Relato profesor

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I'IUMU{ TRIMt:STRt:
nlarenta ariOS,pequ(''',a y C<1nosa-, antes de regresar a casa,
111<'pierdo por los pasillos del instituto. Oigo cómo los demás profesores van dejando el edificio. Saludan al conserje:
-Basta ellunes--dicen.
RELA TO DE UN PROFESOR
Sala. T. (2002): CrÓnica de un profesor en
Secundaria. El mundo de la enseñanza desde
dentro. Barcelona: Península.
Doy una vuelta por las aulas vacías, la sala de profesores
varía, los lavabos vacíos, todo a punto para llenarse de voces y de movimiento. Qué soledad tan peculiar, la de las clases nenas de sillas y mesas desocupadas, esquelélicas. Qué
Iimpi('7.é\ impropia, la de' la pi:l.arra I\('~ra sin polvo de tiza,
la d(' la papelera con d fondo brillant(\ la de los cajones vados de la mesa <Id prol('sor...
Contemplo por la v('nt;ma la plala de ah;~jo, las copas de
los árboles y el carrusel qm~ ahora no fundona.
M(~distraigo un segundo.
Cuando vuelvo a la n'alidad, los alumnos ya ocupan las
aulas.
El primer día de fiase, a las ocho y v('int(. de la mañana, los
adoks(:entes esp('ran en la ralk a qm' S\l('I)(' cltimbre. Paso
por (~nmedio dd grupo d(~madres CJuehan venido a acomparlar a los alumnos 11I;\SJ>('<JU<'IIOS,
los CJ\I('empiezan a ir al
instituto este curso. El r('sto de alumnos s(' apelotona alrededor de la puert;\. Yo soy "uevo, J>('ro dios no.
-Por favor, por 1~\Vor voy f(~pitiendo. separando cuerpos, ron la mano hariendo (k espátula.
(:omo si oyeran lIovn. Ilablan entr(' dios, lienen los
ojos muy ahiertos, h;IY una derta ('xP('('liU'iÓn, pero no se
nHu'ven.
Viernes
l:l de seplicl1IhlT.
F,\ 1\lI\('s ('mpil'/a
('1 (:"rso.
Araha-
da la reunión d(' prokson's dl' Lengua C.,stdlana--d
din'clor, yo y OIra «nUpaiH'r., ct(, asigna"'r", u"a n"~in (le unos
,
~
-¡Profe!
il)rol('!-()i~() (1\1(' ~ritan (f<-trás de mí. Me
giro. Veo que se dirig('n a otro profesor que me sigue y al
que deben de conocer del narso pasadd-.
¿Te vamos a le- )
ner este ano.
CRÓNICA
nI-: UN I'Ron:SOR
EN SECUNnARIA
-Podría
ser---contesta el profesor, sonriente, aunque
ya sabe la respuesta.
-¡Pues vaya palo, otra vez!
Hay confianza.
-¿Y ése quién es?-<IÍ<'e una nii'1a,seIialándome-,
¡Vaya
cara de mala leche me ha puesto!
-¡Calla, tía, que te va a oírl-grita
su amiga.
Consigo entrar. Saludo al conseIje, En esto consiste el
movimiento del prime.. día: tUtOH'Sque hUSC\I1d aula, quc
hacen fotocopias, que fonsultan dudas de Última ho..a al
director y al jefe de c.'studios.
No deja de ser un ensayo general. El primer día no se da
clase. Se presenta c.'lfUfSOa los alumnos de ESO: se les dan a
conocer algunos aspcc.'tos dc..'la nonnativa, el hora..io, los profesores y las aulas que ks forresponden. Sc.'han' la e!ec.-rión
de créditos variablc.-sdd primer trimestre.
Los créditos variables son cursillos trimest..ales optativos. Fueron la gran novedad de la Última ref<>nna. Se había
acabado la tiranía de los estudios impuc.'stos: a partir de
ahora, el alumno tend..ía VOl,propia, podría decidi.. las materias segÚn sus iI1le..eses. Claro que sí. Si un alumno quiere estudiar Química, ¿para qué ha de pe..de.. d tiempo
estudiando Matemé\tÍ<'as? Si un chaval se lo pasa hien haciendo voleibol, ¿po.. qué debe perder el tiempo con la Historia? Me acuerdo de los primeros .u os de la ..eforma:
aquellos créditos de papirollexia, de publicidad, de técnicas de relajación.., Aquellos ..Desmontemos y volvamos a
montar una moto.., ..Hagamos teatro", ..Expe..illlentemos
con la radio", ..Experimentemos
la econolllía dOIll('stÍ<'a..,
..Construyamos una pece..a
Aqud enlusiasmo que yo
mismo le puse. ¿DÓnde dehe de haher ido a pa..ar? En muchos insritutos, a eslas alturas, a du..as penas soh..evivc.' el
crédito variable que llegÓ a lo más alto cid "illJ(mlflt~ .. Rai"".-
I'RIMI':R TRIMI':STRI-:
les de Salón... El resto son ampliaciones, repasos y algún aspecto concreto de las materias tradicionales.
-Me llamo Toni Sala. Soy vuestro profesor de Lengua
Castellana. Nos tendremos que soportar una temporada.
De alguna manera hay que empezar.
