenes - suelen ser tanto las víctimas
como los autores de todas las formas de violencia. En general, los
hombres pelean más que las mujeres, ya sea en las guerras, en el
hogar, en la escuela o en la calle. Las fuerzas militares en todo el
mundo normalmente están compuestas por hombres. Y en casos de
conflictos civiles o fuerzas terroristas, se suele reclutar a los varones.
En resumen, la evidencia demuestra que los hombres recurren a las
armas con mayor frecuencia que las mujeres, y tienen más probabilidades de caer en prisión o ser asesinados. Los hombres también son
más propensos a utilizar la violencia contra sí mismos: las estadísticas
La riqueza de la diversidad cultural mundial
ha creado muchas expresiones distintas de
normas de género. Sin embargo, también
18
señalan que los hombres cometen suicidio con mayor facilidad que
las mujeres.
que forjan y perennizan las normas de género
dominantes - y por lo tanto los desequilibrios
entre mujeres y hombres - son los mismos
factores que fomentan los contextos en los
que se permite la violencia contra las
mujeres.
Estos conceptos dominantes de la masculinidad presentan numerosos
desafíos para los hombres en los aspectos públicos y privados de sus
vidas. Si un hombre no “tiene éxito” en su rol masculino en la esfera
pública - por ejemplo en lograr cierto estatus o nivel económico podría recurrir a la violencia contra la pareja íntima en la vida privada (Greig et al., 2000). Cabe citar las palabras de un grupo de investigadores de Sudáfrica: “En todas las castas y religiones, la violencia
doméstica con frecuencia se relaciona con el fracaso del hombre - ya
sea real o imaginario - en cumplir con el rol masculino asignado. Tal
fracaso se agrava cuando la esposa reacciona echando en cara al
marido su falta de éxito. Tanto el fracaso en sí como las recriminaciones de la esposa, que socavan su masculinidad, hacen que el
marido se sienta humillado” (Kumar et al., 2002).
Estos factores pueden describirse en todos
los entornos en que ocurre la violencia contra
la mujer, es decir, los contextos en que los
hombres y las mujeres usan y experimentan
la violencia. Para comprender las interrelaciones entre los distintos factores, resulta
útil comenzar por analizar la forma en que
el entorno social circundante contribuye y
refuerza las conductas y actitudes de
hombres y mujeres.
Este mismo conjunto de normas de género restrictivas limita a las
mujeres en su elección de roles en la esfera pública, en la familia o
en las relaciones privadas. Esto se aplica sobre todo a las sociedades
en etapa de post-conflicto, donde predominan los conceptos de una
masculinidad violenta. Siempre resulta importante tomar en cuenta
los desarrollos políticos y sociales, así como las actuales estructuras
de poder.
Al examinar los diferentes niveles de la
sociedad, la siguiente lista resalta algunos de
los factores que ayudan a crear un ambiente
en el que puede suscitarse la violencia contra
la mujer:
En los casos de hombres individuales
2.3 Factores sociales que contribuyen a la violencia
contra la mujer
Muchos aspectos de las actitudes y conductas de un
individuo, así como sus experiencias pasadas, pueden
influir en el riesgo de que recurra a la violencia.
Aquí se incluyen:
• Haber sido testigo de actos violentos contra las
mujeres durante su niñez
• Haber sido víctima de abuso sexual o maltrato infantil
• Haber carecido de modelos positivos en cuanto al rol a
adoptar
• Sentir el derecho de ejercer poder y control sobre las
mujeres
• Padecer aislamiento social y depresión
• Hacer uso de alcohol y drogas
• Exhibir actitudes y creencias que apoyan la violencia
sexual
• Contar con un alto potencial de agresión y violencia
• Percibir la violencia como un modo aceptado de
salvaguardar intereses individuales
• Considerar que el comportamiento violento es parte
integrante de una autoimagen positiva
• Temer la pérdida de control sobre una situación
• Carecer de confianza en sí mismo o autoestima
La violencia contra la mujer no es el simple acto perpetrado por
hombres individuales que operan en un vacío: la violencia tiene raíces
estructurales y también personales.
En un nivel personal, la violencia contra la mujer deriva de presiones,
temores y emociones reprimidas que subyacen a muchas de las formas
dominantes de hombría. La experiencia personal se añade a estos
factores: los individuos experimentan y aprenden la violencia a través
de la familia, los medios de comunicación, la comunidad y/u otras
instituciones. Por ejemplo, existe una sólida correlación entre hombres
violentos y hombres que han sido testigos de actos violentos contra
sus madres cuando eran niños, o que a su vez han sido víctimas de
agresión. También existe una fuerte correlación entre la violencia de
los hombres y su edad. Distintos estudios en diferentes regiones del
mundo han revelado que la mayor parte de actos violentos contra las
mujeres en relaciones de pareja es cometida por hombres menores de
40 años. En cambio, es mucho menos probable que los hombres mayores de 60 recurran a la violencia contra las mujeres.
Sin embargo, las normas de género son estructurales: son definidas y
mantenidas a través de todos los niveles de la sociedad. Los factores
19
Cómo explicar la violencia contra la mujer
En relaciones íntimas o familiares
Todas las personas pertenecientes al círculo social más cercano de un individuo - por ejemplo sus pares, socios y miembros de su
familia - tienen el potencial de influir sobre el comportamiento y las experiencias de dicho individuo. Los factores que incrementan
el riesgo de violencia en las relaciones íntimas o familiares incluyen:
• Actitudes relacionadas con “derechos del varón” y privilegios
masculinos
• Conflictos sobre el poder y control en las relaciones de pareja
• Falta de habilidades para la intercomunicación personal
• Dominio masculino en una relación de pareja o entorno familiar
• Presiones económicas o falta de empleo
• Falta de un ambiente familiar que brinde apoyo
• Valoración del honor de la familia como más importante que
la salud y seguridad de los individuos
• Falta de estrategias pacíficas para resolver conflictos
En las comunidades
Todos los entornos comunitarios tales como los poblados, escuelas, lugares de trabajo y vecindarios ayudan a formar las conductas y
creencias de un individuo. Los factores que incrementan el riesgo de violencia en estos escenarios incluyen:
• Debilidad de las sanciones de la comunidad frente a actos de
violencia contra la mujer
• Pobreza y desigualdad económica
• Poca o ninguna actitud de compromiso en la prevención de la
violencia
• Falta de medidas para prevenir la violencia por parte de
instituciones del gobierno, autoridades religiosas y medios de
comunicación
• Tolerancia de la comunidad frente a la violencia contra las
mujeres
• Predominio de actitudes y normas de género en la comunidad
que apoyan la violencia contra las mujeres
• Socialización de género que promueve desequilibrios de poder
entre hombres y mujeres
• Falta de apoyo por parte de la policía y el sistema judicial
En la sociedad en su conjunto
Las fuerzas más amplias de la sociedad - tales como los intereses económicos, las normas sociales, las creencias culturales, las
leyes y políticas, las prácticas institucionales y las ideologías políticas - ejercen una importante influencia sobre las relaciones
personales y las interacciones comunitarias. Los factores de riesgo que contribuyen a la violencia contra la mujer a este nivel incluyen:
• Patrones históricos y sociales que glorifican la violencia, en
particular la violencia contra la mujer
• Normas de género tradicionales que apoyan la superioridad
masculina y los derechos sexuales
• Respuestas institucionales débiles frente a la violencia contra
la mujer
• Sistemas de creencias religiosas o culturales que apoyan las
expresiones de violencia contra la mujer
• Políticas económicas y sociales que crean o fomentan las brechas y tensiones entre grupos de personas
• Caracterización estereotipada de mujeres y hombres en los
medios de comunicación
20
• Reportajes sexistas sobre la violencia de género y predominio
de una pornografía violenta y deshumanizante
• Debilidad de las leyes y políticas relacionadas con la violencia
contra la mujer
• Debilidad de las leyes y políticas relacionadas con la discriminación sexual y la homofobia
• Incumplimiento de la legislación internacional
• Altos niveles de delincuencia y otros actos violentos, así como
de todas las formas de explotación sexual
• Militarismo y violencia bélica durante situaciones de conflicto y
post-conflicto
• Falta de estrategias pacíficas para resolver conflictos
Queda claro que la violencia contra la mujer tiene sus raíces en las
normas de género jerárquicas predominantes. Sin embargo, resulta
igualmente claro que estas normas son inevitables. El género es forjado
por los comportamientos individuales y las relaciones interpersonales,
así como por las estructuras institucionales y sociales: sin importar
de donde provenga usted, el género es una parte fundamental de su
vida. No obstante, la violencia contra la mujer también nos rodea por
todas partes, y la mera omnipresencia de las normas de género
dominantes no debería fomentar en nosotros un sentimiento de
complacencia frente a la lucha contra sus consecuencias negativas.
Las intervenciones por parte de actores gubernamentales y no
gubernamentales son de hecho factibles, y pueden ser alentadas y
apoyadas por la cooperación para el desarrollo.
Los actos individuales de violencia pueden
ocurrir debido a distintas circunstancias tales
como las presiones del desempleo o la pobreza,
o temas como el abuso de alcohol o drogas.
Sin embargo, estos factores desencadenantes
no constituyen las causas subyacentes de
la violencia contra la mujer. Las normas de
género y los sistemas de poder y de creencias
que resultan de ellas son la clave para crear
un ambiente que permite los actos de violencia
contra las mujeres. Aun así, es importante
recordar que tanto las personas como las
organizaciones, las instituciones y los medios
de comunicación son responsables en última
instancia de estructurar y mantener estos
roles de género. Por lo tanto, el actual
sistema de normas no debería verse como
un sistema ideológico inmutable.
2.4 Disipando mitos
Es necesario disipar ciertos mitos con respecto a la violencia contra
la mujer. Muchas personas no perciben (o no desean percibir) que la
violencia existe en sus propias comunidades o que las víctimas son
“gente como uno”. Algunos todavía consideran que la violencia contra
la mujer es un asunto privado, a ser resuelto por los cónyuges, las
parejas u otros miembros de la familia. Otros encuentran difícil asignar
un rostro familiar a los autores, o se aferran a la noción de que algún
otro tipo de persona es responsable de llevar a cabo los actos de
violencia o violación.
2.5 Oportunidades de cambio
El lograr la igualdad de género no
necesariamente acabará con todos los actos
de violencia. Sin embargo, cualquier progreso
hacia un mayor equilibrio de poder entre
ambos sexos es un paso importante para
reducir la violencia. Tanto los hombres como
las mujeres tienen mucho que ganar en un
mundo más pacífico y menos violento. De
hecho, los hombres son víctimas de muchas
formas de violencia - sobre todo a manos de
otros hombres. A pesar del predominio de las
normas de género dominantes relacionadas
con la discriminación sexual y el desequilibrio
de poder entre mujeres y hombres, existen
sociedades y culturas que promueven algunos
roles masculinos y femeninos positivos, no
violentos y más equitativos respecto del género.
Es difícil imaginar a las personas que conocemos maltratando a sus
parejas o atacando a alguien sexualmente. Sin embargo, las estadísticas
sobre la violencia subrayan que tales formas de violencia son
sorprendentemente frecuentes en todas las comunidades. Existen
hombres en casi todas las culturas, clases, castas, religiones y lugares
que son responsables de actos de violencia contra mujeres. El éxito
social, económico o académico no exime a una persona de caer en un
comportamiento violento; la mayoría de los casos de abuso sexual y
violación son cometidos por hombres conocidos personalmente por la
víctima, que suelen pertenecer al mismo grupo social y entorno.
Muchas personas tienden también a caracterizar la violencia como
una consecuencia de la pobreza o el abuso de alcohol. Sin embargo,
esta interpretación deja de lado muchos de los nexos más profundos
entre género y violencia. Las concepciones erradas sobre los orígenes
y la naturaleza de la violencia están muy difundidas. Un estudio llevado
a cabo por la Comisión Europea invitó a diversos ciudadanos de la
Unión Europea (UE) a elegir entre doce de las causas más probables de
la violencia. Los resultados mostraron que el 75% de los ciudadanos
de la UE que participaron en el estudio creía que la violencia era
causada por la pobreza y la exclusión social, mientras que sólo el
59% daba prioridad al “modo en que ambos sexos comparten el
poder” (CE: Sector de Información sobre Mujeres, 1999).
En diferentes etapas de sus vidas, los hombres
son hijos, padres, cuidadores y proveedores. Los
hombres asumen roles vitales construyendo la
paz y prodigando cuidados, no sólo en beneficio
de sus familias sino también para sus comunidades y las sociedades en general. Al
aprovechar estas nociones más diversas de
la masculinidad, los hombres y niños pueden
jugar un papel activo desafiando las normas
y conductas que apoyan el uso de la violencia.
21
3. MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE DERECHOS
HUMANOS
3.1 Reconocimiento de la violencia contra la mujer
como una violación de derechos humanos
Más aun, en muchas sociedades las mujeres
van asumiendo cada vez más roles de
liderazgo y toma de decisiones en todas las
esferas de la sociedad. A fin de traer consigo
un cambio real en las dimensiones de la
violencia experimentada en el mundo, es
importante que el progreso de las mujeres
continúe y vaya ganando fuerza. Una
expansión de los roles de género para
hombres y mujeres no sólo puede contribuir
a prevenir la violencia, sino además puede
promover mayores oportunidades y opciones
para todos los individuos.
Actualmente existen numerosos convenios internacionales y leyes
nacionales que prohíben la discriminación por género y la violencia
contra las mujeres y niñas. Este logro fue el resultado de un trabajo
de concientizacion largo y persistente por parte de las organizaciones
de mujeres y de derechos humanos.
Para mayor información:
Convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer CEDAW)
http://www.ohchr.org/spanish/law/cedaw.htm
A principios del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (19751985), la violencia contra la mujer aún no constituía un tema importante.
Incluso la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de 1979 no incluía inicialmente
disposiciones específicas relacionadas con la violencia. Tuvieron que
transcurrir casi quince años para que en 1992 el Comité de la CEDAW
finalmente adoptara la Recomendación General No. 19 sobre la
“violencia contra la mujer”. La recomendación define la violencia como
una forma de discriminación contra la mujer, y por lo tanto como una
violación de la CEDAW. Subraya la responsabilidad de los gobiernos de
eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer a manos
de cualquier persona, organización o empresa, y por lo tanto pone de
manifiesto el compromiso que deben asumir las autoridades estatales
de hacer todos los esfuerzos posibles para combatir la violencia
contra la mujer, sancionar tales actos y proporcionar indemnización.
El año 1993 marcó el momento definitorio en este debate. Durante
la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, las ONG de
mujeres de todo el mundo se movilizaron y tuvieron éxito en lograr
el reconocimiento formal de la violencia contra la mujer como una
violación de los derechos humanos:
Artículo 18, Naciones Unidas, Declaración y Programa de Acción
de Viena. 1993
Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable,
integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena
participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política,
civil, económica, social y cultural en los planes nacionales, regionales e
internacionales y la erradicación de todas las formas de discriminación
basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional.
La violencia y todas las formas de acoso y explotación sexuales, en particular
las derivadas de prejuicios culturales y de la trata internacional de
personas son incompatibles con la dignidad y la valía de la persona
humana y deben ser eliminadas.
22
Esta posición ha sido reafirmada en la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo (1994), la Conferencia
Mundial de la Mujer en Beijing (1995) y todas las cumbres mundiales
desde entonces.
Si bien la Declaración no resulta vinculante
desde el punto de vista legal, sino más bien
constituye un compromiso político de los
estados signatarios, ofrece una interpretación
de las garantías existentes de los derechos
humanos desde el punto de vista específico
de la situación de la mujer. Estas garantías
aparecen en distintos Convenios de la ONU
que sí son vinculantes desde el punto de
vista legal, e incluyen:
• El derecho a la vida y el derecho a la
libertad y seguridad de las personas
(Artículos 6 y 9 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos)
• El derecho a condiciones laborales justas
y favorables (Artículo 7 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, Artículo 11 de la
CEDAW).
Para mayor información:
Instrumentos internacionales de derechos humanos y entidades
que los controlan:
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (ACNUDH)
http://www.ohchr.org/spanish/law/index.htm
Implementación de la Plataforma de Acción de Beijing:
División de las Naciones Unidas para el Adelanto de la Mujer WomenWatch:
http://www.un.org/womenwatch/
Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
http://www.ohchr.org/spanish/law/mujer_violencia.htm
Por lo tanto, los derechos de las mujeres y niñas constituyen una
parte inalienable y fundamental del marco universal de los derechos
humanos. La Declaración rechaza con claridad toda crítica relativista
de tipo cultural con respecto a los derechos humanos, que cuestione
la relevancia general del marco legal internacional con respecto a
estos derechos como un modo de tratar la subordinación de la mujer.
Este punto de vista sostiene que algunas tradiciones resultan
cruciales para la historia cultural de los pueblos, y que por lo tanto
no pueden ser gobernadas por ningún estándar transcultural sobre
lo correcto y lo incorrecto. Al rechazar el relativismo, la Declaración
pone en claro que la comunidad internacional ya no aceptará
argumentos basados en la “cultura” o la religión como un modo de
excusar las violaciones de los derechos de la mujer.
La Declaración complementa aspectos
importantes de la CEDAW y constituye un hito
en sí misma. Un hecho crucial es que la
Declaración contribuyó en forma esencial a
convertir la violencia contra la mujer en un
asunto de interés público. Antes de la
Declaración, se había recurrido durante largo
tiempo a la estricta distinción entre los
asuntos “privados” y “públicos” para no
reconocer a la violencia doméstica como un
delito igual a otras formas más “públicas” de
violencia, como son la violación, la tortura y
el asesinato.
Tras la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, la
Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre
la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (1993).
En 1994, la ONU nombró a una Relatora
Especial sobre la Violencia contra la Mujer,
adjunta a la Oficina del Alto Comisionado
de Derechos Humanos. La Relatora es
responsable de formular análisis e informes
sobre las distintas formas de violencia de
género, y recomendar modos para eliminar
tales prácticas. En agosto de 2003, la
Sra. Yakin Ertürk (Turquía) reemplazó a la
Sra. Radhika Coomaraswamy (Sri Lanka),
quien había actuado como Relatora Especial
desde 1994.
23
Marco legal international de derechos humanos
A fines del año 2000 también entró en vigencia
un Protocolo Facultativo de la CEDAW, de 21
artículos. El Protocolo faculta al Comité de
la CEDAW para considerar peticiones de
mujeres individuales o grupos de mujeres
que han agotado todas las opciones legales
a nivel nacional. Una vez presentada una
denuncia, el Comité tiene la autoridad para
adoptar medidas provisionales dirigidas a
proteger a la víctima contra malos tratos
adicionales. El Protocolo también permite al
Comité conducir sus propias investigaciones
sobre violaciones serias o sistemáticas de la
Convención. Resulta importante la adopción
de este Protocolo Facultativo, pues coloca a
la CEDAW en el mismo nivel que el Pacto
Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos, la Convención sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación
Racial y la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes. Todos estos instrumentos
cuentan con procedimientos similares para
sentar denuncias. En enero de 2005, 71
estados habían ratificado el tratado y otros
22 lo habían suscrito.