Levanto los ojos y contemplo la treintena de alumnos
ante mí. T..einta caras más. Treinta personitas fabricándose
a sí mismas. Treinta máscaras, una parte de mi oficio consistc.' en desenmasca..ar a la persona que apunta detrás de
esta m.íscara; la persona h~jo la rmíscara del ademán artifidoso del primer día. Trcillla nombres a los que paso lista y
hago sentar por orden alfabético.
Como cualquier exn'pción, la primera clase es importantc..~.Vak po.. quince o veinte clases, porque de la opinión
que se formen hoy de ti dependerán
las inevitables valoraciones a la salida-uy, fsil'; no veas, moviendo la palma de la
mano como si se la diese a una mano invisible; o, con éste no
VfL'tlWS
a h(u;t>rnada; o, f.~/,'rs un mit>rda,un cotilla, un marica,
un [O(()--, valoraciones que comentarán con los compañeros y que marran\n la manera de encarar la próxima clase.
Para el profesor, la cuestiÓn es exactamente la misma.
De entrada. ya hay alumnos que le condicionarán
para la
prÓxima !erciÓn, alumnos al margen del montón de la clase por su comportamiento,
por su manera de sentarse, por
su manera de mirar. Dicho de forma exagerada, 'hay alumnos capaces de ganarse el suspenso el primer día. Como
los hay capaces de ganarse el aprobado desde el primer momento.
Alumnos de cuarto de ESO, estos chicos tienen quince o
dieciséis ¡u os. Nos pasarelllos el primer Irimestre tratando de
desenmascaramos.
Es un combate bastanle desigual. Treinta alumnos contra un proksor y un proksor contra treinta
alumnos. Pero yo tengo .\ll0S de experiencia, y ellos tienen
CRÓNICA
nI'. llN I'I{OFESOI{ EN SEClINn"IUA
mucho menos conocimiento--o
conocimiento
cero-de
la
tramoya que se mm'''e detr.1s del decorado de la vida adulta.
Yaún menos d(' la tramoya que se mm've detrás dd decorado de la vida de un profesor, que es un determinado tipo
de adulto, bastante difc.'J"('nt(',en el mundo de los adultos, de
los adultos que dios acostumhran a tratar.
Un padre no pm'de actuar. Es padre. La reladÓn con
su hijo ser.1 de por \'ida: no vale la pena ni intentar hac<~r
teatro, y por eso los padres pegan, consknten,
maltratan,
malcrían, quieren a sus h~ios. Un profesor siempre actÚa,
sabe qU(' el alumno qm' tiel\(, delante un día u otro d{'saparecerá de su "ida, y en muchos casos nunca volverá a
saber nada de él. En est(' sentido, no soy distinto del ('arpintero o del fontanero o, menos aÚn, dd tendero que leo vanta con la persiana el telÓn de su actuaciÓn diaria. Soy
un do({'nte y mlH"has horas de mi vida consisten en una
pura actuación.
Porque este oficio est.1 ligado a una especie de teatro
que alumnos y familiares de alumnos extienden fuera dd
aula. Como un hillete 1;llso que pasase por autt-ntico de una
mano a otra, a "eces llego a dudar de cUéindo actÚo y hasta
qué punto actÚo y si no soy. yo mismo, dos personé~ic.'sigual
de auténticos o falsos; o si en realidéid soy algllien.
Contemplo a los alllmnos. No son pocos los que se preguntan: ..y éste. quic."n es". Un hombre al qlle "eremos tres veces a la semana dllrante todo IIn curso, p"c.'de qlle más inclIlSO. Nos lo han adjlldicado tres horas a la semana. Nos lo
administran por "ía intra"enosa y no tr('s horas cllalesquiera; tres horas de 1\lI('stra adoksn'nda.
de IIIH'stra formación. de IIllestra makahilidad---{'()J1 (krcdlO a examinarnos, rc.'criminarnos. ccnsurarnos-.
tres horas dllrante las
cuales, si tiene el carácter necesario, procurará infectar muchas más horas, días, meses, toda nuestra vida si tiene la
fuerza sufici(~nte. Y, este hombre, ¿quién es? ¿Qué hace?
¿CÓmo vive? ¿Cómo es su casa? ¿De qué color tiene las cortinas, y qué modelo de televisor, qué canales, qué sofá, qué
cocina, qué mesa, qué pais~ie en las ventanas? ¿Cómo es su
nll*~r, cómo son sus h~ios? ¿Tiene? ¿Qué hace cuando sale
del instituto? ¿Adónde va? ¿Existe fuera de este edificio?
¿Qué perímetro abarca su actuaciÓn? Hay quienes se lo preguntan hasta el punto de que pocas cosas les interesan tanto (~omo saber detalles de la vida privada de sus profesores.
En cambio, para mí sÓlo es un grupo nuevo de alumnos,
otra lista de nomhres. Será m.1Sadelante, durante el curso,
imperceptiblemente,
cuando esta treintena de presencias
adquirirá interés, con el conocimiento de cada individualidad. Uno por uno, irán desg~iándose del grupo. Como un
mapa donde empezasen a dciinirse cotas, depresiones y
todo tipo de accidentes, en pocas semanas la clase irá concretándose en alumnos que se dciinirán con relación a los
otros alumnos y a mí mismo,
Evito mirarlos mientras discurseo. Ando de una pared a otra
del aula con la vista en los pies, arriba y abé~o, pasos firmes,
expongo el programa, hts lecturas, mis criterios sobre cómo
ddw fundonar una clase; avanzo qué exijo, qué no tolero y
la importancia de estar atentos en el aula:
-Cualquier
cosa qllc S(' diga en clase puede ser utilizada en contra vuestra el día del examen-d<:io
caer.
Iloy estéin callados y csntellan atentamente, porque el
primer día todo c.'sdiMano, toclo se estrena. Difícilmente
volver.\ a repetirse IlII momento así durante el curso.
-Soy profesor cI(~I.engua )' l.iteratllra. Pero me intere-
CRÓNICA
HE UN PROn:SOR
EN SEClINIMRIA
sa especialmente la literatura, quc es la manifesta<:iÚn más
elaborada de la lengua. No olvidéis que la lengua <.'sun instrumento. Más que a analilarla,
der a utili7.arla...
lo 'UC d<>bemos <.'sapren-
Menudo discursilo. ¿S<.'arordará algui<.'n <k lodo esto
cuando l1egue a casa?
-Nos tendremos que pasar mucho úempo pOlli('ndo eÚquetas, tendremos qu(' apr('nd('r cómo funciona la lengua,
pero teniendo si('mpn' pr('s('III(' <)11<.'
no nos inl('r('sa sah('r
la mecánica de un ('odw si <.kspués no aprendemos a ('onducirlo... Nosotros lo qu(' <)ueremos es pod<..'rir <Itoun lugar
a otro, la libertad, (>orqm' al final todo se redu("(' a eso, a
tratar de ser más libres...
El engaño de la lit><.'rtad,('sa droga qm' sirve' lanto para
adolescentes como los adultos.
-La lengua es p('nsami<.'nto, siempn' din' ('osas. Pl'ro a
veces prescindimos dd signifkado a favor lk la pura superficie. Mirad este lihro, tan Ikno de ilustradol1<.'s... ¡I.., ortogrcilla, por ejemplo! ¡CUi\ntas horas de dase no s<.'pierden
en esa superficialidi\d, ('n <.'savanagloria! 1.., ortografía ('1('mental, memorística y por ('SOtan difícil, ('S lo primero <)m'
aprendemos, para poder d(:iarla atrás cuan lo aHl<.'s.Y si es
demasiado compliradi', si nos la han herho (kmasiiulo ('omplicada, quizá nos la ahorraremos. No dl'lwmos Pl'nler el
tiempo en eso. Pcrdiimoslo en cosas más div<.,rtidas )' Útiles.
Este discursito, sohre todo el febo de la ortografía, les
cae siempre en grada. l.os Imis incautos ya (Tl'en <)11<.'
nmmigo se acabó estudié\r. A estos les convien(' darsc ('\I(~nta
de que es peligroso (fears<.' la esperanza de q\le las ('osas
pueden cambiar d('masiado. Porquc digo eslo de la ortografiá consciente d<.'que huena parte d(' mis susp('nsos lo
serán por culpa de esas faltas. La ortografía es d \'('stido, la
convención. Ig"al de dasista y cOlw('nciona1. No <.'snada
I'RIM..:R TRIMESTRE
más. Memorización pura. Pero justamente eso la hace asequible: no hay excusas. La ortografía es el paso previo, A
partir de saber los mínimos, empezaremos a hablar, La orlografía, como todo, es una cuestión de medida,
El discursito ha funcionado. Tienen los ojos muy abiertos: para aprender más. La treintcna de caras espera algo
más de mí con los ojos abiertos, La sorpresa es una de las
cartas que tengo más a mano, aunque no tardará en volverse ('1\ mi conlra. Es como si el interés y la motivación de los
primeros días tl1vi(~sen<tll(~pagarse con la dejadez y el aburrimiento de las clases que vendrán,
Escribo en la pizarra el nombre del libro de texto y el de
lectura. Les digo que necesitarán una libreta para los dictados. Anuncio el nÚmero de pruebas que tengo previsto ha('cr. Después suena d timbre.
I'IUMER TRIM..:STRE
a alumnos de ('uarto de ESO. El crédito se llama ..Onografía se escribe sin hache... ¿Quién le pondría este nombre?
Entro en clase, Cien'o la puerta. Echo un vistazo al aula.
Los alumnos se mueven entre las mesas, hablan, se ríen,
(:hiltan. Detrás de mí, la puerta se abre y se vuelve a cerrar.
Alumnos que (~ntran y alumnos que salen. No digo nada.
I':sl)('I'O,de pie, a que S(' a('ahe el movimiento.
Por fin, silcndo.
I)ero se ('l1Ireahn' la 1>JJ('rtay un alumno pequeño
ma la nariz. Don' ailitos:
aso-
-Me he d(:jado las ('osas. ¿Pm~do entrar un momento?
1.(' d(:jo pasar. Es el prinwr día.
1..1pizarra c..'st.i('(unpletamente llena de garabatos. Corazom's, nomhre's, la caric'atura del prota~onista de una seric de ditnÜos animados. Ilay una alumna de cara a la pizarra, tan ronn'ntrada
<JU('no s(~da ni cuenta de que acabo
de pasar dc..~t...is
d(~dla. En una mano tiene una tiza y en la
otra el borrador. I':snih(' d nombre de un chico, lo borra
innwdiatanwIHe y 1(' falta tic.~mpopara volver a escribirlo,
1.(' da vc.~q~ii('nzaqm' S(' sepa qué nomhrc..~es, pero no puedc..~
c.'vitar escrihirlo.