El Estatuto de Roma entró en vigencia en 2001, estableciendo la Corte
Penal Internacional. El Estatuto constituye un instrumento legislativo
de primordial importancia, que otorga reconocimiento legal internacional a la calificación de la violación como un delito que no sólo
atenta contra la dignidad de la persona, sino que constituye también
un delito de guerra o un crimen contra la humanidad. Adicionalmente,
se incluyeron como crímenes contra la humanidad los embarazos
forzados, la esterilización forzada, la esclavitud sexual, la prostitución
forzada y cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad
comparable (Artículo 7).
El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Suprimir y Sancionar
la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños entró en vigencia a
fines de 2003, como un complemento clave a la Convención contra el
Crimen Organizado Transnacional. La trata de personas es vista como
una forma contemporánea de esclavitud que involucra una diversidad
de actos, actores, medios y propósitos de explotación. Por lo tanto,
el Protocolo contiene disposiciones que apuntan a asegurar que las
personas que son objeto de este tráfico no sean tratadas como
delincuentes sino como víctimas de un delito. En consecuencia, tales
individuos tienen derecho a formas de protección de derechos
humanos como el estatus de residente temporal y refugio temporal,
servicios médicos y psicológicos, así como acceso a la justicia y a la
indemnización/restitución.
En 2004, las Naciones Unidas nombraron a una Relatora Especial
sobre la Trata de Personas, con la particular responsabilidad de lidiar
con temas relacionados con la trata de mujeres y niños. La Sra.
Sigma Huda ocupa el puesto durante tres años y remita informes
anuales a la Comisión de Derechos Humanos, con recomendaciones
sobre medidas para respetar y proteger los derechos de las personas
objeto del tráfico.
Para mayor información:
Protocolo Facultativo de la Convención
sobre la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer
www.ohchr.org/spanish/law/
cedaw-one.htm
Corte Penal Internacional
http://www.icc-cpi.int/
Protocolo de las Naciones Unidas para
Prevenir, Suprimir y Sancionar la Trata
de Personas, especialmente Mujeres y
Niños
http://www.ohchr.org/spanish/law/
pdf/protocoltraffic_sp.pdf
El reconocimiento de los derechos de la mujer como derechos
humanos universales hace que los estados signatarios sean
responsables de garantizar que las mujeres puedan ejercer sus
derechos humanos sin impedimentos. Es importante señalar que
tales disposiciones elevan el estatus de la mujer de “suplicantes”
y “víctimas” a miembros de la sociedad en iguales condiciones,
con derechos legales específicos.
24
3.2 Los derechos humanos “en casa”: convenciones,
acuerdos e instituciones regionales
El Protocolo a la Carta Africana sobre los
Derechos Humanos y de los Pueblos relativo a
los Derechos de la Mujer en África (Protocolo
de Maputo) fue adoptado en 2003. Abarca
una amplia gama de derechos de la mujer,
incluyendo la protección de la mujer contra
todas las formas de violencia (incluyendo
la violencia sexual y verbal), así como el
derecho a la dignidad, el derecho a la
vida, a la integridad y a la seguridad de la
persona. Es importante destacar que el
Protocolo prohíbe explícitamente la MGF.
Entró en vigencia el 25 de noviembre de
2005.
Durante la década del 90, los movimientos de mujeres fueron particularmente activos en ejercer presión para que se aplicaran regionalmente convenciones, los acuerdos y las instituciones internacionales
clave para los derechos de la mujer. Estas actividades reflejan la
tendencia general hacia propiciar un mayor “apropiamiento” (ownership) de la agenda política nacional.
Para mayor información:
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer
http://www.cidh.org/Basicos/Basicos8.htm
Corte Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia
http://www.un.org/icty/index.html
Consejo de Europa: Convención sobre la Acción contra la Trata
de Seres Humanos
http://www.coe.int/t/dg2/trafficking/campaign/default_en.asp
Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos en
lo relativo a los Derechos de la Mujer en África
http://www.achpr.org/english/_info/women_en.html
En mayo de 2005, Bangladesh, Bután, India,
Pakistán, las Maldivas, Nepal y Sri Lanka
adoptaron la llamada Declaración de
Islamabad: Revisión y Acción Futura en
celebración de Beijing más Diez, 2005, en la
Conferencia Ministerial Regional del Sureste
de Asia, llevada a cabo en Pakistán. La
Declaración insta a los países a elaborar
planes de acción bianuales para ayudar a
implementar la Plataforma de Acción de
Beijing en cinco áreas prioritarias: violencia
contra la mujer, salud, educación, extensión
de las facultades políticas y económicas de
la mujer y medidas de preparación y gestión
de desastres (UNIFEM currents, 2005).
En 1996, la Corte Penal Internacional para la antigua Yugoslavia
emitió un primer fallo que reconocía la violación y otros tipos de violencia sexual como delitos de guerra y crímenes contra la
humanidad, incluyendo la tortura y la esclavitud. En 1998, la Corte
Penal Internacional de las Naciones Unidas para Ruanda fue el primer
tribunal internacional en calificar la violación colectiva como una
forma de genocidio.
Más recientemente, el Consejo de Europa adoptó en mayo de 2005
la Convención sobre la Acción contra la Trata de Seres Humanos. Esta
Convención asume una firme perspectiva de derechos humanos y se
encuentra actualmente abierta a la suscripción de los 46 estados
miembros (incluyendo 21 países de Europa Central y Oriental).
25
4. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y
OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL
MILENIO
En el año 2000, la comunidad internacional
se comprometió a reducir a la mitad el
número de personas que viven en extrema
pobreza para el año 2015. El resultado fue la
llamada Declaración del Milenio, seguida por
la definición de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM). Resulta importante
señalar que los ODM formulan plazos muy
claros que deben utilizarse para controlar los
avances hacia el logro de tales metas. Es
más: la Declaración del Milenio reconoce la
importancia de la igualdad de género para el
logro de todos los ODM, y por lo tanto añade
una renovada urgencia a los esfuerzos por
erradicar la violencia contra la mujer:
“Los hombres y las mujeres tienen derecho a
vivir su vida y a criar a sus hijos con dignidad y
libres del hambre y del temor a la violencia, la
opresión o la injusticia.”
A fin de lograrlo, es necesario “luchar contra
todas las formas de violencia contra la mujer y
aplicar la Convención sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer” (Declaración del Milenio, 2000).
El Grupo de Trabajo sobre Educación e
Igualdad de Género del Proyecto del Milenio
de la ONU ha identificado la erradicación de
la violencia contra la mujer como una de las
siete prioridades estratégicas que constituyen
el mínimo necesario para extender las
facultades de la mujer y modificar el legado
histórico de las desventajas de la mujer que
persiste en la mayoría de sociedades
(Proyecto del Milenio de la ONU, 2005).
Objetivo 1:
Erradicar la extrema
pobreza y el hambre
4.1 La violencia genera pobreza
Los estudios realizados en países individuales muestran una fuerte
correlación entre prevenir la violencia contra la mujer y lograr una
reducción sostenible de la pobreza. La violencia contra la mujer
produce costos directos para los individuos, las familias y la
sociedad. En particular, es importante reconocer el alto costo de
proporcionar cuidados médicos y legales a las víctimas, así como
el impacto negativo de la violencia sobre la productividad laboral.
Adicionalmente, la sociedad también tiene que dedicar recursos
significativos a procesar a los culpables.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, tan sólo la violencia
doméstica genera costos millonarios en cuidados de la salud y
rehabilitación. Las mujeres que son víctimas de la violencia padecen
problemas graves de salud con mucha mayor frecuencia que las
mujeres que no sufren daños. Entre las mujeres con problemas comparables de salud, el proceso de curación de las mujeres víctimas de
la violencia es mucho más lento y más costoso que el de aquéllas
que no han sufrido malos tratos. Las víctimas de la violencia también
dedican menos tiempo al trabajo y tienden a ser menos productivas.
En consecuencia, estas mujeres a menudo no logran apoyar a sus
familias económicamente. Un estudio realizado en Managua
(Nicaragua) concluyó que las mujeres maltratadas ganan más del
40% menos que las mujeres que no han experimentado violencia.
En forma similar, el 16% de las personas entrevistadas en una
encuesta representativa sobre la violencia doméstica en Camboya
informaron que el año anterior habían perdido ingresos como
resultado de la violencia doméstica.
En los subcapítulos siguientes ilustraremos
la trascendencia de prevenir y eliminar la
violencia contra la mujer a fin de alcanzar
los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Un estudio encargado por el gobierno de Nueva Zelanda en la primera
mitad de la década del 90 indicó que el gasto nacional en medidas
relacionadas con la violencia contra la mujer (por ejemplo, cuidados
médicos, justicia penal, tribunales, prisiones, medidas de protección,
pérdida de ingresos, etc.) superaba al ingreso percibido por el país
por su producto de exportación más importante: la lana.
Las investigaciones realizadas en otros países corroboran los
resultados de Nueva Zelanda. Por ejemplo, un informe de los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados
Unidos (2003) estimó que los costos relacionados con la salud y
causados por violaciones, ataques físicos, acechos y homicidios
cometidos por parejas de la intimidad superaban los 5 800 millones
26
de US dólares al año. De este total, casi 4 100 millones de US
dólares se requirieron para servicios directos de salud física y
mental, mientras que las pérdidas de productividad alcanzaron casi
1 800 millones de US dólares. Adicionalmente, un reciente informe
sobre maltrato infantil estimó que los costos directos e indirectos
incurridos por la sociedad llegaban a sumar 94 000 millones de US
dólares al año, es decir, 258 millones de US dólares por día.
Objetivo 2:
Lograr la educación
primaria universal
4.2 La violencia dificulta la
educación
La violencia física y psicológica tiene
muchas consecuencias físicas, mentales
y emocionales para los niños. Estas
implicaciones pueden dañar su desarrollo
y su potencial para convertirse en adultos
saludables y miembros productivos de la
sociedad. Los niños también pueden contraer
lesiones físicas como resultado de la
violencia doméstica. En particular, aquéllos
expuestos a la violencia doméstica, el
incesto y prácticas tradicionales dañinas
como la mutilación genital femenina pueden
también sufrir problemas psicosomáticos
de largo plazo como desórdenes del sueño
y la alimentación o dolencias físicas que
no presentan una causa médica evidente.
Asimismo, estos niños con frecuencia
afrontan problemas en la escuela. Por
ejemplo, les es más difícil concentrarse que
a otros niños, tienen una baja autoestima y
suelen faltar a clases debido a problemas de
salud. A largo plazo, los niños maltratados
también tienden a tener peores resultados
académicos, y existe una mayor probabilidad
de que abandonen la escuela por completo.
Muchos estados no tienen la capacidad de proporcionar los fondos
necesarios para implementar sistemas de seguridad social y salud
preventiva que puedan prodigar apoyo adecuado a las víctimas de la
violencia. Como resultado, gran parte de la carga financiera de la
violencia es asumida por las propias víctimas.
En Canadá, un estudio a nivel nacional demostró que el 30% de las
mujeres maltratadas deja de trabajar por completo, y que el 50% es
incapaz de trabajar temporalmente. El acoso sexual en el lugar de
trabajo tiene resultados similares: las mujeres que sufren acoso en su
trabajo experimentan ansiedad y tensión, con lo cual es más probable
que pierdan días de trabajo debido a enfermedades, sean menos
eficientes en su trabajo o prefieran buscar otro empleo. Además, el
acoso sexual también puede afectar negativamente las perspectivas
de una mujer de buscar empleo a corto y largo plazo - por ejemplo,
si se ven obligadas a cambiar de empleo sin mayor aviso. Un estudio
de los Estados Unidos estima que las empleadas federales perdieron
4 400 millones de US dólares en salarios entre 1992 y 1994 debido
al acoso sexual (Junta para la Protección de los Sistemas de Mérito
de los Estados Unidos o U.S. Merit Systems Protection Board, 1995).
Un estudio llevado a cabo en Chicago encontró que las mujeres
con antecedentes de violencia doméstica eran más propensas a
experimentar períodos de desempleo, cambiar de empleo y sufrir más
a menudo de problemas de salud física y mental que podían afectar
su desempeño en el trabajo. Además, estas mujeres tendían a tener
ingresos más bajos y era mucho más probable que recurrieran a los
sistemas de beneficencia pública (Lloyd y Taluc, 1999).
La MGF en especial tiene un claro impacto
sobre la educación de las niñas. Al ser
sometidas a la MGF, muchas niñas abandonan
la escuela y contraen matrimonio a una edad
muy temprana. La circuncisión también puede
causar que las niñas pierdan confianza en
sí mismas y se sientan inferiores a los
muchachos. Asimismo, se ha encontrado que
las niñas circuncidadas suelen faltar más a
la escuela como consecuencia de ciertas
complicaciones de salud relacionadas con
el sometimiento a la MGF (por ejemplo,
problemas durante la menstruación). Muchas
niñas pasan por experiencias traumáticas
que se agravan al ver que sus madres no
La violencia de género perjudica las actividades económicas y las
estrategias de generación de ingresos de la mujer en los sectores
formales e informales. Su capacidad de ganar un ingreso propio y
cuidar de sus familias se ve limitada. El cuidado de los niños y las
personas ancianas suele ser obligación de la mujer, y estos deberes
son cada vez más arduos en vista de la pandemia del VIH/SIDA. Por
lo tanto, la violencia de género intensifica la feminización de la
pobreza.
27
Violencia contra la mujer y Objetivos de
Desarrollo del Milenio
impiden su circuncisión. Como resultado,
pierden confianza en los miembros más
cercanos de sus familias.
Objetivo 3:
Promover la igualdad de
género y extender las
facultades de la mujer
Las niñas también corren un mayor riesgo
que los niños de ser violadas o secuestradas
tanto en el camino a la escuela como dentro
de ella. Por esta razón, muchos padres
sienten temor de mandar a sus hijas a la
escuela. Es una ironía cruel que - si bien
se fomenta la educación primaria como una
manera de lograr progresos hacia una mayor
igualdad femenina - la escuela es a menudo
el lugar preciso en el que las niñas son
víctimas de la violencia.
4.3 La violencia pone en peligro la igualdad de género
La violencia contra la mujer es uno de los resultados más visibles de
la desigualdad de género y la falta de empoderamiento de la mujer.
Por lo tanto, es imposible lograr el tercero de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio mientras persista tal maltrato.
La violencia puede tener un efecto devastador sobre el bienestar físico
y mental de una mujer, y causar un impacto psicológico que dure
toda la vida. El maltrato afecta todas las esferas de la vida de las
mujeres, destruye la confianza en sí mismas y su autoestima, y por
lo tanto contribuye a la baja participación femenina en la política y
los procesos de decisión. También puede perjudicar gravemente la
participación activa de la mujer en aspectos económicos, sociales
y familiares. A su vez, esto reduce las oportunidades de la mujer de
cambiar las causas estructurales de la discriminación por sexo y la
violencia contra la mujer.
Un estudio realizado en México encontró que las amenazas proferidas
por sus maridos eran la principal razón para que las mujeres dejaran
de participar en proyectos de desarrollo. Con frecuencia, los hombres
percibían el creciente empoderamiento de sus esposas como un peligro
para su control, y las golpeaban en un intento de detener esta erosión
de su poder (UNIFEM, 1992). En Papua Nueva Guinea, algunos maridos
han impedido que sus esposas asistan a reuniones encerrándolas en
la casa o persiguiéndolas para arrastrarlas nuevamente a casa
(Bradley, 1994).
A fin de evitar la violencia, muchas mujeres constantemente vigilan y
censuran su propio comportamiento para adecuarse a lo que perciben
como aceptable para sus maridos. En última instancia, esto tiene el
efecto de “convertir a las mujeres en sus propias carceleras” (Bradley,
1994). Por ejemplo, en Papua Nueva Guinea un estudio del Departamento
de Educación encontró que el temor a un incremento de la violencia
por parte de los maridos era una de las principales razones que las
maestras esgrimían para rechazar un ascenso (Gibson, 1990).
La extensión de las facultades (o empoderamiento) y la igualdad
de género se interrelacionan, pero no son idénticas: las mujeres
beneficiarias del empoderamiento son capaces de controlar sus
propios destinos. Para que las mujeres y niñas puedan vivir sus vidas
sin temor a la coerción y la violencia, no sólo requieren un acceso
equitativo a los recursos y las oportunidades, sino también necesitan
ser capaces de ejercer control en todas las áreas de su vida
cotidiana.
28
Objetivo 4:
Reducir la mortalidad
infantil
4.4 La violencia puede matar bebés
En la localidad de León en Nicaragua, los
investigadores encontraron que los hijos de
mujeres víctimas de malos tratos físicos y
abusos sexuales por parte de sus parejas
tenían seis veces más probabilidades de
morir antes de llegar a los cinco años que
otros niños.
Se cree que el infanticidio y el aborto selectivo basados en el sexo, la
desnutrición y el abandono son la causa de la “desaparición” de 60 a
100 millones de mujeres en las estimaciones estadísticas de la
población mundial.
En algunos contextos, los hijos varones son vistos como una especie
de “seguro” para la supervivencia de la familia y como proveedores
para el sostén de sus padres en la vejez, mientras que las niñas a
menudo son percibidas como una carga. La institución de la dote
también puede reforzar la preferencia por los descendientes masculinos. En esencia, la dote obliga a la familia de una joven casadera a
pagar enormes sumas de dinero a la familia del prometido de su hija.
Esta práctica es especialmente común en China, India, Taiwán, Corea
y Pakistán. Sin embargo, la costumbre de la dote también existe - si
bien en menor grado - en Egipto, Jordania, Libia, Marruecos, Siria,
Túnez y Turquía, y en algunas partes de África como Camerún, Liberia,
Madagascar, Senegal y Nigeria. Las ecografías prenatales y la amniocentesis se usan con frecuencia para determinar el sexo de un feto y
luego abortar los fetos femeninos. Cuando no es posible recurrir al
aborto, puede que se opte por el infanticidio o abandono de la recién
nacida. En la mayoría de los países del mundo, la tasa de nacimientos masculinos es de 105 en comparación con 100 nacimientos
femeninos. En la India, la tasa es de menos de 93 mujeres por cada
100 hombres en la población. El ratio del sexo de los niños en el
grupo de edad de menores de seis años es incluso menor: 927 niñas
por cada 1000 varones (canal de noticias CBS, 09.02.05). En China el
panorama es similar.
La práctica de la mutilación genital femenina
también está ligada directamente a la
mortalidad infantil: en algunos casos, las
adolescentes mueren como resultado de
hemorragias o infecciones. Los recién nacidos
también corren el riesgo de morir debido a
complicaciones causadas por la mutilación
genital femenina de sus madres. Si las
madres están circuncidadas y son VIH
positivas, existe un riesgo muy alto de que
sus bebés también se infecten.