I.e pido fJm~horre toda la pizarra y se siente.
SÚlo ha hahido tn's horas de dase en esta aula, pero el
mohiliario ya c..~st.itodo patas arriba. Las hileras de mesas
serpentc..~an; hay sillas y mesas desparejadas, aquí y allá. Los
quilln~ alumnos dd nédito se han sentado en grupos de
dos, de tres y de cuatro.
Mc..'presento. I.c.'s pido que se levanten. Paso lista. Les
ohli~o a sentarse sq)arados y por orden alfabético.
Consulto mi horario. lk onc:c..'}' nlt'dia a c!on' y media,
4-C\'3-2B, yeso quic.'n' decir qm' nu' tc.'n~o que ir c'orric.'ndo
al aula dc..'se~undo 1\ a dar un nédito variahle.- de rd'u('170
Lo primero qU(' tendría que hacefse, pienso, sería poner c..'nsu sitio las m('sas y las sillas. Un orden mínimo es
fUlldamental. Abdico: m¡.is vale ahorrarse d barullo, porqU(' los alumnos siempre arrastran los muebles haciendo
CRÚNIC:\
DE UN PROFESOR
EN SH:UNDAIHA
todo el ruido quc pucden, pero sohre todo porque, por
más que ahora pusiésemos en orden las mesas y las sillas, si
no durante esta misma hora, a 1<,si~uicnt(' volv('rían a estar
ya de cualquier manera.
El orden en la clase es el cincuenta por cien lo de mi Irabajo. Renunciar de entrada es muy triste. Pero con la reforma los alumnos tiellell que cambiar de aula treinla veces al
día, y no puedes respollsabili7.ar del ordell de UII aula a
unos alumnos concretos.
-iD~.ianw sentarnw con ella!-reclama
¡Así la ayudo!
Ya empelame IS.
No contesto.
-¡No hay d('lecho!
nos como queremos!
Mentirosa.
\1IIé!alumna-.
¡Los otros prof('s IIOSd<:ian selltar-
-Bien. El ol~ieti\'O de <'ste crédito ('S dar un repaso a la
ortografía. SÓlo lIecesitáis una libreta y un holígrafo.
-y lIna mesa, una silla, una pizarra...
Ya lo tenemos aquí. El gracioso de turno.
-A ver, tÚ: ¿cÚmo te llamas?
--Jordi.
--:Jordi q\l(~.
-Jordi Horta.
En los créditos variables no vale la pena aprenderse los
nombres de los alulllnos. Los tendds los tn's meses que
dura el crédito. v a muchos ya no volverás a v('I"los.
-Muy bien. Dividiremos las clases en cuatro partes. Los
primeros quinn' minutos los dediraremos a corrq~ir ejerCICIOS.
-¿Qué <~iercicios?
-Los ejercicios que os habré p\\('sto el día antes.
-Pro[e,
¡tÚ nos qui('J'es matar!
PRIMER
TRIMESTRt:
--:Jordi: a ver si te callas. Corregiremos
los ejercicios,
después haremos un dictado, explicaré una norma y después pondré ~jercicios para casa. Empecemos. Coged un
papel y escrihid vuestro nombre.
Ahora hay silencio. Ik evitado decir por qué les hago sacar un papel. La perspectiva de una prueba les impone respeto.
1lago salir a la pizarra al alumno que me ha interrumpido. Empielo a dictar. No hace falta dar instrucciones. Todo
el mundo ha entendido. Juan Ramón Jiménez: lo siento
mudlo.
El chi<~oesnibe en diagonal, con letra basta, caligrafia
ilegible. La estela temhlorosa de la tiza va dejando palabras
inventadas, unidas las unas él las otras como hermanos
siameses, aherraciones gramatkales-gramáticas--de
todo
tipo: alternancia de terminaciones
verbales en ava y aba,
pecados ortográficos y un desierto acentual absoluto. La
pizarra se va llenando de monstruos blancos: malformaciones, deformidades,
mutilaciones, arácnidos y sirenas léxiras, centauros, quimeras... ¿Qué hace este chaval en
cuarto de I<:SO?¿CÓmo es posihle que haya llegado a cuarto? (:on la reforma, un curso sÚlo es una unidad de tiempo. 1,os cOnO('illlielltos «(\1<"el alumno dehe adquirir se estahlecen por cidos. Un ciclo son dos cursos. Eso quiere
dedr que entre primero y se~undo de ESO no hay repetidores, como tampool los hay entre tercero y cuarto. La única frontera posible. la que divide el primer y el segundo ciclo, en este instituto-como
cn tantos otros-se ha borrado.
Todos los alumnos de scgundo de ESO se promocionan
automát.icamcnt.e a terc(To-pasan,
pues, de primer a segundo ciclo. En una clase dc veinticuatro alumnos de segundo, por ~jemplo, al finalizar el curso, hay ocho alumnos con
méÍsde cinco íl<;ignaIUfé\S
suspendidíl<;. Ocho alumnos con más
..
'. .
...: ~. ......
...~..
CRÚNIL:\
m" IIN I'ROFESOR
EN SU:IINIMIU:\
~;;y de cinco asignaturas suspcndidas. Pasan todos a terccro de
ESO, a segundo cido. ¿A han'r qué?
y aquí tt'lwmos a este pohre chico ell la pizarra, indiferente a lo qm,' en otra (~p(Ka hahría sido. un ~ran ridículo o
una gran incOIlsrienfÍa.
Hablamos dc.' fraraso cs('olar, pero cs UII fracaso nelmloso, segurameme sin otra malliféstaciÓn ('oncr(~ta durante
toda la ESO quc.' el holc.,tín trimestral: las notas, un papdote que los padres firman, ("(uno si('mpn' que IIOStoca firmar, resignadamcllte;
la huronéKia.
El alumno "a ('IIt'é\dcnando un nlrso a otro curso, horas
I'RIMEI{ TRIMESTRE
rc alumnos de 111\nivel parecido no me sllponen ningún
prohlema. Ni treinta, Ni cuarenta. El prohlema se produce
ruando se da {'sta gradaciÚn escandalosa de (:onocimientos. Se din~ que el pro'c.~sor dehe atender la diversidad.
p('ro nlando me giro para atender la div('rsidad del uno, la \
diversidad dd otro se dispara y protesta. Soy un mal profe- \I
sional. No puedo aharcar mcis de dos o tres diversidades.
-Copiad
vdnticil1('o veces cada palahra que hayáis 'es(Tito mal.
.Iordi Ilorta levanta el dedo y pregunta:
-¿Con leipiz o con holi?
a las horas, aulas a las aulas, prof('son's a los prof{'son's, entre una nebulosa crefÍente.' de nomhn's v méis lIomhres \"('iterados, algunos in("(uuprensihlc.'s, otros intuidos, la mayoría con d sentido illcompkto,
pedazos esparddos de 1m
jarrón qu<.' ('ontc.'ndría al~o si no sc huhiera roto; palahras,
personas extrai1as ron quic.'lws de \,('Zell ('Ilall(lo compartimos el ascensor. Y seréi con esos conn'ptos, ("(~ios)' ('nkrmizos, con los que iréin tirando hasta d final de la ES() una
retahíla de alumnos indi~c.'ntc.'s, pedigÜeilOs del intc.'leC!o,
desamparados que, plantados antc.' una pil.alTa que ya no ('S
ni insultante, conservan nm la raheza e'rguida la mult'ta
carcomida de la digllidad.
En el monwnto de rorre~ir el texto de la pil.arra. d(:io
intef\'c.'nir a SIlScompaiH'ros. 1.0 planteo romo 111.i"e~O: a
ver quién descuhre la primera falta de orto~raría dd texto,
No falla, Ilay dos alumnos que aciertan todas las f¡,has
que c.'1otro ha com(,tido. No se d(:iall ni IlIla. Mi('lItras, los
demás c.'allan cahizhé~ios y corrigen sus escritos. ¿<:Úmo han
venido a parar a este crédito esos dos? ¿QII(" lt's hari' hacer
en clase, dominalldo romo dominall p('rf('C!aIlH'IItc.' la ortografía?
Un crédito variahle lo cursan UIIOSquince ahll1l1lOs.Quin-
En segundo de hachillerato,
anuncio la lectura obligatoria
(\(o ('ste trime.'stre.
-A vt'r, ¿y tÚ rÚmo puedes estar seguro d(~si un libro es
hm'no o no?-empieza
una voz al fondo de la clase.
Cllando hahlo de literatura ron los alumnos, la pregunta si('mprc.' ara ha saliendo, Es una «mna hahitual de reafirmars(', Ser condt'sn'lHlientc
contigo mismo rebajando el
valor d(~ los delHéis.
-Por (:iemplo-col1tiuÚa
el alllmno-.
¿cÓmo se puede
saher qlle el QII!joll'es IIU hilen lihro?
-Porquc.' te lo digo yo.
-¿Y CÚIHOst- yo qlle tllS gllstos vakn mcis qlle los míos?
-Porque
para '()I"Inarte IIna opiuiÓu (k las cosas, primero te' lo tit'nes <¡ue trahé~iélr.
y teugo rélzÚn; pero ¿CÚIHOPlledo adllcir cualquier criterio de autoridad hoy qlle eu todas partes gana quien grita lHéis?En los lihros, en los periÓdi~os, en la radio, en la televisilou!... Todo el IHlludo \evauta la voz. CÚmo puedo no
escuchar a IIn alumno C]\Wredama: tamhién existo; jtamhit-u yo sé gritar!
CRÚNICA
DE IIN
I'ROFESOR
EN stTllNIMRIA
-Si todo el mundo... -me qu('da el engai10 democrático:-Si todo el IIIIIIHlote dice que el (2"~j{)I('estan h\l('no, ¿no
crces que "ale la p('na intentar JlOperd(~rtelo? ¿1.0 has leído?
-El at10 pasado, en Lengua Castellana, IIOShicieron leer
una selecciÓn. ¡No se enlendía nada!
-Pero prepararíais la leclura en clase, COlll('lIlaríais el
lihro--Ie apulllo.
y él, naluralll\('nle, apro"ccha:
-¿En das('? El prol"<- IIOSd\jo d lihro y luvimos quc
)c('do en casa, ('n quince días. ¡Doscientas p;íginas! ¡Quin('(' días! Para mi qu(' ('se lihro esl;i esnilo ('11chillo. Ahora,
exanH,'n sí qu(' hicimos... ¡No aprohÓ nadie!