En algunas regiones, la discriminación en cuidados de la salud
también acorta la vida de las niñas no deseadas. Además, la
distribución de alimentos en los hogares con frecuencia se sesga a
favor de los varones, porque éstos son vistos como proveedores o
potenciales proveedores de la familia.
La supervivencia y el desarrollo de un niño también se ven afectados
por la depresión materna. Investigaciones ha demostrado que la
depresión en las mujeres de edad fértil en el período pre y post
embarazo reduce perceptiblemente la supervivencia infantil y retarda
el desarrollo del infante.
29
Violencia contra la mujer y Objetivos de
Desarrollo del Milenio
400 poblados y siete hospitales en tres distritos de Maharashtra. Los
resultados arrojaron que el 16% de todas las muertes ocurridas
durante el embarazo se debía a la violencia doméstica (Ganatra et al.,
1996).
Objetivo 5:
Mejorar la salud
materna
Las mujeres que han sido sometidas a la mutilación genital femenina
a menudo afrontan severas complicaciones de salud durante el
embarazo y el parto. El tejido cicatricial poco elástico puede
impedir la dilatación del cuello uterino y obstruir el parto, lo cual
trae consecuencias de salud peligrosas y potencialmente mortales
para la madre y el niño: la madre puede sufrir laceraciones,
hemorragias severas y formación de fístulas, mientras que el bebé
está expuesto a daños cerebrales neonatales o la muerte como
resultado de la asfixia durante el parto (OMS, 2004).
4.5 La violencia amenaza la salud
de las mujeres y niñas
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
y el Banco Mundial han identificado la
violencia contra la mujer como uno de los
mayores problemas de salud pública a nivel
mundial. Es difícil determinar el impacto real
de la violencia, porque los informes médicos
tienden a no proporcionar datos sobre las
causas de una enfermedad o lesión. Sin
embargo, los efectos físicos de la violencia
contra la mujer incluyen la desnutrición, los
problemas ginecológicos, los embarazos no
deseados y los nacimientos prematuros.
Un amplio estudio de hombres casados
llevado a cabo en Uttar Pradesh en la India
mostró que los maridos que forzaban a sus
esposas a tener relaciones sexuales eran
2,6 veces más propensos que otros hombres
a causar embarazos no planificados. Los
hombres abusivos también tenían más
probabilidades de exponer a sus esposas a
infecciones de transmisión sexual,
principalmente porque eran más propensos
que otros hombres a mantener relaciones
sexuales fuera del matrimonio (Martin et al.,
1999). El limitado poder de decisión en temas
reproductivos y sexuales de las mujeres se
vincula con la dependencia económica y las
normas de género internalizadas.
Objetivo 6:
Combatir el VIH/SIDA,
el paludismo y otras
enfermedades
4.6 La violencia acelera la propagación del
VIH/SIDA
Las mujeres son fisiológicamente más susceptibles a los agentes
virales y bacterianos que causan el VIH/SIDA y a otras enfermedades
de transmisión sexual. En particular, las víctimas del abuso sexual,
la trata de mujeres y la violación son especialmente vulnerables a la
infección. Cuando las mujeres temen a sus maridos, es menos
probable que logren conversar con ellos sobre métodos para el sexo
seguro. Como resultado, las víctimas de la violencia doméstica son
más propensas a las infecciones por VIH. Los resultados de estudios
llevados a cabo en Kenia y Zambia parecen demostrarlo, pues las
tasas de VIH eran 10% más altas entre las mujeres jóvenes casadas
que entre las solteras (Glynn et al., 2001).
Un estudio de Tanzania sobre mujeres, llevado a cabo en un centro de
servicios voluntarios de terapia psicológica y análisis clínicos, reveló
que las mujeres VIH positivas eran 2,6 veces más propensas a haber
experimentado la violencia en una relación íntima que las mujeres
VIH negativas (Maman et al., 2000).
Es importante señalar que las mujeres
embarazadas víctimas de la violencia pueden
demorar más que el resto en buscar cuidados
prenatales y con frecuencia no logran ganar
suficiente peso. En consecuencia, estas
mujeres corren mayor peligro de abortar
espontáneamente o a dar a luz a bebés de
bajo peso al nacer (Curry et al., 1998).
Por lo tanto, para muchas mujeres la violencia es a la vez causa y
consecuencia del VIH/SIDA. Es importante señalar que las mujeres
que revelan su condición VIH (voluntaria o involuntariamente) pueden
afrontar una estigmatización adicional que puede llevar a la exclusión
social, la indigencia, la inanición y la muerte. Las consecuencias
psicológicas de la violencia también son severas. La violencia socava
La violencia es responsable de una proporción considerable de muertes maternas.
En la India, un estudio sobre la mortalidad
materna analizó información proveniente de
30
4.7 Terminar con la violencia
contra la mujer dentro del
proyecto nacional de los ODM
Camboya es un buen ejemplo de un modo
exitoso de integrar medidas para poner fin a
la violencia contra la mujer dentro de una
estrategia nacional para los ODM:
Con el apoyo del Gobierno Federal Alemán,
el gobierno de Camboya ha definido la
“reducción de todas las formas de violencia
contra mujeres y niñas” como una meta clave
adicional en su programa nacional para
alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio
No. 3 sobre la igualdad de género y la
extensión de las facultades de la mujer. Los
siguientes cinco indicadores servirán para
medir el éxito:
Para el año 2005:
• “Haber desarrollado e implementado leyes
contra todas las formas de violencia contra
las mujeres y niñas, de acuerdo con los
requerimientos y estándares internacionales.
• Haber empezado a recolectar estadísticas
anuales de monitoreo de la violencia
contra la mujer.
• Haber desarrollado e implementado un
plan de prevención de la violencia.
Para el año 2015:
• Haber logrado que el 100% de la población
sea consciente de que la violencia contra
la mujer es un comportamiento censurable
y un delito.
• Haber asegurado que el 100% de los casos
de violencia doméstica cuente con terapia
psicológica ofrecida por personal calificado.”
minuciosamente la autoestima de las mujeres, de modo tal que
muchas veces empiezan a descuidarse y tienden a asumir mayores
riesgos en sus relaciones sexuales. La salud de una víctima también
puede verse perjudicada por la depresión post-traumática, la
ansiedad, el insomnio y la falta de concentración, el aislamiento, la
reclusión y el recurso al abuso de alcohol y drogas. Un 25% de todos
los casos de suicidio entre las mujeres y un 60% de todos los casos
de asesinato de mujeres están ligados a la violencia doméstica
(UNICEF, 2000). Aparte del sufrimiento causado en cada caso, la
violencia contra las mujeres y niñas ocurre en una escala que implica
una carga muy pesada e incluso inmanejable para los sistemas de
salud pública.
El proyecto bilateral germano-camboyano
titulado “Promoción de los Derechos de la
Mujer” apoya al Ministerio Camboyano de
Asuntos de la Mujer en organizar las
actividades y establecer las estrategias
necesarias para una implementación y un
monitoreo exitosos.
31
5. CÓMO LIDIAR CON LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER: BUENAS
PRÁCTICAS PROVENIENTES DE
TODAS PARTES
Las mejoras tangibles y sostenibles requieren un marco legal
apropiado y la institucionalización transectorial de las políticas de
prevención de la violencia, acompañadas por iniciativas de capacitación y sensibilización a nivel local y nacional. Las contrapartes
clave se hallan en el poder judicial, las fuerzas policiales, los
sectores de educación, salud y asuntos sociales e internos.
Adicionalmente resulta crucial el apoyo de las instituciones no
estatales como los medios de comunicación, las iglesias, las
organizaciones comunitarias y - por supuesto - las ONG defensoras
de los derechos de la mujer.
En los últimos ocho años, la GTZ ha apoyado por encargo del Ministerio Federal de
Cooperación Económica y Desarrollo de
Alemania más de 70 proyectos en todo el
mundo dirigidos a eliminar la violencia contra
mujeres y niñas. Este amplio compromiso
internacional nos ha permitido ganar un
sinnúmero de experiencias que deseamos
compartir con los demás.
Las contrapartes de nuestros proyectos han
sido organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales, incluyendo estructuras
tradicionales y religiosas, así como los
medios de comunicación. Las áreas de intervención pueden dividirse grosso modo en:
a) Iniciativas dirigidas a mejorar la capacidad de respuesta una vez que la
violencia ha tenido lugar, a través de apoyo
profesional y asistencia a las víctimas
individuales o sobrevivientes de la
violencia;
b) Actividades centradas en la prevención (a
largo plazo) de la violencia de género,
apuntando a sus causas estructurales, es
decir, las normas sociales, el grado de
conciencia y el comportamiento respecto
de las relaciones entre hombres y
mujeres.
A fin de lidiar con las causas estructurales de la violencia, el trabajo
se debe iniciar ya en las escuelas: es necesario cuestionar los
estereotipos de género comunes, promoviendo una relación más
equilibrada entre ambos sexos. Especialmente los niños varones
deben aprender que el ser “hombres de verdad” no implica
necesariamente un comportamiento dominante o violento, mientras
que las niñas deben desarrollar confianza en sí mismas y un sentido
de la autonomía. Deberían prohibirse las películas sexistas y
pornográficas, que celebran la humillación de las mujeres, así como
los informes sexistas sobre casos de violación. Las campañas
mediales pueden ayudar a informar a las personas sobre las
dimensiones y consecuencias dramáticas de la violencia contra la
mujer, alentando a un debate público sobre el tema.
El gobierno debería proporcionar servicios de apoyo directo y asistencia
a las víctimas de la violencia en la cantidad y con la calidad suficientes. Ello implica que estos servicios deberían ser accesibles
para todas las mujeres y niñas, incluyendo aquéllas que sufren
discapacidades y los grupos minoritarios. Sin embargo, aún existen
graves deficiencias, que muchas veces son suplidas por las ONG que
ofrecen refugio y proporcionan asesoría legal, social y psicológica
a las víctimas de la violencia. Sin importar si estos servicios son
provistos por el Estado o la sociedad civil, es una obligación de
derechos humanos el respetar la dignidad, privacidad, autonomía y
autodeterminación de la víctima.
Tomando en cuenta la importancia de
implementar estrategias tanto curativas
como preventivas, nuestras experiencias
subrayan la necesidad de un enfoque de
múltiples sectores, niveles y actores.
Los siguientes capítulos exploran en mayor detalle las dimensiones
esbozadas anteriormente, y muestran que - si bien los desafíos son
enormes - existen oportunidades y necesidades de acción en todos
los niveles.
32
5.1 Cómo conducir investigaciones cualitativas y
establecer bancos de datos empíricos
una encuesta representativa sobre la violencia doméstica en colaboración con UNIFEM y
la ONG East West Management. El estudio fue
realizado por una compañía con sede en
Camboya denominada “Indochina Research”,
y recolectó datos cualitativos y cuantitativos
sobre las actitudes frente a la violencia
contra la mujer en la sociedad camboyana. El
trabajo de campo tuvo lugar en 13 de las 24
provincias, con lo cual se pudo constituir una
muestra representativa constituida por 3 300
hombres y mujeres camboyanos.
La violencia de género ha venido recibiendo creciente atención en
todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los países aún carece de
datos detallados sobre la naturaleza, preponderancia e incidencia de
los diversos tipos de violencia contra la mujer.
En marzo de 2004, los participantes en una mesa redonda de alto
nivel de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de
la ONU (CSW) señalaron que:
“En ciertas áreas, tales como la violencia contra la mujer, las deficiencias metodológicas y la falta de informes, o los informes incompletos,
han llevado a una recolección inexacta de datos, y tal información no
confiable o engañosa puede llevar a políticas deficientes. Los datos
obsoletos a veces limitan la utilidad de la información como base
para la formulación de políticas. En ciertos casos, existe una discrepancia entre los tipos de estadísticas que se producen y las
necesidades de las instancias que formulan las políticas.”
Para mayor información:
GTZ en Camboya
http://www.gtz.de/en/weltweit/
asien-pazifik/609.htm
Un análisis preliminar de los datos muestra
que - si bien los encuestados perciben el uso
de la violencia como ilegal - hay diferentes
formas que se califican con distintos grados
de aceptabilidad. Esto se aplica sobre todo
a los casos en los que un marido actúa con
violencia frente a su esposa. Las llamadas
“golpizas educativas” gozan de amplia
aceptación, y sobre todo los adolescentes
varones respondieron que las reacciones
físicas frente a una esposa irrespetuosa
resultan aceptables.
Por lo tanto, existe la necesidad de llevar a cabo investigaciones
cuantitativas y cualitativas, que tomen en cuenta las diferencias
culturales y regionales en la preponderancia y las formas de la
violencia contra la mujer. Las diferencias en las percepciones públicas
y el nivel de aceptación social de la violencia contra la mujer también
son factores importantes, al igual que la actitud general frente a los
roles de género.
Un banco de datos sólido, así como los análisis cuantitativos y cualitativos, resultan útiles para fijar las prioridades en las políticas y
para permitir a los proyectos adecuar sus intervenciones de acuerdo
a las necesidades de los distintos grupos meta (es decir, tanto
víctimas como victimarios). La información puede ser utilizada para
identificar nuevas tendencias y áreas de problemas emergentes, y
para establecer intervenciones que respondan a estos temas. A su
vez, estas últimas pueden ser el punto de partida para medidas
adicionales tomadas por las organizaciones de mujeres, como la
formulación de informes paralelos a los de la CEDAW y la promoción
de la participación de la mujer en los procesos democráticos.
La encuesta ofrece información detallada
sobre la preponderancia de la violencia
doméstica y las percepciones públicas al
respecto. Es importante señalar que incluye
información sobre la incidencia de formas
específicas de agresión tales como la
violencia física, el maltrato emocional y la
violación. Estos resultados permitirán al
gobierno de Camboya diseñar apropiadamente
sus campañas de sensibilización, a fin de
dirigirlas a diferentes segmentos de la
población. También pueden usarse como
base para medir el impacto de actividades
futuras.
Los métodos participativos de investigación también tienen un efecto
educativo: por ejemplo, las preguntas sobre la preponderancia de la
violencia contra la mujer pueden sensibilizar a las personas y estimular
un debate sobre lo que resulta aceptable, y sobre qué medidas
legales y sociales se pueden aplicar para abolir tales prácticas.
Sin datos adecuados de línea de base, será difícil o incluso imposible
evaluar si las estrategias elegidas han logrado el impacto deseado.
En marzo de 2005, el proyecto llevado a cabo en Camboya con apoyo
de la GTZ y titulado “Promoción de los Derechos de la Mujer” condujo
33
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
proyecto pudo identificar a los actores clave involucrados en la
solución local de conflictos y desarrollar medidas especializadas de
capacitación para estos individuos. Adicionalmente, se proporcionó
una mayor capacitación a los mediadores tradicionalmente aceptados,
para permitirles reconocer y contrarrestar en forma temprana las
situaciones potenciales de conflicto, y enviar a las víctimas a las
instituciones adecuadas para que reciban apoyo. Asimismo, se instituyeron campañas de sensibilización sobre temas específicos de la
violencia de género en una forma respetuosa de la cultura local, y se
intentó estimular cambios en las actitudes y los comportamientos de
la población de Malawi.
En 2001, el proyecto que apoya la GTZ en
Malawi y que se titula “Prevención de la
Violencia de Género” inició su trabajo llevando
a cabo investigaciones participativas en
ciertas áreas piloto del proyecto. La encuesta
recolectó las opiniones de mujeres y hombres
de distintos grupos de edad y clases sociales,
y también las opiniones de las ONG pertinentes,
las fuerzas policiales y los Ministerios de
Justicia y de Asuntos de la Mujer. Las
investigaciones se centraron en las distintas
formas y dimensiones de la violencia de
género que es común encontrar en Malawi.
El estudio se concentró en particular en las
comunidades rurales, y también analizó el nivel
de violencia que consideraban aceptable las
mujeres, los hombres y los niños.
Para mayor información:
GTZ en Malawi
http://www.gtz.de/en/weltweit/
afrika/588.htm
Los métodos de investigación cualitativos tales como las entrevistas en profundidad, los
debates de grupos focales y la observación fueron respaldados por la recolección de datos
estadísticos en las comisarías y los hospitales.
Los resultados pusieron de manifiesto lo
siguiente:
• La concepción de la violencia de género en
Malawi incluye no sólo la violencia física,
sino también la psicológica y económica. En
general, la violencia física es vista como algo
casi inevitable y como una herramienta
aceptada para resolver conflictos. “Las
mujeres, los hombres y los niños han internalizado el hecho de que las “golpizas
educativas” son una medida necesaria para
convertirse en un adulto responsable o en
esposa.” (Saur et al., Malawi 2003)
• En las situaciones percibidas como injustas
y violentas, se solicita la intervención de
las autoridades locales antes de acudir al
sistema judicial formal.
• La idea de una solución no violenta de los
conflictos y los medios que se pueden usar
para ello no son de amplia difusión.
Sobre la base de los resultados del estudio, el
En Tailandia, el Gobierno Federal Alemán ayudó a capacitar a las
mujeres que habían sido víctimas de la trata de personas a llevar a
cabo investigaciones sobre la situación actual de este tráfico en la
región.
Para mayor información:
Proyecto contra la Trata de Mujeres
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/gender/
2691.htm
SEPOM en Tailandia
[email protected]
Según las cifras publicadas por la Embajada de Tailandia en el Japón,
en 1993 entre 80 000 y 100 000 mujeres tailandesas se hallaban trabajando en la industria japonesa del sexo. La mayoría eran inmigrantes
ilegales y por lo tanto resultaban presa fácil para los traficantes.
La ONG tailandesa denominada “Self-Empowerment Program of
Migrant Women” (“Programa de auto-empoderamiento para Mujeres
Migrantes” - SEPOM) ha asumido el compromiso de hacer respetar
los derechos de las mujeres migrantes. La organización se centra en
particular en las mujeres víctimas de la trata de personas (y sus
hijos) que desean regresar del Japón. Desde 2001, SEPOM ha venido
conduciendo un estudio cuantitativo y cualitativo de las experiencias de
las mujeres víctimas de esta práctica provenientes de las provincias
34
Chiang Rai y Payao en el norte de Tailandia. La investigación cubre un
total de siete subdistritos. El estudio resulta particularmente innovador porque las encuestas están a cargo de mujeres que a su vez
han sido víctimas de la trata de personas. El proyecto les proporciona
capacitación y apoyo para fortalecer sus habilidades de investigación.
Al involucrar a estas mujeres como investigadoras, la encuesta logra
una mayor profundidad que no estaría al alcance de un investigador
más “neutral”. El proceso de investigación también ayuda a las
investigadoras a analizar sus propias experiencias. Por su parte,
las mujeres entrevistadas son organizadas en grupos de autoempoderamiento, en los que intercambian experiencias y logran
acceso a oportunidades de capacitación.
vive a por lo menos dos horas de distancia
del tribunal más cercano, esta opción de
intervenciones a nivel
comunal mejorará sustancialmente el acceso
de las víctimas a la protección legal.