No pu('do ca('1'. No nitiraré al profesor dd ai10 pasado.
A principios de curso aÚn pu('do ahorrartlH' esas l1aque/.as.
COIII('Slaré:
-Pues d('herías \"Oln...a inlenlado, poco a poco, palahra
por palahra, p;írrafo a p;irrafo, y tener conlianza en ellihro.
No estamos hahlando de cualquier lihro, )' IÚ lo sahes p('rfectanH:nte. ¡No puedes ir por el mundo pensando qllt' lus gustos literarios ti('m'n <:1mismo "alor que los de quienes se han
dedicado a os a esto!
El alumno se calla. pOJ'(JlI(' no k do)' liempo a ahrir la
boca. Yo lamhién sé chillar.
-Pero. ¿qué os habéis creído?-digo
ahora, dirigiéndome a todos-o ¡Lcer no es tan fácil! ESlo n\('t(-oslo en la cabeza. ¡No ha)' nillgÚn placer que de ('nlrada no olesh:! Estoy hablando de placen~s. ¡no de tonterías! Todo requiere
un esfuerzo y lodo se aprende. Quien os diga que lecr es f<idi os está cnga ando. Ni I('er, ni esnihir, ni .jugar al fÚthol.
Si lodo el mundo dice, empezando por los que no leen,
que cste lihro ('S hueno, no dehe de ser porque sí, ¿no?
-vuel"o a da\';lr los (~iOSen el alumno-o ¿() "as a decirme
flllt' el nmlHlo eSI;i loco?
I'HIMER
-¡Sí
TRIMESTRt:
lo eSlá!
-Puesentonccs,
lendr;ís
que adapta rte.
-¿C6mo? ¿I.eyendo?
Empieza la actuaci6n. El profesor h<~jala mirada, Silencio. Se dirige a todos los alumnos, levanlando progresivaIIH'nl(' cllono de voz:
-La escritura es comunicaciÓn dc pensamiento.
CoIIIIIIIicaci6n sin intermediarios. De cerehro a cerebro. Leed
)' os rdacionar('is ('on las personas que 110son necesaria1I\("lIle Imis intdigenles
pero sí m;ís ('()Jllunicativas. No suhesliméis esto. COlllunicarse es principalmente
un acto de
"alo!'. Si no la compartilllos. la inteligenda de los demás no
nos sirve <1<:mudw. I.ecd y os podréis ('(>Inparar con ellos
de manera íntima y s('('I'ela, es decir. sin ninJ.{Ún¡:nicdo a ha«('1' el ridículo delanle dc nadie que no se.\is vosotros mismos. No sé qué m;is s(' puede p('dir.
-QlI(~ toqlle el 1imhre de una vez-cuchichea
uno.
Es d momenlo de empcl.ar la lecciÓn. Las funciones del
1('nJ.{u;~je.Eliquetaci(')J\ pma. Un lanto por ciento muy elevado dd contenido quc el profesor est.\ obligado a dar en
clase es pura h(~jarasca, inutilidades. I.cs aburriré a cond('nda. para <JIU'S(' d('n ('I1('nla de dÓndc est.\n las cosas
importanles y dÓnde las sllperl1\1as.
Saltarse el programa es muy lentador. pero eso dejaría
al alumno <ksprotegido frente a los profesores que vendr;in y. a la larga, frenle a la prueba (k seknividad. La otra
opciÓn es aprovechar lodo lo posible elliempo que queda
de margen. Y una manera de hacedo es deslacar estos moIIH'nlos marginales, hacer\os hrillar d(:.iando palidecer conscienlemente el conlorno; incitando al reputado tedio del
allla, tan difcrente de los otros tedios de la vida. El tedio escolar, la primera
lidad.
ensci1am.a q\le recihimos de la tempora-
CItONIC:\
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I'lton.solt
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1'ltlMEIt
TItIMESTItE
Pero ahora no hay nadie. l.os dcm.is profesores están en
dase.
Contemplo un mapa de las islas Britániras que ocupa la
mitad de un pand de ('orcho. En la otra mitad, un montón
de papeles clavados con chinchetas anuncian obras de teatro o exponen anlerdos tomados en diversas reuniones,
Tamhién hay una pizarra lI('na cle nomhres de alumnos que
no ('onozco.
I.as (~stanlt'rías, nU'I;ilinls, ('stéin divididas por materias,
El desorden proviene de la falta de espacio. En la estantería
d(. l.engua Castellana se amontonan decenas de libros de
texto. Hay un montÓn de vohímenes de literatura infantil o
juvl~nil que las editorialt,s han ido enviando para ver si se
los hacíamos le(~r a los chavales; una quincena de diccionarios; algÚn libro institudonal e inÚtil; una docena azarosa
d(' volÚmenes de rcferenda-I.a
Tl'gt'1/lfl.una selección de
lt~xlOSde Ortt'ga, una antología dl~ Qm'vedo-y
un par
d(' dntas de víd('o, Nada más.
Hoy he IIq~ado al instituto nwdia hora an(('s de ('lIIp('zar la
clase. Estoy en d depiu"tam('mo de lenguas, El deparlamento es ('1 gahilwt(, (PU' ('ompanimos los profesoJ"('s de
una área dl,t('rmiuada. Es donde (It:iamos d m;JI('rial, donde estamos ('uando t..ah.~jamos fuc.'ra dd aula. donde cdebramos alKuUéls n'ullioJ1('s. En ('st(. instituto pe<Juei\o, los
psicopedaKogos )' los profesores dl' l.engua (:astdlana, Catalán, Inglés. Francés y l.l'nguas Chisicas compartimos un
solo departanwnto.