El Ministerio de Asuntos de la Mujer ha
desarrollado un Plan de Acción Nacional
para implementar esta ley, junto con diversas
partes interesadas de los ministerios gubernamentales pertinentes y la sociedad civil,
a las que se añade un número de expertos
nacionales e internacionales. Este plan
formula medidas para asegurar una amplia
divulgación de la ley, la capacitación de
funcionarios legales y mejoras en los servicios
a las víctimas de la violencia.
El estudio está dirigido a proporcionar un análisis profundo sobre las
condiciones de vida experimentadas por las mujeres víctimas de la
trata de personas. También aspira a entender el panorama y los
antecedentes regionales de la trata de mujeres y el tipo de apoyo que
éstas requieren.
Las leyes contra la violencia doméstica y la
violación marital son especialmente difíciles
de implementar porque estos actos delictivos
literalmente tienen lugar tras puertas cerradas. Las víctimas a menudo tienen reparos
en reportar estos incidentes por vergüenza,
temor a represalias o debido a una falta de
alternativas viables a su situación actual.
Adicionalmente, las autoridades a cargo de
hacer cumplir las leyes con frecuencia se
muestran reacias a dar crédito a las víctimas
o acudir en su ayuda, y el sistema judicial
penal es remoto, costoso y muchas veces
sesgado en contra de las mujeres.
5.2 Demanda de reformas en las leyes nacionales y
su implementación
Al ratificar los tratados internacionales de derechos humanos,
los Estados signatarios se comprometen a hacer cumplir la ley
internacional y se obligan a respetar, proteger y promover activamente
estos derechos humanos. A fin de cumplir con estos deberes, muchos
países han adoptado leyes diseñadas para sancionar a los infractores
y proteger a las mujeres contra la violencia física, psicológica y sexual.
Actualmente, 45 naciones (28 en América Latina y el Caribe) han
adoptado leyes contra la violencia en la familia. Otras 21 están formulando nuevas leyes y muchos países han modificado su legislación
de agresión delictiva para incluir la violencia doméstica. En 27 países
se reconoce la violación dentro del matrimonio como un delito penal,
y la mutilación genital femenina (MGF) es considerada un delito
penal en 15 países africanos.
A fin de dar respaldo a la decisión política y
de facto para implementar efectivamente esta
ley, es necesario contar con el compromiso
del gobierno y con partes interesadas al
interior de las instituciones gubernamentales.
Estos actores pueden trabajar en pro de las
reformas estructurales y pueden actuar
también como valiosos agentes del cambio.
Adicionalmente, es esencial contar con una
sociedad civil fuerte, que sea capaz de
ejercer presión sobre las instancias políticas
de decisión. En este contexto, el trabajo de
las organizaciones de mujeres y de derechos
humanos reviste considerable importancia.
En Camboya, el Ministerio de Asuntos de la Mujer ha recibido apoyo
técnico del Gobierno Federal Alemán para formular una ley destinada
a prevenir la violencia doméstica y proporcionar protección a las
víctimas. La Asamblea Nacional acaba de aprobar esta ley en septiembre de 2005. En esencia, la ley suple un vacío clave en el marco
legal. Complementa las medidas penales existentes al establecer
medidas de derecho civil, tales como órdenes de restricción temporal,
a fin de proveer una protección más integral a las víctimas de la
violencia. La ley también permite intervenciones a nivel local, otorgando a las autoridades públicas locales el poder de intervenir en
casos de violencia doméstica. Dado que el 88% de los camboyanos
35
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
El análisis se basa en las experiencias de 120 mujeres clientes
del centro, todas ellas víctimas de la violencia. Las mujeres fueron
preparadas para sus procesos judiciales y se les proporcionó representación legal y asistencia psicológica. Utilizando unos formularios
de seguimiento especialmente formulados, el estudio analizó y
documentó los servicios de asistencia ofrecidos, el comportamiento
de la policía y de la fiscalía durante las investigaciones, así como
los procesos judiciales y los fallos de las cortes.
En Honduras, la GTZ ha apoyado la implementación de la ley del gobierno contra la
violencia doméstica. Esta ley existe desde
1998 y está dirigida a proteger a las mujeres
contra malos tratos físicos, psicológicos y
sexuales y contra perjuicios que afecten su
propiedad por causa de la agresión de parejas
de la intimidad. La violencia se clasifica
aquí como violencia física, daño psicológico,
violencia sexual y violencia contra la
propiedad. La ley prevé medidas de seguridad
para contener la violencia y prevenir daños
adicionales. Estas medidas incluyen la
expulsión temporal del autor de la agresión
del hogar matrimonial, órdenes de restricción
contra visitas al hogar y otros lugares
frecuentados por la víctima, así como el
arresto y desarme del infractor y la confiscación de sus armas.
Estos resultados fueron debatidos en seminarios y discusiones expertas
con jueces, psicólogos, médicos y trabajadores(as) sociales. Estos
grupos fueron sensibilizados con respecto a la nueva legislación de
protección contra la violencia, y trabajaron para identificar los pasos
necesarios para solucionar los problemas de implementación existentes. También se produjo una gama de materiales para ayudar a las
mujeres víctimas a hacer valer sus derechos. Estos recursos incluyen
información sobre cómo presentar una denuncia y cómo tramitar la
manutención de los hijos.
Adicionalmente, se redactó un manual para los jueces, basado en las
experiencias de los casos analizados por el CDM. El manual contiene
referencias detalladas sobre la aplicación de la ley contra la violencia
doméstica, y aspira a facilitar a los jueces la tarea de reconstruir y
manejar los casos, comenzando con la formulación de los primeros
cargos y continuando hasta la interrogación de los testigos. El manual
fue puesto a disposición de todos los jueces de las cortes familiares
en el país.
Para mayor información:
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de
la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politischereformen/897.htm
CDM en Honduras
http://www.derechosdelamujer.org/
El CDM forma parte de una entidad especial, la “Comisión Interinstitucional de Seguimiento a la Ley contra la Violencia Doméstica”.
Sobre la base de las experiencias del CDM, la Comisión formuló una
propuesta de reforma de la ley, que fue recientemente presentada al
Congreso para su aprobación. La propuesta mantiene los principios
básicos de la ley pero clarifica los procedimientos, mejora ciertos
aspectos de su aplicación y prevé un trato más severo para los
infractores que incumplen las medidas impuestas por los jueces.
Sin embargo, la violencia psicológica,
física y sexual está aún muy expandida en
la sociedad hondureña. La imposición de la
nueva ley se ve obstaculizada por el sexismo,
las relaciones patriarcales entre los sexos,
la ignorancia de la legislación formal y el
machismo dentro de un poder judicial
predominantemente masculino. Además,
amplios sectores de la población consideran
que la violencia doméstica es un asunto
privado e incluso lo que se denomina un
“pecadillo”.
En muchos países, las normas sociales y creencias muchas veces se
oponen a las leyes del Estado, y esto contribuye a dificultar la
imposición de nuevos estándares legales. Por ejemplo, la mutilación
genital femenina todavía se lleva a cabo en dos millones de niñas
y mujeres jóvenes todos los años, a pesar de que muchos países
cuentan con una legislación que la convierte en delito. Las convenciones y los planes de acción internacionales condenan la MGF
como una violación de los derechos humanos y de los derechos del
niño. Desafortunadamente, a menos que las leyes se vean apoyadas
por medidas educativas y de sensibilización de amplio alcance que
estén dirigidas a cambiar los fundamentos culturales y religiosos de
estas prácticas, profundamente arraigados en la cultura, los textos
En respuesta, la ONG “Centro de Derechos de
Mujeres” (CDM) ha elaborado un inventario
detallado de la aplicación de la nueva ley,
a fin de detectar vacíos entre ésta y su
aplicación. Al atraer la atención sobre estas
inconsistencias, el estudio intenta promover
el desarrollo de un proceso legal justo y
capaz de hacer valer las denuncias de las
víctimas en contra de los infractores.
36
legales serán letra muerta y no tendrán gran difusión. El enfoque
debería estar centrado en cambiar las actitudes de hombres y mujeres
de diferentes edades, líderes religiosos y locales, enfermeras,
médicos, etc.
El enfoque desarrollado por HUNDEE comprende una serie de etapas. En la primera, se
consulta a los representantes de las distintas
autoridades públicas (oficina de la mujer,
policía, poder judicial, gobierno) a nivel
distrital para identificar a unas 100 mujeres
y unos 100 hombres como multiplicadores
potenciales, incluyendo líderes locales de
opinión, autoridades tradicionales, ancianos
en las aldeas, jueces en las cortes sharia y
representantes de la policía local, el poder
judicial y la oficina de la mujer. Los individuos
seleccionados, separados según el sexo,
luego toman parte en talleres de dos días de
duración en los que se discute la relación
entre hombres y mujeres, y los valores, las
normas y las prácticas locales ligadas al
tema. Los talleres de las mujeres con frecuencia finalizan en foros donde se ventilan
por primera vez las experiencias de violencia
individuales en público, y se reconocen como
un problema social y estructural.
En los países en los que la realidad de la mujer depende de las leyes
consuetudinarias, se deberían fomentar sinergias entre las reformas
legales formales y las normas tradicionales, que sean consistentes
con las disposiciones de derechos humanos.
Según la constitución de 1995, las mujeres en Etiopía gozan de
iguales derechos que los hombres. Sin embargo, en la práctica las
mujeres sacan pocos beneficios de esta proclamación. Esto rige
principalmente para las áreas rurales, en las que vive el 85% de la
población y donde la mayoría de las personas aún sigue las normas y
costumbres tradicionales. Según la ley consuetudinaria, las mujeres
son consideradas propiedad de sus maridos. Las prácticas dañinas
como la mutilación genital femenina (MGF), el rapto y la violencia
doméstica son comunes, y la mayoría de hombres y mujeres no están
al tanto de las leyes formales que prohíben estas formas de violencia.
Los problemas legales y la mayoría de conflictos son resueltos por
las cortes tradicionales o los consejos de ancianos, compuestos
principalmente por varones.
En debates dirigidos por un moderador, los
participantes exploran y examinan críticamente
las fuentes de la discriminación y la violencia
de género: se analiza cuáles de estas prácticas
pueden considerarse realmente como rasgos
“auténticos” de la cultura oromo, y cuáles
son en cambio manifestaciones más
recientes. Los ancianos de las aldeas contribuyen a hacer renacer la conciencia sobre
instituciones casi olvidadas, que en tiempos
pasados concedían a las mujeres oromo
ciertos derechos dentro de la familia del
marido. Por otro lado, se establece claramente
que ciertas prácticas que hoy en día se
conocen como “tradicionales” son en realidad
relativamente modernas, como es el caso de
los raptos de esposas y los pagos enormemente exagerados por la mano de una joven
casadera. Esta perspectiva histórica permite
cobrar conciencia de que las normas y
prácticas van cambiando, y de que no existe
un marco de valores predefinido inequívoco
e inalterable. Esta conclusión fue todo un
descubrimiento para la gente involucrada.
Para mayor información:
GTZ en Etiopía
http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/aethiopien/576.htm
Hundee en Etiopía
[email protected]
En este contexto, la ONG local HUNDEE y el proyecto bilateral germanoetíope GALPO han venido utilizando un enfoque sensible a la cultura
que ha contribuido al cambio social a través del diálogo a nivel local.
La elección de trabajar desde dentro de la cultura surgió de una
apreciación de las deficiencias del sistema legal moderno para proteger
a las mujeres contra las diversas formas de violencia y malos tratos,
y del reconocimiento de la cultura y tradición como generadoras de
mecanismos para proteger a las mujeres y niñas contra la violencia
de género.
37
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
El siguiente paso en el proceso consiste
en una reunión de los grupos previamente
separados de hombres y mujeres en un
taller conjunto, en el que se intercambian y
discuten sus distintas perspectivas. Aquí
el objetivo es llegar a un consenso sobre
las prácticas y normas que vale la pena
conservar en su propia cultura, y sobre
aquéllas que habría que revisar.
A menudo incluyen los siguientes temas:
• prohibir los matrimonios forzados para niñas y mujeres
• especificar una edad mínima de 16 años para que las niñas contraigan matrimonio
• prohibir el rapto de esposas
• prohibir la mutilación genital femenina
• fijar un pago moderado por la mano de una joven casadera
Luego, las propuestas específicas de reforma se presentan en
conferencias públicas en la comunidad, donde se debaten hasta que
se llega a un consenso sobre las diversas reformas legales. El paso
final es la celebración de la ceremonia “seera tumaa”, en otras
palabras, la formalización pública de un nuevo proceso legislativo.
En el marco de estos talleres mixtos,
después de un debate largo, acalorado y
controvertido, se sugieren propuestas
conjuntas para reformar las prácticas
legales locales. Este resultado - es decir,
la revisión formal de ciertas normas legales
locales - no estuvo previsto al iniciarse el
proceso, sino que surgió en el curso de los
acontecimientos como resultado de los
talleres de diálogo. En principio, la cultura
oromo contempla la posibilidad de reformar
sus propias leyes, pero hasta ahora sin la
participación de las mujeres. Las propuestas
de reforma que surgen en el marco de estos
procesos se aplican a un área que abarca
unos 30 poblados, y toman una forma
diferente en cada caso.
Esta ceremonia pública muchas veces cuenta con la asistencia de
miles de personas. Además de la población local, están presentes
las autoridades del distrito, las autoridades de la comuna y los
representantes de la policía, el poder judicial y la oficina de la mujer.
Estas entidades apoyan activamente y acogen con entusiasmo la
homologación de la ley local y nacional. Las resoluciones sobre la ley
local modificada se registran en el idioma local y están disponibles
para todas las entidades oficiales.
El enfoque desarrollado por HUNDEE fue asumido y continuado en
un proyecto bilateral encargado por el BMZ y ejecutado por la GTZ
(GALPO). Esto significó que pudo expandirse en términos tanto geográficos como metodológicos, por ejemplo a través de la cooperación
con escuelas y la capacitación de mujeres como asistentes jurídicas.
El equipo de GALPO ha integrado en su trabajo a representantes del
poder judicial, la policía y las oficinas de la mujer de una manera
muy cercana. GALPO los ha capacitado para convertirse a su vez en
multiplicadores e instructores que continúen promoviendo el enfoque
HUNDEE en los niveles administrativos inferiores. Se ha planeado
integrar algunos de los módulos de capacitación y los temas ya
ensayados y probados en la formación estándar de los estudiantes
de leyes en la Universidad de Addis Abeba y en la institución de
estudios superiores para funcionarios públicos de Etiopía.
El trabajo desarrollado por HUNDEE y GALPO sin duda no ha llevado
a una completa transformación de la relación entre hombres y
mujeres en un área extensa, ni tampoco ha acabado con la mayoría
de las formas de discriminación contra mujeres y niñas. Es cierto
también que ha habido resistencia y retrocesos. Pero en un total de
30 distritos, por primera vez se llevó a cabo un debate público sobre
los derechos de las mujeres y niñas, y existen muchos casos individuales documentados que proporcionan pruebas del inicio de un cambio de actitudes. Por ejemplo, por primera vez se han reportado casos
de violación y los violadores han sido condenados bajo el código
penal. Esto se ha hecho posible gracias al cambio de actitudes en las
38
figuras tradicionales de autoridad y los padres afectados, así como
en las comisarías y fiscalías, y debido a una colaboración activa
entre las diversas partes. Existen numerosos ejemplos individuales
de padres que no han hecho circuncidar a sus hijas y muchos
multiplicadores comprometidos - tanto hombres como mujeres que desarrollan un trabajo educativo sobre los efectos dañinos de la
circuncisión femenina. También se ha logrado evitar los matrimonios
forzados de niñas en muchos casos. Incluso si aún se trata sólo de
casos individuales, éstos tienen un valor simbólico y repercuten en
el entorno.
Para mayor información:
Proyecto: Promoción de Iniciativas para
poner fin a la Mutilación Genital Femenina
http://www.gtz.de/en/themen/
uebergreifende-themen/gender/9121.htm
En la conservadora región del sur de Senegal,
la GTZ ha venido apoyando el programa
titulado “Village Empowerment Program”
(“Programa de Extensión de Facultades a
nivel de los Poblados”): se trata de una
iniciativa de post-alfabetización operada a
nivel de las bases por la ONG Tostan.
Muchas mujeres y hombres han desarrollado conciencia de que la
violencia contra las mujeres y niñas en sus diversas formas no es
consistente ni con los elementos originales de la cultura oromo ni
con la constitución nacional. Muchas de las mujeres involucradas en
los procesos de discusión se han juntado en grupos, han ganado
confianza en sí mismas y se defienden en el caso de ser afectadas
por la violencia. Saben a quién recurrir y dónde obtener apoyo.
Mientras tanto, algunas de ellas - en un gesto por completo novedoso
en toda la región - han pasado a formar parte de las entidades
políticas a nivel local y de los consejos de ancianos en sus aldeas,
donde - entre otras funciones - participan en los procesos de
mediación de conflictos.
El suministro de información básica sobre los
derechos legales es parte de la constitución
moderna del país, que proporciona oportunidades sin precedentes a las mujeres, mucho
más allá de los límites de las prácticas
legales tradicionales.
Como parte del programa, los participantes
tratan de trabajar juntos para resolver problemas de la vida cotidiana participando en
debates, ejercicios de juego de roles o canciones y rimas tradicionales. Los problemas
abordados incluyen la violencia doméstica,
los conflictos en los matrimonios polígamos,
el temor al VIH/SIDA y la mutilación genital
femenina.
5.3 Mejora de los conocimientos legales y del grado
de conciencia a nivel local
Las personas que no conocen los derechos que les corresponden no
pueden hacerlos valer. Las mujeres en particular a menudo carecen
de conciencia y de comprensión sobre sus derechos. Por lo tanto,
frecuentemente no perciben la violencia al interior de la familia como
un delito, sino como un derecho del padre o del marido - al margen
de la legislación formal. Además, la información sobre las leyes
pertinentes es escasa y muchas veces no está disponible en el
dialecto local. Por otro lado, los procedimientos legales suelen ser
complicados, tediosos y costosos.
La fortaleza y el éxito del enfoque residen en
el uso de métodos de enseñanza interactivos
para impartir conocimientos prácticos. El
contenido del curso es transmitido a la familia
a través de “asociaciones de aprendizaje” que
se establecen entre las participantes, sus
maridos y otros miembros de la familia. El
involucramiento de los ancianos de las
aldeas asegura que estos mensajes sean
transmitidos también a la comunidad más
amplia.
En ceremonias públicas, las comunidades
han declarado que van a renunciar a prácticas
no saludables como la mutilación genital
femenina, y que impondrán sanciones a la
violencia física cometida en contra de
mujeres y niñas en los hogares.
Para poner remedio a esta situación, diversas ONG tratan de cambiar
la realidad jurídica de la mujer concentrándose en incrementar su
grado de conciencia y comprensión acerca de los derechos legales
existentes.
39
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
El éxito de este enfoque ha llevado a su
adopción en otros países, y Tostan ha
capacitado a otras ONG que trabajan en
Burkina Faso, Malí y Sudán.
Para mayor información:
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm
GF2D en Togo
[email protected]
El capacitar a asistentes legales es otro modo
de lograr un mayor grado de conciencia y
comprensión del sistema legal. En esencia, la
capacitación de asistentes legales enseña a
los individuos a actuar como personas de
referencia para asuntos legales y como
asesores y multiplicadores, de modo que el
sistema jurídico formal y los derechos
legales existentes se hagan más accesibles
para las mujeres y los pobres. Con el apoyo
de algunas ONG, a menudo asociaciones de
mujeres abogadas, los asistentes legales
garantizan que incluso aquellas mujeres que
viven en áreas remotas estén al tanto de
sus derechos y las ayudan a ejercer dichos
derechos en caso de conflictos.
En consecuencia, se organizaron cursos de capacitación para varones.
Los hombres ahora trabajan en equipo con las asistentes legales
mujeres; proporcionan información a las comunidades rurales sobre
los derechos legales existentes, en particular los vinculados con el
derecho de familia y de herencia. Los equipos de asistentes legales
también ofrecen asesoría jurídica y mediación en casos de conflicto.
Su capacitación incluye tanto la legislación de Togo como una
introducción a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Los asistentes legales varones a menudo son secretarios de los jefes
tradicionales; a veces incluso son los jefes de las aldeas u ostentan
alguna autoridad legal tradicional. Como resultado, estos hombres
gozan de mucho respeto en sus comunidades. Sus roles, al igual que
su reputación personal, constituyen factores clave para la amplia
aceptación y el alcance de su trabajo. GF2D considera que la
capacitación y la actuación de los asistentes legales varones ha
sido uno de sus mayores éxitos. Gracias al grado de compromiso de
estos hombres, los varones locales suelen estar más dispuestos a
participar en procesos de mediación de conflictos y a considerar el
estatus legal de la mujer en general.
Los hombres, los adolescentes varones y las
autoridades locales tradicionales pueden ser
reclutados para servir de aliados, haciéndolos
participar en las campañas de sensibilización
y educación; tales actividades resultan un
factor clave del éxito de una iniciativa.
En Togo, la ONG “Groupe de Réflexion et
d'Action Démocratie et Développement”
(“Grupo de Reflexión y de Acción Democracia
y Desarrollo” - GF2D) recibió apoyo de la
GTZ para capacitar a varones como asistentes
legales. Esta iniciativa surgió de las experiencias de capacitar anteriormente sólo a
asistentes legales mujeres. Estas mujeres
llegaron a la conclusión de que el involucrar
a las parejas de las mujeres víctimas en los
procesos de asesoría era particularmente
importante en los casos de conflictos
familiares y violencia doméstica. Sin embargo,
los hombres a menudo se negaban a ser
asesorados por una mujer. Adicionalmente,
las autoridades tradicionales y religiosas eran
a veces reacias a trabajar con asistentes
legales mujeres, o se negaban de plano a
hacerlo.
En el sur de Serbia y Moldavia, la GTZ ha apoyado el trabajo de la
ONG “Christian Children's Fund” en lo referente a la trata de mujeres.
En particular, la organización ha llevado a cabo cursos de
“instrucción de instructores” dirigidos a jóvenes activistas locales.
La capacitación ha permitido a los jóvenes instruir a sus pares sobre
la trata de personas y sus implicaciones para los derechos del niño.
Además, los jóvenes activistas han desarrollado e implementado sus
propios proyectos con otros jóvenes locales, tales como campañas de
sensibilización, creación de redes con instancias locales de decisión,
lanzamiento de publicidad radial y preparación de una semana de
celebración dedicada a los derechos del niño.
Para mayor información:
Proyecto contra la Trata de Mujeres
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/
gender/2691.htm
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/
gender/6669.htm
40
La iniciativa ha tenido un impacto sustancial sobre los jóvenes.
Aquéllos que participaron en los seminarios de educación de pares
se sintieron bien informados sobre sus propios derechos y más
conscientes de los riesgos del tráfico de personas. En consecuencia,
muchos de los participantes dijeron sentirse menos vulnerables al
tráfico de personas y más facultados o empoderados porque habían
podido realizar sus propios proyectos.
Por lo tanto, existe cierta resistencia a
colaborar con hombres en estos temas.
Algunas organizaciones de mujeres también
sienten que este enfoque relativamente nuevo
de trabajar con hombres en última instancia
diluirá los ya escasos recursos disponibles
para afrontar los
temas de mujeres. Del mismo modo, algunos
hombres y niños no están listos para
involucrarse y no se sienten cómodos al
examinar su propia responsabilidad y
potencial contribución en poner fin a la
violencia de género. Los programas de
sensibilización deberían empezar a dirigirse
a estos niños y hombres.
Los debates a nivel de la comunidad y el cuidadoso trabajo de apoyo
al programa tuvieron éxito en lograr un alto grado de participación
femenina en el proyecto. Esto es de gran importancia, porque a las
adolescentes mujeres no se les permite normalmente participar en
eventos públicos. De muchas maneras, el gran número de muchachas
que participaron en el programa puede verse como un indicador clave
del éxito del proyecto en promover los derechos de la mujer.
El terminar con la violencia contra las
mujeres y lograr una mayor igualdad de
género son objetivos que surgieron al interior
del movimiento de mujeres. En consecuencia,
muchos todavía conciben estos objetivos
como “temas femeninos”, en lugar de verlos
como parte de inquietudes mucho más
amplias sobre los derechos humanos y la
justicia social. Esta concepción errónea
mantiene a los hombres y niños al margen
y asigna el peso de la responsabilidad a
las mujeres y niñas. Al hacerlo, distrae la
atención del análisis de las raíces de la
violencia (es decir, la percepción de los
hombres sobre la masculinidad / las normas
de la sociedad) y el rol de la violencia en
mantener un desequilibrio de poder entre
hombres y mujeres.
5.4 Superación de los estereotipos de género:
trabajando con hombres y niños para promover
la igualdad de género
Los hombres y niños tienen gran potencial de convertirse en aliados
más fuertes para poner fin a la violencia contra las mujeres. Por lo
tanto, el buscar su colaboración es una parte esencial de cualquier
estrategia de prevención.
Por un lado, la mayor parte de la violencia en el mundo es cometida
por los hombres pero va dirigida contra mujeres y hombres de todas
las edades. Por lo tanto, queda claro que los hombres necesitan
reconocer y asumir responsabilidad por su rol en cometer, permitir
y/o ser cómplices en actos de violencia. Sin embargo, por otro lado
conviene subrayar que la mayoría de los hombres no son violentos. Es
más: muchos hombres no están de acuerdo con la violencia de otros
hombres; el problema es que a menudo no hacen nada para oponerse o
detener este maltrato. Muchas organizaciones de mujeres y activistas
de género esperan que - si bien algunos hombres ya trabajan con las
mujeres para prevenir la violencia - existen probablemente muchos
más a los que les gustaría involucrarse pero no saben cómo hacerlo.
Existe un creciente conjunto de enfoques
que involucra a los hombres y niños en los
esfuerzos de prevención; estos enfoques son
recursos valiosos por las enseñanzas que
contienen, y merece la pena replicarlos. Lo
importante es que la participación masculina
va mucho más allá de meros proyectos
individuales dirigidos a pequeños grupos de
hombres. En lugar de ello, este conjunto
de iniciativas va desde cambios en las
relaciones de los hombres con aquéllos
que los rodean hasta cambios en las
instituciones dominadas por los hombres a
fin de afrontar de manera más eficaz los
Los hombres necesitan reconocer que terminar con la violencia
ofrece una variedad de beneficios para ellos mismos, sus familias y
la sociedad en su conjunto. Adicionalmente, deben aprender a tomar
un rol más activo en los esfuerzos para poner fin a la violencia.
A fin de incrementar la participación de los hombres, tanto ellos
como las mujeres deben examinar lo que significa trabajar juntos en
relaciones de cooperación basadas en una mayor igualdad y confianza.
Existe un grado de reticencia de ambos sexos a trabajar juntos en
temas difíciles como género y violencia. En la mayoría de las
sociedades, han sido predominantemente mujeres las que han venido
promoviendo la prevención de la violencia y la igualdad de género.
41
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
cintas blancas simbólicas de la campaña, los hombres hacen una
promesa personal de nunca volver a cometer o permitir actos de
violencia contra las mujeres. Este compromiso visible también actúa
como un desafío público a los hombres que podrían recurrir a la
violencia contra sus parejas de la intimidad, algún miembro de sus
familias o una persona extraña. Actualmente, distintas variantes de
las actividades de la Cinta Blanca se llevan a cabo en más de 30
países. En los Estados Unidos, el Fondo de Prevención de la Violencia
Familiar (“Family Violence Prevention Fund”) ha lanzado otra campaña
titulada “Enseñando a los niños a ser hombres” (“Coaching Boys into
Men”). En esencia, la campaña alienta a los hombres a actuar como
modelos a imitar. Se aconseja a los participantes hablar regularmente
con niños y jóvenes en su entorno desde una edad temprana sobre
temas tales como los roles de género y la violencia contra la mujer.
temas de género y poder. Como ejemplos
tenemos programas dirigidos a hombres
jóvenes en forma individual, así como
intentos de lograr reformas gubernamentales
para fomentar una mayor igualdad de género.
Por ejemplo, en Escandinavia y otras partes
de Europa existen políticas de permisos de
paternidad que alientan a los hombres a
pedir licencia en sus empleos para poder
participar en el cuidado de los hijos. Los
investigadores han encontrado que cuanto
mayor sea el tiempo dedicado por los
hombres a las actividades del cuidado de
niños, menos probable será que cometan
actos de violencia familiar. Estas políticas
también fomentan una conducta masculina
más orientada a la igualdad de género, que
incluye cuidar de los niños y compartir las
tareas del hogar.
En África Meridional, la GTZ ha apoyado un programa en el cual los
hombres han hecho campaña contra la violencia masculina. Los
hombres que exponen la problemática del tema y cuestionan públicamente las percepciones estereotipadas de la masculinidad pueden
traer cambios positivos valiosos. Sobre la base de esta conclusión,
los miembros de la red de hombres africanos “The African Network
of Men” han establecido una “conferencia itinerante” para ayudar a
reclutar más hombres en esta lucha destinada a terminar con la
violencia contra la mujer.
Existen numerosos ejemplos de iniciativas
llevadas a cabo tanto con como dentro
de ciertas instituciones: por ejemplo, capacitación de las fuerzas policiales y militares,
los trabajadores de salud y otros proveedores
de servicios públicos. Estos programas se
basan en la capacidad de las instituciones
para lidiar más eficazmente con la violencia
de género y asegurar que los varones jueguen
un rol en condenar la violencia y promover
instituciones mejores y más equitativas.
Para mayor información:
FEMNET en Kenia
http://www.femnet.or.ke/
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm
Hombres pertenecientes a diversos grupos de la red se han venido
afiliando al programa “Men for Justice” (“Hombres en pro de la
Justicia”) desde 2001, y han recibido apoyo logístico de FEMNET.
FEMNET es una organización “paraguas” pan-africana que abarca
una membresía de 25 organizaciones de los países francófonos y
anglófonos. En conferencias y seminarios regionales, los hombres
provenientes de una amplia gama de entornos profesionales y
sociales debatieron cuál sería el mejor camino para lograr una reducción sostenible de la violencia contra la mujer. Esto ha resultado
tanto en actividades transnacionales como en iniciativas específicas
y llevadas a cabo en estados individuales.
Para mayor información:
Campaña de la Cinta Blanca:
http://www.whiteribbon.ca
Fondo de Prevención de la Violencia Familiar,
campaña “Coaching Boys into Men”:
http://endabuse.org/cbim/
También existen incontables campañas
mediales, programas radiales y currículos
educativos que se centran en el rol de los
hombres y niños para tratar temas como la
violencia, la paternidad, la salud sexual y
los roles de género. Por ejemplo, la Campaña
de la Cinta Blanca aspira a movilizar a los
hombres para que condenen la violencia contra
la mujer, y al hacerlo examinen sus propias
actitudes y conductas. Al usar una de las
A fin de dar realce a la campaña internacional “16 days of Activism
to End Gender-based Violence” (“16 días de Activismo para poner fin
a la Violencia de Género”), del 25 de noviembre al 10 de diciembre
de 2003, los hombres de estas organizaciones viajaron por toda el
África Oriental y Meridional. Más de 100 de estos hombres de Zambia,
Etiopía, Kenia, Tanzania, Malawi y Sudáfrica acudieron en autobuses
42
a Lilongwe en Malawi. Sus buses estaban decorados con banderolas
que proclamaban “La paz en África comienza en casa: Hombres contra
la Violencia de Género” y “Hombres trabajando para detener la propagación del VIH/SIDA”. Hablaron con miles de personas en el camino
sobre la violencia contra la mujer y el VIH/SIDA. Estos hombres
atrajeron la atención de la gente a través de la música, la danza y
el teatro callejero participativo. Usaron tambores y megáfonos para
difundir su mensaje y propiciaron animados debates en los poblados
en los que se detuvieron.
Las estrategias también deberían identificar
las oportunidades y los costos que afrontan
los hombres cuando tratan de asumir la
responsabilidad de cambiar sus vidas y las
vidas de sus comunidades. Es importante
recalcar a los hombres y niños que vivir en
un mundo más saludable y menos violento
beneficia a las mujeres y niños, pero también
les trae considerables ventajas personales,
como por ejemplo una mayor gama de
opciones sobre cómo comportarse, vincularse
con los demás y formar relaciones más
productivas dentro de sus familias y la
comunidad.
Los proyectos dirigidos a fomentar la madurez personal y la reflexión también pueden incitar a los hombres y niños a explorar las
relaciones, percepciones y creencias de género. Por ejemplo, en
Jamaica la organización “Fathers incorporated” asiste a los hombres
que desean ayudar a sus hijos transformando los roles de género
existentes. Este grupo señala que los hombres son vistos tradicionalmente sólo como los proveedores materiales de sus hijos. Para
cambiar este estereotipo, los miembros del grupo han organizado
talleres para promover el rol de los hombres como personas que
prodigan cuidados y como padres responsables.
También resulta crucial centrarse en la
juventud: los jóvenes adquieren actitudes y
comportamientos frente a las mujeres, relaciones, sexualidad y violencia tanto antes
como durante la adolescencia. Lo resaltante
es que estas ideas muchas veces los acompañan en la adultez. El trabajar con los
varones jóvenes y niños y el tratarlos como
agentes del cambio en sus grupos de pares
deberían ser componentes vitales de una
estrategia de prevención dirigida a reducir
la violencia contra las mujeres y niñas y a
mejorar su salud sexual y reproductiva.
Para mayor información:
Instituto Promundo en Brazil:
http://www.promundo.org.br/289?locale=es
Puntos de Encuentro en Nicaragua:
http://www.puntos.org.ni
EngenderHealth en Sudáfrica:
http://www.engenderhealth.org/ia/wwm/
Estos diversos proyectos han contribuido a un conjunto de buenas
prácticas para trabajar con hombres y niños. Reconocen los vínculos
entre los comportamientos de género de los hombres y sus potenciales
consecuencias negativas. Dado que los comportamientos de género
son aprendidos, estas iniciativas también ponen de manifiesto el
potencial de los hombres y niños para el cambio. Además emplean
enfoques multifacéticos para tratar una variedad de temas de género.
Al hacerlo, mejoran el acceso y la comprensión de los hombres
respecto de información sobre la salud sexual/reproductiva, el
VIH/SIDA y la prevención de la violencia contra la mujer. En particular,
las iniciativas del “Instituto Promundo” (Brasil), “Puntos de Encuentro”
(Nicaragua) y el programa “Men as Partners” de EngenderHealth son
buenos ejemplos de proyectos que parten de un marco holístico para
promover la igualdad de género.
Las iniciativas de prevención deberían
centrarse conscientemente en enfoques que
de verdad lleguen a alcanzar a los hombres
y niños. En particular, las iniciativas no sólo
deberían prestar atención al tipo de mensajes
comunicados a los hombres y niños, sino
también al modo en que se transmiten estos
mensajes. Los individuos responsables de
difundir los mensajes de prevención de la
violencia deben tener un claro conocimiento
de la situación, las necesidades y las motivaciones del grupo objetivo. También deben
contar con credibilidad y la habilidad de
conectarse con estos hombres y niños.
Dependiendo de las circunstancias locales,
esto podría significar capacitar a hombres y
mujeres como facilitadores(as) o agentes del
cambio, valerse sólo de hombres y buscar
una coincidencia entre los mensajeros y las
variables demográficas del grupo objetivo,
Adicionalmente a un marco integral, también es muy importante que
se vea a los hombres y niños como potenciales agentes de cambio
desde el comienzo. Muchas iniciativas han caracterizado a los
hombres y niños sólo como la causa de la violencia y desigualdad;
en consecuencia, no han reconocido su rol como parte de la solución.
43
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
tales como género, etnia, edad y pertenencia
a una comunidad. Los hombres pueden ser
mensajeros de muchas maneras distintas;
sin embargo, una de las más importantes
es servir de modelos y mentores.
5.5 El género en la mira: usando los medios de
comunicación para incrementar el grado de
conciencia y promover una mayor igualdad de
género
Los medios de comunicación reflejan y contribuyen a dar forma a los
valores y las actitudes predominantes en una sociedad. Esto se aplica
también al grado de conciencia general sobre la violencia contra la
mujer y las percepciones comunes en torno al tema.
Por lo tanto, los medios de comunicación masivos tales como diarios,
revistas, radio, TV, “video clips”, afiches, canciones, etc., así como la
red de Internet, juegan un papel importante en:
• Introducir el tema ante el público y romper el silencio que lo rodea;
• Desafiar las normas y los estereotipos de género existentes, y las
actitudes que los toleran;
• Iniciar debates sobre estrategias no violentas para resolver
conflictos y sobre nuevos conceptos de masculinidad;
• Divulgar información sobre los derechos de la mujer, así como
sobre los marcos legales existentes y las estructuras de apoyo que
están a disposición de las víctimas.
Para sensibilizar más eficazmente a los
clientes de las prostitutas sobre la trata de
mujeres con fines de explotación sexual, la
GTZ condujo un estudio integral sobre “Cómo
dirigirse a los clientes de la prostitución”.
Para mayor información:
Proyecto contra la Trata de Mujeres
http://www.gtz.de/en/themen/
uebergreifende-themen/gender/2691.htm
http://www.gtz.de/en/themen/
uebergreifende-themen/gender/6669.htm
Este estudio evalúa distintos modos de abordar
a los clientes de la prostitución a través de
campañas de sensibilización y el uso de
Internet. Los resultados del estudio muestran
claramente que es posible llegar a los clientes
de la prostitución a través de campañas de
información llevadas a cabo en los distritos
pertinentes. Más aun: los resultados revelan que
estos hombres en general están interesados
en aprender más sobre la trata de mujeres
para la prostitución forzada. La investigación
por Internet en foros y “chatrooms” dirigidos
a clientes de prostitutas también confirmaron
estos resultados y mostraron que el entorno
de Internet resulta valioso para sensibilizar a
este grupo objetivo. Las campañas de información eficaces requieren de mensajes claros
y simples, sin importar si se llevan a cabo
ante un público real o virtual. También es
necesario evitar los tonos moralistas: sólo es
posible dirigirse a los clientes de la prostitución
si se sienten aceptados y tolerados. Por otro
lado, resulta de suma importancia que todos
los actores participen desde el inicio de una
campaña planeada: esto incluye a las prostitutas, los propietarios de los prostíbulos y las
asociaciones de prostitutas. En forma similar,
es esencial contar con una amplia participación
para fomentar un alto grado de aceptación y
lograr un impacto significativo.