II na don'na (k persollas. Si un día
coincidiésemos todos. no cabríamos.
Jumas (~n IUt'dio d('1 departanwl1to, hay tres mesas grand('s que los profl'SOJ"(~Shemos ido llenando en poco tiempo
de folletos, ex.il11('I1('s ('orregidos, diarios viejos, papeles
p('rdidos y holígrafos que no escriben. Hay también un radio('ast~te y un tel(~visor ('on vídeo en una mesa con ruedas,
para poder transporlarlo a las aulas.
Oigo una voz que vi('nc de la clase contigua, Una profesora que explica una le('("iÓn de Sociales. Marta Codina.
Una nH~er de unos nlan'nta alios, seria. l'lemos hablado algIma vez en el bar. Distingo perfectamente
cada palabra
que.-dice. Por el murmullo de fondo deduzco que no acaba
de controlar a los alumnos. Debe suplicarles silencio a cada
momento, pelearse con ellos. SenJación de indecencia;
como si espiase en un lavabo.
Para un profesor, la intimidad dentro del aula es funda-
,)
CRÚNICA
JI~, IIN I'ROn:sOI(
I'.N SI'.CIINJlARIA
I'Hll\n:R
por los cOIJ()('imielJlos
que tede 'm profesor esl;, elJ la manera
de tralJsmilidos, y ('SO requiere (Tl'alividad. I.a ensellanza
A veces se IJOSvalora
mental.
nemos, pero la efeni\'idad
forma
parte
Esto es imponant<' sobn' todo duralJte los primeros ailos
de (jerci('io, cllando aÚIJ IJO SI' ('Sl;í del lodo seguro l1i de
aquello que se ('IJS('lla-por<Jue
IJO se ha aprelJdido
('IJ la
univt'rsidad-.
lJi (1<' la m;uwra como se 1'l1s1'1-1a-porque
aÚn no se ti<'l1en tahlas-.
Los primeros allos 1'11la docencia se t('mt.' lalJto dar un paso ('n ti,lso que la energía s(~(~onsume sÓlo por (,1 mi('do a han'r el ridículo delanle de los
alumnos. Los alumnos aÚn causan f'('speto. Si m(' huhieseis
vislo el primer aÚo, inseguro.
jll'mhloroso
frelJle a niiios
de catorn' ¡U-\OS!Af\í Sl' pil'rde nmd1a (k la fuerza <JUl' tiene
d profc.'sor Ullevo, son prinripalm('nte
pro!C:sores nuevos
los que monlan acuarios, ('ditall revistas, proye("(an excursiones )' acompéu-1an a dOllde haga I¡,lta a los alumllos;
como todos los ímpetus,
tiempo éU'aha por limar.
sin emhargo,
l'S UII ímpetu
quc el
L,s aulas ilJsolJOJ'Íl.adas, las IHl<'I'tas opacas. (I<'herían s(~r
obligatorias.
EIJ ('Stl' instituto las puntas SOIJd(. madera. Estás tÚ con tus alumllos,
cia de tus alumllos.
con la iglJoranda
y nm la perspica-
En d instituto dondl' daba dase el curso pasado, por
ejemplo, UIJ edilicio n'ci~1J «>uSI ruido, las pUl'nas tl'nían
un espacio de vidrio entrc la IH~ja y el marco d(' la pared.
PodíéLC;vcr el ilJterior (k las clas('s desde el pasillo. Qué
fucnte d(' insegurida(l<'s
)' de nervios. melHula manera de
"
(Tntro
1¡,lso, petuIan«', mezquilJo, dOlJde puedes valerte de las
mismas armas de la~ que t(~vales en casa, íntimamente.
de los oficios dI' (Te;KiÚIJ. p('I'O el vue!o (Teati-
vo es muy delicado, y el comÚIJ de los mol'lales lo (:jenUa
con alas de mosquilo. SÓlo en secreto puedo el<:jarnw llevar;
ser (Teativo sin miedo a hacer d ridículo.
destrozar
TRIMESTRE
las clases l'ra aqudlo.
(k aulas \'Ísualn1l'nle
QI\(~ dif<Tencia
henlH~ticas.
donde
COII este
puedes
ser
-¡Queréis
han'r d 1¡,vOl"de callar!
La clasc dd otf'() lado de la paf(~d, un cuarto de ESO, se
l'Sté' deshocalldo. 1.0 siento por Marta Codina, la profesora.
Sé lo quc es qUl' se te escape una clase. Empiezas penniIil'ndo-por
indokncia, por rdativizadÚn, por simpatíaqm' UIJ par d(' alumnos hahlen entrc ellos, que comenten
alguna cosa. O d(:jas pasar la brolHa de UIJgracioso, o se la
rí(~s, o te p(~rmitcs a ti mismo llevar demasiado lejos unjuego (k palabras o UIJ chisw. Y entonces, no sabes cómo. la
dase s(~te ha ido de las manos. Es como una brecha abierta ('n un muro el<-nmtelJdÚn: cada risiLa, cada comentario.
va agrandando la hn'd1a, ensanchando el paso por donde
se escapa la das('; y llega d momento ('n que. como profesor responsabl<' d('1 éHlla, quedas sepulcado en un magma
doloroso de gritos, risas y confusión. Durante cada uno de
los CilJnlellta y cilU'O milJutos que dura la clase. un profesor dd)c mant(~ner bien tensas las cuerdas que atan al
alumno. No J>ued(~<lislranse, no J>lI(~deall~jar. Las concesiones pasan factura.
-¿Y por qué yo y d no?-es
la primera defensa del
alumno al qll(' rilles cllando ves que la clase se te está descon trolando.
-Por alguien t('nía qlle cmpezar.
-j Pcro si yo no soy l'l peor!
(No-deherías
n>J1testar, si Plldieses permitirte ser sinc('ro-, tÚ ('J"esde los qlle se portan bien; yjustamente por
eso te ha tocado recibir. TÚ eres de los qlle dan menos prohkmas,
d(' los JJ1é\SI~\ciks de atar (orlo.)
Al otro lado de la pared, la profesora no encuentra la
CI(ÚNICA
nt
"N 1'l(CWESOI( EN St.c.IINn.\lHA
forma. Cada (omentario. (ada grito. ('S cont(,slado por una
masa de voces-oleadas
de risas--<1ue ahoJ{an a J¡, profesora. De vez en (uando. se oye un comentario d<'llíd(~r que ha
tomado el re'l('\'o a la profesora. La nH~j('r ya no puc'de nmtener nada. SÓlo quiere que se acah(' la clase. pero aÚn f~,Itan veinte minutos. \'('intc' minUtos qut.. dc'scontaréi uno por
uno, mirando c'l rel(~j a cada momento.
Rezo para que la profesora ni se imaJ{inc' que desde el
otro lado de' la pare'eI que tiene (lt'l r¡is se' oy('n f>(.rf(.C"tamente los gritos. d dc's(ontrol (le- la clase. Me I~io c'n su nivel de resistc'IH'Ía. c'n hasta qué punto permite qué. No puedo evitar1o. Si ella supiese cómo sigo su naufragio. ("Úmo
identifico caela J"('éuTiÚn.('Ómo pic'nso fl mí. f'.\tI.'10mI' lo hariais. esta profesora seria d(' cuarenta ai}Os quiá .Kaharía
llorando. He c'spiado otras "eces a otros prof('sore's quc' daban clase tranquilal1wnt('-{'n
el instituto d('1 curso pasado,
con las aulas visibles desdc' el pasillo--para sahn ("(>mose
las apañaban. para ('omparar sus métodos con los míos...
Cuando llega el ("¡\lor, estoy dando clase y oiJ{o una voz
del piso de ahé~o. Me 1It.'K<'por la wntana ahierta. En el
aula de abajo también tienen la vc.ntana abi( a. Pongo un
par de ejerckios a los alumnos, afino el oído)' me dedico
a seguir la clase de los dt.'más, distinJ{o la \'01. dd profesor
o de la profesora, como he hecho ahora mismo, escucho
cómo funciona cada uno y me doy cuenta de que el oficio
de cada hombre es la manifestaciÓn de ese homhre: el oficio es el espa("io temporal al que méis se sonwtcré\ una vida
y, por lo tanto. el punto a partir del ('ual podelHos empezar
a hablar cuando debamos o juguelHos ¡1.jUZJ{éU"
a alguien.
La persona no es el hombre o la m,~j('r quc un día de temporal se tira al agua para salvar é\alguic'n quc s(' ahoga, ni el
asesino que un día (:jecuta sus planc's, cs un crror pensar
que los extrcmos nos d(:jarán vcr cosas que dc' otro modo
no serían visibles; generalmente,
las cosas, si no podemos
verlas, es que no están. La persona es su oficio. Ni siquiera
el resultado de su oficio; ni siquiera su obra. La persona es el
tiempo, su vida.
Oigo el chillido de una dÜca y, de golpe, silencio.
-iChristian!-{~s
la VOl.de la profesora.
(:uando de J{olpe se héKc un silencio así entre un grupo
de p('l"sonas, es que ha sucedido un incidente notable. Pero
si la nH"dia de ('dad de' ('sc' grupo no sup('ra los quince años,
no pued('s valorar la J{raV<'dada pa...ir del silencio, porque
c'stamos ('n d terreno d(' la adoksn~ncia. Si a los adultos ya
nos ("u('sta formarnos 1111
niterio sobre la J{ravedad de eualqui('r inddc'nt('-nléil
('s la J{ravedad de una imprudencia,
la w"av('dad de 1m nimen-.
("Úmo no van a tardar en reaedonar unos adol('sn'JH('s de cuarto dc>ESO.
¿Qué dc~h("de haher pasado al otro lado de la pared? Es
un silenc"io ex(:esivamc'lIlt. larJ{o. Ahora oigo que la profesora vuelve a d('('ir alJ{o. pero hahla tan n(~jo que no puedo
c'JHenderJa.
Se abre la puerta (le- un aula. Ahora oigo en el pasillo
cÓmo fernwnta el rumor d(~ntro de la clase. Se eleva progresivamente, como una oleada: movimientos de sillas, algÚn J{rito, alguna risa. Marta (:odina ha salido.
Christian es Christian Martínel.. Soy profesor de Lengua
Castdlana de ese chico. Es ulla buena pieza, lodos los profesores le conocemos.
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