Todos los tipos de medios masivos de comunicación pueden resultar
útiles: noticias, reportajes, columnas, publicidad, llamados, anuncios,
radionovelas y telenovelas, películas, canciones, anuncios de radio y TV,
entrevistas y “talk shows”. Todas estas modalidades son apropiadas
para campañas a nivel local, nacional, regional e internacional.
La elección del medio depende de los objetivos específicos de la
campaña, el dinero disponible, el entorno medial del país y el/los
grupo(s) objetivo.
El persuadir a representantes de los grupos objetivo para que
participen en las diversas fases del trabajo medial ha demostrado
ser un factor propicio para el éxito. Las buenas campañas necesitan
comprender plenamente las necesidades, costumbres y conductas,
los valores y rasgos culturales, y el idioma de su audiencia potencial,
a fin de formular mensajes que puedan llegar a ella en forma eficaz.
Adicionalmente, los grupos objetivo con frecuencia hacen gala de
una plétora de ideas creativas y de potenciales que deberían ser
aprovechados.
44
En la India, la GTZ trabaja en cooperación con la organización internacional de derechos humanos “Breakthrough”. En esencia, la organización usa una amplia mezcla de medios para implementar una
variedad de campañas sobre los derechos humanos de la mujer. A fin
de llegar a los jóvenes, UNIFEM proporcionó a Breakthrough el apoyo
financiero necesario para desarrollar una canción y un “video clip”
con Shubha Mudgal, una cantante india muy famosa. En pocas palabras, la canción relata la historia de una mujer que ha sobrevivido a
una relación violenta. En el video que acompaña a la canción, la
renombrada actriz Mita Vasisht juega el papel de una mujer valiente
que deja atrás una relación matrimonial marcada por el maltrato
para ganarse la vida conduciendo un camión y así mantener también
a su hija. A medida que emprende su camino, mujeres de todas las
edades y condiciones se suben a su camión para escapar a la
violencia que afrontan en sus vidas. Las mujeres bailan y festejan su
libertad en la parte trasera del camión, y el video termina con todas
bailando juntas en las dunas de arena de Rajastán. El video tiene
muy buena coreografía y resulta desbordante de vida y entusiasmo.
Se mantuvo en los primeros lugares de la clasificación de MTV
durante 5 meses, ganó el premio de los “Indian Screen Awards” en
2001 y fue nominado para los “MTV Awards” en la categoría para
mejor video musical de “Indipop”. En total, la canción “Mann ke
Manjeeré” llegó a 26 millones de hogares a través de seis canales de
televisión vía satélite especializados en música. Ha demostrado ser
una herramienta invalorable en todo el mundo, al tratar los temas
importantes de la violencia contra la mujer, su acceso a ocupaciones
no tradicionales y su participación en el espacio público. La canción
ha tenido éxito en poner sobre el tapete los temas sobre la violencia
doméstica en todo el sur de Asia, y ha llegado incluso hasta lugares
como Tayikistán, Indonesia y los Estados Unidos. Breakthrough ha
recibido mensajes de todo el mundo expresando apoyo a su labor,
y muchos hombres y mujeres han manifestado sentir empatía hacia
el argumento del video. El éxito de “Mann ke Manjeeré” muestra que
es posible traer voces e imágenes alternativas al entorno popular
convencional, a fin de fomentar un diálogo sobre temas sensibles
relacionados con los derechos humanos.
En Paraguay, la GTZ ha apoyado una campaña
de información llevada a cabo por Kuña Aty
(“Asamblea de Mujeres” en lengua guaraní)
sobre una nueva ley contra la violencia
doméstica. Ésta ha sido declarada delito por
las leyes paraguayas desde el año 2000. Sin
embargo, las mujeres de las regiones rurales
a menudo carecen de acceso a información
y asistencia, y los policías y funcionarios
judiciales no saben muy bien cómo poner
en práctica estas nuevas normas.
Para mayor información:
Kuña Aty en Paraguay
http://www.kunaaty.org.py
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos
de la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politischereformen/897.htm
En respuesta a esta situación, la ONG Kuña
Aty implementó una campaña educativa y de
relaciones públicas en las regiones rurales
entre septiembre de 2001 y febrero de 2002.
El programa estaba dirigido a las mujeres,
la policía y el poder judicial, y los materiales
de la campaña se diseñaron individualmente
para adaptarlos a estos diferentes grupos
objetivos. Con la ayuda de una empresa
cinematográfica profesional, se produjeron
varias cortometrajes y comerciales, que
luego se transmitieron a nivel nacional en
las cadenas televisivas tanto privadas como
estatales. Al mismo tiempo, 231 hombres y
mujeres que trabajaban en la policía, el
poder judicial y los servicios sociales y
de salud participaron en cursos avanzados de
capacitación.
Para mayor información:
Breaktrough en India
http://www.breakthrough.tv/
Un ejercicio de seguimiento del impacto
encontró que tanto la campaña como los
cursos avanzados de capacitación tuvieron
éxito. En particular, quedó demostrado que
las mujeres habían adquirido mayor confianza
y tenían el valor de denunciar la violencia
doméstica. En forma similar, las autoridades
públicas se mostraron más dispuestas a
tomar en serio las denuncias de las mujeres,
Sin embargo, a fin de tener un impacto significativo,
las campañas mediales deberían complementarse con
otras actividades orientadas al desarrollo, tales como la
promulgación de leyes contra la violencia de género e
intervenciones respecto de los servicios sociales, las
fuerzas policiales y el sistema educativo.
45
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
En México, la GTZ apoyó la capacitación de periodistas en métodos
sensibles a los temas de género para investigaciones y redacción
de reportajes. En el pasado, los medios mexicanos generalmente
habían pasado por alto los malos tratos de derechos humanos
cometidos contra mujeres y niñas. Si las mujeres aparecían para
algo en los medios, usualmente eran presentadas de modo sexista
y sensacionalista.
y con frecuencia utilizaban los materiales
desarrollados por Kuña Aty como ayuda para
Esta decepcionante situación fue el punto de partida para el
establecimiento del centro “Comunicación e Información de la Mujer
A.C.” (CIMAC). En 1995, CIMAC fundó la primera red mexicana de
periodistas. La organización ofrece talleres de capacitación para
sus miembros sobre reportajes sensibles al género. Se suscitan
debates sobre temas tales como la discriminación, los derechos
humanos, las mujeres que trabajan en los medios y la manera de
retratar a la mujer. Durante este tipo de eventos, los periodistas
logran crear y fortalecer su red de contactos, que luego utilizan
para movilizar a los miembros para campañas mediales.
Para mayor información:
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm
CIMAC en Mexico
http://www.cimac.org.mx/
tratar estos casos. Además, se encontró que
el público en general se había vuelto más
sensible a la violencia en su entorno social,
y que había una mayor reticencia a aceptar
estos casos como un simple acontecimiento
“natural”.
Desde su fundación, CIMAC ha logrado forjarse un claro perfil en el
panorama periodístico mexicano gracias a un periodismo investigativo
de corte profesional sobre temas de la mujer. Como resultado, la
ONG ahora ha ayudado a crear una situación en la que los derechos
humanos y civiles de la mujer, relacionados a la toma de decisiones
políticas, así como los casos de discriminación contra la mujer, son
tratados y comentados en los medios. Gracias a sus relaciones
cercanas con organizaciones de derechos humanos y de mujeres,
CIMAC tiene acceso a información que no es analizada por otras
agencias. La ONG documenta la investigación a largo plazo y se
centra en el trabajo de campañas. La red incluye actualmente a
alrededor de 600 periodistas de la prensa, la televisión y la radio.
Los análisis y las noticias de CIMAC se publican y transmiten
regularmente en más de 100 publicaciones y reportajes de prensa,
radio y televisión.
Si bien los medios de comunicación tienen
un potencial considerable para cuestionar
y transformar las ideas preconcebidas
existentes sobre el género y la violencia
contra la mujer, la mayoría de ellos (ya
sean medios impresos, TV o radio) tienden a
justificar o restar importancia a la violencia
contra la mujer y transmiten mensajes
sexistas, a veces en forma sutil.
Los talleres para periodistas pueden ayudar
a cambiar sus actitudes, creando conciencia
sobre la estructuración social de los roles y
las imágenes de género, y estimulando un
estilo de reportaje distinto, más sensible a
los temas de género.
Bulgaria es un país de origen y tránsito para la trata de seres
humanos. Sin embargo, la cobertura que los medios de comunicación
dan a este problema con frecuencia es sesgada y no toma en cuenta
el punto de vista y la necesidad de protección de la víctima. En vista
de este hecho, la organización “Media and Development International”
(MADI) viene conduciendo programas de capacitación intensiva con el
apoyo de la GTZ, dirigidos a proporcionar a los periodistas una mejor
comprensión de la trata de personas y los serios problemas de la
46
explotación. El proyecto permite a los reporteros locales trabajar
con periodistas y editores experimentados para crear una serie de
artículos o programas de radio o TV para examinar el tema desde
una variedad de perspectivas. Lo más importante es que el programa
otorga tiempo y espacio a los periodistas para que puedan investigar
y desarrollar historias que toman en cuenta las necesidades de la
víctima. Durante el programa, un editor internacional y un editor local
trabajan juntos para guiar al equipo en la elaboración de la serie. De
este modo, los periodistas no sólo aprenden las destrezas apropiadas
para cubrir el tema de la trata de personas, sino también mejoran
sus habilidades para llevar a cabo reportajes investigativos de buena
calidad sobre cualquier tema.
En Nicaragua, la Policía Nacional ha estado
trabajando en transformar las actitudes y
prácticas aplicadas por sus oficiales. La
estrategia busca estructurar un modelo
humanista de formación policial, así como
fortalecer los conocimientos sobre los
distintos servicios que los hombres y las
mujeres requieren de las fuerzas policiales.
El proyecto apoyado por la GTZ y titulado
“Promoción de Políticas de Género en
Nicaragua” ha venido proporcionando servicios de consultoría a las fuerzas policiales
nicaragüenses para integrar la igualdad de
género en todos los niveles como parte del
proceso de modernización del país. En primer
lugar, esto significó establecer la igualdad de
oportunidades para las mujeres en la policía,
con un especial énfasis en las posiciones de
mayor nivel. En segundo lugar, el proyecto
apuntó a mejorar la atención a los requerimientos específicos de seguridad de la mujer,
implementando medidas integrales para
sancionar y prevenir la violencia contra la
mujer.
Para mayor información:
Proyecto contra la Trata de Mujeres
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/
gender/2691.htm
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/
gender/6669.htm
MADI, Bulgaria
http://www.madimedia.org/index.htm
5.6 Desarrollo de capacidades al interior de
profesiones pertinentes
Para mayor información:
La mera existencia de una voluntad política y legislativa no es suficiente para lograr una reducción tangible en la violencia de género.
Es importante que el gobierno y las instituciones no gubernamentales
adopten, implementen e institucionalicen directrices políticas sobre
la prevención de la violencia contra mujeres y niñas y las sanciones
pertinentes. Los profesionales de la salud, la policía y el sistema
legal, los maestros y los trabajadores sociales, al igual que el
personal de las diversas ONG, son actores clave en la prevención
de la violencia. Si están apropiadamente calificados, estos grupos
pueden proveer una asistencia valiosa en el tratamiento, apoyo y
asesoría a las víctimas de la violencia y sus familias.
Aparte de mejorar los conocimientos legales, el desarrollo de
capacidades para los proveedores de servicios debería atraer la
atención sobre las raíces y la dinámica de la violencia contra mujeres
y niñas. Es probable que muchos de estos actores compartan los
mismos prejuicios y actitudes sobre la violencia contra la mujer que
imperan en la sociedad en general. Por lo tanto, es difícil para estos
individuos tratar profesionalmente a las víctimas - en particular a
los niños o jóvenes - a menos que el desarrollo de capacidades los
aliente a reflexionar sobre sus propias creencias respecto del género,
poder, sexualidad y maltrato, y les permita de este modo respetar los
derechos humanos de las víctimas.
Proyecto: Promoción de Políticas de Género
en Nicaragua
http://www.gtzgenero.org.ni/
Al intensificarse la cooperación con otras
instituciones, han ocurrido cambios en las
fuerzas policiales: los cursos de formación
en la academia de policía ahora incluyen un
módulo sobre violencia de género y seguridad
ciudadana, y se han establecido comisiones
especiales para las víctimas de la violencia
doméstica.
En especial en los casos de violación y
abuso sexual, las víctimas mujeres a
menudo no se sienten cómodas al denunciar
los hechos ante un policía varón. Por lo
tanto, se tomaron medidas para aumentar
la proporción de oficiales femeninas en las
fuerzas policiales. La cooperación cercana
con el departamento de personal resultó ser
muy fructífera.
47
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
particulares de los diferentes grupos de profesionales a los que se
dirigen. El documentar y compartir las mejores prácticas puede
ayudar a incrementar el éxito de los programas y métodos de
capacitación, y cabe decir lo mismo de las estrategias detalladas de
seguimiento y evaluación. Los enfoques multisectoriales y la creación
de alianzas entre las distintas organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales resultan de particular importancia en este contexto.
A fin de institucionalizar las políticas de reducción de la violencia
contra la mujer, no basta con que los cursos de capacitación sean
acontecimientos aislados: sólo resultarán eficaces los cursos
continuos y a veces obligatorios, con énfasis en la ética profesional
y las aspiraciones de cada grupo.
Por ejemplo, la Policía Nacional de Nicaragua
ha introducido políticas que permiten combinar
de mejor modo las responsabilidades del
puesto de trabajo y de la vida familiar. Lo
importante es que este cambio de política ha
promovido una mayor igualdad de género en
lugar de crear excepciones específicas para
las mujeres. Como resultado, tanto hombres
como mujeres han podido beneficiarse con
estos cambios. El proceso de reclutamiento
también fue analizado para identificar
procedimientos que podrían excluir a las
mujeres, y los criterios para postular a
las fuerzas policiales fueron adaptados para
mejorar el acceso de las mujeres a la institución (por ejemplo, cambios en la estatura
mínima y los requerimientos de ejercicios
físicos). Los procedimientos para lograr
ascensos también se han hecho más transparentes. Hoy en día, el 26% de la Policía
Nacional de Nicaragua está compuesto por
mujeres; ésta es la proporción más alta de
oficiales policiales femeninas en todos los
países del mundo.
A fin de convertirse en juez o en fiscal en Camboya, es necesario
aprobar una formación especial en la Real Escuela Superior de
Jueces y Fiscales. El proyecto germano-camboyano “Promoción de los
Derechos de la Mujer” desarrolló un manual de capacitación sobre la
violencia doméstica que fue incluido en el currículo de estudios de
la escuela. El manual está estructurado de tal modo que va guiando
al instructor a través seis temas dirigidos a fomentar una mayor
conciencia de género entre los jueces y fiscales. Los temas son:
comprensión de la violencia doméstica; el rol de los jueces y fiscales;
los marcos legales; derecho penal y violencia doméstica; matrimonio
y derecho familiar; y violencia doméstica y las disposiciones de la
nueva ley contra la violencia doméstica. La instrucción de los jueces
y fiscales se basa en una metodología participativa que incrementa
sus conocimientos y su grado de conciencia frente a todos los
aspectos de la violencia. El manual incluye objetivos, materiales,
cronogramas e instrucciones, que ayudan a estructurar los debates
para cada ejercicio y sesión de capacitación.
Las reformas han ayudado a la policía a
adquirir más legitimidad y credibilidad frente
a los ojos del público en general. Un reciente
“ranking de imagen” de las instituciones
nicaragüenses colocó a la policía en segundo
lugar, un puesto mucho más alto al alcanzado
por la Iglesia Católica.
Para mayor información:
GTZ en Camboya
http://www.gtz.de/en/weltweit/asien-pazifik/609.htm
El programa de modernización ha servido de
ejemplo a otras instituciones estatales en
Nicaragua, así como a las fuerzas policiales
de otros países centroamericanos. En efecto,
actualmente varias de las fuerzas policiales
de la región intentan replicar los éxitos
nicaragüenses; los oficiales de la Policía
Nacional de Nicaragua colaboran con el
proyecto de la GTZ para ofrecer servicios de
consultoría a estas otras fuerzas.
Si bien la ley de Burkina Faso que prohíbe la mutilación genital
femenina (MGF) data de 1996, la práctica aún está ampliamente
difundida. La GTZ apoya a la Dirección de Educación en materia de
Población (Direction de l'Education en matière de Population) para
integrar el tema de la MGF en los programas de estudios de las
escuelas primarias y secundarias. A partir de los estudios de línea
de base, se desarrollaron materiales didácticos separados para las
necesidades específicas de los estudiantes de las escuelas primarias
y secundarias. Estos módulos comprenden un conjunto de materiales
de lectura, separatas educativas, folletos, diapositivas, afiches y
videos.
Los procesos exitosos de información,
sensibilización y creación de conciencia
requieren instructores experimentados,
enfoques participativos y materiales didácticos
adaptados a las necesidades y los deberes
48
los doce años de experiencia de SSC en el
campo del trabajo social en Camboya. Los
enfoques fueron luego perfeccionados a
través de un proceso iterativo que incluía la
capacitación, la observación, la información
de retorno de los participantes y el seguimiento post-curso. La capacitación en trabajo
social está dirigida al personal de ONG que
trabaja con víctimas de la violencia de
género. El objetivo es contar con trabajadores sociales semi-profesionales que
puedan proporcionar ayuda eficaz a las
personas necesitadas. El curso - de 30 días
de duración - está dividido en seis sesiones
de cinco días; éstas se centran sobre todo
en desarrollar habilidades y actitudes, y a
la vez ofrecer a los participantes suficiente
información y nociones teóricas como para
que cuenten con un marco básico de
conocimientos que les sirva de guía. Cada
sesión semanal se basa en los conocimientos,
las destrezas y la conciencia adquiridas en
la reunión previa. Al final de cada sesión, se
encarga a los participantes una tarea que
refuerza los principales conocimientos
adquiridos.
Para mayor información:
GTZ en Burkina Faso
http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/burkina-faso/578.htm
Una vez que los materiales didácticos estuvieron listos, se ensayaron en
doce escuelas piloto en seis provincias del país, y se lanzó una campaña
de sensibilización dirigida a los padres de los niños que asistían a
las escuelas piloto. En total, la campaña alcanzó a 1 200 padres.
A fin de fortalecer las capacidades de los/las docentes, los/las directores(as) de las escuelas y otros miembros del personal educativo,
organizaron cursos para familiarizarlos con los nuevos módulos. Los
cursos de capacitación estaban dirigidos a tratar las percepciones,
causas y consecuencias de la MGF, y presentaban métodos para
clarificar los sistemas de valores y desarrollar técnicas de fomento
de la solución de conflictos y de motivación grupal. Los cursos
también explicaban cómo evaluar los conocimientos, actitudes y
comportamientos en torno a la MGF.
Luego, los módulos se ensayaron durante el curso de un año escolar.
En total, 7 900 alumnos se beneficiaron con estos recursos. El tema
de la MGF se trató en diferentes niveles y en distintas materias, tales
como Lengua Francesa, Historia, Geografía, Biología, Ciencias Sociales
y Economía Doméstica. En consecuencia, la MGF constituyó un tema
que acompañó a los alumnos a lo largo de toda su formación escolar.
Por lo tanto, durante todo este tiempo se fue reforzando la idea de la
necesidad de abandonar esta práctica tradicional dañina.
Las casas de refugio son otra área en la que
el desarrollo de capacidades ha demostrado
ser útil para lidiar eficazmente con la violencia
de género. En esencia, estas casas ofrecen
un refugio temporal a las víctimas de la
violencia y a sus hijos. Son especialmente
convenientes en situaciones de alto riesgo,
y ofrecen el espacio necesario como para
permitir a las mujeres y niños aceptar la
situación y hacer planes para el futuro. Es
importante que estas casas sean manejadas
por profesionales sensibles y bien preparados(as), que respeten la privacidad, dignidad,
autonomía y derecho a la autodeterminación
de las víctimas, y las ayuden a superar las
múltiples consecuencias de la violencia de
modo que puedan reconstruir sus vidas y
sus relaciones. El tiempo pasado en un
refugio debería facultar o empoderar a estas
mujeres para asumir el control de sus vidas,
y - al mismo tiempo - promover su bienestar
general y su seguridad física y económica.
El proceso fue sometido a un seguimiento minucioso, apoyado y
evaluado por la entidad ejecutora del proyecto. Todos los actores
principales proporcionaron información de retorno sobre sus experiencias. Dado el éxito del proyecto piloto, los dos ministerios a cargo
de la educación primaria y secundaria decidieron integrar el enfoque
y sus materiales didácticos en los currículos escolares generales.
El desarrollo de capacidades y la mejora de la calidad de los
servicios ofrecidos a las víctimas son de suma importancia.
Por ejemplo, los servicios para las víctimas en la región del Mekong
se centran sobre todo en la ayuda legal.
Por lo tanto, el proyecto germano-camboyano titulado “Promoción
de los Derechos de la Mujer” colabora con una ONG local (“Social
Services Cambodia” - SSC) para apoyar al primer programa de
capacitación para trabajadores sociales en Camboya. De este modo,
se proporciona a las víctimas de la violencia un servicio de asistencia
especializada. El contenido y la metodología didáctica del currículo
de capacitación para el curso básico de trabajo social se basan en
49
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
establecer un sistema de referencias simple pero eficiente, que
permita ofrecer un servicio inmediato y eficaz para las mujeres
rurales y urbanas en dificultades.
El “Programa de Protección de la Mujer”
(“Women's Protection Program” - WPP) se
inició en 2005 a raíz de un pedido del
Gobierno Provincial de Punjab / Pakistán.
El proyecto es apoyado por el Gobierno
Federal Alemán, y se centrará en dos áreas
de intervención en la provincia de Punjab:
• Cuidados de la víctima / sobreviviente
• Prevención de la violencia de género
El otro componente del trabajo de WPP consistirá en establecer medidas para prevenir la violencia de género. Por fortuna, los medios
de comunicación en Pakistán otorgan una creciente cobertura a los
casos de violencia contra mujeres, y las cortes y la policía empiezan
a cooperar de modo más eficaz. Sin embargo, queda mucho por hacer.
Como parte de su labor, WPP revisará las leyes y normas que discriminan a la mujer. También examinará los currículos escolares, un
área en la que las mujeres y niñas son a menudo retratadas como
seres socialmente inferiores. El proyecto prevé un cambio gradual en
las actitudes y comportamientos, como resultado de un intensivo
trabajo con hombres de todas las edades, y a través de campañas y
medidas de sensibilización dirigidas al poder judicial, la policía y
los líderes religiosos.
Para mayor información:
GTZ en Pakistan
http://www.gtz.de/en/weltweit/europakaukasus-zentralasien/1176.htm
La incidencia de la violencia de género en el
sur de Punjab es especialmente alta. Existe
una cantidad de factores en esta región que
incrementan el riesgo de que una mujer sea
víctima de la violencia masculina al interior
de la familia y en público. Éstos incluyen:
el sistema feudal que prevalece en la región,
la pobreza imperante, el dominio estructural
de los hombres sobre las mujeres, niveles
de educación muy bajos y una adherencia
muy difundida a las actitudes y creencias
tradicionales.
La formación de grupos de autoayuda ofrece otra alternativa a las
víctimas de la violencia para hacer frente a sus experiencias. Estos
grupos ayudan a reducir sus sentimientos de aislamiento, particularmente en los casos en los que no existen casas de refugio o las
mujeres no están dispuestas a abandonar el hogar.
En 1998, la ONG “Centro Feminista de Información y Acción”
(CEFEMINA) de Costa Rica desarrolló el programa de autoayuda
“Mujer, no estás sola!” como alternativa a las casas de refugio.
El trabajo se centra en incrementar la autoestima de las mujeres a
través de grupos de apoyo que se reúnen en sesiones semanales.
La asistencia es voluntaria, y las mujeres pueden ir y venir como
les plazca. No se admiten hombres. Las mujeres participantes comparten sus experiencias, conocimientos y capacidades. Los grupos
no cuentan con expertos o profesionales, pero las participantes más
antiguas actúan de dirigentes. Los grupos ofrecen consejos y apoyan
a las mujeres en su propia toma de decisiones. No existen soluciones
prefabricadas, objetivos fijados, temas o cronogramas; impera el
respeto al ritmo de cada una, sus valores y sus puntos de vista. A
lo largo de los últimos diez años, alrededor de 1 100 mujeres han
acudido a estos grupos de apoyo. Al darse a conocer los éxitos y
buenas prácticas, no sólo se ha alentado a las participantes a
continuar, sino también se ha incrementado el grado de conciencia
general sobre los derechos humanos.
WPP aspira a desarrollar pautas estandarizadas para todas las casas de refugio públicas
y privadas para mujeres en la provincia (ocho
casas de refugio públicas y tres manejadas
por ONG en 2005), como parte de un componente especial para prodigar cuidados a las
sobrevivientes de la violencia. Los refugios
públicos requieren de relativamente mayor
atención para poder mejorar su desempeño.
En consecuencia, WPP ofrecerá un continuo
desarrollo y fomento de capacidades, a fin
de solucionar la actual falta de personal
calificado y directivo.
También existe una serie de otras instituciones
en la región de Punjab donde las mujeres
pueden hallar ayuda. A la fecha, estas instituciones no colaboran entre sí ni co-ordinan
sus actividades. Sin embargo, a través de la
cooperación con ONG, OBC, puestos de salud
y otras partes interesadas, WPP aspira a
Para mayor información:
CEFEMINA, Costa Rica
http://www.cefemina.org/
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm
50
Los proyectos de intervención contra la
violencia a manos de parejas de la intimidad
son redes institucionalizadas de cooperación
entre entidades y con la comunidad.
Coordinan las actividades de defensoría y
los programas de intervención integrados a
nivel comunal o estatal. A fin de tener éxito,
es esencial que las estrategias sean de
tipo incluyente; que las organizaciones
trabajen en forma eficaz y transparente;
que los miembros estén dispuestos a la
autocrítica; y que los diversos participantes
se acepten mutuamente como expertos
competentes en sus respectivos campos.
5.7 Fortalecimiento de sinergias y cooperación
entre instituciones: programas de intervención
contra la violencia
La prevención eficaz de la violencia, así como la apropiada protección
y el apoyo a las víctimas, requieren una cooperación interdisciplinaria
e interinstitucional que comprende la prevención, la legislación, la
interconexión en redes, el trabajo con los infractores, la sensibilización de los expertos y las relaciones públicas. Las medidas a
nivel político, institucional y de la sociedad civil deben ser coordinadas, por ejemplo a través de la creación de redes eficientes que
vinculen los diferentes niveles de intervención y los interconecten
con una gama complementaria de servicios de tipo legal, político,
psicosocial y médico. De este modo, es posible incrementar las
sinergias entre estas acciones individuales.
El primer programa de este tipo empezó en 1980 en Duluth,
Minnesota, a consecuencia de un homicidio “doméstico” particularmente
brutal. En esencia, el “Proyecto de Intervención contra el Abuso
Doméstico” (“Domestic Abuse Intervention Project”) coordina la
respuesta de todas las agencias y expertos que actúan en los casos
de violencia doméstica al interior de su comunidad. El proyecto
incluye actividades de organización comunitaria y defensoría, así
como servicios de asesoría sobre programas de capacitación,
políticas, procedimientos y textos, formularios de registro de casos,
formularios para denuncias, evaluaciones, análisis, listas de
verificación y otros materiales.
Desde entonces, se han creado iniciativas similares de interconexión
en redes en diversos países.
En muchos de los estados federados de Alemania, las instituciones
policiales, los centros de asistencia y las ONG han acordado cooperar
a fin de proteger a las víctimas de la trata de personas. Dado que el
tráfico de seres humanos constituye un delito que sólo puede ser
condenado con el testimonio de las víctimas, la policía tiene un interés
particular en trabajar con ellas. Al mismo tiempo, las instituciones
policiales no pueden proporcionar el apoyo que las víctimas necesitan,
y que abarca el apoyo social, legal y psicológico, el acceso a permisos de residencia y oportunidades de alojamiento. Por lo tanto, los
centros de asistencia cooperan con la policía a fin de identificar
y apoyar a las víctimas. Las mujeres en cuestión pueden decidir si
desean cooperar con las instituciones policiales mientras reciben un
apoyo constante por parte de un centro de asistencia.
51
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
El manual, titulado “Vem Pra Roda! Vem Pra Rede!” (“¡Únete al
círculo! ¡Únete a la Red!”) describe los resultados y las experiencias
adquiridas durante los seminarios y debates públicos. Incluye pautas
que pueden servir de inspiración y proporcionar consejos para ayudar
a formar redes en otras áreas.
En Brasil, la ONG “Rede Mulher” recibe apoyo
de la GTZ para establecer una red que actúe
frente a la violencia contra la mujer. En 1998
se organizó un seminario en Campinas titulado
“Superando las dificultades para prevenir y
combatir la violencia contra la mujer”. La
amplia distribución y discusión de la publicación resultante (“Cómo superar obstáculos
en las estrategias para prevenir y combatir
la violencia contra la mujer”) atrajo mucho
interés en el Brasil. Las organizaciones de
todo el país contactaron a “Rede Mulher de
Educação” pidiendo ayuda para implementar
los resultados del seminario a nivel local
(es decir, a nivel de un municipio), a fin de
organizar a los actores pertinentes en una
red sistemática.
La cooperación internacional puede apoyar la formación de redes y
prestarles asesoría sobre cómo adoptar un enfoque concertado que
tenga un amplio impacto.
En América Latina, el proyecto de la GTZ contra el tráfico de mujeres
dio apoyo al proyecto titulado “Local Strategies to Prevent Human
Traffic - LOST” (“Estrategias Locales para prevenir el Tráfico de Seres
Humanos”). La trata de personas, especialmente de mujeres y niños,
se ha convertido en un problema creciente en la región. Sin embargo,
hasta ahora no se ha combatido adecuadamente.
ICLEI es una red internacional de ciudades y municipios que trabaja
en el marco del proyecto LOST. En América Latina, la organización
intenta incluir el tema del tráfico de seres humanos como un punto
clave a ser tratado durante el desarrollo de los programas locales
de seguridad a nivel comunal. La red está desarrollando materiales
de capacitación y sensibilización. Una plataforma de Internet viene
divulgando diferentes recursos, conceptos y experiencias.
Para mayor información:
Rede Mulher en Brazil
http://www.redemulher.org.br/
Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de
la Mujer
http://www.gtz.de/en/themen/
politische-reformen/897.htm
Adicionalmente, ICLEI América Latina está preparando pautas de
acción para las comunidades locales. Éstas ofrecen asesoría a las
comunidades sobre cómo desarrollar métodos para prevenir y
combatir la trata de personas, especialmente de mujeres y niños. En
Pernambuco (Brasil) se están implementando y evaluando medidas
piloto destinadas a luchar contra el tráfico de seres humanos, como
parte de los programas locales de seguridad.
En octubre del año 2000, todo estaba listo
para comenzar la primera reunión de la
interconexión en redes. La ciudad de Porto
Alegre fue elegida como la localidad
apropiada, puesto que existía ya una buena
cooperación entre los actores individuales de
la ciudad. Veinte especialistas de diversas
áreas y disciplinas que trabajaban directamente con las mujeres víctimas de la
violencia participaron en la reunión. Sobre
la base de una experiencia previa de cooperación institucional en Porto Alegre, se
identificaron elementos clave que promueven
o impiden el establecimiento de una red de
servicios públicos para la prevención de la
violencia contra la mujer. A fin de ofrecer
a las mujeres víctimas de la violencia
una atención lo más integral posible, se
desarrollaron propuestas sobre opciones
para mejorar la cooperación interinstitucional
y construir nuevas alianzas.
Para mayor información:
Proyecto contra la Trata de Mujeres
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifendethemen/gender/2691.htm
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifendethemen/gender/6669.htm
ICLEI en Latin America
http://www.iclei.org/
52
5.8 Aprendiendo de la experiencia: seguimiento del
impacto y la eficacia de las intervenciones
averiguar el impacto logrado por los cursos
de capacitación en los diferentes niveles. El
sistema utilizó una combinación de enfoques
cuantitativos y cualitativos, e incluyó las
opiniones de los usuarios de los servicios
(por ejemplo, instructores distritales, comités
de las aldeas y aldeanos) en sus análisis de
las instituciones pertinentes. Al adoptar un
enfoque metodológico mixto, el sistema de
monitoreo puede proporcionar una imagen
más completa del impacto del proyecto,
que toma en cuenta una variada gama de
perspectivas. Adicionalmente, la comparación
de distintos datos hace posible verificar la
exactitud de la información recolectada.
Los datos cuantitativos se registran continuamente durante el ciclo del proyecto,
recolectando y analizando los diversos casos
presentados por las víctimas de la violencia
de género. Los instructores distritales y los
comités de las aldeas fueron capacitados
para llevar registros exactos que abarcan
temas tales como el número de mujeres/
hombres que buscan asesoría, el número de
casos denunciados por mujeres/hombres y el
número de fallos según las leyes de Malawi
clasificados según mujeres/hombres.
Sin un examen crítico y sistemático de una intervención, no es posible
juzgar hasta qué punto se han logrado las metas y los objetivos
previstos. Por lo tanto, las actividades de seguimiento y evaluación
son un prerrequisito esencial para aprender sistemáticamente de
las experiencias existentes y capitalizarlas. Sólo así se podrá ir
adaptando las intervenciones para optimizar su impacto y el uso de
los recursos.
El conocimiento basado en los hechos sobre el impacto de las
iniciativas eficaces para combatir la violencia contra la mujer es
todavía relativamente limitado. Esto se debe en gran medida a que
son muy pocos los enfoques que han sido evaluados con rigurosidad.
El llevar a cabo actividades de seguimiento y evaluación plantea un
serio desafío a muchas organizaciones y proyectos, especialmente a
aquéllos que promueven cambios en los comportamientos, las
actitudes, las normas y los valores. Tales transformaciones son
procesos de largo plazo, que tienen impactos difíciles de cuantificar.
Sin embargo, los métodos cualitativos pueden ser muy útiles para
analizar estos resultados complejos.
Es conveniente alentar a las comunidades locales - y más
específicamente a los distintos grupos comunitarios - a participar
activamente en el proceso de seguimiento. Por lo tanto, resulta
importante desarrollar estrategias de comunicación incluyentes y
adaptadas a cada cultura. Éstas pueden contener métodos de
comunicación verbales y no verbales, tales como las discusiones
en grupos de pares, los diálogos de género y de generaciones o los
juegos de roles específicos. En general, es necesario fortalecer las
capacidades de los investigadores y las organizaciones a nivel
nacional e internacional.
Las actividades de monitoreo cualitativo se
llevan a cabo una vez al año, y el proyecto
opta conscientemente por utilizar diversos
métodos experimentales. Los debates en
grupos de los aldeanos divididos por sexo
han demostrado ser el modo más informativo
de recolectar datos cualitativos. Los debates
muestran la forma en que los policías, los
jueces y las autoridades locales tratan a las
víctimas de la violencia de género, y cómo
manejan sus casos. Se pide a los participantes
que califiquen la “disposición a prestar
ayuda” de las instituciones pertinentes en
respuesta a casos de violencia de género,
otorgando un puntaje en una escala del 1
(no prestaron ayuda alguna) al 5 (muy
serviciales). El grupo debe ponerse de
acuerdo sobre el puntaje otorgado, y debe
poder justificar detalladamente esta decisión.
Si se lleva a cabo regularmente, este
ejercicio proporciona información interesante
En Malawi existen dos sistemas paralelos de leyes y de solución de
conflictos: las leyes escritas, promulgadas por el Estado, y las leyes
tradicionales o consuetudinarias. Ambos sistemas no son mutuamente
excluyentes, sino complementarios. Los dos son reconocidos como
parte del sistema judicial de Malawi, y como tales son legalmente
vinculantes.
Para mayor información:
GTZ en Malawi
http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/588.htm
El proyecto malawiano-germano titulado “Combating Gender-based
Violence” (“Lucha contra la Violencia de Género”) ha capacitado a
jueces, oficiales de policía, sacerdotes y autoridades locales para
mejorar el acceso de las mujeres al sistema legal y el manejo de
sus casos. Se desarrolló un sistema de monitoreo participativo para
53
Cómo lidiar con la violencia contra la mujer:
buenas prácticas provenientes de todas partes
Desde un inicio, el sistema de monitoreo incluyó a la comunidad en
el desarrollo de indicadores y métodos. La utilización de dibujos y
testimonios sobre casos de violencia experimentados durante la
infancia y adolescencia fue una de las muchas sugerencias
propuestas por la comunidad, y resultó ser muy informativa. A fin de
evaluar la naturaleza y la preponderancia de la violencia al interior
de la familia, se pide a los niños más pequeños que pinten dibujos,
y a los mayores que redacten sus experiencias. La pregunta planteada
a los niños es: “¿Cómo se resuelven los problemas en tu familia?”
sobre la naturaleza y el alcance de los
cambios en el desempeño de las instituciones,
y permite llegar a conclusiones sobre las
causas que propiciaron la transformación.
Adicionalmente se usa el juego de roles,
debido a las respuestas positivas que generan
estos métodos - especialmente en África
Oriental y Meridional. Al iniciarse los
ejercicios, se forman grupos y se pide a los
participantes representar teatralmente
ciertas situaciones cotidianas que involucran
a las instituciones pertinentes. En el curso de
estas actuaciones, se solicita a los miembros
del grupo que desempeñen los roles de los
actores clave responsables de la solución de
conflictos; en particular, se los alienta a
mostrar cómo se comportan y cómo tratan a
sus clientes. Se da a los participantes del
grupo un tiempo corto para preparar sus
actuaciones, y luego los actores “salen al
escenario” de inmediato. Las representaciones
teatrales son filmadas para permitir
comparaciones entre los distintos grupos.
En ejercicios previos, a menudo la desaprobación de sus esposos había desalentado a
las actrices, sobre todo cuando se trataba de
actuar ante un público más amplio. Sin
embargo, si los grupos están de acuerdo, sus
representaciones tienen lugar ante la aldea
en pleno. En particular, se ha notado que la
espontaneidad de las actuaciones en público
redunda en beneficio de la autenticidad de
las representaciones.
Al finalizar estos ejercicios, los niños y adolescentes explican sus
dibujos o sus testimonios escritos en entrevistas personales.
Durante estas conversaciones privadas, los entrevistadores tratan
de comprender mejor las formas de la violencia y la frecuencia de
su aplicación, y a la vez identificar a las víctimas y los victimarios.
El material revela si se están utilizando las estrategias de solución
de conflictos introducidas por el proyecto, y - de ser éste el caso averigua el modo en que estas estrategias logran reducir la violencia.
Las actividades de monitoreo participativo son cruciales para conocer
las opiniones, ideas y experiencias de los participantes. Al involucrar
a todas las partes interesadas en la planificación e implementación
de los sistemas de seguimiento y evaluación, es posible fomentar una
amplia identificación del público con el proyecto. Más importante aun:
los participantes tienen la oportunidad de reflexionar críticamente
sobre su situación y desarrollar soluciones. De este modo, un proceso
de seguimiento realmente participativo logra facultar o empoderar a
todas las partes interesadas, sobre todo a nivel de las bases.
En Guinea, el proyecto de la GTZ en contra de la MGF apoyó el uso
de métodos de investigación basados en la acción para evaluar el
impacto de dos enfoques: el “diálogo de generaciones” y la
“capacitación para niñas no circuncidadas”. La metodología del
“diálogo de generaciones” surgió a raíz del reconocimiento de que
la transformación de las normas sociales requiere la participación
y el consenso de toda la comunidad. Así, grupos de participantes
jóvenes y ancianos toman parte en un diálogo mediado, en el que
se discuten los roles de género, la sexualidad y las normas y
prácticas tradicionales.
Los juegos de roles son muy importantes
porque permiten llegar a conclusiones
valiosas sobre la percepción que generan
ante el público las personas que están
recibiendo capacitación. Por ejemplo, las
representaciones pueden ilustrar si el
personal capacitado es percibido como más
apegado a la legislación nacional cuando se
trata de dictar sentencias y tratar a las
víctimas. En efecto, los juegos de roles
ayudan al proyecto a juzgar hasta qué punto
es puesta en práctica su capacitación por
las partes interesadas y las instituciones
legales, tanto tradicionales como estatales.
Para mayor información:
Proyecto: Promoción de Iniciativas para poner fin a la Mutilación
Genital Femenina
http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/
gender/9121.htm
54
El equipo de investigación deseaba averiguar si el enfoque del
“diálogo de generaciones” había tenido un impacto sobre los niveles
de comunicación al interior de las familias participantes en torno
a temas como la moral sexual, el VIH/SIDA y la MGF. El estudio
comparó los niveles de comunicación sobre estos temas al interior de
estas familias con igual número de familias que no habían sido parte
de la intervención. Según los participantes, sí había aumentado la
comunicación y había surgido un mayor interés mutuo entre padres
e hijos desde su inclusión en el “diálogo de generaciones”. La
frecuencia de la comunicación al interior de estas familias sobre los
temas mencionados había aumentado mucho más en comparación
con las familias no involucradas en el programa. Aparte de ello, la
comunicación se había vuelto mucho más recíproca.
Las evaluaciones de la “capacitación para niñas no circuncidadas”
se llevaron a cabo antes y después de la intervención. Las familias
que habían decidido no circuncidar a sus hijas fueron entrevistadas,
a fin de identificar los factores característicos que les permitían ser
diferentes y resistirse a la presión social. De acuerdo a los resultados
del estudio, se habían logrado los objetivos de la capacitación y se
había cumplido con las expectativas de los padres. La “capacitación
para niñas no circuncidadas” contribuyó a su autoestima y las facultó
o empoderó para convertirse en modelos dentro de su comunidad.
Estas niñas sentían gran entusiasmo sobre educar a sus pares, y sus
padres estaban muy interesados en que sus hijas aprendieran sobre
la MGF y la salud reproductiva, a fin de que pudieran defender su
decisión y convertirse en educadoras de sus pares. Los padres
sugirieron organizar un “evento de iniciación” público después de la
capacitación, a fin de celebrar esta “iniciación sin mutilación” con
toda la comunidad. Los padres expresaron aprecio por las visitas del
equipo de investigadores, y las entrevistas eran percibidas como una
oportunidad de reflexión mutua y valoración de la valentía de los
padres. En general, se ayudó a los padres a defender su posición y
se les facultó para convertirse en protagonistas de una “desviación
positiva”.
55
Perspectivas
Perspectivas
Se ha hecho mucho en los últimos veinte años para incrementar el
grado de conciencia del público en general sobre la violencia en
contra de las mujeres y niñas, y para garantizar que ya no sea
tratada como un tabú o un asunto privado. Un hito fue la Conferencia
Internacional de Derechos Humanos de la ONU, llevada a cabo en
Viena en 1993. La comunidad internacional finalmente reconoció los
derechos de la mujer como derechos humanos fundamentales. Desde
entonces, la comunidad internacional concibe la violencia contra las
mujeres y niñas como una violación de derechos humanos.
A partir de esa fecha, ha aumentado el grado de compromiso
internacional para combatir la violencia de género, y en muchos
países se han alcanzado logros innovadores.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres y niñas no disminuye sino todo lo contrario. La violencia sexual es el delito con la mayor
tasa de incremento a nivel mundial. Hoy en día, muchos países
afrontan conflictos violentos y guerras; la brecha entre ricos y
pobres crece y los movimientos fundamentalistas se expanden.
Tal contexto apoya una cultura que ignora los derechos humanos y
actúa por fuerza bruta - y la carga más pesada recae en los más
débiles, es decir sobre todo en las mujeres y los niños.
La Declaración del Milenio subraya que el garantizar la seguridad
física, emocional, sexual y socioeconómica de las mujeres - que
representan la mitad de la población mundial - constituye un aporte
clave hacia el logro de los ODM. La inclusión de la igualdad de
género y la extensión de las facultades de las mujeres como un
ODM específico nos recuerda que muchos compromisos internacionales y nacionales a favor de las mujeres no se han cumplido,
y que es necesario hacer mucho más: tanto los gobiernos como la
comunidad de donantes deben destinar más recursos al trabajo de
prevención, el suministro de servicios a las víctimas, la investigación
y el seguimiento del impacto.
Nuestra experiencia de trabajo ha demostrado que es posible lograr
progresos, para así llegar paso a paso a un mundo libre de violencia.
56
Anexo
Campos y niveles de intervención
Í
Í
Í
Í
Í
Nivel micro
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Nivel meso
Í
Í
Í
Í
Í
Í
Nivel macro
Í
Í
Í
Í
Elevar el grado de conciencia de hombres y mujeres
Incrementar la confianza de las niñas en sí mismas y fortalecer su capacidad de negociar y defender sus intereses
Desmantelar los patrones de comportamiento agresivos y
dominantes/posesivos entre los hombres jóvenes y adultos
Promover conceptos alternativos de la masculinidad
Elevar el grado de conciencia de las autoridades locales /
tradicionales y religiosas
Promover la cooperación entre las autoridades tradicionales
y modernas
Ofrecer apoyo psicológico/terapia a las víctimas de la violencia
Ofrecer asistencia y representación legal
Suministrar ayuda social y casas de refugio para las víctimas
Organizar programas de capacitación/apoyo intergeneracionales
Apoyar a las organizaciones que hacen presión en pro de
los derechos humanos y de la mujer
Incrementar la presencia de las instancias encargadas
de hacer cumplir la ley y mejorar sus servicios
Fortalecer la acción concertada y las alianzas entre las
instituciones judiciales, policiales y comunitarias y las
autoridades locales
Implementar programas innovadores de prevención en las
escuelas e instituciones religiosas
Ofrecer cursos de capacitación y perfeccionamiento a grupos
profesionales estratégicos
Fortalecer a las instituciones gubernamentales en diversos
sectores y fomentar las capacidades de asesoría de las ONG
Integrar la prevención de la violencia en las políticas
pertinentes: seguridad, justicia, mujeres/género, salud,
educación, juventud, buen gobierno
Homologar las leyes religiosas y consuetudinarias con las
normas legales modernas y la legislación internacional
Promulgar leyes penales contra la violencia doméstica y
sexual
Implementar acuerdos internacionales y planes de acción
sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y
la erradicación de la violencia contra la mujer
Establecer bancos de datos y sistemas de información,
estadísticas nacionales
Establecer sistemas nacionales de seguimiento y evaluación
Fomentar el intercambio nacional e internacional de programas innovadores de prevención y enfoques de investigación
Establecer una comunicación intensiva con las iniciativas
del VIH/SIDA
57
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Enlaces (links) de Internet
Enlaces (links) de Internet
Centro Latinoamericano de los Derechos
de la Mujer (CLADEM)
CLADEM es una red regional de mujeres
de gran envergadura en América Latina,
que trabaja en el campo de derechos de
la mujer y violencia contra las mujeres.
Aboga por que se conceda a las mujeres
la igualdad ante la ley y se prohíba por
ley la violencia sexual y doméstica en
muchos países. Su trabajo de lobbiying
ha merecido gran reconocimiento.
http://www.cladem.org
African Partnership for Sexual and Reproductive Health and
Rights of Women and Girls (AMANITARE)
AMANITARE es coordinado por Rainbow (Research, Action
and Information Network for the Bodily Integrity of Women)
y aspira a lograr apoyo dentro de la sociedad para el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de
las mujeres y niñas como derechos humanos y civiles
fundamentales.
http://www.rainbo.org/amanitare/about.html
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR)
ACNUR ofrece información sobre la violencia contra la mujer,
incluyendo las actividades de su Relatora Especial sobre la
Violencia contra la Mujer.
http://www.acnur.org
End Child Prostitution, Child Pornography
and Trafficking in Children for Sexual
Purposes (ECPAT)
ECPAT es una red internacional de
organizaciones e individuos que
trabajan en contra de la explotación
sexual de los niños.
http://www.ecpat.net/
Amnesty International (AI)
De la página web de AI usted podrá descargar el informe sobre
las violaciones de los derechos humanos de las mujeres:
“Broken bodies, Shattered minds. Torture and Ill-treatment of
Women”.
http://www.amnistiainternacional.org/
Family Violence Prevention Fund
Paquete de herramientas para trabajar
con hombres y niños a fin de prevenir
la violencia de género.
http://toolkit.endabuse.org/Home
Anti-Slavery International
"Anti-Slavery International" es una organización internacional
de derechos humanos que lucha contra la esclavitud y la
trata de personas.
http://www.antislavery.org/
Feel Free Network
La red proporciona una plataforma para
organizaciones en toda África con el fin
de impulsar una reforma de la práctica
del precio pagado por la mano de
jóvenes casaderas.
http://feelfreenetwork.org/
The Arab Regional Resource Center on Violence against Women.
Información sobre la violencia contra la mujer en el mundo
árabe.
http://www.amanjordan.org
Association for Women's Rights in Development (AWID)
AWID proporciona información y moviliza e interconecta
en redes a los individuos y organizaciones que trabajan en
derechos de la mujer y asuntos de género.
http://www.awid.org
Fondo de Desarrollo de las Naciones
Unidas para la Mujer (UNIFEM)
UNIFEM apoya las iniciativas estatales
y los proyectos de ONG que trabajan
para poner fin a la violencia doméstica,
los crímenes de guerra contra mujeres
y la persecución política de mujeres.
La siguiente página web ofrece
información sobre la campaña mundial
de UNIFEM.
http://www.unifem.org/
Center for Reproductive Law and Policy (CRLP)
El centro proporciona diversas publicaciones sobre derechos
reproductivos y humanos para descargar.
http://www.crlp.org
63
Enlaces (links) de Internet
Johns Hopkins Center for Communications Programs (JHCCP).
End Violence against Women
El JHCCP ofrece una amplia gama de recursos sobre el tema
de la violencia contra la mujer, incluyendo muchos documentos para descargar, una lista de correos y una prestación
para contribuciones.
http://www.endvaw.org
Global Alliance Against Trafficking in
Women (GAATW)
La Alianza es una red mundial de
organizaciones e individuos que trabajan
en contra de la trata de personas y en
pro de los derechos humanos de las
mujeres y niñas víctimas del tráfico.
http://www.gaatw.org/
Legislationline.org
Un servicio de Internet que provee acceso a la legislación de
55 países, también sobre la violencia contra la mujer y la
trata de personas.
http://www.legislationline.org
Help and Shelter, Guyana
La página web contiene diversas informaciones, materiales de referencia y
manuales para organizaciones e individuos que trabajan en contra de la
violencia doméstica.
http://www.sdnp.org.gy/hands/
Naciones Unidas. Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer.
Plataforma de Acción: Violencia contra la Mujer
La Plataforma de Acción hace un llamado a los estados y la
sociedad civil para que actúen en doce áreas críticas.
http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/platform/
violence.htm
Human Rights Library. University of
Minnesota
A través de esta página web es
posible acceder a los documentos más
importantes de las Naciones Unidas y
a instrumentos internacionales y
regionales sobre derechos humanos.
http://www1.umn.edu/humanrts/Sindex.html
Naciones Unidas. División para el Adelanto de la Mujer.
La División para el Adelanto de la Mujer (DAW) aboga por la
mejora del estatus de la mujer en el mundo y por el logro de
su igualdad con el hombre. La página web ofrece información
sobre los derechos humanos de la mujer y la violencia contra la mujer. DAW se encuentra actualmente llevando a cabo
un estudio en profundidad sobre todas las formas de violencia contra la mujer.
http://www.un.org/womenwatch/daw/index.html
Human Rights Watch: Women’s Human
Rights
Human Rights Watch proporciona
acceso al informe mundial titulado
“Human Rights Watch World Report”
con secciones sobre derechos de la
mujer, y a otras publicaciones, notas
de prensa y noticias sobre derechos
de la mujer.
http://www.hrw.org/doc/
?t=spanish_americas_women
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos (ACNUDH).
ACNUDH ofrece información sobre instrumentos internacionales de derechos humanos y sus organismos de
seguimiento.
http://www.ohchr.org/spanish/index.htm
Organización Mundial de la Salud (OMS)
La OMS ofrece datos estadísticos y análisis sobre la violencia contra mujeres y niñas.
http://www.who.int/es/index.html
http://www.paho.org/Spanish/AM/PUB/Violencia_2003.htm
International Planned Parenthood
Federation (IPPF). IPPF Charter on Sexual
and Reproductive Rights
La Carta de la IPPF postula 12 derechos
que derivan su legitimidad de los
instrumentos internacionales de derechos humanos actualmente en uso.
http://www.ippf.org/en/Resources/
Statements/IPPF+Charter+on+Sexual+and
+Reproductive+Rights.htm
64
Panos. Women’s Health. Using Human Rights to Gain
Reproductive Rights
Panos informa sobre temas mundiales desde la perspectiva
de los países en desarrollo. Se centra en el conocimiento
local, el VIH/SIDA y la salud de la mujer. Se puede descargar
la información “Panos Briefing” No. 32 sobre los derechos
reproductivos de la mujer.
http://www.panos.org.uk/resources/reportdetails.asp?id=1012
Women's Human Rights Resources. Bora
Laskin Law Library. University of Toronto
Esta extensa página web ofrece links
con las convenciones internacionales,
documentos de la ONU e informes de
ONG (la mayoría en versiones completas)
con comentarios, así como links hacia
todas las organizaciones pertinentes.
http://www.law-lib.utoronto.ca/Diana
Women in Law and Development in Africa (WiLDAF)
WiLDAF trabaja como una red pan-africana de derechos de la
mujer que promueve estrategias para vincular la ley con el
desarrollo, a fin de lograr progresos en la participación e
influencia de las mujeres en diversos niveles.
http://www.wildaf.org.zw/
Women's Court (Corte de la Mujer): The
Permanent Arab Court to Resist Violence
against Women
La Corte de la Mujer o Women's Court
es una corte popular simbólica que
aspira a luchar contra todas las formas
de violencia en las sociedades árabes.
Fue establecida por un grupo de ONG
árabes en 1996.
http://www.arabwomencourt.org/
Women Living Under Muslim Laws (WLUML)
Esta red internacional apoya a las mujeres en las naciones y
comunidades islámicas, permitiéndoles intercambiar ideas y
experiencias con grupos feministas y progresistas.
http://www.wluml.org
65
Perfil de la GTZ
La Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH
es una empresa de cooperación internacional para el desarrollo
sostenible con operaciones a nivel mundial. Proporciona soluciones
viables y orientadas al futuro para el desarrollo político, económico,
ecológico y social en un mundo globalizado. La GTZ promueve
reformas complejas y procesos de cambio, trabajando a menudo bajo
condiciones difíciles. Su objetivo empresarial es el de mejorar las
condiciones de vida de las personas sobre una base sostenible.
La GTZ es una empresa federal con sede en Eschborn, cerca a
Francfort del Meno. Fue constituida en 1975 como una compañía
de derecho privado. Su principal comitente es el Ministerio Federal
de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). La GTZ
también opera por encargo de otros ministerios federales alemanes,
los gobiernos de los países contraparte y clientes internacionales
(tales como la Comisión Europea, las Naciones Unidas y el Banco
Mundial), así como por contratos con empresas del sector privado.
Desempeña una labor de utilidad pública. Cualquier ganancia
generada es invertida nuevamente en sus propios proyectos de
cooperación internacional para el desarrollo sostenible.
66
La GTZ emplea a más de 9 500 personas en 130 países de África,
América Latina, Europa Oriental, los países en proceso de reformas,
los Nuevos Estados Independientes y en Alemania. Alrededor de
1100 de estas personas son expertos enviados, mientras que otras
7 100 pertenecen al personal nacional en los distintos países y 300
expertos trabajan en proyectos en Alemania. La GTZ cuenta con
Agencias propias en 67 países. Unas 1000 personas trabajan en la
Central en Eschborn, cerca de Francfort del Meno.
67
http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm
Deutsche Gesellschaft für
Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH
Dag-Hammerskjöld-Weg 1-5
65726 Eschborn
T +49 61 96 79-0
F +49 61 96 79-11 15
E [email protected]
I www.gtz.de
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